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Como dijera Fidel

Como dijera Fidel en el Centenario del Inicio de nuestras luchas por la Independencia: "Nada
nos enseñará mejor a comprender lo que es una revolución, nada nos enseñará mejor a
comprender el proceso que constituye una revolución, nada nos enseñará mejor a entender
qué quiere decir revolución, que el análisis de la historia de nuestro país, que el estudio de la
historia de nuestro pueblo y de las raíces revolucionarias de nuestro pueblo".[91]
No podemos soslayar que todas las disciplinas contribuyen a la formación científica- política-
ideológica. No obstante, es incuestionable que el estudio de la historia cultiva sentimientos
patrióticos, cívicos, humanitarios, de amor al trabajo y al progreso, de intransigencia clasista
entre otros.
La escuela asume el deber de llevar a niños, adolescentes y jóvenes- por medio de la historia-
las tradiciones patrióticas, el amor y respeto hacia el proletariado, la importancia de la unidad
de la nación. La clase de historia[92]debe contribuir a formar y fortalecer en las nuevas
generaciones el concepto de que nuestro presente revolucionario es herencia legítima del
desarrollo histórico del país, es decir, no es producto de ideas ajenas impuestas o importadas, y
que en nuestro proceso las doctrinas martianas, marxistas- leninistas, las enseñanzas creadoras
y el ejemplo de Fidel, se complementan como componentes esenciales de la Ideología de la
Revolución Cubana.
Una verdadera clase de historia tiene que contribuir necesariamente a formar sentimientos
morales y patrióticos. Esta debe estar llena de vida, hacer que nuestros niños y jóvenes piensen
y sientan como los grandes hombres y mujeres de nuestro país "(… ) que sufran con sus
derrotas y gocen con sus triunfos (… )"[93], que se emocionen con las hazañas de nuestros
héroes, en fin, que admiren la historia de su patria.
Es necesario acentuar además, la importancia de la vinculación de su enseñanza con la historia
local para un mejor conocimiento y asimilación de la nacional, porque allí está la porción de
patria más cercana donde confluyen diversidad de vivencias y experiencias que debemos tener
en cuenta. Constituye esta actividad, entre otras, una manera concreta de establecer el vínculo
de la teoría con la práctica. Además, emplear como parte del contenido, el contexto
comunitario, refuerza las costumbres, tradiciones e identidad.
Por la importancia que tiene la historia en la formación de una conciencia nacional patriótica y
revolucionaria, el maestro debe conocerla profundamente, amarla y defenderla. Sin embargo
esto no es suficiente, para impartir correctamente la disciplina se debe poseer una amplia y
cuidadosa preparación científico- metodológica, sin caer en formalismo ni esquematismos que
obnubilen lo viviente y poético de la historia.
Solo a partir de un estudio profundo de la Historia de Cuba maestros y estudiantes estaremos
en condiciones de demostrar cuatro ideas básicas[94]o hilos conductores:
 El carácter histórico de la actitud, intenciones y acciones de los círculos de poder de
los Estados Unidos para apoderarse de Cuba, impedir su independencia y soberanía y, a
partir de 1959, intentar destruir la Revolución. El carácter histórico de la actitud del
pueblo cubano y sus figuras representativas en el enfrentamiento a esas intenciones y
acciones a lo largo de la historia.
 Que la Revolución Cubana es una sola como proceso histórico desde 1868 hasta nuestros
días.
 Lo que ha significado la unidad o falta de ella, a lo largo de las luchas del pueblo cubano
por la independencia y la revolución social.
 La necesidad histórica del socialismo y la labor desempeñada en la lucha por su
realización por el liderazgo revolucionario, en particular, el del Comandante en Jefe Fidel
Castro Ruz.

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