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Un libro dedicado a la edificación de la Iglesia en el desarrollo de un discipulado eficiente.

Cada tema ha sido cuidadosamente preparado para desarrollarlo en las células o grupos C.A.F.E.
(Célula de Adiestramiento Familiar y Evangelístico) supliendo la necesidad y ministración de
cada uno de sus participantes, en los diferentes aspectos que involucran a la vida cristiana.

¿Quiénes somos?

La Iglesia Rey de Reyes comienza sus actividades en el barrio de Belgrano en 1986, pastoreada
por el Reverendo Claudio Freidzon y su esposa Betty, pertenece a la Unión de las Asambleas de
Dios (U.A.D.), Organización Evangélica de amplia trayectoria y de las más antiguas del país,
Perteneciente a la C.E.P. (Confraternidad Evangélica Pentecostal) y a A.C.I.E.R.A. (Asociación
Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina).
Fichero de Culto N° 14, Personería Jurídica N° 37.567, Entidad de Bien Público N° 5392.
Desde sus comienzos hizo un permanente énfasis en el mensaje de salvación para cada persona a
través de Jesucristo y su obra redentora, el discipulado y formación del nuevo creyente, y la
edificación y unidad familiar.

¿En qué creemos?

Creemos en la Biblia, como única y verdadera fuente de revelación. Regla infalible de fe y


conducta.

Creemos en Jesucristo nacido de la virgen María y concebido por obra y gracia del Espíritu
Santo.

Creemos en la trinidad Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Creemos en el perdón de pecados por medio de Jesucristo y de su sangre redentora.

Creemos en la Salvación por gracia por medio de la fe.

Creemos en la Iglesia, la compañía de todos los redimidos por Jesucristo que creen y practican
las enseñanzas del evangelio.

Creemos en la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo en Gloria.

1 Iglesia Rey de Reyes


2 Iglesia Rey de Reyes
SECTORES TEMAS PÁGINA

INTRODUCCIÓN Una Vida con Propósito. 3


Bienvenida
Rev. Claudio Freidzon
PARTE N° 1 Sentando las Bases 7
5 Lecciones

PARTE N° 2 Un Encuentro con Jesús 31


12 Lecciones

PARTE N° 3 La Visión: “Id y haced discípulos 87


a todas las naciones.”
7 Lecciones
PARTE N° 4 Joven – Noviazgo 119
7 Lecciones

PARTE N° 5 Familia Cristiana 151


20 Lecciones

PARTE N° 6 Los Medios de Comunicación 225


y el cristiano
2 Lecciones
PARTE N° 7 Sanando las Heridas 237
3 Lecciones

PARTE N° 8 Los Enemigos del Alma 251


22 Lecciones

PARTE N° 9 La Transformación de nuestro 329


Carácter – 12 Lecciones

3 Iglesia Rey de Reyes


4 Iglesia Rey de Reyes
BIENVENIDO A LOS
GRUPOS C.A.F.E.

E ste Manual de temas para desarrollar en grupos de células


“EDIFICANDO NUESTRA VIDA CRISTIANA CON
PROPÓSITO” abrirá un nuevo horizonte de bendición,
sanidad y restauración para tu vida.
Todos necesitamos un propósito en la vida. Una meta, una visión, un
sueño por el cual vivir. Reverendo Claudio Freidzon
Muchas personas carecen de propósito en este mundo. Se preguntan:
“¿Para qué trabajo? ¿para qué me esfuerzo y sacrifico? ¿para qué seguir adelante?” Llega el día
viernes y se entusiasman con la perspectiva de un fin de semana de solaz y esparcimiento que pueda llenar
el vacío de sus corazones. Pero el domingo a la tarde están deprimidos esperando un nuevo lunes de
rutina. Se sienten vacíos, insatisfechos.
El brillo del mundo, de sus placeres, enceguese a muchos pero no llena sus expectativas.
La Televisión, la música, la diversión, el ruido, no son suficientes para llenar ese vacío. Tarde o temprano
este aflora.
En medio de este contexto me pregunto: ¿Cómo estamos viviendo los cristianos la fe que hemos
abrazado? ¿Hemos conocido el propósito de Dios para nuestra vida? ¿Podemos decir con el apóstol
Pablo: “prosigo a la meta”?
El profeta Jeremías era un hombre que tenía claro el propósito para su vida. Dios se lo reveló al llamarlo:
“Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las
naciones... Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para
destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar” (Jer.1.5,10).
Ciertamente Jeremías conocía el “para qué” de su vida. Este propósito específico significaba un gran
desafío, una meta elevada, pero se entregó a esa visión cueste lo que cueste. Tenía una pasión que ardía en
sus huesos.
Como Iglesia conocemos que el propósito eterno de Dios es tener una familia de muchos hijos semejantes
a Jesús. Esto nos involucra a todos los cristianos dondequiera que nos encontremos. Pero es importante
reconocer nuestra parte dentro del plan de Dios.
¿Qué espera Dios de mi vida, de mi congregación, de mi servicio, para contribuir a la gran meta?
Me temo que muchos se han quedado en la religiosidad.
Su meta en la vida es ir al culto, participar de determinadas actividades y ministerios, pero se han quedado
allí. No tienen un gran sueño puesto por Dios ardiendo en sus corazones. Faltan metas claras.
Otros no pueden mirar hacia adelante sencillamente porque no han resuelto su pasado. Hay gruesas
cadenas de dolor y frustración que les impiden soñar. Tienen un pesado lastre que no les deja correr con
gozo la carrera. Carencias no satisfechas que jamás fueron presentadas delante de Dios.
¡Él tiene más para ti!
En Romanos 9:20 Dios compara nuestra vida con una vasija de barro. Como seres humanos al nacer,
siendo pequeños bebés, somos semejantes a una vasija vacía que necesita ser llenada por sus padres de
amor, de perdón, de protección, de autoestima, pero lamentablemente no siempre sucede. Hay tragedias
familiares tan terribles, que en ocasiones debo reconocer que la realidad supera a la ficción. Casos de
abuso sexual, de abandono, padres que rechazan a sus hijos y los maldicen. Estas experiencias dejan

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heridas, y la vasija que debía ser llena hasta rebozar, está rota, quebrada, incapacitada para dar. Necesita
ser sanada por Dios y llena con su amor hasta rebosar.
Finalmente, otros no han vislumbrado el plan de Dios para sus vidas porque no se dispusieron a entregarlo
todo para seguirle.

¿Estás dispuesto a darle todo?

Dios te llama a ser un discípulo de Cristo. El llamado tiene un costo que debe ser calculado. Jesús lo
ilustró con la parábola del hombre que va a edificar una torre. Debe calcular los gastos. Cuando le
decimos al Señor: “Quiero más de ti”, Dios nos responde: “¿Y tú? ¿Qué más me das? ¿Estás dispuesto a
entregarlo todo para que pueda usarte?”
El joven rico guardaba todos los mandamientos, quería agradar a Dios, era un hombre religioso, pero
Jesús le pidió que entregue aquello que más amaba: el dinero.
Y dice la escritura que “oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones”
(Mateo 19:22). Muchos cristianos están tristes y frustrados pensando que Dios no los tiene en cuenta,
pero son ellos los que deben abrir su corazón y preguntarle a Dios: “¿Hay algo que aún no he rendido en
mi vida?”
El apóstol Pedro, en cambio, es un buen ejemplo de la actitud que Dios espera de nosotros. Lucas 5 nos
relata el episodio de la pesca milagrosa. Pedro tenía un día de gran frustración. Había trabajado todo el día
y no tenía el pan para poner en la mesa y dar de comer a los suyos. Pero cuando obedeció la palabra de
Jesús contempló con sus ojos la pesca más abundante de su vida. Entonces sucedió algo increíble: “Y
cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron” (v.11). Pedro y los otros discípulos
reconocieron “Quién” era la fuente. Los peces y todo lo demás, pasó a un segundo plano.
Dios tiene un plan para tu vida. Un propósito glorioso que quiere revelar a través de ti. Tal vez no te
mostrará inmediatamente todos los detalles para que dependas de Él, y lo sigas buscando. Pero
ciertamente te mostrará “cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jer.33:3). Clama a Él, deja que Él
sane tu corazón y te revista de poder, entrégale lo que Él te pide; y un sueño arderá en ti. Un sueño que se
convertirá en realidad porque Dios te lo dió. Tendrás una vida llena de propósito.
Él te ha llamado a ser un discípulo.
En las células o grupos C.A.F.E. (Célula de Adiestramiento Familiar y Evangelístico) conocerás a otras
personas que al igual que tú, anhelan conocer a Dios, permitir que Él sane y restaure todos los aspectos de
tu vida, y desarrollar el plan y propósito que Él tiene para cada uno. Cada clase o reunión tiene un
propósito específico. No sólo el contenido teórico, sino que la ministración, la oración específica por las
necesidades, las enseñanzas basadas en la Palabra de Dios, la aplicación práctica de las verdades Bíblicas,
formarán en ti un testimonio contundente. Hallarás el propósito de Dios para tu vida y serás desafiado a
servirle con gozo y alegría. Es aquí, en las células o grupos C.A.F.E., donde conocerás a personas que te
guiarán y se preocuparán por tu crecimiento y desarrollo.
El velar por cada persona, el colaborar en su crecimiento y madurez cristiana, el formar un verdadero
discípulo de Cristo, es el desafío que Dios nos lleva a realizar a todas las naciones.
En cada reunión de tu grupo C.A.F.E., en cada desarrollo de los temas contenidos en
este libro, encontrarás una profunda ministración que marcará tu vida.

¡Éste es tu tiempo!

PASTOR CLAUDIO Y BETTY FREIDZON

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