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Extinción de las obligaciones

Conforme el artículo 1.156 del Código Civil, "las obligaciones se extinguen: por el pago o
cumplimiento, por la pérdida de la cosa debida, por la condonación de la deuda, por la
confusión de derechos de acreedor y deudor, por la compensación y por la novación".

Las circunstancias o figuras enunciadas se conocen técnicamente con el nombre de causas


de extinción de las obligaciones, en cuanto todas ellas determinan la extinción de la
relación obligatoria. De todas ellas, la más importante, y frecuente, es el cumplimiento o
pago.

Junto con las causas enumeradas en el artículo 1.156 existen causas particulares de
extinción, aplicables a ciertas relaciones obligatorias y no a la generalidad de las
obligaciones. Así, por ejemplo, es obvio que la muerte del deudor en casos de obligaciones
de hacer personalísimas determina la extinción de la obligación.

Fuentes de las obligaciones

Son fuentes de las obligaciones aquellos hechos jurídicos que dan origen ala obligación, es
decir, los hechos jurídicos mediante los cuales dos personas se encuentran en la situación
de deudor y acreedor uno del otro. Solo pueden quedar obligados cuando ocurren los
supuestos de hechos previstos en la ley, y son estos mismos ordenamientos jurídicos los
que indican cuales serán las fuentes de las obligaciones.

Las fuentes de las obligaciones son:

El contrato. Produce obligaciones porque tanto el acreedor como el deudor han manifestado
su voluntad de contratar.

El pago de lo indebido. Este se presenta cuando una persona (deudor) paga a quien no es su
acreedor. La ley obliga a aquel que ha recibido el pago tiene la obligación de repetirlo.

La gestión de negocios. Consiste en la obligación que adquiere aquel que sin estar obligado,
asume la gestión de negocios ajenos, de continuar la gestión comenzada y de llevarla a
término hasta que el dueño se halle en estado de proveer a sí mismo a ellas, debiendo
también someterse a las consecuencias del negocio y a las obligaciones derivadas de un
mandato.

Enriquecimiento sin causa. se dan ciertos supuestos en donde todo aquel que se enriquece
sin justa causa a expensas de otro, está obligado a indemnizar dentro de los límites de su
propio enriquecimiento, de todo lo que aquel se hubiese empobrecido.

Hecho ilícito. En el cual se agrupan las obligaciones provenientes del daño causado con
intención por el agente a la persona o al patrimonio de la víctima, o cuando se causa el daño
sin intención por imprudencia, negligencia, impericia, se responde por el daño causado por
un hecho propio, o bien por los hechos de una persona sometida a nuestra guarda, o de una
cosa o animal sobre los cuales debíamos haber ejercido una vigilancia correcta.

Contrato

es un acuerdo legal, oral o escrito, manifestado en común entre dos o más personas con
capacidad jurídica (partes del contrato), que se obligan en virtud del mismo, regulando sus
relaciones a una determinada finalidad o cosa, y a cuyo cumplimiento pueden compelerse
de manera recíproca, si el contrato es bilateral, o compelerse una parte a la otra, si el
contrato es unilateral.1 Es el contrato, en suma, un acuerdo de voluntades que genera
«derechos y obligaciones relativos», es decir, sólo para las partes contratantes y sus
causahabientes. Pero, además del acuerdo de voluntades, algunos contratos exigen, para su
perfección, otros hechos o actos de alcance jurídico, tales como efectuar una determinada
entrega (contratos reales), o exigen ser formalizados en documento especial (contratos
formales), de modo que, en esos casos especiales, no basta con la sola voluntad. De todos
modos, el contrato, en general, tiene una connotación patrimonial, incluso parcialmente en
aquellos celebrados en el marco del derecho de familia, y es parte de la categoría más
amplia de los negocios jurídicos. Es función elemental del contrato originar efectos
jurídicos (es decir, obligaciones exigibles), de modo que a aquella relación de sujetos que
no derive en efectos jurídicos no se le puede atribuir cualidad contractual.
En cada país, o en cada estado, puede existir un sistema de requisitos contractuales,
diferente en lo superficial, pero el concepto y requisitos básicos del contrato son, en
esencia, iguales. La divergencia de requisitos tiene que ver con la variedad de realidades
socio-culturales y jurídicas de cada uno de los países (así, por ejemplo, existen
ordenamientos en que el contrato no se limita al campo de los derechos patrimoniales,
únicamente, sino que abarca también derechos personales y de familia como, por ejemplo,
los países en los que el matrimonio es considerado un contrato).

Hechos lícitos sin convenio

Hechos o actos ilícitos

Los actos ilícitos son aquellos hechos humanos voluntarios, que son los que se efectúan con
discernimiento intención y libertad, pero que son contrarios a lo dispuesto por las normas
jurídicas, y por lo tanto son sancionables. Pueden consistir en acciones u omisiones. En este
último caso debe existir la obligación de actuar, por ejemplo en el caso del médico que
omite atender a un paciente, a su requerimiento.

Los actos ilícitos pueden ser civiles o penales; estas categorías a veces coinciden y otras
veces no, como ocurre con el estelionato que es sólo delito civil. Los actos ilícitos civiles
obligan al autor a reparar el daño ocasionado (son una importante fuente de obligaciones)
más los daños e intereses y el agravio moral (art. 1978 C.C. argentino). Siempre, para
constituir delito civil debe haber perjuicio y una parte perjudicada que demanda. Sin interés
no hay acción. Los actos ilícitos civiles se dividen en delitos y cuasidelitos, según que sean
ejecutados con o sin intención.

Los actos ilícitos penales son los que coinciden exactamente con las figuras delictivas
previstas en los tipos penales, y se llaman delitos, pudiendo ser dolosos o culposos.

Un típico caso de acto ilícito que es delito penal y civil, es el homicidio. Por la ley penal le
corresponde al delincuente, en el caso de homicidio simple, la reclusión o prisión de 8 a 25
años (art. 79 Cód. Penal argentino), y por la ley civil está obligado a pagar todos los gastos
que demandó asistir al muerto, y los funerarios. Debe abonarse además lo que necesitaren
la viuda y los hijos del muerto, para su subsistencia, todo a criterio del Juez.

El contrato verbal

El famoso “donde dije digo, digo diego” cobra un sentido especial en los contratos
verbales. Es habitual que haya malentendidos o múltiples interpretaciones si no se ha
redactado el acuerdo por escrito. Pero ¿Cuándo es válido un acuerdo de palabra? ¿Hay
algún modo de probar su existencia en caso de conflicto?

Válidez de un contrato verbal

Los contratos son acuerdos de voluntades y pueden tomar diversas formas. La forma
contractual es el medio a través del cual se exterioriza el consentimiento de las partes. La
voluntad de contratar puede mostrarse a través de hechos o actos concluyentes.

El contrato verbal es perfectamente válido excepto en los casos en los que la ley obligue a
realizarlo en forma escrita, como en el caso de creación, modificación o extinción de
derechos reales sobre bienes inmuebles, para los que se exige escritura pública ante
Notario. Aunque son perfectamente legales, plantean un gran problema ya que es
complicado probar su existencia en caso de incumplimiento.

¿Hay algún modo de probar su existencia en caso de conflicto?

Los acuerdos de palabra suponen un problema en caso de desacuerdo. Puede ser que resulte
difícil probar su existencia porque una de las partes lo niega, o que ambas acepten su
existencia pero estén en desacuerdo respecto al contenido.Y aunque es cierto eso de “las
palabras se las lleva el viento y lo escrito permanece”, en ocasiones, puede tener solución.

Estas son las principales maneras de probar que tu contrato verbal es válido:

1. Testigos: los testigos son una prueba admitida por el Derecho, por lo que es posible
demostrar la existencia del acuerdo o alguna condición del contenido si ellos estaban
presentes en el momento que se celebró.
2. Actos: Pueden ser actos anteriores, simultáneos o posteriores que muestren la intención
de contratar de ambas partes.

3. Hechos: Hechos que puedan demostrar que el contrato verbal realmente se celebró.

4. Documentos: es posible que no haya un contrato por escrito detallando los términos
pero sí se conserven recibos bancarios, facturas, emails y otro tipo de documentos que
pueden demostrar su existencia.

Por lo que el contrato tendrá validez siempre y cuando el contenido se pueda demostrar
mediante cualquier medio admitido por el Derecho.

El contrato escrito

Efectos del negocio

Contractual y efectos del negocio a favor de terceros contrato a cargo o contra


terceros

Resolución por incumplimiento

Clasificación de los contratos

Tipos de contrato

Preparatorios

De transmisión de dominio

De transmisión de posesión

De ejecución de actos

Aleatorios accesorios

Contrato de promesa y opción

El mandato
La sociedad civil

La compraventa

La permuta

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