La domesticación en contexto con el libre desarrollo a la personalidad

La domesticación consiste en que a través de nuestro sueño externo se

introducen conductas y significados a nuestro sueño interno, que va desde
entender que actuar se configura bien o mal hasta juzgar a los semejantes por
lo sueños externos que nos han sembrado sin mediar consentimiento ninguno.

A partir del libro los cuatro acuerdos de Miguel Ruiz abordaremos el concepto
que nos trae de domesticación y lo analizaremos en contexto con el derecho al
libre desarrollo a la personalidad consagrado en nuestra Carta Política.

¿Es posible que el proceso de domesticación vulnere el libre desarrollo de la

personalidad?

Para Ruiz M, a través de la domesticación aprendemos a vivir y a soñar. En la

domesticación humana, la información del sueño externo se transfiere al sueño
interno y crea todo nuestro sistema de creencias. (RUIZ. 1998. p 13)

El sueño externo del que nos habla Ruiz se nos transmitió desde el día de
nuestro nacimiento, es tal el grado de aceptación en nuestro sueño interno que
hoy en día efectuamos los sueños externos que alguna vez nos enseñaron de
manera sistemática, pretendiendo también que los demás actúen igual so pena
de iniciar juzgamientos internos, sin embargo, estos sueños externos no
provienen directamente de las enseñanzas de nuestros padres, profesores o el
sistema pues tiene un origen aún más antiguo que es el sueño del planeta, del
cual se derivó el sueño de la familia, ciudad, organización, entre otras.

En principio al analizar el punto de vista de Ruiz sobre la domesticación versus

nuestra norma constitucional sobre libre desarrollo a la personalidad
pensaríamos que de una forma directa se vulnera este derecho, para aclarar
esta inferencia nos remitiremos a la jurisprudencia de la Corte Constitucional.
El artículo 16 de la Carta Política establece que “Todas las personas tienen
derecho al libre desarrollo de su personalidad sin más limitaciones que las que
imponen los derechos de los demás y el orden jurídico”

La Corte Constitucional en su Sentencia C-336 del 2008 definió el libre

desarrollo a la personalidad como “Así, puede afirmarse que este derecho de
opción comporta la libertad e independencia del individuo para gobernar su
propia existencia y para diseñar un modelo de personalidad conforme a los
dictados de su conciencia, con la única limitante de no causar un perjuicio
social”

A partir del análisis realizado al concepto del libre desarrollo a la personalidad

tenemos que en principio un niño desde el momento en que abre sus ojos no
tiene uso independiente de su conciencia, por lo tanto, requiere de ese sueño
externo para aprender las nociones generales del sueño del planeta con el fin
de tener un lenguaje común en tanto comunicación y acciones para crear su
propio criterio y exteriorizar su sueño interno, pues el criterio se edifica a partir
de conocer y analizar distintos caminos que nos ofrece el sueño externo.

En conclusión, el proceso de domesticación no vulnera el libre desarrollo a la

personalidad pues este proceso se surte en los primeros años de vida de la
persona que necesita de ese sueño del planeta, de la familia, de la educación,
para aprender lo básico y a partir de ese conocimiento básico explorar otros
sueños externos para que a conciencia una vez conocido varios caminos escoja
la senda y modelo de vida que crea que es mejor para él a partir de su
autodeterminación.

David Reales Rios

COD. 2114084

Ruiz, Miguel Angel. Los cuatro acuerdos. Barcelona. 1998. Pag 13

Corte Constitucional. Sentencia C-336 del 2008. MP Clara Inés Vargas