Maestro es el dueño de los principios, que sabe hacerse entender y comprender, no cualquiera

dominaba este arte.

Divulgar no es educar, a esto se refiere don Simón cuando habla de las escuelas populares, que
lo que han hecho es divulgar no educar.

Los medios de divulgación más frecuentes eran los pregones, carteles y gacetas pero estos no
hacían más que divulgar ya que carecían de la enseñanza.

La forma de llegar hacia otros es hablar como ellos, ya que todo lo que no se practica no tiene
sentido; el hombre debe conocer perfectamente su estado para entender que es lo que le falta
o que tiene demás.

Las tácticas de la palabra tienen como objetivo el persuadir y convencer, pero el persuadir se
relaciona más con el que sentía algo; pero el convencer está más apegado al que sabe pero a la
vez siente.

Llamar, captar y fijar la atención son las tres partes del arte de enseñar y no todos los maestros
sobresalían en las tres.

Si se enseña a los jóvenes a sentir bien a través del arte y no por medio de la divulgación es
posible que ellos perciban su propia situación y la expresen.