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Lo que está por debajo de este umbral, se relaciona con lo que está por debajo del
sujeto y aunque este algo no posee rango jerárquico alguno sobre el individuo,
incide decidoramente en éste, por cuanto, le recuerda su condición material
biológica e instintiva. Tal como en la zona superior, las acepciones de esta zona son
variadas, pero existe una idea implícita común, esta es, la expresión de lo concreto,
material, biológico e instintivo.
Teniendo claro lo anterior, es necesario, como mecanismo analítico, hacerse las
siguientes preguntas respecto del dibujo de la niña:
Respuestas:
El papel que juega el sol como figura en el contexto global del dibujo, es de
protagonista de la historia y aquello es posible aseverarlo, por la regencia
dimensional que ocupa en el dibujo, es decir, su tamaño es mayor a cualquier otra
construcción gráfica. Esta regencia además está fortificada por la palabra "sol" que
apoya la idea de predominio del sol por sobre los otros datos del dibujo. La casa,
por la misma lógica analítica anterior, ocupa un espacio esmirriado y el más
pequeño en relación a los otros elementos del dibujo. Conclusión: El sol es el
protagonista y la casa, como manifestación arquetípica, no le gana en fuerza al sol,
por lo que tiene menos injerencia que éste.
Tanto la casa como el sol ocupan un estatus jerárquico por sobre la niña (en efecto,
ambas se localizan en la zona superior de hoja y de la niña que se sitúa en el centro
de la hoja), por lo tanto, tienen regencia o cierto poder sobre ella. El problema, es
que la casa como referente es débil y el sol extremadamente fuerte y agresivo. En
efecto, la niña percibe a su familia débil e incapacitada para contenerla y darle
sostén (el caso real se trata de una familia compuesta por una madre y una
hermana menor. Su madre trabaja la mayor parte del día, el padre es ausente y no
hay una figura paterna establecida en la vida de la niña, por cuanto, su abuelo
había fallecido antes de que ella naciera), condición propiciatoria para quedar
vulnerable ante este sol agresivo que representaría a la mujer maltratadora (la tía
lejana de la madre que ocupa el rol de cuidadora, la cual maltrata física y
psicológicamente a la pequeña.
Significativo es ahora precisar qué ocurre en la zona inferior de la hoja y para tales
efectos, es menester comprender qué nos muestra esta zona: "Lo material, lo
físico, lo erótico-sexual, lo inconsciente. En el contexto de lo material, encontramos
toda aquella experiencia u objeto concreto que potencialmente o de manera
directa, puede brindar algún beneficio o servicio. Lo físico se relaciona al ámbito
sensorial, específicamente al rol que juegan los sentidos en la sensopercepción del
mundo. En referencia a lo erótico-sexual, nos encontramos con la propia
sexualidad y energía libidinal" (Aguilera, 2011, p. 109).
Pues bien, la niña se proyecta en el dibujo, exenta de brazos. Esta zona del cuerpo
se refiere a la comunicación; de hecho, es una de las zonas más involucradas en la
expresión gestual-corporal del ser humano, sin embargo, esta niña, a pesar de
tener cualidades motrices para confeccionar brazos (lo que se concluye por la
complejidad del dibujo en sí), no considera que estos elementos sean necesarios o,
por lo menos, los considera sobrantes, es decir, los obvia. Esta condición debe ser
objetivada en el contexto del dibujo, por cuanto, arroja un dato muy decidor, sobre
todo atendiendo al hecho de que el sol sería la proyección de un sujeto que ocupa
un lugar jerárquico sobre la menor y que ejerce sobre ella cierta opresión por su
naturaleza apabullante, agresiva y dominadora. Ante esta performance del agresor
(que por la real situación, sabemos que es una mujer cuidadora, tía lejana de la
madre), la menor se siente sin la posibilidad de poder expresar o comunicar lo que
le sucede. Luego, las dudas que surgen son, ¿porqué siente que no puede
expresarse?, ¿estará amenazada, amedrentada o habrán otras variables que
impidan la exteriorización de esta situación? Esas preguntan surgen naturalmente y
al corroborarlo con la situación real, específicamente por la confesión de la madre
(posterior a que el evento haya sido develado), la niña no sólo se sentía
amedrentada por la tía cuidadora, sino que también se sentía inhibida por los
comentarios repetitivos de su madre para con la existencia y trabajo de esta mujer,
indicando que sin ella, su vida laboral sería imposible, que su trabajo correría
peligro y que toda la familia saldría perjudicada, mostrándose muy agradecida y a
"favor de la tía". La niña, en su inocencia y a la vez condicionada por un gran
sentido del deber para con su familia, prefiere callar, porque supone que si habla,
puede generar un gran perjuicio a toda su familia o simplemente la madre no le va
a creer.
Bien queridos amigos, ha sido un gusto compartir con ustedes esta nota, la cual, es
una pequeña expresión de lo que las técnicas neuroescriturales ayudan a la hora de
decodificar los dibujos infantojuveniles.