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Empiricism and model-building in stratigraphy: Around the

hermeneutic circle in the pursuit of stratigraphic correlation


Andrew D. Miall & Charlene Miall

1. Introducción

El presente trabajo pretende dar un resumen corto del artículo publicado por Miall & Miall en
la revista Stratigraphy en el año 2004, así como un análisis del mismo, aportando el punto de
vista del autor de este trabajo.

Este artículo presenta una temática, un tanto filosófica, respecto al conocimiento científico y
generación del conocimiento geológico, abarcando una serie de ejemplos, la mayoría centrados
en el refinamiento de la tabla estratigráfica mundial y la escala del tiempo geológico, tal como lo
expresa en su introducción: “…abordar los problemas que surgen cuando la observación está
condicionada por las expectativas del uso de modelos deductivos de procesos geológicos”.

2. Desarrollo del resumen

En primera instancia, es conveniente iniciar con la definición de Paradigma; desde el punto de


vista investigativo, es definido como sistemas de creencias basadas en suposiciones ontológicas,
metodológicas y epistemológicas

En este orden de ideas, Miall & Miall (2004) afirma que dependiendo de como ha sido la
construcción y la comprobación de las teorías, se puede comprender como algunos enfoques de
una investigación pueden ensombrecer, más que aclarar la realidad del fenómeno investigado.

Desde el punto de vista geológico, Hallam (1989, en Miall & Miall, 2004) afirma: “los geólogos
tienden a ser fuertemente empíricos en su enfoque, en lo que respecta a la observación
cuidadosa y en la desconfianza a la generalización; ellos están muy conscientes de la
complejidad de la naturaleza”, sin embargo, estos son modeladores empedernidos, por lo que
tienden a reducir la complejidad de la naturaleza a niveles más manejables.

La Hermeneútica se de define como una manera útil de encapsular la metodología geológica


usando el concepto de Ciclo Hermeneútico, el cual no es más que una serie de pasos cíclicos
en la generación del conocimiento científico (figura 1), siendo:

a) Inducción: observación empírica, generalización y teorización.


b) Construcción de hipótesis, modelamiento, nuevas observaciones.
c) Deducción: Experimentación para refinar o abandonar la teoría.

Fig. 1.- Representación del ciclo hermeneútico

Para poder comprender este ciclo dentro del marco de la geología es preciso tener presente

que, esta es una ciencia observacional donde, muchas hipótesis y modelos importantes no son

experimentados fácilmente por los medios usados tradicionalmente por las ciencias duras como

la física y química, por lo que Dott (1998, en Miall y Miall, 2004) define la geología como una

ciencia sintética, donde su basamento se encuentra en lo que Frodeman (1995, en Miall y Miall,

2004) denomina como “explicaciones que funcionan”.

La experimentación en geología ha sido sustituida por la simulación numérica, la cual, según

Baker (1999, en Miall y Miall, 2004) es una forma de deducción en la cual las suposiciones

concernientes a los procesos, condiciones iniciales y de borde, son usadas en la construcción

de algoritmos matemáticos, los cuales no son más que una serie de hipótesis de relaciones

multivariable.

La diferencia principal entre la simulación numérica y la experimentación en las ciencias duras

es el nivel de control y complejidad de las variables a controlar, ya que, en las ciencias duras, la

experimentación se lleva a cabo en ambientes con todas las variables controladas, mientras que
en la geología, estas simulaciones, la única forma de controlar las variables, es mediante

simplificaciones de los fenómenos a estudiar.

La ciencia de la estratigrafía ha sufrido una evolución importante desde la década de 1950,

donde su práctica consistía en el mapeo, correlaciones y nomenclatura de unidades basada en

similitudes litológicas (litoestratigrafía); ya en la década de 1960, comenzó a surgir la nueva idea

del análisis de facies, para dar paso a la sismoestratigrafía en la década de 1970, lo cual sirvió

de base para el desarrollo de la estratigrafía secuencial a finales de los 80´s, evidenciando la

evolución de las “explicaciones que funcionan”, es decir, las rocas no cambiaron, los objetivos

de los geólogos sí.

3. Construcción del modelo en cronoestratigrafía

En los últimos 30 años de desarrollo científico, el modelo de mayor influencia en la estratigrafía


es el paradigma del nivel eústatico global, cuyo principio es que cada ciclo eustático puede ser
usado como instrumento de geocronología. Este modelo se define bajo la creencia que los límites
de secuencia son indicadores cronoestratigráficos globales, y sus edades no son influenciadas
por la tectónica de las cuencas (esta es la base de la correlación estratigráfica), sin embargo,
algo que se ha aprendido a lo largo de todo el desarrollo de la geología, desde sus inicios en el
siglo IXX es que, la bioestratigrafía es el último arbitro de las correlaciones cronoestratigráficas.

Por otro lado, se evidenciado que el registro geológico presenta una gran irregularidad,
incluso, secuencias enteramente marinas, presentan numerosos vacíos en su registro, así como,
patrones complejos no correlacionables de disconformidades y diastemas, una vez que son
sujetos a estudios bioestratigráficos detallados; lo que conlleva al segundo gran paradigma de la
estratigrafía, el paradigma de complejidad.

Hasta ahora se han enumerado dos paradigmas centrales, el del nivel eustático global y el de
complejidad, cuyas diferencias se resumen en la manera de presentar los datos, o lo que definió
Stewart (1986, en Miall y Miall, 2004) la “perspectiva de interés”.

Además, Stewart (1986, en Miall y Miall, 2004) sugiere que cuando existe la competencia entre
dos teorías y/o paradigmas, el “proceso clave para la escogencia es la persuasión, exactitud de
los resultados, la simplicidad y el alcance”. Asimismo, establece que la escogencia entre estos
representa “los deseos de proteger la base de las contribuciones intelectuales anteriores”.

4. Representación del tiempo en estratigrafía

Los geólogos han tenido de recordarse repetidamente que el registro geológico está muy
incompleto, tal como lo hace la afirmación de Barrel (1917, en Miall y Miall, 2004) “solo la sexta
parte del tiempo está registrada”, lo que esta validado por la frase de Ager (1973, en Miall y Miall,
2004) “el registro estratigráfico es más una brecha que un registro”.

Wheeler (1958, en Miall y Miall, 2004) afirma “el valor temporal de eventos significantes como
la no depositación y erosión es reducido a cero en una sección cuya dimensión vertical es
ajustada al espesor del registro estratigráfico”.

5. Construcción del modelo en la nueva cronoestratigrafía

Los autores del artículo están de acuerdo que la base para los métodos modernos de
cronoestratigrafía debe ser un riguroso empirismo. El principio general es dejar que la definición
de límites cronológicos evoluciones desde los datos empíricos con los que se construye cada
intervalo de la escala del tiempo geológico.

Estos datos, actualmente, son complejos y envuelven:

a) Registro Bioestratigráfico: cuyo principal obstáculo son los horizontes diacrónicos del
registro.
b) Datación radiométrica: presenta imprecisión en los resultados.
c) Magnetoestratigrafía: presenta limitantes en su aplicación en baja latitudes.
d) Quimioestratigrafía: obstáculos asociados a las variaciones del isótopo de oxígeno.

Sin embargo, existe una fuerte tentación dentro de los geólogos a buscar confirmar la
evidencia de conceptos preestablecidos, más que la experimentación rigurosa, así como
también, la motivación de falsificar hipótesis preliminares, por lo que los estratígrafos deben tener
extremo cuidado con los avances “Hiperpragmáticos” en la definición de los límites
cronoestratigráficos.

El peligro más grande que se encuentra a la vista es el crecimiento del campo de la


cicloestratigrafía, la cual es el registro de frecuencias orbitales preservadas en el registro
geológico, que puede ayudar a refinar la escala del tiempo geológico, aportando calibración a los
datos bisoestratigráficos con una precisión de 1000 a 10000 años.

6. Forzamiento orbital como caja negra

La acción de tomar premisas como “no problemáticas” de otros científicos como base para la
investigación propia, dar aprobación social a esas prácticas, y de este modo, contribuir a
transformarlas en hechos de medición y estimación de efectos, se le denomina “Caja Negra”.

El comportamiento orbital de la tierra, incluyendo sus tres principales variables, excentricidad,


precesión y oblicuidad, es una caja negra cerrada, basada en el conocimiento propio de los
astrónomos.

Latour y Woolgar (1986, en Miall y Miall, 2004) sugieren una clasificación de estamentos
científicos para explicar como los conceptos tentativos se convierten en Cajas Negras, siendo:

a) Tipo 1: conjeturas y especulaciones.


b) Tipo 2: declaraciones tentativas entre hechos y/o procesos científicos.
c) Tipo 3: Declaraciones con referencias a trabajos anteriores para apoyar una relación
sugerida.
d) Tipo 4: Declaraciones como libro de hechos o relaciones establecidas.
e) Tipo 5: Hechos dados por sentado, que no requieren ninguna referencia de apoyo.

7. Interpretaciones cicloestratigráficas del tiempo en el registro sedimentario

Los estudios cicloestratigráficos dependen de una jerarquía de cinco suposiciones teóricas:

a) La sección es continua o las discontinuidades en la sección pueden ser reconocidas y


contabilizada en un análisis posterior.
b) La tasa de sedimentación es constante.
c) Las secuencias orbitales pueden ser predichas para el pasado geológico lejano,
basadas en el intervalo de edades de la sección.
d) El espesor puede ser convertido en tiempo usando una simple transformación de tasa
de sedimentación
e) Las variaciones en la preservación estratigráfica pueden ser manejadas por técnicas
de combinación de patrones.
El inconveniente principal de estas cinco suposiciones teóricas es la tendencia creada en los
geólogos a ver ciclos en cualquier cadena de datos.

8. ¿Qué se debe hacer?

Latour (1987, en Miall y Miall, 2004) apunta que las ideas tentativas pueden convertirse en
Cajas Negras por la acumulación repetitiva de cadenas de argumentos, hasta que las dudas y
calificaciones originales se hayan dejado de lado u olvidadas.

Por otro lado, en la investigación, donde la ciencia es compleja, con resultados provenientes
de datos con calidad variable, o donde la tecnología no esta bien desarrollada, el poder de la
idea preconcebida puede afectar la objetividad, y el impacto de las influencias sociales se hace
más evidente.

En este punto, es importante acotar que la influencia social no puede ser separada de la
práctica científica que genera, y, en última instancia, que está influenciada por esta.

Una concusión importante sería que los estudios estratigráficos que incorporan muchas
suposiciones teóricas, no deben ser usados para refinar la escala del tiempo geológico.

9. Análisis personal del autor

Este artículo plantea una realidad que abarca, no solo el ámbito de las ciencias geológicas,
sino también, todo el universo científico y social del comportamiento del ser humano; todas las
acciones que emprendemos están basadas en alguna creencia preexistente, bien sea religiosa,
científica, social, etc.

Desde el punto de vista científico, cada avance alcanzado proviene de un “escalón o peldaño”
superado, lo que convierte a cada avance en una idea basada en algún teorema preexistente,
sin embargo, estos teoremas o teorías, tal como lo afirman Miall y Miall en su trabajo, pueden
representar Cajas Negras, lo que, personalmente comparo con las afirmaciones impuestas por
las religiones a lo largo de los siglos.

Desde mi punto de vista, y como estudiante próximo a recibirme como “Maestro en Ciencias”,
lo que debe plantear es un cambio en el pensamiento científico, donde, a pesar de poseer ideas
preconcebidas, siempre se debe tener la mente abierta, con lo cual podremos cumplir con el
último paso del ciclo hermeútico de refinación o descarte de una teoría planteada en base a
observaciones empíricas realizadas.

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