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(1) La fotografía periodística transmite un mensaje literal pero no es lo real, sino un análogo perfecto que define lo real. (2) La imagen tiene un doble mensaje, uno denotativo sin código que transmite lo literal y otro connotativo con código que depende de la interpretación individual. (3) Existen procedimientos como el encuadre, los objetos y la técnica que connotan la imagen a nivel cultural e histórico más allá de lo denotado.
(1) La fotografía periodística transmite un mensaje literal pero no es lo real, sino un análogo perfecto que define lo real. (2) La imagen tiene un doble mensaje, uno denotativo sin código que transmite lo literal y otro connotativo con código que depende de la interpretación individual. (3) Existen procedimientos como el encuadre, los objetos y la técnica que connotan la imagen a nivel cultural e histórico más allá de lo denotado.
(1) La fotografía periodística transmite un mensaje literal pero no es lo real, sino un análogo perfecto que define lo real. (2) La imagen tiene un doble mensaje, uno denotativo sin código que transmite lo literal y otro connotativo con código que depende de la interpretación individual. (3) Existen procedimientos como el encuadre, los objetos y la técnica que connotan la imagen a nivel cultural e histórico más allá de lo denotado.
público que lo lee, y el canal de comunicación el diario mismo. Sin embargo, la fotografía no es solo un producto o vía de información, sino que también es objeto con estructura propia. Por lo tanto, es importante analizar dicha fotografía.
La fotografía se comunica con el texto (título, leyenda), pero no pueden
mezclarse. El análisis debe apuntar a cada estructura por separado, luego se estudiará en su conjunto.
Paradoja fotográfica
La fotografía transmite lo real literal, pero no es lo real, sino que es un
analogon perfecto que la define. La imagen es un mensaje sin código, como los dibujos, pinturas, cine, teatro, etc. Sin embargo, estos mensajes desarrollan de manera inmediata un mensaje suplementario (el estilo de reproducción). En resumen, Barthes opina que la fotografía tiene una doble condición: denotativa – connotativa. El mensaje denotado, el análogon, es el mensaje real o literal, sin código. El mensaje connotado es la opinión individual del espectador a través de su cultura, requiere de código. De todas las estructuras de información, la fotografía sería la única que está exclusivamente constituida y ocupada por un mensaje. La connotación no se deja necesariamente captar de inmediato a nivel de mensaje en sí, no es solamente percibida, recibida, sino también leída, relacionada, con una reserva tradicional de signos. La paradoja fotográfica sería entonces la coexistencia de dos mensajes, uno sin código y el otro con código. Pero en la paradoja el mensaje connotado (o codificado) se desarrolla partir de un mensaje sin código. El mensaje denotado es absolutamente analógico, es continuo y el mensaje connotado contiene un plano de expresión y un plano de contenido, significantes y significados.
Los procedimientos de connotación
La connotación es una codificación de lo analógico fotográfico, no obstante,
no forman parte de la estructura fotográfica. Estos procedimientos son: Trucaje: el interés metódico del trucaje consiste en que interviene sin dar aviso, dentro del mismo plano de denotación. Utiliza la credibilidad particular de la fotografía para hacer pasar por simplemente denotado un mensaje que no es, en realidad, fuertemente connotado. El código de connotación no artificial ni natural, es histórico.
Pose: por ejemplo en una fotografía muy difundida como la de Kennedy, en
este caso lo que prepara la lectura de los significados de connotación, es la misma pose del sujeto, la pose no es un procedimiento específicamente de la fotografía, el lector recibe como simple denotación lo que de hecho es un estructura doble: denotada y connotada.
Objetos: los objetos son inductores corrientes de asociaciones de ideas (por
ejemplo, biblioteca con intelectualidad) o incluso verdaderos símbolos. Los objetos constituyen excelentes elementos de significación: son discontinuos, complejos y remiten a significados conocidos. Puede ocurrir que a primera vista se piense que es una escena espontánea, cuando en realidad en realidad posee un sentido.
Fotogenia: en la fotogenia el mensaje connotado está en la imagen misma
por técnicas de impresión, iluminación y revelado. A cada técnica corresponde un significado de connotación suficientemente constante como para ser incorporado a un léxico cultural de los técnicos.
Esteticismo: sólo se puede hablar de esteticismo en la imagen de manera
ambigua: cuando la fotografía se hace pintura.
Sintaxis: es natural que varias fotografías puedan transformase en
secuencia. El significante de connotación ya no se encuentra entonces a nivel de ninguno de los fragmentos de la secuencia, sino a nivel de encadenamiento. Por ejemplo, para producir una situación cómica, rara vez alcanza con una sola fotografía (cosa que no ocurre con los dibujos).
El texto y la imagen
El texto acompaña a la fotografía periodística. (1) El texto constituye un
mensaje parásito destinado a connotar la imagen, es decir, imponer significados secundarios. La imagen no ilustra la palabra, sino que la palabra ilustra la imagen, la hace "más pesada", le impone una carga cultural, y moral. (2) El proceso de connotación puede ser diferente según cómo se presente la palabra, ya sea en espacio o forma, mediante título, artículo o leyenda, de cualquier manera participan de la denotación. Nunca llega a fusionarse con la imagen. (3) Resulta imposible que la palabra duplique a la imagen, ya que en el pasaje de una estructura a otra se elaboran inevitablemente significados secundarios. Esto se debe a que, la mayoría de las veces, el texto no hace más que amplificar un conjunto de connotaciones que ya están incluidas en la fotografía. El texto puede, también, llegar a producir un significado enteramente nuevo, e incluso contradecir la imagen, produciendo una connotación reguladora.
La insignificancia fotográfica
Hemos visto que el código de connotación no es ni natural ni artificial, sino
histórico, o si se prefiere cultural. La significación es siempre elaborada por una sociedad y una historia definidas. Es por eso que resulta imposible proyectar en la lectura de la imagen sentimientos y valores eternos y trans- históricos. Para encontrar un determinado código de connotación, sería necesario aislar, enumerar y estructurar todas las partes de la imagen fotográfica. El problema es que nada indica que en la fotografía haya partes.
Lectura de la fotografía: según ciertas hipótesis, la lectura de la imagen
implica verbalizarla. Desde este punto de vista, la imagen solo existiría dentro de las categorías de connotación de la lengua. Y si toda lengua permite segmentar las cosas, las connotaciones de la fotografías coincidirían, en términos generales, con los grandes planos de connotación del lenguaje.
También se podría encontrar una connotación cognoscitiva, cuyos
significantes estarían localizados en ciertas partes de la fotografía. Una buena foto periodística juega con el "saber supuesto" de sus lectores, eligiendo los clichés que contienen la mayor cantidad posible de informaciones, de manera de enfatizar la lectura. Por ejemplo: si se fotografía Agadir destruida, más vale disponer de algunos signos arábigos, aunque el arábigo no tenga nada que ver con el desastre en sí, pues la connotación proveniente del saber es siempre una fuerza tranquilizadora: al hombre le gustan los signos, y le gustan claros.
Queda aún el problema de la connotación ideológica. Se trata de una
connotación fuerte que introduce en la lectura de la imagen razones o valores. Exige un significeante muy elaborado: encuentro de personajes, desarrollo de actitudes, constelación de objetos. En las ocasiones en las que se tratan valores apolíticos, el léxico suele ser rico y claro. Es posible que, por el contrario, la connotación política esté la mayoría de las veces confiada al texto, en la medida en que las selecciones políticas son siempre, por así decirlo, de mala fe, y una fotografía es incapaz de convencer o desmentir por sí sola.
Dadas estas observaciones, podríamos pensar que la connotación siempre
está presente en la fotografía, que no es posible una pura denotación. Si acaso existen situaciones es las que se suspende el lenguaje y se bloque la significación, estas son las imágenes traumáticas. Las fotografías propiamente traumáticas son aquellas de las que no hay nada que decir; ninguna categorización verbal puede influir en el proceso institucional de su significación. Podría entonces imaginarse una suerte de ley: cuanto más directo es el trauma, tanto más difícil la connotación.