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ETIOLOGÍA:

La etiología de este padecimiento señala desórdenes neurológicos ocasionados por traumas


craneanos, accidentes cerebrovasculares o enfermedades congénitas o ingénitas o
adquiridas después del nacimiento que impiden la circulación sanguínea en las zonas
cerebrales correspondientes a los centros corticales de la lectura y escritura, en cualquiera
de sus fases.
Orton, en 1925, su cita entre las causas de este trastorno la “zurdera contrariada”. Los
zurdos contrariados son todos aquellos seres genética y fisiológicamente tienen un mayor
desarrollo en el hemisferio derecho, por lo que pueden manejar mejor la mano izquierda,
pero por falsos conceptos de los educadores o de los padres han sido obligados al uso de la
mano derecha.
La condición ambidiestra y la lateralidad cruzada también pueden figurar entre los factores
etiológicos de dicho trastorno. La lateralidad cruzada consiste en la falta de conciencia en el
predominio lateral de ojos, manos y pies en la misma persona.
Los estados patológicos del órgano de la visión cuando son de tipo central pueden causar
pérdida en el campo visual o distorsiones en visión o en la interpretación visual de las letras
y palabras, causando por este motivo perturbaciones en la lectura, copia y escritura
espontanea.
Las anomalías centrales del órgano de la audición pueden alternar las percepciones
auditivas correspondientes al sonido de las letras, causando confusión entre los semejantes
o modificando las asociaciones auditivo-verbales de las letras, lo cual repercute
indudablemente en los procedimientos de la lectura y escritura, sobre todo en el dictado y
escritura espontánea.
Las fallas en los mecanismo asociativos motores, visuales y auditivos, al déficit en la
memoria de estas asociaciones, las alteraciones en la organización temporo-espacial,
principalmente en la coordinación visomotora, en la orientación bidireccional y en la
motricidad digital fina y el ritmo, pueden causar anomalías en la lectura y escritura que son
consideradas dentro de la dislexia.
La etiología de la dislexia puede señalarnos lesiones corticales localizadas principalmente
en la zona preceptiva viso-espacial, en la auditiva en relación con la adquisición de la
palabra, sin límites de severidad, en las regiones cercanas o subyacentes a estas y en las
zonas de enlace entre una y otras.
El centro motor de la escritura es la zona de Exner y su centro sensorial se localiza en el
gyrus angular transverso, el centro sensorial de la lectura corresponde al área de Dejerine y
su centro motor es un área cercana a la de Broca. Pero todas las áreas del lenguaje
(simbólico y no simbólico) se correlacionan continuamente durante la realización de la
lectura y escritura tienen un significado, un contenido. Es por esto, que las lesiones
causantes de una dislexia no se circunscriben solo a los centros motores o sensoriales de la
lectura y escritura, sino que abracan una zona mucho más amplia.
Roudinesco señala dentro de la etiología de la dislexia, los desórdenes motores, auditivos y
visuales debidos a alteraciones órganos funcionales de tipo periférico, así como la debilidad
mental y defectos educativos. Entre los padecimientos oculares que pueden afectar la
lectura y escritura podemos citar la miopía, el astigmatismo, la diplopía (doble visión),
parálisis ocular muscular, estrabismo, etc. La hipoacusia (conductiva o perceptiva) en sus
diferentes grados, también pueden causar errores en la escritura y lectura que no deben ser
considerados de ningún modo dentro de la dislexia.
ETIOPATOGENIA:
Según la severidad de la anomalía puede tratarse de una alexia o de una dislexia.
La etiopatogenia de este trastorno nos indica el grado de maduración psicobiologica del
niño en todos sus aspectos, principalmente en las actividades psicomotoras indispensables
para el aprendizaje de la lectura-escritura.
Los datos proporcionados por el estudio neurológico, ayudan a determinar la etapa de
desarrollo en que se encuentran el padecimiento y si el pronóstico es benigno o se trata de
un caso severo.
Libro: (Analas de la real Academia Nacional de Medicina - 1978 - Tomo XCV -
Cuaderno 4
Escrito por Real Academia Nacional de Medicina)

PROCESO DE DENOMINACION VERBAL


La denominación evocada de forma sensorial consiste en los siguientes pasos:
1. Reconocimiento visual (la recepción de la información visual básica): la forma de las
palabras se encontraría en áreas unimodales de manera similar a lo que sucede con el
reconocimiento de los aspectos básicos de los objetos y las caras.
2. Reconocimiento de la palabra: este proceso activa áreas intermediarias con el
consiguiente “etiquetado” a través del léxico se consideraría equivalente del
reconocimiento de un objeto.
3. La proyección al área del Wernicñe (reconocimiento semántico): la comprensión de una
palabra es también una tarea como el reconocimiento de un objeto. Al principio se
identifica la tarea como tal, es decir la categoría, seguida de un nivel subordinado en el que
se identifica la palabra individual y finalmente se define su significado en las áreas
transmordales perisilvianas según las asociaciones arbitrarias previamente establecidas.
4. La evocación fonológica de la palabra a través del área de broca y otras regiones pre
motoras para su articulación.
La denominación evocada en forma conceptual es similar pero sin el estímulo que la
condiciona y se desencadenaría a través de la representación mental generada por el
conocimiento semántico. Diferente en cambio es la repetición, en la que intervienen áreas
de percepción temprana del estímulo, en este caso auditivo, sin que intervenga parte el
sistema semántico que logra la conceptualización con la consiguiente comprensión.
La comprensión implica una organización similar pero con un proceso inverso: las palabras
son en primer lugar codificadas como entidades perceptuales en áreas donde se encuentran
la forma auditiva o visual de la palabra (corteza de asociación unimodal) y luego relevan en
el área de Wernicke donde se produce la activación de áreas de asociación transmodales
que definen el significado de la palabra.
LIBRO: (TRATADO DE NEUROPSICOLOGIA CLÍNICA, FEDERICO MICHELI,
MARTIN A. NOGUÉS, JORGE J. ASCONAPÉ, MANUEL MARÍA FERNANDEZ
PARDAL, JOSÉ BILLER).

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