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Según un estudio hecho por el Instituto Nacional de los Recursos Naturales

(Inderena), el impacto ambiental que causa la explotación minera, es grande. Las


transformaciones que causan al medio ambiente inciden en los recursos hídricos,
geológicos, biológicos, atmosféricos y socio-económico. Algunas de esas
consecuencias son prevenibles, pero otras, irremediablemente, no pueden evitarse.

En el recurso hídrico la minería a cielo abierto, por ejemplo, causa contaminación de


los cuerpos de agua por residuos sólidos y vertimientos domésticos e industriales
relacionados con la actividad minera. En consecuencia, aumenta el contenido de los
sedimentos y se causa desviación de los cauces de los ríos que generan inundaciones,
transformación del paisaje y pérdida de cultivos.

En el campo geológico se producen cambios topográficos y geomorfológicos debido


a la remoción de las capas superficiales del terreno. La inestabilidad de los terrenos al
dejar las formaciones rocosas al descubierto, puede ocasionar el desencadenamiento
de fenómenos erosivos.

También se produce un aceleramiento de los procesos de resquebrajamiento de la


roca con separación de las partes y fallas en las unidades rocosas por el uso de la
dinamita.

En el campo biológico, el impacto sobre los bosques naturales y la contaminación del


agua ocasionan la pérdida de recursos y especies en peligro de extinción.

En cuanto al plano social, en cualquier zona de explotación minera, se da un aumento


de la demanda de los servicios, migraciones masivas de población, cambio de
actividades económicas y sociales y por ende el abandono del campo.

Paralelamente, la construcción de vías y oleoductos para sacar el producto explotado


produce alteración de suelos, fauna y flora en todos los ecosistemas por lo que
necesariamente tienen que pasar; se puede presentar contaminación por derrames no
previstos o accidentes causados por descuido o intencionalmente. Así como
contaminación visual o gaseoso por las emisiones de gases o escape del polvillo en el
caso del carbón, que es transportado desde las zonas de producción hasta los puertos
de exportación, vía terrestre.

Según estudio hecho en la región por el Consejo Regional de Planifiación de la Costa


Atlántica (Corpes), aún no se tiene conciencia del valor de los recursos para su uso
interno, así como tampoco se ha conseguido una conciencia ecológica que permita
desarrollar la minería a gran escala disminuyendo el impacto ambiental .

Para evitar que estos problemas se sigan presentando, el Ministerio del Medio
Ambiente dijo que no se dará vía libre a ningún tipo de proyecto de desarrollo sin
previo estudio de impacto ambiental y la licencia que le amerite la realización de
tales explotaciones.

Mientras que las poblaciones que conviven en estas regiones, sostienen que las
empresas deben hacer un esfuerzo mayor para evitar que se siga deteriorando los
recursos naturales.

El impacto se puede evitar En algunos campos se ha avanzado mucho, caso del


Cerrejón Zona Norte donde se ha implementado un programa de saneamiento
ambiental. Pero en otros, principalmente el la explotación petrolera y de gas, los
problemas se acentúan. Muestra de ello es que a finales del año pasado el ministerio
del Medio Ambiente ordenó el cierre del campo Cicuco de explotación petrolera en
Bolívar.

Igual las autoridades ambientales han cuestionado la explotación aurífera del sur de
ese departamento, la explotación de carbón en el Cesar y la de ferroníquel en
Cerromatoso.

Los más perjudicados han sido los cuerpos de agua como ciénagas y ríos que
subsisten al lado de los complejos mineros
La contaminación por petróleo se produce por su liberación accidental o intencionada en
el ambiente, provocando efectos adversos sobre el hombre o sobre el medio, directa o
indirectamente.

La contaminación involucra todas las operaciones relacionadas con la explotación y transporte de


hidrocarburos, que conducen inevitablemente al deterioro gradual del ambiente. Afecta en forma
directa al suelo, agua, aire, y a la fauna y la flora.

Esto se debe al desmalezado y alisado del terreno y al desplazamiento y operación de


equipos pesados. Por otro lado los derrames de petróleo y los desechos producen una
alteración del sustrato original en que se implantan las especies vegetales dejando suelos
inutilizables durante años.
Efectos sobre la flora y la fauna: la fijación de las pasturas depende de la presencia de arbustos y
matorrales, que son los más afectados por la contaminación con hidrocarburos. A su vez estos
matorrales proveen refugio y alimento a la fauna adaptada a ese ambiente. Dentro de la fauna, las
aves son las más afectadas, por contacto directo con los cuerpos de agua o vegetación
contaminada, o por envenenamiento por ingestión. El efecto sobre las aves puede ser letal.

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