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La Expresión del niño maltrato a través del dibujo

Dora Luz Salgado

Muchos padres se encuentran en la obligación de dejar a sus hijos con cuidadoras,


sin embargo, en ocasiones, aquellas personas ajenas a la familia, agreden y hieren
la inocencia infantil con conductas agresivas que pueden quebrantar la estabilidad
emocional del menor. También la agresión puede provenir de familiares directos e
incluso de los mismos padres. Con el propósito de abordar esta problemática,
desde una perspectiva neuro-escritural, quiero compartir con ustedes el estudio de
un caso real que tuve que abordar hace algún tiempo; me refiero a un caso de
agresión física y psicológica a la que fue sometida una niña de 5 años 3 meses. En
uno de nuestros encuentros, le solicité a la menor que desarrollara un dibujo libre,
el cual iré decodificando y analizando desde la perspectiva neuro escritural, tal que,
el lector pueda captar que, a través de símbolos, el ser humano es capaz de
expresar su real sentir elocuentemente.

DIBUJO DE LA NIÑA DE 5 AÑOS 3 MESES.

El Sistema Neuro escritural, como mecanismo decodificador de símbolos gráficos,


se enfoca en lo proyectivo y en lo psico-morfo-cinético de la expresión gráfica,
aspectos que pueden evaluarse atendiendo a la Teoría Espacial de Max Pulver, la
cual objetiva y sistematiza el lenguaje simbólico en países de cultura occidental, a
través del estudio de 4 coordenadas troncales en el campo gráfico u hoja en la que
se establece el dibujo o la escritura (arriba, abajo, izquierda, derecha). En efecto, si
lo que se expresa gráficamente queda plasmado en un campo gráfico (hoja o
cualquier otro soporte), "entonces queda sujeto a una serie de coordenadas que
permiten delimitar estadios diferenciados de análisis. La primera coordenada
contenida en el lenguaje simbólico y natural de la especie humana, es una línea
horizontal concreta o imaginaria que representa el límite de lo que se encuentra
arriba y abajo. Concreta, si se la aborda desde la perspectiva de lo natural, como lo
es la línea de horizonte, la cual divide el cielo y la tierra. Imaginaria -pero no menos
real- si se delimita lo que para toda la cultura occidental ha sido significativo en la
estructuración de su filosofía, la división entre el cielo y el infierno o mundo
espiritual enaltecedor y primitivo encadenador". (Aguilera, 2011, p. 105)

Conforme a lo declarado, tenemos que el dibujo puede ser decodificado,


asumiendo la lógica de esta división. Al respecto, la zona superior se relaciona con
todo lo que está por sobre el sujeto, con aquello que desempeña un rol jerárquico
en lo moral, en lo ético, en lo espiritual; por lo tanto, aunque esta zona puede
tener varias acepciones, todas éstas se congregan en una idea común, esta es, la de
referencia jerárquica.

Lo que está por debajo de este umbral, se relaciona con lo que está por debajo del
sujeto y aunque este algo no posee rango jerárquico alguno sobre el individuo,
incide decidoramente en éste, por cuanto, le recuerda su condición material
biológica e instintiva. Tal como en la zona superior, las acepciones de esta zona son
variadas, pero existe una idea implícita común, esta es, la expresión de lo concreto,
material, biológico e instintivo.
Teniendo claro lo anterior, es necesario, como mecanismo analítico, hacerse las
siguientes preguntas respecto del dibujo de la niña:

 ¿Qué imágenes se localizan en la zona superior? (Para entender qué temas


son los convocados inconscientemente por la niña).
 ¿Qué papel y estatus juegan esas imágenes en el contexto global del dibujo?
(Para entender que rol juega cada integrante de la historia).
 ¿En base a qué morfología de trazado se confeccionan las figuras? (Para
entender el correlato emocional que cada tramo de la historia implica para la niña).

Veamos el dibujo dividido para responder esas interrogantes.

Respuestas:

Las imágenes que se localizan predominantemente en la zona superior, son una


casa, un sol, una palabra "sol" completa, una parte de otra palabra "sol" y parte de
la cabeza de la niña. A pesar de que se observan cinco elementos, dos de ellos no
se ubican completa y definidamente en la zona superior, es por eso que por su
localización indefinida, pueden excluirse del análisis de este sector. Conclusión:
Existen tres elementos claros y propios de la zona superior, el sol como figura, la
palabra "sol" y la casa como figura.

El papel que juega el sol como figura en el contexto global del dibujo, es de
protagonista de la historia y aquello es posible aseverarlo, por la regencia
dimensional que ocupa en el dibujo, es decir, su tamaño es mayor a cualquier otra
construcción gráfica. Esta regencia además está fortificada por la palabra "sol" que
apoya la idea de predominio del sol por sobre los otros datos del dibujo. La casa,
por la misma lógica analítica anterior, ocupa un espacio esmirriado y el más
pequeño en relación a los otros elementos del dibujo. Conclusión: El sol es el
protagonista y la casa, como manifestación arquetípica, no le gana en fuerza al sol,
por lo que tiene menos injerencia que éste.

La morfología de trazado que compone al sol, considera un predominio de trazos


rectos firmes, ángulos, curvas en menor medida pero evolucionadas (exentas de
sinuosidad de onda corta) y el uso de gran presión. La casa está confeccionada con
trazos titubeantes y por formas curvas sinuosas en lugares que debieran ser rectos.
Asimismo, se observa menor nivel de presión. Conclusión: La morfología de trazado
del sol, indica que cuando la niña lo confeccionó, predominó en ella, la irritabilidad
y la tensión. En cambio, cuando la niña confeccionó la casa, predominó en ella el
titubeo, la vacilación y la falta de fuerza y/o energía.

Para complementar lo anterior, es posible desarrollar un análisis simbólico de cada


uno de los componentes significativos de la zona superior del dibujo:

 Sol: Da calor, permite la fotosíntesis, se asocia al día, a la luz, pero también


puede dañar, no se le puede mirar fijamente, puede quemar, puede deshidratarnos
e incluso matarnos. Ahora bien, si profundizamos en la apariencia de ese sol, ¿qué
sensación genera?, ¿es un sol amable, tibio, controlado, amigable o es un sol
agresivo, avasallador, imponente?, pues bien, en lo personal creo que es del
segundo tipo, por lo tanto, tengo elementos para pensar que lo que la niña quiso
proyectar, es que ese sol es el protagonista que quema, apabulla, deshidrata,
agrede y hasta puede aniquilar.
 La casa: Es el lugar en donde se vive, en donde se pasa gran parte del
tiempo, en donde se hace familia, en donde se encuentra refugio. Ahora bien, ¿qué
sensación genera la casa en el dibujo?, ¿es una casa sólida, fuerte, segura o es una
casa débil, insignificante, con carencia de estructura estable?, pues bien,
nuevamente creo que es del segundo tipo, por lo tanto, hay elementos para pensar
que la casa se proyecta con el estatus de inestable e insegura.

Tanto la casa como el sol ocupan un estatus jerárquico por sobre la niña (en efecto,
ambas se localizan en la zona superior de hoja y de la niña que se sitúa en el centro
de la hoja), por lo tanto, tienen regencia o cierto poder sobre ella. El problema, es
que la casa como referente es débil y el sol extremadamente fuerte y agresivo. En
efecto, la niña percibe a su familia débil e incapacitada para contenerla y darle
sostén (el caso real se trata de una familia compuesta por una madre y una
hermana menor. Su madre trabaja la mayor parte del día, el padre es ausente y no
hay una figura paterna establecida en la vida de la niña, por cuanto, su abuelo
había fallecido antes de que ella naciera), condición propiciatoria para quedar
vulnerable ante este sol agresivo que representaría a la mujer maltratadora (la tía
lejana de la madre que ocupa el rol de cuidadora, la cual maltrata física y
psicológicamente a la pequeña.

Significativo es ahora precisar qué ocurre en la zona inferior de la hoja y para tales
efectos, es menester comprender qué nos muestra esta zona: "Lo material, lo
físico, lo erótico-sexual, lo inconsciente. En el contexto de lo material, encontramos
toda aquella experiencia u objeto concreto que potencialmente o de manera
directa, puede brindar algún beneficio o servicio. Lo físico se relaciona al ámbito
sensorial, específicamente al rol que juegan los sentidos en la sensopercepción del
mundo. En referencia a lo erótico-sexual, nos encontramos con la propia
sexualidad y energía libidinal" (Aguilera, 2011, p. 109).

Atendiendo a lo anterior, es ahora necesario delimitar las expresiones gráficas que


juegan un rol protagónico en esta zona:

 La niña casi completa, dibujada sin brazos.


 El piso inconcluso e irregular, faltante hacia la zona derecha del dibujo.
 La repetición de las palabras "Sol".
Habiendo acotado el simbolismo, cabe preguntarse:
 ¿Cuál es la autoimagen de la niña?
 ¿Bajo qué términos sensoperceptivos se visualiza ella en el contexto de la
historia?
 ¿Percibe la niña seguridad en el contexto de la historia?

Pues bien, la niña se proyecta en el dibujo, exenta de brazos. Esta zona del cuerpo
se refiere a la comunicación; de hecho, es una de las zonas más involucradas en la
expresión gestual-corporal del ser humano, sin embargo, esta niña, a pesar de
tener cualidades motrices para confeccionar brazos (lo que se concluye por la
complejidad del dibujo en sí), no considera que estos elementos sean necesarios o,
por lo menos, los considera sobrantes, es decir, los obvia. Esta condición debe ser
objetivada en el contexto del dibujo, por cuanto, arroja un dato muy decidor, sobre
todo atendiendo al hecho de que el sol sería la proyección de un sujeto que ocupa
un lugar jerárquico sobre la menor y que ejerce sobre ella cierta opresión por su
naturaleza apabullante, agresiva y dominadora. Ante esta performance del agresor
(que por la real situación, sabemos que es una mujer cuidadora, tía lejana de la
madre), la menor se siente sin la posibilidad de poder expresar o comunicar lo que
le sucede. Luego, las dudas que surgen son, ¿porqué siente que no puede
expresarse?, ¿estará amenazada, amedrentada o habrán otras variables que
impidan la exteriorización de esta situación? Esas preguntan surgen naturalmente y
al corroborarlo con la situación real, específicamente por la confesión de la madre
(posterior a que el evento haya sido develado), la niña no sólo se sentía
amedrentada por la tía cuidadora, sino que también se sentía inhibida por los
comentarios repetitivos de su madre para con la existencia y trabajo de esta mujer,
indicando que sin ella, su vida laboral sería imposible, que su trabajo correría
peligro y que toda la familia saldría perjudicada, mostrándose muy agradecida y a
"favor de la tía". La niña, en su inocencia y a la vez condicionada por un gran
sentido del deber para con su familia, prefiere callar, porque supone que si habla,
puede generar un gran perjuicio a toda su familia o simplemente la madre no le va
a creer.

Conforme a todo lo explicado, las respuestas a las preguntas anteriores son:


 ¿Cuál es la autoimagen de la niña?: Disminuida por la falta de brazos,
condición mínima obligatoria para poder manifestarte en el medio.
 ¿Bajo qué términos sensoperceptivos se visualiza ella en el contexto de la
historia?: Sensitivamente se asume sin el sentido del tacto, es decir, sin sus "ojos
manuales" o "táctiloperceptivos". Perceptivamente, se siente apabullada por la
opresión externa e imposibilitada para expresar lo que le sucede.
 ¿Existe realmente una sensación de seguridad?: No. Lamentablemente lo
que le podría dar seguridad y contención, es el lugar de donde más vulnerabilidad y
debilidad percibe, la casa familiar. Asimismo, el piso inestable y faltante, denuncia
también esta sensación de precariedad de seguridad.
Ahora, como último paso de este análisis, me remito a lo que esta niña asume de
manera inconsciente del simbolismo del espacio en cuanto a la zona izquierda y
derecha. Al respecto, Max Pulver indicaba: "El lugar donde se encuentra la pluma al
escribir es el punto actual del yo que transcurre en el tiempo. El camino recorrido
simboliza mi pasado individual; el sentimiento que del yo se formó, en cierto modo,
de lo que he vivido; el yo, en este sentido, está integrado por todo lo que me ha
acontecido; el yo se lanza vacilante o violento, temeroso o atrevido por el
transcurrir del tiempo hacia el futuro, dejando atrás el presente como pasado"
(Pulver, 1953, p. 17). Por lo tanto, la zona izquierda tiene que ver con la idea del
cómo se ha forjado el yo del sujeto escribiente o dibujante, pensando en las
vivencias que le han ocurrido y que han modelado su actual estatus. Luego, la zona
derecha, refleja en este decurso, el lugar hacia donde el sujeto se dirige, lo que
espera del futuro.
Veamos qué aparece si dividimos el dibujo en una zona izquierda y derecha:

Lo conmovedor de este dibujo, es que la niña en la zona izquierda proyecta una


casa debilitada, insólida, inestable, es decir, su yo se ha forjado sobre esta
plataforma, sobre la plataforma de la inestabilidad familiar, emocional, relacional,
de la falta de contención y lo que espera a futuro, es aún peor, sus expectativas son
aterradoras, porque asume que esta presencia agresora la seguirá acompañando y
justamente esta idea se ve fortificada en otro símbolo, me refiero a la ausencia del
piso y a la ratificación escritural de la palabra "sol" de manera constante. En efecto,
es, en el futuro (zona derecha) en donde ella siente que ni base, ni seguridad
material tendrá para enfrentar esta situación de agresión...¿Que triste no?

Bien queridos amigos, ha sido un gusto compartir con ustedes esta nota, la cual, es
una pequeña expresión de lo que las técnicas neuroescriturales ayudan a la hora de
decodificar los dibujos infantojuveniles.

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