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E L BUQUE: UNA INTOODUCCION A L ESTUDIO D E L ESTATUTO

J O S É DAVID E^ÍRÍQUEZ R O S A S JURÍDICO D E L A S EMBARCACIONES

UMA I N T R O D U C C I Ó N A L E S T U D I O D E L E S T A T U T O

JURÍDICO D E L A S EMBARCACIONES
JOSÉ D A V I D ENRÍQUEZ ROSAS

E L BUQUE: UNA INTRODUCCIÓN


A L ESTUDIO D E L ESTATUTO
JURÍDICO DE LAS EMBARCACIONES

Prímera edición: 1998

D R O 1998, Universidad Nacional Autónoma de México


UNIVERSIDAD UNIVERSIDAD NACIONAL Ciudad Universitaria, México, D. F.. C . P. 04510
PANAMERICANA AUTÓNOMA DE MÉXICO
INSTITUTO D E INVESTIGACIONES JURÍDICAS

Impreso y hecho en México

ISBN 968-36-7308-2

MÉXICO. 1998
^
II*

Capitulo segundo
S E R Y P É R D I D A D E L S B R : LA O N T O U X Í Í A D E L B U Q U E

Y sus E F E C T O S JURÍDICOS

I. Aproximación y teoría de la per$oniftcación del buque . . 69


II. Botadura dd buque 71
Ul. Elementos de individuaUzación del buque 77 Capitulo segundo
1, Aproximación 77
2. EiMnentos do Individualizacidn en ei dereciio conrjparado 78
3. Fuentes históricas en el derecho mexicano 80 SER Y PÉRDIDA D E L SER: L A 0NT0LCX3ÍA D E L B U Q U E
4, U » elementos individuafizadores en el derecho de la na- Y SUS EFECTOS JURÍDICOS
vegación vigente; Ley do Navegación de 1994 . . . . 81
A, Nombre 82
B, Matrícula 83 I , APROXIMACIÓN Y TEORÍA DE L A PERSONIFICACIÓN D E L BUQUE'*»
C . Puerto de martricula 86
D, Nacionalidad 87 £1 título de nuestro capitulo puede parecer extraflo; sin embargo, el ser es
E . Seflal distintiva 87 lo menos extraño que hay para una cosa, más aún es lo más intrínseco a
F . Unidades de arqueo bruto (registro de tonel^e) . , 88
día. £1 buque no es menos que una cosa, por ello cuenta también con un ser.
IV. Clasificación de buques. Sociedades de clasificación . . . 92
1. Clasificación de buques . , 92
En efecto, si la filosofía estudia los últimos principios de las cosas,
2. Sociedades de clasifioBoión 96 hay en ella un sector, ims parte que estudia los seres en su aspecto más
A. "Nociones generales 96 general, bajo los aspectos más abstráete^ más comunes. Asi pues, se
B. Responsabilidad 99 ocupa de los seres todos, de los cuerpos, por ejemplo, pero no en cuanto
C. Sociedades y Asociación Internacional de Sociedades 103
V. Inspección naval 103
cuerpos; de los seres vivos, pero no en cuanto vivos, sino que se ocupa
VI. Documentación del buque 107
de todos ellos en su máxima abstracción en cuanto es posible al enten-
dimiento humano. Dicha parte es la ontologta (ciencia ñlosófica del ente,
1. Aproximación 107
esto es: del ser).*"
2. Derecho connparado 108
A. Inglaterra 108 L o primero que el intelecto aprehende en las cosas --ejcpHca el filó-
B. Italia 109 sofo Salomón Rahaim— es "«/ ser de las cosas". A partir de ello» trata
C. Argentina 110 el hombre de averiguar ese, su ser de cosas. Y ello en dos distintos
3. Derecho nacional I '2
A. Ordenanzas de Bilbao 112
sentidos: se puede averiguar su ser, es decir su existir, y luego, pene-
B. Códigos de Comercio (1854, 1884 y 1889) . . . . 112 trando más en su entraña y prescindiendo aun de su mismo existir, in-
C. Ley de Navegación y Comercio Marítimos de 1963 . 113 ternarse en su ser es decir, eo lo que la cosa es, y más todavía en "«/
D. U y de Navegación de 1994 1 !4 ser cosa", no ésta o la otra, no el existir de tal modo, sino en el mismo
Vil. Baja y cancelación de matricula U8
"ser cosa*', ser **8lgo*'.'«
1. Aproximación 118
2. Sistema italiano U8
1*9 Advertencia: como se expone a lo largo ds este capitulo, asi conno en diversos apartados de
3. Sistema argentino H9
otros similares de esta obra, el bwjue no puede ni debe ser considerado como un sm'eto de derechos
4. Sistema mexicano 120 y obligAsiones según msntenia la antigua Oeoria de la personificación ya separada. Cs por ello que
VIII. Desguace y pérdida del buque 124 ei lector deberá ubicar miestro análisis sobre el ser y la pérdida dd ser <ie las emban:acta>es en el
1. Aproximación • • '24 sentido de determinar la necesidad práctica de establecer desde cuándo le icrá ^ilcabie a las em-
2. Desguace 124 barcaciones la legislacióh maritima.
Ul Rahaim, Salomón, ap. cit, p. 137.
A. Derecho italiano 124
m ¡bidem. El último de tos sentidos expuestos es ei mayor grado de abstracción posible. El
B. Derecho argentino 126 primero se da en las ciencias ñsicas (prescinde de tal o tal individuo); el segundo se da en las
C. Derecho mexicano . 127
3. Pérdida del buque 128 09
TO EL BUQUE U. ONTOLOOlA DEL BUQUE 71

Es evidente que nuestro estudio no pretende llegar al aspecto últírao no tiene los mismos caracteres de las cosas que sirvieron para su cons-
y más íntimo del "ser" del derecho de la navegación, pero si algo más trucción.
modesto; intentar alcanzar el sentido penúltimo del existir de la cosa que El buque**' tiene como los sa-es humanos un nombre"* que lo designa,
venimos analizando: el buque. pertenece a una clase social,'^^ ya que se distingue de otros similares
Por tal motivo, destinamos este apartado a comentar cuándo es que pero dedicados a otra actividad: recreo, comercio, defensa, etcétera. Tiene
un buque llega a existir físicamente, cuándo su existencia física adquiere también un domicilio: el puerto de matriculación donde se conservan ios
relevancia para el mundo del derecho, y cómo este último regula su certificados que le conclemen. Tiene una nacionalidad; cs mexicano o ex-
existencia fisico-jurldica. Finalmente, vislumbraremos algunos aspectos tranjero."" Como dice Georges Ripert, se le puede poner en pleho o él
y consecuencias de la pérdida del ser físico y, por ende, jurídico de mismo puede litigar, pues en las causas marítimas el capitán'" lo per-
nuestro objeto de investigación. sonifica."^
No es casual que algunas de las voces más autorizadas de la doctrina Finalmente, ai llegar a viejo o inútil para cumplir su destino nave-
europea del derecho marítimo hayan formulado una metáfora a partir de gatnio, muere para el mundo del derecho, es asi, desmanitelado... y, —quién
las similitudes del buque, en relación a ta persona.'*^ Tal vez, es ésta sabe— tal vez para "rerixer'* con algunas de sus cosas simples, en otro
una de las peculiaridades más interesantes de la teoría genera! sobre el buque que esté siendo construido.
buque: su posibilidad de ser comparado con las capacidades ya de goce
ya de ejercicio que una persona tiene, lo cual excita la imaginación I I . BOTADURA DEL BUQUE
del jurista en la construcción del edificio metafórico.
Asi, cuando los materiales, bienes muebles simples por naturale- Si el ser físico del buque, esto es, el constituir por si mismo una cosa
za,'^ están reunidos y el buque ha tomado, luego de un proceso de compuesta conformada por la unión física y coherente de cosas simples,
construcción apropiada, forma, nace un bien mueble compuesto,'** que es determinante de consecuencias de derecho, será necesario entonces
primero hacer alguna alusión a ese "período de gestación física" del
buque, situación que tenrina con su "nacimiento","^ que en t^minos na-
ciencias matemáticas (prescin<le de todos menos de la cantidad); d tercero en las ciencias metafísicas
(ya sea general o especiales, como la cosmoiogla y la psicología, y va a la esencia misma de "cosa"
o de ciertos reinos de cosas).
\w En esc sentido por ejemplo: Ripert, Georges, op. eít, pp. 35 y ss.; Rodlcre, Rene, «ip. di.,
p. 30; Rlgiictti, Giorgio. op. clt., pp. 97S y ss. (En sdelantc, al citar al maestro italiano Glorio
Rlghettl, atenderemos únicameflle al número de página global de su obra; esto es no a la parte y su maquinaria, o d que aifira reparociofles mayores de su casco, no lo hicen d^ar de ser fcoque,
tomo eipadfloo). piecisaiT^nte pt» su carácter esencial de cosa compuesta.
114 RIghetti concibe con nttar^idad esta construcción nictafórtca. "Si é visto sopra com h IÍ7 Resulta Iweresante tambtóu. como en ia lengua inglesa, d iHique es caracterizado de modo
ttuso ftHomeno per cui la ttavt é stata oggetio di tma costante, ormti tradltionate, elaborcaione fenwnino. En efecto, et concepto "/te vessei", cuenta con atributo femenino; esto incliíso se con-
di dait aagstUtvi per l'Individuaxione da parle deU'vamo, portando a¡tn^ a tentalm di penom- firtna con ia denominaición de ahip'a htahand, al referirse A srtnador-gercnte.
Ibaatíone jurídica, rf/iulait íul piano delkt eosinaione dofírinalt, ha determínalo un 'usuale tras- t»s CJr. eon art 67, Ley de Nnvcgaotón.
poshltme metafórica dtU'IndMdualitá deila nave mi piano hglco". Bs —continua el maestro— m En ese sentido cspedfico la doottina francesa, por ejemplo Rodiere; "...// est d'une cerkúne
alguTHis veces, por nwra comodidad de exprwión sobre el terreno sistemático (Rl^tti, Olorgio, dasae soclale. car on distingue les navlrea de phisance de ceux qvi sont consacrés au commerce
op. cií,, p. 975). OU d la difenae du pccys..." (Rodiere, Rene, op. ck., p. 31)-
)S3 Recordemos nuestros conceptos l^lnos: Cosa simple es la cosa unitario, la que perciben ios iw CJr. con art. 9o.. Ley de Navegación.
sentidos como singularidad, IndqpendientBmente <te los eicmentoa que la integran {corpora, qme m Qí-, con art 24, Ley de Navegación.
uno spiritii coniinenmr) D. 41, 3.30. 1?: Ripert, Geor^, cp. cit., p 36. Evidenlanente, la tesis de la personificación del buque como
iM Aunque ya en su debido momento hemos ahondado en los dos distintos sentidos que deter- tal, ha sido ampllanwnle superada por criterioü más objetivos, que sin embargo conservn el respeto
minan la naturaleza del buqne: uno como unlveraaiidAÜ d« hccito (sentido «conómico) y el otro a la importwcia de ios partícularisiTios y rasgos de ta tradicional abstr«cción.
como bieti compuesto (estructura física), recordeitKis aquí que cosa compitesta e$ la formada por i« Con elocuencia y precisjín formula Righetti la meiátiwa del nacimiento dd hombre y la
la unión física y coherente de cosas simples, sean o no de la mísnu naturaleza {corpora ex con- botadura del buque: "Come se tú concepimento. gravtdanea e parlo, che caraiterizamo ¡a rmcita
gentíbus o ex cohaerenlibus). Asi, la cosa compuesta no pierde su uidivichialidad aunque se renueven umana, corrispondessero dawer<i l'Imposíazione, ¡a costnciom sulla saih e ti varo deik nave"
todas sus partes constitutivas (D. 5, 1.76), por ello el que ai buque le sean removida y reinslalada (Righetti, Giorgio. op cii., p. 977).
72 EL BUQUE LA OMTOLOQÍA DEL BUQUE 73

vales es conocido como la botadura;'^ con lo que puede, al mmos físi- ha sido, en la historia de ia construcción naval, no sólo su productividad
camente actualizar su destino fundamental: navegar. y efloimcia, sino también el haber adoptado, a través de su director, Nils
L a historia de la ingeniería naval es apasionante: es la historia de la SvensGon, le técnica de la línea de móntele automovilística a la cons-
lucha del intelecto humano y ia nobleza de los materiales de la naturaleza trucción naval.'"
por lograr hacer de los océanos puentes y no abismos entre los pueblos. En ese astillero, antes de que cualquier máquina se pusiera en movi-
£1 objeto de nuestro apartado no es profundizar en ios descubrimientos, miento, se calculaba la fbnción de los componentes, desde la primera
en los principios físicos, en la utilización de distintos materiales y téc- plancha hasta la última lata de pintura. Los planos, de un nuevo diseño,
nicas de construcción naval; en fin, en las perspectivas que le deparan necesitaban cerca de 70,000 horas-hombre. De tal pita de planos a cual
ai mundo de la navegación marítima. No, nuestro propósito es mucho más de detallados, partían las instrucciones que movían las pesadas plan-
más modesto: comentaremos ese periodo de gestación que termfaiará con chas de acero a través de las alineadoras automáticas y de las máquinas
el parto del buque desde ios diques de un astillero: la botadura.*'' de limpiar y pintar por aspersión. En seguida, el metal pasaba al taller de
A través de los siglos, no sólo las embarcaciones, sino también los planchas en que cada pieza era marcada con simboios en clave que in-
métodos de construirlas han cambiado, así pues no es e x ^ o encontrar dicaban cómo había de ser cortada, doblada o soldada; con ello, los
en la historia poblaciones dedicadas de lleno a la construcción naval. En componentes (digamos nosotros cosas simples a integrar la compuesta),
la antigüedad, los vikingos desarrollaron con talento esta ingeniería, a estaban listos para ordenarse y ser ensamblados en ei buque."*
partir de ellos, en general y tal vez hasta los años setenta de nuestro En la búsqueda de rapidez y simplicidad, los arquitectos de Arendai
siglo los países nórdicos, en particular Suecia, lograron un avance im- producían barcos con el mayor número posible de su|>erficie$ planes, lo
pórtame en ta materia. En nuestros días, las ^ n d e s emporios de asti- cual permitía que se les procesase rápidamente en la línea de montaje.
lleros han mudado de nacionalidad: algunos de los más relevantes y tec- Sin embargo, era inevitable toparse con la necesidad de contar con plan-
nifícados se encuentran ontíe los j ^ n e s e s y los sudcoreanos.'^ chas curvas, sobre todo para proa y popa; de modo que cada hoja de
Uno de los ejemplos occidentales que bien podríamos utilizar para acero, debía ser conformada por separado, dándose así, los ángulos y
escenificar el proceso de construcción del buque, es el de Arendal, as- formas suficientes.'"
tillero ceicano al puerto de Goteborg, Suecia. Lo original de este astillero
Y a en el periodo de armado de la embarcación, dentro de los enormes
talleros de ensamblado, y con la utilización de de grúas de cerca de 30
144 CKofgio Righetti muestra también su iweocupaclóii de caracterizar algwos aspectos ñsicos metros de altura, se formaban secciones que en conjunto daban por re-
del periodo previo al "ser" del buque como ente individual, considera iguaimente a la boUidurs de
la nave como el nacimiemo ds un tuieva cosa flsico<Jurtdlc8. Veamos: "JHcMimando quanto glá sultado, el casco del buque. Construida la popa primero, ta nave, que
topn aipoaio 0 rimandandeper qmní 'aitro eonceme pfii orgtuiicametH* la coilnaiorm dt nave ,.„ descansaba sobre unos rieles horizontales, era empujada hacía afuera del
Mará t^kkntt qid puntuafímire come la nave pud... dtvenirt tal* coi varo, eioi al momento in
cvl esia, o per ^tto di un partfcolare procedimemo tradtxiomle (sarpassato ormal daU 'evobitíona taller, mediantes cinco pistones hidráulicos a medida que se le añadían
del prooeai tecnici) ^fiittíoníé e Jrenante l'^tto delia farsa di pavita del suo corpa su di tm nuevas secciones. Así, mientras que adentro las cuadrillas de técnicos
plano indinato, a per «ffetto del plu moderno (globale, o per sezíonl staecate soggttte a rícompo-
Misione e saldatura} processo di altagmento del bocino di eoafnaione, entra in contatto con l'ee-
instalaban nuevas secciones al casco, sus similares de fuera instalaban
lemaitío acqueo, Ineominda a gaUeggiare..." (Righetti, Oiorgio, op. cit. pp. 976 y ss.). con grúas móviles, de 60 metros de altura, los motores y la superestruc-
m El texto que nos ha sido de mayor udlldad para comprender no sólo dgunos principios tura del buque.^'*'^
físicos de hidráulica y diseflo Kn-ai, sino para tener una idea un poco menos vaga de la gestación
(ditefio y constntcción de un buque), es: Lewis & O'Brien, Barcos, México, Colección Clentiflca
de Thne-Llie, Tune Incorporaied U.S. A., 1981. De igualformanos han sido de utilidad un par de tS7 Nils Svcnason, fue d director gerente de Ootavertcen, empresa constructora sueca propietaria
textos más: Sauerbier, Charlea, AforiM Cargo Operaílons, New Yori(, John Wiley át Sons, I9$6. de Arendai.
Aslrobmo: Longiiey, Hwiry; Common Carriage qf Cargo, New Yorit, Maíihew Bender, 1977. Ad- 19» Lcwls & O'Brien, ap. cit, p. 20. Resulta impnsionwie la cantidad de pianos —«Jrcdedor
verfenclo! en todo caso, para d análisis de los aspectos juffdioos del contrato de construcción de de 60ft— que d equ^ de proyectistas de un astüicro como Arendai. requerían para dar paso
embarcadones rvmitimoe al capitulo rdatheo e» esta nñsma obra, propiamente a la etiq» de construcción dd butpie.
19& Lewis & O'Brien, op. cit., p. 16, m Idem, pp. 23-26.
200 tdem, pp, 25>29.
W ONTOLOGÍA DEL BUQUE 75
74 EL BUQUE

un crédito, tales bienes, en su carácter simple, o bien, los derechos ad-


Pues bien, luego de que la embarcación ha sido debidamente cons-
quiridos de construcción del navio, sean garantía del pago de obligacio-
truida estntcturalmente y equipada con la maquinaria e instrumentos que nes hacia la parte acreedora, pudtendo, como cualquier otro bien que se
le permitirán realizar su destino navegatorio, se encuentra ya práctica- encuentre en el comercio, ser rematado para el cobio efectivo de las
mente lista para su contacto con el medio acuático. E l trabajo, ia pru- obligaciones asumidas y no cumplidas del deudor.'"^
dencia y la técnica son tal vez algunos de los elementos que permiten Bien; hecha la salvedad de los párrafos anteriores debemos tanmbién
que un proyecto de esas dimensiones, llegue a buen fm.™' Ahora bien, de reconocer que el momento del "nacimiento" del que hemos liaWado,
el hecho de que la botadura sea tanto un suceso físico como iusadmi- es decir de la botadura de! buque, no ha sido suficieiriemente sistemati-
nistrativo que delimita la iniciación del buque en la navegación, o cuando zado por nuestra legislación y reglamentación.^"' Sin embargo, resulta
menos la condiciona, en cuanto a su aptitud hacia ella, no significa que interesante y digna de ejemplo la regulación que el Código de la Nave-
el buque no sea ya tal. gación-italiano establece para "i7 varo della nave'''; la botadura del buque.
Por otro lado, como al nasciturus'^ del derecho romano —por su- Veamos algimos aspectos de tal regulación:
puesto, con la insalvable excepción de que por más que la especulación
Por los enormes riesgos que implica la navegación, el régimen admi-
académica personifique al buque, este jamás adquiere los caracteres de
nistrativo italiano ha previsto que los constructores deben estar habilita-
un sor humano del derecho civil—^ los sistemas del derecho de la na-
dos mediante un título profesional, ya sea de ingenieros navales, cons-
vegación y del derecho común en general, atribuyen ya un detenminado
carácter al buque que, en sentido estricto no es todavía buque. tructores navales etcétera de igual modo, para Uevar un control sobre
Así, por ejemplo, uno de los modos de adquirir la propiedad del buque, estos, se prevé la obligatoriedad de que estos sujetos se encuentren ins-
es —como luego veremos— el de la celebración de un contrato de cons- critos en el registro del personal técnico de las construcciones navales.^
trucción, en ios términos de nuestra Ley de Navegación (artículo 69,
fracción I ) . Asimismo, es factible, según nuestra legislación, constituir Ver por ejemplo algunas disposlcioMs apllci^les en caso de que el acreedor contara «on tm
documento qtK tripera apanes^ada ejecución: Código de Comercio, arts. 1391 a 1396. 1408 y ss.
hipoteca de una embaración en proceso de construcción (artículo 90).2o» Lógicamente, será necesario diltiddar la naturaleza de relación jurkUca subsistente respecto a la
Tampoco sería impedimento el que los bienes y derechos respecto de ia construcción de embarcaciwua, > sobre codo dirimir cuál de los sujetos es propieutfio de tales
bienes. Así, ver nuestro capitulo sobre el tema en esta misma obn,
construcción pueáui ser embargados, a pesar de no existir todavía el
M5 Han existido y existen —si— normas que de alguno modo vinculan el profesionalismo de
bien compuesto futuro: el buque. los constructores de embarcadotic!. por ejemplo, dentro de las atríbucioncr. de la SCT, se encuentra
De esta forma, el derecho común, el derecho administrativo y el de la de mspeccíonar y certificar que las embarcaciones y los artefsictos navales cumplan con las
la navegación han conferido un régimen particular a las embarcaciones normas oficiales mexicanas que expida el respectivo órgano nacJonnl, o bien, las que dispongan tos
tratados internacionales en mattña de seguridad de la tuivegación y prevención de contaminación.
en proceso de construcción. E l fundamento, además del interés de la De Igual modo, cuenta con atribuciones para organiiar, promover y regulnr la fomiaeión y capaci-
sociedad en la salvaguarda de la navegación —como ya antes hemos Utclón del personal de ia marina mercante mexicana (art. 7*, tirs. V y X). Además, eii su respectivo
comentado—, tal vez se encuentre en la seguridad jurídica de los acree- ámbito de competencia, ceda capitmia de puerto cuenta con atribuciones ptira, entre otras, garantizar
la seguridad de ta navegación de bs buques que son despachados de su puerto (an. S"). Asimismo,
dores del propietario de la embarcación: al existir ya los bienes simples prcv< nuestra Ley de Navegacióu vigente, la inscripción en ei Registro Público Marítimo Nacional
que integrarán al compuesto (buque), nada obsta para que, en virtud de de los navieros y t^tes navien» mexicanos, asi corno los operadores, para cuya Inscripción basta
acompañar copia —en ei caso de persons físicas— de su acra de níesmiento (art. 14, R-. VI).
Recordemos cambien que nucsva legislación define al «mador (quien en estricto sentido es o puede
301 Asi se rcñere Righetti al hablar de la ^ititod para la navegación y del estado de navsgabilidad ser el constructor del buque) como kt persona física o moral que tiene por objete operar y explotar
qne es necesario que todo buque alcance: eoncorso di tune quelle condizioni imposte dalia una o más embarcaciones tk su propiedad o b^o so posesión, aun cuando ello no constibuya su
Mcnlea, dalla legge o, comunque, dalla prudenxa ed esperíeaut, perché la sua primó imigptíoite actividad imnoipal {art I6>. Como podemos observar de estas y otras disposiciones más o menos
spec\fica abbia a svolgersi in condizioni di ticumsa" (Ri^tti, Ciorgio. cy). cit., p. 977.). especíñcas, además de la posibilidad de que lu SCTT, expida normas respecto a la construcción de
102 Ei que ha de nácar —nos dice el ronumista Juan Iglesias, op, cit., pp. 120 y ss.— no es embarcaciones; no existe —en priucspio— una regulación concienzuda dcS proceso de construcción
eon«lder«do hombM. Sin «mbwgo, no siendo «I eoiM^bido símelo de derecho, la ky tiene en ouetita del buque, y su posterior botadura.
SU f\itura humanidad, dispensando imticipada protección, en su propio y exclusivo beneficio, a de-
recho que les corrcsponttoán, una vez que acaezca el nacimiento (Ver D. 2S,4.|,1 y D. 34,^.7). 206 Ver arts. 232 y 275 del Códice delia Navigazlone. CJr. con la Ley de Navegación, arts. 59
ioi Ver nuesm» apartados ióbn estostemasen esta misma obra. y ss, Además ver nuestro apartado sobre construcciim de mharcaciones. Como sabemos, la
ptictica del conuol sobre la construcción es operada a travos de las sociedades clasificadoras
LA ONTOLOCdA DEL BUQUE 77
EL BUQUE

III. ELEMENTOS DE INDIVIDUALIZACION DEL BUQUE


Por último, los artículos 243 y 244 del código italiano muestran la
específica regulación de la botadura, atendiendo siempre a ia segundad
de ia futura navegación, y al interés que la sociedad guarda en ésta. Así, 1. Aproximación
et constructor del buque no puede botarlo sin el previo consentimiento
de un comité, quien —entendemos— diligentemente debe analizar a En ios apartados que anteceden hemos dicho que el derecho romano
priori la aptitud del buque para la navegación.^ y luego su tmdícitk) jurídica, en la que nos incluimos, clasificaron a las
naves como cosas compuestas: aquellas que son formadas por la unión
E l día y la hora de la botadura reservadas después de llegar a tai
consenso, deben ser previamente comunicados a la oficina donde la nave física y coherente de cosas simples, sean o no de la misma naturaleza.*'^
en construcción se encuentra inscrita. En caso de retardo injustificado Esta categoría responde a una reflexión sobre la estrtsctura física y fun-
del consenso que autorize la botadura, tal oficina puede, previa soli- cional de im conjunto d« bienes que dan lugar a uno distinto.
citud del interesado, autorizar tal botadura.^ Veamos pues cómo, efec- Así, el buque es ya una cosa compuesta en el pleno sentido de ia
tivamente, son estos actos materialmente administrativos, que deben ten- expresión, aun sin haber sido inscrito en registro algvtno. £1 ser un bien
der —sí—^, a la seguridad de la navegación, pero deben, sobre todo, compuesto deriva de su naturaleza, no de que un determinado orden
facilitar y fomentar la marina mercante, de modo que ei silencio o la positivo le atríbu)/» una cualidad jurídica. De tal forma, en principio, un
falta de justificación de la autoridad no debe impedir que un buque en buque estarla individualizado desde el punto de vista ñsíco-funcíona!
condiciones sea botado.^" desde que es un ser distinto a sus partes con un dt^tino propio y en
Finalmente, en un sentido lógico, el código est^lece que a la autoridad aptitudes para actualizar tal destino. Por ello, pese a que se encutentra
que haya tenido a su cargo la botadura se le encargará también la ins- fuera del mundo del derecho, ai ser física y funcionahnente individuali-
cripción de la embarcación en el registro previsto por el propio códígo.^'^ zado es ya —valga el pleonasmo— un individuo. En este apartado no
Así pues, con la botadura y la respectiva individualización, vía ins- profundizaremos más en su existencia individual, ya que antes lo h«mos
cripción en los r^istros respectivos, en nuestro caso en el Registro Pú- hecho.
blico Marítimo Nacional, comienza propiamente la vida físico-juridica Para efectos de estos párrafos daremos ya por consumada su situación
del buque.*" existencial; el que el buque ya sea un ser con una raturaleza y un fin
propio, es un supuesto neoesatio para que el mundo dei derecho tras-
cienda de su individualización físico-funcional a su individualización ju-
tpnibiid» por I t SCT de cooftsmtidad con «I ait. 61 y demái ^icsMes de nuestro otdeaemiento
nuultlmo vigento. rídica.
307 Art 243 "Jl cosíruttor* n<m puó varan ia mnw a«ma il eonsmso del cotnmlttente o tklla La individualización jurídica, a diferencia de la fistco-ftincionaJ, re-
maggfarama dei comminentl..."
aoi En su texto origina), el mismo articulo saflala: "íl sterno e l'ora del varo,flstatiin eeguüo qmeace que la entidad fiísica "buque" reúna requisitos que varían de le-
a tale consenso, dewno esstre prevtmtvamenie commicau oOifffieio ovw la nave in costnuAone i gislación en legislación, fundamentándose siempre en el interés social
¡serftta...Jn caso di rítardo Inglustfffeato ntUa pnstozione del consenso, l'ffffhio pr&ktto puó, su existente respecto al conocimiento que el Estado debe de tener sobre
richksta Ml'Intereasolo, autorkxare il varo".
209 Qk, con }o8 requisitos que nuestra Ley Federal de Frooedintiento Administrativo previ para cuáles son las entidades flotantes y navegatorias, que no sólo afectan su
todo acto admlnlsuativo: art 3*. En nuestros capitulo» sohre modos de adqulslcito de la propiedad comercio y economía, sino que, en razón de los riesgos y accidentes de
de las embarcaciones, se anidizan los formularios en donde se establecen las condiciones pom la
e m r ^ que no neoesariamenle coinciden precisomeide con el acto administrativo de la botadura
del buque.
3)0 En efeao, el dispositivo seftalado remite a los arta. 146 y ss. del Código, en ei que se n ^ a «rquco de en*aiaick>ne« mcrcam» (1988); el Reglamento del Registro Público MarUimo Nacional
la Inscripcióit de lo» buques y denute artefaotn navales: "le navi maggiori sonó iscriUe nelle (19S0); d Reglamento para el Padrón de Abanderamiento Mexicano (1986); el ReglanuiKÉo para
matrleok umte dogll v¡gici di compankmTao marlttimo e da^i eiirl ^ffki designan dal ministro ti Sismma de Organltaeión y Control del Tráfico Marítimo (1987). Ver maestra Historia..., op ctí.,
per la marina mercanttie..." pp. 151 y ss.
2<t Qlr, con ei an, 14, fr. I de la Ixy de Navegación. Además, para la expedición del acto 313 D.4J,3.30.
administrativo de la botadura son aplicables en lo condúceme, las normas del Reglamento para el
LA ONTOLOGÍA DEL BUQUE 79
7t EL BUQUE

— el registro**^ o matrícula y
mar» pueden ocasionar severos daños no sólo al personal embarcado,
— el tonelaje.*"
sino al equilibrio ecológico de las especies naturales de sus aguas juris-
diccionales.'"^ B. A l hablar sobre el sistema francés, Georges Ripert señala*'* que
cada buque debe de ser matriculado administrativamente porque cada
2. Elementos de individualización en el derecho comparado uno de ellos tiene, en cierto, modo una personalidad jurídica; así, los
elementos de individualización le pennhírán ser reconocido durante su
Como hemos dicho, los elementos de la individualización jurídica dei vida jurídica. Para ese autor, son tres los elementos: nombre, tonelaje o
buque, no son exactamente los mismos en todas las legislaciones. Cada arque del buque y puerto de origen o de matriculación. Sin embargo,
una, atendiendo a cuáles son aquellos datos que le permitan un control Rene Rodiere agrega*** a ellos el de la nacionalidad.
administrativo más eficaz sobre él, requerirán elementos más o menos C. En el derecho marithno español, apunta Agustín Vigier, se consi-
particulares. Veamos de modo breve algunos ejemplos dentro de la »c- <kx&n como elementos de individualización: el nombre, la nacionalidad,
periencia del derecho comparado: el domicilio (puerto de matrícula),**' Sin embargo —agregemos noso-
A. E l derecho marítimo británico, a través de sus precedentes judi- tros—, al igual que en otros sistemas, al particularizar la individualiza-
ciales, e incluso de algunas disposicones estatutarias, ha definido los ción del biique respecto a figuras contractuales concretas, los requisitos
elementos de individualización ya aplicados a las diversas especies de con- para tal individualización aumentan.^^^
tratos de utilización de las embarcaciones.*'^ Sin embargo, algunos de D. En el sistema italiano del derecho de !a navegación, ha sido evi-
los elementos que son actualizados respecto a una determinada figura dente la inquietud, incluso desde antes del código de 1942, por determi-
contractual, son sin duda, elementos genéricos para toda individualiza- nar los elementos individualizadores del buque.**^ Esa inquietud, fue ver-
ción, no importa el contrato marítimo de que se trate. Entre los indis-
pensables se encuentran:
necesario en la utilización contractual del buque. Ver por ejemplo, el caso isaacs ver McAllum dei
— el nombre,*»* arto de 1921, en que se puso en evidencia ta exiglWlidad (Choricy & Giles, versión Inglesa, op.
— ta nacionalidad,*'* cH., p 184),
117 El registro de buques es llevado en el Reino Unido por el ftegfafrar BritisM Ships. Así.
existen oñciales registradiotes, que efectúan tal labor, a travos de una dcijendencia de gobierno: la
313 Resulta interesante y de acUuiiidad, cotno algunos conceptos básicos como el de sobe- Commisiioner of Customs and Excime. El registro de erobM-cacioncs inglesas se establece en el
ranía, han Ido de algún modo motando at su aspecto extemo, sobre todo en cuamo « la protección conocido Merchant Shlpplng Aa de 1894 s. (4) 3. Cuando hablemos particulamwnte dei abande*
del aniibiente, y ei intento por un desarrollo sustentabie. De modo poes que no es sutlcientis ya et que raniicnto y matriatlación voiveronos sobre algunos particulares delregistrobritánico.
un Estado vele por el equilibrio ecológico sobre su jurisdicción territorial, sino que, toda voz 11» De igual modo la fi^rchei SMpping Act de 1894, y su correlativa Merchat Shlpplng Act de
que el ambiente no reconoce üronteras, es necesaria la planeación intemecioiuil, poniendo en t ^ 1965 (sección I"), establecieron que el tonelaj*! del buque cs otro elemento necesario de individua-
de iulolo tas nocioties trodioloriales sobr« "soberanía". Cfr. con Braftes, Rnól, op cH., pp. 15-59, lización. De igual Iwma, la Inumutional Convention o/Tonnage Measuremeni o/Shlps de 1969,
Para la delimitación positiva de las agm jurisdiccionales mexicanas ver ta Ley Federal del Mar que se encuentra en vigor a partir del tS de julio de 1982, estableció In obligatoriedad del tonelaje
[DOF 8 de enero), arU. 3 y ss, como elemento Individualizador (Choricy & Giles, versión inglesa, vp. cH., pp, 32 y 33).
Uf En electo, las Menhant Stüpping Act de 18«M y de 1965. así como la Merchai Shiffing til Ripen, GoHges, op. cit., p, 40, La atención que pone el maestro Ripert es del lodo lógica:
Regulatíons de 1982, refieren algunos de individualización concretos, dejando ouos de fonna obierte. Es necesario que a primera vista todos tos interesados puedan saber qu¿ barco es.
Ver; "Towwgt. measwrements, and aü other partiaiian mcessary Jor kkntification. as ctrtifitd 220 Rodiere, Reñí. «p. cll., p, 36. En efecto, así los serióla el autor gaSo: ''Quatre éiémertis sont
by a DoT or Licyd 's Regisier €fShipp{t^ sweyor. mtaf be regiitíered. and any substantiai allerations nicessalres pour identi/kr un navfre: le nom, k port d'aitache, ia natlomlité et ie torntagé!".
musí ttiíewise be reoonhd' (Chorfey & Giles; op. c/r., versión Inglesa, p. 32). 22) Vigier. Agustín, op. cü., p 354.
El Departamento de Transporte exige la denotninación de las cnibarcaoloncs. En efecto, por m Por ejemplo, en el caso ¿ulfletamcnto,d Código deftimercio,en su art. 652 establece los
decreto del aflo 1983, todas lasftmcionesrelativase la navegación sufrierw» una rxMcaeiicm, encon- requisitos que toda póliza de fletamenlo debe contener. Entre ellos, existen elementos de individua-
trándose ahora en la Secreuarla de Estado para el Transpon» (Chodey & Giles, venlón Inslesa, ap. lización de las embarcaciones-, clase, iwmbre y porte del buque, pabellón y puerto de matricula,
cu., p. 31). 2» En eíscto, ya et maestro Scialoja, indicaba que el estado civil del buque es el conjunto de
tía Con independencia de que el elemento ¡luJividualízador de ta nacionalidad sea tntaúo por las condiciones lequoridas para la nacionalidad y, mediante el estado civil, el buque qucds cvac-
diversos conveatos inlcnwcionales, lo» propios üibuaales brtónlow lo han coosiderodo como un dírto terizado y difietente de los demás (Scialoja, Antonio, op. cit., p. I0&).
Uí CWTOLOGlA DEL BUQUE 81
EL BUQUE

C . Denfro de la Ley de Vías Generales de Comunicación que como


tída en el Código de la navegación y al respecto, Anfibio Lefevbre señala ya hemos señalado es un ordenamiento de naturaleza administrativa y
que el artículo 137 de ese ordenamiento considera como elementos de no iusraaritimísta, se establecían algunos requisitos para la expedición
individualización de las naves: el registro (síazza), el nombre o número de las supremas patentes de navegación y los respectivos certificados de
y el puerto de matrícula; a ellos, el autor italiano agrega también et de Matrícula. Se hacía alusión igualmente, respecto a las características esen-
la nacionalidad.**'* ciales de las embarcaciones, entre las cuales, sólo se señalaba expresa-
E . Por último, los buques argentinos, dice ia ley de navegación de ese mente a la del tonelaje.***
país en su artículo.43, se individualizan en et orden interno y a todos
D. Finalmente, pese a que en contenido general de h Ley Navegación
los efectos legales, por su nombre, número, puerto de matricula y tonelaje
y Comercio Marítimos, no se establecía un catálogo específico sobre los
de arqueo.***
elementos de individualización, de la agrupación de las normas aisladas
se podían desprender los elementos tradicionales, además de las llamadas
3. Fuentes histáricas en el derecho mexicano patentes de navegación. Incluso la regulación en la propia ley de! Re-
gistro Público M^timo Nacional, señalaba la obligeitoriedad pam ins-
A. A l igual que algunas de las legislaciones mencionadas, et primer
cribir la adquisición, enajenación... de los buques con sus características
ordenamiento aplicado en la Colonia y luego en nuestro país como Estado
y especificaciones.**'
independiente, las Ordenanzas de Bilbao no establecen directamente los
elementos de individualización de los navios. Sin embargo, este requisito
se hace indispensable al utilizar contractualmente la mibarcación. E>e 4. Los elementos individualizadores en el dereclw de la navegacián
ese modo, en la escritura o contrata, por la que se instrumentaba el fie- viente: Ley de Noventón de ¡994
tamento se debían hacer constar diversos elementos individualizadores,
entre ellos: el nombre, el porte y el armamento.*** E l proyecto de Ley de Navegación, sometido a discusión en la Cámara
B . En ese mismo senrido, nuestros códigos mercantiles, establecieron de Diputados a partn* deldia 15 de diciembre de 1993,*'° no sufrió mo-
los elementos de individualización no de ima forma genérica respecto al dificación alguna —como prácticamente el resto de la Ley— de modo
buque, sino en relación a su utilización contractual. Así, por ejemplo, que en el texto vigente contamos con un señalamiento expreso de los
nuestro primer Código de Comercio, el de 1SS4, señalaba con mayor elementos que individualizan a las embarcaciones en general,*^» incluido
proñmdidad que su ordenamiento antecesor como elementos individua- ei buque, como embarcación mayor (artículo 67, pán-afo 3°):
lizadores: clase, nombre, porte, pabellón, puerto de matricula; estos ele-
memos habrían de repetirse de igual manera en ios dos códigos poste-
• " U » elementos de individualización de una embarcación son:
riores.**'
Nombre, matrícula, puerto de matrícula, nacionalidad, señal dis-
tintiva y unidades de arqueo bruto".
324 Lefevbre y et al., cU., pp. 295 y ss. El útlbno pánrsfb dd art 137 del Codke della
Navipuhne, «fecUvamento disiwne: "... Agil effeul deiriscrkione e a luiti gU aliri di kgge
k Hovi e i gaUeggiorttl tono individiatti dalla jtaaa, dal nomt o dal numero, e dal luogo ave ha
sede l'iifficlo d'Iscriztone".
i u A su ves, d ait. SO de la misma ley argentina «slabicce la indivldualIzacióR de los artefactos
navales: "Los arte&ctos navales se individualizarAn por el nttaiero de su inscripción en el registro
2 » Vertfts.278-280 de dicha Ley.
oornspondientB. y demás recaudos quefl)ela reglamentación".
229 Ver n t 96. Dr. { de «ta Ley.
tu Ademfts, por sapuetu>. se estabiecfan otros dentemos de relevancia para esa ñgum contrac-
tual: el nombre del capiti», de la tripulación, el nombre del fletador, el puerto de donde debía salir 210 Remitimos ¡á l«c(or a le pule II de esta obra, en la que hacemos un análisis del CHario de
la nave, los puertos de escala, el destino, las estadías y las demoras, y elflete(Ordenanzas de Debales relativo a nuestra ley vigente.
Bilbao, op. cll., cap. XVill, p. 491). 2» En efecto, la ley no distingue: Los elementos de individualización son de aptioar a toda
i » Ver art. 56S; art. 1156 del Código de IM4 y art 727 del Código de 1889. en*arcaci6n, ya sea menor o mayor, de conformidad con ia definición Jíienenü del art I": "Toda
construcción destinada a rutvegtr, cualquiera que sea su clase y dimensión".
12 EL BUQUE LA ONTOLOGÍA DEL BUQUE S3

Sin peóuicio del análisis que practíquemos a continuacidn sobre el En principio, se admite la liberted de elección del nombre por el pro-
particular, es irrefutable el avance de nuestra ley vigente, en cuanto al pietario, sin embargo, los jefes de las oficinas del Registro Público Ma-
señalazni^ito expreso y concreto de cuáles son los elementos de indivi- rítimo Nacional, en aplicación supletoria del derecho comón,*^^ podría
dualización del buque.2^2 dejv de inscribir nombres que atetaran contra el \nttTé& social o las
Ahora, a la luz de la doctrina y legislación comparadas, estudiemos buenas costumbres.*"
nominalmente los elementos individualizadores del buque. De igual modo en uso de sus facultad calificadoras,*^' podrían di-
chos jefes de oñcina hacer las observaciones pcrtinenites en el supuesto
A, Nombre de que un buque haya sido inscrito previamente bajo el mismo nombre
y con otros elementos de individualización similares en tal forma, que
£1 uso de un nombre como signo distintivo de los buques se remonta
la individualización de ambas embarcaciones se hicierst confusa. En todo
--~dice Antonio S c i a l o j a — a costiunbres de la antigüedad y el me-
caso» atendiendo al principio de legalidad establecido en el articulo 16
dioevo. Frederic Rockwell, al estudiar el origen del derecho comercial
constitucional, la autoridad registra! marítima, estaría en la obligación
y el marítimo británicos, afirma igualmente que en los tiempos "clási-
de fundar y motivar su resolución administrativa; ei rechazo a la ins-
cos" las naves llevaban nombres, sin embargo, la tradición desapareció
cripción del nombre de un buque que tendiem a confundir, no es privativa
y no fue sino hasta el siglo X I I I en que de nuevo se encuentran."^
de nuestro derecho, y es en todo caso congruente con el interés social
Sea como sea, lo cierto es que como resultado natural del interés por
en la nav^ación.^^^
individualizar una embarcación, los distintos sistemas han |»revisto el
requisito del nombre para que el buque asuma individualidad. E l nombre
de un " q u é " —narra Osvaldo Blas—, generalmente de una persona o B . Matrícula
accidente geo^fico o histórico, o de fantasía, es la nominación por la
cual se k) conoce y designa. Con esa finalidad —sigue— todos los bu- Como antes hemos visto, existe un doble necesidad en llevar un cierto
ques tienen un ncmnbre o bien, en subsidio, un número cuando se trata control sobre la existencia y operación de buques de una marina mer-
de embarcaciones de bajo tonelaje.*^' cante: pe» un lado, el Estado, a través de sus órganos de gobierno asume
su función protectora del interés social respecto a la navagación; por
» 2 Et maestro Salgado y Salgado ha manifestado su inconformidad respecto al seDalamiento
legal sobe los elementos de individualización, pues según expone, no ton italmente los que en el otro lado, es un modo de protección patrimonial de los acreedores de
texto se mencionan, y por otra parte debieron Incluirse otros. Expone; "A mi juicio la matrícula y un crédito naval o bien, de un crédito en sentido genérico. Esas nece-
el puerto de mauicula son to mismo, ya que están ligados a la concesión de ta nacionalidad del
buque, pues la matricula no es otra cosa que el registro de los buques y el puerto de matricula es sidades hacen indispensable el contar con un registro i e embaivaciones.
el lugar donde la nsve quedó registrada para otorgarle la nacionalidad, lue^ no entendemos esa E l primer registro de buques, —explica Scialoja—- fue instituido en
repeticióntoinecesariade nuestra Ley de Navegación...
Nuestra derogada Ley de Navegación y Comercio Mardtmos de 19ó3, eon toda darldad not decía Inglaterra con la Navigatum Act del aAo 1660;*^ no es así extrafSa la
que el documemo para aprobar la nacionalidad del buque era la Suprema pakente de Navegación,
ejqiresión más lógica que la de simple matriculao registro...". Gl maestro Salgado considera además
que debió hacene mención aifrancobotdo,que según explica, es la medida de seguridad del buque
• y que no puede ser igual en todos los buques, o bien, el numera] o nómero Indtcatriz para determinar menores; dispone simjrfetnente el nomlwe pora toda embtucaoión, sea esta mayor o menor (art. 67).
los escantillones con arreglo a los reglamentos de construcción del buque, y que se obtiene i^cilmente Seguramente ct cuerpo reglamentario a expedir habrá de detallar y DKilitw este aspecto de la tey.
partiendo de las trea dbnensiones principales del buque: la eslora, la ma«\ga y el puntual, que permite M6 Ver art. 6' itel Reglamento del Registro Público Maritimo Nacioniil,
distinguir a un buque de otro; pues el nombre en nuestro país —advierte— siele repetirse con 237 CJr. con los «ts. 8' y ss. del Código Civil para el Distrito Federal.
bastante firecuencia, lo que no ha cuidado en la iñrma debida la propia at«orldad maritima naciond.
23S V«T art I (y del Reglamento Registral antes descrito.
Var Salgado, ItsU. Dictamen.,, ap clL, p. 3.
239 En ese mismo sentido, el propio Osvaldo Blas establece la innM>rtaiwÍB: "...en todos (pais«s)
m Scidoja, Antonio, op. oír., p. IM, se prohibe la repe^clón del mismo nombre en dos o más buques de aimüares características para
234 Rockwell, Frederic, op. cit, p. 13. evitar fraudes al tomar inoperanu la debida publicidad de tos actos Jurídicos sobre líos por con-
s s Blas, Osvaldo, op. cit, p. 14S. Sin embargo, técnicamente esa afirmación no puede ser hecha fundirse su individuallzulón" (Blas, Osvaldo, op. cit., p. I4S).
en nuestro idstcma, ya que la Ley de NavegtBión no pievéel nonibreo Uenel número pan embarcaciones 240 Scialoja, Amonio, op. cli, p. 114; cfr. con Rockwell, Frederic, ap. cit., pp. 309 y ss.
84 EL BUQUE
LA ONTOLOdA DEL BUQUE .85

necesidad de contar con un registro institiKsionalizado, sino más bien una


consecuencia natural de la sistematización legislativa, o bien, en el caso la dimisión de bandera*** del país de origen, de acuerdo con el regla-
inglés, un efecto de su creación Jurisdiccional. mento respectivo (art. 9**),
Pues bien, la matricula es un instrumento de naturaleza administrativa Ahora bien, decíamos antes que la matrícula es el instrumento de
que contiene toda la historia física y jurídica de los buques inscritos, y naturaleza administrativa en que la vida física y jurídica del buque es
asume una gran relevancia tanto privada como administrativa, por públicamente instrumentada. Asi, respecto de esta matrícula, se deberá
lo que constituye una de las bases de toda la organización naval.*'^ de expedir un certificado de matricula, cuyo original deberá permanecer
Como bien expone el concepto Domingo Ray, con el término de ma- siempre a bordo del buque como documento probatorio de su naciona-
trícula se hace referencia al certificado que documenta el puerto donde lidad mexicana, este certificado tiene una vigencia indefinida hasta en
se registra el buque, que es a su vez como su domicilio.^" La impoitancia tanto no sea cancelado per la autoridad marítima.**''
de la matrícula en todos los regímenes de registro público marítimo, La matriculación coma acto administrativo.**^ en nuestro pais, ha
o de registro público de comercio ordinario con una sección para lo dado lugar a la clasificación de las embarcaciones por su uso y por sus
maritimo es tal, ya que en sus registros respectivos es donde se inscriben dimensiones, tal clasificación será objeto de nuestro estudio más ade-
todos aquellos actos jurídicos constitutivos o modificativos de derechos lante.
reales sobre el buque. Asi, su relevancia y consecuencias son práctica- Uno de los nichos de la apertura comercial manifi:stada por nuestro
mente las mismas que las de cualquier registro público de bienes inmue- país, sobre todo a partir del régimen salinista, se encontró en la trims-
bles: en ellos se establecen las transferencias de propiedad, las cortstitu- portación marítima. Así, una de las disposiciones que así lo reflejan es
ciones de hipotecas, las anotaciones de embargos, etc^re. la contenida en el artículo 10 de nuestra ley vigente. JEn él, se establece
L a matrícula no necesariamente debe de coincidir con la nacionalidad, qtte las personas físicas mexicanas o morales constituidas confomne a
y lo común es que en un mismo país haya más de un puerto de matrí- las leyes mexicanas podrán abanderar, matricular y registrar como me-
cula.*^ Además, el tráfico juridico-mercantil ha ocasionado que buques xicanos, embarcaciones y artefactos navales de su propiedad o en pose-
nacionales puedan ser inscritos en matrículas de otros países, así como sión, mediante contrato defietamentoa casco desnudo, Mientras que los
que buques extranjeros sean matriculados en nuestro país.*^^ extranjeros, únicamente lo podrán hacer respecto a embarcaciones de
De acuerdo a nuestra Ley de Navegación, son embarcaciones y arte- recreo o deportivas para uso particular.
foctos navales mexicanos los abanderados y matriculados en alguna ca- Como medio para facilitar la adquisición de embarcaciones en el ex-
pitanía de puerto, a solicitud de su propietario o naviero, previa verifi- tranjero, la Ley de Navegación, ha dispuesto que la autoridad consular
cación de las condiciones de seguridad del mismo*^^ y presentación de mexicana pueda, a solicitud del propietario o naviero, abanderar provi-
sionalmente embarcaciones como mexicanas; y, mediante la expedición
3*\, Antonio, cp. cU., pp. 114 y ss.-.
M2 Roy, Domingo, op. cU., 1.1, p. 262. La ley de navegacidn argentina es más parca al sefialer de un documento llamado pasavante de navegación,*"' autorizar a «fec-
que ei número de nnatrícuta del buque o artefacto tiavat es el de inscripción en el regisu-o cones-
pondiente (art. 4$).
Z4S C/r. con sistema argentino: En ese país, a pesar de su importancia, s6lo existe un puerto de
matricula: Buenos Aires. Países que no cuentan con litoral maritírao, ot<»gan a una determinada En ese sentido, ver nuestros capítulos relativos E compraventa y construcción de embarca-
población de su tenltorio la característica de puerto de matricula. ciones.
2U Cfr. con arts. 9-13 de la Ley de Navegación, y el Regleunento del Padrón de Abanderamiento 246 La dimisión de bandera, será tratada en uno de nuestros próximos apartados dentro de este
Mexicano de 1986. mismo capitulo.
343 Asi, a pesar de que no se encuemre debidamente regulado en nuesbo ordenamiento, luego 247 C/r, con las causas de caroefaclófl del art 13 de nuestra Ley de Navegación.
de la botadura de ia embarcación, y antes de que ¿sta se encuentre legitimada para dar inicio a su w Sl8 perjuicio de que mfe «telante proíbndizemoí en ello, el régimen adn^íistrativo de n»-
actividad navegatoria, debe, de acuerdo a este dispositivo, pasar por revista de la autoridad portuaria triculactón de buques en España, es reglamentado a partir de! decreto dei 14 de díciembit de 19S6
que verifique sus condiciones de seguridad. Además, para efectos de derecho privado, el buque se por el que se aprobó el Rcglamerto del Registro MwcMrtll; asi como el real decreto del 28 de julio
deberá encomiar en condleloiws suficientes paia la enUega de acuaxlo a los contratos de la materia. de 1989 sobre abanderamiento y matriculación de buques y registro maiitimo.
249 0 ^ de las situaciones ea que un pasavante es expedido, es aquella por la cual, una auitorídad
mexicana a solicitud del propietario o naviero, abandere una embarcacifin como mexicana; por lo
EL BUQUE LA ONTOLOGlA DEL BUQUE 87

tuar esa actividad para un solo viaje con destino a puerto mexicwo ^nde Por otro lado, si bien es cierto que matrícula y puerto de matrícula
se tramitará su matricula. se encuentran compenetrados, lógicamente no son lo mismo. L a ubica-
Resulta interesante considerar tambi^ en nuestro estudio al Regla- ción jurisdiccional del segimdo determina toda una regulación concreta
mento del Padrón de Abanderamiento Mexicano, de marzo de 19^6}^ aplicable a la segunda, que sólo es el receptáculo de tal regulación. E i
por el que se establecieron las condiciones y modalidades para ia ins- nombre del puerto de matricula suele aparecer en la popa del buque,
cripción en el Padrón de Abanderamiento Mexicano de las embarcacio- debajo de su nombre,^"
nes de bandera extranjera.
En efecto, por virtud de ese Reglamento,"' se permitió que las em- D. NcKionalidad
presas pudieran inscribir en el padrón de buques de bandera extranjera
a éstos, en tanto demostraran su legítima posesión mediante cualquier £1 tema de la nacionalidad de los buques es, en derecho de la nave-
contrato financiero con opción de compra inscrito en el Registro Público gación, uno de los más delicados. Por ello, hemos dedicado todo un
Marítimo Nacional; estableciéndose como requisito, el que no exceda en c^ítulo para practicar sobre él un análisis de mayor profundidad. Por
tonelaje o en valor a los que operen con bandera mexicana."' ahora, únicamente recordemos que de acuerdo al artículo 67 de nuestra
Asimismo, continua el Reglamento, podrán inscribirse en el padrón Ley de Navegación, es el cuarto de los seis elementos que indivíduaJizan
las embarcaciones adquiridas en propiedad que no puedan abanderarse a las embarcaciones.^^^
y matricularse mexicanas por falta de tripulación disponible. Finalmente,
también pueden inscribirse las embarcaciones fletadas por las empresas
E . Señal distintivd^^
para ser operadas durante el periodo de construcción de embarcaciones
nuevas, adquiridas por las propias empresas y cuyo contrato de cons-
trucción haya sido autorizado por la SCT, e inscrito en el registro res- Este el«nento no es común a las legislaciones que hemos venido com-
pectivo. Tales embarcaciones, son abanderadas mexicanas al finalizar su parando, en las que, en todo caso, se dispone la obligatoriedad de que
construcción. el buque debe llevar en las aletas de «m^bos costados, el número de
matricula derivado de la inscripción en el registro marítimo corresipon-
C . Puerto de matricula diente."^
Sin embargo, creemos que el equivalente de nuestra ''señal distinti-
E l puerto de matrícula o de matriculación, es también conocido como va""» en otras legislaciones es lo que en ellas se conoce como "deber
puerto de origen. Como las personas físicas —dice Georges Ripert—, de exhibición", que no es más, que la voluntad estatal de que todo
también los buques tienen un domicilio legal. Asi, todos los actos que
como velamos interesan, están reunidos en ese puertc^** «4 Q^. con Ray, Domingo, op cH., t. 1, p. 3ó2.
2ss Por su identidad functoml, ú tema del pabellón, será también traudo al hablar de la nacio-
naildad de los buques.
que se expide ese instiwnento, mientras dura el trémito de su matricula (art «t i). Qfr. con los arts. 25« Fartfia, Francisco, cit., p. 64, nos dice que la contraseña es la seAal distintiva de la
53 y ss. de Í8 Ley de Navegación argentina. Cfr. también, Vigier, Agustín, qp> cit, p. 364. empresa propietaria o armadora del buque mercantem. autoriza para ustir el buque una bandera
Í50 Publicado en ei DOF el 7 de marzo de 1986. especial, que sirve de contraseña de la contpaftia armadora para ios efectoi de publi<^dad. Entre los
3SI Recordemos que « i virtud dei transitorio 4** de la Ley de Navegación, en tanto no sean documentos que en otros tJempw fberon obligatorios —sigue—, figuró ia "contrascfla". eligido
expedidos ios reglamentos de dicha ley. se continúan aplicando los vigentes, en lo que no se optmgan por las Ordenanzas de Matriculas de 1802; em un documento de seguridad para las naves españolas
a ella. que se consideró innecesario posteriormente y fue abolido en 1857.
lia UM concHción, en aigunof casos, vino a hacer nugidoría ta «ptiooñón del reglamento a casos TXi Cfr. con los ara, 45 y ss. Ley de Navegación argentina.
concretos que no se adaptaban al supuesto. 2$i Una de las normas de nuestra Ley de Navegación que de algún modo osclwsce el oonoepto
23) Ripert, Georges, o/», p. 41. El maesUo Ripert. recomienito no confundir et puerto de seflal distintiva es la ubicada en ei art. 30 respecto alrtglmende la navegación: "...Las embarca-
matricula con el pueno de aimamemo, por ser este dltitno, sede de la explotación comercial del ciones que nav^en en zonas marinas mexicanas deberán estar obandenuüas en un solo paii, enar<
bwpie. bolar su bandera ytenermanado su nombre y puerto de matricula".
It EL BUQUE
lA ONTOLOOlA DEL BUQUE S9

buque ostente en lugar visible, la bandera nacionaJ, nombre, puerto y


Sin embargo, antes de entrar a aspectos administrativos, definamos las
número de matrícula.^"
cuestiones técnicas que nos lleven a ima mejor compirensión del tema.
Veamos pues, las distintas especificaciones sobre el concepto gené-
F. Unidades de arqueo bruto (registro de tonekye)'^
rico:^"
Este dato de individualización del buque es de suma importancia, ya
que a partir de él se determina la capacidad que el mismo tiene para trans- • Tonelete de arqueo: Domingo Ray, al estudíai- a la doctrina es-
portar personas, animales o mercaderías. E n efecto, el tonelaje, en tér- pecializada en el tema ha distinguido dos distintas clases de to-
minos simples, no es más que la capacidad interna del buque.-í*' En términos nelaje de arqueo: eí total o bruto y el neto o de registro?^
más especializáulos, se llega a un cc^icepto como el siguiente:
d) Tonelaje de arqueo total a bruto: es el volumen o capacidad total
• **Arqueo significa la capacidad interna de ciertos y determinados de los espacios cerrados contenidos en el buque. Así, debemos incluir
bajo este concepto el compartimiento donde se encuentran las máquinas
espacios cerrados de un buque, medido en forma convencional y
y calderas, los espacios |>ara el descanso de la tripulación, las bodegas, y
expresado en unidades volumétricas también convencionales".^'
demás espacios cerrados,
Para determinar el tonelaje se usa la tonelada de arqueo Moorson, que b) Tonelete de arqueo neto: es la capacidad real utilizable del buque.
tiene una equivalencia de 2,832 metros cúbicos (100 pies cúbicos ingle- Resulta de restar del arqueo total, el volumen de los «spacios dedicados
ses).2" Con el mismo término se designa la operación necesaria para de- a los motores, a las calderas, combustible, tripulación, etcétera. Esto es,
terminar ese mismo volumen; método Moorson. de todos los espacios que no están ftracionalmente nílacionados can la
Por afectar directamente ta navegación, el servicio de arqueo es de utilización para la carga o los pasajeros, según sea la actividad navega-
interés para ta sociedad, por lo que el derecho administrativo es el marco toria del buque. ^ '
normativo idóneo para determinar cuál es la autoridad competente, o En cuanto al procedimiento para determinar el arqueo total, se siguen
bien, el particular concesionario para efecmar este servicio público.'** —tal y como seflala Domingo R a y — l a s reglas adoptadas a raíz del
Congreso de Constantinopla de 1873; sin embargo no ocunx lo mismo
2 » Cfr. con art. 46 del or<)enamiento argentino; así mismo qfr. con irt. I3S dei Códice della en lo que al arqueo neto se refiere: cada país se rest;rva el derecho de
Navigazlone italiano. aplicar el criterio que juzgue más conveniente.
2«c El tema del tonelaje o arqueo del buque, es sin duda uno de los técnicamente más compli-
cados, y que a la postre pueden ocasionar ya sea la sana operación del buque, o bien, consecuencias Ahora bien, no sólo el fector volumen es detenninante para el embar-
fiinestai pata la navegación, al derivar en tremendos accidentes marítimos, Su estudio en nuestro que, también la relación peso-velocidad es decisiva tanto para fines pa-
apartado, será por supuesto ei mínimo para comprender algunos de sus aspecto» de mayor relevancia
y trascendencia juridioa. De modo general, nos valdremos de alguaos textos de naturaleza más
ingenieril que jurtdica. asi como de los comentarios y análisis que «fcstacados maritimistas han
hecho respecto al tópico en comento.
161 Ripert, Oeorges, op, cit, p. 40; ver tamben Brown. R.H., Diccionario de Términos Maritimo^ cí/., p, 37), En Italia, segón Antonio Lefevbre.... lo reali7ja d Registro Na^•al, de acuer<fc) at art. 138
en Seguros, Madrid, Editorial Mapfte, , 1980, traducido por Raúl Oonzáiez Hevia. del Código de U Navegación: "/? Registro itabano navak prowede alia stanatura della ravi
Mí Esté concepto lo anota Domingo Ray, respecto al punto 33 del Capitulo de Generalidades marittíme e delie navi dalla navigazione interna..." (Lcftvbre, y et al, op, cit, p. 296,) En Ar-
de El Régimen d« la Navegación Maritima. Fluvial y Lacustre (Reglnave), que reemplazó al Disgeslo gentina, de acuerdo al art. 47 de la Uy de N a v ^ l ó n , d arqueo de los buqua se efectúa por ta
Marftimo y Fluvial {Ray, Domingo, op, cil, 11. p. 264) autoridad maritima de acuerdo con las normas reglamentarlas.
3« En ese sentido lo describen: Ripert, Oeoiges, op. cit, p. 40 y Ray, Domingio, clL, 1 1 , m Pam detallar kw conceptos nos valdremos de distintos textos, emre ellos: Longley, Hency,
p. 264. Righetti, Oiwglo, op cit,, p. 985. qp. cit.; Sauerbier, ChaHes, op cít. Lewis, Edward y et al.., ap. eit.\, R,H., M. cit.
264 Claro es que ei régimen positivo de cada peis deflne la autoridad responsable de practicar 266 Ver Ray. Domingo, op. cit, t I , pp. 264 y ss.
el servicio de arqueo sobre el buque, Veamos algunos ejemplos: en Francia, dice Rene Rodliie, k) 2Í7 Asi, el tonel^e neto es la capacidad utílízable del buque; asi pw ejemplo, en on buque
reatbu, de aouerdo al Código Aduanero (srl 222) el Servicio de Aduanas, que depende del Ministerio destínado cxcluslvamcate al bwisporte de mercaderías, el tonelaje neto expresa el volumen de sus
de Finanzas: "Le Jaugeafp des navirts eslfall j w le service des Douanes.." (Rodiere, Rene, qp. bodegas, ya que es éste el espaciofimclonaldestinado a tal cffcoto,'
«« Ray, Domigno, op. cit, 11, p. 265.
EL BUQUE
LA OWOLOaÍA DEL BUQUE 91

cíficos como militares; en este sentido, los datos técnicos a tomar en transportable está fijado por la linea conocida ccwno "franco bordo",
cuenta, son los siguientes: consistente en uno o más trazados horizontales y un disco (ojo de Plim-
a) Tonelcye de desplazamiento'?^ es el peso del volumen de agua que soll), marcados al centro del buque, bajo la línea de cubierta.^^^
el buque desaloja o desplaza. Se expresa en toneladas métricas de 1,000 Así, toda embarcación de tonelaje consideradjle (150 toneladas de ar-
kilos (sistema métrico decimal).^^® queo total) debe contener certificados de seguridad que demuestren no
b) Porte?^^ al igual que los tonelajes de arqueo, respecto al porte*^' sólo el buen e^do de la embarcación sino también documentos que
tenemos una clasificación; en base a eso, atendamos: acrediten que el buque no se encuentra sobrecargado (que no vaya más
c) Porte brtOo o total: la diferencia entre el peso del buque o despla- allá de la linea mencionada).^^^
zamiento, estando hundido hasta ia línea del máximo calado y el des- L a línea de franco bordo t i ^ e por objeto —señala Diez Mieres—,
plazamiento cuando está totalmente vacío (sin caiiga, ni agua, ni víveres, evitar la sobrecarga de las naves y k» riesgos consiguientes para la vida
ni combustible), se denomina porte bruto o total y se expresa en toneladas de los tripulantes y pasajeros. La línea que queda entre la línea de carga
de 1,000 kilos. máxima y la línea de cubierta se llama reserva flotante (free board) o
d) Porte neto: si al porte bruto o total se le resta el peso del combus- altura mínima de obra viva,^''
tible, del agua para las calderas, de los víveres, de los materiales de Las cuestiones sobre tonelaje son pues complejas,, y más complejas
repuesto, etcétera; el saldo expresa el porte neto de dicho buque. todavía si los países adoptan sistemas diversos entre ellos. E l derecho
Con todo lo expuesto, podemos decir que los factores determinantes de la navegación ha captado entonces la necesidad de homologar, en la
para embarcar mercancías en un buque son: medida dñ lo posible la& discordancias que afecten el sano desenvolví'
miento del tráfico marítimo-mercantil. Para ello se celebró una conven-
• En cuanto a su volumen, por el arqueo neto; ción internacional conocida como International Convention on Tonnage
• En cuanto a su peso, por el porte neto. Measurement of Ships.^''^ Su efiscto en la práctica ha sido generar un
sistema más balanceado y uniforme de medidas de tonelaje. En nueshx)
Finalmente, recaUjuemos —siguiendo al maestro argentino Alb^to país, el instrumento que detalla esa convención es el Reglamcmo para
Diez— la ünportancia de la línea de franco bordo. E l límite de la carga el Arqueo de Embarcaciones Mercantes de 1988, que también establece
las regias a las que se sujetan las embarcaciones menores.
M» Giorgio Righetti, dcsCTibc igualmente el concepto, y seflala —con acierto— que el concepto Pues bien, volviendo a nuestros elementos de individualización del
Interesa mis a (mques de paslO^ros o de guerra Veamos; "// dlstoeaminto á il peso dtlla nave,
vmro il peso del! 'acqua da essa spostata, e puó eakalarsl nelle consuele tmiiá de misura ponderali,
buque, decíamos que el último de ellos es el de unidades de arqueo
a nave vacante ... oppure a nave a pleno corleo, oíMia/omlla. otíre che di acqua e combusflbile. bruto."' Por esa unidad debaos entender de acuerdo a lo anaJizado, las
di tUUa II carleo in tiomini, cose, prowiste senza oltrepassare it bordo libero. Jl disloocanento toneladas de arqueo Moor.son (2,832 metros cúbicos) que cuantifiquen
imeressaprlnciptdmeiae ie navi de guerra t le navi passeggerí" (Righetti, Oiorglo, op. cil., p. 986).
270 Como C4») precisiófl e^wma Domingo Ray, un btujue desplaza mis o menos agna, según su el volumen total de los espacios cerrados contenidos en el buque.
calado o peso que contenga, pero, cuando se menciona tí desplazamiento de un hiñ;ue. sin otra
Indicación, debe entenderse «i^e M mtoimo que le corresponde cuando está totalmente cargado
(Ray, Dotúlngo, op. cit., t L P' 266).
m Diez, Alberto, «p. al., l 1, p. 98.
271 Ibidem.
272 Et loneisye de poite, que es la medida ponderal de ta carga que el buque puede llevar, se 274 C/r. con «1 art, 41 de nuestra Ley de Navegación.
divide en neto y deadweigftt. Veamos: Porte neto: indica el peso transportable de carga, pasajeros, 2TÍ DIea;, Alberto, op. cit., 1.1, p. 98,
eqiüpiOt. vitualla y aguada; es dedr, solamente de aquello que produce flete o pt&aje, Deadmlgki: 276 La International Coitvenllon on Tonnage Meimrmení of Ships de 1969, comenzó su vi-
el porte bruto, pesado o también conocido como peso muerto "d»adwaighl", comprende, además gencia el 18 *> Julio de 1982. L* convención aplica, segCm expresan los twstnjauradores de CTborley
de lo uiteñor, el peso de lastre móvil (combustible y lubñcant£s). Asi pues, cuando se indica el & Giles, qp. cír,, p. 33, a todos los buques nuevos luego del Inicio de la vlgeiKia. Veaníos: "The
nómeio de toncadas sin hacer ninguna especHicack^, se debe suponer que se hace reüsrencia al 1969 Conveníkm e^tes to all mw ships (or whose keeis were lald) on or afttt 16 July 1982. Il
paite pesado, muerto o deadsveight (Diez, Albeito. Derecho de la navegpdón, Editori^ Macchi aiso appiits to existing ships whick wukrgo substrniUal alteratlom, or whose owners want tAem t
Hnos., Buenos Aires, 19S4. L 1, p. 97). be remeatured. There is a transHional 12-year periodfor odter ships".
zn Ver art. 67, Ley de Navegación.
EL BUQUE U ONTOLOGÍA DEL BUQUE 93

De igual modo, nuestra legisialción vigente recuerda la importancia cación que le da una sociedad de clasificación, cuando aquél se ajusta
del arqueo bruto en cuanto a la determinación de si una embaroaci<:^ a las condiciones fíjadas en los reglamentos de ésta.^^^
debe ser catalogOKla como mayor (buque) o bien, como menor''* Sin embargo, bien puede existir jurídicamente sin que haya sido to-
davía clasificado; elio no ie quitaría el valor obj^ivo di! su clase, ya que
• Buque o embarcación mayar, toda embarcación de quinientas uni- ésta atiende a elementos y fines que no dependen de un ente clasifu^ador
dades de arqueo bruto o mayor, que reúna las condiciones nece- sino de la adecuación entre sus características físicas y la normativa de
sarias para navegar.*'* la autoridad administrativa. Pese a tal razonamiento, ia importancia prác-
tica de la clasificación por una sociedad reconocida y autorizada es fun-
De tal forma, pues, será necesario cuantiíícar la capacidad total de los damental, tanto para efectos públicos como privaos.
espacios cerrados contenidos en el buque para poder asi dilucidar sobtt Con toda razón dice Domingo Ray que la clasificación de buques
si realmente se trata de una embarcación mayor o menor. depende dei criterio con que se la encare, y como esos criterios son muy
variados; tonelaje, bandera, destino, etcétera, son muy numerosas las cla-
IV, CtASinCAaÓN D E BUQUES. SOCIEDADES DE CLASIFICACIÓN^» sificaciones que pueden formularse.''^ En todo caso clasiñcar no es tarea
ociosa del mundo de la especulación académica; no, su importancia se
encuentra en que dependerá de qué buque se trate, piu^ saber si se le
1. Clasificación de buques aplica un detominado cuerpo normativo u otro. Así, un buque de guerra
tendrá un tratamiento distinto a un buque de Estado, y éste que un buque
Sí clasificar es ordenar por clases, y clase es el conjunto de cosas de
mercante. De tal modo, pues, clasificar es aplicar al caso concreto la
una misma especie, al hablar en este apartado de embarcación^ como una
normativa existente.
idea general tendremos que obtener aquella diferencia específica que hace
En síntesis, los criterios de clasificación que brotan de la doctritia,
a un buque adecuarse a una o a otra clasificación.'" Esto es, si el dato
principalmente argentina, son entre otros, los siguientes:'"
común que hace a todos los buques formar parte de la e^jecie "buque"
A. Según la navegación:
es fundamentalmente el de su destino navegatorio, tendremos ahora que
averigtiar cómo ese destino que se encuentra en potencia, es actualizado
• Comercial y no comercial,
por una actividad navegatoria definida, concreta.
• Fluvial y marítima,
Con una noción restrictiva pero de sumo interés, el maestro González
• De cabotaje y de ultramar,
Letnwro, expresa que la clase o cota de un buque consiste en ta clasifi-
• De línea regular y sin ruta fija {Liners y tramps).
m Ver art. 9o.
an En tanto, esa es la nociOn derivada de las dlnmtsiones de law emb«rcación. digamoB que B . S ^ ú n el medio de propulsión:'''
en cunto a las embucaclones menores, se catalogan como tales, las de menos de quinientas unidades
de arqueo bruto, o bien, de motos de IS metros de eslora (largo de la embarcación), cuando no 282 González, Rodolfo, op. ciL, p. SI.
sea apiicaUe la medida de arqueo (art. 9o,. fr, !i b). M! Ray, Domingo, op. cU., t. I, pp. 293 y ss. El esUullo del maestro Ray en la obra citada,
210 Conviem estiéleccr q je en la Confbrencía del centenario del ComM Maritlm Imemattonal •obre ía Clasiflcadón de buques, y los boques de Estado, es sWi duda uno de los mejores estudios
Ounio de 1997) se piesenió un trabqjo del grupo internacional respectivo en el que se prefNua un que se enoientian dentro de los sistennas que hemos venido comparando. Remitimos a ¿1. psra
Instrumen&D sobre los principios de conducta aplicables para Ifts sociedades de clasitkación. De t^ mayor pro&ntHdad en et tema.
modo, es esperabie que on tiempo razonaUe se pueda llegar a una conferencia diplomática en donde «4 Seguimos el esquema de Ray, Dondngo, op. di, pp. 293 y ». Ver también tos distintos criterios
se «imebe un instrunwnto que regule la responsaMIidad de estas entidades, ver también el iOntr anotados por el maestro mexicano Euscbio Salgado, £1 nuevo concepto..., op. cit., pp. 37 y ss.
anual 1996 del C^i, pp. 328 y ss. La complejidad del tema sobre i» responsabilidad de ios sociedades :ss Es importante seftalar, como al abordar ei tema de el concepto de Ixtque lo hicimos, que el
de dasifleasión excede —«¿gfm ya antes hemos seflalado— el objeto de esta monojpafia, por lo medio de propulsión, tomado en cuenta por algunos autores (sobre todo italianos), como elemento
que remitimos al Infonne del grupo de expertos de ese influyeme organismo intcnwciomri privado. Indtspoisabie para conñderar a uns simple construcción flotame como buque, ha sido revesado por
2SI Cfr. Rahaim, Salomón, op. cil, pp. IS y ss. las teglslacitmes contemporáneas, que lo consideran como al, aun siendo impulsado por eleirKntos
externos a i\, tales contó el viento.
94 EL BUQUE LA ONTOLOGlA DEL BUQUE 9»

• Veleros, • Públicos,
• Vaporeros, • Privados.
• Atómicos, etc.
Sin duda todas las clasificaciones implican cierta importancia, sin em-
C. Según la nacionalidad:'*^ bargo, con independencia de la relativa a la nacionalidad, que será luego
objeto de nuestro estudio, bien vale la pena comentar brevemente las
• Nacionales, que versan sobre el tipo de navegación. Veamos:
• Extranjeros. A. Navegación comercial y navegación no comerciaí: distinguir el
tipo de nav^actón determina la normativa a aplicar. E l derecho de la
D. Según ei prívilegio:"'
navegación tiende naturalmente por la actualización de dicha actividad,
a través del frans^rte de pasajeros, animales o mercancías, a la mer-
• Con privilegio de paquete,
cantilidad de su función,''^ En cambio, las embarcaciones que no tienen
• Sin privilegio de paquete.
por objeto un fin comeicial se dedican a la navegación científica o de
E . Según las dimensiones o tonelaje:^'* recreo personal (no lucrativo).
B. Fluvial y marítima; de cabotaje y de ultramar, ya antes hemos
• Mayores o buques, señalado, que la navegación a ia cual se refiere nuestra ley vigente, no
• Menores. distingue et medio acuático en la que se realice, mientras obviamente
sea sobre ese medio: el acuático.'^' De igual modo, al especificar el
F. Según el titular del dominio o el destino:'*» régnnen de la navegacién, nuestro ordenamiento distingue tres: la inte-
rior, la de cabotaje y la de altura.'"
316 Como yi (o hemos spuntado, el ciq>(Utto de refbrenda se enouemn orientado a la discusión
sobre ta nadonalidsd y sus consecuencias jurídicas derivadas. A ¿l remllimos, En efiecto, la primera es aquella ejercitada dentro los límites de los
7»i Et privilegio de paquete —indica Dwningo Ray—, tiene relevancia en función del dlstlmo puertos o en aguas interiores mexicanas, como lagos, lagunas, presas,
tratamiento que leoibian los buques, según tuvieran o no conferido ei privilegio de paquete postal, ríos y demás cuerpos de agua tierra adentro. L a segunda es la efectuada
el cual era concedido dlscrecionaltnente por la autoridad marítima. Los requisitos que debta asumfa-
un buque para obtener et privilegio de paquete postal eran —sigue el maestro— de tres clases: por mar entre puertos o puntos situados en zonas marinas mexicanas y
fclttivos a la seguridad de los pau^jcrosi a las medidas saniuuios y al tiempo iMbcimo empleado en litorales mexicanos. Por último, ia de altura, es aquella llevada a cabo
cada vii^e (Ray, Domingo, op. cit, 1.1. p. 297).
3SS En nuestro apailado anterior hemos ya traudo «1 tema. Asimismo, con art 9o.. fir. 11, por mar, entre puertos c puntos localizados en territorio mexicano o en
de nuestra Ley de Navegación. las zonas marinas mexicanas y puertos o puntos situados en el extranjero,
289 Los primeros se encuentran regidos por el derecho público, mientras que los segundos, en
rezón de la lelaelón de coordinación cntie particulares, o del Estado actuando en calidad de parti-
así como entre puertos o pumos extranjeros.
cutar. son regidos por el derecho privado. El tema rq^tsenta todo un estudio especifico, que no C. Liners o trcmps-P^"^ esta úhima, se basa en el sisfsma de utilización
puede ser objeto de este apartado, de modo que remitimos al estudio ya referido del maestro Do-
mingo Ray. Digamos solameme siguendo a Francisco Fariña (<y>. cit., pp. S3 y ss.) que ta distinción del buque destinado a la navegación com^cial. Los buques clasificados
entto buques públicos y privados no responde a que la titularidad del dominio recaiga en el Esudo
o eo particulares, sino a la aftotación. Asi, cuando un Estado es propietario de un buque y lo explota
comercialmenle, en pie de igualdad con los annadores privados, realiza actos de idílica naturaleza 290 En efecto, ya Cervantes Ahumada ahondaba en la naturaleza de Iti empresa maritimau decía
a los que cumpien estos últimos y, por consiguiente, ese buque no es póblico, y debe quedar el maestro: "El derecho mercantil moderno gira en tomo al concepto de empresa. No puede con-
aslmilailo, en cuanto a sus obligaciones y tesptmiabilidades. a tos buques privados, de no ser así cebirse actualmente el ejercicio del comercio sin la organización de IB empresa que presupotie. Así
se «rtableceria tm régimen de prívílegios. En ese orden de ideas, buques póblioos son aquellos qiie lo ha entendido la Ley de Navegación y Comercio Maritimo, la que coitca a la empresa naval en
están afectados al serviclio del poder público, como los de guerr.a, policías o sanitarios, los c u ^ el centro de ia actividad oomeRíat marfiima" (Cervantes, Raúl, <H>- cll, p. 821). Ya ames hemos
deben gozar de un régimen especial que tenga en cosideración la tarea que cumplen, la cual es uno comentado el (»into.
de los cauces por tos que el Estado ^erce su soberanía. C/r. con la Convención Internacional de » \r aiL 2o. de ia Ley de Navegación.
Bruselas de 10 de octubre de 1926, sobre unificsción de ciertas reglas oonoernientes a la inmunidad 3K Ibkkm, art, 32.
de buques de Estado. »3 C^. Ray, Dommgo, cp. di, t. 1, p. 296-
ELBUC?ÜE
LA ONTOLOGÍA DEL BUQUE 97

como liners, están afectados a una IfiKa; esto es, que cumplen itinerarios
preestablecidos en un tiempo más o menos definido. Los buques de trá- que clasifique ias cualidades de cada buque; con lo que tos actores de
fico eventual, conocidos como tramps, cuentan con un sistema de ex- ia navegación estarán en aptitudes de conocer el estado físico de un
plotación abierta, según tos intereses del naviero y las necesidades del buque en cuestión.
tráfico internacional de mercaderías principalmente, ^ t a clasificación, por tener como causa valores de orden público, es
Los buqu«s tramps —apunta Francisco Fariña—''^ son disefladt» ge- atribución originaria del órgano competente del Estjtdo (SCT), por lo
neralmente para grandes cargamentos homogéneos, que transportan a que puede ser efectuada directamente por éste; sin embargo, normalmente
costes relativamente económicos por su volumen, con lo que el régimen es llevada a cabo por por organizaciones privadas autorizadas denomi-
de precios o fletes es distintos entre liners y tramps?^ nadas sociedades de slasificación;''^ éstas dan un juicio sobre el valor
Por último, la navegación pesquera por su objeto específico,'» merece del buque y expresan este juicio asignando al navio cierta cota. Cuando
en parte un tratamiento especial, que efectivamente es dado a través de la sociedad no da a un buque la prímera cuota, ese navio —como dice
su propio ordenamiento legal. Sin embargo, en todo lo que no derive Ripert—, se vuelve sospechoso, y los que intenten negociar la compra,
estrictamente de su objeto le es aplicable, en cuanto se refío'e a la na- el fietamento o el seguro, bien podrían abstenerse de ello."'
vegación, nuestra ley de Ja materia.2*^ En efecto, figuras jurídicas como Así pues, esta institución originalmente de derecho marítimo —que
las de averías, abordaje, salvamento, etcétera no son en sí mismos materia ha trascendido y hoy se encuentra también prevista para el derecho ae-
pesquera sino de derecho de la navegación. r o n á u t i c o — t i e ñ t por objetó certificar el valor técnico (clase) d« los
buques para dar mayor seguridad jurídica y celeridad a las negociaciones
relativas al tráfico marítimo. En efecto, es el único mecanismo que ha
2. Sociedades de clasificación facilitado el que dentro de la lejanía en que se encuentren sujetos y
objetos, se cuenten con datos precisos y seguros sobre las condiciones
A, Nociones generales de los segimdos.^''^
Si la navegación es una actividad por naturaleza internacional en la
3H La atribución originaria del Estado en materia de verificación d« buques, y et lespectivo
que todos los sujetos actores se encuentran directa o indirectamente vin- reconocimiento de ta impoitancia prát^ica de las sociedades de clasificación se pone de manifiesto
culados, resulta necesario establecer un mecanismo por el cual aquellos en nuestra Uy de Nav^actón, art. 6t: "La expedición de certificados de seguridad y las verifica-
ciones conespondientes de en^arcacioncg o aneftkcuis navales y su equipo de seguridad, wí como
sujetos que tienen interés en ella, conozcan cuáles son las embarcaciones ta autorizada de proyectos de consuucción, reparación o modifícación, se podhln realizar direc-
que ia realizan; es esa la función que realizan las sociedades de clasifi- tamente por la Secretaria o por pereonas físicas o morales mexicanas, o sociedades clasiflcadonis
de embarcaciones debidamente aprobadas, en los términos que determicB la Secreüirfa. Para em-
cación. barcaciones menores el r^lamentorespectivoestablecerá un régimen simplificado". Entre otros
En efecto, no sólo problemas solM-e el régimen de la propiedad de las ordenamientos qye serán aplicables en el ejcrpicio de la dosificación, además de los trataulos en
materia de seguridad marítima incorporados por rcfisrencia a nuestra Ley de Navegación, setA apli-
embarcaciones, sino sobre todo riesgos marítimos que pueden devenir cable tanto la Ley Federal sobre kktrología y Normatísxión, así como las Normas Oflcicdms Aíf-
verdaderas tragedias pued^ evitarse, en la medida que exista un registro xlcanas en las materias náuticas que aüectcn la verificación edifica, debiendo ¿stss de acuerdo
8 dicha ley ser publicadas previamente en el DOF para poder m eticadas. En ese sentido, ver el
art. 60 de la hé^ de Navegación que luego comentaremos.
J M FarHto, Fnmclsco, O A cit., p, 18. 2M Ripert, Georges, «p. cil, p. 45. Ver asi el le«o de los formularic» que cstudíanws en la
295 En eliscto, el «istema conferenciado de Heles es propio de ias lineas regulares. Este sistema com[H°avonta de embarcacbties.
es uno de los pilares de iapotltiea maritima. Por su compKiidad y extensión, su tratamiento excede ya¡ Entre nosotioSi la figura de k » terceros clasificadores ha permcaíto en materia aeronáutica
los objetivos de monografía. a través del art 85 de la Ley de Avlsición Civil {DOFmíya 12 de 1995^: "Las certifKacitsnes de
2W En efecto, el art. lo. de ia Ley de Pesca es claro en cuanto a su objeto, que de fonna las unidades de verificación establecidas por terc«r(xs tendrán vtdidez cuando dichas unidades hayan
derivada dciinútari a su tipo de navegación. Veamos: "...Tiene por objeto garantizar la conservación, sido previamente autoiieadas por la Secretarla en tainos de lo dispuesto por la Ley FederdI sobre
Is presentación, y ^ aprovechamiento ncional tk tos recuisos posqueros y establecer las bases para Metrología y Normalización".
su adecuado tionvento y acbninlsuaclón". 201 Scialoja, Antonio, cit., p. 116. La formalidad de la Inscripción en ¡os registros de cla-
297 Qr, con ait 2o. de Ley de Pesca. sificación, que en un principio no era obligatoria, sino que tenía observancia general en raosón de
su utilidad, luegoftiedeclarada oWigatoie en algunos países, incluidos en su momento: Italia.
LA ONTOLOGÍA DEL BUQUE 99
EL BUQUE

La efectividad de las sociedades clasiftcatorías deviene de que la su-


E l maestro napolitano Antonio Scialoja, al narrar e! nacimiento de las
pervisión sobre las embarcaciones no sólo se da durante la construcción,
sociedades clasífícadcM^s, apunta que el registro más antiguo fue fundado
sino prácticamente durante toda la vida de éste. Así, las revisiones son
en Inglaterra en 1764, ai formalizarse la iniciativa del propietario de un
periódicas y sistemáticas: normalmente cada afio se inspeccionan a flote,
café londinense (en r o w r Street): el ya legendario señor Edward Lioyd,
personaje que para suministrar noticias acerca de buques a mudios ase- el casco, las máquinas, instalaciones automáticas y frigoríficas; cada cua-
guradores que soHan frecuentar su café, había iniciado en 1726, la pu- tro años se controla en seco, su estado y funcionamiento general para
blicacián de un boletín periódico llamado Uoyds Ust?^ proceder a la reformulación de la cota, así como a expedir un certificado
Posteriormente, a ese primer registro i n g l ^ le siguió en el año de de navegabilídad; eventuafanente pueden haber inspecicícmes luego de si-
1799 un registro que no sólo satisfacía intereses de aseguradores, sino niestros que afecten alguno de estos elementos.^
también de armadores. Finalmente, de la unión de ambos surgió, en et Como puede observarse, las sociedades de clasificación han asumido
año de 1834, ei actual Uoyds Regisíer o/Shipping. como órgano infor- una especie de servicio público, que en principio, por afectar los intereses
mativo de las distintas clases de interesados en buques. Ese es, ^itonces, de la sociedad, tendría que ser asumido por organismos gubernamentales;
et antecedente vivo de los registros modernos."' sin embargo, dado el contenido de especíalización requerido, y la buena
Esta organizaci<^ —apunta Francisco Fariña— se fue p^feccionando experiencia —en términos generales— que existe respecto a las socie-
y desarrollando, interesándose en ella muchos armadores y aseguradores, dades clasificadores como organismos privados, en realidad ellos son ios
de modo que ya para el año de 1871 se reccmoció a la corporación que han venido a dar confiabilidad ai tráfico navegatorio mundiaL^**"
carácter legal por el Lloyd*s Act, reformado más tarde, en 1911.'**
E l profesionalismo y honestidad que con los años han desarrollado B . Rjesponsabüidad
tas sociedades clasificadoras de buques, les han valido una atribución
casi oficial en diversos Estados; incluso —seííala Georges Ripert—, Por la extraordinaria repercusión que la clasificación de buques tiene
cuando un buque tiene la primera cota de una de las sociedades reco- en nuestra materia —sédala Domingo Ray—, cs que se ha presentado
nocidas por el Estado, se lo exime de las visitas oficiides de seguridad.^' el problema de determinar cuál es ta responsabilidati que cabe atribuir
Como hemos visto, a la expresión de la clasificación del buque se a estas sociedades por los certificados e informes que de ellas emanan.^^
llega pcH* la cota^ que no es más que un nivel jerárquico que responde
En efecto, el problema a dilucidar versa sobre la validez que importan
a datos técnicos, como la misma construcción y las características es-
las cláusulas pcn- las que las sociedades en comento se eximen de toda
tructurales y itmcionales más importantes respecto a la embarcación que
responsabilidad por los errores que sus funcionarios o empleados pudie-
setrate.««
ran haber cometido en los mformes y certificados referidos. L a cuestión

M» Afem, p. 117, 307 íbidm. En ta ímpiesdón de sos listados o nitros, las sociedades dssiíicadoras indican el
m Ibkkm. nombre, construcción, edad, bandera, aptitud para ia navegación y demás cspecificaoionca sobre
304 Firtta, Frandsco, op. cit., p. 21. cada buque. Si bien nuestra Ley de Navegación no lista la perio<Ucidad de las verifi^^iones de
IOS Ripot, Oeorges, «y;. cU, p. 45. Esta préctk» no está autorizada por ei cap. VI de nuestra
embarcadones debe darse en todo caso, para proyectos de construcción, reparación o modificación
ley vigente, con lo que su ejerdck) podría ser de itíácoi legalidad.
de embarcaciones mayotes, En térmbios gener^es, la SCT cuenta con amplias lácullades (Je veri-
306 Una cruz de malta, asi como ciertos números y letras, son el conjunto que individualiza
ficación que 0 0 la limiun temporalmente o periódicamente en su actuaci^in por la clase de valores
la Jerarquía que la sociedad claslficadom atriltuye al buque, Osvaldo Blas describe con claridad la
clasificaclóR del Uoyds Regtster. Veamos: "El Uoyds Register dasinca a los buques en tres grupot. que se tutelan, Sb> embfugo, se entiende que sus atribuciones vcrltlcadoras se enmarcan en el ámbito
Et primero, o sea, «l mejor se expresa con —lOOAl—, jignlflcando la cwz de maJia que el btitpie de los InsuwnentDs internacionales en la materia, y a las prácticas inteiwcionales sc*re et tema
ha sido constniido bs|o el control de la sodedad; et —100— equivale al grado superíw de la cons- que tiendan racionalmente a fbrtalecer Is seguridad marítima mediante 1» veríHcación (ver Ley de
trucción.»; y el — 1 — expresa que el buque se haya en condiciones ^>ta3 o apropiadas para la Navegación, ais. 59-61).
navegación" <I^BS, Osvaldo, op. cit., p. 156). JOS En ese sentido, ver nuestros arts. 60 y 61 de la Ley de Navegación, ya antes enunciados.
J09 Ray, Domingo, op. cit., 1.1, pp, 323 y ss.
too EL BUQUE LA OhfrOLOOÍA DEL BUQUE 101

ha sido abordada desde distíntos ángulos y pronfundidad por un sector Ahora bien, la inspección y vigilancia de un buque <;s llevada a cabo,
importante de ia doctrina.''" en un sentido material, no por la sociedad clasificadora, sino por una
Ahora bien, su estudio puede basarse en distintos aspectos: respecto persona ñsica, que a efectos contmctuales se le llama profesionista; es
a la naturaleza y consecuencias jurídicas de la relación entre los contra- en todo caso un experto que ocasionará consecuencias jurídicas diversas
tantes y la sociedad clasificadora; o bien, respecto a la naturaleza y con- al armador, al naviero o a los aseguradores. Así, en principio y de con-
secuencias jurídicas de las relaciones entre tal sociedad y los terceros formidad con lo establecido por el artículo 2615 del Código Civil para
ajenos a la relación contractual. Analizemos brevemente la situación a el Distrito Federal, en el sentido de que el que preste servicios profesio-
la luz de la doctrina internacional y de nuestro derecho común. nales sólo es responsable hacía las personas a quienes sirve, por n-egii-
E n opinión de Georges Ripert, la naturaleza de ta relación contractual gencia, impericia o dolo, sin perjuicio de las penas que merezca en caso
es de mandato, o de locación de servicios o de empresa, at mismo tiempo, de delito, dicho i»ofesionista tendría que responder frente a los sujetos
como contraprestación —puntualiza el maestro francés—, el servicio es mencionados.
poco remunerado, pues los derechos de vista no son muy elevados; así Sin embarj^, por encontrarse vinculado ei profesionista "experto"'"
en principio, las sociedades son responsables frente al armador en caso en una relación subyacente con la sociedad clasificadora, y al ser ésta
de error de sus expertos.^ quien contrata con el armador, el naviero o el asegurador; dicha institu-
Según nuestro derecho común, el contrato de prestación de servicios ción debe responder por los perjuicios que fueran ocasionados por ias
profesionales, es aquel en virtud del cual una persona llamada profesio- faltas de sus a ^ t e s o empleados (factores), ya que debe soportar todas
nista o profesor se obliga a prestar determinados servicios que requieren las consecuencias del ejercicio de la profesión de este y de sus obliga-
una preparación técnica y a veces un titulo profesional, a otra persona ciones contractuales asumidas hacia tales sujetos del derecho de la na-
llamada cliente*que se obliga a pagarle una determinada retribución lla- vegación,"'
mada honorario.^ Así pues, cuando menos en nuestro sistema jurídico no encontramos
Por lo que ve a las opciones que señala Ripert, es claro —como aduce justificación alguna para que, por el hecho de que la contraprestación
el maestro mexicano Ramón Sánchez Medal— no puede confundirse el económica sea mínima hacia la sociedad clasificadora, ésta se encuentre
contrato de prestación de servicios proffesionates con el contrato de man- facultada para eximirse de responsabilidad. Más aún, pensamos que la
dato, ya que en aquél los actos que realiza o los servicios que presta el
profesionista no son necesariamente jurídicos; asi, ni los médicos ni aun
ios abogados son por fuerza mandatarios de sus clientes, pues no realizan 314 Es muy importante no olvidar las bases que el derecho mercantil nos ofrece para artalljsar
el problema, y es que en realidad lafigurade "d experto" al que hacemos alusión se basa en las
siempre por cuenta de éstos actos jurídicos, ni obran por cuenta de ellos, nociones que nuestro código de comercio vigente nos oftece. En eftcto, se reputan factores ios que
sino simplemente ejercen su profesión y obran en nombre propio, aunque tengan la dirección de alguna empresa o ístablecimiento fabril o comer:ial, o estén autorizados
para contratar respecto a todos los negocios concomientes a dichos establecimientos o empresas por
su trabajo aproveche a otra persona.^'-'' cuenta y en nombre de los propielarios de ios mismos,., {art 309) Entendido pues el carácter de
factor sobre d profesionista dei que hablamos, debemos también distinguir de acuerdo al propio
ordenamiento mercantil, que en tixios los contratos celebrados por los factores con tal carácter,
quedan obligados tos principales y sus bienes... {ait. 313), Ahora bien, es imiiortame apuntar también,
como lo afirma el maestro Barrera ÍSraf, que cuando elfiactoractúa como un aiter ego del cotnei«
jio Ver por ejemplo; Ripert, Oeorges, s^. cii., pp. 46 y ss; Rodiere, Rene, op cH, p. 43; Scialoja, ciante. y tiene el mando y el control de la empresa, y cuando, como lo permite el art, 318 del
Atttotno, cp. cit., pp. 121 y ss.; Blas, Osvaldo, op. ciL, pp. ISS y ss.; González Lebrero, Rodolfo, código mercantil, entre el principal y eifectorexiste una asociación, porque aqu^l jntercsat a éste
op. cil, pp. SI y ss.; lUy, Domingo, op. cil, 1.1, pp. 319 y ss. en dgunas upereciones, no se da la relación laixtral, sino de prestación servicios en un &aso, o
3n Ripert, Georges, op, eiu, p. 46, de vinculo social en otro (Barrera, Jorge, op. di, p. 214; en ese mlsnwi sentido el autor por él
iti Qfi^. con Sánchez. Ramón, CotUroto» Civik*. México. Porrúa. 1993. p. 322; asi como con citado Roberto Mantilla Molina).
1(N Bits. 2606 y ss, del Código Civil para el Dlsttito Federal.
31J Ibidem. En efecto, segiin la tesis niimcro 279 de la Tercera Sala, acogió el sentido seftalado, 315 En ese mismo sentido por ejemplo: i) Ripert, Georges, op. cll, p. 46; ii) Bonnccase, Jullen,
e)cpresando que la coexistencia de estos dos contratos con respecto a la misma persona no «itorka Tratado elemental de derecho crvil (citado por Ray, Domingo, op ch., I. l, p. 324; ili) Scialoja,
a oonñtndlrlos. Antonio, op cit., p, 122. Si bien Ripert admite que se les puede excusar <ie sus faltas ligeras, pero
no de su dolo o (fe su culpa grave
102 EL BUQUE LA ONTOLOGÍA DEL BUQUE 103

clasificación de embarcaciones, por la trascendencia en la seguridad en C. Sociedades y Asociación Internacional de Sociedades


la navegacitki que conlleva debe ser siempre de interés público, de forma
que toda estipulación o pacto en contrario atentaría contra éste. Las sociedades clasifícadoras más conocidas son las siguientes: Lloy-
Según lo expuesto y de conformidad con los artículos 6° y 8° del d's Register o/Shipping (Inglaterra); Registro Italiano Nóvale (ltalia);^20
Código Civil aplicable, teda cláusula que exima de responsabilidad a la Bureau Veritas (Francia);^^' American Btireau of Shipping (£stados Uni-
sociedad de clasificación es nula,''^ ahora bi&u será en cambio problema dos de América); Germanischer Lloyd (Alemania); Norske Veritas (No-
de prueba el acreditar la impericia, la negligencia, la culpa o el dolo del ruega); Veritas Hellene (Grecia); Japanese Corporatim (Japón).
profesionista experto, y de ahí el de la sociedad clasificadora.^" Como es natural en ei derecho de la navegación, y más aún en este
Por lo que ve al segundo problema, es decir, descubrir la naturaleza típo de instituciones, digamos que en el año de 1968 cuajó en Oslo la idea
y consecuencias jurídicas respecto a las relaciones de los terceros no de conformar la Asociación Internacional de Sociedades de Clasificación,
contratantes y la sociedad clasificadora, pensamos que, al no existir una que agrupa a algunas de las sociedades más importantes del mundo.
relación contractual entre estos sujetos, y al no garantizar la sociedad la Por último, a pesar de que en nuestro país no cuenta con una tradición
información proporcionada —en principio— podría parecer que no pro- positivÍ2:ada en materia de la clasificación de embarcecíones, ya la Ley
cedería un litigio de naturaleza civil por falta de legitimación;^'» sin em- de Navegación vigente pondera la utilidad de las sociedades de clasifi-
bargo, las implicaciones penales que por una conducta típica, antijurídica, cación en su contenido normativo. Así, el artículo 61 al ahondar en las
culpable y punible por la ley penal pudiera corresponder al experto o a disposiciones sobre inspección naval de embarcaciones y artefactos na-
ios expertos que orillaron al tercero a enfocar de un determinado modo vales, establece —según hemos venido comentando en diversas citas a
sus decisiones, si son objeto de querella crhninah'" pie anteriores— que la expedición de certificados ds seguridad y las
verificaciones correspondientes de esos objetos y su equipo de segurttjad,
así como la autorización de proyectos de constnicción, reparación o mo-
dificación, se podrán realizar directamente por la SCT o bien por per-
sonas físicas o morales mexicanas, o sociedades clasificadoras de em-
316 Recordemos tos dispositivos Iniciales de nuestro C&dlgo Civil: art 6o.. La voluntad de los barcaciones debidamente aprobadas.
particulares no puede eximir ta observancia de la ley, ni alterarla o mwfiflcarla. S6lo puexten re-
nunciarse los derechos privadlos que n o afecten directamente el inter¿s público, coando ta renuncia
no perjudique <Jereohos de tercero; art. to.. Los actos ejecutados contra ei tenor de las leyes pro- V . INSPECCIÓN NAVAL
hibitiva» o de Interés público serán nulos, excepto en los casos en que la ley ordene lo oontrario.
)i7 Al efecto debe reiterarse la preocupación del CMl en la materia, y el convenio intemacionid
en el que se viene (rabii^ando para delimitar un código de conducta de las sociedades clssiflcadoras, Si como ya hemos establecido, por un lado, la navegación importa al
asi como un esquenui nOEonabie de su thnite de d«ida por rosponsaWidad derivada de su impoitante
flmclón pública y privado. En ese sentido ver el Libro del Aflo 1996 del CMl, pp. 328 y ss. interés de ia sociedad debido a k afectación ya positiva, ya negativa que
]ia En ese semldo Rlpett, Georges, op. cli, p. 47, A pesor de que a primera vista esa pudiera
ser la lespuesto, serla necesario analizar el caso ccncreto. pues es muy probable que del cot\junto
del supuesto se destaquen elementos que acrediten ta legitimación a Juicio tanto actWa como pasi- 32C El registro italiano ha dado un paso adelante at otorgar un carácter ofldat at famoso ñl.NA.
vamente. (Regitíro Jtoliam Navaie), Instituto creado —según expresa Giorgio Righetti— en Góoova en el
3i« En efcoto. el Código Federal de Procedimientos Penales ha indicado que la persona ofen- ato de 1861 con el nombre de Registro ItaUano y modificado estructurdmenie en el aflo de 1947.
dida por un delito no es patte en el procedimiento pmal, pero puede ptopon^nar al Ministerio El sistema de clasificación de ese instituto italia» se basa en sí respecto al buque en cuestión se
Público por si o por apodendo, todos los datos que tet^ y que conduzcan a comprobar la existencia siguió ia regulación que tí mismo prevé o bien, la de algún otro organismo, veamos; "// R.I.NA
dei delito, la respostátilldad del bwutpado y ta procedencia y monto de la reparación del daflo. Ver dassifica le navi tn due calegorie, conimddistíníe da due simboii di qwxiUá, a seconda cite esse
wts. 39 y 141 de dicho código procecymental. Ahora bien, biyo nuesbo criterio no es excesivo siano State construUe secando le ngoie lecnlcfie stabikte dali Instituto otíüroórgano riconoscíuto
seflal» que al ser tmo de ks t^nes Jurídicos tutelados la seguridad muitim& (con sus distintas equtvakme (símbolo A) a can crittri diffsrtntt da quelll regolamenlari, y quaii risuitino pera sod-
eapedflcackmes), el Ministerio Publico cuenta con la atribución para perseguir la conducta oficio- di^acenll i» rtiazione alio speciak impiego cni sano adibiie (simboh AsP^ (Righetti, Giorgio, op.
samente, además por la Jowquia de di<^ bien uaelado, toda persona podda denunciar los hechos cií., p. 987).
{juntamente delictuosos. 331 Esta sodedad de dasificaoiánftieoriginalmente creada en Bélgica, posteriormente se incor-
poró al sistema francés de derecho maritimo (Ripeit, Georges, op. cit., p. 46).
104 EL BUQUE U ONTOLOGÍA DEL BUQUE IOS

esta actividad le puede acarrear, y por el otro, en consecuencia de lo nuestra ley de la materia hace remisión expresa a ellos."* Sin perjuicio
anterior, ella se ha constituido como un servicio público que cs explotada de que en su debido momento abordemos cada tema específico con ttnejor
por medio un régimen de permisos y concesiones,'^ el derecho admi- profundidad, establezcamos algunas normas que directa o indirectamente
nistrativoP^^ no tiene más alternativa que establecer un permanente sis- vinculan a la documentación con ia que todo buque debe contar.
tema de vigilancia y control que garantice la seguridad, la higiene, la B l capítulo V I del título tercero de nuestra Ley de Navegación, dedica
eficacia y la eficiencia de aquellos que prestan el servicio. el contenido de siete artículos a normar el tema de la inspección naval;
En efecto, el tema de ia vigilancia administrativa de los buques, es veamos a continuación el fondo y ia sistematización de algunas de las
fundamental para el sano desarrollo de la actividad navegatoria. Así, el grandes inquiehides por establecer un sistema efectivo de vi^lancia tanto
sistema francés, cuna de la sistematización del derecho administrativo, de embarcaciones como de artefactos navales:
ha previsto una estructura de inspección de buques a través de un sistema a) Existen tres formas de establecer la vigilancia naval: las pruebas,
de visitas. Así, Georges Ripert señala que en Francia, los buques están las inspecciones y las verificaciones. El momento para practicarlas tam-
sometidos a toda clase de v¡sitas.'24 E^tre ellas: bién es variado: pueden ser iniciales, periódicas o bien, extraordinarias.
En todo caso, esas formas o mecanismos de vigilancia son requisitos fun-
• Una visita de puesta en servicio que obligatoriamente precede a damentales para la expedición de certificados de puridad de navegación,
la emisión del permiso de navegación; E s tal la importancia de estos mecanismos que adquieren un grado de
• Visitas periódicas destinadas a asegurarse que son mantenidos en presunción iuris taníum de que el buque se encuentra listo para zarpar
buenas condiciones; en condiciones de seguridad técnicamente satisfactorias.^^ Por último, wi
• Una visita de salida que según su legislación, debería de ser oca- los términos de los tratados internacionales, la autoridad marítima mexicana,
sionada por el capitán, pero que en la actualidwl es obligatoria está facultada para llevar a cabo el reconocimiento de certificados de se-
por un inspector de navegación, guridad a las embarcaciones extranjeras, ya sea que naveguen en nuestras
aguas jurisdiccionales o al momento de pretender el arribo a puerto mexi-
Sin embargo —y de ahí uno de los caracteres de la relevancia de las cano.^^
sociedades clasificadoras antes estudiadas—y los buques que tienen la b) Por lo que ve a la consU-ucción, reparación o modificación signi-
primera cota de una sociedad de clasificación reconocida, están exone- ficativa de buques, deberán realizarse estas actividades bajo condiciones
radas de ciertas visitas reglamentarias.^^s técnicas de seguridad, en los términos de los tratados internacionales y
Ahora bien, como ya en su momento comentaremos, la mayoría de del reglamento respectivo.
las normas de seguridad, salvaguarda, higiene, etcétera, respecto a la En nuestra opinión, para lograr la actualización del espíritu de l a ley
actividad navegatoria son reguladas a través de convenios internaciona- en este sentido es necesario que se expidan normas oficiales mexicanas,
les, muchos de los cuales se encuentran en vigor en nuestro pais e incluso que vayan de acuerdo con la profesionalización de la navegación, pero
también con la capacidad económica y humana de nuestro país.
J22 RecOTdemoB que loi arts, 36 y 37 de la Ley de Navegación, asi como sus correlativos de
la Ley de Puertos, definen el marco jurídico para el otorgamiento de cotwesiones y permisos.
333 Recordemos que una ley de naturaleza administrativa, la Ley Orgátiica de ia Administración 326 Ver nuestra Historia,.., op. cit, pp. 159 y n.
Pública Federal ha señalado las atribuciones mariümas con que cuenta la Secretaría de Comunica- 327 Cfr, con ei art 58 de la Ley.

ciones y Transportes (SCT), Así, su art 36 fr, XIV, dispone el despacho por esa dependencia de 318 La razón de esta norma no es aminorar la vigilancia e ittspección sobie embarcsciones
la Administración Pública Centralizada, la regulación, promoción y organtzaclán de la marina mer- extranjeras, sino hacerla equivalente —en lo conducente— a la ejercida sobre erabarcacicxics de
cante. pabellóB mexicw». Así, nuestra Ley de Navegaron -<n su atSn Intemacionalista— ha incorporado
>»•« Ripert, Georges, op. cit, p, 54, En ese mismo sentido: Rodiere, Reno, op, cifc, p, 50, En por referencia el texto de prácticamente toda la noimiftlva Intcmacionsil aplicable en materia de
piitaibi posteriores expondremos ei sistema de otros paises- seguridad maritima {en settíido genérico). Así, será s^iciAlo —«n lo conducente— la normativa
32! En ese sentido Rene Rodlére; "Les mvires qul <mt la premüre cota ...sont disptinsis de en la materia de organismos especializados como por ejemplo la Organización Maritima interna-
certaínes visites régietneniaires..." (Rodicnr, Rcn¿, op cU„ p. 50), cional ("OMI") y la Organización Internacional del Trabajo ("OIT") respectivanttnte.
106 EL BUQUE LA c»rroix>oiA DEL BUQinB

Luego de que el proyecto pera la realización de actividades como las Ahora bien, la autmdad maritima también tiene un límite de actuación
indicadas sea probado, el buque se encuentra sujeto nuevamente a una fifente al particular. En ese sentido, el texto y espíritu de la ley suponen
serie de pruebas, inspecciones y verificaciones que acrediten su aptitud ia no interrupción de su objeto mismo: la navegaciónu Para ello, toda
para la navegación; la ínstnimenlación final de las cualidades del buque inspección del IÍIHO de navegación o d» los certificados de una embar-
se incorporan a certificados de seguridad y de arqueo.^^^ cación, por una autoridad administrativa o judicial, se harán a bordo de
c) Asimismo, la autoridad marítima tiene facultades de inspección y ésta o en las oficinas de la capitanía de puerto en que se encuentre et
verificación respecto a las condiciones de seguridad de le caipi en los buque, y siempre se devolverán a la embarcación sus documentos.^'^
buques. Para ello, puede solicitar al naviero, consignatario o al propio Finalmente, todas las vmñcaciones, inspecciones, pruebas, experimen-
capitán del buque la información sobre actividades de embarque tales tos, reparaciones de material averiado y demás mecanismos que coad-
como: aseguramiento, estiba y trimado de la carga, entre otras obliga- yuven a que la atitoridad marítima entre en conocimimto del estado in-
ciones de inspección que el gobierno mexicano asuma por ratificación tegral que guarda el buque, deben ser pagadas por los propietarios o
de convenios internacionales."*' navieros. No podría ser menor la obligación, ya que en todo i^gimen de
d) E l transporte de mercancías peligrosas ha requerido una especial servicio público, la autoridad debe velar por la salvaguarda del interés
atención por la comunidad marítíma internacional; por ello, la autoridad público, mediante mecanismos que le pormhan vertfi(»r la calidad de
marítuna cuenta con una especial discrectonalidad para vigilar e inspec- éste,^^ además la constante verificación de las condiciones de un buque,
cionar un buque que transporte mercancías de esta índole."' con independencia de su costo, garantizan a tos propios navieros la efi-
é) Por último, y como regla de aplicación general a todo caso concreto, cacia y eficiencia de su servicio.
los propietarios, navieros, capitanes y demás tripulación están obligados
a facilitar las inspecciones y verificaciones, proporcionando a la autori- V L DOCUMENTACIÓN DEL BUQUE
dad los datos e informes que le requiera, además de ordenar las manio-
bras solicitadas que no afecten la seguridad de la embarcación ni de las
instalaciones de puwto.'^ i . Aproximación

Como atinadamente señala el maestro Diez Mieres, el buque acredita


339 Qfr, con « t S9 de miesbs ley.
DO qfr. con art. 62 de dicha (ey. CJr. Igualmente con Saneibler, Chartes. op. cil, pp. 137 y ss. los atributos de su personalidad por medio de los documentos públicos,
Ei capitán Sauerbier dedicaea su IÍIRDsobre <q?eramones de owgafflarftima, una serie de apartados que varían según las legislaciones.'^^ Nosotros agregaríamos a los docu-
para dv explicaoión a la complt^idad de las aotividades de plansadón y operacáOn dei eoriiarque.
En etbcto, tan la carga es un eiemento cpai invarialrie y substanclolmente afteta a la navegación; mentos que acreditan los atributos de su personalidad otros más que si
que xeahada de un modo ineficaz puede ocasionar pavés ooiddcntes. Ya la doctrina y el tráñoo bien no describen su naturaleza, sí en cambio coadyuvan al destino mis-
maritlnio se han escargado de la sistematteoolóo del proMema a través de 1« Instruntentación de
los contratos morlllmoi, desarrollándose con eUo toda una teoría sobre la aptitud del buque pora mo del buque: la navegación, así como a su fin económico: la transpor-
embarcar mercando^ llamada por et sistema británioo "ctaTp>}setihimas". En eftcto, la doctrina tación de personas, anímales o cosas.''^
britáttlca no to podría expresar de mejor manera: "Cargow^himja meara i» Jke Jirel place that
tfu vasel mutt be stificiefitíy strong ami «q\^fí>e«i lo carry the particular ki/id of cargo she
hOM ctmtraeted to carry, and her cargo mutt bit so leadtdtitatIt is sqfejor her to proceed an her
voyage" (Chorley & Giles, op. cit.. veniOn ii^em. p. 1S8). Federal es contundente: " I . At que Interrogado por alguna autoridad púbtica. (fisthtta de la judicial
ni At desarrollar en uno de nuestros próximos capítulos el tema db, el buque y la contaminación en qerctdo út sus ^toaes o con motivo de ellas Mtare a la verdod".
mortUmo, ahondamos en d régimen intemaoioiMl de la prevcncióii y, de modo especifico la trans- » i Art 64, pfb. 2a
portación de nnetcancías peligrQsas. a la luz de oomrenios bderaacioflales como d Código Marítimo » 4 Ver el articulo antes CÍUKÍO del iusadmtnistrativista mexicano Ham<^ Pauzy, ey?. cir.
Intemodonat de Mereoncias Peilgposas, al ()ue remite nnesua Ley de Navegtfdón en su art 63. »s Diez, Alberto, op. cit, t I , p. 99. En efecto, en el sistema argentino de la navegación,
3J2 En caso de inftaccidn a alguna de estu disposiciones, tendríamos que aplicar el procedi- —«líala dicbo autor—^ la naclonaHdad y el domicilio se pnieban con la nwhicuta; mientras <pie
mleola y las sanciones concretas que prevé el tihilo séptbno de ta ley. Además de las sanciones la propiedad del bu(^, por on testimonio de escritura de dominio.
administrttlvas, nada cteta para que, (pilen o quienes dedaren con fiiUedad algún aspecto del ertado JJ6 A pesar de que nosotros equiparamos para efectos didácticos los certificados de tipo admlnis-
dd buque o de la earga, encuadren su eonducu en un tipo ddictuai. Asi, el a t 247 dd Código Penal bratívo y propiamente la dociancntación del buque, tas leyes de la nuitctta tienden a separwlos,
Por qemplo. la argentina establece por un lado los «ertiflcadoí de segurldttd. y por el otro liwlo la
LA ONTOLOGÍA DEL BUQUE 109
lOt EL BUQUE

B . ítalia
Con independencia pues de la legislación, lo que ia documentación
de un buque debe acreditar son todos aquellos elementos que resulten Por lo que ve al derecho italiano, ya el viejo maestra Antonio Scialoja
necesarios para individualizarlo, acreditar su navegabilidad, asentar los nos dice que hasta el siglo X V I I los libros de a bordo, eran llevados por
hechos o actos que se producen durante ia navegación.^^^ Su importartcia un oficial especial del buque: el escribano. Caída esta institución en de-
no sólo es inherente al buque, sino que tiene consecuencias jurídicas suso, el código francés asignó al capitán la obligación de llevar im diario
tanto frente a la autoridad,^^ como frente a terceros. náutico, debiendo anotar en él las entradas y gastos referentes ai buque
y todo lo que hubiera podido dar l u ^ a rendición die cuentas o recla-
2. Derecho comparado mación judicial. Pero debido a la insuficiencia de esta disposición, en la
práctica sólo se anotaban en el libro obligatorio los sucesos relativos a
L a documentación del buque es, lógicamente, un tema comün a toda la conducción del buque, y para su administración se llevaba un libro
legislación. Así, en algunas de ellas, las disposiciones relativas se en- no ofícial.^*°
cuentran más o menos diseminadas, en otras en cambio se encuentran En la actualidad, el Código de la Navegación de Italia establece que
vinculadas y sistematizadas. Veamos algunos ejemplos: las cartas de a bordo son,^' para las naves mayores, el acta de naciona-
lidad, y la lista del equipaje. Otros de los documentos con que debe
A . Ingíaterra contar el buque a bordo segón el ordenamiento italiano son: et certificado
de registro (arqueo), el certificado de clasificación, el certificado de na-
En el derecho británico, por ejemplo, ia documentación del buque se vegabilidad, el certificado de francobordo, los certificados de visita, los
encuentra inmersa en la regulación de cada uno de los actos de su uti- docvunentos aduaneros y sanitarios y el diario náutico^'*^ así como todos
lización o bien, en aquellos que afectan, desde el ángulo iusadministre- los otros libros señalados por ley o por reglamento. En síntesis, los dos
tivista, la navegación de éste. Así por ejemplo, los certificados de cons- grandes rubros de docwnentación del buque en el derecho de la nave-
trucción, de sanidad, de seguridad del equipamiento, etcétera son algunos gación italiana son: las cartas de a bordo y los libros de a bordo."^
de tos documentos de naturaleza ^Iminístrativa con que debe contar el
buque.
Así, para el derecho británico la medida más efectiva para asegurar de naturaPeza administrativa que integran di Sh^ing Law britÉiico, y a partir de los cuales se genere
la expedición de certificados se encuentran: ihe Áíerchani Shipping {Car¡ia Ship Constsvctton and
la navegabilidad del buque, luego de las respectivas visitas de control y Stirvey} Regulations 1984; iht Mtrchant Shipping (Navigationd Equiprneni) Reguiations 1984; the
vigilancia, son los certificados que acreditan que todo aquello necesario Merchant Shipping (Radio Installationa) Iteguiaiions 1980; the Merchant Shipping (Radio [natalki
tions Survey) Reguiaticns i 981; the Merchattí Shifío^g (Fire ProtectionJ Hegulallons ¡9S4; the
para la navegación ha sido cun^liroentado.^' Merchmi Shipping (Life Saving A^yüances) Reguiaiions 1980; the Merchant Shipping (Cargo Ship
Síffeíy EqutpmetU Survey) ¡UgukMons 1981. Son pues esos, tos reglamentos de msyor importancia
que originan ia expedición de certificados navales (Qiortey & Giles, op. cit, versión inglesa, pp.
<k)cumentacMr <|ue lodo buque debe tener a bordo {cfr. con arts. SO y S4 de la Ley de Navegación 85 y ss.),
wgenUna). Asi, por un lado encontramos aquellos documentos que acreditan los atributos de su 340 Antes de la ejtpedición del Códice delta Navigaxitme de ese país, el Código de Contercio
persondidad, y por el otro documentos de opcraciOn y vigilancia administrativa. estipulaba que el conjunto de los libros de a bordo se denominaban úiaelo náutico (art. 500); debía
317 Ray, Domingo, op. cH„ t I, p. 2S9. ser llevado por el capitán y se dividia en cuauo distintas partes: diario general, o de contabilidad,
3)8 En efecto, como ya iwmos estudiado, la autoridad marítima debe velar por el sano ^ercicto diarlo de navegación, diario de escotílla o manual de a bordo, Inventario de a bordo {cfr. con
de la navegación, para lo cual vigila e inspecciona de modo sistemático a las emt>arcaciones. Sin Scialoja, Antonio, op. cit., pp. 136 y ss,).
embargo, esu laborfiscalixodonno se podría llevar a c ^ sino fUera mediante la reaiizadón de 341 Att. 169 del Códice della NavlgazioBc.
actos admbtistranvoa específicos que se instrumentan mediante ta expedición de documentos que 343 Al Igual que su ordenamiHito antecesor, el códgo navegatorio Itsüano ha dividido el libro
traen spaiejado tm valor probatorio determinado. náutico en: inventario de a bordo; diario general y de contabilidad; diarlo de navegndón; diario de
339 Qran parte de ta regulación inglesa en materia de certificados y documentstckm, ha derivado carga o diario de pesca, scgím el destino ik la nave. Asi pues, los arts, 169-178 del Código italiano
de la Convención de Ixmdrcs del lo. de noviembre de 1974 para ta salvaguarda de la vi<k humana establecen laregulaciónde los documentos de a bordo.
en el mar, su protocolo del 17 de febrero de 1978 y sus emrdendas del 9 de noviembre de 1988 143 Lefevbre, Antonio, op. cit., pp. 323 y s». Al Igual que en la mayoría de los ordenamientos
(conocida la convención y protocolos con tas siglas de S.O.LAS AÜ pues, entre los ordenamientos de nuestro desarrollo histórico, ei código de la navegación de eses país ha dispuesto ta exiistencia
lio EL BUQUE LA ONTOLOC^ DEL BUQUE Ul

Ahora bien, en cuanto a la eficacia probatoria de los libros de a bordo talación radioefóctrica, diario de radío, si corresponde de acuerdo con
en el sistema italiano, digamos que el tema es esclarecido por el mismo las r^lamcatiaciones immacionales, un gamplar de la Ley de Navegación,
código en su artículo 178. En efecto, las anotaciones efectuadas por el y los demás libros y documentos exigidos por las leyes y reglamentos.
capit&n en el ejercicio de jfunciones públicas hacen plena prueba, mientras E l libro de rol es sin lugar a dudas, uno de los docamentos de mayor
que las anotaciones sobre el diario náutico relativas a la administración, importancia, ya que versa sobre la vida humana embarcada. En efecto,
así como a la gestión comercial de la embarcación, pueden hacer prueba ese libro debe expresar necesariamente, et nombre y matrícula del buque,
también a favor del armador cuando son regulaimente efectuadas, sin y el nombre, apellido, nacionalidad, edad, estado civil, domicilio y nú-
embargo, pueden también hacer prueba en cada caso contra el armador.^ mero de matrícula del capitán y de los demás tripulantes, con indicación
E l ixroblema de la eficacia probatoria sin embargo, no ha dejado de dar de la habilitación y empleos correspondientes; asf ccmno las condiciones de
origen a interesantes litigios, a partir de los cuales se ha ido también los contratos de ajuste, en la forma que establece la norma laboral es-
desarrollando el tópico.**' pecífica.'"*
Por su parte, en el diario de navegación, uno de ios documentos más
C. Argentina aiitiguos de la navegación, se asientan —de conformidad con la ley ar-
gentina—, los acontecimientos de la navegación y todas las novedades
Pm- últkno, fiel a su tradición e infiuencía, la ley de la materia argen- ocurridas a bordo durante el viaje, relativas al buque, tripulación y pa-
tina, ordena y sistematiza la documentación de las embarcaciones. En sajeros.^' A l llegar el buque a puerto, la autoridad maritima, si éste es
efecto, dentro del título relativo a las normas administrativas, la Ley de argwtino, o el cónsul, si se trata de puerto extranjero, deben visar el
Navegación de ese país dispone, en su artículo 83, que los buques y diarto de navt^ación e inutiltzar los blancos que se hayan dejado entre
artefactos navales, según corresponda, de aouerdo con la reglamentación, sus anotaciones, según dispone el artículo 87 de la p'opia ley.
deben tener a bordo la siguiente documentación: certificado de matricula, También el sistema argentino ha intentado solucionar e! problema del
libro de rol, certificado de arqueo, de seguridad y de francobordo, do- valor probatorio de los documentos del buque. Así, los asientos que el
cumentación sanitaria, diario de navegación, diario de máquinas, lista de capitán haga en el diario de navegación en calidad de funcionario público
pasajeros, libro de quejas (en los buques de pasajeros), licencia de ins- valen como instrumento público. E l valor probatorio de todo otro asiento
en el mismo libro, asi como la exposición levantada con relación a estos
de un dinio náutko, que K compone de uu Inventarío de a bonio^ un diario general de contaWlidad; asientos, ante la autoridad maritima o cónsul argentino, está sometido,
un diarlo de ntvegacWn yfinatroenie.on diarto de carga (arts, 370 y ss. del Reglamento pora la en cada caso, a apreciación judicial (artículo 209).
navegación marítima).
M4 U$n, aupra, pp. 327 y 328. A pesar de que el sistema italiano no equipan en estricto sentido E l valor probatorio de los libros de a bordo —explica Domingo Ray—
al buque eon la empresa nMrcantlI. si exige como a tai empresa, la documentación probatoria de está en directa relación con el carácter de los asientos contenidos en los
sus actos, veamos: "de ossovare Inoltre che la nove, in se considerata, non concreta on'hnpRsa mismos. De tal modo, algunos tienen interés exclusivamente entre ias
conunerelale in lenso propño: peraltro U gloraale ruiutico, come ^ 1 aKri iibn,«ncbe serecala
documemazlone di evenii rcladvl a una singóla nave, non cessa, nella maggloranza dei casi, di partes, son de carácter privado, como por ejemplo las anotaciones refe-
documentare teil cbe siríferiseonoairimpresi ndla qiiale la nave si loseriMe. Sotto questo aspetto, rentes a la carga o bien las relacionadas con las vinculaciones entre ca-
i tibrl della nave possono considerand llbrl deil'lnq>resa".
y*i En efbcto, h» habido importante interpretación ante un ten» de tal relevancia procesal. Entre pitán, armador y tripulantes. Otros en cambio —sigue el maestro argen-
tos £tltot que aclaran el particular se encuentra éste que establece ta eficacia probatoria de los
docuementos sólo respecto a los actos póWlcos, no asi urente a los actM privados quetienenun
efecto como el del resto de los docuementos mercantiles. Veamos: "l itbri di bordo hanno valore 34s Ver »t. SS, Ley de Navegación argentlRa.
di otü pubblici per le anitoiazioni di atti pubblici in casi contenuti, quall ^ i di stoto civile e 347 Los daos que especialmente áiáxm ser asentados en el diario de navegación, de acuenJo al
testainenti, mentre per le altre registrazioni di caiattere privato, quali la velocitíi e ia nma tenuta ordenamiento argentino (art li), son;«. La situación, derrota y maniobras realizadas por el buque;
dalla nave, hanno le stessa enicacia dei libri di commercio purdtó tenutt regolarmente..." (Tríb b. Las observaciones meteorológicas e hldrognS^cas efectuadas a bordo; c. Los actos cumplidos por
Genova, 2S glugi» 1940; Tcfisrido en Righetti, Giorgio, Códice della Navigazlone amulati..., op.
el capitán en su carácter de fbncíonarío ptibilco; d. Las actas de los consejos celebrados por los
CU., p. 212).
oficialct; «, Toda otra circunstancia establecida en leyes y reglamentos,
LK OmOLOGÍA DEL BUQUE 113
Ii2 ELBIK^UE

tino—, son asientos de interés público, puesto que eí capitán está actuando que los anteriores requerían, además de otros elementos que daban mayor
seguridad a la actividad navegatoria.
en r^>resentación de la autoridad.^^
De tal forma, el capitán debía tener a bordo, antes de emprender el
viaie, un inventario detallado del casco, máquinas, aparejo, pertrechos,
3. Derecho nacional respetos y demás pertenencias del buque; la patente de navegación, el
rol de los individuos que componían la dotación del buque y los contratos
Como declamos antes, la necesidad humana de llevar un registro de con ellos celelntidos; la lista de pasajeros, la patente de sanidad; la cer-
los acontecimientos no es ajena al derecho de la navegación. Así, las tificación del registro que acreditara la propiedad del buque; así como
fuentes históricas del derecho, prácticamente de cualquier legislación del todas las obligaciones que hasta aquella fecha pesaran sobre él; los con-
mundo, oftecen ejemplos de cómo ya desde la antigüedad se regulaba tratos de fietamento o bien copias autorizadas de ellos; los ccmoctmientos
la necesidad de asentar en diversas formas de "libros*' todo aquello re- o guías de carga y el acta de la visita o reconocimiento pericial, s i se
levante para el dcstinto del buque y aquellos que lo tripulaban. Pese a hubiere practicado en el puerto de salida.
la brevedad de nuestros comentarios, observemos el desarrollo de este
Asimismo, el capitán del buque debía llevar un ejemplar del Código
tema en nuestro derecho patrio. Veamos;
de Comercio, y tener tres libros sellados, foliados y firmados por la
autoridad marítinria. E l primero de ellos en el diario de navegación, en
A. Ordenanzas de Bilbao
él se anotaban los aspectos más técnicos de la navegación. Ei primero
Este legendario documento es rico en disposiciones de derecho admi- se denominaba libro de contabilidad, en ei que se anotaban todos los
nistrativo. En cuamo a la documentación que todo navio debía de llevar, ingresos y egresos que en su actividad de tFansportaci(^ se iban arro-
fve claro en establecer la grave responsabilidad dei capitán o maestre de jando. E l último, titulado libro de cargamentos, contenía la entrada y
navio en tener a bordo —entre otros— un libro encuadernado y foliado salida de toda la mercancía con expresión de los consignatarios, fíetes,
en que asentara los registros de ia cai^a recibida, los iK>mbres, sueldos etoétera.
y demás aspectos sobre su tripulación; además debía de llevar obligato-
riamente el te)rto mismo de las Ordenanzas.'*' C. Ley de Navegación y Comercio Marítimos de 1963

B . Códigos de Comercio (1854. 1884 y 1889) Nuestra anterior ley de la materia, ubicó la obligación de contar con
cierta documentación, ya no directamente en los deberes del capitán, sino
De un modo más o menos similar nuestros códigos mercantiles han en el relativo al régimen y operación de los puertos. Así, con un mayor
regulado la obligación de los capitanes de buques de llevar consigo cierta grado de especificidad que cualquiera de los ordenamientos anteriores,
documentación.^^ Así pues, el último de ellos engloba la documentación citaba cada uno de los certificados y documentos necesarios para que la
autoridad maritima, otorgara el permiso de entrada a puerto, o bien al
arribo de puertos extranjeros.
u% Ray, Domingo, op. cH., t. I , p. 291. Este razonamiento es igualmente válido y aplicable en De tai modo, para el primero de los efectos, requería: despacho de na-
nuestro sistema vegación; manifiesto de carga; lista de pasajeros, en 3u caso, rol de tri-
m En efecto, enue otras disposiciones, las Ordenanzas de Bilbao, en su capitulo XXiV (De pulantes, diario de navegación."' En cambio, a los buques extranjeros o
tos capitanes de navios), numerales VIH y siguientes establecía ta oblígaionedad de contar con
diversos documemos "Todo ([imitan, ó Maestre de Navio deberá tener abordo un libro cnquademado nacionales procedentes de un puerto extranjero se les exigía además de
y foliado, en que ponga la cuenta, y razón de la carga que recibiere.» También ser& de la obligación los documentos anteriores: patente de sanidad, relación de pasajeros que
de cada Capitán, ó Maestra tener abordo estas Ordenanzas..."
3so U » arts. correlaUvos en cada código son: Código de 1854: ort. 500; Código de I884-. oil,
1079; Código de 18S9: art. 686. 3Si Ver art. 36 de esa ley y q/!*. coa d nt, 39 de la ley viente.
114 EL BUQUE
LA ONTOLOGlA DEL BUQUE 115

habrían de Internarse en el pais y de los que volverían a embarcar, de- Por Último, ya nos hemos referido a los certificados que la autoridad
claración de explosivos o cualesquier otra mercanda peligrosa que se marítima, mediante el respectivo acto administrativo, expide en relación
hallara a bordo y certificado de arqueo.^ a la seguridad de la emarcactón. Estos documentos son de algún modo
identificados en el capítulo que hemos mencionado, por lo que en estricto
D. Ley de Navegación de 1994 sentido no deben ser ubicados fuera de él (arts. 39, 41 y 58).
Ahora bien, la documentación que nuestro régimen de arribo y des-
E l cambio que ha ofrecido nuestro ordenamiento vigente en este tema,
pacho de embarcaciones vigentes ha sido motivado en dos de las tres
atiende por un lado a la tradición y normativa internacional, por el otro
distintas especies de navegación que la propia ley determina.^^* Veamos:
a las cada día crecientes especificaciones técnicas en ia transportación
La autoridad marítima mexicana, para autorizar el arribo a puerto a
de personas, animales o cosas.^'^ A l contar en nuestros días con una
las embarcaciones, exigirá (artículo 39):
Ley de Puertos — a diferencia de la Ley de Navegación y Comercio
1. En navegación de cabotaje:
Marítimos que también regulaba esa materia—, la ubicación del tópico
ha cambiado sólo nominalmente.
• Despacho de salida del puerto de origen;
Ahora ^centramos la mayoría de ia documentación requerida en el • Manifiesto de carga y declaración de mercancías peligrosas;'^^
capítulo relativo al arribo y despacho de embarcaciones, aunque de al- • Lista de tripulantes, y en su caso, de pasajeros;'** y
gunos otros dispositivos se entiende el deber de comar con otra docu- • Diario de navegación.^*'
mentación no ubicada en ese capítulo del título tercero de la Ley, dedi-
cado a la navegación. 2, £n navegcKión de últurar. además de los documentos señalados en
Así, dentro de los documentos que no se ubican directamente en dicho
la fracción anterior:
capítulo se encuentran:
a) E l certiñcado de matrícula, derivado de la inscripción de una em- • Autorización de libre plática;
barcación o de un artefacto naval en el Registro Publico Marítimo Na- « Patente de sanidad;
cional, debe permanecer a bordo como documento probatorio de su na-
cionalidad mexicana (artículo 9^;
b) Por lo que hace a la tripulación del buque, cada uno de sus inte- J54 Ver el tirt. 32 de la Ley, Noventón interior, realizada dentro de Sos limites de to8 puertos
grantes deben, luego de acreditar su capacidad técnica o práctica, contar o eo aguas bit^iores mexicanas, como lagos, lagunas, presas, ríos y demiis cueipos de agua tierra
con el documento que los identifique como personal de la marina mer- adentro; Navegación de caiioiqfr. realizada por mar entre puertos o pantos situados en zumas trkorinas
mexicanas y litorales mexicanos; Navegctcián de altura: realizada por mar entro puertos locaiizados
cante mexicana (artículo 23); en ten'ltorio mexicano o en las zonas marinas mexicanas y puertos o puntos situados en el extranjero,
c) Los deberes e^cíficos de los oficiales en la labor navegatoria, se asi como entre puertos o puertos exoanjcros. 1.a razón de que nuestro ritmen de docu-mentación
excluya a la navegación interícB-, es que de acuerdo a los cuerpos de a^ue tierra adentro y vías
encuentran asentados en el llamado libro de consignas. Su contenido es navegables no marítimas con las que cuenu nuestro pais, cs claro que tal tipo de navegación es
de obligado cumplimiento de dichos oficiales de acuerdo a su jerarquía sólo elbctuado por embarcaciones menores (menos de 500 unidades de arqueo bruto o de 15 metros
de eslora), para las cuales existe un régimen simpliHcado (art 39, último párrafo^.
(artículo 26). 355 Además de las leyes rucionalcs aplicables, hay que estar a lo contenido en el Código Ma-
ritbno lotemacional de Mercancías Peligrosas como texto normativo de tal manifleslo.
356 Este documento se conocía en nuestos anteriores ordenamienU» contó libro de rol; Incluye
3$l Ver ait. 37 de esa ley y con el art. 41 de la ley vigente. pues el listado con los datos específicos de la tripulación.
353 Al crkkar ias disposiciones de :a Ley de la Navegación en materia, el maestro Sdgado 337 A pesar de que nuestra ley no sistetmtiza el contenido del diario de navegación, es claro
indica ia inrqwrtante o m i ^ de no incluir entre los libros necesarios, el de máquinas, el de carga en los usos marítimos, además del contenido de diversas legislacicmcs, iiue abarca aspectos tales
y et de contabilidad; a ellos debemos agregar el libro de registro de hidrocarburos y todos los que como: la situación, derrota y maniobras neatizadoi par el buque; las observaciones meteoiotógicas
establezcan los tratados inlenuctonoles • ios que México se encuentre vinculado, cfr. Salgado, Josó, c bldrogréflcas efectuadas a bordo; tos actos cumplidos por el capitán en su oarfcter de autoridad
Dtclamtn..., op. dt. p. 4. pAblica; además de todo lo que las leyes especiales asi obliguen. Cfr. con el art. 84 do la Lxy de
Navegación argentina, o bien con el art ió9 del C:6dígo italiano de la navegación.
116 EL BUQUE LA ONTOLOGÍA DEL BUQUE tn

• En S U caso, lista de pasajeros que habrán de internarse en el país diario de navegación, éstos tienen un valor probatorio pleno, derivado
y de los que volverán a embarcar; de su calidad de instrumentos públicos.
• Certificado de arqueo; Ahora bien, si de acuerdo al artículo 6°, fracción I I , de nuestra Ley
• Declaración general; de Navegación, ei capitán ejerce la autondad marítima, que en todo caso
• Declaración de provisiones a bordo, y radica en ei Ejecutivo Federal; debemos entender que, atendiendo a lo
• Declaración de efectos y mercancías de la tripulación. dispuesto por el artículo 129 del Código Federal de Procedimientos C i -
viles, supletorio de la misma ley de acuerdo a su artículo S**, todo do-
Además, la ley prevé, que en caso de embarcaciones menores, se es-
cumento de derecho público que el capitán suscriba debe ser considerado
tablecerá un régimen simplificado en el reglamento respectivo.
instrumento público, con las consecuencias procesales que ello tiene.
De igual forma, conforme se establezca en el reglamento respectivo,
Sin embargo, debemos también aclarar en cuanto &1 valor probatorio
para hacerse a la mar, tas embarcaciones requerirá de un despacho del
de los documentos de derecho privado, que, si bien el capitán, ett su
puerto que expedirá la autoridad marítima, para lo cual se exigirá (artículo
calidad de representante del naviero en materia mercantil, puede obligar
41):
tanto al buque mismo como a tal sujeto, todos aquellos instrumentos que
• Patente de sanidad; suscribe sin su investidura de autoridad no tienen la jerarquía de instru-
• Certiñcado de no adeudo o g ^ n t í a de pago por el uso de in- mentos públicos, ni por tanto gozan de valor probatorio pleno.
fraestructura o daños causados a ésta;^** Con toda claridad señala Domingo Ray*' al respecto, que el valor
• Certificados de seguridad que demuestren ei buen estado de ia probatorio de los libros a bordo está en directa relación con el carácter
embarcación; y de los asientos contenidos en los mismos, por lo cual algunos tienen
• Cálculo y plan de estiba de la carga."' interés exclusivamente entre las partes, siendo de carácter eminentemente
privado; pero otros, en cambio son asientos de interés público.
Es importante señalar que, según la disposición expresa, los despachos Por úhimo, es también consecuencia natural en nuestro sistema pro-
quedarán sin efecto si no se hiciera uso de ellos dentro de las 4S horas cesal, como antes apuntábamos, que los instrumentos suscritos por el
siguientes a su expedición. capitán, investido sólo como representante comercial pero no como au-
Debemos de recordar, que el capitán es una autoridad marítima, por toridad mexicana, tienen un valor probatorio relativo entre las partes en
lo que como tal, está investido de ciertas atribuciones de funcionario conflicto, que en tbdo caso, tendrá que ser valorado por el juez al dictar
público federal, de modo tal que en lo que respecta a! valor probatorio su sentencia.^2
de los asientos que éste haga respecto a actos de derecho público en el

3 » La docuina británica ha fonnulado toda una teoría general sobre to qve en la lengua inglesa
se conoce como tos Marttíme lie»s. Sin perjuicio de que en su momento tos estudiemos con mayor j*o Ver el art. 2 S de nuestra ley; en especial suftaccióníl, dte relacionado con las funciones
cuidado, sólo apuntemos en cuanto ai tópico concreto de la nota, que en este caso, eí acieedor del capitán a bordo de las embarcaciones: "Mantener actualizado el Diado de Navegación y los
cuenta con una aodón in rvm, para wbrarsc sus servicios, de modo que este certificado psopicia demás libros y documentos exigidos por las leyes y reglamentos. Las anotaciones de estos libros
la seguridad de los prestadores de servicios portuarios de qi« i» serán presa de n i n ^ illcko, por deberán llevar lafirmadel capitán".
el que los navieros rehuyan su obligación de pago. MI Ray, Domingo, op. cit., L I, p. 291.
3S9 Ya antes hemos hablado del desarrollo dei tema de la Cargoworikinesí del deiecho británico. ia En e&clo, de conformidad con el a t 197 del Código Federal de Proctdimientos Civiles, el
Hemos dicho que la aptitud integral del buque pora recibir y truisportar segura y eficazmente la tribimaJ goza de la más amplia libertad para hacer et antf Uts de las pruebas rendidas, para déte nni nar
mercancía es un elemento esencial en el transporte. Para elio, la actividad Ingenieril del capitán. el valor de las mismas, unasfrentea tas otras, y para fijar el resultado final de dicha valuación
oTiciaies y demás sujeto» de tierra, son indispensables para planear y calcular de la mejor manera contradlcUHla, a no ser que la ley fije las reglas pora hacer esta valuación, observando sin cnibargo.
la estiba de la carga. respecto de cada especie de prueba, lo estabiectdo por et capitulo refstivo a la valuacK^ de las
pruebas de ese códlfo procedimientiü.
EL BUQUE LA ONTOLOOlA DEL BUQUE 119
Ilt

V i l . BAJA Y CANCELACIÓN D E MATRÍCULA desnudo. este modo, luego del acto de cancelacióri, la autoridad ma-
ritima debe retirar los documentos de a bordo.^**
A pesar del número, en apariencia limitativo, de laí causas de cance-
1. Aproximación lación de la matricula en el derecho italiano, la doctrina ha señalado que
tal lista no incluye todos los supuestos que efectivamente se actualizan,
En el presente capítulo se intentaré hacer una descripción del ser y por ejemplo, el cambio de destino del buque, su transformación física,
de la pérdida del ser fisico-juridico del buque. Hemos ya analizado los supuestos que importan la pérdida necesaria de los presupuestos de ia
elementos que mtegran su existencia, ahora debemos repasar aquellos inscripción.^
actos que derivan en la pérdida de su ser. Esos actos pueden revestir
En efecto, si la aptitud para la navegación y el destino para navegar
una naturaleza solo física que traiga aparejadas consecuencias jurídicas
son los elementos esenciales de todo buque, resulta lógico —-como bien
o bien pu«le sucederse mediante actos jurídicos que si bien eliminan el
apunta la doctrina italiana— que a las embarcaciones mayores o bien las
ser jurídico del buque para efectos de nuestro registro nacional, no in-
construcciones flotantes móviles, les sea cancelada su matricula o regis-
volucran la pérdida de su ser en un semido físico.^"
tro, cuando han perdido definitivamente la aptitud ad navigandum, y en
Para el breve estudio de este apartado no ahondaremos en la escasa particular la de la la flotación, como en la hipótesis de que sea transfor-
sistematización de la mayoría de las legislaciones consultadas, sino que mas en objetos fijos, tales como un hotel, un museo o cualquier otro
proíimdizaremos un poco más en los sistemas que, a nuestro parecer, establecímiemo inmóvil.^'
mejor regulan el tema particular: el italiano y el argentino.

3. Sistema argentino
2, Sistema italiano
Tras seguir un esquema genemlmente similar al italiano, la Ley de
Giorgio Righetti, al analizar las causales de cancelación que plantea Navegación argentina dispone en su artículo 5$, la eliminación de un
el Código de la Mavegación italiano en relación al Reglamento de la buque o artefacto naval de la matricula nacional. Así, tal acto debe darse
Navegación Marítima, ha sido uno de los autores que con mayor pro- cuando ocurra alguno de los cuatro supuestos siguientes: por i n n a v e ^
fundidad a tratado el tema en su país.^" Dicho autor, ha segmentado su bilidad absoluta o pérdida total comprobada y declarada por ia autoridad
estudio en aspectos como la cancelación en sí, su naturaleza y efectos marítima; por la presunción fundada de pérdida, después de transcurrido
jurídicos, la cancelación por inscripción de la nave en un registro ex- un año desde la úhima noticia del buque o del artefacto naval; por des-
tranjero, etcétera. En efecto, el ordenamiento italiano ha sido —en nues- guace; por cancelación de la inscripción a solicitud de su propietario.
tra opini^— el que de mejor manera ha sistematizado ta pérdida jurídica
De modo coinctdente con lo señalado por el jurista argentino Mal-
del ser del buque.
vagni, en la exposición de motivos de su proyecto des ley, autores como
Así pues, de acuerdo al Código italiano, la cancelación de la inscrip-
ción se puede dar por cuatro supuestos básicos: porque se haya perdido JW AJÍ lo proviene el ait. 163 de uil código onarüinio, ta relación id 345 del Reglamento de
o bien se presuma perdida; porque haya sido demolida; porque haya navegación marítima, que preceptúa los modos de efbctuar diclws cancelacinncs (recordennos que
a las embarcaciones mayores se les cancela ta matricula, mienuas que a las menores se les cwceta
perdido los requisitos e^blecidos para la nacionalidad; porque haya sido el registro). A continuación ios modos específicos establecidos de modo reglamentario del sistema
inscrita en un registro extranjero, salvo en el caso que resulte que al italiano: " i. Per laperdita ^ffettiva o presunta, In base ai processo verhale compilato daU'emtoritb
maritiiHM mercanlile owetv dall'autorHá consolare: 2, Per la demallzíone, iti base al relaüvo
régimen de suspensión a seguido el de la locación del buque a casco verbak: 3, Per laperdila del requlslli di malonalitá. In base al cerlificato di dismissione di bamkra;
4. Per ü passaggio in iátra malricota o in altra registro, in base alia comunicaslone da parte
dellautoritá competente deirav\enuta nucma iscrttione".
}«i Asi pues, habrá qw analcter \os casos específicos que plantea el tai. 13 de nuestra Ley de SM Oaeta, voce Nave,, p. ó29, citado por Giorgio Rlghettí, e^. cfr., p. 1011.
Navegación, contando su contenido con diversos sectores de la doctrina y legislación eictrímjena. 367 Righetti, Giorgio, op. cit. pp. 1012 y 1013.
)M Rlgtúai, Ciorgio, op. cit., pp. 1011 y ss.
120 EL BUQUE LA ONTOLOGÍA DEL BUQUE 121

Beitrán Montiel apuntar que el otwgamiento de la matrícula, así como L a Ley de Navegación vigente ha listado un mayor número de su-
su cancelación, configuran actos de derecho público propios de las fe- puestos que se encuentran mejor adecuados a la noimatividad interna-
cuhades discrecionales que competen al Estado en su esfera.^*^ cional. Veamos cuáles son estos (artículo 13);
Ahora bien, una vez otorgada la eliminación de la matrícula, la auto-
ridad marítima debe proceder a hacerla efectiva, para lo que requiere el • Cuando ia embarcación no reúna ias condiciones de sqguridad para
c^tificado de libre disponibilidad, del Registro Nacional de Buques ade- la navegación y prevención de la contaminación del medio nnari-
más de cumplimentar los demás requisitos que se exigan por el regla- no;5"
mento respectivo,^*' • Por naufragio, incendio o cualquier otro accidente que la imposi-
Por último, el propio texto de la ley establece los recursos con que bilite para navegar por más de un aik»;'*'^
cuenta el particular ante la autoridad marítíma. Así, la inscripción o eli- • Por su destrucción o pérdida total;
minación de un buque o artefacto naval en la matrícula nacional son • Cuando su propietario o poseedor deje de ser mexicano, excepto
autorizadas siempre que no afecten intereses públicos. Sin embargo, las para el caso de embarcaciones de recreo o deportivas para uso
decisiones administrativas del organismo argentino competente son re- particular;"*
curribles dentro de los 15 días posteriores a la notificación de esa reso- • Por su venta, adquisición o cesión a favor de gobiernos o personas
lución. extranjeros, con excepción hecha de las embartjaciones de recreo
o depcwtivas para uso particular;
4, Sistema mexicano « Por captura hecha por el enemigo, si la embarcación fue declarada
buena presa;'''
Nuestras leyes especíales han establecido diversas causales que legi- « Por resolución judicial;
timan la actuación de la autoridad en la cancelación de la matrícula.^''^ « Por dimisión de bandera, del propietario o titular del certificado
Así, la Ley de Navegación y Comercio Marítimos, preveía en su artículo de matrícula.'^*
91 la cancelación en los siguientes casos: por disposición de la autoridad
marítima cuando se tratara de embarcaciones comprendidas en ias ñac- m Asi, como requisito previo t cancelar por este motivo, tendría que haber una nativa fundada
y motivada de la autoridad maritinia para expedir, de conformidad con los arts, 39,41, 58 y demás
ciones I I , I I I , I V y V del artículo 90 del mismo cuerpo legal;"' por relativos, los certificados de seguridad de navegación y demás certificados en materia sanitaria; de
resolución judicial, o bien, en el. caso de ta dimisión de bandera. lo oontrario, no habría los elementas periciales objetivos que fundaran la ntsolución de tal autoridad.
Por lo que, con apoyo en los aits. 14, 16 y 103 constitucionales, además de los relativos de la Ley
de Amparo, bien podría Intentarse una demanda de amparo, buscando en lodo c ^ haber satisfecho
ei principio de dofmittvídad de esa materia incoando los procedimientos y procesos pertinentes.
i»t Beiirén, Luis. op. cM. pp. 9t y ss. al comentar IB Exposición de Motivos de la Ley de m JBntendemos en este supuesto, que si luego de haber ocurrido un siniestro sobre el buque en
Navegación de su pais. cuestión, éste estuviera imposibilitado para la navegación en ntós de m año pero que al propio
m Así lo dlspione el ait S7 de la ley argentina. Es oonveniente comentar también que de • tiempo se sometiera a las reparaciones necesarias, siendo que éstas deteininaran su nuevo estado
oonformidad con el art. 5S del mismo wdenamíento, el régimen de registm y cancelación de la de navegabilidad después de ese sjto; se cancelaría su moU-icula anterior y se expedirla una nueva
inscripción de los buques y aitefaclas navales, en todo cuanto no esté previsto por la Ley de Navegación, Pero si los reporacioaes no hubieran terminado en ese t^so de tiempo y ei buque ya es apto para
rige el Registro Nacional de Buques, en especifica reglamentación. navegar, aunque de hedió no se encuentre ya realizando esa actividad, la autoridad marítima no
370 En relación con la pérdida de la matricula o registro del buque nacional, el maestro Salgado tendría razón en cancelar su motiicuia.
y Salgado considera que la Uy de Navegación vijeme dejó sin valor todas las disposiciones que S74 La intención de nuestra ley, según consta en su exposición de m>tivos y diario de debatos
permiten la Inversión extranjera en las eimpresas marítimas nacionales; seflala igualmente que por (ver nuestra Historia..., ay>. cli„ pp. 113 y ss,), ha sido ia de regular sobre todo, la navegación con
lo mismo, no pueden ser propietarios o poseedores út embarcaciones mexicanas por extranjeros, fines comerciales. De modo que el reamen previno par* embarcadonci. menores de recreo o de-
de acuerdo el art. 10 de la miama Le> de Navegación (ver Snigudo, José, Dhtameii..., ap. cíi, portivas pam uso particular ha slJo escindido dd establecido para las demás embarcaclonca.
P- 4.). J7S El derecho de persecución y la declaratoria de "buena presa" de las embarcaciones, además
371 Los supuestos aludidos son; los abandonados en agUB de jurisdicción nacional, los Incautados de Otros muchos afectos de sumo interés son uatados de modo extraordinario por el maestro
o eiqjropiados por las aidoridades mexlcanKs; tos capturados a cnemigt», considerados como buena mexicano Alejandro Soban», op. cil, pp. 281 y ss. Nosotros también lo abordaremos en esta obra.
presa, los qw sea propiedad del Estado. 376 A pesar de que nuestm legislación no establece una regulaci<^ detsllada ~-<omo la itcüiana—
respecto a la dimisión (k bandera, sí seflala como requisito que la autoridad maritima sólo autorizará
122 EL BUQUE
LA ONTOLOGÍA DEL BUQUE 123

En apariencia, e! legislador ha pretendido establecer estas ocho frac- la baja de la matricula, sí es en definitiva un acto físico que determina la
ckmes como números cerrados, es decir, ha limitado las causas de can- cancelación de la matricula.
celación a las anotadas. Por otro lado, estamos de acuerdo en la crítica que la doctrina italiana
Sin embargo, debemos decir por un lado que en el propio texto legal realiza sobre su propio código en relación a este tema.^^^ En efecto, así
al regular el desguace de las embarcaciones, indica que tal operación como el Código de la Navegación no establece causas de transformación
tiene que ser autorizada al propietario por ta SCT en el lugar y por un física de buques que originen su cancelación por no ser ya aptos para
plazo determinado, siempre que no perjudique la navegación y los ser- navegar o por haber transformado de modo terminante y definitivo su
vicios portuarios, previa baja de su matricula y con ia constitución de destino navegatorio, incluso volviendo a un objeto como lo es la ^ b a r -
una garantía suñciente para cubrir los gastos que pudieran originarse por cación —que es desplazabie por naUiraleza-' un bien inmueble, estático,
daños y perjuicios a tas vías navegables, instalaciones portuarias, medio tampoco nuestra Ley de Navegación vigente —ni ia anterior— establece
marino, etcétera.'^ Así, a pesar de que el desguace no es, en estricto este supuesto.
sentido, causa de la cancelación, sino que toda operación de desguace Por todo ello, nuestro criterio no debe ser restrictivo a las causas
debe necesariamente estar precedida de la autorización administrativa y establecidas, en apariencia como números ciausust sino que parece que
si una causa no está incluida en el esquema legal, del)emo5 atender a la
naturaleza misma del acto, ya físico, ya jurídico, para determinar si ame-
la dimisión de bandera y la cancelación de matrícula yregistrode una embarcación o artefacto rita o no la cancelación de la matricula. Sin embargo, esto no autoriza
noval, cuando esto cubierto o garantizado el pago de los créditos laborees y fiscales, y exista una a la SCT a excederse en sus atribuciones, sino que la vincula a aplicar
constancia <le libertad de gravimcnes expedida por d Regisbo Pablico Marítimo Nacional, salvo
podo et) contrario entre l u panes (art Ú tnfim). En elbcto, al igual que en ct caso del desguace razonable y congruentemente la normativa, atendiendo siempre a ios va-
no bay una cancelación oflelesa por parte de la autoridad marítima, sino que el naviero, por cofl- lores jurídicos superiores tutelados en la actividad: la seguridad marítima
vet^iKia eomarolol dlmUe, renuncia a la bandera mexicana pora posteriormente optar por otra. Asi,
al dimitir de la bnutora, de)a de tener la nacionalidad mexicana, y de gozar del tratamiento y de integral.
tos bcMficioe que goosen nuestras embarcaciones; asi cambie su estatuto jurídico á del psAKllón Si bien es cierto que la cancelación efectuada por la autoridad marí-
que I partir de ese momento vaya a enarbolar, ya que, como después veremos, todo buque debe
tetter una nacionalidad, toda vez que de no tenerla seria considerado como "pirata" y la marína tima no es más que im acto de naturaleza administrativa, por lo que debe
armada de cualquier país en ctiyos aguas Jurisdioclonales novegtfa, bien to podría perseguir y (presar. contar con todos y cada uno de los elemmtos de éste;^^ también lo es
Asi pues, si la navegación es an servicio de imerís general, y todo buque engrosé el tonelitje de
nuestro pais, la dimisióa de un buque de la Ilota nacional es un asunto de Interés póbllco, razón que no en todos ios casos la autoridad oftciosamente detomina la can-
por la que no se puede dimidr a discreción <k la naviera propietaria de la embarcación. Por lo que celación. En efecto, no en todos los supuestos hay en estricto sentido
la autoridadraorítimadebe verificar que se den ios supuestos que d art. ciuulo morca, de lo contrarío,
Uros ñmtar y motivar su resolución, bien podría negar la autorítación a dimitir, de tai modo que una "cancelación", sino que bien puede solicitarse una ^'baja" de la
la auloiiaMlón pora dimitir, aunque Ibnitada, no debe ser emendida como un acto díscrecáonal de la matricula. E l caso típico ya lo hemos mencionado: 9Í desguace.
autoridad, y « que al agotarse el supuesto del art en comento, debe de expedb- la sutorízoción con
los requisitos de todo acto administrativo. Ahora bien, como declamos el siiMma Italiano de la
Así pues, si bien el acto del particular de solicitar la declanación de
navegación ha dado un tratamiento especial al tema de la dinüiión de bandera (arts. 156-159 del ''baja" de la embarcación es efectuado por voluntad propia, una vez que
Código); asi, el propietario que intente eni|}enar el baque a un extroi^jero debe realizar una dccl»> es autorizada y se determina la cancelación del registro, por ser dictado
radón a la oficina de Inscrípcionea de la nave en cuestión. La autoridad que recibe la declaración
procede a la publicadóa de ésta con objeto de que aquellos que tengan interés jurídico en la por la autoridad maritima el acto ha mutado de naturaleza: de una simple
emborcaeión; la autorización es otorgada de modo discrecional por el Ministerio de la marina mer- solicitud de un ente del derecho privado a una resolución de derecho
cante, después la autoridad maritima esti obligada a retirar los libros de a bordo. Antonio Lefevbre;
qp. d£, pp. 309 y 310. sintetiza lo dicho del siguiente modo: "laptnika tki r»quUiM de nattonaüiá público.
determina i'aperlwa del procedimiento di dismusione Jl bandiero, cAe ii concreta m un'autoriz-
aaeiom alia caeeüasiort» dai reglatrt. Il cui rüaiclc i. natttraimenie. Jondato m una vatutazlone
discmlomk.."{m tambiát: Rigbeití,Oior^ op. cli., p, 1034).
irf En uno de nuestros posteriores apartados, estudiaremos la pérdida del buque y el desguace
del ntismo, como factores físicos que acarrean o bien, suponen el efecto jurídico de cancelada de m Righetti, Ciorgio, op. cit., pp. lOll y 1012.
I B mitríctda teapectiva. 379 C^. con ai. 3o. de la Ley Fedetd de Procedimiento Administrativo.
i24 EL BUQUE LA ONTOLOGÍA DEL BUQUE 123

V l i r . DESGUACE Y PÉRDIDA D E L BUQUE forma sistematice la vida físico-jurídica del buque. Antonio Scialoja, por
ejemplo, al profundizar en uno de los temas centrales de su obra, sobre
el i^gimen jurídico del armamento,^'' apuntaba que graü parte del regla-
1. Aproxmwción
mento administrativo de la navegación está dedicado al armamento, ya
Hemos comentacto ya algunas de las circunstancias y elementos que que numerosas instituciones destinadas a garantizar la seguridad de la
originan la existencia física de un buque, hemos descrito también cómo navegación, la tutela de los hombres de mar inscritos y la protección de
es que el buque cobra existencia en el mundo del derecho, cómo, dentro los emigrantes constituyen otras tantas restricciones a la libertad de ex-
de la "universalidad" de su género, adquiere una especie concreta y es plotación <te la industi-ia naval.
posteriormente individualizado. Finalmente, hemos comentado las causas En efecto, al encontrarse las operaciones de desguace contenidas den-
por las que la autoridad marítima cancela el certificado de matrícula del tro del marco general del armamento del buque, aunque sea de nK>do
buque, con lo que éste bien adquiere un status distinto, o bien deja de contrario, es decir, no respecto a darle existencia por la empresa de ar-
existir como individuo para el mundo del derecho, se enfrenta pues, a mamento, sino a contribuir a la pérdida de su existencia físico-jurídica
la pérdida de su ser.^^ por la labor de desarme, debemos entender que también esta actividad
Para terminar este capítulo, ahondaremos someramente en dos cte los es de interés público, ya que de no efectuarse el desarme en el momento
casos específicos en que, ya sea por solicitud del particular o de modo oportuno para cada embarcación se pondría en grave riesgo no sólo la
oficioso, la autoridad marítima, atendiendo a una causa física que afecta actividad navegatoria en sí, sino la vida humana en el mar, así como el
la estructura físico-jurídica del buque: su existencia misma como cosa equilibrio ecológico de las e^ecies naturales.^'^
compuesta por un lado, y como universalidad de hecho por el otro, resuelve Es por todo ello que las operaciones de desguace son afectadas por
a través de un acto administrativo, declarar perdida la existencia del la decisión del Estado, con lo que encontramos una última limitante —en
buque, declararlo —como decíamos a) compararlo con una persona— sentido cronológico— a la explotación naval: la autorización adminis-
muerto jurídicamente, Las causas físicas con cc«isecuencias de derecho trativa previa baja de matrlcula.^'^ Sin embargo, no todas las legislaciones
que estudiáronos son dos: su desguace y su pérdida. Tc»naremos de referencia han sistematizado estas operaciones, incluso la italiana —explica Giorgio
los sistemas italiano y argentino para luego confrontarlo al nuestro. Righetti—no d i s e ñ e normas específicas para la disciplina de ia pues-
ta en desarme de las naves; sin embargo, por su trascendencia, la auto-
ridad marítima tiene un control de la situación.
2. Desguace Ahora bien, el régimen italiano distingue claramente entre la solicitud
de desguace de una nave realizada por el particular y la determinación
A. Derecho italiano
administrativa de demolición del buque.^'^ En efecto, la segunda situa-
ción se actualiza cuando la autoridad marítima, al ])ercatarse que una
E l desguace ha sido, por largo tiempo, una operación física cuyos
embarcación no es ya apta para el servicio a la que ha sido destinada,
efectos jurídicos han sido estudiados en toda legislación que de alguna
Jii Scialqja, Antonio, op. ctt., pp. 274 y ss. El maestro Scialoja esbozó con toda propiedad las
)>o Oloi^o Righetti ha seitalado los casos en que una embarcación perece. Ver "...ta nave pertsoe nociones funcbnales básicas de la empresa del armamemo del buque, decía: "Et que se proponga
quamlo (oluechó nel caso di demoiizione volontaria) vengono meno in essa gli elementi essenziati explotar la industria naviera armoido buques, ya sea para darlos en locación, ya sea para poiwr en
per Tindividuazione logico-gturidica della fattispecie. owerossia quando si é verifícata una situa- pie de empresa propia de transportes, constituye una empresa de armamentos que de por si es un
zione tale per cui essa non puó piú oonsiderarsi una cosmt7k>ne atta e destinata ai trasporto di cose acto de comercio otgctivo",
e persone per acque". Asi en síntesis, el desguace o demolición voluntaria, la pérdi(k de los ele- 3Í2 Ver entre otros amblentalisus a: Brates, Raúl, op dt., pp. 397 y ss.; Pigreoi, Eduardto, op.
menios esenciales de la Individualización del buque, y la «cluatiíoción de alguna situación por la cit, pp. 4 5 y ss.; Perales, Carlos, op. di., pp. 197 y ss.
qMe ya no se pueda considerar apto para el transpone, son los tros tactores que en opinión del maestro 3S1 Qr. con art. 79 de nuestra Ley de Navegación.
Righeai, son los que potencUlmente pueden causar que el buque perezca parad mundo del derecho, 184 Righetti, Olorgio, op. ch., pp. 1034 y ss.
Cfr. igujdmente con el ait, 163 del código navegatorio italiano (Righetti, Giorgio, op. cit., p. 1036). 3ti Ver art. 161 d d Código de la Navegación,
126 BL BUQUE LA ONTOLOGÍA DEL BUQUE 127

oficiosamente fija un témiino para que e! propietario ejecute las repara- dispone que esas operaciones cfoben ser autorizadas por la autoridad ma-
ciones necesarias. De tal modo, en caso de que las reparaciones sean ya rítima, la cual determinará las condiciones de seguridad y plazo de los
imposibles o bien, llegado ei término el naviero no haya ejecutado la labor trabajos cuando estos se realicen en lugares de oso p<5blico.-''o
de n ^ r a c i ó n , la autoridad de oficio, y atendiendo al interés de la nave- El crédito marítimo no se ha perdido de vista en estas operaciones,
gación, ordena la demolición del buque.^ E l régimen administrativo es por lo que el legislador argentino ha establecido que las operaciones de
pues, evidente. desguace no son autorizadas cuando afecten intereses de acreedores del
Por otro lado, no debemos confundir los procedimientos de dbnisión propietario o amiador del buque o arteñicto naval.
de bandera con el de la demolición de embarcaciones. En ese sentido, Finalmente, el régimen administratívo del desguace queda delimitado
la doctrina italiana ha expuesto que la difen&ncía fundamental entre am- por normas de naturaleza fiscal y laboral; la fiscalización de los trabajos
bos está en que la autorización a la demolición no suprime la calidad de desguace, era cuanto a seguridad, es ejercida por la autoridad marítima,
de nacionalidad de la nave, no implica tampoco ia extensión de una. quien puede en todo caso ordenar su paralización cuando compruebe que
licencia de exportación, ni conduce a la cancelación del registro, sino no se ajusta a las especificaciones de la autorización respectiva. £n el
después de que efectivamente opere tal demolición.'*' mismo sentido, la extracción, remoción o demolición de buques o arte-
factos navales hundidos o varados se rige tanto por ki dispuesto por la
B . Derecho argentino propia Ley de Navegación argentina, como por el relativo código adua-
nero.^'í
Por lo que ve al sistema argentino, hemos ya seflalado que de con-
formidad con el articulo SS de su ley especifica, el desguace es el tercero C. Derecho mexicano
de cuatro supuestos por los que procede la eliminación de la mahricula
nacional Sin embargo, según explica Domingo Ray,^"" en la Exposición A pesar de algunas carencias metodológicas al respecto, nuestra Ley
de motivos de ese ordenamiento se estableció que por sugerencia del de Navegación vigente contiene los mínimos elementos administrativos
entonces Consejo Nacional de la Marina Mercante, los casos previstos necesarios, como para que el Estado manifieste el deber de actualizar
(por ese artículo) debían de ser concedidos, salvo que afecaran intereses su interés en la materia mediante su autorización y estricta vigilancia en
públicos, y en todo caso con la posibilidad de recuirir la decisión del las operaciones de desguace.^'^
organismo ante ante la Cámara Federal respectiva. Así pues, el desguace, que como ya asentamos, es uno más de los su-
Así, de acuerdo al espíritu de esa ley, no son actos discrecionales puestos de cancelación de certificado de matrícula, peiro ocasionado por
del organismo competente y sólo podria negarse —en nuestro caso— ta una solicitud de b^a por parte del particular y debe sei autorizado por la
autorización para el desguace cuando existan intereses públicos afectado SCT al propietario de la embucación para ser efectuado en un lugar
con la posibilidad que judicialmente se analice ta legitimidad y razona- determinado y por un plazo determinado también; de modo que la au-
bilidad del acto negatorio.-^** toridad marítima no cuenta con discrecionalidad para otorgar autoriza-
Conforme a lo seflalado por la exposición de motivos de esa ley, el ciones indefinidas,''* y en todo caso sus parámetros de tiempo y lugar
texto relativo al desguace o extracción de buques o artefactos navales
jw Ver «1. 67 de la ley argentina y <jfr, con el 79 de la vigente nw^dcana.
3M El espirlui dd código es contimdente en cuanto a la protección ác la navegaoiói) y de los 39) Ver art, 68 de la ley argentina y Cjfr. con el 79 de nuestra ley.
valores a día vinculados. Ver "...Qualorattpfvprktwfonon proweda lempestivewKMit, l'autcrtía j « Ver arts. 69 y 70 del ordenamiento argentino en relación al citado del mexlcmo.
prtektta/a «seguiré ta demoiizione d'ttffkio a spese dei pr<^ietarto siesso.J' (art 161 in Rne). vfi En opinión del maestro Salpdo y Salgado la normativa sobre desífuacc en nuestro sistema
3«7 En ese sentido Giorgio Righetti, op. cit., p. 103^ <;ír. con Lefevbre, Antonio..., op. cH., pp. es muy pobre y no vt al fondo de! probletna, como si va «m cambio el Código de ia Navegación
30ty8s. italiano (ver Salado, Josó, Dictamen..., op. cit., p. 4.).
m Ray, Domli^. op. cit., 1.1, p. 278. 3w La referida auioriiaclón. al ser un acto a*nlrÍ8traílvo no escapa de los r«|u{sitos que irtwca
3t» tbiekm. el ait 3o. de la Ury Federal de Procedimiento Admlnlstradvo.
LA W T O L O G Í A D E L BUQUE 129
121 EL BUQUE

No es ocioso que nuestm ley distinga estos dos dtstimos supuestos,


deben atender a la seguridad de la navegación y de las actividades por- ya antes la doctrina italiana ha cooperado en et estudio distintivo de tales
tuarias. nociones.''^. Así, se considera pérdida de la nave cuando ésta viene a
Los requisitos indispensables para solicitar a la autoridad, la realiza- situarse en condiciones tales que la pérdida de la idoneidad pam su na-
ción de las operaciones de desguace, es haber obtenido ia baja de la vegación sea absoluta. Esta situación se verifica —explican Lefevbre y
matricula del buque; asi como haber constituido garantía suficiente pam coautores— en el caso en que la embarcación no únicamente esté hun-
cubrir los gastos que tal actividad puediera originar por daflos y peijui- dida, sino que sea imposible su recuperación, de mo<lo que las averías
cios a las vías navegables, instalaciones portuarias y medio marino, sal- sufridas sean de tal modo graves que sea indispensable no su simple
vamento de la embarcación o recuperación de sus restos, así como de reparación, sino toda una reconstmcción sobre ella.'**'
las laboies de limpieza del sitio donde se efectúe el desguace.
E l Código de la Navegación italiano ha logrado sistematizar la hipó-
Tan puede afectar la actividad navegatoria y portuaria el desguace,
tesis de la pérdida de la nave, de modo que su presunta desaparición y
que la ley ha indicado que incluso en el caso de que el desguace se
sus consecuentes efectos jurídicos, no permanezcan iiólo en el criterio
llevara a cabo en un área de operación concesionada del puerto, se re-
de las autoridades marítimas, ya administrativas, ya judiciales.
quiere la opinión fevorable de la administración portuaria sobre el lugar
de desguace y la garantía se otorgará en favor de éste.^^ De este modo, tras comprender los riesgos de la aventura marítima,
Si bien con la resolución afirmativa de b^a de matrícula del buque el legislador italiano ha establecido que transcurridos cuatro meses del
termina el status o la vida jurídica de un buque, éste sigue físicamente día (le la última noticia si es que se trata de una nave de propulsión
existiendo como cosa compuesta hasta en tanto no sea plenamente de- mecánica, o bien luego de ocho meses en otros casos, la nave se presume
sarmado y no haya más una unión física y coherente de las cosas simples perdida en el día posterior a aquél en que se remonta tal noticia,'"*'
que lo integraban,^'* de modo que su ser se haya perdido definitiva- La destrucción de la nave, conocida en la l^gua italiana como peri-
mente. menta deüa nave, es un siniestro que efectivamente cobra existencia res-
pecto a una embarcación. Así, —interpretando Righetti— se deriva de
la deñnitiva pérdida de unidad de la embarcación, por causas extemas
3. Pérdida del buque
tales como el abordaje, mal estar de la mar, tempesUid, huracán, acción
De acuerdo con nuestm ley vigente, el certificado de matrícula de una bélica, sabotaje, etcétera; o bien internas, tales como: explosión, afloja-
embarcación será cancelado por la autoridad marítima en caso de su miento de partes vitales, inundación, etc. Así pues, et dato es esencial
destrucción o pérdida total.''' es la alteración irreversible de los componentes estructurales y funcio-
A pesar de que en el texto de nuestro ordenamiento no se encuentre nales, sea cual sea el supuesto.*^
una sistematización sobre lo que debe entenderse por destrucción o pér-
dida total de la embarcación, sí en cambio es advertibie la intención del la Itidiana, ofkece —en base a su códfeo navegatorio—, una distmción de conceptos, que en principio
legislador de distinguir dos distintos supuestos: ia destrucción del buque, pueden m aplicados para la mejor bucrpretadón de nuestro derecho,
por un lado, y su pérdida total, por el otro.'" 399 En ese sentido ver por ^em^o; Righetti, Giorgio, op, cil, pp. 1036 y ss.; Leftvbm, Anto-
nio.,., cv?, cil, pp. 307 y ss.
400 Lefevbre, Antonio,.., op,di,p. WI. La dellmt^ión del concepto de pérdida es diáflina en
39) Las normas admioístr^livas del deredvo de ia navegación de nuestro |uis, no exciuyen a las el autor italiano. Vers "...Quena sHuazSone si wf{/lcB nel caso ¡ncuiia nave é agondata e si trova
disposiciones que en todo caso deben CUIMTIT los navieros de conformidad con nuestra Ixy General in condizioni taii che ne üa in^iossibik ii reaiperQ, perché ha súbito avane coü ^avi che rendono
del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, asi como de sus reglamentos. necessarla, per restituiría nel pri^ino suxia, ¡a swa ricottruzione. non sempilcemenle la riparctzione''
iw D. 41, 3.30. Rjeoordemos que á buque es en todo momento, hasUl antes de perder su exist- « I Así lo establece el art. l « dd Codke della Navigazione; ley qvie remite ^ Regolamento
encia una corpmt ex congfintilm o tt cohaettfaibua, segím distinguió d jurista romano Pomponlo. per l'esecuzlone dei Códice delta Navigazione, en d que se establecen los mecanismos de Investi-
s»7 Art 13, fr. I U , de nuestra Uy de Navegación, gación en d caso de la pérdida presunta de la embarcación (mi. 344). Cfr. con la llamada perdlta
isa Ni IB Eiqjostaón de Motivos de ia ley, ni el Diario de los Debates de la Ctknara de Diputados, effcttlva en el art 163, asi como en Oioigio Righetti, op. cit, p, 1038.
oftecen un müha y distinción del planteamiento, sin embargo, la doctrina intentaoional, m psrúaAv -•02 Righetti, Giorgio, op. cit., pp. 1036 y 1037,
E i BUQUE

De tai modo, a] imeipretar el caso de pérdida total o destrucción, del


que nuestm Ley de Navegación habla, resulta necesario considerar que
si bi<m ia pérdida total de un buque implica algún modo especifico de
destrucción —la pérdida— como concepto jurídico se aparta de la des-
trucción, en tanto puede inferirse de los datos que arrojen tas últhnas
noticias del navio que el caso trate. L a detracción es pues, un hecho
manifí«rto que se asimila a la pérdida total del buque, pero no de forma
presunta, sino definitiva y demostrada.
Capítulo tercero
NACIONALIDAD DEL BUQUE: LA L E Y DEL PABELLÓN

I . Aproximación 131
I I . Nación, Estado y nacionalidad 132
1. Nación 132 Capítulo tercero
2. Estado 134
N A C I O N A L I D A D D E L B U Q U E : L A L E Y D E L PABELLÓN
3. Nacionalidad 136
I I I . L a institución de la nacionalidad frente a las personas jurídi-
cas y las cosas Í41
I . APROXIMACIÓN
1. Nacionalidad y personas morales 141
2. Nacionalidad y cosas 143
Y a en el capítulo que antecede hemos enunciado el vocablo ''''naciona-
IV. Naturaleza jurídica del vinculo Estado-buque: nacionalidad lidad''' dentro de aquellos elementos que individualizan al buque como
y "Ley del Pabellón" 147 entidad física y jurídica independiente de los elementos que la confor-
V. Nacionalidad y libertad de navegación 151 man.'»'
V I . Otorgamiento y uso del pabellón 155 En el presente apartado intentaremos recoger algunos de los debates
1. Otorgamiento 155 y las soluciones que la doctrina internacional ha ofrecido a cuestiones
2. Uso 160 tan complejas como la nacionalidad en su sentido genérico, el problema
3. Consecuencias del otorgamiento del pabellón 161 de atribuir una nacionalidad a las personas morales y a ciertas cosas, la
V i l . L a nacionalidad del buque en el derecho comparado . . . 162 naturaleza del vínculo jurídico Estado-buque, el vínculo Estado-buque
1. Itiglaterra 163 en relación al propietario y a la empresa naviera, las consecuencias ju-
2. Francia 163 rídicas de tal vinculación, el fenómeno de las banderas por conveniencia
3. Italia 164 y el doble registro, los buques carentes de nexo a un Estado y, por
4. España 165 último, la usurpación del pabellón.
5. Argentina 165 No es arbitrario el que dediquemos un espacio propio al análisis de
6. Derecho internacional 166 los temas relativos a la nacionalidad, por el contrario, debemos seftalar
A. Convención de Jamaica de 1982 166 que si bien es cierto que el buque es el objeto central del derecho de la
B. Convención de Ginebra de 1986 167 navegación, también lo es que todo un cúmulo de relaciones jurídicas
VIH. Antecedentes legislativos nacionales 168 se crean en tomo a él: una de ellas es la relación del buque como ente
1. Ordenanzas de Bilbao 169 físico-jurídico con un Estado nacional.
2. Códigos de Comercio (1854, 1884 y 1889) 169 Las consecuencias de descubrir la naturaleza jurídica de esta relación,
3. Ley de Vías Generales de Comunicación 169 tal vez la más relevante de todos los ligamientos del buque, nos llevará
4. Ley de Navegación y Comercio Marítimos 170 a jerarquizarlo por su realidad misma. En efecto, si bien la teoría general
I X . Problemas complejos de nacionalidad 170 de la ficción jurídica coadyuva a los distintos sistemas de derecho a
1. Doble bandera 170 construir instituciones que no tienen existencia en sí mismas, resulta in-
2. Buques sin nacionalidad 172
403 Cfr. con el capítulo que antecede, asf como con el párrafo 3o. del art. 67 de nuestra Ley
3. Doble registro en el arrendamiento a casco desnudo . . 172 de Navegación.
4. Banderas de conveniencia 173
5. Usurpación del pabellón 176 131
NACIONALIDAD DEL BUQUE 133
132 EL BUQUE

dispensable ensayar una aproximación a la realidad de las cosas y no a no solamente al Estado sino a otros valores como los de carácter cultu-
una invención genial del intelecto humano. ral.'*"' Tras reflexionar sobre los elementos que de modo factible se pue-
El iusinternacionalista mexicano Alejandro Sobarzo ha esbozado ya den integrar a un suficiente concepto de nación,"'^* Carpizo ensaya el
el problema de la nacionalidad de los buques al indicar que la idea de siguiente: "Grupo de hombres, generalmente grande, unido por senti-
que estos cuenten con tal atributo ha suscitado una marcada oposición mientos de solidaridad y de fidelidad que ayudan a crear una historia
entre cierto sector de la doctrina^ común, y por datos como la raza, la lengua y el territorio, y que tiene
Así pues, a pesar de que la importancia de reconocer el vínculo jurí- el propósito de vivir y de continuar viviendo juntos en el futuro".
dico existente entre Estado y buque es ya prácticamente insoslayable, sí A pesar de que la construcción de la noción transcrita resulta sólida
se han generado, en cambio, diversas posturas en cuanto a la admisión ai análisis de la realidad, no podemos dejar de apuntar que los estudiosos
o no de predicar la nacionalidad de algo que, pese a su relevancia eco- de otras ciencias han intentado, como los juristas, dar con la precisión de
nómica y jurídica, no deja de ser sólo una cosa. un vocablo que es en defíniriva intrínsecamente multívoco.
Es con estos antecedentes que intentaremos encuadrar las cuestiones E l iusintemacional-privatista, Leonel Pereznieto,''^ expone algunas de
arriba expresadas, tanto en el desarrollo de nuestro derecho de la nave- las nociones que a lo largo de los siglos tanto las ciencias como la fi-
gación como en aquellos otros que han influido el devenir internacional losofía, la sociología o la antropología misma han fraguado. Veamos
de nuestm disciplina. algunas:

• Juan Jacobo Rousseau: la nación no es constituida por una co-


munidad de raza, de idioma o de historia, sino por su determina-
I I . NACIÓN, ESTADO Y NACIONALIDAD ción de permanecer unida y alcanzar ciertos objetivos comunes.
• Manuel García Morente: nación es aquello a que nos adherimos,
Es imposible ahondar en el estudio de la nacionalidad, sin antes con- por encima de la pluralidad de instantes en el tiempo; hay algo
cretar algunas nociones que nos den luz sobre la realidad sustantiva que común que liga pasado, presente y futuro en una unidad de ser,
la antecede: la nación, así como sobre el receptáculo político-jurídico de
en una homogeneidad de esencia.
aquella: el Estado.
• Pascual Estalisnao Mancini: nación es una sociedad natural de
hombres, creada por la unidad de un territorio, de costumbres y
1. Nación de idioma, formada por una comunidad de vida y de conciencia
social.
E l concepto de nación**^' —explica el constitucionalista mexicano Jor-
ge Carpizo—ciertamente no se determina por la raza, el idioma o la
geografía, aunque son factores importantes en la construcción del senti- 407 Para Ortega y Gasset —culmina Carpizo {ibidem)—, lo que individualiza el concepto nación,
es el futuro común, ei pensamiento de que la nación debe seguir existiendo, que debe continuar
miento nacional, así como lo es la conciencia de un pasado común. Así teniendo una proyección para el futuro.
—sigue—, en la idea de nación se encuentra el pensamiento de fídelidad 40S Jorge Carpizo, como constitucionalista e historiador del derecho, señala que la Constitución
mexicana de 1917, se refiere —en principio— en 26 ocasiones ai término nación, vocablo que a
su parecer, es empleado en dos distintas acepciones: como sinónimo de la unidad del Estado federal,
404 Sobarzo, Alejando, op. cit., pp. 319 y ss. Nadie niega —apunta el autor—, ta impoitancia de México y de la república; como sinónimo de íisderación, entendiendo este término como uno de
que tiene el paíiellón y las consecuencias que de ahí emanan, tanto entiempode guerra como en los dos órdenes jurídicos que se derivan de la Constitución del país (UNAM, ÍU, op. cit., pp. 2171
tiempo de paz. y 2172).
405 Del latín natio-onir. conjunto de personas que tienen una ^adición común. 409 Percznicto, Leonel, Derecho Internacional Privado, México, Editorial Haría, 1994. Para este
406 Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) UNAM, Diccionario Jurídico Mexicano, México, destacado jurista mexicano, el concepto de nación, en términos generales, está referido a un grupo
1994, p. 2171. de individuos que hablan el mismo idioma, tienen una historia común y pertenencen, en su mayoría,
a tma misma raza.
NACIONALIDAD DEL BUQUE 135
134 EL BUQUE

dos, es sujeto del derecho internacional; el Estado, en suma, es titular


Otras voces autorizadas ofrecen igualmente sus conceptos:***" de derechos y obligaciones.'"'
A l igual que al hablar del concepto de nación, demos espacio al com-
• Ernest Renán: voluntad de vivir juntos; el plebiscito de todos los
pendio de reflexiones que Leonel Pereznieto practica respecto de la doc-
días. hrina internacional, al referirse ahora al concepto de Estado:'*"^
• Albertini y Rossolillo: la idea de nación tiene la función de crear
y mantener una conducta de fidelidad de las personas hacia el • Lawrence Krader: el Estado es el receptor de la evolución cultural
Estado. Así, la nación es la ideología de un tipo de Estado, del de una determinada sociedad. Un estadio de evolución de dicha
Estado burocrático y centralizado.
sociedad a partir del cual los nexos primitivos del grupo social
dejan de contar, al menos con la misma intensidad, por lo que se
Como podemos observar, todos los conceptos aludidos, pese a sus
diferencias formales, se ubican en un contexto de tipo sociológico y no pasa a considerar a otros de carácter más objetivo, como el vínculo
jurídico; la nación es una comunidad material, cultural, axiológica, vo- jurídico, que es el elemento esencial para que se conforme el Es-
luntariamente continuada en el tiempo por un pacto tácito de sus inte- tado.*" ^
grantes que, día a día, optan por mantenerse unidos, vinculando sus reali- • BlimtschÜ: la sociedad y el Estado son diferentes. Mientras ésta
dades de modo solidario para lograr juntos el bien común. carece de una voluntad colectiva, de un poder político, de un orden
. jurídico y de un gobierno, para el Estado estos elementos son sus
partes constitutivas y sus funciones específicas.*'*
2. Estado
• Robert Howie: existe una constante en la historia de la evolución
Así pues, como comunidad diferenciada de las demás, la nación puede cultural del hombre: Todos los agrupamlentos sociales logran con
—de modo homogéneo— conformar un Estado*'' o bien, distintas na- el tiempo una identificación cultural y forman una asociación que
ciones por mecanismos de cohesión, que a veces violentos, pueden tam- a la postre encuentra su expresión en el Estado.*''
bién dar existencia a otra realidad, pero ya no de naturaleza sociológica
sino más bien jurídica: el Estado. Como puede apreciarse, las notas comunes al Estado son, a diferencia
Rolando Tamayo y Salmorán, sin duda uno de los más grandes cons- de aquellas referentes al concepto de nación, las de objetividad, juridi-
titucionalistas de nuestro país, ha dicho con toda certeza que el concepto cidad, funcionalidad, etcétera. En efecto, el Estado se manifiesta como
de Estado y lo que ello significa, han dado origen a las más importantes una entidad constituida por una o más naciones, que en armoniosa con-
cuestiones debatidas en la filosofía política;*'^ el Estado —afirma—, no junción de territorio, pueblo, gobierno y orden jurídico, acoge la idio-
es una mera realidad natural, sino que constituye un conjunto de funcio- sincrasia, cultura y axiología de sus sujetos integrantes, para con ello
nes jurídicas cuya comprensión es necesaria para entender el comporta-
miento de la comunidad política.
E l Estado —explica de modo contundente Tamayo y Salmorán—, crea 413 Por ello —concluye el constitucionalista mexicano— las teorías que ven en el Estado sólo
los aspectos naturales, no pueden explicar la unidad, la jurisdicción, la personalidad ni la repre-
derecho, aplica una Constitución; el Estado contrata, representa a sus sentación del Estado (ídem, p. 1231).
nacionales, tiene jurisdicción, ejecuta sanciones; el Estado celebra trata- 414 Pereznieto, Ixonel, op. cit, pp. 32 y ss,
415 Dicho vínculo jurídico —agrega Krader—tieneun primer reflejo en la nacionalidad de los
miembros que integran la sociedad constitutiva del Estado.
416 Asi —delimita Bluntschii—, el proceso de desarrollo va desde la formación de la sociedad
410 Diccionario Jurídico..., op. cit., pp. 2171 y SS.
hasta su inserción en el Estado, y al fundirse en este último la voluntad colectiva de los individuos,
4)1 Del laUn: status.
412 Diccionario Jurídico... op. cit., p. 1320. CJr. también con la obra del mismo autor: Intro- se le da una vida independiente,
ducción ai Estudio de la Constitución, México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, 1989. 417 El Estado como entidad cultural —concluye Howie— determina la nacionalidad de dicha
asociación.
136 EL BUQUE NACIONALIDAD DEL BUQUE 137

esbozar y Uevar a la práctica, un proyecto único de nación, que responda Si de las ideas de nación y de Estado recordamos diversas construc-
a las características de tales sujetos.*'* ciones conceptuales, regidas en ocasiones por elementos discordantes, el
Tamayo y Salmorán —^por último— expresa con toda propiedad la esen- término de la nacionalidad, como vocablo derivado, nos lleva a distinguir
cia del Estado, al sostener que si quitáramos los elementos normativos otros tantos ensayos, orientados desde distintos puntos de vista. Veamos
del conglomerado que constituye el sustratum de una comunidad política, entonces algunos intentos por describir el instituto de la nacionalidad:
lo único que tendríamos sería un agregado de individuos. Sin embargo
—advierte el autor— , si quisiéramos ver en ese conglomerado o en ese • J.P. Niboyet: la nacionalidad es el vínculo político y jurídico que
agregado de individuos "dominio", "legitimidad", "autoridad", esto sólo relaciona a un individuo con un Estado. L a nacionalidad ha de
es posible si entendemos al carácter normativo que supone el Estado.*'' considerarse siempre desde el punto de vista puramente político,
de la conexión de los individuos con un Estado determinado.*^'
• Eduardo Trigueros: la nacionalidad es el atributo que señala a los
3. Nacionalidad
individuos como integrantes, dentro del Estado, del elemento so-
cial denominado pueblo.*^^
Hemos repasado los conceptos de nación y Estado, pues sólo a partir • Hans Kelsen: la nacionalidad es una institución común a todos
de ellos es que se logra construir una idea seria de nacionalidad, que si los órdenes juridicos nacionSles modernos. L a existencia de un
bien es al igual que las otros dos, multívoca por naturaleza, es también Estado depende de la de los individuos que se hallan sujetos a su
la base para intentar vislumbrar la realidad existente entre el Estado y orden jurídico. La existencia de nacionales no determina la del
el buque como objeto central del derecho de la navegación. Estado. E l orden jurídico nacional hace de la nacionalidad un de-
L a dificultad para integrar un concepto de nacionalidad ha sido de- terminado estatus, del cual resulta un condicionamiento a deter-
nunciada de modo sistemático por la doctrina internacional. Así, la iusin- minados deberes y un goce de ciertos derechos. Así, si la natura-
temacional-privatista española Elisa Pérez Vera reconoce el problema al leza de la nacionalidad consistiera en la sujeción a ciertas obligaciones
afirmar que tal noción tiene un carácter multívoco que dificulta su con- y en la posesión de determinados derechos o facultades, debería
creción. Sin embargo, cuenta para ello con una explicación: dado que el anotarse que tales obligaciones o privilegios no son esenciales al
principio de las nacionalidades no ha logrado la plena realización del orden jurídico que se designa como Estado.*^^
ideal del Estado como organización político-jurídica de toda nación, hay • Henri Batiffol: la nacionalidad se define como la pertenencia ju-
que mantener la distinción entre la nacionalidad de hecho y de derecho, rídica de una persona a la población constitutiva de un Estado.*^*
o bien, entre la acepción jurídica y la acepción política o sociológica de
la nacionalidad.*^"

418 Explica el prestigiado iusintemacional-privatista, J. P. Niboyet, la importancia de no con-


fiindir el Estado con la nación. Así —dice—, aunque estos dos conceptos puedan, a veces coincidir, 421 Niboyet, J. P., cy»- cit., p.77.
no siempre ocurre así. Una nación, en dereciio, no es un Estado; por consiguiente, el Estado es el 422 Pereznieto, Leonel, cip. cil, p. 32. Al compendiar una serie de conceptualizaciones sobre la
único que puede ejercer en las relaciones internacionales la autoridad política, la autoridad soberana. nacionalidad, el autor estima que, según Trigueros, fuera del Estado no puede conocerse ni defmirse
El Estado es pues, en cierto modo, la expresión jurídica de la nación cuando ésta ha sido reconocida jurídicamente la nacionalidad.
intemacionalmcnte (Niboyet, J . P,, Principios de derecho internacional privado, México, edit. Na- 423 Idem, p. 33. Pereznieto juzga que según el concepto del prestigiado jurista sajón, la nacio-
cional, 1965, pp. 77 y ss. traducida y adicionada con legislación espaílola por Andrés R. Rambn). nalidad sería una condición que, establecida entre el individuo y el Estado, tljaría sus derechos
419 Son las normas jurídicas —concluye el constitucionalista mexicano— las que convierten el recíprocos.
comportamiento de los miembros de la comunidad en un problema de razón práctica: en un conjunto 424 Leonel Pereznieto al explicar la tesis de su maestro, Henri BatitTol, expresa qe ese autor
de criterios que señalan qué hacer, establecidos por ciertas instancias que no son otras, sino los presupone la existencia de un Estado como requisito indispensable para que el concepto de nacio-
órganos del Estado. nalidad pueda originarse. Con ello, la nacionalidad sólo puede determinarse de modo jurídico, con
420 Pérez, Elisa, Derecho internacional privado, Madrid, Facultad de Derecho de la Universidad lo que el autor no alude a otros elementos de carácter sociológico, tales como los culturales, sociales,
Nacional de Educación a Distancia (UNED). 1990, t. l, p. 167. históricos, lingüísticos, etc. (ibidem).
138 EL BUQUE NACIONALIDAD DEL BUQUE 139

• Lerebours-Pigeonniére: la nacionalidad se define como la calidad Ahora bien, para completar este breve apartado introductorio sobre el
de una persona en razón de su nexo político y jurídico que la une tópico de la nacionalidad, resulta necesario también hacer algunas dis-
a un Estado, del cual ella es uno de los elementos constitutivos.''^^ tinciones que la doctrina internacional y los sistemas positivos han ge-
• Hauriou: la nacionalidad implica, ante todo una "mentalidad" crea- nerado a partir de la nacionalidad y la ciudadanía.*^"
da por la confluencia de uno o varios factores (historia, raza, len- La distinción —según expone el maestro Leonel Pereznieto— deviene
gua, religión, condicionamientos geográficos u otros) con los que, naturalmente del seno del derecho romano:*^' el origen de una persona
no obstante, no se identifica de modo necesario/^^ se adquiría por el nacimiento en un determinado lugar y por el vínculo
• Pérez Vera: la nacionalidad de derecho, se configura como el vín- con el padre cuando se trataba de hijos nacidos iiisíae nuptiae; el con-
culo existente entre la organización estatal y el individuo que per- cepto del origo, resultaba entonces una calidad adquirida de la persona
mite identificarle como miembro de su población.*^'' que no perdía aunque mudara de residencia de su lugar de origen. E n
cambio —sigue el jurista mexicano— dicha persona podía adquirir la
Como se puede observar, alguna de las definiciones ofrecen un con- ciudadanía del lugar en donde hubiese decidido establecerse. Así pues,
tenido de tipo sociológico mientras que otras se centran en lo jurídico. tanto antes como ahora, del origo se desprenden vínculos de la persona
En efecto, Laura Trigeros, al analizar diversas nociones sobre nuestro con respecto al derecho que le es aplicable para regir sus relaciones de
punto de estudio establece con claridad el problema: desde el punto de parentesco, capacidad para heredar, y todo aquello que regule el derecho
vista sociológico, la nacionalidad es el vínculo que une a un individuo civil; en cambio, de su residencia se desarrollan derechos distintos que
con un gmpo en virtud de diversos factores: la vida en común y la configuran su ciudadanía, como el derecho a sufragar o bien a ocupar
conciencia social idéntica. Ahora bien, la coincidencia entre tal concepto
funciones públicas.
y el jurídico —expuesto en las diversas nociones anteriores— en la realidad
Ahora bien, los conceptos apuntados, no son sino producto de teorías
de un Estado, supone cohesión interna y fuerza.'*^»
que respecto de la naturaleza del vínculo de la nacionalidad se han de-
Sin pretender agotar la —nada fácil— cuestión de la nacionalidad en sarrollado. Por un lado, la contractualista, que supone un pacto entre el
general, sí reconozcamos que como toda figura jurídica emanada de fac- Estado y el individuo; por otro, y la unilateralista que considera al Estado
tores históricos y culturales, como fuente real de creación de derecho, como único determinante de la relación estableeida.*-^^
ha tenido un devenir conceptual a lo largo del tiempo. De modo, enton- Hasta aquí hemos llegado cuando menos a reconocer que, dentro del
ces, que los antecedentes romanos son lógicamente distintos a los de la
concepto multívoco de "nacionalidad", existen dos grandes sectores con-
Revolución francesa de 1789, y estos también han sido matizados por
ceptuales: los sociológicos y los jurídicos. Respecto a los primeros, de-
nuevas ideas recogidas en tratados internacionales que estructuran ya el
rivados de factores etnológicos, sociales, culturales e históricos no ahon-
derecho de la nacionalidad.*^^
daremos más, pues ello no nos llevará a desentrañar el problema en
425 Entre los elementos que la dellnición ofrece se encuentran: la nacionalidad sólo puede otor- relación a las embarcaciones.
garla un Estado soberano; esto es, un Estado en el semido del derecho internacional; el individuo
que la recibe, ya que toda persona física es un sujeto capaz de recibir una nacionalidad, que es
incluso un derecho fundamental de la persona; el nexo que se establece entre ambos; nexo que
obedece a factores históricos, necesidades del Estado y consideraciones de orden internacional {Ídem,
pp. 33 y 34).
Estado y el buque, nos referimos a: todo individuo debe poseer nacionalidad; no debe poseer más
426 Pérez, Elisa, cjp. cit, p. 157. de una {cfr. con Pereznieto, op. cit., pp. 34 y ss.).
427 Ibidem. 430 La distinción no es de modo alguno teórica; sino que deriva del propio texto de nuestra
428 Diccionario Jurídico.., op. cil., pp. 2173 y ss. Constitución Política Federal: art. 30 vs art, 34.
429 Como por ejemplo en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, expedida en 431 Pereznieto, Leonel, Comentarios en tomo al proyecto constitucional sobre la doble naciona-
París ei 10 de diciembre de 1948, por la Asamblea General de la Organización de las Naciones lidad en México; XIX Seminario de Derecho Internacional Privado, Universidad Autónoma de Gua-
Unidas. En esa declaración, se recogen dos principios generales respecto al tema, que de algún najuato.
modo ya habíamos señalado y que nos serán de utilidad al analizar el vinculo jurídico entre el 432 Diccionario Jurídico..., op. cit, pp. 2173 y ss.
NACIONALIDAD DEL BUQUE 141
140 EL BUQUE

I U . L A INSTITUCIÓN DE L A NACIONALIDAD FRENTE A L A S PERSONAS


Sin embargo, el concepto jurídico sí es relevante para luego oponerlo
JURÍDICAS Y L A S COSAS
a la situación del buque. Pues bien explica Laura Trigueros que en el
concepto jurídico de nacionalidad pueden distinguirse varios elementos:
el Estado, a quien corresponde establecer el vínculo soberano y el que 1. Nacionalidad y personas morales
es sujeto de derecho internacional;*'' así como el sujeto, elemento a quien
se le atribuye tal vínculo con el Estado del cual es soberano. Si bien ia doctrina internacional se encuentra de acuerdo, en términos
En nuestro país, la adquisición y pérdida de la nacionalidad, como generales, sobre el contenido de los conceptos de nacionalidad y ciuda-
resultado de una serie de consideraciones de nuestra historia patria, se danía por lo que ve a las personas físicas, el tema de la nacionalidad de
consagra en los artículos 30 y 37 de la Constitución Federal;*'* su regu- las personas jurídicas no es de manera alguna pacífico en la academia.
lación por una ley ordinaria se establece —en nuestros días— por la Ley Ahora bien, no es arbitrario el que comentemos someramente el tema
de Nacionalidad de junio de 1993.*'^ por cuanto es común equiparar la situación de las personas jurídicas*'^
Pues bien, las ideas generales brevemente ensayadas en este apartado con la de las cosas; así, algunos de ios factores del razonamiento respecto
nos serán de utilidad para enfrentar la cuestión de la nacionalidad, como a las primeras nos serán de utilidad en las segundas.
atributo jurídico, ya no de las personas físicas, situación ampliamente L a falta de uniformidad en las teorías se hace evidente gracias al
supmda, sino de las personas morales e incluso de cosas, como los estudio del iusintemacional-privatista, Francisco Contreras.*'^ En ese sen-
buques o las aeronaves. tido expone el autor las dos grandes teorías vigentes: la clásica o afir-
mativa, y la negativa. Así, mientras que los que se adhieren a la primera
consideran que el concepto de nacionalidad es aplicado de modo análogo
43) Asi, los Estados miembros de un sistema politico complejo, como cs una federación, no a la sociedades, puesto que éstas cuentan con una personalidad jurídica,
pueden —en principio— atribuir nacionalidad. Esa afirmación de la jurista mexicana (op. cit, p. y que por tanto son entes diferentes de las personas físicas que las in-
2173) cobra realidad en nuesüo sistema constitucional. En efecto, el art, 73, fr. X V I de nuestra
Constitución Federal, otorga expresamente al Congreso de la Unión, facultades para dictar leyes
tegran, los que optan por la segunda consideran en definitiva su carencia
sobre nacionalidad, condición jurídica de los exbanjeros, ciudadanía, naturalización, colonización, absoluta de nacionalidad, ya que su formación emana de un contrato
emigración e inmigración... privado, y no obstante que la ley otorgue personalidad, el atributo refe-
434 La atribución de la nacionalidad en nuestro sistema constitucional, ha optado por la combi-
nación de los dos grandes sistemas ü-adiclonales: el del ius sangumis y el del ius soli {art. 30). Al rente al estado político o nacionalidad es exclusivo de los individuos.*'*
comentar ta norma suprema, Laura Trigueros considera sus términos como muy amplios, con lo Pues bien, a pesar de que la generalidad de las legislaciones, de modo
que se reconoce cualquier tipo de vínculo para atribuir nacionalidad, sin establecerse limitación de
ninguna clase {op cií., p. 2175). Leonel Pereznieto, ha practicado una breve semblanza histórica tácito o expreso, atribuyen nacionalidad a las personas jurídicas por el
respecto a la nacioiuilidad mexicana, y sus factores sociológicos y jurídicos, que finalmente llegarían simple hecho de ser éstas sujetos de derecho con atributos determinados,
a afectar a través de las fuentes reales e históricas de creación del derecho, la consagración básica
de los principios sobre la nacionalidad en nuestra carta fundamental. Así, entre los principales autores como Jean Paul Niboyet afirman contundentemente que las so-
documentos que han dado origen a la sistematización de la nacionalidad en nuestro país se encuentran ciedades no tienen nacionalidad.*'' L a nacionalidad —establece el maes-
—describe Pereznieto—: Elementos constitucionales, de López Rayón, 1811; Sentimientos de la
Nación, de Morelos, 1813; Plan de Iguala de 1821 en el que ya se establece el principio de una
tro— es el vínculo político entre un individuo y un Estado, vínculo que
*'nacionalidad americana" primero y de una "nacionalidad mexicana" después; nuestras constitu- no puede existir entre tina sociedad y un Estado. Así, aplicar a las so-
ciones políticas consagraron los preceptos relativos también: la de 1824,1857 y la vigente contienen
esencialmente los mismos principios. Por lo que ve a las leyes secundarias, también ha habido cieito
desarrollo: Decreto del gobierno sobre Extranjería y Nacionalidad del 30 de enero de 1854; Ley de 436 Cfr. con art. 25 del Código Civil para el D.F,
Exti^anjeria y Naturalización del 28 de mayo de 1886; asi como la Ley de Nacionalidad y Natura- 437 Contreras, Francisco, Derecho internacional privado, México, 1994, pp. 61 y ss.
lización del 5 de enero de 1934 (Percznicto, Leonel, ap. cit., 1995, p. 34). 438 Ambas teorías son amplismcnte socorridas por las voces más autorizadas en la materia. Así,
435 Nuestra legislación cs una clara muestra de lo cambiante de los matices sobre ei concepto como detensores de la teoría afinnativa —compendia Contreras— tenemos a: Sauscr Hall, Anzilotti,
de "nacionalidad", y las consecuencias jurídicas que eso conlleva. Así pues, el ordenamiento en Francisco Ferrara, J. Maury, Enrique Hciguera, Ramón de Orue, Mazeaud. Pascual Fiore, Carlos
vigor a la fecha de elaboración de esta monografia, publicado en DOF del 21 de junio de 1993. Arellano, etc. Los que sostienen la teoría negativa son, entre ou-os: Jean Niboyet, Henri Batiffol,
abrogó el transitorio segundo de la Ley de Nacionalidad y Naturalización del 20 de enero de 1934, Carlos Bcmal, Antonio Linares, Eduardo Trigueros, etc.
así como sus diversas reformas. 439 Niboyet, J. P., op. cit., pp, 79 y ss.
142 EL BUQUE NACIONALIDAD DEL BUQUE 143

ciedades un concepto que sólo conviene a los individuos, únicamente ha al regular la actividad de las "extranjeras" (de nacionalidad extranje-
podido hacerse dando a las palabras una significación demasiado amplia. ra).**' Por último, la Ley de Inversión Extranjera es del todo contundente
Todo el interés del problema de la nacionalidad de las Sociedades al establecer sus definiciones; así, por inversionista extranjero debe en-
—sintetiza Niboyet— se concreta en el disfrute de derechos, sin embar- tenderse a la persona física o moral de nacionalidad distinta a la mexicana
go, la idea de una nacionalidad de las sociedades es demasiado arraigada y a las entidades extranjeras sin personalidad jurídica.
en la práctica para que la doctrina pueda imponer una modificación.'**^' E l problema puede aclararse si recordamos que, pese a todo, una per-
Henri Batiffol en cambio, explica que no es inexacto hablar de na- sona moral no es otra cosa que una persona en sí, con una identidad
cionalidad de sociedades, a condición de que esa noción, por la analogía distinta a la personalidad de quienes la integran; así, cuenta también con
que presenta con la nacionalidad de las personas físicas debe ser clara- atributos que le permiten dar cumplimiento a su objeto social que es
mente distinguida.*'* • también distinto a la actividad de sus integrantes. En síntesis, sea la
Pues bien, como decíamos antes, a pesar de que el despejar la incóg- nacionalidad atribuida directa o indirectamente, lo cierto es que el sentido
nita sobre si las personas jurídicas cuentan o no con una verdadera na- práctico de la legislación ha terminado por imperar sobre el análisis de
cionalidad es doctrinalmente importante, no es sin embargo determinante las teorías negativistas. Así, cuando menos por analogía práctica, además
para la realidad de los sistemas positivos, que francamente otorgan o de por la realidad sustentada por los sistemas de derecho positivo, en
bien equiparan la nacionalidad a las sociedades como lo hacen con los efecto, las personas morales cuentan con una nacionalidad.
individuos, esto con las limitaciones lógicas en cuanto a ciudadanía se
refiere.**^ 2. Nacionalidad y cosas
Así, además de las disposiciones de orden constitucional vigentes,**'
las leyes secundarias son claramente atributivas de nacionalidad a las Hemos citado en líneas precedentes distintos conceptos de la institu-
personas de derecho. En efecto, ya desde la ley especial, la reciente Ley ción de la nacionalidad; éstos, en su mayoría reflejan tres elementos
de Nacionalidad de 1993, expresa que son personas morales de nacio- básicos: el Estado, el individuo como perteneciente a una población y
nalidad mexicana las que se constituyan conforme a las leyes de la Re- el vínculo jurídico entre ambos elementos.
pública y tengan en ella su domicilio legal.*** Se trata, pues, que el ente receptor, el ser que goza del atributo de la
Además, el Código de Comercio y la Ley General de Sociedades Mer- nacionalidad, no es otro que una persona entendida ya en su sentido
cantiles confirman la atribución de nacionalidad a las personas jurídicas, físico o bien en su sentido de ficción jurídica; sin embargo, ninguna de
las nociones extiende el atributo a las cosas. Para mejor abordar —aun-
440 Idem, p. 80.
441 Balestra, Ricardo, Las sociedades en el derecho internacional privado, Buenos Aires, Abe- que brevemente— el problema es necesario recordar, tanto la noción de
Icdo-Pcrrot, 1991, p. 13. El autor argentino, al ubicar la teoría del célebre profesor Batiffol, ahonda cosa como la de nacionalidad, y de ambas derivar sus consecuencias
en la explicación de éste: la actividad colectiva es controlada por el Estado como la actividad
individual, pues es también una actividad de individuos y es, a la vez, más estrechamente regla- jurídicas, trantando de hallar una posible conexión entre ambas figuras.
mentada en razón de los peligros con que amenaza la autoridad del Estado y la libertad de los Pues bien, ya en otro capítulo hemos ahondado en la naturaleza de
particulares. Finalmente, BatifibI seflala la proximidad entre buques y aeronaves con las sociedades
respecto al fenómeno de la nacionalidad. Sin embargo, no profundizaremos sino hasta el próximo las "cosas", tanto desde una óptica filosófica como jurídica, esta líltima
apartado en este tópico especifico. de conformidad con el derecho romano.***^ Comentamos también las dis-
442 Es lógico considerar que las personas jurídicas no son ciudadanos en sistema alguno, ya que
no forman parte del pueblo al no ser entes tísicos. Así, no cuenta —obvio es— con algunos derechos tinciones que hace la doctrina francesa, encabezada por Julien Bonnecase,
subjetivos públicos inherentes a los individuos: votar y ser votado, acceder a la tunción pública, en el sentido de afirmar que ia cosa es un objeto o elemento material,
etc , ver art 34 constitucional.
•43 En efecto, el art. 27 de nuestra Constitución Federal establece que sólo los mexicanos por
nacimiento o por naturalización y las sociedades mexicanas tienen detecho de adquirir el dominio 445 Cfr con art 3o. del Código mercantil, y todo el capítulo Xll de ia Ley General de Sociedades
detierras,^uas y sus accesiones o para obtener concesiones de explotación de minas y aguas. Mercantiles.
444 Ver art. 9o. de la Ley de Nacionalidad. 446 Ver nuestro capítulo sobre nociones generales; fundamentalmente el apartado relativo a la
naturaleza jurídica del buque.
144 EL BUQUE
NACIONALIDAD DEL BUQUE 145

considerado fuera de toda idea de apropiación; mientras que el bien es


beraados y bienes enmarcados en su territorio o bien insertos en su nor-
igualmente un objeto material, considerado desde el punto de vista de
matividad.*^'
su apropiación actual o virtual.**'
Con lo anterior ha quedado claro que sí hay un vínculo jurídico entre
Por otro lado, sin perjuicio de destacar los elementos de cada una de
el Estado y el bien; el primero, como institución, es soberano y tiene la pro-
las nociones ensayadas por la doctrina respecto a la nacionalidad, pode-
piedad originaria sobre el segundo. Ahora, es necesario despejar la in-
mos sintetizarlas todas en que, en sentido amplio, por nacionalidad de-
cógnita respecto a otro de los elementos: la inserción del individuo en
bemos entender, el vínculo jurídico entre un Estado y un individuo
una determinada población de un Estado nacional. Esto es, si bien la na-
(persona) que hace a tal individuo formar parte de la población de ese
cionalidad se define como la pertenencia jurídica de una persona a la
Estado.**»
población constitutiva de un Estado, debemos alcarar si hay una perte-
Contamos ya con los elementos esenciales para intentar una aproxi- nencia de los bienes como elementos de la población.
mación, sin embargo, debemos primero establecer cuál es la relación Pues bien, equiparando —^para nuestro análisis— los vocablos pobla-
del Estado hacia un bien, sin considerar por ahora la nacionalidad ción*" y pueblo, debemos igualmente hacer alusión a los diversos sen-
misma. tidos del concepto: geográfico, demográfico, sociológico o bien jurídico-
Así pues, si bien es cierto que como el jurista mexicano Rolando político;*^^ sin embargo, creemos que para descubrir el elemento
Tamayo explica con toda razón, el concepto de Estado y lo que significa población dentro de la noción de nacionalidad, debemos acudir cuando
han dado origen a las más importantes cuestiones debatidas en filosofía menos al punto de vista sociológico. En efecto, desde una perspectiva
política —considerándolo algunas como una comunidad política desarro- de esa clase, "pueblo" se identifica con nación, con el conjunto de seres
llada, otras como una consecuencia natural de la evolución humana, y humanos unidos por un sentimiento de pertenencia nacional, en base a
en fin, otras como la estmctura del poder político de la comunidad—, factores tales como la afinidad racial, comunidad de cultura, lengua, re-
debemos afirmar que cuando menos en nuestro sistema jurídico, el E s - ligión, destino político, etcétera.*^*
tado es una persona de derecho.**' Como se aprecia, también los conceptos de población se refieren sólo
Entonces, entre el Estado y los bienes del Estado es innegable que a individuos, a personas físicas pertenecientes a una comunidad nacional
existe una relación; en efecto, el propio Bonnecase es claro al indicar determinada; así pues, tampoco aquí encontramos un vínculo susbsisten-
que el derecho real es una relación de derecho en virtud de la cual una te, que no sea el de derechos reales entre la población y los bienes, y
cosa se encuentra, de una manera inmediata y exclusiva, en todo o en mucho menos entre el Estado y los bienes.
parte, sometida al poder de apropiación de una persona.*^^
Sin embargo, pese a que el Estado es en sí una persona, no es una persona
cualquiera, sino la estructura rectora de la vida misma de una nación,
451 Este poder tanto soberano como patrimonial del Estado sobre sus bienes, es plausible del
por lo que sobre sus bienes no sólo ejerce un derecho real sino una texto del art. 27 constitucional: 'La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los
potestad suprema para, en un ámbito de respeto a los derechos funda- límites del territorio nacional, «rrcspondc originariamente a la Nación, ia cual ha tenido y tiene
el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada".
mentales garantizados constitucionalmente, ejercer su soberanía sobre go- 452 Al ser común la confusión de los términos de población con los de centro de población,
resulta importante distinguirlos; asi mientras que población y pueblo pueden ser identificados, por
cenu-o de población debe entenderse: las áreas urbanas ocupadas por las instalaciones necesarias
447 Bonnecase, Julien, op. cit., pp. 471 y ss. La conclusión del iuscivllista galo, va en el sentido para su vida normal; las que se reserven para su expansión futura; ias constituidas por elementos
de que en el fondo, la noción de cosa y la de bien, únicamente se separan desde el pumo de vista naturales que cumplen una función ik preservación de sus condiciones ecológicas; y las que se
de la idea de apropiación. dediquen a la fundación del miimo, conforme a las leyes aplicables (esta clase de nociones han
sido acuñadas por tas leyes de desarrollo urbano de las entidades federativas, acogiendo en su orden
448 Recordar sobre todo las nociones de Batiffol y de Niboyet, antes anotadas.
jurídico interno la.s llamadas leyes marco de esta misma naturaleza y contenido. El caso aquí plas-
449 Recordemos el art. 25 del Código Civil para el D.F., que aunque se refiere al concepto
mado cs el de la Ley de Desarrollo Urbano del Estado de Jalisco, art. 6o., fr. II).
sociológico de nación, debe —en principio— ser entendida en tal disposición legal como Estado.
453 Diccionario Jurídico..., cp. cit., p. 2640 (Héctor Fix Fierro y Sergio López AyI16n).
450 Bonnecase, Julien, op. cií., pp. 469 y ss.
4$4 Ibidem.
NACIONALIDAD DEL BUQUE 147
146 EL BUQUE

I V . N A T U R A L E Z A JURÍDICA D E L VÍNCULO ESTADO-BUQUE:


Con lo dicho, creemos que en efecto hay una vinculación necesaria
NACIONALIDAD Y " L E Y D E L P A B E L L Ó N "
entre el Estado y los bienes, pero esa relación jurídica no puede ser
extrapolada a equiparar los bienes con los seres humanos; así, en defi-
La interrelación de las premisas utilizadas en nuestros razonamientos
nitiva el atributo de la nacionalidad no puede ser predicado de los bienes,
anteriores debe ser acotada a un ámbito puramente lógico-jurídico, ajeno
de todos los bienes, no importa que tan relevantes para el Estado sean
éstos. a la inveterata consuetudo que ha legitimado el concepto de nacionalidad
en el círculo del derecho de la navegación. En efecto, si antes habíamos
Sin embargo, por el interés social que el Estado guarda respecto a
concluido que la nacionalidad no se predica de los bienes,*^' sino sola-
algunos bienes especiales, el vínculo jurídico entre el Estado y el bien
mente de las personas, debemos, sin embargo, reconocer la fuerza de la
cobra mayor relevancia, no siendo entonces sólo el simple derecho real
costumbre como fuente formal de derecho, que ha incluso sido vertida
sobre ellos, el elemento vinculatorio, sino la necesidad de ejercer sobe-
en los ordenamientos positivos nacionales e internacionales.
ranía sobre bienes que se desplazan a espacios jurisdiccionales de dis-
Así como en su momento lo hiciera el maestro napolitano Antonio
tintas soberanías.
Scialoja, al distinguir los tres diversos tipos de instituciones que integran
Y a antes hemos afirmado que tanto las aeronaves como las embar- el derecho de la navegación,**^ creemos que es factible señalar a la ins-
caciones, no son esencialmente sino bienes, por ello, no pueden gozar titución de la nacionalidad aplicada al buque como una desviación o
—por lo expresado— de una nacionalidad, pero si de un vinculo j u - derivación de una disciplina jurídica igualmente autónoma: el derecho
rídico con el Estado de mucho mayor jerarquía que el del resto de los internacional privado.
bienes.
De tal modo, por tradición y practicidad, primero la costumbre, como
Pese a nuestro razonamiento —como veremos— no queda más que
fuente formal de derecho,*^' y luego la ley como fuente formal por ex-
en el plano meramente académico,*" ya que bajo el orden jurídico
celencia del mismo, han llevado a una institución en principio ajena al
positivo nacional*^* e internacional,*" se ha establecido mediante la
derecho de la navegación a ser sin lugar a dudas, uno de los pilares de
utilización de una ficito iuris que el buque*'* sí tiene una nacionalidad
mayor jerarquía dentro de nuestra disciplina.
como posteriormente apreciaremos; esta categórica afirmación positi-
Ahora bien, como atinadamente señala el jurista argentino Domingo
vista no es de ninguna manera arbitraria, sino que responde a siglos
Ray, con el concepto de nacionalidad se establece una relación, en ciertos
de tradición iusmaritimista que así lo han ¡do acuñando hasta nuestros
y determinados casos, entre las personas que se encuentran en conexión
días.
con el buque, sean sus propietarios y armadores, cargadores o consigna-

459 Nos referimos al concepto bienes, visto h^yo el ángulo de Julien Bonnecase, ya antes apun-
tado.
460 Scialoja, Antonio, op. cit., pp. 17 y ss. Remitimos al lector a nuestra breve semblanza sobre
el derecho de la navegación en Italia; y particularmente al apartado sobre las tesis del maestaro
455 El jurista italiano Gbrgio Riglwtti, expresa con claridad y vehemencia el estadio teórico en Scialoja.
el que permanecen los debates sobre la nacionalidad de las embarcaciones. Ver "Ii probkma della 461 Ai hablar de la costumbre como fuente de derecho, es preciso recordar algunos factores
—nazionalitá— della nave é uno di quelli che ha maggiormente ajfaticato la dottrina Internazio- fundamentales de la ciencia jurídica. En efecto, la costumbre es una fuente formal de derecho; sus
nalistica e mctriltintislica dapiii di tm secólo, e coniinuera ad qffaticarla. soprattuto a livello teórico..." elementos son dos: la inveterata consuetudo, esto es, que haya arraigado durante largo tiempo en
(Righetti, Giorgio. op cit., p, 1043). el grupo social; y la opinio iuris seu necessitat'is, esto es, la convicción de que la costumbre obliga
456 Ver nuestra L.ey de Navegación, art. 12. como regla de derecho (cfr. con Villoro, Miguel, Introducción al estudio del derecho, México,
457 Ver Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, de Montengo Bay, Jamaica, Porrúa, 1990, pp. 164 y ss). Por otro lado, el maestro Alejandro Sobarzo (op. cit., p. 320, cita una
arts. 91 y ss. nutrida serie de tratados bilaterales de amistad, comercio y navegación suscritos durante el siglo
458 Debemos extender el sentido a toda embarcación, ya sea esta mayor o menor, ya que nuesb-a X I X donde se habla de la nacionalidad de los buques; hecho que confirma la incidencia de la
Ley no la limita a las embarcaciones mayores (buques), igualmente los dispositivos del Convenio costumbre como fuente, en los instrumentos internacionales de aplicación nacional según el att. 133
de Montengo Bt^, Jamaica, se refieren a buques en sentido genérico. de nuestra Carta Fundamental.
148 EL BUQUE
NACIONALIDAD DEL BUQUE 149

tarios, capitanes, tripulantes, etcétera, y el orden jurídico del Estado que


otorga esa nacionalidad.*" siderados como nacidos en el territorio al que la embarcación pertene-
La fundamental importancia de atribuir nacionalidad a un buque es ciera; de igual modo en el caso del ''Costa Rica-Packet" se invocó una
puesta de relieve por el maestro mexicano Alejandro Sobarzo, al señalar tesis similar, aduciendo igualmente que los buques en alta mar, consti-
la importancia que tiene el pabellón y las consecuencias que de ahí ema- tuyen desmembramientos del territorio del Estado.*'''^
nan, tanto en tiempo de guerra como en tiempo de paz. En el primero, Por último, la disputa doctrinal sobre si el buque tendria que ser con-
el pabellón condicionará la conducta a ser observada tanto por las po- siderado o no como territorio flotante de la nación cuyo pabellón enar-
tencias beligerantes como la de las neutrales; en el segundo caso, deter- bolaba, vino a vertirse en el famoso caso Lotus, fallado en 1927 por el
minará la aplicación de las leyes del Estado a que el buque pertenece a Tribunal Permanente de Justicia Internacional. En su resolución —^salida
las diversas relaciones de derecho público y de derecho privado.*" avante por el voto de su presidente—, el Tribunal recogió la tesis de
Así, por lo que ve al ejercicio de la navegación mediante buques mer- que el buque mercante, mientras se encuentre en alta mar es, como el
cantes en tiempo de paz, resulta económicamente trascendental la con- buque de guerra en todos lados, parte del territorio del país en que per-
sideración de nacionalidad, ya que naturalmente los Estados tienden a tenece.*^^
conceder privilegios de distintas clases a los buques que enarbolan su Pese al fallo del Tribunal, abundante doctrina se ha encargado de
pabellón.*^ condenar los elementos de tal resolución —si bien no el fallo mismo—,
L a aplicación de la ley del pabellón, ha sido ensayada desde distintos con base en algunas consideraciones contundentes:*^8
ángulos, el primero de ellos utilizó una vez más la —no pocas veces
problemática— figura de la ficción de derecho en cuanto a la territoria- • Es insostenible considerar al buque privado en alta mar como un
lidad de los buques.**^ L a teoría derivó de la exposición de motivos territorio del Estado y cuando se encuentra en aguas jurisdiccio-
elaborada por el gobierno prusiano en 1752 para justificar la confiscación nales como una persona, sujeta al orden público del Estado ribe-
de cierto dinero de unos acreedores ingleses. reño;
El segundo caso, en un mismo sentido surgió con Vattel, en 1758, a • Sólo por una simplista metáfora se aplica la teoría del territorio
propósito de los niños nacidos en una nave, quienes debían de ser con- flotante, ya que por principio de cuentas, el buque es un mueble
y el territorio no lo es.
• E l derecho de visita en la guerra marítima, consistente en el derecho
462 Ray, Domingo, op. cit, t I , pp- 268 y ss. El oiorgaiento expreso de nacionalidad a las
embarcaciones se ubica en el art. 12 de nuestra Ley de Navegación. que tienen los beligerantes de visitar las naves mercantes de pa-
463 Sobarzo, Alejandro, op. cit, pp. 319 y ss. bellón neutral, en alta mar o bien en los mares territoriales de
464 En efecto,figurascomo las relativas a la pesca, el cabotaje, el remolque, la asistencia y el
salvamento, asi como las reservas de carga, son con frecuencia algunos de las figuras que las leyes
batalla. Así, si se identifica el buque en alta mar con el territorio
nacionales privilegian a los buques enarbolan el pabellón de un país determinado. Enü^ nosotros, no se explica tal derecho, ya que por sí mismo, importaría una
por ejemplo, el art. 2o. de la Ley de Pesca, establece la aplicación de tal ley en las embarcaciones evidente violación de un derecho de las potencias neutrales, co-
de bandera mexicana que realicen actividades pesqueras en alta mar o en aguas de jurisdicción
extranjera, al amparo de concesiones, permisos, autorizaciones o de cualquier otro acto jurídico nocido como la inviolabilidad de su territorio por su calidad mis-
similar que haya otorgado algún gobierno extranjero a México o a sus nacionales. Otro claro ejemplo ma de Estados no beligerantes.
de este principio de privilegios, es el establecido en el art. 33 de nuestra Ley de Navegación, en
donde se dispone que la SCT, previa opinión de la Comisión Federal de Competencia, podrá reservar,
total o parcialmente, determinado transporte internacional de carga de altura, para que sólo pueda 466 Una sintética reseña de estos casos puede ser hallada en las obras citadas de Domingo Ray
realizarse por empresas navieras mexicanas, con embarcaciones mexicanas o reputadas como tales, y Alejandro Sobarzo (el primero en pp. 268 y ss.; el segundo en 351 y ss).
cuando no se respeten los principios de libre competencia y se afecte la economía nacional. 467 Esta tesis, acogida por el tribunal referido, fue originalmente planteada por el secretario de
465 Para profimdizar en ei tema, recomendamos al lector, el capítulo undécimo "El buque como Estado de EE.UU., William Evrast en 1879 (Sobarzo, Alejandro, op. cit, p, 351).
territorio flotante" de la obra del maestro Sobarzo. mismo que contiene una excelente narración de 468 Uno de los autores que mejor ha defendido una postura contraria a la del territorio flotante
casos trascedentes e históricos que han marcado la naturaleza misma de la nacionalidad de las es Gidel, Gilbert, Le Droit International public de ¡a mer, París, 1932, t. I, pp 251 y ss , citado
embarcaciones (op. at, pp. 351 y ss.). entre otros por RAV, Domingo; op. cit, t. I, p. 269. Entre nosotros, el propio maestro Sobarzo ha
sido voz autorizada en la exposición y conclusión del asunto (idem, pp. 352 y ss,).
ISO EL BUQUE NACIONALIDAD DEL BUQUE ISl

• E l derecho de persecución también pone en franco declive la teoría • Mediante la atribución de nacionalidad al buque, se determina la
del territorio flotante, ya que si bien por él cada Estado ribereño jurisdicción aplicable cuando el buque se encuentra en alta mar
está facultado para continuar en alta mar la persecución de un y, en ciertos casos en otros espacios acuáticos y que la ley del
buque infractor, siempre que tal infracción se hubiere iniciado en pabellón, es la que rige en una serie de hipótesis de derecho pú-
el espacio marítimo de éste. De aceptarse la tesis debatida, el blico y de derecho privado;
Estado persecutor al apresar al buque infractor estaría violando la • L a aplicación de la ley del pabellón sirve como principio unifi-
soberanía territorial del Estado mismo, ya que el referido buque cador en derecho internacional privado por la variedad de personas
sería —bajo ese errado criterio— territorio soberano. afectadas y de leyes que podrían aplicarse siguiendo otros crite-
rios.'*^^
Así pues, la conclusión ante la metáfora de la territorialidad flotante
no puede ser otra que —como expresa Gilbert Gidel—: la condición del
buque en alta mar constituye el caso típico en que la ley de la bandera V . NACIONALIDAD Y LIBERTAD D E NAVEGACIÓN
del buque no encuentra ningún obstáculo en la soberanía territorial de
ningún otro Estado y pueden ejercitarse libremente las consecuencias E l alta mar se ha definido igualmente a lo largo de la historia de los
que se desprenden de la circunstancia que el buque enarbole pabellón, tratados internacionales; así en la Convención de las Naciones Unidas
sin que sea necesario pensar que el buque representa una parte del te- sobre el Derecho del Mar de 1982''''se define en sentido negativo, ya
rritorio de ese Estado.*^^ que las normas relativas a la misma se aplican a todas las partes del
mar que no están comprendidas en la zona económica exclusiva, en el mar
Finalmente, la nacionalidad del buque es justificable en cuanto a que
territorial, en las aguas interiores o en las aguas de los archipiélagos.
el mismo es en sí una comunidad organizada en constante traslación
Así pues, como indica el iusinternacionalista Tullio Scovazzi, alta mar,
física, así con independencia de la nacionalidad de las personas físicas
que no puede ser sometida a la soberanía de ningún Estado, se inicia
que integran su tripulación es una colectividad organizada jerárquica-
por tanto donde terminan los espacios sobre los cuales los Estados ribe-
mente desde el capitán hasta el último de los operarios tripulantes, que
reños pueden reivindicar derechos exclusivos.*^*
por razones lógicas de seguridad juridica en la libertad de navegación
En nuestros días ¡xxlemos afirmar que "alta mar" y "mar libre" son
internacional, debe ser regido por la ley del Estado, cuyo pabellón enar-
expresiones sinónimas, sin embargo como indica Domingo Ray, a esta
bola.*^o
posición se llegó luego de años de una interesante evolución. E l principio
Domingo Ray, llega a dos corolarios que sintetizan la importancia de
de libertad del alta mar significa entonces, que en tiempos pacíficos,
la ley del pabellón, como auténtica naturaleza en la vinculación jurídica
todos los Estados y ciudadanos de cualquier Estado, pueden utilizar el
del Estado y el buque.*^' Veamos:
alta mar: libertad que se traduce en actividades económicas*" tales como
la pesca, el aprovechamiento genérico, la construcción de islas artificiales
469 Lo que resulta ilógico es que nuestra antigua Ley de Navegación y Comercio Marítimo, en
pleno 1963 acogiera una tesis tan discutida y superada. En efecto, nuestro anterior ordenamiento,
disponía en su art. 2o., que "Los buques mexicanos en alta mar será considerados tenritorio mexi-
cano". Afortunadamente nuestra ley vigente ha superado la imprecisión.
472 El tema de tas banderas de conveniencia, problema que cuestiona este segundo corolario,
470 Esta justificación encuenua apoyo sobre todo en la Escuela Italiana del Derecho de la Na-
será tratado en uno de nuesUt)s siguientes aparuidos.
vegación, Antonio Lefevbre y coautores, por ejemplo, establecen: ''Non sembrerebbe potersi acco-
473 Ver la parte VII de la Convención de Jamaica
gliere la concezione, secando la quale la nazionalitá concreterebbe una qualfficazione della comu-
474 Scovazzi, Tullio, Elementos de derecho imemacional del mar, Madrid, Tecnos, 1994, pp.
nitá viaggiante, ai fini della sottoposizione di quesla alia poíestá dello Stato della bandiera. dato
51 y ss. edición española a cargo de Valentín Bou Franch.
che il complesso delle persone che compone la comunitá viaggiante non é l'oggetto, al quale sifa 475 Ray, Domingo, op. cit., L 1, pp. 575 y ss. Cabe apuntar que las actividades de aprovecha-
riferimento per stabiiire il collegamento fra il veicolo e un determínalo Stato (Lefevbre, Pcscatore, miento como colocar cables y tuberías submarinas y el sobrevuelo, son libertades enunciadas desde
Tullio, op cií., pp. 299 y ss). la Convención de Ginebra de 1958.
471 Ray, Domingo, op. cit., t. I, p. 270.
1S2
NACIONALIDAD DEL BUQUE 1S3
EL BUQUE

Jamaica de 1982, por lo cual, anotaremos lo más trascendente de su


y la navegación, además de otras de naturaleza científica y de investi-
normativa en cuanto a la libertad de los mares y la nacionalidad de las
gación aplicada*'*
embarcaciones. Veamos:"*'
Tal libertad no debe entenderse de modo alguno como absoluta, sino
1. E l alta mar está abierta —seilala el artículo 87— a todos los E s -
que su regulación internacional siempre ha tomado en cuenta el ejercicio
tados, sean ribereños o sin litoral. L a libertad de la alta mar se ejercerá
razonable y mesurado, tomando en consideración los intereses que pre-
en las condiciones fíjadas por la propia Convención (Montego Bay); así
senta el uso de esa misma libertad por otros Estados.
como por otras normas de derecho internacional.
Como decíamos antes, el principio de la libertad de los mares no ha
tenido el mismo sentido a través del tiempo. Así, mientras que en una 2. Las actividades comprendidas en el principio de libertad de la alta
etapa significó la posibilidad de navegar sin riesgo de piratas posterior- mar, según la Convención, son (artículo 87):**2
mente, a través de ese principio se contuvo la pretensión de algunos
• L a libertad de na\egación;
pueblos de su deseo de monopolizar la navegación y el comercio marí-
• L a libertad de sobrevuelo;
timo en su favor.*'*
Con posterioridad, significó la libertad de navegación a favor de po- • L a libertad de tender cables y tuberías submarinos;
tencias neutrales en caso de causas beligerantes; más tarde se relacionó • L a libertad de construir islas artificiales y otras instalaciones per-
a la limitación del tonelaje de las marinas mercantes de ciertos países, mitidas por el derecho internacional;
para, finalmente, relacionar el principio con la regulación internacional • L a libertad de pesca.
sobre navegación comercial, transporte de mercaderías, registro de em-
Estas libertades a los Estados, deben ser ejercidas por todos, teniendo
barcaciones, condiciones de navegabilidad, etcétera.*^''
debidamente en cuenta los intereses de los Estados en su ejercicio de
Las consecuencias del principio de la libertad del alta mar —dice
libertad del alta mar, así como los derechos previstos en la propia con-
Domingo Ray, citando a Gilbert Gidel— pueden enunciarse en dos pro-
vención, respectos a las actividades en la zona (articulo 87-2); por ijltimo,
posiciones, una negativa y otra positiva: la primera expresa que ningún
Estado puede ejercer en alta mar actos de autoridad, sobre los navios
que no enarbolen su pabellón; la segunda señala que todos los Estados 481 Para nuestros comentarios siguientes, nos hemos apoyado en la obra del maestro Tullio
pueden utilizar libremente el alta mar.**° Scovazzi; op cit, pp. 51 y ss.
482 Como ya lo hemos justificado en nucsba Historia ., op. cit, pp. 7 y ss. estos son los contenidos
Antes hemos citado algunas de las fuentes del derecho internacional del derecho marítimo. En este sentido hemos ensayado una definición sobre dicha disciplina, bajo
del mar, encontrándose entre ellas la Convención de Ginebra sobre Alta el siguiente enunciado: El derecho marítimo es un conjunto de principios, instituciones y normas
jurídicas que regulan a los sujetos, objetos, hechos, actos y relaciones derivadas de las actividades
Mar de 1958; sin embargo, por su importancia y amplitud el contenido humanas de utilización del mar reconocidas por los Uatados internacionales vigentes de derecho del
de esta disciplina ha sido prácticamente vertido en la Convención de mar; conjunto éste que de acuerdo a cada derecho intemo, se extiende —para ampliarse o reducirse—
a las aguas de jurisdicción estatal. Nos es el momento para explicar el concepto, sin embargo, lo
que hemos intentado dejar claro con esta construcción conceptual, es que al ser el mar (lato sensu),
476 Ver nuestro articulo La libertad de navegación, op cit., además, ver también nuestra Histo- el único elemento absolutamente permanente en la disciplina, es necesario considerar el carácter
ria..., op. dt. pp. 2 y ss. internacional de la misma. Carácter que ha sido reconocido por más de 130 naciones que de un
477 Cfr. con Scovazzi, Tullio. op. cit., pp 51 y ss modo u otro han participado en la elaboración del Convenio de Jamaica de 1982. Así, bajo nuestro
478 La historia de la evolución del principio de la libertad de los mares, es en mucho, la historia criterio, el concepto moderno de derecho maritimo debe tener como principales características: el
misma de la humanidad, su contenido, agoui por mucho las sencillas pretensiones de esta obra. Por ámbito internacional del cual surge y al cual regula; las actividades que por acuerdo entre la mayoría
ello, remitimos al lector a un par de textos de exelente calidad: Cervera Peiy, José, Ei derecho dei de las naciones de! planeta se permiten ejecutar en las aguas internacionales; la facultad soberana de
mar, Madrid, Editorial Naval, 1992. En especial, el capítulo denominado "El largo camino hacia los Estados nacionales para incorporar los contenidos internacionales de la disciplina a sus espacios
la codificación" (pp. 39 y ss.); Mollat Du Jourdin, Michcl, Europa y ei Mar, Crítica Barcelona, navegables. As!, la internacionalidad como rasgo subsistente en estas tres características hace de
Grijalbo, 1993. ella auténtica columna que sostiene al edificio jurídico de nuestra disciplina. El concepto que pro-
479 Cfr con Ray, Domingo, op cit, X. 1, pp. 575 y ss. Cfr igualmente con los arts. 8 6 y ss. de ponemos parece ser además, el que naturalmente se predicaría de nuestra legislación marítima vi-
la Convención de Jamaica de 1982, así como con nuesUo artticulo La libertad.., op. cit. gente, ordenamiento que es sin duda uno de los más receptivos en la incorporación de las soluciones
480 Ver Ray, Domingo, op cit, t. 1, p. 579. internacionales en la materia.
154 EL BUQUE
^ACIONALlDAD DEL BUQUE 155

como principio general, el alta mar será utilizada exclusivamente con


fines pacíficos (artículo 88). V I . OTORGAMIENTO Y USO D E L PABELLÓN**^

Ahora bien, como ya antes comentábamos, en la Convención de G i -


nebra de 1958 se preveía la necesidad de la existencia de la relación 1. Otorgamiento
auténtica entre el Estado y el buque. En particular, el Estado habría de
ejercer efectivamente su jurisdicción y su autoridad, estos principios fue- En general, la inscripción en una matrícula nacional atribuye a las
ron confinnados por la Convención de Jamaica de 1982. embarcaciones y a los artefactos navales la nacionalidad del Estado al
En este orden de ideas, y por lo que ve a la inmunidad de jurisdicción que se relaciona, y consecuentemente el derecho-obligación a enarbolar
en alta mar respecto de los Estados distintos del pabellón, es completa su pabellón, esto es a ser abanderado y usar permanentemente el mismo
para los buques de guerra, así como para aquellos pertenecientes a un en tanto subsista su relación, con el Estado en cuestión.**^
Estado o explotados por él y empleados exclusivamente para un servicio En nuestro sistema, la Ley de Navegación establece que son embar-
oficial no comercial (artículos 95 y 96). Sin embargo, en el caso de buques caciones y artefactos navales mexicanos los abanderados y matriculados
en alguna capitanía de puerto**' a solicitud de su propietario o naviero,
privados, se preveén algunas excepciones a la prohibición de interferen-
previa verificación de las condiciones de seguridad del mismo y presen-
cia en alta mar a bordo de buques extranjeros: la primera está constituida
tación de la dimisión de bandera del país de origen.***
por las actividades de piratería, la segunda, el derecho de persecución.**'
Pues bien, el abanderamiento —apunta con precisión el maestro Fran-
Otra restricción a la libertad de los mares —entre varias más— es la
cisco Fariña— es el acto mediante el cual la administración marítima de
relativa a la actividad pesquera. En efecto, la libertad de pesca en alta
una país concede a un buque el derecho a usar el pabellón nacional. Con
mar no es absoluta, sino que se encuentra condicionada por la obligación
ello, el buque abanderado en un Estado se pone bajo el amparo del
de todos los Estados de adoptar las medidas aplicables a sus nacionales
pabellón que ostenta y puede disfrutar de los beneficios que las leyes
que sean necesarias para garantizar la conservación de los recursos bio-
otorgan a éste, sometiéndose igualmente a todos los preceptos que para
lógicos y de cooperar con otros Estados en la adopción de tales medi-
los buques nacionales se encuentran establecidos, al control del Estado
das.***
cuyo pabellón lleva, y a todas las reglamentaciones marítimas que por
En síntesis, el derecho internacional ha considerado la importancia de
el mismo Estado se dicten.**''
acuñar un principio general por el que los Estados cuenten con la sufi-
Los requisitos para la inscripción en la matrícula y, con ello, la ob-
ciente libertad para desarrollar sus economías nacionales y generar in-
tención de la nacionalidad han variado a través de la historia. Así, en
tercambios y relaciones pacíficas entre los pueblos; sin embargo, ese
principio se ve acotado por el bien común de la humanidad toda, ya que 485 Respecto a la cesación o cancelación del pabellón, remitimos al lector a nuesUt» comentarios
la afectación de los espacios acuáticos no son privativos en modo alguno practicados sobre el particular, dentro del apartado de "Baja y cancelación de matrícula" de nuestro
anterior capítulo.
de Estados concretos, sino de todos los que poblamos este pequeño y 486 Cfr. entre otros con: Ripert, Georges, op. cit, pp. 48 y ss.; Lefevbre, et ai, op. cit., pp. 303
frágil planeta azul. y ss., Chorley & Giles, op cit, versión en español, pp. 11 y ss.; Fariña, Francisco, op. cit. pp. 59
y ss.; Hernández, Samiago; op. cit, pp, 930 y ss.; Ray, Domingo; op. cit, t \, p. 276: Beltran,
Luis; op. cit, pp. 96 y ss;
487 En efecto, el complcmcnlo del abanderamiento es la matriculación o inscripción de un buque
en un registro para ello previsto. Asi, el puerto de matricula no es más que el domicilio del buque.
48J El derecho de persecución se verifica —Idem. p. 54— cuando la autoridad de un Estado 488 Cfr con los arts. 9o. y 58 de nuestro ordenamiento. Además c/r con el Reglamento del
ribereño tenga motivos fundados para pensar que un buque haya infringido las leyes y rcglanen- Padrón de Abanderamiento Mexicano de 1986, que fundamenulmcnte esttólece las condiciones y
taciones de ese Estado, lo que origina una sanción en su conü-a por violentar el orden positivo modalidades para ia inscripción dicho padrón, el reglamento habrá de ser abrogado para dar lugar
imperante en sus aguas jurisdiccionales. al nuevo Reglamento de la vigente Ley de Navegación.
484 Este principio se encucnü-a previsto por el art. 117 de la Convención de Jamaica A su vez, 480 Hernández, Sanüago; op. cit, p. 58. El autor español deja asi claramente señalados los
la cooperación internacional en la materia se realiza a través de la celebración de tratados multila- efectos que el abanderamiento produce; la legislación y reglamentación que lo regirá tanto en sus
terales, en donde se crean —explica Tullio Scovazzi, Idem— órganos dotados de competencias obligaciones como en sus derechos será la ley nacional del Estado que le otorga su nacionalidad;
especificas en materias como cuotas de cíq>turas, aparejos prohibidos, estaciones de pesca, etc. control administrativo dei Estado que lo enarbola.
156 EL BUQUE NACIONALIDAD DEL BUQUE 1S7

los siglos X V I I y X V I I l , se integraban tres requisitos básicos para el Nuestra ley actual, como antes veíamos, ha optado por el criterio del
otorgamiento de la nacionalidad:'''^ domicilio, que, según parece, es el más conveniente para estimular el
desarrollo de la marina mercante.*'' Así, reputa embarcaciones y arte-
• Que la embarcación fuera construida en el pais que ia otorgaría; factos navales mexicanos a los abanderados y matriculados en alguna
• Que los propietarios fueran nacionales (en distintas proporciones capitanía de puerto a solicitud de su propietario o naviero, previa cum-
según la época y legislación); plimentación de algunos requisitos administrativos.*'*
• Que los miembros de la tripulación fueran asimismo, nacionales. En consecuencia, según lo dicho la Ley de Navegación se ha apartado
relativamente de las condiciones tradicionales para el otorgamiento de
Estos tres elementos se constituirían dentro del desarrollo histórico la nacionalidad, ya que a pesar de que el principio general es en sí
del derecho de la navegación, como condiciones para el conferimiento abierto, permanecen algunas restricciones tanto en ciertas actividades
de la nacionalidad mediante la respectiva inscripción de las embarcacio- navegatorias, como en materia de requisitos laborales,*''
nes en los registros marítimos nacionales.*"
Las primeras se refieren al acotamiento que hace la Ley de Inver-
Estas condiciones marcan de nuevo el relieve administrativista de la
sión Extranjera de 1993 respecto a algunas actividades marítimas;*'^ las
actividad marítima, por el cual el Estado decide proteger bajo distintas
segundas, contribuyen al empleo de nacionales para tripular embarca-
estrategias y condiciones a su marina mercante, y con ello fortalecer a
ciones mexicanas. Este último requisito no debe ser conceptuado para
la industria: este es el caso de las condiciones primera y tercera, por las
cuales, de modo directo se generan economías de escala y empleos.
E l maestro argentino Luis Beltrán, al estudiar los criterios para el
otorgamiento de la nacionalidad a los buques en los distintas sistemas
nacionalidad de los tripulantes, surgió de la conveniencia de contar con una adecuada reserva para
del derecho de la navegación, señala que cada uno de esos criterios res- los supuestos de enfrcntamicntos bélicos.
ponde a una particular situación económica y, paralelamente, a una de- 493 Ver art. 9o. Ley de Navegación y c/r. con Ley de Navegación y Comercio Marítimos, arts.
88 y ss. CJr. con Ray, Domingo; op. cil., t. I, p. 276.
terminada política legislativa destinada a expresarla. 494 Recordemos que ni el concepto de naviero, ni el de propietario son excluyentes de extranjería
Así, por ejemplo, los países dotados de gran tradición marinera espe- de acuerdo a nuestro propio ordenamiento: cfr con arts. 16 y ss.
cialmente los insulares o aquellos cuyas más importantes ciudades se 495 Además de las disposiciones derivadas de nuestra Ley de Navegación y de la Ley Federal dei
Trabajo, recuérdense las disposiciones de la Convención de Montego Bay respecto a los deberes
concentran en zonas costeras, establecieron como recaudos para el otor- del Estado, sobre todo en cuanto a que estos deben de ejercer su jurisdicción de conformidad con
gamiento de su pabellón el que la totalidad o la mayor parte de la triu- su derecho interno sobre todo buque que enarbole su pabellón y sobre el capitán, oficiales y tripu-
lación respecto de las cuestiones administrativas, técnicas y sociales relativas al buque (art. 94, 2,
plación esmviera consthuida por nacionales suyos; mientras que los E s - b). Además, nuestra ley vigente ha incorporado por referencia el grueso de la normativa internacional
tados que cuentan con una poderosa industria naval subordinaron, en en materia laboral. V. en ese sentido el catálogo de convenciones de la OIT.
496 En efecto, el texto origina] de la Ley de Inversión Extranjera limita hasta el 49% la parti-
cambio, el otorgamiento de su pabellón al hecho de la construcción del cipación extranjera de las sociedades navieras dedicadas a la explotación comercial de embarcaciones
buque en el país.*'^ para la navegación interior y de cabotaje, con excepción de cruceros turísticos y la explotación de
dragas y artefactos navales para la construcción, conservación y operación portuaria (art. 7, IV, inc.
r). Asimismo, se requiere resolución favorable de la Comisión de Inversión Extranjera para que la
490 El Acta de Navegación de Cromwcll de 1651 —seflala Domingo Ray, op. cil., t. I, p. 276— inversión extranjera participe en un porcentaje mayor al 49% en las sociedades navieras dedicadas
asi lo disponía, igualmente Georges Ripeit (op. cil., p. 48), indica estos mismos requisitos previstos a la explotación de embarcaciones exclusivamente en tráfico de altura Como podemos ver, a pesar de
por la Convención del 21 de septiembre de 1793, llamada alguna vez. Acta de Navegación. que estos preceptos constituyen limitaciones a la participación extranjera en sociedades navieras,
491 Ver, por ejemplo, Inglaterra: Merchant Shipping Act 1894, pp. 2 y ss. y su similar de 1988; no existe sin embargo, limitación expresa para que un extranjero abandere y matricule una embarcación,
Francia: Ley número 300 de 1975; Italia: Códice della Navigazione de 1942, arts. 143 y ss.; Espafta:
misma que será de nacionalidad mexicana, si es que se satisfacen los requisitos del art. 9o., con la
Real Decreto sobre Abanderamiento, Matriculación de Buques y Registro Marítimo de 1989, arts.
posterior regulación especifica respecto al abanderamiento, matriculación y registro, mediante con-
12 y ss.; Argentina: Ley de Navegación de 1973, arts, 51 y ss.
tratos de fletamcnto a casco desnudo, trámite reservado a personas físicas mexicanas, o morales
492 Beltrán, Luis, op. cil.. p. 95. El autor argentino analiza someramente las causas históricas constituidas conforme a las leyes mexicanas, con la salvedad de las embarcaciones deportivas y de
que originaron cada uno de tales criterios. Asi, el de la construcción, derivó del interés del Estado recreo que cuando se trata de extranjeros, si pueden ser abanderadas, matriculadas y registradas en
en evitar que los secretos propios de consUucción, cayeran en manos enemigas; mientras que el de la
nuestro país (art. 10).
151 EL BUQUE
NACIONALIDAD DEL BUQUE

el registro en sí, sino para los efectos de la operación de la embarca-


relacionados con embarcaciones menores, éste no será necesario según
ción."'^
lo detalla el reglamento de nuestra ley.'''"
Ahora bien, es claro que las embarcaciones mayores —esto es, los
En síntesis, se consideran embarcaciones de nacionalidad mexicana:*^'
buques— requieren no sólo del abanderamiento y matriculación sino ta-
xativamente de su inscripción en el Registro Público Marítimo Nacional,
• Las abanderadas y matriculadas conforme a la Ley de Navegación;
con la sanción de que todos aquellos actos y documentos que conforme
• Las que causen abandono en aguas de jurisdicción nacional;
a la propia ley deban registrarse y no se registren, sólo producirán efectos
• Las decomisadas por las autoridades mexicanas;
entre los que lo otorguen, pero no podrán producir perjuicio a terceros,
• Las capturadas a enemigos y consideradas como buena presa; y
quienes sí podrán aprovecharlos en lo que les fueren favorables.'^»
• Las que sean propiedad del Estado mexicano.
E n cuanto a la prueba de la nacionalidad, digamos que así como la
Ley de Nacionalidad mexicana establece en su artículo 10 los documen-
Así, mientras que la matriculación de las embarcaciones situadas en
tos probatorios de la misma, también nuestra Ley de Navegación, esta-
los primeros cuatro puntos se practica de oficio la matriculación de las
blece el deber del Registro Público Maritimo Nacional, una vez inscrita
ubicadas en el último de ellos debe ser solicitada por quien esté legiti-
la embarcación, de expedir un certificado de matrícula, cuyo original
mado para ello.
debe permanecer a bordo como documento probatorio de su nacionalidad
Por lo que ve a las embarcaciones suceptibles de abanderamiento y
mexicana (artículo 9o.).
matriculación, señalemos que la ley vigente no hace distingos entre em-
Finahnente, resulta interesante tratar de inferir la naturaleza jurídica
barcaciones mayores o menores, por lo que todas ellas son suceptibles
del otorgamiento del certificado de matriculación que prueba de modo
de abanderamiento*'' y matriculación. Sin embargo, de conformidad con
pleno la nacionalidad del buque. L a cuestión es dilucidar si tal naturaleza
nuestra legislación, por lo que hace al registro de los actos y documentos
responde a la de una concesión, o más bien a la de una autorización
administrativa.
497 En efecto, la nonna positiva indica que los capitanes, pilotos, patrones, maquinistas navales, Pues bien, si al igual que el jurista mexicano Gabino Fraga entende-
operarios mecánicos y, de una manera genral, todo el personal que tripule cualquier embarcación mos la concesión administrativa como el acto por el cual se concede a
mercante mexicana, deberá ser mexicano por nacimiento; esto con la salvedad hecha respecto a
embarcaciones pesqueras, cruceros turísticos y transbordadores, quienes cuentan con regulación es- un particular el manejo y explotación de un servicio público o la explo-
pecifica por su clase de actividad (ait. 22). Asi, la protección del empleo nacional es la ratio de tación y aprovechamiento de bienes del dominio del Estadc^^^ y recor-
este artículo, que por otro lado, entre otros factores igualmente importantes, propicia el que los
navieros registren sus embarcaciones en países de banderas de conveniencia.
damos como apunta el maestro Antonio Scialoja, que el acto de concesión
498 Ver ait. 12. Por lo que ve al abanderamiento provisional y a la expedición de pasavantes de implica la atribución de iin derecho, en tanto que el acto de autorización
navegación, remitimos ul lector a nuestro capítulo anterior dedicado al ser y a la pérdida del ser es el mero reconocimiento de un derecho subjetivo preexistente o la
de las embaraciones, en donde ahondamos en tal particular.
499 Inclusive se ha previsto, por el Reglamento del Padrón de Abanderamiento Mexicano de remoción de un obstáculo para su ejercicio,'"^ debemos entonces reco-
moTLO de 1986 la posibilidad de abanderar embarcaciones de bandera extranjera. Asi, como un nocer que en nuestro sistema positivo todo apunta a señalar que el aban-
mecanismo para engrosar eltonelajede nuestraflotanvercante el régimen de Miguel de la Madrid,
intentó coadyuvar al partiailar. Las empresas —seflala el art. 4—, podrán inscribir en el Padrón deramiento y la matriculación no son concesiones administrativas sino
buques de bandera exUanjera, en el caso de que demuestren su legítima posesión mediante cualquier autorizaciones.
contrato financiero con opción de compra inscrito en el RPMN, pero en todo caso, no excederán
en tonelaje o en valor a los que operen con bandera mexicana Asimismo —sigue-, podrán ins-
En efecto, dentro de las atribuciones específicas de la S C T se encuen-
cribirse en el Padrón las embarcaciones adquñidas en propiedad que no puedan abanderaisc y matri- tra la de abanderar y matricular las embarcaciones y artefactos navales
cularse mexicanas por falta de tripulación disponible. De igual manera —finaliza— podrán inscribirse
las embarcaciones fletadas por las empresas, para ser operadas durante el periodo de consuucción
500 Ver Ley de Navegación, art. 14.
de embarcaciones nuevas, adquiridas por las propias empresas y cuyo conü^to de consUucción haya
501 Cfr con los arts. 9o y 14 de nuestra ley.
sido autorizado por la SCT e inscrito en el RPMN; con lo que estas embarcaciones se abanderan
502 Fraga, Gabino, op. cit, p. 242.
nKxicanas, al finalizar su construcción.
503 Scialoja, Antonio, op. cit p. 135.
160 EL BUQUE WACiONALIDAD DEL BUQUE 161

mexicanos. Sin embargo, la atribución expresa para otorgar concesiones principio ha sido tambiéi recogido por nuestra ley (artículo 30 in fine),
se limita de modo expreso para la constmcción, operación y explotación al señalar que las embarcaciones que naveguen en zonas marinas mexi-
de vías navegables de acuerdo a la Ley de P u e r t o s . A s i , parece que canas deberán estar abanderadas en un solo país,'"' enarbolar su bandera
no hay elementos para inferir que el abanderamiento y la matriculación y tener marcado su nombre y puerto de matrícula.
pertenezcan al régimen de la concesión con todas las implicaciones que
ello trae aparejado, por lo que debemos entender que el particular cuenta 3. Consecuencias del otorgamiento del pabellón
con un derecho subjetivo preexistente —a diferencia de la concesión en
que tal no existe— que es reconocido y sancionado por la autoridad Y a la doctrina internacional se ha encargado de ponderar las conse-
administrativa en favor del derecho fundamental de libre industria y tra- cuencias del otorgamiento de la nacionalidad de un Estado a un buque.^'"
bajo, garantizados por el artículo 5o. de nuestra Constitución federal. Así, el maestro Georges Ripert mantiene que desde el punto de vista del
derecho internacional la distinción entre buques franceses y extranjeros
2. Uso es capital, con lo que los buques mercantes están expuestos a la captura
por el enemigo, y en el derecho de la guerra la distinción entre belige-
Como ya hemos expresado, a pesar de que un buque enarbole deter- rantes y neutrales es fundamental.'"
minado pabellón, toda vez que es el certificado de matrícula el que acre- Dejando al lado esta cuestión —sigue— y no ocupándose más que
dita su nacionalidad se reconoce el derecho de los Estados de verificar del derecho privado, la racionalidad de un barco presenta interés de tres
el pabellón enarbolado.'**' clases:
Así, la internacionalidad del derecho de la navegación ha dado lugar
a esta verificación que de un modo u otro ha ido estableciéndose en • E l Estado otorga favores particulares a las embarcaciones nacio-
ordenamientos nacionales o en convenciones internacionales.'^^ La Con- nales;
vención de Montego Bay, ha ayudado a establecer la condición jurídica • E l Estado vigila los buques nacionales;
de los buques y su respectivo deber de uso del pabellón. • L a calidad de la embarcación puede servir para determinar la ley
En efecto, según el texto de la Convención los buques deben navegar aplicable.
bajo el pabellón de un solo Estado,*^' y, salvo en caso excepcionales,
previstos de modo expreso por los tratados internacionales están some- Por lo que hace a esos favores particulares a embarcaciones naciona-
tidos en alta mar a la jurisdicción exclusiva de dicho Estado.'"* Este les, resulta natural que el Estado busque incentivar a su marina mercante
a través de apoyos concretos que se traduzcan en un aumento cualitativo
504 Ver arts. 7o. de la Ley de Navegación y 16 de la Ley de Puertos. y cuantitativo de su flota, con lo que las economías de escala derivadas
505 Cfr. con Ray, Donningo, op. cit., t. I, p. 277. de la industria de la navegación se vean también apoyadas. Así, algunos
506 El derecho de visita lia sido regulado en la Convención de Montego Bay, Jamaica de 1982;
en efecto, salvo cuando los actos de injerencia se ejecuten en ejercicio de facultades conferidas por
un uaiado internacional, un buque de guerra que encuentre en alta mar a un buque exütmjero que
no goce de completa inmunidad, no tendrá derecho de visita a menos que haya motivo razonable 509 Con posterioridad analizaremos el problema de las banderas de conveniencia, sin embargo,
para sospechar que el buque, entre otros motivos, no tenga nacionalidad (art 110). Así, el derecho apuntemos aliora que el Tratado de Versalles reconoció, luego de un conflicto entre Suiza y Francia,
de visita, persecución y apresamiento, son regulaciones que inciden de modo directo en el deber ei derecho de los Estados carentes de litoral marítimo a que sus buques enarbolen la bandera del mismo,
del buque de usar el pabellón que indica su relación auténtica a un único Estado. y garantizó su reconocimiento cuando la nave se regisuara en un lugar único de su territorio que
507 Otro de los principios de seguridad jurídica en la navegación es el de la estabilidad del constituiría el lugar o puerto deregistro.Domingo Ray ahonda al respecto, diciendo que este prin-
pabellón, esto es, que un buque no pueda cambiar de bandera durante un viaje ni en una escala, cipio fue luego reconocido en la Conferencia de Barcelona del 20 de abril de 1921 {op. cit., t. 1,
salvo en caso de transferencia efectiva de la propiedad o de cambio de registro, Este principio está pp. 277 y ss).
previsto por la Convención de Montego Bay, en su art. 92.1. 510 Enüe oü-os muchos, (fr. p«r ejemplo: Ripert, Georges, op. cit., pp. 51 y ss.; Farifla, Francisco;
sos Ver art. 92 de la Convención de las Naciones Unidas sobre ei Derecho del Mar. ep. cit., p. 59; Belü-an, Luis; op. cit., pp. 96 y ss.
511 Ripert, Georges, op. cit., [>. 51.
162 EL BUQUE NACIONALIDAD DEL BUQUE ¡«3

de los más importantes y tradicionales favores otorgados a embarcaciones 1. Inglaterra


nacionales son los de: navegación interior, navegación de cabotaje, pesca,
reservas de carga, etcétera.''^ Básicamente ha sido la Merchat Shipping Act de 1894 la que tradi-
Respecto a la vigilancia de los buques nacionales por los órganos cionalmente ha recogido la regulación de la figura de la nacionalidad
administrativos del Estado que concede la nacionalidad, hemos visto ya del buque en el sistema inglés.^'^ L a doctrina, más que refutar la pro-
que este es un principio tan relevante que ha quedado consagrado en la blemática teórica del concepto, ha profundizado en la sistematización de
Convención de Montego Bay, que de modo detallado dispone los deberes las consecuencias jurídicas de la ley del pabellón para llegar a iguales
de los Estados al respecto."^ Nuestra legislación ha asumido ese deber de conclusiones que las expuestas en nuestros párrafos anteriores. En efecto,
vigilancia consagrado en instrumentos internacionales y la ha dispuesto la idea de unificación de reglas a aplicar respecto a la diversidad de
a lo largo de su articulado, particularmente en lo que hace al arribo y sujetos inmersos en la aventura marítima ha sido reconocida por la tra-
despacho de embarcaciones, así como en la inspección naval, entre otras dición iusmaritimista británica.'"
formas de vigilancia.''*
Por último, el problema capital de la ley aplicable y del tribunal com-
2. Francia
petente forma también parte de las consecuencias prácticas del otorga-
miento de la nacionalidad a las embarcaciones. Lo anterior tiene conno-
L a defensa de la verdadera nacionalidad de los buques ha sido objeto
taciones tanto civiles como criminales, que estudiaremos a lo largo de
de fuerte apoyo por parte de un importante sector de la doctrina francesa;
diversos capítulos.
Georges Ripert"* y Rene Rodiere,'" además de Emmanuel du Pontavice,
son algunos de los que critican a quienes sólo defienden la tesis de la
nacionalidad como analogía y costumbre aplicada a los ordenamientos
V I I . L A NACIONALIDAD D E L B U Q U E EN E L DERECHO COMPARADO
positivos.
Pese a la discusión doctrinal respecto a la idea de la territorialidad Así, exponen con vehemencia que una persona física puede no tener
flotante, lo cierto es que la costumbre en la utilización del vocablo "na- nacionalidad o tener dos, sin embargo un buque no puede carecer de na-
cionalidad", se ha insertado en los sistemas positivos del común de los cionalidad, ya que si no la tuviera sería considerado como un navio
Estados nacionales."' pirata, y el pirata no es más que el enemigo común en el mar. A l propio

512 Es evidente para el sector marítimo-portuario de nuestro país, que este tipo de favores no
el italiano, el español y el argentino. Sin embargo, referencias frecuentes a la legislación e historia
sólo se han ido reduciendo en calidad y cantidad, sino que algunos han prácticamente dejado de
existir. Asi, actividades como la navegación de cabotaje que tradicional mente es reservada a nacio- del tema en Francia y otros países, también forman parte de nuestro haber.
nales en cualquier pais, en nuestra legislación se ha abierto a navieros extranjeros que a diferencia 516 Ver secciones 69 y ss. de la Merchant Shipping Act británica Sin embargo, la regulación
de los nuestros, sí son apoyados en sus respectivos países, con lo que la competencia frente a los de la nacionalidad por el sistema británico es en mucho, más antigua. En efecto, según explica
nuestros ha adquirido notas dramáticas. Cfr. con arts, 33 y 34 de nuestra ley; asi como en los arts. Antonio Scialoja {op. cil, pp. 123 y ss.) el sistema de los presupuestos de la nacionalidad, tiene
2o. y ss, de la Ley de Pesca. Incluso regiones [an integradas como la de las naciones pertenecientes origen en el Acta de Navegación de Cromwell en el afio de 1651, por la cual, la nacionalidad
a la Unión Europea han elaborado planes ponderados y progresivos sobre la liberación de su cabotaje. inglesa sólo podía otorgarse a buques construidos en Inglaterra, de propiedad de ciudadanos ingleses
En ese sentido, ver el Reglamento 4056/86 en relación a la competencia en materia de Uansporte y con tripulación de mayoría inglesa; sin embargo, tal rigor fue luego atenuado por las leyes pos-
maritima comunitario. Ver además Baena, Pedro, Política comunitaria de ios transportes marítimo, teriores,
Madrid, Ed. Marcial Pons, pp. 159 y ss. 517 Chorley & Giles son un ejemplo de esta aceptación de la importancia en las consecuencias
513 Ver art. 94 de la Convención de Montego Bay, Jamaica. jurídicas derivadas de la ley del pabellón. Veamos: "Since the ship is accorded a nalionalitiy it
514 Arts. 38 y ss., y 58 y ss. respectivamente. foUows that, even in another stale 's territorial waters, those on board Uve under the lav> of tlt
515 Para un estudio profundo sobre la historia de la nacionalidad de las embarcaciones, reco- State whose fiag the shipflies. Birihs, deaths and marriages on board rank as evenís happening in
mendamos la leaura de un apartado para ello dedicado, en el capitulo relativo a La mzionalita the country whose nationaiity the ship is accorded.." (Choriey & Giles, versión inglesa, op. cil,
delia nave del maestro Giorgio Rigfieiti {op. cit., pp. 1045 y ss.) Como ya antes se ha dicho, los pp. 19 y ss.
sistemas de derecho de la navegación, que con mayor rigor se estudian en esta obra son: el británico. 538 Ripert, Georges, op. cil, pp. 47 y ss.
519 Rodiere, Rene, op. cil, pp. 43 y ss.
164 EL BUQUE
NACIONALIDAD DEL BUQUE I6S

tiempo, no puede tener una doble nacionalidad, pues estaría sometido a


las personas jurídicas italianas (ya sean públicas o privadas), así como
una doble vigilancia. De este modo, el orden positivo francés no sólo
a otras sociedades equiparadas.
acepta la tesis de la nacionalidad de las embarcaciones, sino que ha
regulado las condiciones para otorgarla como tal, ya desde finales del
siglo XVIII.520 4. España

En su desarrollo histórico, el sistema español ha regulado desde un


3. Italia
inicio la cuestión de la nacionalidad del propietario,'23 y ya desde las
Ordenanzas de Matrícula de 1802 se disponía la absoluta propiedad del
Y a el Código de la Marina Mercante de este país recogía el dato de
buque por parle de vasallos de la Corona para poder gozar de la nacio-
la nacionalidad. L a doctrina de Antonio Scialoja, sistematizador del pos-
nalidad española.
terior Código de la Navegación fue del todo contundente al aceptar ta-
jantemente la nacionalidad de las embarcaciones."' En la actualidad, tanto el Código de Comercio, como el Real Decreto
del 28 de julio de 1989 sobre abanderamiento matriculación de buques
A partir del Códice della Navigazione el legislador italiano se ha preo-
y registro marítimo establecen, con distinto contenido cada uno, las con-
cupado por regular de modo detallado, no sólo si existe o no una ver-
diciones para que el Estado Español otorgue la nacionalidad a un bu-
dadera nacionalidad del buque —discusión superada desde el código an-
que.'^" Sin embargo, pese a que se reconoce la nacionalidad de las em-
terior— sino el otorgamiento de la nacionalidad de su país a los buques
barcaciones, no parece liaber una norma que expresamente otorgue la
de acuerdo al grado de pertenencia de estos por parte de nacionales o
nacionalidad; lógicamente ello no obsta para que reunidos los requisitos
extranjeros."^
del otorgamiento, el buque en cuestión sea considerado como parte de
Así, responden a los requisitos de nacionalidad exigidos para la ins-
la marina mercante española.
cripción las naves que pertenecen en una cuota no inferior a doce dis-
tintos supuestos, entre los que se encuentran: los ciudadanos italianos.
5. Argentina

520 En efecto, Francia iia tenido una larga tradición en sistematizar el condicionamiento para Por el contrario, la Ley de Navegación de la Argentina es contundente
otorgar su nacionalidad a las embarcaciones. Rene Rodiere y Emmanuel du Pontavice narran tal
regulación a lo largo del tiempo; "Les conditions de la nationalitéfrancaisefurent définies par le al señalar como efecto de la inscripción en la matrícula nacional, el con-
décret de ta Cortveníion du 21 sepíembre 1793, appelé Acte de navigation 11 établlssail trois con- ferimiento de la nacionalidad argentina y el derecho de enarbolar el pa-
diíiorts: la premiére a disparu, les deiix autres oni été modifiées. Le Code des douanes du 8 décembre
¡948 (arl. 219 et s modiflés par le décret n" 357 du 28 avril 1972) et la loi du 3 Janvier 1967, bellón nacional."'
modiflée par la loi n° 300 du 29 avril 1975, dorment aujowd'hui ees conditions..." (Rodiere, Rene;
op. cit., pp. 44 y ss,).
521 Scialoja, Antonio, op. cil., pp. 123 y ss. El maestro napolitano, con su originales y contun-
dentes afirmaciones expresaba. "El buque tiene y debe tener nacionalidad propia, y no puede tener 523 El desarrollo de la regulación de la nacionalidad del buque es tratada de modo docto y
más de una nacionalidad". Como puede apreciarse, Scialoja, otorga al buque los mismos principios prolijo por el macstit) Hernández Izal. Ver entonces: Hernández Izal, S., Derecho marítimo, Bar-
fundamentales que operan hacia las personas fisicas y morales por lo que respecta al dato de la celona, José María Boch Editor, 1995, t. 111-2, pp. 868 y ss.
nacionalidad, 524 Código de Comercio arts. 573 a 585, y real decreto... arts. 2o. y ss.
522 Toda legislación impone de distintos modos los requisitos para otorgar a un buque la na- 525 Ley de Navegación, art. 51 y ss. Etentro de los requisitos previstos para inscribir un buque
cionalidad de ese Estado. El elementa objetivo lógico que las legislaciones toman en consideración, o artefacto naval a la maUicula racional y con ello otorgar expresamente la nacionalidad, se en-
es básicamente el de la nacionalidad o el domicilio de quienes son titulares del dominio. As(, según cuentran: a. cumplir con las exigencias reglamentarias sobre construcción y condiciones de nave-
enlistó Osvaldo Blas {op. cit, p. 150); unos exigen que el buque sea íntegramente de propiedad de gabilidad e idoneidad del buque o artefacto naval; b. que el propietario esté domiciliado en el país
ciudadanos nativos o naturalizados del país (Brasil, España, EEUU, Inglaterra, Japón. Noruega y y si se trata de una copropiedad naval, que la mayoría de los copropietarios, cuyos derechos sobre
Suiza); otros requieren que la mitad de su dominio, por lo menos, sea de propiedad de nacionales el buque o artefacto naval exceden la mitad del valor de éstos, reúnan la misma condición y, c. si
(Bélgica, Francia, Grecia) o bien sus dos tercios (Dinamarca, Holanda, Suecia, Italia); algunos deman- fiiere titular de ia propiedad una sociedad, que ésta se haya constituido de acuerdo a las leyes de
dan, solamente que su propietario se domicilie en el tenitorio nacional (Argentina). la nación, o que habiéndose constituido en el extranjero tenga en la República sucursal, asiento o
cualquier otra especie de representación permanente, de acuerdo con lo dispuesto en la ley respectiva.
166 EL BUQUE
NACIONALIDAD DEL BUQUE 167

6. Derecho internacional • Los buques navegarán bajo el pabellón de un solo Estado y , salvo
en los casos excepcionalmente previstos de modo expreso en los
A . Convención de Jamaica de 1982
tratados internacionales o en la propia Convención, estará some-
tidos en alta mar, a la jurisdicción exclusiva de dicho Estado;
Y a antes hemos anotado que a lo largo de la historia de nuestra dis-
• Un buque no podrá cambiar de pabellón durante un viaje ni en
ciplina, una multitud de instrumentos internacionales han incorporado el
una escala, salvo en caso de transferencia efectiva de la propiedad
vocablo "nacionalidad" al referirse a embarcaciones."* Sin embargo, tal
o de cambio de registro;
vez ningún otro tratado internacional tenga la importancia —en este tema—
• E l buque que navegue bajo los pabellones de dos o más Estados,
que la Convención de las Naciones U n i d ^ sobre el Derecho del mar,
utilizándolos a su conveniencia, no podrá ampararse en ninguna
aprobado el 30 de abril de 1982 por una enorme cantidad de países que
de esas nacionalidades frente a un tercer Estado y podrá ser con-
le dan una amplitud sin precedentes."''
siderado como buque sin nacionalidad.
Así, los artículos 91 y siguientes de la convención citada son deter-
minantes en el sentido de insistir en la necesidad de que exista un vínculo
Así pues, ia Convención de Montego Bay no sólo establece como
real entre el buque y el Estado correspondiente. Algunas de las normas
principio general que cada Estado tine la obligación de disponer los requi-
contenidas en la Convención relacionadas con la nacionalidad de las em-
sitos para conceder su nacionalidad a buques para su inscripción en un
barcaciones'^* son las siguientes:
registro y para tener el derecho a enarbolar su pabellón, sino que destaca
ante todo que los buques poseerán la nacionalidad del Estado cuyo pa-
• Todos los Estados, sean ribereños o sin litoral, tienen el derecho de
bellón enarbolen y la necesidad de que exista una auténtica relación^^^
que los buques que enarbolan su pabellón naveguen en altar mar;
entre el Estado y el buque.
• Cada Estado establecerá los requisitos necesarios para conceder
su nacionalidad a los buques, para su inscripción en,un registro
B . Convención de Ginebra de 1986^^^
en su territorio y para que tengan el derecho de enarbolar su pa-
bellón. Los buques poseerán la nacionalidad del Estado cuyo pabe- E l tema de la relación auténtica Estado-buque, ha seguido siendo ob-
llón estén autorizados a enarbolar. Ha de existir una relación au- jeto de regulación por convenios internacionales. Así, el 7 de febrero de
téntica"' entre el Estado y el buque; 1986, se suscribió en la ciudad de Ginebra, el convenio que establece
las condiciones de inscripción de los buques con la finalidad de garan-
526 El jusrista mexicano, Alejandro Sobarzo, ofrece una amplia lista de convenciones internacionales
que históricamente han contenido la aceptación de hablar de la nacionalidad de las embarcaciones.
527 Ya antes hemos expuesto, que este insmimento internacional, conocido como el Convenio 530 La relación auténtica es una condición que se ha venido incorporando en distintos insU'u-
de Montego Bay, Jamaica, se encuentra en vigor para nuestro país, fue aprobado por la Cámara de mcntos internacionales; asi, en ur principio, en la Convención sobre la Alta Mar, además de reco-
Senadores del Congreso de la Unión el 29 de diciembre de 1982, la firma del instrumento de ratificación gerse el tradicional sistema de la ley nacional, se incorporó la redacción del deber de existencia de
fue el 21 de tebrero de 1983 y se depositó ante la Secretaría General de la Organización de las Naciones una relación auténtica entre el Estado y el buque. Su art. 5o., señalaba enü-e otras cosas que: "Ha
Unidas, el 18 de marzo del mismo afio. La publicación en el DOF es del lo. de junio de 1983. de existir una relación auténtica entre el Estado y el buque; en particular, el Estado ha de ejercer
528 Es necesario indicar de una vez que, por el hecho de que una embarcación enarbole una su jurisdicción y su autoridad sobre los buques que enarbolen su pabellón, en los aspectos admi-
determinada bandera (pabellón), ésta indicará la nacionalidad de la embarcación que se U-ate, aunque nistrativo, técnico y social" (El maestro Alejandro Sobarzo practica un interesante análisis de los
el uso del pabellón no cs, per se, presunción absoluta de su nacionalidad. antecedentes de esta regulación; op. cit., pp. 333 y ss.). Luego de algunos aflos de evolución en la
529 Al respecto de la relación auténtica, debemos indicar que México forma parte de un instru- Convención de Jamaica, también se reconoció la importancia de la "relación auténtica", insertándola
mento internacional que intenta precisamente dar certidumbre a la relación auténtica que guarda el en el contenido de su art. 91; además su desarrollo es de mayor claridad en tanto que no establece
buque con un Estado determinado. Nos referimos al Convenio de Naciones Unidas sobre inscripción los deberes del Estado en un sentido genérico, sino pormenorizado en cada uno de los aspectos
de buques de 1986; éste, fue suscrito en Ginebra en febrero de 1986; su objeto es el de establecer concretos, tales como registro de buques, jurisdicción, seguridad en alta mar, condiciones de nave-
las condiciones de inscripción de los buques con la fin de ser garantía efectiva de la auténtica gabilidad, etc. (art. 94).
relación entre el Estado y las embarcaciones que enarbolen su pabellón. Al hablar de la publicidad
531 Esta convención internacional ha sido suscrita por nuestro país. Ver nuestro capitulo sobre
naval ahondaremos en el contenido de esta convención.
publicidad naval en esta misma obra.
168 EL BUQUE NACIONALIDAD DEL BUQUE 169

tizar y consolidar la relación auténtica entre el Estado y los buques que 1. Ordenanzas de Bilbao
enarbolen su pabellón.
Luego de reconocer y aceptar la vigencia de las disposiciones de otras Si bien no habrá una regulación muy específica sobre la nacionalidad
convenciones internacionales anteriores, la de Ginebra señala en sus ar- de los buques, ya que todavía los distintos sectores de la doctrina no se
tículos 11 y 12 los requisitos para la inscripción en ei registro que debe ponían de acuerdo totalmente sobre la aceptación de la teoría del buque
establecerse y la inscripción de los buques arrendados a casco desnudo.'" como territorio flotante, creemos que del texto de las Ordenanzas de
Así pues, este segundo Convenio instrumenta algunos de los principios Bilbao de 1737 se deriva la jurisdicción del Consulado de Bilbao aplicada
—sobre todo en materia marítimo—registral, de la anterior Convención a todos los efectos mercantiles de su ámbito territorial de validez, por
de Montego Bay, Jamaica. lo que podríamos inferir tanto el otorgamiento de su pabellón, como la
Como hemos podido observar hasta aquí el tema de la nacionalidad aceptación, al menos en ese entonces, de la teoría del territorio flotante.'^
ha sido desarrollado a lo largo de la historia, no sólo por un gran número
de legislaciones nacionales, sino por instmmentos internacionales en vi-
gor. Así, las arengas doctrinales en cuanto a predicar la nacionalidad de 2. Códigos de Comercio (1854, 1884 y 1889)
los buques han quedado atrás, para mejor enfrentar problemas reales que
el avance del derecho de la navegación debe resolver, uno de ellos: las Nuestros códigos mercantiles son ya mucho más precisos y consagran
banderas de conveniencia."' alguno de los criterios ya comentados. Asi, el de 1854 establece contun-
dentemente la obligación de que tratándose de naves nacionales, debían
estar registradas en la matrícula de mar de algún puerto de la República
V I H . A N T E C E D E N T E S LEGISLATIVOS NACIONALES
y sujetas a su Ordenanza. Señalaba también que solo los nacionales po-
dían hacer el comercio de escala y cabotaje en los puertos de la Repú-
A lo largo de este capítulo, hemos venido haciendo referencia a nues-
blica, salvo las excepciones de los tratados con potencias extranjeras."^
tro sistema positivo vigente, por lo que a continuación sólo expondremos
Los siguientes códigos mantendrían el privilegio del Estado mexicano
un esquema de los antecedentes de nuestra Ley de Navegación actual,
hacia sus embarcaciones para la navegación de cabotaje."^
en cuanto al tema de la nacionalidad:

512 Cfr. con Ray, Domingo, op. cil., t. 1, pp. 273 y ss. 3. Ley de Vías Generales de Comunicación
5H Algunos países desarrollados han intentado limitar el ejercicio navegatorio de los buques
que enarbolan pabellones de conveniencia. Entre ellos, los países de la Unión Europea han intentado
hacerlo instrumentando tuertes programas de inspección a priori de las embarcaciones. De fonna Dentro de su ámbito iusadministrativista, este ordenamiento, por de-
tal que los buques "sospechosos" son inspeccionados deulladamente antes de arribar a puertos más coadyuvante al intervencionismo del Estado en la actividad nave-
comunitarios. En principio se busca que todo buque que navegue en aguas comunitarias cumpla
con los requisitos sociales y ambientales internacionales mínimos. En el tbndo, se busca que los gatoria, no sistematiza de modo claro las ¡deas del otorgamiento de la
navieros pongan un límite al éxodo de susflotasa banderas de conveniencia. Pues bien, el insUM- nacionalidad, aunque si acota la libertad de los buques extranjeros para
mento comunitario en donde ha quedado plasmada csu inteligente estrategia se denomina: Memo-
rándum de entendimienlo sobre el control de los buques por el Estado del puerto. Se celebró en realizar ciertas actividades."^
París (de ahí que sea conocido como Memorándum de París) el 29 de febrero de 1982. Pese a esto,
lo cierto es que la astucia de los navieros es ilimitada, y toda medida de control indirecta o parcial
será insuficiente para los mecanismos técnicos que fácilmente pueden utilizar arttes de entrar a los
espacios navegables en donde sean sometidos a una dura normativa. El criterio que hemos sostenido
por nuestra parte, es que los órganos de gobierno y los organismos internacionales deben escuchar
inteligentemente al sector y plantear alternativas viables, partiendo de la base de que es necesario 534 Cfr con el cap. I de las Ordenanzas de Bilbao, op. cit., p. 451.
conciliar los valores jurídicos superiores tutelados por nuestra disciplina con un negocio que nece- 535 Ver arts. 468 y ss de ese Código.
sariamente debe ser lo suficientemente lucrativo para que siga operando. 536 Ver arts. 1023 y ss del de 1884 y el 665 y ss. del de 1889 aunque no tan claramente.
537 Ver arts. 189 y ss. de esa ley.
170 EL BUQUE NACIONALIDAD DEL BUQUE 171

4. Ley de Navegación y Comercio Marítimos tadas, no sólo habría serios problemas para imponerle la ley aplicable
de uno de los Estados cuyo pabellón enarbola, sino se llegaría incluso
Finalmente nuestro ordenamiento precedente es similar a ia ley actual al absurdo que ante cierta problemática el buque no se encontrara sujeto
en cuanto a la consideración de buques como de nacionalidad mexicana; a ninguna de las jurisdicciones en principio aplicables.
además las consecuencias del otorgamiento de nacionalidad en la ley Así, durante la permanente evolución del derecho de la navegación,
anterior, fueron —por lo que ve a los incentivos a la marina mercante este fenómeno ha surgido para intentar ser resuelto y dar con ello segu-
nacional— mejor entendidas que en nuestra ley actual, sobre todo en lo ridad a la actividad navegatoria. E l principio general consagrado en las
que respecta a la navegación de cabotaje, que como hemos visto, tradi- legislaciones nacionales y en los instrumentos internacionales es que un
cionalmente se mantiene para nacionales y no se abre sin más a la voraz Estado no está facultado para otorgar nacionalidad a una embarcación
competencia del exterior."* que todavia no haya dimitido de la suya.
Como antes mencionamos, el análisis a los preceptos de nuestra ley Tanto nuestra Ley de Navegación como en la Convención de Montego
vigente se ha vertido a lo largo de este capítulo, por lo que a continuación Bay de 1982, este principio ha quedado claro. Por lo que ve a la primera,
pasaremos a un tema distinto: el doble registro y las banderas de con- ya antes veíamos que son embarcaciones y artefactos navales mexicanos
veniencia. los abanderados y matriculados en alguna capitanía de puerto, a solicitud
de su propietario o naviero, previa verificación de las condiciones de
I X . P R O B L E M A S COMPLEJOS D E NACIONALIDAD seguridad del mismo y presentación de la dimisión de bandera del país
de origen de acuerdo al reglamento respectivo."^
E l desarrollo del tráfico marítimo internacional ha recordado viejos Montego Bay, tras recoger el principio de la tradición intemacionalista
problemas como el de la piratería, pero ha originado también nuevas del derecho de la navegación, señala que el buque que navegue bajo los
cuestiones como el de las banderas de conveniencia o el doble registro pabellones de dos o más Estados, utilizándolos a su conveniencia, no
en el arrendamiento a casco desnudo. Por su especificidad y actualidad podrá ampararse en nnguna de esas nacionalidades frente a un tercer
merecen ser tratados por separado, aunque de un modo breve. Comen- Estado, y podrá ser considerado como buque sin nacionalidad."*"
temos entonces, los siguientes tópicos: doble bandera, buques sin nacio- En un razonamiento interesante, el jurista mexicano Alejandro Sobar-
nalidad, doble registro en arrendamiento a casco desnudo, banderas de zo, explica que si partimos del supuesto normal de que una nacionalidad
conveniencia y usurpación del pabellón. le fue otorgada a un buque legítimamente, nos encontramos ante el único
caso de derecho internacional marítimo en que la nacionalidad de un
1. Doble bandera buque se desconoce por terceros Estados, independientemente del criterio
del Estado que la hubiere otorgado y antes, inclusive, de que éste tuviera
Y a antes hemos anunciado algunos de los problemas que la práctica conocimiento de los hechos. Se señala como único caso —sigue— en
marítima ha ido ocasionando a la institución de la nacionalidad como virtud de que hasta el buque pirata'*' conserva su nacionalidad y sólo
vínculo jurídico auténtico entre el Estado y el buque. Pues bien, el buque la pierde cuando la legislación del Estado a que pertenece considera la
que navega bajo dos o más pabellones representa uno de esos problemas. piratería como una causa de pérdida de la nacionalidad.''*^
L a seguridad jurídica en la navegación es un bien jurídico tutelado
por el derecho de la navegación internacional, por ello es factible com- 539 Ver art. 9o. de la Ley de Navegación.
prender que si un buque se valiera de una u otra nacionalidad para eludir 540 Art. 92.2 de la Convención de Jamaica de 1982,
541 La noción de buque piraui y el respectivo derecho de apresamiento, está igualmente regulada
sus obligaciones o bien para acogerse a beneficios de otra de las adop- en la Convención de Montego Bay, arts. 101 a 107.
542 Sobarzo, Alejandro, op. cit., p. 330. El autor mexicano basa su razonamiento en el art. 104
538 Ver art. 88 de esa ley, y c/r, con art. 12 de la actual. de la Convención de Montego Bay, Jamaica.
NACIONALIDAD DEL BUQUE 173
172 EL BUQUE

La finalidad del bareboat charter, en función del doble registro y de


2. Buques sin nacionalidad
las nacionalidades transitorias, dice Domingo Ray, es facilitar la cons-
trucción y la adquisición de buques.'"^ Así, se matricula el buque y se
A I inciar uno de nuestros capítulos precedentes, citábamos el comen-
inscribe la hipoteca en un determinado país, y luego se suspende la ma-
tario de George Ripert, respecto a que una persona puede no tener na-
triculación, al solo efecto de la gestión del buque, de modo que la hi-
cionalidad o tener dos; sin embargo, un buque no puede —decía el maes-
poteca se regula por la ley del Estado de la matrícula originaria, y el
tro— carecer de nacionalidad, si no la tuviera sería considerado como
ejercicio de la navegación, según la legislación del Estado en que el buque
un navio pirata y el pirata es el enemigo común.''*'
se inscribe sobre la base del bareboat charter.
Pues bien, la afirmación del jurista francés es correcta aunque debe ser
La situación de este tipo de doble registro, está previsto en nuestra
acotada por algunos nuevos principios también instrumentados en la Con-
Ley de Navegación, al indicar que las personas físicas mexicanas o mo-
vención de Montego Bay. Nos referimos a la actualización de la sospecha
rales constituidas confonne ante las leyes mexicanas podrán abanderar,
mediante el ejercicio del derecho de visha, cuando un buque de guerra
tiene motivos razonables para sospechar que un determinado buque se matricular y registrar como mexicanos embarcaciones y artefactos nava-
dedica a actividades de piratería, trata de esclavos, realiza transmisiones les de su propiedad o en su posesión, mediante contrato de fietamento
no autorizadas, no tiene nacionalidad, o tiene la misma que la del buque a casco desnudo. Así pues, es un derecho privativo para mexicanos, a
de guerra aunque enarbole un pabellón extranjero o se nigue a enarbolar excepción de embarcaciones de recreo o deportivas para uso particular,
su pabellón. que sí pueden ser abanderadas, matriculadas y registradas por extranje-
Así, el buque de guerra está legitimado para inspeccionarlo y en al- ros.'*''
gunos casos extremos a confiscarlo, sin que pueda ir en búsqueda de
auxilio a su jurisdicción, pues no al no tener vínculo con ningún Estado, 4. Banderas de conveniencia
el buque no cuenta con jurisdicción alguna.
E l término de bandera o pabellón de conveniencia emana de la tra-
3. Doble registro en el arrendamiento a casco desnudo ducción inglesa de flags of convenience ("FOCs"); pero además recibe
otros nombres, como los de bandera de complacencia, de necesidad, bu-
Como mencionábamos líneas arriba la evolución de mecanismos con- ques de libre matrícula o de sistemas abiertos."*
tractuales que agilizan el tráfico de la riqueza, como es el caso del arren- Pues bien, una vez enunciado el concepto situemos el problema de
damiento a casco desnudo'*" {bareboat charter),^*^ han cobrado gran ac- cuando los propietarios o armadores de un buque optan por abanderarlo
tualidad e importancia, por lo que el derecho de la navegación se debe y matricularlo con el pabellón de ciertos Estados que cuentan con siste-
de actualizar constantemente a las necesidades de la industria marítima mas abiertos y escasa o nula regulación fiscal, administrativa o laboral
y, al propio tiempo, ser congruente con sus propios principios. Así pues, que pueda afectar económicamente a la empresa de la navegación.''*'
se ha actualizado la necesidad de combinar este contrato con la posibi- Así, los propietarios o armadores cumplen el requisito fundamental de
lidad del derecho a enarbolar el pabellón en forma transitoria, mediante
la inscripción del contrato en los registros marítimos. $46 Ray, Domingo, op. cit., t I, pp. 280 y ss.
547 Ver art. 10 de la Ley de Navegación.
543 Ripert, Georges, op. cit., p. 48. 548 Cfr. con Blas, Osvaldo, op. cit, pp. 150 y ss.
544 Nuestra Ley de Navegación denomina a este contrato fietamento o arrendamiento a casco 549 Algunos de tos Estados que cuentan con estos sistemas abiertos son: Liberia, Panamá, Chipre,
desnudo. Es quel en virtud del cual, el fletante se obliga a poner por un tiempo determinado a Singapur y Vanuatu; sin embargo, cada aflo se suman paises que pretenden competir en la guerra
disposición del fletador, una embarcación determinada, sin armamento y sin tripulación a cambio por atraer buques a sus registros nacionales. Ahora bien, es importante distinguir —apunta correc-
del pago de un flete (art. 95. fr. 1) tamente Alejandro Sobarzo— entre territorios de pabellones de conveniencia y territorios que ofrecen
545 Ver al respecto nuestros comentarios sobre el bareboat charter y el charter by demise en grandes atractivos desde el punto de vista fiscal, tales como Bermudas, Bahamas, Gibraltar y Antillas
los últimos dos capítulos de esta obra. Holandesas (op. cit, p. 340).
174 EL BUQUE
N.^CIONALIDAD DEL BUQUE 175

matrícula, sin tener grandes cargas impuestas por el Estado de sistema


ante el Tribunal de Justicia de L a Haya, siendo de la mayoría del tribunal
abierto, a cambio de la matriculación, estos sistemas ofrecen cierto tipo
que el elemento a considerar para la admisión o no era el requisito del
de servicios técnicos y administrativos.''^
tonelaje registrado."^
De modo esquemático, Alejandro Sobarzo ofrece seis características Así, a lo largo de los años una gran cantidad de argumentos contrarios
comunes a los países de sistemas abiertos.'" Veamos: a la existencia de este tipo de sistemas abiertos se han generado, sin
embargo, no todos los argumentos han sido precisamente atinados. In-
• E l país de registro permite la propiedad y/o el control de sus naves
cluso autores como el propio Alejandro Sobarzo han señalado que la
mercantes por extranjeros; oposición a los pabellones de referencia se reduce a una mera cuestión
• E l acceso al registro es fácil, con lo que un buque puede registrarse de competencia, sin que se puedan ya esgrimir argumentos de peso en
en un consulado en el extranjero y no hay mayor problema para su contra.'"
un posterior cambio de registro;
No es tarea fácil intentar establecer un criterio sobre el fenómeno en
• No se establecen impuestos locales sobre el ingreso proveniente
análisis. Como ya antes hemos expresado, la complejidad de la situación
de los buques, o si los hay son más bajos que el resto de los exige que se tomen en cuenta todos los elementos en juego; pero ante
sistemas. Dentro de los cargos existentes, están los de tarifa de todo, que se tome en cuenta la opinión de los protagonistas del problema.
registro y tarifa anual en base al tonelaje; Sólo así será posible conciliar los valores jurídicos superiores de nuestra
• E l país de registro es un país pequeño sin exigencias nacionales disciplina con el legítimo ánimo de lucro del sector naviero que hace
para los buques registrados sin embargo, para las dimensiones de que los buques sigan siendo un instrumento eficaz para el comercio ex-
su economía, el ingreso por volumen es considerable; terior.""
• E l manejo de los buques por extranjeros se permite con toda l i - Sin embargo, fuera de los argumentos económicos, existe también un
bertad; hecho contundente en oposición al régimen de libre bandera, que habrá
de ponderarse: nos referimos al principio de la relación auténtica entre
E l país de registro no tiene ni el poder ni la maquinaría administrativa el buque y el Estado cuya bandera enarbola."'
para imponer, de manera efectiva, cualquier reglamento gubernamental Así pues, si bien es cierto que el problema de dilucidar el significado
o internacional; ni tampoco el deseo ni el poder para controlar a las real de la llamada "relación auténtica" fue una tarea demasiado compleja
navieras. para ser resuelta en tan poco tiempo en el seno de la Convención de
Ahora bien, el fenómeno de las banderas de conveniencia, ha relucido
históricamente en el seno de organismos internacionales especializados, 552 Ver al respecto la reseña que hace don Domingo Ray (op cit., t. i, pp. 280 y ss.).
como la actual Organización Marítima Internacional ( " O M l " ) . En efecto, 553 Sobarzo, Alejandro, op. cil., p. 344.
554 Entre nosotros, el maestro Salgado y Salgado ofrece una adecuada sistematización sobre el
en dos ocasiones se negó la admisión de dos Estados que sumaban un tema, en la medida que llega incluso a reconocer cuatro tipos de países de libre registro: a. Los
porcentaje importante del tonelaje mundial, nos referimos a Liberia y a paises de registro abierto independientes como Liberia, Panamá y Chipie; que sólo ellos tienen la
tercera parte del tonelaje de registro bruto mundial; b. Registros abiertos dependientes, como son
Panamá. Ante la negativa de inclusión para integrar el consejo del Comité Las Antillas Holandesas, Bennudas, Gibraltar y las Islas Caimán, entre otros; c. Los registros "costa
de Seguridad de esa organización, ambos países impugnaron la decisión afiiera" como serían las islas británicas de Gemesey, Jersey y Man; la Isla de ICerguelen de Francia,
la Isla de Heligoland de Alemania, la Isla de Gotland de Suecia, las Islas Canarias de Espafla, y
otT3&, d. La cuarta categoría fue creada por Noruega al establecer el segundo registro noruego con
el nombre de Norwegian International Shipping Regisíer (NIS) ejemplo —apunta el maestro Sal-
550 Cfr. con Ray, Domingo, op. cit., t. I, pp. 280 y ss. Este soio tema es objeto de toda una gado— que han seguido ya Dinamarca, Espaifa y Japón para regresar sus buques de los paljellones
nwnograíla especializada que evidcntcnKnte excede los propósitos del presente trabsyo. Por ello es de la primera categoría preferentemente (ver Salgado, José, Dictamen... op. cit., pp. S y ss. Ver
que hemos optado por enunciar algunos de los rasgos esenciales de la cuestión Umto en este apartado además Vázquez, Mario; ¿a-r banderas de conveniencia fuente de conflictos, citada por el autor
como en otros que remiten al tópico. antes señalado).
551 Sobarzo, Alejandro, op. cit., p. 339, Este autor mexicano, al igual que en otros rubros de 555 Para el estudio de los antecedentes del concepto, acudir a Alejandro Sobarzo (Idem, pp. 333
su obra, hace una excelente dcscirpción histórica del fenómeno de las banderas de conveniencia. y ss.).

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