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praxis y en su enseñanza
Resumen
El presente artículo remite los orígenes de la interdisciplinariedad en el arte contemporáneo a la quiebra del
régimen artístico erigido en el auge del mundo burgués en el siglo XIX (que inició con la rebelión de las
vanguardias de la década del 20 del siglo XX y que continúa con la “institucionalización” de las vanguardias en
la década del sesenta hasta nuestros días). Como resultado de dicha quiebra, el arte contemporáneo abraza la
impureza como su rasgo determinante en todos los ámbitos: metodológico, epistemológico, de los materiales y
las técnicas, social y cultural. Por último se llama a abrazar una perspectiva interdisciplinaria en la enseñanza
de las artes, como una conclusión lógica del proceso señalado y por considerarlo conveniente para el país.
Palabras clave: interdisciplinariedad, impureza, diversidad cultural, arte, enseñanza del arte
Abstract
This paper trace back the origins of interdisciplinarity on contemporary art to the bankrupt of the bourgeois art
regime rised with the artistic avant-gardes of 19th century, (started by the rebellion of the early 20th century
avant-gardes and continued by the ’institutionalization’ of those from the sixties to the present day). As a result
of this disruption, contemporary art embraces impurity as its defining in differet fields: methodology,
epistemology, material and technical practices, society and culture. Finally, the paper called to embrace an
interdisciplinary approach to teaching in arts, as a logical conclusion of the discussed process and for
considering it suitable for our own country.
Introducción
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caracteriza al arte contemporáneo «por su inestabilidad, sus conflictos internos y
frecuentemente desconcertante carácter». En la quiebra de dicho orden debemos buscar las
primeras fuentes de la interdisciplinariedad en el arte contemporáneo y es preciso reconocer
que, en la medida en que problematiza radicalmente la cuestión de lo que es el arte, todo
este proceso atraviesa desde el comienzo el problema de la enseñanza de las artes.
Como señalan Diarmuid Costello y Jonathan Vickery (2007), la mayoría de los rasgos que
caracterizan las prácticas artísticas desde los años sesenta emergieron durante los años
veinte o incluso antes: el cine, el montaje, el diseño gráfico, las instalaciones, la conjugación
de textos e imágenes, los performances, así como el uso de todo tipo de materiales no
artísticos y hasta el recurso a residuos o basura. Todo esto hacia parte de una ruptura con
las vanguardias europeas y la conocida formación «clásica»: una rebelión contra la
institucionalidad del arte dentro de la cual «los géneros del dibujo, la pintura, la escultura y la
arquitectura tenían cada una su propia jerarquía de sub-géneros y éstos estaban gobernados
por estrictos procedimientos de convenciones técnicas y protocolos estilísticos» ( Costello &
Vickery, 2007: 3 y s.s.).
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momentos el arte llegó a asumirse como un ámbito separado que reclamaba para sí un
régimen especial que incluía su constreñimiento a ciertos circuitos especializados y cerrados,
la exclusividad de ciertos lenguajes para iniciados, así como el entrenamiento institucional en
determinadas técnicas y el uso de ciertos materiales considerados artísticos, en la
contemporaneidad se reconoce como tal en su encuentro con el afuera y en su apertura a
circuitos abiertos y diversos, lo que ha llevado también a una relativización de las técnicas y
los materiales. Esto ocurre porque advierte que no puede ser definido por una esencia, ya
sea en términos de un lenguaje, medio o de alguna técnica. Como advierte Jacques
Ranciere:
La confusión estética es la imposibilidad de definir un arte por una esencia, una técnica o un
medio propio. Es lo mismo que entendía Bazin cuando hablaba de la impureza
cinematográfica: la imposibilidad de oponer una esencia plástica del cine a una esencia verbal
del teatro o de la novela (…) yo pienso que el cine revela un destino común a todas las artes
(…) Al margen de los modos de visibilidad e inteligibilidad que lo constituyen como tal, el arte
no existe. Todo arte es un préstamo ejecutado por un trabajo perceptivo y discursivo obtenido
de diferentes tipos de entretenimientos, rituales o ceremonias. Esto significa que su aspecto
no artístico es esencial a la identificación misma del arte (…) La fotografía y el cine han hecho
más rápidamente el camino recorrido por las otras artes, el camino en el que éstas
descubrieron que lo que califica a un arte como tal no es tratar de asuntos nobles sino
relacionarse con lo cotidiano y con la impureza (Ranciere, 2005).
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posible contribuir a la construcción de una epistemología del arte, viéndola siempre en
relación con los sistemas sociales.
Por su parte, autores como Zielinsky consideran el hacer artístico como un hacer que
comporta un carácter cognitivo y social. De allí que proponga una metodología centrada en la
consideración de las condiciones sociales e históricas concretas de los artistas, de las obras,
de los objetos y los procesos artísticos. Es por eso que denuncia y se opone «a la adopción
de modelos importados, porque no surgen de la realidad educacional artística y local, porque
no proponen un análisis que deje en evidencia las semejanzas y diferencias del hecho
artístico en relación con los demás hechos sociales» (Fajardo, 2008: 5-6).
En el mundo contemporáneo se observa una disolución de las fronteras entre Ciencia, Arte y
Tecnología, así como entre los varios campos del conocimiento, entre los diferentes lenguajes
artísticos y las producciones de distintos grupos culturales – Arte docto, Artes tradicionales,
Artes de cultura de masa. Sin embargo, la educación artística actual no tiene en cuenta esta
nueva configuración y, en consecuencia, no responde adecuadamente a las necesidades del
mundo contemporáneo. Por ello, otro desafío para la enseñanza de las artes será promover la
interdisciplinaridad entre los distintos lenguajes artísticos, las ciencias y las nuevas
tecnologías (UNESCO, 2001).
En el campo de la historia del arte, por ejemplo, con respecto a su configuración como
campo disciplinar a finales del siglo XIX en Alemania, ha tenido lugar una diversificación de
perspectivas que coinciden con el carácter interdisciplinario que aquí destacamos. Desde un
punto de vista teórico cabe destacar la pluralidad de tradiciones y tendencias (hegelianismo,
marxismo, poscolonialismo, decolonialismo, etc.) y, sobretodo, la emergencia de enfoques
basados en perspectivas políticas centradas en el reconocimiento de la pluralidad cultural
(feministas, queer, étnicas, ecologistas, etc.) que reclaman nuevas aproximaciones a los
objetos estéticos y a sus autores (Arnold & Iversen, 2010).
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«En la actualidad las aproximaciones y métodos de estudios de lo visual son más variados y
vigorosamente debatidos que en cualquier otra área de investigación histórica (…) Ahora
vemos el vínculo entre campos afines como la filosofía, la sociología, la antropología y la
historia del arte como algo dado, y un número significativo de investigaciones
transdisciplinares publicadas lo confirman. (Arnold & Iversen, 2010: 16)
En cuanto a lo que tiene que ver con la exterioridad social y cultural del arte, tanto en relación
con los artistas y los que estudian arte, como con los que lo usan o disfrutan, el abrazamiento
de la impureza está llevando a la confluencia entre diversidad cultural –entendida en sentido
amplio- e interdisciplinariedad. Como sostiene Bethania Barbosa Bezerra de Souza:
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« (…) desde los años sesenta el medio o material de constitución del trabajo ha tendido a
hacerse relativo respecto a los medios, la ubicación y el contexto de enunciación (…) Las
únicas restricciones procedimentales en las prácticas hoy toman la forma de restricciones
físico-económicas (qué puede y qué no puede ser técnicamente logrado), y los protocolos
institucionales (qué formas o instituciones prácticas están o no dispuestas a apoyarlo)».
(Costello & Vickery, 2007: 4)
Como puede advertirse, en ámbitos y niveles muy distintos el arte acoge sin reservas la
interdisciplinariedad. Lo mismo viene ocurriendo con su enseñanza. Las contemporáneas
reflexione acerca de la educación artística que han devenido en debates de tipo
metodológico y epistemológico, se abren cada vez con más claridad a los abordajes
interdisciplinarios. Esto se debe a que no pueden deslindarse los asuntos epistémicos –
relativos, entre otras cosas, a cómo se caracterizan los objetos de un campo de estudio y
cómo se los conoce-, así como de los asuntos pedagógicos y didácticos. Las
transformaciones en el carácter mismo del arte, nacidas de la quiebra de su antiguo régimen
no dejan indemnes ninguno de los ámbitos de su incidencia, mucho menos al ámbito de la
academia, pues no hay lugar en el que se padezcan más este tipo de transformaciones por
cuanto la academia es el espacio por excelencia de las tensiones entre saber, poder y praxis.
En este sentido, lo dicho hasta aquí no es más que una conclusión lógica.
Entre tanto, hay otro tipo de razones por las que abrazar la interdisciplinariedad en la
enseñanza de las artes en Colombia resulta, no sólo plausible, sino también deseable, en
especial en lo que tiene que ver con la asunción de la impureza social y cultural del arte. En
el mundo, y en especial en Colombia, el arte es cada vez más un lugar clave para pensar la
dinámica de la sociedad, sus tensiones, crisis y posibles rutas de transformación. Muchos de
los que investigan en otros campos apelan al arte para pensar sus propios problemas, pero
también los mismos sujetos sociales están apelando al arte para encontrar caminos de
comprensión a su propia existencia. En nuestro país, por dar sólo dos ejemplos, tenemos los
casos memorables de los jóvenes –como en el Street art- y de las víctimas de la violencia –
como en el de las tejedoras de la memoria-. Razón de más para que la propia academia
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encargada de la formación de los docentes de arte acoja conscientemente la potencialidad
de su objeto de estudio y saque las consecuencias apropiadas para su labor pedagógica y
didáctica.
Bibliografía
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arte transgénico. Jorge La Ferla (Ed.). Libros Del Rojas y Embajada de Francia. Buenos Aires.
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COSTELLO, Diarmuid y VICKERY, Jonathan (Ed.) (2007). Art : key contemporary thinkers.. Oxford International
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FAJARDO, G, Roberto (2008). La investigación en el campo de las Artes Visuales y el ámbito académico
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www.unav.es/gep/InvestigacionArtesFajardo.pdf (recuperado, febrero 3 de 2016).
MACHADO, Arlindo (2000). Por un arte transgénico. En: De la pantalla al arte transgénico. Jorge La Ferla (Ed.).
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RANCIÈRE, Jaques (2005). El destino del cine como arte. Disponible para consulta:
https://intermediodvd.wordpress.com/2012/01/09/el-destino-del-cine-como-arte-entrevista-a-jacques-ranciere-
sobre-la-publicacion-de-malestar-en-la-estetica/ (recuperado, febrero 3 de 2016).
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