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Un tesoro en vaso de barro.

2 de Corintios 4; 7-10.
Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de
nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados, en apuros mas no desesperados;
perseguidos mas no desamparados; derribados pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por
todas partes la muerte de Jesús, para que tambień la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.

En el camino de la vida no hay lugares planos. Otra persona no puede vivir por nosotros. Pasamos un campo,
cruzamos un rio, pasamos altas y precipitosas montañas, atravesamos un túnel oscuro, y nuestro cuerpo se empapa
en la tormenta de un viento lluvioso, luego cruzamos otra montaña, con nieves que vuelan por el viento, temblamos
por el frio que nos entra hasta en los huesos; luego es un hermoso día de sol. Todo esto simboliza a nuestra vida.
Pero los hijos de Dios tienen en este camino a un compañero. El es nuestro Jesús. El está siempre con nosotros, es
nuestra luz, nuestra vida, nuestro salvador, nuestro auxilio que nos hace vencer a nuestras tribulaciones. Sin la ayuda
del Señor, no podríamos vivir venciendo a la vida plenamente. Nuestra realidad es que fuimos hechos de barro. El
vaso de barro casi no tiene valor y si se cae, se rompe fácilmente. Pero si se le pone dentro un tesoro su valor y su
importancia cambia grandemente. Si recibimos a Cristo dentro, nos convertimos en un vaso de barro muy precioso. Y
no puede mas que cambiar su valor; si recibimos al rey de reyes, al Señor del universo, al grandioso Dios dentro
nuestro.

1. Que estamos atribulados en todo, mas no angustiados.


Primero, Si vivimos teniendo este tesoro en este vaso, no vivimos angustiados aunque estemos atribulados en todo.
2 de Reyes 6;14-17 dice que el rey Aram de Benjada había decidido prender al profeta de Dios, Elíseo. Al enterarse
que Eliseo vino a Dotań , el ejeŕcito rodeó toda la noche el lugar. Por la mañana el que servía a Eliseo se levantó,
salió afuera, se asustó y entró corriendo diciendo: Señor, Señor, ahora somos hombres muertos. El ejército de Aram
tiene rodeado Dotan. Al otro lado de la ciudad estaba el ejército de Aram como cortando el cielo con sus armas que
brillaban en lo alto. Entonces Eliseo miró a su siervo y le dijo: Cállate y siéntate, los que estan con nosotros ́ son más
que los que estań con ellos. Y oró: Te ruego Jehová que abras sus ojos para que vea! Dios le abrió los ojos y vió que
entre el ejército de Aram y Eliseo, el monte estaba lleno de gente a caballo y de carros de fuego alrededor de Eliseo.
Al final el ejército de Aram fue prisionero de Eliseo. Mientras vivimos tambień nosotros tenemos alrededor un
enemigo rodeando como el ejército de Aram. No es una ni dos veces que estamos atribulados en todo. Nos rodea el
pecado, nos rodean las tentaciones del mundo, o las enfermedades. Nos rodea la ansiedad de la vida, las
turbaciones, las tristezas, la desesperación, o nos rodea el enemigo y nos ataca. Si en ese momento peleamos con
nuestras fuerzas, nuestro vaso de barro se hace pedazos. Pero cuando dependemos del Cristo,que está en nosotros,
nuestros problemas se tornan diferentes. Si dependemos de otra cosa que no sea eĺ, nos quebramos. El vaso de
barro no tiene la fuerza para enfrentar. En Hebreos 10;38 dice: Mas el justo vivirá por fe, y si retrocediere no agradará
a mi alma. Si sabemos que Jesús está en nosotros, sabemos que es el Dios que creó el cielo y la tierra, el mundo y
todo lo que hay en eĺ. Si creemos en este Dios y dependemos de eĺ, no podemos mirar las circunstancias y volver
atrás. 1 de Juan 4; 4 dice: Hijitos vosotros soís de Dios y los habeís vencido; porque mayor es el que está en
vosotros que el que está en el mundo. El que está en nosotros es más grande que el mundo. Aunque seamos
miserables e insignificantes, tenemos en nosotros, al tesoro Jesucristo que creó el universo y toda la creación.
Jesucristo, el superavit, nos hace vencer cualquier cosa. Esto sucedió hace unos 100 años en Londres. Un anciano
estaba tocando con emosión su violín para poder juntar algunas monedas de los que pasaban. Pero todos se hicieron
de oidos sordos, con una actitud horrible de orgullo; y no juntó ni siquiera una moneda. Aumentaba el frío y las manos
del anciano se endurecían. Pasó un extranjero y se quedó un momento delante del anciano y le dijo: Preś teme su
violín. El anciano le prestó aunque no de buen gusto porque ya hacía frio y las manos se le endurecían. El violín
empezó a sonar. Era tan hermosa la melodía que los que pasaban se apresuraron y empezaron a darle dinero. El
sombrero del anciano se llenó de monedas y de billetes. Y como este viejo caballero no paraba de tocar, se juntó una
gran multitud y oyeron sin cesar aquel violín. La policía vino a intervenir porque ostruía el tránsito, pero se quedó tan
encantado con la melodía que se quedó a oirla sin parar. Despueś de oirlo por un largo rato, de repente alguien gritó:
Este es Nicol Paganini! El violinista pasaba por el camino y tuvo pena del anciano por lo que empezó a tocar y atrajo
a todas las personas. Paganini desapareció en medio de la multitud.
Nosotros somos como un violín viejo. Tocamos pero no ocurre nada. La gente no tiene interés, y si obra el enemigo
ruge y nos vamos para abajo. Pero dentro nuestro está el gran Jesús que nos enciende. Nosotros, los humanos
injustos y malvados, somos como ese viejo e insignificante violín, pero con Cristo dentro nuestro valor e importancia
cambia como a la altura de los cielos y la tierra. Aunque estemos atribulados no necesitamos temer porque Jesús
esta en nosotros. No estamos angustiados. El que está con nosotros es más fuerte que todos los enemigos.

2. En apuros, mas no desesperados


Segundo, estamos en apuros, mas no desesperados. En 2 de Crónicas 20; 11_ 13 vemos que el rey de Judea,
Josabat, de repente era amenazado de invasión por el ejército unido de Moab, Amón para destruir Judea. La biblia
dice: He aqui que ahora nos dan el pago viniendo a arrojarnos de la heredad que tú nos diste en posesión.! Oh Dios
nuestro! ¿No los jusgarás tú?. porque en nosotros no hay fuerzas contra tan gran multitud que viene contra nosotros;
no sabemos qué hacer, y a tí volvemos nuestros ojos. Y todo Judá estaba en pie delante de Jehova, ́ con sus niños,
sus mujeres y sus hijos. Miren aqui la desesperación de Josafat. El ejército enemigo venía contra eĺ, habían rodeado
Judea, no tenía fuerzas para resistirlo, ni sabían qué hacer; sólo mirar al Señor. Aqui Dios le contesta en el verso del
15 al 17: Oid ́ , Judá toda, y vosotros moradores de Jerusaleń , y tú rey Josafat. Jehová os dice así: No temaís y os
amedrenteís delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. Mañana decendereís
contra ellos; he aqui, que ellos subirán por la cuesta de Sís, y los hallareís junto al arroyo, antes del desierto de
Jeruel. No habrá para que pelear vosotros en esta caso; paráos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con
vosotros. Oh Judá y Jerusalen, no temáis ni desmayeís; salid mañana contra ellos porque Jehová estará con
vosotros. Vean lo que Dios le dijo en el momento de la desesperación; aun en esos momentos nos dice que no
desmayemos, porque está con nosotros y pelea por nosotros. No habrá por qué pelear esta guerra, porque es la
guerra de Jehová. Nunca debemos olvidar esta verdad. Que cuando estemos en desesperación y no sepamos qué
hacer, ni tengamos fuerzas para hacerlo, y sólo nos quede la angustia; en ese vaso de barro, que somos nosotros
está el precioso Dios. Nosotros tenemos un precioso vaso de barro. Si dependemos del Señor cuando estemos en
esa situación, eĺ peleará por nosotros. No es nuestra guerra, sino de eĺ. Nosotros somos los responsables de
nuestras vidas, pero si le tenemos a eĺ. eĺ se hace responsable. En el versículo 20 y 21 dice: Y cuando se levantaron
de mañana salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat estando en pie, dijo: Oidme Judá y
moradores de Jerudalen. Creed en Jehová vuestro Dios y estareís seguros; creed a sus profetas y sereís
prosperados. Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de
ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen; Glorificad a Jehová porque su misericordia es
para siempre. Si dependemos de eĺ sin dejarnos influenciar, seremos prosperados. Ellos alabaron a Dios delante de
sus enemigos. Y ganaron la guerra pues el ejército de Moab y Amón se mataron entre sí. Nosotros tambień tenemos
muchos momentos de desesperación. Cuań tos conflictos hay hoy en los matrimonios. Corea ocupa el 2 lugar en el
mundo en divorcios. Casi el 50%. Significa que de cada dos, uno está en conflicto. El problema con los hijos es
terrible, especialmente los que estań en momentos difíciles. Hay conflictos entre hermanos, y muchisimas personas
que sufren por no poder solucionar sus problemas. En esos momentos de desesperación y de desgano, debemos
recordar que el Señor está con nosotros; creer en eĺ, orar y depender de eĺ. Porque si nos retorcemos por los
problemas que no podemos cargar, sólo nos presionara. ́ ¿Qué haremos con lo que no se puede solucionar? No
olvidemos de dar siempre nuestras cargas al Señor, confesar positivamente, creer, orar y dar gracias. El Señor dijo
que no nos turbemos aun en los momentos de desesperación. El Salmo 55;22 dice: Hecha sobre Jehová tu carga, y
eĺ te sustentara; ́ no dejará para siempre caido al justo. Sólo si le entregamos se hace responsable. Cuando lo
hacemos tenemos valor, fuerzas y poder; y no nos turbamos. Filipenses 4; 6-7 dice: Por nada esteís afanosos, sino
sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios con toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios
que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones en Cristo Jesús. Si estamos de rodillas, lloramos
ante él, oramos y le entregamos el problema hasta que su paz entre en nuestros corazones, él se levanta y pelea por
nosotros. El no está lejos en un lugar remonto. El que ha recibido a Cristo, lo tiene dentro de su vaso de barro. No
busquen a Jesús por todos lados. El está dentro de vosotros. En los EE.UU todos conocen a J.C. Penney, porque en
todas las ciudades hay una tienda suya. En 1929 eĺ había invertido en el mercado de divisas de los EE.UU cuando
estaba fluctuable y quebró. A tal punto que quedó hecho un mendigo. Al final no podía dormir de ansiedad, le tomó
depresión y cayó internado en un hospital. Si una persona se quebranta demasiado por algo, le salen ampollas por
todo el cuerpo por una invasión de herpes. Además pasó el tiempo llorando y sufriendo. No tenía esperanzas para
vivir, pues había perdido todos sus bienes, acumuló una montaña de deudas y no tenía salida. Estaba rodeado por la
desesperación y la angustia. Sólo le quedaba el suicidio. Aunque le recetaban tranquilizantes, eĺ no oía. Una mañana
oyó las alabanzas de un culto que se hacía en la sala del hospital, eśo se le quedó en el oido; más tarde oyó la pred ́
ica del pastor; y tambień se le quedó grabado. Luego todos oraron y eĺ siguió esa oración en silencio, hasta que de
repente una paz corrió en su corazón como agua. En ese momento eĺ refleccionó y confeso: ́ Esto sólo puede ser un
milagro. Cuando oía las alabanzas, la pred ́ ica y la oración, sentí que el sol entraba en un acueva oscura, hasta
quedar llena de luz. Se sentía como estar saliendo del infierno e ir al cielo. Ese día salió de la desesperación. Tuvo
nuevo valor, esperanzas y paz. Al salir del hospital, volvió a tener metas en su vida y trabajó diligentemente.
Lentamente el Señor lo bendijo y se volvió el rey de las tiendas logrando tener 1700 en todo el pais, volviendose de
nuevo en un billonario. En la vida hay momentos de desesperación como si estuvieramos dentro de una cueva
encerrados. Pero como el Señor la abre, hace un túnel en el, y su luz ́ entra en la oscuridad de nuestro vaso de barro
y está en nosotros, no debemos desesperarnos ni turbarnos. Aunque estemos atribulados en todo, porque Jesús, que
es más poderoso, está en nosotros.

3. Perseguidos, mas no desamparados.


Tercero, dice que estamos persegidos, ms no desamparados. Estamos perseguidos. Si todo el mundo está bajo el
maligno ¿Cómo no estaremos perseguidos? 1 de Juan 5;19 dice: Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero
está bajo el maligno. En donde sea, eĺ tiene las ventajas. Pero la biblia dice que Jesús vino para deshacer las obras
del diablo. 1 de Juan 3; 8 dice: El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el pricipio. Para
eso apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. El Hijo de Dios vino y deshizo las obras del diablo
derramando su sangre en la cruz. El despojó a Satanás de toda autoridad y principado. Y ese diablo despojado nos
resiste con maldad. 1 de Pedro 5;8-9 dice: Sed sobrios y velad porque vuestro adversario el diablo, como león
rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos
padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todas partes del mundo. Debemos echarlo, pues siempre
anda como mosca alrededor nuestro. El resiste a los creyentes espiritualmente, mentalmente y físicamente, más de
lo que uno imagina. Uno de los pedidos de Jesús a sus discípulos antes de partir fue que echaran fuera a los
demonios. Debemos echarle fuera de mañaña, tarde y noche. Vivimos en un campo de batalla espiritual. Los
demonios y los espíritus hacen guerrillas sin cesar; y sólo cuando Cristo vuelva tendremos paz. Efesios 6; 12 dice:
Porque nuestra lucha no es con algo que tiene carne ni sangre sino contra gobernadores, contra principados, contra
potestades y contra toda fuerza de maldad de las regiones celestes. Ellos usan todo tipo de métodos para atacarnos,
robarnos matarnos y destruirnos. No es algo cómico, para eĺ es de vida o muerte. El desespera y hace fracasar a las
personas, procurando llevar por lo menos a uno más al infierno. Cada día debemos resistirlo con el nombre y la
sangre de Jesús. El ataca fuerte en lo fuerte y menos en lo débil. En Corea el ataque es deb ́ il porque su autoridad ya
ha sido derribada. Pero miren a China o a su medio, cómo estań siendo perseguidos. 2 de Timoteo 3;12 dice: Y
también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo, padecerań persecusión. Cuanto más procuremos servirlo
y vivir en santidad, más perseguidos seremos. Pero no debemos desesperarnos, porque no estamos desamparados.
Porque Cristo está en nosotros, pues eĺ padece con nosotros. Cuando Saulo perseguía y mataba a los cristianos, un
día que iba a Damasco para consegir orden de apresar a los judíos, le aparecio una luz en el ́ camino, y en medio
una voz que le dijo: Saulo, Saulo ¿Por qué me persigues? Saulo no podía ver a Jesús, porque en el tiempo de su
ministerio, él no estaba en Israel. Pero como perseguir a la iglesia era perseguir a Cristo, le dijo: ¿Por qué me
persigues? Si se rompe el vaso de barro, Jesús es herido, porque eĺ está en nosotros. Y en esos momentos nos da
fuerzas y nos consuela. Y por ese motivo podemos vencer, cualquiera sea la persecusión. 2 de Corintios 1;4-5 dice:
El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que podamos consolar a los que estań en cualquier
tribulación, por medio de la consolación con que somos consolados. Podemos vencer cualquier tribulación porque
tenemos dentro la consolacioń de Cristo. Eso significa que no estamos desamparados. 2 de Corintios 7; 4 dice:
mucha franqueza tengo con vosotros y mucho me glorío con respecto de vosotros; lleno estoy de consolacioń y
sobreabundo en gozo en todas nuestras tribulaciones. Entonces nos gozamos en lo bueno, y en las persecusiones
nos llenamos de gozo y consolación. Además si pasamos por ella, oramos más, nos consagramos más, dependemos
más del Señor; pero cuando tenemos mucha paz, tendemos a ir hacia el mundo. Así que las persecusiones nos
acercan más a Dios. 2 de Corintios 1; 8-10 dice: Porque hermanos no queremos que ignoreís acerca de nuestra
tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera, más allá de nuestras esperanzas, de tal
manera que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte,
para que no confiaŕamos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos.; el cual nos libró y nos libra, y
en quien espramos que aun nos librara, ́ de tan grande muerte. Por lo tanto las persecusiones hace que dependamos
más de Dios y nos acerquemos más a eĺ. Además tenemos por eso galardón en el cielo. Mateo 5; 11-12 dice:
Bienaventurados soís cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros,
mintiendo. Gozáos y alegráos; porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los
profetas que fueron antes que vosotros” Cada vez tenemos más galardones en los cielos. Y podemos vencer
cualquier persecusión teniendo a Cristo en nosotros. El famoso americano, Rolan Hayes, cantante, tambień famoso
por su fe en Jesús, sufrió mucho por ser negro. Hubo una cantata en Berlín, donde todos eran blancos. Al abrirse el
telón y empezar a cantar, de repente alguien dijo: No podemos oir a un negro! Saque esa música de negros! Le
insultaon, le tiraron libros, lo escupieron y le arrojaron los almohadones de las sillas. El, muy abrumado y
desesperado, volvió detraś del telón para no cantar, pero Jesús le apareció en ese lugar. Y la visión se trataba del
momento cuando Jesús estaba agachado ante Pilato, mientras la gente lo escupía, lo señalaban con los dedos, lo
insultaban y le decían toda clase de groserías. Entonces eĺ se dijo: Si Jesús no volvió atrás recibiendo todo ese
maltato, ¿Por qué he de hacerlo yo? Entonces volvió a salir mirando a Jesús y llorando se paró. 10 minutos luego el
gentío paró. Entonces eĺ comenzó a cantar; y fue tanta la emoción que todos se pararon y lo aplaudieron, de manera
que eĺ ganó el certaḿ en. Por la consolación que recibió en ese momento, pudo vencer y cumplir su misión. Aunque
estemos perseguidos, nuestro consuelo es saber que el que tiene toda la autoridad en el cielo como en la tierra lo
pasa con nosotros, y que en esos momentos es como un cojín que nos consuela y es como una fuente de gozo en
nuestro interior.

4. Derribados, mas no destruidos.


Cuarto, podemos estar derribados, pero no destruidos.
El que está derribado es para morir. Despues de creer en Cristo son innumerables
las ocasiones de muerte en nuestras vidas. Antes creer en Cristo equivalía a morir.
Pero aunque morían no eran destruidos. La marca no desparecía. Aunque le
mataron a Jesús, no lo destruyeron, porque resucitó al tercer día. El evangelio de
Cristo no fue destruido, se expande y hoy hay más de 20 billones de creyentes. Y
como ese Crsito vive en nosotros tampoco somos destruidos. Apocalípsis 1;18 dice:
Y el que vivo y estuve muerto; mas he aqui que vivo por los siglos de los siglos
amén. Y tengo las llaves de la muerte y el Hades. Como el que vive por los siglos
está en nosotros; si vivimos, vivimos y si morimos igual vivimos. ¿Quéhizo Esteban
en medio de las montañas de piedras al ser juzgado por los judíos? El dijo: Miren,
las puertas del cielo se han abierto y veo al Hijo del hombre en el trono de Dios!.
Aunque los judíos lo enterraron a pedradas, eĺ dijo: Señor! no les tomes en cuenta,
porque no saben lo que hacen! y murióde rodillas. ¿MurióEsteban en vano? No! El
responsable de su muerte, en esos momentos llamado Saulo, que despueś fue
Pablo, fue conmocionado por la muerte de Esteban. El se decía:¿Cómo aun
muriendo no maldijo, sino que pudo hacerlo bendiciendo? Esa conmosión se rompió
en Damasco cuando Saulo se aceptó a Jesús como salvador. La muerte de Saulo
podía ser en vano, pero no la de Esteban. Si nosotros morimos por Cristo
recibimos la corona de vida. Apocalípsis 2;10 dice: No temaís en nada lo que vais a
padecer; he aqui el diablo hechará a alguno de vosotros en la cárcel, para que
seaís probados, y tendreís tribulacioń n por 10 días. Sé fiel hasta la muerte y yo te
daré la corona de la vida. Entre los mártires de la iglesia que vinieron a Corea
está el misionero Tomas. A los 24 años llevó a China a su esposa como misioneros
y ella fallecio. ́ Auque fue abrumado por la tristeza y la soledad se repuso con las
oraciones. Al final fue perseguido por los católicos. El oyó que se necesitaba de
misioneros, fue apoyado por la iglesia anglicana, recibió la biblia en chino y
folletos; y al final llegó en el mar del este de Corea en 1865. El recorrió por dos
meses varias islas enseñando la biblia. Volvió a China, al año siguiente tomó otro
viaje marítimo americano y descendió más abajo por el rio Tedon, paró allí cerca y
repartió más de 100 biblias a los aldeanos. Pero al regresar el barco se atascó en
la arena; y en ese momento los marineros guiados por el General Sherman pelearon
con ellos, quemaron el barco y asesinaron a todos los marineros. Tomas tambień
fua prendido, pero al salir entregó la biblia a todos los que podía y al final fue
decapitado. Se registró que cuando su cabeza voló se escuchó una voz que salía de
ella diciendo: Jesús, Jesús! El murió a los 27 años, pero experimentó un milagro
de Dios. Fue derribado pero no destruido. Este misionero vino a Seúl, y su muerte
no significó una destrucción sin dejar huellas, porque las personas que en ese
entonces recibieron su biblia, abrieron una iglesia, un señor llamado Park Young
Shik abrió otra en su casa; y el hermano de aquel que decapitó a Tomas llegó a
ser un anciano de la iglesia en Piongñan. Miren! todos los que lo tomaron y lo
asesinaron se convirtieron a Jesús, y fueron columnas para el reino de los cielos.
En la historia de la iglesia cristiana figura que los 12 discípulos de Jesús fueron
martirizados. Pedro fue crusificado de cabeza a abajo cuando fue a predicar a
Roma, Andreś fue colgado de una cruz al ir a predicar a Gresia, Santiago fue
decapitado en Jerusalen por Herodes, Juan fue fue perseguido en Efesios al
predicar, y fue tirado en una olla de aceite hervido, de donde salio saltando, de ahi
fue a la isla de Palmos, donde escribió el Apocalípsis. Felipe murió colgado de un
pilar al predicar en Burguia, Bartolomeo fue crusificado de cabeza abajo al predicar
a los indúes en Armenia, Tomás fue muerto con una lanza al predicar en India,
Jacobo el hijo de Alfeo, cayó de un pináculo y murio, ́ Simón fue a Egipto y al
volver a Judea murió por una lanza, Judas, el hermano menor de Jacobo, murió por
una lanza al predicar en Persia, y los discípulos levantados en vez de Judas
Iscariote fueron apedreados en Etiopía. El único entre los disípulos de Jesús que no
fue martirizado fue el apóstol Juan. Pero, ¿Fueron destruidos? A traveś de ellos el
evangelio de extendió por todo el mundo. Como esas sangres derramadas clamaron,
hoy en día la iglesia de Corea está llena. Nosotros no somos destruidos aunque
estemos derribados porque el Cristo resucitado está en nosotros. 2 de Corintios 4;
10_ 11 dice: Llevando en el cuerpo siempre por todas partes, la muerte de Jesús,
para que tambień la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. No podemos
ser destruidos, aunque estemos derribados, porque dentro nuestro está la vida de
Cristo, que ha resucitado.
<Conclusión)
“Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea
de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados,
en apuros, mas no desesperados, perseguidos, mas no desamparados, derribados,
mas no destridos.”.
Después de vivir en el mundo con Cristo, pasando por turbaciones, derramando
lágrimas, en lamentos, soportanto despojos o dificultades, volveremos al hermoso,
eterno y glorioso cielo, donde ya no habrámuerte.
<Oración>
Amoroso y santo Padre, Dios. Te damos gracias porque aunque somos unos vasos
de barro insignificantes y tirados en la basura cuando nos rompemos, tú nos hiciste
valiosos permitiendo que Cristo habite en nosotros. Como vasos de barro en sí no
significamos nada, pero con Jesús dentro, nos hemos hecho incontablemente
valiosos. Ayúdanos pues para que lo sirvamos y lo amemos con todo nuestro
corazón, con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas. Y que podamos
entregarle de rodillas nuestras vidas. Ayúdanos a vivir por eĺ y para eĺ. Ayúdanos a
no olvidar que él está en nosotros en los momentos difíciles. En tribulaciones, en
apuros, en persecusiones, o aun estando derribados. Que podamos recordar que a
pesar de todo esto, no estamos destruidos. En nombre de Jesús. Amén.

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