- Haga que el niño hable en un tono de voz suave.

- Practicar el “hablar al unísono” (al mismo tiempo) En

adivinanzas, canciones o algo que el niño sepa de
memoria, los padres poco a poco van bajando el tono
de voz.
- Otro ejercicio consiste en que el padre hable
despacio y el niño vaya repitiendo lo mismo que el
padre. Después intercambian los roles.
- Enséñele a respirar profundamente. Que se ponga
una mano en el pecho y otra en el estómago. Mientras
inhala su estómago debe hincharse y moverse más
que su pecho. Practica este ejercicio varias veces al
día.

¿CÚANDO CONSULTRAR A UN ESPECIALISTA?

- Si pasando un tiempo prudente (3 a 4 meses) en el

que se han aplicado estas medidas no hay mejorías,
se debe comentar con algún especialista
(fonoaudiólogo) para que verifique si es necesario
intervenir.
- Si tartamudea bajo tensión física, además de las
disfluencias el niño acompaña el habla con
movimientos de los ojos o de otro tipo.
- Si muestra una preocupación excesiva por el tema o
sus dificultades le hacen evitar hablar o relacionarse
normalmente con otros niños.
 ¿EN QUÉ CONSISTE?
- Es una alteración del habla, caracterizada por repeticiones,
interrupciones o bloqueos. Puede acompañarse de una
resistencia física, frustración o temor a hablar.
- Antes de los 6 años, aparece de manera normal ciertos
bloqueos y repeticiones por el desarrollo del lenguaje o
asociado a situaciones de estrés o ansiedad.
¿CÚANDO TRATARLA?
- La mayoría de los especialistas aconsejan no realizar un
tratamiento correctivo sistemático antes de los 6-7 años,
pues puede no ser eficaz y hasta perjudicial. A esta edad el
problema suele ya haberse reducido o desaparecido, con las
orientaciones entregadas correctamente.
CAUSAS Y FACTORES QUE CONTRIBUYEN
- Los padres suelen culparse de las dificultades de fluidez y
tartamudez. Ustedes no tienen la culpa.
- La tartamudez es un trastorno que se produce en todas las
partes del mundo y cuyo origen aún no ha determinado del
todo y las causas pueden ser múltiples.
- Los antecedentes familiares suelen ser un factor
contribuyente; si los padres tartamudean es muy probable
que sus hijos también.
- El ambiente familiar puede contribuir: un ritmo de vida
acelerado, muy exigente o algún acontecimiento estresante
(nacimiento de hermanos, cambio de casa, ingresar al jardín,
etc.) puede afectar al habla.
¿QUÉ SE PUEDE HACER EN CASA?
- No manifestar una preocupación excesiva.
- Se debe hablar con el niño o la niña de forma lenta y
relajada, empleando frases cortas y palabras sencillas.
- Reservar un periodo breve cada día en que uno de los
padres pueda relacionarse solo con su hijo. El objetivo
es transmitirle la sensación de que es el centro de la
actividad en ese momento.
- La familia debe establecer turnos en las situaciones de
conversación y respetarlos, por ejemplo, durante las
comidas.
- No terminar las frases del niño, espere con paciencia a
que termine de hablar.
- No interrumpir ni hablar por él.
- No hacerlo repetir una y otra y otra vez cuando ya ha
tartamudeado.
- Evitar las burlas de hermanos o familiares por su habla,
tampoco repetir como habla para corregir. Mucho menos
castigarle o retarlo por hablar así.
- Se debe enlentecer el ritmo de vida en el hogar.
Después de que el niño diga algo, quien le responda debe
detenerse por 1 o 2 segundos antes de contestar.
- Muchos niños y niñas tienen más dificultades cuando
están cansados, estresados o ansiosos, se debe
preocuparse de su salud mental y adelantarse a estas
circunstancias.