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Requisitos concurrentes para que pueda tramitarse la vía ejecutiva

A fin de que una controversia pueda tramitarse por el camino de la vía ejecutiva, es
necesario que se cumplan, de manera concurrente, los requisitos que prevé el artículo
630 del Código de Procedimiento Civil:

“...Cuando el demandante presente instrumento público u otro instrumento auténtico


que pruebe clara y ciertamente la obligación el demandado de pagar alguna cantidad
líquida con plazo cumplido, o cuando acompañe vale o instrumento privado
reconocido por el deudor, el Juez examinará cuidadosamente el instrumento y si
fuere de los indicados, a solicitud del acreedor acordará inmediatamente el embargo
de bienes suficientes para cubrir la obligación y las costas prudencialmente calculadas.”

Desglosando la disposición supra reproducida, se encuentra que para seguir la


tramitación de un juicio por el procedimiento en cuestión, es menester:

1) Que exista una obligación de pagar alguna cantidad líquida y de plazo cumplido, esto
se traduce en que debe tratarse de una obligación determinada o determinable a través
de un simple cálculo aritmético y que el plazo en que la misma debía honrarse, esté
vencido.

2) Que la obligación conste de instrumento público u otro que puede ser privado
reconocido por el deudor, que pruebe clara y ciertamente dicha obligación.

El ad quem consideró que no estaban cumplidos los referidos requisitos, razón por la
cual no debía tramitarse la causa por el procedimiento de la vía ejecutiva y en
consecuencia declaró sin lugar la demanda.

Especialidad de la vía ejecutiva

La vía ejecutiva la consagra el legislador como uno de los procedimientos


especiales contenciosos y cuya especialidad, con respecto al juicio ordinario
radica en que desde que se inicia el juicio el acreedor tiene derecho al embargo
y demás actos anticipados de ejecución, con excepción del remate, para lo cual
deberá esperarse la sentencia definitivamente firme que decidirá si debe
ultimarse o no la ejecución, tramitándose ésta en cuaderno separado del
expediente del juicio principal.

Especialidad de la vía ejecutiva

A mayor abundamiento, la Sala observa que la especialidad de la vía ejecutiva consiste


en que paralelamente a la cuestión de fondo, se adelantan y substancian en cuaderno
separado, medidas de ejecución: embargo de bienes, publicación de carteles,
justiprecios, fianzas destinadas a lograr la ejecución anticipada. Por tanto, los vicios o
errores en que se incurra en alguno de los dos procedimientos, que marchan desligados,
no afectan al otro; se corrigen separadamente como si se tratara de litigios distintos. Las
incidencias surgidas en el expediente sobre la cuestión de fondo (pruebas, tercerías,
apelaciones, recursos de hecho), nada tienen que ver con las actuaciones habidas en el
cuaderno de ejecución y viceversa. Por consiguiente, si en el procedimiento de la vía
ejecutiva hay oposición, se siguen dos tramitaciones paralelas, la del juicio ordinario y
la de ejecución, por lo que mal podría el Juez pronunciarse sobre una oposición
formulada en un procedimiento sustanciado de manera separada al principal.

Artículo 631

Para preparar la vía ejecutiva puede pedir el acreedor, ante cualquier Juez del domicilio
del deudor o del lugar donde se encuentre éste, el reconocimiento de su firma extendida
en instrumento privado, y el Juez le ordenará que declare sobre la petición.

La resistencia del deudor a contestar afirmativa o negativamente dará fuerza ejecutiva al


instrumento. También producirá el mismo efecto la falta de comparecencia del deudor a
la citación que con tal objeto se le haga; y en dicha citación deberá especificarse
circunstanciadamente el instrumento sobre que verse el reconocimiento.

Si el instrumento no fuere reconocido, podrá el acreedor usar de su derecho en juicio.

Si fuere tachado de falso, se seguirá el juicio correspondiente si el Tribunal fuere


competente, y de no serlo, se pasarán los autos al que lo sea.

Artículo 632

Cuando los bienes embargados no estén hipotecados para el pago que se reclame, podrá
el acreedor pedir el embargo de otros bienes del deudor, y en este caso quedarán libres
de embargo los que se hayan embargado antes, si del justiprecio de los últimos resultare
que éstos son suficientes para cubrir la deuda y los gastos de la cobranza. Podrá también
pedirse el embargo de otros bienes, si del justiprecio de los embargados resultaren no
ser bastantes para el pago del todo.

Artículo 633

En cualquier estado de la demanda quedarán libres de embargo los bienes del deudor, si
éste presentare garantía suficiente que llene los extremos del artículo 590.

SPA 10-3-98

El embargo en la vía ejecutiva

La Sala, en consecuencia, al admitir la reconvención no anuló el auto de admisión de la


demanda dictado por el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil del Estado
Aragua, ni mucho menos repuso el juicio al estado en que se admitiera nuevamente la
demanda, pues tal admisión y lo proveido en dicho auto, fue efectuada por el tribunal
que tenla competencia para ello. En tal virtud, el auto de admisión de la demanda, que
previó pronunciarse por auto separado sobre la solicitud de medidas de embargo y
prohibición de enajenar y gravar, conserva toda su vigencia y así debe forzosamente
declararlo la Sala. Así se establece.

Por otra parte, el tribunal de origen, en ejecución del auto de admisión, dictó las
medidas cautelares el 9 de octubre de 1990, y en tal sentido ofició al Registrador
Subalterno correspondiente en relación a la medida de enajenar y gravar y al Juzgado
del Distrito Zamora del Estado Miranda lo comisionó para la práctica de la medida de
embargo. A juicio de la Sala, las medidas acordadas por el tribunal competente para
ello en ese momento, no han sido anuladas por esta Sala, pues –se reitera– asumió la
competencia de las acciones conexas que se ventilan en este juicio sólo desde que
aceptó la competencia para conocer y decidir la admisión de la reconvención. En tal
virtud, las medidas cautelares dictadas en ejecución del auto de admisión de la de-
manda, continúan vigentes.

Con relación a que la Sala por sentencia del 3 de marzo de 1994 anuló todo lo actuado
con posterioridad a la promoción de pruebas formulada por la empresa codemandada
Construcciones Silvestre Veroes S.N.C., y que por ello las medidas cautelares acordadas
no estarían vigentes –como alega el opositor– se observa, por el contrario, que el fallo
de la Sala es explícito en cuanto al estado en que repone la causa, que es el de
promoción de pruebas de una de las codemandadas y no al auto de admisión, ni al de
decidir sobre medidas cautelares y ni siquiera al acto de contestación de ninguno de los
demandados, por lo que se reitera la vigencia de las medidas acordadas por el tribunal
de origen. Así se decide.

Alega el opositor -y codemandado como fiador solidario en este juicio- que "hubo
perención de derecho de las mismas" (las medidas) debido a que la contraparte no
hiciese (síc) uso del derecho de la vía ejecutiva solicitada". Al respecto, la Sala observa:

El auto del tribunal de origen de fecha 9 de octubre de mil novecientos noventa, decretó
medida de embargo ejecutivo sobre bienes de los codemandados con base en el artículo
630 del Código de Procedimiento Civil el cual es del tenor siguiente:

“Cuando el demandante presente instrumento público u otro instrumento auténtico que


pruebe clara y ciertamente la obligación del demandado de pagar alguna cantidad
líquida con plazo cumplido; o cuando acompañe vale o instrumento privado reconocido,
. el juez examinará cuidadosamente el instrumento y si fuere de los indicados, a
solicitud del acreedor acordará inmediatamente el embargo de bienes suficientes para
cubrir la obligación y las costas, prudentemente calculadas".

Ahora bien, la transcrita norma no contiene mandato alguno a cargo del solicitante de la
medida con respecto al momento en que deba impulsar procesalmente la práctica
material de la medida de embargo. Por el contrario, el artículo 634 ejusdem dispone que
decretado el embargo se procederá con relación a los bienes hasta el estado en que
deban sacarse a remate las cosas embargadas, y en este estado se suspenderá el
procedimiento ejecutivo hasta que haya una sentencia firme en el procedimiento
ordinario. De tal manera que no puede haber "perención" de las medidas acordadas si el
embargo aún no ha sido practicado.

La suspensión de ese embargo

Igualmente, debe advertir la Sala que la suspensión del embargo sólo procede al
momento de practicarse éste o si después de practicado un tercero se presenta alegando
ser el tenedor legítimo de la cosa embargada y con prueba fehaciente de la propiedad de
la cosa embargada por un acto jurídico válido (articulo 546 del Código de
Procedimiento Civil); o si después de practicado el embargo, transcurren más de tres
meses sin que el ejecutante impulse la ejecución (artículo 547 ejusdem); o si el deudor
presentase garantía suficiente que cumpla los mismos extremos exigidos a un solicitante
de embargo que no llene los requisitos de ley para que se le acuerde la medida.
(artículos 633 y 590 del código adjetivo). Como se observa, en ninguno de los
supuestos legales referidos se contempla la posibilidad que el decreto de embargo pueda
ser suspendido sin haberse practicado, por lo que forzoso es reiterar la vigencia del de-
creto de fecha 9 de octubre de 1990 emanado del Juzgado Segundo de Primera Instancia
en lo Civil y Mercantil del Estado Aragua y, asumida como ha sido la competencia de la
Sala para conocer y decidir tanto de la demanda como de la reconvención en este juicio,
resulta procedente que el Juzgado de Sustanciación de esta Sala provea lo conducente
para la práctica de las medidas de embargo decretadas. Así se decide.

Artículo 634

Decretado el embargo de los bienes se procederá respecto de éstos con arreglo a lo


dispuesto en el Título IV, Libro Segundo, hasta el estado en que deban sacarse a remate
las cosas embargadas; y en este estado se suspenderá el procedimiento ejecutivo hasta
que haya una sentencia definitivamente firme en el procedimiento ordinario.

Si en virtud de ella hubiere de procederse al remate, se anunciará éste con tres (3) días
de anticipación, aunque se hayan dado los tres avisos que ordena el Título expresado.

SCC 20-1-04

Ponencia del Magistrado Antonio Ramírez Jiménez. Exp. Nº 03-1111, dec. Nº 14:

El medio de impugnación del embargo ejecutivo es la apelación del decreto

En el caso de autos, esta Sala observa que la decisión contra la cual se anunció y negó el
recurso de casación, fue la dictada en fecha 10 de octubre de 2003 por el Juzgado
Superior en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y Menores de la Circunscripción Judicial
del estado Trujillo, que resolvió sobre la apelación interpuesta por el demandante contra
la decisión dictada en fecha 1º de julio de 2003 por el tribunal a quo, que declaró
improcedente la oposición formulada por la demandada, contra el decreto de embargo
ejecutivo dictado por ese mismo órgano jurisdiccional en fecha 22 de mayo de 2003, en
dicha decisión se señaló que tratándose de una medida de embargo ejecutiva, la misma
no podía ser impugnada por la parte contra quien obre la medida con fundamento en el
artículo 546 del Código de Procedimiento Civil, por cuanto la referida norma consagra
el procedimiento de oposición sólo para los terceros, a los fines de que puedan hacer
valer sus derechos sobre la cosa objeto del embargo y la misma no prevé la oposición de
parte. Igualmente sostuvo el tribunal a quo, que la demandada recurrente formuló
oposición a la precitada medida ejecutiva, con fundamento en el artículo 602 del Código
de Procedimiento Civil, argumentando que el presente caso, no se cumplieron con los
requisitos a que se refiere la citada disposición, en virtud de que no existe ninguna
cantidad líquida ni exigible, alegato que a juicio del sentenciador, no debió formular por
la vía de la oposición, por cuanto el medio procesal apropiado de que disponía la parte
contra quien obró la medida ejecutiva, para impugnar la medida de embargo ejecutivo
decretada, era el recurso procesal de apelación contra el auto de admisión de la
demanda, recurso este que si bien es cierto en la ley adjetiva no se prevé la posibilidad
de su ejercicio, no es menos cierto que conforme a la jurisprudencia reiterada por este
Máximo Tribunal, es procedente, razón por la que declaró sin lugar la apelación contra
el auto que declaró sin lugar la apelación y, en consecuencia, improcedente oposición
formulada.

De lo anterior, observa la Sala que la vía ejecutiva, tal como está desarrollada en nuestra
sistemática procesal, requiere de un instrumento puramente ejecutivo, ya sea público o
auténtico, que pruebe fehacientemente la obligación del demandado de pagar alguna
cantidad líquida o exigible de plazo vencido, así, optar por el procedimiento por
intimación es una facultad del demandante, que pretende hacer valer su título ejecutivo,
en forma más expedita, así el embargo que se decreta en la vía ejecutiva es ejecutivo y
no preventivo, razón por la que no procede la oposición del deudor, así lo ha
determinado la doctrina patria sobre la materia, al señalar:

“...En el embargo ejecutivo no cabe oposición de parte, pero sí oposición de tercero a


tenor del Artículo (sic) 546 del Código de Procedimiento Civil; pues la oposición
prevista para la Parte (sic) está consagrada en el artículo 602 del Código de
Procedimiento Civil, la cual debe fundamentarse sobre vicios formales como son el
incumplimiento de los requisitos legales, o insuficiencia de la prueba o las pruebas
para decretar la medida, o, bien sobre la ilegalidad en la ejecución, impugnación de
avalúo, etc. Para los terceros, como queda dicho existe la oposición de terceros
consagrada en el artículo 546 del Código de Procedimiento Civil en la cual dicho
tercero debe probar la propiedad de la cosa cautelada con prueba fehaciente de ese
derecho por acto jurídico válido, su tenencia legítima y que la cosa cautelada se
encuentra realmente en poder de dicho tercero. En esta dirección se pronunció nuestra
Casación (sic) en sentencia del 31 de mayo de 1989. La fehaciencia (haciendo fe) de
una prueba significa que la prueba por sí misma, sin depender de otra, es suficiente...”.
(Jiménez Salas, Simón. Medidas Cautelares. Kelran Editores, C.A., Caracas, 1999. Pág.
239). (Negrillas y subrayado de la Sala).

En otro criterio doctrinario, se puntualizó:

“...La conclusión práctica a la que podemos llegar es que, aquel acreedor que tenga un
instrumento público o auténtico, que pruebe clara y ciertamente la obligación del
demandado de pagar alguna cantidad líquida con plazo cumplido, para escoger entre
la vía ejecutiva o el procedimiento por intimación para hacer efectivo su derecho.

La utilización del procedimiento por intimación es una facultad del acreedor, que
pretende obtener el título ejecutivo más rápidamente y en forma especial, y que está
sujeta a la no oposición por parte del deudor...”. (Álvarez, Tulio Alberto. Procesos
Civiles Especiales Contenciosos. Editora Anexo 1, C.A., Caracas, 2000. Págs. 193-194).
(Negrillas y subrayado de la Sala).

Definición de la vía ejecutiva

La vía ejecutiva constituye un procedimiento especial en el cual, por estar sustentada la


acción del demandante con instrumentos públicos y auténticos, se procede a apremiar al
demandado, embargando ejecutiva y no preventivamente sus bienes, para que cumpla
con la obligación que se le exige. Además es un procedimiento ejecutivo, distinto al
procedimiento ordinario, que se detiene después de realizado el embargo, carteles,
publicación y justiprecio, previa la citación del demandado para la contestación a la
demanda y demás actos procesales hasta tanto se profiera sentencia definitivamente
firme.

El Legislador optó por la suspensión del procedimiento ejecutivo hasta tanto se dicte
sentencia definitiva en el procedimiento ordinario, a objeto de evitar causar al
demandado un gravamen irreparable, en caso de que la sentencia del procedimiento
ordinario sea adversa al demandante, y por esta razón, no previó recurso alguno a
instancia de parte contra tales decisiones en dicho procedimiento.

No hay casación contra la decisión que declara sin lugar la apelación del decreto de
embargo

Ahora bien, con respecto a las medidas de embargo ejecutivo, el artículo 634 del Código
de Procedimiento Civil, dispone:

“Decretado el embargo de bienes se procederá respectos de éstos con arreglo a lo


dispuesto en el Título IV, Libro Segundo, hasta el estado en que deban sacarse a remate
la cosas embargadas; y en este estado se suspenderá el procedimiento ejecutivo hasta
que haya sentencia definitivamente firme en el procedimiento ordinario...”.

De todo lo anterior se infiere que la sentencia recurrida constituye una decisión


interlocutoria que no pone fin al juicio ni impide su continuación, ya que al declarar sin
lugar la apelación interpuesta por la demandante contra la decisión que negó la
apelación de la medida de embargo ejecutivo decretada por el a quo, conforme a lo
dispuesto en el artículo 634 de la ley adjetiva, citado ut supra, la ejecución de la referida
medida había quedado en suspenso, es decir, supeditada a la decisión definitiva en el
procedimiento ordinario. Por tanto, la decisión impugnada no tiene acceso a la casación
en forma inmediata sino diferida, una vez se dicte la decisión definitiva en el
procedimiento ordinario; además de no estar amparada por los supuestos doctrinarios
sobre medidas preventivas precisamente por tratarse de un proceso ejecutivo.

Artículo 635

Cuando los bienes embargados estuvieren hipotecados para el pago del crédito
demandado, el acreedor tendrá derecho a que el remate se lleve a cabo y se haga
efectivo con su precio el pago de su acreencia, sin esperar la sentencia definitiva que se
libre en el juicio, con tal de que dé caución o garantía de las previstas en el artículo 590
de este Código, para responder de lo que en definitiva se declare en favor del deudor,
respecto del crédito de que el acreedor se haya hecho pago. EL Juez será responsable, si
la caución dada resultare después insuficiente.

Artículo 636

Todo cuanto se practicare en virtud del decreto de embargo, las diligencias para
anunciar la venta de los bienes embargados, las que sean necesarias para el justiprecio
de ellos y cualquier otra que tenga relación con el embargo y venta de dichos bienes,
formarán un cuaderno separado que principiará con el expresado decreto.
Artículo 637

Las diligencias de embargo de bienes y todo lo demás que sea consiguiente a este
procedimiento especial no suspenderán ni alterarán el curso ordinario de la causa, sino
que, conforme a lo prevenido para todos los juicios, las partes podrán probar al mismo
tiempo lo que les convenga, y sus pruebas se pondrán en el cuaderno de la demanda,
observándose los mismos trámites y términos establecidos para el procedimiento
ordinario.

14-12-93.

Ponencia del Magistrado Carlos Trejo Padilla. SOCIEDAD FINANCIERA DE


OCCIDENTE, C.A. Y OTRA ALUMINIOS DE OCCIDENTE C.A. (ALDOCA).

"El procedimiento de la vía ejecutiva opera como la anticipación de la fase de ejecución


e la sentencia, en virtud de la presentación por el actor de un documento público u otro
instrumento auténtico que pruebe clara y ciertamente la obligación del demandado de
pagar alguna cantidad líquida con plazo cumplido, o cuando acompañe vale o
instrumento privado reconocido por el deudor.

Entre nosotros, como dice Borjas, sólo hay la vía ejecutiva (en la actualidad existe
además la vía intimatoria), esto es, un procedimiento anexo y paralelo al ordinario, en
que para seguridad del acreedor, desde que éste instaura su acción se procede como si
ya hubiese recaído sentencia ejecutoriada contra el deudor, continuándose la ejecución
hasta el estado de sacarse a remate los bienes depositados y deteniéndose allí hasta que,
según lo disponga la sentencia definitivamente firme que se dicte en el procedimiento
ordinario paralelo deba ultimarse o no la ejecución.

El decreto que abre la vía ejecutiva es dictado luego de un proceso de cognición sumaria
que el Juez realiza del título que le está presentando el actor. Los extremos estructurales
de procedencia de la vía ejecutiva, se analizan y se determinan sin contención de la
parte contra quien se ejerce la pretensión, por lo que se evidencia que la fuerza del
decreto no es definitiva, en vista de que el destinatario tendrá derecho a objetarlo y
obtener eventualmente su revocatoria.

No ha prevenido el legislador un procedimiento especial para la sustanciación de los


reparos que el demandado formule al decreto de embargo en la vía ejecutiva, que sí
existe para las medidas cautelares, por lo tanto como lo ha establecido este Alto
Tribunal, el medio de gravamen a la orden del interesado será el recurso de apelación.

Es claro, como lo explica Moros Puentes, en su obra "La Vía Ejecutiva en el Derecho
Procesal Civil", Ediciones Fabretón, páginas 104 y 105, Caracas 1979, que "la facultad
de apelar el auto que decretó la medida no puede tratar de lograr un procedimiento sobre
la validez del título que la motivó, ya que ésta vendría a ser materia del juicio ordinario
de cognición que se sigue paralelo. Luego cuando no se cuestiona la aptitud o mérito del
título para hacer procedente la medida, puede y debe el Juez examinar el planteamiento
sin temor a que una decisión adversa al presentante del título equivalga a dar por
terminada la litis".
Por lo tanto, la parte contra quien obra el decreto de embargo en la vía ejecutiva, se
impugna por la vía de apelación, haciendo valer ante el Juez de la alzada todos aquellos
elementos que lo vicien, sea en la forma o en el fondo.

La posibilidad de excepcionarse contra el decreto que da apertura a la vía ejecutiva, está


en concordancia con lo previsto en los artículo 636 y 637 del Código de Procedimiento
Civil, donde se establece la autonomía de cuadernos, pues como explica Borjas, "los dos
procedimientos (el principal ordinario y el de la vía ejecutiva) se siguen separadamente
y para nada influyen en el ejecutivo las peripecias del principal". Concluye el autor, que
"esta separación de expedientes es de palpable conveniencia, no sólo para evitar
embarazos y complicaciones, sino de necesidad, pues cualquier apelación que debiera
ser oída libremente en el pleito o que fuera intentada maliciosamente por el deudor
bastaría a detener el curso de las medidas de ejecución por hacerse menester la remisión
del expediente a la superioridad respectiva".

Ha establecido el legislador como medio de excepción contra el decreto de la vía


ejecutiva, una prescripción especial para hacer uso de ella, esto es, de conformidad con
el artículo 1977 del Código Civil, que el derecho "para hacer uso de la vía ejecutiva" se
prescribe por diez (10) años, prescripción cuya declaratoria no implicaría
prejuzgamiento sobre la prescripción de la acción, pues son dos instituciones distintas.
(...)

(...) La vía ejecutiva, como ya se indicó, es característicamente un procedimiento in


executivis dentro del juicio ordinario, del cual se diferencia porque en ella son
procedentes de inmediato medidas ejecutivas sobre los bienes del deudor antes de la
sentencia. Pero, cosa distinta son el procedimiento inicial ejecutivo y la fase de
ejecución de la sentencia con las incidencias que ella posibilita.

En este sentido, el ataque contra el auto que abre la vía ejecutiva se ejerce mediante el
recurso de apelación, pues, como ya lo ha decidido esta Sala en sentencia del 10 de
noviembre de 1983, publicada en Ramírez & Garay, Tomo LXXXXIV, 4° Trimestre de
1983, páginas 388:

"El decreto de embargo ejecutivo, en la vía ejecutiva, es una interlocutoria que causa
gravamen irreparable por la definitiva que llegare a dictarse en el proceso de
conocimiento, ya que sustanciándose éste en forma separada y desvinculada del proceso
ejecutivo, la decisión que recaiga sobre la procedencia o no de la acción en nada podrán
influir sobre el gravamen que haya producido la referida meida ejecutiva, tanto más
cuanto que en el procedimiento de la vía ejecutiva no existe disposición especial que
niegue la apelación en este caso".

Confunde el recurrente aspectos básicos sobre los distintos tipos de prescripción


contenidos en el artículo 1977 del Código Civil, esto es, que pretende equiparar los
efectos de la oposición de la prescripción de la ejecutoria, con la oposición de la
prescripción del derecho a hacer uso de la vía ejecutiva.

Por la primera, se extingue el derecho a ejecutar el mandato contenido en una sentencia


firme; y, por la segunda, se extingue el derecho de aprovecharse del procedimiento
especial con las ventajas procesales que ello implica.
Mal puede entonces equipararse la oposición de la prescripción de la ejecución a la
oposición de la prescripción del derecho a hacer uso de la vía ejecutiva, pues en la
primera, estamos en fase de ejecución de la sentencia firme; y, en la segunda, ante una
anticipación de la fase de ejecución de una decisión que no se ha dictado todavía, figura
que se permite por la confianza que el sistema procesal le otorga al título ejecutivo.

Siendo consecuentes con la doctrina que antecede y, en particular, aquélla que sostiene
que la apelación es el recurso idóneo para controvertir el auto que ordena la apertura del
procedimiento especial, es impretermitible concluir que el debate se entablará ante el
tribunal de alzada, y no por ello se lesionará el principio de la doble instancia.

El principio de la doble instancia, esto es, la posibilidad que tienen las partes de acudir
ante otro Juez, ordinariamente el Superior, a fin de que revise lo decidido por el inferior,
es materia de orden público, en tanto en cuanto se lesione por el juez la norma que
otorga al recurrente la posibilidad de recurrir. En el caso de la vía ejecutiva el actor
cuenta con una ventaja inicial, pues el decreto de embargo se dicta inaudita altera pars,
sin que por ello se entienda lesionado el derecho a la defensa del destinatario del
embargo, quien tendrá la oportunidad que, mediante recurso de apelación -y hasta de
casación- se revise lo decidido por el tribunal de la causa, y será ante la alzada donde
ambas partes, en verdadera situación de igualdad procesal, controviertan la procedencia
o no de la vía ejecutiva."

Artículo 638

La parte totalmente vencida en la vía ejecutiva será condenada al pago de las costas, de
conformidad con lo previsto en el Título VI, Libro Primero de este Código.

Artículo 639

Cuando el acreedor hipotecario hubiere sido pagado antes de la sentencia definitiva con
el precio del remate de la cosa hipotecada y en dicha sentencia se resolviere que no tiene
el acreedor el derecho que hizo efectivo o que se excedió en su reclamación o cobro, en
la misma sentencia se establecerá la responsabilidad en que hubiere incurrido, y la
ejecución de la definitiva abrazará también esa responsabilidad.

Si el deudor pretendiere que el remate indicado le ha ocasionado otros perjuicios, podrá


reclamarlos por el procedimiento ordinario.

Artículo 665

La ejecución de las obligaciones garantizadas con hipoteca que no llene los extremos
requeridos en el artículo 661 de este Capítulo, se llevará a cabo mediante el
procedimiento de la vía ejecutiva.

Cuando no se lograre la intimación personal del deudor o del tercero poseedor, dicha
intimación se practicará en la forma prevista en el artículo 650 de este Código.

SCC 21-6-03

Ponencia del Magistrado Franklin Arrieche G. Exp. Nº 02-358, dec. Nº 422:


Inadmisible solicitud de ejecución de hipoteca tramitada mediante vía ejecutiva

El crédito concedido por el Banco Principal a Venmetal C.A., fue garantizado con
hipoteca mobiliaria e hipoteca convencional de primer grado, ésta última sobre un
inmueble constituido por un terreno y las edificaciones y construcciones existentes en
éste.

El artículo 660 del Código de Procedimiento Civil establece lo siguiente:

“La obligación de pagar una cantidad de dinero garantizada con hipoteca, se hará
efectiva mediante el procedimiento de ejecución de hipoteca establecido en el presente
capítulo”.

La norma citada consagra el principio de que la obligación garantizada con hipoteca se


hará efectiva por medio del procedimiento de ejecución de hipoteca. Este principio tiene
una excepción contemplada en el artículo 665 del Código de Procedimiento Civil, a
saber:

“La ejecución de las obligaciones garantizadas con hipoteca que no llene los extremos
requeridos en el artículo 661 de este capítulo, se llevará a cabo mediante el
procedimiento de la vía ejecutiva”.

En sentencia No. 398 de fecha 3 de diciembre de 2001, en el juicio de Sofitasa C.A


contra Israel Colmenares Sánchez y otros, esta Sala estableció lo siguiente:

“...Sostiene el formalizante que la recurrida no se pronunció sobre lo alegado en la


contestación de la demanda, en relación con los extremos requeridos que faltan en el
título hipotecario para desplazar el procedimiento de ejecución de hipoteca hacia la vía
ejecutiva, no señalado por el actor en su libelo de demanda tal como lo exige el artículo
661 del Código de Procedimiento Civil

La Sala observa del estudio de la recurrida, que en el actual sistema, tal forma de
proceder no se corresponde con el mandato contenido en el artículo 660 del Código de
Procedimiento Civil, el que en forma imperativa ordena que el demandante de un
crédito garantizado con hipoteca, debe acudir al especial procedimiento de Ejecución de
Hipoteca a los fines de su reclamación, sin que pueda escoger entre ese procedimiento y
el de la vía ejecutiva, al que tan solo podrá acceder en forma excepcional, cuando no se
llenen los requisitos exigidos en el artículo 661 eiusdem, tal como lo señala el artículo
665 ibidem, lo que debe ser justificado por el demandante. De acuerdo como quedó
establecido en sentencia de fecha 5 de abril de 2000, (caso Banco Capital C.A. contra
Distribuidora Barqui Burguer S.R.L.,).

Por tanto, el procedimiento especial de “Ejecución de Hipoteca” es exclusivo y


excluyente, pues el demandante de un crédito garantizado con hipoteca debe acudir a
este procedimiento especial a los fines de su reclamación y, el procedimiento por la
“Vía Ejecutiva” es residual porque tan sólo podrá acceder en forma excepcional cuando
no llene los requisitos exigidos en el artículo 661 del Código de Procedimiento Civil”.
(Negrillas y subrayado de la Sala).
En el presente caso, la pretensión planteada por la parte actora contraviene lo estatuido
en el artículo 660 del Código de Procedimiento Civil, norma que expresamente señala
que el procedimiento de ejecución de hipoteca es la vía para el cobro de un crédito
garantizado con hipoteca.

Por tanto, lo demandado por la parte actora en el presente juicio no podía ser tramitado
a través de la vía ejecutiva, pues el artículo 660 del mencionado Código, es exclusivo y
excluyente para intentar tal reclamación.

La recurrida, al admitir por la vía ejecutiva el cobro de un crédito garantizado con


hipoteca, infringió el artículo 7 del Código de Procedimiento Civil, el cual establece
que: “...Los actos procesales se realizarán en la forma prevista en este Código y en las
leyes especiales...”

Todas estas razones conducen a la Sala a declarar infringidos los artículos 660 y 7 del
Código de Procedimiento Civil, y en consecuencia, a casar de oficio y sin reenvío el
fallo recurrido, pues siendo inadmisible la demanda planteada a través de la vía
ejecutiva, es innecesario un nuevo pronunciamiento sobre el fondo.

Por este motivo, en el dispositivo de este fallo se declarará inadmisible la demanda


incoada por el Banco Principal S.A.C.A., contra Venmetal C.A. y Juan Benito Jiménez,
anulándose en consecuencia, el auto de admisión de fecha 11 de octubre de 1993
proferido por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil de la
Circunscripción Judicial del estado Aragua, así como todas las actuaciones posteriores
al mismo. Así se resuelve.

SCC 5-4-0

Ponencia del Magistrado Antonio Ramírez Jiménez. Exp. Nº 99-812, dec. Nº 93:

Carácter supletorio de la vía ejecutiva

De la revisión de las actas procesales se evidencia que la parte actora, en el propio


libelo de demanda, alegó que el crédito reclamado se encontraba garantizado con
hipoteca y, sin embargo, solicitó la tramitación del procedimiento de acuerdo a las
reglas de la “Vía Ejecutiva”, lo que así fue acordado por el a quo.

Tal forma de proceder no se corresponde con el mandato contenido en el artículo 660


del Código de Procedimiento Civil, el que en forma imperativa ordena que la obligación
garantizada con hipoteca se haga efectiva mediante el procedimiento de “Ejecución de
Hipoteca”, pudiendo el acreedor, tan solo en forma subsidiaria, acudir a la “Vía
Ejecutiva”, cuando no se llenen los requisitos exigidos en el artículo 661 del mismo
Código, tal como lo señala el artículo 665 eiusdem, lo que en tal caso, deberá
justificarse por el demandante.

De esta manera, el vigente Código de Procedimiento Civil se apartó de la facultad que el


artículo 537 del código derogado concedía al demandante, según el cual:

“El acreedor hipotecario podrá optar entre este procedimiento y el de la vía ejecutiva”.
Por tanto, en el actual sistema, el demandante de un crédito garantizado con hipoteca,
debe acudir al especial procedimiento de “Ejecución de Hipoteca” a los fines de su
reclamación, sin que pueda escoger entre ese procedimiento y el de la “Vía Ejecutiva”,
como lo permitía el Código derogado, al que tan sólo podrá acceder en la forma
excepcional antes indicada.

En el caso concreto, el a quo ha debido advertir que el crédito demandado, según se


alegó en el propio libelo de demanda, se encontraba garantizado con hipoteca, por lo
que, tratándose de un procedimiento especial contencioso ejecutivo, en el que el juez
debe examinar cuidadosamente los requisitos de admisibilidad del mismo, lo
conducente era negar la solicitud de que el procedimiento se siguiera por una
tramitación distinta al procedimiento de “Ejecución de Hipoteca”.

La falta antes señalada tampoco fue advertida por el ad quem, por lo que la Sala, en
ejercicio de su potestad disciplinaria, advierte a los jueces de instancia que han actuado
en el presente juicio de la misma y los apercibe de no repetirla nuevamente, pues no le
es dable a las partes, ni al órgano jurisdiccional, subvertir las formas procesales que el
legislador ha establecido para la tramitación de los juicios.

No obstante lo antes expuesto, la Sala considera que, comoquiera que el juicio se


tramitó de acuerdo a las reglas del procedimiento ordinario, por remisión expresa que a
él hace el procedimiento de la “Vía Ejecutiva”, el que confiere mayores lapsos y
posibilidades de alegatos, no se causó indefensión a las partes, por lo que sería inútil
una reposición al estado de corregirse el vicio detectado. Así se decide.-

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