Maestría en Psicología Lunes 14 de Agosto de 2017

Matrícula 171446

SALUD, OBJETIVO DE LA PSICOLOGÍA ACTUAL

Ana Indira Castañón Morales

"The twentieth century will be remember chiefly,

not as an age of political conflicts and technical

inventions, but as an age in wich human society

dared to think of the health of the whole human

race as a practical objective"

Arnold, J. Toynbee

La labor ética del psicólogo es trabajar para la salud, término cúspide y objetivo general de todos

los planes y programas de acción en la psicología. Más allá de un concepto médico/orgánico es

un símbolo de la aspiración humana a la plenitud, del desarrollo de potencialidades y del estado

óptimo funcional del hombre en conformidad con un enfoque positivo. Aunque a lo largo de la

historia los paradigmas reinantes han configurado las creencias de la ciencia, el objetivo general

práctico de la salud ha permanecido. A nivel individual la salud hace referencia a la ausencia de

enfermedad, adaptación al medio, autorrealización, bienestar, capacidad de expresar emociones

positivas, felicidad, funcionalidad, desarrollo, autonomía, vitalidad y condición física. En la

actualidad se reconoce que la salud requiere no solo de la ausencia de trastornos, sino de la

participación activa hacia el desarrollo humano (Labiano, M., 2010). Todos los anteriores

referentes de la salud hacen notorio que se requiere de una experiencia subjetiva del bienestar, la

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felicidad y la aceptación de uno mismo, conceptos en cuya sencillez engendran una actividad

extensa y extremadamente difícil.

En la esfera individual en personas con diagnóstico e historia de psicopatología la

felicidad puede ser irreconocible, desconocida e incomprensible, por lo que exige de ellos dos

niveles de trabajo, primero estabilización conseguir un estado mental y conductual normalizado

y posteriormente aprender a desarrollar y practicar sus habilidades; todo ello en ocasiones con la

ayuda de asistencia médica especializada. Así los trastornos mentales resultan en un problema

sanitario con la capacidad de enajenar y contaminar sectores familiares, núcleos urbanos y sitios

de atención a la salud. Para ello el objetivo del psicólogo no tiene solamente tintes individuales

sino que reconoce que la índole endémica de los trastornos mentales, sugiere su continuidad,

globalización y ubicación geopolítica a causa de la condición humana y la condición relacional

individuo/contexto. Así cada programa de intervención psicológico se adapta al medio en que se

aplica, a la época histórica, la economía, las costumbres y tradiciones, al lenguaje y símbolos de

determinada cultura; con la finalidad de tener un impacto social.

El factor de economía que con frecuencia se reduce a las variables domésticas de ingreso,

en realidad abarca todo un sistema de intercambio social, condiciona el modo de vivir, los

pasatiempos, nutrición, el diario ir y venir, la cosmovisión, crea expectativas y mundos dirigidos

a la producción en masa, el sentido del trabajo y beneficios piramidales; es el determinante del

ejercicio humano en el mundo. Lafargue, P., (2016) en el derecho a la pereza, pone en relieve

como la economía crea la idea del trabajo asalariado como necesario, vital y con propósito. Los

efectos negativos de la producción en masa es el excedente de producto, que se manifiesta en el

comercio exterior, valores y por ende mayor necesidad de trabajo. En este ensayo Lafargue apela

por el derecho del hombre al descanso, la recreación, la familia y disfrute, en oposición a la

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enajenación del trabajo y la ideología de que a más trabajo mayor progreso y felicidad futura.

Mientras en la economía se dicte y valoré la capacidad adquisitiva que se obtiene por medio del

trabajo, también lo son el tiempo, el bienestar y la salud. En esta relación intervienen los

modelos de mercadotecnia que se construyen para afectar la percepción humana del valor de los

objetos, maximizar el valor de poseer, crear imágenes de vidas deseables y construir hábitos a

partir de la dependencia en objetos/ alimentos/ bebidas; dondeel significado de bienestar y

felicidad se diseña con expectativas irreales e inalcanzables que en comparativa disminuyen la

satisfacción y crean ansiedades sintéticas en los individuos. Todo esto unido a la globalización

cuya función es desplegar un sinfín de deseos y necesidades.

El psicólogo de la salud debe buscar la manera de crear impacto previendo lo invisible y

lo no hablado pero que genera cambio, utilizando los mismas técnicas económicas, la psicología

de mercado, estilos cognitivos, toma de decisiones, conductismo y diversas para que la

intervención sea un producto vendible y que se compre como producto necesario, es decir vender

la necesidad de la salud. Aunque puede obviarse esta necesidad, la percepción de los usuarios

acerca de qué es salud y enfermedad es lo que genera acción o pasividad.

En este marco, los programas orientados a la salud en relación a hábitos en contra de la

vida como fumar, obesidad y abuso de sustancias, son destellos de acción en una orientación

económica que favorece la producción y distribución de tabaco, sustancias y alimentos nocivos.

Navegar en una sociedad que promueve estos hábitos requiere de fortalezas, voluntad y

motivación que paralelamente son escasos en contextos de pobreza. Si se añade la contaminación

visual, auditiva, ambiental y la falta de apoyo social y sanitario se vuelve rápidamente crisis en

los países en desarrollo. Es necesario entonces tener en cuenta una cooperación holística, y un

conocimiento amplio de la sociedad para que a pesar de las condiciones adversas o el

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determinismo contextual y biológico el individuo se pueda construir en control de sus ideas y de

las acciones orientadas a la salud.

En la actualidad el acento a la salud y una vida saludable se mueve a la par de una vida

hedonista, de distracciones, accesibilidad y tecnologías médicas que permiten menor

responsabilidad y deseo de generar cambios y conductas orientadas a la salud; actualmente se

requiere la mínima acción física/ mental para interactuar, conocer y obtener reforzadores. Los

ídolos que se erigen (Steve Jobs y Bill Gates) de personalidades desafiantes, rebeldes,

millonarios de una idea, fortalecen la pereza y la creencia del éxito sin esfuerzo. Estas pautas de

conducta, aunadas a la posición de la enfermedad mental, que proviene del paternalista modelo

médico orgánico (Landa, P., 2011) otorga un juicio de valor a la enfermedad mental como

entidad maligna que ha producido conductas de evitación (hedonismo, confianza en la ciencia,

uso de paliativos) que minimizan la ansiedad y perpetúan la falta de acción. Es posible que al

modificar la noción de enfermedad como una entidad maligna (cuyo deber ético moral es de

evitar), a una entidad positiva que existe en función al cuerpo y la salud requiriendo la acción

física y mental para combatirlas los programas preventivos en psicología de la salud estarían

unidos a un bienestar integral salud/ enfermedad como elementos positivos y no elementos

opuestos.

Esta exposición hacia un ética de la moral, donde el dolor es por ende malo porque es

contradictorio a la vida; de alguna manera representa una visión ortodoxa y es debatible. El dolor

tiene utilidad y puede también ser visto de forma positiva, es decir como un signo en servicio a la

salud; así como la salud sirve de terreno a la enfermedad; la enfermedad ha motivado a la ciencia

psicológica en la investigación del sufrimiento y médicamente creando la pauta para la

definición diferencial de las enfermedades y la salud. Con esto en mente así como hay diversos

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tipos de enfermedad también hay diversos tipos de salud y diferentes niveles, que a pesar que la

psicología positiva se enfoca en conocer las características (Castro, A., 2010) del hombre sano,

con bienestar engloba la salud, en una sola identidad sin discernir entre las variadas formas en

que se puede expresar. Por otro lado se ha vuelto cultural en la promoción de la salud la práctica

de evitar los trastornos y otorgar a esta una connotación sombría, perjudicial, de mortalidad y

significado oscuro, aún y cuando representa un acto de la naturaleza y propio del conflicto

ecológico de la diversidad social, no es malo en sentido ético que exista un trastorno (en realidad,

es simplemente una reacción, no atenta contra la vida con propósito (no tiene conciencia) solo

encuentra el terreno adecuado para expresarse y es evidencia de la condición humana de la cual

el hombre busca con gran vehemencia distanciarse. El hombre otorga con continuidad casi

genética significados a lo que es natural que opacan la claridad de las ideas y los objetivos reales

de la humanidad, así hablar de salud es también hablar de trastornos en sentido positivo como

motivo de acción, de evolución y de cambio, de evidencia de debilidad física y la necesidad de la

participación activa en la recuperación.

De esta forma el argumento es también en contraposición con las ideas Frommianas y

Freudianas de Necrofilia y Biofilia; Eros y Thánatos respectivamente; hablar de salud y

trastornos podría compararse con Cástor y Polux símbolos del amor fraternal conocidos como los

Dioscuros, uno de ellos (Polux) atraído hacia la condición divina y el otro al destino mortal. Al

morir Cástor, Polux que amaba tanto a su hermano pidió a Zeus que lo reviviera, pero a cambio

éste les dio vida alternada y cuando Cástor pisaba la tierra, Polux se iba a los infiernos y así

cambiaban vida y muerte. (Cid, R., 1981)

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La atención a la salud podría abarcarse desde los trastornos como entidades naturales, con

el propósito de eliminar las connotaciones negativas, a una reacción humana contra las

adversidades. Sería adoptar una visión realista y humanizante cuyo significado se convertiría en

oportunidad al cambio y libertad de elección en la vivencia de los trastornos.

Referencias

Castro, A. (Ed.). (2010). Fundamentos de psicología positiva (1era ed.). Buenos Aires: Paidós.

Cid, R. (1981). Una manifestación del culto a los dioscuros: las inscripciones de Villalis. En

Memorias de historia antigua: paganismo y cristianismo en el occidente del imperio

romano. Universidad de Oviedo.

Labiano, M. (2010). Introducción a la psicología de la salud. En Psicología de la salud y calidad

de vida (3era ed., p. 643). México, D.F.: Cengage Learning.

Lafargue, P. (2016). El derecho a la pereza El mito de prometeo El ideal socialista (2da ed.).

Ciudad de México: Grupo Editorial Tomo.

Landa, P. (2011). Algunas Consideraciones sobre la Adopción del Modelo Médico en

Psicología: el Caso de las Terapias Empíricamente Fundamentadas. Revista Colombiana

de Psicología, 20(1), 107–115.