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I.

INTRODUCCION
Para la mayoría del mundo, Jesús, este Hombre entre los hombres ocupa el primer,
principal y único lugar como personalidad dirigente en el progreso del mundo. Nunca jamás
ha producido el género humano un director de igual categoría. Considerado únicamente
como personaje histórico, es singular. Juzgado por las normas de estimación humana,
Jesús de Nazaret supera a todos los hombres por razón de la excelencia de su carácter
personal, la sencillez, belleza y valor genuino de sus preceptos y la influencia de su
ejemplo y doctrina en el progreso de la raza humana. A estas características distintivas de
grandeza extraordinaria, el alma devota cristiana añade un atributo que sobrepuja en gran
manera la suma de todos los demás, a saber, su origen divino y la realidad eterna de su
dignidad como Señor y Dios.
Su vida terrenal está comprendida en un período de treinta y tres años; y de éstos pasó
únicamente tres como Maestro reconocido, consagrado en forma directa a las actividades
del ministerio público. Fue muerto cruelmente antes de llegar a lo que hoy consideramos la
edad en que el hombre está en su pleno vigor. Como individuo, pocos fueron los que lo
conocieron personalmente; y su fama como personaje mundial no se generalizó sino hasta
después de su muerte.
Ni se ha escrito, ni puede escribirse una biografía adecuada de Jesús, como Niño y como
Hombre, por la sencilla razón de que no hay abundancia de informes. Sin embargo, jamás
ha habido un hombre de quien más se haya dicho y cantado, nadie a quien se haya
dedicado una proporción mayor de la literatura del mundo. Cristianos, mahometanos y
judíos, escépticos e incrédulos, los poetas, filósofos, estadistas, científicos e historiadores
más eminentes del mundo—todos lo ensalzan. Aun el pecador maldiciente, con el vil
sacrilegio de su blasfemia, expresa la supremacía divina de Aquel cuyo nombre toma en
vano.
El propósito de este trabajo es el de considerar la vida y misión de Jesús como el Cristo.
En esta empresa nos guiaremos por la luz de las Escrituras, antiguas así como modernas;
y guiados de esta manera, descubriremos, aun en la primera parte de nuestro estudio, que
la palabra de Dios, cual ha sido revelada en los postreros días, tiene la eficacia para
iluminar y aclarar las Santas Escrituras de los tiempos antiguos, y esto lo veremos en
muchos asuntos de la mayor importancia
II. OBJETIVOS
 Que los niños y las personas comprendan que Jesucristo resucitó de los muertos y
que llegará el momento en que todos seremos resucitados.
 Comprender que la resurrección de Cristo Jesús demuestra que el venció a la
muerte.
 Comprender que la resurrección de Cristo prueba que el es hijo de Dios.
 Comprender que la resurrección de cristo Jesús nos da una esperanza viva.
 Comprender que la resurrección de cristo jesús significa que resucitaremos al igual
que él
III. CONTENIDO
La resurrección de Jesús

Después que Jesús murió, un hombre rico llamado José le pidió permiso a Pilato para
quitar el cuerpo de Jesús del madero. José envolvió el cuerpo de Jesús en telas de lino de
buena calidad, con especias aromáticas, y lo puso en una tumba nueva. Luego mandó que
rodaran una gran piedra para tapar la entrada. Los sacerdotes principales le dijeron a
Pilato: “Nos preocupa que los discípulos de Jesús roben el cuerpo y digan que él resucitó”.
Así que Pilato les dijo: “Sellen la tumba y pongan guardias”.

Tres días más tarde, unas mujeres fueron a la tumba temprano por la mañana.
Descubrieron que alguien había hecho rodar la piedra, y la tumba estaba abierta. Dentro de
la tumba había un ángel, que les dijo: “No tengan miedo. Jesús ha resucitado. Díganles a
los discípulos que vayan a Galilea a encontrarse con él”.

María Magdalena fue rápido a buscar a Pedro y a Juan. Les dijo: “Alguien se ha llevado el
cuerpo de Jesús”. Pedro y Juan fueron corriendo a la tumba. Cuando vieron que estaba
vacía, regresaron a sus casas.

Después, María volvió a la tumba. Allí dentro vio a dos ángeles y les dijo: “No sé adónde se
han llevado a mi Señor”. Entonces vio a un hombre y pensó que era el jardinero.
Le preguntó: “Señor, por favor, dime dónde lo has puesto”. Cuando el hombre respondió:
“¡María!”, ella se dio cuenta de que era Jesús. Ella dijo: “¡Maestro!”, y se agarró de él.
Jesús le dijo: “Diles a mis hermanos que me has visto”. Enseguida, María se fue corriendo
y les contó a los discípulos que había visto a Jesús.

Más tarde, ese mismo día, dos discípulos iban de Jerusalén a Emaús. Un hombre se puso
a caminar con ellos y les preguntó de qué estaban hablando. Ellos le dijeron: “¿No te has
enterado? Hace tres días, los sacerdotes principales mandaron matar a Jesús. Ahora unas
mujeres están diciendo que él está vivo”. El hombre les preguntó: “¿Es que no creen en los
profetas? Ellos dijeron que el Cristo tenía que morir y después ser resucitado”. Luego
siguió explicándoles más cosas de las Escrituras. Al llegar a Emaús, los discípulos le
pidieron que se quedara con ellos. Cuando estaban cenando, él hizo una oración por el
pan, y los discípulos se dieron cuenta de que el hombre era Jesús. Entonces desapareció.

Los dos discípulos se fueron corriendo a Jerusalén. Llegaron a la casa donde se habían
reunido los apóstoles y les contaron lo que había pasado. Mientras estaban dentro de la
casa, Jesús se les apareció. Al principio, los apóstoles no podían creer que era Jesús. Pero
él les dijo: “Miren mis manos, tóquenme. Estaba escrito que el Cristo se levantaría de entre
los muertos”.

“Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar al Padre si no es por medio
de mí” (Juan 14:6).
Breve resumen de la Pasión, Muerte de Jesús
Para ubicarnos en los días en que sucede la muerte de Jesús, debemos recordar lo que
significa la Fiesta de Pascua que celebraban los judíos cada año, y que Jesús y sus
Apóstoles que eran judíos, también celebraban. ¿Quién recuerda el origen y el motivo de la
celebración de la Fiesta de Pascua?
Era la conmemoración de la salida de Egipto del pueblo de Israel, cuando Yahvé los sacó
de la opresión del Faraón con toda clase de milagros y prodigios, entre tantos, el paso por
el Mar Rojo.
Y recordemos que Yahvé le dio instrucciones muy precisas y solemnes al su Pueblo a través
de Moisés de celebrar esta fecha todos los años

Jesús anuncia a sus Apóstoles su Pasión, Muerte y Resurrección:

Pocos días antes de la Fiesta de la Pascua, Jesús dijo a los doce Apóstoles: Vamos a subir
a Jerusalén. Allí me entregarán en manos de los sumos sacerdotes y de los doctores de la
Ley. Me condenarán a muerte y me entregarán a los Romanos. Ellos se burlarán de Mí, me
escupirán, me azotarás y me matarán. Pero, a los tres días, Yo resucitaré. (Mc. 10, 32-34)

Judas, uno de los Apóstoles, traiciona a su Señor:

Dos días antes de la Fiesta de Pascua se reunieron los sumos sacerdotes y los doctores
de la Ley. Desde hace tiempo buscaban una ocasión para apresar a Jesús y matarlo. Uno
de los doce Apóstoles, Judas Iscariote, fue a los sacerdotes y les dijo: Estoy dispuesto a
entregarles a Jesús. A ellos les encantó oír esto y le prometieron una buena recompensa:
treinta monedas de plata. Desde aquel momento, Judas buscaba la ocasión para entregar
a Jesús. (Mc. 14, 1-2 y 10-11)

Jesús ora en el Monte de los Olivos:

Después de la Ultima Cena, en la que Jesús había celebrado con sus discípulos la Fiesta
de Pascua, Jesús se dirigió a un huerto que había en el Monte de los Olivos. Tres de sus
Apóstoles estaban con El. Al llegar allí, les dijo Jesús: Orad para ser fuertes en la
tentación. Después Jesús entró al huerto solo. Allí se arrodilló y oraba de esta manera:
Padre, si quieres puedes quitarme este sufrimiento y la muerte. Pero no se haga mi
voluntad sino la tuya.

En su angustia, Jesús oraba tan insistentemente, que su sudor era como gotas de sangre
que caían hasta el suelo. Finalmente, se levantó y volvió a donde estaban sus discípulos.
Pero los Apóstoles dormían. Jesús les dijo: ¿Por qué duermen? Estén dispuestos y oren
para resistir la prueba que ha de llegar.

Todavía estaba Jesús hablando con ellos, cuando unos hombres entraron en el huerto. Los
guiaba Judas Iscariote. Este se acercó a Jesúspara darle un beso de saludo. Jesús
preguntó: Judas, ¿me vas a entregar con un beso?

Enseguida los que acompañaban a Judas pusieron preso a Jesús.


Jesús ante el Consejo Supremo (Sanedrín) de los judíos:

A la mañana, se reunieron los ancianos del pueblo, los sumos sacerdotes y los doctores de
la Ley para interrogar y acusar a Jesús: Si eres Tú el Salvador prometido por Dios a su
Pueblo, dínoslo. Jesús respondió: Aunque se los dijera, no me creerían. Y si le hiciera una
pregunta, no me responderían. Pero pronto el Hijo del Hombre estará sentado a la derecha
de Dios. Entonces le preguntaron: ¿Así que tú eres el Hijo de Dios? Jesús replicó: Ustedes
mismos lo están diciendo: lo soy. Entonces exclamaron todos: Ya no necesitamos testigos.
Todos hemos oído lo que ha dicho. (Lc. 22, 67-71).

Jesús ante Pilato:

Los jefes del pueblo llevaron a Jesús ante el Gobernador Romano: Poncio Pilato, porque
era el que tenía autoridad para mandarlo a matar. Le acusaron: Este hombre está
alborotando al pueblo. Afirma que El es el Salvador, el Rey. Pilato preguntó a Jesús: ¿Tú
eres Rey? Jesús contestó: Mi Reino no es de este mundo. Si así fuera, mis servidores
habrían luchado por defenderme. Yo soy Rey y he venido al mundo para dar testimonio de
la Verdad. Todo el que se interesa por la verdad escucha lo que Yo digo. Entonces Pilato
preguntó: ¿Qué es la Verdad?

Pilato dijo a los que acusaban a Jesús: No veo ninguna razón para declararlo culpable.
Todos los años, en Pascua, concedo la libertad a un preso. ¿Indultaré este año al Rey de
los Judíos? Contestaron a gritos: ¡No, a Jesús no! ¡Indulta a Barrabás! Barrabás era un
bandido. Pero Pilato dejó en libertad a Barrabás y ordenó que azotaran a Jesús, a ver si los
acusadores de Jesús se conformaban con ese castigo.

Los soldados romanos, no sólo lo azotaron, sino que –para burlarse- tejieron una corona
de espinas y la colocaron brutalmente sobre la cabeza de Jesús. Luego le echaron sobre
los hombros un manto rojo y se burlaban de El: ¡Ave, Rey de los Judíos! Y, además, le
daban bofetadas.

Pilato presentó a Jesús a sus acusadores y les dijo: Miren, miren a este Hombre. Pero ellos
gritaban más duro: ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! Pilato dijo: Yo no encuentro ninguna razón
para condenarlo. Pero ellos le replicaron: Ha dicho, refiriéndose a sí mismo, que es el Hijo
de Dios. Y estuvieron amenazando a Pilato de acusarlo con el Emperador romano, hasta
que éste tuvo miedo y condenó a Jesús a morir en la cruz. (Jn. 18, 28 a 19, 16).

Jesús muere en la Cruz:

Jesús cargó con su cruz hasta las afueras de Jerusalén, hasta lo alto de la colina que se
llamaba Gólgota. Allí lo clavaron en la Cruz. Con él fueron también ejecutados dos
ladrones, uno a la izquierda y otro a la derecha de Jesús.
Pilato ordenó que clavaran en lo alto de la Cruz un letrero que decía: Jesús de Nazaret,
Rey de los Judíos. Los sumos sacerdotes no les gustó el letrero y pidieron a Pilato que
pusiera: El que decía ser el Rey de los Judíos. Pero Pilato no quiso cambiar nada.

Al pie de la Cruz estaba María, la Madre de Jesús y tres mujeres más. También estaba el
Apóstol San Juan al lado de su Madre.

Antes de morir, Jesús, sabiendo que había cumplido ya todo, dijo: Todo está cumplido.
Entonces con un fuerte grito, inclinó la cabeza y murió. (Jn. 19, 17-30).

Jesús es sepultado:

José de Arimatea, persona importante, miembro del Consejo Supremo de los Judíos, pero
que era también seguidor de Jesús y esperaba que se estableciera el Reino de Dios, fue al
atardecer a Pilato y le pidió: Permíteme bajar de la cruz a Jesús y darle sepultura. Pilato le
dio permiso para sepultar el cuerpo de Jesús. José compró un lienzo, descolgaron de la
cruz el cuerpo de Jesús, lo envolvió en el lienzo y lo pusieron en un sepulcro excavado en
la roca. Después se colocó una gran piedra para tapar la entrada del sepulcro.

iv. conclusión
La resurrección de Jesucristo es importante por muchas razones. Primero, testifica del
inmenso poder de Dios mismo. Creer en la resurrección es creer en Dios. Si Dios existe, y
si Él creó el universo y tiene poder sobre él, entonces Él tiene el poder de levantar a los
muertos. Si Él no tiene tal poder, Él no es un Dios digno de nuestra fe y adoración. Sólo Él,
quien creó la vida, puede resucitar después de la muerte. Sólo Él puede revertir la
atrocidad que es la muerte misma, y sólo Él puede quitar el aguijón que es la muerte y dar
la victoria sobre la tumba (1 Corintios 15:54-55). Al resucitar a Jesús de la tumba, Dios nos
recuerda Su absoluta soberanía sobre la vida y la muerte.

La resurrección de Jesucristo es también importante porque valida quién Jesús afirmó ser,
es decir, el Hijo de Dios y Mesías. Según Jesús, Su resurrección fue la "señal del cielo"
que autentificó Su ministerio (Mateo 16:1-4). La resurrección de Jesucristo, atestiguada por
cientos de testigos oculares (1 Corintios 15:3-8), provee una prueba irrefutable de que Él
es el Salvador del mundo.

Otra razón por la cual la resurrección de Jesucristo es importante, es que prueba Su


carácter sin pecado y Su naturaleza divina. Las Escrituras decían que el "Santo" de Dios
nunca vería corrupción (Salmo 16:10), y Jesús nunca vio corrupción, ni siquiera después
de Su muerte (ver Hechos 13:32-37). Fue sobre la base de la resurrección de Cristo que
Pablo predicó: "Por medio de él se os anuncia perdón de pecados...en él es justificado todo
aquel que cree" (Hechos 13: 38-39).

La resurrección de Jesucristo no es sólo la validación suprema de Su deidad; también


valida las profecías del Antiguo Testamento que predijeron el sufrimiento y la resurrección
de Jesús (ver Hechos 17:2-3). La resurrección de Cristo también autentificó Sus propias
afirmaciones de que resucitaría al tercer día (Marcos 8:31; 9:31; 10:34). Si Jesucristo no
resucitó, entonces tampoco tenemos esperanza de que nosotros resucitaremos. De hecho,
aparte de la resurrección de Cristo, no tenemos ningún Salvador, ninguna salvación, y
ninguna esperanza de vida eterna. Como dijo Pablo, nuestra fe sería "vana", el evangelio
sería totalmente impotente, y nuestros pecados permanecerían imperdonables (1 Corintios
15:14-19).

Jesús dijo: "Yo soy la resurrección y la vida" (Juan 11:25), y en esa declaración afirmó ser
la fuente de ambas. No hay resurrección aparte de Cristo, no hay vida eterna. Jesús hace
más que dar vida; Él es vida, y por eso la muerte no tiene poder sobre Él. Jesús confiere
Su vida a los que confían en Él, para que podamos compartir Su triunfo sobre la muerte (1
Juan 5:11-12). Nosotros que creemos en Jesucristo, experimentaremos personalmente la
resurrección porque, teniendo la vida que Jesús nos da, hemos vencido a la muerte. Es
imposible que la muerte gane (1 Corintios 15:53-57).

Jesús es "la primicia de los que han dormido" (1 Corintios 15:20). En otras palabras, Jesús
abrió el camino en la vida después de la muerte. La resurrección de Jesucristo es
importante como testimonio de la resurrección de los seres humanos, que es un principio
básico de la fe cristiana. A diferencia de otras religiones, el cristianismo posee un Fundador
que trasciende la muerte y promete que Sus seguidores harán lo mismo. Todas las demás
religiones fueron fundadas por hombres o profetas cuyo fin fue la tumba. Como cristianos,
sabemos que Dios se hizo hombre, murió por nuestros pecados y resucitó al tercer día. La
tumba no pudo retenerlo. Él vive, y se sienta hoy a la diestra del Padre en el cielo (Hebreos
10:12).

La inspirada Palabra de Dios garantiza la resurrección de los creyentes cuando Jesucristo


venga por Su Cuerpo (La Iglesia) en el Arrebatamiento. Tal esperanza y seguridad surge
en un grandioso canto triunfal como lo escribe Pablo en 1 Corintios 15:55, “¿Dónde está,
oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (Cf. Oseas 13:14).

La importancia de la resurrección de Cristo tiene un impacto en nuestro servicio al Señor


ahora. Pablo termina su discurso sobre la resurrección con estas palabras: “Así que,
hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor
siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Corintios 15:58).
Puesto que sabemos que seremos resucitados a una vida nueva, podemos sufrir
persecución y peligros por amor a Cristo, tales como Él padeció (vv. 29-31), y al igual que
miles de mártires a través de la historia, quienes gustosamente cambiaron sus vidas
terrenales por la vida eterna y la promesa de la resurrección.

La Resurrección es una victoria triunfante y gloriosa para cada creyente. Jesucristo, quien
murió, fue sepultado, y resucitó al tercer día de acuerdo a las Escrituras (1 Corintios 15:3-
4). Y, ¡Él vendrá nuevamente! Los muertos en Cristo resucitarán primero, luego nosotros,
los que hayamos quedado y vivamos para Su venida, seremos transformados y
recibiremos nuevos cuerpos glorificados (1 Tesalonicenses 4:13-18). ¿Por qué es
importante la resurrección de Jesucristo? Demuestra quién es Jesús. Demuestra que Dios
aceptó el sacrificio de Jesús a nuestro favor. Comprueba que Dios tiene el poder de
levantarnos de los muertos. Garantiza que aquellos que crean en Cristo no permanecerán
muertos, sino que serán resucitados a una vida eterna. ¡Esa es nuestra bendita
esperanza!

v: BIBLIOGRAFIA
https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/10-razones-de-por-que-la-resurreccion-
de-cristo-es-importante/
https://www.lds.org/manual/primary-7-new-testament/lesson-33-the-resurrection-of-
jesus-christ?lang=spa
https://www.jw.org/es/publicaciones/libros/lecciones-historias-biblia/13/resurreccion-
jesus/
http://relialfonso.blogspot.com/2012/03/breve-resumen-de-la-pasion-muerte-de.html
La Biblia. Nuevo testamento

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