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Historia del vino en Chile ( Andrés Rueda )

Frente a la necesidad de cultivar vid para producir los vinos necesarios para
celebrar la eucaristía, fueron los conquistadores españoles los grandes responsables
de la introducción de la vitis vinifera en América y obviamente en Chile.

Viña Errazuriz es una de las viñas más antiguas de Chile

En 1556, Don Francisco de Aguirre se convierte en el primer vitivinicultor de Chile,


al hacer la primera vendimia en Copiapó pero, como muchas veces sucede en
nuestro país, el verdadero padre de la viticultura
es Don Juan Jufré, olvidado y para nosotros poco conocido soldado que
acompañaba al conquistador Don Pedro de Valdivia. Fue Jufré quién plantó las
primeras vides en la zona Central de Chile en una encomienda en Ñuñoa y Macul
que recibiera de la Corona Española en pago a sus servicios durante la conquista.
Hay escritos de la época que permiten establecer que en 1560, ya exportaba al
Perú vinos elaborados en dicha zona. A estas alturas ya los cronistas especializados
de la época alababan la fertilidad de los suelos, el vigor de las plantas y la calidad
de los vinos de Chile.

En 1850, se empieza a escribir la verdadera historia de los vinos finos de Chile


cuando importantes hombres ligados a la agricultura y a los negocios de la época,
entre los cuales cabe destacar a don Silvestre Ochagavía, José Tomás Urmeneta,
Melchor de Concha y Toro y Luis Cousiño importan desde Francia y Alemania los
cepajes Cabernet Sauvignon, Merlot, Malbec, Pinot Noir, Cot en tintos y
Chardonnay, Sauvignon Blanc y Riesling en blancos. Serán estas cepas nobles las
que se constituirían en la base de la producción de vinos de calidad que hoy
conocemos. Al hablar de la historia del vino en Chile no podemos dejar pasar un
dramático evento que se produjera a fines de siglo XIX, cuando una terrible plaga
denominada " filoxera" ataca y destruye los viñedos del resto del mundo. Chile,
protegido por las barreras naturales que lo rodean, se libra de esta plaga y se
constituye en el único país poseedor de vides pre-filoxera, antecedente que siempre
ha sido muy importante y un gran argumento para la comercialización e imagen de
nuestros vinos en el mundo.

A partir de 1974 al derogarse la ley que restringía la plantación de viñedos,


producirse una flexibilización de las normas y a la apertura económica que sufre
nuestro país, se comienza a gestar la segunda gran revolución de la industria
vitivinícola chilena. Hasta ese momento, Chile era respetado en el mundo como un
buen productor de vinos tintos, que se basaba fundamentalmente en una buena
relación precio - calidad. Como en muchos otros ámbitos de la industria los
productores de vino, al verse en la necesidad de acceder a mercados extranjeros,
debieron extremar sus esfuerzos y realizar grandes inversiones para poder competir
en igualdad de condiciones e irse ganando un consolidado prestigio.

En esta etapa es cuando se inicia la aplicación de modernas tecnologías como el


revolucionario riego por goteo, nuevas moledores, modernas prensas neumáticas,
las primeras cubas de acero inoxidable y las barricas de encina francesa y roble que
hoy día son tan comunes y fundamentales para obtener vinos de calidad
excepcional.

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