Sei sulla pagina 1di 9

201631010

Examen de Ciclo – Semestre 2018-10


La entrega simbólica de los municipios de Yopal (Casanare) y Aguadas (Caldas) al Señor
Jesucristo.

Históricamente, el Estado colombiano ha tenido una relación muy estrecha con la Iglesia católica.
Esta relación responde a la colonización de América Latina, debido a que los colonos impusieron la
religión católica en las tierras conquistadas en función de expandir el imperio español. El modelo de
estricta confesionalidad instaurado en esta época se mantuvo incluso después de la independencia, ya
que todavía se mantenía el régimen de patronato, como lo refleja la Constitución de Cundinamarca de
18111 y las demás constituciones provinciales y generales de Nueva Granada (Prieto, 2015, pp. 17 –
21). Sin embargo, en 1858 hubo un giro drástico y el Estado adoptó un carácter casi de rechazo hacia el
catolicismo; por medio de una nueva constitución2, se estableció la libertad religiosa y la separación
entre la Iglesia y el Estado. No obstante, esta corriente liberal duró muy poco y en 1886 se promulgó
una nueva constitución3 con bases claramente cristianas, en la que se retornó a un Estado confesional
(Ídem). En esta nueva carta política, el Estado se comprometía a la protección de la religión católica y
establecía la influencia de esta incluso en materias como la educación, sin embargo, se garantizaba la
libertad de consciencia4. Actualmente, el régimen en vigencia parte de la Constitución de 1991, que
establece el carácter pluralista del Estado basado en los principios de laicidad e igualdad, y hay un
reconocimiento total de las libertades de religión y consciencia de todos los ciudadanos5.

1
Art. 1º. “La Religión Católica, Apostólica, Romana es la Religión de este Estado.” Art. 2º. “No se permitirá otro culto público
ni privado, y ella será la única que podrá subsistir a expensas de las contribuciones de la provincia y caudales destinados a este
efecto, conforme a las leyes que en materia gobiernan.”
2
Constitución de 1858
3
Preámbulo: “En nombre de Dios, fuente suprema de toda autoridad (…).” (Const. Cundinamarca, 1811)
4
Art. 53. “La Iglesia Católica podrá libremente en Colombia administrar sus asuntos interiores y ejercer actos de autoridad
espiritual y de jurisdicción eclesiástica, sin necesidad de autorización del Poder civil.” Art. 39. “Nadie será molestado por razón
de sus opiniones religiosas, ni compelido por las autoridades a profesar creencias ni a observar prácticas contrarias a su
conciencia.” (Const., 1886)
5
Art. 13. “Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán
de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o
familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica. (…)” Art. 19.” Se garantiza la libertad de cultos. Toda persona tiene
derecho a profesar libremente su religión y a difundirla en forma individual o colectiva. Todas las confesiones religiosas e
iglesias son igualmente libres ante la ley.” (Const., 1991)

1
Aunque la nueva Constitución establece y garantiza el pluralismo religioso, la laicidad del Estado
está sujeta a debate, ya que es innegable que en Colombia todavía existe una influencia de los ideales
católicos en la manera de gobernar. Una prueba de esto son los decretos expedidos entre junio y julio
de 2017, por los dirigentes municipales de Yopal (Casanare) y Aguadas (Caldas); por medio de estas
normas se hizo entrega simbólica de los municipios a Jesucristo. A la luz del texto constitucional y un
análisis de doctrina y jurisprudencia, en este ensayo se propone estudiar y resolver el problema de la
validez de dichos decretos. Para esto, se plantea una posible interpretación al preámbulo de la
Constitución y al principio de descentralización administrativa, en el marco de un Estado Social de
Derecho.

Para abordar el problema de la validez de los decretos es indispensable distinguir entre la validez
formal y material. La validez formal hace referencia a los procesos de creación normativa y a la
competencia del órgano creador, previstos en una norma superior (Otto, 1983, pp. 88 – 91). Cuando
una norma cumple con los requisitos de validez formal ya existe jurídicamente (Betegón, 2015 p. 229).
Si nos referimos al Decreto No. 036 de 2017, por medio del cual la alcaldesa encargada del Municipio
de Yopal, Luz Marina Cardoso, hace la entrega simbólica del municipio a Jesucristo, este no cuenta con
validez formal. Aunque los alcaldes municipales -como agentes del poder ejecutivo y en ejercicio de
sus facultades administrativas descentralizadas- pueden expedir decretos, como lo dicta la ley 136 de
1994 y el artículo 287 y 315 de la Constitución, Luz Marina Cardoso no cuenta con esta facultad al ser
alcaldesa encargada6. Por lo anterior, y por considerarlo inconstitucional, el alcalde John Jairo Torres,
al retomar su cargo, revocó el Decreto el 23 de junio de 2017. Respecto al Decreto 044 de 2017 (29 de
junio), expedido por el alcalde Oscar Yonny Zapata, este sí podría contar con validez formal, ya que el
órgano emisor era competente para emitir decretos municipales y la promulgación de la norma se
realizó de acuerdo con el procedimiento establecido.

El problema de la validez material es más complejo, en la medida que requiere de un componente


de interpretación, ya que se refiere al contenido de la norma. Aunque este concepto ha sido definido de
maneras diferentes por varios autores, la mayoría comparte el precepto general de que la norma, para

6
Luz Marina Cardoso había asumido el cargo de alcaldesa encargada, desde el 19 de agosto de 2016, ya que el alcalde John
Jairo Torres se encontraba privado de su libertad. (El Espectador, 2017)

2
ser válida, no debe contrariar una norma superior, como afirma el renombrado doctrinante, Hans Kelsen
(Teoría pura del derecho, 1941). Por esto, la validez material de la norma responde a un criterio de
jerarquía y, en ese sentido, aunque una norma exista puede no ser realmente válida si contradice otra
norma superior en el sistema jurídico (Betegón, 2015). El criterio de jerarquía está basado en la fuerza
jurídica de la norma de modificar cualquier norma inferior a su fuerza y de no ser modificada por una
norma inferior (Ídem).

Para revisar la validez formal de los decretos en cuestión es indispensable establecer una
interpretación del principio pluralista del Estado, establecido en la Constitución. Esto, porque en el
sistema de fuentes colombiano, la constitución es la norma suprema que válida las demás normas, por
el principio de supremacía constitucional7 (Duque, 2011, p. 19)8. Como se estableció anteriormente con
la Constitución de 1991, Colombia dejó der ser un Estado confesional y, por el contrario, se garantizó
el derecho a la libertad de culto, asegurando un trato igualitario de todas las religiones frente a la ley9.
Sin embargo, en el preámbulo de la Constitución hay una invocación a la protección de Dios10, que
podría resultar contradictoria con el artículo 1 y 19 de la misma. Para evitar esta contradicción, se debe
realizar una interpretación del preámbulo que priorice el carácter pluralista del Estado Social de Derecho
colombiano (Sentencia C-350, 1994). Una posible interpretación se puede hacer a partir de la corriente
del intencionalismo, que plantea utilizar la intención del legislador como herramienta hermenéutica
(Marmor, 2001, pp. 201 – 205). Usar esta herramienta es plausible para la interpretación del preámbulo,
ya que hacer una interpretación literal11 carece de sentido, en la medida que la invocación a Dios

7
“El principio de supremacía constitucional tiene una función jerárquica, lo cual conlleva dos consecuencias. En primer lugar,
implica la imposibilidad de predicar en el orden jurídico normas que tengan un nivel superior a la Constitución. (…). La
segunda faceta de la función jerárquica es la de servir de parámetro para la validez formal y material de las normas que integran
el ordenamiento jurídico.” (Sentencia C – 054/16)
8
Introducción al derecho: Obra en construcción. (2011). Bogotá: Uniandes.
9
Art. 19. (Const., 1991)
10
“El pueblo de Colombia, en ejercicio de su poder soberano, representado por sus delegatarios a la Asamblea Nacional
Constituyente, invocando la protección de Dios, y con el fin de fortalecer la unidad de la Nación y asegurar a sus integrantes la
vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz, dentro de un marco jurídico,
democrático y participativo que garantice un orden político, económico y social justo, y comprometido a impulsar la integración
de la comunidad latinoamericana, decreta, sanciona y promulga la siguiente Constitución Política de Colombia...” (Const.,
1991)
11
Art. 27. “Cuando el sentido de la ley sea claro, no se desatenderá su tenor literal a pretexto de consultar su espíritu.” Art. 30.
“Interpretación por contexto. El contexto de la ley servirá para ilustrar el sentido de cada una de sus partes, de manera que haya
entre todas ellas la debida correspondencia y armonía.” Art. 32. “Criterios subsidiarios de interpretación. En los casos a que no

3
responde a una idea religiosa muy amplia.

En virtud de lo anterior, y de acuerdo con Prieto (2015) y con la sentencia C-350 de 1994, la
invocación a la protección de Dios en el preámbulo de la Constitución se debe interpretar, no como una
invocación al Dios católico, sino a una Divinidad de carácter general. De esta forma no se contradice el
artículo 112 ni el artículo 19 de la Carta y, sin excluir a los no creyentes, se refleja la religiosidad del
pueblo colombiano respetando las convicciones de quien eligió a los legisladores. Esta interpretación,
además, permite la existencia de la Ley Estatutaria de Libertad Religiosa, que profesa la no
confesionalidad del Estado colombiano13. De acuerdo con la Corte Constitucional esta no
confesionalidad significa que “el Estado no profesa ninguna religión” (Sentencia C-088 de 1994).
Teniendo en cuenta la interpretación del preámbulo de la Constitución, sus artículos 1 y 19 y la Ley
Estatuaria de Libertad Religiosa, es claro que los decretos por medio de los cuales se hizo entrega
simbólica de los municipios de Yopal y Aguadas no cuentan con validez material, ya que contradicen
dichas normas de superioridad jerárquica. Específicamente, el Decreto No. 036 de 2017 (Yopal) es
abiertamente inconstitucional ya que cita directamente pasajes de la Biblia. El Decreto 044 de 2017
(Aguadas), aunque tiene el mismo propósito que el anterior, trata de fundamentarse en la pluralidad
religiosa. De igual forma, ambos carecen de legitimidad porque los alcaldes, como representantes del
Estado, no pueden imponer una religión sobre las demás a todos sus ciudadanos.

Desvirtuada la validez de los decretos, corresponde analizar los posibles argumentos a favor de la
permanencia de estos en el sistema jurídico colombiano. Según una encuesta realizada en 2017, el
80.1% de los creyentes en Colombia son católicos y hay 45,3 millones de bautizados en esta religión
(El Tiempo). Esto implica que culturalmente el catolicismo sigue teniendo mucha influencia en el
comportamiento de los colombianos, y esto se refleja en la política. Por esto, resulta comprensible que
se promulguen y se admitan normas como las estudiadas en este ensayo; la aceptación de los decretos,

pudieren aplicarse las reglas de interpretación anteriores, se interpretarán los pasajes oscuros o contradictorios del modo que
más conforme parezca al espíritu general de la legislación y a la equidad natural.” (Código Civil, 1887)
12
Art 1º. “Colombia es un Estado Social de Derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con
autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana,
en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general.” (Const., 1991)
13
Art. 2º. “Ninguna Iglesia o Confesión religiosa es ni será oficial o estatal. Sin embargo, el Estado no es ateo, agnóstico, o
indiferente ante los sentimientos religiosos de los colombianos.” (Ley Estatutaria de Libertad Religiosa, 1994)

4
especialmente en los municipios, los dotan de una cierta eficacia. Como han resaltado diferentes autores,
los conceptos de eficacia y validez están fuertemente ligados. Robert Alexy, por ejemplo, introduce los
conceptos de validez social y validez ética (1997). Respecto a la validez social, esta tiene como requisito
la eficacia de la norma, es decir, en qué grado esta es aplicada y aceptada; Alexy afirma que una norma
pierde validez si no es eficaz, pero ¿qué pasa en el caso contrario? ¿una norma adquiere validez por ser
eficaz? Como afirma Omar Galvis, Kelsen rechazaría por completo este argumento, ya que la eficacia
es un concepto más sociológico que jurídico (2011, p. 314)14. Por esto, incluso si una norma es aceptada,
no tiene validez jurídica si contradice una norma superior.

El concepto de validez ética tiene que ver con los juicios morales que inevitablemente realiza el
derecho, ya que una de sus funciones es determinar el “deber ser” del comportamiento humano
(Betegón, 2015). Los principios morales de los que se deriva el derecho tienen fundamento en el
derecho natural, y tienen un origen teológico o teleológico (Nino, 1997, p. 70). En Sentencia C-224/94,
la Corte Constitucional señala que la moral cristiana en Colombia, aunque no es esencial al derecho, sí
determina las buenas costumbres y, por lo tanto, el cumplimiento de las normas jurídicas está ligado a
que estas obedezcan a la moral general vigente. De esta forma, la moral cristiana tiene legitimidad como
fuente de derecho, sin embargo, la Corte también aclara, que nunca tendrá obligatoriedad ni fuerza
contra las normas constitucionales.

Otro posible argumento a favor de los decretos que entregan los municipios de Yopal y Aguadas a
Dios es el principio de descentralización administrativa. En el artículo 1º de la Constitución se reconoce
“la autonomía de las entidades territoriales”. La noción de la autonomía se debe entender como la
capacidad de las entidades, como personas jurídicas, de determinar parámetros de conducta y de
autorregularse (Hernández, 1999, p. 66). En ese sentido, la autonomía implica que los departamentos,
distritos y municipios tienen competencia legislativa (Art. 287, Const., 1991). Sin embargo, dado que
Colombia no es un Estado federal, las entidades territoriales no gozan de una autonomía absoluta como
se establece en la Sentencia C-520/9415. Si bien los alcaldes municipales gozan de competencia

14
Introducción al derecho: Obra en construcción. (2011). Bogotá: Uniandes.
15
“La autonomía de que gozan las entidades territoriales debe desarrollarse dentro de los marcos señalados en la Carta Política
y con plena observancia de las condiciones que establezca la ley, como corresponde a un Estado social de derecho constituído
en forma de República unitaria. Es decir, no se trata de una autonomía en términos absolutos, sino por el contrario, de carácter

5
legislativa, por lo que las normas emitidas por ellos cuentan con validez formal, están siempre limitados
al marco de la Constitución.

En conclusión, en el marco de un Estado Social de Derecho, los decretos expedidos por los alcaldes
de Yopal y Aguadas carecen de legitimidad. El Estado de Derecho es el “tipo de organización estatal
en el cual el poder de los gobernantes se halla sometido a un manojo de controles (…), articulados
coherentemente en aras de (…) poner a salvo las libertades, seguridad y derechos individuales frente al
poder del soberano” (Chinchilla, 1988, p. 38). Es decir que cualquier tipo de normatividad está sometida
a un control de carácter constitucional, ya que en la Carta Política se establecen los derechos
fundamentales de los individuos que deben ser protegidos como fin último del Estado. Es por esto, que
el principio de descentralización administrativa, el concepto sociológico de eficacia, la moral cristiana
como fuente de derecho y la validez formal quedan siempre en un rango inferior al texto constitucional.

relativo. De todo lo anterior se deduce que si bien es cierto que la Constitución de 1991 estructuró la autonomía de las entidades
territoriales dentro del modelo moderno de la descentralización, en ningún momento se alejó del concepto de unidad que
armoniza los intereses nacionales con los de las entidades territoriales, que se encuentran limitadas por las regulaciones de orden
constitucional y legal (…)”

6
Bibliografía

Alexy, R., & Seña, J. (1997). El concepto y la validez del derecho (2a. ed. ed., Estudios alemanes).
Barcelona: Gedisa.

Betegón Carrillo, J., & Pontificia Universidad Javeriana. Fac. de Ciencias Jurídicas. (1998).
Lecciones de teoría del derecho (Ciencias jurídicas). Madrid: McGraw-Hill.

Chinchilla, T. E. (1988). El Estado de Derecho como Modelo Político-Jurídico. Medellín: Universidad


de Antioquía.

Colombia, & Viveros Castellanos, E. (2012). Código Civil (28a ed. ed., Colección códigos
básicos). Bogotá: Legis.

Colombia, & Ortega Torres, J. (1991). Constitución Política de Colombia (20a ed. ed., Códigos de
bolsillo temis). Santa Fe de Bogotá: Temis.

Colombia. (1812). Constitución de la república de Cundinamarca: Reformada por el serenísimo


colegio revisor y electoral en sesiones tenidas desde veinte y tres de diciembre de mil
ochocientos once, hasta diez y siete de abril de mil ochocientos doce. Santa Fé: Imprenta de
D. Bpuno Espinosa de los Monteros, por D. Nicomedes Lora.

Congreso de Colombia. (23 de mayo de 1994). Ley Estatutaria de Libertad Religiosa. [Ley 133 de
1994]. DO: 41369

Constitución Política de la República de Colombia [Const.]. (1886). Biblioteca Virtual Miguel de


Cervantes.
Recuperado de: http://www.cervantesvirtual.com/buscador/?q=constitucion+1886

7
Corte Constitucional, Sala Plena. (4 de agosto de 1994). Sentencia C–350/94. [MP. Alejandro
Martínez Caballero]

Corte Constitucional. (3 de marzo de 1994). Sentencia C– 088/94. [MP. Fabio Morón Díaz]

Corte Constitucional. (5 de mayo de 1994). Sentencia C– 224/94. [MP. Jorge Arango Mejía]

Corte Constitucional. (21 de noviembre de 1994). Sentencia C– 520/94. [MP. Hernando Herrera
Vergara]

Corte Constitucional, Sala Plena. (10 de febrero de 2016). Sentencia C-054/16. [MP. Luís
Ernesto Vargas Silva]

El Espectador, Redacción Judicial. (2017). Corte Suprema ratificó condena contra el alcalde de
Yopal, John Torres. Bogotá.
Recuperado de: https://www.elespectador.com/noticias/judicial/corte-suprema-ratifico-
condena-contra-el-alcalde-de-yopal-john-torres-articulo-704741

El Tiempo. (2017). Decreto que entrega llaves de Yopal a Cristo 'es inconstitucional'. Bogotá.
Recuperado de: http://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/analisis-al-decreto-de-l
a-alcaldia-de-yopal-que-entrega-llaves-del-municipio-a-cristo-101286

El Tiempo, Redacción Vida. (2017). Colombia, entre los diez países más católicos del mundo. Bogotá.
Recuperado de: http://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/colombia-es-uno-de-los-
diez-paises-mas-catolicos-del-mundo-77648

Hernández M, P. (1999). Descentralización, desconcentración y delegación en colombia. Santafé de


Bogotá: Legis.

Introducción al derecho: Obra en construcción. (2011). Bogotá: Uniandes.

8
Kelsen, H. (1941). Teoría pura del derecho: Introducción a la problemática científica del derecho.
Buenos Aires: Losada.

Marmor, A. (2001). Interpretación y teoría del derecho (1. ed. ed., Serie cla-De-Ma. filosofía del
derecho). Barcelona: Gedisa Editorial.

Nino, C. (1997). Introducción al análisis del derecho (8a ed. ed., Ariel. derecho). Barcelona:
Editorial Ariel.

Otto, I. (1988). Derecho constitucional: Sistema de fuentes ([2a. ed.]. ed., Ariel derecho). Esplugues
de Llobregat (Barcelona): Ariel.

Prieto, V. (2015). Libertad religiosa, laicidad, autonomía. Bogotá: Editorial Temis.

Spanish Colonization of the Americas. (2016). En Gale Student Resources in Context. Detroit: Gale.
Recuperado de:
http://link.galegroup.com/apps/doc/LGWAVL387740922/SUIC?u=colnoga&sid=S
UIC&xid=d76f96e9

Potrebbero piacerti anche