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UMA I N T R O D U C C I Ó N A L E S T U D I O D E L E S T A T U T O
JURÍDICO D E L A S EMBARCACIONES
JOSÉ D A V I D ENRÍQUEZ ROSAS
ISBN 968-36-7308-2
MÉXICO. 1998
^
II*
Capitulo segundo
S E R Y P É R D I D A D E L S B R : LA O N T O U X Í Í A D E L B U Q U E
Y sus E F E C T O S JURÍDICOS
Es evidente que nuestro estudio no pretende llegar al aspecto últírao no tiene los mismos caracteres de las cosas que sirvieron para su cons-
y más íntimo del "ser" del derecho de la navegación, pero si algo más trucción.
modesto; intentar alcanzar el sentido penúltimo del existir de la cosa que El buque**' tiene como los sa-es humanos un nombre"* que lo designa,
venimos analizando: el buque. pertenece a una clase social,'^^ ya que se distingue de otros similares
Por tal motivo, destinamos este apartado a comentar cuándo es que pero dedicados a otra actividad: recreo, comercio, defensa, etcétera. Tiene
un buque llega a existir físicamente, cuándo su existencia física adquiere también un domicilio: el puerto de matriculación donde se conservan ios
relevancia para el mundo del derecho, y cómo este último regula su certificados que le conclemen. Tiene una nacionalidad; cs mexicano o ex-
existencia fisico-jurldica. Finalmente, vislumbraremos algunos aspectos tranjero."" Como dice Georges Ripert, se le puede poner en pleho o él
y consecuencias de la pérdida del ser físico y, por ende, jurídico de mismo puede litigar, pues en las causas marítimas el capitán'" lo per-
nuestro objeto de investigación. sonifica."^
No es casual que algunas de las voces más autorizadas de la doctrina Finalmente, ai llegar a viejo o inútil para cumplir su destino nave-
europea del derecho marítimo hayan formulado una metáfora a partir de gatnio, muere para el mundo del derecho, es asi, desmanitelado... y, —quién
las similitudes del buque, en relación a ta persona.'*^ Tal vez, es ésta sabe— tal vez para "rerixer'* con algunas de sus cosas simples, en otro
una de las peculiaridades más interesantes de la teoría genera! sobre el buque que esté siendo construido.
buque: su posibilidad de ser comparado con las capacidades ya de goce
ya de ejercicio que una persona tiene, lo cual excita la imaginación I I . BOTADURA DEL BUQUE
del jurista en la construcción del edificio metafórico.
Asi, cuando los materiales, bienes muebles simples por naturale- Si el ser físico del buque, esto es, el constituir por si mismo una cosa
za,'^ están reunidos y el buque ha tomado, luego de un proceso de compuesta conformada por la unión física y coherente de cosas simples,
construcción apropiada, forma, nace un bien mueble compuesto,'** que es determinante de consecuencias de derecho, será necesario entonces
primero hacer alguna alusión a ese "período de gestación física" del
buque, situación que tenrina con su "nacimiento","^ que en t^minos na-
ciencias matemáticas (prescin<le de todos menos de la cantidad); d tercero en las ciencias metafísicas
(ya sea general o especiales, como la cosmoiogla y la psicología, y va a la esencia misma de "cosa"
o de ciertos reinos de cosas).
\w En esc sentido por ejemplo: Ripert, Georges, op. eít, pp. 35 y ss.; Rodlcre, Rene, «ip. di.,
p. 30; Rlgiictti, Giorgio. op. clt., pp. 97S y ss. (En sdelantc, al citar al maestro italiano Glorio
Rlghettl, atenderemos únicameflle al número de página global de su obra; esto es no a la parte y su maquinaria, o d que aifira reparociofles mayores de su casco, no lo hicen d^ar de ser fcoque,
tomo eipadfloo). piecisaiT^nte pt» su carácter esencial de cosa compuesta.
114 RIghetti concibe con nttar^idad esta construcción nictafórtca. "Si é visto sopra com h IÍ7 Resulta Iweresante tambtóu. como en ia lengua inglesa, d iHique es caracterizado de modo
ttuso ftHomeno per cui la ttavt é stata oggetio di tma costante, ormti tradltionate, elaborcaione fenwnino. En efecto, et concepto "/te vessei", cuenta con atributo femenino; esto incliíso se con-
di dait aagstUtvi per l'Individuaxione da parle deU'vamo, portando a¡tn^ a tentalm di penom- firtna con ia denominaición de ahip'a htahand, al referirse A srtnador-gercnte.
Ibaatíone jurídica, rf/iulait íul piano delkt eosinaione dofírinalt, ha determínalo un 'usuale tras- t»s CJr. eon art 67, Ley de Nnvcgaotón.
poshltme metafórica dtU'IndMdualitá deila nave mi piano hglco". Bs —continua el maestro— m En ese sentido cspedfico la doottina francesa, por ejemplo Rodiere; "...// est d'une cerkúne
alguTHis veces, por nwra comodidad de exprwión sobre el terreno sistemático (Rl^tti, Olorgio, dasae soclale. car on distingue les navlrea de phisance de ceux qvi sont consacrés au commerce
op. cií,, p. 975). OU d la difenae du pccys..." (Rodiere, Rene, op. ck., p. 31)-
)S3 Recordemos nuestros conceptos l^lnos: Cosa simple es la cosa unitario, la que perciben ios iw CJr. con art. 9o.. Ley de Navegación.
sentidos como singularidad, IndqpendientBmente <te los eicmentoa que la integran {corpora, qme m Qí-, con art 24, Ley de Navegación.
uno spiritii coniinenmr) D. 41, 3.30. 1?: Ripert, Geor^, cp. cit., p 36. Evidenlanente, la tesis de la personificación del buque como
iM Aunque ya en su debido momento hemos ahondado en los dos distintos sentidos que deter- tal, ha sido ampllanwnle superada por criterioü más objetivos, que sin embargo conservn el respeto
minan la naturaleza del buqne: uno como unlveraaiidAÜ d« hccito (sentido «conómico) y el otro a la importwcia de ios partícularisiTios y rasgos de ta tradicional abstr«cción.
como bieti compuesto (estructura física), recordeitKis aquí que cosa compitesta e$ la formada por i« Con elocuencia y precisjín formula Righetti la meiátiwa del nacimiento dd hombre y la
la unión física y coherente de cosas simples, sean o no de la mísnu naturaleza {corpora ex con- botadura del buque: "Come se tú concepimento. gravtdanea e parlo, che caraiterizamo ¡a rmcita
gentíbus o ex cohaerenlibus). Asi, la cosa compuesta no pierde su uidivichialidad aunque se renueven umana, corrispondessero dawer<i l'Imposíazione, ¡a costnciom sulla saih e ti varo deik nave"
todas sus partes constitutivas (D. 5, 1.76), por ello el que ai buque le sean removida y reinslalada (Righetti, Giorgio. op cii., p. 977).
72 EL BUQUE LA OMTOLOQÍA DEL BUQUE 73
vales es conocido como la botadura;'^ con lo que puede, al mmos físi- ha sido, en la historia de ia construcción naval, no sólo su productividad
camente actualizar su destino fundamental: navegar. y efloimcia, sino también el haber adoptado, a través de su director, Nils
L a historia de la ingeniería naval es apasionante: es la historia de la SvensGon, le técnica de la línea de móntele automovilística a la cons-
lucha del intelecto humano y ia nobleza de los materiales de la naturaleza trucción naval.'"
por lograr hacer de los océanos puentes y no abismos entre los pueblos. En ese astillero, antes de que cualquier máquina se pusiera en movi-
£1 objeto de nuestro apartado no es profundizar en ios descubrimientos, miento, se calculaba la fbnción de los componentes, desde la primera
en los principios físicos, en la utilización de distintos materiales y téc- plancha hasta la última lata de pintura. Los planos, de un nuevo diseño,
nicas de construcción naval; en fin, en las perspectivas que le deparan necesitaban cerca de 70,000 horas-hombre. De tal pita de planos a cual
ai mundo de la navegación marítima. No, nuestro propósito es mucho más de detallados, partían las instrucciones que movían las pesadas plan-
más modesto: comentaremos ese periodo de gestación que termfaiará con chas de acero a través de las alineadoras automáticas y de las máquinas
el parto del buque desde ios diques de un astillero: la botadura.*'' de limpiar y pintar por aspersión. En seguida, el metal pasaba al taller de
A través de los siglos, no sólo las embarcaciones, sino también los planchas en que cada pieza era marcada con simboios en clave que in-
métodos de construirlas han cambiado, así pues no es e x ^ o encontrar dicaban cómo había de ser cortada, doblada o soldada; con ello, los
en la historia poblaciones dedicadas de lleno a la construcción naval. En componentes (digamos nosotros cosas simples a integrar la compuesta),
la antigüedad, los vikingos desarrollaron con talento esta ingeniería, a estaban listos para ordenarse y ser ensamblados en ei buque."*
partir de ellos, en general y tal vez hasta los años setenta de nuestro En la búsqueda de rapidez y simplicidad, los arquitectos de Arendai
siglo los países nórdicos, en particular Suecia, lograron un avance im- producían barcos con el mayor número posible de su|>erficie$ planes, lo
pórtame en ta materia. En nuestros días, las ^ n d e s emporios de asti- cual permitía que se les procesase rápidamente en la línea de montaje.
lleros han mudado de nacionalidad: algunos de los más relevantes y tec- Sin embargo, era inevitable toparse con la necesidad de contar con plan-
nifícados se encuentran ontíe los j ^ n e s e s y los sudcoreanos.'^ chas curvas, sobre todo para proa y popa; de modo que cada hoja de
Uno de los ejemplos occidentales que bien podríamos utilizar para acero, debía ser conformada por separado, dándose así, los ángulos y
escenificar el proceso de construcción del buque, es el de Arendal, as- formas suficientes.'"
tillero ceicano al puerto de Goteborg, Suecia. Lo original de este astillero
Y a en el periodo de armado de la embarcación, dentro de los enormes
talleros de ensamblado, y con la utilización de de grúas de cerca de 30
144 CKofgio Righetti muestra también su iweocupaclóii de caracterizar algwos aspectos ñsicos metros de altura, se formaban secciones que en conjunto daban por re-
del periodo previo al "ser" del buque como ente individual, considera iguaimente a la boUidurs de
la nave como el nacimiemo ds un tuieva cosa flsico<Jurtdlc8. Veamos: "JHcMimando quanto glá sultado, el casco del buque. Construida la popa primero, ta nave, que
topn aipoaio 0 rimandandeper qmní 'aitro eonceme pfii orgtuiicametH* la coilnaiorm dt nave ,.„ descansaba sobre unos rieles horizontales, era empujada hacía afuera del
Mará t^kkntt qid puntuafímire come la nave pud... dtvenirt tal* coi varo, eioi al momento in
cvl esia, o per ^tto di un partfcolare procedimemo tradtxiomle (sarpassato ormal daU 'evobitíona taller, mediantes cinco pistones hidráulicos a medida que se le añadían
del prooeai tecnici) ^fiittíoníé e Jrenante l'^tto delia farsa di pavita del suo corpa su di tm nuevas secciones. Así, mientras que adentro las cuadrillas de técnicos
plano indinato, a per «ffetto del plu moderno (globale, o per sezíonl staecate soggttte a rícompo-
Misione e saldatura} processo di altagmento del bocino di eoafnaione, entra in contatto con l'ee-
instalaban nuevas secciones al casco, sus similares de fuera instalaban
lemaitío acqueo, Ineominda a gaUeggiare..." (Righetti, Oiorgio, op. cit. pp. 976 y ss.). con grúas móviles, de 60 metros de altura, los motores y la superestruc-
m El texto que nos ha sido de mayor udlldad para comprender no sólo dgunos principios tura del buque.^'*'^
físicos de hidráulica y diseflo Kn-ai, sino para tener una idea un poco menos vaga de la gestación
(ditefio y constntcción de un buque), es: Lewis & O'Brien, Barcos, México, Colección Clentiflca
de Thne-Llie, Tune Incorporaied U.S. A., 1981. De igualformanos han sido de utilidad un par de tS7 Nils Svcnason, fue d director gerente de Ootavertcen, empresa constructora sueca propietaria
textos más: Sauerbier, Charlea, AforiM Cargo Operaílons, New Yori(, John Wiley át Sons, I9$6. de Arendai.
Aslrobmo: Longiiey, Hwiry; Common Carriage qf Cargo, New Yorit, Maíihew Bender, 1977. Ad- 19» Lcwls & O'Brien, ap. cit, p. 20. Resulta impnsionwie la cantidad de pianos —«Jrcdedor
verfenclo! en todo caso, para d análisis de los aspectos juffdioos del contrato de construcción de de 60ft— que d equ^ de proyectistas de un astüicro como Arendai. requerían para dar paso
embarcadones rvmitimoe al capitulo rdatheo e» esta nñsma obra, propiamente a la etiq» de construcción dd butpie.
19& Lewis & O'Brien, op. cit., p. 16, m Idem, pp. 23-26.
200 tdem, pp, 25>29.
W ONTOLOGÍA DEL BUQUE 75
74 EL BUQUE
— el registro**^ o matrícula y
mar» pueden ocasionar severos daños no sólo al personal embarcado,
— el tonelaje.*"
sino al equilibrio ecológico de las especies naturales de sus aguas juris-
diccionales.'"^ B. A l hablar sobre el sistema francés, Georges Ripert señala*'* que
cada buque debe de ser matriculado administrativamente porque cada
2. Elementos de individualización en el derecho comparado uno de ellos tiene, en cierto, modo una personalidad jurídica; así, los
elementos de individualización le pennhírán ser reconocido durante su
Como hemos dicho, los elementos de la individualización jurídica dei vida jurídica. Para ese autor, son tres los elementos: nombre, tonelaje o
buque, no son exactamente los mismos en todas las legislaciones. Cada arque del buque y puerto de origen o de matriculación. Sin embargo,
una, atendiendo a cuáles son aquellos datos que le permitan un control Rene Rodiere agrega*** a ellos el de la nacionalidad.
administrativo más eficaz sobre él, requerirán elementos más o menos C. En el derecho marithno español, apunta Agustín Vigier, se consi-
particulares. Veamos de modo breve algunos ejemplos dentro de la »c- <kx&n como elementos de individualización: el nombre, la nacionalidad,
periencia del derecho comparado: el domicilio (puerto de matrícula),**' Sin embargo —agregemos noso-
A. E l derecho marítimo británico, a través de sus precedentes judi- tros—, al igual que en otros sistemas, al particularizar la individualiza-
ciales, e incluso de algunas disposicones estatutarias, ha definido los ción del biique respecto a figuras contractuales concretas, los requisitos
elementos de individualización ya aplicados a las diversas especies de con- para tal individualización aumentan.^^^
tratos de utilización de las embarcaciones.*'^ Sin embargo, algunos de D. En el sistema italiano del derecho de !a navegación, ha sido evi-
los elementos que son actualizados respecto a una determinada figura dente la inquietud, incluso desde antes del código de 1942, por determi-
contractual, son sin duda, elementos genéricos para toda individualiza- nar los elementos individualizadores del buque.**^ Esa inquietud, fue ver-
ción, no importa el contrato marítimo de que se trate. Entre los indis-
pensables se encuentran:
necesario en la utilización contractual del buque. Ver por ejemplo, el caso isaacs ver McAllum dei
— el nombre,*»* arto de 1921, en que se puso en evidencia ta exiglWlidad (Choricy & Giles, versión Inglesa, op.
— ta nacionalidad,*'* cH., p 184),
117 El registro de buques es llevado en el Reino Unido por el ftegfafrar BritisM Ships. Así.
existen oñciales registradiotes, que efectúan tal labor, a travos de una dcijendencia de gobierno: la
313 Resulta interesante y de acUuiiidad, cotno algunos conceptos básicos como el de sobe- Commisiioner of Customs and Excime. El registro de erobM-cacioncs inglesas se establece en el
ranía, han Ido de algún modo motando at su aspecto extemo, sobre todo en cuamo « la protección conocido Merchant Shlpplng Aa de 1894 s. (4) 3. Cuando hablemos particulamwnte dei abande*
del aniibiente, y ei intento por un desarrollo sustentabie. De modo poes que no es sutlcientis ya et que raniicnto y matriatlación voiveronos sobre algunos particulares delregistrobritánico.
un Estado vele por el equilibrio ecológico sobre su jurisdicción territorial, sino que, toda voz 11» De igual modo la fi^rchei SMpping Act de 1894, y su correlativa Merchat Shlpplng Act de
que el ambiente no reconoce üronteras, es necesaria la planeación intemecioiuil, poniendo en t ^ 1965 (sección I"), establecieron que el tonelaj*! del buque cs otro elemento necesario de individua-
de iulolo tas nocioties trodioloriales sobr« "soberanía". Cfr. con Braftes, Rnól, op cH., pp. 15-59, lización. De igual Iwma, la Inumutional Convention o/Tonnage Measuremeni o/Shlps de 1969,
Para la delimitación positiva de las agm jurisdiccionales mexicanas ver ta Ley Federal del Mar que se encuentra en vigor a partir del tS de julio de 1982, estableció In obligatoriedad del tonelaje
[DOF 8 de enero), arU. 3 y ss, como elemento Individualizador (Choricy & Giles, versión inglesa, vp. cH., pp, 32 y 33).
Uf En electo, las Menhant Stüpping Act de 18«M y de 1965. así como la Merchai Shiffing til Ripen, GoHges, op. cit., p, 40, La atención que pone el maestro Ripert es del lodo lógica:
Regulatíons de 1982, refieren algunos de individualización concretos, dejando ouos de fonna obierte. Es necesario que a primera vista todos tos interesados puedan saber qu¿ barco es.
Ver; "Towwgt. measwrements, and aü other partiaiian mcessary Jor kkntification. as ctrtifitd 220 Rodiere, Reñí. «p. cll., p, 36. En efecto, así los serióla el autor gaSo: ''Quatre éiémertis sont
by a DoT or Licyd 's Regisier €fShipp{t^ sweyor. mtaf be regiitíered. and any substantiai allerations nicessalres pour identi/kr un navfre: le nom, k port d'aitache, ia natlomlité et ie torntagé!".
musí ttiíewise be reoonhd' (Chorfey & Giles; op. c/r., versión Inglesa, p. 32). 22) Vigier. Agustín, op. cü., p 354.
El Departamento de Transporte exige la denotninación de las cnibarcaoloncs. En efecto, por m Por ejemplo, en el caso ¿ulfletamcnto,d Código deftimercio,en su art. 652 establece los
decreto del aflo 1983, todas lasftmcionesrelativase la navegación sufrierw» una rxMcaeiicm, encon- requisitos que toda póliza de fletamenlo debe contener. Entre ellos, existen elementos de individua-
trándose ahora en la Secreuarla de Estado para el Transpon» (Chodey & Giles, venlón Inslesa, ap. lización de las embarcaciones-, clase, iwmbre y porte del buque, pabellón y puerto de matricula,
cu., p. 31). 2» En eíscto, ya et maestro Scialoja, indicaba que el estado civil del buque es el conjunto de
tía Con independencia de que el elemento ¡luJividualízador de ta nacionalidad sea tntaúo por las condiciones lequoridas para la nacionalidad y, mediante el estado civil, el buque qucds cvac-
diversos conveatos inlcnwcionales, lo» propios üibuaales brtónlow lo han coosiderodo como un dírto terizado y difietente de los demás (Scialoja, Antonio, op. cit., p. I0&).
Uí CWTOLOGlA DEL BUQUE 81
EL BUQUE
Sin peóuicio del análisis que practíquemos a continuacidn sobre el En principio, se admite la liberted de elección del nombre por el pro-
particular, es irrefutable el avance de nuestra ley vigente, en cuanto al pietario, sin embargo, los jefes de las oficinas del Registro Público Ma-
señalazni^ito expreso y concreto de cuáles son los elementos de indivi- rítimo Nacional, en aplicación supletoria del derecho comón,*^^ podría
dualización del buque.2^2 dejv de inscribir nombres que atetaran contra el \nttTé& social o las
Ahora, a la luz de la doctrina y legislación comparadas, estudiemos buenas costumbres.*"
nominalmente los elementos individualizadores del buque. De igual modo en uso de sus facultad calificadoras,*^' podrían di-
chos jefes de oñcina hacer las observaciones pcrtinenites en el supuesto
A, Nombre de que un buque haya sido inscrito previamente bajo el mismo nombre
y con otros elementos de individualización similares en tal forma, que
£1 uso de un nombre como signo distintivo de los buques se remonta
la individualización de ambas embarcaciones se hicierst confusa. En todo
--~dice Antonio S c i a l o j a — a costiunbres de la antigüedad y el me-
caso» atendiendo al principio de legalidad establecido en el articulo 16
dioevo. Frederic Rockwell, al estudiar el origen del derecho comercial
constitucional, la autoridad registra! marítima, estaría en la obligación
y el marítimo británicos, afirma igualmente que en los tiempos "clási-
de fundar y motivar su resolución administrativa; ei rechazo a la ins-
cos" las naves llevaban nombres, sin embargo, la tradición desapareció
cripción del nombre de un buque que tendiem a confundir, no es privativa
y no fue sino hasta el siglo X I I I en que de nuevo se encuentran."^
de nuestro derecho, y es en todo caso congruente con el interés social
Sea como sea, lo cierto es que como resultado natural del interés por
en la nav^ación.^^^
individualizar una embarcación, los distintos sistemas han |»revisto el
requisito del nombre para que el buque asuma individualidad. E l nombre
de un " q u é " —narra Osvaldo Blas—, generalmente de una persona o B . Matrícula
accidente geo^fico o histórico, o de fantasía, es la nominación por la
cual se k) conoce y designa. Con esa finalidad —sigue— todos los bu- Como antes hemos visto, existe un doble necesidad en llevar un cierto
ques tienen un ncmnbre o bien, en subsidio, un número cuando se trata control sobre la existencia y operación de buques de una marina mer-
de embarcaciones de bajo tonelaje.*^' cante: pe» un lado, el Estado, a través de sus órganos de gobierno asume
su función protectora del interés social respecto a la navagación; por
» 2 Et maestro Salgado y Salgado ha manifestado su inconformidad respecto al seDalamiento
legal sobe los elementos de individualización, pues según expone, no ton italmente los que en el otro lado, es un modo de protección patrimonial de los acreedores de
texto se mencionan, y por otra parte debieron Incluirse otros. Expone; "A mi juicio la matrícula y un crédito naval o bien, de un crédito en sentido genérico. Esas nece-
el puerto de mauicula son to mismo, ya que están ligados a la concesión de ta nacionalidad del
buque, pues la matricula no es otra cosa que el registro de los buques y el puerto de matricula es sidades hacen indispensable el contar con un registro i e embaivaciones.
el lugar donde la nsve quedó registrada para otorgarle la nacionalidad, lue^ no entendemos esa E l primer registro de buques, —explica Scialoja—- fue instituido en
repeticióntoinecesariade nuestra Ley de Navegación...
Nuestra derogada Ley de Navegación y Comercio Mardtmos de 19ó3, eon toda darldad not decía Inglaterra con la Navigatum Act del aAo 1660;*^ no es así extrafSa la
que el documemo para aprobar la nacionalidad del buque era la Suprema pakente de Navegación,
ejqiresión más lógica que la de simple matriculao registro...". Gl maestro Salgado considera además
que debió hacene mención aifrancobotdo,que según explica, es la medida de seguridad del buque
• y que no puede ser igual en todos los buques, o bien, el numera] o nómero Indtcatriz para determinar menores; dispone simjrfetnente el nomlwe pora toda embtucaoión, sea esta mayor o menor (art. 67).
los escantillones con arreglo a los reglamentos de construcción del buque, y que se obtiene i^cilmente Seguramente ct cuerpo reglamentario a expedir habrá de detallar y DKilitw este aspecto de la tey.
partiendo de las trea dbnensiones principales del buque: la eslora, la ma«\ga y el puntual, que permite M6 Ver art. 6' itel Reglamento del Registro Público Maritimo Nacioniil,
distinguir a un buque de otro; pues el nombre en nuestro país —advierte— siele repetirse con 237 CJr. con los «ts. 8' y ss. del Código Civil para el Distrito Federal.
bastante firecuencia, lo que no ha cuidado en la iñrma debida la propia at«orldad maritima naciond.
23S V«T art I (y del Reglamento Registral antes descrito.
Var Salgado, ItsU. Dictamen.,, ap clL, p. 3.
239 En ese mismo sentido, el propio Osvaldo Blas establece la innM>rtaiwÍB: "...en todos (pais«s)
m Scidoja, Antonio, op. oír., p. IM, se prohibe la repe^clón del mismo nombre en dos o más buques de aimüares características para
234 Rockwell, Frederic, op. cit, p. 13. evitar fraudes al tomar inoperanu la debida publicidad de tos actos Jurídicos sobre líos por con-
s s Blas, Osvaldo, op. cit, p. 14S. Sin embargo, técnicamente esa afirmación no puede ser hecha fundirse su individuallzulón" (Blas, Osvaldo, op. cit., p. I4S).
en nuestro idstcma, ya que la Ley de NavegtBión no pievéel nonibreo Uenel número pan embarcaciones 240 Scialoja, Amonio, op. cli, p. 114; cfr. con Rockwell, Frederic, ap. cit., pp. 309 y ss.
84 EL BUQUE
LA ONTOLOdA DEL BUQUE .85
tuar esa actividad para un solo viaje con destino a puerto mexicwo ^nde Por otro lado, si bien es cierto que matrícula y puerto de matrícula
se tramitará su matricula. se encuentran compenetrados, lógicamente no son lo mismo. L a ubica-
Resulta interesante considerar tambi^ en nuestro estudio al Regla- ción jurisdiccional del segimdo determina toda una regulación concreta
mento del Padrón de Abanderamiento Mexicano, de marzo de 19^6}^ aplicable a la segunda, que sólo es el receptáculo de tal regulación. E i
por el que se establecieron las condiciones y modalidades para ia ins- nombre del puerto de matricula suele aparecer en la popa del buque,
cripción en el Padrón de Abanderamiento Mexicano de las embarcacio- debajo de su nombre,^"
nes de bandera extranjera.
En efecto, por virtud de ese Reglamento,"' se permitió que las em- D. NcKionalidad
presas pudieran inscribir en el padrón de buques de bandera extranjera
a éstos, en tanto demostraran su legítima posesión mediante cualquier £1 tema de la nacionalidad de los buques es, en derecho de la nave-
contrato financiero con opción de compra inscrito en el Registro Público gación, uno de los más delicados. Por ello, hemos dedicado todo un
Marítimo Nacional; estableciéndose como requisito, el que no exceda en c^ítulo para practicar sobre él un análisis de mayor profundidad. Por
tonelaje o en valor a los que operen con bandera mexicana."' ahora, únicamente recordemos que de acuerdo al artículo 67 de nuestra
Asimismo, continua el Reglamento, podrán inscribirse en el padrón Ley de Navegación, es el cuarto de los seis elementos que indivíduaJizan
las embarcaciones adquiridas en propiedad que no puedan abanderarse a las embarcaciones.^^^
y matricularse mexicanas por falta de tripulación disponible. Finalmente,
también pueden inscribirse las embarcaciones fletadas por las empresas
E . Señal distintivd^^
para ser operadas durante el periodo de construcción de embarcaciones
nuevas, adquiridas por las propias empresas y cuyo contrato de cons-
trucción haya sido autorizado por la SCT, e inscrito en el registro res- Este el«nento no es común a las legislaciones que hemos venido com-
pectivo. Tales embarcaciones, son abanderadas mexicanas al finalizar su parando, en las que, en todo caso, se dispone la obligatoriedad de que
construcción. el buque debe llevar en las aletas de «m^bos costados, el número de
matricula derivado de la inscripción en el registro marítimo corresipon-
C . Puerto de matricula diente."^
Sin embargo, creemos que el equivalente de nuestra ''señal distinti-
E l puerto de matrícula o de matriculación, es también conocido como va""» en otras legislaciones es lo que en ellas se conoce como "deber
puerto de origen. Como las personas físicas —dice Georges Ripert—, de exhibición", que no es más, que la voluntad estatal de que todo
también los buques tienen un domicilio legal. Asi, todos los actos que
como velamos interesan, están reunidos en ese puertc^** «4 Q^. con Ray, Domingo, op cH., t. 1, p. 3ó2.
2ss Por su identidad functoml, ú tema del pabellón, será también traudo al hablar de la nacio-
naildad de los buques.
que se expide ese instiwnento, mientras dura el trémito de su matricula (art «t i). Qfr. con los arts. 25« Fartfia, Francisco, cit., p. 64, nos dice que la contraseña es la seAal distintiva de la
53 y ss. de Í8 Ley de Navegación argentina. Cfr. también, Vigier, Agustín, qp> cit, p. 364. empresa propietaria o armadora del buque mercantem. autoriza para ustir el buque una bandera
Í50 Publicado en ei DOF el 7 de marzo de 1986. especial, que sirve de contraseña de la contpaftia armadora para ios efectoi de publi<^dad. Entre los
3SI Recordemos que « i virtud dei transitorio 4** de la Ley de Navegación, en tanto no sean documentos que en otros tJempw fberon obligatorios —sigue—, figuró ia "contrascfla". eligido
expedidos ios reglamentos de dicha ley. se continúan aplicando los vigentes, en lo que no se optmgan por las Ordenanzas de Matriculas de 1802; em un documento de seguridad para las naves españolas
a ella. que se consideró innecesario posteriormente y fue abolido en 1857.
lia UM concHción, en aigunof casos, vino a hacer nugidoría ta «ptiooñón del reglamento a casos TXi Cfr. con los ara, 45 y ss. Ley de Navegación argentina.
concretos que no se adaptaban al supuesto. 2$i Una de las normas de nuestra Ley de Navegación que de algún modo osclwsce el oonoepto
23) Ripert, Georges, o/», p. 41. El maesUo Ripert. recomienito no confundir et puerto de seflal distintiva es la ubicada en ei art. 30 respecto alrtglmende la navegación: "...Las embarca-
matricula con el pueno de aimamemo, por ser este dltitno, sede de la explotación comercial del ciones que nav^en en zonas marinas mexicanas deberán estar obandenuüas en un solo paii, enar<
bwpie. bolar su bandera ytenermanado su nombre y puerto de matricula".
It EL BUQUE
lA ONTOLOOlA DEL BUQUE S9
cíficos como militares; en este sentido, los datos técnicos a tomar en transportable está fijado por la linea conocida ccwno "franco bordo",
cuenta, son los siguientes: consistente en uno o más trazados horizontales y un disco (ojo de Plim-
a) Tonelcye de desplazamiento'?^ es el peso del volumen de agua que soll), marcados al centro del buque, bajo la línea de cubierta.^^^
el buque desaloja o desplaza. Se expresa en toneladas métricas de 1,000 Así, toda embarcación de tonelaje consideradjle (150 toneladas de ar-
kilos (sistema métrico decimal).^^® queo total) debe contener certificados de seguridad que demuestren no
b) Porte?^^ al igual que los tonelajes de arqueo, respecto al porte*^' sólo el buen e^do de la embarcación sino también documentos que
tenemos una clasificación; en base a eso, atendamos: acrediten que el buque no se encuentra sobrecargado (que no vaya más
c) Porte brtOo o total: la diferencia entre el peso del buque o despla- allá de la linea mencionada).^^^
zamiento, estando hundido hasta ia línea del máximo calado y el des- L a línea de franco bordo t i ^ e por objeto —señala Diez Mieres—,
plazamiento cuando está totalmente vacío (sin caiiga, ni agua, ni víveres, evitar la sobrecarga de las naves y k» riesgos consiguientes para la vida
ni combustible), se denomina porte bruto o total y se expresa en toneladas de los tripulantes y pasajeros. La línea que queda entre la línea de carga
de 1,000 kilos. máxima y la línea de cubierta se llama reserva flotante (free board) o
d) Porte neto: si al porte bruto o total se le resta el peso del combus- altura mínima de obra viva,^''
tible, del agua para las calderas, de los víveres, de los materiales de Las cuestiones sobre tonelaje son pues complejas,, y más complejas
repuesto, etcétera; el saldo expresa el porte neto de dicho buque. todavía si los países adoptan sistemas diversos entre ellos. E l derecho
Con todo lo expuesto, podemos decir que los factores determinantes de la navegación ha captado entonces la necesidad de homologar, en la
para embarcar mercancías en un buque son: medida dñ lo posible la& discordancias que afecten el sano desenvolví'
miento del tráfico marítimo-mercantil. Para ello se celebró una conven-
• En cuanto a su volumen, por el arqueo neto; ción internacional conocida como International Convention on Tonnage
• En cuanto a su peso, por el porte neto. Measurement of Ships.^''^ Su efiscto en la práctica ha sido generar un
sistema más balanceado y uniforme de medidas de tonelaje. En nueshx)
Finalmente, recaUjuemos —siguiendo al maestro argentino Alb^to país, el instrumento que detalla esa convención es el Reglamcmo para
Diez— la ünportancia de la línea de franco bordo. E l límite de la carga el Arqueo de Embarcaciones Mercantes de 1988, que también establece
las regias a las que se sujetan las embarcaciones menores.
M» Giorgio Righetti, dcsCTibc igualmente el concepto, y seflala —con acierto— que el concepto Pues bien, volviendo a nuestros elementos de individualización del
Interesa mis a (mques de paslO^ros o de guerra Veamos; "// dlstoeaminto á il peso dtlla nave,
vmro il peso del! 'acqua da essa spostata, e puó eakalarsl nelle consuele tmiiá de misura ponderali,
buque, decíamos que el último de ellos es el de unidades de arqueo
a nave vacante ... oppure a nave a pleno corleo, oíMia/omlla. otíre che di acqua e combusflbile. bruto."' Por esa unidad debaos entender de acuerdo a lo anaJizado, las
di tUUa II carleo in tiomini, cose, prowiste senza oltrepassare it bordo libero. Jl disloocanento toneladas de arqueo Moor.son (2,832 metros cúbicos) que cuantifiquen
imeressaprlnciptdmeiae ie navi de guerra t le navi passeggerí" (Righetti, Oiorglo, op. cil., p. 986).
270 Como C4») precisiófl e^wma Domingo Ray, un btujue desplaza mis o menos agna, según su el volumen total de los espacios cerrados contenidos en el buque.
calado o peso que contenga, pero, cuando se menciona tí desplazamiento de un hiñ;ue. sin otra
Indicación, debe entenderse «i^e M mtoimo que le corresponde cuando está totalmente cargado
(Ray, Dotúlngo, op. cit., t L P' 266).
m Diez, Alberto, «p. al., l 1, p. 98.
271 Ibidem.
272 Et loneisye de poite, que es la medida ponderal de ta carga que el buque puede llevar, se 274 C/r. con «1 art, 41 de nuestra Ley de Navegación.
divide en neto y deadweigftt. Veamos: Porte neto: indica el peso transportable de carga, pasajeros, 2TÍ DIea;, Alberto, op. cit., 1.1, p. 98,
eqiüpiOt. vitualla y aguada; es dedr, solamente de aquello que produce flete o pt&aje, Deadmlgki: 276 La International Coitvenllon on Tonnage Meimrmení of Ships de 1969, comenzó su vi-
el porte bruto, pesado o también conocido como peso muerto "d»adwaighl", comprende, además gencia el 18 *> Julio de 1982. L* convención aplica, segCm expresan los twstnjauradores de CTborley
de lo uiteñor, el peso de lastre móvil (combustible y lubñcant£s). Asi pues, cuando se indica el & Giles, qp. cír,, p. 33, a todos los buques nuevos luego del Inicio de la vlgeiKia. Veaníos: "The
nómeio de toncadas sin hacer ninguna especHicack^, se debe suponer que se hace reüsrencia al 1969 Conveníkm e^tes to all mw ships (or whose keeis were lald) on or afttt 16 July 1982. Il
paite pesado, muerto o deadsveight (Diez, Albeito. Derecho de la navegpdón, Editori^ Macchi aiso appiits to existing ships whick wukrgo substrniUal alteratlom, or whose owners want tAem t
Hnos., Buenos Aires, 19S4. L 1, p. 97). be remeatured. There is a transHional 12-year periodfor odter ships".
zn Ver art. 67, Ley de Navegación.
EL BUQUE U ONTOLOGÍA DEL BUQUE 93
De igual modo, nuestra legisialción vigente recuerda la importancia cación que le da una sociedad de clasificación, cuando aquél se ajusta
del arqueo bruto en cuanto a la determinación de si una embaroaci<:^ a las condiciones fíjadas en los reglamentos de ésta.^^^
debe ser catalogOKla como mayor (buque) o bien, como menor''* Sin embargo, bien puede existir jurídicamente sin que haya sido to-
davía clasificado; elio no ie quitaría el valor obj^ivo di! su clase, ya que
• Buque o embarcación mayar, toda embarcación de quinientas uni- ésta atiende a elementos y fines que no dependen de un ente clasifu^ador
dades de arqueo bruto o mayor, que reúna las condiciones nece- sino de la adecuación entre sus características físicas y la normativa de
sarias para navegar.*'* la autoridad administrativa. Pese a tal razonamiento, ia importancia prác-
tica de la clasificación por una sociedad reconocida y autorizada es fun-
De tal forma, pues, será necesario cuantiíícar la capacidad total de los damental, tanto para efectos públicos como privaos.
espacios cerrados contenidos en el buque para poder asi dilucidar sobtt Con toda razón dice Domingo Ray que la clasificación de buques
si realmente se trata de una embarcación mayor o menor. depende dei criterio con que se la encare, y como esos criterios son muy
variados; tonelaje, bandera, destino, etcétera, son muy numerosas las cla-
IV, CtASinCAaÓN D E BUQUES. SOCIEDADES DE CLASIFICACIÓN^» sificaciones que pueden formularse.''^ En todo caso clasiñcar no es tarea
ociosa del mundo de la especulación académica; no, su importancia se
encuentra en que dependerá de qué buque se trate, piu^ saber si se le
1. Clasificación de buques aplica un detominado cuerpo normativo u otro. Así, un buque de guerra
tendrá un tratamiento distinto a un buque de Estado, y éste que un buque
Sí clasificar es ordenar por clases, y clase es el conjunto de cosas de
mercante. De tal modo, pues, clasificar es aplicar al caso concreto la
una misma especie, al hablar en este apartado de embarcación^ como una
normativa existente.
idea general tendremos que obtener aquella diferencia específica que hace
En síntesis, los criterios de clasificación que brotan de la doctritia,
a un buque adecuarse a una o a otra clasificación.'" Esto es, si el dato
principalmente argentina, son entre otros, los siguientes:'"
común que hace a todos los buques formar parte de la e^jecie "buque"
A. Según la navegación:
es fundamentalmente el de su destino navegatorio, tendremos ahora que
averigtiar cómo ese destino que se encuentra en potencia, es actualizado
• Comercial y no comercial,
por una actividad navegatoria definida, concreta.
• Fluvial y marítima,
Con una noción restrictiva pero de sumo interés, el maestro González
• De cabotaje y de ultramar,
Letnwro, expresa que la clase o cota de un buque consiste en ta clasifi-
• De línea regular y sin ruta fija {Liners y tramps).
m Ver art. 9o.
an En tanto, esa es la nociOn derivada de las dlnmtsiones de law emb«rcación. digamoB que B . S ^ ú n el medio de propulsión:'''
en cunto a las embucaclones menores, se catalogan como tales, las de menos de quinientas unidades
de arqueo bruto, o bien, de motos de IS metros de eslora (largo de la embarcación), cuando no 282 González, Rodolfo, op. ciL, p. SI.
sea apiicaUe la medida de arqueo (art. 9o,. fr, !i b). M! Ray, Domingo, op. cU., t. I, pp. 293 y ss. El esUullo del maestro Ray en la obra citada,
210 Conviem estiéleccr q je en la Confbrencía del centenario del ComM Maritlm Imemattonal •obre ía Clasiflcadón de buques, y los boques de Estado, es sWi duda uno de los mejores estudios
Ounio de 1997) se piesenió un trabqjo del grupo internacional respectivo en el que se prefNua un que se enoientian dentro de los sistennas que hemos venido comparando. Remitimos a ¿1. psra
Instrumen&D sobre los principios de conducta aplicables para Ifts sociedades de clasitkación. De t^ mayor pro&ntHdad en et tema.
modo, es esperabie que on tiempo razonaUe se pueda llegar a una conferencia diplomática en donde «4 Seguimos el esquema de Ray, Dondngo, op. di, pp. 293 y ». Ver también tos distintos criterios
se «imebe un instrunwnto que regule la responsaMIidad de estas entidades, ver también el iOntr anotados por el maestro mexicano Euscbio Salgado, £1 nuevo concepto..., op. cit., pp. 37 y ss.
anual 1996 del C^i, pp. 328 y ss. La complejidad del tema sobre i» responsabilidad de ios sociedades :ss Es importante seftalar, como al abordar ei tema de el concepto de Ixtque lo hicimos, que el
de dasifleasión excede —«¿gfm ya antes hemos seflalado— el objeto de esta monojpafia, por lo medio de propulsión, tomado en cuenta por algunos autores (sobre todo italianos), como elemento
que remitimos al Infonne del grupo de expertos de ese influyeme organismo intcnwciomri privado. Indtspoisabie para conñderar a uns simple construcción flotame como buque, ha sido revesado por
2SI Cfr. Rahaim, Salomón, op. cil, pp. IS y ss. las teglslacitmes contemporáneas, que lo consideran como al, aun siendo impulsado por eleirKntos
externos a i\, tales contó el viento.
94 EL BUQUE LA ONTOLOGlA DEL BUQUE 9»
• Veleros, • Públicos,
• Vaporeros, • Privados.
• Atómicos, etc.
Sin duda todas las clasificaciones implican cierta importancia, sin em-
C. Según la nacionalidad:'*^ bargo, con independencia de la relativa a la nacionalidad, que será luego
objeto de nuestro estudio, bien vale la pena comentar brevemente las
• Nacionales, que versan sobre el tipo de navegación. Veamos:
• Extranjeros. A. Navegación comercial y navegación no comerciaí: distinguir el
tipo de nav^actón determina la normativa a aplicar. E l derecho de la
D. Según ei prívilegio:"'
navegación tiende naturalmente por la actualización de dicha actividad,
a través del frans^rte de pasajeros, animales o mercancías, a la mer-
• Con privilegio de paquete,
cantilidad de su función,''^ En cambio, las embarcaciones que no tienen
• Sin privilegio de paquete.
por objeto un fin comeicial se dedican a la navegación científica o de
E . Según las dimensiones o tonelaje:^'* recreo personal (no lucrativo).
B. Fluvial y marítima; de cabotaje y de ultramar, ya antes hemos
• Mayores o buques, señalado, que la navegación a ia cual se refiere nuestra ley vigente, no
• Menores. distingue et medio acuático en la que se realice, mientras obviamente
sea sobre ese medio: el acuático.'^' De igual modo, al especificar el
F. Según el titular del dominio o el destino:'*» régnnen de la navegacién, nuestro ordenamiento distingue tres: la inte-
rior, la de cabotaje y la de altura.'"
316 Como yi (o hemos spuntado, el ciq>(Utto de refbrenda se enouemn orientado a la discusión
sobre ta nadonalidsd y sus consecuencias jurídicas derivadas. A ¿l remllimos, En efiecto, la primera es aquella ejercitada dentro los límites de los
7»i Et privilegio de paquete —indica Dwningo Ray—, tiene relevancia en función del dlstlmo puertos o en aguas interiores mexicanas, como lagos, lagunas, presas,
tratamiento que leoibian los buques, según tuvieran o no conferido ei privilegio de paquete postal, ríos y demás cuerpos de agua tierra adentro. L a segunda es la efectuada
el cual era concedido dlscrecionaltnente por la autoridad marítima. Los requisitos que debta asumfa-
un buque para obtener et privilegio de paquete postal eran —sigue el maestro— de tres clases: por mar entre puertos o puntos situados en zonas marinas mexicanas y
fclttivos a la seguridad de los pau^jcrosi a las medidas saniuuios y al tiempo iMbcimo empleado en litorales mexicanos. Por último, ia de altura, es aquella llevada a cabo
cada vii^e (Ray, Domingo, op. cit, 1.1. p. 297).
3SS En nuestro apailado anterior hemos ya traudo «1 tema. Asimismo, con art 9o.. fir. 11, por mar, entre puertos c puntos localizados en territorio mexicano o en
de nuestra Ley de Navegación. las zonas marinas mexicanas y puertos o puntos situados en el extranjero,
289 Los primeros se encuentran regidos por el derecho público, mientras que los segundos, en
rezón de la lelaelón de coordinación cntie particulares, o del Estado actuando en calidad de parti-
así como entre puertos o pumos extranjeros.
cutar. son regidos por el derecho privado. El tema rq^tsenta todo un estudio especifico, que no C. Liners o trcmps-P^"^ esta úhima, se basa en el sisfsma de utilización
puede ser objeto de este apartado, de modo que remitimos al estudio ya referido del maestro Do-
mingo Ray. Digamos solameme siguendo a Francisco Fariña (<y>. cit., pp. S3 y ss.) que ta distinción del buque destinado a la navegación com^cial. Los buques clasificados
entto buques públicos y privados no responde a que la titularidad del dominio recaiga en el Esudo
o eo particulares, sino a la aftotación. Asi, cuando un Estado es propietario de un buque y lo explota
comercialmenle, en pie de igualdad con los annadores privados, realiza actos de idílica naturaleza 290 En efecto, ya Cervantes Ahumada ahondaba en la naturaleza de Iti empresa maritimau decía
a los que cumpien estos últimos y, por consiguiente, ese buque no es póblico, y debe quedar el maestro: "El derecho mercantil moderno gira en tomo al concepto de empresa. No puede con-
aslmilailo, en cuanto a sus obligaciones y tesptmiabilidades. a tos buques privados, de no ser así cebirse actualmente el ejercicio del comercio sin la organización de IB empresa que presupotie. Así
se «rtableceria tm régimen de prívílegios. En ese orden de ideas, buques póblioos son aquellos qiie lo ha entendido la Ley de Navegación y Comercio Maritimo, la que coitca a la empresa naval en
están afectados al serviclio del poder público, como los de guerr.a, policías o sanitarios, los c u ^ el centro de ia actividad oomeRíat marfiima" (Cervantes, Raúl, <H>- cll, p. 821). Ya ames hemos
deben gozar de un régimen especial que tenga en cosideración la tarea que cumplen, la cual es uno comentado el (»into.
de los cauces por tos que el Estado ^erce su soberanía. C/r. con la Convención Internacional de » \r aiL 2o. de ia Ley de Navegación.
Bruselas de 10 de octubre de 1926, sobre unificsción de ciertas reglas oonoernientes a la inmunidad 3K Ibkkm, art, 32.
de buques de Estado. »3 C^. Ray, Dommgo, cp. di, t. 1, p. 296-
ELBUC?ÜE
LA ONTOLOGÍA DEL BUQUE 97
como liners, están afectados a una IfiKa; esto es, que cumplen itinerarios
preestablecidos en un tiempo más o menos definido. Los buques de trá- que clasifique ias cualidades de cada buque; con lo que tos actores de
fico eventual, conocidos como tramps, cuentan con un sistema de ex- ia navegación estarán en aptitudes de conocer el estado físico de un
plotación abierta, según tos intereses del naviero y las necesidades del buque en cuestión.
tráfico internacional de mercaderías principalmente, ^ t a clasificación, por tener como causa valores de orden público, es
Los buqu«s tramps —apunta Francisco Fariña—''^ son disefladt» ge- atribución originaria del órgano competente del Estjtdo (SCT), por lo
neralmente para grandes cargamentos homogéneos, que transportan a que puede ser efectuada directamente por éste; sin embargo, normalmente
costes relativamente económicos por su volumen, con lo que el régimen es llevada a cabo por por organizaciones privadas autorizadas denomi-
de precios o fletes es distintos entre liners y tramps?^ nadas sociedades de slasificación;''^ éstas dan un juicio sobre el valor
Por último, la navegación pesquera por su objeto específico,'» merece del buque y expresan este juicio asignando al navio cierta cota. Cuando
en parte un tratamiento especial, que efectivamente es dado a través de la sociedad no da a un buque la prímera cuota, ese navio —como dice
su propio ordenamiento legal. Sin embargo, en todo lo que no derive Ripert—, se vuelve sospechoso, y los que intenten negociar la compra,
estrictamente de su objeto le es aplicable, en cuanto se refío'e a la na- el fietamento o el seguro, bien podrían abstenerse de ello."'
vegación, nuestra ley de Ja materia.2*^ En efecto, figuras jurídicas como Así pues, esta institución originalmente de derecho marítimo —que
las de averías, abordaje, salvamento, etcétera no son en sí mismos materia ha trascendido y hoy se encuentra también prevista para el derecho ae-
pesquera sino de derecho de la navegación. r o n á u t i c o — t i e ñ t por objetó certificar el valor técnico (clase) d« los
buques para dar mayor seguridad jurídica y celeridad a las negociaciones
relativas al tráfico marítimo. En efecto, es el único mecanismo que ha
2. Sociedades de clasificación facilitado el que dentro de la lejanía en que se encuentren sujetos y
objetos, se cuenten con datos precisos y seguros sobre las condiciones
A, Nociones generales de los segimdos.^''^
Si la navegación es una actividad por naturaleza internacional en la
3H La atribución originaria del Estado en materia de verificación d« buques, y et lespectivo
que todos los sujetos actores se encuentran directa o indirectamente vin- reconocimiento de ta impoitancia prát^ica de las sociedades de clasificación se pone de manifiesto
culados, resulta necesario establecer un mecanismo por el cual aquellos en nuestra Uy de Nav^actón, art. 6t: "La expedición de certificados de seguridad y las verifica-
ciones conespondientes de en^arcacioncg o aneftkcuis navales y su equipo de seguridad, wí como
sujetos que tienen interés en ella, conozcan cuáles son las embarcaciones ta autorizada de proyectos de consuucción, reparación o modifícación, se podhln realizar direc-
que ia realizan; es esa la función que realizan las sociedades de clasifi- tamente por la Secretaria o por pereonas físicas o morales mexicanas, o sociedades clasiflcadonis
de embarcaciones debidamente aprobadas, en los términos que determicB la Secreüirfa. Para em-
cación. barcaciones menores el r^lamentorespectivoestablecerá un régimen simplificado". Entre otros
En efecto, no sólo problemas solM-e el régimen de la propiedad de las ordenamientos qye serán aplicables en el ejcrpicio de la dosificación, además de los trataulos en
materia de seguridad marítima incorporados por rcfisrencia a nuestra Ley de Navegación, setA apli-
embarcaciones, sino sobre todo riesgos marítimos que pueden devenir cable tanto la Ley Federal sobre kktrología y Normatísxión, así como las Normas Oflcicdms Aíf-
verdaderas tragedias pued^ evitarse, en la medida que exista un registro xlcanas en las materias náuticas que aüectcn la verificación edifica, debiendo ¿stss de acuerdo
8 dicha ley ser publicadas previamente en el DOF para poder m eticadas. En ese sentido, ver el
art. 60 de la hé^ de Navegación que luego comentaremos.
J M FarHto, Fnmclsco, O A cit., p, 18. 2M Ripert, Georges, «p. cil, p. 45. Ver asi el le«o de los formularic» que cstudíanws en la
295 En eliscto, el «istema conferenciado de Heles es propio de ias lineas regulares. Este sistema com[H°avonta de embarcacbties.
es uno de los pilares de iapotltiea maritima. Por su compKiidad y extensión, su tratamiento excede ya¡ Entre nosotioSi la figura de k » terceros clasificadores ha permcaíto en materia aeronáutica
los objetivos de monografía. a través del art 85 de la Ley de Avlsición Civil {DOFmíya 12 de 1995^: "Las certifKacitsnes de
2W En efecto, el art. lo. de ia Ley de Pesca es claro en cuanto a su objeto, que de fonna las unidades de verificación establecidas por terc«r(xs tendrán vtdidez cuando dichas unidades hayan
derivada dciinútari a su tipo de navegación. Veamos: "...Tiene por objeto garantizar la conservación, sido previamente autoiieadas por la Secretarla en tainos de lo dispuesto por la Ley FederdI sobre
Is presentación, y ^ aprovechamiento ncional tk tos recuisos posqueros y establecer las bases para Metrología y Normalización".
su adecuado tionvento y acbninlsuaclón". 201 Scialoja, Antonio, cit., p. 116. La formalidad de la Inscripción en ¡os registros de cla-
297 Qr, con ait 2o. de Ley de Pesca. sificación, que en un principio no era obligatoria, sino que tenía observancia general en raosón de
su utilidad, luegoftiedeclarada oWigatoie en algunos países, incluidos en su momento: Italia.
LA ONTOLOGÍA DEL BUQUE 99
EL BUQUE
M» Afem, p. 117, 307 íbidm. En ta ímpiesdón de sos listados o nitros, las sociedades dssiíicadoras indican el
m Ibkkm. nombre, construcción, edad, bandera, aptitud para ia navegación y demás cspecificaoionca sobre
304 Firtta, Frandsco, op. cit., p. 21. cada buque. Si bien nuestra Ley de Navegación no lista la perio<Ucidad de las verifi^^iones de
IOS Ripot, Oeorges, «y;. cU, p. 45. Esta préctk» no está autorizada por ei cap. VI de nuestra
embarcadones debe darse en todo caso, para proyectos de construcción, reparación o modificación
ley vigente, con lo que su ejerdck) podría ser de itíácoi legalidad.
de embarcaciones mayotes, En térmbios gener^es, la SCT cuenta con amplias lácullades (Je veri-
306 Una cruz de malta, asi como ciertos números y letras, son el conjunto que individualiza
ficación que 0 0 la limiun temporalmente o periódicamente en su actuaci^in por la clase de valores
la Jerarquía que la sociedad claslficadom atriltuye al buque, Osvaldo Blas describe con claridad la
clasificaclóR del Uoyds Regtster. Veamos: "El Uoyds Register dasinca a los buques en tres grupot. que se tutelan, Sb> embfugo, se entiende que sus atribuciones vcrltlcadoras se enmarcan en el ámbito
Et primero, o sea, «l mejor se expresa con —lOOAl—, jignlflcando la cwz de maJia que el btitpie de los InsuwnentDs internacionales en la materia, y a las prácticas inteiwcionales sc*re et tema
ha sido constniido bs|o el control de la sodedad; et —100— equivale al grado superíw de la cons- que tiendan racionalmente a fbrtalecer Is seguridad marítima mediante 1» veríHcación (ver Ley de
trucción.»; y el — 1 — expresa que el buque se haya en condiciones ^>ta3 o apropiadas para la Navegación, ais. 59-61).
navegación" <I^BS, Osvaldo, op. cit., p. 156). JOS En ese sentido, ver nuestros arts. 60 y 61 de la Ley de Navegación, ya antes enunciados.
J09 Ray, Domingo, op. cit., 1.1, pp, 323 y ss.
too EL BUQUE LA OhfrOLOOÍA DEL BUQUE 101
ha sido abordada desde distíntos ángulos y pronfundidad por un sector Ahora bien, la inspección y vigilancia de un buque <;s llevada a cabo,
importante de ia doctrina.''" en un sentido material, no por la sociedad clasificadora, sino por una
Ahora bien, su estudio puede basarse en distintos aspectos: respecto persona ñsica, que a efectos contmctuales se le llama profesionista; es
a la naturaleza y consecuencias jurídicas de la relación entre los contra- en todo caso un experto que ocasionará consecuencias jurídicas diversas
tantes y la sociedad clasificadora; o bien, respecto a la naturaleza y con- al armador, al naviero o a los aseguradores. Así, en principio y de con-
secuencias jurídicas de las relaciones entre tal sociedad y los terceros formidad con lo establecido por el artículo 2615 del Código Civil para
ajenos a la relación contractual. Analizemos brevemente la situación a el Distrito Federal, en el sentido de que el que preste servicios profesio-
la luz de la doctrina internacional y de nuestro derecho común. nales sólo es responsable hacía las personas a quienes sirve, por n-egii-
E n opinión de Georges Ripert, la naturaleza de ta relación contractual gencia, impericia o dolo, sin perjuicio de las penas que merezca en caso
es de mandato, o de locación de servicios o de empresa, at mismo tiempo, de delito, dicho i»ofesionista tendría que responder frente a los sujetos
como contraprestación —puntualiza el maestro francés—, el servicio es mencionados.
poco remunerado, pues los derechos de vista no son muy elevados; así Sin embarj^, por encontrarse vinculado ei profesionista "experto"'"
en principio, las sociedades son responsables frente al armador en caso en una relación subyacente con la sociedad clasificadora, y al ser ésta
de error de sus expertos.^ quien contrata con el armador, el naviero o el asegurador; dicha institu-
Según nuestro derecho común, el contrato de prestación de servicios ción debe responder por los perjuicios que fueran ocasionados por ias
profesionales, es aquel en virtud del cual una persona llamada profesio- faltas de sus a ^ t e s o empleados (factores), ya que debe soportar todas
nista o profesor se obliga a prestar determinados servicios que requieren las consecuencias del ejercicio de la profesión de este y de sus obliga-
una preparación técnica y a veces un titulo profesional, a otra persona ciones contractuales asumidas hacia tales sujetos del derecho de la na-
llamada cliente*que se obliga a pagarle una determinada retribución lla- vegación,"'
mada honorario.^ Así pues, cuando menos en nuestro sistema jurídico no encontramos
Por lo que ve a las opciones que señala Ripert, es claro —como aduce justificación alguna para que, por el hecho de que la contraprestación
el maestro mexicano Ramón Sánchez Medal— no puede confundirse el económica sea mínima hacia la sociedad clasificadora, ésta se encuentre
contrato de prestación de servicios proffesionates con el contrato de man- facultada para eximirse de responsabilidad. Más aún, pensamos que la
dato, ya que en aquél los actos que realiza o los servicios que presta el
profesionista no son necesariamente jurídicos; asi, ni los médicos ni aun
ios abogados son por fuerza mandatarios de sus clientes, pues no realizan 314 Es muy importante no olvidar las bases que el derecho mercantil nos ofrece para artalljsar
el problema, y es que en realidad lafigurade "d experto" al que hacemos alusión se basa en las
siempre por cuenta de éstos actos jurídicos, ni obran por cuenta de ellos, nociones que nuestro código de comercio vigente nos oftece. En eftcto, se reputan factores ios que
sino simplemente ejercen su profesión y obran en nombre propio, aunque tengan la dirección de alguna empresa o ístablecimiento fabril o comer:ial, o estén autorizados
para contratar respecto a todos los negocios concomientes a dichos establecimientos o empresas por
su trabajo aproveche a otra persona.^'-'' cuenta y en nombre de los propielarios de ios mismos,., {art 309) Entendido pues el carácter de
factor sobre d profesionista dei que hablamos, debemos también distinguir de acuerdo al propio
ordenamiento mercantil, que en tixios los contratos celebrados por los factores con tal carácter,
quedan obligados tos principales y sus bienes... {ait. 313), Ahora bien, es imiiortame apuntar también,
como lo afirma el maestro Barrera ÍSraf, que cuando elfiactoractúa como un aiter ego del cotnei«
jio Ver por ejemplo; Ripert, Oeorges, s^. cii., pp. 46 y ss; Rodiere, Rene, op cH, p. 43; Scialoja, ciante. y tiene el mando y el control de la empresa, y cuando, como lo permite el art, 318 del
Atttotno, cp. cit., pp. 121 y ss.; Blas, Osvaldo, op. ciL, pp. ISS y ss.; González Lebrero, Rodolfo, código mercantil, entre el principal y eifectorexiste una asociación, porque aqu^l jntercsat a éste
op. cil, pp. SI y ss.; lUy, Domingo, op. cil, 1.1, pp. 319 y ss. en dgunas upereciones, no se da la relación laixtral, sino de prestación servicios en un &aso, o
3n Ripert, Georges, op, eiu, p. 46, de vinculo social en otro (Barrera, Jorge, op. di, p. 214; en ese mlsnwi sentido el autor por él
iti Qfi^. con Sánchez. Ramón, CotUroto» Civik*. México. Porrúa. 1993. p. 322; asi como con citado Roberto Mantilla Molina).
1(N Bits. 2606 y ss, del Código Civil para el Dlsttito Federal.
31J Ibidem. En efecto, segiin la tesis niimcro 279 de la Tercera Sala, acogió el sentido seftalado, 315 En ese mismo sentido por ejemplo: i) Ripert, Georges, op. cll, p. 46; ii) Bonnccase, Jullen,
e)cpresando que la coexistencia de estos dos contratos con respecto a la misma persona no «itorka Tratado elemental de derecho crvil (citado por Ray, Domingo, op ch., I. l, p. 324; ili) Scialoja,
a oonñtndlrlos. Antonio, op cit., p, 122. Si bien Ripert admite que se les puede excusar <ie sus faltas ligeras, pero
no de su dolo o (fe su culpa grave
102 EL BUQUE LA ONTOLOGÍA DEL BUQUE 103
esta actividad le puede acarrear, y por el otro, en consecuencia de lo nuestra ley de la materia hace remisión expresa a ellos."* Sin perjuicio
anterior, ella se ha constituido como un servicio público que cs explotada de que en su debido momento abordemos cada tema específico con ttnejor
por medio un régimen de permisos y concesiones,'^ el derecho admi- profundidad, establezcamos algunas normas que directa o indirectamente
nistrativoP^^ no tiene más alternativa que establecer un permanente sis- vinculan a la documentación con ia que todo buque debe contar.
tema de vigilancia y control que garantice la seguridad, la higiene, la B l capítulo V I del título tercero de nuestra Ley de Navegación, dedica
eficacia y la eficiencia de aquellos que prestan el servicio. el contenido de siete artículos a normar el tema de la inspección naval;
En efecto, el tema de ia vigilancia administrativa de los buques, es veamos a continuación el fondo y ia sistematización de algunas de las
fundamental para el sano desarrollo de la actividad navegatoria. Así, el grandes inquiehides por establecer un sistema efectivo de vi^lancia tanto
sistema francés, cuna de la sistematización del derecho administrativo, de embarcaciones como de artefactos navales:
ha previsto una estructura de inspección de buques a través de un sistema a) Existen tres formas de establecer la vigilancia naval: las pruebas,
de visitas. Así, Georges Ripert señala que en Francia, los buques están las inspecciones y las verificaciones. El momento para practicarlas tam-
sometidos a toda clase de v¡sitas.'24 E^tre ellas: bién es variado: pueden ser iniciales, periódicas o bien, extraordinarias.
En todo caso, esas formas o mecanismos de vigilancia son requisitos fun-
• Una visita de puesta en servicio que obligatoriamente precede a damentales para la expedición de certificados de puridad de navegación,
la emisión del permiso de navegación; E s tal la importancia de estos mecanismos que adquieren un grado de
• Visitas periódicas destinadas a asegurarse que son mantenidos en presunción iuris taníum de que el buque se encuentra listo para zarpar
buenas condiciones; en condiciones de seguridad técnicamente satisfactorias.^^ Por último, wi
• Una visita de salida que según su legislación, debería de ser oca- los términos de los tratados internacionales, la autoridad marítima mexicana,
sionada por el capitán, pero que en la actualidwl es obligatoria está facultada para llevar a cabo el reconocimiento de certificados de se-
por un inspector de navegación, guridad a las embarcaciones extranjeras, ya sea que naveguen en nuestras
aguas jurisdiccionales o al momento de pretender el arribo a puerto mexi-
Sin embargo —y de ahí uno de los caracteres de la relevancia de las cano.^^
sociedades clasificadoras antes estudiadas—y los buques que tienen la b) Por lo que ve a la consU-ucción, reparación o modificación signi-
primera cota de una sociedad de clasificación reconocida, están exone- ficativa de buques, deberán realizarse estas actividades bajo condiciones
radas de ciertas visitas reglamentarias.^^s técnicas de seguridad, en los términos de los tratados internacionales y
Ahora bien, como ya en su momento comentaremos, la mayoría de del reglamento respectivo.
las normas de seguridad, salvaguarda, higiene, etcétera, respecto a la En nuestra opinión, para lograr la actualización del espíritu de l a ley
actividad navegatoria son reguladas a través de convenios internaciona- en este sentido es necesario que se expidan normas oficiales mexicanas,
les, muchos de los cuales se encuentran en vigor en nuestro pais e incluso que vayan de acuerdo con la profesionalización de la navegación, pero
también con la capacidad económica y humana de nuestro país.
J22 RecOTdemoB que loi arts, 36 y 37 de la Ley de Navegación, asi como sus correlativos de
la Ley de Puertos, definen el marco jurídico para el otorgamiento de cotwesiones y permisos.
333 Recordemos que una ley de naturaleza administrativa, la Ley Orgátiica de ia Administración 326 Ver nuestra Historia,.., op. cit, pp. 159 y n.
Pública Federal ha señalado las atribuciones mariümas con que cuenta la Secretaría de Comunica- 327 Cfr, con ei art 58 de la Ley.
ciones y Transportes (SCT), Así, su art 36 fr, XIV, dispone el despacho por esa dependencia de 318 La razón de esta norma no es aminorar la vigilancia e ittspección sobie embarcsciones
la Administración Pública Centralizada, la regulación, promoción y organtzaclán de la marina mer- extranjeras, sino hacerla equivalente —en lo conducente— a la ejercida sobre erabarcacicxics de
cante. pabellóB mexicw». Así, nuestra Ley de Navegaron -<n su atSn Intemacionalista— ha incorporado
>»•« Ripert, Georges, op. cit, p, 54, En ese mismo sentido: Rodiere, Reno, op, cifc, p, 50, En por referencia el texto de prácticamente toda la noimiftlva Intcmacionsil aplicable en materia de
piitaibi posteriores expondremos ei sistema de otros paises- seguridad maritima {en settíido genérico). Así, será s^iciAlo —«n lo conducente— la normativa
32! En ese sentido Rene Rodlére; "Les mvires qul <mt la premüre cota ...sont disptinsis de en la materia de organismos especializados como por ejemplo la Organización Maritima interna-
certaínes visites régietneniaires..." (Rodicnr, Rcn¿, op cU„ p. 50), cional ("OMI") y la Organización Internacional del Trabajo ("OIT") respectivanttnte.
106 EL BUQUE LA c»rroix>oiA DEL BUQinB
Luego de que el proyecto pera la realización de actividades como las Ahora bien, la autmdad maritima también tiene un límite de actuación
indicadas sea probado, el buque se encuentra sujeto nuevamente a una fifente al particular. En ese sentido, el texto y espíritu de la ley suponen
serie de pruebas, inspecciones y verificaciones que acrediten su aptitud ia no interrupción de su objeto mismo: la navegaciónu Para ello, toda
para la navegación; la ínstnimenlación final de las cualidades del buque inspección del IÍIHO de navegación o d» los certificados de una embar-
se incorporan a certificados de seguridad y de arqueo.^^^ cación, por una autoridad administrativa o judicial, se harán a bordo de
c) Asimismo, la autoridad marítima tiene facultades de inspección y ésta o en las oficinas de la capitanía de puerto en que se encuentre et
verificación respecto a las condiciones de seguridad de le caipi en los buque, y siempre se devolverán a la embarcación sus documentos.^'^
buques. Para ello, puede solicitar al naviero, consignatario o al propio Finalmente, todas las vmñcaciones, inspecciones, pruebas, experimen-
capitán del buque la información sobre actividades de embarque tales tos, reparaciones de material averiado y demás mecanismos que coad-
como: aseguramiento, estiba y trimado de la carga, entre otras obliga- yuven a que la atitoridad marítima entre en conocimimto del estado in-
ciones de inspección que el gobierno mexicano asuma por ratificación tegral que guarda el buque, deben ser pagadas por los propietarios o
de convenios internacionales."*' navieros. No podría ser menor la obligación, ya que en todo i^gimen de
d) E l transporte de mercancías peligrosas ha requerido una especial servicio público, la autoridad debe velar por la salvaguarda del interés
atención por la comunidad marítíma internacional; por ello, la autoridad público, mediante mecanismos que le pormhan vertfi(»r la calidad de
marítuna cuenta con una especial discrectonalidad para vigilar e inspec- éste,^^ además la constante verificación de las condiciones de un buque,
cionar un buque que transporte mercancías de esta índole."' con independencia de su costo, garantizan a tos propios navieros la efi-
é) Por último, y como regla de aplicación general a todo caso concreto, cacia y eficiencia de su servicio.
los propietarios, navieros, capitanes y demás tripulación están obligados
a facilitar las inspecciones y verificaciones, proporcionando a la autori- V L DOCUMENTACIÓN DEL BUQUE
dad los datos e informes que le requiera, además de ordenar las manio-
bras solicitadas que no afecten la seguridad de la embarcación ni de las
instalaciones de puwto.'^ i . Aproximación
B . ítalia
Con independencia pues de la legislación, lo que ia documentación
de un buque debe acreditar son todos aquellos elementos que resulten Por lo que ve al derecho italiano, ya el viejo maestra Antonio Scialoja
necesarios para individualizarlo, acreditar su navegabilidad, asentar los nos dice que hasta el siglo X V I I los libros de a bordo, eran llevados por
hechos o actos que se producen durante ia navegación.^^^ Su importartcia un oficial especial del buque: el escribano. Caída esta institución en de-
no sólo es inherente al buque, sino que tiene consecuencias jurídicas suso, el código francés asignó al capitán la obligación de llevar im diario
tanto frente a la autoridad,^^ como frente a terceros. náutico, debiendo anotar en él las entradas y gastos referentes ai buque
y todo lo que hubiera podido dar l u ^ a rendición die cuentas o recla-
2. Derecho comparado mación judicial. Pero debido a la insuficiencia de esta disposición, en la
práctica sólo se anotaban en el libro obligatorio los sucesos relativos a
L a documentación del buque es, lógicamente, un tema comün a toda la conducción del buque, y para su administración se llevaba un libro
legislación. Así, en algunas de ellas, las disposiciones relativas se en- no ofícial.^*°
cuentran más o menos diseminadas, en otras en cambio se encuentran En la actualidad, el Código de la Navegación de Italia establece que
vinculadas y sistematizadas. Veamos algunos ejemplos: las cartas de a bordo son,^' para las naves mayores, el acta de naciona-
lidad, y la lista del equipaje. Otros de los documentos con que debe
A . Ingíaterra contar el buque a bordo segón el ordenamiento italiano son: et certificado
de registro (arqueo), el certificado de clasificación, el certificado de na-
En el derecho británico, por ejemplo, ia documentación del buque se vegabilidad, el certificado de francobordo, los certificados de visita, los
encuentra inmersa en la regulación de cada uno de los actos de su uti- docvunentos aduaneros y sanitarios y el diario náutico^'*^ así como todos
lización o bien, en aquellos que afectan, desde el ángulo iusadministre- los otros libros señalados por ley o por reglamento. En síntesis, los dos
tivista, la navegación de éste. Así por ejemplo, los certificados de cons- grandes rubros de docwnentación del buque en el derecho de la nave-
trucción, de sanidad, de seguridad del equipamiento, etcétera son algunos gación italiana son: las cartas de a bordo y los libros de a bordo."^
de tos documentos de naturaleza ^Iminístrativa con que debe contar el
buque.
Así, para el derecho británico la medida más efectiva para asegurar de naturaPeza administrativa que integran di Sh^ing Law britÉiico, y a partir de los cuales se genere
la expedición de certificados se encuentran: ihe Áíerchani Shipping {Car¡ia Ship Constsvctton and
la navegabilidad del buque, luego de las respectivas visitas de control y Stirvey} Regulations 1984; iht Mtrchant Shipping (Navigationd Equiprneni) Reguiations 1984; the
vigilancia, son los certificados que acreditan que todo aquello necesario Merchant Shipping (Radio Installationa) Iteguiaiions 1980; the Merchant Shipping (Radio [natalki
tions Survey) Reguiaticns i 981; the Merchattí Shifío^g (Fire ProtectionJ Hegulallons ¡9S4; the
para la navegación ha sido cun^liroentado.^' Merchmi Shipping (Life Saving A^yüances) Reguiaiions 1980; the Merchant Shipping (Cargo Ship
Síffeíy EqutpmetU Survey) ¡UgukMons 1981. Son pues esos, tos reglamentos de msyor importancia
que originan ia expedición de certificados navales (Qiortey & Giles, op. cit, versión inglesa, pp.
<k)cumentacMr <|ue lodo buque debe tener a bordo {cfr. con arts. SO y S4 de la Ley de Navegación 85 y ss.),
wgenUna). Asi, por un lado encontramos aquellos documentos que acreditan los atributos de su 340 Antes de la ejtpedición del Códice delta Navigaxitme de ese país, el Código de Contercio
persondidad, y por el otro documentos de opcraciOn y vigilancia administrativa. estipulaba que el conjunto de los libros de a bordo se denominaban úiaelo náutico (art. 500); debía
317 Ray, Domingo, op. cH„ t I, p. 2S9. ser llevado por el capitán y se dividia en cuauo distintas partes: diario general, o de contabilidad,
3)8 En efecto, como ya iwmos estudiado, la autoridad marítima debe velar por el sano ^ercicto diarlo de navegación, diario de escotílla o manual de a bordo, Inventario de a bordo {cfr. con
de la navegación, para lo cual vigila e inspecciona de modo sistemático a las emt>arcaciones. Sin Scialoja, Antonio, op. cit., pp. 136 y ss,).
embargo, esu laborfiscalixodonno se podría llevar a c ^ sino fUera mediante la reaiizadón de 341 Att. 169 del Códice della NavlgazioBc.
actos admbtistranvoa específicos que se instrumentan mediante ta expedición de documentos que 343 Al Igual que su ordenamiHito antecesor, el códgo navegatorio Itsüano ha dividido el libro
traen spaiejado tm valor probatorio determinado. náutico en: inventario de a bordo; diario general y de contabilidad; diarlo de navegndón; diario de
339 Qran parte de ta regulación inglesa en materia de certificados y documentstckm, ha derivado carga o diario de pesca, scgím el destino ik la nave. Asi pues, los arts, 169-178 del Código italiano
de la Convención de Ixmdrcs del lo. de noviembre de 1974 para ta salvaguarda de la vi<k humana establecen laregulaciónde los documentos de a bordo.
en el mar, su protocolo del 17 de febrero de 1978 y sus emrdendas del 9 de noviembre de 1988 143 Lefevbre, Antonio, op. cit., pp. 323 y s». Al Igual que en la mayoría de los ordenamientos
(conocida la convención y protocolos con tas siglas de S.O.LAS AÜ pues, entre los ordenamientos de nuestro desarrollo histórico, ei código de la navegación de eses país ha dispuesto ta exiistencia
lio EL BUQUE LA ONTOLOC^ DEL BUQUE Ul
Ahora bien, en cuanto a la eficacia probatoria de los libros de a bordo talación radioefóctrica, diario de radío, si corresponde de acuerdo con
en el sistema italiano, digamos que el tema es esclarecido por el mismo las r^lamcatiaciones immacionales, un gamplar de la Ley de Navegación,
código en su artículo 178. En efecto, las anotaciones efectuadas por el y los demás libros y documentos exigidos por las leyes y reglamentos.
capit&n en el ejercicio de jfunciones públicas hacen plena prueba, mientras E l libro de rol es sin lugar a dudas, uno de los docamentos de mayor
que las anotaciones sobre el diario náutico relativas a la administración, importancia, ya que versa sobre la vida humana embarcada. En efecto,
así como a la gestión comercial de la embarcación, pueden hacer prueba ese libro debe expresar necesariamente, et nombre y matrícula del buque,
también a favor del armador cuando son regulaimente efectuadas, sin y el nombre, apellido, nacionalidad, edad, estado civil, domicilio y nú-
embargo, pueden también hacer prueba en cada caso contra el armador.^ mero de matrícula del capitán y de los demás tripulantes, con indicación
E l ixroblema de la eficacia probatoria sin embargo, no ha dejado de dar de la habilitación y empleos correspondientes; asf ccmno las condiciones de
origen a interesantes litigios, a partir de los cuales se ha ido también los contratos de ajuste, en la forma que establece la norma laboral es-
desarrollando el tópico.**' pecífica.'"*
Por su parte, en el diario de navegación, uno de ios documentos más
C. Argentina aiitiguos de la navegación, se asientan —de conformidad con la ley ar-
gentina—, los acontecimientos de la navegación y todas las novedades
Pm- últkno, fiel a su tradición e infiuencía, la ley de la materia argen- ocurridas a bordo durante el viaje, relativas al buque, tripulación y pa-
tina, ordena y sistematiza la documentación de las embarcaciones. En sajeros.^' A l llegar el buque a puerto, la autoridad maritima, si éste es
efecto, dentro del título relativo a las normas administrativas, la Ley de argwtino, o el cónsul, si se trata de puerto extranjero, deben visar el
Navegación de ese país dispone, en su artículo 83, que los buques y diarto de navt^ación e inutiltzar los blancos que se hayan dejado entre
artefactos navales, según corresponda, de aouerdo con la reglamentación, sus anotaciones, según dispone el artículo 87 de la p'opia ley.
deben tener a bordo la siguiente documentación: certificado de matricula, También el sistema argentino ha intentado solucionar e! problema del
libro de rol, certificado de arqueo, de seguridad y de francobordo, do- valor probatorio de los documentos del buque. Así, los asientos que el
cumentación sanitaria, diario de navegación, diario de máquinas, lista de capitán haga en el diario de navegación en calidad de funcionario público
pasajeros, libro de quejas (en los buques de pasajeros), licencia de ins- valen como instrumento público. E l valor probatorio de todo otro asiento
en el mismo libro, asi como la exposición levantada con relación a estos
de un dinio náutko, que K compone de uu Inventarío de a bonio^ un diario general de contaWlidad; asientos, ante la autoridad maritima o cónsul argentino, está sometido,
un diarlo de ntvegacWn yfinatroenie.on diarto de carga (arts, 370 y ss. del Reglamento pora la en cada caso, a apreciación judicial (artículo 209).
navegación marítima).
M4 U$n, aupra, pp. 327 y 328. A pesar de que el sistema italiano no equipan en estricto sentido E l valor probatorio de los libros de a bordo —explica Domingo Ray—
al buque eon la empresa nMrcantlI. si exige como a tai empresa, la documentación probatoria de está en directa relación con el carácter de los asientos contenidos en los
sus actos, veamos: "de ossovare Inoltre che la nove, in se considerata, non concreta on'hnpRsa mismos. De tal modo, algunos tienen interés exclusivamente entre ias
conunerelale in lenso propño: peraltro U gloraale ruiutico, come ^ 1 aKri iibn,«ncbe serecala
documemazlone di evenii rcladvl a una singóla nave, non cessa, nella maggloranza dei casi, di partes, son de carácter privado, como por ejemplo las anotaciones refe-
documentare teil cbe siríferiseonoairimpresi ndla qiiale la nave si loseriMe. Sotto questo aspetto, rentes a la carga o bien las relacionadas con las vinculaciones entre ca-
i tibrl della nave possono considerand llbrl deil'lnq>resa".
y*i En efbcto, h» habido importante interpretación ante un ten» de tal relevancia procesal. Entre pitán, armador y tripulantes. Otros en cambio —sigue el maestro argen-
tos £tltot que aclaran el particular se encuentra éste que establece ta eficacia probatoria de los
docuementos sólo respecto a los actos póWlcos, no asi urente a los actM privados quetienenun
efecto como el del resto de los docuementos mercantiles. Veamos: "l itbri di bordo hanno valore 34s Ver »t. SS, Ley de Navegación argentlRa.
di otü pubblici per le anitoiazioni di atti pubblici in casi contenuti, quall ^ i di stoto civile e 347 Los daos que especialmente áiáxm ser asentados en el diario de navegación, de acuenJo al
testainenti, mentre per le altre registrazioni di caiattere privato, quali la velocitíi e ia nma tenuta ordenamiento argentino (art li), son;«. La situación, derrota y maniobras realizadas por el buque;
dalla nave, hanno le stessa enicacia dei libri di commercio purdtó tenutt regolarmente..." (Tríb b. Las observaciones meteorológicas e hldrognS^cas efectuadas a bordo; c. Los actos cumplidos por
Genova, 2S glugi» 1940; Tcfisrido en Righetti, Giorgio, Códice della Navigazlone amulati..., op.
el capitán en su carácter de fbncíonarío ptibilco; d. Las actas de los consejos celebrados por los
CU., p. 212).
oficialct; «, Toda otra circunstancia establecida en leyes y reglamentos,
LK OmOLOGÍA DEL BUQUE 113
Ii2 ELBIK^UE
tino—, son asientos de interés público, puesto que eí capitán está actuando que los anteriores requerían, además de otros elementos que daban mayor
seguridad a la actividad navegatoria.
en r^>resentación de la autoridad.^^
De tal forma, el capitán debía tener a bordo, antes de emprender el
viaie, un inventario detallado del casco, máquinas, aparejo, pertrechos,
3. Derecho nacional respetos y demás pertenencias del buque; la patente de navegación, el
rol de los individuos que componían la dotación del buque y los contratos
Como declamos antes, la necesidad humana de llevar un registro de con ellos celelntidos; la lista de pasajeros, la patente de sanidad; la cer-
los acontecimientos no es ajena al derecho de la navegación. Así, las tificación del registro que acreditara la propiedad del buque; así como
fuentes históricas del derecho, prácticamente de cualquier legislación del todas las obligaciones que hasta aquella fecha pesaran sobre él; los con-
mundo, oftecen ejemplos de cómo ya desde la antigüedad se regulaba tratos de fietamento o bien copias autorizadas de ellos; los ccmoctmientos
la necesidad de asentar en diversas formas de "libros*' todo aquello re- o guías de carga y el acta de la visita o reconocimiento pericial, s i se
levante para el dcstinto del buque y aquellos que lo tripulaban. Pese a hubiere practicado en el puerto de salida.
la brevedad de nuestros comentarios, observemos el desarrollo de este
Asimismo, el capitán del buque debía llevar un ejemplar del Código
tema en nuestro derecho patrio. Veamos;
de Comercio, y tener tres libros sellados, foliados y firmados por la
autoridad marítinria. E l primero de ellos en el diario de navegación, en
A. Ordenanzas de Bilbao
él se anotaban los aspectos más técnicos de la navegación. Ei primero
Este legendario documento es rico en disposiciones de derecho admi- se denominaba libro de contabilidad, en ei que se anotaban todos los
nistrativo. En cuamo a la documentación que todo navio debía de llevar, ingresos y egresos que en su actividad de tFansportaci(^ se iban arro-
fve claro en establecer la grave responsabilidad dei capitán o maestre de jando. E l último, titulado libro de cargamentos, contenía la entrada y
navio en tener a bordo —entre otros— un libro encuadernado y foliado salida de toda la mercancía con expresión de los consignatarios, fíetes,
en que asentara los registros de ia cai^a recibida, los iK>mbres, sueldos etoétera.
y demás aspectos sobre su tripulación; además debía de llevar obligato-
riamente el te)rto mismo de las Ordenanzas.'*' C. Ley de Navegación y Comercio Marítimos de 1963
B . Códigos de Comercio (1854. 1884 y 1889) Nuestra anterior ley de la materia, ubicó la obligación de contar con
cierta documentación, ya no directamente en los deberes del capitán, sino
De un modo más o menos similar nuestros códigos mercantiles han en el relativo al régimen y operación de los puertos. Así, con un mayor
regulado la obligación de los capitanes de buques de llevar consigo cierta grado de especificidad que cualquiera de los ordenamientos anteriores,
documentación.^^ Así pues, el último de ellos engloba la documentación citaba cada uno de los certificados y documentos necesarios para que la
autoridad maritima, otorgara el permiso de entrada a puerto, o bien al
arribo de puertos extranjeros.
u% Ray, Domingo, op. cH., t. I , p. 291. Este razonamiento es igualmente válido y aplicable en De tai modo, para el primero de los efectos, requería: despacho de na-
nuestro sistema vegación; manifiesto de carga; lista de pasajeros, en 3u caso, rol de tri-
m En efecto, enue otras disposiciones, las Ordenanzas de Bilbao, en su capitulo XXiV (De pulantes, diario de navegación."' En cambio, a los buques extranjeros o
tos capitanes de navios), numerales VIH y siguientes establecía ta oblígaionedad de contar con
diversos documemos "Todo ([imitan, ó Maestre de Navio deberá tener abordo un libro cnquademado nacionales procedentes de un puerto extranjero se les exigía además de
y foliado, en que ponga la cuenta, y razón de la carga que recibiere.» También ser& de la obligación los documentos anteriores: patente de sanidad, relación de pasajeros que
de cada Capitán, ó Maestra tener abordo estas Ordenanzas..."
3so U » arts. correlaUvos en cada código son: Código de 1854: ort. 500; Código de I884-. oil,
1079; Código de 18S9: art. 686. 3Si Ver art. 36 de esa ley y q/!*. coa d nt, 39 de la ley viente.
114 EL BUQUE
LA ONTOLOGlA DEL BUQUE 115
habrían de Internarse en el pais y de los que volverían a embarcar, de- Por Último, ya nos hemos referido a los certificados que la autoridad
claración de explosivos o cualesquier otra mercanda peligrosa que se marítima, mediante el respectivo acto administrativo, expide en relación
hallara a bordo y certificado de arqueo.^ a la seguridad de la emarcactón. Estos documentos son de algún modo
identificados en el capítulo que hemos mencionado, por lo que en estricto
D. Ley de Navegación de 1994 sentido no deben ser ubicados fuera de él (arts. 39, 41 y 58).
Ahora bien, la documentación que nuestro régimen de arribo y des-
E l cambio que ha ofrecido nuestro ordenamiento vigente en este tema,
pacho de embarcaciones vigentes ha sido motivado en dos de las tres
atiende por un lado a la tradición y normativa internacional, por el otro
distintas especies de navegación que la propia ley determina.^^* Veamos:
a las cada día crecientes especificaciones técnicas en ia transportación
La autoridad marítima mexicana, para autorizar el arribo a puerto a
de personas, animales o cosas.^'^ A l contar en nuestros días con una
las embarcaciones, exigirá (artículo 39):
Ley de Puertos — a diferencia de la Ley de Navegación y Comercio
1. En navegación de cabotaje:
Marítimos que también regulaba esa materia—, la ubicación del tópico
ha cambiado sólo nominalmente.
• Despacho de salida del puerto de origen;
Ahora ^centramos la mayoría de ia documentación requerida en el • Manifiesto de carga y declaración de mercancías peligrosas;'^^
capítulo relativo al arribo y despacho de embarcaciones, aunque de al- • Lista de tripulantes, y en su caso, de pasajeros;'** y
gunos otros dispositivos se entiende el deber de comar con otra docu- • Diario de navegación.^*'
mentación no ubicada en ese capítulo del título tercero de la Ley, dedi-
cado a la navegación. 2, £n navegcKión de últurar. además de los documentos señalados en
Así, dentro de los documentos que no se ubican directamente en dicho
la fracción anterior:
capítulo se encuentran:
a) E l certiñcado de matrícula, derivado de la inscripción de una em- • Autorización de libre plática;
barcación o de un artefacto naval en el Registro Publico Marítimo Na- « Patente de sanidad;
cional, debe permanecer a bordo como documento probatorio de su na-
cionalidad mexicana (artículo 9^;
b) Por lo que hace a la tripulación del buque, cada uno de sus inte- J54 Ver el tirt. 32 de la Ley, Noventón interior, realizada dentro de Sos limites de to8 puertos
grantes deben, luego de acreditar su capacidad técnica o práctica, contar o eo aguas bit^iores mexicanas, como lagos, lagunas, presas, ríos y demiis cueipos de agua tierra
con el documento que los identifique como personal de la marina mer- adentro; Navegación de caiioiqfr. realizada por mar entre puertos o pantos situados en zumas trkorinas
mexicanas y litorales mexicanos; Navegctcián de altura: realizada por mar entro puertos locaiizados
cante mexicana (artículo 23); en ten'ltorio mexicano o en las zonas marinas mexicanas y puertos o puntos situados en el extranjero,
c) Los deberes e^cíficos de los oficiales en la labor navegatoria, se asi como entre puertos o puertos exoanjcros. 1.a razón de que nuestro ritmen de docu-mentación
excluya a la navegación interícB-, es que de acuerdo a los cuerpos de a^ue tierra adentro y vías
encuentran asentados en el llamado libro de consignas. Su contenido es navegables no marítimas con las que cuenu nuestro pais, cs claro que tal tipo de navegación es
de obligado cumplimiento de dichos oficiales de acuerdo a su jerarquía sólo elbctuado por embarcaciones menores (menos de 500 unidades de arqueo bruto o de 15 metros
de eslora), para las cuales existe un régimen simpliHcado (art 39, último párrafo^.
(artículo 26). 355 Además de las leyes rucionalcs aplicables, hay que estar a lo contenido en el Código Ma-
ritbno lotemacional de Mercancías Peligrosas como texto normativo de tal manifleslo.
356 Este documento se conocía en nuestos anteriores ordenamienU» contó libro de rol; Incluye
3$l Ver ait. 37 de esa ley y con el art. 41 de la ley vigente. pues el listado con los datos específicos de la tripulación.
353 Al crkkar ias disposiciones de :a Ley de la Navegación en materia, el maestro Sdgado 337 A pesar de que nuestra ley no sistetmtiza el contenido del diario de navegación, es claro
indica ia inrqwrtante o m i ^ de no incluir entre los libros necesarios, el de máquinas, el de carga en los usos marítimos, además del contenido de diversas legislacicmcs, iiue abarca aspectos tales
y et de contabilidad; a ellos debemos agregar el libro de registro de hidrocarburos y todos los que como: la situación, derrota y maniobras neatizadoi par el buque; las observaciones meteoiotógicas
establezcan los tratados inlenuctonoles • ios que México se encuentre vinculado, cfr. Salgado, Josó, c bldrogréflcas efectuadas a bordo; tos actos cumplidos por el capitán en su oarfcter de autoridad
Dtclamtn..., op. dt. p. 4. pAblica; además de todo lo que las leyes especiales asi obliguen. Cfr. con el art. 84 do la Lxy de
Navegación argentina, o bien con el art ió9 del C:6dígo italiano de la navegación.
116 EL BUQUE LA ONTOLOGÍA DEL BUQUE tn
• En S U caso, lista de pasajeros que habrán de internarse en el país diario de navegación, éstos tienen un valor probatorio pleno, derivado
y de los que volverán a embarcar; de su calidad de instrumentos públicos.
• Certificado de arqueo; Ahora bien, si de acuerdo al artículo 6°, fracción I I , de nuestra Ley
• Declaración general; de Navegación, ei capitán ejerce la autondad marítima, que en todo caso
• Declaración de provisiones a bordo, y radica en ei Ejecutivo Federal; debemos entender que, atendiendo a lo
• Declaración de efectos y mercancías de la tripulación. dispuesto por el artículo 129 del Código Federal de Procedimientos C i -
viles, supletorio de la misma ley de acuerdo a su artículo S**, todo do-
Además, la ley prevé, que en caso de embarcaciones menores, se es-
cumento de derecho público que el capitán suscriba debe ser considerado
tablecerá un régimen simplificado en el reglamento respectivo.
instrumento público, con las consecuencias procesales que ello tiene.
De igual forma, conforme se establezca en el reglamento respectivo,
Sin embargo, debemos también aclarar en cuanto &1 valor probatorio
para hacerse a la mar, tas embarcaciones requerirá de un despacho del
de los documentos de derecho privado, que, si bien el capitán, ett su
puerto que expedirá la autoridad marítima, para lo cual se exigirá (artículo
calidad de representante del naviero en materia mercantil, puede obligar
41):
tanto al buque mismo como a tal sujeto, todos aquellos instrumentos que
• Patente de sanidad; suscribe sin su investidura de autoridad no tienen la jerarquía de instru-
• Certiñcado de no adeudo o g ^ n t í a de pago por el uso de in- mentos públicos, ni por tanto gozan de valor probatorio pleno.
fraestructura o daños causados a ésta;^** Con toda claridad señala Domingo Ray*' al respecto, que el valor
• Certificados de seguridad que demuestren ei buen estado de ia probatorio de los libros a bordo está en directa relación con el carácter
embarcación; y de los asientos contenidos en los mismos, por lo cual algunos tienen
• Cálculo y plan de estiba de la carga."' interés exclusivamente entre las partes, siendo de carácter eminentemente
privado; pero otros, en cambio son asientos de interés público.
Es importante señalar que, según la disposición expresa, los despachos Por úhimo, es también consecuencia natural en nuestro sistema pro-
quedarán sin efecto si no se hiciera uso de ellos dentro de las 4S horas cesal, como antes apuntábamos, que los instrumentos suscritos por el
siguientes a su expedición. capitán, investido sólo como representante comercial pero no como au-
Debemos de recordar, que el capitán es una autoridad marítima, por toridad mexicana, tienen un valor probatorio relativo entre las partes en
lo que como tal, está investido de ciertas atribuciones de funcionario conflicto, que en tbdo caso, tendrá que ser valorado por el juez al dictar
público federal, de modo tal que en lo que respecta a! valor probatorio su sentencia.^2
de los asientos que éste haga respecto a actos de derecho público en el
3 » La docuina británica ha fonnulado toda una teoría general sobre to qve en la lengua inglesa
se conoce como tos Marttíme lie»s. Sin perjuicio de que en su momento tos estudiemos con mayor j*o Ver el art. 2 S de nuestra ley; en especial suftaccióníl, dte relacionado con las funciones
cuidado, sólo apuntemos en cuanto ai tópico concreto de la nota, que en este caso, eí acieedor del capitán a bordo de las embarcaciones: "Mantener actualizado el Diado de Navegación y los
cuenta con una aodón in rvm, para wbrarsc sus servicios, de modo que este certificado psopicia demás libros y documentos exigidos por las leyes y reglamentos. Las anotaciones de estos libros
la seguridad de los prestadores de servicios portuarios de qi« i» serán presa de n i n ^ illcko, por deberán llevar lafirmadel capitán".
el que los navieros rehuyan su obligación de pago. MI Ray, Domingo, op. cit., L I, p. 291.
3S9 Ya antes hemos hablado del desarrollo dei tema de la Cargoworikinesí del deiecho británico. ia En e&clo, de conformidad con el a t 197 del Código Federal de Proctdimientos Civiles, el
Hemos dicho que la aptitud integral del buque pora recibir y truisportar segura y eficazmente la tribimaJ goza de la más amplia libertad para hacer et antf Uts de las pruebas rendidas, para déte nni nar
mercancía es un elemento esencial en el transporte. Para elio, la actividad Ingenieril del capitán. el valor de las mismas, unasfrentea tas otras, y para fijar el resultado final de dicha valuación
oTiciaies y demás sujeto» de tierra, son indispensables para planear y calcular de la mejor manera contradlcUHla, a no ser que la ley fije las reglas pora hacer esta valuación, observando sin cnibargo.
la estiba de la carga. respecto de cada especie de prueba, lo estabiectdo por et capitulo refstivo a la valuacK^ de las
pruebas de ese códlfo procedimientiü.
EL BUQUE LA ONTOLOOlA DEL BUQUE 119
Ilt
V i l . BAJA Y CANCELACIÓN D E MATRÍCULA desnudo. este modo, luego del acto de cancelacióri, la autoridad ma-
ritima debe retirar los documentos de a bordo.^**
A pesar del número, en apariencia limitativo, de laí causas de cance-
1. Aproximación lación de la matricula en el derecho italiano, la doctrina ha señalado que
tal lista no incluye todos los supuestos que efectivamente se actualizan,
En el presente capítulo se intentaré hacer una descripción del ser y por ejemplo, el cambio de destino del buque, su transformación física,
de la pérdida del ser fisico-juridico del buque. Hemos ya analizado los supuestos que importan la pérdida necesaria de los presupuestos de ia
elementos que mtegran su existencia, ahora debemos repasar aquellos inscripción.^
actos que derivan en la pérdida de su ser. Esos actos pueden revestir
En efecto, si la aptitud para la navegación y el destino para navegar
una naturaleza solo física que traiga aparejadas consecuencias jurídicas
son los elementos esenciales de todo buque, resulta lógico —-como bien
o bien pu«le sucederse mediante actos jurídicos que si bien eliminan el
apunta la doctrina italiana— que a las embarcaciones mayores o bien las
ser jurídico del buque para efectos de nuestro registro nacional, no in-
construcciones flotantes móviles, les sea cancelada su matricula o regis-
volucran la pérdida de su ser en un semido físico.^"
tro, cuando han perdido definitivamente la aptitud ad navigandum, y en
Para el breve estudio de este apartado no ahondaremos en la escasa particular la de la la flotación, como en la hipótesis de que sea transfor-
sistematización de la mayoría de las legislaciones consultadas, sino que mas en objetos fijos, tales como un hotel, un museo o cualquier otro
proíimdizaremos un poco más en los sistemas que, a nuestro parecer, establecímiemo inmóvil.^'
mejor regulan el tema particular: el italiano y el argentino.
3. Sistema argentino
2, Sistema italiano
Tras seguir un esquema genemlmente similar al italiano, la Ley de
Giorgio Righetti, al analizar las causales de cancelación que plantea Navegación argentina dispone en su artículo 5$, la eliminación de un
el Código de la Mavegación italiano en relación al Reglamento de la buque o artefacto naval de la matricula nacional. Así, tal acto debe darse
Navegación Marítima, ha sido uno de los autores que con mayor pro- cuando ocurra alguno de los cuatro supuestos siguientes: por i n n a v e ^
fundidad a tratado el tema en su país.^" Dicho autor, ha segmentado su bilidad absoluta o pérdida total comprobada y declarada por ia autoridad
estudio en aspectos como la cancelación en sí, su naturaleza y efectos marítima; por la presunción fundada de pérdida, después de transcurrido
jurídicos, la cancelación por inscripción de la nave en un registro ex- un año desde la úhima noticia del buque o del artefacto naval; por des-
tranjero, etcétera. En efecto, el ordenamiento italiano ha sido —en nues- guace; por cancelación de la inscripción a solicitud de su propietario.
tra opini^— el que de mejor manera ha sistematizado ta pérdida jurídica
De modo coinctdente con lo señalado por el jurista argentino Mal-
del ser del buque.
vagni, en la exposición de motivos de su proyecto des ley, autores como
Así pues, de acuerdo al Código italiano, la cancelación de la inscrip-
ción se puede dar por cuatro supuestos básicos: porque se haya perdido JW AJÍ lo proviene el ait. 163 de uil código onarüinio, ta relación id 345 del Reglamento de
o bien se presuma perdida; porque haya sido demolida; porque haya navegación marítima, que preceptúa los modos de efbctuar diclws cancelacinncs (recordennos que
a las embarcaciones mayores se les cancela ta matricula, mienuas que a las menores se les cwceta
perdido los requisitos e^blecidos para la nacionalidad; porque haya sido el registro). A continuación ios modos específicos establecidos de modo reglamentario del sistema
inscrita en un registro extranjero, salvo en el caso que resulte que al italiano: " i. Per laperdita ^ffettiva o presunta, In base ai processo verhale compilato daU'emtoritb
maritiiHM mercanlile owetv dall'autorHá consolare: 2, Per la demallzíone, iti base al relaüvo
régimen de suspensión a seguido el de la locación del buque a casco verbak: 3, Per laperdila del requlslli di malonalitá. In base al cerlificato di dismissione di bamkra;
4. Per ü passaggio in iátra malricota o in altra registro, in base alia comunicaslone da parte
dellautoritá competente deirav\enuta nucma iscrttione".
}«i Asi pues, habrá qw analcter \os casos específicos que plantea el tai. 13 de nuestra Ley de SM Oaeta, voce Nave,, p. ó29, citado por Giorgio Rlghettí, e^. cfr., p. 1011.
Navegación, contando su contenido con diversos sectores de la doctrina y legislación eictrímjena. 367 Righetti, Giorgio, op. cit. pp. 1012 y 1013.
)M Rlgtúai, Ciorgio, op. cit., pp. 1011 y ss.
120 EL BUQUE LA ONTOLOGÍA DEL BUQUE 121
Beitrán Montiel apuntar que el otwgamiento de la matrícula, así como L a Ley de Navegación vigente ha listado un mayor número de su-
su cancelación, configuran actos de derecho público propios de las fe- puestos que se encuentran mejor adecuados a la noimatividad interna-
cuhades discrecionales que competen al Estado en su esfera.^*^ cional. Veamos cuáles son estos (artículo 13);
Ahora bien, una vez otorgada la eliminación de la matrícula, la auto-
ridad marítima debe proceder a hacerla efectiva, para lo que requiere el • Cuando ia embarcación no reúna ias condiciones de sqguridad para
c^tificado de libre disponibilidad, del Registro Nacional de Buques ade- la navegación y prevención de la contaminación del medio nnari-
más de cumplimentar los demás requisitos que se exigan por el regla- no;5"
mento respectivo,^*' • Por naufragio, incendio o cualquier otro accidente que la imposi-
Por último, el propio texto de la ley establece los recursos con que bilite para navegar por más de un aik»;'*'^
cuenta el particular ante la autoridad marítíma. Así, la inscripción o eli- • Por su destrucción o pérdida total;
minación de un buque o artefacto naval en la matrícula nacional son • Cuando su propietario o poseedor deje de ser mexicano, excepto
autorizadas siempre que no afecten intereses públicos. Sin embargo, las para el caso de embarcaciones de recreo o deportivas para uso
decisiones administrativas del organismo argentino competente son re- particular;"*
curribles dentro de los 15 días posteriores a la notificación de esa reso- • Por su venta, adquisición o cesión a favor de gobiernos o personas
lución. extranjeros, con excepción hecha de las embartjaciones de recreo
o depcwtivas para uso particular;
4, Sistema mexicano « Por captura hecha por el enemigo, si la embarcación fue declarada
buena presa;'''
Nuestras leyes especíales han establecido diversas causales que legi- « Por resolución judicial;
timan la actuación de la autoridad en la cancelación de la matrícula.^''^ « Por dimisión de bandera, del propietario o titular del certificado
Así, la Ley de Navegación y Comercio Marítimos, preveía en su artículo de matrícula.'^*
91 la cancelación en los siguientes casos: por disposición de la autoridad
marítima cuando se tratara de embarcaciones comprendidas en ias ñac- m Asi, como requisito previo t cancelar por este motivo, tendría que haber una nativa fundada
y motivada de la autoridad maritinia para expedir, de conformidad con los arts, 39,41, 58 y demás
ciones I I , I I I , I V y V del artículo 90 del mismo cuerpo legal;"' por relativos, los certificados de seguridad de navegación y demás certificados en materia sanitaria; de
resolución judicial, o bien, en el. caso de ta dimisión de bandera. lo oontrario, no habría los elementas periciales objetivos que fundaran la ntsolución de tal autoridad.
Por lo que, con apoyo en los aits. 14, 16 y 103 constitucionales, además de los relativos de la Ley
de Amparo, bien podría Intentarse una demanda de amparo, buscando en lodo c ^ haber satisfecho
ei principio de dofmittvídad de esa materia incoando los procedimientos y procesos pertinentes.
i»t Beiirén, Luis. op. cM. pp. 9t y ss. al comentar IB Exposición de Motivos de la Ley de m JBntendemos en este supuesto, que si luego de haber ocurrido un siniestro sobre el buque en
Navegación de su pais. cuestión, éste estuviera imposibilitado para la navegación en ntós de m año pero que al propio
m Así lo dlspione el ait S7 de la ley argentina. Es oonveniente comentar también que de • tiempo se sometiera a las reparaciones necesarias, siendo que éstas deteininaran su nuevo estado
oonformidad con el art. 5S del mismo wdenamíento, el régimen de registm y cancelación de la de navegabilidad después de ese sjto; se cancelaría su moU-icula anterior y se expedirla una nueva
inscripción de los buques y aitefaclas navales, en todo cuanto no esté previsto por la Ley de Navegación, Pero si los reporacioaes no hubieran terminado en ese t^so de tiempo y ei buque ya es apto para
rige el Registro Nacional de Buques, en especifica reglamentación. navegar, aunque de hedió no se encuentre ya realizando esa actividad, la autoridad marítima no
370 En relación con la pérdida de la matricula o registro del buque nacional, el maestro Salgado tendría razón en cancelar su motiicuia.
y Salgado considera que la Uy de Navegación vijeme dejó sin valor todas las disposiciones que S74 La intención de nuestra ley, según consta en su exposición de m>tivos y diario de debatos
permiten la Inversión extranjera en las eimpresas marítimas nacionales; seflala igualmente que por (ver nuestra Historia..., ay>. cli„ pp. 113 y ss,), ha sido ia de regular sobre todo, la navegación con
lo mismo, no pueden ser propietarios o poseedores út embarcaciones mexicanas por extranjeros, fines comerciales. De modo que el reamen previno par* embarcadonci. menores de recreo o de-
de acuerdo el art. 10 de la miama Le> de Navegación (ver Snigudo, José, Dhtameii..., ap. cíi, portivas pam uso particular ha slJo escindido dd establecido para las demás embarcaclonca.
P- 4.). J7S El derecho de persecución y la declaratoria de "buena presa" de las embarcaciones, además
371 Los supuestos aludidos son; los abandonados en agUB de jurisdicción nacional, los Incautados de Otros muchos afectos de sumo interés son uatados de modo extraordinario por el maestro
o eiqjropiados por las aidoridades mexlcanKs; tos capturados a cnemigt», considerados como buena mexicano Alejandro Soban», op. cil, pp. 281 y ss. Nosotros también lo abordaremos en esta obra.
presa, los qw sea propiedad del Estado. 376 A pesar de que nuestm legislación no establece una regulaci<^ detsllada ~-<omo la itcüiana—
respecto a la dimisión (k bandera, sí seflala como requisito que la autoridad maritima sólo autorizará
122 EL BUQUE
LA ONTOLOGÍA DEL BUQUE 123
En apariencia, e! legislador ha pretendido establecer estas ocho frac- la baja de la matricula, sí es en definitiva un acto físico que determina la
ckmes como números cerrados, es decir, ha limitado las causas de can- cancelación de la matricula.
celación a las anotadas. Por otro lado, estamos de acuerdo en la crítica que la doctrina italiana
Sin embargo, debemos decir por un lado que en el propio texto legal realiza sobre su propio código en relación a este tema.^^^ En efecto, así
al regular el desguace de las embarcaciones, indica que tal operación como el Código de la Navegación no establece causas de transformación
tiene que ser autorizada al propietario por ta SCT en el lugar y por un física de buques que originen su cancelación por no ser ya aptos para
plazo determinado, siempre que no perjudique la navegación y los ser- navegar o por haber transformado de modo terminante y definitivo su
vicios portuarios, previa baja de su matricula y con ia constitución de destino navegatorio, incluso volviendo a un objeto como lo es la ^ b a r -
una garantía suñciente para cubrir los gastos que pudieran originarse por cación —que es desplazabie por naUiraleza-' un bien inmueble, estático,
daños y perjuicios a tas vías navegables, instalaciones portuarias, medio tampoco nuestra Ley de Navegación vigente —ni ia anterior— establece
marino, etcétera.'^ Así, a pesar de que el desguace no es, en estricto este supuesto.
sentido, causa de la cancelación, sino que toda operación de desguace Por todo ello, nuestro criterio no debe ser restrictivo a las causas
debe necesariamente estar precedida de la autorización administrativa y establecidas, en apariencia como números ciausust sino que parece que
si una causa no está incluida en el esquema legal, del)emo5 atender a la
naturaleza misma del acto, ya físico, ya jurídico, para determinar si ame-
la dimisión de bandera y la cancelación de matrícula yregistrode una embarcación o artefacto rita o no la cancelación de la matricula. Sin embargo, esto no autoriza
noval, cuando esto cubierto o garantizado el pago de los créditos laborees y fiscales, y exista una a la SCT a excederse en sus atribuciones, sino que la vincula a aplicar
constancia <le libertad de gravimcnes expedida por d Regisbo Pablico Marítimo Nacional, salvo
podo et) contrario entre l u panes (art Ú tnfim). En elbcto, al igual que en ct caso del desguace razonable y congruentemente la normativa, atendiendo siempre a ios va-
no bay una cancelación oflelesa por parte de la autoridad marítima, sino que el naviero, por cofl- lores jurídicos superiores tutelados en la actividad: la seguridad marítima
vet^iKia eomarolol dlmUe, renuncia a la bandera mexicana pora posteriormente optar por otra. Asi,
al dimitir de la bnutora, de)a de tener la nacionalidad mexicana, y de gozar del tratamiento y de integral.
tos bcMficioe que goosen nuestras embarcaciones; asi cambie su estatuto jurídico á del psAKllón Si bien es cierto que la cancelación efectuada por la autoridad marí-
que I partir de ese momento vaya a enarbolar, ya que, como después veremos, todo buque debe
tetter una nacionalidad, toda vez que de no tenerla seria considerado como "pirata" y la marína tima no es más que im acto de naturaleza administrativa, por lo que debe
armada de cualquier país en ctiyos aguas Jurisdioclonales novegtfa, bien to podría perseguir y (presar. contar con todos y cada uno de los elemmtos de éste;^^ también lo es
Asi pues, si la navegación es an servicio de imerís general, y todo buque engrosé el tonelitje de
nuestro pais, la dimisióa de un buque de la Ilota nacional es un asunto de Interés póbllco, razón que no en todos ios casos la autoridad oftciosamente detomina la can-
por la que no se puede dimidr a discreción <k la naviera propietaria de la embarcación. Por lo que celación. En efecto, no en todos los supuestos hay en estricto sentido
la autoridadraorítimadebe verificar que se den ios supuestos que d art. ciuulo morca, de lo contrarío,
Uros ñmtar y motivar su resolución, bien podría negar la autorítación a dimitir, de tai modo que una "cancelación", sino que bien puede solicitarse una ^'baja" de la
la auloiiaMlón pora dimitir, aunque Ibnitada, no debe ser emendida como un acto díscrecáonal de la matricula. E l caso típico ya lo hemos mencionado: 9Í desguace.
autoridad, y « que al agotarse el supuesto del art en comento, debe de expedb- la sutorízoción con
los requisitos de todo acto administrativo. Ahora bien, como declamos el siiMma Italiano de la
Así pues, si bien el acto del particular de solicitar la declanación de
navegación ha dado un tratamiento especial al tema de la dinüiión de bandera (arts. 156-159 del ''baja" de la embarcación es efectuado por voluntad propia, una vez que
Código); asi, el propietario que intente eni|}enar el baque a un extroi^jero debe realizar una dccl»> es autorizada y se determina la cancelación del registro, por ser dictado
radón a la oficina de Inscrípcionea de la nave en cuestión. La autoridad que recibe la declaración
procede a la publicadóa de ésta con objeto de que aquellos que tengan interés jurídico en la por la autoridad maritima el acto ha mutado de naturaleza: de una simple
emborcaeión; la autorización es otorgada de modo discrecional por el Ministerio de la marina mer- solicitud de un ente del derecho privado a una resolución de derecho
cante, después la autoridad maritima esti obligada a retirar los libros de a bordo. Antonio Lefevbre;
qp. d£, pp. 309 y 310. sintetiza lo dicho del siguiente modo: "laptnika tki r»quUiM de nattonaüiá público.
determina i'aperlwa del procedimiento di dismusione Jl bandiero, cAe ii concreta m un'autoriz-
aaeiom alia caeeüasiort» dai reglatrt. Il cui rüaiclc i. natttraimenie. Jondato m una vatutazlone
discmlomk.."{m tambiát: Rigbeití,Oior^ op. cli., p, 1034).
irf En uno de nuestros posteriores apartados, estudiaremos la pérdida del buque y el desguace
del ntismo, como factores físicos que acarrean o bien, suponen el efecto jurídico de cancelada de m Righetti, Ciorgio, op. cit., pp. lOll y 1012.
I B mitríctda teapectiva. 379 C^. con ai. 3o. de la Ley Fedetd de Procedimiento Administrativo.
i24 EL BUQUE LA ONTOLOGÍA DEL BUQUE 123
V l i r . DESGUACE Y PÉRDIDA D E L BUQUE forma sistematice la vida físico-jurídica del buque. Antonio Scialoja, por
ejemplo, al profundizar en uno de los temas centrales de su obra, sobre
el i^gimen jurídico del armamento,^'' apuntaba que graü parte del regla-
1. Aproxmwción
mento administrativo de la navegación está dedicado al armamento, ya
Hemos comentacto ya algunas de las circunstancias y elementos que que numerosas instituciones destinadas a garantizar la seguridad de la
originan la existencia física de un buque, hemos descrito también cómo navegación, la tutela de los hombres de mar inscritos y la protección de
es que el buque cobra existencia en el mundo del derecho, cómo, dentro los emigrantes constituyen otras tantas restricciones a la libertad de ex-
de la "universalidad" de su género, adquiere una especie concreta y es plotación <te la industi-ia naval.
posteriormente individualizado. Finalmente, hemos comentado las causas En efecto, al encontrarse las operaciones de desguace contenidas den-
por las que la autoridad marítima cancela el certificado de matrícula del tro del marco general del armamento del buque, aunque sea de nK>do
buque, con lo que éste bien adquiere un status distinto, o bien deja de contrario, es decir, no respecto a darle existencia por la empresa de ar-
existir como individuo para el mundo del derecho, se enfrenta pues, a mamento, sino a contribuir a la pérdida de su existencia físico-jurídica
la pérdida de su ser.^^ por la labor de desarme, debemos entender que también esta actividad
Para terminar este capítulo, ahondaremos someramente en dos cte los es de interés público, ya que de no efectuarse el desarme en el momento
casos específicos en que, ya sea por solicitud del particular o de modo oportuno para cada embarcación se pondría en grave riesgo no sólo la
oficioso, la autoridad marítima, atendiendo a una causa física que afecta actividad navegatoria en sí, sino la vida humana en el mar, así como el
la estructura físico-jurídica del buque: su existencia misma como cosa equilibrio ecológico de las e^ecies naturales.^'^
compuesta por un lado, y como universalidad de hecho por el otro, resuelve Es por todo ello que las operaciones de desguace son afectadas por
a través de un acto administrativo, declarar perdida la existencia del la decisión del Estado, con lo que encontramos una última limitante —en
buque, declararlo —como decíamos a) compararlo con una persona— sentido cronológico— a la explotación naval: la autorización adminis-
muerto jurídicamente, Las causas físicas con cc«isecuencias de derecho trativa previa baja de matrlcula.^'^ Sin embargo, no todas las legislaciones
que estudiáronos son dos: su desguace y su pérdida. Tc»naremos de referencia han sistematizado estas operaciones, incluso la italiana —explica Giorgio
los sistemas italiano y argentino para luego confrontarlo al nuestro. Righetti—no d i s e ñ e normas específicas para la disciplina de ia pues-
ta en desarme de las naves; sin embargo, por su trascendencia, la auto-
ridad marítima tiene un control de la situación.
2. Desguace Ahora bien, el régimen italiano distingue claramente entre la solicitud
de desguace de una nave realizada por el particular y la determinación
A. Derecho italiano
administrativa de demolición del buque.^'^ En efecto, la segunda situa-
ción se actualiza cuando la autoridad marítima, al ])ercatarse que una
E l desguace ha sido, por largo tiempo, una operación física cuyos
embarcación no es ya apta para el servicio a la que ha sido destinada,
efectos jurídicos han sido estudiados en toda legislación que de alguna
Jii Scialqja, Antonio, op. ctt., pp. 274 y ss. El maestro Scialoja esbozó con toda propiedad las
)>o Oloi^o Righetti ha seitalado los casos en que una embarcación perece. Ver "...ta nave pertsoe nociones funcbnales básicas de la empresa del armamemo del buque, decía: "Et que se proponga
quamlo (oluechó nel caso di demoiizione volontaria) vengono meno in essa gli elementi essenziati explotar la industria naviera armoido buques, ya sea para darlos en locación, ya sea para poiwr en
per Tindividuazione logico-gturidica della fattispecie. owerossia quando si é verifícata una situa- pie de empresa propia de transportes, constituye una empresa de armamentos que de por si es un
zione tale per cui essa non puó piú oonsiderarsi una cosmt7k>ne atta e destinata ai trasporto di cose acto de comercio otgctivo",
e persone per acque". Asi en síntesis, el desguace o demolición voluntaria, la pérdi(k de los ele- 3Í2 Ver entre otros amblentalisus a: Brates, Raúl, op dt., pp. 397 y ss.; Pigreoi, Eduardto, op.
menios esenciales de la Individualización del buque, y la «cluatiíoción de alguna situación por la cit, pp. 4 5 y ss.; Perales, Carlos, op. di., pp. 197 y ss.
qMe ya no se pueda considerar apto para el transpone, son los tros tactores que en opinión del maestro 3S1 Qr. con art. 79 de nuestra Ley de Navegación.
Righeai, son los que potencUlmente pueden causar que el buque perezca parad mundo del derecho, 184 Righetti, Olorgio, op. ch., pp. 1034 y ss.
Cfr. igujdmente con el ait, 163 del código navegatorio italiano (Righetti, Giorgio, op. cit., p. 1036). 3ti Ver art. 161 d d Código de la Navegación,
126 BL BUQUE LA ONTOLOGÍA DEL BUQUE 127
oficiosamente fija un témiino para que e! propietario ejecute las repara- dispone que esas operaciones cfoben ser autorizadas por la autoridad ma-
ciones necesarias. De tal modo, en caso de que las reparaciones sean ya rítima, la cual determinará las condiciones de seguridad y plazo de los
imposibles o bien, llegado ei término el naviero no haya ejecutado la labor trabajos cuando estos se realicen en lugares de oso p<5blico.-''o
de n ^ r a c i ó n , la autoridad de oficio, y atendiendo al interés de la nave- El crédito marítimo no se ha perdido de vista en estas operaciones,
gación, ordena la demolición del buque.^ E l régimen administrativo es por lo que el legislador argentino ha establecido que las operaciones de
pues, evidente. desguace no son autorizadas cuando afecten intereses de acreedores del
Por otro lado, no debemos confundir los procedimientos de dbnisión propietario o amiador del buque o arteñicto naval.
de bandera con el de la demolición de embarcaciones. En ese sentido, Finalmente, el régimen administratívo del desguace queda delimitado
la doctrina italiana ha expuesto que la difen&ncía fundamental entre am- por normas de naturaleza fiscal y laboral; la fiscalización de los trabajos
bos está en que la autorización a la demolición no suprime la calidad de desguace, era cuanto a seguridad, es ejercida por la autoridad marítima,
de nacionalidad de la nave, no implica tampoco ia extensión de una. quien puede en todo caso ordenar su paralización cuando compruebe que
licencia de exportación, ni conduce a la cancelación del registro, sino no se ajusta a las especificaciones de la autorización respectiva. £n el
después de que efectivamente opere tal demolición.'*' mismo sentido, la extracción, remoción o demolición de buques o arte-
factos navales hundidos o varados se rige tanto por ki dispuesto por la
B . Derecho argentino propia Ley de Navegación argentina, como por el relativo código adua-
nero.^'í
Por lo que ve al sistema argentino, hemos ya seflalado que de con-
formidad con el articulo SS de su ley especifica, el desguace es el tercero C. Derecho mexicano
de cuatro supuestos por los que procede la eliminación de la mahricula
nacional Sin embargo, según explica Domingo Ray,^"" en la Exposición A pesar de algunas carencias metodológicas al respecto, nuestra Ley
de motivos de ese ordenamiento se estableció que por sugerencia del de Navegación vigente contiene los mínimos elementos administrativos
entonces Consejo Nacional de la Marina Mercante, los casos previstos necesarios, como para que el Estado manifieste el deber de actualizar
(por ese artículo) debían de ser concedidos, salvo que afecaran intereses su interés en la materia mediante su autorización y estricta vigilancia en
públicos, y en todo caso con la posibilidad de recuirir la decisión del las operaciones de desguace.^'^
organismo ante ante la Cámara Federal respectiva. Así pues, el desguace, que como ya asentamos, es uno más de los su-
Así, de acuerdo al espíritu de esa ley, no son actos discrecionales puestos de cancelación de certificado de matrícula, peiro ocasionado por
del organismo competente y sólo podria negarse —en nuestro caso— ta una solicitud de b^a por parte del particular y debe sei autorizado por la
autorización para el desguace cuando existan intereses públicos afectado SCT al propietario de la embucación para ser efectuado en un lugar
con la posibilidad que judicialmente se analice ta legitimidad y razona- determinado y por un plazo determinado también; de modo que la au-
bilidad del acto negatorio.-^** toridad marítima no cuenta con discrecionalidad para otorgar autoriza-
Conforme a lo seflalado por la exposición de motivos de esa ley, el ciones indefinidas,''* y en todo caso sus parámetros de tiempo y lugar
texto relativo al desguace o extracción de buques o artefactos navales
jw Ver «1. 67 de la ley argentina y <jfr, con el 79 de la vigente nw^dcana.
3M El espirlui dd código es contimdente en cuanto a la protección ác la navegaoiói) y de los 39) Ver art, 68 de la ley argentina y Cjfr. con el 79 de nuestra ley.
valores a día vinculados. Ver "...Qualorattpfvprktwfonon proweda lempestivewKMit, l'autcrtía j « Ver arts. 69 y 70 del ordenamiento argentino en relación al citado del mexlcmo.
prtektta/a «seguiré ta demoiizione d'ttffkio a spese dei pr<^ietarto siesso.J' (art 161 in Rne). vfi En opinión del maestro Salpdo y Salgado la normativa sobre desífuacc en nuestro sistema
3«7 En ese sentido Giorgio Righetti, op. cit., p. 103^ <;ír. con Lefevbre, Antonio..., op. cH., pp. es muy pobre y no vt al fondo de! probletna, como si va «m cambio el Código de ia Navegación
30ty8s. italiano (ver Salado, Josó, Dictamen..., op. cit., p. 4.).
m Ray, Domli^. op. cit., 1.1, p. 278. 3w La referida auioriiaclón. al ser un acto a*nlrÍ8traílvo no escapa de los r«|u{sitos que irtwca
3t» tbiekm. el ait 3o. de la Ury Federal de Procedimiento Admlnlstradvo.
LA W T O L O G Í A D E L BUQUE 129
121 EL BUQUE
I . Aproximación 131
I I . Nación, Estado y nacionalidad 132
1. Nación 132 Capítulo tercero
2. Estado 134
N A C I O N A L I D A D D E L B U Q U E : L A L E Y D E L PABELLÓN
3. Nacionalidad 136
I I I . L a institución de la nacionalidad frente a las personas jurídi-
cas y las cosas Í41
I . APROXIMACIÓN
1. Nacionalidad y personas morales 141
2. Nacionalidad y cosas 143
Y a en el capítulo que antecede hemos enunciado el vocablo ''''naciona-
IV. Naturaleza jurídica del vinculo Estado-buque: nacionalidad lidad''' dentro de aquellos elementos que individualizan al buque como
y "Ley del Pabellón" 147 entidad física y jurídica independiente de los elementos que la confor-
V. Nacionalidad y libertad de navegación 151 man.'»'
V I . Otorgamiento y uso del pabellón 155 En el presente apartado intentaremos recoger algunos de los debates
1. Otorgamiento 155 y las soluciones que la doctrina internacional ha ofrecido a cuestiones
2. Uso 160 tan complejas como la nacionalidad en su sentido genérico, el problema
3. Consecuencias del otorgamiento del pabellón 161 de atribuir una nacionalidad a las personas morales y a ciertas cosas, la
V i l . L a nacionalidad del buque en el derecho comparado . . . 162 naturaleza del vínculo jurídico Estado-buque, el vínculo Estado-buque
1. Itiglaterra 163 en relación al propietario y a la empresa naviera, las consecuencias ju-
2. Francia 163 rídicas de tal vinculación, el fenómeno de las banderas por conveniencia
3. Italia 164 y el doble registro, los buques carentes de nexo a un Estado y, por
4. España 165 último, la usurpación del pabellón.
5. Argentina 165 No es arbitrario el que dediquemos un espacio propio al análisis de
6. Derecho internacional 166 los temas relativos a la nacionalidad, por el contrario, debemos seftalar
A. Convención de Jamaica de 1982 166 que si bien es cierto que el buque es el objeto central del derecho de la
B. Convención de Ginebra de 1986 167 navegación, también lo es que todo un cúmulo de relaciones jurídicas
VIH. Antecedentes legislativos nacionales 168 se crean en tomo a él: una de ellas es la relación del buque como ente
1. Ordenanzas de Bilbao 169 físico-jurídico con un Estado nacional.
2. Códigos de Comercio (1854, 1884 y 1889) 169 Las consecuencias de descubrir la naturaleza jurídica de esta relación,
3. Ley de Vías Generales de Comunicación 169 tal vez la más relevante de todos los ligamientos del buque, nos llevará
4. Ley de Navegación y Comercio Marítimos 170 a jerarquizarlo por su realidad misma. En efecto, si bien la teoría general
I X . Problemas complejos de nacionalidad 170 de la ficción jurídica coadyuva a los distintos sistemas de derecho a
1. Doble bandera 170 construir instituciones que no tienen existencia en sí mismas, resulta in-
2. Buques sin nacionalidad 172
403 Cfr. con el capítulo que antecede, asf como con el párrafo 3o. del art. 67 de nuestra Ley
3. Doble registro en el arrendamiento a casco desnudo . . 172 de Navegación.
4. Banderas de conveniencia 173
5. Usurpación del pabellón 176 131
NACIONALIDAD DEL BUQUE 133
132 EL BUQUE
dispensable ensayar una aproximación a la realidad de las cosas y no a no solamente al Estado sino a otros valores como los de carácter cultu-
una invención genial del intelecto humano. ral.'*"' Tras reflexionar sobre los elementos que de modo factible se pue-
El iusinternacionalista mexicano Alejandro Sobarzo ha esbozado ya den integrar a un suficiente concepto de nación,"'^* Carpizo ensaya el
el problema de la nacionalidad de los buques al indicar que la idea de siguiente: "Grupo de hombres, generalmente grande, unido por senti-
que estos cuenten con tal atributo ha suscitado una marcada oposición mientos de solidaridad y de fidelidad que ayudan a crear una historia
entre cierto sector de la doctrina^ común, y por datos como la raza, la lengua y el territorio, y que tiene
Así pues, a pesar de que la importancia de reconocer el vínculo jurí- el propósito de vivir y de continuar viviendo juntos en el futuro".
dico existente entre Estado y buque es ya prácticamente insoslayable, sí A pesar de que la construcción de la noción transcrita resulta sólida
se han generado, en cambio, diversas posturas en cuanto a la admisión ai análisis de la realidad, no podemos dejar de apuntar que los estudiosos
o no de predicar la nacionalidad de algo que, pese a su relevancia eco- de otras ciencias han intentado, como los juristas, dar con la precisión de
nómica y jurídica, no deja de ser sólo una cosa. un vocablo que es en defíniriva intrínsecamente multívoco.
Es con estos antecedentes que intentaremos encuadrar las cuestiones E l iusintemacional-privatista, Leonel Pereznieto,''^ expone algunas de
arriba expresadas, tanto en el desarrollo de nuestro derecho de la nave- las nociones que a lo largo de los siglos tanto las ciencias como la fi-
gación como en aquellos otros que han influido el devenir internacional losofía, la sociología o la antropología misma han fraguado. Veamos
de nuestm disciplina. algunas:
esbozar y Uevar a la práctica, un proyecto único de nación, que responda Si de las ideas de nación y de Estado recordamos diversas construc-
a las características de tales sujetos.*'* ciones conceptuales, regidas en ocasiones por elementos discordantes, el
Tamayo y Salmorán —^por último— expresa con toda propiedad la esen- término de la nacionalidad, como vocablo derivado, nos lleva a distinguir
cia del Estado, al sostener que si quitáramos los elementos normativos otros tantos ensayos, orientados desde distintos puntos de vista. Veamos
del conglomerado que constituye el sustratum de una comunidad política, entonces algunos intentos por describir el instituto de la nacionalidad:
lo único que tendríamos sería un agregado de individuos. Sin embargo
—advierte el autor— , si quisiéramos ver en ese conglomerado o en ese • J.P. Niboyet: la nacionalidad es el vínculo político y jurídico que
agregado de individuos "dominio", "legitimidad", "autoridad", esto sólo relaciona a un individuo con un Estado. L a nacionalidad ha de
es posible si entendemos al carácter normativo que supone el Estado.*'' considerarse siempre desde el punto de vista puramente político,
de la conexión de los individuos con un Estado determinado.*^'
• Eduardo Trigueros: la nacionalidad es el atributo que señala a los
3. Nacionalidad
individuos como integrantes, dentro del Estado, del elemento so-
cial denominado pueblo.*^^
Hemos repasado los conceptos de nación y Estado, pues sólo a partir • Hans Kelsen: la nacionalidad es una institución común a todos
de ellos es que se logra construir una idea seria de nacionalidad, que si los órdenes juridicos nacionSles modernos. L a existencia de un
bien es al igual que las otros dos, multívoca por naturaleza, es también Estado depende de la de los individuos que se hallan sujetos a su
la base para intentar vislumbrar la realidad existente entre el Estado y orden jurídico. La existencia de nacionales no determina la del
el buque como objeto central del derecho de la navegación. Estado. E l orden jurídico nacional hace de la nacionalidad un de-
L a dificultad para integrar un concepto de nacionalidad ha sido de- terminado estatus, del cual resulta un condicionamiento a deter-
nunciada de modo sistemático por la doctrina internacional. Así, la iusin- minados deberes y un goce de ciertos derechos. Así, si la natura-
temacional-privatista española Elisa Pérez Vera reconoce el problema al leza de la nacionalidad consistiera en la sujeción a ciertas obligaciones
afirmar que tal noción tiene un carácter multívoco que dificulta su con- y en la posesión de determinados derechos o facultades, debería
creción. Sin embargo, cuenta para ello con una explicación: dado que el anotarse que tales obligaciones o privilegios no son esenciales al
principio de las nacionalidades no ha logrado la plena realización del orden jurídico que se designa como Estado.*^^
ideal del Estado como organización político-jurídica de toda nación, hay • Henri Batiffol: la nacionalidad se define como la pertenencia ju-
que mantener la distinción entre la nacionalidad de hecho y de derecho, rídica de una persona a la población constitutiva de un Estado.*^*
o bien, entre la acepción jurídica y la acepción política o sociológica de
la nacionalidad.*^"
• Lerebours-Pigeonniére: la nacionalidad se define como la calidad Ahora bien, para completar este breve apartado introductorio sobre el
de una persona en razón de su nexo político y jurídico que la une tópico de la nacionalidad, resulta necesario también hacer algunas dis-
a un Estado, del cual ella es uno de los elementos constitutivos.''^^ tinciones que la doctrina internacional y los sistemas positivos han ge-
• Hauriou: la nacionalidad implica, ante todo una "mentalidad" crea- nerado a partir de la nacionalidad y la ciudadanía.*^"
da por la confluencia de uno o varios factores (historia, raza, len- La distinción —según expone el maestro Leonel Pereznieto— deviene
gua, religión, condicionamientos geográficos u otros) con los que, naturalmente del seno del derecho romano:*^' el origen de una persona
no obstante, no se identifica de modo necesario/^^ se adquiría por el nacimiento en un determinado lugar y por el vínculo
• Pérez Vera: la nacionalidad de derecho, se configura como el vín- con el padre cuando se trataba de hijos nacidos iiisíae nuptiae; el con-
culo existente entre la organización estatal y el individuo que per- cepto del origo, resultaba entonces una calidad adquirida de la persona
mite identificarle como miembro de su población.*^'' que no perdía aunque mudara de residencia de su lugar de origen. E n
cambio —sigue el jurista mexicano— dicha persona podía adquirir la
Como se puede observar, alguna de las definiciones ofrecen un con- ciudadanía del lugar en donde hubiese decidido establecerse. Así pues,
tenido de tipo sociológico mientras que otras se centran en lo jurídico. tanto antes como ahora, del origo se desprenden vínculos de la persona
En efecto, Laura Trigeros, al analizar diversas nociones sobre nuestro con respecto al derecho que le es aplicable para regir sus relaciones de
punto de estudio establece con claridad el problema: desde el punto de parentesco, capacidad para heredar, y todo aquello que regule el derecho
vista sociológico, la nacionalidad es el vínculo que une a un individuo civil; en cambio, de su residencia se desarrollan derechos distintos que
con un gmpo en virtud de diversos factores: la vida en común y la configuran su ciudadanía, como el derecho a sufragar o bien a ocupar
conciencia social idéntica. Ahora bien, la coincidencia entre tal concepto
funciones públicas.
y el jurídico —expuesto en las diversas nociones anteriores— en la realidad
Ahora bien, los conceptos apuntados, no son sino producto de teorías
de un Estado, supone cohesión interna y fuerza.'*^»
que respecto de la naturaleza del vínculo de la nacionalidad se han de-
Sin pretender agotar la —nada fácil— cuestión de la nacionalidad en sarrollado. Por un lado, la contractualista, que supone un pacto entre el
general, sí reconozcamos que como toda figura jurídica emanada de fac- Estado y el individuo; por otro, y la unilateralista que considera al Estado
tores históricos y culturales, como fuente real de creación de derecho, como único determinante de la relación estableeida.*-^^
ha tenido un devenir conceptual a lo largo del tiempo. De modo, enton- Hasta aquí hemos llegado cuando menos a reconocer que, dentro del
ces, que los antecedentes romanos son lógicamente distintos a los de la
concepto multívoco de "nacionalidad", existen dos grandes sectores con-
Revolución francesa de 1789, y estos también han sido matizados por
ceptuales: los sociológicos y los jurídicos. Respecto a los primeros, de-
nuevas ideas recogidas en tratados internacionales que estructuran ya el
rivados de factores etnológicos, sociales, culturales e históricos no ahon-
derecho de la nacionalidad.*^^
daremos más, pues ello no nos llevará a desentrañar el problema en
425 Entre los elementos que la dellnición ofrece se encuentran: la nacionalidad sólo puede otor- relación a las embarcaciones.
garla un Estado soberano; esto es, un Estado en el semido del derecho internacional; el individuo
que la recibe, ya que toda persona física es un sujeto capaz de recibir una nacionalidad, que es
incluso un derecho fundamental de la persona; el nexo que se establece entre ambos; nexo que
obedece a factores históricos, necesidades del Estado y consideraciones de orden internacional {Ídem,
pp. 33 y 34).
Estado y el buque, nos referimos a: todo individuo debe poseer nacionalidad; no debe poseer más
426 Pérez, Elisa, cjp. cit, p. 157. de una {cfr. con Pereznieto, op. cit., pp. 34 y ss.).
427 Ibidem. 430 La distinción no es de modo alguno teórica; sino que deriva del propio texto de nuestra
428 Diccionario Jurídico.., op. cil., pp. 2173 y ss. Constitución Política Federal: art. 30 vs art, 34.
429 Como por ejemplo en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, expedida en 431 Pereznieto, Leonel, Comentarios en tomo al proyecto constitucional sobre la doble naciona-
París ei 10 de diciembre de 1948, por la Asamblea General de la Organización de las Naciones lidad en México; XIX Seminario de Derecho Internacional Privado, Universidad Autónoma de Gua-
Unidas. En esa declaración, se recogen dos principios generales respecto al tema, que de algún najuato.
modo ya habíamos señalado y que nos serán de utilidad al analizar el vinculo jurídico entre el 432 Diccionario Jurídico..., op. cit, pp. 2173 y ss.
NACIONALIDAD DEL BUQUE 141
140 EL BUQUE
ciedades un concepto que sólo conviene a los individuos, únicamente ha al regular la actividad de las "extranjeras" (de nacionalidad extranje-
podido hacerse dando a las palabras una significación demasiado amplia. ra).**' Por último, la Ley de Inversión Extranjera es del todo contundente
Todo el interés del problema de la nacionalidad de las Sociedades al establecer sus definiciones; así, por inversionista extranjero debe en-
—sintetiza Niboyet— se concreta en el disfrute de derechos, sin embar- tenderse a la persona física o moral de nacionalidad distinta a la mexicana
go, la idea de una nacionalidad de las sociedades es demasiado arraigada y a las entidades extranjeras sin personalidad jurídica.
en la práctica para que la doctrina pueda imponer una modificación.'**^' E l problema puede aclararse si recordamos que, pese a todo, una per-
Henri Batiffol en cambio, explica que no es inexacto hablar de na- sona moral no es otra cosa que una persona en sí, con una identidad
cionalidad de sociedades, a condición de que esa noción, por la analogía distinta a la personalidad de quienes la integran; así, cuenta también con
que presenta con la nacionalidad de las personas físicas debe ser clara- atributos que le permiten dar cumplimiento a su objeto social que es
mente distinguida.*'* • también distinto a la actividad de sus integrantes. En síntesis, sea la
Pues bien, como decíamos antes, a pesar de que el despejar la incóg- nacionalidad atribuida directa o indirectamente, lo cierto es que el sentido
nita sobre si las personas jurídicas cuentan o no con una verdadera na- práctico de la legislación ha terminado por imperar sobre el análisis de
cionalidad es doctrinalmente importante, no es sin embargo determinante las teorías negativistas. Así, cuando menos por analogía práctica, además
para la realidad de los sistemas positivos, que francamente otorgan o de por la realidad sustentada por los sistemas de derecho positivo, en
bien equiparan la nacionalidad a las sociedades como lo hacen con los efecto, las personas morales cuentan con una nacionalidad.
individuos, esto con las limitaciones lógicas en cuanto a ciudadanía se
refiere.**^ 2. Nacionalidad y cosas
Así, además de las disposiciones de orden constitucional vigentes,**'
las leyes secundarias son claramente atributivas de nacionalidad a las Hemos citado en líneas precedentes distintos conceptos de la institu-
personas de derecho. En efecto, ya desde la ley especial, la reciente Ley ción de la nacionalidad; éstos, en su mayoría reflejan tres elementos
de Nacionalidad de 1993, expresa que son personas morales de nacio- básicos: el Estado, el individuo como perteneciente a una población y
nalidad mexicana las que se constituyan conforme a las leyes de la Re- el vínculo jurídico entre ambos elementos.
pública y tengan en ella su domicilio legal.*** Se trata, pues, que el ente receptor, el ser que goza del atributo de la
Además, el Código de Comercio y la Ley General de Sociedades Mer- nacionalidad, no es otro que una persona entendida ya en su sentido
cantiles confirman la atribución de nacionalidad a las personas jurídicas, físico o bien en su sentido de ficción jurídica; sin embargo, ninguna de
las nociones extiende el atributo a las cosas. Para mejor abordar —aun-
440 Idem, p. 80.
441 Balestra, Ricardo, Las sociedades en el derecho internacional privado, Buenos Aires, Abe- que brevemente— el problema es necesario recordar, tanto la noción de
Icdo-Pcrrot, 1991, p. 13. El autor argentino, al ubicar la teoría del célebre profesor Batiffol, ahonda cosa como la de nacionalidad, y de ambas derivar sus consecuencias
en la explicación de éste: la actividad colectiva es controlada por el Estado como la actividad
individual, pues es también una actividad de individuos y es, a la vez, más estrechamente regla- jurídicas, trantando de hallar una posible conexión entre ambas figuras.
mentada en razón de los peligros con que amenaza la autoridad del Estado y la libertad de los Pues bien, ya en otro capítulo hemos ahondado en la naturaleza de
particulares. Finalmente, BatifibI seflala la proximidad entre buques y aeronaves con las sociedades
respecto al fenómeno de la nacionalidad. Sin embargo, no profundizaremos sino hasta el próximo las "cosas", tanto desde una óptica filosófica como jurídica, esta líltima
apartado en este tópico especifico. de conformidad con el derecho romano.***^ Comentamos también las dis-
442 Es lógico considerar que las personas jurídicas no son ciudadanos en sistema alguno, ya que
no forman parte del pueblo al no ser entes tísicos. Así, no cuenta —obvio es— con algunos derechos tinciones que hace la doctrina francesa, encabezada por Julien Bonnecase,
subjetivos públicos inherentes a los individuos: votar y ser votado, acceder a la tunción pública, en el sentido de afirmar que ia cosa es un objeto o elemento material,
etc , ver art 34 constitucional.
•43 En efecto, el art. 27 de nuestra Constitución Federal establece que sólo los mexicanos por
nacimiento o por naturalización y las sociedades mexicanas tienen detecho de adquirir el dominio 445 Cfr con art 3o. del Código mercantil, y todo el capítulo Xll de ia Ley General de Sociedades
detierras,^uas y sus accesiones o para obtener concesiones de explotación de minas y aguas. Mercantiles.
444 Ver art. 9o. de la Ley de Nacionalidad. 446 Ver nuestro capítulo sobre nociones generales; fundamentalmente el apartado relativo a la
naturaleza jurídica del buque.
144 EL BUQUE
NACIONALIDAD DEL BUQUE 145
459 Nos referimos al concepto bienes, visto h^yo el ángulo de Julien Bonnecase, ya antes apun-
tado.
460 Scialoja, Antonio, op. cit., pp. 17 y ss. Remitimos al lector a nuestra breve semblanza sobre
el derecho de la navegación en Italia; y particularmente al apartado sobre las tesis del maestaro
455 El jurista italiano Gbrgio Riglwtti, expresa con claridad y vehemencia el estadio teórico en Scialoja.
el que permanecen los debates sobre la nacionalidad de las embarcaciones. Ver "Ii probkma della 461 Ai hablar de la costumbre como fuente de derecho, es preciso recordar algunos factores
—nazionalitá— della nave é uno di quelli che ha maggiormente ajfaticato la dottrina Internazio- fundamentales de la ciencia jurídica. En efecto, la costumbre es una fuente formal de derecho; sus
nalistica e mctriltintislica dapiii di tm secólo, e coniinuera ad qffaticarla. soprattuto a livello teórico..." elementos son dos: la inveterata consuetudo, esto es, que haya arraigado durante largo tiempo en
(Righetti, Giorgio. op cit., p, 1043). el grupo social; y la opinio iuris seu necessitat'is, esto es, la convicción de que la costumbre obliga
456 Ver nuestra L.ey de Navegación, art. 12. como regla de derecho (cfr. con Villoro, Miguel, Introducción al estudio del derecho, México,
457 Ver Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, de Montengo Bay, Jamaica, Porrúa, 1990, pp. 164 y ss). Por otro lado, el maestro Alejandro Sobarzo (op. cit., p. 320, cita una
arts. 91 y ss. nutrida serie de tratados bilaterales de amistad, comercio y navegación suscritos durante el siglo
458 Debemos extender el sentido a toda embarcación, ya sea esta mayor o menor, ya que nuesb-a X I X donde se habla de la nacionalidad de los buques; hecho que confirma la incidencia de la
Ley no la limita a las embarcaciones mayores (buques), igualmente los dispositivos del Convenio costumbre como fuente, en los instrumentos internacionales de aplicación nacional según el att. 133
de Montengo Bt^, Jamaica, se refieren a buques en sentido genérico. de nuestra Carta Fundamental.
148 EL BUQUE
NACIONALIDAD DEL BUQUE 149
• E l derecho de persecución también pone en franco declive la teoría • Mediante la atribución de nacionalidad al buque, se determina la
del territorio flotante, ya que si bien por él cada Estado ribereño jurisdicción aplicable cuando el buque se encuentra en alta mar
está facultado para continuar en alta mar la persecución de un y, en ciertos casos en otros espacios acuáticos y que la ley del
buque infractor, siempre que tal infracción se hubiere iniciado en pabellón, es la que rige en una serie de hipótesis de derecho pú-
el espacio marítimo de éste. De aceptarse la tesis debatida, el blico y de derecho privado;
Estado persecutor al apresar al buque infractor estaría violando la • L a aplicación de la ley del pabellón sirve como principio unifi-
soberanía territorial del Estado mismo, ya que el referido buque cador en derecho internacional privado por la variedad de personas
sería —bajo ese errado criterio— territorio soberano. afectadas y de leyes que podrían aplicarse siguiendo otros crite-
rios.'*^^
Así pues, la conclusión ante la metáfora de la territorialidad flotante
no puede ser otra que —como expresa Gilbert Gidel—: la condición del
buque en alta mar constituye el caso típico en que la ley de la bandera V . NACIONALIDAD Y LIBERTAD D E NAVEGACIÓN
del buque no encuentra ningún obstáculo en la soberanía territorial de
ningún otro Estado y pueden ejercitarse libremente las consecuencias E l alta mar se ha definido igualmente a lo largo de la historia de los
que se desprenden de la circunstancia que el buque enarbole pabellón, tratados internacionales; así en la Convención de las Naciones Unidas
sin que sea necesario pensar que el buque representa una parte del te- sobre el Derecho del Mar de 1982''''se define en sentido negativo, ya
rritorio de ese Estado.*^^ que las normas relativas a la misma se aplican a todas las partes del
mar que no están comprendidas en la zona económica exclusiva, en el mar
Finalmente, la nacionalidad del buque es justificable en cuanto a que
territorial, en las aguas interiores o en las aguas de los archipiélagos.
el mismo es en sí una comunidad organizada en constante traslación
Así pues, como indica el iusinternacionalista Tullio Scovazzi, alta mar,
física, así con independencia de la nacionalidad de las personas físicas
que no puede ser sometida a la soberanía de ningún Estado, se inicia
que integran su tripulación es una colectividad organizada jerárquica-
por tanto donde terminan los espacios sobre los cuales los Estados ribe-
mente desde el capitán hasta el último de los operarios tripulantes, que
reños pueden reivindicar derechos exclusivos.*^*
por razones lógicas de seguridad juridica en la libertad de navegación
En nuestros días ¡xxlemos afirmar que "alta mar" y "mar libre" son
internacional, debe ser regido por la ley del Estado, cuyo pabellón enar-
expresiones sinónimas, sin embargo como indica Domingo Ray, a esta
bola.*^o
posición se llegó luego de años de una interesante evolución. E l principio
Domingo Ray, llega a dos corolarios que sintetizan la importancia de
de libertad del alta mar significa entonces, que en tiempos pacíficos,
la ley del pabellón, como auténtica naturaleza en la vinculación jurídica
todos los Estados y ciudadanos de cualquier Estado, pueden utilizar el
del Estado y el buque.*^' Veamos:
alta mar: libertad que se traduce en actividades económicas*" tales como
la pesca, el aprovechamiento genérico, la construcción de islas artificiales
469 Lo que resulta ilógico es que nuestra antigua Ley de Navegación y Comercio Marítimo, en
pleno 1963 acogiera una tesis tan discutida y superada. En efecto, nuestro anterior ordenamiento,
disponía en su art. 2o., que "Los buques mexicanos en alta mar será considerados tenritorio mexi-
cano". Afortunadamente nuestra ley vigente ha superado la imprecisión.
472 El tema de tas banderas de conveniencia, problema que cuestiona este segundo corolario,
470 Esta justificación encuenua apoyo sobre todo en la Escuela Italiana del Derecho de la Na-
será tratado en uno de nuesUt)s siguientes aparuidos.
vegación, Antonio Lefevbre y coautores, por ejemplo, establecen: ''Non sembrerebbe potersi acco-
473 Ver la parte VII de la Convención de Jamaica
gliere la concezione, secando la quale la nazionalitá concreterebbe una qualfficazione della comu-
474 Scovazzi, Tullio, Elementos de derecho imemacional del mar, Madrid, Tecnos, 1994, pp.
nitá viaggiante, ai fini della sottoposizione di quesla alia poíestá dello Stato della bandiera. dato
51 y ss. edición española a cargo de Valentín Bou Franch.
che il complesso delle persone che compone la comunitá viaggiante non é l'oggetto, al quale sifa 475 Ray, Domingo, op. cit., L 1, pp. 575 y ss. Cabe apuntar que las actividades de aprovecha-
riferimento per stabiiire il collegamento fra il veicolo e un determínalo Stato (Lefevbre, Pcscatore, miento como colocar cables y tuberías submarinas y el sobrevuelo, son libertades enunciadas desde
Tullio, op cií., pp. 299 y ss). la Convención de Ginebra de 1958.
471 Ray, Domingo, op. cit., t. I, p. 270.
1S2
NACIONALIDAD DEL BUQUE 1S3
EL BUQUE
los siglos X V I I y X V I I l , se integraban tres requisitos básicos para el Nuestra ley actual, como antes veíamos, ha optado por el criterio del
otorgamiento de la nacionalidad:'''^ domicilio, que, según parece, es el más conveniente para estimular el
desarrollo de la marina mercante.*'' Así, reputa embarcaciones y arte-
• Que la embarcación fuera construida en el pais que ia otorgaría; factos navales mexicanos a los abanderados y matriculados en alguna
• Que los propietarios fueran nacionales (en distintas proporciones capitanía de puerto a solicitud de su propietario o naviero, previa cum-
según la época y legislación); plimentación de algunos requisitos administrativos.*'*
• Que los miembros de la tripulación fueran asimismo, nacionales. En consecuencia, según lo dicho la Ley de Navegación se ha apartado
relativamente de las condiciones tradicionales para el otorgamiento de
Estos tres elementos se constituirían dentro del desarrollo histórico la nacionalidad, ya que a pesar de que el principio general es en sí
del derecho de la navegación, como condiciones para el conferimiento abierto, permanecen algunas restricciones tanto en ciertas actividades
de la nacionalidad mediante la respectiva inscripción de las embarcacio- navegatorias, como en materia de requisitos laborales,*''
nes en los registros marítimos nacionales.*"
Las primeras se refieren al acotamiento que hace la Ley de Inver-
Estas condiciones marcan de nuevo el relieve administrativista de la
sión Extranjera de 1993 respecto a algunas actividades marítimas;*'^ las
actividad marítima, por el cual el Estado decide proteger bajo distintas
segundas, contribuyen al empleo de nacionales para tripular embarca-
estrategias y condiciones a su marina mercante, y con ello fortalecer a
ciones mexicanas. Este último requisito no debe ser conceptuado para
la industria: este es el caso de las condiciones primera y tercera, por las
cuales, de modo directo se generan economías de escala y empleos.
E l maestro argentino Luis Beltrán, al estudiar los criterios para el
otorgamiento de la nacionalidad a los buques en los distintas sistemas
nacionalidad de los tripulantes, surgió de la conveniencia de contar con una adecuada reserva para
del derecho de la navegación, señala que cada uno de esos criterios res- los supuestos de enfrcntamicntos bélicos.
ponde a una particular situación económica y, paralelamente, a una de- 493 Ver art. 9o. Ley de Navegación y c/r. con Ley de Navegación y Comercio Marítimos, arts.
88 y ss. CJr. con Ray, Domingo; op. cil., t. I, p. 276.
terminada política legislativa destinada a expresarla. 494 Recordemos que ni el concepto de naviero, ni el de propietario son excluyentes de extranjería
Así, por ejemplo, los países dotados de gran tradición marinera espe- de acuerdo a nuestro propio ordenamiento: cfr con arts. 16 y ss.
cialmente los insulares o aquellos cuyas más importantes ciudades se 495 Además de las disposiciones derivadas de nuestra Ley de Navegación y de la Ley Federal dei
Trabajo, recuérdense las disposiciones de la Convención de Montego Bay respecto a los deberes
concentran en zonas costeras, establecieron como recaudos para el otor- del Estado, sobre todo en cuanto a que estos deben de ejercer su jurisdicción de conformidad con
gamiento de su pabellón el que la totalidad o la mayor parte de la triu- su derecho interno sobre todo buque que enarbole su pabellón y sobre el capitán, oficiales y tripu-
lación respecto de las cuestiones administrativas, técnicas y sociales relativas al buque (art. 94, 2,
plación esmviera consthuida por nacionales suyos; mientras que los E s - b). Además, nuestra ley vigente ha incorporado por referencia el grueso de la normativa internacional
tados que cuentan con una poderosa industria naval subordinaron, en en materia laboral. V. en ese sentido el catálogo de convenciones de la OIT.
496 En efecto, el texto origina] de la Ley de Inversión Extranjera limita hasta el 49% la parti-
cambio, el otorgamiento de su pabellón al hecho de la construcción del cipación extranjera de las sociedades navieras dedicadas a la explotación comercial de embarcaciones
buque en el país.*'^ para la navegación interior y de cabotaje, con excepción de cruceros turísticos y la explotación de
dragas y artefactos navales para la construcción, conservación y operación portuaria (art. 7, IV, inc.
r). Asimismo, se requiere resolución favorable de la Comisión de Inversión Extranjera para que la
490 El Acta de Navegación de Cromwcll de 1651 —seflala Domingo Ray, op. cil., t. I, p. 276— inversión extranjera participe en un porcentaje mayor al 49% en las sociedades navieras dedicadas
asi lo disponía, igualmente Georges Ripeit (op. cil., p. 48), indica estos mismos requisitos previstos a la explotación de embarcaciones exclusivamente en tráfico de altura Como podemos ver, a pesar de
por la Convención del 21 de septiembre de 1793, llamada alguna vez. Acta de Navegación. que estos preceptos constituyen limitaciones a la participación extranjera en sociedades navieras,
491 Ver, por ejemplo, Inglaterra: Merchant Shipping Act 1894, pp. 2 y ss. y su similar de 1988; no existe sin embargo, limitación expresa para que un extranjero abandere y matricule una embarcación,
Francia: Ley número 300 de 1975; Italia: Códice della Navigazione de 1942, arts. 143 y ss.; Espafta:
misma que será de nacionalidad mexicana, si es que se satisfacen los requisitos del art. 9o., con la
Real Decreto sobre Abanderamiento, Matriculación de Buques y Registro Marítimo de 1989, arts.
posterior regulación especifica respecto al abanderamiento, matriculación y registro, mediante con-
12 y ss.; Argentina: Ley de Navegación de 1973, arts, 51 y ss.
tratos de fletamcnto a casco desnudo, trámite reservado a personas físicas mexicanas, o morales
492 Beltrán, Luis, op. cil.. p. 95. El autor argentino analiza someramente las causas históricas constituidas conforme a las leyes mexicanas, con la salvedad de las embarcaciones deportivas y de
que originaron cada uno de tales criterios. Asi, el de la construcción, derivó del interés del Estado recreo que cuando se trata de extranjeros, si pueden ser abanderadas, matriculadas y registradas en
en evitar que los secretos propios de consUucción, cayeran en manos enemigas; mientras que el de la
nuestro país (art. 10).
151 EL BUQUE
NACIONALIDAD DEL BUQUE
mexicanos. Sin embargo, la atribución expresa para otorgar concesiones principio ha sido tambiéi recogido por nuestra ley (artículo 30 in fine),
se limita de modo expreso para la constmcción, operación y explotación al señalar que las embarcaciones que naveguen en zonas marinas mexi-
de vías navegables de acuerdo a la Ley de P u e r t o s . A s i , parece que canas deberán estar abanderadas en un solo país,'"' enarbolar su bandera
no hay elementos para inferir que el abanderamiento y la matriculación y tener marcado su nombre y puerto de matrícula.
pertenezcan al régimen de la concesión con todas las implicaciones que
ello trae aparejado, por lo que debemos entender que el particular cuenta 3. Consecuencias del otorgamiento del pabellón
con un derecho subjetivo preexistente —a diferencia de la concesión en
que tal no existe— que es reconocido y sancionado por la autoridad Y a la doctrina internacional se ha encargado de ponderar las conse-
administrativa en favor del derecho fundamental de libre industria y tra- cuencias del otorgamiento de la nacionalidad de un Estado a un buque.^'"
bajo, garantizados por el artículo 5o. de nuestra Constitución federal. Así, el maestro Georges Ripert mantiene que desde el punto de vista del
derecho internacional la distinción entre buques franceses y extranjeros
2. Uso es capital, con lo que los buques mercantes están expuestos a la captura
por el enemigo, y en el derecho de la guerra la distinción entre belige-
Como ya hemos expresado, a pesar de que un buque enarbole deter- rantes y neutrales es fundamental.'"
minado pabellón, toda vez que es el certificado de matrícula el que acre- Dejando al lado esta cuestión —sigue— y no ocupándose más que
dita su nacionalidad se reconoce el derecho de los Estados de verificar del derecho privado, la racionalidad de un barco presenta interés de tres
el pabellón enarbolado.'**' clases:
Así, la internacionalidad del derecho de la navegación ha dado lugar
a esta verificación que de un modo u otro ha ido estableciéndose en • E l Estado otorga favores particulares a las embarcaciones nacio-
ordenamientos nacionales o en convenciones internacionales.'^^ La Con- nales;
vención de Montego Bay, ha ayudado a establecer la condición jurídica • E l Estado vigila los buques nacionales;
de los buques y su respectivo deber de uso del pabellón. • L a calidad de la embarcación puede servir para determinar la ley
En efecto, según el texto de la Convención los buques deben navegar aplicable.
bajo el pabellón de un solo Estado,*^' y, salvo en caso excepcionales,
previstos de modo expreso por los tratados internacionales están some- Por lo que hace a esos favores particulares a embarcaciones naciona-
tidos en alta mar a la jurisdicción exclusiva de dicho Estado.'"* Este les, resulta natural que el Estado busque incentivar a su marina mercante
a través de apoyos concretos que se traduzcan en un aumento cualitativo
504 Ver arts. 7o. de la Ley de Navegación y 16 de la Ley de Puertos. y cuantitativo de su flota, con lo que las economías de escala derivadas
505 Cfr. con Ray, Donningo, op. cit., t. I, p. 277. de la industria de la navegación se vean también apoyadas. Así, algunos
506 El derecho de visita lia sido regulado en la Convención de Montego Bay, Jamaica de 1982;
en efecto, salvo cuando los actos de injerencia se ejecuten en ejercicio de facultades conferidas por
un uaiado internacional, un buque de guerra que encuentre en alta mar a un buque exütmjero que
no goce de completa inmunidad, no tendrá derecho de visita a menos que haya motivo razonable 509 Con posterioridad analizaremos el problema de las banderas de conveniencia, sin embargo,
para sospechar que el buque, entre otros motivos, no tenga nacionalidad (art 110). Así, el derecho apuntemos aliora que el Tratado de Versalles reconoció, luego de un conflicto entre Suiza y Francia,
de visita, persecución y apresamiento, son regulaciones que inciden de modo directo en el deber ei derecho de los Estados carentes de litoral marítimo a que sus buques enarbolen la bandera del mismo,
del buque de usar el pabellón que indica su relación auténtica a un único Estado. y garantizó su reconocimiento cuando la nave se regisuara en un lugar único de su territorio que
507 Otro de los principios de seguridad jurídica en la navegación es el de la estabilidad del constituiría el lugar o puerto deregistro.Domingo Ray ahonda al respecto, diciendo que este prin-
pabellón, esto es, que un buque no pueda cambiar de bandera durante un viaje ni en una escala, cipio fue luego reconocido en la Conferencia de Barcelona del 20 de abril de 1921 {op. cit., t. 1,
salvo en caso de transferencia efectiva de la propiedad o de cambio de registro, Este principio está pp. 277 y ss).
previsto por la Convención de Montego Bay, en su art. 92.1. 510 Enüe oü-os muchos, (fr. p«r ejemplo: Ripert, Georges, op. cit., pp. 51 y ss.; Farifla, Francisco;
sos Ver art. 92 de la Convención de las Naciones Unidas sobre ei Derecho del Mar. ep. cit., p. 59; Belü-an, Luis; op. cit., pp. 96 y ss.
511 Ripert, Georges, op. cit., [>. 51.
162 EL BUQUE NACIONALIDAD DEL BUQUE ¡«3
512 Es evidente para el sector marítimo-portuario de nuestro país, que este tipo de favores no
el italiano, el español y el argentino. Sin embargo, referencias frecuentes a la legislación e historia
sólo se han ido reduciendo en calidad y cantidad, sino que algunos han prácticamente dejado de
existir. Asi, actividades como la navegación de cabotaje que tradicional mente es reservada a nacio- del tema en Francia y otros países, también forman parte de nuestro haber.
nales en cualquier pais, en nuestra legislación se ha abierto a navieros extranjeros que a diferencia 516 Ver secciones 69 y ss. de la Merchant Shipping Act británica Sin embargo, la regulación
de los nuestros, sí son apoyados en sus respectivos países, con lo que la competencia frente a los de la nacionalidad por el sistema británico es en mucho, más antigua. En efecto, según explica
nuestros ha adquirido notas dramáticas. Cfr. con arts, 33 y 34 de nuestra ley; asi como en los arts. Antonio Scialoja {op. cil, pp. 123 y ss.) el sistema de los presupuestos de la nacionalidad, tiene
2o. y ss, de la Ley de Pesca. Incluso regiones [an integradas como la de las naciones pertenecientes origen en el Acta de Navegación de Cromwell en el afio de 1651, por la cual, la nacionalidad
a la Unión Europea han elaborado planes ponderados y progresivos sobre la liberación de su cabotaje. inglesa sólo podía otorgarse a buques construidos en Inglaterra, de propiedad de ciudadanos ingleses
En ese sentido, ver el Reglamento 4056/86 en relación a la competencia en materia de Uansporte y con tripulación de mayoría inglesa; sin embargo, tal rigor fue luego atenuado por las leyes pos-
maritima comunitario. Ver además Baena, Pedro, Política comunitaria de ios transportes marítimo, teriores,
Madrid, Ed. Marcial Pons, pp. 159 y ss. 517 Chorley & Giles son un ejemplo de esta aceptación de la importancia en las consecuencias
513 Ver art. 94 de la Convención de Montego Bay, Jamaica. jurídicas derivadas de la ley del pabellón. Veamos: "Since the ship is accorded a nalionalitiy it
514 Arts. 38 y ss., y 58 y ss. respectivamente. foUows that, even in another stale 's territorial waters, those on board Uve under the lav> of tlt
515 Para un estudio profundo sobre la historia de la nacionalidad de las embarcaciones, reco- State whose fiag the shipflies. Birihs, deaths and marriages on board rank as evenís happening in
mendamos la leaura de un apartado para ello dedicado, en el capitulo relativo a La mzionalita the country whose nationaiity the ship is accorded.." (Choriey & Giles, versión inglesa, op. cil,
delia nave del maestro Giorgio Rigfieiti {op. cit., pp. 1045 y ss.) Como ya antes se ha dicho, los pp. 19 y ss.
sistemas de derecho de la navegación, que con mayor rigor se estudian en esta obra son: el británico. 538 Ripert, Georges, op. cil, pp. 47 y ss.
519 Rodiere, Rene, op. cil, pp. 43 y ss.
164 EL BUQUE
NACIONALIDAD DEL BUQUE I6S
520 En efecto, Francia iia tenido una larga tradición en sistematizar el condicionamiento para Por el contrario, la Ley de Navegación de la Argentina es contundente
otorgar su nacionalidad a las embarcaciones. Rene Rodiere y Emmanuel du Pontavice narran tal
regulación a lo largo del tiempo; "Les conditions de la nationalitéfrancaisefurent définies par le al señalar como efecto de la inscripción en la matrícula nacional, el con-
décret de ta Cortveníion du 21 sepíembre 1793, appelé Acte de navigation 11 établlssail trois con- ferimiento de la nacionalidad argentina y el derecho de enarbolar el pa-
diíiorts: la premiére a disparu, les deiix autres oni été modifiées. Le Code des douanes du 8 décembre
¡948 (arl. 219 et s modiflés par le décret n" 357 du 28 avril 1972) et la loi du 3 Janvier 1967, bellón nacional."'
modiflée par la loi n° 300 du 29 avril 1975, dorment aujowd'hui ees conditions..." (Rodiere, Rene;
op. cit., pp. 44 y ss,).
521 Scialoja, Antonio, op. cil., pp. 123 y ss. El maestro napolitano, con su originales y contun-
dentes afirmaciones expresaba. "El buque tiene y debe tener nacionalidad propia, y no puede tener 523 El desarrollo de la regulación de la nacionalidad del buque es tratada de modo docto y
más de una nacionalidad". Como puede apreciarse, Scialoja, otorga al buque los mismos principios prolijo por el macstit) Hernández Izal. Ver entonces: Hernández Izal, S., Derecho marítimo, Bar-
fundamentales que operan hacia las personas fisicas y morales por lo que respecta al dato de la celona, José María Boch Editor, 1995, t. 111-2, pp. 868 y ss.
nacionalidad, 524 Código de Comercio arts. 573 a 585, y real decreto... arts. 2o. y ss.
522 Toda legislación impone de distintos modos los requisitos para otorgar a un buque la na- 525 Ley de Navegación, art. 51 y ss. Etentro de los requisitos previstos para inscribir un buque
cionalidad de ese Estado. El elementa objetivo lógico que las legislaciones toman en consideración, o artefacto naval a la maUicula racional y con ello otorgar expresamente la nacionalidad, se en-
es básicamente el de la nacionalidad o el domicilio de quienes son titulares del dominio. As(, según cuentran: a. cumplir con las exigencias reglamentarias sobre construcción y condiciones de nave-
enlistó Osvaldo Blas {op. cit, p. 150); unos exigen que el buque sea íntegramente de propiedad de gabilidad e idoneidad del buque o artefacto naval; b. que el propietario esté domiciliado en el país
ciudadanos nativos o naturalizados del país (Brasil, España, EEUU, Inglaterra, Japón. Noruega y y si se trata de una copropiedad naval, que la mayoría de los copropietarios, cuyos derechos sobre
Suiza); otros requieren que la mitad de su dominio, por lo menos, sea de propiedad de nacionales el buque o artefacto naval exceden la mitad del valor de éstos, reúnan la misma condición y, c. si
(Bélgica, Francia, Grecia) o bien sus dos tercios (Dinamarca, Holanda, Suecia, Italia); algunos deman- fiiere titular de ia propiedad una sociedad, que ésta se haya constituido de acuerdo a las leyes de
dan, solamente que su propietario se domicilie en el tenitorio nacional (Argentina). la nación, o que habiéndose constituido en el extranjero tenga en la República sucursal, asiento o
cualquier otra especie de representación permanente, de acuerdo con lo dispuesto en la ley respectiva.
166 EL BUQUE
NACIONALIDAD DEL BUQUE 167
6. Derecho internacional • Los buques navegarán bajo el pabellón de un solo Estado y , salvo
en los casos excepcionalmente previstos de modo expreso en los
A . Convención de Jamaica de 1982
tratados internacionales o en la propia Convención, estará some-
tidos en alta mar, a la jurisdicción exclusiva de dicho Estado;
Y a antes hemos anotado que a lo largo de la historia de nuestra dis-
• Un buque no podrá cambiar de pabellón durante un viaje ni en
ciplina, una multitud de instrumentos internacionales han incorporado el
una escala, salvo en caso de transferencia efectiva de la propiedad
vocablo "nacionalidad" al referirse a embarcaciones."* Sin embargo, tal
o de cambio de registro;
vez ningún otro tratado internacional tenga la importancia —en este tema—
• E l buque que navegue bajo los pabellones de dos o más Estados,
que la Convención de las Naciones U n i d ^ sobre el Derecho del mar,
utilizándolos a su conveniencia, no podrá ampararse en ninguna
aprobado el 30 de abril de 1982 por una enorme cantidad de países que
de esas nacionalidades frente a un tercer Estado y podrá ser con-
le dan una amplitud sin precedentes."''
siderado como buque sin nacionalidad.
Así, los artículos 91 y siguientes de la convención citada son deter-
minantes en el sentido de insistir en la necesidad de que exista un vínculo
Así pues, ia Convención de Montego Bay no sólo establece como
real entre el buque y el Estado correspondiente. Algunas de las normas
principio general que cada Estado tine la obligación de disponer los requi-
contenidas en la Convención relacionadas con la nacionalidad de las em-
sitos para conceder su nacionalidad a buques para su inscripción en un
barcaciones'^* son las siguientes:
registro y para tener el derecho a enarbolar su pabellón, sino que destaca
ante todo que los buques poseerán la nacionalidad del Estado cuyo pa-
• Todos los Estados, sean ribereños o sin litoral, tienen el derecho de
bellón enarbolen y la necesidad de que exista una auténtica relación^^^
que los buques que enarbolan su pabellón naveguen en altar mar;
entre el Estado y el buque.
• Cada Estado establecerá los requisitos necesarios para conceder
su nacionalidad a los buques, para su inscripción en,un registro
B . Convención de Ginebra de 1986^^^
en su territorio y para que tengan el derecho de enarbolar su pa-
bellón. Los buques poseerán la nacionalidad del Estado cuyo pabe- E l tema de la relación auténtica Estado-buque, ha seguido siendo ob-
llón estén autorizados a enarbolar. Ha de existir una relación au- jeto de regulación por convenios internacionales. Así, el 7 de febrero de
téntica"' entre el Estado y el buque; 1986, se suscribió en la ciudad de Ginebra, el convenio que establece
las condiciones de inscripción de los buques con la finalidad de garan-
526 El jusrista mexicano, Alejandro Sobarzo, ofrece una amplia lista de convenciones internacionales
que históricamente han contenido la aceptación de hablar de la nacionalidad de las embarcaciones.
527 Ya antes hemos expuesto, que este insmimento internacional, conocido como el Convenio 530 La relación auténtica es una condición que se ha venido incorporando en distintos insU'u-
de Montego Bay, Jamaica, se encuentra en vigor para nuestro país, fue aprobado por la Cámara de mcntos internacionales; asi, en ur principio, en la Convención sobre la Alta Mar, además de reco-
Senadores del Congreso de la Unión el 29 de diciembre de 1982, la firma del instrumento de ratificación gerse el tradicional sistema de la ley nacional, se incorporó la redacción del deber de existencia de
fue el 21 de tebrero de 1983 y se depositó ante la Secretaría General de la Organización de las Naciones una relación auténtica entre el Estado y el buque. Su art. 5o., señalaba enü-e otras cosas que: "Ha
Unidas, el 18 de marzo del mismo afio. La publicación en el DOF es del lo. de junio de 1983. de existir una relación auténtica entre el Estado y el buque; en particular, el Estado ha de ejercer
528 Es necesario indicar de una vez que, por el hecho de que una embarcación enarbole una su jurisdicción y su autoridad sobre los buques que enarbolen su pabellón, en los aspectos admi-
determinada bandera (pabellón), ésta indicará la nacionalidad de la embarcación que se U-ate, aunque nistrativo, técnico y social" (El maestro Alejandro Sobarzo practica un interesante análisis de los
el uso del pabellón no cs, per se, presunción absoluta de su nacionalidad. antecedentes de esta regulación; op. cit., pp. 333 y ss.). Luego de algunos aflos de evolución en la
529 Al respecto de la relación auténtica, debemos indicar que México forma parte de un instru- Convención de Jamaica, también se reconoció la importancia de la "relación auténtica", insertándola
mento internacional que intenta precisamente dar certidumbre a la relación auténtica que guarda el en el contenido de su art. 91; además su desarrollo es de mayor claridad en tanto que no establece
buque con un Estado determinado. Nos referimos al Convenio de Naciones Unidas sobre inscripción los deberes del Estado en un sentido genérico, sino pormenorizado en cada uno de los aspectos
de buques de 1986; éste, fue suscrito en Ginebra en febrero de 1986; su objeto es el de establecer concretos, tales como registro de buques, jurisdicción, seguridad en alta mar, condiciones de nave-
las condiciones de inscripción de los buques con la fin de ser garantía efectiva de la auténtica gabilidad, etc. (art. 94).
relación entre el Estado y las embarcaciones que enarbolen su pabellón. Al hablar de la publicidad
531 Esta convención internacional ha sido suscrita por nuestro país. Ver nuestro capitulo sobre
naval ahondaremos en el contenido de esta convención.
publicidad naval en esta misma obra.
168 EL BUQUE NACIONALIDAD DEL BUQUE 169
tizar y consolidar la relación auténtica entre el Estado y los buques que 1. Ordenanzas de Bilbao
enarbolen su pabellón.
Luego de reconocer y aceptar la vigencia de las disposiciones de otras Si bien no habrá una regulación muy específica sobre la nacionalidad
convenciones internacionales anteriores, la de Ginebra señala en sus ar- de los buques, ya que todavía los distintos sectores de la doctrina no se
tículos 11 y 12 los requisitos para la inscripción en ei registro que debe ponían de acuerdo totalmente sobre la aceptación de la teoría del buque
establecerse y la inscripción de los buques arrendados a casco desnudo.'" como territorio flotante, creemos que del texto de las Ordenanzas de
Así pues, este segundo Convenio instrumenta algunos de los principios Bilbao de 1737 se deriva la jurisdicción del Consulado de Bilbao aplicada
—sobre todo en materia marítimo—registral, de la anterior Convención a todos los efectos mercantiles de su ámbito territorial de validez, por
de Montego Bay, Jamaica. lo que podríamos inferir tanto el otorgamiento de su pabellón, como la
Como hemos podido observar hasta aquí el tema de la nacionalidad aceptación, al menos en ese entonces, de la teoría del territorio flotante.'^
ha sido desarrollado a lo largo de la historia, no sólo por un gran número
de legislaciones nacionales, sino por instmmentos internacionales en vi-
gor. Así, las arengas doctrinales en cuanto a predicar la nacionalidad de 2. Códigos de Comercio (1854, 1884 y 1889)
los buques han quedado atrás, para mejor enfrentar problemas reales que
el avance del derecho de la navegación debe resolver, uno de ellos: las Nuestros códigos mercantiles son ya mucho más precisos y consagran
banderas de conveniencia."' alguno de los criterios ya comentados. Asi, el de 1854 establece contun-
dentemente la obligación de que tratándose de naves nacionales, debían
estar registradas en la matrícula de mar de algún puerto de la República
V I H . A N T E C E D E N T E S LEGISLATIVOS NACIONALES
y sujetas a su Ordenanza. Señalaba también que solo los nacionales po-
dían hacer el comercio de escala y cabotaje en los puertos de la Repú-
A lo largo de este capítulo, hemos venido haciendo referencia a nues-
blica, salvo las excepciones de los tratados con potencias extranjeras."^
tro sistema positivo vigente, por lo que a continuación sólo expondremos
Los siguientes códigos mantendrían el privilegio del Estado mexicano
un esquema de los antecedentes de nuestra Ley de Navegación actual,
hacia sus embarcaciones para la navegación de cabotaje."^
en cuanto al tema de la nacionalidad:
512 Cfr. con Ray, Domingo, op. cil., t. 1, pp. 273 y ss. 3. Ley de Vías Generales de Comunicación
5H Algunos países desarrollados han intentado limitar el ejercicio navegatorio de los buques
que enarbolan pabellones de conveniencia. Entre ellos, los países de la Unión Europea han intentado
hacerlo instrumentando tuertes programas de inspección a priori de las embarcaciones. De fonna Dentro de su ámbito iusadministrativista, este ordenamiento, por de-
tal que los buques "sospechosos" son inspeccionados deulladamente antes de arribar a puertos más coadyuvante al intervencionismo del Estado en la actividad nave-
comunitarios. En principio se busca que todo buque que navegue en aguas comunitarias cumpla
con los requisitos sociales y ambientales internacionales mínimos. En el tbndo, se busca que los gatoria, no sistematiza de modo claro las ¡deas del otorgamiento de la
navieros pongan un límite al éxodo de susflotasa banderas de conveniencia. Pues bien, el insUM- nacionalidad, aunque si acota la libertad de los buques extranjeros para
mento comunitario en donde ha quedado plasmada csu inteligente estrategia se denomina: Memo-
rándum de entendimienlo sobre el control de los buques por el Estado del puerto. Se celebró en realizar ciertas actividades."^
París (de ahí que sea conocido como Memorándum de París) el 29 de febrero de 1982. Pese a esto,
lo cierto es que la astucia de los navieros es ilimitada, y toda medida de control indirecta o parcial
será insuficiente para los mecanismos técnicos que fácilmente pueden utilizar arttes de entrar a los
espacios navegables en donde sean sometidos a una dura normativa. El criterio que hemos sostenido
por nuestra parte, es que los órganos de gobierno y los organismos internacionales deben escuchar
inteligentemente al sector y plantear alternativas viables, partiendo de la base de que es necesario 534 Cfr con el cap. I de las Ordenanzas de Bilbao, op. cit., p. 451.
conciliar los valores jurídicos superiores tutelados por nuestra disciplina con un negocio que nece- 535 Ver arts. 468 y ss de ese Código.
sariamente debe ser lo suficientemente lucrativo para que siga operando. 536 Ver arts. 1023 y ss del de 1884 y el 665 y ss. del de 1889 aunque no tan claramente.
537 Ver arts. 189 y ss. de esa ley.
170 EL BUQUE NACIONALIDAD DEL BUQUE 171
4. Ley de Navegación y Comercio Marítimos tadas, no sólo habría serios problemas para imponerle la ley aplicable
de uno de los Estados cuyo pabellón enarbola, sino se llegaría incluso
Finalmente nuestro ordenamiento precedente es similar a ia ley actual al absurdo que ante cierta problemática el buque no se encontrara sujeto
en cuanto a la consideración de buques como de nacionalidad mexicana; a ninguna de las jurisdicciones en principio aplicables.
además las consecuencias del otorgamiento de nacionalidad en la ley Así, durante la permanente evolución del derecho de la navegación,
anterior, fueron —por lo que ve a los incentivos a la marina mercante este fenómeno ha surgido para intentar ser resuelto y dar con ello segu-
nacional— mejor entendidas que en nuestra ley actual, sobre todo en lo ridad a la actividad navegatoria. E l principio general consagrado en las
que respecta a la navegación de cabotaje, que como hemos visto, tradi- legislaciones nacionales y en los instrumentos internacionales es que un
cionalmente se mantiene para nacionales y no se abre sin más a la voraz Estado no está facultado para otorgar nacionalidad a una embarcación
competencia del exterior."* que todavia no haya dimitido de la suya.
Como antes mencionamos, el análisis a los preceptos de nuestra ley Tanto nuestra Ley de Navegación como en la Convención de Montego
vigente se ha vertido a lo largo de este capítulo, por lo que a continuación Bay de 1982, este principio ha quedado claro. Por lo que ve a la primera,
pasaremos a un tema distinto: el doble registro y las banderas de con- ya antes veíamos que son embarcaciones y artefactos navales mexicanos
veniencia. los abanderados y matriculados en alguna capitanía de puerto, a solicitud
de su propietario o naviero, previa verificación de las condiciones de
I X . P R O B L E M A S COMPLEJOS D E NACIONALIDAD seguridad del mismo y presentación de la dimisión de bandera del país
de origen de acuerdo al reglamento respectivo."^
E l desarrollo del tráfico marítimo internacional ha recordado viejos Montego Bay, tras recoger el principio de la tradición intemacionalista
problemas como el de la piratería, pero ha originado también nuevas del derecho de la navegación, señala que el buque que navegue bajo los
cuestiones como el de las banderas de conveniencia o el doble registro pabellones de dos o más Estados, utilizándolos a su conveniencia, no
en el arrendamiento a casco desnudo. Por su especificidad y actualidad podrá ampararse en nnguna de esas nacionalidades frente a un tercer
merecen ser tratados por separado, aunque de un modo breve. Comen- Estado, y podrá ser considerado como buque sin nacionalidad."*"
temos entonces, los siguientes tópicos: doble bandera, buques sin nacio- En un razonamiento interesante, el jurista mexicano Alejandro Sobar-
nalidad, doble registro en arrendamiento a casco desnudo, banderas de zo, explica que si partimos del supuesto normal de que una nacionalidad
conveniencia y usurpación del pabellón. le fue otorgada a un buque legítimamente, nos encontramos ante el único
caso de derecho internacional marítimo en que la nacionalidad de un
1. Doble bandera buque se desconoce por terceros Estados, independientemente del criterio
del Estado que la hubiere otorgado y antes, inclusive, de que éste tuviera
Y a antes hemos anunciado algunos de los problemas que la práctica conocimiento de los hechos. Se señala como único caso —sigue— en
marítima ha ido ocasionando a la institución de la nacionalidad como virtud de que hasta el buque pirata'*' conserva su nacionalidad y sólo
vínculo jurídico auténtico entre el Estado y el buque. Pues bien, el buque la pierde cuando la legislación del Estado a que pertenece considera la
que navega bajo dos o más pabellones representa uno de esos problemas. piratería como una causa de pérdida de la nacionalidad.''*^
L a seguridad jurídica en la navegación es un bien jurídico tutelado
por el derecho de la navegación internacional, por ello es factible com- 539 Ver art. 9o. de la Ley de Navegación.
prender que si un buque se valiera de una u otra nacionalidad para eludir 540 Art. 92.2 de la Convención de Jamaica de 1982,
541 La noción de buque piraui y el respectivo derecho de apresamiento, está igualmente regulada
sus obligaciones o bien para acogerse a beneficios de otra de las adop- en la Convención de Montego Bay, arts. 101 a 107.
542 Sobarzo, Alejandro, op. cit., p. 330. El autor mexicano basa su razonamiento en el art. 104
538 Ver art. 88 de esa ley, y c/r, con art. 12 de la actual. de la Convención de Montego Bay, Jamaica.
NACIONALIDAD DEL BUQUE 173
172 EL BUQUE