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MAGISTRADA PONENTE: EVELYN MARRERO ORTÍZ

EXP. N° 2012-0941
Mediante Oficio Nro. 672-2012 de fecha 7 de junio de 2012 el Tribunal Superior de
lo Contencioso Tributario de la Región Guayana, remitió a esta Sala Político-
Administrativa el expediente signado con letras y números FP02-U-2008-000086
(nomenclatura del aludido Tribunal), contentivo del recurso de apelación ejercido el 31 de
mayo del mismo año por el abogado Jaime Cardozo Villazana, inscrito en el
INPREABOGADO bajo el Nro. 25.186, actuando con el carácter de sustituto de la
Procuradora General de la República en representación del FISCO NACIONAL, tal
como se evidencia del instrumento poder cursante a los folios 794 al 796 del expediente
judicial, contra la sentencia definitiva Nro. PJ0662011000194 dictada por el Tribunal
remitente el 31 de octubre de 2011, que declaró con lugar el recurso contencioso tributario
interpuesto en fecha 3 de noviembre de 2008 por el abogado Rafael Celestino Valor Ojeda,
inscrito en el INPREABOGADO bajo el Nro. 59.996, actuando con el carácter de
apoderado judicial de la sociedad de comercio CENTRAL SAN TOMÉ IV, C.A., cuya
representación se desprende del documento poder inserto a los folios 48 al 49 de las actas
procesales, así como la inscripción de la empresa en el Registro Mercantil de la
Circunscripción Judicial del Estado Bolívar, con sede en Puerto Ordaz en fecha 10 de
diciembre de 1996.

Los antecedentes del caso que ahora se examina cursan a los folios 2 al 86 del
expediente Nro. 2012-0941, el cual se trata de un recurso contencioso tributario incoado
contra la Resolución Culminatoria de Sumario Administrativo Nro. GRTI-RG-DSA-2008-
51 de fecha 29 de agosto de 2008, emanada de la División de Sumario Administrativo de la
Gerencia Regional de Tributos Internos de la Región Guayana del Servicio Nacional
Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT) y las correlativas Planillas
de Liquidación Nros. 081001233000162, 081001233000163 y 081001233000164, todas de
fecha 5 de septiembre de 2008; acto administrativo en el cual se determinó a cargo de la
contribuyente la obligación de pagar lo siguiente: i) diferencia de impuesto sobre la
renta correspondiente al ejercicio fiscal comprendido entre el 1° de noviembre de 2005 y el
31 de octubre de 2006, por la cantidad actual de Quinientos Noventa y Cuatro Mil
Doscientos Sesenta Bolívares con Sesenta y Un Céntimos (Bs. 594.260,61); ii) sanción de
multa de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 111 del Código Orgánico Tributario de 2001,
en concordancia con lo establecido en el artículo 94 eiusdem y el artículo 37 del Código
Penal, por la suma de Diecinueve Mil Ochocientas Noventa y Siete con Doce Unidades
Tributarias (19.897,12 U.T.); iii) intereses moratorios conforme al artículo 66 del Código
Orgánico Tributario de 2001, por el monto hoy expresado en Doscientos Treinta y Siete
Mil Ciento Sesenta y Ocho Bolívares con Veinticinco Céntimos (Bs. 237.168,25);
conceptos cuya sumatoria asciende a la cantidad de Un Millón Cuatrocientos Noventa y
Nueve Mil Novecientos Setenta y Dos Bolívares con Cinco Céntimos (Bs. 1.499.972,05).

Decidida la causa en primera instancia, el Tribunal Superior de lo Contencioso


Tributario de la Región Guayana por auto de fecha 7 de junio de 2012 oyó la apelación
ejercida por la representación fiscal en ambos efectos y remitió el expediente a esta
Máxima Instancia.

El 20 de junio de 2012 se dio cuenta en Sala, se ordenó aplicar el procedimiento de


segunda instancia previsto en el artículo 92 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa y, asimismo, se designó Ponente a la Magistrada Evelyn
Marrero Ortíz. En la misma oportunidad, se fijó un lapso de diez (10) días de despacho para
fundamentar la apelación, lo cual hizo el abogado Freddy A. Vivas García, inscrito en el
IMPREABOGADO bajo el Nro. 22.765, actuando con el carácter de sustituto de la
Procuradora General de la República en representación del Fisco Nacional, según se
evidencia del documento poder cursante a los folios 821 al 826 del expediente judicial, el
19 de julio de 2012.

El 25 de julio de 2012, la representación del Fisco Nacional consignó ante la


Secretaría de esta Sala el expediente administrativo elaborado con base al acto
administrativo impugnado por la sociedad mercantil Central Santo Tomé IV, C.A.

En fecha 9 de agosto de 2012 la causa entró en estado de sentencia por encontrarse


vencido el lapso de contestación a la apelación, conforme a lo previsto en el artículo 93 de
la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, la cual no fue presentada
por el apoderado judicial de la contribuyente conforme se desprende de los autos.

Por acuerdo de fecha 15 de enero de 2013, debido a la incorporación del Magistrado


Suplente Emilio Ramos González el 14 del mismo mes y año, se reconstituyó la Sala
Político-Administrativa y con fundamento en el derecho a la tutela judicial efectiva y el
acceso a la justicia; en aras de garantizar la continuidad en la prestación del servicio de
justicia, la Sala quedó conformada de la manera siguiente: Presidenta, Magistrada Evelyn
Marrero Ortíz; Vicepresidente, Magistrado Emiro García Rosas; las Magistradas Trina
Omaira Zurita y Mónica Misticchio Tortorella y el Magistrado Emilio Ramos
González, hasta tanto sean electas por la Sala Plena del Máximo Tribunal las autoridades
integrantes de la Junta Directiva para el período 2013-2015.

Realizado el estudio del expediente pasa esta Alzada a decidir, con fundamento en
los artículos 26, 253 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

I
DE LA SENTENCIA APELADA
El Tribunal Superior de lo Contencioso Tributario de la Región Guayana, mediante
sentencia definitiva Nro. PJ0662011000194 del 31 de octubre de 2011 declaró con lugar el
recurso contencioso tributario ejercido por el apoderado judicial de la sociedad mercantil
Central Santo Tomé IV, C.A.

En su decisión razonó motivadamente que no hubo violación al derecho a la defensa


de la recurrente, pues ésta pudo conocer los hechos que sirvieron de fundamento a los actos
administrativos impugnados y, así,ejercer la defensa de sus pretensiones ante ese órgano
jurisdiccional, aún cuando no se especificó cuál de los supuestos de las normas contenidas
en el artículo 92 de la Ley de Impuesto Sobre la Renta de 2001 y laResolución Nro.
320, publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nro. 36.859
de fecha 29 de diciembre de 1999, fueron incumplidos por la contribuyente en la emisión
de facturas durante los ejercicios fiscales investigados.

Indicado lo anterior, la Sentenciadora concluyó señalando que la Administración


Tributaria sí había transgredido el derecho a la defensa de la contribuyente, puesto que los
actos administrativos impugnados no dan a conocer de manera cierta los hechos que
sirvieron de fundamento para el rechazo de la deducción de los costos; en consecuencia,
declaró la nulidad absoluta de los actos recurridos.

De seguidas, analizó las pruebas aportadas por la recurrente en juicio, concluyendo


que había sido demostrado el costo cuya deducción se pretendía, y, en tal sentido, aclaró su
procedencia conminando a la Administración Tributaria a reconocerlo, toda vez que la
omisión de los requisitos antes mencionados no afecta el control fiscal por ella ejercido.

Respecto a la procedencia o no de la eximente de responsabilidad penal prevista en


el numeral 3 del artículo 171 de la Ley de Impuesto sobre la Renta de 2001, consideró que
no era procedente pronunciarse en virtud de las anteriores declaratorias.

Eximió de la condenatoria en costas a la República con fundamento en la sentencia


de la Sala Constitucional Nro. 1238 del 30 de septiembre de 2009 (caso: Julián Isaías
Rodríguez Díaz).

II
FUNDAMENTOS DE LA APELACIÓN
En fecha 19 de julio de 2012 la representación judicial del Fisco Nacional consignó
ante esta Sala el escrito de fundamentación de la apelación, contra la sentencia definitiva
Nro. PJ0662011000194 dictada por el Tribunal remitente el 31 de octubre de 2011 (folios
804 al 827 del expediente judicial), en el cual manifiesta su disconformidad con la
sentencia apelada. En tal sentido, señala lo siguiente:

1.- Vicio de contradicción.

Por un lado la recurrida afirma que el acto administrativo impugnado no adolece del
vicio de inmotivación denunciado y que la contribuyente pudo ejercer su derecho a la
defensa dada la expresión sucinta de los hechos y el derecho que originaron el rechazo de la
deducción del costo, aun cuando no se precisa con exactitud cuáles facturas incumplen los
requisitos previstos en el artículo 92 de la Ley de Impuesto sobre la Renta de 2001 y en
la Resolución Nro. 320, publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de
Venezuela Nro. 36.859 de fecha 29 de diciembre de 1999; pero a la vez, por otro lado
indica que el aludido acto administrativo está inmotivado por haber dejado de señalar los
requisitos que no se encuentran a satisfacción en las facturas que soportan el costo causado
durante el ejercicio fiscal comprendido entre el 1° de noviembre de 2005 al 31 de octubre
de 2006, generando un estado de indefensión a la recurrente que le imposibilitó presentar
sus distintos “escritos de descargos y recursorio” (folios 810 al 811 de las actas
procesales).

2.- Vicio de Falso supuesto de hecho y de derecho.

Estima el Tribunal de la causa que el rechazo en la deducción de los costos es


improcedente, pues el incumplimiento de los artículos 91 y 92 de la Ley de Impuesto sobre
la Renta de 2001, así como el de los artículos 2 y 11 de la Resolución Nro. 320, publicada
en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nro. 36.859 de fecha 29 de
diciembre de 1999, no afecta el control fiscal de la Administración Tributaria sobre los
sujetos pasivos. En tal sentido, hace referencia al criterio jurisprudencial de esta Sala
contenido en la sentencia Nro. 02158 de fecha 10 de octubre de 2001, caso: Hilados
Flexilón, S.A., ratificado en fallo Nro. 02991 del 18 de diciembre del mismo año,
caso: Tenería Primero de Octubre (folios 812 al 817 del expediente).

3.- De la eximente de responsabilidad penal tributaria contemplada en el


numeral 3 del artículo 171 de la Ley de Impuesto sobre la Renta de 2001.
La representación fiscal considera que no procede, por cuanto el reparo no se
formuló con base en los datos suministrados por la recurrente en su declaración, sino
primordialmente en la información aportada por la investigación fiscal; así, también,
desconoce la forma como la contribuyente realizó un nuevo cálculo de la sanción de multa
aplicada conforme a lo dispuesto en el artículo 111 del Código Orgánico Tributario de 2001
(folios 817 al 819 de las actas procesales).

III
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
Vistos los términos en que fue dictado el fallo apelado, así como los alegatos
expuestos en su contra por la representación judicial del Fisco Nacional, observa la Sala
que en el caso concreto la controversia planteada queda circunscrita a decidir si el Tribunal
de la causa incurrió en: i) el vicio de contradicción respecto al análisis del vicio de
inmotivación alegado por la recurrente en la primera instancia y su declaratoria; ii) el vicio
de falso supuesto de hecho y de derecho por errónea aplicación de la normativa contenida
en los artículos 91 y 92 de la Ley de Impuesto sobre la Renta de 2001 y en los artículos 2 y
11 de la Resolución Nro. 320,publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de
Venezuela Nro. 36.859 de fecha 29 de diciembre de 1999. Asimismo, se analizará cuál es el
valor de la unidad tributaria aplicable en la estimación de la sanción de multa aplicada
conforme al artículo 111 del Código Orgánico Tributario de 2001, en concordancia con lo
dispuesto en los artículos 79 del mencionado Código y 37 del Código Penal; y si la
eximente de responsabilidad penal prevista en el numeral 3 del artículo 171 de la Ley de
Impuesto sobre la Renta de 2001 es procedente.

Delimitada la litis en los términos que anteceden, se pasa a decidir sobre la base de
las consideraciones siguientes:

• Del vicio de contradicción.


Expone el representante judicial del Fisco Nacional que la sentencia
recurrida incurrió en inmotivación por contradicción, porque afirma por un lado que el acto
administrativo impugnado no adolece del vicio de inmotivación denunciado y que la
contribuyente pudo ejercer su derecho a la defensa dada la expresión sucinta de los hechos
y el derecho que originaron el rechazo de la deducción del costo, aun cuando no se precisa
con exactitud cuáles facturas incumplen los requisitos previstos en el artículo 92 de la Ley
de Impuesto sobre la Renta de 2001 y lo dispuesto en los artículos 2 y 11 de
la Resolución Nro. 320, publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de
Venezuela Nro. 36.859 de fecha 29 de diciembre de 1999; pero a la vez, por otro lado
indica que el aludido acto administrativo está inmotivado por haber dejado de señalar la
Juzgadora los requisitos incumplidos en las facturas que soportan el costo causado durante
el ejercicio fiscal comprendido entre el 1° de noviembre de 2005 al 31 de octubre de 2006,
generando un estado de indefensión a la recurrente que le imposibilitó presentar sus
distintos “escritos de descargos y recursorio”.

En atención a lo expresado, esta Sala considera oportuno reiterar lo que sobre el


vicio de contradicción ha venido sosteniendo en diferentes fallos, entre ellos, las sentencias
Nros. 00884, 00833 y 567 dictadas en fechas 30 de julio de 2008, 10 de junio de 2009 y 16
de junio de 2010, respectivamente, casos: Distribuidora de Agua Mineral Royal, S.R.L.,
Telcel, C.A. y Hermanos Médico, C.A., respectivamente, mediante los cuales se estableció
que el vicio de inmotivación (dentro del cual puede ubicarse el vicio de contradicción) no
solo se produce al faltar de manera absoluta los fundamentos de la decisión, sino que,
paralelamente, existen otros supuestos que al incidir de manera claramente negativa sobre
los motivos del fallo los eliminan, deviniendo así en inexistentes, por lo que tales errores
producen la inmotivación total, pura y simple, ejemplo de lo cual son las contradicciones
graves en los propios motivos que implican su destrucción recíproca; siendo éste el
supuesto específico que denuncia el apelante.

Al circunscribir el análisis al caso concreto, se advierte que en el fallo apelado la


Jueza de mérito expuso en esencia, que no hubo violación al derecho a la defensa de la
recurrente, pues ésta pudo conocer los hechos que sirvieron de fundamento al acto
administrativo impugnado, y, así, ejercer a plenitud la defensa de sus pretensiones ante ese
órgano jurisdiccional; para concluir sorpresivamente que la Administración Tributaria sí
había transgredido el derecho a la defensa de la contribuyente, puesto que los actos
administrativos impugnados no dan a conocer de manera cierta los hechos que sirvieron de
fundamento para el rechazo de la deducción de los costos. Como consecuencia de lo
anterior, la Jueza de instancia declaró la nulidad del acto administrativo contenido en
la Resolución Culminatoria de Sumario Administrativo Nro. GRTI-RG-DSA-2008-51 de
fecha 29 de agosto de 2008 (folio 733 del expediente judicial).

De la decisión analizada se aprecia la consideración que hiciese la Jueza de la causa


respecto al acto administrativo contenido en la mencionada Resolución Culminatoria de
Sumario Administrativo, el cual a su criterio: i) se encuentra suficientemente motivado
debido a que la contribuyente sí pudo conocer los hechos y el derecho que sirvieron de
fundamento para la decisión administrativa, permitiéndole ejercer a plenitud la defensa de
sus pretensiones mediante el recurso contencioso tributario; pero, a la vez, ii) afirma que se
encuentra inmotivado por cuanto no le permitió a la sociedad mercantil Central Santo Tomé
IV, C.A. conocer de manera específica cuáles eran los requisitos incumplidos en las
facturas presentadas como soporte de los costos a deducir, colocándola en estado de
indefensión e imposibilitándole presentar escritos de “descargos y recursorio”;
aseveración esta que no se corresponde con lo hechos que se constatan en el expediente
judicial, pues el fallo que ahora se está conociendo en alzada, deriva del ejercicio del
recurso contencioso tributario por parte de la contribuyente contra el acto administrativo
contenido en la Resolución Culminatoria de Sumario Administrativo Nro. GRTI-RG-DSA-
2008-51 de fecha 29 de agosto de 2008, ante el Tribunal competente.

En tal sentido, observa la Sala que en la decisión apelada Nro.


PJ0662011000194, dictada por el Tribunal de la causa en fecha 31 de octubre de 2011, se
evidencia que los fundamentos del fallo impugnado, respecto al vicio de inmotivación,
contienen contradicciones graves en los propios motivos que implican su destrucción
recíproca, tal como se señaló con anterioridad; en consecuencia, esta Alzada estima
procedente la denuncia formulada por el Fisco Nacional respecto al vicio de contradicción
y anula la sentencia recurrida. Así se declara.

• Fondo controvertido:
Declarada la nulidad de la sentencia examinada y siendo éste un procedimiento de
segunda instancia, la Sala -por disposición expresa del artículo 209 del Código de
Procedimiento Civil- pasa a conocer y a decidir el fondo de la controversia en los términos
siguientes:

Denuncia la representación judicial de la recurrente que el acto administrativo


impugnado: i) realiza una errada determinación del impuesto sobre la renta, multa e
intereses moratorios; ii) adolece del vicio de falso supuesto de derecho por errónea
interpretación del artículo 92 de la Ley de Impuesto sobre la Renta de 2001; iii) se
encuentra inmotivado desde su origen en el Acta de Reparo; y iv) no aplica la eximente de
responsabilidad penal prevista en el numeral 3 del artículo 171 de la mencionada Ley.

No obstante el orden como fueron presentados los argumentos de la recurrente en el


escrito contentivo del recurso contencioso tributario, esta Máxima Instancia, en primer
lugar, se pronunciará sobre el vicio deinmotivación del acto administrativo refutado, porque
la configuración de dicho vicio sería suficiente para acarrear la nulidad del referido acto. Al
efecto, la Sala observa:
1.- Vicio de inmotivación.

Respecto al vicio de inmotivación denunciado por la contribuyente, esta Sala


considera oportuno señalar, que la nulidad de los actos administrativos por inmotivación
sólo se produce cuando no se permite a los interesados conocer los fundamentos legales y
los supuestos de hecho que constituyen las bases o motivos en que se apoyó el órgano
administrativo para dictar la decisión, mas no así, cuando la sucinta motivación permite
conocer la fuente legal, las razones y los hechos apreciados por el funcionario actuante.

La motivación que supone toda resolución administrativa no es, necesariamente, el


hecho de contener dentro del texto que la concreta una exposición analítica o de expresar
los datos o razonamientos en que se funda de manera discriminada, pues un acto puede
considerarse motivado cuando ha sido expedido con base en hechos, datos o cifras
concretas y cuando éstos consten efectivamente y de manera explícita en el expediente.

Esta Sala ha reiterado de manera pacífica que el cumplimiento de ese requisito,


también ocurre cuando la motivación se encuentre enmarcada en su contexto, es decir, que
la misma se encuentre dentro del expediente, considerado en forma integral y formado en
virtud del acto de que se trate y sus antecedentes, siempre que el administrado haya tenido
acceso a ellos y al conocimiento oportuno de los mismos; siendo suficiente, en algunos
casos, que sólo se cite la fundamentación jurídica, si ésta contiene un supuesto unívoco y
simple. (Vid. sentencia Nro. 01815, de fecha 3 de agosto de 2000, reiterado entre otras en
decisiones Nros. 00387 del 16 de febrero de 2006 y 00649 del 20 de mayo de 2009,
casos: Asociación Cooperativa de Transporte de Pasajeros Universidad, Valores e
Inversiones C.A. y Corporación Inlaca, C.A. ).

En definitiva, el objetivo de la motivación es, en primer lugar, permitir a los


órganos competentes el control de la legalidad del acto emitido y, en segundo lugar, hacer
posible a los administrados el ejercicio del derecho a la defensa.

Al circunscribir lo anteriormente señalado al caso de autos, esta Alzada observa en


la Resolución impugnada que la misma contiene una exposición suficiente de las razones
por la cuales la Administración Tributaria rechazó la deducción del costo soportado por la
contribuyente, basándose fundamentalmente en que las facturas utilizadas para demostrarlo
incumplían los requisitos legales para su procedencia, es decir, los previstos en los
artículos 91 y 92 de la Ley de Impuesto sobre la Renta de 2001 y lo dispuesto en los
artículos 2 y 11 de la Resolución Nro. 320, publicada en la Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela Nro. 36.859 de fecha 29 de diciembre de 1999, argumento que
fue rebatido por la contribuyente en su escrito contentivo del recurso contencioso tributario
en el ejercicio de su derecho a la defensa. De allí que la Sala considera que se encuentra
satisfecho el requisito de la motivación y, por ende, resulta infundado el vicio invocado por
la contribuyente en la primera instancia. Así se declara.

2.- Falso supuesto de derecho por errónea interpretación del artículo 92 de la


Ley de Impuesto sobre la Renta de 2001.
Señala que la Administración Tributaria partió de un falso supuesto de derecho por
errónea interpretación del artículo 92 de la Ley de Impuesto sobre la Renta de 2001, al
declarar improcedente la deducción del costo por estar fundamentada en facturas que no
presentan el número del Registro de Información Fiscal (RIF), toda vez que la carencia de
este requisito formal desnaturaliza el contenido de las mismas, impidiendo con esa omisión
la labor de control y recaudación del impuesto.

En este punto, cabe traer a colación a los fines del análisis del rechazo de los gastos
por omisión de formalidades en las facturas, los artículos 91 y 92 de la mencionada Ley, los
cuales disponen lo siguiente:
“Artículo 91. Los contribuyentes están obligados a llevar en forma
ordenada y ajustados a principios de contabilidad generalmente
aceptados en la República Bolivariana de Venezuela, los libros y
registros que esta Ley, su Reglamento y las demás Leyes especiales
determinen, de manera que constituyan medios integrados de control y
comprobación de todos sus bienes activos y pasivos, muebles e
inmuebles, corporales o incorporales, relacionados o no con el
enriquecimiento que se declara, a exhibirlos a los funcionarios
fiscales competentes y a adoptar normas expresas de contabilidad que
con ese fin se establezcan.
Las anotaciones o asientos que se hagan en dichos libros y registros
deberán estar apoyados en los comprobantes correspondientes y sólo
de la fe que éstos merezcan surgirá el valor probatorio de
aquellos.” (Destacado de la Sala).

“Artículo 92. Los emisores de comprobantes de ventas o de


prestación de servicios realizados en el país, deberán cumplir con los
requisitos de facturación establecidos por la Administración
Tributaria, incluyendo en los mismos su número de Registro de
Información Fiscal. A todos los efectos previstos en esta Ley, sólo se
aceptarán estos comprobantes como prueba de haberse efectuado el
desembolso, cuando aparezca en ellos el número de Registro de
Información Fiscal del emisor y sean emitidos de acuerdo a la
normativa sobre facturación establecida por la Administración
Tributaria.” (Destacado de la Sala).

Las citadas disposiciones regulan las obligaciones contables y fiscales que deben
cumplir los contribuyentes del impuesto sobre la renta, así como la potestad de la
Administración Tributaria para ejercer la vigilancia, investigación y control fiscal, con la
finalidad de determinar no sólo la legalidad de las operaciones realizadas por los
contribuyentes, sino la sinceridad que merezcan las mismas.

A tal efecto, la Ley de Impuesto sobre la Renta de 2001 establece una serie de
requisitos o condiciones para la deducibilidad de gastos y costos, a los efectos de ser
admitidos como tales en la declaración anual del impuesto sobre la renta. Para que un gasto
o costo sea admitido debe estar causado, ser normal y necesario, ocurrido en el país, con la
finalidad de producir un enriquecimiento, y apoyados en los comprobantes
correspondientes o las facturas que reúnan los respectivos requisitos formales. Sólo así, y
de la correcta comprobación de tales supuestos, dependerá su admisibilidad.
En orden a lo anterior, esta Sala en reiteradas oportunidades ha señalado que en
cada caso particular, debe verificarse si la omisión de alguno de los requisitos de las
facturas y otros comprobantes de pago, impide la labor de control y recaudación del
tributo (Vid. sentencia Nro. 02158 del 10 de octubre de 2001, caso: Hilados Flexilón, S.A.,
ratificado en el fallo Nro. 02991 del 18 de diciembre de 2001, caso: C.A. Tenería Primero
de Octubre).

En consecuencia, cada caso debe ser examinado equitativamente a fin de precisar,


cuándo el incumplimiento de tales requisitos lesiona la función de control que el Fisco
Nacional está en el deber de realizar.

Derivado de lo anterior se concluye que el incumplimiento de alguno de los


requisitos legales y reglamentarios en las facturas, no acarrea necesariamente la pérdida de
la deducción del costo, sino que habrá de atenderse al examen equitativo y racional de las
mismas en cada caso concreto, en concordancia con los documentos equivalentes y los
restantes elementos probatorios aportados en autos; todo ello, sin menoscabo del deber que
pesa sobre los contribuyentes o responsables de acatar fielmente la normativa dictada por el
legislador tributario en materia de facturación (Vid. sentencia Nro. 02978 del 20 de
diciembre de 2006, caso:Materiales de Plomería, C.A. -MAPLOCA-).

En el caso concreto, la Administración Tributaria mediante la exigencia de la


mención del número de Registro de Información Fiscal (RIF), persigue tanto la
identificación del proveedor de los bienes o el prestador de los servicios, como la
verificación de los enriquecimientos obtenidos por éstos y su correspondiente contrapartida,
es decir, los desembolsos efectuados por los beneficiarios de tales bienes y servicios. En
otras palabras, tal como ha señalado la Sala, el Fisco Nacional requiere la indicación del
aludido número con el fin de comprobar la identificación del emisor de la factura, e
igualmente, busca escudriñar la vinculación económica de las partes con la finalidad
fundamental de constatar la sinceridad del gasto. (Vid. sentencia No. 00395 del 5 de marzo
de 2002, caso: Industria Cerrajera El Tambor, C.A.).

Ahora bien, esta Alzada observa que, en el caso concreto, el análisis se circunscribe
al costo deducido por la contribuyente comprobado mediante las facturas discriminadas en
el “Anexo 1” de la Resolución Culminatoria de Sumario Administrativo Nro. GRTI-RG-
DSA-2008-51 de fecha 29 de agosto de 2008, las cuales no presentan el número de Registro
de Información Fiscal (RIF) (folios 24 al 30).

Sobre el particular, en atención a los criterios jurisprudenciales anteriormente


expresados, de la revisión del expediente judicial esta Sala constata que aún cuando las
aludidas facturas carecen del número de Registro de Información Fiscal (RIF), sin embargo,
la Administración Tributaria pudo ejercer el control sobre las operaciones relacionadas con
estas facturas durante la investigación fiscal practicada a la recurrente, tal como se
desprende del Acta de Reparo, de acuerdo a la cual se verificó la veracidad de los costos y
se identificaron las cuentas en las cuales se registraron sobre la base de la documentación
aportada por la contribuyente (folio 17).

Además, el Fisco Nacional tampoco estuvo impedido de cumplir con la señalada


facultad de control, habida cuenta que en el “Anexo 1” de la Resolución Culminatoria de
Sumario Administrativo Nro. GRTI-RG-DSA-2008-51 de fecha 29 de agosto de 2008, el
cual forma parte integrante del expediente administrativo sustanciado por la Administración
Tributaria, aparecen los números de Registro de Información Fiscal (RIF) de los emisores
de las referidas facturas (folios 24 al 30).
En ese orden de ideas, esta Máxima Instancia debe forzosamente declarar cumplido
el fin de dichas facturas, lo que le confiere a la contribuyente el derecho a deducir el costo
incurrido por la cantidad actual deQuinientos Noventa y Un Mil Cuatrocientos Veintisiete
Bolívares con Noventa y Nueve Céntimos (Bs. 591.427,99); por tanto, no es procedente el
rechazo de la deducción del costo soportado por la contribuyente con base en el criterio de
que las facturas discriminadas en el “Anexo” 1 del Acta de Reparo – Impuesto sobre la
Renta Nro. GRTI/RG/DF/19 de fecha 14 de abril de 2008, no presentan el número de
Registro de Información Fiscal (RIF). En tal sentido, se anula la Resolución impugnada.
Así se declara.
En armonía con lo anterior, respecto a la determinación del impuesto, la sanción de la
multa aplicada a la contribuyente conforme a lo dispuesto en el artículo 111 del Código
Orgánico Tributario de 2001, los intereses moratorios y la procedencia de la eximente de
responsabilidad penal prevista en el numeral 3 del artículo 171 de la Ley de Impuesto sobre
la Renta de 2001, considera esta Alzada que no corresponde pronunciarse sobre esos
conceptos, toda vez que ha sido declarado improcedente el rechazo a la deducción de los
costos fiscalizado erradamente por la Administración Tributaria, que dió origen a la
diferencia de impuesto, la sanción de multa y los intereses de mora. Así se declara.
Vistas las consideraciones precedentemente expuestas, esta Máxima Instancia declara
parcialmente con lugar la apelación ejercida por el Fisco Nacional contra la sentencia
definitiva Nro. PJ0662011000194 dictada por el Tribunal Superior de lo Contencioso
Tributario de la Región Guayana en fecha 31 de octubre de 2011, que declaró con lugar el
recurso contencioso tributario interpuesto por la sociedad mercantil Central San Tomé IV,
C.A., decisión que se anula. Así se declara.
Asimismo, se declara con lugar el recurso contencioso tributario interpuesto por la
empresa recurrente.

VI
DECISIÓN
En virtud de las razones precedentemente expuestas, este Tribunal Supremo de
Justicia en Sala Político-Administrativa, administrando justicia en nombre de la República
y por autoridad de la Ley, declara:
1.- PARCIALMENTE CON LUGAR la apelación formulada por la
representación judicial del FISCO NACIONAL contra la sentencia Nro.
PJ0662011000194 dictada por el Tribunal Superior de lo Contencioso Tributario de la
Región Guayana en fecha 31 de octubre de 2011, que declaró con lugar el recurso
contencioso tributario interpuesto por la sociedad mercantil CENTRAL SAN TOMÉ IV,
C.A., la cual seANULA.
2.- CON LUGAR el recurso contencioso tributario interpuesto por la mencionada
empresa contra la Resolución Culminatoria de Sumario Administrativo Nro. GRTI-RG-
DSA-2008-51 de fecha 29 de agosto de 2008, emitida por la División de Sumario
Administrativo de la Gerencia Regional de Tributos Internos de la Región Guayana del
Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT) y las
correlativas Planillas de Liquidación Nros. 081001233000162, 081001233000163 y
081001233000164, todas de fecha 5 de septiembre de 2008; actos administrativos que
se ANULAN.

Publíquese, regístrese y notifíquese. Devuélvase el expediente al Tribunal de origen.


Cúmplase lo ordenado.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Político-Administrativa
del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los cinco (05) días del mes de marzo del
año dos mil trece (2013). Años 202º de la Independencia y 154º de la Federación.

La Presidenta - Ponente
EVELYN MARRERO
ORTÍZ

El Vicepresidente
EMIRO
GARCÍA
ROSAS

Las Magistradas,

TRINA OMAIRA
ZURITA

MÓNICA
MISTICCHIO
TORTORELLA

El Magistrado
EMILIO RAMOS
GONZÁLEZ

La Secretaria,
SOFÍA YAMILE GUZMÁN

En doce (12) de marzo del año dos


mil trece, se publicó y registró la
anterior sentencia bajo el Nº 00252,
la cual no está firmada por la
Magistrada Trina Omaira Zurita,
por motivos justificados.

La Secretaria,
SOFÍA YAMILE GUZMÁN

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