Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Georg SimmeJ
Sociolog’a, 1
Estudios sobre las formas
de socializaci—n A lia n z a U niversidad
BH3U0T1
J l ras u n p er’od o de rC afivo Je
;mtc?Žd hacia <& ob ra , los desarrollos m‡s recientes de la s o c io lo À ;a
han d e /u e lto a G E O R G SIM M E l . ( ’ 858-! 918) 1 piem iiiente lugn.r
que le corresponde en el ‡m bito d e la disciplina. Publicada en 1908 ;;
traducida en 1977 al castellano por Revista tic O ccidente, su
S O C IO L O G IA apunta hacia el a m b icioso ob jetivo de c o r ic rir a’
(con cepto vacilanteÈ de esc ‡rea <k con ocim ien tos Çu n con tenido
iiiequ ivoco, regido p o r un pensam iento seguro y Èm et—dicoÈ Sirnrjel
en’a p’en i conciencia de que el car‡cter de ciencia n u e v i de i.i
soeiologtŸ exig’a esa fundam entac’on b‡sica que hiciera Árd ise jtiH e
.a legitimidad de* sus problem as: {jorque si la linc‡ que .raza c)
investigador entre los fen—m enos Çn o encuentra f—rmula propia cu
r nguna provincia, de reconocidas disciplinas cien! i ticasÈ, entonces
ocurrir‡ que Çsu lugar en el sistema de las ciencia?. !a dis us'—n de
sus m Žtod os y dt sus posibles fru tos constituye un problem a iude-
p en d -.Çu cÈ. Pura lograr ese p rop osito, esiOÀ E ST U D IO S S O P R L
LA S F O R M *’> D E S O C IA L IZ A C IO N -s u b tit u lo de H c b -a .
publicada en lo? volœm enes p<'r r a /o ies editonale?Ñ rc-Tz-an m
am plio y m in ucioso an‡lisis sobre las cuestiones, tanto abstr‡ete.È
c o m o p. i oculares, que se plantean a lo largo de diez c p ’ l a l o s : ci
problema de la sociolog ’a ; la cantidad en ios grupos spep’esy la
su bordinaci—n: ia lucha: ci secreto y Õ a sociedad secreta; el c mee de
los c’rculos sociales; el pobre; la aut-acondenacior. de 'tos grupos
sociales, c> espacio y la sociedad: la. am pliaci—n de los grupos v la
form aci—n de la indiv-dualidad.
A lia n z a E d itorial
C u b ie rta D a n iel G Á
f^UL†ft”E !! Cl•UCliS SOClftlS E ElWf™
b i b l i o t ec a
U N L C SH FaculijWe te Cin
‘ cfas Sortais ?
Hunanas
A¥ ¥*Ç Sarna ?‰-L
So c i o l o g i a I
K stu d io s s o b r e las fo r m a s
d e s o c ia liz a c i— n
th &¡ 1/‡
Georg
O Si mm el
Sociolog’a 1
E studios sobre las form as
de socializaci—n
Alianza
Editorial
¥litÇ-!.. . . . y . i l l : ,'v’È’'ix’<iiÁi’ l , Õi i : c n W Õ vr .-Àt / Á u ! n ' l œ e f -o r m v È i h
V<-Õ. - ; s, ,Á /9Cij’
P r — lo g o.................................................................................................................................................. 9
11
12 S ociolog’a
la exclu si—n hac’a afu era, e in fin itas form as sem ejantes se
encuentran, as’ en u na sociedad pol’tica, como en u n a com u
n idad religiosa; en u na banda de conspiradores, com o en u n a
cooperativa econ—m ica; en una escuela de arte, com o en u na
fa m ilia . P o r va riad o s que sean los intereses que lleva n a esas
socializacion es, la s form as en que se presentan pueden ser las
m ism as. P o r otra parte, un m ism o interŽs puede m ostrarse en
socializacion es de form as diversas, E l interŽs econ—m ico, por
ejem plo, lo m ism o se realiza por la concurrencia que por la
organ izaci— n de los productores con arreglo a u n plan; unas
veces por separaci—n de grupos econ—m icos, otras, por an exi—n
a ellos. L o s contenidos religiosos, perm aneciendo idŽnticos,
adoptan unas veces u na form a liberal, otras, u na form a cen
tralizad a. L o s intereses basados en las relaciones sexuales se
satisfacen en la p lu ra lid a d casi in calcu lable de las form as fa
m iliares. E l interŽs pedag—gico ta n pronto da lu g a r a u na
relaci—n lib eral del m aestro con el d isc’p u lo, como a u n a fo r
m a desp—tica; u n a s veces produce acciones rec’procas in d iv i
d u alistas entre el m aestro y los distintos disc’pulos, y otras
establece relaciones m ‡s colectivas entre el m aestro y la tota
lidad de los d isc’p u lo s. A s ’, pues, de la m ism a m anera que
puede ser œ n ica la form a en que se realizan los m ‡s divergen
tes contenidos, puede perm anecer œ n ica la m ateria, m ientras
la convivencia de lo iT in d ivid u o s en que se presenta se ofrece
en una gran diversidad de form as. D e donde resulta que si
bien en la realidad la m ateria y form a de los hechos constitu
yen una insep arable u n id ad de la vida social, puede extraerse
de ellos esa legitim aci—n del problem a sociol—gico que recla
ma la determ inaci—n, ordenaci—n sistem ‡tica, fun d am en taci—n
psicol—gica y evolu ci— n h ist—rica de la s puras form as de so
cializaci—n .
E ste problem a es opuesto totalm ente al procedim iento
por el cual se h a n creado las diversas ciencias sociales exis
tentes. E n efecto, la d ivisi—n del trabajo entre ellas est‡ ab so
lutam en te determ inada por la diversidad de contenido. T a n to
la econom ’a pol’tica, como el sistem a de las o rgan izacion es
eclesi‡sticas, tanto la h isto ria de la ense– an za como la de las
costum bres, tanto la pol’tica como las teor’as de la vida se
xual, etc., se h an distribu ido entre s’ de tal m odo el cam po de
20 S ociologia
m as, por m edio de las cuales los hom bres se so c ia liz a n y que
por tanto co n stitu yen la ÇsociedadÈ sensu strictissim o ; lo cual
no se desvirtœa p o r la circu n stan cia de que el contenido de la
socializaci—n , la s m odificaciones especiales de su fin e interŽs
m aterial, decidan a m enudo, o siem pre, sobre su conform aci—n .
Ser’a totalm ente err—nea la objeci—n que afirm ase que todas
estas form as (jera rq u ’a s y corporaciones, concurrencias y fo r
m as m atrim o n iales, am istades y u sos sociales, gobierno de
uno o de m uch os), no son sino acontecim ientos producidos
en sociedades y a existentes, porque si no existiese de a n te
m ano una sociedad, fa lta r’a el supuesto y la ocasi—n p ara que
surgiesen esas form as. ILsta creencia dim an a de que, en todas
las sociedades que conocem os, actœan u n gran nœ m ero de tales
form as de relaci—n , esto es, de so cializaci—n . A u n q u e s—lo que
dase u n a de ellas, tendr’am os aœn ÇsociedadÈ, de m an era que
todas ellas puede parecer agregadas a u n a sociedad y a term i
nada, o n acidas en su seno. P ero si im agin am os desapareci
das todas estas form as sin gulares, y a no queda sociedad n in
guna. S — lo cuand o a ctœ a n esas relaciones m utuas, p roducidas
por ciertos m otivos e intereses, surge la sociedad. P o r co n si
guiente, aunque la h isto ria y leyes d Ž la s organ izacion es to ta
les, as’ su rgid as, son cosa de la ciencia so cia l en sen tido
am plio, sin em bargo, teniendo en cuenta que Žsta se h a escin
dido ya en las cien cias sociales particulares, cabe u na S o cio
log’a en sentido estricto, con un problem a especial, el p roble
ma de las form as ab stra’das, que m ‡s que determ inar la
so cializaci—n , la co n stitu y en propiam ente.
P o r tanto, la sociedad, en el sentido en que puede tom arla
la S o cio lo g ’a , es o el concepto g en eral abstracto que abarca/
tod as estas form as, el gŽnero del que son especies, o la su m a
de fo rm as que a ctœ a en cada caso. R e s u lta , adem ‡s, de este
concepto que un n œ m ero dado de in d ivid u o s puede ser socie
dad, en m ayo r o m en or grado. A cada nuevo aum ento de for
j a c io n e s sintŽticas, a cada creaci—n de partidos, a cada u n i— n
Para u n a obra com œn, a cada distribuci—n m ‡s p recisa del
m ando y la obediencia, a cada com ida en com œn, a cada adorno
que uno se ponga pora los dem ‡s, va haciŽndose el m ism o g ru
po cada v e z m ‡s ÇsociedadÈ que antes. N o h a y sociedad a b so
luta, en el sentido de que fuera necesario previam ente su su -
22 S o c io lo g a
(t) C uando Çc in ici— u n a n u eva m anera Je con sid era r In.e h e ch o s, h Ç> <jue
apoyar lo s d istin to s a sp ectos d e Sus m Žtod os en a n eja r’a s sacadas d e ca m p o s >S c o n o
cidos; pero œ n icam en te el p rocesa (a ca so in fin ito ) en virtud del cu al el p rin c ip io se
d en tro de la in v estiga ci—n con creta (ren ’izacidn <{t:c dem uestra su fe cu n d id a d ),
PQÇde hacer aupcrflu as $exne.Áentes analog’a., y m ostra r ln igualdad de fo rm a en cu b ierta
*Jo lo diversidad de m ateria l. C la ro est‡ ÇJuc este p roceso aclara diclsas a n a log’a s a
h ed id a n u c ’a È hace su p erfiu a È.
36 S ociolog ’a
gor’as espec’ficas debe poseer el kom bre p ara que su rja esta
conciencia y , por con sigu ien te, cu‡les son las form as que
debe tener esta consciencia u n a vez form ada, la sociedad cons
titu id a como hecbo sabido? T o d o esto puede con stitu ir u n a
epistem olog’a de la sociedad. E n lo que sigue inten tarŽ esbo
zar, com o ejem plo de ta l in vestig a ci— n , a lg u n as de estas con-
diciones o form as de socia liza ci— n , que actœ an a priori. a u n au e >
–o puedan ser designadas, com o las categor’as k a n tia n a s , con
una sola palabra.
I. L a idea que u n a p erson a se form a de otra, m ediante
contacto person al, est‡ condicionada por ciertas m odificacio
nes que no son sen cillo s errores de experiencia incom pleta, o
falta de agudeza en la visi— n por prejuicios de sim p a t’a o a n
tipat’a, sino cam bios radicales en la estructura del objeto real.
E stas m odificaciones cam inan en dos sentidos. V em o s a los
dem‡s gen eralizad os en cierta medida, acaso porque no nos
es dado representarnos p len am ente u na in d iv id u a lid a d dife
rente de la nuestra. T e d a im agen que u n alm a se form a de
otra est‡ determ inada por la sem ejan za con ella; y si bien
no es Žsta, en m odo algun o, la condici—n œ n ica del conoci
m iento esp iritu al Ñ y a que, por una parte, parece necesaria
u n a desigualdad sim u lt‡ n ea p ara que b a y a d ista n cia y obje
tividad, y, por otra parte, u na capacidad in telectual que se
m antiene m ‡s all‡ de la igu ald ad o no ig u a ld ad del ser - ,
un conocim iento perfecto presupondr’a, sin em bargo, u na
igu ald ad p erfecta. P arece com o si cada h om bre tuviese en si
un punto p rofu ndo de in d ivid u alid ad que no pud iera ser im a
ginado interiorm ente por n in g œ n otro, cu yo centro in divid ual
es cualitativam ente diverso. Y s’ esta exigen cia no es com pa
tible l—gicam ente con la d istan cia y en ju iciam ien to ob jetivos
en que descansa nuestra representaci—n del otro, ello prueba
solam ente que n os est‡ ved ado el conocim iento perfecto de hi,
in d iv id u a lid a d ajena. D e la s variaciones de esta deficiencia
dependen las relaciones de u n o s hom bres con otros. A h o r a
bien; sea cu al fuere su causa, es su consecuencia en todo caso
u na gen eralizaci—n de la im agen esp iritu al del otro, u n a con-
,fu si— n d e con to rn o s que p one en relaci—n con otras esa im a-
j?en, que debiera ser œ n ica. P a r a los efectos de nu estra conduc
ta pr‡ctica, im agin am os a todo hom bre como el tipo ÇhombreÈ
44 S ociologia
social a que pertenece. Y sobre todo esto flota com o prin cipio
eur’stico la idea de su defin ici—n real, absolutam ente in d i
v id u a l. P ero si bien parece que œnicam ente cuando h ayam os
conseguido Žsta podrem os establecer nu estra relaci—n justa
con el otro, sin em bargo, esas m odificaciones y tran sform acio
nes que im piden su conocim iento ideal son, justam ente, la s
condiciones merced a las cuales resu ltan posibles las relacio
nes; que conocem os como sociales Ñ poco m ‡s o m enos del
m ism o m odo que, en K a n t. las categor’as del entendim iento,
al convertir las intu iciones dadas en objetos com pletam ente
nuevos, h acen que el m undo dado resulte cognoscible.
I II. H a y otra categor’a desde !a cual los sujetos se ven a s’
I m ism os, y u n o s a otros, y se tran sfo rm an de suerte que pueden
( p roducir la sociedad em p’rica. E sta categor’a puede form u larse
en la afirm aci—n aparentem ente triv ia l de que cada elem ento
f/de u n gru p o no es s—lo u n a parte de la, sociedad, s in o adem ‡s
a lg o fuera~de ella. E ste hecho actœa com o u n aprior i social,
porque la par’Ž~3 el in d ivid u o que no se orienta hacia la socie
dad o que no se agota en la sociedad, no debe concebirse como
algo que se h alla jun to a la parte social, sin relaci—n con Žsta,
com o a lg o que est‡ fu era de la sociedad, com o algo a que la
sociedad debe dejar espacio, quiŽralo o no. E l hecho de que el
’jn d i v iduo en ciertos aspectos no sea clen\£nlO-d.e la sociedad,
> co n stitu y e la condici—n p o sitiv a p ara que lo sea en otros aspec
tos, y la ’ndole de su ÇsocialidadÈ est‡ determ inada, al m enos
| en parte, por la ’ndole de su ÇinsocialuladÈ. E n las in vesliga-
Ô ciones que siguen verem os a lg u n o s tipos cuyo sentido sociol—
gico queda fijado en su esencia y fundam ento, justam ente por
el hecho de estar excluidos en cierto modo de la sociedad, para
la cual, sin em bargo, es im portante su existencia; a s’ ocurre con
el extranjero, el enem igo, el delincuente y a u n el pobre. P ero
esto puede aplicarse, no s—lo a estos tipos generales, sino, con
incontab les varian tes, a tod a existencia in d ivid u al. E l hecho
de que en cada m om ento n os h allem o s envueltos en relacio
nes con otros hom bres, y directa o indirectam ente determ ina
dos por ellas, no argu ye nada en contra de esto; porque la co-
I lectiv’d ad social se refiere justam en te a seres a los que no
abarca_poiLj:omplcÔto. Sabem os que el em pleado no es s—lo
em pleado, que el com erciante no es s—lo com erciante, que el
£| problem a de la so cio lo g ’a -È7
5?
58 Sociolog’a
m entos p ara c[ue los de afu era m id en el poder del grupo; bien
porque el grupo no puede form arse com o no sea in clu yen d o a
todos los elem entos: p o r ejem plo: en m ucb os carteles in d u s
triales. P o r consiguiente, cuand o a u n grupo se le plantea
la cuesti—n Ñ en m odo a lg u n o ap licab le a todos Ñ de to ta
lid ad , la cuesti—n de si todos lo s elem entos a que se extiendo
su p rin cip io est‡n realm ente conten idos en Žl, b a y que dis
tin g u ir cuidadosam ente las consecuencias que se derivar,
de esta totalidad y las que se d erivan de su tama–o. C la ro
est‡ que el gru p o ser‡ m ‡s grand e si est‡ com pleto que s’ est‡
incom pleto. P ero lo que tiene im p ortancia para ciertos grupos
n o es la p u ra cantidad, sin o el problem a Ñ derivado Ñ de si
con esa can tidad queda rellen a cierta ‡rea prefijada. A s ’, en el
caso de la s coalicion es obreras las desven tajas que, por pŽrdi
da de co b esi— n y u n id ad , trae consigo el mero aum ento n u
m Žrico, est‡n com pensadas por las ven ta ja s an tag—n icas que
resu ltan de la m ayo r ap roxim aci—n a la totalid ad .
E n general, las in stitucion es p ropias de lo s grandes c’rcu
los pueden explicarse com o com pensaciones o su stitu tivos de
la cobesi—n persona! e inm ediata que caracteriza los c’rculos
peque–os. S e trata de in stan cias que o rga n iza n y m ediatizan
las acciones rec’procas de los elem entos, actuando a s’ como
su sten t‡cu lo s de la u n id ad social, y a que Žsta ba dejado de
ser u na relaci—n de persona a persona. C o n este objeto su r
gen los cargos y representaciones; las leyes y los s’m bolos
de la vida social; las o rgan izacion es y los conceptos sociales
generales. D e la fo rm aci— n y fu n cio n am ien to de estas in s
tituciones tra ta este lib ro en num erosos pasajes; bastar‡,
pues, in d icar aqu ’ su relaci—n con el pun to de vista n u m Ž
rico. S — lo en grandes c’rculos se producen, puras y bien des
arro llad as, como form as abstractas del nexo social, y a que
la s form as concretas no pueden e x istir en gru p os de cierta
extensi—n. S u fin alidad, que se Tamifica en m iles de cualidades
sociales, descansa, en œ ltim o tŽrm ino, sobre supuestos nu m Ž
ricos. E l car‡cter tran sp erso n al y objetivo con que frente
a los in d ivid u o s se presentan esas encarnaciones de las ener
g’as sociales, procede justam en te de la m uchedum bre de ele
m entos in d ivid u ales activos. E l gran nœm ero de Žstos p a ra liza
lo in d iv id u a l y eleva lo gen eral a ta l altu ra, que aparece
i_a cantidad en los g ru p os sociales 67
de ello, p oseem os s u co n o cim ie n to y com p ren si—n : p ero s — lo cu a n d o la distancia sup rim e
el c o n ta cto in m ed ia to, en tod os sen tid os, p oseem os la ob jetivid a d , a u e es tan necesaria
c o m o la p rox im id a d para ju z g a r. E ste d u a lism o d e la p ro x im id a d y la leja n ’a .
<jue ta n n ecesa rio es p ara la co n d u cta u n iform e, con trib u y e, en cie rto m o d o , a u n a de las
fo rm a s fu n da m en ta les d e nu estra vida y del p rob lem a vitaL U n o y el m ism o a su n to
n o p o d r‡ ser tra ta d o, p o r u n a parte, m ‡* 4 u c d en tro d e u n a a so c ia ci— n estrecha; m as,
p o r o tra , necesitar‡ serlo en una grande. H e acÁui u n a con tra d icci— n fo rm a l s o c io l— g i
ca , a u e c o n stitu y e u n ca so especial d e a cu e lla gen eral h u m ana.
L.a cantidad en los grupos-sociales 69
(i) D e es to s c o r r e la c io n e s t r a t a m o s d e t a lla d a m e n t e e n e l œ l t i m o c a p ’ t u lo .
102 S o c io lo g y