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EL SINTAGMA NOMINAL (CAPÍTULO V)

Sintagma es una unidad de función; es decir, una o varias palabras que desempeñan una
función unitaria dentro de la oración. Existen tantos tipos de sintagmas como clases de
palabras autónomas; el sintagma nominal es una de ellas.

El sintagma nominal (SN) es el sintagma o grupo de palabras que forma un constituyente


sintáctico maximal, cuyo núcleo está constituido por un nombre (sustantivo o adjetivo)
sustantivado o pronombre, (si no se considera el sintagma determinante como categoría
aparte). También se le llama Frase nominal (FN).

Ejemplos de sintagmas nominales:

Ana paseaba con su novio

Los coches grandes son caros

Todas las otras amigas tuyas francesas que estaban contigo eran horribles

Los sintagmas nominales pueden tener diversas funciones. Algunos ejemplos:

El bar del Instituto se llena en los recreos (S).

Martín tiene un golondrino molestísimo (CD).

Carmen es una profesora extraordinaria (Atr).

Felipe de Borbón, Príncipe de Asturias, se casará cuando le dé la “real" gana (Ady-


aposición).

Compañeros del metal, si permanecemos unidos, no podrán con nosotros (Voc).

Esta mañana me he levantado a las once y media (CC).

Clases De Sustantivos
CLASES DE SUSTANTIVOS

Nombre propio: designan a individuos y cumplen una función identificadora, es


decir, señalan a un ser determinado entre los demás de su clase. Individualizan
pero no clasifican: Juan, Pedro, María, lugares: Madrid, Barcelona, El prado, La
Giralda, La Alhambra, se escriben siempre en mayúscula.

Nombre común: denotan las características de un conjunto o clase de individuos,


es decir, no identifican a un ser concreto: amor, casa, león, pez, hombre, río.

Nombre abstracto: son aquellos nombres que no designan objetos físicos o seres
materiales, es decir, se refieren a ideas o conceptos: humor, paciencia, alegría,
problema, entusiasmo, razón, manía, sabiduría, inteligencia, opinión, virtud,
belleza, maldad.

Nombre Concreto: se refieren a entidades que pueden ser captadas por los cinco
sentidos y denotan una parte o porción de materia: papel, cristal, mesa, tiza, agua.

Nombre individual: se refiere a un sólo ser: lobo, casa, niño.

Nombre colectivo: son aquellos nombres que hacen referencia a un conjunto:


alameda, alumnado, pinar, humanidad, urbanización, ejército.

Nombre contable o discontinuo: se refieren a aquellas realidades que pueden


ser cuantificadas: una mesa, un árbol, tres pájaros.

Nombre incontable o continuo/materia: se refieren a aquellas realidades que no


se pueden contar: agua, café, leche, arena, sal, azúcar.

Diferencias entre nombre contable e incontable:

Contables:

Los contables se pueden contar, enumerar

Pueden aparecer en plural


Pueden combinarse con cuantificadores: numerales (tres, cinco) o indefinidos
(algún, todo)

Incontables:

No admiten numerales cardinales

No pueden aparecer en plural

Sólo admiten los cuantificadores: todo, mucho, poco, bastante

Sustantivos derivados:

1) Diminutivos: son sustantivos que designan personas, animales, cosas o


fenómenos que se caracterizan por su pequeñez.

Normalmente son afectivos, utilizados con cariño y aprecio: los sufijos: -ito,-illo, -
ita,-illa,-itos/-illos, -itas/-illas indican diminutivos:

Niñita, ventanita, pequeñita, casilla, piedrecilla, gatito, redondito, poquillo, cariñito

2) Aumentativos: resaltan el tamaño. Algunos afijos aumentativos son: -azo/-aza,


-ote/-ota: guantazo, cochazo, grandote

Despectivos: modifican la información del referente de forma peyorativa: -aco,-


ucho/-ucha,-ajo/-aja: Casucha: casa pequeña, mal construida, fea

Feúcha: feo

Manazas: torpe con las manos

Calzonazos: hombre de carácter débil y condescendiente

Mujerzuela: mujer de mala vida

NOTA: nombre propio:

Observaciones:
El nombre propio de persona también llamado "nombre de pila" seguido de los
apellidos: Juan Carlos Gómez Marín

Cuando nos referimos a alguien con un trato formal, nos dirigimos hacia él con la
forma: usted (tanto para el masculino como el femenino).

También, en las relaciones más formales, suele ir introducido por don/doña y el


nombre o apellidos.

Utilizamos el apellido para referirnos a una familia: los García.

Ejemplos: Don Quijote de la Mancha, los señores García, Señor Pérez.

Existe en español, una forma de hablar sobre alguien hipotéticamente. Para ello
se emplea la expresión: Fulano de tal, fulanito, mengano y menganito.

En expresiones de universalidad se utilizan expresiones: a todo el mundo, la


gente: Subrayamos la generalización del fenómeno del que se está hablando

Cuando en una conversación ya hemos nombrado a alguien se alude a él con el


sustantivo: susodicho. (No es muy común)

Para hablar de una persona o cosa de forma afirmativa utilizamos los adjetivos
indefinidos: alguien, alguno/a.

Recordamos que en español, los nombres propios no llevan artículo: *La Rocío,
Rocío.

CONCORDANCIA.

Proviene del verbo latino Concordancia, este Concordans = Concordante, que


significa: “Correspondencia o conformidad de una cosa con otra”.

La Real Academia de la Lengua Española la define como la armonía o


conformidad que existe entre los accidentes gramaticales de las palabras variables
de la oración.
Los casos más importantes de la Concordancia en Español se refieren a:
-Concordancia Nominal: Entre el Artículo y el Adjetivo, con el Sustantivo.
-Concordancia Verbal: Entre el Verbo y el Sujeto.

 Concordancia Pronominal: Entre los Pronombres Relativos con su

Antecedente (corresponde a la oración compuesta).

CONCORDANCIA NOMINAL:

Se refiere a la Correspondencia entre los morfemas gramaticales de Género y


Numero del Artículo y del Adjetivo con los del Sustantivo al que modifican.

Las reglas generales de la Concordancia Nominal son:

1°) Cuando el articulo y el adjetivo se refieren a un solo sustantivo, concuerdan


con él en genero y numero.

Ejemplos: Unos árboles frondosos. La mañana fresco. El perro fiero.

2°) Cuando el adjetivo se refiere a dos o más sustantivos en singular, concuerda


con ellos en plural.

Ejemplos: El salario y trato adecuados. La madre y la niña cariñosas. El tío y


sobrino juntos.

3°) Cuando el adjetivo se refiere a dos o más sustantivos de distintos géneros,


predomina el masculino.

Ejemplos: La atención y cuidado oportunos. El león y la leona comen tranquilos.


La alegría, la nostalgia y el dolor son transitorios.

En algunos casos, por incongruencia entre el campo semántico y e gramatical,


pueden quebrantarse las reglas de la Concordancia Nominal, en género, en
número o en ambas a la vez. La Gramática designa esta irregularidad con el
nombre de silepsis.

Los casos más importantes de Silepsis son:

1°) Se quebranta el género cuando el tratamiento, dignidad o titulo que se le da a


una persona no concuerda con su sexo.
Ejemplos: Su Excelencia es modesto. Su Señoría está ocupado. Su alteza es el
Príncipe.

2°) Se puede quebrantar el número en el caso de Ios colectivos y partitivos, que


en singular denotan pluralidad de componentes.

Ejemplos; Un par negros.

Una docena blancos. La tercera parte grandes.

3°) El articulo neutro lo puede sustantivar a Ios adjetivos en cualquier género y


numero.

Ejemplos: Lo gracioso que es. Lo graciosa que es. Lo graciosos que son. Lo
graciosas que son.

CON C O R D A N C I A VERBAL:

La concordancia verbal se refiere a la correspondencia entre los morfemas


gramaticales de número y persona del verbo con Ios del sujeto de la oración.

Las reglas generales de la Concordancia Verbal son:

1°) Cuando el verbo se refiere a un solo sujeto concuerda con él en número


persona.

Ejemplos: El tigre es feroz.

Las ovejas son mansas. El jilguero canta.

2°) Cuando el verbo se refiere a dos o más sujetos en singular, concuerda con
ellos en plural.

Ejemplos: El oro y la plata son metales. El navío y la goleta zarparon.

3°) Cuando entre Ios sujetos concurren varias personas gramaticales, se prefiere
la segunda a la tercera y la primera a todas: además el verbo se expresa en plural.

Ejemplos: Segunda persona:

Él y tu saldrán al amanecer (ustedes).

Primera persona:
Él, tu y yo saldremos al amanecer (nosotros.)

Otros casos de silepsis se dan cuando se quebrantan las reglas de la


concordancia del verbo con el sujeto debido a que no hay congruencia entre el
campo semántico y el gramatical.

Los casos más importantes de esta forma de Silepsis son los siguientes:

- Cuando varios sujetos en singular tienen un sentido unitario, pueden concordar


con el verbo en singular:

Ejemplos: La entrada y salida de camiones ha sido suspendida. El alza y baja de


valores trastorna la económica.

b) Cuando el sujeto es un nombre colectivo o partitivo, que en singular denote


pluralidad puede concordar con el verbo en plural:

Ejemplos: Un centenar pelearon. La mitad murieron.

- En las oraciones atributivas, algunas veces el verbo copulativo no concuerda


con el sujeto, sine con el predicado nominal.

Ejemplo: El arma homicida fueron las tijeras.

CONCORDANCIA PRONOMINAL:

La concordancia pronominal se refiere a la correspondencia en genero y numero


entre los pronombres relativos y su antecedente dentro de una oración compuesta.

a) El pronombre que, relaciona personas y cosas siendo morfológicamente


invariable, pero lo que carece de problemas de concordancia.

Ejemplos: El hombre que ríe feliz.

La mujer que ríe feliz.

Los hombres que ríen son felices.

Las mujeres que ríen son felices.

b) El pronombre cual, que relaciona personas y cosas siempre va precedido de


un artículo que le permite concordar en número y genero con su antecedente.
Ejemplos:

Mi hermano, el cual es estudioso, aprobó.

Mi hermana, la cual es estudiosa, aprobó.

Mis hermanos, los cuales son estudiosos, aprobaron.

c) El pronombre quien, que relaciona personas o cosas personificadas, solo


concuerda en número con sus antecedentes, por carecer de género.

Ejemplos:

Mi amigo, quien vino ayer, es dentista.

Mi amiga, quien vino ayer, es dentista.

Mis amigas, quienes vinieron ayer, son dentistas.

d) El pronombre cuyo, que relaciona personas y cosas no concuerda con su


antecedente, sino con el consecuente, conforme a su género y numero por ser
palabra variable.

Ejemplos:

Mi maestro, cuya voz era persuasiva, me enseñó a leer.

Mi maestro, cuyos ojos eran vigilantes, me enseñó a leer.

Mi maestro, cuyas manos eran expresivas, me enseñó a leer.

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