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San Marcos, creada por Real Cédula de 12 de mayo de 1551, a dieciséis años de la
fundación de Lima. Llamada San Marcos desde 1574, es un caso singular en la historia
de la educación; en Lima de entonces y demás ciudades peruanas existían solo algunas
escuelas elementales. Así, de un nivel de primeras letras se dio un salto a la educación
superior. La educación intermedia surgió después. En 1571 fue confirmada por Breve
del Papa Pío V. San Marcos aparece como una Universidad estatal y pontificia, bajo el
amparo de ambos poderes. Siguió el escolasticismo, en ella imperó la enseñanza
libresca, memorista y dogmática. Fue aristocrática y elitista.
La Universidad de San Cristóbal de Huamanga (Ayacucho) fue fundada por el obispo
del lugar en 1677, ratificada por real Cédula de 1680 y Breve Papal de 1682.
La Universidad de San Antonio Abad, en Cusco, nació con Breve Papal y Real Cédula de
1692.
La Universidad de San Ignacio, también en Cusco (1621) se extinguió al ser expulsados
los jesuitas (1767). Las características de estas instituciones fueron semejantes a las de
San Marcos. Todas reprodujeron el modelo universitario hispano. Y nacieron
vinculadas a comunidades religiosas.
La Universidad Nacional de Trujillo, primera de la república, fue fundada en plena
campaña final de la emancipación, el año 1824, por Simón Bolívar y José Faustino
Sánchez Carrión. Con ella comienza el modelo universitario republicano.
Le siguió la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa (1827); después apareció la
San Carlos de Puno, de vida corta.
La Universidad Católica, la primera de carácter privado, fue creada en 1917.
Aunque no se conoce con certeza el dato, se sitúa en el año 1088 la fecha oficial de su
fundación. Especializada en Derecho, tuvo una gran reputación desde sus inicios y aún hoy
conserva un enorme prestigio en este ámbito. Grandes personajes de la historia estudiaron allí
o impartieron clases, entre los que destacan Dante Alighieri, Petrarca, Thomas Becket, Erasmo
de Rotterdam, Copernico, Marconi o Umberto Eco. Hoy en día es una universidad pública que
cuenta con más de 80.000 estudiantes y suele ubicarse entre los puestos 180 y 200 del QS
World University Rankings, una de las 3 listas más influyentes en cuanto a calidad de
universidades.
El Estudio General de Salamanca fue instituido en 1218, año que hoy es tomado como fecha
oficial de fundación. En 1253 se convirtió en la primera institución en recibir oficialmente el
título de universidad por un edicto de Alfonso X. En sus casi 800 años de existencia ha
conocido a personajes tan ilustres como Fray Luis de León, Fernando de Rojas, Hernán Cortés,
Góngora, Calderón de la Barca o Miguel de Unamuno (rector en varias ocasiones).
Actualmente tiene más de 30.000 estudiantes y se sitúa en el ranking QS entre los puestos 440
y 450 del mundo.
Fundada por Federico II en 1224 (aunque su nombre no fue añadido al de la universidad hasta
1987), la Universidad de Nápoles fue la primera universidad laica del mundo. Actualmente
cuenta con casi 100.000 estudiantes matriculados y ocupa la posición nº 397 del ranking QS.
Fue fundada en 1240 y recibió la bendición papal en 1252. Su maestro más famoso fue Pietro
Ispano, quien más tarde sería el Papa Juan XXI. Reconocida por sus escuelas de Derecho y
Medicina, acoge a unos 20.000 estudiantes y se sitúa entre los puestos 500 y 550 del ranking
global.
Existen varias teorías sobre la fundación de esta universidad, pero la más aceptada establece el
año de fundación hacia 1241. Se cree que habría sido fruto del traslado del Estudio General de
Palencia. En la actualidad cuenta con cerca de 25.000 estudiantes y no aparece entre las 1.000
primeras universidades del mundo.
Fundada por el Rey Dionisio I de Portugal en 1290, recibió aquel mismo año la bendición papal.
En 1377 la universidad fue trasladada a Lisboa y allí permaneció hasta 1537, año en que fue
devuelta a Coímbra. Desde junio de 2013 es Patrimonio de la Humanidad. Actualmente
estudian en ella algo menos de 20.000 personas y se sitúa en el puesto 358 del mundo. El
Grupo Coímbra, que reúne a 38 de las mejores universidades europeas (incluyendo todas las
de esta lista salvo las de Valladolid y Murcia), tomó su nombre de esta universidad.
La mayoría de fuentes consultadas toman las universidades europeas como las más antiguas
del mundo por considerar que fueron las primeras instituciones en adaptarse a la definición de
lo que hoy entendemos por universidad y en adoptar dicho título. Dependiendo de los criterios
este listado puede variar mucho. Algunos incluso sugieren que la primera universidad -aún en
activo- sería la de Atenas por tener cierta relación con la Academia de Atenas, fundada por
Platón hacia el 388 aC. Algo más de consistencia tiene la argumentación de los que sitúan a la
Nanjing University (China) como la universidad más antigua del mundo. Se tiene constancia de
la existencia de esta institución desde el año 258, sin embargo, distaba mucho de funcionar
como universidad y, de hecho, no se estableció como tal hasta 1920. Ni siquiera en su web
reclaman el honor de ser la universidad más anciana en funcionamiento.
También en Europa hay varias ausencias que pueden resultar polémicas. Una de las más
notables omisiones de este listado (tomado al 90% de la Wikipedia inglesa) es la Universidad
de París, popularmente conocida como La Sorbona. Su fundación se sitúa entre el 1160 y el
1250, lo que podría colocarla como la tercera más antigua del mundo. Sin embargo, ha sido
excluida de la lista porque entre 1968 y 1971 la antigua Universidad de París fue dividida en 13
nuevas universidades como consecuencia de una reforma educativa. Es decir; no sigue en
activo como tal. Además, todas las universidades francesas fueron suprimidas durante la
Revolución Francesa por más de 100 años, obligándolas a refundarse desde cero. Por estos dos
motivos también han sido descartadas la Universidad de Toulouse (1229) y la Universidad de
Montpellier (1289).
Otros casos que podrían suscitar cierto debate son los de tres universidades italianas; la
Universidad de Salerno (establecida en 1968, pero funcionando como Escuela de Medicina
desde el s.VIII), la Universidad de Módena (que funcionó de 1175 a 1338, pero desapareció y
pasó por varias etapas hasta reestablecerse en 1680) y la Universidad de Macerata (que podría
haberse fundado en 1290, pero de cuya existencia y oficialidad no se tiene certeza hasta 1540).
Del listado original he descartado ésta última y la he substituido por la Universidad de
Coímbra, que pertenece a la misma época y sobre cuyos orígenes no existen tantas dudas.
Por eso es preciso organizar, elaborar y revisar esta tarea de forma ágil, activa y periódica, con
el fin de que tu preparación sea lo más cualificada posible de acuerdo a tus posibilidades
personales. Además, como has de aprovechar al máximo el tiempo de que dispones, conocer y
practicar técnicas y estrategias te facilitará el estudio y te ayudará a mejorar tu rendimiento
académico.
1. PREPARACIÓN AL ESTUDIO
Antes de comenzar a estudiar se requiere cuidar algunas condiciones que no hay que pasar por
alto:
1.1 La atención y la concentración: son fundamentales para aprovechar las horas de estudio y
las explicaciones dadas por el profesor en clase. La necesidad de estar atentos y de
concentrarse en el trabajo intelectual es algo básico, pero para muchos estudiantes constituye
un verdadero problema. Existen varios elementos que influyen en la atención:
¿Por qué estudias? ¿Qué deseas llegar a ser? ¿Qué puede aportar el estudio a tu
formación como persona? Responde a estas preguntas y a partir de ahí actúa. Piensa
en ti, en tu futuro, en tus ideas, en tus ilusiones, no te dejes llevar por las situaciones
adversas que te rodean, ni por los comentarios, ni por la idea del paro; lucha,
esfuérzate, sigue adelante. También debes intentar resolver los problemas o las
preocupaciones.
Afronta los problemas. Búscales una salida. Siempre hay una solución. Busca
consejo, busca ayuda en profesores, el tutor, amigos... No te dejes derrumbar.
Para eliminar el aburrimiento estudia de una forma activa y dinámica: con bolígrafo
y papel. Toma notas, subraya, haz esquemas, busca en el diccionario las palabras
que no entiendas.
Cuando estés en clase toma apuntes, mira al profesor, pregunta cuando no
entiendas algo. Seguir las explicaciones de la clase es uno de los momentos a los que
más puedes sacar partido.
Preguntar lo que no comprendamos (dejando terminar la explicación): no
intentemos salir de las clases sabiéndolo todo, pero sí entendiéndolo todo. Hay que
asegurarse de que no tendremos dificultades cuando nos pongamos a estudiar.
Controlar la atención: la mejor fórmula es tomar notas, porque nos mantiene
físicamente activos e intelectualmente atentos. Además, realizar una buena toma de
apuntes en clase te ahorrará el tener que pasarlos más tarde a limpio. Es
aconsejable escribir anotaciones en los márgenes de tus apuntes, en aquellos
momentos en que no te queden claras algunas ideas o para completar con otros
datos. Estas notas luego son muy beneficiosas ya que facilitan la comprensión y
amplían conocimientos.
Se positivo tanto con el profesor como con la materia. No te hundas por las
adversidades que vayas encontrando. Todo esto te garantizará el aprendizaje
posterior de ese contenido.
Tal vez puedas pensar que en la universidad, cuestiones como el lugar de estudio, la
iluminación, el mobiliario o el ruido son cosas de menor importancia, sin embargo no es así. No
debemos olvidar que tenemos un organismo que posee sus propias reglas, y no podemos jugar
con ellas. Cuidar unas condiciones físicas y ambientales te ayudará a concentrarte mejor y en
menos tiempo a la hora de estudiar, y a evitar la fatiga mental. Algunas pautas son:
Procura contar con una habitación o lugar definido para estudiar. Los estímulos
novedosos no favorecen la concentración.
El lugar de estudio ha de ser cómodo –aunque no tan cómodo que te provoque
somnolencia-, con una mesa amplia, lisa, no muy baja, en la que se pueda dibujar,
hacer ejercicios y estudiar.
Una iluminación suficiente, ni escasa ni excesiva, porque produce fatiga visual.
Una temperatura agradable, ni frío ni calor -lo más aproximada posible a los 18º C-.
Suficiente ventilación que impida una atmósfera cargada –el cerebro necesita
oxigenarse-.
Para poder estudiar eficazmente, es necesario descansar lo suficiente todos los días,
tanto por la noche – entre 7 y media y 8 horas de sueño, como cuando llevemos
mucho tiempo concentrados en una misma cuestión –unos 10 minutos por cada hora
de estudio-.
Cuidado con los distractores: el móvil, Internet, la televisión..., siendo estupendos
instrumentos de comunicación, pueden convertirse en un problema para el trabajo y
estudio universitario. Cuando llega la época de exámenes es frecuente que falte
tiempo para prepararse de la forma más adecuada. Por eso es bueno que, durante el
curso, te preguntes de vez en cuando: ¿se me escapa por algún sitio el tiempo?
EL ESTUDIO EN SÍ
2.1. Aprender a pensar: la búsqueda de ideas principales, los esquemas, resúmenes y repasos.
Es muy importante que no estudies exclusivamente para aprobar exámenes o para obtener un
título. Esto sin duda es necesario, pero la tarea fundamental del estudiante universitario es
aprender a pensar, aprender a ser personas de criterio, que saben razonar sus posturas y
exponer sus conocimientos, personas que saben ponderar y tomar decisiones entre diversas
alternativas... Por eso, es necesario que los alumnos:
Buscar y destacar siempre las ideas esenciales del texto a estudiar, mediante el
subrayado o la señalización de palabras clave. Existen teorías psicológicas de la
percepción humana que fundamentan estas técnicas, ya que está demostrado que la
memoria se fija y recuerda más y mejor aquellas cosas que se resaltan. Por esto, es
necesario que no solo conozcas esta técnica, sino que también la domines y uses.
Estructurar los contenidos mediante esquemas y cuadros sinópticos: El esquema es
una técnica que realmente tenemos muy olvidada pero que da mucho juego. No es
una estrategia sencilla ya que depende directamente de cómo se haya realizado el
subrayado y la lectura.
Un esquema debe presentar las ideas centrales del texto, destacadas con claridad.
Presenta de forma sencilla y lógica la estructura del texto. Debe tener una
presentación limpia y clara. En el esquema se destacan los puntos principales del texto
y los subapartados que consideres de interés. Se utilizan signos para destacar ideas,
subrayado, etc.
Procesos de síntesis: En la universidad, una de las herramientas que más hay que dominar es el
saber sintetizar en ideas fundamentales la gran cantidad de información que se maneja. El
resumen es una de las actividades más importantes y claves dentro del estudio. Este debe ser
breve pero completo con las ideas fundamentales y utilizando tu propio vocabulario y modo
de estructuración de las oraciones. Es evidente que un buen resumen depende mucho de la
comprensión y de la lectura del texto. Con un buen conjunto de resúmenes de los distintos
temas puedes realizar un repaso final muy positivo de lo que has estudiado.
La memoria y el proceso memorístico está formado por lo que podríamos denominar tres
fases:
Registrar: En esta fase adquirimos el contacto con los elementos que posteriormente
memorizaremos. Sería la primera lectura. Para tener más claros estos conceptos que leemos
usamos el subrayado, los esquemas, los resúmenes...
Retener: Tras una segunda lectura y comprendiendo lo que leemos, se comienza a plasmar en
nuestra memoria –visual y cognitiva -, los contenidos. Es muy importante que estos se
encuentren bien estructurados –por epígrafes, capítulos, áreas…, - lo que facilitará su
recuperación. Es en esta fase donde nos será de gran utilidad la utilización de las estrategias
vistas: localizar las ideas principales, los esquemas o los resúmenes.
Los repasos:
Podemos intentar meter en nuestra cabeza gran cantidad de contenidos, pero como no
repasemos lo que vamos aprendiendo, siempre sentiremos esa desagradable sensación de
“llevar las cosas entre alfileres”. Y es que cada repaso que hacemos de lo estudiado, ayuda a
asentar, organizar y consolidar en nuestra mente los conocimientos adquiridos. En la falta de
buenos repasos se encuentran muchos de los tropiezos en los exámenes, a causa de lagunas
mentales o confusiones de términos
Los siguientes son los mejores recursos que usan los estudiantes de éxito.
Es el resultado de una investigación (patrocinada por la revista Reader’s Digest) que determinó
qué principios y actitudes contribuían a que los estudiantes avanzaran sin problemas en el
colegio secundario o en la Universidad.
Los estudiantes sobresalientes no admiten intromisiones mientras estudian. Una vez que
abren los libros o encienden la computadora, ya no contestan llamadas telefónicas, ni se
distraen con la televisión, ni van a buscar algo para comer.
3. ORGANIZARSE.
Procura no perder ningún minuto en buscar elementos que dejaste en algún lugar sin prestar
atención. Un estudiante de la enseñanza media sigue, por ejemplo, este sistema: archiva de
inmediato los trabajos escolares del día en carpetas de distintos colores, según la materia, para
poder encontrarlos fácilmente en tiempo de exámenes y repasarlos sin dilaciones.
4. APRENDER A LEER.
‘La mejor clase que he tomado fue la de lectura veloz’, dice el estudiante Christopher
Campbell. ‘No sólo llegué a leer más palabras por minuto, sino que aprendí también a mirar
primero el índice de los libros, así como sus gráficas y sus ilustraciones. Entonces, cuando
comenzaba a leer ya me había formado una idea general de su contenido y retenía mucho
más’. El secreto de la buena lectura’, explica un experto, estriba en ser ‘un lector activo, una
persona que continuamente formula preguntas conducentes a la plena comprensión del
mensaje del autor’.
5. PROGRAMAR TU TIEMPO.
Cuando un profesor les asigna un trabajo largo, los buenos estudiantes elaboran un programa,
dividiendo la tarea en partes pequeñas, para que no les resulte tan abrumadora. En este
sentido, recuerda la frase que dice: ‘No es posible comerse un elefante... Salvo que se lo haga
progresivamente, pedazo a pedazo...’
‘Leer el libro de texto es importante, pero también es cierto que un profesor tomará examen
en base a aquello en lo que hizo hincapié, y eso lo que encontrarás en tus apuntes’. Los
estudiantes sobresalientes también toman notas mientras leen el libro de texto. El
universitario David Cieri, por ejemplo, utiliza su propio sistema: traza una línea vertical en el
centro de la hoja de su cuaderno y escribe, en un lado, las notas sobre el texto, y en el otro, las
de la lección impartida por el maestro. Así puede revisar ambas facetas de la asignatura
simultáneamente.
Los trabajos limpios pueden ayudarte a obtener calificaciones más altas. ‘El alumno que
entrega un trabajo pulcro tiene más posibilidades de conseguir una buena calificación’,
asegura uno de los profesores consultados. ‘Es como si a uno le sirvieran una comida deliciosa.
Por suculento que sea el manjar, no resulta apetecible si viene en un plato sucio’.
‘Si no entiendo el concepto que el profesor está explicando, le pido que lo repita. Sin embargo,
la participación en clase consiste en algo más que en hacer preguntas; se trata de mostrar
curiosidad intelectual. ¿Por qué es tan importante conocer el estilo que tiene el profesor para
diseñar las pruebas?. Algunos suelen repetir los temas y hasta las preguntas. Por eso será una
ventaja si considera ciertas preguntas con anticipación para tener las respuestas prontas
cuando el tiempo apremia durante el examen.
Aun si no es posible anticipar las preguntas, trata de conocer qué métodos emplea cada
profesor. Por ejemplo, unos se inclinan por la narración, mientras que otros por las preguntas
con posibilidades o por completar espacios en blanco. Al familiarizarte con cada uno, sabrás si
debes concentrarte en la generalidad de un tema o sólo en hechos específicos.
9. ESTUDIAR EN GRUPO.
10. EXAMINARSE.
Cuando toma apuntes, la estudiante Domenica Roman subraya los puntos que, en su opinión,
podrían incluirse en los exámenes. Después formula preguntas tentativas basadas en esos
puntos y se examina sola por escrito antes del día de la prueba. ‘Si no puedo responder la
pregunta satisfactoriamente, vuelvo a repasar mis apuntes’, explica.