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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA.

FACULTAD DE INGENIERIA.
ESPECIALIDAD EN GEOTECNIA VIAL Y PAVIMENTOS.

SUELOS EXPANSIVOS

GEOLOGIA VIAL COLOMBIANA.


Bogotá, Marzo de 2019

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Tabla de Contenido
INTRODUCCIÓN. .................................................................................................................................. 3
1. SUELOS EXPANSIVOS. .............................................................................................................. 4
1.2 Métodos de identificación (ensayos) .......................................................................................... 9
1.3 Diseños geotécnicos en suelos en suelos expansivos ............................................................... 38
1.4 Métodos de estabilización de suelos expansivos...................................................................... 47
1.5 Caso ........................................................................................................................................... 63
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................................ 75

2
INTRODUCCIÓN.

En este informe se presenta el resultado de una breve recopilación de


información relacionada con los suelos expansivos, en aspectos como el
ambiente geológico en el que se formaron, los métodos de identificación
(ensayos) más empleados, los diseños geotécnicos en suelos en suelos
expansivos, así como los métodos de estabilización de suelos expansivos.
Finalmente, se presentan algunos Casos en los que se trabajó sobre suelos
expansivos.

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1. SUELOS EXPANSIVOS.

Los suelos expansivos, son aquellos que presentan cambios volumétricos de


expansión o contracción, cuando el volumen de agua o su humedad, se alteran de
manera significativa. Esto se debe a que los materiales arcillosos, por su estructura,
presentan una capacidad importante para la absorción y retención del agua, que
puede variar de acuerdo a los minerales que la componen. Esta capacidad de
absorción, se puede ver reflejada en incrementos importantes en el volumen del
material, los cuales representan un alto riesgo de empuje sobre las estructuras que
los rodean, si el material no cuenta con espacio para la expansión. Así mismo, estos
materiales pueden en caso contrario, presentar notables reducciones en su
volumen, cuando se ven expuestos a reducciones drásticas en su contenido de
humedad, lo que puede generar asentamientos diferenciales en las estructuras que
se soporten en ellos, produciendo daños severos en las estructuras, cuando se
encuentran soportadas en ellos.

Adicionalmente, estos procesos de cambios volumétricos, (expansión y


contracción), no suelen darse de manera uniforme, lo que implica una dificultad
adicional para su manejo. De no ser controlados adecuadamente, la presencia de
estos suelos, implica grandes inconvenientes para la ingeniería, generando daños
importantes en las estructuras, que pueden ir desde pequeños fisuramientos en
pisos, muros y elementos estructurales, hasta colapsos totales de estructuras,
pasando por la deformación de pavimentos, rotura de la cimentación y la rotura de
conducciones de instalaciones.

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Fotografía 1: Daños en estructura de vivienda por efecto de suelos expansivos. (Bibliografía 1)

Fotografía 2: Levantamiento de estructura por efecto de suelos expansivos. (Bibliografía 9)

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Los suelos expansivos están confinados en regiones potencialmente semiáridas en
zonas de clima tropical templado. Se presentan en abundancia donde la
evapotranspiración excede la precipitación. De lo anterior se tiene la teoría de que
en las zonas semiáridas la escasa lixiviación ha ayudado en la formación de la
montmorilonita.

1.1 Ambiente geológico

Los depósitos de suelo expansivo, pueden encontrarse en diversos entornos, que


van desde materiales de origen lacustre, como los existentes en la Sabana de
Bogotá, hasta los formados por rocas del tipo de lutita, muy comunes en las
formaciones montañosas en Colombia.

La capacidad expansiva de un suelo se relaciona directamente con la presencia de


arcillas, las cuales son constituyentes esenciales de la mayor parte de los suelos y
sedimentos debido a que corresponden en general a productos finales de la
meteorización de los silicatos que, formados a mayores presiones y temperaturas,
cuando entran en contacto con el medio exógeno se hidrolizan, reaccionando con
el agua.

El comportamiento de las arcillas depende de sus propiedades físico-químicas.


Dichas propiedades se originan, principalmente por los siguientes aspectos:

· Su extremadamente pequeño tamaño de partícula (inferior a 2 mm) ·


· Su morfología laminar (filosilicatos) ·
· Las sustituciones isomórficas, que dan lugar a la aparición de carga en las
láminas y a la presencia de cationes débilmente ligados en el espacio
interlaminar.

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Como consecuencia de estos factores, presentan, por una parte, un valor elevado
del área superficial y, a la vez, la presencia de una gran cantidad de superficie
activa, con enlaces no saturados. Por ello pueden interaccionar con muy diversas
sustancias, en especial compuestos polares, por lo que tienen comportamiento
plástico en mezclas arcilla-agua con elevada proporción sólido/líquido y son
capaces en algunos casos de hinchar, con el desarrollo de propiedades reológicas
en suspensiones acuosas.

Por otra parte, la existencia de carga en las láminas se compensa, como ya se ha


citado, con la entrada en el espacio interlaminar de cationes débilmente ligados y
con estado variable de hidratación, que pueden ser intercambiados fácilmente
mediante la puesta en contacto de la arcilla con una solución saturada en otros
cationes, a esta propiedad se la conoce como capacidad de intercambio catiónico y
es también la base de multitud de aplicaciones industriales.

Las arcillas son producto de la alteración química de las rocas y están formadas
generalmente por sílice, aluminio, magnesio, potasio y sodio dispuestos en cristales
que forman estructuras de forma laminar. Estas láminas, se unen mediante enlaces
débiles de Van Der Waals, lo que permite la presencia de espacios amplios entre
las partículas de arcillas. Estas condiciones, le dan a las arcillas una alta capacidad
para almacenar agua por su alta porosidas, pero limitan notablemente la circulación
del agua.

En cuanto a su origen mineralógico, las arcillas contemplan un grupo de minerales,


filosilicatos en su mayoría, cuyas propiedades físico-químicas dependen de su
estructura y de su tamaño de grano, muy fino.

En el campo petrológico, la arcilla corresponde a una roca sedimentaria, en la mayor


parte de los casos de origen detrítico, con características bien definidas. Sin
embargo, desde el punto de vista granulométrico, las arcillas están comprendidas
en los sedimentos con un tamaño de grano inferior a 2 µm.

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Los componentes que forman las esmectitas, un grupo de minerales de la arcilla,
que tienen una gran atracción por el agua por lo que, se puede determinar que si el
suelo es rico en esmectitas absorberá agua y tenderá a expandirse. Estos aumentos
de volumen pueden ir desde un 20% a un 50%. Además, pueden parecer valores
bajos pero hay que tener en cuenta que los suelos que sufren aumentos de un 3%
ya se consideran problemáticos.

Fig. 1 Contracción y expansión de una arcilla expansiva. Bibliografía 7

La estabilidad volumétrica de los suelos expansivos depende de muchos factores


que afectan la presencia de agua, como las variaciones climáticas, ya que, en
condiciones de lluvia, la cantidad de agua adicional, puede ser suficiente para que
las arcillas aumenten de volumen, mientras que, en condiciones secas, la
evaporación puede generar la condición inversa con la disminución del contenido
de agua, lo que se refleja en la retracción del suelo.

De otra parte, otro factor que puede influir en la humedad de los suelos, corresponde
a las raíces de las plantas, que pueden cambiar la humedad del suelo mientras
absorben el agua que se encuentra entre los poros de las arcillas, generando
retracción del suelo. Este fenómeno es muy común en algunas vías de Bogotá,
donde se observa como la presencia de grandes especies con alta capacidad de
succión del agua, generan contracciones en épocas de sequía, que se ven
reflejados en importantes deformaciones de las vías.

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Así mismo, a pesar que las arcillas son materiales poco permeables, con el tiempo
el agua logra circular o infiltrarse hacia capas más profundas, causando retracción
del suelo, o en otros casos, la infiltración se puede dar desde capas superiores a
las capas de arcillas expansivas, generando la hidratación y expansión de la capa.

1.2 Métodos de identificación (ensayos)

Para la identificación preliminar en campo, se pueden en principio identificar


patrones de afectación típicos a las estructuras. Al observar en caso de existir, los
edificios localizados en regiones áridas pueden experimentar un levantamiento de
sus bordes cuando estos se humedecen, lo que les causa una distorsión en forma
cóncava (fig. 2.a). cabe mencionar que también los edificios con calefacción en
climas fríos pueden llegar a experimentar este patrón de deformación, debido a la
depresión central de la estructura causada por la desecación del suelo. Sin
embargo, cuando un área localizada en clima húmedo es cubierta por una
estructura, se tienden a prevenir sus cambios estaciónales de humedad, aunque
estos todavía pueden llevarse a cabo en el perímetro de la estructura, lo que puede
generar que la contracción y depresión resultantes, muestren un patrón de
distorsión convexo (fig. 1.b).

Fig. 2. Patrones típicos de afectación debidos a la expansión del suelo: (a) Levantamiento de borde.
(b) Levantamiento del centro. (c) Expansión localizada debida a problemas de drenaje. (d)
Contracción localizada debida a los árboles. Bibliografía 7

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Los patrones de afectación distorsionados por expansiones localizadas (fig. 2.c), se
pueden deber a que le da más sombra a cierto lado de la estructura, a una superficie
con drenaje deficiente, o a la rotura de tuberías subterráneas de agua o drenaje.
Mientras que los patrones de afectación distorsionados por contracciones
localizadas (fig. 2.d) usualmente se deben a la desecación del suelo por parte de
los árboles. En general, los movimientos de los suelos bajo las estructuras pueden
ocurrir de tres formas distintas:

1. Un movimiento general de levantamiento, que comienza al poco tiempo de


inciar la construcción, y termina alrededor de cuatro años o más después de
culminar la obra.
2. Una expansión y contracción cíclica, que tiende a presentarse alrededor del
perímetro de la estructura, y se relacionada con la cantidad de lluvia y
evapotranspiración existentes.
3. Expansiones y contracciones localizadas, normalmente generadas por
factores extraños.

Para identificar la presencia de suelos potencialmente expansivos , podemos contar


con algunos indicadores, como los presentados a continuación:

Tipo de suelo:

Un suelo expansivo, generalmente tiene un contenido importante de arcilla,


probablemente correspondiente a CL o CH del Sistema Unificado de Clasificación
de los Suelos, aunque también algunos suelos ML, MH y SC pueden presentar
comportamientos expansivos.

Identificación visual:

Los suelos expansivos, cuando se encuentran secos son muy duros, con tendencia
a presentar una apariencia vidriosa cuando se cortan con una espátula, y a

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presentar fisuras, fracturas, y grietas superficiales que forman patrones regulares
(señales de expansiones y contracciones previas), o bien una textura en forma de
“roseta de maíz”. Por el contrario, cuando se humedecen se vuelven suaves y
pegajosos, dejando residuos polvorosos una vez son remoldeados en la mano. En
este sentido, cuando se observan las perforaciones hechas en arcillas expansivas
luego de algunas horas de haber sido realizadas, se podrá evidenciar un patrón de
grietas errático, generado por la desecación.

Fig. 3 Suelo expansivo agrietado y con una textura de “roseta de maíz”. Bibliografia 7

Características del terreno:

La evidencia de flujo o “creep” en laderas, la presencia de grietas de contracción a


espaciamientos regulares en el terreno, y la existencia de estructuras “Gilgai”, son
características que resultan comunes en terrenos que presentan suelos expansivos.
Las estructuras Gilgai, corresponden a montículos y depresiones presentes en la
superficie de un suelo expansivo que ha estado sujeto a intemperismo en ambientes
semiáridos.

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Fig. 4 Etapas en el desarrollo de los Gilgais, y caracterización de los Gilgais de Texas. Bibliografía
7

En estas estructuras, es posible observar espaciamientos de entre 6 y 21 metros,


con profundidades que pueden alcanzar 2 metros, y los montículos tienden a ser
más expansivos que las depresiones, debido a su mayor permeabilidad y pH.

En casos como este, debido a su amplia variación puntual en el potencial de


expansión del suelo, una simple nivelación de campo no es efectiva para prevenir
los movimientos diferenciales del suelo.

Existencia de vegetación:

Existen algunas especies de árboles o arbustos que se presentan más


frecuentemente sobre los suelos potencialmente expansivos.

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Determinación del grado de expansividad del suelo.

Una vez se identifica la presencia de suelos expansivos, es necesario determinar


su grado de expansividad. En general, los métodos de determinación del grado de
expansividad de los suelos pueden ser clasificados en tres grandes grupos:

• Los métodos puramente cualitativos, clasifican la expansividad del suelo en


términos tales como bajo, medio o alto, formando la base de las medidas
preventivas empíricas.

• Los métodos semicuantitativos, generan resultados numéricos. Teniendo en


cuenta que estos resultados son considerados más como índices de expansividad
que como propiedades físicas fundamentales del suelo, sus diseños también se
realizan sobre bases empíricas.

• Los métodos que ofrecen resultados cuantitativos con base en medidas de las
propiedades físicas fundamentales del suelo. Estos últimos, fundamentan los
procedimientos racionales o semiracionales de diseño.

Métodos cualitativos.

Se basan en correlaciones entre el potencial de expansión del suelo y las pruebas


más comunes, tales como los límites de Atterberg o el porcentaje de coloides.

El científico Albert Atterberg, desarrolló un método para evaluar el efecto de la


variación de la humedad en los suelos de grano fino. Con base en sus
investigaciones, Atterberg definió entonces tres límites, que se evalúan
considerando la fracción de suelo que pasa el tamiz N° 40 (0.1 mm).

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Límite de Contracción o retracción LC: Este parámetro separa el estado sólido
seco y el semisólido, y se define como la humedad que contiene el suelo amasado
cuando alcanza su volumen mínimo teórico, al secarse viniendo del estado de
saturación. Mientras más pequeño es el límite de contracción el suelo es más
susceptible a un cambio de volumen.

El Índice de Contracción Ic es el intervalo de los contenidos de agua entre el estado


plástico y el límite de contracción (Ic=LP-LC).

Limite Líquido LL: Este límite separa el estado plástico del semilíquido, se define
cuando se amasa el suelo seco con una determinada cantidad de agua y se lo
extiende sobre un molde conocido como Cuchara de Casagrande. El LL es la
humedad de la muestra cuando con 25 golpes de la cuchara de Casagrande se
logra cerrar un canal de unos 2mm de ancho en su parte baja, hecho con la ayuda
de un acanalador normalizado.

Límite Plástico LP: Este límite separa el estado semisólido del plástico. Se
determina amasando el suelo seco con poca agua y formando rollitos con la palma
de mano sobre una superficie lisa hasta llegar a un diámetro de 3mm y una longitud
de 25 a 30 mm, el momento en que se empiezan a formar fisuras en fracciones de
alrededor de 6mm, su humedad es la correspondiente al límite plástico.

Con el límite líquido y el límite plástico, se define el Índice de plasticidad IP (IP=LL-


LP), que representa el intervalo de humedades para pasar del estado semisólido al
semilíquido. Tras la realización de varios estudios Casagrande definió que aquellos
suelos con un LL> 50 son de “alta plasticidad” los cuales pueden experimentar
deformaciones plásticas grandes y admiten mucha agua. Valores inferiores de LP
consideran a los suelos de “baja plasticidad”.

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Uno de los primeros estudios de correlación fue desarrollado por Holtz y Gibbs en
1956, cuando plantearon una gráfica relacionando los resultados de 45 pruebas de
expansión hechas sobre muestras inalteradas de suelo, con sus pruebas de
contenido de coloides, índice plástico, y límite de contracción.

Posteriormente, Holtz (1959) desarrolló una tabla que se basaba en los patrones de
comportamiento obtenidos en esa gráfica (tabla 1).

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Tomado de Bibliografía 3

Con base en las curvas presentadas, Holtz propone el siguiente criterio para la
identificación de suelos expansivos:

Tabla 1 Tabla para la estimación de cambios volumétricos (* Carga vertical de 1 lb/pulg2 ).


Bibliografía 7

Williams (1958) desarrolló en Sudáfrica una carta relacionando el índice de


plasticidad y el porcentaje de arcilla presente en una muestra de suelo, mostrando
que pueden ser usados como un indicador de su grado del expansividad.

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Elvin F. Henry (1965) publicó el patrón observado en las 151 pruebas que realizó
sobre suelos expansivos obtenidos de muchas partes de Estados Unidos y Hawai.

Tabla 2 Estimación del potencial de


expansión de los suelos (Henry, 1965).
Bibliografía 7

Al comparar las estimaciones realizadas por Henry y Williams, se evidencia una


cierta correlación entre sus resultados, para los niveles bajo y no crítico, y mediano
y marginal de expansión.

También Seed, Woodward y Lundgren (1962) realizaron un estudio independiente,


con el cual llegaron a establecer la siguiente ecuación:

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Donde: S = Potencial de expansión del suelo. K = 3.6 x 10-5. IP = Índice plástico del
suelo. La cual solo es aplicable a suelos con un contenido de arcilla de entre el 8 %
y el 65 %, presentando una aproximación de alrededor de un 33% con respecto al
potencial de expansión determinado en laboratorio.

También propusieron el método de la actividad, teniendo en cuenta los resultados


obtenidos de diversas pruebas efectuadas a suelos remoldeados, compuestos por
23 mezclas de bentonita, ilita, caolinita y arena fina.

Fig. 5 Carta de clasificación para el potencial de expansión del suelo. Bibliografía 7

En ambos casos, el potencial de expansión corresponde al porcentaje de expansión


de la muestra sumergida bajo una sobrecarga de 1 lb/pulg2 , después de ser
compactada a su densidad máxima y a su contenido de humedad óptimo conforme
con la prueba de compactación AASHTO estándar.

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En 1973, Vijayvergiya y Ghazzaly propusieron otra forma para estimar el porcentaje
y la presión de expansión de un suelo, basado en estudios que realizaron a 273
muestras inalteradas:

Donde:
S = Porcentaje de expansión.
P = Presión de expansión en ton/pie2 .
LL = Límite líquido, %.
W = Contenido de humedad, %.
‫ال‬d = Peso específico seco en libras/pie3 .

La presión de expansión considerada corresponde con la obtenida en una prueba


de expansión a volumen constante. Mientras que el porcentaje de expansión es el
obtenido después de someter la muestra a un proceso de descarga en
decrementos, desde la condición de presión de expansión a una condición de
presión nominal (0.1 Ton/pie2). Otra tabla (Gromko, 1974) se desarrolló para
determinar el potencial de expansión de un suelo, considerando sus valores de
contracción, es la siguiente:

Tabla 3 Tabla para estimar el potencial de expansión de un


suelo expansivo. Bibliografía 7

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Por su parte, Chen (1988) desarrolló la siguiente tabla de correlaciones:

Tabla 4 Tabla para estimar el potencial de expansión de un suelo expansivo (* Esfuerzo vertical
total de 50 KPa).

Se puede concluir considerando la mayoría de las correlaciones planteadas, que los


suelos con límites líquidos mayores a 40 e índices plásticos mayores a 15, pueden
considerarse como potencialmente expansivos.

Métodos semicuantitativos.

El método semicuantitativo más común es el de las pruebas de expansión. A pesar


de medir directamente las características deseadas del suelo, y ser relativamente
fáciles de ejecutar, no cuentan con una metodología de prueba universalmente
aceptada, lo que provoca que sus resultados no siempre sean comparables.

Prueba del índice de expansión (ASTM D4829): En ella, una muestra de suelo es
remoldeada e introducida en un anillo estándar de 10.2 cms de diámetro y 5.5 cms
de alto, con un grado de saturación de alrededor de un 50%. Luego se le aplica una
sobrecarga de 6.9 KPa, y se somete a saturación, manteniéndola sumergida hasta
que se alcance el rango de expansión o hasta que hayan transcurrido 24 horas (lo
que ocurra primero). La cantidad de expansión es expresada en términos del índice
de expansión:

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Donde: IE = Índice de expansión. h = Expansión del suelo en pulgadas. F =
Porcentaje de la muestra en peso que pasa la malla No. 4.

La tabla siguiente nos da la interpretación de los resultados obtenidos:

Tabla 5 Potencial de expansión del suelo según su


índice de expansión. Bibliografía 7

Método del PVC (Potential Volume Change): Desarrollado por T. W. Lambe (1960)
como un ensayo rápido de identificación, el cual es usado como un comparativo
entre diversos suelos expansivos.

Fig. 6 Aparato para la realización del ensayo de Lambe.


Bibliografía 7.

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El ensayo se realiza sobre el material que pasa la malla No. 10, en estados seco,
húmedo, o en su límite plástico. La muestra debe ser compactada en el anillo del
consolidómetro del aparato, haciendo uso de la masa utilizada en el ensayo Proctor
estándar. Esta compactación debe realizarse de acuerdo a las siguientes
especificaciones:

Tabla 6 Condiciones para la realización del ensayo de Lambe.

Compactada la muestra, se coloca dentro del aparato y se le aplica una presión de


1 t/m2 (la fuerza se mide en el anillo, y corresponde a un determinado número de
divisiones del micrómetro). Se inunda la muestra, y se mide la presión que actúa
sobre ella al cabo de dos horas. Esta presión se denomina “índice de expansividad”.
El índice de expansividad nos indica cualitativamente las características de
expansión del suelo, a través del llamado “cambio potencial de volumen” (fig. 7).

Fig. 7 Relación entre el índice de expansión y el


cambio potencial de volumen. Bibliografía 7

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Pruebas de presión de expansión (ASTM D4546): La prueba de expansión con
carga modificada (Modified Swell Overburden Test), se ejecuta como se describe a
continuación:

• Se coloca una muestra inalterada de suelo en un consolidómetro, y se le aplíca


una carga normal igual a la sobrepresión de diseño.
• Se Inunda la muestra, y se permite su expansión bajo la sobrepresión de diseño.
• Completada la expansión, se carga la muestra de suelo mediante incrementos
hasta que regrese a su volumen original. La presión correspondiente al volumen
original es la presión de expansión.
• Se descarga el suelo en decrementos hasta que la carga sea menor al esfuerzo
de sobrepresión in situ.

Fig. 8 Determinación de la presión de expansión mediante la prueba


de expansión con carga. Bibliografía 7

Otra forma de medir la presión de expansión del suelo, se realiza mediante el uso
de un consolidómetro modificado, que no permita le deformación vertical de la
muestra.

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Fig. 9 Determinación de la presión de expansión mediante el
uso de un consolidómetro modificado.

Esta prueba, llamada de expansión a volumen constante (Constant Volume Swell


Test), también puede ejecutarse en un consolidómetro normal, haciendo uso de la
siguiente metodología:

Fig.10 Determinación de la presión de expansión


del suelo mediante la prueba de expansión a
volumen constante. Bibliografia 7

La prueba de expansión con carga modificada (MSO) tiende a producir presiones


de expansión mayores a las de la prueba de expansión a volumen constante (CVS).

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En este sentido, Johnson y Stroman (1976) recomiendan el uso de la prueba MSO
para los casos en los que la sobrepresión de diseño es conocida de antemano,
mientras que recomiendan el uso de la prueba CVS para los casos en que no lo es.

Cuantificación de la expansión: Los resultados de las pruebas de expansión se


aplican al cálculo de las expansiones superficiales de los suelos, mediante el uso
de la ecuación:

Donde: δW = Expansión superficial bajo la presión de sobrecarga, cms. εWi = Por


ciento de expansión del estrato i, sometido a la presión de sobrecarga (obtenido
mediante la prueba de expansión). Hi = Espesor del estrato i, cms. N = Número total
de estratos dentro de la zona activa del suelo.

Por tanto, si obtenemos los valores de εWi correspondientes a cada estrato para un
cierto rango de variación en la presión de sobrecarga, podremos obtener una gráfica
de presiones de sobrecarga contra expansiones superficiales del suelo (fig. 11), y
si este proceso es repetido a través de diferentes puntos del sitio, se puede llegar a
hacer una estimación de la expansión diferencial que habrá de presentarse en
campo.

Adicionalmente, este procedimiento permite obtener un módulo de reacción de la


subrasante (K) a largo plazo, el cual nos puede ser útil al momento de realizar un
análisis racional de la cimentación.

25
Fig. 11 Presión de sobrecarga contra expansión superficial y
déficit de expansión.

La expansión que presenta un suelo en el campo usualmente es menor a la que se


mide en laboratorio, debido principalmente a que este rara vez llega a saturarse
completamente. Por tanto, el coeficiente de humedecimiento (α) del suelo fue
definido como la relación existente entre la expansión actual y la potencial del suelo,
siendo que Chen (1988) sugirió que podía aproximarse al cambio en el grado de
saturación de este.

Donde:
GSO = Grado de saturación inicial, en forma decimal.
GS = Grado de saturación final, en forma decimal.

Por tanto, el cálculo de expansiones superficiales puede tomar en cuenta la


variación de humedad que se espera que tenga el suelo, mediante el uso de este
coeficiente.

26
Donde:
δW = Expansión superficial bajo la presión de sobrecarga, cms.
αi = Coeficiente de humedecimiento del estrato i.
εWi = Por ciento de expansión del estrato de suelo i, sometido a la presión de
sobrecarga (obtenido mediante la prueba de expansión).
Hi = Espesor del estrato i, cms.
N = Número total de estratos dentro de la zona activa del suelo.

Método del doble odómetro de Jennings y Knight (1957):

Este método suposición la existencia de un punto durante la compresión de un suelo


no saturado, en el que pasa de una presión aplicada a un esfuerzo efectivo, lo que
hace que su curva de compresibilidad se una al tramo virgen de la curva de
compresibilidad del suelo saturado. Se ejecuta ensayando simultáneamente a dos
muestras inalteradas de suelo (obtenidas de localizaciones adyacentes) en dos
consolidómetros diferentes.

A pesar que las predicciones de expansión hechas con este método se han
correlacionado adecuadamente con las mediciones de campo, al parecer tiende a
sobreestimarlas en alrededor de un 16 por ciento de su valor.

Métodos cuantitativos.

Estos métodos requieren la realización de pruebas que evalúen al suelo


considerando sus propiedades físicas fundamentales. Si bien este enfoque todavía
no ha sido desarrollado en detalle, al parecer es la succión del suelo la que permitiría
realizar la estimación cuantitativa de los cambios volumétricos del suelo.

Para la identificación de los suelos con potencial expansivo, es necesario conocer


las propiedades del suelo que influyen sobre esta característica, que pueden ser

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indicativas de este comportamiento, aunque se requiere de una combinación de
estas para que el fenómeno se materialice.

Las propiedades que influyen sobre la capacidad expansiva de un suelo, van desde
los minerales de arcilla presentes, la química del agua en el suelo, la capacidad de
succión del suelo, la plasticidad, el arreglo y la estructura del suelo y el peso
volumétrico en seco. En este sentido, en el siguiente cuadro se describen los
aspectos que influyen en la capacidad de expansión y contracción de los suelos:

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Tabla 7 Propiedades del suelo que influyen en la expansión. Bibliografía 1.

Los minerales arcillosos, se clasifican principalmente en tres grupos, que son:


Caolinitas, Micas y Esmectitas. En esta última se encuentran las arcillas con mayor
potencial de expansión, como la montmorillonita, por lo que su presencia es un
indicador de la capacidad de un suelo para ser expansivo. En la siguiente tabla de
Nelson y Miller (1992), se observan los grupos más importantes de los minerales de
las arcillas:

Los tres grupos cuentan con estructura cristalina de capas. La distinción


mineralógica entre estos, se basa en la disposición de las diferentes capas y la
manera por la cual, las unidades estructurales individuales están unidas. En la
siguiente tabla de Nelson y Miller (1992), se presentan algunas de las propiedades
de los minerales más importantes que componen a las arcillas.

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Para la determinación de las propiedades de los suelos, que puedan ser indicativas
de su potencial expansivo, las principales maneras de identificación son:

1. Identificación Mineralógica
2. Determinación de ciertas propiedades básicas de los suelos
3. Métodos indirectos de determinación del potencial expansivo del suelo
4. Medidas directas de la expansión del suelo

En cuanto a los ensayos que permiten una identificación mineralógica,

Como se comentó anteriormente, los tres grupos más importantes en que se


clasifican los minerales arcillosos son: illita, caolinita y montmorillonita, los cuales
están compuestos por hidroaluminosilicatos. Mediante los ensayos mineralógicos
se busca detectar la presencia de montmorillonita, que es el mineral con el mayor
potencial expansivo.

Adicionalmente, la presencia de cargas eléctricas negativas en la superficie de los


minerales arcillosos, y la capacidad de intercambio catiónico, son fundamentales
para determinar la magnitud de la expansión.

Los ensayos de identificación mineralógica son usados principalmente con fines de


investigación científica, porque para su utilización en la ingeniería son poco
prácticos y costosos, debido a que se requiere equipamiento y personal
especializado para su ejecución. Entre estos ensayos, se tienen los siguientes:

 Difracción por rayos X

Es el método más utilizado para la identificación de los minerales arcillosos en un


suelo y para el estudio de sus estructuras.

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Permite determinar la proporción de los minerales presentes en la arcilla mediante
comparación de la intensidad de las líneas de difracción de los diferentes minerales
con las de las sustancias estándar, o sea que hace un análisis semicuantitativo a
partir del conocimiento de la intensidad relativa de los diferentes máximos de
difracción con rayos X (los rayos X son solo uno de varios tipos de ondas en el
espectro electromagnético, con longitudes de onda de entre 0.01 y 100 Angstroms).

 Análisis Térmico Diferencial

Con este método, se identifican los minerales del suelo, analizando las
características que se pueden observar, cuando las muestras son sometidas a
calentamiento. Entre estas características, se pueden analizar la evaporación del
agua adsorbida, la cual ocurre a temperaturas bajas, mientras que la oxidación de
los contenidos orgánicos, la reducción de los iones metálicos, se presenta en
temperaturas intermedias, y otras se presentan a temperaturas altas, como la
pérdida de OH-, en forma de H2O, y la pérdida de CO32- como CO2.

Se usa en materiales que cambian sus características al ser sometidos a un


aumento de temperatura, aunque su uso para la identificación de suelos expansivos
no siempre da resultados muy precisos. En este sentido, cuando un suelo es
calentado, se generan diversas reacciones químicas a determinadas temperaturas
características para cada mineral arcilloso. Estas reacciones pueden ser debidas a
cambios de fases o de estructura, o a la pérdida de agua, y según el tipo de reacción
habrá una disminución o un aumento de la temperatura en el suelo.

El aparato que se emplea para el análisis consiste en un bloque de níquel con dos
orificios. En uno de ellos se coloca la muestra de suelo que se va a analizar, y en el
otro se coloca un material refractario inerte. Posteriormente, se les insertan pares
termoeléctricos a fin de obtener las temperaturas de los materiales colocados.

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El bloque de níquel se coloca en una estufa que aumenta la temperatura a razón de
10 a 15ºC/minuto, obteniendo el registro automáticamente en forma de gráficos.

Para cada mineral arcilloso se obtiene un gráfico determinado, con picos y cimas a
temperaturas características, que permite identificar la composición de un suelo.

Gráfica 1: Análisis térmico diferencial de una arcilla. Bibliografía 7

 Análisis de absorción de colorantes

Mediante la utilización de tintes y agentes que exhiben características de color


cuando son adsorbidos por los minerales arcillosos, se realiza el análisis de la
presencia de ciertos minerales. Cuando una muestra ha sido tratada con ácido por
ejemplo, el color que toma el tinte dependerá de la capacidad de intercambio
catiónico de los minerales de arcilla presentes. La sencillez y velocidad de ésta
prueba, comparada con la difracción de rayos X y con el análisis térmico diferencial,
justifican ampliamente su aplicación. Con esta prueba, la presencia de
montmorilonita puede ser detectada si su cantidad es mayor a un 5 o 10 por ciento.

32
 Análisis químicos

En general se trata de caracterizar químicamente la composición del suelo, para


establecer la presencia y cantidades de los elementos que presentan
comportamientos expansivos.

 Análisis por microscopio electrónico

Obtiene la forma, tamaño y estructura de las partículas de un determinado mineral


arcillosos, a través de una dispersión de los electrodos que atraviesan al mineral.
Solo se aplica a partículas cuyo tamaño y distancia es algo mayor a la longitud de
onda de la radiación. Este método ofrece una observación directa del material, y su
propósito fundamental es la examinación de la composición mineralógica, textura y
estructura interna de la arcilla, ya que dos minerales de arcilla pueden arrojar un
mismo patrón de rayos X y una misma curva térmica diferencial, pero siempre
mostrarán distintas características morfológicas bajo el microscopio electrónico (en
él se puede observar que las arcillas no expansivas aparecen como láminas
gruesas, mientras las montmorilonitas aparecen con pliegues y una textura
panaloide).

El microscopio electrónico de barrido, no deja duda alguna respecto a la


identificación de las partículas observadas, aunque su campo de acción es tan
pequeño que no permite un juicio seguro respecto al conjunto, debido a que los
suelos presentan mezclas de especies muy variadas.

Respecto a la Determinación de ciertas propiedades básicas de los suelos, como


se indicó anteriormente, a través de la medida de ciertas propiedades básicas y
sencillas de los suelos se puede determinar el grado del potencial expansivo del
suelo. Las propiedades a determinar son:

33
• Límite líquido y Límite Plástico
• Límite de contracción
• Contenido de coloides
• Expansión libre del suelo

Estos métodos tienen mayor utilización en la ingeniería, considerando ventajas


como la facilidad de realización y de equipamiento disponible en todos los
laboratorios. Como desventaja, se tiene que no se cuantifica la expansión, sino que
se establecen cualitativamente, categorías de grados del potencial expansivo.

Medidas directas de la expansión del suelo.

Estos métodos consisten en medir la expansión del suelo al saturarlo bajo diferentes
condiciones de carga, graficándose las variaciones de expansión para diferentes
presiones aplicadas.

En general se considera aceptable que los dos parámetros que definen el Potencial
de expansividad son:

· Presión de expansión (PS) definida como la presión aplicada en laboratorio


sobre una muestra de suelo expansivo para que, una vez en contacto con agua,
la probeta mantenga constante su volumen inicial, es decir que la variación de
volumen sea nula.
· Hinchamiento libre (Hc) definido como el % de la elevación máxima para presión
nula en relación a la longitud inicial de la probeta.

La medición de estos parámetros se realiza mediante pruebas de consolidación o


edométricas, o en técnicas basadas en la succión, tendiendo a simular los factores
relevantes que sigue el fenómeno cuando se desarrolla in situ. Para esto, se han
propuesto múltiples metodologías experimentales que siguen operativas distintas.

34
Las principales divergencias se presentan debido a los siguientes aspectos:

· forma de simular las condiciones de campo en el edómetro


· tamaño y forma de la muestra
· valor de la humedad inicial del ensayo
· magnitud de la precarga y secuencias de cargas
· momento de saturación
· mecanismos para medir el hinchamiento
· número de muestras que intervienen en el ensayo.

La bibliografía internacional disponible, evidencia importantes discrepancias en los


valores finales obtenidos y que la predicción del comportamiento resulte
fuertemente influenciada por aquellas variables, más precisamente, por el camino
de tensiones seguido y por el criterio de saturación utilizado.

Por lo anterior, la definición de la expansividad no es tan simple como la definida


con anterioridad, ya que está supeditada al procedimiento experimental utilizado
para su cuantificación.

Si bien estos métodos constituyen el procedimiento más adecuado para predecir la


expansión del suelo, además de las dificultades señaladas, tienen el inconveniente
de requerir un equipamiento bastante completo (celdas de cargas, pesas, etc.), no
disponibles en los laboratorios de uso común en ingeniería.

En los siguientes cuadros se pueden observar valores de la tabla de HOLTZ y


GIBBS, en la que se resumen los parámetros de estimación del grado de expansión
obtenidos a partir de los resultados de los ensayos realizados, y la tabla de CHEN,
en la que resume su experiencia de años de estudio de los suelos:

35
Tomado de bibliografía 4

En el año 2000, A. Sridharan, y K. Prakash, proponen un procedimiento para


clasificación de suelos expansivos, “Classification procedures for expansive soils”,
con el que se determinan el Índice de Hinchamiento Libre Modificado, MFSI., a partir
de la saturación de dos muestras de material que son sumergidas, una en agua y la
otra en un líquido no polar, se dejan asentar, y luego de un tiempo, se efectúan las
mediciones del material, determinando si es o no expansivo. En el siguiente cuadro
se presenta la clasificación propuesta con base en el índice de medición MFSI,
estimado mediante este ensayo:

Tomado de Bibliografía 5

36
Comportamiento ante ciclos de expansión y contracción.

Cabe mencionar, que la evaluación del potencial de expansión de los suelos


normalmente se realiza en un solo ciclo de humedecimiento, sin embargo, los suelos
en campo pueden estar sujetos a expansiones y contracciones cíclicas, lo que tiene
una notable influencia en sus propiedades.

Mediante estudio realizado (Al Homoud, 1995) sobre muestras alteradas de suelos
expansivos sometidas a ciclos de humedecimiento y secado (hasta su contenido de
humedad inicial), se demostró que el porcentaje de expansión y la presión de
expansión siempre resulta máximo para el ciclo inicial, y que estos van
disminuyendo en los ciclos subsecuentes, siendo la máxima reducción la que se
registra después del primer ciclo, y continua presentándose hasta alcanzar un valor
casi constante después de un cierto número de ciclos, como se observa en la gráfica
2. Este fenómeno es conocido como “fatiga de expansión”.

Gráfica 2. Cambio en la presión de expansión y en el porcentaje de expansión


de las muestras A a F, según el ciclo de humedecimiento y secado. Bibliografía 7

37
1.3 Diseños geotécnicos en suelos en suelos expansivos

O´Neill y Poormoayed (1980) clasificaron a las soluciones para construir sobre


suelos expansivos en tres categorías básicas:

1. Las que alteran las condiciones del suelo expansivo a fin de reducir o eliminar su
potencial de expansión.
2. Las que evitan a los suelos expansivos, aislando a las cimentaciones de sus
efectos.
3. Las que proveen cimentaciones capaces de soportar los movimientos
diferenciales del suelo, mitigando sus efectos sobre la superestructura.

Entre las que consisten en alterar el suelo expansivo, se encuentran los métodos
de estabilización, que se describen en el numeral 1.4 del presente trabajo. La otra
alternativa es el reemplazo, que se describe a continuación.

Remplazo

El método consiste en reemplazar al suelo expansivo por uno que no lo sea. A pesar
de ser muy efectivo, tiende a ser muy costoso, por lo que se tiende a aplicar solo en
el metro más superficial del suelo (los suelos de reemplazo colocados sobre los
suelos expansivos les provocan una sobrecarga que tiende a reducir sus
potenciales de expansión). El reemplazo debe hacerse por un suelo no expansivo y
poco permeable, para evitar la infiltración del agua que puede incrementar la
profundidad de la zona activa del suelo. Esta técnica puede ser aplicada utilizando
suelos expansivos en zonas de rellenos profundos, teniendo en cuenta que los
suelos más expansivos deben ser colocados a profundidades mayores, para que
las sobrecargas contrarresten sus presiones de expansión y deben encontrarse en
zonas de menor variación estacional de humedad. También se pueden utilizar como
reemplazo, mezclas de los suelos expansivos con otros no expansivos que reducen
su potencial de expansión. Sin embargo, esta técnica presenta requierer un

38
mezclado uniforme del suelo, lo cual puede resultar difícil de alcanzar en un sitio
entero.

Evitar al suelo expansivo.

Una forma de mitigar los efectos de las expansiones sobre las estructuras es la de
soportarlas en los suelos más profundos, evitando a las zonas más activas del
suelo. Estos métodos son especialmente útiles cuando se tiene estratos expansivos
relativamente delgados con suelos no expansivos subyacentes.

Profundización de zapatas.

Para suelos poco expansivos, con presiones de expansión menores a 25 t/m2, se


puede aplicar un sistema de cimentación basado en zapatas aisladas,
profundizadas ligeramente, es decir entre 0.5 a 1.0 metro bajo el nivel normal de
desplante, debido a los requerimientos tan bajos de sobrecarga necesarios para
limitar el cambio de volumen del suelo. Sin embargo, cabe mencionar que la presión
de sobrecarga ejercida por una zapata, solo funciona controlando los cambios de
volumen de los suelos más superficiales, ya que la presión que ejerce se distribuye
en un área mayor conforme se incrementa la profundidad. En este sentido, la
expansión de los suelos profundos, solo puede ser controlada por la sobrepresión
debida al peso del suelo y no por la generada por la cimentación.

Por lo tanto, si conocemos el levantamiento tolerable de la cimentación, que


usualmente se considera de 2 cms en zapatas, y se establece la curva de cambio
de volumen vs variación de sobrecarga en el suelo, es posible determinar la
profundidad de desplante de la zapata con base en su presión de sobrecarga.

En general, cuando se diseñan zapatas aisladas sobre suelos expansivos se busca


una presión de contacto igual a la de expansión. Sin embargo, esta condición solo
es posible cuando se trata de suelos muy poco expansivos.

39
Esta forma de diseño permite incrementar la rigidez de la zapata, ya que tiende a
sobrediseñarla, extendiendo así a las expansiones sobre un área mayor y
mejorando la tolerancia de la estructura a ellas.

En general, se sugiere a las zapatas corridas como una alternativa en principio


válida cuando:

 El subsuelo no es altamente expansivo (básicamente illita en vez de


montmorillonita)
 Es poco probable que se verifique un ascenso del nivel freático.
 No hay disponibilidad de fundar con pilotes.
 La superestructura está conformada por madera.

Una variante puede ser la fundación en “cajón”, una estructura de concreto armado,
con altura de alrededor de 2,00 m. Este tipo de fundación, permite proteger a la
estructura de eventuales fisuraciones generadas por expansiones diferenciales. En
estos casos, no deben presentarse discontinuidades a nivel de la superestructura,
que generen puntos débiles. En estructuras complejas, se recomienda agregar
juntas para separarlas en dos o más módulos. Cada módulo actuará entonces en
forma independiente y los desplazamientos diferenciales serán absorbidos en las
juntas.

Zapatas Aisladas.

Este sistema consistente en una serie de zapatas apoyadas sobre las capas
superiores del subsuelo, conectadas entre sí por vigas de fundación. La carga de la
estructura se transmite al suelo, concentrada en diferentes puntos; la diferencia es
que en este caso la descarga se realiza en las capas superiores del terreno y no se
considera la resistencia lateral por fricción.

El uso de este sistema resulta conveniente cuando:

40
- El techo de roca o el estrato resistente es profundo y no puede ser
económicamente alcanzado por pilotes.
- Las capas superiores del suelo poseen un potencial expansivo moderado.
- La capacidad portante de las capas superiores es relativamente alta.
- Existe nivel freático o capas blandas que impiden el uso de pilotes trabajando por
fricción.

En el caso de un suelo expansivo, si la presión aplicada es mayor que la presión de


expansión, en el caso de un cambio de volumen nulo, no deberían observarse
desplazamientos debidos a esta causa.

En términos generales, se puede considerar que la magnitud de la presión aplicada


está limitada por la capacidad portante del suelo de fundación y es función del
coeficiente de seguridad adoptado, (usualmente entre 2 y 3). Por lo tanto, este
sistema de fundación sólo podrá aplicarse en suelos con potenciales expansivos
medios (1 a 5% de expansión libre y presión de expansión en el rango de 1 a 2
kg/cm2).

Para permitir en estos casos la concentración de tensiones aplicadas en las zapatas


individuales se requiere descalzar las vigas de fundación, esto es dejar un espacio
vacío bajo éstas.

De todas formas, algunos investigadores como Peck entre otros, han señalado
además que la expansión del suelo sólo se puede impedir en una zona localizada
bajo la zapata donde se concentran las tensiones inducidas por la fundación.

Fundaciones Superficiales En Suelos Expansivos.

Esta clase de fundaciones, conocidas también como zapatas o patines, pueden ser
implementadas satisfactoriamente sobre subsuelos conformados por materiales
expansivos, siempre que se cumpla al menos uno de los siguientes requisitos:

41
- La presión aplicada, debido a las cargas permanentes, resulte suficiente como
para contrarrestar la presión de expansión.
- La superestructura tenga el grado de rigidez necesario como para que una
expansión diferencial no cause fisuras o grietas en los elementos resistentes.
- El efecto expansivo pueda ser eliminado o al menos reducido de manera de evitar
o mitigar los desórdenes, ya sean éstos de carácter resistente, funcional o ambos.

Pisos soportados sobre pilas coladas in situ:

En el caso de suelos altamente expansivos, con expansiones totales que superan


los 2.5 cms, y presiones de expansión mayores a las 25 t/m 2, generalmente se
prefiere el uso de sistemas de pisos elevados soportados sobre pilas coladas in situ,
los cuales permiten aislar a las estructuras de la expansión directa del suelo y a
conservar el suelo ventilado y protegido contra la lluvia, generando un estado más
seco al que tendría con una losa apoyada directamente sobre él.

Fig. 12 Cimentación consistente en pilas coladas in situ y en contratrabes elevadas: (a) Contratrabe colada in
situ mediante cimbras de cartón diseñadas para colapsarse a presiones ligeramente mayores a las del concreto
fresco (b) Contratrabe precolada. Note la existencia de fuerzas de levantamiento en las pilas debidas a la
expansión del suelo en la zona activa. Tomado de Bibliografía 7

42
En este sistema, todas las pilas deben ser conectadas entre sí mediante vigas de
amarre suspendidas a una distancia mayor a la del potencial de expansión del suelo,
o mediante vigas construidas sobre cimbras de materiales compresibles, tales como
de cartón o hule espuma, con el fin de que permitan la libre expansión del suelo que
se encuentra bajo la estructura.

En general, las pilas deben ser construidas con diámetros pequeños a amplias
separaciones y con cargas igualmente distribuidas, con el fin de minimizar las
expansiones diferenciales. Adicionalmente, deben ser extendidas por debajo de la
zona activa, reforzadas con acero en toda su longitud para contrarrestar a las
fuerzas de tensión y levantamiento que se desarrollan a lo largo de ellas cuando el
suelo se expande.

Las pilas deben contar con una longitud suficiente, para que las fuerzas de
levantamiento mantengan a la sobrecarga transmitida al suelo dentro de su
capacidad de carga, teniendo que las fuerzas de levantamiento son contrarrestadas
por la carga sobre la pila y por la fricción ejercida a través de su longitud. Sin
embargo, en términos de diseño, se considera que la resistencia tanto a
movimientos ascendentes como descendentes comienza al fondo de la zona activa.

Cabe mencionar, que las cargas de compresión a considerar durante el cálculo del
acero de refuerzo de las pilas, deben ser disminuidas a valores que pueden llegar
a la mitad, teniendo en cuenta que se pueden presentar expansiones substanciales
del suelo antes de que la estructura se encuentre terminada.

Una de las mayores preocupaciones, corresponde al desarrollo de fuerzas de


levantamiento a lo largo de las pilas. Esta situación se agrava debido a la expansión
horizontal del suelo, que provoca un incremento en el esfuerzo normal y en la
fricción existente entre el suelo y la pila, y una mayor fuerza de levantamiento
actuante sobre ella.

43
Por lo anterior, es necesario que la colocación de las pilas sea programada evitando
los periodos relativamente secos del año. Reese y O´Neill (1988) recomiendan
calcular a la fricción unitaria de levantamiento actuante sobre la parte de la pila
ubicada en la zona activa del suelo, mediante la aplicación de la siguiente fórmula:

Donde:

fs = Fricción unitaria de levantamiento.


a = Coeficiente empírico.
σ´hs = Presión horizontal de expansión.
φr = Ángulo de fricción efectiva residual de la arcilla.

Con propósitos de diseño, puede considerarse la presión horizontal de expansión


(σ´hs) igual a la vertical, obtenida mediante una prueba con el odómetro. Por su
parte, el ángulo de fricción efectiva residual de la arcilla (φr) debe ser obtenido
mediante pruebas de laboratorio, siendo que Chen (1988) sugiere valores de entre
5° y 10° para el caso de arcillas duras y esquistos.

Es importante mencionar, que el coeficiente de correlación “a” todavía no ha podido


ser definido de manera precisa, aunque O’Neill y Poormoayed (1980) calcularon un
valor de 1.3 a partir de una pila instrumentada en San Antonio, valor que se acerca
mucho al calculado por Chen (1988), con base en un modelo de prueba que ha sido
usado en la práctica con buenos resultados. Por lo tanto, ese valor puede ser
utilizado, mientras se avanza en la investigación con más datos experimentales.

Una alternativa de diseño tendiente a reducir las fuerzas de levantamiento actuantes


sobre las pilas, es el uso de tubos coaxiales, que mantienen aisladas a las pilas de
las zonas activas del suelo. Su construcción se realiza mediante el vaciado de la
pila dentro de una cimbra de cartón, la cual se encuentra dentro de un caparazón
de acero. El espacio anular vacío existente entre la cimbra y el caparazón, tiende a

44
funcionar como aislante, aunque usualmente se rellena con un material blando e
impermeable.

El Caso De Las Losas De Fundación.

El comportamiento de las losas de fundación construidas sobre suelos expansivos,


puede considerarse un problema de complejo y aún no resuelto para todos los
casos.

En esta categoría están comprendidas las losas de piso interiores, las exteriores,
los pavimentos, etc.

Estas losas no soportan una carga aplicada importante y los pesos propios son
también bajos. Por lo tanto, se espera que se generen movimientos cuando
aumenta el contenido de humedad en el subsuelo bajo la losa y por lo tanto, esta
consideración debiera ser un requisito de diseño. Adicionalmente, los movimientos
de estas losas no sólo pueden generar fisuras, sino que pueden llegar a
comprometer la estabilidad general de la estructura.

En general, las losas van directamente apoyadas sobre el subsuelo y se construyen


contemplando algún tipo de armadura, dependiendo de las cargas aplicadas, para
prevenir las fisuraciones de origen térmico. Sin embargo, no se contemplan las
causadas por la expansión del suelo, lo que se refleja en las dificultades que se
presentan cuando son implantadas sobre subsuelos con potencial expansivo entre
moderado y alto.

El desarrollo de sistemas de pisos económicos capaces de revertir el problema de


la expansión ha sido desde siempre un objetivo común de ingenieros estructurales
y de suelos. Lamentablemente no es aún posible dar una respuesta totalmente
eficaz a este tema.

45
Algunos de las alternativas actuales incluyen los sistemas de pisos nervados y los
pisos con cavidades.

El primero, propuesto originalmente por la Asociación de Cemento Portland de


California, consiste en construir un piso elevado a partir de una losa “nervada”,
cuyos nervios apoyan sobre el subsuelo expansivo. El espaciamiento entre nervios
y el espesor de la losa dependen del potencial expansivo de los suelos superficiales
y de la carga aplicada previsible. Los huecos brindan el medio de alivio de la presión
de expansión.

El sistema también permite incorporar tubos y conductos en el piso. Entre sus


desventajas, está el hecho que no siempre es posible ejercer la presión suficiente
sobre los nervios como para contrarrestar la expansión. Aparte del costo en sí
mismo de la solución, es necesario agregar el que corresponde a la nivelación del
suelo de manera de garantizar un espesor uniforme para los nervios y los huecos.

Otra forma de mitigar la expansión a nivel de pisos, es a través de las losas


estructurales. Éstas se construyen apoyadas en cada uno de sus lados por vigas y
se deja un espacio vacío bajo la losa para evitar el contacto con el suelo. El espacio,
puede aprovecharse para alojar tuberías y conductos. La solución presenta
inconvenientes constructivos y un costo elevado.

El sistema de pisos con casetones que permiten dejar cavidades, como se aprecia
en la figura siguiente, permite ubicar la estructura sobre el suelo, dejando un espacio
entre ellos, el cual permite cuando la arcilla se hincha, que ocupe los espacios
huecos y así se reduce la presión de expansión.

46
Fig. 13 Estructura colocada sobre suelo expansivo, estado inicial. Bibliografía 8

Fig. 14 Estructura colocada sobre suelo expansivo, estado luego de expansión. Bibliografía 8

Asimismo es recomendable la introducción de juntas de expansión, de manera de


separar las losas de las vigas de apoyo, como forma de permitir el libre movimiento
de estas losas. En caso contrario, la presión de expansión puede provocar
elevaciones en la zona central de las losas, mientras que la zona perimetral queda
esencialmente en su posición original, lo que provoca la aparición de fisuras en las
losas, paralelas a las vigas.

1.4 Métodos de estabilización de suelos expansivos

En general, los métodos de estabilización de suelos expansivos, depende en gran


medida de la relación entre costos y riesgos, por lo que la evaluación de este
aspecto, debe partir de las condiciones propias de cada proyecto.

47
Sin embargo, para cualquier construcción sobre suelos expansivos, se deben incluir
al menos las siguientes medidas preventivas básicas, todas relacionadas con el
manejo adecuado del agua, elemento detonante de la reacción de este tipo de
suelos:

Drenaje superficial:

Asegurarse que la superficie del suelo tenga una pendiente hacia fuera de la
estructura y la instalación de canaletas que descarguen lejos de su cimentación,
ayudan a limitar la posibilidad de que el agua de lluvia se infiltre a los estratos
expansivos subyacentes. En términos generales, es recomendable que las áreas
pavimentadas y sin vegetación cuenten con una pendiente mínima del 2%, mientras
que las áreas con vegetación tengan una pendiente del 5%. (Bibliografía 7).

Fig. 15 Detalles de la superficie de drenaje: (a) Drenaje deficiente (suelo húmedo expandido) (b)
Drenaje eficiente (suelo seco estable). (Bibliografía 7.)

Áreas jardinadas:

La irrigación y las plantas pueden llegar a provocar humedecimientos y


desecaciones importantes en los suelos. Por esto se rcomienda evitar la presencia
de sistemas de irrigación en los suelos expansivos a trabajar, debido a que las
tuberías de irrigación son susceptibles a tener fugas.

48
Así mismo, se debe evitar plantar árboles grandes, especialmente aquellos con
sistemas de raíces poco profundas, en lugares adyacentes a las estructuras, debido
a que sus procesos de succión del agua, pueden generar cambios importantes de
volumen en los suelos, que afectarán la estructura. En general, se considera que
los árboles tienen un radio de afectación al suelo de entre 1 y 1.5 veces su altura.
(Bibliografía 7)

Instalaciones subterráneas:

Las instalaciones subterráneas pueden sufrir averías por los movimientos


diferenciales del suelo, algo más común en lugares donde las tuberías entran a los
edificios. En general, el riesgo de expansiones localizadas debidas a fugas en las
tuberías de agua o drenaje, pueden mitigarse, mediante la utilización de tuberías
flexibles, como las fabricadas en PVC, con juntas igualmente flexibles. En este
sentido, las juntas macho-hembra, son especialmente susceptibles a sufrir este tipo
de daños.

Subdrenajes:

Los subdrenes bajo y alrededor del perímetro de la cimentación, y los drenes


verticales de arena que llegan hasta los estratos subyacentes más permeables,
pueden minimizar la expansión del suelo. Debido a que estos sistemas no detienen
la migración de humedad, aunque si elimina al agua libre en exceso, siempre existe
la posibilidad de que se presenten expansiones substanciales. Cabe destacar que
cuando se decida instalar subdrenes, es conveniente instalarlos con una pendiente
mínima del 0.50 % (a fin de evitar posibles contraflujos), además de cubrirlos
mediante un geotextil (a fin de evitar su azolve).

49
Control de la compactación:

La opción de utilizar al mismo suelo expansivo del sitio, aunque después de


realizarle un remoldeo con un adecuado control en el contenido de humedad y
densidad de compactación, es uno de los métodos más prácticos y económicos
para el control de expansiones, llegando a reducirlas o incluso eliminarlas. En
general, los suelos expansivos deben ser compactados y mantenidos a humedades
mayores a su óptimo, y a las menores densidades posibles, debido a que esto
reduce su potencial de expansión y a que la mayoría de las construcciones son
menos susceptibles a los daños por contracciones que por expansiones del suelo.

Además, los métodos de compactación que inducen esfuerzos cortantes, tales


como los de amasado mediante el uso de rodillos pata de cabra, tienden a reducir
las expansiones del suelo, debido a que producen una dispersión en el arreglo de
sus partículas.

Cabe destacar que durante un proceso de compactación, puede ser más importante
controlar el contenido de humedad del suelo que su densidad. Esto fue comprobado
por Gizienski y Lee (1965) durante un estudio que realizaron (fig. 16), ya que cuando
las muestras fueron compactadas a humedades alrededor de un 4.5% mayores a
su óptimo (contenido de humedad óptimo del 10.5%) se presentaron expansiones
insignificantes para cualquier grado de compactación, mientras que cuando fueron
compactadas a humedades de alrededor de un 3% por debajo de su óptimo se
registraron expansiones excesivas incluso para bajos grados de compactación.

50
Fig. 16 Variación de la expansión del suelo con su
densidad seca para diferentes contenidos de humedad
de compactación. Bibliografía 7.

Cabe destacar que los suelos deben ser compactados lo más uniformemente
posible para minimizar sus movimientos diferenciales. Por ejemplo, cuando se
tienen terrenos inclinados con estratos horizontales de suelos expansivos, y se
desea crear niveles de construcción mediante el corte de los lados más altos y el
relleno de los más bajos con su producto, se pueden llegar a presentar expansiones
diferenciales aún en los lugares con contenidos de humedad y densidades similares
tanto en cortes como en terraplenes. Por tanto, se recomienda excavar la zona
cortada, para que tras su posterior relleno se provea a la construcción con una
mayor uniformidad en el suelo.

Además, se debe estar conciente que una vez que la estructura este en su lugar el
suelo tenderá a perder humedad hasta un cierto límite, debido a su desecación por
parte de los estratos más profundos, y que tan pronto como la construcción termine
puede ocurrir el problema opuesto debido a la infiltración de agua a través de las
grietas de contracción, inclusiones permeables, o mediante la migración de
humedad de los estratos inferiores saturados.

51
La compactación de materiales arcillosos debe realizarse mediante rodillos pata de
cabra, los cuales disponen de dos tambores que tienen unos apéndices salientes,
pueden tener uno o dos rodillos. El área de las protuberancias suele ir de 25 a 90
cm2. Estos equipos alcanzan una mayor efectividad sobre suelos cohesivos debido
a que las patas salientes ejercen una presión mayor sobre el terreno al ser menor
el área de contacto. La presión de contacto que se genera va desde 1500 a 7500
KN/m2.

Bibliografía 9

Tratamiento con cal:

Este método de estabilización es especialmente útil cuando se van a crear rellenos


a gran escala de materiales expansivos o cuando existen profundidades
superficiales de estos. Aunque presenta el inconveniente de que un adecuado
mezclado entre el suelo y la cal solo puede llevarse a cabo de manera práctica en
el metro más superficial del suelo, si bien usualmente solo se realiza en los 30 o 50
cms más superficiales, además de que la aplicación de cal incrementa el pH del
suelo, lo cual tiende a evitar el crecimiento de las plantas.

52
Bibliografía 9

La estabilización del suelo se desarrolla debido al intercambio catiónico, ya que la


adición de cal al suelo le provee un exceso de cationes multivalentes de calcio y
magnesio, que tienden a reemplazar a sus cationes monovalentes de sodio y
potasio. Además, se debe a la cementación creada entre las partículas, ya que las
reacciones puzolánicas que toman lugar entre la cal y los silicatos y aluminatos de
las arcillas y limos, tienden a formar agentes cementantes, principalmente silicatos
y aluminatos hidratados de calcio. Por tanto, el mezclado de la cal y el suelo, y su
subsiguiente compactación, debe empezar inmediatamente después de que se les
adhiere el agua.

En general, la reacción química llevada a cabo entre el suelo y la cal, tiende a


disminuir el límite líquido y el índice plástico del suelo, reduciendo su potencial de
expansión y contracción. También incrementa su resistencia al esfuerzo cortante y
su contenido de humedad óptimo, lo que reduce su contenido de humedad, e
incrementar su trabajabilidad y resistencia al esfuerzo cortante bajo condiciones
húmedas.

53
Aunque normalmente, basta con aplicar entre un 2 y un 8% en peso de cal para
estabilizar adecuadamente a los suelos expansivos, en ocasiones se pueden
requerir cantidades de hasta un 15% en suelos que han sido tratados previamente
con fertilizantes que contienen amonio, teniendo en cuenta que los cationes de
amonio son muy difíciles de reemplazar.

Expansiones inducidas por la adición de cal:

Pequeñas cantidades de sulfato tienden a producir un incremento significativo en la


resistencia de ciertos tipos de suelos. Sin embargo, existe evidencia de efectos
contrarios cuando se tienen concentraciones mayores en los suelos tratados con
cal, ya que realzan sus características de expansión y pueden inducirles
desintegración al momento de saturarse.

La expansión inducida por la adición de cal es un fenómeno relativamente inusual,


el cual solo afecta las reacciones puzolánicas a largo plazo de las mezclas de suelo,
lo que significa que no hay una indicación inmediata de su potencial de expansión.

Así, una vez que la mezcla suelo – cal es hidratada, el pH del sistema suelo – agua
se estabiliza a un valor aproximado de 12.3. Puesto que los minerales de arcilla se
vuelven inestables y empiezan a deteriorarse a un pH mayor al de 10.5, la disolución
de la arcilla provee las puzolanas de sílice y aluminio necesarias para la reacción
con el calcio.

Estudios realizados (Hunter, 1988) muestran que se necesita aproximadamente un


10% en peso o más de partículas arcillosas para que se lleven a cabo las reacciones
químicas adversas. Se ha demostrado igualmente, que el tratamiento de suelos
arcillosos con cal es riesgoso incluso a bajas concentraciones de sulfato, ya que el
agua en exceso puede movilizar y concentrar los iones necesarios para las
reacciones, debido a que la difusión a través de los suelos finos es extremadamente
lenta.

54
Considerando lo anterior, la estabilización con cal, puede usarse si las juntas de
construcción son adecuadamente selladas, si se tiene un buen drenaje superficial
en las obras, y si las trincheras de drenaje son cubiertas con materiales
impermeables y presentan una pendiente de drenaje adecuada, incluso en los
suelos con altas concentraciones de sulfato y minerales arcillosos. Aunque es difícil
predecir las condiciones bajo las cuales se pueden inducir expansiones por la
adición de cal, se pueden considerar dos extremos: Si el ambiente geoquímico
carece de sulfatos solubles, no ocurrirán expansiones. Por otra parte, si los sulfatos
se aproximan al 1% (10,000 ppm), los minerales de arcilla suman por lo menos el
10% del suelo, y el ambiente es saturado frecuentemente, ocurrirán expansiones.
La dificultad es determinar el potencial de expansión entre esos dos extremos.
(Bibliografía 7).

La expansión inducida puede evaluarse en laboratorio, aunque no con los


procedimientos estándar. El método más simple considera la prueba de expansión
extendida a especímenes de suelo mezclados con cal. Aunque las arcillas
expansivas normalmente alcanzan su cambio de volumen máximo en un periodo de
24 hrs, la expansión inducida continúa de manera constante hasta que todo el
sulfato disponible haya reaccionado. Este periodo puede extenderse meses o
incluso años. En este sentido, si las expansiones continúan más allá de 5 o 10 días,
y se sabe que el suelo contiene sulfatos, se deben esperar expansiones.
Considerando que las reacciones cemento – sulfato – arcilla son similares a las cal
– sulfato – arcilla, se tienen riesgos similares de expansión en las estabilizaciones
suelo – cemento.

Cal Inyectada a Presión (Pressure Injected Lime):

Esta técnica, consiste en la inyección de una lechada de cal a presión en el suelo,


lo que permite un tratamiento en condiciones inalteradas y a la profundidad
deseada.

55
Resulta ser la técnica de estabilización química más económica, cuando se
demuestra su efectividad en un sitio, y además puede ser utilizada para hacer
reparaciones en estructuras que ya han sido afectadas por los suelos expansivos.

Fig. 17 Equipo para inyectar la lechada


de cal a presión. Bibliografía 7

La lechada inyectada tiende a seguir o a crear planos de fracturas en el suelo,


depositando vetas de cal que encapsulan a los bloques existentes entre ellas. Esto
permite que exista una reacción química constante entre el suelo y la cal a lo largo
de las vetas, aunque debido a que ni la cal ni el agua logran penetrar profundamente
en el suelo, no se logra producir un tratamiento uniforme de este.

Por tanto, el mayor efecto de este método, es proporcionar un efecto de


prehumedecimiento al suelo, y el de retardar su migración de humedad, ya que las
vetas funcionan como barreras de humedad. En este sentido, la condición más
favorable para la aplicación de esta técnica, es la presencia de una extensa red de
fisuramiento en el suelo que permita proveer senderos para la amplia dispersión de
la lechada.

56
Estabilización con ceniza:

La ceniza es el subproducto extraído de los hornos de plantas termoeléctricas, y


existe en dos tipos principales: la ceniza tipo F, producida durante la quema de
antracita o carbón bituminoso, y la ceniza tipo C, producida durante la quema de
lignito o carbón subbituminoso.

En términos generales, la ceniza se clasifica como un limo fino no plástico, que


posee una adecuada cantidad de cationes divalentes y trivalentes de calcio,
aluminio y hierro, que favorecen la estabilización de los suelos expansivos a través
del proceso de intercambio catiónico. Con el uso de la ceniza se logra una
disminución en el potencial de expansión del suelo conforme a su tiempo de curado,
al igual que con el uso del cemento y la cal, debido al desarrollo de las reacciones
puzolánicas.

Adición de potasio u otros cationes activos.

Este método se basa en el concepto del intercambio catiónico a fin de reducir la


succión osmótica del suelo y es particularmente útil para los casos en que se tienen
suelos expansivos homogéneos tales como arcillas, lutitas y esquistos, y para los
casos en que hay que tratar con estructuras que ya han sido afectadas por las
expansiones, debido a que genera un efecto de desecación y reconsolidación en
los suelos hidratados.

Su aplicación se realiza mediante la inyección a presión de una solución acuosa


sobresaturada, aunque su uso implica tener que tratar por lo menos al 85% de la
profundidad de la zona activa, haciendo pruebas antes y después del tratamiento
con el objeto de determinar su nivel de efectividad.

57
Fig. 18 Efecto de la adición de cal (L), cemento (C) y ceniza tipo C (S) a un
suelo expansivo. La letra A representa la condición natural, y los números
representan el por ciento en peso de mezcla adherida. Bibliografía 7

Estabilización con cemento

La utilización de aglomerantes puzolánicos en la estabilización de suelos cohesivos,


para llegar a disponer de un material que tenga condiciones mecánicas que cumplan
los requerimientos y exigencias del proyecto a construir, ha sido empleado por el
hombre desde hace 5000 años, cuando se han encontrado evidencias de que el
suelo se estabilizaba con cal o puzolanas.

Entre 1910 y 1920 se comenzó a estudiar las mezclas suelos cemento en Inglaterra;
en 1917 Brooke Bradley utilizó una mezcla de cemento con suelos arcillosos
obteniendo resultados positivos. Entre 1930 y 1940 en Estados Unidos instituciones
como la Portland Cement Association (PCA), el Bureau of Public Roads y el
Highway Department del estado de Carolina del Sur avanzaron en el desarrollo
tecnológico de la estabilización de suelos con cemento.

58
La estabilización de suelos mediante la adición de cemento produce un cambio en
las propiedades moleculares superficiales de los granos del suelo y en algunos
casos, los granos se pegan entre sí generando un incremento en su resistencia.

La estabilización de suelos con cemento consiste en agregar cemento Portland a


un suelo previamente pulverizado para que la mezcla se endurezca por la
hidratación del cemento. Los principales factores que afectan las propiedades
físicas de un suelo cemento son:

 Tipo de suelo,
 Cantidad de cemento,
 Grado de mezclado,
 Tiempo de curado y
 Densidad seca de la mezcla compactada.

Varios tipos de suelos pueden ser estabilizados con cemento Portland, pero se
obtienen mejores resultados en suelos arenosos y en arcillas que tengan una
mediana a baja plasticidad. Para estabilizaciones con cemento el IP recomendado
debería ser inferior a 15, con esto se desea evitar problemas en el mezclado y
extendido del material, en caso de que se requiera estabilizar suelos que tengan un
alto índice de plasticidad, es necesario agregar cal en un porcentaje de 1% por lo
general, para reducir la plasticidad y mejorar la trabajabilidad antes de agregar el
cemento.

Según una publicación lanzada por el Highway Research Board en 1943, algunas
de las condiciones que debe cumplir un suelo para poder ser estabilizado con
cemento sin que el costo del tratamiento llegue a ser muy alto, son las siguientes:

59
Tabla 8: Suelos óptimos para ser estabilizados con
cemento en forma económica.
FUENTE: Solminihac H, Estabilización Química de
Suelos: Aplicaciones en la construcción de
estructuras de pavimentos.

El cemento mezclado con el suelo, genera en mezcla, una mejora en la resistencia


mecánica y ayuda a mejorar la durabilidad, entendiéndose como tal la capacidad de
resistir a los agentes físicos y químicos agresivos, además de brindar a los suelos
una estabilidad volumétrica.

En general, se observa que el cemento Pórtland reduce el límite líquido, el índice


plástico y el potencial de expansión del suelo, además incrementa su límite de
contracción y su resistencia al esfuerzo cortante. Es usual aplicar cantidades de
entre un 2 y un 6% en peso de cemento para estabilizar a los suelos, con métodos
de mezclado y dispersión casi idénticos a los usados con la cal.

El cemento Pórtland, es el mejor tipo de mezcla disponible comúnmente, para


estabilizar suelos, pero su alto costo limita su utilización.

Prehumedecimiento:

Esta técnica consiste en la inundación del sitio antes de la construcción, con el


objeto de expandir el suelo antes de que pueda provocar daños.

60
Aunque el incremento en el contenido de humedad del suelo disminuye su potencial
de expansión, en general no afecta a su presión de expansión, por lo que no
cambiará la sobrecarga necesaria para mantenerlo a volumen constante.

Esta técnica ha demostrado en ocasiones ser efectiva para mitigar las afectaciones
a caminos construidos sobre suelos ligera o moderadamente expansivos, sin
embargo, su efecto no ha sido el mejor, cuando ha sido aplicada a sistemas
superficiales de cimentación, debido a los periodos tan largos de inundación
requeridos y a que los suelos pueden llegar a expandirse mucho aún después de la
inundación. Por esta razón, no es recomendable esta técnica, en suelos con
potenciales altos de expansión secundaria y con permeabilidades variables en la
masa de suelo. Adicionalmente, debido a que se puede presentar una contracción
severa en el perímetro de las estructuras, se requiere mantener el contenido de
humedad del suelo constante ya sea mediante la implementación de barreras de
humedad o mediante el jardinamiento e irrigación del perímetro de las estructuras.

Aunque el proceso de humedecimiento parece no verse afectado por la adición de


químicos superficiales, si puede acelerarse mediante la perforación de drenes
verticales, lo cual puede reducir el tiempo de expansión a tan solo unos meses de
inundación. De otra parte, la inyección de agua a presión no ha resultado ser
práctica, debido a que el agua inyectada tiende a perderse en las superficies de
deslizamiento, inclusiones permeables y grietas de contracción del suelo, y solo
cuando es retenida, puede llegar a ser absorbida lentamente por los bloques de
suelo.

La técnica del prehumedecimiento, tiende a dejar a los suelos superficiales


sobresaturados e intrabajables. Por tanto, normalmente deben ser tratados con el
fin de que provean una adecuada plataforma de trabajo, siendo usual que se
mezclen con cal hidratada o bien que se les coloque una capa superficial de 10 o
15 cms de espesor de suelo granular.

61
Barreras de humedad

La implementación de barreras impermeables, corresponde a una manera muy


efectiva de estabilizar los suelos expansivos, considerando que ayudan a
mantenerlos con contenidos de humedad constantes.

Esta técnica permite reducir las expansiones diferenciales tras brindar condiciones
más uniformes de humedad en el suelo, pudiendo o no afectar a las expansiones
totales. En términos generales, las barreras de humedad nunca deben ser
consideradas totalmente impermeables debido a la dificultad que representa el
colocarlas sin provocarles daños, por lo que usualmente son empleados como
medidas suplementarias que trabajan en conjunto con otras técnicas, tales como la
instalación de sistemas de riego o drenaje y el control de la cubierta vegetal.

Barreras verticales

Estas barreras se aplican alrededor del perímetro de las estructuras para reducir los
movimientos diferenciales a largo plazo. Para esto, las membranas de polietileno y
asfalto han demostrado su efectividad, al igual que las trincheras verticales con
alrededor de 15 cms de espesor y 1.50 m de profundidad, rellenas con grava
(barreras capilares) y apoyadas sobre trincheras de concreto o de mezclas hechas
con hule, cal y ceniza. Sin embargo, cabe mencionar que en algunos casos se han
presentado problemas, debido a que la humedad se filtra por debajo de las barreras
o ingresa mediante hidrogénesis, afectando el suelo.

Barreras horizontales

Normalmemnte, resultan menos efectivas que las barreras verticales, debido a que
pueden ser fácilmente dañadas y a que puede actuar como detonantes para el
afloramiento de humedad en el suelo.

62
Estas se pueden localizar en la superficie del suelo en forma de aceras u otras áreas
pavimentadas, o bien pueden encontrarse enterradas.

En general, las áreas pavimentadas alrededor de las estructuras tienden a reducir


el movimiento diferencial del suelo tras extenderlo sobre un área mayor. Para
mantener su efectividad, es recomendable que las aceras posean una membrana
impermeable bajo su material de base, disañadas con una inclinación hacia fuera
de la estructura y con un drenaje cercano. Además, se recomienda que sean unidas
a las estructuras con barras de sujeción, para prevenir que se alejen de ellas debido
a los cambios de humedad en el suelo, colocándoles juntas flexibles e
impermeables en el espacio existente entre las aceras y el perímetro de las
estructuras.

1.5 Casos

1.5.1. Edificio y estacionamiento afectados en la ciudad de Clear Lake,


Houston, Texas. (Bibliografía 7)

Bandyopadhyay y Reuss (1984) Describen un caso en el que el incremento de


humedad en un suelo expansivo de cimentación generó daños severos a una
edificación, mientras que su desecación por parte de la vegetación provoco daños
a su estacionamiento. Aunque la fuente de humedad inicialmente era desconocida,
posteriormente se descubrió que se relacionaba con una fuga en las líneas
subterráneas de agua.

El daño ocurrió a un edificio construido en 1970, en la ciudad de Clear Lake,


Houston, Texas. En principio, se había observado que la superficie de asfalto del
estacionamiento en los lados norte y sur del edificio, mostraba daños considerables
previamente, consistentes en grietas longitudinales y transversales, y depresiones
locales, las afectaciones al edificio se presentaron tan solo dentro de los últimos
meses.

63
En general, las afectaciones típicas al edificio y estacionamiento se observan en la
figura 19

Fig. 19 Daños típicos a los muros del edificio y al pavimento del


estacionamiento. Inspección del sitio. Bibliografía 7

Para determinar la fuente de los daños observados, se examinaron los planos del
edificio, y tanto el edificio como el estacionamiento fueron inspeccionados varias
veces durante el transcurso del estudio. Las características pertinentes reveladas
fueron las siguientes:

1. La deformación de los pavimentos había ocurrido a lo largo de la vida de la


estructura, durante aproximadamente 13 años.
2. La deformación de los pisos y el agrietamiento de los muros a un nivel
significativo habían ocurrido solo durante los últimos seis meses.
3. Las áreas afectadas del pavimento parecen estar exclusivamente asociadas
a la presencia de vegetación, con áreas de movimiento máximo adyacentes
a los árboles de roble.

64
4. No existen líneas de agua o drenaje bajo la estructura. Sin embargo, existe
una línea de agua y una de drenaje a aproximadamente 6 pies de la pared
norte del edificio (ver fig. 20).

Fig. 20 Planta del edificio y localización de sondeos. Bibliografía 7

5. Se pressentó una fuga en la línea de agua dentro de los últimos seis meses.
Un parche en el pavimento es un fiel indicativo de su localización.
6. Se observan grietas significativas en el muro norte del edificio, y un área de
expansión máxima a lo largo del lado norte de las oficinas. Ambas se
encuentran adyacentes a la localización de la fuga.
7. Existen grietas evidentes en el muro exterior sur y en el muro interior este.
8. El pavimento de concreto del área sur del estacionamiento y de las calles
adyacentes no muestra deformaciones significativas.

65
9. El pavimento de concreto asfáltico sobre el área de la fuga aparenta haberse
expandido ligeramente.
10. Las cargas estructurales del edificio están soportadas sobre zapatas aisladas
cimentadas a ocho pies de profundidad. Los pisos están conectados a las
vigas existentes entre ellas.
11. Se encontraron varios canales de entrada de agua por debajo de las vigas
de amarre, que se encuentran a lo largo del muro sur, en el área del lecho de
flores.

Investigación de campo.

Las condiciones del subsuelo se definieron mediante la realización de siete sondeos


perforatorios llevados a cabo hasta los 10 pies de profundidad (sus localizaciones
se ilustran en la figura 20). Los sondeos B-3 y B-4 fueron realizados dentro del
edificio, los B2 y B-5 fueron realizados dentro de los lechos de flores ubicados al
lado norte y sur del edificio, y el resto fueron realizados dentro del área de
estacionamiento. Los sondeos B-2, B-3, B-4 y B-5 fueron perforados a mano,
obteniéndose muestras alteradas a intervalos regulares, mientras que del resto de
los sondeos se obtuvieron muestras inalteradas continuas hasta los 10 pies de
profundidad.

Pruebas de laboratorio.

Se determinaron límites líquidos y plásticos, y de contenidos de humedad natural


para evaluar la uniformidad general de las condiciones existentes del subsuelo. Se
verificaron las clasificaciones de campo y se definieron los potenciales de expansión
de los suelos a través de la realización de pruebas de expansión.

66
Estratigrafía del sitio.

En la figura A.3 se muestra la estratigrafía y los datos de contenidos de humedad y


plasticidad definidos por el estudio. Los depósitos del sitio consisten en arcilla dura
de gris a gris obscura, con depósitos subyacentes de arcilla marrón. La arcilla esta
estratificada y sus zonas más profundas contienen nódulos calcáreos. El dato de
clasificación muestra que las arcillas son de alta plasticidad (es usual que las arcillas
de esta región sean susceptibles a los cambios volumétricos por cambios en sus
contenidos de humedad). La prueba de expansión confirmó su susceptibilidad a los
cambios de volumen.

Condiciones de humedad en el suelo.

Los datos de los contenidos de humedad del suelo se encuentran tabulados en el


perfil de la figura 21 (en las gráficas inferiores se encuentran agrupados por áreas).
Los contenidos de humedad encontrados, se ubican por encima del límite plástico,
y los contenidos de humedad de los suelos bajo las áreas de estacionamiento
muestran un rango mayor de valores que el de los suelos bajo el edificio y bajo los
lechos de flores adyacentes. En general, los datos de humedad se resumen en los
puntos siguientes:

1. Los contenidos de humedad bajo las áreas de estacionamiento varían entre


30 y 37%. Los valores medios máximos fueron medidos en el sondeo B-1,
cercano al área de la fuga. El sondeo B-7 cercano a una grieta en el
pavimento también exhibió contenidos de humedad máximos. El sondeo B-6
en el área central no agrietada del estacionamiento exhibió un contenido de
humedad medio del 30%, el cual se estima corresponde con el que se tenía
al momento de la construcción.
2. Los contenidos de humedad medios en los suelos bajo el edificio se
encuentran alrededor de un 35% para el sondeo B-4 (el más cercano a la
fuga), y de un 33% para el sondeo B-3 (esquina sureste del edificio).

67
3. El contenido de humedad medio en el suelo bajo el lecho de flores es de
alrededor de un 34%.

Fig. 21 Estratigrafía general y resumen de los resultados de las pruebas. Causa del
agrietamiento y la deformación. Bibliografía 7

El patrón de deformación y la presencia de arcillas de alta plasticidad, permiten


concluir que los movimientos observados fueron causados por las variaciones de
humedad en las arcillas subyacentes al sitio. En este sentido, se plantean dos
posibles condiciones diferentes de cambio de humedad:

1. Un decremento de humedad debido a la absorción por parte de los árboles y


la vegetación, el cual causó la contracción y el agrietamiento de los suelos
bajo las áreas pavimentadas.
2. Un incremento de humedad debido a la fuga en la línea de agua y tal vez al
exceso de riego en los lechos de flores, lo cual causó la expansión de los
suelos bajo el edificio.

68
La localización de las jardineras y particularmente de los árboles de robles con
respecto a las áreas afectadas del pavimento, constituye una evidencia concluyente
de que fueron la causa de su falla. De manera similar, la ocurrencia de grietas
significativas en los muros y el levantamiento de los pisos adyacentes al área de la
fuga, en conjunto a la ocurrencia de los movimientos estructurales dentro de últimos
seis meses, posteriores a la fuga, antecedidos con un periodo de 12 años y medio
sin movimientos estructurales, son evidencia concluyente de que los movimientos
fueron causados por el exceso de humedad suministrado por la fuga. Los
movimientos estructurales en el muro este, localizado a una distancia considerable
de la fuga, también deben estar relacionados al exceso de humedad suministrado
por la fuga, teniendo en cuenta que estos también se observaron dentro de los
últimos seis meses. La presencia de planos de estratificación y fisuras en la arcilla
provocó un rápido flujo del agua hacia el lado sur del edificio y hacia otras áreas
bajo él, además el exceso de riego en los lechos de flores también pudo representar
otra fuente de humedad en exceso.

Medidas correctivas.

Para lograr que los movimientos del suelo bajo el edificio continuaran a un rango
decreciente hasta que se estableciera el equilibrio, se requería que no se ejercieran
medidas correctivas hasta que estos se completaran. Por tanto, se establecieron
algunos puntos de medida en las grietas de los muros a fin de determinar si los
movimientos continuaban o se habían completado. Los resultados del programa de
monitoreo de grietas fueron:

Tabla 9 Resultados del programa de monitoreo de grietas. Bibliografía 7

69
Puesto que no se notaron movimientos apreciables durante los últimos cinco meses,
se notificó al cliente para que realizara las reparaciones pertinentes. La causa del
movimiento en el área de estacionamiento, indica claramente que la prevenciones
de fallas futuras necesariamente incluye el reemplazo de la vegetación y en
particular de los árboles. Por tanto, se recomendó lo siguiente:

1. Remplace la vegetación y los árboles existentes por unos que contenga un


sistema de raíces superficiales que puedan ser regados efectivamente desde
la superficie y que posean requerimientos mínimos de agua. Esto para que,
los movimientos del pavimento abarquen un área mayor una vez que los
sistemas de raíces se expandan con el crecimiento del árbol.
2. Renivelar y repavimentar las áreas afectadas.

1.5.2. Un Ejemplo de Distribuidos Funcionales. (Bibliografía 3)

En este caso, se evidencian las consecuencias de la expansión del suelo


observadas sobre una edificación de planta industrial, situada en Montevideo,
próximo a la costa. La planta cuenta con equipamientos electromecánicos con
márgenes de tolerancia exigentes para su estado de servicio, considerando el
diseño de las piezas mecánicas involucradas.

Las máquinas se apoyan sobre una plataforma que trasmite a través de pilares la
descarga del conjunto a una fundación de tipo “cajón” sobre un subsuelo que en
términos generales puede resumirse en la siguiente secuencia estratigráfica:
relleno, arena, arcilla limosa, granito (basamento cristalino).

La capa de arcilla limosa, de entre 25 a 30 metros de espesor, fue consolidada


previo a la construcción de la obra mediante inyecciones de cemento y bentonita.

70
Sobre esta capa se encuentra apoyada la fundación, y se tenía la experiencia previa
que otras obras estructuras próximas habían sufrido levantamientos en el pasado.
Esto se trató de controlar con las inyecciones practicadas, para impermeabilizar el
subsuelo, considerando la presencia permanente de nivel freático y por ende
subpresión en la fundación.

Sin embargo, los controles geodésicos efectuados desde el inicio de la entrada en


servicio del equipamiento mostraron que los ascensos de la base de apoyo, lejos
de mitigarse, se producían a un ritmo sensiblemente uniforme, esto es a una
velocidad media de aproximadamente 0,6 mm por año, sin exhibir signos de
amortiguamiento.

En esas condiciones, se extrajeron muestras inalteradas de las capas de arena y


arcilla, con el objeto de ejecutar ensayos de expansión y estudios de composición
mineralógica, para evaluar la hipótesis de expansión.

De estas últimos resultó que el componente principal es montmorillonita, mineral


arcilloso no cristalino, con alta capacidad de expansión. También es probable la
existencia de minerales arcillosos de capas alternadas con alto potencial expansivo.
También se comprobó la presencia de illita y feldespato.

Los ensayos geotécnicos comprobaron que se trataba de una arcilla no orgánica de


elevada plasticidad (tipo CH), asociada a características de Formación Fray Bentos,
con índices de plasticidad variables según la profundidad considerada en el rango
de 25 a 40%, valores indicativos de un potencial expansivo entre moderado y alto.

Mediante el ensayo de expansión libre, se demostró un aumento de volumen del


21% tras 50 horas, para muestras de arcilla saturada. Las expansiones ulteriores
tienen lugar luego a una velocidad reducida.

71
En cuanto al ensayo de presión de expansión, se determinó que es necesario aplicar
a la muestra una presión de 1100 kPa (aprox. 11 kg/cm2) para contrarrestar
completamente el hinchamiento, confirmando así las características altamente
expansivas de la arcilla que se observaron con los ensayos de identificación y la
mineralogía.

La presión vertical en la superficie superior de la capa de arcilla, debido a las cargas


aplicadas es de 200 kPa y la misma presión pero evaluada en el contacto arcilla-
granito es de 600 kPa1. En consecuencia, incluso la presión vertical en el límite
inferior de la capa arcillosa es insuficiente para suprimir completamente los
hinchamientos.

Presión originada por el peso propio de la masa de suelo:

Estas razones condujeron a establecer que la capa completa de arcilla limosa de


Formación Fray Bentos es de un hinchamiento potencial activo.

La tipología de la fundación no pudo ser identificada como causa de problemas;


tampoco la operación de los equipos, e igualmente fue necesario descartar la
influencia de las variaciones de nivel freático, realizado con medidas piezométricas.

Considerando lo anterior, se estableció que la única causa probable de las


elevaciones de la fundación es el potencial de hinchamiento del subsuelo arcilloso.

La expansión se produce cuando el agua entra en contacto con la arcilla. Esta


penetración ocurre en la superficie de la capa arcillosa, difundiéndose dentro de ella
muy lentamente debido a la baja permeabilidad de la arcilla. Al entrar en contacto
con el agua, se produce un aumento de volumen máximo de un 21%, valor que
representa un límite superior para la magnitud absoluta de la expansión, el cual se
alcanza únicamente bajo condiciones totalmente favorables para su desarrollo y a
intervalos de tiempo geológico.

72
En este caso particular, dos hechos activaron el hinchamiento y permitieron que se
desarrollara en forma diferida.

Por un lado, durante la excavación de la fosa de la obra, se afectó la superficie


superior de la capa de arcilla, permitiendo la penetración del agua. Con esto, se
activó el potencial de expansión de la capa superior.

Por otro, durante los trabajos preparatorios, previos a la edificación, se inyectó


cemento en el subsuelo, en el supuesto de evitar la expansión. Sin embargo, las
inyecciones de cemento no pueden atravesar los espacios huecos microscópicos
que se encuentran entre los minerales arcillosos. Para este tipo de suelos, una
intervención de esta naturaleza resulta inapropiada ya que la penetración a presión
causa fisuras en el esqueleto mineral, facilitando así aún más la penetración del
agua en la superficie de la capa arcillosa y por otro la infiltración de agua en las
zonas más profundas a través de fisuras secundarias producidas por la inyección
de cemento. Es decir, se generó un proceso que favoreció el humedecimiento.

Debido a que se trata de un proceso mineralógico-geológico, las intervenciones de


remediación son efectivas sólo en forma restringida y requieren gastos importantes.

Para minimizar la expansión es posible ejercer una contrapresión o bien actuar


sobre el origen del problema con el objeto de detenerlo, evitando el ingreso de agua
hacia el retículo cristalino. Ambas medidas no resultaban aplicables en este caso.
En efecto, un aumento de la carga directa es prácticamente imposible en virtud de
los valores tensionales resistentes en juego. Adicionalmente, evitar el acceso de
agua a la capa arcillosa, mediante una inyección de cemento en superficie, también
es inconveniente, debido a que sólo se podría tratar una profundidad limitada bajo
la fundación y aún cuando funcionara, habría igualmente suficiente agua en la masa
de suelo con lo cual la expansión se detendría solo después de años o incluso
decenas de años.

73
Otra alternativa analizada fue el anclaje de la fundación en el granito profundo,
utilizando pilotes verticales que permitirían aumentar la resistencia a la tracción de
forma tal que fuese posible compensar la presión resultante del hinchamiento.

Suponiendo entonces que fuera posible generar una presión adicional de 1100-200
= 900 kPa, serían necesarios 200 pilotes de anclaje atravesando la base de
fundación, con una longitud entre 35 y 40 m en la arcilla limosa y al menos 6,00 m
de empotramiento en el granito. Además de inconvenientes técnicos durante la
etapa constructiva que podrían comprometer la eficacia de la solución, de por sí
compleja, el costo de implementarla ascendería a unos U$S 2:000.000.

Luego, al no ser posible suprimir o compensar completamente la expansión, debió


pensarse en eliminar sus efectos negativos, lo que se logró con la adopción de
soluciones de tipo mecánico, sobre el equipamiento, capaces de regular
desplazamientos del orden de centésimas y décimas de milímetro. La solución
adoptada, no implicó modificaciones constructivas y se basó en reajustes de los
apoyos de máquinas, con éstas fuera de servicio.

Para el caso de nuevos proyectos en la zona, se recomienda evitar desde el


principio la movilización de la expansión mediante adecuadas medidas
constructivas. Se debe evitar excavar y desfondar grandes superficies de la capa
arcillosa, para evitar dar acceso al agua. Si a pesar de todo fuera necesario llevar
adelante una medida de ese tipo, se debe cubrir de inmediato la superficie arcillosa
con una capa de cemento.

Pero en todo caso, será mejor incorporar las fundaciones de nuevas plantas o
edificios en la capa de arcilla, con métodos de construcción y perforación en seco.
Podrían utilizarse grandes pilotes perforados de fabricación en seco que
atravesarían completamente la capa arcillosa, quedando anclados en el granito. La
parte superior de estos pilotes debe ser ejecutada mediante doble tubería con el fin
de evitar la penetración de aguas subterráneas hacia la perforación.

74
BIBLIOGRAFÍA

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Angélica Sánchez Albán

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