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Introducción
El presente informe tiene como finalidad desarrollar los temas principales del texto “el placer
de leer a Freud” según Juan David Nasio, iniciaremos con: esquema de la lógica del
psicoanalítico de la sexualidad, otro de los temas para abordar, son los destinos de las pulsiones,
las cuales son tres: represión, sublimación y fantasma, las fases de la sexualidad infantil y el
Para entender el funcionamiento psíquico hablaremos de los cuatro tiempos. Primer tiempo:
descarga completa jamás alcanzada. Debido a que, en la vida psíquica la tensión no se agota
jamás. Mientras vivimos, estamos constantemente bajo tensión, esto en psicoanálisis recibe el
tensión, y placer, supresión de la tensión”. (Nasio, 1999, 31). Así que, el placer absoluto no se
obtiene nunca porque la descarga absoluta de la energía no se realiza jamás. Segundo tiempo: la
“La represión es un espesamiento de energía, una capa protectora energética que impide el
paso de los contenidos inconscientes hacia el preconsciente. Ahora bien, esta barrera no es
infalible: ciertos contenidos inconscientes y reprimidos hacen caso omiso de ella, irrumpen
por entero y directamente la exigencia pulsional. En efecto, la satisfacción inmediata y total del
empuje pulsional destruiría, por su desmesura, el equilibrio del aparato psíquico. Existen, pues,
dos clases de satisfacciones pulsionales. Una, total e hipotética, que el yo idealiza como un
placer absoluto, pero que también evita -gracias a la represión en tanto exceso destructivo. La
otra satisfacci6n es una satisfacci6n parcial, moderada y exenta de peligros, que el yo puede
tolerar. En el Tercer tiempo, la parte de la energía que no cruza la barrera queda confinada en el
energía que cruza la barrera de la represión se exterioriza en forma del placer parcial inherente a
Figura 3. Esquema de los cuatro tiempos del funcionamiento psíquico. (Nasio, 1999, p.40)
Definiciones del inconsciente
mismo por ejemplo frente a mis propias manifestaciones inconscientes o frente a manifestaciones
procedentes del inconsciente del otro, lo único que percibiremos serán sus derivados. El
inconsciente mismo sigue estando supuesto como un proceso oscuro e incognoscible que correría
bajo estas manifestaciones. ¿Cómo localizar las manifestaciones del inconsciente? Las
formaciones del inconsciente se nos presentan como actos, palabras o imágenes inesperados que
surgen bruscamente y desbordan nuestras intenciones y nuestro saber consciente. Estos actos
pueden ser comportamientos corrientes como, por ejemplo, los actos fallidos, los olvidos, los
sueños o incluso la aparición súbita de tal o cual idea y hasta la invención repentina de un poema
los síntomas neuróticos o psicóticos. Pero, normales o patológicas, las ramificaciones del
inconsciente son siempre actos sorprendentes y enigmáticos para la conciencia del sujeto y del
- Definición del inconsciente desde el punto de vista sistemático: Desde esta perspectiva, la
Si ahora definimos el inconsciente desde el punto de vista dinámico, es decir desde el punto de
vista de la 1ucha entre la moción que presiona y la represión que resiste, 1a fuente de excitación
se denomina representantes reprimidos, y los productos terminales son escapes velados del
- Definición del inconsciente desde el punto de vista económico: Desde esa perspectiva, las
representaciones del inconsciente, son entendidas, como pulsiones, que tienen como producto los
fantasmas. Fantasmas que como señala Nasio aparecen como comportamientos cotidianos,
- Definición del inconsciente desde el punto de vista Ético. Desde esta perspectiva, se
considera el inconsciente, como un inconsciente deseante, que pretende el placer sexual. Siendo
Según Nasio (1999) “El sentido de nuestros actos es un sentido sexual porque la fuente y la
meta de las tendencias pulsionales son sexuales. La fuente es un representante pulsional cuyo
contenido corresponde a una región del cuerpo muy sensible y sexualmente excitable, llamada
zona erógena. En cuanto a la meta, siempre ideal, seria, el placer perfecto de una perfecta unión
entre los dos sexos, cuya figura mítica y universal es el incesto”. (p.58?
genitales. No, en psicoanálisis, el concepto de “sexual” reviste una acepción mucho más amplia
que la de “genital”. Fueron los niños y los perversos quienes mostraron a Freud la vasta
extensión de la idea de sexualidad. Llamamos sexual a toda conducta que, a partir de una región
erógena del cuerpo (boca, ano, ojos, voz, piel, etc.), y asentándose sobre un fantasma, procura
cierto tipo de placer. ¿Qué placer? Un placer que presenta dos aspectos. En primer lugar, se
distingue claramente de ese otro placer procurado por la satisfacción de una necesidad
fisiológica (comer, eliminar, dormir, etc.). Segundo aspecto: el placer sexual, muy distinto, por lo
tanto, del placer orgánico, polarizado en tomo a una zona erógena, obtenido gracias a la
placeres preliminares al coito (placer de mirar, de mostrarse, de acariciar, de sentir el olor del
represión es también, a su manera, una fuerza, mejor aún una pulsión del yo. Esto quiere decir
que hay dos grupos de pulsionales antagónicas: las pulsiones sexuales reprimidas y las pulsiones
del yo represoras. Las primeras persiguen el placer sexual absoluto, mientras que las segundas se
(incesto) por otra meta no sexual pero valorada socialmente. Y el tercero, es el fantasma. En el
lugar de un objeto real, el yo instala un objeto fantasmatizado, como si, para detener el impulso
define en absoluto por un simple retomo sobre sí en un “amarse a sí mismo”, sino en un “amarse
(p.72).
Las fases de la sexualidad infantil y el complejo de Edipo
Según, Nasio (1999) las pulsiones sexuales aparecen en nuestra infancia “Su evolución
comienza desde el nacimiento y culmina entre los tres y los cinco años con la aparición del
complejo de Edipo, que señala el apego del niño al progenitor del sexo opuesto y su hostilidad
hacia el progenitor del mismo sexo”. (p. 73). Existen tres fases en la historia de las pulsiones
sexuales infantiles que se distinguen según la dominancia de la zona erógena: La fase oral,
abarca los primeros seis meses de vida del lactante, la boca es la zona erógena preeminente, la
forma particular de obtener placer es la succión. Sin embargo, existe una fase oral tardía, que
comienza en el sexto mes de vida con la aparición de los primeros dientes, el placer sexual de
morder completa el placer de la succión. Fase anal, se desarrolla durante los dos años y tres años.
La zona erógena dominante es el ano, el placer sexual consiste en retener las heces para después
expulsarlas bruscamente. Fase fálica, estado final del desarrollo sexual, inicia a los tres años y
finaliza a los cinco años. La zona erógena dominante es el pene en el niño, y el clítoris en la niña.
La forma particular de obtener placer es la estimulación de los genitales. En esta fase, el pene y
el clítoris, no es más que un objeto fantasmatizado, denominado falo. “A partir de ello surge la
angustia del niño por ser castrado y la decepción de la niña por no tener falo”. (Nasio, 1999. p.p.
73-76).
Las pulsiones de vida tienden a investirlo todo libidinalmente y a asegurar la cohesión entre
las diferentes partes del mundo vivo. Las pulsiones de muerte, en cambio, se orientan a
desprender la libido de los objetos, a su desligazón y al retomo ineluctable del ser vivo a la
Nasio (1999) afirma: “La compulsión a repetir es una pulsión primera y fundamental, pulsión de
pulsiones; no es ya un principio que orienta, sino una tendencia que exige volver atrás para
Nasio (1999) define la identificación como “el movimiento activo e inconsciente de un sujeto,
inconscientes del otro”. (p.102). de la misma manera, Nasio (1999) concluye mediante dos
observaciones, “la identificación es lo que me hace amar y ser lo que soy” (p.104).
repetición muy especial: en vez de recordar el pasado, el analizante lo repite como una
experiencia vivida en el presente de la cura, ignorando que se trata de una repetición. (Nasio,
1999, p.106)
Para finalizar Según Nasio (1999) “La transferencia es la puesta en acto de una pulsión cuyo
De una manera general, podemos constatar al final de este informe que en el psiquismo, el
placer absoluto no se obtiene nunca porque la descarga absoluta no se realiza jamás (principio de
solo parte de las estimulaciones de los genitales, si no, de toda la región erógena del cuerpo
(boca, ano, voz, piel, etc.) que busca cierto tipo de placer, además, las pulsiones sexuales tienen
vida y de muerte siempre se rigen por dos principios del funcionamiento mental: reencontrar el
Nasio, J. D. (1999). El placer de leer a Freud. Barcelona, España: Editorial Gedisa, S.A.
https://psicologiaen.files.wordpress.com/2016/12/nasio-juan-david-el-placer-de-leer-a-
freud.pdf
Retorno a mí ser con “Freud”
Erika Julieth Muchavisoy Mutumbajoy
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