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1. DEFINICIÓN
La palabra impedimento proviene del latín impedimentum, que a su vez proviene del verbo impedere, que significa simplemente
poner obstáculos a una acción. Efectivamente, se trata de un conjunto de obstáculos impuestos por la Ley relativos a aspectos de
hecho y derecho que en forma temporal o definitiva determinan la imposibilidad de contraer matrimonio.
Corriente positiva
PLANIOL y RIPERT son los partidarios de esta corriente que se basa en las condiciones necesarias para
contraer matrimonio.
Corriente negativa
JOSSERAND defiende esta teoría que establece los impedimentos para el matrimonio. Ésta es la corriente a
la que se adhiere nuestra legislación vigente.
Corriente ecléctica
Preconizada por MAZEAUD, que establece los requisitos para la formación del matrimonio, a los cuales
agrupa en requisitos de forma y de fondo.
3. CLASIFICACIÓN
• Por su naturaleza
• Por su extensión
Impedimentos Sólo alcanzan a determinadas personas. Vg.: Los que
relativos tienen un vínculo de parentesco consanguíneo.
• Por su duración
• Enfermedad crónica. Esta causal está fundada en motivos eugenésicos. Se busca evitar que dicha patología'1 se trasmita a la prole.
ARIAS SCHREIBER sostiene: «En nuestra opinión y siendo un impedimento directamente relacionado con la salud, bastaría que la
enfermedad sea contagiosa o transmisible por herencia para que fuese aplicable la norma, no así en el caso de la enfermedad crónica,
pero no contagiosa ni transmisible a la prole».
• Enfermedad mental crónica. Encuentra su asidero en que un enfermo mental está impedido de discernir y, por lo tanto, no puede dar
una real manifestación de su voluntad. La norma también se refiere a los lapsos de lucidez que tenga el enfermo mental y que igual
constituye un impedimento absoluto, pues no se puede saber si esta persona, en estado de lucidez, confirme lo que hizo cuando se
encontraba en el estado de su enfermedad crónica.
Es posible pedir la nulidad de este matrimonio durante la vigencia del estado de incapacidad. La acción sólo puede ser interpuesta por
el cónyuge del enfermo, y caduca si no se interpone dentro del año de conocida la dolencia o vicio, conforme al artículo 277- inciso 2).
Es, además, causal de anulabilidad.
Un sector de la doctrina francesa se inclina por afirmar que aquel matrimonio celebrado en un intervalo de lucidez (ya que aquí deja
de ser un incapaz absoluto) debe considerarse como válido.
Los sordomudos, los ciegosordos y los ciegomudos que no pueden expresar su voluntad de manera indubitable, estaban
impedidos de contraer matrimonio, al estar regulado en el artículo 241° inciso 4. Sin embargo, dicho supuesto fue derogado por la Única
Disposición Complementaria Derogatoria de la Ley N° 29973, publicada el 24 diciembre 2012.
Los casados. Este vendría a ser un impedimento absoluto por excelencia, ya que nuestro sistema es monogámico y no acepta la
pluralidad de matrimonios. Incluso el que se casa dos veces estaría incurriendo en el delito de bigamia.
El tutor o el curador que infrinja la prohibición, pierde la retribución a que tenga derecho, sin perjuicio de la responsabilidad derivada
del desempeño del cargo.
Existe una posición contraria respecto a considerar la situación de tutor o curador como un impedimento especial. DIEZ PICAZO Y
GULLÓN señala: «La desaparición de la prohibición matrimonial de los tutores obedece a la escasa eficacia que había tenido tal hecho,
según las concepciones vigentes en el momento actual, lo único que debe valorarse es si ha existido o no vicio del consentimiento, por
captación dolosa o por cualquier otra forma de coacción o engaño. Si así fuese, el problema tendrá que recibir su tratamiento a través
de las normas generales sobre el consentimiento matrimonial. Si el consentimiento matrimonial ha sido pleno, no hay razón de peso
para prohibir el matrimonio.»
Del viudo o de la viuda que no acredite haber hecho inventario judicial,
con intervención del Ministerio Público, de los bienes que esté administrando pertenecientes a sus hijos o sin que preceda declaración
jurada de lo que tienen los hijos bajo su patria potestad o de que éstos no tienen bienes.
La infracción de esta norma acarrea la pérdida del usufructo legal sobre los bienes de dichos hijos.
Esta disposición es aplicable al cónyuge cuyo matrimonio hubiese sido invalidado o disuelto por divorcio, así como al padre o a la madre
que tenga hijos extramatrimoniales bajo su patria potestad.
La intención de este dispositivo es que no se confunda el patrimonio que corresponde al hijo del primer matrimonio y los de la sociedad
conyugal que generará el segundo matrimonio.
De la viuda, en tanto, no transcurran por lo menos trescientos días de la muerte de su marido, salvo que diere a luz.
Esta disposición es aplicable a la mujer divorciada o cuyo matrimonio hubiera sido invalidado.
Se dispensa el plazo si la mujer acredita no hallarse embarazada mediante certificado médico expedido por autoridad competente.
La viuda que contravenga la prohibición contenida en este inciso pierde los bienes que hubiera recibido de su marido a título gratuito.
No rige la prohibición para el caso del artículo 333° inciso 5).
Es de aplicación a los casos a que se refiere este inciso la presunción de paternidad respecto del nuevo marido.
El objetivo principal de dicho artículo es evitar la confusión de la paternidad del futuro hijo que pudiere nacer como producto de las
relaciones que mantuvieron los esposos.
Se trata de menores de 18 años que no tienen la capacidad física y psicológica para poder generar prole. Los impúberes no pueden
contraer matrimonio de ninguna manera. La inobservancia de este impedimento se sanciona con la nulidad.
Se trata de menores de 18 años pero que ya tienen las condiciones para generar prole. Es posible que contraigan matrimonio con el
asentimiento de sus ascendientes.
Ante la ausencia de asentimiento de los padres, pueden autorizar el matrimonio los abuelos y, en caso contrario, podrá hacerlo un
Juez, quien deberá sustentar su decisión.
Si el matrimonio es celebrado en contra de lo que dispone el artículo 244a del Código Civil, se sanciona con la anulabilidad y está sujeto
a su ratificación por dichos menores cuando se conviertan en mayores de edad. Los bienes a los que tuviere derecho el menor de edad
le serán restringidos, y se encargará de su administración quien ejerza su representación.
La autoridad que permitió el matrimonio sin observar las condiciones exigidas por ley, además de su responsabilidad funcional, podrá
responder penalmente, de acuerdo con lo prescrito en el artículo 142 del Código Penal.
Nuestro Código sigue una tradición formalista que se sustenta en una serie de requisitos para contraer nupcias. Entre ellos, se
encuentran los siguientes:
. Se debe contraer matrimonio en la municipalidad del distrito o la provincia de origen de uno de los cónyuges. Para ello, deben realizar
el respectivo pedido al Alcalde de la municipalidad en forma oral o escrita.
. A la solicitud descrita se acompañará copia certificada de las partidas de nacimiento, la prueba del domicilio y el certificado médico
expedido en fecha no anterior a treinta días, que acredite que no están incursos en los impedimentos establecidos en el artículo 241o
inciso 2) y 243o inciso 3) (se debe acreditar que no adolecen de enfermedad crónica, contagiosa y transmisible por herencia, o de vicio
que constituya peligro y, si es viuda o divorciada, que no está embarazada), o, si en el lugar no hubiere servicio médico oficial y gratuito,
la declaración jurada de no tener tal impedimento.
• Se acompañará, en los casos que corresponda, la dispensa judicial de la impubertad, el instrumento en que conste el asentimiento
de los padres o ascendientes o la licencia judicial supletoria, la dispensa del parentesco de consanguinidad colateral en tercer grado,
copia certificada de la partida de defunción del cónyuge anterior o la sentencia de divorcio o de invalidación del matrimonio anterior,
el certificado consular de soltería o viudez, y todos los demás documentos que fueren necesarios según las circunstancias.
Cada pretendiente presentará, además, a dos testigos mayores de edad que lo conozcan, por lo menos, desde tres años antes, quienes
depondrán, bajo juramento, acerca de si existe o no algún impedimento. Los mismos testigos pueden serlo de ambos pretendientes.
Los testigos darán fe de que los futuros esposos son libres y conscientes de contraer matrimonio, y ellos serán los que darán la
conformidad de dicho acto nupcial. La presentación de los testigos también tiene la finalidad de darle un sentido social.
• La firma del acta por las manifestaciones de voluntad busca darle un medio probatorio idóneo que acredite la realización del
matrimonio y conste en un documento indubitable.
El Juez puede dispensar de la presentación de alguno de los documentos requeridos por razones fundadas. Vg.: Pérdida de la partida
de nacimiento por la destrucción de la municipalidad en la cual estaba inscrita.
2. AVISO MATRIMONIAL
Las municipalidades tienen la obligación de comunicar y hacer públicos los matrimonios proyectados, es decir, aquéllos que van a
realizarse. La publicidad con la que cuenta el matrimonio es fundamental, porque impide actuaciones dolosas y fraudulentas, Vg.:
La del bígamo.
Además de la publicación efectuada por la municipalidad, deberá efectuarse publicaciones en algún diario, salvo en aquellos
lugares donde no fuera posible; en ese caso, deberá realizarse vía radial.
Para que sea confirmada esta publicación, el responsable de la emisora debe entregar un documento en el cual se certifica que
dicho aviso fue transmitido en la emisora y acompañar el texto que fue publicitado. La norma omite establecer las veces que debe
ser publicitado en la emisora radial, pero por analogía se debe comprender que es la misma cantidad de los avisos en los periódicos.
Cuando los cónyuges viven en diversos lugares y no están en la misma jurisdicción de una municipalidad, se debe cursar un oficio
al Alcalde de la otra municipalidad para que ésta cumpla con comunicar a sus vecinos que se van a casar tal o cual persona, y ellos
puedan denunciar cualquier tipo de impedimento.
La inobservancia del aviso matrimonial puede ser sancionado con nulidad, tal como se puede apreciar en la siguiente jurisprudencia:
«Al no haberse publicado los edictos matrimoniales y la solicitud de dispensa de publicación de los mismos, y no se sustentó en causa
razonable alguna, más aún si no se habían presentado los documentos exigidos para la celebración del matrimonio, éste queda incurso
en la causal de nulidad prevista en el inciso 8) del artículo 274 a (Exp. 93-98, Resolución del 1/04/98, Sexta Sala de Familia de la Corte
Suprema de Lima)».
La dispensa, según nuestra legislación, es por motivos razonables, aunque no menciona cuales serían los supuestos. Su valoración
queda en manos de la judicatura.
El Alcalde puede delegar sus funciones (por escrito), por sus recargadas labores, a cualquier regidor o algún funcionario municipal;
y por peligro de muerte o grave estado de salud, a Directores o Jefes de hospitales, y párroco. Este es el único caso en que la Ley
establece que se deberá remitir el certificado matrimonial a la oficina de registros dentro del plazo de cuarenta y ocho horas.
Si los futuros cónyuges desean casarse en la jurisdicción de otro distrito, están en la libertad de hacerlo. Para estos casos la Ley
establece que deberán tener un permiso especial que debe otorgar el Alcalde competente.
El artículo 265o del Código Civil permite que el Alcalde pueda celebrar el matrimonio, excepcionalmente, fuera de la municipalidad.
Este dispositivo ha sido desnaturalizado, puesto que en la práctica tiene un carácter alternativo u opcional más que excepcional ya
que depende, finalmente, de la decisión de los contrayentes,
En aquellos supuestos en que los contrayentes pertenecen a Comunidades Campesinas o Nativas se prevé la formación de un
comité especial, integrado por la autoridad educativa y dos directivos de mayor jerarquía.
La norma civil vigente establece que no debe cobrarse ninguna remuneración o estipendio por parte de los funcionarios o
servidores públicos por las diligencias para la celebración del matrimonio, pero dicha gratuidad no alcanza a los trámites
administrativos a los que todo matrimonio está sujeto. Si se diera algún cobro indebido durante la tramitación o celebración del
matrimonio, corresponde la sanción disciplinaria al funcionario responsable (el Código establece la sanción de destitución
expresamente), sin perjuicio de la responsabilidad penal que se podría dar por el delito de exacción ilegal.
6. SITUACIONES EXCEPCIONALES
Se trata del matrimonio celebrado ante el peligro inminente de muerte de uno de los contrayentes y en el que se prescinde
de las formalidades legales y de la presencia del Alcalde.
La celebración de este matrimonio se realiza ante el párroco o cualquier sacerdote. Cualquier persona con legítimo interés
que conozca de este acto podrá oponerse si existe algún impedimento, es decir, se puede detener el procedimiento o
concluirlo, pero con el riesgo de declararse nulo.
Este dispositivo requiere una reforma puesto que reconoce sólo como autoridad para la celebración del matrimonio in
extremis a representantes de la iglesia católica, a pesar de que dicho acto podría también ser celebrado por representantes
de otras religiones, de tal manera que se ajuste a nuestra realidad.
Sistema restringido Este sistema es muy riguroso. Sólo se puede probar el matrimonio si consta
en un documento indubitable, que podría ser la inscripción en los registros
¿ civiles.
Cabe anotar que, hasta 1930, sólo existía el matrimonio religioso. En consecuencia, sólo las partidas emitidas por las parroquias tenían
pleno valor probatorio, pero a raíz de la dación del Decreto Ley N2 6889, del 04 de octubre de 1930, se hizo de cumplimiento obligatorio
el matrimonio civil. Desde entonces el título formalmente hábil para probar el matrimonio es la partida del registro civil. Por lo previsto
en el artículo 2115° del Código Civil vigente, las partidas parroquiales referentes a hechos realizados antes del 14 de noviembre de
1936 conservan su eficacia de acuerdo con las normas anteriores.
Cualquier defecto puramente formal en el título, es decir, en la partida de matrimonio, puede ser subsanado con la posesión constante
del estado de matrimonio, la que se define como la actitud que toman dos personas para realizar actividades comunes como cualquier
pareja de esposos. Señala CORNEJO CHÁVEZ: «Es la situación de hecho que se da entre aquellos que han sido titulados como casados».
Los defectos formales vienen a ser aquellos errores que, dada su poca importancia o trascendencia con el acto mismo del matrimonio,
no revisten importancia significativa. Por ejemplo, el error en la consignación de una letra, de la nacionalidad u otros errores que no
son sustanciales.
Nuestro legislador también se colocó en el supuesto de pérdida o destrucción del registro o del acta correspondiente. Autorizó para
ello, el uso de otros medios de prueba que pudieran generar convicción sobre la celebración del matrimonio: podría ofrecerse como
testigos a quienes asistieron a la celebración de la boda, los partes de matrimonio, las fotografías, los recuerdos o publicaciones
efectuadas, entre otros.
Otro supuesto singular se presenta cuando en un proceso penal se logra demostrar un acto ilícito relacionado con el título que
demuestra el matrimonio. En ese caso, la sentencia condenatoria permite probar que se celebró el matrimonio
Si no hay forma material de probar el matrimonio (por muerte de los cónyuges o desaparición) o los cónyuges no pueden expresarse
(por una parálisis u otra enfermedad), o no pueden dar la información, se recurriría en estos casos a la prueba del estado constante de
casados, razón por la que se califica como prueba supletoria.
En caso de que exista duda sobre la celebración del matrimonio, sobre la base de la equidad, se establece una presunción a favor del
matrimonio. Sólo bastará haberse demostrado la posesión del estado de casados para que la presunción opere; sin embargo, admite
prueba en contrario, puesto que no toda posesión de estado matrimonial presupone la existencia de un matrimonio: podría tratarse
de un estado de convivencia.
1. DEFINICION
La doctrina sostiene que el régimen de invalidez del matrimonio tiene reglas propias y diferentes de las del acto jurídico: inspira su
regulación y tratamiento el principio de favorecer a las nupcias o a favor matrimonio; y, tiene efectos distintos en cuanto a la nulidad
absoluta y relativa.
Constituye una de las sanciones más drásticas por la inobservancia de elementos estructurales o condiciones esenciales del acto
matrimonial. Como señala PLÁCIDO VILCACHAGUA: "la diversidad de sexo de los contrayentes, el consentimiento matrimonial, la
aptitud nupcial y la observancia de la formalidad prescrita, además de su celebración ante la autoridad competente".
La ausencia de los dos primeros elementos, esto es, la diversidad de sexos y el consentimiento matrimonial, daría lugar a un acto
inexistente.
2. NULIDAD Y ANULABILIDAD
a) Nulidad de matrimonio
Sólo se puede dar la nulidad cuando se ha inobservado un requisito esencial, razón por la que resulta insubsanable o insalvable.
Las causales que recoge el Código Civil son los impedimentos de enfermedad mental, sordomudez, parentesco y crimen, además
de la inobservancia de la formalidad prescrita en la Ley y la intervención de autoridad incompetente.
Se desarrolla a continuación cada una de las causales previstas:
ENFERMEDAD MENTAL
Art. 274o
a) Anomalía congénita que se manifiesta por diversos estímulos o factores externos (aptitud nupcial).
Antes de la celebración.
Después de celebrado el matrimonio. Con intervalos lúcidos.
Si cesó la incapacidad, corresponde la acción de nulidad al cónyuge perjudicado (que pueden ser ambos: el enfermo que descubre su
situación como el sano que recién conoce de la enfermedad). Caduca en el plazo de un año a partir de que cesó la incapacidad.
Si no cesó la enfermedad, la acción puede ser ejercitada por todos aquellos que tengan legítimo interés. No tiene plazo de caducidad.
CASADOS
Art. 274o
Si el anterior matrimonio se mantiene vigente, la pretensión puede ser planteada por quien tenga legítimo interés, incluso por el propio
bígamo. No tiene plazo de caducidad.
Si el nuevo matrimonio fue contraído por el cónyuge de un desaparecido sin que se hubiera declarado la muerte presunta. La acción
corresponde al nuevo cónyuge, siempre que hubiera procedido de buena fe y mientras dure el estado de ausencia. En caso de que
reaparezca el desaparecido se aplicarán las reglas para el supuesto del matrimonio vigente.
El matrimonio contraído por el cónyuge de quien fue declarado presuntamente muerto. El cónyuge supérstite podrá contraer
válidamente un nuevo matrimonio. Si el declarado muerto presunto reaparece y obtiene su reconocimiento de existencia, ello no
invalidará el nuevo matrimonio.
e) Considera al condenado por el delito de homicidio doloso de uno de los cónyuges y que contrajo matrimonio con el sobreviviente.
La acción puede ser ejercida por cualquiera que tenga legítimo interés, incluso por el afectado por el impedimento. No tiene plazo de
caducidad
Además de los legitimados que se han indicado, para salvaguardar el orden público, se impone al Ministerio Público la obligación de
interponer la demanda de nulidad, que se ampara en la facultad establecida en el artículo 159- inciso 1) de la Constitución, que señala:
“Corresponde al Ministerio Público: 1. Promover de oficio, o a petición de parte, la acción judicial en defensa de la legalidad y de los
intereses públicos tutelados por el derecho”.
Es posible que también el Juez pueda disponer la nulidad de oficio cuando ésta fuera manifiesta.
Por otro lado, se ha hallado una incongruencia importante en el Código Civil vigente respecto a la caducidad de la acción de nulidad,
puesto que el artículo 276o establece que dicha acción no caduca, y en el artículo 274o se han contemplado los casos en que caduca.
Autores como PLÁCIDO VILCACHAGUA considera que dicha incongruencia se resuelve con el principio de favorecer las nupcias. Por
otro lado, se ha propuesto corregir el término caducidad por prescripción y establecer una mejor redacción en cuanto a que la acción
de invalidez es imprescriptible, salvo los casos establecidos en la Ley. Además, cabe que esta pretensión se pueda perder por caducidad
o por algún hecho convalidante.
IMPÚBER
Art.. 227º
1) Aquel que no tiene edad núbil
Pueden ejercer la acción el impúber luego de llegar a la mayoría de edad, sus ascendientes, si no hubieran prestado su
consentimiento, y, a falta de éstos, el consejo de familia.
Se puede convalidar en los casos previstos en la Ley:
• El impúber cuando adquiere la mayoría de edad.
• Cuando la mujer ha concebido.
• Si éste conocía de la enfermedad, tiene el plazo de un año para ejercer la acción desde que tomó conocimiento. De otra manera, se
produce la caducidad.
PERTURBACIONES PASAJERAS
Art. 277o
4) Estados de perturbación transitorios que afectan el pleno ejercicio de sus facultades, provocadas por causas externas: embriaguez, hipnotismo,
• Queda convalidado si, desaparecido el estado de perturbación, ambos manifiestan su propósito de mantener el vínculo 0 cohabitan
por un período de seis meses de desaparecida la causa.
dolencia que afecta en el aspecto físico 0 en la salud del otro. Dentro de este segundo aspecto se puede comprender la vida deshonrosa, la enfermedad
y actual.
IMPOTENCIA ABSOLUTA
Art. 277°
7) Consiste en la imposibilidad que padece alguno de los cónyuges para realizar la cópula. Esta situación se puede deber a diversas causas como el
. El ejercicio de la acción corresponde sólo a los cónyuges o al cónyuge de buena fe. Se establece expresamente un plazo de
caducidad de seis meses de la celebración del matrimonio
b) Respecto a la indemnización
Corresponde esta acción al cónyuge que actuó de buena fe y que ha sido perjudicado por la conducta dolosa o culposa de su
pareja. Se va a resarcir tanto el daño patrimonial como extramatrimonial, según los alcances de la responsabilidad
extracontractual, en la medida que se ha demostrado o acreditado el perjuicio o menoscabo.