Sei sulla pagina 1di 17

ANÁLISIS QUÍMICO Y MICRO QUÍMICO DE FLUIDOS DE

FORMACIÓN
1. Introducción

Normalmente, los operadores consideran al agua de formación, como un subproducto indeseado de la


producción de hidrocarburos. No obstante, las muestras y el análisis de esa misma agua proveen
información vital para los planes de desarrollo de campos petroleros que incluyen la optimización del
diseño de las terminaciones, la selección de materiales y la recuperación de hidrocarburos.

Ante la mención de la presencia inesperada de agua de formación en sus pozos, muchas compañías
productoras de petróleo y gas reaccionan con alarma. La producción imprevista de agua, especialmente
si contiene impurezas indeseadas, puede reducir significativamente el valor de un activo
hidrocarburífero. Además, puede acelerar el daño de los equipos e incrementar los costos de
manipulación y eliminación del agua. Pero la captura de una cierta cantidad de agua de formación
también es de utilidad, ya que las propiedades del agua contienen información que puede ser utilizada
para incidir significativamente en la rentabilidad de los campos petroleros.

El análisis del agua de formación desempeña un rol importante en el modelado dinámico de los
yacimientos, la cuantificación de las reservas y el cálculo de los costos de las terminaciones de pozos
que incluyen los montos que se invertirán en el entubado y el equipamiento de superficie; las erogaciones
de capital (capex). El análisis del agua también ayuda a los operadores a estimar los costos operativos
(opex), tales como el costo de los proyectos de inyección química. La cuantificación de la química del
agua asiste en la comprensión de la conectividad del yacimiento y en la caracterización de las zonas de
transición en los carbonatos, por lo que incide en las estimaciones de la extensión de los yacimientos.
Además, ayuda a los planificadores del desarrollo de campos petroleros a determinar si los nuevos
descubrimientos pueden ser conectados a la infraestructura existente y es crucial para el diseño de los
proyectos de inyección de agua.

Las propiedades del agua de formación varían entre un yacimiento y otro, y dentro de un mismo
yacimiento. La composición del agua depende de una serie de parámetros que incluyen el ambiente
depositacional, la mineralogía de la formación, su historia de presión y temperatura, y el influjo o la
migración de los fluidos. En consecuencia, las propiedades del agua pueden variar a lo largo del tiempo
con la interacción entre el agua y la roca, y con la producción y el reemplazo de los fluidos del yacimiento
por agua de otras formaciones, agua inyectada u otros fluidos inyectados.
En el presente tema examinaremos las causas de la variación de la composición del agua y describiremos
el valor del análisis del agua de formación a lo largo de toda la vida productiva del yacimiento, desde la
fase de exploración hasta las fases de desarrollo y producción.

Algunos ejemplos de Noruega, Medio Oriente, el Golfo de México y China ilustran los métodos de
recolección de muestras de agua de alta calidad y muestra cómo el análisis del agua de formación, tanto
en condiciones de fondo de pozo como en condiciones de superficie, contribuye a la comprensión y el
desarrollo de los yacimientos.

2. Desarrollo

Tipo de agua Salinidad, partes por mil


Agua fluvial promedio 0,11
Agua de mar 35
Sistemas evaporíticos 35 a 350
Agua de formación 7 a 270
Variaciones de la salinidad. La salinidad del agua connata varía con el ambiente depositacional; se
incrementa del agua dulce de los ríos al agua de mar y los sistemas evaporíticos salobres. El agua de
formación, que es el resultado de la mezcla de agua y de otros procesos físicos y químicos, presenta un
amplio rango de salinidades.

2.1. La composición del agua

La mayoría de las rocas yacimiento se forman en el agua, a través de la depositación de granos de rocas
o detritus biológico. El agua que queda entrampada en los poros a medida que los sedimentos se
compactan y se unen entre sí se denomina agua connata; el agua presente en el yacimiento en el momento
en que es penetrado por una barrena de perforación se denomina agua de formación.

El agua connata reacciona con la roca hasta un punto que depende de la temperatura, la presión, la
composición del agua y la mineralogía de la formación.

Las reacciones químicas y biológicas pueden iniciarse tan pronto como se depositan los sedimentos y
pueden continuar y acelerarse conforme la formación es sometida a mayor presión y temperatura durante
el sepultamiento. Los efectos combinados de estos procesos químicos, físicos y biológicos se conocen
como diagénesis.

Si bien gran parte de los esfuerzos se ha centrado en el estudio del impacto de la diagénesis sobre las
formaciones rocosas, poco se ha hecho para comprender cómo afecta al fluido original presente en la
roca; el agua.
El agua connata varía con el ambiente depositacional. En los sedimentos marinos, se trata de agua de
mar. En los depósitos lacustres y fluviales, se trata de agua dulce. En los depósitos evaporíticos, el agua
intersticial corresponde a una salmuera de alta salinidad. Estas soluciones acuosas contienen
componentes iónicos, los cuales incluyen cationes tales como el sodio [Na+], el magnesio [Mg2+], el
calcio [Ca2+], el potasio [K+], el manganeso [Mn2+], el estroncio [Sr2+], el bario [Ba2+] y el hierro [Fe2+ y
Fe3+]; aniones tales como el cloruro [Cl–], el sulfato [SO42–], el bicarbonato [HCO3– ], el carbonato [CO32–
], el hidróxido [OH–], el borato [BO33–], el bromuro [Br–] y el fosfato [PO43–]; y ácidos débiles no
volátiles. El agua también puede contener gases disueltos, tales como el dióxido de carbono [CO 2] y el
ácido sulfhídrico [H2S], el nitrógeno, los ácidos orgánicos, las bacterias sulfato-reductoras, los sólidos
disueltos y suspendidos, y las trazas de compuestos de hidrocarburos.

Las concentraciones de estos componentes pueden variar a medida que el agua es expulsada por la
compactación y reacciona con los minerales de la formación. Algunos minerales reaccionan fácilmente.

Movimiento del agua y procesos que pueden incidir en la evolución del agua de formación. La composición del
agua de formación que rellena originalmente una capa de arenisca puede ser modificada a través del agregado
de agua de otras fuentes (flechas), tales como el agua meteórica y el agua expulsada de las lutitas y la sal en
proceso de compactación. El agua también puede ser alterada por el influjo de los hidrocarburos en migración.
Las fallas que actúan como sello y otras barreras al flujo pueden formar compartimentos con composiciones de
agua diferentes. Por otro lado, las fallas conductoras facilitan el flujo.

El influjo de agua desde otras fuentes, tales como el agua meteórica, los acuíferos, el agua inyectada y
otros fluidos inyectados, también puede producir cambios en las propiedades del agua.
La producción de agua de formación es otra de las causas del desequilibrio; los minerales disueltos y los
gases pueden precipitar a partir de la solución a medida que el fluido llega a la superficie; especialmente
como reacción a los sulfatos introducidos en la formación a través de la invasión del fluido de perforación
o la inyección de agua de mar. Estas pérdidas de los componentes disueltos alteran la composición del
agua producida o muestreada, de modo que el agua recuperada en la superficie quizás no representa el
agua de formación real. Por este motivo, es importante recolectar y analizar el agua de formación bajo
las condiciones existentes en sitio y continuar haciéndolo a medida que cambian las condiciones del
yacimiento.

2.2. Aplicaciones del análisis del agua

El agua de formación es rica en información referente a la roca en la que reside, y puede proporcionar
datos cruciales para los análisis en todas las fases de la vida productiva de un yacimiento. En las primeras
etapas de la vida productiva de un campo, el análisis del agua de formación establece la salinidad y la
resistividad del agua para la evaluación petrofísica. La ecuación de saturación de agua de Archie, en la
cual la saturación y las reservas de petróleo se computan con mucha frecuencia a partir de registros,
requiere el valor de la resistividad del agua como dato de entrada. Ese valor se computa a menudo a partir
de las mediciones derivadas de los registros de resistividad y porosidad, obtenidas en una zona de agua,
en la que el agua probablemente no posea la misma composición que el agua de formación del yacimiento
en otras zonas. El análisis de las muestras de agua de formación extraídas de la pata de petróleo es
considerado una de las formas más confiables de obtención de la salinidad del agua y la resistividad para
los cálculos de la saturación.

Antes de seleccionar el material para la tubería de revestimiento o la tubería de producción, es vital


evaluar la corrosividad del gas, el petróleo y el agua a producir. El gas libre presente en la formación
puede contener constituyentes corrosivos (tales como el H2S y el CO2) y estos mismos constituyentes
pueden disolverse en el agua de formación. Los pozos que producen dichos fluidos en concentraciones
que exceden ciertos límites requieren tuberías de revestimiento con formulaciones metalúrgicas
especiales resistentes a la corrosión, o tratamientos con químicos inhibidores de la corrosión. Por otro
lado, las líneas de conducción y las instalaciones de superficie deben tener la capacidad para manipular
el agua producida junto con sus gases. Para diseñar la tubería de producción, las líneas de flujo y las
instalaciones de superficie, los ingenieros deben conocer la composición química del agua de formación.
Los valores del pH y la salinidad del agua, utilizados en los cálculos metalúrgicos para la selección de
los tubulares, deben incluir los valores correspondientes a las condiciones de presión y temperatura de
yacimiento así como la composición del agua.
A medida que se producen los fluidos de yacimiento, la reducción de presión asociada puede causar la
liberación de gas a partir de la solución y la precipitación y depositación de sólidos en los poros del
yacimiento y sobre la tubería de producción y el equipamiento de fondo de pozo. Por ejemplo, a medida
que se reduce la presión, el agua de formación libera gas CO2, el pH del agua se incrementa y la solución
se supersatura con carbonato de calcio [CaCO3], lo que puede producir la depositación de incrustaciones
que eventualmente obstruyen el flujo. La precipitación puede pronosticarse mediante el modelado o la
experimentación en el laboratorio si se conoce la química del agua de formación.

Las incrustaciones también pueden formarse cuando se mezclan aguas con diferentes composiciones. Por
ejemplo, la precipitación de sólidos de sulfato de bario [BaSO4] o de sulfato de estroncio [SrSO4]
constituye un problema común cuando se inyecta agua de mar, que contiene sulfatos, en formaciones que
contienen bario o estroncio. También se produce cuando los sulfatos provenientes de la invasión del
fluido de perforación interactúan con el agua de formación, y es la razón principal que subyace las
prácticas industriales recientes en las que se utilizan fluidos de perforación con bajo contenido de
sulfatos. Dichas incrustaciones pueden depositarse en la formación o en la tubería de producción. Las
tuberías obturadas parcialmente pueden limpiarse a veces con herramientas de reparación de pozos que
despliegan abrasivos y la acción de chorros de limpieza. No obstante, si la incrustación es demasiado
espesa, es poco lo que se puede hacer excepto extraer la tubería y reemplazarla; a un costo significativo.

El manejo efectivo de la acumulación de incrustaciones es un tema importante para la planeación del


desarrollo de campos petroleros y puede producir un impacto directo sobre la viabilidad de la producción,
especialmente en los campos marginalmente económicos. El potencial del agua de formación para formar
incrustaciones cuando se mezcla con el agua inyectada debe ser evaluado si va a explotarse alguna parte
del campo con el soporte de presión proveniente de los fluidos inyectados.

A la hora de evaluar el potencial para la acumulación de incrustaciones, una de las mayores


incertidumbres es quizás la composición del agua de formación y las propiedades de fondo de pozo.
Algunas compañías han adoptado la práctica de monitoreo del agua como rutina para los campos con
propensión a la formación de incrustaciones. Por ejemplo, Statoil monitorea la composición del agua
producida de la mayoría de sus pozos de petróleo y gas y utiliza gráficas de interrelación de la relación
de las concentraciones iónicas para asistir en la definición de las zonas de agua productivas. La frecuencia
de muestreo depende de la necesidad: en los casos que plantean un alto potencial para la acumulación de
incrustaciones, el agua se muestrea semana por medio o cada dos semanas.
Acumulación de incrustaciones en la tubería de producción. Las incrustaciones reducen las tasas de flujo y,
finalmente, pueden bloquear por completo la producción.

Las variaciones producidas en la composición del agua de formación también pueden revelar la
existencia de compartimentalización o la falta de comunicación hidráulica entre volúmenes de
yacimientos adyacentes, si los yacimientos han sido aislados el tiempo suficiente para que sus aguas de
formación alcancen diferentes estados de equilibrio. La comprensión de la conectividad de los
yacimientos es importante para estimar la magnitud del soporte de los acuíferos (el empuje de agua
natural presente en muchos yacimientos) y para la planeación de las localizaciones de los pozos de
desarrollo, la formulación de programas de recuperación relacionados con la inyección de agua, y la
detección de la incursión de agua de inyección. El análisis del agua de formación, y en particular la
comparación de su composición isotópica natural con la del agua de inyección, ha sido utilizada para el
monitoreo de los proyectos de inyección de agua. Los isótopos actúan como trazadores en el agua para
ayudar a los ingenieros de yacimientos a identificar las capas de alta permeabilidad, las fracturas y otras
causas de la comunicación entre pozos.

2.3. Muestreo del agua

Las muestras de agua pueden ser recolectadas mediante diferentes métodos. Las muestras de agua
producida pueden obtenerse en los separadores de boca de pozo o de superficie, pero probablemente no
sean representativas del agua de formación si se han liberado gases o precipitado compuestos. No
obstante, estas muestras resultan útiles y se recolectan habitualmente a los efectos de supervisar la
producción. Las muestras de superficie se utilizan para monitorear los cambios producidos en las
propiedades del agua con el tiempo, para identificar la incursión de agua de inyección y para compararlas
con muestras de otros pozos productores con el fin de conocer la conectividad de los yacimientos. La
adquisición de dichas muestras es menos costosa que el muestreo de fondo de pozo y puede efectuarse
en forma más rutinaria. Las muestras de agua también pueden recuperarse a partir de núcleos
preservados. No obstante, las muestras recuperadas con esta técnica experimentan reducciones de presión
y temperatura y, por consiguiente, pueden no ser representativas del agua de formación real.

Durante las etapas de exploración y evaluación, en las que el operador apunta a lograr la compresión de
los fluidos de yacimiento y utiliza los datos para el modelado, es vital contar con muestras de agua
representativas. Las muestras representativas pueden ser recolectadas con un probador de formación
operado con cable, equipado con una probeta o con un empacador dual, un módulo de bombeo,
capacidades de análisis de fluidos en el fondo del pozo y cámaras para muestras. El proceso de muestreo
del agua en el fondo del pozo comienza con una etapa de limpieza, en la que el fluido (que en un principio
es una mezcla de filtrado de lodo y agua de formación) se introduce en la herramienta, a través de la
probeta, directamente desde la formación. A medida que se incrementa el tiempo de bombeo, la
proporción de filtrado de lodo, o contaminación, se reduce y la proporción de agua de formación pura
presente en la línea de flujo se incrementa.

Si las propiedades ópticas o de resistividad del filtrado son significativamente diferentes de las del agua
de formación, los analizadores ópticos de fluidos o los sensores de resistividad localizados en la línea de
flujo de la herramienta miden la diferencia y de ese modo monitorean la contaminación en tiempo real.
En las primeras etapas del proceso de limpieza, el agua no es suficientemente pura como para ser
recolectada, y se devuelve al pozo. Cuando la contaminación se encuentra por debajo de un nivel
designado, el fluido es dirigido hacia el interior de las cámaras para muestras presurizadas, que luego se
llevan a la superficie y se transportan a un laboratorio para su análisis.

La calidad de las muestras adquiridas en el fondo del pozo depende del método de muestreo y del tipo
de lodo de perforación utilizado en las zonas muestreadas. En las zonas perforadas con lodos a base de
aceite (OBM), normalmente se obtienen muestras de alta calidad porque el filtrado de lodo no es miscible
con el agua de formación. El agua de formación y el OBM habitualmente poseen propiedades ópticas y
de resistividades diferentes, lo que les permite ser diferenciados por los analizadores ópticos de fluidos
y los sensores de resistividad. Por el contrario, el filtrado de lodo a base de agua (WBM) posee
propiedades ópticas similares a las del agua de formación, por lo que es difícil distinguirlos por el color.
Además, el WBM es miscible con el agua de formación y puede mezclarse y reaccionar con ésta, lo cual
genera muestras de aguas contaminadas y no representativas a menos que se adopten recaudos especiales
en cuanto a extender el bombeo un tiempo considerable para recoger muestras sin contaminar.

El muestreo ideal implica la recolección de una muestra monofásica y su conservación como monofásica
al ser llevada a la superficie y transportada al laboratorio. La cámara para muestras múltiples monofásicas
(SPMC) Oilphase-DBR utiliza una carga de nitrógeno para mantener la presión de fondo de pozo en la
muestra de fluido de yacimiento, entre el punto de recolección de fondo de pozo y el laboratorio. Esta
práctica asegura que los gases y las sales permanezcan en solución durante el viaje desde el fondo del
pozo hasta el laboratorio, lo cual quizás no sea posible con las cámaras para muestras estándar.

Las muestras monofásicas también pueden obtenerse de las pruebas de formación efectuadas a través de
la columna de perforación (DST). Normalmente, el agua no se muestrea intencionalmente durante una
prueba DST, pero algunos operadores se esfuerzan especialmente para estudiar la composición del agua
y recolectan las muestras de agua de las pruebas DST para el análisis de laboratorio.

Las muestras de agua de formación pueden obtenerse en las etapas posteriores de la vida productiva del
campo durante las operaciones de adquisición de registros de producción. No obstante, la obtención de
muestras de formación previa a la producción es crucial para registrar la composición de referencia. La
herramienta Compact Production Sampler captura muestras convencionales de fondo de pozo en los
pozos productores. Puede ser corrida en cualquier sección de la sarta de adquisición de registros de
producción de la sonda PS Platform, operada con línea de acero o con línea eléctrica.

Una vez recuperadas, las muestras se transportan hasta un laboratorio y se reacondicionan con las
condiciones de fondo de pozo existentes antes del análisis, como se describe en una sección posterior.
Los resultados se ingresan en un modelo de equilibrio multifásico (existen diversos modelos disponibles
a nivel comercial) para predecir el pH del fondo del pozo y el potencial para la corrosión, la acumulación
de incrustaciones y la formación de hidratos.

¿De dónde viene el agua?

Abu Dhabi Company for Onshore Operations (ADCO) utilizó la medición del pH en el fondo de un pozo
de producción para delinear el contacto agua-petróleo, caracterizar la zona de transición agua-petróleo e
identificar las fuentes de agua en diversas capas. El bajo contraste de resistividad existente entre el WBM
y el fluido de formación impedía el empleo de la resistividad para localizar la contaminación con
petróleo. Por consiguiente, ADCO seleccionó otros dos métodos de monitoreo de la contaminación: la
medición del pH en sitio y un trazador coloreado en el lodo WBM que permite obtener estimaciones
cuantitativas de la contaminación antes de la recolección de las muestras.
La primera estación de muestreo se encontraba a X X51 pies, cerca de la base de la supuesta zona de
transición agua-petróleo. Esto fue confirmado con el analizador óptico, que sólo mostró agua sin petróleo
fluyendo a esta profundidad. El monitoreo del pH y las respuestas ópticas del trazador coloreado durante
la fase de limpieza mostraron una reducción de la contaminación con lodo WBM con el tiempo de
bombeo. La reducción de la contaminación se manifestó como tendencias descendentes tanto en el pH
como en la densidad óptica del lodo con agregado de trazadores. El pH se redujo de 6,47, con un nivel
alto de contaminación, a 5,7; valor éste que los ingenieros interpretaron como el pH del agua de
formación casi limpia.

Monitoreo de la contaminación en un pozo de ADCO. Mientras la herramienta bombeaba fluido desde la


formación a X X51 pies, el sensor óptico detectó una reducción de la fracción de lodo WBM coloreado en azul
con el tiempo de bombeo, lo que indica una disminución de la contaminación del agua de formación con lodo.

En la estación de muestreo siguiente, situada a 3 m [10 pies] por encima de la primera, el analizador
óptico detectó solamente agua hasta que el tiempo de bombeo alcanzó 7 443 segundos. En ese momento,
apareció petróleo en la línea de flujo, y a los 12 700 segundos, la fracción de petróleo se había
incrementado hasta alcanzar el 90% Sin una medición del pH para caracterizar el tipo de agua, no existe
forma de conocer si el agua es filtrado WBM o agua de formación. La presencia de filtrado WBM puro
implica que el agua de formación es inmóvil, en tanto que la presencia de cualquier agua de formación
implica que el agua de formación es móvil a esta profundidad.
Restricción del contacto agua-petróleo. Las mediciones obtenidas en dos profundidades, X X41 pies y X X51
pies, limitan el contacto agua-petróleo a un determinado lugar entre ambas profundidades. En la estación más
profunda, el análisis óptico de fluidos detectó solamente agua y las mediciones del pH indicaron agua de
formación.

Una medición del pH obtenida a 6452 segundos, un poco antes del arribo del petróleo, proporcionó un
valor de 5,77, indicativo de una mezcla de lodo WBM y agua de formación. La medición óptica del
trazador coloreado confirmó esta interpretación. Esto implica que tanto el petróleo como el agua son
móviles en esta profundidad. Por consiguiente, el contacto agua-petróleo debe encontrarse entre las dos
estaciones de medición, lo que lo limita a una profundidad de entre X X41 y X X51 pies.

pH de fondo
Zona Fluido Medición Permeabilidad pH modelado
de pozo
Muestra de
1 Petróleo Alta
petróleo
Delineación
2 Petróleo y agua Alta
del OWC
pH, muestra
3 Agua 1 mD a 10 mD 6,5 6,6
de agua
pH, muestra
4 Agua Inferior a 1 mD 7,3 7,8
de agua
Demasiado
compacta para
5 Agua Inexistente
experimentar
surgencia
pH, muestra
6 Agua Inferior a 1 mD 6 6,3
de agua
Datos derivados del muestreo de fluidos. Para facilitar el muestreo del agua en un pozo perforado con lodo
OBM, ADCO recolectó los fluidos de cinco de seis zonas carbonatadas.

En otro caso de ADCO, se perforó un pozo para determinar la fuente de agua en los pozos adyacentes
productores de petróleo. El pozo nuevo, perforado con OBM para simplificar el muestreo del agua,
penetró seis zonas calcáreas. La más somera, la zona 1, contenía petróleo solamente; la zona 2 contenía
petróleo y agua, y las cuatro zonas inferiores eran acuíferas. ADCO necesitaba saber si el agua producida
de la segunda capa provenía del flanco del yacimiento a través de la zona 3, o de las zonas más profundas.

De las zonas de agua, la zona 5 era demasiado compacta como para experimentar surgencia, pero en las
otras tres el probador de la formación midió el pH en el fondo del pozo y recolectó muestras presurizadas
para el análisis de laboratorio.

Las mediciones del pH en el fondo del pozo indicaron que el agua en la zona 4 era significativamente
diferente de la de las otras zonas, y el modelado basado en los resultados de laboratorio confirmó este
hecho. No obstante, para identificar qué capa estaba suministrando agua a la zona productora de petróleo
se requería la comparación con el agua producida. En el agua producida previamente, no se obtuvieron
mediciones del pH, pero el análisis de laboratorio efectuado en las muestras de los tanques de
almacenamiento proporcionó las concentraciones iónicas correspondientes a las aguas de los pozos
productores; éstas fueron comparadas con las concentraciones de las aguas muestreadas en el pozo nuevo.

Los científicos utilizaron un método gráfico denominado “diagrama de Stiff” para comparar las
composiciones de las diversas fuentes de agua. Cada gráfica muestra las concentraciones relativas de
aniones y cationes correspondientes a una muestra de agua en particular, en escala de miliequivalentes
por litro (meq). Todas las muestras del agua producida mostraron un patrón similar. No obstante, las
muestras del pozo nuevo exhibieron diferencias. Las muestras de las zonas 2 y 3 poseían patrones
semejantes a los del agua producida, en tanto que las zonas 4 y 6 contenían agua con composiciones
claramente diferentes.
Comparación de las composiciones del agua. Los diagramas de Stiff permiten la identificación visual de las
semejanzas y las diferencias entre las muestras de agua. Las concentraciones de cationes se representan
gráficamente a la izquierda del eje vertical, y las concentraciones de aniones a la derecha. Las composiciones
de las muestras de agua de los pozos productores (izquierda) son todas similares, en tanto que las
composiciones de las muestras del pozo nuevo (derecha) exhiben una gran variabilidad.

Análisis isotópico de las muestras de agua del pozo nuevo de ADCO. Muchos elementos poseen isótopos o
átomos con diferentes pesos atómicos.

El análisis isotópico corroboró la información composicional. Una gráfica de las relaciones isotópicas
del hidrógeno y el oxígeno del pozo nuevo confirmó que el agua de la zona 3 era similar a la de la zona
2. Además, las aguas de las zonas 4 y 6 eran muy diferentes entre sí y con respecto a las de las zonas 2 y
3. Las relaciones isotópicas del estroncio también eran diferentes.
Estos análisis indicaron que la zona 3 es la fuente del agua producida en la zona 2 (la capa productora de
petróleo) lo que llevó a los ingenieros de ADCO a deducir que el barrido de agua proviene de los flancos
del yacimiento y que no existe soporte alguno de agua de las zonas 4 y 6, por debajo del yacimiento.

2.4. Mediciones de laboratorio en aguas vivas

El análisis de laboratorio tradicional se efectúa normalmente en agua “muerta” o en agua de tanques de


almacenamiento, y puede resultar de utilidad para la supervisión de la producción. No obstante, durante
las etapas iniciales de exploración y evaluación, en las que el operador logra una comprensión de los
fluidos de yacimiento y utiliza esos datos para el modelado de la química del agua en condiciones de
yacimiento y de líneas de conducción, resulta crítico trabajar con muestras representativas de agua viva.

A través del análisis de fluidos en el fondo del pozo, los especialistas pueden obtener mediciones directas
en fluidos vivos (fluidos que aún contienen gas disuelto) en condiciones de yacimiento. Por otro lado, la
tecnología de recolección de muestras, que permite monitorear la contaminación y mantener las muestras
de agua a una presión elevada, permite que los operadores lleven los fluidos vivos a la superficie y los
transporten intactos a un laboratorio.

En el laboratorio, las muestras de agua recolectadas son reacondicionadas con la temperatura y la presión
de fondo de pozo, lo que favorece la redisolución de los gases y sólidos que han precipitado. Las muestras
se someten a una expansión instantánea (las botellas para muestras se abren y los fluidos se exponen a la
presión y la temperatura de superficie) antes del análisis de laboratorio. Los especialistas del laboratorio
miden la relación agua-gas (GWR) y mediante cromatografía en fase gaseosa analizan la composición
del gas liberado. Además, analizan la composición iónica, el pH y los ácidos orgánicos de bajo peso
molecular presentes en la fase acuosa. Un proceso más riguroso que emplean algunos operadores consiste
en la separación de la muestra de agua sometida a expansión instantánea en tres partes. El ácido es
agregado a una parte de la muestra para preservar los cationes que luego son analizados mediante técnica
de plasma acoplado inductivamente (ICP). A la segunda parte se le agrega hidróxido de sodio para
preservar los ácidos orgánicos, que luego son analizados mediante el proceso de cromatografía iónica.
La tercera porción se mantiene sin tratar y se utiliza para medir la densidad, el pH, la conductividad, la
alcalinidad (por titulación) y los aniones mediante cromatografía iónica.

En su mayoría, los laboratorios comerciales no han sido equipados para analizar directamente el agua
viva en condiciones de yacimiento, si bien algunos están avanzando en esta dirección. Los científicos de
Schlumberger han desarrollado una nueva técnica de laboratorio para medir el pH de las muestras de
agua de formación viva en condiciones de temperatura y presión de yacimiento. La muestra permanece
en la botella presurizada en la que fue llevada a la superficie. Con una camisa calentada se lleva la botella
a temperatura de yacimiento. A medida que la muestra de agua fluye a través de una línea de flujo
presurizada (que es similar a la línea de flujo de la herramienta) se mezcla con el mismo colorante
utilizado en la medición de fondo de pozo, y la mezcla de fluido pasa a través de un espectrómetro que
analiza el color.

Mediciones del pH efectuadas en el laboratorio en condiciones de alta presión y alta temperatura (HPHT). Los
científicos de Schlumberger obtuvieron mediciones del pH en aguas vivas en condiciones de presión y
temperatura de yacimiento (19 542 lpc y 242°F) y con un rango de presiones de hasta 8 000 lpc (centro). En
esta figura, se utilizan los parámetros de calibración correspondientes a 10 000 lpc para los datos con
presiones de 10 000 lpc y superiores, lo que se indica con una línea de guiones.

La comparación de la medición del pH en el laboratorio con las mediciones del pH obtenidas en sitio en
tiempo real, en la misma agua de formación, permite que los analistas de fluidos validen la integridad de
la muestra. La existencia de un buen ajuste indica que la muestra sigue siendo representativa del agua de
formación. Este tipo de validación de muestras es una implementación del concepto de la “cadena de
custodia.” La configuración del laboratorio permite además que los químicos midan el pH del agua viva
como una función de la temperatura y la presión y señalen el inicio de la precipitación de incrustaciones.
Estas mediciones adicionales pueden utilizarse para restringir y ajustar mejor los modelos de química
del agua.

Chevron probó esta técnica en muestras de agua de formación de dos pozos del Golfo de México. En el
pozo A, la zona de interés es una zona de agua permeable de gran espesor (un suministro potencial de
agua de inyección) ubicada a miles de metros por encima del yacimiento. La compañía deseaba evaluar
el potencial de corrosión del agua y su compatibilidad con el agua de formación del yacimiento. Se
obtuvieron las mediciones del pH de fondo de pozo y se extrajeron muestras en dos profundidades. Las
mediciones de laboratorio fueron ajustadas a las mediciones de fondo de pozo con una precisión de 0,08
unidades de pH, lo que brindó confianza a los químicos de Chevron en cuanto a que las muestras vivas
reacondicionadas eran representativas del agua de formación.

La comparación con los pronósticos provenientes de dos simuladores diferentes indicó la existencia de
un buen ajuste (con una precisión de 0,15 unidades) para una de las muestras. Para la segunda muestra,
las discrepancias fueron más grandes, no sólo entre los valores pronosticados y los valores medidos, sino
también entre los modelos comerciales utilizados para la simulación (0,24 a 0,65 unidades). Los motivos
de las diferencias en los valores pronosticados, provenientes de los dos simuladores, son las diferentes
bases de datos termodinámicos en las que se basan, además de los diferentes procedimientos de empleo
de los datos de entrada al modelo. Estas diferencias destacan las incertidumbres que pueden surgir cuando
se utiliza el análisis del agua sometida a expansión instantánea como información para los simuladores
y subraya la importancia de las mediciones directas obtenidas en aguas vivas para restringir y ajustar los
modelos.

2.5. Otras mediciones de fluidos

Actualmente, el análisis de fluidos de fondo de pozo permite cuantificar muchas propiedades de los
fluidos en sitio, las cuales incluyen la presión, la temperatura, la resistividad, la densidad, la composición,
la relación gas-petróleo, el pH, la fluorescencia y la densidad óptica. Si bien la mayoría de estas
mediciones de las propiedades de los fluidos fueron diseñadas originalmente con los hidrocarburos in
mente, muchas (además del pH) pueden ser aplicadas al análisis del agua de formación. Recientemente,
se probó una medición de la densidad del fluido en el fondo del pozo como alternativa respecto del pH
para la detección de la contaminación con lodo WBM y de los contactos agua-petróleo. El sensor InSitu
Density es una varilla vibratoria minúscula (un resonador mecánico) de la línea de flujo de la herramienta.
La frecuencia de resonancia de la varilla se reduce a medida que la densidad del fluido aumenta. La
medición de la densidad resulta de utilidad cuando el pH del lodo WBM es similar al del agua de
formación. Otra ventaja es que las mediciones de la densidad pueden asistir en la tipificación de los
fluidos en los casos que resultan problemáticos para la interpretación de los contactos de fluidos en base
al gradiente de presión, tales como las capas delgadas, las formaciones de baja permeabilidad y los pozos
con condiciones deficientes.
El dispositivo InSitu Density ha sido utilizado para el análisis del agua en el fondo del pozo en pozos
perforados con lodo WBM en el área marina de Vietnam, Noruega y China. Las aplicaciones incluyen el
monitoreo de la eliminación de la contaminación antes de la recolección de las muestras de agua, el
análisis del agua de formación para la reinyección futura con agua de mar, la evaluación de la
conectividad vertical de los yacimientos y la evaluación del aseguramiento del flujo en las líneas de
conducción y en las corrientes de flujo que han de ser conectadas al equipamiento de proceso de una
plataforma principal.

Búsqueda de contactos de fluidos. Las densidades de los fluidos, derivadas de los gradientes de las mediciones
de presión (izquierda) en cinco arenas, indicaron petróleo sólo en la zona más profunda, la arena E (por debajo
de 2200 m). Las mediciones de presión (puntos) se codifican con colores en base a la calidad: el verde
corresponde a alta y el amarillo a satisfactoria. Las mediciones obtenidas con la herramienta InSitu Density
arrojan valores de densidad precisos (sombreado gris) para estos fluidos, valores que pueden ser extendidos a
través de los gradientes de presión.

3. Conclusiones
 Al encontrarse agua normalmente en formaciones que contienen hidrocarburo, se optó por hacer
estudio de ésta, ya que estos métodos son usados también en los análisis del petróleo.
 La elevada saturación de petróleo pronosticada cerca del tope de zonas contrasta con las
mediciones de presión, exhiben un gradiente indicativo de agua.
4. Bibliografía:
 ANALISIS-AGUA.pdf

Potrebbero piacerti anche