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Andrés Solano-Fallas

Hobbes: una excepción al contrato sexual

Resumen: Se elucidará, desde los Key Words: Sexual Contract. Classic


planteamientos filosóficos de Hobbes, la Contractualism. Hobbesian Model. Carole
afirmación de la feminista Carole Pateman, a Pateman. Hobbes.
saber, que Hobbes constituye una excepción
a lo que ella denominó “contrato sexual”
en la corriente contractualista clásica. En 1. Introducción
unas líneas generales se explicará qué es el
contrato sexual, para abordar la excepción El presente trabajo tiene por finalidad elu-
del Malmesburiense a este contrato sexual, cidar, desde los planteamientos filosóficos de
mostrando cómo los hombres y mujeres Thomas Hobbes, la famosa afirmación de Carole
son iguales en su planteamiento filosófico, Pateman, a saber, que el Malmesburiense es una
y seguidamente recreando y explicando la excepción a lo que la filósofa feminista ha deno-
hipótesis de Pateman respecto de la exclusión minado ‘contrato sexual’. Pateman argumenta
del pacto original, aportando fundamentación desde la conformación de la familia y las leyes
textual hobbesiana. Se concluirá con una matrimoniales en Hobbes, cómo el Malmesbu-
reflexión de la afirmación de Pateman desde el riense constituye una excepción en la corriente
planteamiento de Bobbio y Bovero. contractualista. No obstante, en este trabajo no se
procederá a presentar una especie de reproduc-
ción o resumen de lo que expresó Pateman. Es
Palabras claves: Contrato sexual.
decir, la tesis de Pateman será prácticamente la
Contractualismo clásico. Modelo hobbesiano.
hipótesis de trabajo, por lo que se tratará de mos-
Carole Pateman. Hobbes.
trar directamente desde el Malmesburiense cómo
efectivamente su planteamiento es una excepción,
Abstract: It will be elucidated, from Hobbes’
recurriendo a otras fundamentaciones textuales.1
philosophical statements, Carole Pateman’s Para llevar lo anterior a cabo, se ofrecerán
assertion, namely, that Hobbes is an exception las líneas generales de en qué consiste el contrato
to what she has denominated “sexual contract” sexual, lo que permitirá incursionar propiamente
within the classic contractualism. On basic lines, en el tema principal de este trabajo: la excepción
it will be explained what it is the sexual contract, de Hobbes al contrato sexual. Esta parte estará
to aboard on the Malmesburian’s exception of this conformada de dos puntos. El primero tendrá por
sexual contract, showing how men and women objetivo mostrar cómo en Hobbes no existe nin-
are equal on his philosophical statement, and guna diferenciación esencialista entre hombres
subsequently to recreate and explain Pateman’s y mujeres, sino una igualdad. El segundo punto
hypothesis about women exclusion from the consistirá en recrear y explicar la hipótesis de
original pact, providing hobbesian textual Pateman sobre cómo posiblemente pudo ocurrir
basis. It will be concluded with a reflection la exclusión de las mujeres del pacto original,
on Pateman’s asseveration from Bobbio and aportando fundamentación textual hobbesiana.
Bovero’s statements. Finalmente, se realizará una reflexión de la tesis

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de Pateman vista desde el planteamiento de Bob- ser libre e igual por el simple hecho de ser mujer.
bio y Bovero, quienes señalan que el contractua- De esta manera, las diferencias sexuales juegan
lismo de Hobbes devino en un modelo –el modelo un papel predominante en la corriente contrac-
hobbesiano. tualista, ya que si bien ninguno explicita que la
La importancia de este trabajo radica en que mujer está excluida del momento contractual, es
Hobbes ha pasado a las historias de la filosofía un asunto tácito por omisión que llega a com-
como el teórico de la monarquía tiránica, sin prenderse cuando se analizan las concepciones
que se le haya prestado la atención suficiente a antropológicas contractuales. Por ejemplo, en el
la cuestión de que la sumisión de la mujer no es caso de Rousseau es notorio en el Emilio cuando
un asunto natural, sino político. Por esta razón se califica a la mujer como inferior, y en un estado
insistirá en aportar fundamentación textual a la de perpetuo servilismo, debido a que si se parte
tesis de Pateman, particularmente desde los capí- del argumento aristotélico de que un ser es activo
tulos 13 y 20 del Leviatán, en vez de limitarse y fuerte y el otro pasivo y débil –al cual apela el
a meramente reproducir lo que señaló Pateman. Ginebrino sin explicitar que es de Aristóteles–,
“se sigue que la mujer está hecha especialmente
para complacer al hombre” (Rousseau, 1985,
2. Líneas generales del contrato sexual 412). Incluso ya en la dedicatoria “A la República
de Ginebra” de su apremiado Discurso sobre
el origen de la desigualdad entre los hombres,
En su famoso y pionero libro, El Contrato
considera que la mujer solo es digna para el Esta-
Sexual (publicado originalmente en 1988), Carole
do si esta, en la unión conyugal, guía y orienta
Pateman analiza, entre varios tópicos, cómo y por
a la juventud hacia las buenas costumbres, por
qué las mujeres no figuran como contratantes en
cuanto que a ellas les “corresponde el mantener
el contractualismo clásico. En líneas generales, su
siempre, merced a vuestro amable e inocente
planteamiento consiste en que los contractualistas
imperio y vuestro espíritu insinuante, el amor
consideraron a los hombres superiores que las
a las leyes del Estado y la concordia entre los
mujeres, por diferencias de sexo. Estas diferencias ciudadanos” (Rousseau, 2001, 45). En el caso de
sexuales implicaban que la mujer no pudiese ser Locke, en el capítulo VII del Segundo Ensayo
como el hombre, quien es por definición libre sobre el gobierno civil, señala que la mujer es un
e igual. La libertad e igualdad son condiciones ser con capacidades mentales y físicas menores
necesarias para que estos puedan, por voluntad, que el hombre (§82), y que está al servicio de la
efectuar un convenio para acabar con la situación familia (§78-79). Rousseau y Locke no son casos
hostil y brutal del estado de la naturaleza. Por aislados, sino muestras de que el contractualis-
lo que un hombre que no fuese libre ni igual, no mo partía de una concepción antropológica que
estaría en capacidad de realizar un contrato. En excluía y subordinaba unos seres a otros.2 A unos
primer lugar, porque carece de la libertad para (los hombres) los consideraba libres e iguales; a
hacerlo; en segundo lugar, porque al ser distinto, otros (las mujeres) no. Lo interesante e irónico
no estaría tratando con pares, colocándolo en de esto consiste en que esta corriente niega toda
una desventaja respecto del resto. Por tanto, la sumisión natural para legitimar un orden social,
libertad y la igualdad son un atributo esencial por cuanto que, desde un argumento naturalista,
para poder conformar el nuevo orden político, apela a que todos los hombres son iguales, por lo
debido a que permite que los hombres se sometan que no existe la sumisión natural. No obstante,
voluntariamente a un ente artificial, creado por para la mujer se utiliza otro registro discursivo en
ellos mismos. Dicho sometimiento trae consigo el el cual se recurre a un argumento naturalista para
otorgamiento de derechos civiles y políticos, que concluir lo contrario: la naturaleza las ha hecho
solo pueden gozar y poseer aquellos que pactaron. seres inferiores y sumisos, cuyas características
La situación de la mujer radica en que ella sexuales son aquello que los identifica.
queda excluida de tal convenio, porque no es Pateman arguye –con la expresión retórica–
considerada como un hombre, es decir, como un que ha acaecido un “contrato sexual”, lo que para

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la autora quiere significar una exclusión política esta situación violenta y barbárica es que también
con base en aspectos sexuales. El contrato sexual los hombres son racionales, libres e iguales, lo
es una categoría explicativa que da cuenta de por que provoca que todos tengan las mismas capa-
qué las mujeres fueron excluidas del contrac- cidades mentales (racionalidad), y que no exista
tualismo.3 Sin embargo, ella menciona que en subordinación natural de unos a otros, por lo que
la corriente contractual existe una excepción, a todos están en las mismas condiciones (libertad e
saber, Hobbes, de quien señala lo siguiente: igualdad). Dada esta situación, el hombre descu-
bre unas leyes naturales, mediante su razón, que
La doctrina del contrato supone que hay solo básicamente consisten en que cada hombre debe
un origen, convencional, del derecho políti- procurarse seguridad y paz, siempre y cuando
co, aún así, con la excepción de la teoría de todos las deseen; de lo contrario, debe continuar
Hobbes donde los dos sexos son descritos
preservando su vida a como dé lugar. Estas leyes
como naturalmente libres e iguales, los teó-
lo conducen a la conclusión de que la mejor
ricos del contrato insisten en que el derecho
del varón sobre la mujer tiene base natural solución para acabar con la barbarie de estado de
(Pateman, 1995, 60). naturaleza es pactar la salida, para lo cual decide
transferir su derecho a todo a un ente artificial, el
Estado, que garantizará seguridad y paz.
A pesar de que los sujetos a los que Hob-
3. La excepción del contrato sexual bes hace referencia en su contractualismo sean
en Hobbes hombres y, por ende, de que todo el proceso con-
tractual sea sostenido y subscrito por hombres,
no se puede hallar rasgo alguno en ese convenio
En orden a explicar la excepción que señala
fundante que permita inferir o justificar la subor-
Pateman de Hobbes, se procede a exponer la igual-
dinación de la mujer al hombre, como sí acaece
dad que existe entre hombres y mujeres. Teniendo
con Locke y Rousseau. El Malmesburiense, en
esto en cuenta, se continúa con la hipótesis de
el capítulo 13 (“De la condición natural de la
Pateman sobre por qué las mujeres quedaron
humanidad, en lo concerniente a su felicidad y
excluidas del pacto, mostrando cómo la exclusión
miseria”), señala que no hay duda de que los hom-
en Hobbes no responde al contrato sexual.
bres pueden diferir en fuerza (aunque en principio
todos gocen de las mismas capacidades físicas),
3.1 Igualdad entre hombres y mujeres pero poseen las mismas capacidades intelectuales
para contrarrestar dicha diferencia física, según
Indicadas las líneas generales del contrato lo indica en la siguiente cita:
sexual, se puede dar paso para mostrar cómo en
Hobbes hay un alejamiento de esta postura basa- La naturaleza ha hecho a los hombres tan
da en un naturalismo que subordina y excluye iguales en sus facultades de cuerpo y de
mujeres. Brevemente, el Malmesburiense expre- alma, que aunque puede encontrarse en oca-
sa en su famoso Leviatán: la materia, forma siones a hombres físicamente más fuertes o
y poder de un Estado eclesiástico y civil, que mentalmente más ágiles que otros, cuando
existe un estado natural que se caracteriza por consideramos todo junto, la diferencia entre
la guerra entre todos los hombres, debido a sus hombre y hombre no es tan apreciable como
para justificar el que un individuo reclame
características naturales, a saber, que son compe-
para sí cualquier beneficio que otro indivi-
titivos, desconfiados y ávidos de gloria, que los
duo no pueda reclamar con igual derecho./
llevan a utilizar la violencia como mejor medio En lo que se refiere a las facultades de la
para alcanzar sus objetivos (competitividad), para mente […] creo, sin embargo, que hay mayor
defenderse de una posible amenaza (desconfian- igualdad entre los hombres que en lo refe-
za), y para hacerse valer cuando son ofendidos y rente a fuerza corporal (Leviatán, cap. 13
ven su orgullo afectado (gloria). Lo que agrava [2001, 113]).

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Con esta cita se puede apreciar cómo Hobbes Para Hobbes no existe, en términos genera-
afirma que la fuerza no garantiza ninguna supe- les, una diferencia de fuerza y prudencia entre
rioridad a que un hombre tome posesión sobre los hombres y mujeres. En otras palabras, no
algo o alguien por el mero hecho de ser el más está afirmando algún tipo de subordinación
fuerte. Es posible que individualmente le traiga basado en las diferencias sexuales; lo que per-
mayor ventaja ante otro ser que se encuentre. mite ahora suponer con mayor validez que las
Empero, las capacidades mentales pueden con- mujeres poseen las mismas facultades que los
trarrestar tal fuerza, debido a que hombres menos hombres, por lo que cualquier esencialismo
fuertes se pueden unir contra el más fuerte, natural fundamentado en características sexuales
es decir, hacer uso de su agilidad mental. Por pierde legitimidad. Asimismo, se puede advertir
consiguiente, Hobbes cuestiona cualquier funda- que un esencialismo que legitime una subyuga-
mentación de derecho político que suponga como ción es un error. Ser hombre no les otorga a los
base nada más que la fuerza, o sea, que la fuerza hombres mayores derechos. De ahí que Pateman
sea el criterio de legitimidad. En primer lugar, manifieste que “Hobbes difiere de otros teóricos
porque sería de una duración incierta e insegura, clásicos del contrato porque supone que no hay
porque otro más fuerte puede acabar con el poder ningún dominio natural en el estado de natu-
del anterior por ser simplemente más fuerte. En raleza, ni siquiera el del varón sobre la mujer;
segundo lugar, el uso de estrategias puede con- atributos y capacidades naturales se reparten
trarrestar la fuerza. De ahí que señale que haya indistintamente entre los sexos” (1995, 64). Esto
permite interpretar, con fundamento textual,
mayor igualdad entre los hombres debido a las
que la mujer puede igualmente acabar con un
facultades mentales, ya que independientemente
hombre (u otra mujer) que sea más fuerte, ya
de las fuerzas, todos estarían en las mismas con-
sea utilizando la fuerza física o mediante algún
diciones de maquinar un plan.
plan, debido a que entre la mujer y el hombre no
Debe notarse que aun cuando el Malmesbu-
hay diferencias subordinatorias, lo que implica
riense no esté mencionando explícitamente a las
suponer que la mujer posee, además de las facul-
mujeres, no existe evidencia textual que permita
tades, las mismas características del hombre, a
inferir que ellas no posean las mismas “faculta-
saber, ser racional, libre e igual, como también
des de cuerpo y alma”. A lo sumo, parece haber su naturaleza bélica basada en la competitividad,
una omisión de que la mujer también las posee, en desconfianza y avidez por la gloria, por cuanto
vez de una exclusión; lo cual conduce a la posi- se mostró que no existe ninguna diferencia que
bilidad de suponer que Hobbes evita caer en el apele a esencialismos para cada sexo.
contrato sexual, debido a que parece que hombres
y mujeres gozan de las mismas facultades al no
3.2 Hipótesis sobre la exclusión
haber ninguna referencia sexista. Esta posibilidad
del pacto original
cobra fuerza cuando se toma en consideración lo
que señala en el capítulo 20 (“Del dominio pater-
Teniendo en cuenta que Hobbes se aleja del
nal y del despótico”). En relación con el tema de
contrato sexual y que, por ende, ambos seres
quién tiene dominio sobre un hijo, si el padre o la
(hombres y mujeres) están en las mismas con-
madre, el Malmesburiense expresa lo siguiente:
diciones, surge la siguiente pregunta: ¿Cómo se
explica que las mujeres hayan quedado fuera del
Y aunque algunos han atribuido el dominio
al varón solamente, por ser del sexo más
convenio fundante? La pregunta es llamativa, en
excelente, se han equivocado en esto. Pues razón de que el Malmesburiense no expresó nada
no siempre existe una diferencia de fuerza y al respecto. En otras palabras, en el Leviatán
prudencia entre el hombre y la mujer, que sea se tiene una laguna que no explica cómo en un
tan clara como para que pueda determinarse momento donde todos/as son potencialmente
sin discusión quién tiene derecho al dominio peligrosos para cada uno/a, y con las mismas
(Leviatán, cap. 20 [2001, 180]). características y facultades para pactar, se pasa a

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otro momento en el que una parte de la especie vencido, sino el convenio que él mismo establece”
ya no constituye peligro alguno y la otra parte (Leviatán, cap. 20 [2001, 182]).
continúa gozando del derecho, ahora exclusivo, De esta manera, mediante un pacto de suje-
de pactar. ción, que no es más que un pacto político, la
Debido a la laguna, se ofrece la hipótesis de mujer queda sometida. Esto se puede reforzar
Pateman (1995, 69-73), la cual tiene el mérito de aún más con el tema del dominio del hijo, antes
estar fundamentada en planteamientos hobbesia- mencionado. Hobbes había indicado que no se
nos, por lo que tiene cierto respaldo textual. Su puede determinar quién tiene derecho, meramente
hipótesis postula que en algún momento en el apelando a la fuerza o prudencia. Él continúa el
estado de naturaleza los hombres hicieron uso de tema puntualizando que “[e]n los Estados, este
sus fuerzas y lograron subyugar a las mujeres.4 tipo de controversia es decidido por la ley civil,
Ante esta situación, la mujer, en orden a salvar y generalmente, aunque no siempre, la sentencia
su vida, se vio forzada a aceptar la autoridad favorece al padre, pues, por lo común, los Estados
del hombre y, por tanto, a quedar fuera de toda han sido erigidos por los padres de familia y no
disputa política posterior. De ser aceptada, o por por las madres” (Leviatán, cap. 20 [2001, 180]). Se
lo menos considerable, la hipótesis explicaría por aprecia que el dominio del hijo tampoco se debe a
qué solo los hombres suscribieron el convenio la fuerza en la sociedad civil. Aun en esta se apela
fundante: las mujeres ya habían acordado un al derecho civil, pero no a cuestiones naturales.
convenio previo. La hipótesis encuentra su res- El Malmesburiense es todavía más contundente
paldo en lo que Hobbes propone de los contratos al aseverar que la subordinación se debe por
de conquista. Para el Malmesburiense, cualquier contrato, cuando afirma, respecto de ese mismo
contrato que se realice es válido independien- tema, que “[s]i la madre está sujeta al padre, el hijo
temente de las circunstancias, “pues siendo la
estará en poder del padre; y si el padre está sujeto
conservación de la vida el fin que un hombre
a la madre, como cuando una reina soberana se
busca cuando somete a otro, todo hombre debe
casa con uno de sus súbditos, el niño estará sujeto
prometer obediencia a aquel en cuyo poder está
a la madre, ya que el padre es también súbdito de
salvarlo o destruirlo” (Leviatán, cap. 20 [2001,
ella” (Leviatán, cap. 20 [2001, 181]). Nótese como
181]). Dado que ambos poseen las mismas facul-
insiste una vez más en que la sujeción de la mujer
tades y características, cabe suponer que esta cita
es relativa a lo que dicte el derecho civil, y por
se aplica igualmente a la mujer. De este modo
tanto, no es más que una convención social ampa-
la mujer, por hallarse en una situación en la que
rada en el derecho. A la luz de lo anterior, resulta
su vida ya no estaba más en su poder, se somete
al hombre para poder conservarla. El sustento comprensible y bastante plausible la hipótesis de
textual de esta hipótesis es de suma importancia, Pateman de que la mujer fue excluida del pacto
por cuanto evidencia que en Hobbes la sujeción original de la legitimación del Estado, porque ella
patriarcal se debió a un asunto político, y no a ya había sido subordinada mediante otro pacto; no
una cuestión de inferioridad natural. La mujer porque fuese inferior por definición.
conquistada acepta el pacto de salvar su vida, por
lo que es el pacto como tal –desde la perspectiva
hobbesiana– lo que la somete en primer lugar; y, 4. Última reflexión
en segundo lugar, lo que la excluye del pacto fun-
dante para salir del estado de naturaleza, ya que La afirmación de Pateman es interesante
al estar en sometimiento “consensuado” a otro, por sí misma, ya que brinda una perspectiva no
no posee más su libertad e igualdad de pactar. trabajada antes en los estudios tradicionales del
Así, el dominio del hombre no proviene de su contractualismo, y que solo sale a la luz con esta
fuerza, aunque esta haya sido el medio que utilizó aproximación feminista.5 Pero particularmente
para hacer que la mujer accediese a un contrato resulta interesante si se reflexiona desde la pro-
de sujeción, debido a que “[n]o es, por tanto, la puesta de Bobbio y Bovero (1986, 47-55). De
victoria lo que da derecho de dominio sobre el acuerdo con estos autores, la idea del contrato

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como legitimación del Estado no es original de en lo correcto a considerar a Hobbes una notable
Hobbes, ya que es una idea que se conocía en la excepción dentro de la corriente contractualista.
Antigüedad y en la Edad Media, pero con el Mal- Otras posturas, como la de Fraser (1993), Maras-
mesburiense adquirió notoriedad, debido a que él co (2013) y parte del mismo texto de Boucher, se
enfocan más en una crítica a la sobreestimación
se convirtió en punto referencial de la corriente
que hacía Pateman, en su tiempo, de la noción de
contractual (cf. Bobbio y Bovero, 1986, 56). Es
contrato para entender algunas relaciones en la
decir, el contractualismo de Hobbes desarrollado que se manifiesta sumisión, como la prostitución,
en su Leviatán derivó en un modelo –que los el matrimonio y el trabajo. En líneas generales,
autores llaman “modelo hobbesiano”–, debido a tienden a comentar que en la época de Pateman,
que filósofos posteriores tomaron de él la estruc- y más aún en la actualidad, la figura del contrato
tura básica que llegó a caracterizar al contractua- sin duda alguna puede servir como un medio para
lismo, a saber, la dicotomía entre estado natural subordinar, no obstante, le restan preponderancia,
y sociedad civil, junto con el aspecto medular por cuanto en el presente no resulta imperiosa-
del pacto como único medio de legitimación del mente necesario suscribir un contrato para ejercer
una dominación.
Estado a partir del consenso, y la suposición de la
2. Feministas como Molina-Petit (1994), Cava-
existencia de leyes y derechos naturales. Diver-
na y Cobo-Bedia (ambas en Amorós, 2000),
sos filósofos resemantizarán y modificarán estos De Miguel (2008), Posada-Kubissa (2008), han
aspectos a su conveniencia e intereses, pero man- comentado –siguiendo a Amorós (1991, 1997)–
tendrán lo mínimo. No obstante, resulta curio- que en términos generales la filosofía europea
so observar que los contractualistas posteriores se ha caracterizado por excluir y someter siste-
hayan conservado el argumento aristotélico que máticamente a las mujeres, mediante diversos
fundamenta la subordinación de las mujeres a los mecanismos que son validados por una supuesta
hombres apelando a un esencialismo naturalista inferioridad sexual. Por ejemplo, Cortina (en
que las caracteriza como débiles, mientras hacían Fisas, 1998, 33) puntualiza que “[l]a historia de
caso omiso de lo que Hobbes comenta en los capí- la filosofía occidental está narrada fundamen-
talmente por varones y refleja sin duda un modo
tulos 13 y 20, en los que básicamente hace de la
masculino de concebir el mundo. Célebre es el
sujeción patriarcal un derecho político, en vez de machismo del pensar schopenhaueriano o nietzs-
un derecho natural de los hombres (cf. Pateman, cheano, y menos conocido el de otros autores,
1995, 73). En otras palabras, en Hobbes hay un pero lo bien cierto es que la línea de pensamiento
claro avance que explica el origen de la subordi- general relega sistemáticamente lo femenino”.
nación de la mujer, y que permite comprender su Incluso, para ser más puntuales en el tema, la
exclusión del momento contractual, lo cual hace Ilustración –que se entronca con el contractua-
del Malmesburiense una notable excepción del lismo clásico– no fue la excepción, según lo deja
contrato sexual en la corriente contractualista, ver Puleo (1993) con el sintomático título del libro
pero que no logró calar en el modelo que devino que edita: La Ilustración olvidada. La polémica
de los sexos en el siglo XVIII. Por ello no ha de
de su planteamiento.
extrañar –lamentablemente– que posturas como
la de Rousseau y Locke sean muestras represen-
tativas de la época, y no excepciones.
Notas 3. Autoras como Amorós (1997) y Molina-Petit
(1994) han estudiado y reconocido la importancia
1. Existen posturas como la de Boucher, quien que implica una categoría como la del contrato
considera que la tesis de Pateman “is far too sexual. En el caso de Amorós, esta feminista
strained in terms of her argument as well as the indica la impronta del contrato sexual de Pateman
textual evidence” (2003, 24). No es la intención en la paradoja que resultaba del matrimonio como
de este trabajo argumentar directamente contra pacto. El contractualismo clásico instaura una
tales posturas; empero el trabajo que se presen- lógica universalizadora del contrato, por lo que
ta constituye en sí mismo un contraargumento, cualquier transacción, arreglo o alianza debía ser
debido a que aporta evidencia textual hobbesiana pactado. El problema surgía con el matrimonio,
–y su respectivo análisis– de que Pateman estaba porque los hombres eran los únicos que podían

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pactar, mientras que las mujeres eran seres subor- sexual no solo explicaría que la familia no está
dinados por naturaleza; por lo que –siguiendo una aislada de lo público, sino que en su ámbito de
lógica sexista– no podrían ser sujetas (pactantes) actuación, realmente no se encuentra en una rela-
de un matrimonio, debido a que este era conside- ción dicotómica con lo público. Asimismo, para
rado como un acuerdo o alianza consensuada por la autora, Pateman evidencia las enormes contra-
partes pactantes en la sociedad civil. De acuerdo dicciones del Pacto Social, a saber, que “la mujer
con Amorós, Pateman evidencia que el contrac- ha de ser, al mismo tiempo, afirmada como sujeto
tualismo mantuvo la paradoja, ya que siguió con- libre capaz de celebrar un pacto y negada en su
siderando a la mujer inferior, pero como sujeto libertad en cuanto ha de nacer en la sujeción para
pactante en el matrimonio, mientras que se le que este tipo de pacto sea posible” (Molina-Petit,
negaba tal capacidad en cualquier otra actividad. 1994, 37); por lo que el contrato sexual viene a
Pateman hace patente que el contractualismo explicar y explicitar una historia de libertad y una
dictaba (en términos generales) que las caracte- de sujeción, lo que conduce a plantear que el con-
rísticas sustantivas –lo que define en la sociedad trato sexual sea considerado como una condición
a cada individuo– son irrelevantes en el momento de posibilidad del contrato social (Molina-Petit,
en que las partes realizasen cualquier pacto, pero 1994, 38). Es decir, que en orden a comprender la
en el caso del matrimonio continuaban teniendo libertad (masculina) que pregona el contractualis-
vigencia (Amorós, 1997, 274). Entonces, ¿por mo clásico desde los hombres mismos, primero se
qué la necesidad de la capacidad de pactar en debe comprender la sumisión femenina.
el matrimonio? ¿Quién otorga esta capacidad? 4. Interesa poco precisar si fueron todos los hom-
La respuesta a la primera pregunta se indicó bres como colectivo contra todas las mujeres
previamente: la lógica contractual se suponía como colectivo, o si en grupos de hombres contra
universalizadora, por lo que no podía hacer una grupos de mujeres o mujeres individuales, o cada
excepción a una práctica social que era considera- hombre contra cuanta mujer pudiese. Lo que
da un contrato. Por ello tenía que pretender que en interesa es lo que ocurre cuando son subyugadas,
cualquier actividad contractual, sus partes podían que a continuación se explicará en el cuerpo del
pactar; aun cuando paradójicamente excluían a trabajo.
las mujeres por ser “inferiores”. En otras palabras, 5. A lo cual se añaden posteriormente trabajos de
era para cumplir con una formalidad. La segunda otras feministas que dan continuación a la crí-
pregunta tiene su respuesta en el hombre: este es tica del contrato sexual en el contractualismo,
el que pacta y establece las condiciones para que particularmente Locke y Rousseau. Por ejemplo,
la mujer pueda pactar únicamente en el matrimo- Amorós (1991; 1997) y Molina-Petit (1994).
nio, a pesar de que por “su” esencia no pudiese
hacerlo. Según Amorós, lo que a Pateman le
interesaba enfatizar con la paradoja matrimonial,
desde su concepción de contrato sexual, era “que
Referencias
el control sobre las mujeres es una dimensión
constitutiva del derecho político en tanto que Amorós, Celia (1991). Hacia una crítica de la razón
patriarcal, es decir, en tanto que son los varones patriarcal. Madrid: Anthropos.
quienes lo ejercen y se autoinstituyen en sus titu- . (1997). Tiempo de feminismo. Sobre
lares legítimos” (Amorós, 1997, 272-273). feminismo, proyecto ilustrado y postmodernidad.
Por su parte, para Molina-Petit, la importancia Madrid: Ediciones Cátedra-Universitat de
que tiene el contrato sexual de Pateman, se debe València-Instituto de la Mujer.
a que explica la creación de la familia y la socie- Bobbio, Norberto, y Bovero, Michelangelo (1986).
dad civil, evidenciando que la primera creación Sociedad y Estado en la filosofía política
es silenciada por los contractualistas a la vez moderna. El modelo iusnaturalista y el modelo
que enaltecen la creación de la segunda, pero hegeliano-marxiano. México, D. F.: Fondo de
desvinculándola de su relación política con la Cultura Económica.
familia. De acuerdo con Molina-Petit, Pateman Boucher, Joanne (2003). Male Power and Contract
ha sacado del olvido que la familia –y “su espa- Theory: Hobbes and Locke in Carole Pateman’s
cio” de actuación, el espacio o esfera privada– no “The Sexual Contract”. En Canadian Journal of
es apolítica ni mucho menos su antítesis, sino que Political Science/Revue Canadienne de Science
es efectivamente política. Siendo así, el contrato Politique, Vol. 36, No. 1 (Marzo de 2013), 23-38.

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114 ANDRÉS SOLANO-FALLAS

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diciembre de 1996, volumen XXXIV, 293-302. tutor de la Cátedra de Filosofía de la Educación
de la Escuela de Ciencias de la Educación de la
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Andrés Solano-Fallas (sadsunsea@gmail.
com). Bachiller y licenciado en Filosofía por la
Universidad de Costa Rica, bachiller en Teo-
logía por el convenio Universidad Nacional- Recibido: el martes 3 de noviembre de 2015.
Universidad Estatal a Distancia (de Costa Rica), Aprobado: el jueves 21 de enero de 2016.

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