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MONOGRAFÍA DEL HIDROGENO

ÍNDICE

RESUMEN

INTRODUCCIÓN

ESTADO NATURAL Y ABUNDANCIA

PROPIEDADES

EL HIDROGENO COMO COMBUSTIBLE PARA TRANSPORTE

COMPUESTOS DE HIDROGENO

MÉTODOS DE OBTENCIÓN

ANTE UNA NUEVA ENERGÍA, PROBLEMAS Y ESTUDIOS

INSTAURACIÓN DE LA ECONOMÍA DEL HIDROGENO

CONCLUSION

1
Contenido
FUENTES DE INFORMACION ................................................................................................... 3
RESUMEN ..................................................................................................................................... 5
INTRODUCCION .......................................................................................................................... 7
ESTADO NATURAL Y ABUNDANCIA ..................................................................................... 9
4.1 Hidrógeno a partir de combustibles fósiles. .......................................................................... 9
PROPIEDADES ........................................................................................................................... 10
5.2 Propiedades del hidrógeno líquido...................................................................................... 11
5.3 Propiedades del hidrógeno como combustible ................................................................... 12
El hidrogeno como combustible para el transporte................................................................... 14
COMPUESTOS DE HIDROGENO ............................................................................................. 16
METODOS DE OBTENCION ..................................................................................................... 16
INSTAURACION DE LA ECONOMIA DEL HIDROGENO .................................................... 32
CONCLUSION ............................................................................................................................. 37
FUENTES DE INFORMACION

El hidrogeno, fundamento de un futuro equilibrado, Mario Aguer Hortal

Manual para el desarrollo de competencias de investigación formativa

Brown, Theodore L. Quimica, La ciencia central. Editorial Hachette Latinoamerica

Rayner, Canham, Geoff. Quimica inorgánica descriptiva, Editorial Pearson Education


RESUMEN

El hidrógeno es el elemento químico más ligero de la tabla periódica. Es muy abundante en

la naturaleza, pero no en estado libre. Habitualmente, se encuentra asociado a otras estructuras

(hidrocarburos, agua, materia orgánica), por lo que para su obtención es necesario un proceso

previo.

Una vez en estado puro, el hidrógeno puede almacenarse y ser utilizado posteriormente para

generar energía térmica o eléctrica cuando se requiera. Por esta razón, se le denomina vector

energético.

El hidrógeno es un gas combustible que reacciona fácilmente con oxígeno, desprendiendo

únicamente vapor de agua. Actualmente, la mayor parte del hidrógeno que se produce a nivel

mundial se obtiene a partir de combustibles fósiles, proceso que genera la emisión de dióxido de

carbono. Otro proceso muy conocido es la obtención de hidrógeno mediante la electrólisis del

agua.

Este proceso requiere energía eléctrica, y produce dos gases limpios: hidrógeno y oxígeno.

La manera más sostenible de emplear el hidrógeno como fuente de energía es obtenerlo a partir

de fuentes renovables, como la energía solar, la energía eólica, biomasa, etc. De este modo, se

reduce la dependencia de los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural,

principalmente), y se evita la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera.

En este documento, se realiza un breve repaso de las diferentes tecnologías de producción y

almacenamiento de hidrógeno. A continuación se muestran diferentes situaciones existentes en

las empresas de fabricación de gránulo atomizado y baldosas cerámicas, desde el punto de vista
de los consumos de energía, con vistas a analizar las posibilidades de incorporar las

tecnologías del hidrógeno a las instalaciones.

Finalmente se analizan las posibilidades de utilizar hidrógeno como fuente de energía

térmica en los quemadores de las diferentes máquinas térmicas utilizadas en el proceso de

obtención de baldosas cerámicas,


INTRODUCCION

El hidrógeno es un elemento químico representado por el símbolo H y con un número

atómico de 1. En condiciones normales de presión y temperatura, es un gas diatómico (H2 )

incoloro, inodoro, insípido, no metálico y altamente inflamable. Con una masa atómica de

1,00794 u, el hidrógeno es el elemento químico más ligero y es, también, el elemento más

abundante, constituyendo aproximadamente el 75% de la materia visible del universo. Se

encuentra en abundancia en las estrellas y en los planetas gigantes gaseosos. En combinación

con otros elementos se encuentra ampliamente distribuido en la Tierra, en donde el compuesto

más abundante e importante del hidrógeno es el agua, H2O. El hidrógeno se halla en todos los

componentes de la materia viva y de muchos minerales. También es parte esencial de todos los

hidrocarburos y de una gran variedad de otras sustancias orgánicas. Todos los ácidos contienen

hidrógeno; una de las características que define a los ácidos es su disociación en una

disolución, produciendo iones hidrógeno. Sin embargo, en la atmósfera terrestre se encuentra en

tan sólo una fracción de 1 ppm en volumen.

La palabra hidrógeno puede referirse tanto al elemento atómico, como a la molécula

diatómica (H2 ) que se encuentra en trazas en la atmósfera terrestre. Los químicos tienden a

referirse a esta molécula como dihidrógeno, molécula de hidrógeno, o hidrógeno diatómico,

para distinguirla del elemento. Sus puntos de ebullición y fusión son los más bajos de todas las

sustancias, a excepción del helio. Su punto de fusión es de -259,2 °C y su punto de ebullición de

-252,77 °C. A 0 °C y bajo 1 atmósfera de presión tiene una densidad de 0,089 g/l. Su masa

atómica es 1,007. El hidrógeno líquido, obtenido por primera vez por el químico británico

James Dewar en 1898, es incoloro (excepto en capas gruesas, que tienen un aspecto azul pálido)
y tiene una densidad relativa de 0,070. Si se deja evaporar rápidamente bajo poca presión se

congela transformándose en un sólido incoloro.

Figura 1 El vehiculo hibrido electrico DELFIN 2


ESTADO NATURAL Y ABUNDANCIA

4.1 Hidrógeno a partir de combustibles fósiles.

Los procesos de obtención de hidrógeno a partir de combustibles fósiles se basan en la

generación de un “gas de síntesis”, que es una mezcla de CO e H2. Tras esta primera etapa, se

elimina el CO de la mezcla. Estos procesos son, principalmente, dos: reformado con vapor

(steam reforming) y oxidación parcial (partial oxidation). El proceso de reformado con vapor se

realiza, mayoritariamente, con gas natural. El proceso consiste en una conversión catalítica del

hidrocarburo en presencia de vapor de agua sobrecalentado. La reacción es endotérmica, y se

produce a unos 900 ºC y una presión de 20 bar.

Hidrógeno a partir de combustibles fósiles. Los procesos de obtención de hidrógeno a partir

de combustibles fósiles se basan en la generación de un “gas de síntesis”, que es una mezcla de

CO e H2. Tras esta primera etapa, se elimina el CO de la mezcla. Estos procesos son,

principalmente, dos: reformado con vapor (steam reforming) y oxidación parcial (partial

oxidation).

El proceso de reformado con vapor se realiza, mayoritariamente, con gas natural. El proceso

consiste en una conversión catalítica del hidrocarburo en presencia de vapor de agua

sobrecalentado. La reacción es endotérmica, y se produce a unos 900 ºC y una presión de 20

bar.
PROPIEDADES

Propiedades del hidrógeno gaseoso

Las propiedades físicas y químicas de los combustibles gaseosos como el metano, propano e

hidrógeno son bastante diferentes de las de los combustibles líquidos más comúnmente usados

como la gasolina. El hidrógeno no es ni más ni menos peligroso en sí que la gasolina, el

propano o el metano. La contribución potencial de una propiedad en particular del hidrógeno a

un peligro determinado depende fuertemente de las condiciones específicas bajo las cuales el

hidrógeno es liberado y/o confinado. Las propiedades más importantes del hidrógeno relativas a

la seguridad se resumen en los siguientes puntos:

Densidad: es el más ligero de los elementos.

Densidad respecto al aire: el hidrógeno gaseoso a temperatura ambiente tiene mucha menos

densidad que el aire.

Difusión: aunque el trasporte de gas por difusión es mucho menor que el debido a la

diferencia de densidad con el aire, el hidrógeno se difunde en el aire mucho más deprisa que

otros gases combustibles.

Color, olor, gusto y toxicidad: el hidrógeno como el metano y propano es incoloro, inodoro e

insípido y no tóxico.

Inflamabilidad y características de la llama: el hidrógeno es inflamable en el aire en un

amplio rango de concentraciones y arde, en ausencia de impurezas, con una llama casi invisible.

Energía de ignición: el hidrógeno puede entrar en ignición con una cantidad de energía muy

pequeña.
Límites de detonación: el hidrógeno puede detonar en un rango de concentración bastante

amplio cuando está confinado pero es muy difícil que detone en espacios abiertos.

Velocidad de la llama: el hidrógeno, para concentraciones medias, tiene una velocidad de

llama mayor que otros combustibles.

Temperatura de ignición: el hidrógeno tiene mayor temperatura de ignición que los

combustibles comunes.

Algunas de las propiedades anteriores son menos críticas que otras desde el punto de vista de

la seguridad. Tan sólo un pequeño número de ellas se pueden considerar decisivas a la hora de

evaluar los peligros potenciales y establecer sus factores de riesgo. Las condiciones normales de

temperatura y presión (NTP) corresponden a propiedades a 0 ºC y 1 atmósfera.

5.2 Propiedades del hidrógeno líquido

El hidrógeno líquido es el segundo líquido criogénico de menor temperatura después del

helio. La relación densidad del hidrógeno líquido frente a la densidad del hidrógeno a

temperatura ambiente es muy alta (845). El calor de vaporización y la viscosidad son muy

pequeños en comparación con el de otros combustibles criogénicos. El coeficiente de difusividad

del vapor es muy alto. La velocidad de vaporización para vertidos líquidos en el caso

estacionario es extremadamente rápida. La velocidad de combustión de los líquidos vertidos es

muy rápida. La energía de explosión del hidrógeno líquido en unidades de TNT es menor que

para otros combustibles. La presión necesaria para mantener líquido el hidrógeno a

temperatura ambiente es muy grande.


5.3 Propiedades del hidrógeno como combustible

El hidrógeno podría aprovecharse térmicamente en el sector cerámico en todas aquellas

etapas en las que en la actualidad se utiliza gas natural como combustible. Éstas son la

atomización de la barbotina, el secado de las piezas crudas y la cocción. Como ya se ha

comentado, en las tres etapas se utilizan, en general, quemadores que funcionan con gas natural

como combustible, y aire ambiente como comburente. En el caso de los atomizadores, si los

gases de secado provienen de una instalación de cogeneración, éstos poseen un alto contenido

en oxígeno (superior al 15 %), y pueden ser utilizados directamente como comburente en el

quemador de post-combustión. En la mayoría de los secaderos verticales, parte del aire

utilizado como comburente son gases recirculados del propio secadero (dado su elevado

contenido en oxígeno). El resto es aire ambiente tomado del exterior. Se ha estudiado la

posibilidad de sustituir el gas natural por hidrógeno en los quemadores, total o parcialmente.

Para ello se han tenido en cuenta las características físicas de ambos combustibles. En la tabla

2 se recogen distintas propiedades del hidrógeno y del gas natural, suponiendo que el gas

natural está compuesto únicamente por metano. En España, el gas natural presenta un

contenido en metano superior al 90 %.

Tanto el hidrógeno como el gas natural son gases altamente inflamables y deben ser

manipulados con precaución. La molécula de hidrógeno es bastante más pequeña que la del

metano, y por lo tanto, tendrá mayor tendencia a fugas en conducciones, juntas, etc. En efecto,

el coeficiente de difusión molecular del hidrógeno es del orden de 4 veces el del metano. Este es

un hecho muy importante a tener en cuenta en el diseño de quemadores, puesto que las roscas
deberán ser especiales, o deberán utilizarse juntas soldadas. El hidrógeno es 14,5 veces más

ligero que el aire y el metano 1,8 veces.

Además el hidrógeno se difunde en el aire cuatro veces más rápido que el metano. Por lo

tanto, ante una posible fuga de combustible en espacios abiertos, si éste fuera hidrógeno, su

concentración disminuiría mucho más rápido que en el caso de tratarse de gas natural,

reduciéndose el riesgo de explosión. Los rangos de inflamabilidad y explosión del hidrógeno en

aire son mucho más amplios que para otros gases, pero este hecho se mitiga si se tiene en

cuenta el bajo poder calorífico del hidrógeno por unidad de volumen y su baja densidad, que

facilita que éste se disperse muy rápidamente. La velocidad de combustión de hidrógeno es diez

veces mayor que la del metano, esto indica que una explosión de hidrógeno es más violenta pero

de menor duración.

Las llamas de hidrógeno son prácticamente invisibles a la luz del día, aunque los

contaminantes del aire añaden cierta visibilidad. Esto hace que sea imprescindible el uso de

detectores de llama en los quemadores para evitar fugas. Otro aspecto importante en la

manipulación del hidrógeno es que no es posible añadirle odorizantes que faciliten su detección

a través del olfato humano. Esto es debido a que el hidrógeno tiende a combinarse con el

carbono presente en las conducciones metálicas formando gas metano. Los odorizantes actúan

como catalizadores de esta reacción, provocando de este modo el debilitamiento de la estructura

de las conducciones por las que circula el hidrógeno.La temperatura adiabática de la llama de

hidrógeno es ligeramente superior a la de la llama de gas natural, aunque el calor radiante de

las llamas de hidrógeno es significativamente menor que en las llamas de gas natural, debido a

que presentan una emisividad más baja.


El hidrogeno como combustible para el transporte

Por más de un siglo el hidrógeno se ha considerado como un combustible conveniente y

limpio. Puesto que puede obtenerse de una diversa gama de fuentes domésticas, el hidrógeno

podría reducir los costos económicos, políticos y ambientales de los sistemas de energía. Por

otra parte, en áreas urbanas, a causa de la contaminación del aire, los costos relacionados con

la preservación de la salud son un problema creciente, tanto para las sociedades desarrolladas

como las que se encuentran en vías de desarrollo. En el largo plazo, el hidrógeno obtenido de

fuentes renovables ofrece un potencial de energía que sería sostenible en todos sentidos

El hidrógeno es un portador de energía como la electricidad y puede producirse a partir de

una amplia variedad de fuentes de energía tales como: el gas natural, el carbón, la biomasa, el

agua, etc., así como de las aguas negras, de los residuos sólidos, llantas y desechos de petróleo.

Las ventajas y desventajas del hidrógeno derivan de sus propiedades físicas básicas. La

molécula de hidrógeno es la más ligera, la más pequeña y está entre las moléculas más simples,

además, es relativamente estable. El hidrógeno tiene más alto contenido de energía por unidad

de peso que cualquier otro combustible y, en caso de accidente, se dispersaría rápidamente.

También permite la combustión a altas relaciones de compresión y altas eficiencias en máquinas

de combustión interna.

Cuando se le combina con el oxígeno en celdas de combustible electroquímicas, el hidrógeno

puede producir electricidad directamente, rebasando los límites de eficiencia del ciclo de Carnot

obtenidos actualmente en plantas generadoras de potencia. Como desventajas, el hidrógeno

tiene una temperatura de licuefacción extremadamente baja (20 K) y una energía muy baja por
unidad de volumen como gas o como líquido (más o menos una tercera parte de la del gas

natural o gasolina, respectivamente). Otras desventajas son: la obtención del hidrógeno líquido

requiere de un proceso altamente consumidor de energía, el transporte de hidrógeno gaseoso

por ductos es menos eficiente que para otros gases, los contenedores para su almacenaje son

grandes y el almacenamiento de cantidades adecuadas de hidrógeno a bordo de un vehículo

todavía representa un problema significativo. El hidrógeno no es tóxico y no es contaminante,

pero es difícil de detectar sin sensores adecuados ya que es incoloro, inodoro y su flamaen el

aire es casi invisible. Por numerosas razones, el punto de introducción para la energía con base

en el hidrógeno es el sector transporte. Los consumidores pagan considerablemente mucho más

por la energía utilizada en el transporte que por la electricidad o el gas empleado para fines

domésticos (esta relación podría ser, conservadoramente, hasta de 8 a 1 para una familia de

clase media). Más aún, el sector transporte tiene también un gran potencial de ganancias por

eficiencia de combustible. En efecto, la eficiencia de los automóviles modernos es de alrededor

del 13 por ciento durante el ciclo de manejo urbano, en tanto que los vehículos a hidrógeno, ya

sean híbrido-eléctricos o de celdas de combustible, podrían alcanzar eficiencias del orden de

entre 35 y 45 por ciento. Los vehículos impulsados por hidrógeno también pueden cumplir con

la demanda creciente de bajas o cero emisiones. En diferentes paises industrializados se esta

llevando a cabo investigaciones para el uso del hidrogeno EL HIDROGENO producido

disociando el agua con energía fotovoltaica o eólica es un combustible limpio que almacena la

energía en forma química. El transporte de hidrógeno resulta, en principio, más barato que el de

la electricidad; en virtud de ello, el empleo del hidrógeno constituye un atractivo método de

transportar la energía solar hasta los principales centros de su demanda. o en el trasporte.


COMPUESTOS DE HIDROGENO

Sintesis: el hidrogeno se puede obtener a gran escala en el laboratorio por oxidacion de un

metal en medio acido diluido:

El hidrogeno producido disociando el agua con energía fotovoltaica o eólica es un

combustible limpio que almacena la energía en forma química.

El transporte de hidrógeno resulta, en principio, más barato que el de la electricidad; en

virtud de ello, el empleo del hidrógeno constituye un atractivo método de transportar la energía

solar hasta los principales centros de su demanda. o en el trasporte.

METODOS DE OBTENCION
producción de hidrógeno.

El hidrógeno no es una fuente primaria de energía como el carbón, el petróleo o el gas

natural. No lo encontramos libre en la naturaleza. Es un transportador de energía como la

electricidad…hay que producirlos a partir de energías primarias, son "vectores" energéticos. A

pesar de ser el hidrógeno el elemento más abundante en el universo, en la Tierra éste se

encuentra, principalmente, formando parte de compuestos químicos, como puede ser el agua o

los hidrocarburos.

El poquísimo hidrógeno diatómico existente en la Tierra se encuentra en la atmósfera en

concentración de 1 ppm y su baja masa molecular le hace capaz de escapar más fácilmente a la

gravedad terrestre. El hidrógeno diatómico no es una fuente de energía primaria, sino que es

necesario producirlo partiendo de las materias primas en que se encuentre llevando a cabo

ciertos procesos de transformación.

Existen bastantes métodos para producir hidrógeno, con grandes diferencias entre ellos en

cuanto a la materia prima contenedora, al propio proceso de producción o a la madurez de la

tecnología asociada al proceso.

Existen métodos de producción con fines industriales suficientemente probados, pues se

generan aproximadamente en el mundo 41 millones de toneladas de hidrógeno anualmente, lo

que corresponde a 5000 TJ, que supone 11 ppm del consumo mundial de energía primaria en

2006, el cual fue de 10,9 Mtoe, equivalentes a 4,6.108 TJ. Mayoritariamente, los métodos de

producción de hidrógeno industrial presentan el problema de liberar importantes cantidades de

emisiones de efecto invernadero, los costes asociados, por el contrario, son relativamente bajos

y el rendimiento energético de la cadena de producción es relativamente bueno. En la figura


siguiente puede comprobarse que actualmente las fuentes no renovables de generación de

hidrógeno suponen un 96% de las fuentes a partir de las cuales se produce. Debe tenerse en

cuenta que la energía eléctrica para generar ese 4% restante, que proviene de electrólisis,

mayoritariamente está generada con energía primaria no renovable (según el mix energético).

Pero si se pretende una penetración sustancial del hidrógeno como vector energético en el

sistema y por tanto una generación masiva, parece muy necesaria una diversificación de las

fuentes de forma que pueda garantizarse el abastecimiento.

Afortunadamente, en la actualidad los métodos de generación de hidrógeno son muy variados

en cuanto a diversos aspectos que veremos más adelante, por ejemplo, admitiendo producción

descentralizada algunos de ellos. En la siguiente figura se muestran las fuentes a partir de las

cuales puede obtenerse hidrógeno y los procesos tecnológicos que pueden elegirse para

conseguirlo.
Procesos de producción.

La clasificación de los procesos de producción va a distinguir en función de la naturaleza de

los procesos, como es lo habitual en textos técnicos energéticos. De esta manera, se distingue

entre: procesos de conversión química, procesos de termólisis, procesos de electrólisis, procesos

de fermentación y procesos fotolíticos.

Conversión Química.
La designación de procesos de conversión química resulta muy amplia, pudiendo aplicarse

tanto a combustibles fósiles (carbón e hidrocarburos) como a fuentes renovables (biomasa). Los

principales procesos son:

Reformado

Los procesos de reformado son los más habituales hoy en día para la obtención de

hidrógeno. Desde un punto de vista termodinámico se pueden clasificar en endotérmicos y

exotérmicos. Los primeros requieren el aporte de calor desde una fuente externa, como en el

reformado con vapor de agua; los segundos liberan calor en la reacción, siendo el caso de la

oxidación parcial.

En el reformado autotérmico se produce una combinación de los dos procesos, obteniéndose

un balance neto de calor nulo. Reformado con vapor de agua El proceso de reformado con

vapor de agua (conocido por las siglas SMR, .Steam Methane Reforming.) se puede aplicar a

gran variedad de hidrocarburos (gas natural, GLPs, hidrocarburos líquidos,.) y alcoholes. De

todos ellos el más utilizado por su disponibilidad y facilidad de manejo es el gas natural, que es

para el que se particularizarán las reacciones químicas expuestas seguidamente. El proceso

consta de tres fases que se desarrollan en equipos diferentes, tal como muestra la siguiente

figura:
La reacción que se verifica en la primera fase es la de reformado propiamente dicho, que

posee una entalpía de reacción estándar de 206,14 kJ/mol, por tanto es endotérmica. Se produce

a temperaturas alrededor de 900ºC en unos tubos por los que circulan el metano y el vapor de

agua a través de lechos catalizadores de base de níquel. Los tubos están contenidos en un horno

cuya temperatura es de alrededor de 960ºC, que se mantiene mediante quemadores.

En la salida del reformador el gas se dirige hacia la unidad de desplazamiento de CO en la

que se verifica la reacción siguiente sobre catalizadores de cobre. Ésta posee una entalpía de

reacción estándar de -41,17 kJ/mol, siendo por tanto exotérmica. La cantidad de calor liberada

y su nivel de temperatura no es suficiente para satisfacer totalmente la demanda de la reacción

de reformado, por lo que parte del gas natural se emplea en los quemadores para mantener la

temperatura de operación del reformador. El calor liberado en la reacción de desplazamiento se


aprovecha para precalentar el gas natural a su entrada al reformador, como se ilustra en el

esquema del proceso.

El gas producido como consecuencia de las dos reacciones anteriores pasa por un

condensador en el que se retira el vapor de agua y finalmente llega a la tercera fase del proceso,

la de depuración. El gas que llega a esta unidad es rico en hidrógeno con dióxido de carbono,

restos de agua, monóxido de carbono y metano.

Esta corriente gaseosa se depura en un sistema separador de membranas o de adsorción-

desorción (PSA, .Pressure Swing Adsorption.) de donde se obtiene hidrógeno con una pureza de

99.999%. Los gases adsorbidos constituyen el llamado “gas de cola” que, al ser combustible, se

recircula hacia los quemadores del reformador. El rendimiento del proceso de reformado de gas

natural con vapor de agua se sitúa aproximadamente en el 80% (medido respecto a los poderes

caloríficos inferiores del hidrógeno producido y del gas natural consumido) [Hurtado et

all2001]. Según [García Peña-2008], el rendimiento en producciones grandes es del 81%.

Aunque minoritario, también es posible aplicar el reformado con vapor de agua a alcoholes y a

gasolinas. La utilización de alcoholes, especialmente de metanol, resulta menos endotérmica que

la de gas natural y se verifica a temperaturas mucho más bajas (de 200 a 300ºC), alcanzándose

conversiones del gas natural próximas al 99% del gas entrante.

Oxidación parcial
La oxidación parcial (conocida por las siglas POX, .Partial OXidation.) consiste en una

oxidación incompleta de un hidrocarburo, por ejemplo gas natural, donde sólo se oxida el

carbono (y sólo hasta monóxido de carbono), quedando libre el hidrógeno, según la reacción

siguiente. La entalpía estándar de reacción es de -36 kJ/mol, siendo por tanto una reacción

exotérmica, pudiendo así prescindir de quemadores externos para mantener la reacción.

La reacción se verifica con oxígeno puro o con aire en presencia de catalizadores y

transcurre a temperaturas superiores a 800ºC. La elevada presencia de monóxido de carbono en

el gas obtenido tiene el riesgo de la deposición de carbonilla, especialmente si la reacción

ocurre a presión elevada,lo que es deseable para lograr reformadores más compactos. Esta

carbonilla depositada sobre los catalizadores inhibe la continuación del proceso.

El monóxido de carbono formado se puede eliminar oxidándolo para formar dióxido de

carbono o bien desplazándolo con agua, de la misma forma que en el reformado con vapor de

agua, para obtener más hidrógeno y nuevamente dióxido de carbono. La eficiencia del proceso

es de alrededor del 70% en grandes producciones industriales [Hurtado et all-2001] y [García

Peña-2008].

Pirólisis

La pirólisis consiste en la descomposición de un combustible sólido (carbón o biomasa)

mediante la acción de calor (normalmente a unos 450ºC para la biomasa y 1.200ºC para el
carbón) en ausencia de oxígeno. Los productos finales de este proceso dependen de la

naturaleza del combustible empleado, de la temperatura y presión de la operación y de los

tiempos de permanencia del material en la unidad. Los productos que se pueden obtener son:

Gases compuestos por hidrógeno, monóxido y dióxido de carbono e hidrocarburos.

Líquidos hidrocarbonados.

Residuos carbonosos, también llamado coque.

Desde el punto de vista de la producción de hidrógeno interesa controlar la reacción para

que se produzca un gas de síntesis que posteriormente pueda ser acondicionado mediante la

reacción de desplazamiento y un proceso de purificación, similar a las dos últimas fases del

reformado con vapor de gas natural. Es decir, lo más beneficioso es que el gas de síntesis sea

rico en hidrógeno y el resto sea monóxido de carbono. La pirólisis ha sido utilizada desde hace

bastante tiempo [Arco-1969] para obtener el llamado .gas de hulla., en el que se introduce la

hulla en un horno sin aire a 1.200ºC lográndose la descomposición de ésta en coque y un gas

con 50% de hidrógeno, 10% monóxido de carbono, 2% de dióxido de carbono, 30% de metano,

4% de nitrógeno y 4% de otros hidrocarburos.

Gasificación

El proceso de gasificación consiste en una combustión con defecto de oxígeno en la que se

obtiene monóxido y dióxido de carbono, hidrógeno y metano, en proporciones diversas según la

composición de la materia prima y las condiciones del proceso. El oxígeno se limita entre un 10

y un 50% del estequiométrico y la temperatura oscila entre 700ºC y 1.500ºC.


La gasificación puede aplicarse tanto a la biomasa como al carbón. Si la reacción se

verifica con aire se obtiene un .gas pobre. (gas de gasógeno) que en el caso de proceder de

carbón o coque contiene entre el 25% y el 30% de monóxido de carbono, entre el 65% y el 70%

de nitrógeno y algo de oxígeno y de dióxido de carbono. Para obtener hidrógeno sería necesario

efectuar una reacción de desplazamiento sobre dicho gas. Por el contrario, si la reacción se

verifica con oxígeno y vapor de agua se obtiene un gas de síntesis (formado por hidrógeno y

monóxido de carbono) que puede ser empleado, además de para producir hidrógeno, para

obtener combustibles líquidos como metanol y gasolina. Por tanto, desde el punto de vista de la

producción de hidrógeno interesan los procesos de gasificación con vapor de agua y oxígeno

puro, ya sean a partir de carbón o de biomasa. La siguiente figura recoge el esquema básico del

proceso de gasificación. Una vez limpiado de compuestos de azufre y cenizas, el gas obtenido

tras el proceso de gasificación se somete a una reacción de desplazamiento con lo que se llega a

una mezcla de hidrógeno y dióxido de carbono. Éste último es separado para finalmente

purificar el hidrógeno dejándolo con una concentración del 99.99%.

Termólisis.
Los procesos de termólisis implican la extracción del hidrógeno de la molécula que lo

alberga (hidrocarburo o agua) mediante la aplicación de calor.

Bajo esta definición el reformado, la gasificación y la pirólisis se pueden entender como

procesos de termólisis. La consideración de estos procesos como métodos químicos o

termolíticos depende de la fuente de calor empleada.

Así, se habla de procesos químicos, en el sentido del apartado anterior, cuando el calor para

el proceso se extrae de la propia materia prima a través de una combustión; por el contrario, se

habla de procesos de termólisis cuando el calor procede de una fuente externa, como la energía

solar concentrada o la energía nuclear de alta temperatura. Los principales tipos de procesos

termolíticos se pueden agrupar en función de la temperatura de operación en tres clases de

procesos, tal como aparecen recogidos en la siguiente tabla [Martínez Val2006].

El proceso que mayor temperatura requiere es la termólisis directa del agua, que se verifica

a partir de 2.500 K y por tanto resulta inabordable en la práctica. A temperatura intermedia

(Clase II) se tienen los procesos de descarbonización (pirólisis, gasificación y reformado),

situados todos alrededor de 1.000 K y ya tratados en el apartado de conversión química. La

inclusión en esta sección se debe a que el aporte de calor se realiza con una fuente externa

(solar o nuclear de alta temperatura). También pertenecen a la Clase II las reacciones de

reducción de óxidos metálicos que se sitúan en un nivel superior de temperaturas, sobre los

2.500 K. Por último, a “baja temperatura” (entre 900 K y 1.000 K) se verifican ciertos ciclos

termoquímicos, de los que el de yodo-azufre es el más prometedor.

ANTE UNA NUEVA NERGIA, PROBLEMAS Y ESTUDIOS


El hidrógeno como solución universal:

A medida que vemos que la investigación y experimentación con el hidrógeno corre a la

velocidad de un reguero de pólvora, aumenta nuestro asombro por la amplísima variedad de

modalidades que admite su tratamiento, tanto desde el punto de vista de la producción y

distribución como de su empleo práctico en las más variadas dedicaciones. No se puede evitar

tampoco cierta sorpresa ante la lentitud con que ha ido adquiriéndose esta evidencia, y forzoso

es reconocer que parte de la culpa la tienen los informes contradictorios que algunos países

productores de petróleo y gas natural emiten sobre sus reservas, tema que consideran

estratégico, y por lo tanto manipulable. Podría afirmarse que no hay rama de la sociedad del

mundo contemporáneo que no resulte afectada por el empleo generalizado del hidrógeno, y por

supuesto, en son beneficioso y enriquecedor.

Tampoco cabe vacilar ante la esperanza de que cuanto más conocidas y populares sean sus

formas de empleo, se multiplicarán más y más. Hemos vivido durante un siglo presos de la

adicción al petróleo y los motores movidos por él y triste es decir que dará algún trabajo

liberarse de semejante sugestión, pero lograrlo merece todos los esfuerzos y los recompensará

con creces. En el bien entendido que la transición debe tener el ritmo necesario para que no se

produzcan desajustes. Somos conscientes que la revolución del hidrógeno tardará unos años en

llegar.

Desde el hogar hasta el transporte:


El rápido progreso de las «fuel cells» permitirá la aplicación del hidrógeno a todas las

modalidades de ayuda en el hogar. Dando ya por conocido y extenso el uso energético del

hidrógeno para la calefacción, el alumbrado y la cocina de las casas, de unas reacciones

catalíticas para acondicionadores de aire con consumo de hidrógeno, en las que se implican

metales coloidales de poco coste. Otras patentes llegan al mismo éxito por vía química, y en

todos los supuestos se subraya el escaso o nulo consumo de energía exterior. Ya no queda

ninguna gran ciudad en el mundo donde no se hayan hecho ensayos —la mayoría, consolidados

luego— para aplicar el hidrógeno al transporte público, con lo cual queda ya ponderada la

profunda repercusión que tiene y tendrá el aprovechamiento del hidrógeno en la socioeconomía

presente.

Tampoco queda ninguna marca automovilística relevante que no se haya interesado por

crear un modelo de turismo movido por dicha energía, y muchos ejemplares corren ya con

normalidad. Al mismo compás se ha extendido y especializado la red de estaciones de servicio

que abastecen de hidrógeno.

Los países que en los últimos años se han apresurado a producir turismos con ritmo más

vivo no descansan en la investigación del hidrógeno como propulsor, a veces en forma híbrida

con el motor tradicional y el eléctrico. En la India las fábricas DRDO y Reva se afanan en

producir coches movidos por «fuel cells». La marca japonesa Mazda se dispone a producir un

coche que emplee hidrógeno y gasolina, pasando del uno a la otra con una conmutación

instantánea. Lo propio podría detallarse acerca de las demás marcas, sean clásicas o jóvenes.

En suma, el aprovechamiento del hidrógeno pondrá un sello en nuestra época dándole tanto

relieve dentro de la Historia como lo pudieron marcar el empleo del acero y la química
moderna. Felicitémonos de vivir unos años de tanta plenitud donde las grandes soluciones van

al mismo ritmo que los problemas.

Recientes progresos en el aprovechamiento del hidrógeno:

El Ministerio de Economía y Trabajo de Alemania estableció el 15 de marzo de 2005 un

Grupo de Estrategia del Hidrógeno formado por técnicos científicos y empresariales, así como

representantes de los organismos nacionales y federales interesados. El nuevo ente tiene la

finalidad de definir metas comunes en las actividades que se desarrollen en la tecnología del

hidrógeno dentro de Alemania, así como robustecer la posición alemana en los centros

internacionales dedicados a tales cuestiones. Dicho Grupo de Estrategia del Hidrógeno ha

publicado un programa donde se manifiesta la certeza en que se puede entrar en una fase de

transición energética en la cual sirva de puente la tecnología del hidrógeno, producido también

a partir de materiales convencionales. El recurso al hidrógeno aumentará las posibilidades de

las energías renovables y favorecerá, según postula dicha entidad, la conservación de las

situaciones y los recursos perecederos. Se subraya también en este sentido la reducción de

emisiones de CO2 y el potencial científico alemán para desarrollar un know-how de producción

y aprovechamiento del hidrógeno. Estos avances coinciden con las conclusiones de un «Día

Internacional del Hidrógeno» que se celebró en Berlín el 24 de febrero de 2005.

El grupo tecnológico Linde presentó en tal ocasión un estudio sobre las posibilidades de una

insfraestructura económica europea con la que se podría contar en el año 2020 con un costo de

3.500 millones de euros. Esta red de producción y distribución de hidrógeno abarcaría unas
2.800 estaciones abastecedoras, que podrían alimentar 6.1 millones de coches propulsados con

hidrógeno.

Se estima que semejante gasto es comparable al de otras infraestructuras europeas por

instalar y que se efectuaría por etapas, comprendiendo sucesivamente tanto las principales

ciudades de Europa como las carreteras fundamentales que las unen. El estudio del grupo Linde

aboga por que los Gobiernos se interesen más por el progreso del hidrógeno, lo cual podían

manifestar, por ejemplo, mediante exenciones tributarias en su favor.

En parecidas fechas se celebró en Bruselas una reunión de la Asociación Europea del

Hidrógeno, donde quedó de manifiesto que la economía del hidrógeno se integra positivamente

en cuestiones tales como el calentamiento planetario, la calidad atmosférica y la carestía

energética. Dicha asociación desea convencer a los gobernantes y al público de la conveniencia

de promocionar el hidrógeno, para lo cual se proponen desarrollar campañas y coordinar a

todas las entidades interesadas.

La asociación europea del hidrógeno:

La Asociación Europea del Hidrógeno se fundó en enero de 2000 y tiene su sede en Bruselas.

Se agrupan en ella las asociaciones española, francesa, italiana, noruega, sueca, alemana y

holandesa y seis empresas relacionadas con esta energía y las pilas de combustible, que son Air

Liquide, Air Products, BOC, Norsk Hydro, la EHN española y la Shell Hydrogen. Esta

asociación se propone el desarrollo de las tecnologías del hidrógeno y su aplicación a la

industria, el comercio y el hogar, promocionando la participación del hidrógeno en el panorama

energético. La EHA se complace en reunir empresas privadas y organizaciones públicas,


convencida con ello de que así se facilita la difusión de las novedades y la promoción de

proyectos. Dentro de su marco se celebró en septiembre pasado en Stuttgart una amplia reunión

sobre pilas de combustible a la que asistieron seiscientos especialistas de variados países, así

como público interesado en las innumerables aplicaciones de las «fuel cells». Aparte de las ya

consolidadas en los transportes y en el hogar, está ya muy adelantado el estudio del empleo de

dichas pilas en teléfonos móviles y ordenadores portátiles. En el mismo mes de septiembre un

grupo de diputados del Parlamento Europeo firmó un Manifiesto sobre el Hidrógeno solicitando

la marginación decidida de los combustibles fósiles y el paso a la nueva economía basada en

aquel elemento.

El curso creciente de los precios del petróleo fue denunciado como apremio inesquivable a

que se emplee el hidrógeno lo antes posible. Preconizando una «tercera revolución industrial»,

dicho manifiesto propone como plazo final para el establecimiento de tal economía el año 2025.

La misma filosofía profesó la V Conferencia Internacional de la misma especialidad que se

reunió en Hannover durante el mes de abril de 2006. Por su parte, la empresa española Energía

Hidroeléctrica de Navarra ha hecho saber que investiga procedimientos para obtener hidrógeno

a base del agua tratada con energía eléctrica solar. Se ha estudiado también en Estados Unidos

la misma obtención por medio de reactores nucleares y procesos termoquímicos donde se opera

a base de altas temperaturas. Sin embargo, no han pasado de la fase de proyecto. Más

adelantado está el intento de un grupo de Buenos Aires de obtener hidrógeno a base de etanol, y

de otra factoría en el Mar del Norte escocés, que se propone fabricarlo partiendo del petróleo.

La revista Fuel Cell Today ha publicado recientemente un informe sobre aplicaciones militares

de las pilas de combustible.


INSTAURACION DE LA ECONOMIA DEL HIDROGENO

10.1 Impactos sociales de la economía del hidrógeno:

Cuando nos referimos a impactos sociales producidos por algo, conviene delimitar aquello

que se va a evaluar, para posteriormente proceder al análisis de los hechos. Este requiere una

valoración del ciclo de vida y su repercusión tecnológica, entrando a formar parte una serie de

elementos como el impacto económico, el medioambiental, social, salud, riesgo, necesidades

humanas, sensibilidad, desarrollos objetivos de la sociedad y los impactos políticos y toma de

decisiones.

Por lo tanto, tomando estas cuestiones como horizonte y destacando que la implantación de

tecnología nunca puede hacer que los riesgos superen descompasadamente los posibles

beneficios sociales, así como tampoco que sobre los ciudadanos recaiga todo el peso de su

implantación, y mermando su calidad de vida en lugar de obtener los beneficios declarados de

las tecnologías. Reflexionaremos sobre los efectos de la economía del hidrógeno.

Dependiendo de cuál sea la fuente de obtención del hidrógeno varía sustancialmente el

precio. Ante este hecho debemos plantearnos dos cuestiones: Si de lo que se trata es eliminar la

dependencia energética de los combustibles fósiles, o reducir la emisión de CO2 a la atmósfera.

Según la elección, las repercusiones sobre el impacto social varían sustancialmente. Si la

intención es reducir las emisiones de gases con efecto invernadero como se ha expresado en

epígrafes anteriores, el actual método de obtención de hidrógeno vía gas natural es el más

rentable.
Empresas, universidades y centros de investigación continúan explorando diferentes

componentes para abaratar los costes, hacerlo competitivo y logar una menor emisión de CO2 2

. Los autobuses municipales de hidrógeno de Madrid, Barcelona y otras ciudades españolas y

europeas utilizan este combustible. Otra manera de adquirir hidrógeno es por medio de la

biomasa. El aprovechamiento energético de la biomasa es la gasificación, que permite obtener

gas de síntesis (CO + H2 ). El gas de síntesis obtenido puede utilizarse como combustible

directo, bien como fuente de H2 o como materia prima química para preparar otros

combustibles.

La obtención de hidrógeno por gasificación de biomasa se presenta como una opción

interesante, presenta la ventaja sobre el procedimiento clásico (reformado de metano con vapor

de agua) de emplear un residuo y no materia prima química. Surge como una esperanza al

consumo de energía, aunque emite CO2 se reduce la dependencia de los carburantes fósiles.

Tiene una desventaja importante, su efecto corrosivo, reduciendo considerablemente la vida de

las pilas de combustible y tuberías de transporte. Por otra parte, si lo buscado es eliminar la

dependencia de los combustibles fósiles y no emitir CO2 el proceso es bien distinto. Para logar

hidrógeno libre de carbono el medio más común es el agua, y su tratamiento es la electrolisis.

Este método requiere mucha energía para romper la molécula de agua y dividirla en hidrógeno

y oxígeno.

El suministro de energía bien sea por medio de energías renovables o nuclear, es mayor a la

energía que posterior se aprovechara con el hidrógeno. Por ejemplo, el kilogramo de hidrógeno

producido por medio del gas natural viene a costar unos 2 euros, donde el 45% de su

producción se debe al coste del gas natural. Según el precio actual de la energía eléctrica, el kg

de hidrógeno producido por electrolisis costaría unos 5 euros, donde el 85% del coste es
producto del precio de la energía. Por otras vías, dependiendo de un amplio elenco de factores,

una estimación groso modo rondaría entre 3,5 euros por kg hasta 8 euros por kg de hidrógeno.

A esto se deben añadir costes de transporte, comercialización, etc. Este asunto es importante

tenerlo de referencia cuando se están analizando las repercusiones económicas de un producto y

comparándolo con otro.

De esta manera se aprecia las diferencia de coste y su repercusión económica en una

sociedad. Realizar un balance de la producción del hidrógeno no atiende exclusivamente a

valores finales de consumo y coste dinerario, también intervienen y de forma importante, los

recursos necesarios para su producción. En este caso, las toneladas de agua necesarias para

producir fuel de hidrógeno. Sólo en los Estados Unidos se estimaba en 2006 (Norskov y

Christensen 2006: 1322-1323) que se necesitan cerca de 150 millones de toneladas de agua al

año para cubrir las necesidades del transporte, si a esto se añade En un intento de poder hacer

viable los vehículos movidos por hidrógeno, las compañías de automoción han desarrollado una

pila con tecnología PEM (Protón Exchange Membrane) abaratando bastante el producto.

El problema no se ha solucionado del todo, porque el catalizador sigue siendo el platino.

Volviendo al mismo asunto, y si se opta por diseñar todos los automóviles híbridos con este tipo

de pilas, el platino disparará su precio, aumentando el coste de la pila de combustible. De nuevo

entra en liza el cuestionamiento de la durabilidad. El platino es perecedero y estamos hablando

de millones de coches y de pilas de vida útil entre 10 y 15 años en el mejor de los casos. El

platino es un metal noble agotable. La pregunta a plantearse debe ser: ¿Es viable emprender la

comercialización? En caso afirmativo, ¿Cuánto tiempo durará? Las compañías automovilísticas

esperan poder comercializar estos vehículos en 5 ó 10 años. No nos llevemos a engaño, a mayor

coste, menos prestaciones y más dificultades de repostaje.


El hidrógeno líquido y el hidrógeno gas a presión son los más extendidos en el almacenaje y

transporte de hidrógeno. En el caso del hidrógeno gas a presión para su transporte, algunos

sugieren utilizar la red de tuberías del gas natural. Esto no es posible porque el gas natural

todavía se seguirá usando por muchos años. En el supuesto de poder hacerlo por las mismas

tuberías del gas natural, éstas no servirían pues la fragilidad del acero frente al hidrógeno hace

que las tuberías requieran un aislamiento especial, con fibra de carbono por ejemplo.

Por lo tanto, implica un alto coste. La otra opción consiste en someter al hidrógeno a altas

presiones y almacenarlo. Para trasportar hidrógeno líquido es necesario exponer al hidrógeno a

una temperatura de -252 grados centígrados es decir, fuel criogénico. En Estados Unidos, la

NASA y empresas que trabajan con hidrógeno líquido lo transportan en cisternas criogénicas

bien sobre camión, vagón de ferrocarril o barcaza especialmente preparados. Bossel y Eliasson

(2003) desaconsejan esta práctica como consumo doméstico por dos razones:

La energía consumida por un tanque de hidrógeno a presión viene a ser una fracción

importante de la energía de hidrógeno consumida del contenido. Por ejemplo para una entrega

de 40 kilómetros, la energía utilizada en el recorrido de suministro equivale al 20% de la

energía de hidrógeno entregada.

2) Se necesita una flota de transporte inmensa. Siendo la relación de 15 camiones de

hidrógeno por un camión de gasolina de 25 toneladas. Seleccionar esta posibilidad resulta

inoperante e irracional. Primero, la flota de camiones desbordaría el tráfico rodado, su

aplicación conllevaría un incremento considerable de puestos de trabajo.


En nuestra sociedad la herencia del hidrógeno muestra cierto rechazo, porque es visto como

una fuente de desgracias. El ser humano por fortuna tiene memoria histórica, lo que en muchas

ocasiones le ayuda a no cometer los mismos errores, en otros sirve para recordar cuestiones

pasadas transformándolas en negativas. El hidrógeno como fuel implica una reacción química

sencilla donde hay una transferencia de electrones que producen corriente eléctrica.

Haciendo uso de la memoria histórica recordemos el Gran Zeppelín que explotó en 1937 en

Hinderburg. La deflagración fue producto de un escape de hidrógeno. Más reciente tenemos la

Bomba H, cuya prueba conocida como Ivy Mike se realizó en el atolón de bikini en el

archipiélago de las Islas Marshall, o la explosión del transbordador Challenger (1986) y su

desintegración en el espacio. Todas ellas son imágenes presentes en la memoria del ser humano,

y como tal, sujetas a reflexión y observación. Junto a esta simbología se refuerza en su contra la

peligrosidad, la alta ignición y la toxicidad. El gran intervalo de sus mezclas con aire y la

velocidad de propagación de la llama favorecen una posible explosión, mientras que la

difusividad y la densidad tienden a reducir su probabilidad, especialmente en espacios abiertos.

En espacios cerrados, el escape de hidrógeno tiene lugar con disminución de la temperatura lo

que reduce el riesgo. En otro orden, la reacción química transcurre con reducción de volumen

por lo que en vez de explosión lo que ocurre es una implosión (Gutiérrez Jodra 2005: 59).

Ante todo, su capacidad de destrucción es superior a cualquier otro combustible, y ante un

accidente de automóvil las consecuencias alcanzaran mayores dimensiones (Jones y Thomas

2008).
CONCLUSION

La energía y su futuro es actualmente la mayor preocupación en las sociedades occidentales.

El creciente desarrollo económico habido en el mundo —especialmente el de la India, China y

Brasil— como consecuencia de la globalización ha traído consigo un incremento del consumo

de energía, que con los mimbres actuales no se podrá hacer frente en los próximos anos. Los

efectos directos han sido un progresivo ascenso en los precios de la energía y un aumento en las

emisiones de CO2 . Ante esta realidad, existe un consenso sobre la necesidad de elaborar un

nuevo mapa energético donde las energías renovables ocupen el lugar dominante: solar, eólica,

biomasa, etc., hidrógeno e incluso energía nuclear, para poder hacer frente a la demanda y

garantizar el suministro energético a un valor adecuado, y cuidando el medio ambiente.

Es evidente que no se puede negar el potencial del hidrógeno, pero debemos ser realistas, el

hidrógeno según las leyes de la física y la química no podrá ser el trasmisor universal de

energía a un precio razonable y en los mismos términos que sus competidores. Esto no significa

abandonar su estudio e investigación, sino proceder como una energía renovable más. Es

necesario seguir una línea ascendente de investigación y desarrollar nuevas alternativas a los

combustibles fósiles, pero es cierto que deben y tienen que hacerse sobre una base sólida, y no

bajo bonitas misivas escasas de realidad y fundamento científico.

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