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Sistema digestivo. Conferencia No.2.

Tema: Regulación de la actividad del TGI. Procesos en la boca, el esófago y el estómago.

Objetivos:

Contenidos:
- Regulación nerviosa de la actividad del TGI,
- Funciones de los plexos mientérico y submucoso.
- Inervación simpática y parasimpática, fibras aferentes. Efecto de la estimulación
simpática y parasimpática sobre el TGI.
- Reflejos gastrointestinales.
- Control hormonal de las funciones gastrointestinales, mecanismo general. Gastrina,
Secretina y Colecistocinina.
- Procesos en la boca: masticación y deglución, composición y papel de la saliva.
- Procesos en el esófago, secreciones esofágicas.
- Procesos en el estómago
- Particularidades estructurales del estómago: arrugas de la mucosa gástrica, estrato
muscular oblicuo.
- Secreción gástrica, composición y funciones generales.
- Actividad eléctrica y mecánica, ondas peristálticas.
- Vaciamiento gástrico, bomba pilórica.
- Regulación del vaciamiento gástrico: gastrina y secretina, reflejo enterogástrico,
colecistocinina.

Bibliografía
- Guyton, A.C.-Tratado de fisiología médica.-Sexta edición.-1989.- Cap. 63-64

Medios

Transparencias
Pizarra

Método

Exposición del profesor. Se combinará con intervenciones de los estudiantes a partir de preguntas
del profesor.
Regulación de la actividad gastrointestinal.

La regulación de las funciones del tubo digestivo es compleja por la gran cantidad de parámetros
a controlar (alimento  pH, osmolaridad, temperatura, consistencia, composición…). La
regulación se divide en nerviosa y hormonal.

Regulación nerviosa:

[Retomar las estructuras nerviosas del TGI y la inervación del SNV.


Preguntar a los estudiantes.]
[Mostrar transparencia de estructuras nerviosas del TGI e inervación del SNV]

El plexo entérico recibe y procesa numerosas informaciones y elabora respuestas de manera


autónoma sin intervención de estructuras nerviosas superiores. En el plexo entérico se encuentran
todos los elementos esenciales del arco reflejo.

Al sistema digestivo llegan también fibras nerviosas simpáticas y parasimpáticas que conectan
con los plexos mientérico y submucoso. La estimulación parasimpática produce de forma general
un aumento de la motilidad y las secreciones en todo el TGI, principalmente mediante un efecto
excitatorio sobre el plexo entérico. Por su parte la activación del simpático reduce y en ocasiones
detiene los movimientos peristálticos y la secreción de las glándulas de la pared del TGI; esta
acción de produce en parte por efecto directo sobre el tejido muscular de la pared y las células
secretoras, pero también a través de la inhibición de las neuronas parasimpáticas presentes en el
sistema.

[Mostrar transparencia de los arcos reflejos para resumir.]

Regulación hormonal.

La actividad mecánica y secretora del TGI está también controlada por hormonas, es decir,
sustancias liberadas en determinados segmentos que viajan a través del líquido intersticial o la
sangre y actúan sobre otros, tanto anteriores como posteriores modificando su actividad.
Las hormonas de mayor interés son la gastrina, la secretina y la colecisticinina. La función de cada
una de ellas se detallará cuando se estudie el órgano sobre elque actúan.

Procesos en la Boca.

En la cavidad bucal el alimento sufre las primeras trasformaciones. Los procesos que tienen lugar
en la boca son la masticación y la deglución.

La masticación tiene como objetivo desmenuzar y pulverizar los alimentos que ingresan al
organismo así como mezclar estos con la saliva, que es la secreción principal que se vierte a la
cavidad bucal. Finalmente el alimento ingerido se transforma en el bolo alimenticio. En la
masticación tienen un papel importante los dientes, la lengua y los músculos faciales.

[Preguntar el origen de la saliva y su composición]

La saliva contiene un 99,4%- 99,5% de agua y el resto de sólidos. En un período de 24 horas se


secretan aproximadamente unos 1500 mL de saliva, en su mayor parte durante las comidas. La
saliva tiene un pH aproximado de 7, y a diferencia de otras secreciones es hipotónica con
respecto al plasma.
La saliva tiene dos enzimas digestivas: la lipasa salival, que es secretada por las glándulas de
la lengua y la α-amilasa salival secretada por las glándulas con función serosa (principalmente
parótidas y submaxilares). La saliva contiene además mucinas, que son glucoproteínas
lubricantes de los alimentos y protegen la mucosa bucal. También contiene IgA, como primera
defensa contra las bacterias y virus, la lactoferrina que fija el hierro y es bacteriostática, y
proteínas ricas en prolina que protegen el esmalte bucal y fijan tiocianatos tóxicos, contiene
además lisozima (muramidasa) con efecto bactericida.
Los iones fundamentales que forman parte de la saliva están: Na+, K+, Ca2+, Mg2+, HCO3-, Cl- y
PO42-.
La concentración de urea en la saliva es de aproximadamente 80% de la cifra en sangre, mientras
que el yodo se concentra hasta 100 veces el valor en la sangre y se elimina por las parótidas y las
submaxilares. La saliva que alcanza la boca es hipotónica, alcalina y rica en K+. El régimen de
alimentación, así como el tipo de alimento ingerido modifican la composición de la saliva, para las
sustancias alimenticias se secreta una saliva más densa y su volumen aumenta con los alimentos
más secos. Para las sustancias rechazables, por ejemplo los ácidos y los amargos se secreta
gran volumen de saliva líquida, pero el tipo de alimento también influye en la actividad catalítica de
la saliva. Los cambios de secreción de las glándulas salivales en función del tipo de alimento se
pueden explicar a través de la modulación de la frecuencia de impulsos en las fibras simpáticas y
parasimpáticas y por el cambio en la interacción de sus efectos sobre la secreción salival.

Desde el punto de vista mecánico, la saliva humedece la mucosa bucal y faríngea, lubricándola y
también humedece los alimentos triturados haciéndolos más fáciles de deglutir y menos agresivos
para las mucosas del resto del TGI.

La deglución es el paso del bolo alimenticio desde la cavidad bucal hacia el esófago a través de la
faringe. Tiene una primera fase voluntaria, dada por el impulso que se genera al presional la
lengua contra el paladar, y una segunda fase involuntaria dada por la contracción de músculos
faríngeos evitando el paso de alimentos hacia las fosas nasales o la laringe y promoviendo el paso
del bolo alimenticio hacia el esófago.

Esófago

El esófago es un órgano tubular que no tiene funciones de digestión, sino simplemente permite el
paso del bolo alimenticio desde la cavidad bucal hasta el estómago. Sus secreciones consisten el
moco que lubrica la mucosa para facilitar el paso. La zona del esófago el colinda con el estómago
mantiene un mayor tono que el resto de órgano, por lo que el diámetro se cierra cuando esta zona
está más contraída. Se le conoce como esfínter gastroesofágico e impide el retroceso del alimento
desde el estómago.

Procesos en el estómago.

El estómago es un ensanchamiento del tubo digestivo en forma de bolsa y su función general es


almacenar una cantidad relativamente grande de alimento. La mucosa gástrica presenta pliegues
y arrugas que le permiten estirarse a medida que aumenta el volumen de alimento sin llegar a
romperse. (Ver figura 63-6, p. 941)
La capa muscular en el estómago presenta un tercer estrato de fibras musculares conocido como
estrato oblícuo y le proporciona una mayor fuerza de la contracción peristáltica.

En presencia de alimentos se inician en la porción media del estómago contracciones débiles de


la capa muscular que se desplazan hacia el píloro aumentando su intensidad progresivamente. De
esta forma se generan anillos peristálticos que impulsan el alimento hacia el píloro. En el píloro el
estómago se estrecha hasta el diámetro del intestino (mucho menor) por lo que se dificulta el paso
del alimento hacia el duodeno, además, en la zona final del píloro existe un esfínter que ante la
llegada de la onda peristáltica se contrae reduciendo aún más la abertura. Debido a que la salida
del alimento hacia el duodeno es lenta, las contracciones peristálticas y el propio movimiento de
“rebote” del alimento hacen que este se mezcle con la secreción gástrica.

[Preguntar secreciones en el estómago y su composición.]

Composición de la secreción gástrica


Enzimas:
-Pepsinógenos (pepsinas)
Moco
Agua
Factor intrínseco
Cationes: Na+, K+, Mg2+, H+
Aniones: Cl-, H2PO4, SO42-
El pH de la secreción gástrica es de 1 a 2 (ácido) lo cual garantiza un medio adecuado para la
activación del pepsinógeno a pepsina, que tiene función proteolítica. Asimismo el medio ácido
evita la oxidación del Fe2+ a Fe3+ puesto que el segundo por ser insoluble no puede ser absorbido.
Por otra parte la secreción gástrica actúa como una potente barrera contra los microorganismos
que penetran con los alimentos.

Al mezclarse con los jugos gástricos el bolo alimenticio que inicialmente tenía una consistencia
semisólida se vuelve un líquido vizcoso de color blanquecino y turbio llamado quimo.

Vaciamiento del contenido gástrico en el duodeno.

Aunque como se explicó anteriormente, el paso del quimo desde el píloro hacia el duodeno es
lento, la onda peristáltica del estómago es lo suficientemente fuerte como para forzar la salida de
algunos mililitros de quimo. Puesto que el píloro en este caso comprime el quimo para hacerlo
salir, se le ha llamado a este proceso “bomba pilórica”.

Regulación del vaciamiento gástrico.

El vaciamiento gástrico es regulado tanto por vía nerviosa como hormonal.

Ante la llegada del alimento y la distensión de la pared gástrica, se inician reflejos locales a través
del plexo entérico y también reflejos vagales. Ambos incrementan la intensidad de las ondas
peristálticas y disminuyen el tono del esfínter pilórico.

La presencia de determinados alimentos como los productos de degradación de las carnes


estimulan la secreción de gastrina por la mucosa del antro estomacal. La gastrina tiene un potente
efecto al incrementar la secreción de jugo gástrico ácido y estimula el peristaltismo a la vez que
relajan el píloro y contraen el esfínter gastroesofágico.
Por otra parte, el reflejo enterogástrico, que se activa por la distensión o la irritación del duodeno
ante la llegada del quimo, retarda el vaciamiento. Los receptores presentes en la pared duodenal
envían señales al plexo mientérico y al tronco encefálico a través de los nervios vagos. El
resultado son señales inhibitorias que disminuyen el peristaltismo a la vez que incrementan el tono
del esfínter pilórico.

El vaciamiento gástrico es también inhibido por hormonas como la colecistocinina y la secretina.


La primera es secretada por la mucosa del yeyuno ante la presencia de grasas en el quimo y se
cree que disminuye la motilidad del estómago por competencia con la gastrina. La secretina por su
parte se secreta ante la llegada de quimo ácido al duodeno y de forma general disminuye la
motilidad gastrointeestinal.

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