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Sus efectos en el lugar de trabajo

 Incremento de la diversidad cultural


En la medida en que la globalización se vuelve más prevalente, las empresas
lidian con un incremento en la diversidad cultural del lugar de trabajo. Estos
cambios requieren que las compañías aprendan a trabajar con esta diversidad,
y además que desarrollen nuevas políticas y guías para los empleados. El
incremento en la diversidad cultural también ha producido muchos efectos
beneficiosos en empresas que obtienen nuevos puntos de vista sobre la gestión
y el marketing.

 Cambios en los salarios


Como muchas empresas tienen acceso a compañías en el extranjero que
ofrecen servicios tercerizados, los salarios de muchos trabajadores se han visto
modificados. Con estándares de vida más bajos, las empresas del tercer mundo
pueden ofrecer sus servicios a precios significativamente menores a los que se
pagan en países con estándares de vida altos. Esto ha afectado a muchos
trabajadores de los Estados Unidos y de otros países ya que muchas empresas
se inclinan por la tendencia de tercerizar. Mientras que las compañías reciben
mayores márgenes de ganancias, los salarios potenciales de los empleados se
reducen.

 Entrenamiento de los empleados


La diversidad cultural, religiosa y étnica en el lugar de trabajo significa una
necesidad de mayor entrenamiento por parte de los empleados. Para proteger a
las empresas y a los empleados nuevos de la discriminación, los gerentes tienen
que implementar políticas y ofrecer entrenamiento a los empleados existentes
para asegurarse de que todos se acepten entre sí. Esto ha llevado a una mayor
apreciación de otras culturas y puntos de vista en ciertas empresas.

 Estándares incrementados
Las empresas de países extranjeros, particularmente aquellas en el tercer
mundo, han tenido que adoptar un estándar más occidental para ofrecer mayor
seguridad en el trabajo y mejores condiciones en el ambiente laboral. Esto
beneficia directamente a los empleados que han trabajado previamente en
condiciones inseguras o poco higiénicas. Mientras que en algunas zonas las
condiciones de trabajo aún dejan que desear, es evidente un incremento en la
preocupación por la seguridad de los trabajadores, en especial en las grandes
empresas.

En las relaciones laborales:

 La subcontratación o externalización es una estrategia comercial fundamental


del proceso globalizador por la que una empresa destina parte de sus recursos
a la contratación de una empresa externa para la ejecución de determinadas
fases de su producción con el único objetivo de ampliar beneficios. En muchos
casos, con el fin de ahorrar costes de producción, se subcontrata a empresas
extranjeras que a su vez subcontratan a otras empresas y así sucesivamente,
generando una cadena interminable a lo largo y ancho de todo el planeta en la
que el cumplimiento a los derechos laborales mínimos queda diluido en una gran
telaraña de proveedores y subcontratas que dificultan su control y su protección.
Un claro ejemplo de externalización o subcontratación de servicios lo
encontramos en los servicios públicos, que son un derecho y un bien de atención
universal de la ciudadanía (sanidad, educación, transportes…), y están siendo
externalizados (prestados por empresas privadas) con el fin último de su
mercantilización. La externalización de servicios provoca, además de la pérdida
de la calidad en los servicios prestados, la precarización de las condiciones en
los puestos de trabajo.
 La deslocalización de la producción es otra estrategia empresarial para ahorrar
costes de producción y maximizar los beneficios. Mediante la deslocalización, el
proceso productivo se fragmenta y se reparte por distintas partes del mundo.
Generalmente la sede de la empresa matriz se ubica en un país del Norte donde
se centralizan las funciones administrativas, financieras y de marketing de la
marca, mientras que la cadena de producción, o gran parte de ella, se traslada
por todo el planeta difuminándose entre una multitud de países, empresas
filiales, proveedores y subcontratas, en busca del máximo beneficio (materias
primas a bajo coste, flexibilidad laboral, desregulación medioambiental, ventajas
fiscales…). Hoy por hoy, estos procesos de deslocalización empresarial afectan
de forma directa a la estabilidad del empleo en los países del Norte y a la calidad
del empleo en el Sur, perjudicando los derechos de los trabajadores y
trabajadoras en todo el mundo En esta búsqueda permanente de costes
laborales cada vez menores, las deslocalizaciones se han convertido en una de
las prácticas habituales de las empresas trasnacionales: Wolkswagen, Renault,
General Motors, Levi Strauss& Co, Grupo Inditex, Corte Inglés, Nestlé,
Telefónica, Siemens, Samsung, etc.

 FLEXIBILIDAD LABORAL Producto de los cambios políticos y económicos que


se han desarrollado a nivel mundial en las últimas décadas se han concretado
importantes transformaciones en el mercado laboral, siendo una de las más
importantes la flexibilización de las condiciones laborales.La flexibilidad laboral
persigue la desregulación de las normas que regulan los derechos laborales.
Pretende la liberalización del mercado de trabajo, eliminando toda la normativa
que “distorsione” y dificulte la obtención de beneficios a las empresas,
garantizando la competitividad en el mercado de trabajo a nivel mundial. Esas
“distorsiones” no son otra cosa que los derechos de los trabajadores y
trabajadoras, tales como: la jornada de trabajo, remuneraciones mínimas
reguladas por ley, flexibilidad en el despido, prestaciones sociales, protección
por desempleo, derecho de sindicalización y de negociación colectiva, etc .
PRECARIEDAD LABORAL La precariedad laboral es una de las consecuencias
directas de la flexibilidad laboral. La precariedad laboral se define en función de
cuatro grandes dimensiones: la inestabilidad en el empleo, la vulnerabilidad, los
menores ingresos, y la menor accesibilidad de trabajadores y trabajadoras a
prestaciones y beneficios sociales10. Así, la precariedad laboral hace referencia
a aquellas condiciones de trabajo que no satisfacen las necesidades básicas y
de desarrollo personal, económicas, ni sociales de los trabajadores y
trabajadoras. “… la precarización del empleo en el mundo ha llevado a que el 50
por ciento de la población, alrededor de 3.300 millones de habitantes, devenguen
menos de dos dólares diarios y de ellos, el 50 por ciento menos de un dólar
diario”12 Lo que sitúa a toda esta población trabajadora en una situación de
pobreza extrema.

¿Cuáles son las ventajas de la globalización?


· Mayor competitividad. Aumentar la eficiencia consiguiendo más con menos es la única
manera de adelantar a la competencia.

· Ampliación de mercados. Se consigue llegar a productos, mercados y potenciales


clientes que antes eran inalcanzables.
· Visión global de la gestión de la empresa. Los procesos empresariales se engrasan mejor
y funcionan con mayor precisión. Los diferentes actores del proceso se especializan y actúan
mejor.
· Modernización y profesionalización. En un escenario global de altísima competencia no
hay sitio para aficionados ni para quien no aplica las técnicas más modernas.
· Reducción de costes. Con el mundo entero a su disposición, la empresa puede elegir
dónde situar sedes y locales.

La empresa debe ser consciente de las desventajas:

· Grandes riesgos operacionales y de coordinación. Trabajar en varios entornos


multiplica los riesgos logísticos. Hay que lidiar con diferentes circunstancias, legislaciones,
tradiciones comerciales, idiomas y condiciones laborales.
· Costes por distancia. En el transporte mundial, el coste de transporte por unidad crece con
la distancia.

· Inventarios reducidos. Es muy difícil gestionar con eficacia un gran inventario en un


mercado global manteniendo la calidad del servicio.

La brecha del empleo


Hay 180 millones de personas visiblemente desempleadas en el mundo. Detrás de
esta estadística escueta y fría hay un mar de miseria humana y de potencial
desperdiciado. Esta cifra global no traduce la verdadera magnitud de la tragedia de
la cual son víctimas familias enteras.

Si consideramos las personas subempleadas, la cifra se dispara a por lo menos mil


millones. De cada 100 trabajadores y trabajadoras de todo el mundo, seis están
totalmente desempleados de acuerdo con la definición oficial de la OIT, y otros 16
no pueden ganar lo suficiente para que su familia pueda superar el umbral mínimo
de pobreza de un dólar por día y por persona. Estos últimos son los más pobres
entre los trabajadores y trabajadoras pobres. Muchos otros trabajan largas jornadas
con poca productividad, tienen empleos ocasionales o precarios, o quedan excluidos
de la fuerza de trabajo sin que se los contabilice como desempleados.

Todos los países, desarrollados y en desarrollo, tienen sus trabajadores y


trabajadoras pobres. En Suiza, entran en esta categoría 250.000 trabajadores y
trabajadoras. La magnitud del problema es asombrosa. Según el Informe sobre el
Empleo en el Mundo de este año, se calcula que se necesitarán 500 millones de
nuevos empleos en los próximos diez años tan sólo para absorber los nuevos
ingresos en el mercado de trabajo e influir algo en el desempleo.

La brecha de los derechos


La denegación del derecho a la libertad sindical y de asociación y la incidencia del
trabajo forzoso y del trabajo infantil y la discriminación siguen afectando al mundo
de hoy. Hay 168 millones de niños y niñas que trabajan en todo el mundo. Por otra
parte, las investigaciones en curso en el Instituto Internacional de Estudios
Laborales indican que aproximadamente dos países de cada cinco tienen serios o
graves problemas en relación con la libertad sindical.

La brecha de la protección
Tan sólo un 20 por ciento de los trabajadores y trabajadoras de todo el mundo estén
amparados por una protección social realmente adecuada. Mientras tanto, 3.000
personas mueren cada día como consecuencia de accidentes del trabajo o
enfermedades profesionales.

Los rápidos cambios de la economía globalizada, que engendran presiones


competitivas cada vez mayores y reducen la seguridad del empleo, han creado
nuevas incertidumbres en el mundo del trabajo. Y esto tiene diversos efectos
secundarios negativos. En los sectores de bajos ingresos, por ejemplo, puede poner
en peligro la seguridad de los ingresos básicos. En los sectores de ingresos más
altos, se observa con frecuencia un aumento de la ansiedad, la depresión y el
agotamiento en el lugar de trabajo. Actualmente, se pierden en los Estados Unidos
200 millones de días de trabajo por año como resultado de depresiones relacionadas
con el trabajo.

La seguridad básica para todos en diferentes contextos de desarrollo es


fundamental tanto para la justicia social como para el dinamismo económico, y
resulta esencial para que la gente pueda utilizar al máximo sus capacidades.

La brecha del diálogo social


Hay un «déficit de representación» en el mundo del trabajo, debido a que, con
frecuencia y por diversas razones, los trabajadores y trabajadoras y los empleadores
no se han organizado para hacer oír su voz.

Los trabajadores y trabajadoras agrícolas, domésticas, del sector público y las


personas migrantes se enfrentan a menudo con obstáculos específicos a la libertad
sindical. También se impide el diálogo social en las zonas francas industriales (ZFI),
en las que trabajan unos 27 millones de trabajadores y trabajadoras en todo el
mundo.

En todas partes, los trabajadores y trabajadoras y empleadores de la economía


informal están excluidos del diálogo tripartito, o bien tienen una representación
insuficiente en el mismo. Incluso cuando están organizados, la falta de mecanismos
institucionales puede impedir igualmente el diálogo.

En los períodos buenos, la organización no parece necesaria; en los períodos malos,


se la echa mucho de menos. En otras palabras, la cultura del diálogo está extendida
de manera desigual a lo largo y ancho del mundo.

No podemos olvidar además, que estas cuatro brechas, están atravesadas por la
brecha de género.

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