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Paradoja
Tal vez sea justo decir que después de una relación sexual satisfac-
toria cada una de las partes está sola y contenta de estarlo. Ser capaz
de disfrutar el estar solo hallándose con otra persona que a su vez está
sola es" en sí mismo una experiencia saludable. La falta de tensión del
ello puede producir ansiedad, pero la integración del tiempo de la perso-
nalidad capacita al individuo a esperar el retorno natural de la tensión
del ello" y disfrutar de la soledad compartida, es decir, la soledad que
está relativamente libre de la cualidad que llamamos "alejamiento".
Escena primaria
Estoy solo
Me gustaría encarar este tema en forma distinta por medio del estudio
de las palabras "yo estoy solo". Primero tenemos la palabra "yo", que
implica gran desarrollo emocional. El individuo se establece como unidad.
La integración es un hecho. Se repudia al mundo exterior y se hace
posible un mundo interno. Ésta es simplemente una afirmación topográ-
fica de la personalidad como una cosa, como una organización del núcleo
del yo. En este punto no se hace referencia alguna al vivir.
Luego siguen las palabras "yo estoy" que representan una etapa en
el crecimiento del individuo. Por medio de estas palabras no sólo tiene
forma sino también vida. En los comienzos del "yo estoy" el individuo
está (por así decirlo) poco maduro, no tiene defensa, es vulnerable, poten-
cialmente paranoico. El individuo sólo puede lograr el estado del "yo
estoy" porque existe un medio ambiente protector; el ambiente protector
: es en realidad la madre preocupada con su propio niño, y orientada hacia
los requerimientos del yo del pequeño a través de su identificación con
su propio hijo. No hay necesidad de postular un conocimiento de la
. madre por parte del niño en esta etapa del "yo estoy".
Llego después a las palabras "yo estoy solo". De acuerdo a la teoría
que estoy dando a conocer, esta etapa posterior involucra una apreciación
de parte del niño de la continua existencia de la madre. No quiero nece-
sariamente significar con esto un conocimiento con la mente consciente.
Considero, sin embargo" que "yo estoy solo" es un desarrollo del "yo
estoy", que depende del conocimiento por parte del niño de la continua
existencia de una madre digna de confianza, lo que hace posible que el
pequeño esté solo y disfrute el estarlo, durante un período limitado.
De esta manera estoy tratando de justificar la paradoja de que la
capacidad para estar solo se basa en la experiencia de estar solo en pre-
sencia de alguien, y que sin una cantidad suficiente de esta experiencia
no puede desarrollarse la capacidad para estar solo.
La relación del yo
contexto; creo que aún así hay ocaSlOn de discutir el clímax que puede
producirse en la relación satisfactoria del yo.
Uno puede preguntarse: cuando el niño está jugando, ¿ es la totalidad
del juego una sublimación del impulso del ello? ¿ No podría pensarse que
hay una diferencia de calidad así como también de cantidad del ello
cuando se compara el juego satisfactorio con el instinto que en forma
natural se encuentra subyacente en el juego? El concepto de sublimación.
se acepta totalmente y tiene gran valor, pero es una lástima no hacer
referencia a la gran diferencia que existe entre el juego feliz de los'
niños y el juego de los niños que se excitan compulsivamente y que puede'
verse que se hallan muy cerca de una experiencia instintiva. Es cierto
que aún en el juego feliz del niño todo se puede interpretar como impulso
del ello ; esto es posible debido a que hablamos en términos de símbolos,
y estamos sin duda en terreno seguro en el uso del simbolismo y en la
comprensión de todo juego en términos de relaciones del ello. Sin embar--
go, omitimos algo vital si no recordamos que el juego de un niño no es
feliz cuando se halla complicado por excitaciones corporales con sus
clímax físicos.
El llamado niño normal puede jugar, excitarse mientras juega, y sen-
tirse satisfecJw con el juego, sin sentirse amenazado por un orgasmo físico
de excitación local. En contraste con esto, un niño anormal, con tenden-
cias antisociales, o cualquier niño con una marcada defensa maníaca
incansable, no es capaz de disfrutar del juego porque el cuerpo también
interviene en él. Se necesita un clímax físico, y todo padre' sabe el
momento en que nada, excepto una palmada, pone término a un juego
excitante, lo que proporciona un clímax falso, pero muy necesario. En
mi opinión, si comparamos el juego feliz de un niño o la experiencia de
un adulto en un concierto con una experiencia sexual, la diferencia es
tan grande que no haríamos mal en asignar términos distintos para des-
cribir las dos experiencias. Oualquiera sea el simbolismo inconsciente,
la cantidad de excitación física efectiva es mínima en un tipo de expe-
riencia y máxima en la otra. Podemos rendir tributo a la importancia
de la relación del yo per se sin abandonar las ideas que subyacen el
concepto de sublimación.
Resumen
La capacidad para estar solo es un fenómeno altamente sofisticado,
con muchos factores que contribuyen a él. Se halla íntimamente rela-
cionado con la madurez emocional.
El fundamento de la capacidad para estar solo lo constituye la expe-
riencia de estar solo en presencia de alguien. De este modo un niño,
con una organización débil del yo puede estar solo a causa de un fuerte
sostén del yo.
El tipo de relación existente entre un niño y la madre-sostén-del-yo
merece un estudio especial.
D. W. WINNICOT'l' 146
Aunque se han usado otros términos, sugiero que, por el momento,
podría ser bueno el término relaciones del yo.
En el marco de las relaciones del yo tienen lugar las relaciones del
ello, que más bien refuerzan que rompen el yo inmaduro. .
Gradualmente, el medio ambiente que sirve de apoyo al yo se intro-
yecta y forma parte de la personalidad del individuo, de modo que surge
una capacidad para-estar realmente solo. Aún así, teóricamente, siempre
hay alguien presente, alguien equivalente al fin, inconscientemente, a la
madre, o sea la persona que en los· primeros días y semanas de vida,
se identificó temporalmente con su niño, y lo único que entonces le inte-
resaba era el cuidado de su propio hijo.
Traducción de ANA SCHWARTZ.
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