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CONTENIDO

INTRODUCCIÓN 3

FUENTES DE LA TEOLOGÍA 4

MÉTODOS DE LA TEOLOGÍA 8

TEOLOGÍA ESPIRITUAL 13

TEOLOGÍA MORAL 17

CONCLUSIONES 21

BIBLIOGRAFÍA 22

2
INTRODUCCIÓN

Es importante el tener en cuenta de dónde nace la teología cristiana, toda vez


que al centrarse expresamente en lo que las Escrituras dicen, nos dan la idea
central de lo que el Señor quiere que ocurra en nosotros, al entender que una
fuente es como una manantial que fluye del suelo, podremos espiritualizarlo y
comprender que la fuente de la teología cristiana es el Señor mismo y del cómo
se manifestó para que pudiésemos tener la certeza de que es el camino la
verdad y la vida y no hay otro camino para llegar al plan de Salvación
establecido por Él y como obsequio para nosotros.

Comprender que los métodos son procedimientos que se han establecido como
requisitos para poder realizar un estudio, basados en la verdad (La Biblia) como
lo es nuestra enseñanza en particular, nos llevará en cumplimiento a ello a estar
siempre orientados y guiados por la Palabra del Señor. Sin temor a
equivocarnos o llegar a conclusiones erróneas y alejadas de lo que el Señor
quiere darnos a entender a través de las Escrituras. Basados en ello poder
adquirir las herramientas necesarias y por demás completas para investigar,
analizar, deducir, inducirnos, tener referencias críticas de la hermosura
comprendida en la Biblia.

Reconocer que la ciencia del hombre y sus investigaciones nos lleva a conocer
el procedimiento del cómo hemos llegado a donde estamos parados. Es el
compendio de múltiples investigaciones a través de los tiempos que nos llevan
día a día a una veracidad que el Señor por medio de su Espíritu Santo nos
regala si así se lo pedimos. Es decir, lo que para el hombre ha llevado siglos,
para nuestro Dios es algo que nos puede regalar en poco tiempo al permitirnos
gozar de su sabiduría en su voluntad y para cumplir o llevar a cabo ese
propósito que tiene para con cada uno de nosotros.

Finalmente dejar por sentado que nuestra verdad tiene un inicio y un final en
Las Sagradas Escrituras y pese a todas las diversidades de creencias,
religiones o iglesias, en Cristo tenemos a nuestro único y verdadero Dios y
nuestra única y verdadera certeza en su Palabra.

3
TEMA

INTRODUCCIÓN A LA TEOLOGÍA

FUENTES, MÉTODO Y CIENCIA DE LA TEOLOGÍA

FUENTES
Quisiéramos empezar por definir que es fuente: cuando hacemos una búsqueda
de la palabra fuente, vemos que todo hace referencia a un manantial o lugar de
donde brota agua del suelo. Es decir, es algo que sale de las entrañas de la
misma tierra y que su esencia no ha sido alterada y que nos servirá de modo tal
que podemos entender con mayor facilidad lo inexplicable de las cosas y en este
momento especial en lo que significa y pudiésemos aprender a través de la
teología.

Es por esta razón que para el teólogo en referencia H. ORTHON WILEY, tiene en
la entrada de la ciencia el buscar y conocer las fuentes que nos permitan entender
¿de dónde proviene?, para este caso el manantial de conocimiento y las ha
determinado en dos grandes grupos, a saber:

1. Fuentes Autoritarias
2. Fuentes Subsidiarias

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1. FUENTES AUTORITARIAS

Y como su nombre lo indica impone y basa su esencia en que La teología


Cristiana, como la ciencia de la única religión verdadera y perfecta, basados
en los archivos de la revelación de Dios y en sí mismo Jesucristo. Así que la
Biblia es la única Regla Divina de fe y práctica, y la única fuente
(manantial) primaria de autoridad de la teología cristiana.

Al considerar lo expuesto anteriormente, podremos indicar que solo hay un


camino seguro a seguir, Las Escrituras deben ser nuestra única norma de
fe y práctica. Lo que no encontremos, lo que no podamos comprobar o
probar a través de ellas, no puede ser un artículo de fe para nosotros. Tal
como son conocidas Las Escrituras, son el compendio de las enseñanzas del
Señor Jesucristo, unificando y exponiendo a su pleno significado por la
inspiración del Espíritu Santo. Así las cosas, ninguna fuente futura puede
ponerse por encima de la fuente de toda verdad – el manantial abierto por
Dios en sí mismo. Y totalmente importante, oportuno y correcto enunciar
como lo dice el teólogo en sus escritos “La Biblia significa toda revelación, y
toda la revelación significa La Biblia”.

2. FUENTES SUBSIDIARIAS

Este término subsidiaria nos remite a otro conocido por nosotros de alguna
manera, “filial”, y esto quiere decir que es como una pequeña porción de un
todo, pero que depende de ese engranaje, es decir, que hace su parte en
donde el todo no tiene competencia sin dejar de depender de ello, y nos
sugiere siempre tener en mente tener un enlace.

Continuamos adentrando en los conocimientos expuestos por el teólogo


Wiley, y nos dice que si bien es cierto el Protestantismo reconoce como Las
Sagradas Escrituras como la autoridad suprema y primordial en la iglesia,
también toma en consideración que existen otras fuentes subsidiarias o
filiales y/o secundarias de gran valor para la determinación de la Dogmática
Cristiana. Dentro de ellas se nombran, primero, La Experiencia, la cual se
conoce como la fuente vital de la teología, por cuanto condiciona la correcta
aprehensión de sus verdades; segundo, Las Confesiones o Artículos de fe,
los cuales constituyen la materialización de las creencias de períodos o
grupos particulares, y generalmente se conocen como la fuente tradicional;
tercero, La Filosofía, la cual es la fuente formal de la teología, y cuarto, La
Naturaleza, como una fuente fundamental y condicionante.

1) La Experiencia: no hace referencia solo a la experiencia humana, de la


persona o regenerada; sino que se refiere a la experiencia Cristiana, la
que se hace a través de la Palabra del Señor, en sentido de impartición de
5
vida espiritual por medio de la verdad, y efectuada únicamente por el
Espíritu Santo. El Nuevo Testamento declara que el conocimiento
espiritual de las cosas divinas sólo es posible sobre la base de un contacto
personal con Dios por medio de su Espíritu Santo. El Señor Jesús hizo
énfasis o hincapié cuando dijo: “El que quiera hacer la voluntad de Dios,
conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta”. San
Juan 7:17. Con esto el Señor Jesús nos indica que el hombre no obtiene
el conocimiento de Dios a través de corrientes filosóficas o cualquier tipo
de ciencias, sino por medio de relaciones éticas y espirituales correctas.
Nuestro Señor indica que no podemos experimentar encuentros
especiales, únicos y divinos si nos basamos en el conocimiento de la
ciencia o buscando libros, textos y escritos que el hombre adelante, sino
todo lo contrario, es a través de una conducta de obediencia a la Palabra
del Señor, con un comportamiento que nos lleve a experimentar
encuentros personales con Él por medio de su Espíritu Santo.

2) Artículos de fe: la frase “Yo creo”, significa una confesión de fe o artículos


de creencia. Estas creencias pueden ser personales o colectivas. Son
confesiones que sirven como testimonios públicos que nos llevan a
comprender de otra manera lo que la doctrina de las Sagradas Escrituras
quiere enseñar y/o dar a entender a la iglesia. Estos articulos nunca han
sido impuestos a la iglesia desde afuera, sino que han nacido desde ella,
bien ser por situaciones personales que alcanzaron un ambiente general o
reconocimiento oficial, como podemos verlo en nuestros días a través de
alabanzas por dictar un ejemplo y en otras épocas por los actos de
profetas y reyes que trascendieron hasta nuestros días. Al ser fruto de la
experiencia colectiva o corporativa, corroborada y comprobada por un
grupo más amplio de creyentes. Y al ser basadas en Jesucristo, inspiradas
por el Espíritu Santo, llegan a ser el fruto de una vida cristiana y deben ser
entendidas en un sentido subsidiario como verdaderas fuentes de la
teología.

Las conclusiones a las que ha llegado la iglesia en su interpretación de la


Palabra de Dios y en su defensa contra los errores, es que basados en un
credo cualquiera, si bien es cierto en su punto inicial ya pueden concebir
errores sueles ser imperceptibles al ojo humano, pero a la luz de la
Palabra podremos encontrar hasta dónde el Señor ha permitido que esto
sea sano y hasta dónde no. Lo que nos lleva a darnos cuenta solo
basados en las Escrituras y soportados en el Espíritu Santo dado por Dios,
qué clase de confesiones están alineadas a su verdad y cuáles no, para
poder reconocer con certeza a través del discernimiento de espíritus a que
nos estamos enfrentando.

Las confesiones o artículos de fe, tienen cuatro objetivos: primero, dar


testimonio vivo de la verdad; segundo, testificar contra el error; tercero,
6
proveer un lazo de unión entre aquellos que comparten la misma creencia;
y cuarto, proveer un medio para continuar la sucesión de aquellos unidos
por la creencia, y para instruir a éstos y a sus hijos.

3) La Filosofía: Es la fuente formal de la teología. Su validez como fuente


subsidiaria se basa en que tiene el poder de sistematizar y racionalizar la
verdad, de modo que pueda ser presentada a la mente en una forma
propicia para ser asimilada.

El Cristianismo tuvo su origen en un mundo caracterizado no sólo por


antiguas formas de religión, sino también por antiguos sistemas de
filosofía. Por esta razón el cristianismo entrón en conflicto
simultáneamente con la religión y las filosofías paganas. El Cristianismo
se introdujo como un sistema de verdad revelada, la cual, al provenir del
Dios verdadero, afirmaba su autoridad absoluta. Es por eso que al
exponerse de ese modo y ser pretendida por la razón humana encontró y
seguirá encontrando un conflicto con las filosofías de cualquier época.

4) La Naturaleza como fuente fundamental de la Teología: Las Escrituras


reconocen el hecho de que la naturaleza revela a Dios, no solo por ser
obra de sus manos y podemos verla en todas partes, sino por ser una
afirmación directa. “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento
anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, Y una
noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, Ni es
oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo
sus palabras”. Salmos 19:1 – 4.
El Apóstol Pablo nos lo deja ver de esta forma en su discurso en Listra
(Hechos 14:15-17), también en su discurso en Atenas (Hechos 17:22-34),
haciéndonos ver con claridad que la naturaleza revela a Dios lo suficiente
para que le busquemos y adoremos.

7
MÉTODOS TEOLOGICOS

Los métodos del Estudio Bíblico son una introducción al método inductivo
para estudiar la Biblia tomando en cuenta lo pasos de la observación
cuidadosa del texto, luego su interpretación, aplicación y correlación.
También se consideran los beneficios de la lectura de las Escrituras y
explica cómo preparar, organizar y dirigir estudios bíblicos con el fin de
evangelizar y discipular.

Aplicados a la Teología, estos métodos operan de la siguiente manera:

✓ MÉTODO DEDUCTIVO O A PRIORI

Se conoce como método deductivo o razonamiento deductivo a un tipo


de razonamiento lógico que se caracteriza por extraer conclusiones
válidas particulares a partir de una premisa o hipótesis general.

De acuerdo con este esquema, el conocimiento científico se adquiere


por medio de la captura mental de una serie de principios generales, a
partir de los cuales se deducen sus instancias particulares, que pueden
o no ser demostradas objetivamente.
Estos principios generales pueden provenir de Dios o bien poseer una
existencia ideal, pero en ambos casos son invariables y eternos.
En este método se parte de una premisa predeterminada la cual
procede a establecer una base bíblica en su apoyo, empleando varios
pasajes. Por este sistema se llega a muchas proposiciones y de estas
proposiciones se infieren los hechos.
Como ejemplo podemos entender que Dios recibe a todos los
pecadores arrepentidos (principio general) por consiguiente, se puede
sacar la conclusión de que recibirá a cualquiera si este acude como
pecador arrepentido (Resultado particular).

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✓ MÉTODO INDUCTIVO O A POSTERIORI

La palabra “inductivo” viene del verbo inducir, y éste del latín “inducere”,
que es un antónimo de deducir o concluir. La inducción, se define como
“un modo de razonar que consiste en sacar de los hechos particulares
una conclusión general”. Por tanto, se denomina método inductivo a
aquel mediante el cual se somete un pasaje bíblico a investigación, con
el fin de obtener conclusiones generales sobre su contenido.

Es mayormente apto para la Teología Bíblica. Después de examinar


una gran cantidad de ejemplos de la ira de Dios contra el pecado, se
llegó a la conclusión de que Dios odia el pecado y no al pecador. Se
trata de hechos descubiertos por métodos histórico – crítico.

Es importante resaltar su uso, no solo en el estudio de la Biblia, sino en


la investigación de las ciencias experimentales, basándose en tres
principios de operación:

1. La Observación: Descubrir lo existente


2. La Interpretación: Determinar su significado
3. La Aplicación: Apropiar los resultados.

El seminario Reina Valera aporta a este estudio los siguientes aspectos:


Por observación entendemos el acto de considerar con atención el
estudio intenso de algún objeto, asunto o relato; la práctica de la
observación es indispensable, porque nos permite saturarnos del
contenido del pasaje. Por eso debemos formarnos este hábito de tal
manera que nunca lea una frase o pasaje bíblico sin observarlo
cuidadosamente. Consta de cuatro partes fundamentales:

1. La observación de palabras o términos: La Biblia contiene miles


de palabras con significado oscuro o desconocido. Otras veces las
palabras se usan en sentido figurado, y no quieren decir en el
pasaje lo que significan comúnmente.
2. La observación de las relaciones entre palabras se les llama
estructuras. Las estructuras se relacionan entre sí, por medio de
palabras que adoptan la función de “eslabones” (uniones).
3. La observación de formas literarias generales: El pasaje que
se estudia puede ser prosa, poesía, drama, parábola, literatura
apocalíptica, etc.
4. La observación de la atmósfera, puede ser de compasión,
tristeza, dolor, amor, alegría, humildad, ternura o alguna otra.

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El segundo principio de este método es la Interpretación. El propósito
aquí es determinar el significado de lo que el autor escribió. En este
caso la imaginación se convierte en una valiosa herramienta que nos
ayuda a transformarnos a los tiempos bíblicos, sentir, pensar y actuar,
como lo hicieron los escritores. Este paso consiste en adaptar las
enseñanzas del pasaje a nuestras circunstancias particulares y en
apropiar lo que sea de utilidad a nuestra vida personal.

El proceso de la interpretación gira alrededor de tres puntos principales:

1) La formulación de preguntas interpretativas. Estas son las que surgen


durante el proceso anterior de observación, cuando nos preguntamos el
significado de las palabras, la estructura en alguna parte del pasaje, su
forma literaria, o la atmósfera. Por ejemplo:

Salmo 51:6
He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en secreto me has hecho
comprender sabiduría.

Preguntas interpretativas:

¿Qué tipo de eslabón es he aquí? ¿Quién es tú? ¿en qué tiempo está el
verbo amar? ¿Qué es verdad en lo íntimo? ¿A qué secreto se refería? ¿Qué
atmósfera hay aquí? ¿Qué forma literaria?, Etc.

2) La obtención de las respuestas interpretativas. Es decir, las


contestaciones a las preguntas anteriores. Formular preguntas es realmente
fácil, lo difícil es contestarlas. Para eso el estudiante debe estar dotado de
cuando menos tres cualidades esenciales:
1) Sentido espiritual - de tal manera que sus respuestas concuerden con la
Palabra de Dios.
2) Sentido común para controlar nuestra imaginación y evitar respuestas
exageradas o estrafalarias.
3) Experiencia. EL autor del pasaje escribió de acuerdo con su experiencia
de la vida, y nuestra experiencia nos ayudará para que las respuestas
concuerdan con el propósito original del autor.

3) El resumen de la interpretación. Es el momento de reunir y organizar el


resultado de nuestro trabajo. Esto se puede lograr de varias maneras:
1) Formulando una lista de las enseñanzas descubiertas en el pasaje, las
cuales pueden ir por orden de importancia, o por el orden en que
aparecen.
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2) Dando a las diferentes estructuras un título que describa su contenido.
3) Formulando un bosquejo de pasaje.
4) Escribiendo una paráfrasis del texto bíblico.
5) Elaborando un diagrama o esquema que incluya divisiones, títulos y otros
datos importantes.

Cuadro comparativo entre métodos

INDUCTIVO DEDUCTIVO
1. Venir a la Escritura con una mente 1. Venir a la Escritura con su mente ya preparada para
abierta. de lo que crees que es verdad.
2. Querer descubrir. 2. Querer demostrar lo que ya ha decidido ser verdad.
3. Conclusión es el producto final no es 3. Comienza con las conclusiones hechas - ir al texto para
el punto de partida. encontrar apoyo.
4. Estudio de las Escrituras en su
contexto. 4. Estudio de las Escrituras de una manera fragmentada.
5 Tiende a ser más beneficioso para 5. Puede ser utilizado para apoyar error (doctrinal
corrección de errores. teológica, etc).
6. Es fácil para todo el mundo, con o sin 6. Se puede utilizar sólo si tiene un conocimiento
experiencia. completo de la Biblia .
7. La Biblia me dice lo que es la Verdad. 7.Yo le digo a la Biblia lo que creo que es la Verdad.
8. Trabaja con el texto objetivamente 8. Trabaja con el texto subjetivamente (lo que me
(lo que dice). parece).
9. La interpretación es una sola. 9. Se tiende a llegar a muchas interpretaciones
10. La Biblia es la norma de estándar. 10. Opinión personal se convierte en el estándar.

✓ MÉTODO ANALÍTICO

La palabra analítico tiene su origen en el término griego analysis, que


significa “descomposición”. En el estudio de la Biblia quiere decir
separar o desmenuzar las partes de un pasaje con el fin de arribar a la
médula de su contenido. El método opuesto es el Sintético, en el cual
se realiza la labor contraria, esto es, se resume y compendian las
enseñanzas para poseer un cuadro general y completo de una
determinada porción bíblica.

Para algunos, analizar la Escritura significa estudiar ciertas palabras,


frases a pensamientos de un segmento bíblico que les llama la
atención. Pero esto no es lo que propiamente se llama método analítico.
El análisis de que hablamos principia con una porción entera, que en
este caso invariablemente debe ser un párrafo hasta la frase o
pensamiento que nos interesa en particular. No es una investigación de
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unas cuantas palabras, sino un estudio a fondo de toda la unidad
gramatical.

La gran utilidad de este método reside en que el estudiante se ve


forzado a analizar el texto bíblico y no los comentarios sobre la Biblia.
La tendencia popular es leer el mayor número posible de libros sobre el
pasaje que deseamos entender. Pero eso no es estudiar la Biblia, sino
tomar de lo que los hombres han escrito de ella. Esta actitud puede ser
causada por la simple indolencia mental o por un sentimiento de
incapacidad. El mejor remedio para ambos es la determinación
inquebrantable de trabajar, tal vez lentamente, pero sin desmayar.

Tres son los pasos principales del proceso analítico:


1. El examen estructural: Reorganización del texto. Consiste en
colocar en orden lógico las declaraciones del escritor, de tal
manera que a simple vista se pueda tener todo el desarrollo de su
pensamiento en forma bien organizada. Ejemplo S. Juan 5:1 – 5.

2. El bosquejo del contenido: Presentación sistemática de los


pensamientos del Escritor. Este bosquejo debe apegarse al texto
lo más posible, de manera que se pueda presentar en forma
sistemática del pensamiento del Escritor. Ejemplo S. Juan 5:1 – 5,
“La victoria del creyente”.

BOSQUEJO DE CONTENIDO DEL METODO ANALITICO


¿Qué?:
Cuál es el tema de discusión?, ¿Qué sucede?, ¿Cuáles fueron los
resultados?, ¿Qué sucedió antes?, ¿Qué sucederá? ¿Cuáles
ideas son expresadas?,
* ¿Dónde? ¿Dónde ocurre el evento? (Una guía de estudio será
útil.)
* ¿Cuándo? ¿En qué momento tomo lugar el hecho o la
conversación?
* ¿Por qué? ¿Por qué o cual es el propósito del evento o la
discusión que acontece en ese momento?
* ¿Cómo? ¿Cómo han ido cumpliéndose los hechos? ¿Con qué
rapidez? ¿Cómo están respondiendo las personas?

3. Las observaciones: Búsqueda de enseñanzas pertinentes. La


observación debe girar en torno a las siete preguntas
fundamentales, a saber: ¿Qué?, ¿Cuando?, ¿Dónde?, ¿Cómo?,
¿Por qué?, ¿Quién? y ¿Para qué?, las respuesta a ello
constituirán el verdadero fruto del estudio analítico.

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INVESTIGACIÓN ADICIONAL: TEOLOGÍA ESPIRITUAL Y MORAL

1. TEOLOGÍA ESPIRITUAL

La espiritualidad como “nueva” disciplina teológica fue un tema candente a


principios del siglo XX, si bien sus antecedentes son tan antiguos como la
teología misma. Con la institucionalización de la cátedra en 1931, se generalizó
la nomenclatura de “Teología Espiritual” y comenzó el desarrollo de los
tratados de la disciplina. El Concilio Vaticano II prefirió insistir en la unidad
de la teología y su dimensión espiritual; también fue la orientación que siguieron
los grandes teólogos del siglo XX. ¿Qué futuro se abre para la espiritualidad
en los estudios teológicos del siglo XXI? En este artículo, se retoman los
principales hitos del pasado siglo y algunas contribuciones significativas de
las últimas dos décadas sobre el estatuto epistemológico de la “Teología
Espiritual”.

Nociones generales de espiritualidad

1.1.- Nombre y concepto fundamental de Espiritualidad

Es el estudio de los caminos del Espíritu, que al paso de los siglos, ha recibido
nombres diversos: como mística, ascética, teología ascético-mística, teología de la
perfección cristiana. Actualmente se habla sobre todo de Espiritualidad y de
Teología Espiritual.

Por su parte mística es palabra de origen griego, cuya etimología sugiere lo


misterioso, secreto, arcano. Ya en el s. V-VI el Pseudo-Dionisio habla de
THEOLOGIA MYSTICA. En el XVI, San Juan de la Cruz entiende la TEOLOGÍA
MÍSTICA como una sabiduría secreta, infundida en el alma por el Espíritu, a
oscuras del entendimiento y de las otras potencias naturales (II Noche 17,2).
Ascética es también palabra griega, que significa el esfuerzo metódico para
adiestrarse física o espiritualmente (1cor 9,24-27; flp 3,14; 2 tim 4,7).

El término Teología espiritual es empleado por el concilio Vaticano II (SC 16) y hoy
más usado en documentos eclesiásticos y escritos teológicos.

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1.2.- Naturaleza

Recordemos en primer lugar que la teología es una, es decir, es una ciencia, y


como tal tiene una unidad formal. Al lado de la Cristología, el estudio de la gracia,
la eclesiología y los demás tratados dogmáticos o morales, la teología espiritual es
una parte más del árbol único de la teología.
Podemos definir, pues, la teología espiritual como una parte de la teología,
que estudia el dinamismo de la vida sobrenatural cristiana, con especial
atención a su desarrollo perfectivo y a sus connotaciones psicológicas y
metodológicas.

Al estudiar en teología, por ejemplo, la oración, la dogmática estudiará su


posibilidad y naturaleza, la moral su conveniencia y necesidad, pero será la
teología espiritual la que considere y describa la dinámica perfectiva de la oración
cristiana, las fases típicas de su desarrollo, las connotaciones psicológicas de la
misma, y los métodos para ejercitarse en ella.

Según lo expuesto, la teología espiritual se deduce no solo de los principios


doctrinales (Biblia, Magisterio, teología especulativa) sino también de los datos
experimentales atesorados por las generaciones cristianas, y muy especialmente
por los santos -hagiografía-. En efecto, los santos de Cristo son testigos
sumamente fidedignos del verdadero "camino del Señor" (Hech 18,25), y nos
indican por dónde va y cómo hay que andarlo. Si queremos, pues, conocer cómo
obra normalmente el Espíritu Santo en los cristianos, estudiemos con atención las
vidas y escritos de los santos, pues ellos fueron hombres perfectamente dóciles a
la acción divina de la gracia.

Digámoslo de otro modo: Espiritualidad Cristiana verdadera es aquella que en la


práctica hace santos a quienes la siguen.
Camino cierto de perfección cristiana es aquel que de hecho conduce a ser
perfecto como el Padre celestial es perfecto.

Las fuentes de la teología espiritual

1.- La Sagrada Escritura

El valor absolutamente privilegiado de la Sagrada Escritura en orden a la


elaboración de la teología espiritual se apoya en el hecho de que en ella
se contiene simultáneamente la revelación objetiva del proyecto salvífico
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de Dios, la vida ética como condición para la participación en la vida divina
y la resonancia en los fieles de esta revelación, es decir, la experiencia
que tienen de ella. En cuanto que la vida espiritual es apropiación personal
del misterio de fe, la sagrada Escritura se manifiesta para ella como luz y
como alimento una función esencial; en efecto, el mensaje bíblico contiene
la substancia del misterio que se ha propuesto a la asimilación personal
del creyente.

La Sagrada Escritura nos propone las experiencias fundadoras de toda


vida cristiana. Esto vale en particular para el Antiguo Testamento, cuyas
figuras ejemplares trazan una pedagogía para la vida espiritual del
cristiano. Los apóstoles se refieren al Antiguo Testamento de varias
maneras complementarias:

1.- en un primer nivel, interpretaban su experiencia de Jesús, el Cristo, a


través de las categorías veterotestamentarias que formaban el esqueleto
de su inteligencia religiosa;

2.- en un segundo nivel, por el contrario, la fe en Cristo les impuso una


relectura del Antiguo Testamento, renovando de este modo su experiencia
de fe.

3.- ponemos un tercer nivel, definido por la vida de las Iglesias locales:
como pertenecían a unas comunidades que solicitaban su testimonio y su
enseñanza, los escritores del Nuevo Testamento tuvieron que
reconsiderar el acontecimiento-Jesucristo seleccionando los episodios y
las palabras que correspondían mejor a las necesidades de las diversas
comunidades.

- Los Padres de la Iglesia.

Basándose en la sagrada Escritura, los padres de la Iglesia desarrollaron


siempre en sus comentarios los diversos aspectos de la vida cristiana. Su
reflexión teológica pone de manifiesto no solo los aspectos doctrinales que
con frecuencia la polémica les obliga a discutir, sino también los aspectos
morales y espirituales El punto más importante es la articulación de la
teoría y de la práctica. Es precisamente esa intima compenetración la que
a simple vista hace aparecer a los escritos patrísticos como espirituales.
Su método consiste principalmente en seguir el texto de la sagrada
Escritura, procurando señalar los diversos niveles de comprensión que
corresponden a los distintos sentidos de la misma.

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- Magisterio y los Textos Doctrinales que se Refieren Directamente a la
Teología Espiritual

Mientras que el magisterio eclesiástico ha intervenido poco en los


problemas de espiritualidad, los textos del concilio Vaticano II contienen
muchas indicaciones de teología pastoral y, por consiguiente, de teología
espiritual. El concilio no ha anulado las diversas tradiciones espirituales
cristianas, sino que ha puesto el acento en algunos aspectos de la vida de
la Iglesia (el pueblo de Dios, el laicado, la liturgia, etc.), que deben
integrarse en la búsqueda de la espiritualidad de nuestros días de gran
importancia los escritos que contienen una reflexión teológica comprobada
por la experiencia espiritual: muchos escritos de los Padres y de los
doctores de la Iglesia entran en esta categoría: baste pensar en Orígenes,
en Gregorio de Niza, en san Bernardo, en san Buenaventura. Su
aportación es preciosa y duradera. Las enseñanzas de los santos que
trataron directamente de la doctrina espiritual.

- La Historia de la Espiritualidad.

Puesto que la experiencia cristiana es el objeto de la teología espiritual, su


elaboración requiere un contacto continuo y lo más amplio posible con el
conjunto de esta experiencia, considerada en su densidad histórica.
Efectivamente, la reflexión teológica de la espiritualidad no puede olvidar
las corrientes espirituales profundas y duraderas que han marcado a
generaciones enteras y han producido grandes modelos de santidad. De
esta consideración histórica resalta con fuerza la variedad de las
experiencias espirituales.

- La Experiencia Personal

La experiencia espiritual es absolutamente necesaria para dar un


contenido concreto a los conceptos espirituales, ofreciendo una
comprensión adecuada de los mismos o, por lo menos, una pre-
comprensión que permita adentrarse correctamente en el estudio de la
espiritualidad. Sin embargo, la necesidad de la experiencia en primera
persona no debe entenderse como si esta experiencia tuviera que ser
universal las autobiografías tiene mayor valor, aun cuando, en su
interpretación, hay que tener en cuenta las características culturales de su
autor.

16
CONTENIDO
Aun cuando el objeto de la teología espiritual es la misma vida espiritual y
la santidad, existen discrepancias entre los teólogos acerca de las partes
del tratado o del orden de los contenidos.
Garrigou – Lagrange en su libro Las tres edades de la vida interior
propone cinco partes: las fuentes de la vida interior y su finalidad, la
purificación del alma, los progresos del alma, la unión de las almas
perfectas con Dios y las gracias extraordinarias. Royo Marín divide el
estudio en cuatro partes: los principios fundamentales de la vida cristiana,
el organismo sobrenatural y la perfección cristiana, el desarrollo normal de
la vida cristiana y los fenómenos místicos extraordinarios.
Es decir, que la Teología Espiritual es la ciencia que estaba encaminada al
estudio de la perfección y del progreso. Esta forma de sistematizar la vida
cristiana no es aceptable. No se puede, en efecto, establecer una
distinción esencial como si la perfección no entrase en el ámbito del bien
moral y la Teología moral no se ocupase de la santidad, sino sólo de la
salvación del hombre.
La Teología espiritual, se ocupa más directamente de las leyes que rigen
el crecimiento hacia el pleno amor de Dios y a los demás, y de los medios
que conducen a él, estudiando el quehacer cristiano en su dimensión
personal y experiencial. Se complementan, pues, mutuamente.

17
2. TEOLOGÍA MORAL
La Teología moral, vivificada por la dogmática, estudia la estructura del obrar
cristiano que tiende al pleno desarrollo de la gracia. La Teología Espiritual,
enraizada en la moral y dogmática, describe el proceso que sigue el alma desde
los comienzos de su vida cristiana hasta la cumbre de la santidad, explicando
las leyes y condiciones del progreso de la vida espiritual, la evolución de la libre
colaboración del cristiano a la vida de la gracia, don gratuito de Dios, etc.
La teología (del griego teos, Dios y logos, conocimiento) define el estudio de
Dios partiendo de los principios de la Revelación, que constituyen su materia
propia (por contraposición a la teosofía que pretende alcanzar el conocimiento
de Dios sin la Revelación divina).
La moral (del latín mor, moris, costumbre) hace referencia a las normas debidas
en los actos humanos.
La definición clásica de la teología moral es la de “parte de la teología que trata
sobre los actos humanos ordenados a su fin sobrenatural”.
La otra parte de la teología, la llamada dogmática o especulativa, estudia a Dios
en sí mismo, y se ocupa de explicar, desentrañar y desarrollar las verdades de
la fe y definir los dogmas a partir de las fuentes de la Revelación.
La teología moral, por su parte, considera los actos sobrenaturales que nos
llevan a Dios.
Así, la primera se ocupa de Dios en cuanto principio de todo lo existente,
mientras la segunda trata sobre el movimiento de la criatura racional hacia Dios
como fin de su existencia (CIC 1696).
La teología dogmática o especulativa se fija en el objeto de nuestra Fe,
mientras la teología práctica o moral lo hace en la virtud de la Caridad.
Es importante recalcar que la moral y la dogmática son dos brazos de la misma
teología, y no dos disciplinas distintas. Ambos se completan y complementan, y
no marchan por separado ni se contradicen. Doxia y Praxis actúan siempre de
consuno, por tanto, no puede existir ortodoxia sin ortopraxis ni viceversa.

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La teología moral es una rama de la teología, que trata con el bien y el mal en el
comportamiento humano. La mayoría de las religiones tienen un componente
moral (se habla pues de la moral religiosa en contraposición con la moral
Anular), y de abordar el problema de la ética históricamente dominado por la
ética secular enfoques. Desde el punto de vista teológico en las religiones, en la
medida en que la ética se deriva de verdad revelada de las fuentes divinas, la
ética se estudia como una rama de la teología. Muchos creen que la Regla de
Oro, que enseña a la gente a "tratar a los demás como usted quiera ser
tratado", es un denominador común en muchas de los principales códigos
morales y las religiones.
La ética cristiana radica en la práctica del bien y de las buenas obras, tal como
lo manda Jesucristo en el Evangelio. Por otra parte, el bien o el buen obrar está
presente de modo intrínseco en la persona misma, que según el dogma
cristiano fue hecho a imagen y semejanza de Dios. Cabe hacer notar que en la
cultura luterana de los países nórdicos se cree que el hombre no es bueno en sí
mismo y que necesita a Dios para librarse de su mal obrar.

La teología moral es un término utilizado para describir el estudio de Dios,


desde la perspectiva de cómo debe vivir el hombre, a fin de atraer la
presencia o el favor de Dios. Mientras que la teología dogmática trata con
la enseñanza o doctrina oficial, la teología moral trata con el objetivo de la
vida y cómo es alcanzado. Así que, la meta o propósito de la teología
moral, es simplemente, determinar cómo debe vivir el hombre.

2.1. FUENTES

Las Sagradas Escrituras- textos redactados por mano humana bajo la


inspiración del Espíritu Santo- son la primera y principal fuente de la moral
cristiana, en busca de la forma en cómo debemos comportarnos, hablar,
caminar, obrar, pensar, etc., basados en la ética. Y en este momento y en
cualquier época no encontraremos otro libro en el cuál podamos
comprender de manera amplia y extensa a lo que la Biblia nos lleva y
enseña, porque como dice la Palabra del Señor: “Toda la Escritura es
inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra”. 2 Timoteo 3:16.

En el Antiguo Testamento se hallan los preceptos de la ley natural,


resumidos en el Decálogo. Cabe recordar que los preceptos rituales y
jurídicos de la Antigua Ley pudieron ser modificados o abrogados por la

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Nueva Alianza dada por Jesucristo. Los preceptos morales, no obstante, se
conservan debidamente iluminados por el nuevo mandamiento del Amor.

La Tradición cristiana recoge todas aquellas verdades de fe transmitidas


oralmente por Cristo a los primeros discípulos o por inspiración directa del
Espíritu Santo a los apóstoles y que estos conservaron, ya que es bien
sabido que no toda la revelación divina se halla en la Sagrada Biblia (Jn
21, 25).
Por último, existen una serie de fuentes secundarias de la teología moral,
que son la razón natural, la autoridad de los filósofos y las diversas
ciencias que son influidas o influyen en la moral, auxiliándola, como son el
derecho, la historia, la medicina, la psicología, la sociología, la economía y
la política

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CONCLUSIONES

1. Toda ciencia tiene su propio método, determinado por su naturaleza.


2. Si una persona toma un método falso con seguridad tomará el camino
equivocado y no llegar a su destino.
3. No se puede aplicar el mismo método a la Teología como el de otras ciencias,
porque llegaremos a conclusiones desconocidas y erradas.
4. Un método es el procedimiento para alcanzar un determinado fin. Y el fin es
hallar la verdad y así poderla enseñar.
5. El método es el conjunto por el cual el teólogo en este caso (Las Escrituras) se
rige en su investigación.
6. Se basa en dos métodos importantes, a priori o deductivo que se basa en lo
que la naturaleza nos muestra y enseña.
7. El posteriori o inductivo, y se comienza a recopilar hechos reales bien
establecidos y de ellos determinar las leyes generales que determinen su
concurrencia.

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