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Literatura juanina

La literatura juanina es el conjunto de libros del Nuevo Testamento que se asocian al nombre
de Juan. Por la lectura de estos textos se reconoce que, quien representa la base de estos
textos, es una comunidad bien particular, con una forma de hablar de Jesucristo diferente a
la de los Evangelios Sinópticos y con una forma de hablar del Espíritu Santo que es única en
la Biblia. Cuatro son los libros que se mencionan como parte del círculo juanino: Evangelio
de Juan, Primera de Juan, Segunda de Juan, Tercera de Juan (Algunos mencionan aquí el
Apocalipsis).

El Evangelio de Juan

Contenido

Igual que los evangelios sinópticos, describe la vida de Jesús, pero sus narraciones son
diferentes a las de aquellos. Algunas diferencias son notables, como por ejemplo: los
sinópticos presentan a Jesús como yendo a Jerusalén una vez al finalizar su actividad pública;
Jn, en cambio, menciona al menos cuatro visitas a Jerusalén (2:13; 5:1; 7:10; 12:12). La
relación de Jesús con Juan el Bautista también presenta algunas diferencias: en los sinópticos
(Mc 1:14 par) Jesús aparece públicamente después de que Juan es encarcelado; según Jn,
aparecen ambos uno junto al otro por algún tiempo. Una breve tabla muestra otras de las
diferencias a las que nos referimos:

Narración Evangelio de Juan Sinópticos

Purificación Al principio de la actividad de Al final de la actividad de


del Templo Jesús(2:3) Jesús (Mc 11:15s par)

Día de la Jesús muere el 14 de Nisan (la Jesús celebra con sus


muerte de preparación para la pascua) al discípulos el 15 de Nisan la
Jesús mediodía; la hora en que se sacrifican fiesta de la pascua (el día
en el templo los corderos pascuales comienza a la puesta del sol)
(19:14; 30s) (Mc. 14:12s par)
Milagros Sólo ofrece siete milagros a los que No llaman “signos” a los
llama “signos”. milagros.

Discursos Los discursos de Jesús aparecen como Los dichos de Jesús son
largas meditaciones. punzantes y breves.

Viajes a Jesús va a Jerusalén cuatro veces. Jesús va a Jerusalén (aparte


Jerusalén del viaje en su infancia) una
vez y la visita tiene una
duración de una semana.

Igual como pasó con los Sinópticos, algunos intentaron armonizar estos relatos del cuarto
evangelio con los de los otros tres, y para lograrlo se recurrió a las más sofisticadas teorías
espirituales y alegóricas. Cuando la armonización se reconoció imposible, algunos optaron
por desacreditar a los Sinópticos y decir que en realidad el así llamado “Evangelio Espiritual”
era el que comunicaba la verdadera imagen de Jesús.

La cuestión del autor

El libro mismo indica que el contenido de la narración es fruto del testimonio del “discípulo
amado” (21:24; Cf. 19:35) cuyo nombre se oculta a propósito en el texto. Con el tiempo la
tradición se lo atribuyó a Juan el hijo de Zebedeo. Ireneo (180 d.C.) identifica expresamente
al discípulo amado con Juan y da como lugar de origen del texto la ciudad de Éfeso. En la
Edad Media, tal como pasó con los Sinópticos, no se intentó descubrir la identidad del autor
a partir del texto, sino que se intentó probar que la tradición comunicaba una verdad infalible.
En línea con lo anterior se intentó demostrar a toda costa que el autor debió ser un testigo
ocular. El asunto es que aunque haya sido un testigo ocular a todas luces no hizo uso de esa
condición como lo muestra el uso que hace de documentos más antiguas como la “fuente de
los signos”1 donde éstos habrían aparecido numerados.

1
Se cree en la existencia de una “fuente de los signos” debido a la numeración que hace el evangelista. Así, el
milagro de las Bodas de Caná es el primer signo o señal. Pero entre la primera y segunda señal se dice que
Jesús hace otros milagros que no se narran. Esto ha hecho pensar que el autor conoce algún documento en el
que los milagros de Jesús aparecen numerados
1 de Juan

Sobre la forma literaria

El documento difícilmente puede ser considerado como una carta. De hecho no tiene
prescripto (la presentación y el saludo inicial que las cartas debían tener) ni conclusión
epistolar. Por otro lado, el autor presupone un grupo de lectores concretos (2:1, 7s, 12s, 18,
21, 26, etc.) Por lo anterior, algunos creen que es una “predicación”, o un “escrito de
exhortación” o un “tratado”. Se sugiere que el autor escribe a un grupo de lectores cuya
situación conoce muy bien. Se acerca a la forma epistolar recurrentemente, pero el escrito
no es una carta.

Sobre el círculo de lectores

Los lectores están amenazados por una herejía con tintes docetas. Estos herejes negaban la
encarnación de Dios en Jesús (4:2s; Cf. 2:22). Dichas personas serían las sindicadas como
cometiendo “pecado de muerte” (5:16).

El lugar teológico del autor

El autor es muy cercano al Evangelio. Algunos temas como los del pan, la sangre y el agua
(5:6;) son tratados de la misma manera característica en que lo presenta el Cuarto Evangelio
(Jn 6:51b-58; 19:34b-35). Sin embargo es notorio también que el autor es de una generación
posterior a Jn, lo que se desprende del cambio de “planteamiento del problema”: en el
Evangelio de Juan el tema es la creencia vs. la incredulidad, en cambio acá el tema es la
correcta doctrina vs. la herejía pero esta última discusión no se dio, sino hasta bien tarde en
el siglo primero y comienzos del segundo.

Autor, tiempo y lugar de redacción

El escrito se nos ha transmitido anónimo, pero el autor se presenta como participante de la


comunidad que ha sido testigo de los acontecimientos de la vida de Cristo. (Así 3:6; Cf. 3Jn
11)

2 y 3 de Juan

Forma literaria y contenido

Ambas escritos son cartas. El que remite es un presbítero cuyo nombre se desconoce.
La 2Jn está dirigida a “la señora” (v.1) y a sus “hijos” lo que se interpreta como una
comunidad (también puede ser una mujer gobernante de la comunidad). Esta comunidad debe
estar prevenida contra los herejes que no guardan la “ortodoxia” o la correcta doctrina.

La 3Jn está dirigida a una cierto Gayo (v.1). Se insta a Gayo a obrar el bien, no como
Diótrefes (10). La carta es enviada por mano de Demetrio. En esta carta no se habla con
tanta claridad de una herejía. De hecho Diótrefes jamás es acusado de herejía, sino de no
reconocer la autoridad del Presbítero.

Sobre la situación

El presbítero y Diótrefes viven en lugares diferentes. Desde donde vive el Presbítero parte
una delegación misionera (lo que, al parecer, ocurre al mismo tiempo en que se está llevando
a cabo una misión gnóstica; 2Jn advierte contra ella). Diótrefes, que era un obispo
monárquico no quiere recibir a la delegación misionera. El presbítero se encarga de que la
misión se cumpla a través de Gayo.

Autor, tiempo y lugar de redacción

El autor no indica su nombre, sino que sólo se autodefine como “presbítero”. Es muy
improbable que el autor haya sido el apóstol Juan. Resultaría incomprensible que Diótrefes
pudiera oponerse a la autoridad del apóstol. Por otro lado, es muy difícil pensar que el autor
hubiera renunciado a declarar explícitamente su autoridad apostólica. No sabemos quién sea
el autor, pero sabemos que pertenece al círculo juanino y que ha redactado ambas cartas hacia
fines del siglo I.

Consideraciones finales

Durante mucho tiempo la iglesia antigua debatió si el Evangelio de Juan debía ser
considerado como un texto inspirado. Finalmente la iglesia antigua aceptó el evangelio y las
cartas en el canon y esto gracias a Dios, porque no ha habido despertar espiritual en la historia
donde no se haya usado la literatura juanina.

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