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CONDUCTA

CRISTIANA
VALORES Y ANTIVALORES CRISTIANOS (LIBRO)
Publicado en abril 26, 2010de unidoscontralaapostasia

Un análisis de la decadencia moral que viven


nuestras familias, iglesias y sistemas socio-político y una advertencia
del peligro inminente de que vivirá la iglesia del siglo XXI
Por: Mario E. Fumero. Publicado en 1998
CATEGORÍA: Ética y moral cristiana
“VALORES Y ANTIVALORES CRISTIANOS”
Autorizada su reproducción, siempre y cuando sea para fines formativos y no
lucrativos.

PRODUCCIONES PENIEL S de R.L.

Apartado 15134, Suc. Kennedy, Tegucigalpa, Honduras C.A.

DISEÑO PORTADA:

Yuri Banegas . Impreso en Honduras: EDIGRAFIC S. de R.L.

INDICE
 PROLOGO
 1 - Definición de la Ética Cristiana
 2 La moral del gobierno familiar
 3 El Temor como Freno
 4 El Ser Ejemplo
 5 Estar de Acuerdo
 6 Una prosperidad que causa destrucción
 7 El Peligro delo Super-Estado
 8 Los poderes que se mueven a favor de los antivalores.
 9 Hacia una sociedad sin valores
PROLOGO
¿Cómo está nuestra escala de valores para medir la realidad de nuestro
mundo actual? No podemos negar que estamos sometidos a una degradación
generalizada en cuanto a la calidad de vida, tanto en lo moral, como ecológico y
social, sin excluir lo eclesiástico.
Mientras realizaba una gira por el norte de Noruega, examinaba la
realidad de una sociedad que era modélica años atrás. Recuerdo cuando llegué
por primera vez a Halden, para casarme con la que es mi esposa[1], admiraba la
formar de ser del pueblo noruego; su religiosidad, tranquilidad, seguridad
personal y conducta moral. La gente ni cerraba los automóviles ni las casas. Si
alguien encontraba algo ajeno, lo ponía en un lugar visible, para que cuando el
dueño pasara, lo tomara. Como país protestante era sumamente respetuoso de
los valores cristianos. Sus habitantes, en su mayoría, eran creyentes. Hoy,
(septiembre del 1997) descubro el cambio que ha sufrido esta sociedad. Sus
jóvenes son escépticos, adoptando formas que rompen las reglas normales aun
en las iglesias. Visité una escuela cristiana para jóvenes, y entre las muchas
cosas raras que encontré, me llamó la atención la camiseta que tenía un joven, y
la cual decía; “viva el anarquismo”. Cuando lo aborde, para ver si era cristiano,
me dijo que sí.
La liberalidad sexual y el amor libre dominan en las nuevas generaciones
de jóvenes. La seguridad ciudadana ha desaparecido, y la delincuencia, junto
con la drogadicción y la liberalidad moral, está conduciendo al país y llevándolo
a una decadencia total en sus valores tradicionales. No podemos negar que se
han elaborado nuevos parámetros para medir la conducta sociológica de los
pueblos, y muchos valores cristianos, proclamados por la Palabra, han quedado
en desuso, para dar cabida a nuevas actitudes que socavan los valores
tradicionales. El análisis de estos principios, que denominaré “antivalores”,
encierra un acercamiento a los fenómenos de degradación que sufre nuestra
humanidad, la cual se prepara para el advenimiento del anticristo, creándose un
“nuevo orden mundial” con valores de conducta “globalizados”, y un
principio de fusión social que obligará a muchos verdaderos cristianos a
abandonar sus valores tradicionales, para dar entrada a lo que podríamos
definir como “El nuevo orden de valores”.
Detrás de éste deterioro está toda una estrategia de lo que será la creencia
dominante en los últimos tiempos; la “Nueva Era”. Este movimiento se
infiltrará en todas las esferas de la vida social, teniendo influencias dentro de las
diversas iglesias existentes, incluyendo los grupos evangélicos y
fundamentalistas. Ya está en proceso de ejecución sus conceptos del “nuevo
pensamiento“, con mezcla espiritual y cósmica, el cual está siendo aceptada por
las corrientes psicológicas modernas. Se afirma que actualmente hay más de
500 millones de seguidores de la Nueva Era, y están trabajando en la
infiltración de esta corriente en todas las áreas de la sociedad, se propaga
rápidamente.[2] El tratar de restaurar los valores tradicionales, en un mundo en
proceso de degradación será las causas por la cual muchos cristianos serán
perseguidos por las huestes diabólicas, como anuncian los textos bíblicos,
comenzando por la misma proclama de Jesús: “Y eréis aborrecidos de todos por
causa de mi nombre. Pero el que persevere hasta el fin, éste será salvo” (Mateo
10:22. Lucas 21:17. Juan 17:14), Y reafirmada por los apóstoles: “Tanto que
nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, a causa de
vuestra perseverancia y fe en todas vuestras persecuciones y aflicciones que
estáis soportando. Esto da muestra evidente del justo juicio de Dios, para que
seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual también estáis
padeciendo. De hecho es justo delante de Dios retribuir con aflicción a los que
os afligen” (2 Tesalonicenses 1:4-6 Ver también 1 Pedro 4:14, Mateo 10:21-23 y
2 Timoteo 3:1-3). Debemos cuidar nuestros valores y defender ardientemente
nuestra fe, para proclamar la verdadera moral que debe regir los destinos de los
hogares cristianos, y la iglesia del Señor en el siglo XXI[3].
Somos conscientes que las influencias de los anti-valores forzaran a
muchas iglesias y predicadores a reducir sus esquemas de valores, para
ajustarse a las nuevas corrientes predominantes en el mundo de hoy. Al enfocar
esta temática, comenzaré definiendo los valores que rigen los destinos del
hogar, y ¿qué es el principio cristiano? Después buscaremos el factor negativo
de los antivalores, sus causas y efectos en nuestra realidad socio-familiar. Este
libro lo hemos dividido en dos partes, para que sea más accesible a los
hermanos. Esta primera entrega aborda “Los Valores Cristianos”, y la siguiente
abordará “Los Antivalores Cristianos”. Dios nos ayude.

Mario E. Fumero
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~1~
DEFINICIÓN DE LA ÉTICA CRISTIANA
¿Qué es ética? Es una rama de la filosofía que estudia y considera las
normas morales que rigen a los seres humanos[4]. Son los principios que
regulan el comportamiento humano en las dife-rentes área de la vida. Todas las
profesiones tienen su manual de ética, que son la definición de los
valores morales con los cuales rigen el ejercicio de su profesión[5].
La sociedad, como conjunto, tiene una identidad ética y moral que la
define. Sus leyes y gobernante expresan esos principios que regular la
convivencia entre los seres humanos. La moral es el principio ético que rige la
conducta social. Sus elementos provienen de alguna fuentes. En el caso que nos
ocupa, podemos afirmar que los valores de la sociedad occidental brotan de los
principios cristianos, y de los valores morales contenido en la legislación
Mosaica, que son “LOS DIEZ MANDAMIENTO“.
LAS BASES DEL CÓDIGO ÉTICO
La identidad religiosa de los pueblos origina su moral ética. Si un pueblo
profesa una religión pagana, los principios de éste paganismo influenciarán en
su gobierno local y nacional. Un modelo de ello lo tenemos en los países
orientales, que según sus creencias, adoptan una estructura social de clase
(castas), como el caso de la India con el hinduismo. Los países musulmanes,
fundamentalistas o no, tratan de definir sus leyes éticas y morales de acuerdos a
los postulados del Corán[6]. Algunos regímenes, como el de Irak o Libia,
adoptan de forma radical las leyes Islámicas. Otros más moderados, como
Marruecos, Túnez, Egipto y Arabia Saudita, ejercen las mismas leyes, pero sin
llegar al extremos de convertir al estado en un régimen Islámico.
Los países de trasfondo cristianos, como los europeos y americanos, se
rigen por una moral supuestamente cristiana[7]. Este cristianismo puede
enfocarse en varias formas; si son de raíces católicos o protestantes. Aunque
puede haber diferencias entre uno y otros, los valores del decálogo mosaico son
los mismos, y los principios del amor, el respeto, la vida y la fidelidad conyugal
(monogamia) son fundamentales en todos ellos.
Los mandamientos, que son diez, se clasifican en dos grupos (Éxodo
capítulo 20 RVR): Los cuatro primeros determinan los principios de la relación
con el Creador, y los seis últimos determina el comportamiento de los seres
humanos en su conducta social.

Los primeros cuatros mandamientos relacionados con Dios:

1- “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (3)[8].


2- “No te harás imagen, ni ninguna semejanza…” (4)
3- “No tomaras el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por
inocente
Jehová al tomaré su nombre en vano” (7).

4- Acuérdate del día de reposo para santificarlo” (8).


Y los siguientes seis mandamientos que regulan el comportamiento moral del
hombre con sus semejantes:

5- “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra”


(12). Es el único mandamiento con promesa de prolongación de vida para los
que respete a sus padres.
6- “No mataras” (13). Nadie debe anular la vida en venganza, por capricho o por
buscar bienestar (Aborto, eutanasia).
7- “No cometerás adulterio” (14).
8- “No hurtarás” (15).
9- “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio”(16). Esto es la difamación o
calumnia y por extensión, esta también la mentira.
10- “No codiciarás la casa de tu prójimo” (17) Esto es dar lugar a la ambición, la
envidia y la avaricia.
Estos principios, junto a otras normativas, determinaron el
comportamiento del pueblo judío, y para complementar el cumplimiento de los
mismos se establecieron jueces que aplicaban sentencias para los infractores.
Así que la violación a la ley producía juicio y castigo. En las enseñanzas de Jesús
se simplifico los mandamientos en dos, que envuelven los diez: “Jesús le
respondió: –El primero es: Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor
uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con
toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo
como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos dos” (Marcos
12:29-31).
Cuando amamos a Dios sobre todas las cosas, estamos cumpliendo los
cuatro primeros mandamientos, y al amar al prójimo como a nosotros mismos,
estamos guardando automáticamente los otros seis. Estos son los principios que
determinan la moral cristiana, junto a otros complementos que se denominan
“estatutos y decretos”, dados en la Palabra. Excepto los sistemas
proclamados ateos[9], (como postulados doctrinales), todos los gobiernos del
mundo están influenciados en su ética moral por sus creencias religiosas,
presentes en su historia. La arqueología y la antropología no han encontrado
evidencias en el pasado de un pueblo que no tuviera alguna creencia, aunque
esta fuese rudimentaria.
Esos valores históricos y religiosos son el patrimonio cultural de una
nación, y aunque algunos aspectos pueden variar, según evoluciona la
humanidad, los parámetros fundamentales deben permanecer íntegros, para
que esos pueblos no pierdan su propia identidad, y puedan subsistir a través de
los tiempos. La historia revela que los pueblos que han sido fieles a su
patrimonio cultural y moral en la evolución de los tiempos[10], han podido
subsistir, pero aquellos cuyo patrimonio no estaba bien enraizado en valores
claros y precisos, fueron absorbidos por otras culturas, y con el tiempo
desaparecieron. La decadencia moral llevo a los grandes imperios a la ruina.
¿Dónde está la grandeza de Babilonia, y las gloria de los Faraones de Egipto, y el
poder de los Cesares romanos? Sus valores fueron cambiantes, también su
historia. Hoy sólo queda el recuerdo de lo que fueron, y ya no son[11].
DEFINIENDO LOS ANTIVALORES
Si deseamos mantener nuestra sociedad vigente, y hacer que los
valores que le dieron orígenes perduren, debemos definir y afianzar los mismos,
de acuerdo a nuestras creencias históricas y patrimoniales. Es por ello que antes
del análisis de los antivalores, deseo reenfocar los valores cristianos, los cuales
por desgracia, estamos olvidando, y presentar un grito de alerta a la iglesia, para
que no caiga en la ignorancia de descuidar esos elementos que el diablo está
tratando de destruir. ¿Sobre qué bases se debe regir una familia y una sociedad?
Sobre los principios que emanan de la Palabra de Dios.

Hay muchos, pero los más importantes son cuatro:

EL TENER CABEZA:
“El hombre es cabeza de la mujer” (Efesios 5:23).
Es el análisis del gobierno familiar el que da las bases para que se establezcan
los principios del respeto a una autoridad que rija los destinos de la familia, y
posteriormente los de la sociedad, de acuerdo a normas pre-establecidas.

EL TENER TEMOR:
“El principio de la sabiduría es el temor a Jehová.” (Proverbios 1:7).

Es el freno que nos detiene cuando somos arrastrados a desobedecer y a hacer lo


malo. Opera como mecanismo protector contra el pecado, que pueden acarrear
serias consecuencias.

EL SER EJEMPLO:
“Sed ejemplo en todo” (Juan 13:15).

Es presentarnos como modelos, para que nuestros hijos aprendan de nuestra


vida sus valores de conducta.

EL ESTAR DE ACUERDO:
“Pero aquello en aquellos que hemos llegado, sigamos una misma regla,
sintamos una misma cosa” (Filipenses 3:16).Es establecer las pautas para que
en las relaciones personales hayan objetivos, un mismo sentir, y una correcta
política en cuando al gobierno familiar. Es importante recordar esa sentencia
que envuelve grande bendición: “Si dos de vosotros se pusieren
de acuerdo[12] en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieres, les será
hecho…” (Mateo 18:19)
Cada uno de estos principios serán analizados seriamente, para
comprender como los antivalores están destruyendo los fundamentos que dan
solides a la familia. Dedicaré a cada uno de estos tópicos un capítulo. Espero que
podamos entender lo que es el fundamento del “ser y del quehacer” de la familia
cristiana, y del papel que juega la Iglesia del Señor en estos últimos tiempos.

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~2~
LA MORAL DEL GOBIERNO FAMILIAR
Una de las áreas más atacadas por el diablo en estos tiempos, y que repercute en
la conducta social, es la alteración y distorsión de los valores familiares. Jesús
dijo: “Herirán al pastor y se dispersarán las ovejas“(Mateo 26:31),
dando a entender que cuando hay descontrol en aquel que guía al rebaño, las
ovejas quedarán a expensas de ser víctimas fáciles del enemigo. De igual forma,
cuando en el hogar se destruye el principio del gobierno familiar,
automáticamente vienen los males ocasionados por el hecho de que los hijos
crecerán sin fundamentos sólidos, carentes de una cobertura correcta en el área
de la autoridad, afectándose la estabilidad emocional de los mismos. Así que al
faltar una cabeza, o al haber varias, aparecerá en la familia una crisis de
autoridad.
EL TENER CABEZA
Para una mejor comprensión debemos definir el término “ser cabeza”,
usado muchas veces en las Sagradas Escrituras. Cuando la Biblia se refiere a
“SER CABEZA“, está tratando de establecer un orden de autoridad en el
gobierno familiar. La cabeza gobierna todo el cuerpo; piensa, razona, juzga y
determina el comportamiento de los diferentes miembros que forman el cuerpo.
Dios desea que todo gobierno tenga una cabeza para que haga cumplir sus
deseos, estipulados en sus leyes: “Si obedeces los mandamientos de Jehová tu
Dios que yo te mando hoy para que los guardes y cumplas, Jehová te pondrá
como cabeza y no como cola. Estarás encima, nunca debajo”(Deuteronomio
28:13). Noten que la cabeza puesta por Dios debe sujetarse a las normas que
regulan su autoridad. Todo gobierno requiere un marco legal para que el
ejercicio de la autoridad no sea arbitrario.
En muchos países existen leyes constitutivas que regulan el
comportamiento de los gobernantes, definiendo su autoridad, y sus limitaciones
en el ejercicio de ella. Lo mismo ocurre con el gobierno familiar y eclesial. Fue
Dios que estableció el principio del gobierno, definido por el término “cabeza”.
Ser cabeza significa gobernar, presidir, ejecutar un mando, sea familiar, social o
religioso, de acuerdo a las normas establecidas. Es imposible pensar en
gobernar un automóvil llevando el control dos choferes. De igual forma, una
orquesta no puede ser dirigida simultáneamente por dos directores. Es
imposible la existencia de una empresa, sea de cualquier índole, que se gobierne
con dos cabezas. Todo gobierno necesita una cabeza, un líder, uno que presida.
No es una cuestión de lógica, sino de necesidad. De igual forma se debe
gobernar la familia, pues de ésta nacen todas las demás estructuras de gobiernos
existentes en la tierra[13].
Veamos esta gráfica ilustrativa:

Una familia Varias familias

El padre es cabeza Una tribu. Patriarca

Un anciano o

VARIAS FAMILIAS ¾¾® VARIAS COMUNIDADES


Una comunidad Un país o nación. Un representante. Un
presidente o Rey.
¿QUIÉN DEBE GOBERNAR EL HOGAR?
A la hora de definir el gobierno familiar nos preguntaríamos: ¿Quién
debe ser la cabeza del hogar? Actualmente tendríamos varias posibles
respuestas: Para unos es el Estado, para otros la mujer, quizás el hombre, o la
democracia familiar (todos). Pero el principio bíblico es claro: “Pero quiero que
sepáis que Cristo es la cabeza de todo hombre, y el hombre es la cabeza de la
mujer, y Dios es la cabeza de Cristo” (1 Corintios 11:3).”Porque el esposo es
cabeza de la esposa, así como Cristo es cabeza de la iglesia, y él mismo es
salvador de su cuerpo”(Efesios 5:23).
El hombre es constituido cabeza de la familia por una razón lógica, porque fue
hecho primero (Génesis 1:27): “Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a
imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó”. La suma del orden de
autoridad según la Palabra seria así:
DIOS- CRISTO- HOMBRE-MUJER- HIJOS

Si en lugar de haber hecho al hombre, Dios hubiera hecho primero a la


mujer, entonces ésta sería la cabeza. Si tenemos dos hijos, ¿cuál sería el mayor y
el primogénito? La lógica dice que el primero. Al tener que delegarle a un hijo,
¿lo haría dándole al menor la responsabilidad sobre el mayor? ¡NO! Quizás
alguno pueda sacar aquel texto que dice: “El mayor servirá al
menor”, (Romanos 9:12), pero esto rompe la regla, y esta es una profecía dada
por Dios a la mujer de Isaac, Rebeca, ya que:”Jehová le dijo: –Dos naciones hay
en tu vientre, y dos pueblos que estarán separados desde tus entrañas. Un
pueblo será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor.” (Génesis
25:23).Este hecho aislado y profético no da base para anular el principio lógico
del orden divino, el cual sigue vigente, aunque los liberales y feministas digan lo
contrario: El hombre es puesto por Dios como cabeza del hogar[14].
Una segunda razón de por qué el hombre es la cabeza del hogar está en el
hecho de la creación misma. La mujer fue hecha del hombre. Es como dice la
Palabra, parte del mismo hombre: “…Ahora, ésta es hueso de mis huesos y
carne de mi carne. Esta será llamada Mujer, porque fue tomada del
hombre” (Génesis 2:23). No fue hecha paralelamente al hombre, ni tampoco fue
el producto de una evolución de la especie, que busca emanciparse sobre la
esclavitud del hombre, sino parte de sí mismo, como la Iglesia es parte de
Cristo, la cual ama, cuida y protege.
Por esta razón; “por ser parte de la naturaleza del hombre” es que se hace
dependiente de él. Un complemento con rasgos diferenciales físicos y psíquicos.
Nadie puede negar la diferencia entre ambos. El hombre tiene músculos, es
tosco y fuerte. Soporta más presión emocional que la mujer. Está hecho para el
trabajo, y en el hogar es la mano dura en cuanto a la relación con los hijos.
Mientras que la mujer es frágil, sentimental, tierna, amorosa. Fuerte en cuanto a
soportar dolores físicos, pero vulnerable frente a situaciones emocionales, razón
por lo cual necesita el apoyo del hombre. Su constitución física la hace
madre amorosa que engendra, nutre y protege a sus hijos. ¿Quién se atreve a
negar estas realidades? Ni aún las feministas más radicales podrán decir lo
contrario, a menos que se hagan “marimachos”. Estas diferencias definen el
rol de cada cual, necesitándose el uno al otro.

DEFINICIÓN DEL ROL FEMENINO


La Biblia define el rol (o papel) de la mujer desde todos los puntos de
vista. ¿Qué mejor descripción podemos hallar que la que registra Proverbios
31:10-31?

–Cuida y hace la ropa de sus hijos, y los abriga (13,21,22).

–Alimenta y cuida a su familia (13-14).

–Trabaja en el campo, ayudando a su esposo, cuando es necesario para obtener


los alimentos y recursos para su familia (16,24).

–Habla con sabiduría y educa a sus hijos (26).

–Ayuda al menesteroso, y es sensible con la necesidad de otros (20). Y su


obra es tan encomiable que termina el escritor afirmando: “Engañosa es la
gracia y vana es la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ella será alabada.
¡Dadle del fruto de sus manos, y en las puertas de la ciudad alábenla sus
hechos!” (Proverbios 31:30-31).

No existe función más sublime, ni responsabilidad más grande en la creación


que ser madre, esposa y reina del hogar. Cuando una mujer asume este papel
con responsabilidad, hará agradable y placentera la relación dentro del hogar.
La mujer hace el hogar acogedor. Los hijos se sentirán protegidos, y el marido
contento. Si cada cual entiende su función, y se hace lo que Dios manda,
convertiremos el hogar en el mejor sitió en la tierra, entonces podremos decir:
“Hogar, dulce hogar”. Sin embargo, cuando la mujer descuida su casa, cuando
los hijos quedan en manos extrañas, y al llegar el esposo encuentra la casa vacía,
en desorden y sin alimentos, la frialdad del hogar lo llevará a buscar la
distracción en otros lugares. Se ha preguntado alguna vez ¿por qué hay hijos y
esposos que no desean estar en sus hogares, sino buscan estar en las calles,
bares o en la casa del vecino?[15]
Cuando salgo de viaje, sueño con volver a casa. No hay lugar más
acogedor, ni placentero que mi hogar. Él representa el refugio, el centro de amor
y paz. Allí mi esposa arregla las paredes para hacer amena la estancia. Allí
sentimos el calor de los hijos, nos fusionamos y nos realizamos como familia.
Hay paz y amor[16]. No son las “cosas”, ni la belleza lo que hacen agradable un
hogar. Como misionero hemos cambiando varias veces de residencia. Hemos
vivido como peregrinos, de aquí para allá, sin un hogar fijo, pero lo importante
no es el lugar, sino la relación familiar, pues en ella se forja la felicidad, y quien
hace agradable el lugar de residencia son los hijos y el matrimonio con sus
valores y principios. Hay hogares que no son hogares, sino hoteles, restaurantes,
campos de batalla, cines o discotecas. Cuando esto ocurre, el refugio de los hijos
será las calles. Pensar en el hogar será un trauma que trataremos de evadir, y
ésta es la triste realidad que envuelven muchas vidas, y todo porque es un hogar
sin cabeza (anárquico), o con dos cabezas (bicéfalo) o hegemónico (con un
cabezón).
CUANDO LA CABEZA SE ENFERMA
Sin embargo, se corre el peligro de que algunos hombres puedan abusar
de su puesto de autoridad. Cualquiera que ejerza una función de gobierno pueda
excederse en el ejercicio de la autoridad si se sale de las normas trazadas.
Entonces se convierte en un déspota, dictador o abusivo. En tal caso, el hombre
deja de ser cabeza, para convertirse en “cabezón”. Este es el mal histórico que ha
llevado a muchos analistas a poner en tela de juicio la autoridad del hombre en
su relación familiar, ya que ha dado origen a una conducta machista, típica de
las culturas hispánicas y orientales. Debido al abuso de la autoridad de los
padres sobre el hogar, muchos gobiernos han legislado para proteger a las
familias que padecen abusos físicos de parte de un hombre, que siendo cabeza,
se toma derechos que no tiene, adoptando actitudes contrarías a la enseñanza
dada en la Palabra del Señor. Para evitar este abuso, las Sagradas Escrituras
establecen normas para el ejercicio de la autoridad del hombre sobre la mujer y
los hijos. Veamos esas referencias que presentan estos principios:- El hombre
debe actuar con su esposa considerándose a sí mismo, y aplicando la regla de
oro dada por Jesús: “No hagas a otro lo que no quieran que te hagan a
tí“[17].
1. En la alegoría de la relación de Cristo con su Iglesia, se hace una
comparación de los principios que regulan la relación del esposo con su
esposa: “Esposos, amad a vuestras esposas, así como también Cristo amó a la
iglesia y se entregó a sí mismo por ella” (Efesios 5:25). Nadie aborrece su
cuerpo, ni lo maltrata. El trato del hombre a su mujer debe ser como lo
determina las enseñanzas apostólicas de Efesios 5:28-29: “De igual manera,
los esposos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que
ama a su esposa, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su
propio cuerpo; más bien, lo sustenta y lo cuida, tal como Cristo a la iglesia,”
2. El hombre debe acatar los principios que le lleven a ser delicado y sabio
con ella en cuanto a la forma de vivir juntos y tratarla. Pablo emplea el
término “no seas ásperos con ellas” (Colosenses 3:19) y Pedro
recomienda “vivir con ella sabiamente y darle honor” considerándola como
“vaso frágil“, dando a entender con ello que hay que ser delicado y
prudente (1 Pedro 3:7). También expresa la idea de que al no cumplir estas
disposiciones, hace que las oraciones de los hombres “tengan estorbo“.
3. La Biblia no pone a la mujer como inferior en condición al hombre,
porque “Dios no hace acepción de persona”[18] sino que la sitúa en una
posición de dependencia y sujeción a éste, pero condiciona su sometimiento
a lo que denominaré “sujeción en el Señor“, o sea, una autoridad basada en
la Palabra. San Pablo dice; “esposas, estad sujetas a vuestros esposos, como
conviene en el Señor“ (Colosenses 3:18). Esta expresión determina la
condición de la sujeción. Si el hombre vive bajo su cabeza, que es Cristo, la
mujer puede vivir confiadamente bajó la autoridad del marido, sabiendo que
actuará de forma correcta, bajo la dirección del Señor. Pero ¿qué ocurre
cuando las reglas se rompen? El pacto se traiciona, y automáticamente la
parte afectada tiene derecho a tomar medidas para evitar el abuso. Nuestro
sometimiento a cualquier autoridad humana está basada en los principios de
la Palabra. Cuando una autoridad vaya contra el orden establecido, entonces
nuestra obediencia debe ser primero a Dios que a los hombres (Hechos 5:29)
y en tal caso, la rebelión es justificada. ¿Tiene derecho un hombre de abusar
físicamente de su mujer o de sus hijos por ser “el hombre y la cabeza”?
En cuanto al gobierno del hogar, la mujer debe ser considerada como
copartícipe del mismo. Al salir el hombre, la mujer asume las riendas del hogar.
Al regresar el jefe, ésta le da el informe, y él actúa en aquellas situaciones que su
esposa dejó pendientes. Fíjense como San Pedro al referirse a la relación del
hombre con la mujer, establece que vivirá con ella “como coherederas de la
gracia de vida” (1 Pedro 3:7) y San Pablo afirma que: “Y vosotros, padres, no
provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina y la
instrucción del Señor” (Efesios 6:4). Ser coheredera es hacerla participe del
gobierno familiar, compartir la carga, y es lógico que cada uno tiene un área de
responsabilidad en la educación de los hijos. San Pablo usa el plural “y vosotros
padres” cuando se refiere a la disciplina e instrucción que los padres tienen que
darle a sus hijos, incluyendo a los dos en dicha responsabilidad, pero el padre
por ser la cabeza es más responsable[19]. Para entender mejor la idea, la
compara-remos al piloto de un avión, siendo en este caso el hombre, el piloto de
la familia, y la mujer la co-piloto.
LA IMPORTANCIA DE LOS ROLES
Pero hay una razón más fuerte para que un hogar sea gobernado por “una
cabeza”, y es el ejercicio de una dirección formativa en la relación con los hijos.
Estos necesitan, como dice el refrán; “una de cal y una de arena“. Un padre
firme, seguro, recto, con autoridad para juzgar y dirigir, y una madre tierna,
amorosa, protectora y sentimental. Mientras la madre ministra amor y
protección, el padre ministra firmeza y dirección, poniendo orden y juzgando la
conducta de sus hijos[20]. Psicológicamente los hijos conocen y manejan más a
la madre que al padre. Esto se debe a dos motivos básicos:
1ro. Porque viven más tiempo con la madre, razón por lo cual la conocen y
tienden a manipularla.
2do- La mujer, al ser más sensible que el hombre, es vulnerable
emocionalmente, y los hijos se aprovechan de esta condición para abusar de su
nobleza, haciendo lo que les da la gana. Es ahí cuando ésta necesita apoyarse en
la mano firme del hombre, “cuando venga tu padre le diré como te has
portado”.
La mujer es más protectora, tierna y frágil en lo que a sentimientos se
refiere. Muchas veces desfallece con la lucha del hogar, por lo que necesita el
apoyo de una mano fuerte que le ayude a mantener el orden entre los hijos, y ahí
está el esposo. El hombre está menos en la casa. Los hijos no le conocen tan a
fondo como a la madre. El hombre es rudo y menos sentimental, lo que lo hace
menos manipulable emocionalmente que la MADRE. Él es el llamado a poner
orden en la problemática familiar cuando la mujer pierde el control de la
situación. Los hijos le temen más al padre que a la madre. En sí, la acentuación
de ambos elementos forman la vida psico-emocional del niño: El hombre; firme,
drástico, seguro, dirigiendo y juzgando (como un juez o gobernante), forja el
temor, la disciplina y confianza. La madre: dulce, tierna, sensible, protectora y
complaciente, trasmite seguridad y sensibilidad. Estos dos roles hacen que se
forme el carácter de los hijos. Cada cual atiende un área y desempeña un papel
que forma la vida emocional del hijo. Cuando este equilibrio se rompe, aparece
el desastre emocional en la familia.

EL GOBIERNO SIN CABEZA


Si tuviéramos que evaluar con una gráfica la realidad actual,
descubriéramos que son más las familias gobernadas por los “antivalores
sociales” que por los valores bíblicos. Las evidencias sociológicas y psicológicas
revelan la existencia de una modificación radical en el comportamiento social, y
en todos estos principios dentro del hogar. Hay cambios en las estructuras que
componen la sociedad, envuelta en el predomino de los “anti-valores”. Entre
ellos figura la destrucción del hombre como “cabeza”, para proclamar un hogar
regido por parámetros democráticos, o de la llamada “liberación femenina”[21].
Además, se ha creado un materialismo practico por medio del cual los hijos son
dejados en manos de nodrizas, familiares o guarderías del estado, para que los
padre puedan obtener más recursos económicos que les permitan desarrollar un
estilo de vida basado en la prosperidad, rompiéndose la relación primaria
“madre-hijo”, de lo cual hablaremos posteriormente.
El derrumbe de la autoridad social está en la pérdida del principio de “la
cabeza” en el gobierno familiar. La proclama de “la igualdad de condición” va
más allá de la simple expresión, para establecer lo que llamaré “democracia
familiar”. Este deterioro de la autoridad del padre en el hogar se deja sentir en
todos los ámbitos de la sociedad. Basta ver las noticias y observar la rebelión y
anarquía de los adolescentes en su comportamiento para medir las
consecuencias: Falta de respeto a los maestros, perdida del temor a las
autoridades que gobiernan, tendencia al desorden, aumento de la delincuencia,
grafitis, actitudes extravagantes en la forma de vestir, y una larga lista de
etcétera. ¿A qué se debe esta situación de desobediencia a las normas más
elementales de autoridad? Podríamos analizar muchas causas desde el punto de
vista sociológico, pero la principal es el socavamiento paulatino al cual ha estado
sometido el gobierno familiar por medio de una igualdad de condiciones que
rompe las normas bíblicas. Los padres han descuidado las relaciones con sus
hijos al tener ambos -padre y madre- que trabajar para proporcionarles a estos
un mayor bienestar, privándoles con ellos de comunicación y expresión de
cariño. Se exige tanto en lo material, que se descuida lo espiritual y emocional.
Los jóvenes de hoy tienen tantas “cosas” en sus casas, que se sienten ellos
mismos “una cosa más”. ¿Puede lo material llenar el vacío del corazón? Esto es
lo que ha creado la sociedad del bienestar; “VACÍO“. Un gran vacío interior que
no se satisface con bienes de consumo. ¿Dónde está la madre que transmite
seguridad? En el trabajo. ¿Y qué hace el padre cuando llega a la casa?
Preocuparse de que el hijo lo tenga todo “materialmente hablando”, pero sin
tener un contacto real y profundo con la problemática de éste, hasta que
descubre, cuando es mayor, que está metido en drogas o en problemas sociales.
Muchas veces los hijos no saben distinguir la diferencia entre el rol del
padre y el de la madre. A veces la madre usurpa el papel del hombre, que es la
mano fuerte, mientras que el padre pasa olímpicamente de la problemática de
los hijos. Conozco casos donde ambos no comparten una dirección coordinada,
ya que uno le dice al hijo una cosa, y el otro le dice otra, creándose confusión.
Estos conflictos generan desconcierto en la definición de la personalidad del
hijo. Hacen del hogar un centro de gobierno sin gobierno. Entonces las casas se
transforman restaurantes, hoteles, cines etc. En estos tiempos la cantidad de
hogares destruidos hace que estos se conviertan en caldo de cultivo para la
delincuencia. En Estados Unidos dos de cada tres matrimonios terminan en
divorcios[22]. Cerca del 40% de los hijos que nacen son el producto del amor
libre; de madres solteras con hijos que no tienen padres. Hay muchas causas
que rompen el factor de equilibrio emocional del niño en el hogar, pero el
principal de todos es la falta del padre o madre.
 Los hogares divorciados —- actualmente dos de cada tres.
 Las madres solteras—-Ronda un promedio del 20 al 40%.
 La perdida por muerte de un padre afecta un 5 a 7 %
 Los matrimonios que viven en adulterios ocupan un 30%.
 Los padres que dejan a sus hijos solos en casa para ir al trabajo sobrepasa
el 50%[23].
Estos elementos desestabilizan la vida familiar. Al examinar en mi trabajo el
trasfondo de procedencia de los drogadictos que recibimos en los programas de
rehabilitación, descubro una realidad vinculada a la perdida de la autoridad y
del gobierno familiar (falta del padre correcto). En estos programas, nueve de
cada diez drogadictos y delincuentes proceden de hogares donde carecían de
padre o madre, y en muchos casos de ambos. El uno por ciento restante viene de
un hogar en donde el padre o la madre tienen problemas de alcoholismo o
existen conflictos de relaciones entre ambos. Las drogas están vinculadas a
jóvenes con hogares conflictivos. Cuanto más se desintegran las familias, más
problemas de delincuencia e inseguridad ciudadana tenemos. Esto se ha
demostrado psicológicamente en estudios hechos en muchos países, y no
podemos tapar el sol con un dedo. Si los hogares andan mal, el efecto se dejará
sentir en el entorno que forma esa comunidad. A más divorcios, más crisis. A
más conflicto familiar, más problemas tendrán los hijos.

LAS INFLUENCIAS EXTERNAS EN LA FAMILIA


Lentamente los principios liberales de la psicología y el
pragmatismo envuelven los parámetros del comportamiento social. El hombre y
la mujer no solo tienen los mismos derechos sociales, sino que en el hogar, los
dos son iguales en el ejercicio de la autoridad. Se proclama a la mujer como
cabeza del hogar, de la sociedad y la iglesia[24]. Se le coloca en la misma
dimensión del marido. Esta igualdad de condición rompe el rol (o el papel)
creacional. Cuando los roles se distorsionan, los hijos viven en un ambiente en
donde el principio de ubicación no está definido, y las consecuencias en el
ejercicio de la autoridad traerá males catastróficos, entre ellos la “anarquía”,
característica típica de nuestros tiempos, pues en los hogares se viven como en
Israel cuando no hubo rey, según Jueces 21:25: “En aquellos días no había rey
en Israel, y cada uno hacía lo que le parecía recto ante sus propios ojos”. Noten
“lo que le parecía recto a sus propios ojos” lo que da a entender que cada cual
hacia lo que le deba la gana y ¿cómo se llama esta actitud? ANARQUISMO[25].
Este fenómeno ha deteriorado el principio de autoridad, y es uno de los
elementos proféticos prevalecientes en los últimos tiempos; la división y la
desintegración de la unidad familiar darán paso al anarquismo apostático que
generará el advenimiento del anticristo como dijo Jesús: “Porque de aquí en
adelante cinco en una casa estarán divididos: tres contra dos y dos contra tres.
El padre estará dividido contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra
la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su
suegra” (Lucas 12:52-53). El Señor dio a entender que en los tiempos finales la
proclamación de una moral sólida en su Palabra encontraría rechazo, y como
consecuencia del pecado, la moral descendería, y la división reinaría,
cumpliéndose la profecía de Miqueas 7:6 “Porque el hijo trata con desdén a su
padre, la hija se levanta contra la madre, la nuera contra su suegra, y los
enemigos del hombre son los de su propia casa”. Y ratificada por San Pablo que
escribió:“…que en los últimos días se presentarán tiempos difíciles. Porque
habrá hombres amantes de sí mismos y del dinero. Serán vanagloriosos,
soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,”(2
Timoteo 3:1-2).
¿Qué podemos hacer frente a estos antivalores que destruyen la
autoridad y dividen la familia, poniendo en peligro la seguridad social?
Mantener firmes los principios de la Palabra. Potenciar el ministerio cristiano
para cumplir el mandato de Jesús. Él vino para restaurar y establecer el orden
en el hogar, por medio de su Señorío. “El mismo irá delante del Señor con el
espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los
hijos y los desobedientes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor
un pueblo apercibido” (Lucas 1:17).
AMEN.

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~3~
EL TEMOR COMO FRENO
Los seres humanos tenemos reducida nuestra capacidad de “gobierno
instintivo” porque según crecemos, adquirimos inteligencia. Al ser criaturas
pensantes, nuestro comportamiento no estará limitado a las leyes físicas, o a un
programa instintivo, como sucede con los animales, sino que actuaremos por el
conocimiento y la formación que tengamos del medio. Somos, en nuestra
conducta adulta, el producto del medio. Es por ello que se hace real el refrán de
que dice: “Dime con quién andas, y te diré quién eres“.
EL PRINCIPIO DEL TEMOR DA SABIDURÍA
Al educar a los hijos, desde el día que nacen, debemos infundirles
principios que les hagan actuar dentro de ciertos esquemas determinados de
conducta moral. Estos principios operan como un freno, para evitar que
cometan actos contrarios al orden natural o moral. A esto la Palabra lo llama
instrucción; “Instruye al niño en su camino; y aun cuando sea viejo, no se
apartará de él” (Proverbios 22:6)”El que ama la instrucción ama el
conocimiento, pero el que aborrece la reprensión se embrutece” (Proverbios
12:1).”Escucha, hijo mío, la disciplina de tu padre, y no abandones la
instrucción de tu madre;” (Proverbios 1:8).
Mediante la formación se forja una conciencia que establece una escala de
valores que mide lo bueno, de lo malo, advirtiendo a su vez las consecuencias
que produce la desobediencia a la ley moral, social o natural. Este “temor”[26] a
las secuelas que trae la desobediencia a las normas establecidas es lo que la
Biblia define como “el principio de la sabiduría“: “El temor de Jehová,
(que) es el principio de la sabiduría; (el cual) los insensatos desprecian
(ignorando) la sabiduría y la disciplina” (Proverbios 1:7) “El énfasis entre
corchetes es añadido por el autor”. “Y dijo al hombre: Ciertamente el
temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal es el entendimiento”
(Job 28:28). “El temor de Jehová es la enseñanza de la sabiduría, y antes de la
honra está la humildad” (Proverbios 15:33). Notemos lo importante que es
adquirir conocimiento (sabi-duría) mediante una instrucción que infunda
temor. Ésta es la regla que da felicidad y equilibrio emocional y social. Este
principio bíblico no se puede ignorar ni descuidar frente a las hordas liberales
que envuelven nuestros tiempos.
Le tememos al fuego porque quema, y no hace falta ser sometido a una
quemadura para aprender a distinguir los peligros que envuelven el jugar con
fuego. Sabemos que si me tiró de una gran altura me mato, y no necesito hacerlo
para comprobarlo. Tenemos temor a todo aquello que encierra peligro. El temor
es el medio que nos detiene frente al mal que acarrea el violar una ley natural o
física. Hay un temor instintivo y un temor inducido.
EL TEMOR INSTINTIVO: Brota automáticamente, cuando estamos
en alguna situación extrema de peligro. Opera bajo el control del instinto de
conservación. Aunque no se haya enseñando, aparece como señal de alerta. Es
la forma en que reaccionamos cuando nos sentimos resbalar por un barranco, o
nos sale al encuentro un animal feroz, o estamos en medio de una guerra, o en
una calamidad natural. Aparece de forma innata, incluso en el reino animal, los
cuales al sentirse en peligro, atacan o huyen.
EL TEMOR INDUCIDO: Nace como producto de una formación.
Ocurre cuando se es educado en el temor a Dios, y por lo tanto, se respetan los
valores precisos que nos llevan a tener un comportamiento determinado en
relación a la vida, el prójimo, los padres y a las ordenanzas de nuestros
superiores. Es cuando consideramos que violar la ley; moral o civil, produce un
“delito” o pecado que acarrea consecuencias de castigo. Es ser conscientes de
que el pecado produce juicio, y muchas veces dolor y tristeza. La Biblia establece
que: “la paga del pecado es muerte; pero el don de Dios es vida eterna en Cristo
Jesús, Señor nuestro” (Romanos 6:23).¿Pero a qué le llamamos pecado? A
cualquier violación de las leyes establecidas, y de lo cual tenemos conciencia,
pues “el que sabe hacer lo bueno y no lo hace, eso le es pecado” (Santiago 4:17).
Es necesario entender que desobedecer la ley moral acarrea castigo, ya sea
correctivo, cuando nuestros padres nos llaman la atención después de haber
desobedecido, o disciplinario, cuando produce consecuencias que afectan mi
vida social y espiritual.
LA DISCIPLINA QUE INFUNDE TEMOR
El término “disciplina” tiene varias connotaciones en la Palabra. Puede
significar “enseñar un orden de valores”, o “la acción de corregir los desordenes
contra las normas morales establecidas”. Según muchos teólogos. la disciplina
nace como producto de la enseñanza, y una disciplina positiva dará salud al
cuerpo, sea en relación al hogar o a la vida de la iglesia[27]. La disciplina
formativa es la enseñanza dada a un niño desde pequeño, para que aprenda a
sujetarse a los principios morales y sociales que rigen el hogar y su entorno Esta
enseñanza la ejecutan los padres desde que el niño nace[28], hasta que tiene el
discernimiento desarrollado para escoger entre el bien y el mal. Esto se logra a
través de una relación profunda en todo el diario vivir (Deuteronomio 6:3-9),
por eso el texto dice que “las repetirás en la mañana, al levantarte, al acostarte y
estando en tu casa”. Pero y cuando no se sujeta al orden establecido ¿qué
hacer?. Entonces se necesita algún medio para inducirle el respeto a la ley. Es
ahí cuando aparece la “disciplina correctiva” que es aquella que se impone
cuando la persona, una vez aprendida la “disciplina formativa”, no cumple lo
enseñado[29]. El orden previo a la ejecución de un castigo está determinado en
Tito 2:15 en los siguientes términos:”Estas cosas habla, exhorta y reprende con
toda autoridad. ¡Que nadie te menosprecie!“. El término “habla” equivale a
enseñar. Después de hablar o enseñar se debe exhorta, o llamar la atención
sobre lo enseñado. Si persiste en su conducta obstinada, vendrá la reprensión,
que es hablarle más fuerte. Si a pesar de todo no cambia de actitud, se le hará un
juicio y se le aplicará un castigo o corrección. Existen dos tipos o formas de
castigos:
El castigo moral; con lo cual le privamos de algo que le gusta, y le causa pesar.
Como por ejemplo, no dejarlo salir a jugar, encerrarlo en su cuarto, etc.
El castigo físico; cuando por su desobediencia le pegamos, usando el principio
de la “vara”, el cual es objetado actualmente.
Ambas forma de disciplina deben producir, en el que comete una falta (delinque
o peca), un sentido de culpa o de pesar por la acción cometida, para que tenga
temor[30]. Dice la Palabra que: “Al momento,(de ejecutarse el castigo) ninguna
disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza (porque afecta y produce
dolor en la persona que la recibe); pero después da fruto apacible de justicia a
los que por medio de ella han sido ejercitados.” (Hebreos 12:11 Énfasis entre
corchete es mío). Toda disciplina debe producir tristeza, para que el
infractor reconozca su falta, y acepte la existencia de una autoridad que vela por
el cumplimiento del orden establecido.
¿SERÁ INCORRECTO EL USO DE LA VARA?
La psicología moderna descarta el uso del castigo físico como fórmula de
disciplina debido a que muchos padres actúan de forma violenta, causando
daños físicos a sus hijos[31], por lo que actualmente nadie trata de defender éste
tipo de castigo. Las autoridades toman ciertos hechos aislados y brutales para
justificar la creación de leyes que les prohíben a los padres el uso del
castigo físico, esto me muestra que muchas veces se van a un extremo. ¿Sería
lógico prohibir el uso de automóviles debido a que es la mayor causa de muerte?
La Palabra de Dios condena las actitudes brutales de los padres que en estado de
ira maltratan a sus hijos, y advierte; “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a
vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina y la instrucción del Señor” (Efesios
6:4).
Sin embargo hay casos que requieren este tipo de castigo, siempre y
cuando se haga con “dominio propio, juicio y sabiduría”, principalmente en
aquellos hijos que no entienden o sienten dolor por el castigo moral. El
problema está en que hay que saber aplicar el castigo físico como una forma de
corrección, y no de represión[32], siguiendo usado como un mecanismo
correcto, sin violencia y con previo juicio y dialogo con el transgresor. La “vara”
mencionada en el A.T. era un medio de disciplina, una forma de domar ciertos
caracteres fuerte, que no entienden otras razones, y aunque la tendencia general
es rechazarla, hay casos que su uso detendría muchos males. En realidad,
cuanto más suave y permisivo sea la actitud social frente a los delitos, menos
temor y respeto tendrán los delincuentes o infractores a las normas morales o
sociales, y esto es lo que hoy ocurre. ¿Acaso no son los delincuentes, por regla
general, reincidentes? ¿Infunde temor al que delinque los métodos de justicia
permisiva existentes, en donde los derechos están por encima de los deberes, y
las cárceles a veces son hoteles o centros de corrupción?
EL PRINCIPIO BÍBLICO DE LA “VARA”
La vara tiene un gran significado en la Biblia. Equivale a tener
autoridad y poder para ejercer una función de mando. En el caso de Moisés, la
vara fue el medio para revelar el poder de Dios al Faraón (Éxodo 4:1-4, 20,
7:10). Dice Jueces 5:14; “De Efraín vinieron algunos cuyas raíces estaban en
Amalec; detrás viniste tú, oh Benjamín, con tu pueblo; de Maquir
descendieron los jefes; de Zabulón vinieron los que llevan la vara de
mando(Jueces 5:14). Noten que se dice que la vara es “el símbolo de mando”.
Pero además la vara se usaba para corregir y ejecutar castigo a aquellos que
desobedecían, para infundir aliento, temor y corrección. El Salmista David
exclama en el salmo 23: “…Tu vara (la disciplina)y tu cayado (dirección,
ternura,) me infundirán aliento” (4 bis. Énfasis en corchete es del
autor). Los pastores usaban el cayado para atraer hacia así ellos a las ovejas
que se salían del camino, y ayudarlas, mientras que la vara era para
disciplinarlas y azotarlas cuando no obediencia las ordenes dadas. Hay citas que
hacen referencia al uso de la vara como medio de disciplina, e infundir temor.
Veamos esos textos. “En los labios del entendido se halla sabiduría, pero la
vara es para las espaldas del falto de entendimiento”(Proverbios 10:13). El
escritor expresa una verdad negada por la liberalidad actual, usar la vara para
corregir el mal, y llevar al individuo, por medio de ella, al entendimiento de las
reglas morales. Personalmente creo que esta norma no se aplica a todos los
casos, pues hay hijos que les duele más el castigo moral que el físico. Además el
uso de una disciplina rígida debe ser la última opción después de haberle
hablado, exhortado y reprendido.
Sé que es duro para un padre el tener que pegarle al hijo unos buenos
azotes por zonas sólidas, y con moderación, pero a veces es necesario, y si lo
hacemos con dominio propio, sabiduría y juicio previo, podremos infundirle
temor, y evitar males mayores. En otra parte Proverbio 26:3 dice; “El látigo es
para el caballo, y el freno para el asno, y la vara para la espalda de los necios
“Aquí se hace distinción entre el látigo y la vara. Entre domar y corregir hay
diferencia. Se doman los instintos, pero se corrigen los defectos de acciones que
atenta contra el orden establecido.“La insensatez está ligada al corazón del
joven, pero la vara de la disciplina la hará alejarse de él” (Proverbios 22:15).
Hay padres que sufren las consecuencias de haber sido muy “permisivos” con
sus hijos, por no corregir a tiempo algunas actitudes incorrectas. Hay hijos
llegan incluso a pegarle a sus padres, y estos no saben qué hacer. Han perdido o
le han quitado la autoridad. Algunos me han dichos -es que me da lastima
pegarle- y por lo tanto, le han permitido a sus hijos toda clase de desmanes, sin
poner coto a sus desordenes dentro del hogar, y estos son menores de edad.
Si enfocamos estas acciones dentro del marco legal de la Biblia
descubrimos que la falta de respeto a los padres en el judaísmo se consideraba
un delito tan grave que podía causar la pena de muerte, así lo dice la ley de
Moisés en Éxodo 21:15-17: “El que hiera a su padre o a su madre morirá
irremisiblemente”, “El que maldiga a su padre o a su madre morirá
irremisiblemente”. Era inimaginable el hecho de que un hijo le pegara a un
padre, y menos que le faltase al respeto. Pero ésta es la condición moral a la que
hemos llegado en estos tiempos, lo cual fue anunciado por las profecías bíblicas:
“Porque habrá hombres amantes de sí mismos y del dinero. Serán
vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos,
impíos,” (2 Timoteo 3:2)”.
LOS PADRES SIN DERECHOS
En el Estado de California un grupo de padres, víctimas de la
liberalidad proclamada por la psicología y la educación en los últimos 30
años[33], tuvieron que juntarse y formar una asociación para defender sus
derechos sobre los abusos que sufrían por parte de sus hijos. Para ello crearon
una “Asociación de Padres Maltratados“, y proclamaron la recuperación de su
autoridad para poner mano fuerte al abuso y maltrato de los cuales eran
víctimas por parte de sus hijos adolescentes. Ellos afirmaron “es tiempo de
tomar el control del hogar, y echar abajo esos antivalores contrarios al orden
bíblico, que dicen que le den las llaves de la casa y del auto a sus hijos, que le
den toda la libertad, que no le llamen la atención, y evitando castigarles,
porque ellos, aunque sean menores, tienen derechos” y denunciaron
públicamente los abusos de sus hijos, reclamando sus derechos a poner freno al
desorden de estos, y decidieron entablar una demanda en una corte
para retomar el control de una autoridad familiar que se habían perdido,
anulada por las filosofías permisivas de la educación moderna.
¿Cómo es posible que un adolescente pueda hacer lo que le da la gana, sin
que los padres puedan decir “basta ya”? Es tiempo de “amarrarse los
pantalones”, establecer reglas para todos, y demandarle al que no las cumpla,
las cuentas que sean necesarias. Esto induce temor y produce respeto[34].
Estos principios han gobernado la conducta del pueblo judío y árabe en todo el
mundo lo largo de su historia, razón por lo cual han sobrevivido a los cambios
de los tiempos, sin perder su patrimonio y la autoridad familiar. Notemos como
el escritor de Proverbios aclara que; “La vara y la corrección dan sabiduría,
pero el muchacho dejado por su cuenta avergüenza a su madre” (Proverbios
29:15). En otras palabras, dejarle pasar todo, por no actuar con dureza, es llevar
al muchacho a la necedad y al capricho, lo que en su juventud podrá costarle
caro, y nosotros sufriremos las consecuencias, por no haber tenido el valor de
corregirle sus defectos a tiempo, infundiéndole el temor y respeto a los
valores morales. En la actualidad los antivalores se han adueñado de todos los
aspecto de la vivencia. El principio de libertad lo ha devorado todo, hasta
ignorar los valores de la verdadera relación humana, que es el respeto a los
demás. En 1 de Pedro 2:16 se enseña cómo debemos usar la libertad; “Actuad
como libres, y no como los que hacen de la libertad un pretexto para hacer lo
malo, sino como siervos de Dios” (1 Pedro 2:16).
Toda libertad tiene límites, de lo contrario se convierte en libertinaje y
causa anarquismo. Benito Juárez, prócer mexicano, afirmó que “el respeto al
derecho ajeno es la paz” y por lógica, tu libertad termina cuando la mía
comienza, pues el amor y el respeto a los valores regulan el uso de esta libertad.
Si a la falta de una autoridad, le añadimos la falta de disciplina, y le sumamos la
permisividad moral, produciremos una sociedad sin temor, a la deriva,
dispuesta a embestirlo todo, sin que nada ni nadie la detenga, y esto es lo que
actualmente estamos vi-viendo. Padres débiles, hijos caprichos, sociedad
permisiva, filosofía liberalista, principio cristianos erradicados, y un Estado que
ha pasado de laico[35]a materialista y humanista. ¿Qué futuro nos espera?, a
simple vista el panorama respecto a la autoridad es muy sombrío.
LA FALTA DE TEMOR ACARREA JUICIO
El temor infunde respeto. Un “miedo” (que no es ni pánico, ni temor a lo
desconocido) que nace de la conciencia de saber que la desobediencia lleva en sí
castigo, o produce consecuencias desastrosas. Es ser consciente que si mato voy
preso, si robo pierdo mi derecho a ser libre, si cometo una falta tendré que pagar
las consecuencias, hablando en términos judiciales[36]. Es por ello que en la
Palabra aparecen términos que advierte del peligro que acarrea el no seguir las
normas establecidas: “Pero si no me escucháis y no ponéis por obra todos estos
mandamientos, y si rechazáis mis estatutos y vuestra alma menosprecia mis
decretos, no poniendo por obra todos mis mandamientos e invalidando mi
pacto, entonces yo también haré con vosotros esto: Decretaré contra vosotros
terror, tisis y fiebre que consuman los ojos y dejen exhausta el alma.
Sembraréis en vano vuestra semilla, porque vuestros enemigos se la comerán”
(Levítico 26:14-16). Algunos dirán; “no es justo, pues la gente no hace lo que
quiere por miedo”. Si el miedo al juicio y a la calamidad detiene el mal ¿no es
acaso un efecto positivo? ¿Es que acaso no le tenemos miedo a los relámpagos
cuando caen cerca de nosotros? y cuando vemos una serpiente, ¿vamos
corriendo a cogerla para vencer el miedo? y si lo hacemos, ¿cuáles serán las
consecuencias? El temor es un freno, pero para que opere como tal debemos
tener conciencia de las consecuencias que produciría el desobedecer, y saber
usar dicho freno. Si violas las normas establecidas, males vendrán sobre tu vida.
Si juegas con fuego, tarde o temprano te quemaras. ¿Acaso no podemos culpar a
la liberalidad sexual la proliferación del mortal SIDA en la sociedad presente?
“Todo lo que el hombre siembre, eso también segará” (Gálatas 6:7), y de todas
tus acciones, algún día, tendrán que dar cuenta a Dios, sean buenas o malas
(Romanos 14:12, 2 Corintios 5:10). Infundir temor a los hijos hacia el pecado es
ayudarles a vivir victoriosos. Es cerrar las puertas a muchas calamidades. Es
crear barreras que le preserven contra el mal que destruye. Vale más que sufran
la corrección, por desobedecer las leyes morales, que con el tiempo, sufran los
estragos del pecado en su cuerpo y en su alma.
Unos padres vinieron ante mí llorando para pedirme ayuda para su hijo,
un joven de 16 años, víctima de las drogas. Al entrar en el problema descubrí
que ellos no le enseñaron el temor a Dios, nunca lo disciplinaron, más bien
fueron tolerantes y permisivos con él, hasta que ya no pudieron más. Si
hubieran actuado correctamente cuando era pequeño, con firmeza, hubieran
podido detener su proceso de deterioro moral. Si a través de la Palabra y el
castigo sabio le hubiera corregido a tiempo ¿cuántas lágrimas se hubieran
evitado? Pero no supieron infundirle temor, y ahora sufrían las consecuencias
por su descuido. Una vez una madre me dijo;-.es que pegarle a mi hijo me
duele.-. Comprendo que cuando hay amor, no se quiere usar el castigo, pero por
eso mismo, porque le amo, debo corregirlo. Vale más castigarle, aunque llore de
tristeza un rato, que llorar después toda la vida por no haberle corregido en sus
malas acciones, y sufrir las consecuencias de sus extravíos.
CUANDO EL TEMOR SE PIERDE
Pero en una sociedad “liberada”, desposeída de los valores cristianos,
todo cambia. El pecado para el mundo “es un concepto absurdo y pasado de
moda”, dominando así la filosofías del humanismo y el pragmatismo. Todas esta
corrientes siembran enseñanzas como; “debemos adaptarnos al cambios de los
tiempos, y liberarnos de los “prejuicios del pasado”. “No debemos darle
importancia al mito religioso en cuanto a abstenernos de lo que nos gusta”. “Si
lo que hacemos nos agrada, satisface, funciona y es aceptado por la mayoría
(pragmatismo filosófico), entonces sigamos adelante etc.[37]“. Estas ideas han
afectado profundamente todos los aspectos de las relaciones humanas, incluso
dentro de las iglesias evangélicas.
Lo que antes era malo, ahora es aceptable, y después se vuelve normal,
de tal modo que cualquiera que esté en contra de esta “nueva moda” es
un conservador, radical y anticuado. Un ejemplo está en los conceptos del amor
libre. Jóvenes se juntan sin casarse, y el estado no sólo lo tolera, sino que hasta
les ofrece incentivos fiscales. En algunos países estas parejas, que viven juntas
sin casarse, pagan menos impuestos que los matrimonios, y gozan de más
garantía a la hora de una separación, pues hay menos costos legales. El
matrimonio cristiano ”ha pasado de moda” y es tan grave el problema, que
“casarse y descasarse” es un juego común en la sociedad moderna[38].
Algunos gobernantes están preocupados por este hecho, y en algunos
estados conservadores de los Estados Unidos se ha legislado para establecer un
nuevo estilo de matrimonio, que haga más sólido y duradero el mismo, evitando
su fácil disolución. A esta nueva modalidad se le llama “pacto matrimonial“.
Al casarse bajo este “pacto” no solo hay un acto legal de matrimonio, sino que
hay un documento que establece dificultad a la posibilidad de un divorcio fácil,
restringiendo al máximo las causas del mismo, y poniendo penas grandes de
indemnización al que actué de forma infiel. Sin embargo la crisis del
matrimonio azota todas las naciones del mundo, con el beneplácito de sus
gobernantes, que son los primeros que dan malos ejemplos.
LA NUEVA MORAL SOCIAL
Se trata de presentar el pecado de la homosexualidad, o del genocidio, a
través del aborto indiscriminados, como algo normal, y que la sociedad debe no
sólo tolerar, sino bendecir. Se legisla para que las parejas de homosexuales y de
lesbianas tengan los mismos derechos que los matrimonios normales, pues lo
contrario es discriminación. Hay situaciones en donde condenar el pecado e
infundir temor a hacer lo malo se considera intimidación, y por absurdo que
parezca, se han dado casos de pastores acusados ante los tribunales por
condenar públicamente la institucionalización de los grupos “gay”. La acusación
en tal caso ha sido de “discriminación sexual”. Y es que para la sociedad de hoy,
la aceptación del fenómeno “gay” es un imperativo incluso jurídico. Estos, y
otros grupos antimorales, reciben fondos de organizaciones gubernamentales e
internacionales para defender lo que ellos llaman “sus derechos”. No hay temor
ni respecto a lo que la Palabra enseña:”No te acostarás con un hombre como
uno se acuesta con una mujer. Eso es una abominación” (Levítico 18:22). “¿No
sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis: que ni
los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los
homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los
calumniadores, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. (1 Corintios 6:9-
10). Estos textos son tan claros que nadie puede afirmar lo contrario. Sin
embargo el poder diabólico, que rige los destinos de los gobiernos, lleva a
algunos a considerar estos valores fuera de lugar en la sociedad de hoy. Incluso
no está lejano el día en que veamos una versión Bíblica adaptada a los intereses
de estos grupos, pues aún la Palabra se tratará de manipular[39] y adaptar a las
corrientes mundanas dominantes, en un mundo liberado de todo, y presa de
una degradación atroz.
ELIGIÓN SIN VALORES
Son muchos los predicadores que han caído en la trampa de las
influencias permisivas de la sociedad moderna, y han elaborado una “a-
teología” que trata de justificar lo injustificable[40].
Hace tiempo que se ha formado una corriente liberal de enfoques
teológicos que pone en peligro la verdad moral de la Palabra de Dios. Se trata de
descartar el valor de la “cabeza” para introducir y apoyar el pluralismo de
gobierno familiar. Se “desmitifica” la interpretación bíblica, para anular el poder
divino, y explicar, con lógica humana, lo que obedece al poder de Dios. Pero lo
peor de todo es que aparecen maestros: “hablando palabras infladas y vanas,
(los cuales) seducen con concupiscencia de la carne y disolución a los que
verdaderamente habían huido de los que viven en error” (2 Pedro 2:18). Este es
el caso de un líder religioso de la Iglesia Episcopal de Santa María en New York,
el cual afirmó en un diario hispano que “Dios es homosexual” y termina ese
artículo, en el cual defiende a los homosexuales y grupos gay,
diciendo: “Concluimos el conversatorio durante el sermón, reconociendo que
toda diversidad demuestra el sentido del humor de Dios. Como a Dios no le
agrada la rutina ni la monotonía, decidió, muy inteligentemente, crear a unos
hombres y a otros mujeres, a unos negros y a otros blancos, a unos
heterosexuales, y a otros homosexuales…Vamos a identificar y a eliminar de
nuestra vida el racismo, el machismo y la homofobia. Construyamos una
sociedad nueva, sin pecado, sin prejuicio, sin injusticia y gritemos a toda voz,
que viva el Dios negro, que viva el Dios mujer y que viva el Dios
homosexual“[41].Para el padre Luis Barrios la mejor manera de eliminar el
pecado es aceptarlo y legalizarlo. Con líderes religiosos como éste, el diablo tiene
buenos promotores y predicadores dentro de la misma iglesia.
LOS ANTIVALORES PROMOVIDO POR EL
ESTADO
La otra realidad que hace prevalecer los antivalores en el mundo de hoy
es el papel que los gobernantes y legisladores han tenido al forjar un Estado que
ha pasado de ser laico, para convertir-se en cómplice de las filosofías contrarías
a los valores tradicionales. En muchos países los gobernantes le han dado la
espalda a la protección de la familia, y han emitido leyes que restan autoridad a
los padres, y delegan a la educación pública una enseñanzas que rompen el
orden moral del hogar, y de ello hablaremos después. Hay sistemas en donde los
derechos humanos se han impuesto a tal grado, que los padres han perdido el
poder de castigar a sus hijos con castigos físicos o morales (y no hablo de
represión, sino de métodos correctivos por medio de la vara).

Se di el caso de un padre sueco cuyo hijo de 12 años llegó borracho en la


madrugada a la casa. Después de darle por el trasero, lo encerró en su cuarto,
castigado hasta que se le pasara la borrachera y reflexionara. El adolescente se
escapó por la ventana, fue a la policía, y denunció al padre de malos tratos. Éste
fue llevado preso. El niño fue enviado a un hogar de cuidado para menores, y el
padre citado a los tribunales, por lo que fue sentenciado por un delito de
agresión. El padre se fue de Suecia y presentó una denuncia a los tribunales
internacionales, reclamando la autoridad que el Estado le había quitado, para
evitar que su hijo se volviera drogadicto. ¿Cuál es la ley moral que rige el
sistema social actual? ¿Podremos permitir que estos parámetros de antivalores
entren a gobernar nuestras casas?

Algunos defenderán que no se le debe pegar a los hijos. Debemos


determinar ¿qué, por qué, y cómo se debe pegar? Jesús cuando vio la
profanación del templo, pues habían hecho de su casa de oración un mercado,
se indignó, y dice Juan 2:15. “y después de hacer un látigo de cuerdas, los echó
a todos del templo, junto con las ovejas y los vacunos. Desparramó el
dinero de los cambistas y volcó las mesas”. Sí el maestro usó el látigo para
castigar a los mercaderes, ¿por qué se es tan permisivo hoy día? Somos más
cristianos que el mismo Cristo, y tan espirituales que ignoramos la realidad de la
materia. Hay lugar para el castigo, y no podemos negar la importancia de este
para convertirnos en permisivos y “pasotas[42]” pues el mismo Jesús lo usó
cuando fue necesario.
Me contaron en New York el caso de un padre que tenía un hijo
adolescente de 15 años que se iba con sus amigos todas las noches a discotecas,
drogándose, y llegando a la casa a altas horas de la madrugada. Un día el padre
le dijo que si volvía drogado, y más tarde de la una de la madrugada, no le
abriría la puerta. El joven no hizo caso de la advertencia, y se apareció a las tres
de la madrugada acompañado de un policía que obligó al padre a recibir al hijo
en su casa, y le advirtió que no debía actuar con él de forma fuerte, pues podría
incurrir en delito.

PADRES INDEFENSOS FRENTE A LOS


ANTIVALORES
En nuestras escuelas los profesores le enseñan a nuestros hijos que somos
producto de la evolución, negando el principio creacionista. Defienden el amor
libre, y le dan en la misma clase preservativos (condones). Todo esto revela una
corriente de enseñanza de corte liberal. Frente a estas realidades, los padres no
pueden reclamar nada, porque el “padre-estado” lo dispuso. Al respecto
comenta Tim y Berverly LaHaye: “Los profesores de antes solían respetar los
valores morales de la tradición judeocristiana, apoyando lo que los padres
trataran de enseñar a sus hijos e hijas en el hogar. Hoy, esta clases suelen
impactar malamente la sensibilidad moral del alumno y alumnas con material
tan evidentes que enfurecen a los padres en todo el país. Los profesores de hoy
ridiculizan el antiguo programa calificándolo de “curso biológico pasado de
mora” habiéndolos reemplazado con lo que, francamente, podría llamarse
“educación para el coito[43]”
El resultado de esta liberalidad está a la vista. Los delincuentes son cada
vez más jóvenes. Los tribunales están colapsados, por tantos delitos que quedan
impunes, principalmente en menores de edad. Hay adolescentes que tienen
pendientes más de veinte juicios, y siguen libres, ¿por qué? Porque “hay
derechos para los menores“. No se respetan a los maestros. En las escuelas
superiores de los Estados Unidos se tienen que poner vigilantes de seguridad, y
aparatos para rastrear armas punzantes o de fuego. Los jóvenes de hoy no
respetan ni a padres, ni a policías, ni a autoridades, ni a nada. Cargan camisetas
con símbolos nazistas, anarquistas, ateos, satánicos, eróticos, y todo a plena luz
del día, con el beneplácito de un sistema que critica más las enseñanzas
fundamentales de la Palabra, que las filosofías violentas y sensuales difundidas
por los medios de comunicación. La realidad la tenemos delante. Cuando no
hay temor, se pierde el control, y entonces priva la ley de la selva. Y nosotros nos
sentimos indefensos, desarmados frente a un Estado patrocinador de estos
antivalores, que extinguen lentamente el poco temor que le queda en la
juventud.
¿Cuál será el final de las próximas generaciones de jóvenes, sí estas
corrientes de antivalores no se detienen? Echemos a caminar nuestra
imaginación, y calculemos que ocurrirá en el futuro si no se detiene esta
realidad que estamos viviendo. La respuesta es clara, vamos camino a la
apostasía. Las futuras generaciones multiplicaran los problemas actuales. La
violencia será norma de conducta, y la inmoralidad un estilo de vida, será
entonces cuando se cumpla la profecía bíblica que afirma que: “Como en los
días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:38 )
¿Y cómo eran los días de Noé:“ Y miró Dios la tierra y he aquí que estaba
corrompida… Porque la tierra está llena de violencia…” (Génesis 6:12-12).No
hay que ser profeta ni adivino, basta con ver las noticias o leer los periódicos
para descubrir que cada vez la criminalidad y delincuencia adquiere matices
más alarmante. Se ven cosas y se revelan imágenes tan brutales que no cabe
duda que estamos en un proceso de degradación gigantesco. Los criminales y
delincuentes del pasado se quedan pequeño ante los que hoy prevalece. Y lo más
terrible del caso es que en ello interviene el poder de los medios de
comunicación, los cuales hacen de estos hecho noticias amarillista. En fin,
vamos hacia un futuro desastroso en todos los órdenes de nuestra sociedad, y
entonces aparecerá una mano fuerte que tratara de poner orden, llevando a toda
la humanidad hacia el reinado de un dictador mundial, el anticristo. El Señor
nos ayude.
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~4~
EL SER EJEMPLO
El ejemplo del que predica es el elemento que le da peso a cualquier
enseñanza moral. Los padres deben ser los modelos idea-les a los cuales los
hijos deban imitar. Ellos deben enseñar los valores por medio de su conducta,
como en el caso de Timoteo, del cual dice San Pablo que; “traigo a la memoria
la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida y en tu
madre Eunice, y estoy convencido de que también en ti” (2 Timoteo 1:5) .Por lo
que los modelos anteriores forjaron la fe y la vida de Timoteo. Que orgullo es ver
que los hijos imitan el ejemplo de su padre, como hizo Uzías, del cual dice la
Biblia, que; “El hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas
que había hecho su padre Amasías” (2 Crónicas 26:4).
EL PODER DEL EJEMPLO FAMILIAR
A la hora de pensar en el ejemplo, debemos meditar seriamente en dos
elementos que están en proceso de extinción en la sociedad materialista de hoy:

 1º Cuidar que todas las normas impuestas a los hijos sean


respaldadas por la vida de los padres. Evitando la contradicción entre
el dicho y el hecho. Este aspecto es vital para que la autoridad funcione
correctamente. En la contradicción hay confusión y entonces aparece la
rebelión y la división. Lo que más respaldo le da a un gobierno es la moral
del que gobierna. Nunca debemos demandarle a otros lo que uno mismo no
esté dispuesto a hacer. Nos debemos presentar como los modelos de
conducta. Eso fue lo que proclamó y enseñó San Pablo en sus principios de
discipulado, a la hora de formar vidas; “Lo que aprendisteis, recibisteis,
oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con
vosotros” (Filipenses 4:9).
 2º Dedicarle tiempo, cariño y atención al hijo. Tratar de estar la mayor
parte de tiempo a su lado en los tres primeros años de vida. Recordemos que
las imágenes que se impriman en esta etapa son las que forjarán su forma de
ser en el futuro. Necesitan tener contacto permanente con sus padres, para
aprender de ellos el modelo de conducta futura. No es el Estado, ni los
parientes, ni la nodriza las que deben formar a nuestros hijos, sino nosotros.
Dedicarles tiempo, cuanto más mejor. Jugar, hablar, bañarnos con el niño
cuando es pequeño, vigilarlo y dejarle moverse, apoyarlo, arrullarlo, besarlo
y darle todo el amor del que seamos capaz. También hay que saber
corregirlo, disciplinarlo, exhortarle, animarle, entrenarle para el futuro. Esto
es de vital importancia para que se sienta seguro y se identifique con sus
padres. El tiempo que le dediques a tus hijos para trasmitirle tu calor, tus
valores y principios, no tendrá precio, pues dice la Palabra: “Las repetirás a
tus hijos y hablarás de ellas sentado en casa o andando por el camino,
cuando te acuestes y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:7). Este pasaje
establece que la relación padres-hijos es constante; “estando en la casa, en el
camino, al levantarte y al acostarte”. Por lo que es todo un estilo de vida.
SUSTITUCIÓN DEL MODELO DE “SER” POR
“TENER”
Pero estos dos principios han sido descuidado por el afán y la necia
motivación materialista que nos lleva a pensar que lo más importante para que
un hijo sea feliz es darle comodidad, bienestar y prepararle un futuro
maravilloso, en donde lo tengan todo. Para lograr este bienestar material se
requiere ganar más, por lo que la mujer también debe de trabajar fuera de la
casa como el hombre. Para hacer esto, se necesita dejar al bebé en manos de
alguien que lo cuide durante el tiempo de trabajo: Una guardería, una sirvienta,
un familiar etc. y así el contacto físico se reduce a un tiempo mínimo. Para
colmo, al llegar a la casa, los padres se entregan al trajín del hogar, o se ponen a
ver la televisión, o a leer el periódico, y dejan al niño en la cuna, o lo ponen en
un andador, echándole el ojo de vez en cuando. Esta relación fría, aunque
efusiva por ratos, no es suficiente para que el niño adquiera patrones correctos
de conducta.

Muchas veces entre los que cuidan al crío y los padres surge
contradicciones en el estilo de vida. El niño se forma una imagen difusa de los
valores, entorpecida por la gran variedad de personas que rondan por su vida. Y
es que para los padres de hoy es más importante el bienestar que relación
afectiva con los hijos. Debemos dejar claro, y repetirlo una y otra vez, que los
tres primeros años en la vida de un niño son vitales para la formación de su
personalidad, y es en esta etapa cuando los padres deben de estar con él la
mayor parte del tiempo.

UN CONSEJO QUE TIENE VIGENCIA


Una vez vino una hermana llamada Suyapa, miembro de la iglesia que
pastoreaba, a pedirme consejo. Ella y su marido trabajaban todo el día, pero
iban a tener su primer hijo. Vino para saber si sería bueno dejar que su
madre les ayudase a cuidar el hijo, para no perder el trabajo, pues para vivir
como vivían, necesitaban los dos sueldos. Después de una larga conversación,
les expuse dos opciones: O disfrutas a tu hijo, dedicándole los tres primeros
años totalmente a él, dejando el trabajo, y siendo tú la responsable de su vida, o
haces lo que piensas, y a largo plazo te lamentaras. La felicidad tiene un precio,
y hay cosas que tenemos que darles a nuestros hijos que no se pueden comprar
con dinero. Vale más vivir apretado económicamente, pero en relación íntima
con los hijos, que tener abundancia, dejando estos en otras manos. Dale unos
años, y después, cuando sea mayorcito, y pueda ir a la guardería, podrás
trabajar de nuevo, pero no le prives del contacto permanente los primeros años
de vida.

Esta hermana oró, y sintió que el consejo era sabio, bíblico y correcto, y lo
aceptó, renunciando a su trabajo. Tuvo muchos hijos, y dejo el trabajo de la
oficina, para dedicarse a ese trabajo tan importante que es el cuidado de los
hijos (formar vidas), y ser una madre, y una esposa. Ajustaron su economía, y
Dios fue maravilloso, suplió todo lo necesario en cada momento. Hoy tienen una
bella familia, todos sus hijos sirven al Señor, y además, han prosperado
materialmente. El tiempo que le dediquemos a nuestros hijos no tiene precio.
Los regalos materiales no podrán compensar la relación física y el cariño de los
padres. El materialismo tiende a romper esta relación y comunicación, para
sustituirlo por otras cosas, que de forma artificial, tratan de dar calor y sonidos,
y que no edifican ni forjan las vidas.

¿CUANTO TIEMPO DEBO DE ESTAR CON MIS


HIJOS?
Todo el que puedas. Cuanto más pequeño sea, más importante es esta
relación. Una vez un niño quería jugar con padre, como lo hacia el vecino, pero
su padre le decía que no tenía tiempo, estaba cansado y tenía que trabajar
mucho. Un día el niño le pregunto a su padre ¿cuánto ganaba en su trabajo?, y el
padre le contesto:

-Me pagan cinco dólares la hora- y el niño le inquirió al padre sobre ¿cuándo
podría jugar con él? El padre, un tanto enfadado, le dijo:-¿No te traje un
regalo?, juega con él. No tengo tiempo de jugar ahora, tengo que ganar
dinero para mantener la casa.- Y con esta simple respuesta evadió las
demandas del niño. Un día el niño fue a su alcancía, tenía ahorrado dinero que
le habían dados sus abuelos y parientes en su cumpleaños. La rompió, contó lo
que tenía, y vio que llegaba a diez dólares. Fue corriendo a su padre que estaba
sentado leyendo el periódico, y le dijo:-Toma papa, aquí tiene dinero para que
me vendas dos horas de tu tiempo, para jugar conmigo- El padre quedó
petrificado. A veces evadimos la relación con los hijos, y la sustituimos con
regalos. También disimulamos la confesión de errores con prebendas. Pero
¡NO!, hay que asumir los errores y confesarlos. Hay que darse a sí mismo, y no
evadir nuestra relación con objetos que aunque alegran temporalmente, nunca
podrán llenar el vacío, ni dar el amor y el cariño que el hijo necesita.
Los estudiosos en las relaciones familiares han determinado que el
tiempo que los padres pasen con sus hijos, y el ejemplo que estos le den a través
del comportamiento en el diario vivir, marcarán sus vidas para siempre. Es por
ello que se recomienda a los padres que durante los primeros tres años de vida
de sus hijos les dediquen por lo menos una o dos horas al día. La madre, a su
vez, debe dedicarle como mínimo de 4 a 6 horas. Esta demanda puede disminuir
según el hijo crece, pero el tiempo de jugar con él, hablarle, ayudarle y
compartir es vital para que haya una buena y fuerte relación padres-hijos.
Recordemos que los hijos no podrán imitar a sus padres si estos no entran
primero en el corazón los mismos[44].
Que contraste hay entre el hijo que vive en la ciudad, al cual el padre
apenas ve, y cuando están juntos ni se hablan, porque hay muchas cosas
alrededor que distraen la comunicación (cadena de sonidos, televisión, radios,
teléfonos etc.), y el hijo del campesino, que se va con su padre a trabajar al
campo, y cuando llegan a la casa, comen juntos, y conversan, porque no hay
nada que se interponga entre ellos, pues carecen incluso de electricidad. Es por
esta razón que en los campos y montañas hay más respeto, unidad familiar y
valores morales, aunque la corrupción no tiene fronteras.

Esta relación fría, y sin respaldo vivencial, forma parte de todo nuestro
estilo de vida, aun en las iglesias. Vivimos tan preocupados por lo material, que
no tenemos tiempo de mirar al prójimo que está en desgracia, sentado a nuestro
lado. Nuestros hijos se nos pierden en las drogas, y ni nos enteramos, porque
nunca les miramos a los ojos. Hay tan pocos modelos rectos y tantos
incorrectos, que nuestros hijos terminan buscando en el mundo un patrón
idílico que ocupe el espacio dejado por los malos ejemplos de sus padres.
Algunos frente al caos del hogar, acentúan su personalidad buscando en un
grupo de amigos, o pandillas, una forma de llenar el vacío que llevan dentro, de
dejarse oír, ver y tratar de ser, aunque sea una figura distorsionada de la
realidad, buscando otros héroes en los artistas corruptos de nuestro mundo.

LA DESHUMANIZACIÓN MATERIALISTA:
Lo más importante hoy es el poseer bienes materiales. Se mide el éxito
por la prosperidad material. La ambición ha dado origen al consumismo. Éste a
su vez ha forjado una sociedad del bienestar en donde el egoísmo humano se ha
acentuado a dimensiones alarmantes.

Las nuevas tecnologías nos han invadido, anulando el poco tiempo de


relación humana que quedaba en mucho hogares. Radio, televisión sin frontera,
con decenas de canales, potentes cadenas de sonidos, teléfono celulares, y un sin
número de etcétera, invaden y rompen la intimidad familiar, e interfieren en la
comunicación entre esposos, y padres con hijos[45].
No somos seres humanos sensibles al dolor de los demás, ni a la
necesidad de otros, sino a nuestro propio bienestar, acrecentándose el
egoísmo a dimensiones alarmantes. Todo se planifica fría-mente. Somos
números en un ordenador, piezas en un engranaje, que cuando no funciona se
tira, y se pone otra pieza, desechándose la anterior. Los métodos de relaciones
humanas son artificiales, creados por pasos. Diseñados para ganar la atención y
el éxito del prójimo, sin interesarme sus problemas o necesidades. Aun la
evangelización se ha convertido en un método deshumanizado, pues cuando
buscamos a las personas, pensamos más en la cantidad que en la necesidad
individual. Se ha cambiado “lo nuestro” por “lo mío”, el “darnos”, por el “tener”,
y esto se manifiesta en todas las dimensiones de la vida social[46].
En el hogar ésta deshumanización ha llevado a los padres a pensar que lo
importante es darle a los hijos “cosas”, para que vivan bien y lo tengan todo,
sacrificando el tiempo para estar con ellos. No hay relación, ni tiempo para dar
amor, dialogar, compenetrarse con los problemas y las necesidades emocionales
de nuestros hijos. Cuando miro a los jóvenes, adoptando formas físicas
estrafalarias, (ropa rara, aretes en las orejas, nariz, parpados etc.) veo en ello un
grito desesperado para que se les ayude. Ellos tratan de decir; “mírenme,
necesito ser escuchado, amado, comprendido“. Buscan llamar la atención,
atraer las miradas, porque así llenan artificial-mente el vacío y frustración
interior que traen, al venir de hogares que le dieron todo, menos relación física,
ya que carecieron del amor y el interés de sus padres. Es bueno observar que los
que tales conductas adoptan casi siempre proceden de hogares de buen nivel
económico.
Ésta actitud de la juventud es un “grito de alerta” para ver si de esta
forma encuentra quien les mire, les ame y les comprenda. Es el mismo
fenómeno que embargó a la sociedad norteamericana en la década del 60, con el
fenómeno hippie, pero manifestada en otra época y forma. Es lo mismo que
ocurren con el origen de las pandillas (o maras[47]) juveniles, que tratan de
buscar entre los amigos y en las calles eso que no encontraron en sus padres, y
en sus hogares[48].
La deshumanización de la sociedad es el peor mal que nos envuelve, y al
cuan tenemos que enfrentarnos buscando el amor, la sensibilidad y el corazón
compasivo de Dios, como dice San Pablo al expresar sus sentimiento en relación
a los demás: “Porque os escribí en mucha tribulación y angustia de corazón, y
con muchas lágrimas; no para entristeceros, sino para que sepáis cuán
grande es el amor que tengo por vosotros (2 Corintios 2:4). Y es que cuando
reina la deshumanización, se pierde la sensibilidad, solidaridad, compasión.
Entonces se genera la violencia y el deterioro de las relaciones humanas. Admiré
a la Madre Teresa de Calcuta, su vida fue un ejemplo de amor. Ella decía que “el
amor mueve a los seres humanos a darse, olvidándose de uno mismo” pero los
antivalores han cambiado estos parámetros, y hemos reducido al hombre a una
simple maquina, un robot, una “cosa”, sin sentimientos ni estima por lo demás,
en donde su dios es “el mis-mo”, el culto al “yo”. Cuidemos nuestra conducta,
recordemos que el ejemplo es el que produce la autoridad y respalda la
disciplina. El Señor nos ayude en todo.
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~5~
EL ESTAR DE ACUERDO
Cuando el profeta Amós pregunto “¿Andarán dos juntos, a menos que se
pongan de acuerdo?” (Amós 3:3), estaba ratificando un principio básico para la
felicidad entre los seres humanos. El estar de acuerdo da solidez a las relaciones
personales, pues lleva a obtener entre los seres humanos la base de la armonía,
que es tener un mismo sentir:”Pero en aquello que hemos llegado, sigamos una
misma regla, sintamos una misma cosa”(Filipenses 3:16 RVR)
UN PRINCIPIO ESTABLECIDO POR DIOS
En este principio -estar de acuerdo- se encuentra explícitamente
envuelto el fundamento en la unidad de la primera pareja de la humanidad;
Génesis 2:24″Por tanto, el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá
a su mujer, y serán una sola carne” .Pero, ¿qué padre y madre tenían que dejar
Adán y Eva? Es por ellos que algunos afirman que “bienaventurado Adán, que
no tuvo suegra”. Ese mandamiento sería el fundamento para que los hijos, al
casarse, dejaran su hogar, y formasen una familia que estuviese aparte, sin que
los problemas de unos, afectasen a los otros. Cada pareja que forme un nuevo
hogar, deberá vivir independientemente de sus familiares, por lo que dejaran
“padre y madre”. Como dice el refrán, “cada oveja con su pareja”, y en estos
principio debemos ser firmes, si deseamos formar hogares que tenga un buen
fundamento.
QUE CADA PAREJA TENGA SU CASA
En lo personal. y a la hora de efectuar una ceremonia religiosa, lo primero
que investigo es si la pareja, después de casados, van a vivir con sus familiares.
De ser así, no les caso, pues un matrimonio que viva con su familia tendrán
serios problemas a la hora de enfrentar sus diferencias en el proceso de
adaptación, además no es bíblico, pues la Palabra de Dios es radical al
respecto; “dejará”, y le fue dicho a dos personas -Adán y Eva- que no tenían
parientes. Es tan importante que la pareja esté sola, y muy cerca el uno del otro
durante el primer año de matrimonio, que dentro de las normativas jurídicas
judías no se podían separar a los recién casados por ningún motivo, incluso en
caso de una emergencia militar:”Si un hombre ha tomado recientemente
esposa, no irá al ejército, ni se le impondrá ninguna obligación. Estará libre en
su casa durante un año, para alegrar a su mujer que tomó” (Deuteronomio
24:5). Muchas veces descuidamos este aspecto en los nuevos matrimonios, y
como consecuencia, aparecen problemas motivados por un medio que no
contribuye a estabilizar la adaptación del uno al otro[49].
También en Génesis 2:24 encontramos la expresión “y serán una sola
carne“ dando a entender una completa identidad en cuanto al sentir, ser y vivir.
Este era el deseo de Dios; no quería que el hombre estuviese solo, y noten que
afirma que “No es bueno que el hombre esté solo“. El razonamiento deductivo
de la palabra “no es bueno”, nos lleva a deducir que lo contrario sería malo,
por lo tanto; toda soledad es mala, deprimente y egoísta. Él expresa entonces
una gran idea; “le haré una ayuda idónea“ (Génesis 2:18). Esa
palabra; “idónea” envuelve un sentido profundo que va más allá del simple
hecho de estar juntos. Penetra en la acción de “estar unánime”; ser
complementos, hechos a semejanza, sintiendo lo mismo, siguiendo una misma
regla, que uno supla la deficiencia del otro etc.
Jamás podrán dos personas juntas llegar a un punto determinado en un
viaje si no estuvieran de acuerdo en lo relacionado a la ruta a seguir para al
lugar propuesto. De la misma forma, seria ingobernable un hogar cuando los
criterios de ambos cónyuges disten mucho de un punto común. ¿Qué ocurriría,
por ejemplo, si la madre desea enseñarle a su hijo a leer la Biblia, y el padre, al
ser musulmán, le induce a leer el Corán? O un ejemplo más común: ¿Cómo
podría corregir la malcriadeces de un hijo, si cuando el padre lo castiga, la
madre anula el castigo, diciéndole al hijo que no le haga caso al padre? Es ahí en
donde San Pablo argumenta el peligro de hacer vínculos con yugos desiguales, y
afirma: “No os unáis en yugo desigual con los no creyentes. Porque ¿qué
compañerismo tiene la rectitud con el desorden? ¿Qué comunión tiene la luz
con las tinieblas? ¿Qué armonía hay entre Cristo y Belial? ¿Qué parte tiene el
creyente con el no creyente?” (2 Corintios 6:14-15).
EL YUGO DESIGUAL
He vivido experiencias tristes con jóvenes que desobedeciendo la Palabra
del Señor y se han casado con incrédulos, creyendo que podrían traerlos a la
iglesia. El resultado, por regla general, fue al contrario, ellos -los incrédulos-
arrastraron al cristiano fuera de la iglesia, y no pudo imperar en el hogar los
principios de la Palabra en el gobierno familiar. No hay peor desastre para un
cristiano que tomar decisiones de “pactos” con personas que no sienten ni
piensan como él. Esto es a lo que Pablo se refiere cuando advierte “No os unáis
en yugo con los incrédulos“. No debemos aplicar este término “yugo desigual”
tan sólo a los matrimonios que en la fe no piensan igual. Creo que el sentido al
cual se refiere San Pablo va más allá de este asunto. Él analiza el peligro que hay
en los compromisos con los hijos de las tinieblas en cuanto a los negocios de
este mundo. Él le advierte a su hijo espiritual, Timoteo, que: “Ninguno en
campaña militar se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel
que lo alistó como soldado” (2 Timoteo 2:4).
Un soldado no puede tener tratos con aquellas catalogadas tropas
enemigas, o estar atado a asuntos que le puedan estorbar a la hora de ir al
combate. De igual forma, el que es soldado de Jesucristo debe tener cuidado de
no meterse en negocios con los hombres impíos de este siglo, máxime cuando
tiene que establecer pactos con los inconversos. He conocido testimonios de
hermanos que sinceramente se unieron a un amigo empresario para poner una
empresa. El incrédulo se aprovechó de la “ingenuidad” y el amor del cristiano, y
cometió muchas fechorías, llevando a la ruina a la empresa, para después
desaparecer, llevándose incluso el dinero de un préstamo. Como el cristiano era
fiador y parte de la empresa, fue demandado, y perdió su casa, fue llevado a
juicio, y su testimonio quedó afectado. Todo por un “amigo” que le llevo a la
ruina en un negocio que fracaso. Si en nuestro tiempo cuesta trabajo confiar en
los hermanos “por haberse multiplicado la maldad” (Mateo 24:12,) ¿Cuanto más
peligroso será confiar en los incrédulos de este siglo?
¿HASTA DÓNDE PODEMOS LLEGAR EN
NUESTRA RELACIÓN CON EL MUNDO?
Pero ¿qué hacer a la hora de establecer un negocio con las gentes del
mundo, pues es imposible vivir sin estar vinculados a ellos? Es ahí donde viene
la necesidad de aplicar la sabiduría y el discernimiento de Espíritu. No podemos
desconectarnos del mundo, para refugiarnos en conventos, como los monjes
ermitaños. Ni tampoco podemos evadir la realidad y la responsabilidad social.
Tenemos que juntarnos, comer y vivir con los pecadores, pero sin pactar con
ellos. Sin embargo, hay que ser más firme con aquellos que llamándose
“hermanos” se comporta igual que los pecadores. El apóstol Pablo retoma el
tema y dice en 1 de Corintios 5:9-11:”Os he escrito por carta que no os asociéis
con fornicarios. No me refiero en forma absoluta a los que de este mundo son
fornicarios, avaros, estafadores o idólatras, pues en tal caso os sería necesario
salir del mundo. Pero ahora os escribo que no os asociéis con ninguno que,
llamándose hermano, sea fornicario, avaro, idólatra, calumniador, borracho
o estafador. Con tal persona ni aún comáis“. Es interesante la referencia de que
si practicamos radicalmente la separación del mundo (no juntarnos con los
fornicarios de este mundo) nos veríamos obligados “a tener que salirnos del
mundo”, cosa contraria al deseo de Jesús;”No ruego que los quites del mundo,
sino que los guardes del maligno” (Juan 17:15). Sin embargo, no se debe tolerar
actitudes inmorales en aquellos que se dicen “hermanos”, por lo cual, se nos
recomienda que “con tal persona ni aún comáis”. Nuestra relación con el
mundo debe ser cautelosa. Debemos convivir con la realidad, y participar en ella
pero definiendo bien los limites, y saber hasta dónde podemos llegar. El poder
materialista y humanista está tratando de hacer que los cristianos queden
entrampados en una madeja de ofertas consumistas que los llevan al afán y
ansiedad, para que caigan en créditos, pactos y compromisos con los sistemas
dominantes de nuestra sociedad, y así socavar su moral e imponer los
antivalores, por lo que muchos se ven no solo presionados emocionalmente,
sino comprometidos testimonialmente.
INFLUENCIAS QUE DESTRUYEN LA RELACIÓN
Debemos tomar medidas drásticas para conservar los valores que socavan
la relación y la unidad de sentir. Si hay algo que esté matando el amor
actualmente es la división, contradicción e incomunicación. ¿Cómo es posible
que en una sociedad de tantos adelantos tecnológicos, en donde el mundo se ha
hecho pequeño por medio de los avances en la comunicación, estemos
incomunicados y en división? Sencillo, porque el mensaje que prevalece no es el
mensaje correcto. Porque el diablo tiene todo el control de los medios, y solo
deja oír aquello que turba, destruye y afecta la unidad familiar. Su mensaje es
claro; favorecer el aumento del divorcio, exaltar el adulterio y liberalidad sexual,
despertar las ansias por lo oculto, y promover los antivalores, usando para ellos
los medios disponibles.

¿Quienes son los que promueven los antivalores y hacen una apología al
sexo y la violencia? Las influencias del cine y la televisión. Esta pequeña
pantalla, con su cientos de opciones se nos ha colado en la intimidad del
hogar para no solo romper la comunicación, sino tomar control de la mente de
nuestros hijos, envenenándola con tóxicas inmoralidades. Se hace apología de la
violencia, defensa de lo inmoral y nos lleva a asimilar como normal los mensajes
negativos de los antivalores cristianos[50].
No quiero que me catalogues como “ultra-conservador”, creo que nadie se
condena por poseer un televisión, ya que el problema no está en las cosas, sino
en los principios que regulan las mismas. En tiempos atrás hubo evangelistas
que condenaron la televisión llamándole “el cajón del diablo”[51] y en sus
campañas destruían los televisores. Hoy no solo aceptaron la televisión, sino
que también la usan como medio de evangelización. El pecado no está en tener
un televisor, sino en no saber ejercer un criterio en la selección de programas, y
no permitir que la misma rompa los valores de la relación familiar. Es necesario
entender que; “Todo me es lícito, pero no todo conviene. Todo me es lícito, pero
no todo edifica” (1 Corintios 10:23). Es bueno saber lo que es lícito, y que no
edifica, para poder establecer un criterio educativo en nuestros hijos. No hay
que renunciar a los recursos tecnológicos, pero sí tenerlos bajo control, para que
no interrumpan nuestra única forma de mantenernos en acuerdo, que es por
medio de la comunicación familiar.
COMO PROTEGERNOS DE ESTOS PELIGROS
La única manera de fortalecer la unidad familiar en tiempos de división
es mediante un proceso correcto de fortalecimiento de las relaciones personales.

Para lograr esto debemos considerar dos realidades:

 1º. CONOCERNOS. Tratar de lograr que entre los que vivan juntos no
existan secretos, misterios o asuntos ocultos que con el tiempo puedan
entorpecer, como fantasmas, una relación que día a día debe perfeccionarse.
Cuanto más nos conocemos, más deberíamos de entendernos. Este proceso
de conocerse envuelve dos pasos importantes:
LA RELACIÓN: Que es estar juntos.
LA COMUNICACIÓN: Que es expresarnos y dialogar hasta lograr un mismo
sentir. Cuando logramos estas dos cosas, el conocimiento nos lleva a la segunda
realidad de la relación:
 2º COMPRENDERNOS. La comprensión es la absorción del sentir del
otro como mí propio ser. Aquí hemos evolucionado, pues alcanzamos una
unanimidad de criterio que se podría denominar “comunión”, lo cual es la
máxima expresión de la relación humana.
A través del acuerdo pondremos límites a muchas influencias extrañas
que pueden arruinar nuestras vidas, y evitar que los enemigos de la familia se
introduzcan en el hogar. Lograremos fortalecer a nuestros hijos, y ayudarle a
discernir entre el bien y el mal. Podremos discernir cuales son los
valores correctos que pueden aceptarse en la convivencia familiar, y cuáles son
los antivalores que debemos combatir a nivel vivencial, porque a nivel social
poco o nada podremos hacer.

EN QUÉ HAY QUE ESTAR DE ACUERDO


En mi vida personal, mi esposa y yo hemos estado de acuerdo sobre los
mecanismos de disciplina que le impondríamos a nuestros hijos, y le definimos
desde que eran pequeños las normas de conducta que regularían la forma de
censurar la televisión respecto a las influencias eróticas y dañinas que la misma
podría ejercer en su carácter. Ellos aprendieron a tener criterio para censurar lo
que es inmoral. Nunca hemos aceptado el uso del alcohol y tabaco en la casa.
Hemos hablado sobre las reglas morales que deben existir en un hogar cristiano,
y el que no le guste, se puede ir de la casa. A la hora de actuar con nuestros hijos
nos ponemos de acuerdo, evitamos que haya contradicción, y pedimos
discernimiento y sabiduría para que el enemigo no logre sus propósitos;
“destruir, dividir y matar” pues Jesús dijo que: “…Todo reino dividido contra sí
mismo está arruinado. Y ninguna ciudad o casa dividida contra sí misma
permanecerá” (Mateo 12:25). Y eso es lo que desea el diablo. Cuanto más se
fragmenta la sociedad, más violencia se desencadena. He ahí la realidad de los
países Bálticos. Hemos visto como una nación, Bosnia-Herze-Govina se ha
destruido a sí mismo, exterminándose unos a otros. Lo mismo ocurre en
Irlanda del norte, entre los supuestos católicos y protestante, y también azota
muchos países africanos entre tribus hermanas. En nuestra sociedad la violencia
juvenil revela este mensaje: Hogares divididos, en desacuerdos, sin valores,
resultado: Inseguridad ciudadana y delincuencia juvenil, y en medio de esto, un
Estado que cada vez es más tolerante, permisivo y está más a favor de la
proclamación de los antivalores que de los valores cristianos.
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~6~
UNA PROSPERIDAD QUE CAUSA DESTRUCCIÓN
Hemos descrito en el volumen anterior los elementos que fundamentan
los valores del hogar, y como estos están siendo minados por una serie de
influencias externas de antivalores, que restan solidez a la vivencia social. La
decadencia de la autoridad, la pérdida del temor y la falta de ejemplos correctos
son nuestros flagelos actuales, pero detrás de todos ellos hay otros elementos
poderosos que deberemos analizar aparte, principalmente el concepto de una
felicidad que emana de la prosperidad, lo que denominaré “materialismo
práctico”, y el poder del un gobierno que crea un super-estado, globalizando los
elementos económicos, culturales y pro-ductivos. Quiero reflexionar sobre “el
poder de los poderes”, que es “el dinero”, el cual trata de forjar un bienestar y
una prosperidad sin necesidad de los valores cristianos.
EL PODER CORRUPTOR DEL DINERO
¿Sabes cuál es la fuente de la corrupción? La ambición. ¿Y sabes de dónde
vienen los pleitos y las contiendas entre los hombres? Del deseo de tener; de la
envidia, codicia y avaricia, que es idolatría (Colosenses 3:5). Es ella la que
produce los desniveles sociales. La que lleva a los hombres a derrumbar los
muros de la moral tradicional para obtener, de cualquier forma, los bienes de
este siglo, dando lugar al soborno y la injusticia: “Porque yo conozco vuestras
muchas rebeliones y vuestros grandes pecados: que hostilizáis al justo, que
tomáis soborno y que hacéis perder su causa a los pobres en el tribunal (Amós
5:12).El dinero lleva a unos a la explotación, otros a la desesperación, y a
muchos a la corrupción. Es la que más combate en nuestros miembros para
dominarnos. El dinero corrompe las pasiones, para forjar negocios que
destruyen. El apóstol Santiago afirma:”¿De dónde vienen las guerras y de
dónde los pleitos entre vosotros? ¿No surgen de vuestras mismas pasiones que
combaten en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis y ardéis de
envidia, pero no podéis obtener. Combatís y hacéis guerra. No tenéis, porque
no pedís. Pedís, y no recibís; porque pedís mal, para gastarlo en vuestros
placeres” (Santiago 4:1-3).
Somos bombardeados por consignas materialistas. Como hemos
señalado, los padres sacrifican el tiempo que podrían dedicarles a sus hijos para
trabajar, y alcanzar un mejor nivel de vida. Se ha tenido el falso concepto de que
la felicidad depende del “capital”. Se trató de establecer un régimen social justo,
basado en los principios del comunismo, que distribuyera, de forma justa, las
riquezas, y afianzara el poder de “ser”, y no el poder de “tener”[52] proclamado
por la filosofía capitalista. Pero este sistema fracasó, y porque dentro del mismo
muchos cayeron en un capitalismo de estado. Se trató de cambiar el corazón
egoísta del hombre mediante leyes impositivas. y a través de una dictadura que
llegó a cometer injusticias tremendas[53].
El problema de la injusticia no se resuelve con leyes, sino con cambios de
actitud. El mal que destruye familia y sociedad es el egoísmo que engendra la
avaricia, y esta semilla la tenemos todos, y solo naciendo de nuevo podemos
liberarnos de ella. Dice la Palabra al respecto en Eclesiastés 5:10:”El que ama el
dinero no quedará satisfecho con dinero, y el que ama las riquezas no tendrá
beneficio. También esto es vanidad”
LA ACTITUD CRISTIANA FRENTE A LOS BIENES
¿Qué es avaricia?[54] Es el deseo convulsivo por tener. Es dependencia a
las cosas como fuente de felicidad. Es el acumular bienes, y otorgarle poderes
sobre nuestra vida. Es darle cabida a la ambición, que desencadena la codicia.
¿Qué es codicia?[55] Querer acaparar bienes y tener más de lo que otros tienen
lo cual genera la envidia. En Éxodo 20:17 uno de los
mandamientos establece; “No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás
la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa
alguna que sea de tu prójimo”. Cuando alguien incuba esta codicia, que nace de
la envidia, es capaz de buscar, por caminos falsos, el tener lo que
desea:”Codician los campos y los roban; codician las casas y las toman.
Oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad” (Miqueas 2:2).
Cuando el materialismo práctico domina, se establecen parámetros
comparativos en las relaciones humanas, y se lucha por alcanzar ciertos niveles
sociales, olvidando principios y valores. El dinero nos lleva a tener, y el tener se
convierte no solo en un medio para vivir, sino en una meta pasa ser[56].
POSICIÓN CRISTIANA FRENTE AL TENER
Debemos entender cuál debe ser la actitud cristiana frente a las cosas, y
forjar un estilo de vida en donde el dinero, la avaricia y el deseo de tener no
opaque el amor, la relación y el servicio a los demás. Para ello debemos definir
los principios bíblicos de estas verdades. Esto nos lleva a establecer tres
elementos que, según su posición, determinarán nuestra actitud y relación
social[57].
Dios es soberano, en todo y sobre todo es Señor. Nosotros somos su
creación, y las cosas son recursos para servirnos. Dice Génesis 1.28; “Dios los
bendijo y les dijo: “Sed fecundos y multiplicaos. Llenad la tierra; sojuzgadla y
tened dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales
que se desplazan sobre la tierra“. Noten que el hombre se iba a enseñorear de
las cosas; “sojuzgadla y tener dominio“, y no eran las cosas las que iban a tener
el dominio sobre el hombre.
El tener es subsecuente del vivir, trabajar, servir, y amar. Nunca los
bienes pueden equipararse a las personas. Aceptamos el “vivir” como más
importante que el “tener”, y sujetamos este deseo de “tener” tan solo a las
prioridades básicas de la existencia:”Así que, teniendo el sustento y con qué
cubrirnos, estaremos contentos con esto” (1 Timoteo 6:8). Esto no imposibilita
que podamos alcanzar bendiciones superiores, las cuales serían consideradas
“una gracia de Dios”, y esta prosperidad no debe afectar nuestra dependencia en
Dios, ni nuestra relación con los demás, por lo que debemos tomarla de la
misma forma que si hubieran situaciones de pobreza como dice Filipenses 4:12:
“Sé vivir en la pobreza, y sé vivir en la abundancia. En todo lugar y en todas
las circunstancias, he aprendido el secreto de hacer frente tanto a la hartura
como al hambre, tanto a la abundancia como a la necesidad”. Lo
importante es aceptar la soberanía de Dios sobre todas las circunstancias, como
afirmó el apóstol Pablo antes de hacer esta confesión en Filipenses 4:11; “.. Pues
he aprendido a contentarme con lo que tengo”.
CUANDO LOS BIENES SON LOS QUE DOMINAN
¿Qué ocurre cuando somos dominados por los bienes materiales. En el
siguiente gráfico veremos cómo las cosas llegan a ocupar un espacio igual a las
personas, o sea, equiparamos los bienes a las personas, por lo que comienzo a
valorar a las personas por lo que poseen. Tengo ahora a Dios, y a la vez mis
bienes. Lentamente estos ocupan un lugar más elevado en nuestras vidas.
Aquí aparecen la discriminación, comparación, diferencias entre ricos y pobres,
entre sabios e ignorantes etc. Nacen las castas, clases sociales, argollas y
privilegiados. Esta realidad cambia nuestro comportamiento social. En el
ejemplo lo vemos por ejemplo en como nuestra sociedad iguala el tener con el
ser. Ahora las cosas no son una añadidura, sino un objetivo. Jesús es una cosa
más, los bienes dominan sobre Dios. ¿Y es qué los bienes se convierten en
objetivo? ¡Sí! Cuando el deseo o la falta de estos bienes producen en nosotros
una preocupación que nos lleva al afán y a la vez origina la envidia. Jesús dijo en
Mateo 6:25: “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de
comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No
es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?”.El maestro
expone el peligro de la preocupación de los discípulos por los bienes materiales,
y usa la expresión “afán” que significa “deseo de tener o poseer algo“, con lo
cual entramos en la cadena que origina la codicia, y que lleva a la avaricia. Una
vez que hay preocupación por las cosas materiales, caemos en el deseo de que no
nos falte nada, sobrevalorando el tener. Entonces aparece el amor al dinero; 1
Timoteo 6:10:”porque el amor al dinero es raíz de todos los males; el cual
codiciando algunos, fueron descarriados de la fe y se traspasaron a sí mismos
con muchos dolores”. ¿Puede la preocupación por los bienes materiales afectar
nuestras relaciones humanas? Sin la menor duda, “SÍ”, nos afecta, porque en
nuestro deseo de tener bienes, claudicamos o venderemos nuestros principios,
lo que ocasiona un deterioro moral en todos los ámbitos de las relaciones
humanas. Recordemos que Judas vendió a su maestro por 30 piezas de plata
(Mateo 26:15) y Ananías y Safiras, por amor al dinero, trataron de engañar a los
discípulos, no dando lo que habían prometido (Hechos 5:1.11).
Cuando los bienes materiales) se interponen entre las personas, nuestra
relación se vuelve conflictiva. Esto impide una correcta comunicación. El interés
aparece, pues el tiempo vale oro. La sinceridad se pierde, y la envidia domina.
Entonces ponemos entre los hijos y los padres objetos que tratan de dar
felicidad, y ocupar el espacio que la falta de relación física afectiva deja. Es
cuando uno vale por lo que tiene, y no por lo que es. Es cuando medimos el éxito
por las riquezas, el automóvil, la casa, la ropa etc. Es cuando establecemos
parámetros que miden a las personas por su condición económica y social. Nos
volvemos interesados. Aparece la hipocresía social, la falsa apariencia, el deseo
de demostrar que tengo y puedo, entonces cedo al crédito fácil, al trabajo
desesperado, al superarme a costa de cualquier precio. Fácilmente entra el
engaño, la mentira y la corrupción. Aparece la traición, el fraude, el soborno. Es
cuando las relaciones humanas pasan por la escala del “tener”, perdiéndose el
sentido correcto de amor y del darnos a los demás. Todo esto forja una relación
incorrecta. Lo triste es que esta actitud o espíritu humano pecaminoso invaden a
muchos cristianos, víctima de una mal llamada teología de la prosperidad.
CUANDO LA CODICIA REINA EN EL CORAZÓN
Pero la codicia genera la avaricia, elevando así el poder de “tener” a una
dimensión superior. Llegamos a depender tanto de las cosas, que desplazamos
la confianza y la soberanía de Dios en nuestras vidas a un segundo plano,
acomodándonos al bienestar, y perdiéndose el espíritu de entrega a los demás.
Dios queda marginado a ciertos parámetros de nuestra sociedad, lo encerramos
en la iglesia, y forjamos una religiosidad vacía de amor y compromisos. Es
entonces cuando los bienes no solo se interponen entre los hombres, sino que
lentamente se coloca entre el hombre y Dios. Para entender mejor este aspecto
mostraremos la siguiente ilustración: El bienestar bloquean las relaciones
humanas y espirituales. Cuando el materialismo práctico domina, y el “tener” es
una meta del vivir, ocurre lo siguiente; Nuestra fe se vuelve interesada; solo
buscamos de Dios las bendiciones materiales, exaltando el tener más que el ser y
servir. Los Bienes son un obstáculo para consagrarnos al Señor, y nos
afanamos tanto a ellos que olvidamos algunas cualidades cristianas; sólo
buscamos de Dios las bendiciones materiales, y nos olvi-damos de compartir,
servir al necesitado, dedicarle tiempo a los hijos etcétera. El deseo de obtener
bienes de consumo se convierte en una obsesión que lleva a valorar las
relaciones humanas en base a los bienes que las personas poseen, naciendo el
interés, que a su vez crea los parámetros que determinan los niveles sociales.
Cuando esto ocurre, Dios queda opacado, y las riquezas se convierten en nuestro
“dios” como dice la Palabra en Deuteronomio 32:15:[58] : “Jesurún se engordó
y dio coces. (Te hiciste gordo, grueso y rollizo.) Y abandonó al Dios que lo hizo;
desdeñó a la Roca de su salvación”. Y todo como consecuencia de una
prosperidad que invadió el espacio que debía ocupar Dios.
LAS CAUSAS DE MUCHOS PROBLEMAS DE
RELACIÓN
No existe en el mundo un elemento que genere más con-tienda, pleitos,
corrupción y violencia que el deseo de tener, el “amor al dinero”. Éste lleva a las
prácticas más bajas, y muchos le venden su alma al diablo por obtener el poder
económico. El dinero ab-sorbe, arrastra, envuelve a los que desean bienestar.
Destruye la integridad, la honestidad y la moral cristiana. Podemos afirmar que
muchos valores morales son destruidos cuando el deseo de tener controla
nuestros pensamientos, cayendo cautivos en los brazos del consumismo, que a
su vez nos encierra en las rejas terribles del crédito fácil, del cual muchos se
hacen esclavos.
Si deseamos determinar las bases de una relación correcta, podemos
afirmar que ésta nace de un amor que no tiene intereses de por medio. Esta
relación, sin nada de por medio, es el amor que nace de Dios. Es la base que
fortalece las relaciones familiares, eclesiásticas y sociales. Es lo que San Pedro
llamó “Amor Fraternal”: “Habiendo purificado vuestras almas en obediencia a
la verdad para un amor fraternal no fingido, amaos los unos a los otros
ardientemente y de corazón puro;” (1 Pedro 1:22). “Y por esto mismo,
poniendo todo empeño, añadid a vuestra fe, virtud; a la virtud, conocimiento;
al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, perseverancia; a la
perseverancia, devoción; a la devoción, afecto fraternal; y al afecto fraternal,
amor” (2 Pedro 1:5-7). Notemos que el amor fraternal debe ser “no fingido,
ardiente y de corazón puro” y además, es necesario poner empeño en él como
un elemento que evita la corrupción, dominante en el mundo del cual salimos, y
que se menciona en 2 Pedro 1:4: “Mediante ellas nos han sido dadas preciosas
y grandísimas promesas, para que por ellas seáis hechos participantes de la
naturaleza divina, después de haber huido de la corrupción que hay en el
mundo debido a las bajas pasiones”
Cuando los bienes no están puestos en el lugar correcto se afecta nuestra
vida total. El problema no es negar la posesión de bienes, o renunciar a ellos,
sino colocarlos en el lugar apropiado, y evitar que éste influya en mi conducta.
Cuando el “tener bienes” es importante, y una prioridad del vivir, nuestra vida
enfrentará conflictos en muchas áreas de las relaciones humanas y espirituales.
Los bienes, en esta situación, se interponen entre yo y los demás, y entre Dios y
mi vida, no pudiendo practicar un amor sincero, desinteresado y de entrega
absoluta: Los bienes se interponen entre Dios y los hombres, y entre hombre
con hombre, creando barreras que engendran “egoísmo”, pues vivimos para
“tener” y no para “ser”, ocurriendo grandes males en las relaciones humanas. En
esta condición “el tener bienes” se convierte en una “maldición”. Es ahí donde
el Señor trata de enseñarnos que no debemos dejar que el “tener” destruya los
valores morales que envuelve el vivir confiando en su misericordia y bendición.
EL DIOS QUE PROSPERA Y BENDICE
¿Se atrevería alguien a negar que Dios bendice y prospera a sus hijos?
Toda la Biblia nos muestra el poder sustentador y proveedor de Dios para sus
hijos. Cuando Moisés fue llamado a libertar a su pueblo, el Señor le prometió
que les llevaría a una tierra “que fluiría leche y miel” (Éxodo 3:8) y prometió
bendecir la tierra que su pueblo trabajara, siempre y cuando fueran fieles a sus
mandatos: “Guardad, pues, las palabras de este pacto y ponedlas por obra,
para que prosperéis en todo lo que hagáis” (Deuteronomio 29:9).“Entonces
serás prosperado, si cuidas de poner por obra las leyes y los decretos que
Jehová mandó a Moisés para Israel. Esfuérzate, pues, y sé valiente. ¡No temas
ni desmayes!” (1 Crónicas 22:13). Si la ley de Dios regula la posesión de bienes,
estos jamás serían un estorbo para glorificar al Señor, pero si los bienes
desplazaban a Dios, entonces la prosperidad se convertía en maldición. Es
importante determinar que la prosperidad no es una meta espiritual o
milagrosa, sino el producto de una obediencia al Señor. La prosperidad está
relacionada con el trabajo ejecutado por nuestras manos. No se tienen bienes
como producto de una acción mágica, tipo lotería, o por invertir en la bolsa de
valores de Dios, sino como premio a un esfuerzo que hacemos por obedecer el
mandamiento del Creador dado a Adán; “Con el sudor de tu frente comerás el
pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado. Porque polvo eres
y al polvo volverás”(Génesis 3:19). Dios ha prometido prosperar todo aquello
que nuestras manos hagan, si somos buenos mayordomos: “Jehová tu Dios
hará que sobreabundes en toda la obra de tus manos, en el fruto de tu vientre,
en el fruto de tu ganado y en el fruto de tu tierra. Pues Jehová volverá a
gozarse en ti para bien, así como se gozó en tus padres“(Deuteronomio
30:9).”Entonces, cuando siembres la tierra, él dará lluvia a tu sembrado. El
alimento que produzca la tierra será sustancioso y abundante. En aquel día
tus ganados serán apacentados en amplias praderas” (Isaías 30:23).
Somos prosperados cuando trabajamos de forma sosegada, obteniendo lo
necesario, sin afán ni ambición. Si Dios da más, pues amén, seguiremos
trabajando igual. Los bienes deben ser producto del trabajo, y deben obtenerse
para glorificar a Dios, suplir nuestra necesidad y también la de los hermanos
necesitados: “En todo os he demostrado que trabajando así es necesario
apoyar a los débiles, y tener presente las palabras del Señor Jesús, que dijo:
Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35, ver también 2
Tesalonicenses 3:6-10). Cuando al tener más se deja de dar, la semilla de la
codicia está naciendo. Cuando al tener bienes nos acomodamos y le rendimos
culto a las cosas, vamos camino a la avaricia, que es idolatría (Col 3:5).
CUANDO LA BENDICIÓN SE VUELVE
MALDICIÓN
Los relatos bíblicos están llenos de situaciones como esta: Cuando Israel
era liberado, y prosperado por Dios, se apartaban de Él, y se volvían a la vanidad
e idolatría. Cuando lo perdían todo, por medio del cautiverio y la esclavitud,
clamaban a Dios, y se arrepentían. Este es el mensaje que continuamente
encontramos en los libros históricos del Antiguo Testamento. Nehemía lo
expresó claramente cuando escribió en el capítulo 9:28; “Pero una vez que
tenían paz, volvían a hacer lo malo delante de ti, (referencia a Dios) por lo
cual los abandonaste en mano de sus enemigos que los dominaron; pero
volvían a clamar otra vez a ti, y tú desde los cielos los oías y según tus
misericordias muchas veces los libraste”. Si a una persona le prestó $50
dólares, a otro $100 y a otro $1000, y se les perdono a todos la deuda ¿quién
debería estar más agradecido? Aquel a quien más se le perdonó. Si un país o
persona es bendecido por Dios con prosperidad material; ¿no deberían ser más
agradecidos a Dios que aquellos que recibieron menos? Pero en la práctica no es
así.
Hay una realidad que he comprobado al viajar por casi todos los países
prósperos de Europa y los pobres de Latino América. En donde la gente vive
mejor y tiene más, el bienestar ha opacado el compromiso con Dios, y los
creyentes son más egoístas, tienden a reducir los valores morales, y se fabrican
los antivalores que dominan el sistema. ¿De dónde vienen las modas y las
influencias anticristianas? Además, la entrega al Señor se vuelve superficial y
religiosa. Es por ello que el cristianismo está en proceso de regresión en estos
lugares. En los Estados Unidos y en la Europa próspera, la tendencias es a que
las iglesias queden vacías, y se conviertan en recuerdos históricos, museos a
donde sólo se va los domingos, o cuando hay calamidad, como ocurrió en los
Estados Unidos durante la guerra del golfo pérsico, cuando los templos se
llenaron clamando por la victoria de sus tropas. Pero una vez que pasó la crisis,
cada cual volvió a lo suyo, los templos quedaron de nuevo semi-vacíos, y fueron
a rendirle culto al “dios prosperidad”. Mientras que en los países ricos el
cristianismo está en proceso de extinción, en los pobres (del tercer mundo)
ocurre todo lo contrario. Cuanta más miseria y crisis confrontan estas naciones,
más poderosa se hace la Iglesia. Esto refleja que cuando no se sabe asimilar la
prosperidad, de acuerdo al parámetro moral de la Palabra, la bendición del
tener se convierte en una maldición que nos aleja de Dios.

COMO EL DINERO DESTRUYE LA MORAL


Cuando el mundo se vuelve materialista, y el poder económico domina,
aparecen, como caldo de cultivo, antivalores que lentamente socaban la moral
cristiana, y es que actualmente existen tantos males generados por la
ambición del dinero que incluso muchas empresas mercantiles deben su
existencia a la explotación sin medida que se hace a los recursos naturales
(destrucción ecológica), y a la promoción continua de antivalores cristianos,
(promoción del vicio, carnalidad y egoísmo). En el afán de enriquecimiento se
promueven los juegos de azar: loto, quinielas, lotería, bingo, casino, etc.,
naciendo los enfermos ludópatas. En el deseo de explotar la pasión se crean
centros de prostitución, trata de blancas, pornografía, etc. proliferándose el
SIDA. Y para obtener dividendos substanciosos se lleva a la gente al deseo de
tener mediante los préstamos fáciles con intereses altos, lo que la Biblia llama la
usura, cayendo muchos en depresión y quiebra. Los empresarios explotan a los
trabajadores, y el tráfico de influencias y el soborno se convierten en prácticas
rutinarias, de manera que ser honesto es sinónimo de ser “tonto”, pobre y
moralista, por lo que la integridad se convierte en un valor caduco.

La Biblia enseña mucho sobre estos elementos destructivos de la moral,


que hoy dominan a gobiernos y empresas. Para que veamos la realidad de ello,
enfocaremos algunas de estas realidades que podríamos denominar
“corrupción materialista” y la cual está detrás de la crisis de valores que vivimos:

1. Cuando los negocios se corrompen:

Hay muchas formas de corrupción en los negocios. La venta de productos


dañinos a la salud, como por ejemplo el engorde artificial de animales con
sustancias químicas que repercuten en la salud del consumidor. La alteración
del valor real del peso, medida o contenido, o la adulteración de los productos.
Las ofertas fraudulentas usando los medios de comunicación están al orden del
día ofreciendo bienes mágicos. De ello dice la Palabra; “No tendrás en tu bolsa
pesa grande y pesa chica”, indicando la alteración del peso, (Deuteronomio
25:13 ver también Proverbios 11:1, Oseas 12:7). “Acumular tesoros mediante la
lengua de engaño es vanidad fugaz de los que buscan la muerte” .Por lo que
hace referencia a las falsas ofertas (Proverbios 21:6).
2. El uso de la usura (altos intereses) y del crédito fácil.
Nuestra sociedad ha sido invadida por las “tarjetas de crédito”, con la cual
millones de personas compran hoy, para pagar después, con intereses que a
veces llegan en algunos países al 16 y 20% anual. El crédito es la trampa
diabólica más sagaz que embarga a la mayoría de los cristianos de los países
prósperos. La Palabra acepta el préstamo siempre y cuando no empobrezca al
que pide, y no enriquezca al que presta: “Si das prestado dinero a algún pobre
de mi pueblo que está contigo, no te portarás con él como usurero, ni le
impondrás intereses” (Éxodo 22:25 Ver Levítico 25:36). San Pablo recomienda
a los cristianos que eviten el crédito, y que si deben algo, lo paguen pronto, para
estar libres de las trampas del diablo; “Pagad a todos lo que debéis: al que
tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que
honra, honra. No debáis a nadie nada, salvo el amaros unos a otros; porque el
que ama al prójimo ha cumplido la ley”(Romanos 13:7-8). No podemos aceptar
el crédito como una bendición, ni predicar sobre su uso en la iglesia. Es
importante notar que el dar sin interés al que necesita es una cualidad
recomendada por Dios para sus hijos: “Le abrirás tu mano con liberalidad, y
sin falta le prestarás lo que necesite” (Deuteronomio 15:8). “Más bien, amad a
vuestros enemigos y haced bien y dad prestado sin esperar ningún provecho.
Entonces vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo; porque
él es benigno para con los ingratos y los perversos.” (Lucas 6:35 Ver también
Salmo 112:5).
3. Explotación laboral.
Es una de las acciones más comunes del mundo de hoy, y la más
repudiada por Dios. Las Sagradas Escrituras estipulan que aquellos que tienen
empleados deben observar las normas legales de la ley mosaico: “No explotes al
jornalero pobre y necesitado, tanto de entre tus hermanos como de entre los
forasteros que estén en tu tierra, en tus ciudades. En su día le darás su jornal.
No se ponga el sol antes de que se lo des, pues él es pobre, y su alma lo espera
con ansiedad. No sea que él clame a Jehová contra ti, y en ti sea hallado
pecado“ (Deuteronomio 24:14-15). Es interesante notar que la justicia laboral
dada por Dios establecía los mismos derechos tanto para los nacionales, como
para los extranjeros.
En nuestro mundo actual a los extranjeros se les explota de forma
inhumana, y por el hecho de ser pobres e inmigrantes se les trata de forma
diferente, marginándolos de muchas prestaciones sociales que tienen los
nacionales, siendo injusto ante los ojos de Dios tal actitud ejecutada por
naciones que dicen vivir “bajo los valores cristianos”. Pero la ley va más lejos,
establece castigos para el que no pague lo justo, y defraude al jornalero. Noten
el término “y en ti sea hallado pecado”, y después Jeremías 22:13 amonesta:”Ay
del que edifica su casa sin justicia, y sus salas sin derecho, sirviéndose de su
prójimo de balde, sin pagarle su salario”.
A la hora de juzgar al defraudador, la Biblia lo compara igual que al
adúltero, hechicero y al que jura mentira (ver Malaquías 3:5). Pero en el Nuevo
Testamento la recriminación al explotador es más severa todavía. Santiago 5:1-6
tienen una fuerte amonestación a las riquezas hechas como producto de la
explotación del obrero, y en el verso 4 afirma: “He aquí clama el jornal de los
obreros que segaron vuestros campos, el que fraudulentamente ha sido
retenido por vosotros. Y los clamores de los que segaron han llegado a los
oídos del Señor de los Ejércitos“. La injusticia y la desigualdad social, producto
de la explotación de los poderosos, es una de las acciones más repudiable de
nuestros tiempos. Como cristianos debemos combatir esta explotación, pues ella
hace descender tremendamente el parámetro moral. Al respaldar la injusticia,
miseria y hambre de un mundo marcado por los desniveles sociales y que traen
como producto el robo, la violencia y el engaño, nos hacemos cómplices del
pecado.
4. La búsqueda del dinero fácil.
Pero lo peor de todo es que el deseo de tener bienes sin trabajar lleva al
hombre a diseñar métodos fraudulentos (por no decir tramposos) para obtener,
de forma fácil, riquezas. Es ahí cuando nace el fraude, soborno, chantaje y todo
género de corrupción económica. Ciertas corrientes teológicas catalogaron el
trabajo como una maldición, pues fue parte del juicio edénico. Considero que la
pereza es más maldición que el trabajo. Trabajamos como consecuencia de la
desobediencia, y es el medio determinado por Dios para sostenernos y vivir
holgadamente. Esta es la enseñanza clara de los apóstoles; “A los tales les
ordenamos y les exhortamos en el Señor Jesucristo que trabajando
sosegadamente coman su propio pan” (2 Tesalonicenses 3:12). Y si hay algo en
lo cual debemos de exhortar a los hermanos, es en cuanto a combatir la pereza
que es pecaminosa en la vida cristiana; “no siendo perezosos en lo que requiere
diligencia; siendo ardientes en espíritu, sirviendo al Señor” (Romanos 12:11 ver
también Hebreos 6:12 y Proverbio 24:31).
Cuando los cristianos aceptaban al Señor, debían dejar cualquier forma
ilícita de obtener bienes, y trabajar con sus manos. El que no trabaje, no coma,
como dice 2 Tesalonicenses 3:10. Así que debemos adoptar los principios dados
por los Apóstoles como dice Efesios 4:28:”El que robaba no robe más, sino que
trabaje esforzadamente, haciendo con sus propias manos lo que es bue-no,
para tener qué compartir con el que tenga necesidad”. Toda acción que facilite
la obtención de dinero que no sea como producto del trabajo, entra al plano de
lo inmoral y fraudulento, y en tal caso “es mejor lo poco con justicia que gran
abundancia sin derecho” (Proverbios 16:8). El deseo de tener ha producido
fenómenos de comportamientos que van contra la ética cristiana, y debemos
abstenernos de ello. Nuestro mundo está lleno de fraude. Ello es producto de
una avaricia galopante, que consume las vidas de los que en ella caen cautivos,
es por ello que Jesús dijo: “–Mirad, guardaos de toda codicia, porque la vida
de uno no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lucas 12:15) y “el
que tiene ganancias injustas perturba su casa, pero el que aborrece el
soborno vivirá” (Proverbios 15:27). Y en el día del juicio final Dios juzgará al
hombre por su conducta material en la tierra, así que:“vuestro oro y plata están
enmohecidos; su moho servirá de testimonio contra vosotros y devorará
vuestra carne como fuego. ¡Habéis amontonado tesoros en los últimos
días!”(Santiago 5:3). Y todo ¿para qué? Para ser infelices y reos de juicio. Está
claro que el dinero tiene poder contaminante. La única garantía para evitar su
seducción es poner al Señor sobre todo, y aceptar los bienes como parte, sin
dejar que éstos dominen nuestro corazón. Entendamos bien esta lección para no
ser manipulados y recordemos aquel pensamiento chino que dice “El error es
intentar alegrar nuestro corazón por medio de las cosas; la verdad es que
tenemos que intentar alegrar las cosas con nuestro corazón”.
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~7~
EL PELIGRO DEL “SUPER-ESTADO”
Los errores humanos crean las condiciones para que los gobernantes se
tomen poderes para interferir de la vida íntima de las personas. No podemos
negar que hay padres que abusan de su familia, y es ahí cuando el Estado entra
en escena, listo para proteger y garantizar la convivencia de todos dentro de un
régimen de legalidad, en donde nadie viole los derechos del otro, ni haya
despotismo.
Los gobiernos humanos nacen como producto de la necesidad de regular
la convivencia entre unos y otros, formándose así una comunidad, sea caserío,
aldea, pueblo o nación. Dios está detrás de todo gobierno, y Él mismo estableció
el orden de éste. La Biblia afirma en Romanos 13:1-3: “Sométase toda persona a
las autoridades superiores, porque no hay autoridad que no provenga de
Dios; y las que hay, por Dios han sido constituidas. Así que, el que se opone a
la autoridad, se opone a lo constituido por Dios; y los que se oponen recibirán
condenación para sí mismos. Porque los gobernantes no están para infundir el
terror al que hace lo bueno, sino al que hace lo malo. ¿Quieres no temer a la
autoridad? Haz lo bueno y tendrás su alabanza”. Sin embargo debemos
cuestionar hasta donde puede tener derecho un gobierno humano para
intervenir en la vida familiar. Alguien afirmó que: “Cuando el gobierno teme a
sus ciudadanos, entonces se tiene democracia, pero cuando sus ciudadanos le
temen al gobierno, entonces lo que se tiene es una dictadura”.
PREDOMINIO DEL SUPER-ESTADO:
Hemos visto cómo los errores humanos en el ejercicio de la autoridad han
dado lugar a que el Estado se tome atribuciones que no le corresponden. Frente
al descuido de los padres, o por el abuso de éstos al ejercer una autoridad
incorrecta, el estado interviene y le-gisla, proclamando leyes que controlen
aspectos de la relación familiar. Es entonces cuando el estado adquiere el papel
protector de los hijos, anulando los derechos de los padres, o restándole
autoridad a los principios bíblicos tradicionales.

Cuando la relación familiar se deteriora, y aparecen las consecuencias


sociales de estos males, el gobierno asume más protagonismo. Establece leyes
que atentan contra los principios morales del cristianismo. Tratando de
remediar un mal, crean otro peor. Podríamos citar muchos ejemplos, pero tan
solo haré referencia a algunos de ellos. Siempre que la balanza se inclina hacia
un lado, aparecen fuerzas que la hacen ir al lado contrario, rompiéndose el
equilibrio. Debemos tener presente que todos los extremos, por más buenos que
sean, son peligrosos. Se han dado casos de padres que abusan de sus hijos
físicamente -con golpes brutales-, o sexualmente, incesto- (porque son padres
enfermos psicológicamente), y partiendo de estos hechos aislados, pero en
aumento en un mundo enfermo, los gobernantes determinan legislar
prohibiendo el castigo físico de los padres a hacia los hijos (disciplina),
estableciendo interrogatorios en las es-cuelas sobre la conducta que los padres
tienen con éstos, y se les enseña a los niños a que no deben permitir que sus
padres le castiguen, y en tal caso, deben denunciarlos, dando lugar a una
invasión de la intimidad familiar.

En estos casos los móviles son buenos -proteger a los niños del maltrato
de padres enfermos-, y las causas lógicas -el Estado es garante del bien común-,
pero lentamente, y por razones justificadas, el Estado absorbe el papel de la
familia, y anula los principios de autoridad según la Palabra[59]. Sería bueno
definir que es corrección y que es represión, como hemos señalado
anteriormente, y aunque el Estado debe castigar la violencia familiar, de
cualquier índole, se hace necesario determinar ¿qué es violencia familiar?, en
vez de adoptar medidas radicales. Esto representaría que los padres tienen
derechos de corregir a sus hijos siempre y cuando lo hagan dentro de ciertos
postulados correctos que excluyen la tortura y crueldad física y verbal. ¿Sería
lógico, debido a la imprudencia con las leyes de tráfico que algunos
automovilistas tienen, se prohíba a las personas conducir a menos de que lleven
un policía al lado?
Hay derechos y hay deberes en la relación padre-hijos e hijos-padres, y el
Estado debe respetar esto, siempre y cuando se haga dentro de un marco de
legalidad. Así que un padre puede darle una buena nalgada en el trasero a su
hijo, después de ser amonestado, haya incurrido en una falta, pero no debe
pegarle con un palo, violentamente, fracturarle un hueso u otra herida, porque
eso sí es delito condenado aun por la Palabra de Dios.

EL ESTADO Y LA EDUCACIÓN SEXUAL


Como han aparecido serios problemas de enfermedades de transmisión
sexual, principalmente en la juventud, y entre ellas el mortal SIDA, y se ha
afirmado que los padres no saben educar a sus hijos en esta área, el estado ha
ordenado, en muchos países, que el ministerio de educación introduzca dentro
de sus planes de enseñanza la educación sexual en las escuelas públicas,
adoptando para ello la filosofía liberal del mundo secular[60], desposeída de
valores cristianos, la cual proclaman la “bendición profiláctica del uso de
preservativos para cuidar nuestras relaciones sexuales (condones)”, alentando
así la promiscuidad entre los jóvenes.
Es cierto que muchos padres no están preparados para afrontar la
distorsión y depravación sexual que sufre nuestra sociedad, pero ¿quién es el
culpable de ello? El mismo estado, el cual permite la pornografía, y no censurar
la televisión ni el cine, que siembran, con toxinas sexuales inmorales, la mente
de niños y jóvenes hacia acciones contrarias a la moral cristiana (o tradicional),
sembrándose el desconcierto y la proliferación de los deseos carnales. Es la
misma filosofía secular del Estado la que afirma que “se puede tener una
relación sexual segura, fuera del matrimonio, si se usan preservativos” y es el
Estado el que le otorga licencia a las compañías de internet, vídeo porno y líneas
telefónicas calientes (líneas eróticas) para que promuevan las aberraciones
sexuales, que conducen a millones de seres humanos a enfermedades mentales,
que les llevan a crímenes de violencia sexual con niños, jóvenes y adultos, algo
que está de moda en nuestra sociedad[61]. Es el Estado el que da licencia a los
centros de orgías, prostitución y distribución de drogas, como son los casinos,
discotecas y prostíbulos. Ellos quieren ser los protectores de la familia, pero
ellos mismos son las que han socavado sus cimientos, al aceptar leyes inmorales
que van contra el espíritu cristiano.
¿QUIÉN PROMUEVE LA CORRUPCIÓN SOCIAL?
Es el Estado el que anula la moral cristiana de las escuelas públicas
cuando deja que el humanismo y las teorías evolucionistas eliminen el principio
de Dios. El Estado es el que permite se prohíban manifestaciones relacionadas
con Dios en las escuelas, y sin embargo permite a los maestros introducir las
doctrinas de la Nueva Era. En los Estados Unidos, la “Asociación Nacional de
Educación” (ANE) que es un sindicato de los más grandes en esta nación, y que
maneja muchos recursos económicos, promueve y financia la pro-moción de
todas aquellas ideas anticristianas, como la Nueva Era, la educación sexual e
incluso la promoción de la homosexualidad como algo normal dentro de los
planteles educativos. Se han establecido dentro de los centros educativos, y con
la bendición del ANE se ejecutan actividades de meditación trascendentales con
los “espíritus guías”, principalmente la promoción de la adoración a la “Madre
tierra” [62], la antigua diosa “Gaia” que no es otra cosa que una nueva versión
del culto a Baal y el resurgimiento del paganismo, con ropaje de ecología, y que
se hace presente en las nuevas películas de la colección de Wald Disney, como
“Pocahonta”, en donde el espíritu se comunica con ésta a través de los árboles y
la naturaleza. Mientras se promueve la eliminación de todo lo referente a la
enseñanza bíblica en la educación[63].
Conocí el caso de un maestro sancionado por hablarle a sus alumnos de
la segunda venida de Cristo en clase, sin embargo, otros afirman como real el
fenómeno OVNI y practican la “meditación trascendental” estilo yoga, sin ser
censurados. El Gobierno de los Estados Unidos prohibió la oración en las
escuelas públicas en la década del 60, alegando “libertad de religión” y ordenó
eliminar de las paredes las tablas de los diez mandamientos. Ese gobierno, sin
embargo, ha colocado en esas paredes rótulos que promueven el amor libre[64],
y otras medidas tendientes a imponer los antivalores cristianos. Hoy las paredes
de las escuelas han sido tomadas por los estudiantes con “grafitis” que exaltan el
satanismo, las drogas y la sexualidad. Donde antes había una Biblia o una cruz,
ahora hay una estrella con una cabeza de cabra, símbolo del satanismo, o una
esvástica (el emblema del nazismo). Si un joven llega al Instituto con una
camiseta que diga “Dios es amor” se le llama la atención, “por hacer propaganda
religiosa”, pero si lleva una camiseta con símbolos nazis, satánicos o sexuales,
no se le dice nada[65].
CREANDO LOS MONSTRUOS QUE NOS
DEVORAN
Hoy día los gobiernos del mundo se enfrentan a esta realidad: Restaron
valor a la autoridad familiar, y proclamaron los valores liberales del “Estado
laico”, y ahora se enfrenta a una juventud anárquica, que no respeta ese mismo
Estado que trató de ser su benefactor, al proclamar los antivalores cristianos.
Ocurrió lo del cuento del médico que creó a Frankenstein, que fue destruido de
mano de su propia creación maestra.
Muchos gobiernos están siendo arrastrados por un laicismo escéptico que
promueve la eliminación de Dios, proclamando los valores de una
secularización con matices de ateísmo, en donde todos los valores históricos son
barridos del escenario público y social, o colocados en un trastero, para que su
influencia no interfiera en los deseos de un “superestado” que está listo para
erigir su propio dios, que será el anticristo, el cual aparecerá como producto del
nuevo orden mundial que se promueve a través de los postulados de la Nueva
Era. Es entonces que se hará realidad la Palabra, pues aparecerá un gobernante
que;”se opondrá y se alzará contra todo lo que se llama Dios o que se adora,
tanto que se sentará en el templo de Dios haciéndose pasar por Dios” (2
Tesalonicenses 2:4). Hemos visto como en muchos países las fiestas
cristianas se han ido paganizando. La Navidad cada vez tiene menos de
cristiana, y más de celebración secular y mundana, donde el mercantilismo
florece. Antes era Jesús el centro de todo, y la palabra “Feliz Navidad”
dominaba. Lentamente se está cambiando el sentido cristiano de la Navidad por
un “Feliz día”. Ahora el culto a “Santa Claus“ es más importante que la historia
del mensaje del pesebre. La proclamación de los carnavales opacan la
importancia de la Semana Santa, que a su vez se ha convertido en una fiesta más
de diversión y carnalidad, con ofertas de atracciones turísticas. Vemos,
asustados, cómo fiestas diabólicas florecen, entre ella las fiestas de las brujas y
el día de los muertos. En los Estados Unidos la famosa festividad de
“Halloween” (fiestas de brujas) [66] se ha impuesto como una fiesta nacional, a
tal grado, que en esos días (fines de octubre) los emplea-dos de bancos y
empresas que tratan con el público tienen que ir vestidos de acuerdo con esa
fiesta. Recuerdo que el año pasado (1996), por esa fecha, fui al banco, en Miami,
a hacer una diligencia, y la empleada que me atendió estaba disfrazada de
vampira. Todos los empleados estaban disfrazados. ¿Hasta dónde llegan las
influencias diabólicas en nuestro tiempo? Los hechos dicen que estos eventos
cobran fuerza, y los gobiernos los apoyan.
Ahora esas autoridades están alarmadas por el aumento de crímenes con
ritos satánicos que inundan la nación norteamericana. Se tienen cifras
alarmantes sobre el aumento del satanismo y sus ritos sangrientos. Las
autoridades de investigación temen una cadena terrible de actos violentos que
no podrán controlar en el futuro, pues los cultos diabólicos cobran fuerza entre
la juventud fanática del rock y las drogas[67]. La misma sacerdotisa de la Iglesia
de Satanás en Van Nuys, California confiesa que el “heavy metal” es una
herramienta poderosa para reclutar y manipular a los jóvenes hacia esta secta
satánica, que cobra fuerza y poder en los Estados Unidos[68].
UN SISTEMA QUE PROFANA LO SAGRADO
Se hace burla abierta de la religión, y por medio del cine se elaboran
películas que desfiguran la verdad bíblica, y profanan la santidad y la persona de
Jesucristo. Cuando los cristianos protestan, el Estado se hace el sordo,
tolerando tal profanación en nombre de una “libertad de expresión” que todo
lo permite[69]. ¡Qué contraste con la Estados que tienen un patrimonio
fundamentado en la religión musulmana! Estos, con raíces basadas en el Corán,
sean radicales o moderados, no permiten que se profane la figura de su líder
religioso, el profeta Mahoma, y cuando Hollywood quiso hacer una película
sobre él, tuvo que aceptar estos principios, para que el producto pudiera entrar
al mercado árabe, y no se enfrentaran a una protesta islámica a nivel mundial.
¿Y qué condiciones pusieron? Que no apareciera Mahoma de cara, y que la
película fuese fiel al Corán. ¿No pudiera un Estado con raíces cristianas
demandar más respeto a sus principios fundamentales, sean símbolos patrios o
religiosos? Hoy profanan la persona de Jesús, mañana la de los próceres, y por
último la bandera. ¿Y después que sigue?.
No son buenas las comparaciones, ni deseo que se interpreten las mismas
como una defensa a las creencias musulmanas, pues creo firmemente que Jesús
es el hijo de Dios, y que en Él sólo hay salvación, pero vale la pena hacer
referencia al avivamiento de la fe musulmana, y la decadencia de los
valores cristianos en ambas sociedades[70].
COMPARACIÓN ENTRE el MUNDO CRISTIANO,
VERSUS MUSULMÁN
Somos testigo de un crecimiento del integrismo islámico en casi todos los
países del mundo. La gran mayoría de los países árabes están volviéndose al
Corán, que es la biblia de los musulmanes. Muchos estados han legislado
partiendo de las normas establecidas por Mahoma en el Corán. “Alá es Grande”
figura en los lugares públicos y estatales. La educación está impregnada de una
imposición religiosa musulmana, y aunque algunos estados mantienen actitudes
moderadas, como Marruecos, Egipto, Arabia Saudi y Kuwait, no por ello se deja
de enfatizar el valor moral de la doctrina islámica. Otros estados imponen las
leyes Islámicas a la fuerza, adoptando actitudes fanáticas, como Irak y Libia. En
muchos de estos estados está prohibido el uso y venta de bebidas alcohólicas. La
violación sexual se castiga con la castración. El hurto hace que al ladrón le
corten una mano, y si vuelve a robar, le cortan la otra, para que no robe más,
aplicando así también su ley de Talión, que está en el Antiguo Testamento
judío (Ver Éxodo 21:24-25)[71]. En la vivencia familiar son respetuosos con sus
fiestas religiosas, como “El Ramadan“, así como de sus rezos y comidas. En este
aspecto son parecidos a los judíos ortodoxos. El estado apoya estas acciones, y
da feriado en los tiempos de solemnidad “espi-ritual”, según su tradición. No
tienen la verdad, pero actúan mejor que aquellos que la tienen.
Viajando de New York a Oslo, tuve que hacer una escala de varias horas
en el aeropuerto de París. Subí a una zona de espera y me recosté en unos
sillones especiales que tenían. A mi lado había un musulman, con su túnica y
gorrito típico. Cuando eran las 12 del mediodía, sacó una alfombra, se orientó
respecto a la posición hacia donde está la Meca, y tendiendo la alfombra en el
suelo, se arrodilló en ella, extendió las manos, y con su rostro tocó el suelo tres
veces, rezando. Después se puso de pie, comenzó a recitar porciones del Corán,
y de nuevo se tendió al suelo. Así estuvo 10 minutos, para después recoger su
alfombra, acostarse y seguir esperando la salida de su vuelo. Me vino a la mente
aquel pasaje de Ezequiel, cuando después de ver la condición de los cautivos de
Tel-abib dice:“Me levanté y fui al valle, y he aquí que se había detenido allí la
gloria de Jehová, como la gloria que yo había visto junto al río Quebar. Y me
postré sobre mi rostro” (Ezequiel 3:23). En ese momento me hice muchas
preguntas. ¿Por qué nosotros tenemos tanto temor de orar en público? ¿Por qué
somos tan disimulados en nuestra práctica religiosa delante de los demás? ¿Por
qué mientras nosotros tenemos una verdad superior, estamos en una crisis de
moral, y nuestros países son presas de la corrupción general?. La única
respuesta que encuentro es: PORQUE HEMOS OLVIDADO NUESTROS
VALORES PATRIMONIALES.
LOS GOBIERNOS FINANCIAN CAUSAS INJUSTAS
Los gobiernos apoyan causas injustas por el simple hecho de ser laicas, y
a su vez, niegan esos derechos a los grupos cristianos. Muchos estados financian
campañas y exposiciones de contenido inmoral, como la exhibiciones de obras
de artes blasfemas, obscenas y corruptas, que presentó en los Estados Unidos la
“Fundación del Arte”, la cual usando fondos del gobierno, patrocinó las obra de
los pintores Robeth Mapplethorpe y Andrés Serrano, en donde se exaltaba el
masoquismo, y toda clase de aberraciones mentales[72]. Personalmente soy
testigo, en mi trabajo contra las drogas, que en varios países, agencias
gubernamentales e internacionales estaban dispuestas a apoyar campañas de
prevención y rehabilitación contra las drogas siempre y cuando no apareciera
nada de Dios, ni de principios cristianos en la misma.
EL PRINCIPIO DEL GOBIERNO HUMANO
Creo que el principio que rige a las naciones es de Dios. Para que haya
orden tiene que haber ley, y para que la ley funcione se necesita un gobierno. El
apóstol Pablo es claro al respecto en Romano 13:1 “Sométase toda persona a las
autoridades superiores, porque no hay autoridad que no provenga de Dios” y
como cristianos consideramos importante la función de los gobiernos. Sin
embargo, hay un “pero”, y es que los gobernantes no pueden actuar ignorando la
ley moral y natural dada por Dios. Por más laico que quiera ser un Estado, es
necesario que reconozca unos principios básicos de moral, sin caer por ello en el
fanatismo, escepticismo o ateísmo, que poco o nada han servido a la
humanidad.
La familia es el corazón de la sociedad. Los gobiernos aparecen como
producto de la necesidad entre varias familias para forjar una “comunidad”. La
comunidad no puede suplantar la rea-lidad familiar. Si tuviéramos que poner
cada cosa en su sitio, deberíamos enmarcar el principio que da origen a los
gobiernos humanos dentro de esta
realidad: Dios®Hombre ®Familia ®Comunidad ®Gobierno.
Nunca el surgimiento de un Estado puede devorar la esencia del gobierno
familiar. El gobierno coordina y establece normas globales de conducta para la
convivencia entre las diferentes familias, que a su vez deben tener principios
sólidos de gobierno interno. Cuando las familias se desintegran, o no
desempeñan sus funciones correctamente, el Estado entra a tomar control de la
situación, y devora la estructura familiar, originando leyes que tratando de
llenar el vació de las familias que se desintegran, o cometen errores,
imponiéndoles incluso a las que tienen un gobierno correcto, dichas normas,
que anulan los principios de autoridad bíblica de gobierno familiar -el hombre
cabeza del hogar-. Así nace una estructura de un gobierno con poderes
absolutos sobre las acciones de los padres, la educación de los hijos, y la
proclama de los derechos de los niños y la mujer, que muchas veces se salen de
los valores morales, para originar una sociedad con un modelo nuevo de
estructura familiar.

Conclusión: Destrucción de la autoridad familiar, igualdad para todos, y


libertad absoluta para los adolescentes dentro de una educación
permisiva, liberal y sin contenido espiritual, pues el humanismo anula la
realidad vivencial del cristianismo.
La realidad está bien definida, y muchas estadísticas así lo revelan:

2 de cada 3 matrimonios terminan en divorcio.

6 de cada 10 parejas viven juntas sin un matrimonio civil o religioso.

9 de cada 10 delincuentes o drogadictos proceden de hogares desintegrados o


con problemas de alcoholismo o infidelidad conyugal.[73]. La falta de uno de
los padres se considera como una de las calamidades más grande de la sociedad
moderna. De ello afirma John Hagee lo siguiente;“Los llama los <<padres
fantasmas>>.¿Y quiénes son? Un estudio mostró que 60% de violadores, 72%
de criminales adolescentes y 70% de presos con larga condena vivieron en un
hogar sin padre. “Un 40% de niños estadounidenses viven hoy sin sus padres
biológico[74]. Para el año 2000, el gobierno dice que el 60% de los niños
nacidos en Estados Unidos serán ilegítimos”[75]. Es lógico que la falta de un
padre o madre desestabilice la formación de los hijos, pues ambos elementos
son puestos por Dios para el equilibrio emocional de las personas. Cuando
rompemos el equilibrio natural (que sostiene todo nuestro ecosistema), las
consecuencias se tienen que dejar sentir[76].
EVIDENCIA DE LA DECADENCIA SOCIAL
La decadencia de los valores sociales está marcada por una crisis familiar
que se ha agudizado en los últimos 30 años por varias razones: Influencias
materialistas, crisis o prosperidad económica, decadencia del cristianismo,
predominio de los impíos en puestos claves dentro del Estado, la
espiritualización de la iglesia, los cambios políticos, el auge de la secularización
del Estado, más el aumento de las religiones satánicas, etc. Si tuviera que
representar en una gráfica la realidad comparativa de los valores familiares en
los últimos 30 años descubriríamos lo siguiente:

VALORES COMPARATIVOS DEL 1960 AL 1990

1960 1990
Una Cabeza 60% 30%

Temor 70% 20%


Ejemplo 60% 10%

-Acuerdo 80% 15%

En realidad la problemática de los antivalores en el hogar ronda la siguiente


realidad si la comparamos entre 1960 al 1990, hay una decadencia en las áreas
del gobierno, temor, ejemplo y relación. ¿Será posible tan terrible realidad? ¿Y
cómo pudo ocurrir? Los deterioros sociales nunca ocurren de forma abrupta,
sino a través de un proceso lento y “acumulativo”, de forma tal que no
descubrimos el daño hasta que aparecen los problemas. A esto llamaremos
“Efecto acumulativo”.

Para entender mejor esta crisis hay que identificar los valores, los cuales
lentamente fueron absorbidos por los antivalores, creándose dentro de la
sociedad una escala diferente para medir la conducta familiar y social. De
manera que algo que antes era correcto, sólido y firme, ahora es obsoleto,
caduco y fuera de lugar, pues con el cuento de que “los tiempos cambian” y hay
que abrirse al progreso, se mutilan principios, y se establecen criterios
atentatorios con la moral clásica, llamada por los liberales
“fundamentalismo arcaico”. Pero ¿serán tan arcaicos estos principios? ¿No
revela la realidad el fracaso de la antimoral, proclamada por el mundo de hoy, y
en la cual se está forjando una sociedad víctima de violencia, falta de respeto
por la vida, y depravada? Pero ¿conoceremos los valores morales que nacen de
la Palabra de Dios? En la primera parte definimos los valores, ahora
debemos descubrir los antivalores que nos gobiernan, y esto es lo que hemos
hecho. Pero todavía hay más, pues paralelamente al poder del Estado, hay otros
poderes que controlan a los gobiernos, y determinan la nueva moral del mundo
del mañana, y de ello hablaremos en el siguiente capítulo.

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~8~
LOS PODERES QUE SE MUEVEN
A FAVOR DE LOS ANTIVALORES
No podemos negar que detrás de la decadencia moral que vivimos hay
intereses y poderes creados que mueven muchos recursos para imponer sus
ideas, y arrinconar las verdades fundamentales del cristianismo. Pero antes de
ahondar en el tema, debemos definir cuáles son esos poderes contra los cuales
tenemos que luchar los cristianos.
LOS PODERES DOMINANTES
En nuestro mundo estamos sometidos a una lucha espiritual que abarca
diferentes frentes, sin entrar en las especulaciones que hacen los promotores de
la “guerra espiritual”. No podemos ignorar que hay tres poderes -o fuerzas-
operando en diferentes dimensiones de la degradación moral de la humanidad y
que son:

1º Los poderes de las tinieblas. Encabezados por Satanás con sus legiones
de ángeles caídos, y demonios que actúan en todas las esferas del diario vivir de
la humanidad (Efesios 6:12). Su labor es engañar, oprimir y degradar al hombre.
2º Los poderes gobernantes y sociales. Que operan bajo las influencias de
los primeros poderes -las huestes satánicas-, y que tratan de establecer leyes y
mecanismos que restrinjan los valores morales, e impongan los antivalores,
proporcionando incluso recursos para financiar campañas que desde una óptica
bíblica son corruptas. Un modelo de ello es la promoción contra las
enfermedades sexuales, como el SIDA, con la distribución de preservativos
(condones), y las campañas a favor del aborto.
3º Los poderes económicos. Detrás de los cuales se esconden empresas y
transnacionales que obtienen grandes ganancias a costilla de la promoción de
objetos, sustancias o información contraria a la moral cristiana. Dentro de este
grupo existen dos tipos de empresas:
A- Aquellas que son legales pero producen daño a la humanidad, y operan con
el beneplácito de los gobiernos, muchas veces sobornando a éstos para imponer
sus negocios.
B- Y las ilegales, que no son aceptadas, y contra las cuales aparentemente se
lucha, pero su poder tras bastidores mueve grandes influencias dentro del
mundo de la política y la jurisprudencia, como el narcotráfico, el contrabando
de armas y algunos juegos de azar.
EL MIEDO A PERDER MÁS CERDOS
Esta realidad se hace patente en la Palabra de Dios, pues los profetas,
cuando no ofrecían el mensaje que le interesaba a los poderes dominantes, eran
apedreados y echados de la ciudad, haciendo referencia de ello el mismo
Señor: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te
son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, así como la gallina junta
sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste!” (Mateo 23:37).
Jesús sufrió el rechazo de los intereses creados a la hora de ofrecerle
liberación a los oprimidos del diablo. Un hecho singular fue la liberación del
endemoniado gadareno, relato que está en tres de los evangelios, pero que
tomaremos principalmente el que se encuentra en Marcos 5:1-20. Al observar
este acontecimiento, vemos como Jesús libera a un hombre atado y poseído por
las fuerzas del mal, que era violento, y tenía su residencia en los sepulcros, en la
región de los gadarenos. En esa liberación hubo una concesión de parte de Jesús
a los demonios, que no querían quedar en los aires[77], por lo que fueron
pasados a un ato de cerdos, que después se lanzaron por un despeñadero (versos
12-13). El endemoniado quedó libre, y dice la Palabra que la gente del
pueblo; “Llegaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión,
sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo” (Marcos 5:15). Uno
pensará, que de seguro que la gente del pueblo se alegraría al ver a un
conciudadano, que era una amenaza pública, quedar liberado del poder
maligno, pero ¡NO!, al contrario, se molestaron: “ellos comenzaron a implorar
a Jesús que saliera de sus territorios”. (Marcos 5:17). ¿Por qué expulsaron a
Jesús de Gadara? Porque tenían miedo de perder más cerdos, pues dos mil se
precipitaron por un despeñadero (verso 13) y le dijeron a Jesús que se fuera. El
verso anterior los que habían visto la liberación contaron qué como había
acontecido (Marcos 5:16), y esta última parte “lo de los cerdos” no les agradó
mucho, y despacharon a Jesús de la ciudad, pues no querían perder más cerdos,
aunque los hombres quedaran liberados.
LAS GANANCIAS ILÍCITAS
A través del engaño los hombres se han aliado a las huestes diabólicas
para explotar la ignorancia de los seres humanos. Estos han fabricado intereses
que aunque son diabólicos, producen gran-des dividendos y jamás van ha
aceptar que la verdad prevalezca. Esto fue lo que le ocurrió a Pablo en cierto
camino en la provincia de Macedonia. Veamos el relato bíblico:“Aconteció que,
mientras íbamos al lugar de oración, nos salió al encuentro una joven esclava
que tenía espíritu de adivinación, la cual producía gran ganancia a sus amos,
adivinando. Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, gritaba diciendo: –¡Estos
hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de
salvación! Hacía esto por muchos días. Y Pablo, ya fastidiado, se dio vuelta y
dijo al espíritu: –¡Te mando en el nombre de Jesucristo que salgas de ella! Y
salió en el mismo momento. Pero cuando sus amos vieron que se les había
esfumado su esperanza de ganancia, prendieron a Pablo y a Silas y los
arrastraron a la plaza, ante las autoridades” (Hechos 16:16-19).
Notemos como el poder libertador de Dios produce reacciones en los que
pierden ganancias por medio del engaño y las prácticas satánicas. ¿Cuántos hoy
día se oponen al Evangelio porque temen que se les esfume sus esperanzas de
ganancias a través acciones que son inmorales y de origen diabólico? La Palabra
revela el poder de las tinieblas y lo disipa, descubre el engaño y libertad del
pecado al oprimido, y muchos intereses que se alimentan del pecado no podrán
quedar callados, por lo que lucharán para destruir el poder de la Iglesia sobre la
sociedad.

LOS PODERES DE ÉFESO


Otro caso parecido aparece en Éfeso, donde Pablo fue a pre-dicar,
permaneciendo por espacio de dos años en dicha ciudad (Hechos 19:10). El
resultado del ministerio de Pablo produjo un gran impacto en el pueblo: “Y fue
notorio a todos los que habitaban en Éfeso, así judíos como griegos; y tuvieron
temor todos ellos, y era magnificado el Señor Jesús” (Hechos 19:17 RVR).
Sin embargo cuando un avivamiento aparece, muchos negocios y empresas
inmorales corren riesgos de perder sus ganancias, y por lógica, no van a
quedarse callados. Fue así que comenzó un alboroto en Éfeso, pues la
conversión de los ciudadanos al cristianismo ocasionaba pérdidas a los
fabricantes de ídolos, y los intereses creados comenzaron a trabajar para
detener el mensaje de Pablo. Notemos el relato bíblico:”En aquel entonces se
produjo un alboroto no pequeño acerca del Camino. Porque cierto platero,
llamado Demetrio, que elaboraba en plata templecillos de Diana, y daba no
poca ganancia a los artesanos, reunió a éstos con los obreros de oficios
semejantes y les dijo: –Hombres, sabéis que nuestra prosperidad proviene de
este oficio; y veis y oís que no solamente en Éfeso, sino también en casi toda
Asia, este Pablo ha persuadido y apartado a mucha gente, diciendo que no son
dioses los que se hacen con las manos. No solamente hay el peligro de que este
negocio nuestro caiga en descrédito, sino también que el templo de la gran
diosa Diana sea estimado en nada, y que pronto sea despojada de su majestad
aquella a quien adoran toda el Asia y el mundo” (Hechos 19: 23-27).Y a través
de estos argumentos, iniciaron una revuelta para detener el avance del
evangelio, y el pueblo “al oír estas palabras se llenaron de ira y gritaron
diciendo: –¡Grande es Diana de los efesios!”(Hechos 19:28) y se inició una gran
contienda, acusando a los cristianos de blasfemos y sediciosos; “Pero hay
peligro de que seamos acusados de sedición por esto de hoy, sin que tengamos
ninguna causa por la cual podamos dar razón de este tumulto” (Hechos
19:40).
Y gracias a Dios que en este tiempo no había medios de comunicación,
porque el daño que se le hubiese hecho a los cristianos sería peor. Aquí vemos
como el poder de los intereses creados pudo causar sufrimiento a los cristianos,
y frenar un gran avivamiento, llevándose a juicio a los que proclamaban un
mensaje contra la idolatría. Estos ejemplos bíblicos revelan el poder que
siempre han tenido los intereses creados, y cómo la Iglesia ha tenido que luchar
contra ellos. En estos últimos tiempos, antes de que Jesús venga, la condición de
la Iglesia frente a estos poderes de las tinieblas será peor, por lo que tendrá que
luchar ardientemente para mantener sus valores en alto, y no ser víctima de la
apostasía. En la actualidad los intereses que trabajan contra los valores morales
del cristianismo tienen muchas formas y técnicas. Para que vean la realidad de
los peligros contra los cuales tenemos que luchar, enumeraremos y
analizaremos algunos de ellos, para que tengamos unas ideas del terrible poder
que se cierne sobre los valores correctos:

LOS PODERES DEL VICIO


No hay nada que esté causando tanto daño a la salud y a la moral de
nuestra sociedad que la esclavitud del hombre a los vicios degradantes, y a los
cuales se hace dependiente (esclavo). Deseamos enumerar los que son legales,
pues de los ilegales hablaremos en otro apartado.

1- Las multinacionales del tabaco:


Que destruyen la salud de millones de seres humanos y atraen a jóvenes
al terrible hábito de fumar, destruyendo el cuerpo, que es “templo del Espíritu
Santo”.

Por muchos años estas poderosas compañías pagaron a los medio de


comunicación para impedir que se diera a conocer lo dañino que era el tabaco.
Se acusó a los predicadores que combatían este vicio de “fanáticos”, pero el peso
de la realidad científica, y la alta mortandad de personas, víctimas del
cáncer causado por el cigarrillo, ha tomado fuerza, y en el Estado de la
Florida[78] se inició una demanda contra las transnacionales del tabaco, por el
daño causado a muchos enfermos de cáncer, desembolsando éstas miles de
millones de dólares para evitar el escándalo. Hay leyes en muchos países que
prohíben el fumar en lugares cerrados, el anuncio del tabaco y la advertencia a
las cajetillas del daño que causa éste, eliminando incluso el término “puede
producir cáncer” por el “produce cáncer”. Sin embargo, estas compañías siguen
operando, y de forma solapada, siguen influenciando a la juventud.
2- Las multinacionales de las bebidas alcohólicas:
Que como las transnacionales del tabaco, el alcoholismo destruye la salud
física y mental de millones de seres humanos en todo el mundo. Hay que sumar
a lo anterior el hecho de que el con-sumo de bebidas alcohólicas, aunque sea en
pequeñas cantidades, es el causante de la gran mayoría de los accidentes de
tráfico y laborales. En el área familiar, el alcoholismo origina un alto índice de
abuso físico y es el causante de la desintegración de muchas familias. En mi
testimonio personal puedo afirmar que mi hogar se destruyó como consecuencia
de la dependencia que tenía mi padre al alcohol, siendo ésta unas de las razones
por lo cual mi madre se separó de él, cuando apenas tenía un año de nacido.
Jamás, cuando visité a mi padre, lo pude ver completamente sobrio, pues aun
para poder trabajar de mecánico necesitaba tener a mano su botella de ron.
Quizás esta sea la razón por la que he mantenido una posición tan radical frente
al uso de cualquier sustancia alcohólica, pues los que sufren los estragos del
mismo comprenden su gran poder destructivo, y a veces es demasiado tarde,
cuando no imposible, poder reparar el daño causado.

Es cierto que estas empresas dejan muchas ganancias a los gobiernos en


impuestos, pero jamás podrán esos impuestos costear la reparación de los daños
que el alcoholismo causan a la salud de las personas, pues los gastos por
accidentes debido al alcohol, y los gastos hospitalarios que provocan, superan
con creces las “ganancias” obtenidas por impuestos.

EL PODER DE LA DESTRUCCIÓN FÍSICA


3- Las multinacionales de las armas:
Muchas veces el mismo estado financia, controla y pro-mueve la industria
armamentista, e incluso se promueven guerras en donde se crean las
condiciones para fabricar toda clase de armas para la destrucción de los
hombres.

En aquellos países en donde no hay guerras, como en Estados Unidos, las


mismas se venden como armas defensivas o deportivas, creándose una situación
peligrosa que hace que la delincuencia revista matices alarmantes. Pero lo
terrible es que no se conforman con las armas convencionales: rifles, pistolas,
ametralladoras, cañones y otras parecidas, sino que fabrican armas
químicas letales, y minas que dejan a millones de inocentes paralíticos. Pero se
llega más lejos todavía; se habla, hipócritamente, de paz y desarme, y las
grandes empresas armamentistas y los gobiernos invierten millones de dólares
en armas más letales todavía, patrocinando incluso conflictos armados que les
permitan mover sus existencias de armas. Cuando las grandes potencias
declaran obsoletos sus armamentos, lo que hacen es introducir otras armas más
mortíferas que las anteriores, y venden a los países del tercer mundo sus
arsenales viejos. Hemos visto en la guerra corta entre Perú y Ecuador (1996)
cómo los mismos países que después mediaron, les proporcionaron armas a
ambos contendientes. ¿Y de dónde sacan las armas los países africanos para
exterminarse entre ellos mismos? Y en la guerra en Bosnia-Herzegovina, ¿quién
les facilita las armas y los cohetes que lanzan contra las ciudades y la población
civil? El poder armamentista no duerme, es una industria pode-rosa, y por lo
tanto, no le conviene la paz. Mientras se habla de paz, se preparan los arsenales
para la guerra. Se cumple la Palabra que dice en 1 Tesalonicensas 5:3: “Cuando
digan: “Paz y seguridad”, entonces vendrá la destrucción de repente sobre
ellos, como vienen los dolo-res sobre la mujer que da a luz; y de ninguna
manera escaparán”.
EL PODER DE LOS MEDIOS VISUALES
4- Las multinacionales de la comunicación.
Es aquí en dónde nos enfrentamos con un poder que es manipulado por
los anteriores, pues tristemente se tiene que vender para poder subsistir, y por
desgracia, los que mejor pueden pagar son los hijos del mal. Dentro del imperio
de la comunicación están los medios cinematográficos y televisivos, que
actualmente han sido invadidos por las fuerzas satánicas para promover todo lo
que es ocultismo, violencia y sexo.

Hollywood ha cambiado su tónica en los últimos años. Ahora sus


películas están saturadas de violencia, adulterio, amor libre, erotismo y
engaños. La televisión ha dejado de fabricar series morales como “La Casa de la
pradera”, para dar cabida a series en donde la intriga, engaño, adulterio y
violencia domina la pantalla. La “Nueva Era” ha invadido, con sus argumentos
esotéricos y sincréticos, la gran mayoría de películas. Se hace énfasis a lo
extraterrestre, los fenómenos paranormales, el contacto con espíritus
(demonios), la comunicación con los muertos, la reencarnación, y el poder de la
mente[79]. Mientras proliferan los “reality show” llenos de antivalores como
“Gerardo”, “Semse”, “Cristina”, etc. Estos programas presentan los fenómenos
anormales; como es el travestismo, el adulterio, la homosexualidad, la práctica
sadomasoquista, la poligamia y otras aberraciones más, como algo normal y
valedero para la sociedad moderna.
Todas estas toxinas envenenan la mente de nuestros niños. Hasta los
muñequitos o dibujos animados están siendo argumentados en astrología,
monstruos, fantasmas, espíritus, extraterrestres, filosofía oriental y culto a la
naturaleza. La empresa multinacional de cine y televisión ”Walt Disney“ está
siendo minada por argumentos proveniente de la Nueva Era, y si lo dudan,
observen las últimas entregas de esta empresa. Además su abierta defensa al
derecho de los homosexuales ha producido el rechazo yboicot de muchas
organizaciones evangélicas en los Estados Unidos, entre ellos las Asambleas de
Dios y la convención Bautista del Sur. Ya los dibujos animados perdieron su
inocencia y la fantasía sana, ahora son un medio de adoctrinamiento infantil
hacia el culto a los “espíritus” y a los antivalores.
Si las empresas de cine y televisión producen este tipo de material es
porque se consume y tiene demanda. Esto refleja la decadencia moral de la
sociedad. Al fin y al cabo estas multinacionales lo que buscan es obtener
ganancias. Si a la gente le gusta el sexo, el culto a los demonios, y la violencia, y
además el producto se vende, hay que producir bastante, hasta saturar el
mercado y las mentes de las personas con esta basura. Lo terrible del caso es
que hasta los cristianos, que deberían objetar esta mercancía, terminan
consumiéndola.

Pudiéramos hacer una crítica extensa de esta temática, pero este no es el


tema específico de este libro, además, cada uno pueden, a través de los
valores bíblico, hacer juicio de la realidad contenida en los medio
cinematográficos y televisivos.

EL PODER DE LOS MEDIO INFORMATIVOS


Después están los medios informativos, que aunque actúan libremente,
obedecen a patrones determinados por los poderes económicos, manipulando
las noticias, según convengan a estos mismos intereses, los cuales pueden ser
mercantiles o políticos. En este aspecto podríamos discutir mucho sobre lo que
es la “ética periodística”. No siempre el periodista puede ejercer su criterio
objetivo, ni tampoco se puede dejar llevar por sus valores morales, pues detrás
de cada periodista, está la empresa que canaliza esta información, y a veces, de
forma sutil, establece métodos de censura en la selección de noticias, y se da el
caso de que previamente se prohíbe al informador abordar ciertos temas. He
conocido muchos cristianos periodistas que se han visto confrontando entre su
ética cristiana y su dependencia periodística a una empresa, para la cual
trabajaba, y que de forma clara y arbitraria le ha prohibido expresar puntos de
vista objetivos que contengan valores cristianos.

Como ejemplo de lo expuesto citaré un hecho singular. En Honduras el


presidente de la república, Carlos Roberto Reina, bajo influencias de la Iglesia
católica, se dispuso a concluir su último año de mandato (1997) construyendo
un “cristo” gigantesco, como el “cristo corcovado” de Río de Janeiro, en un cerro
aledaño a la capital de Tegucigalpa, llamado El Picacho. Esta imagen, de más de
25 metros de altura, tendría un cercano al millón de dólares. Los
evangélicos protestaron en un comunicado de prensa, alegando
discriminación y parcialidad del Estado, el cual, por ser laico, no debe prestarse
a financiar monumentos de índole religioso[80]. Los evangélicos lucharon por
dejarse oír, y personalmente hablé con amigos periodistas cristianos de algunos
medios de comunicación, pero éstos me confesaron que les prohibieron tocar el
tema en oposición a la construcción de esa imagen, y que la presión venía de los
dueños de algunos medios de comunicación que estaban a favor de la
construcción del cristo, no aceptándose críticas contrarías. Los evangélicos
tratamos de condenar y razonar lo ilógico de gastar tantos millones en un ídolo,
habiendo tanta miseria en este país, pero fuimos totalmente bloqueados, sólo
las emisoras evangélicas denunciaron este hecho. Lo mismo ocurrió en Miami,
cuando en el 1996 elShow de Cristina hizo una apología a favor de los
matrimonios entre homosexuales. Los evangélicos fueron con pancartas
protestando ante la empresa televisiva, condenando esta actitud contraria a la
moral, pero ningún medio le dio importancia a esa protesta. Sin embargo, si la
misma hubiera sido de los grupos “gay“, reclamando sus derechos, la cobertura
hubiera sido segura. Por otro lado, las cadenas de televisión seculares, que se
han cerrado a los valores morales y cristianos, se han abierto a promocionar la
astrología y los adivinos del siglo XXI, que con el nombre de “psíquicos”
invaden los canales comerciales, engañando y explotando a incautos
televidentes con ofertas mentirosas. Pero no solo eso, sino que en programas de
tertulias o debates públicos, sobre temas religiosos, se les invita a ellos,
ignorándose a los que tienen un mensaje sólido en la Palabra del Señor. Los
brujos, curanderos, adivinos y astrólogos son apoyados abiertamente por los
medios de comunicación, mientras se hace es-carnio de los cristianos,
tomándose cualquier error de un pastor o líder religioso para desencadenar una
campaña orquestada de descrédito contra todos los cristianos evangélicos, e
incluso se toman hechos de sectas locas para etiquetar a las iglesias
evangélicas fundamentales en lo que podríamos denominar una campaña contra
los valores evangélicos y bíblicos tradicionales[81].
EL PODER DESTRUCTIVO DE LA MÚSICA
Otros recursos que ha sido dominado por las fuerzas del mal es el de la
música. Cabe destacar que el mal uso que se le está dando a la música está
causando estragos en la mente de muchos jóvenes que se ven influenciados y
poseídos por el poder de la música, tanto aquella que proclama la inmoralidad
abiertamente, como por los mensajes subliminales que hay contenidos en la
misma. Estudiosos de los fenómenos sociales han encontrado una estrecha
relación entre los suicidios de jóvenes, las prácticas satánicas y la música rock,
principalmente la música denominada “heavy metal”[82]. ¿Cómo es posible que
el gobierno permita música que excite al suicidio, al culto satánico, al uso de
drogas, y matar policías, sin que nada se haga al respecto? ¿No debería ser ilegal
todas estas proclamaciones en vista al poder destructivo que tiene sobre la vida
de los jóvenes, comprobado de forma científica?[83]. En algunos estados y
países lo único que se ha podido lograr, para detener el daño que hace esta
música corrupta, es obligar a los productores que señalen en las portadas de los
discos, cassette o CD. advertencias, si el contenido es violento o excitativo a la
sexualidad o consumo de drogas, pero considero que es una actitud muy
permisiva, sin embargo detrás de este tipo de música se mueven unos intereses
muy poderosos a los cuales no le importa el daño que esta música pueda causar
a los adolescentes.
INVASIÓN A LA INTIMIDAD
Pero además de lo anterior, los medios han invadido la intimidad de
nuestros hogares es a tal grado que somos manipulados para “tener” y ser más
egoístas. Si hay algo que ha destruido la comunicación familiar es el dominio
que la televisión tiene en el hogar. Las mujeres pasan horas enteras viendo una
novela tras otra, y los hombres su deporte. Los hijos por su lado tienen acceso a
todo tipo de programa con contenido dudoso, y aunque estamos juntos, no nos
hablamos, sino qué ese cajón nos habla, determinando hasta qué tenemos que
comer y creer. Pero la invasión de la intimidad llega más lejos. Un ejemplo lo
tenemos en la muerte de la princesa Diana, víctima de los “pa-parazzis“ (caza
famosos)[84]. Nos sentimos agobiados al saber que nuestra vida íntima está
siendo espiada, máxime cuando alguien alcanza un puesto público. El sistema
de crédito, tarjetas y “cámaras espías” hacen que la gente viva controlada,
insegura, temerosa y observada. Ya no es el ojo de Dios el que te mira, sino el del
hombre, listo para sacar provecho de tus errores, crucificarte, llevarte a la ruina,
y hacerte esclavo del “tener”.
La difamación y la manipulación de la información han destruido vidas,
familias, matrimonios, sin darle oportunidad de defenderse, restaurar, perdonar
o restituir su vida. Son tan poderosos los medios, que si desean hacerle daño a
una persona, pueden fabricar trampas, conjeturas o calumnias, que
desacrediten a quien sea. El poder de los medios es igual al de las pirañas del río
amazónico, lo devoran todo, sin importar más razón que la de los intereses
creados.

UNA VOZ QUE DEBE CALLARSE


Es por ello que cuando los cristianos se lanzan a una campaña contra lo
que es inmoral, no encuentran la acogida que tienen los promotores de la
inmoralidad. Entender que estos poderes, controlados por el príncipe de las
tinieblas, tratan de lanzar siempre una cortina de humo frente a las denuncias
hechas por la iglesia a las acciones que atentan contra los valores morales. ¿Cual
voz se escucha más a través de los medios de comunicación? La de los que
defienden el aborto. ¿Qué mensaje encuentra más aceptación por los gobiernos
occidentales? ¿La proclamación de la castidad sexual y la fidelidad conyugal, o
el uso de profilácticos para una relación sexual promiscuas?

Los cristianos de hoy, principalmente los evangélicos, optamos por callar


frente a la inmoralidad dominante en los gobernantes, mientras que son los
católicos, en algunos países, los que luchan abiertamente contra las leyes del
aborto y del genocidio. En los Estados Unidos grupos de evangélicos han
formado un frente de lucha contra la inmoralidad dominante en la nación
norteamericana. Tratan de hacer sentir su opinión en los políticos, pero las
fuerzas contrarías, que cuentan con mas financiamiento económico de las
multinacionales inmorales, les acusan de conservadores, radicales y fanáticos, y
mueve recursos para desprestigiarlos por medio de una prensa, que como ya
hemos dicho, se vende al mejor postor. Además los errores de algunos tele-
evangelistas dan material a los medios para que ataque a la iglesia evangélica,
metiendo a todos los ministros en un mismo saco, y no podemos negar que hay
predicadores que son “manchas en vuestros ágapes, que comiendo
impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismo…” (Judas 1:12), y que por
causa de ellos vienen los escándalos.

OTROS INTERESES MÁS


Pero además de los mencionados, existen otros intereses económicos que
causan daño a nuestra humanidad, pero son tolerados, defendidos y protegidos;
como los depredadores de la naturaleza, que destruyen los bosques para hacer
negocio con la madera sin pensar en las generaciones futuras y nuestro
ecosistema. Los fabricantes de productos contaminantes, que destruyen
nuestras aguas y el aire. Las industrias farmacéuticas elaboran y distribuyen
objetos que mutilan a las criaturas, inducen el aborto, y dan una falsa felicidad.
Una medicina que promueven grandes ganancias a costa de la salud de los que
pueden pagar, pero niegan a los pobres este derecho, pues muchos de ellos no
pueden adquirir estos medicamentos, y tienen que morir ante la impotencia de
las grandes multinacionales, que se enriquecen a costa del dolor humano. Una
cirugía que se presta para fabricar acciones aberrantes como es el cambio de
sexo, la fabricación de vagina para los hombres y “penes” para las mujeres. Una
cirugía estética que altera los elementos naturales de los senos con silicona y
cambia las facciones de la cara y el color de las personas. Una ciencia
microbiológica que fabrica clones para duplicar en el futuro a los seres
humanos, y obtener de los duplicados, órganos para los originales, cuando
entren éstos en una etapa decadente de vejez. Una ciencia que juega a ser dios, y
manipula los genes con el fin de producir un super hombre, como lo soñó Hitler
en su tiempo. ¿Y qué podemos decir del negocio de la pornografía y objetos
eróticos?. Se hace negocio con la inmoralidad. Hay fábricas que hacen aparatos
para practicar aberraciones sexuales con “licencia del Estado”. Vaginas y penes
plásticos, objetos para practicar el masoquismo. Postes y videos pornográficos,
incluso de escenas con niños, que hacen y juegan al sexo (pederastia).

LOS NEGOCIOS ILEGALES


Y para concluir, podríamos describir el negocio ilegal más poderoso que
existe en el planeta tierra; la fabricación de la cocaína y la heroína junto al
hachís. Las drogas se han convertido en el negocio que hace rico a una persona
de forma rápida. Aunque algunas grandes potencias como los Estados
Unidos trata de detener su avance, este lo envuelve todo, y los carteles de las
drogas tienen controlado a muchos gobiernos, comprando a candidatos a la
presidencia, jueces y militares corruptos en muchos países del tercer mundo.
Sus tentáculos entran, por medio del blanqueo de dinero, a la industria, banca y
empresas mercantiles. Es una plaga que no se detiene, pues cada vez son más y
más los que caen abatidos por las drogas, y no solamente en los países ricos,
como era en un principio, sino también en los países pobres, pues ya
encontramos la cocaína en las aldeas y pueblos del interior de Honduras, El
Salvador, Perú y Venezuela y una larga lista de naciones Latinoamericanas.

Pudiera seguir describiendo intereses corruptos, pero creo que con los
expuestos tenemos suficiente para entender los graves peligros que tendremos
que afrontar en el futuro a la hora de combatir el pecado, y como iglesia
debemos estar listos para entrar en una etapa de persecución, opresión y ataque
de todos los frentes, a menos que seamos devorados por estos males, que como
un cáncer lo envuelven todo. Se sabe que los que tienen el poder económico
tienen el control político y de los medios de comunicación. Es por ello que en
cuanto a la proclama de la moral cristiana nos encontramos en completa
desventaja, pues nuestra lucha se hace doblemente dura, porque luchamos
contra el poder diabólico, por un lado, y por el otro nos enfrentamos a un poder
económico en manos de los hijos de las tinieblas que nos acorrala, oprime y
margina, estando la Iglesia en franca desventaja frente al poder de los intereses
creados.

Cual es el futuro que nos espera. Indudablemente tendremos que enfrentar


persecución, opresión y marginación. Así que debemos estar preparados para no
claudicar, manteniendo en algo la verdad del evangelio y pese a los tiempos
difíciles que se avecinan, proclamando “TODO EL CONSEJO DE DIOS”.

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~9~
HACIA UNA SOCIEDAD
SIN VALORES
Nuestro futuro, como cristianos en los últimos tiempos, está definido en
la profecía bíblica. Jesús dijo:”Porque como en los días de Noé, así será la
venida del Hijo del Hombre. Pues como en aquellos días antes del diluvio
estaban comiendo y bebiendo, casándose y dán-dose en casamiento hasta el
día en que Noé entró en el arca, y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio
y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre” (Mateo
24:37-39) ¿Y cómo estaba la sociedad que le tocó vivir Noé? Génesis 6:11-12, lo
describe claramente:”La tierra estaba corrompida delante de Dios; estaba
llena de violencia. Dios miró la tierra, y he aquí que estaba corrompida,
porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra”. Notemos las
dos palabras claves“CORRUPCIÓN Y VIOLENCIA”. ¿Y no es este del
panorama actual? ¿Qué es lo que vemos todos los días en la televisión y los
periódicos? Vio-lencia, escándalos de corrupción, violaciones sexuales,
guerras fratricidas de hermanos contra hermanos etc. Todos los pronósticos
muestran un futuro sombrío para la humanidad, tanto en lo moral, económico
como ecológico.
¿CÓMO ENFRENTAR ESTA REALIDAD?
Se han quitado los frenos del temor moral, y la sociedad es presa de una
violencia y depravación terrible. Sodoma y Gomorra se quedan pequeñas antes
la realidad que vivimos. ¿Y nosotros qué podemos hacer como Iglesia?
Recordemos la amonestación apostólica;”Por esto, teniendo nosotros este
ministerio (predicar los valores cristianos) según la misericordia que nos
fue dada, no desmayamos. Pero rechazamos los tapujos de vergüenza, no
procediendo con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino que, por la
clara demostración de la verdad, nos recomendamos a nosotros mismos a
toda conciencia humana delante de Dios” (2 Corintios 4:1-2, la expresión en
corchete es énfasis del autor). Y seamos conscientes que al hacerlo,
sufriremos el rechazo de un mundo que no quiere oír la verdad, por vivir en
placeres y deleites carnales. San Pedro escribe: “Tienen los ojos llenos de
adulterio y son insaciables para el pecado. Seducen a las almas inconstantes.
Tienen el corazón ejercitado para la avaricia. Son hijos de maldición” (2 Pedro
2:14), por lo que tenemos que estar dispuestos a predicar pese, a la oposición de
los intereses dominantes, y aceptar incluso la persecución y el vituperio, al cual
estarán sometidos los verdaderos cristianos en los tiempos finales, y si lo
dudáis, fijaros bien en la Palabra profética de 1 Pedro 4:12-14: “Amados, no os
sorprendáis por el fuego que arde en-tre vosotros para poneros a prueba,
como si os aconteciera cosa extraña. Antes bien, gozaos a medida que
participáis de las aflicciones de Cristo, para que también en la revelación de su
gloria os gocéis con regocijo. Cuando sois injuriados en el nombre de Cristo,
sois bienaventurados; porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre
vosotros”
LAS DOS IGLESIAS DEL FUTURO
En las características dadas por la visión de Juan en Apocalipsis se
muestran varios modelos de iglesias, entre ellas se menciona la de Filadelfia,
símbolo de la Iglesia fiel y verdadera, y se presenta como un modelo de iglesia
que será sometida a pruebas, y no tiene ni una mayoría ni un poder económico,
como la de Laodicea, de la cual se dice que es; “rica y no tiene necesidad de
ninguna cosa“ Apocalipsis 3:17. De la iglesia de Filadelfia se dice que “…tienes
pocas fuerzas, y has guardado mi palabra y no has negado mi
nombre”(Apocalipsis 3:8 RVR). Esta expresión “NO HAS NEGADO MI
NOMBRE“ refleja una actitud de confesión de Jesús en momentos difíciles, en
donde por ser cristianos sufrirían el oprobio de la gente. Algunos podrán
afirmar que esto pertenece al pasado, que vienen tiempos gloriosos, pero ¡NO!,
estoy seguro que las pruebas para los cristianos será una realidad muy cercana.
De ello dice Timoteo 4:1:”Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos
tiempos algunos se apartarán de la fe, prestando atención a espíritus
engañosos y a doctrinas de demonios“. Debemos estar preparados para
enfrentarnos a la pérdida de valores con una actitud firme, para defender
nuestros principios.
DISCREPANCIAS TEOLÓGICAS SOBRE EL RAPTO
La falta de conciencia en relación a los acontecimientos futuros ha
originado que muchos cristianos ignoren la decadencia moral y social que nos
embargaría. Quizás el deseo de optimismo en tiempos difíciles, o la
interpretación incorrecta de las profecías bíblicas, les ha llevado a descartar los
peligros que envolverían la pérdida de valores morales en los tiempos del fin.
Dentro de nuestro mundo evangélico existen cuatro posiciones respecto a los
acontecimientos futuros en relación a la iglesia del Señor, y todas ellas tienen
peso bíblico, aunque en asuntos escatológicos no podemos ser dogmáticos. Las
tendencias dominantes respecto a los acontecimientos futuros, y el papel de la
iglesia en los tiempos finales se representan con cuatro puntos de vistas; uno es
completamente errado, los otros son discutibles.

EL AMILENIALISMO: Es la tendencia más errada, y los que respaldan este


punto enfocan todos los hechos proféticos a acontecimientos pasados, no
aceptando su cumplimiento futuro, o toman algunos términos proféticos como
espiritualizados, por lo que no existirá ni un anticristo, ni un milenio, ni una
venida de Jesús literal y futura. Es la posición pragmática de la desmitificación
bíblica, no aceptada por los evangélicos fundamentalistas[85].
PRE-TRIBULACIONISMO: Apoyada por la mayoría de las iglesias
evangélicas fundamentalistas, y la cual comparto. Se afirma que la iglesia será
reptada antes del comienzo de los siete años de la gran tribulación en la
tierra[86].
ENTRE-TRIBULACIONISTA: O de “pre-ira”. Los que defienden este punto
afirman que la iglesia pasará los tres primeros años del reinado del anticristo, y
que cuando éste inicie la persecución contra la iglesia, el Señor la arrebatará
desencadenando su ira. Ellos afirman que hay una ira del diablo, contra los
santos que dará lugar a una posterior ira de Dios[87].
POSTRIBULACION: Estos afirman que la iglesia pasará toda la tribulación y
que entrará junto con Israel al reinado milenial[88].
Como no estoy discutiendo, ni enfocando temas escatológicos, no quiero
entrar en una discusión que da lugar a un análisis profundo de cada punto. Tan
sólo puedo afirmar que excluyendo el primer punto “amilianilismo”, los otros
tres puntos de vista son discutibles y valederos, dependiendo desde que ángulo
de vista escatológico se enfoque. Lo importante no es debatir en que momentos
será arrebatada la iglesia, sino cuales serán las condiciones dominantes en estos
últimos tiempos que este hecho ocurra.
SEPARANDO LO DOCTRINAL DE LO HIPOTÉTICO
A la hora de enfocar temas escatológicos debemos saber distinguir lo que
es doctrinal, y está claro, y lo que es bíblico. Ejemplo: Es un hecho innegable
que Jesús viene por segunda vez, pero muchos detalles pueden ser discutibles.
El mismo lo anunció en su ministerio, Lucas 21:27. Fue ratificado por los
ángeles cuando Jesús subió a los cielos, Hechos 1:21. Y enseñado por todos los
apóstoles. Es importante notar que los apóstoles se refirieron a este hecho con la
expresión “el día del Señor” hablando de su venida. 1 Corintio 5:5, 2 Corintios
1:14, 1 Tesalonicenses 5:2, 2 Pedro 3:10, Hebreos 9:28. Aunque hay detalles
relacionados con este acontecimiento; como la restauración de Israel como
nación, señales climáticas y naturales, crisis política y moral etc., no podemos
especular sobre la fecha y los detalles en cuanto a la segunda venida de Jesús,
pues el mismo dijo;“Pero acerca de aquel día y hora, nadie sabe; ni siquiera los
ángeles de los cielos, ni aun el Hijo, sino sólo el Padre” (Mateo 24:36).
“Vosotros también estad preparados, porque a la hora que no penséis, vendrá
el Hijo del Hombre” (Lucas 12:40, ver también 1 Tesalonicenses 5:2).De igual
manera, es evidente la promesa de Jesús de llevarse su Iglesia antes de que
venga el juicio de Dios para la tierra, (Juan 14:1-4), e incluso, ilustro este hecho
con la época de Noé, para dar a entender que si Dios guardo a Noé del juicio,
también guardara a su iglesia del juicio sobre el mundo pecador :”Pues como en
aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y
dándose en casamiento hasta el día en que Noé entró en el arca, y no se dieron
cuenta hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la
venida del Hijo del Hombre. En aquel entonces estarán dos en el campo; el uno
será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un
molino; la una será tomada, y la otra dejada. Velad, pues, porque no sabéis en
qué día viene vuestro Señor” (Mateo 24:37-42.)
Hasta aquí todos coinciden, pero ¿Cuándo, cómo y en qué condiciones
ocurrirá el rapto? Es ahí cuando entramos en un área un poco hipotética, y
aunque debemos tener principios respecto a uno u otro punto, debemos tener
cuidado de no ser tan dogmáticos que podamos errar como otros, que lo
hicieron en el pasado, al radicalizar la interpretación profética, dando origen a
errores terribles que crearon sectas y confusión.

ENFATIZANDO LO QUE ES CLARO


El análisis bíblico clave, y que he enfocado en otros libros[89], es que no
podemos negar la realidad de que iglesia en los últimos tiempos será atribulada
por las fuerzas dominantes del mal. Que antes de la manifestación del
anticristo existirá en la tierra una serie de condiciones negativas, como el
aumento del satanismo, la idolatría, el pecado y la corrupción. Que en los
últimos tiempos los cristianos se agruparán alrededor de una iglesia fiel, que
defenderá la pureza de la Palabra y la doctrina, y una iglesia apóstata, que
claudicará de la verdad y proclamara y apoyará las nuevas corrientes heréticas
que dominarán al mundo. Aunque los estudiosos de la escatología discrepan en
torno a los acontecimientos futuros, en relación a la Iglesia en los tiempos
finales, en algo coinciden todos, y es que vendrán tiempos difíciles para los
verdaderos hijos de Dios, que deberán luchar para mantener viva su fe[90].
Debemos diferenciar entre tribulación y “gran tribulación”. Aunque la
iglesia no va a pasar la gran tribulación, porque hay hechos y promesas que así
lo revelan, no podemos negar que en las enseñanzas apostólicas hay referencias
que ratifican el hecho de que los cristianos sufrirán la crisis de antivalores que
prevalecerá en la sociedad del futuro, y debemos prepararnos para ello.
VALE MAS ESTAR PREPARADO, QUE SER
SORPRENDIDO
Aunque creo firmemente que el Señor “nos librará del juicio que enviará
sobre la tierra” y que como hizo con Noé, al darle un arca de Salvación, y con
Lot, al enviarle unos ángeles que le librara del juicio enviado a Sodoma y
Gomorra, y como hizo con los primogénitos de los hebreos, cuando envió a
Egipto el ángel de la muerte, y estos se libraron al marcar los dinteles de la
puerta con la sangre de un cordero, de igual forma, el Señor guardará a su
iglesia del mal venidero en los tiempos finales, pero nadie pude negar que hay la
posibilidad que previa a la manifestación del anticristo aparezca una crisis de
persecución contra los cristianos para purificar así a su iglesia, antes de raptarla
(1 Pedro 4:17).

Si nos preparamos para defender nuestra fe y nuestros valores, y no


ocurre nada, ¿qué perdemos? Pero si confiamos en días gloriosos, y lo que nos
viene es una contaminación y una depravación junto a una persecución, ¿cómo
podremos afrontarla si no estamos preparados? El que sale de viaje debe ir
preparado para todo, llevar su llanta de repuesto, revisar el motor, y llevar el
tanque lleno, y suficiente dinero para el regreso. Si todo sale bien, pues amén,
pero si hay un pinchazo o se rompe el carro ¿no estaríamos preparados para
enfrentar lo que venga?

No podemos afirmar en que momentos vendrá el Señor, ni hasta donde


podremos librarnos de la crisis de antivalores que nos envuelve. No podemos
decir que “no habrá persecución contra los cristianos”, ni especificar, de forma
radical, si seremos arrebatados antes, durante o al final de la tribulación. Yo
espero el rapto antes, pero ¿qué pierdo si me preparo para lo más malo y
terrible? Eso sí, la suerte para los impíos será terrible, y nosotros tenemos la
esperanza de ser guardados pese a la persecución y reinar con el Señor Jesús
cuando sea consumado su plan divino, y como dice Judas 14-15: “Acerca de los
mismos también profetizó Enoc, séptimo después de Adán, diciendo: “He aquí,
el Señor vino entre sus santos millares para hacer juicio contra todos y
declarar convicta a toda persona respecto a todas sus obras de impiedad que
ellos han hecho impíamente y respecto a todas las duras palabras que los
pecadores impíos han hablado contra él.”
PREPARANDO LA IGLESIA PARA LO PEOR
No podemos detenernos frente a las evidencias de la decadencia que nos
azota. Hay que luchar, aunque sepamos que la lucha es desigual y difícil. A la
larga prevalecerá el reinado del anticristo aquí en la tierra, pero hay almas que
podemos rescatar, y traer a la verdad, y esa arca de Salvación que es Jesucristo.
Debemos defender y predicar los valores bíblicos, e implantarlos en nuestra vida
daría. Si por ellos hay que sufrir, pues “bienaventurado seremos”, pues no
debemos claudicar en nuestros principios, como no lo hicieron los cristianos
primitivos cuando al tratar de obligarlos a negar su fe, fueron martirizados;
echados al circo romano, o quemados vivos.
Ser crítico sobre la realidad existente envuelve conflictos, aun dentro de
nuestros propios movimientos, que muchas veces no ven los peligros. Desde que
comencé a enfocar temas relacionado con la condición de la iglesia en los
últimos tiempos, y exponer los peligros que hay con las corrientes modernas que
tratan de llevar a la iglesia por un camino de “ilusiones fantásticas” he notado
que muchas puertas se han cerrado, muchas ayudas se me han quitado, y
muchas críticas han surgido. Aun compañeros míos del ministerios me han
dicho que soy pesimista, negativo y crítico con la realidad eclesiástica[91]. Esto
me ha cerrado puertas, y ahora tengo muchos detractores. Creo que según pase
el tiempo, y el deterioro moral aumente, la situación será más difícil, e incluso,
tendremos que sufrir si deseamos mantener los principios en alto. No hay otra
alternativa, o somos fieles al Señor, soportando las pruebas que vendrán, o nos
colocamos al lado de la apostasía, jugando el juego diabólico de ceder frente a la
decadencia moral del sistema social y religioso. Sea lo que sea, debemos
recordar las Palabras de San Pedro:“Amados, no os sorprendáis del fuego de
prueba que os ha de sobrevenir, como si alguna cosa extraña os aconteciera,
sino gozaos por cuanto sois partícipes de los padecimientos de Cristo” (1 Pedro
2:12-13 RV).
Debemos preparar a los verdaderos cristianos y a la iglesia del Señor
para hacer frente a los antivalores dominantes y poder estar firmes, pues se
avecinan tiempos difíciles, y bien vale la pena analizar la reflexión que al
respecto hace Robert Van Kempen:[92]“Debido a la decadencia moral de la
sociedad en general, muchos que profesan el nombre de Cristo preferirán
claudicar antes de sufrir la crítica y la posible persecución por amor de su
nombre. Muchas iglesias no tendrán la valentía o la dedicación para
mantener la pureza doctrinal. Por eso muchas iglesias locales,
denominaciones y organizaciones paraeclesiásticas no solamente condonarán
sino que incluso promoverán toda clase de enseñanza y práctica falsa
imaginables“.[93]
Ayúdanos Señor, a mantener la moral en alto

la verdad al frente y la fe bien

cimentada en Jesús, porque

esperamos tu venida.
CONDUCTA DE LA MUJER
¿Cuál es el rol de la mujer en la iglesia y en el hogar según la Biblia? ¿Pueden las
mujeres ser pastoras, predicadoras o líderes de las iglesias?

Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que
no creen a la Palabra , sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas. 1 Pedro
3:1
Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor. Efesios 5:22.
Que enseñen a las mujeres mas jóvenes Tito 2:3
La mujer aprenda en silencio con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar,
ni ejercer domino sobre el hombre, sino estar en silencio, porque Adán fue formado
primero, después Eva; yb Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada,
incurrió en transgresión. 1 Timoteo 2:11-15

El orden de roles y funciones establecidos por Dios desde la creación para el hombre y
la mujer, determinan que uno de los dos debe ser la cabeza, la guía o el líder, tanto en el
hogar como en la Iglesia.

Sabemos por el resto de enseñanza bíblica que el rol de cabeza fue asignado por Dios al
varón. Lastimosamente este tema es poco tratado hoy día debido al surgimiento de
corrientes feministas dentro y fuera de la Iglesia. Estos movimientos seculares
pretenden alcanzar “la igualdad total entre hombres y mujeres”. Que no haya
“discriminación” en ningún sentido para la mujer. La idea es que ellas puedan ocupar
cargos y realizar funciones a la par con el hombre: Presidentas, futbolistas, soldados,
sacerdotes, jefes de hogar y hasta pastoras y obispos.

Si bien es cierto que durante mucho tiempo la mujer sufrió la marginación absurda de la
vida pública, y estaba confinada solamente al hogar, desaprovechándose todo el
potencial que ellas tienen para el beneficio de la sociedad, también es cierto que los
movimientos feministas no han producido un bienestar real para la mujer, y mucho
menos para la sociedad. Desde que estos movimientos han cobrado fuerza y su
influencia se ha dejado sentir por doquier, los divorcios, separaciones, abortos y otros
pecados relacionados se han incrementado notoriamente.

El movimiento feminista es la madre de la lucha por la igualdad en derechos de los


matrimonios homosexuales, el movimiento gay, la liberación sexual, el casamiento
religioso de homosexuales y lesbianas, el “derecho” al aborto, el reconocimiento y
ordenación de mujeres al ministerio público eclesiástico, y la ordenación de
homosexuales y lesbianas al pastorado.

Pablo se ha esforzado en demostrar el carácter santo y elevado de la Iglesia de Cristo, el


nuevo andar de los creyentes apartándose de los pecados de la sociedad, y el testimonio
de la Iglesia como sal y luz en medio de un mundo corroído por el pecado.
Lastimosamente las iglesias cristianas de este siglo, ávidas de cualquier innovación que
les permita ser “aceptadas” y “reconocidas” por el mundo postmoderno, están
asociándose con las filosofías y tendencias cambiantes de esta época. Se ha olvidado
las palabras de Cristo quien dijo: “Mi reino no es de este mundo”. (Juan 18:36). Poco a
poco se han introducido herejías dentro del cristianismo pero no han sido rechazadas
por el grueso de las iglesias debido a que la línea divisoria que separa a la Iglesia del
mundo secular cada día se ha angostado más. La sociedad actual rechaza cualquier idea
relacionada con las funciones de liderazgo y subordinación en el hogar o en la Iglesia.
Pero la Biblia, aunque establece la igualdad de valor y dignidad entre todos los hombres
y mujeres, si presenta un modelo de liderazgo y subordinación en el hogar y en la
Iglesia.

Los que defendemos el papel de liderazgo asignado por Dios exclusivamente a los
hombres, somos acusados de mantener una posición machista y discriminatoria. Es mas,
he escuchado numerosas veces a mujeres y hombres creyentes argumentando que la
Biblia, y en especial el apóstol Pablo, tienen una postura machista y tradicionalista
emanada de la cultura en la cual vivían.

Pero es importante aclarar estas argumentaciones porque de esto dependerá gran parte
de la comprensión y la consecuente aceptación de las normas bíblicas:

a. Sobre el machismo en los escritos de Pablo.

Acusar a Pablo de escribir mandamientos e instrucciones eclesiásticas de carácter


universal, derivadas de una posición humana y personal, más que de una inspiración del
Espíritu Santo, es acusar a Dios mismo de error. El mismo apóstol afirma que toda la
Escritura es inspirada por el Espíritu Santo. (2 Tim. 3:16). Afirmar que Pablo es
machista y discriminatorio en sus escritos, es acusar al Espíritu de Dios de ser machista
y discriminatorio. Pero sabemos por las Escrituras que Dios no rechaza a las personas
por cuestiones de sexo. Hechos 10:34-35 “En verdad comprendo que Dios no hace
acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia”.

2. Los creyentes que se han atrevido a lanzar juicio sobre los escritos de Pablo, aunque
solo haya sido en el tema del papel de la mujer, no han hecho otra cosa que acusar al
Espíritu Santo que lo inspiró. Pero deben saber que se encuentran en un serio peligro
espiritual porque “todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la
blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere alguna
palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el
Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero” Mateo 12:31-32.
Cuando el corazón del hombre, así sea miembro de una iglesia cristiana, se cierra a
alguna parte de la revelación divina está iniciando el camino del endurecimiento de su
corazón y algún día terminará apostatando de la fe.

Iniciar rechazando alguna parte de las Escrituras ha sido la génesis de todos los
movimientos sectarios y heréticos que hoy día pululan. Y esto debe ser así, porque si el
hombre se considera con la facultad para determinar qué porciones o enseñanzas de las
Escrituras tienen validez hoy día y cuáles no tienen validez, entonces terminará
entresacando lo que mas le agrade. Pero el resultado será una obra humana, no divina.
Las iglesias que hacen esto muy pronto terminarán convirtiéndose en sinagoga de
Satanás y se apartarán totalmente de la verdad. El señor no ha dado autoridad para que
ningún hombre, creyente, pastor, cuerpo de ancianos, directivos eclesiásticos, sínodos
nacionales o universales de clérigos, legislen sobre las Escrituras Sagradas. Ellas fueron
dadas como la base segura para la edificación del pueblo de Dios y deben ser aceptadas
en su totalidad, o de lo contrario, las iglesias que la mutilen dejarán de ser verdadera
Iglesia de Cristo.

b. Sobre el machismo en la Biblia debido a la cultura del tiempo antiguo.

Las personas que rechazan el papel de liderazgo a favor exclusivo del hombre, arguyen
que la Iglesia Cristiana de este siglo no puede ni debe actuar de la misma forma que el
pueblo de Dios en el Antiguo Testamento o la Iglesia primitiva, porque ellos estaban
inmersos en una cultura machista que rechazaba y alienaba a la mujer para desempeñar
cualquier función pública. Es decir, Dios permitió que su nación Israel y la Iglesia
primitiva restringieran la labor de la mujer en el ámbito público y religioso solamente
para amoldarse a la situación cultural de la época. Pero siendo que en este siglo la
cultura abre las puertas para que las mujeres sean gerentes, alcaldesas, gobernadoras,
presidentas, y jefes de hogar, la Iglesia ya no está obligada a continuar con la práctica
arcaica de limitar su papel en el liderazgo del hogar y la Iglesia.

Si bien es cierto que los judíos en alguna parte de la historia de Israel consideraron a la
mujer como algo insignificante para la sociedad, también es verdad que esto se debió
más al pecado del mismo hombre (tal vez se dejaron influenciar por los pueblos
paganos), que a una instrucción bíblica. Porque los escritos del Antiguo Testamento
favorecen y dan gran dignidad a la mujer en el papel de la formación del pueblo de
Dios. Esto era algo revolucionario en esa época, cuando las culturas menospreciaban a
la mujer y la consideraban un mal necesario para la sociedad.

3. Analicemos esto: - En Grecia la mujer era considerada inferior al hombre, las esposas
eran prácticamente esclavas de sus maridos. – En Macedonia las mujeres recibieron
mayor libertad pero solo pocas la disfrutaban. – En la sociedad romana las mujeres eran
mas libres, pero esto generó una degradación moral y sexual. Eran libres para practicar
toda clase de pecados sexuales con los hombres que se aprovechaban de ellas.

4. Pero en el pueblo de Dios la situación de las mujeres es diferente y más favorable. En


el Antiguo Testamento, aunque tenían poca posición legal, su estatus era de dignidad,
especialmente en el hogar. Los hijos eran responsabilidad especial de la madre (Ex.
20:12; 21:15; Lv. 19:3; Prov. 1:8; 6:20). Los pactos de Dios incluían a toda gente, por
consiguiente a las mujeres. (Ex. 19:11). Las mujeres participaban en las ceremonias
religiosas (Dt. 12:12,18; 14:26; 16:11,14). Podían tomar parte en las ofrendas (Lv. 6:29;
10:14). Tanto el hombre como la mujer tienen el mismo valor en la Biblia porque fueron
creados a imagen de Dios (Gén. 1:27). El hombre y la mujer se complementan y no son
completos sin el otro. (Gén. 2:20). Las mujeres y hombres se reunían para celebrar el
culto al Señor (Esd. 10:1).

El Nuevo Testamento trajo una revolución en cuanto a la posición de la mujer. Jesús no


desestimó a la mujer sino que las tuvo muy presentes en su misión. Contrario a la
práctica rabínica de su tiempo enseñó a las mujeres y su ministerio fue sostenido
económicamente con la contribución de algunas de ellas. (Lc. 8:3; 10:38-42; Jn. 4). Las
mujeres fueron testigos de la resurrección de Jesús y se convirtieron en voceras de esta
buena nueva (Mt. 28:1,7-8). Los primeros convertidos al cristianismo incluyen muchas
mujeres (Hech. 12:12; Fil. 4:2). No se hizo deferencia alguna para la membresía entre
los hombres y mujeres. La Iglesia se preocupó mucho por el cuidado de las viudas.
(Hech. 6:1-6). La historia de la Iglesia primitiva está fuertemente marcada por el
servicio que algunas mujeres ejercieron: Dorcas sirvió con gran solicitud a los pobres
(Hech. 9:36-39), Lydia hospedaba a los misioneros (Hech. 16:11-15), Febe servía a la
Iglesia de Cencrea (Romanos 16:1), Pablo da instrucciones para las mujeres que sirvan a
la Iglesia, ya sea como esposas de los diáconos o como servidoras voluntarias. (1 Tim.
3:11). Las mujeres también hacían obra misionera y enseñaban en forma privada Las
Escrituras (Hech. 18:26 Priscila con su esposo Aquila), y Pablo ordena que las mujeres
enseñen a las jóvenes en llevar una vida piadosa (Tito 2:4).

Uno de los pasajes que enseña mas claramente el valor igual de la mujer y el hombre
ante Dios es Gálatas 3:28 “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay
varón ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús." Esta declaración fue
revolucionaria en los tiempos de Pablo porque los judíos se especializaban en hacer
muchas diferencias las cuales conducían a que unos a otros se miraran como superiores
e inferiores. Judío-griego, Varón-hembra, esclavo-amo. Estas distinciones no son
válidas en el Reino de Dios en cuanto concierne al valor personal. Esta declaración no
implica que las personas dejaban de ser lo que eran. El judío continuaba siendo judío, lo
mismo el griego. Las mujeres seguían siendo mujeres, lo mismo los hombres. Los
esclavos continuaban en su situación. Lo que Pablo está afirmando es que estas
diferencias no deben ser causa de separación, porque todos son igualmente preciosos
ante Jesús. Todos fueron comprados con la sangre del Cordero, todos fueron bautizados
por el Espíritu al cuerpo de Cristo, todos disfrutan de la edificación que Dios da, todos
esperan el glorioso día de completa redención.

No queda la menor duda respecto a que las mujeres son tenidas en alta estima y
dignidad tanto en el Antiguo Pueblo como en la Iglesia de Cristo. Pero esto no implica
que la Biblia sustente o aliente la idea de nombrarlas como cabezas en el hogar o la
Iglesia. Las Escrituras son muy claras en la designación de funciones tanto en el hogar
como en la Iglesia. Hay una diferencia de funciones y roles, los cuales fueron por Dios
desde la creación y fueron reafirmadas por los apóstoles para la Iglesia cristiana.

Todo aquel que no tenga en cuenta estas instrucciones escriturales está desobedeciendo
a su Señor y considera que su sabiduría humana es superior a la divina. No debe haber
razón alguna para rechazar los santos mandatos del Señor. Las filosofías o modas de los
hombres no pueden forzar o manipular la interpretación de las Escrituras para amoldarla
a los movimientos cambiantes de cada generación.

El sometimiento de las esposas hacia sus maridos obedece a que esto forma del deber
para con nuestro Salvador, porque él así lo pide. La frase “como al Señor” no significa
“Casadas, sométanse a sus propios maridos exactamente de la misma forma en que se
someten al Señor. No es ese su significado, porque eso seria pasarnos de largo. La
sumisión de cada esposa, y por cierto de cada uno de los creyentes cristianos, sea
hombre o mujer, al Señor Jesucristo, es una sumisión absolutamente exclusiva”. El
sometimiento entonces no es solo por amor al esposo, sino por amor al Eterno
Salvador. Si las damas logran entender este principio creo que no serán movidas a
entrar en las largas discusiones que giran en torno a este tema sino que,
voluntariamente, se someterán a sus maridos.

¿Qué pasa si el marido no es creyente? ¿Deberá la esposa cristiana someterse a su


esposo incrédulo y pagano? Realmente el principio bíblico de la sujeción en el hogar no
depende del grado de conocimiento espiritual que una persona tenga. Desde el Génesis
hayamos este principio de sujeción pero nunca está condicionado a la situación
espiritual o religiosa de los cónyuges. El ideal es que el hombre se convierta en la guía
espiritual de su casa, pero, lastimosamente, y como consecuencia del pecado original,
las cabezas no funcionan bien en ese sentido. No obstante, esto no cambia el principio.
Esto no quiere decir que las esposas cristianas deben dejar a sus hijos en manos de la
enseñanza pagana e incrédula de sus maridos. ¡Sería desastroso! Pues, el papel de
sumisión asignado a la mujer no destruye ni restringe su responsabilidad en enseñar a
sus hijos por el camino de la fe. En las Sagradas Escrituras encontramos muchos pasajes
que muestran a la mujer guiando a sus hijos en los asuntos espirituales:

Génesis 28:7 “Y que Jacob había obedecido a su padre y a su madre…”


Éxodo 20:12 “Honra a tu padre y a tu madre”
Éxodo 21:17 “Igualmente el que maldijere a su padre o a su madre morirá”
Levítico 19:3 “Cada uno temerá a su madre y a su padre”.
Deuteronomio 21:18 “Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a
la voz de su padre ni a la voz de su madre, y habiéndole castigado, no le obedeciere…”
Proverbios 1:8 “Oye hijo mío,… no desprecies la dirección de tu madre”
Proverbios 6:20 “Guarda hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no dejes la enseñanza
de tu madre”
Proverbios 30:17 “El ojo que escarnece a su padre y menosprecia la enseñanza de su
madre, los cuervos de la cañada lo saquen…”
Proverbios 31:1 “Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre”
2 Timoteo 1:5

El apóstol Pablo insiste en que la mujer cristiana debe someterse a su esposo incrédulo,
pues, si lo hace con humildad y amor, podrá ganarlo para el Señor. “El marido cumpla
con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. Pero a los que están
unidos en matrimonio, mando no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del
marido; y si se separa quédese sin casar, o reconcíliese con su marido. Y si una mujer
tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone.
Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el
marido… Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana
sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios. Porque ¿Qué
sabes tú, oh mujer, si quizás harás saldo a tu marido”. 1 Corintios Cap. 7

Surge aquí una cuestión práctica, que debemos mirar cómo aplicarían los anteriores
principios: ¿Qué pasa si el marido incrédulo, la cabeza, le ordena a su esposa que haga
algo contrario a la Ley Santa de Dios? ¿Deberá ella someterse en ese caso también a su
marido y pecar así contra Dios? Se que este asunto es difícil y debe ser manejado con
mucho cuidado. Mi recomendación es que la mujer puede seguir sujeta a su marido, aún
en esos casos complicados, sin necesidad de hacer lo contrario a la Ley de Dios.
Explico, si el marido pide a su mujer que haga algo ilegal, ella, como una buena esposa
cristiana, llena de amor, ternura y humildad deberá decirle a su esposo que él es su
cabeza y que está complacida en someterse voluntariamente. Pero, sobre esa cabeza hay
otra cabeza, el cual es Cristo (1 Co. 11:3), y siendo que el esposo no está sometiéndose
a la cabeza mayor que está sobre él entonces ella no puede hacer lo que su cabeza
directa le pide, debido a que estaría actuando en forma contraria al designio de la
máxima cabeza. Ella podrá decirle que se somete en todo a su esposo, siempre y cuando
esto no implique violar los mandatos de la cabeza mayor. Allí la mujer podrá explicarle
a su marido incrédulo las enormes bendiciones que recibimos cuando andamos en total
obediencia a los principios de Cristo. Esto no deberá hacerse con actitud de rebeldía, ni
de manera pedante. La esposa tendrá allí una oportunidad para mostrarle el verdadero
evangelio a su marido.

Es posible que surja otra inquietud difícil, como, ¿Deberá la esposa someterse a su
marido si este la maltrata físicamente y ella corre peligro serio por su integridad física?
Es muy común en Latinoamérica encontrar hombres que maltratan físicamente a sus
esposas. Los gobiernos y algunas Ongs han luchado para reducir los niveles de maltrato
conyugal, pero aún sigue siendo un problema serio. Dar una respuesta concisa a esta
pregunta resulta difícil, más cuando muchas mujeres han sufrido terriblemente en mano
de maridos violentos. El principio bíblico es que las mujeres deban someterse a sus
maridos, así sean estos incrédulos. El apóstol Pedro lo expresa así: “Asimismo vosotras,
mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también lo que no creen a la palabra,
sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta
casta y respetuosa. Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos
de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de
un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. Porque así
también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios,
estando sujetas a sus maridos; como Sara obedecía a Abraham, llamándole Señor; de la
cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amezana.” 1
Pedro 3:1-6.

Hoy día, ante cualquier situación complicada en el hogar acudimos al divorcio o la


separación como respuesta y solución pronta, pero cuando hacemos esto estamos
desconociendo los principios esenciales de la relación matrimonial. Cuando dos
personas se casan y tienen relaciones sexuales íntimas, se convierten en una sola carne,
ya no son dos, sino que ahora se han fundido en una relación tan íntima que la Biblia los
considera como una sola carne: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y
se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Génesis 2:24. De allí que Jesús insista es
que esta unión es tan profunda y real que ningún hombre (llámese juez, sacerdote,
pastor u otra autoridad) podrá separarlos verdaderamente. Solamente la muerte de uno
de los dos rompe definitivamente la unión: “Así que no son ya más dos, sino una sola
carne; por tanto, lo que Dios juntó no lo separe el hombre” Mateo 19:6. El apóstol Pablo
va mas allá en el sentido real de la unión carnal, cuando afirma que si un hombre tiene
relaciones sexuales con una prostituta, él se hace una sola carne con ella (1 Cor. 6:16).
No se trata simplemente de afectos y sentimientos. Algunos piensan que si el amor no es
abundante en una relación de pareja entonces deben divorciarse, pues, realmente no está
el vínculo del amor para que permanezcan juntos, pero esta forma de pensar no es
bíblica. La unión sexual íntima es como un adherente firme y fuerte que convierte a las
dos personas en una sola carne. Esto es lo que afirma Pablo cuando presenta el caso de
la relación sexual con una prostituta como factor de unión en una sola carne. En esta
relación no hay sentimientos de amor, no obstante, Dios lo ve como la unión real y
permanente en una carne. De allí que no debemos tomar a la ligera el tema del divorcio.
“El relato de la creación enseña la unidad del esposo y de la esposa, la que según Jesús
no debe ser quebrantada. El profeta Malaquías también se refiere al relato de Génesis
para denunciar que el divorcio es una violación al pacto matrimonial que el esposo ha
hecho con su esposa. Cita las palabras del Señor Dios, que dice, “aborrezco el divorcio”
(Mal. 2:14-16). La voluntad de Dios es que los votos matrimoniales no sean disueltos.
La única excepción que Jesús tolera es cuando uno de los cónyuges comete adulterio
(Mt. 5:32; el texto paralelo de Lc. 16:18 omite la excepción). La regla que viene del
principio mismo de la historia humana es que la esposa no debería divorciarse de su
esposo y, de la misma forma, el esposo no debe divorciarse de su esposa”. Cuando dos
personas deciden unirse en una sola carne, deben estar seguros del amor abundante que
existe entre ellos, pues, solamente el amor les ayudará a sortear todas las dificultades y
vicisitudes que saldrán en el caminar diario de la relación de pareja. La Biblia dice que
el amor es el vínculo perfecto. Col. 3:14. Y el tema del amor es la clave para responder
a la pregunta que estamos analizando. Una esposa llena de amor será capaz de “soportar
con paciencia” las ofensas y maltratos causados por su injusto y cruel esposo. Antes de
pensar en el divorcio o la separación como solución, debe primar el amor. El apóstol
Pablo en Tito 2:4 exhorta a las mujeres mas adelantadas en la fe para que enseñen a las
mujeres que empiezan su vida matrimonial a amar a sus maridos. Jesús nos enseñó
mucho sobre la elevada posición del amor, no solo en el hogar sino en todos los
aspectos de la vida:

Mateo 22:37-39 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda
tu alma, y con toda tu mente. 38Este es el primero y grande mandamiento. 39Y el
segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Juan 13:34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he
amado, que también os améis unos a otros.
1 Cor. 13:1-7 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser
como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2Y si tuviese profecía, y entendiese
todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase
los montes, y no tengo amor, nada soy. 3Y si repartiese todos mis bienes para dar de
comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de
nada me sirve. 4El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es
jactancioso, no se envanece; 5no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no
guarda rencor; 6no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7Todo lo sufre,
todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Mat 5:43-44 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu


enemigo. 44Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os
maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os
persiguen.
Stg. 2:8 Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo
como a ti mismo, bien hacéis.
Ro. 12:10, 14, 17-20; 13:8 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a
honra, prefiriéndoos los unos a los otros. Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y
no maldigáis. No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los
hombres.18Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los
hombres. 19No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de
Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. 20Así que, si tu
enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo
esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No debáis a nadie nada, sino el
amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.
1 Ped. 1:22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante
el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de
corazón puro.
1 Juan 4:7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que
ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.
Si somos llamados a perdonar, incluso a nuestros enemigos, cuanto mas debemos amar
a nuestros cónyuges, a pesar de sus imperfecciones y maltratos. Aunque esto parezca
extraño en un mundo individualista y egocéntrico, realmente este principio es el que
establece unas buenas bases para el sostenimiento de una sociedad justa, duradera y
estable. Los humanos estamos llenos de múltiples imperfecciones, y debemos aprender
a tolerar y soportar, con amor, las imperfecciones de otros, porque nosotros también
hacemos daño, tal vez no de la misma manera que nuestro cónyuge, pero también
hacemos daño, y si no se mantiene el vínculo del amor recíproco entonces será difícil
mantener un hogar estable. Las personas que acuden al divorcio, porque no puede
tolerar las imperfecciones de su cónyuge, piensan que, si encuentran a otra persona, a lo
mejor les va a ir bien con ella y vivirán felices. Pero esto es una utopía. La solución no
está en encontrar a la persona que no me haga daño, sino en aprender a amar de la forma
como Dios ama, es decir, mirando mas allá de las imperfecciones. Sin esta clase de
amor, ninguna relación matrimonial podrá funcionar. Consecuencia del verdadero amor
es la tolerancia, pero una tolerancia que está asociada con el soportar y perdonar. Las
Escrituras insisten mucho en que debemos aprender a soportar y perdonar con paciencia
los pecados y ofensas de los demás:

Mateo 18:21,22 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré
a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?22Jesús le dijo: No te digo hasta siete,
sino aun hasta setenta veces siete.
Lucas 17:3,4 3Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y
si se arrepintiere, perdónale. 4Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día
volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.
Efesios 4:32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a
otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
2 Timoteo 4:16 En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me
desampararon; no les sea tomado en cuenta.
Hechos 7:60 Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este
pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.
Lucas 23:34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y
repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.
Romanos 15:1 Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los
débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.
1 Corintios 13:4-7 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no
es jactancioso, no se envanece; 5no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita,
no guarda rencor; 6no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7Todo lo sufre,
todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Efesios 4:2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a
los otros en amor.
Colosenses 3:13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno
tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo
vosotros.
1 Pedro 2:18-23 Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a
los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar. 19Porque esto merece
aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias
padeciendo injustamente. 20Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo
soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado
delante de Dios. 21Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por
nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 22el cual no hizo pecado, ni
se halló engaño en su boca; 23quien cuando le maldecían, no respondía con maldición;
cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente.

Jesús mismo nos dio ejemplo de amor perdonador, cuando fue capaz de pedir por
aquellos que le estaban crucificando. El amor conyugal, mas que solo un amor erótico,
debe ser estar acompañado del amor ágape. Hoy día, en un mundo sensual, materialista
y hedonista, los hombres se casan, muchas veces, impulsados solamente por la atracción
física. Los resultados son fatales, porque una relación de pareja es mas que solo sexo
íntimo, involucra muchas responsabilidades, compromisos, deberes y situaciones en las
cuales el sexo íntimo ofrece poca solución. Pero, si ya te uniste con otra persona en
matrimonio, no es tiempo de mirar atrás. Posiblemente el amor ágape no fue tenido en
cuenta cuando decidiste casarte, pero aún es tiempo de cultivarlo y hacerlo crecer. El
verdadero amor es mas que un sentimiento, esto es algo que aún no nos es fácil de
comprender. Pensamos que para amar es necesario que nuestros sentimientos sean muy
positivos hacia alguna persona, pero eso no es verdadero amor. Tal vez serán
sentimientos, afectos o química, pero no amor duradero. El amor real es aquel que
procede de una decisión firme de nuestra voluntad. Si no es así ¿Cómo podremos
obedecer el mandato de Cristo de amar a nuestros enemigos? ¿Tendremos sentimientos
y afectos positivos hacia aquellos que nos han hecho mucho daño? Lo mas probable es
que nuestros sentimientos hacia ellos sean adversos y no muy gratos. Pero Dios espera
que amemos a los enemigos. Otro ejemplo que nos da claridad respecto a lo que estoy
diciendo es el primer y segundo mandamiento de la Ley de Dios, como lo resumió
Cristo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu
mente. Y el segundo mandamiento es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo”. Mateo 22:37,39. Jesús no dice “si sientes en tu corazón amar a Dios y al
prójimo” o “si quieres amar a Dios o al prójimo”. No. El manda a nuestra voluntad que
amemos a Dios y al prójimo con todas nuestras fuerzas. En el amor también está
involucrado nuestro corazón. Es decir, también deben surgir sentimientos reales y
profundos de afecto hacia las personas que debemos amar. Esto implica que el amor no
será solamente un deseo de la voluntad, racional e inteligente, sino que, en la medida
que nuestra voluntad es adiestrada a amar, los sentimientos y afectos profundos irán
creciendo hasta que todo nuestro ser está involucrado en el acto de amar.

Vuelvo a insistir, antes de considerar el tema del divorcio o la separación frente al caso
de un esposo injusto, cruel y machista, es necesario considerar, con seriedad, el tema del
amor, el perdón, la tolerancia y la aceptación del otro.

Pero ¿Qué si la integridad física de la esposa corre peligro en manos de su marido? En


esto también de primar el amor y la sujeción. Este sería el caso de un esposo que ha
caído profundo en su capacidad de violencia, y, si puede hacer daño físico a su esposa,
también podrá hacer daño a los demás. En esta situación, la esposa que ama a su
marido, a pesar de su espíritu violento, buscará la ayuda necesaria para que él salga de
esa situación. Sin rebelarse contra la autoridad de su marido, ella acudirá a las
autoridades civiles para que, bajo las leyes de cada nación, procedan a establecer los
correctivos necesarios. Es probable que el esposo violento no entienda esto, pero lo que
se busca es su propio bien. Él se ha convertido en un peligro, no solo para su esposa,
sino para la sociedad. Recordemos que no solamente el esposo es cabeza, sobre él hay
otra autoridad, Cristo, y sobre Cristo, Dios. Pero el señor ha establecido otras
autoridades que se encargan de velar por el bienestar común de una sociedad o nación.
Esta autoridad está representada en: La constitución política, las leyes, los gobernantes
y las autoridades civiles y militares. Acudir a estas autoridades cuando la integridad
física corre peligro no es un acto de rebeldía ni de falta de sujeción, sino que obedece al
principio general y universal de sometimiento a las autoridades. La Biblia contiene
varias indicaciones al respecto:

Romanos 13:1 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay
autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
Romanos 13:4 porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme;
porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al
que hace lo malo.
Aunque haya necesidad de acudir a las autoridades civiles, para la corrección de un
esposo cruel y violento, de todas formas, una esposa cristiana, deberá seguir amándolo
así como Cristo amó a sus detractores. Deberá mantenerse en dependencia del Señor, a
través de la oración, por si es la voluntad de Dios el traerlo a sus caminos. Ahora, si el
esposo incrédulo decide alejarse de su esposa cristiana, que lo haga. Pablo, en 1
Corintios 7 da la posibilidad de que esto sea, y la esposa no debe considerar esto como
un pecado. Ella no tomó de separarse, sino el esposo incrédulo. “Y si una hermana tiene
un esposo no creyente y él consiente en vivir con ella, no la despida. Pero si el no
creyente se va, déjelo ir. Un hermano o hermana no está obligado en tales casos. Dios
nos ha llamado a la paz”. 1 Corintios 7:13,15. El cónyuge cristiano nunca considerará
el tema del divorcio como solución a los problemas, Pablo da por sentado que el
divorcio será una propuesta exclusivamente del cónyuge incrédulo. Los cristianos
buscamos la manera de solucionar todas las situaciones, porque dependemos de Dios.
“Pero si el no creyente se va, déjelo ir. Las palabras de Pablo son realistas, ya que la
primera parte de esta oración señala a un hecho. Si el cónyuge incrédulo rehúsa apoyar
la fe de su esposa y encuentra imposible vivir en una atmósfera cristiana, hay que
dejarlo que se vaya. Las consecuencias económicas delas esposas cristianas
abandonadas por sus esposos eran con frecuencia desastrosas. Estas mujeres pasaban
por muchos sufrimientos. Pablo le aconseja a la esposa cristiana: “si él de quiere ir de la
casa, no se lo impida”. Pablo está en armonía con lo que aconsejó anteriormente sobre
que un cristiano no debe divorciarse. Pero si el incrédulo decide divorciarse de la
esposa, él es responsable del divorcio”.
Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia, la cual
es su cuerpo, y él es su Salvador. V. 23. La mujer debe sujeción y obediencia a su
esposo porque él es su cabeza. Él varón es el directamente responsable ante Dios por el
cuidado del hogar, tanto en el aspecto material como en el espiritual. Esto no quiere
decir que la mujer no tiene responsabilidades espirituales, pero estas serán en sujeción a
su marido. ¿Por qué el hombre es cabeza de la mujer y no a la inversa? Encontramos
varios argumentos que Pablo presenta en otras epístolas:

En el orden establecido por Dios para los roles en el hogar y la Iglesia hayamos los
siguientes patrones:

1. El hombre es cabeza de la mujer, por lo tanto solo él puede realizar funciones de


liderazgo espiritual. 1 Cor. 11:3-16. Este principio debe ser guardado en el hogar (Efe.
5:21-33) y en la Iglesia. (1 Tim. 2:8-14). Así como esta sujeción debe ser realizada
voluntariamente, la cabeza debe ejercer un liderazgo amoroso, tierno y sacrificial. El
mejor ejemplo de liderazgo es Jesucristo mismo, quien amó tanto a la Iglesia que estuvo
dispuesto a sacrificarse por ella. De la misma manera el esposo y los líderes espirituales
de la Iglesia deben guiarla con un amor tan profundo y un cuidado tan especial, que
deben estar dispuestos al sacrificio más grande.
La mujer debe someterse voluntariamente a la dirección o guía espiritual de su esposo
(si este es creyente) y de los pastores o líderes varones que Dios ha dado a la Iglesia.
Efe. 5:22-24).

Estos roles tienen un sustento, no solo en los pasajes mencionados, sino en el resto de
las Escrituras.

- 1 Tim. 2:14. El orden de la creación y la entrada del pecado al género humano

Primero fue creado el hombre, luego la mujer. Gén. 2:7,,20,21,22,23. Estos pasajes nos
dejan ver que la mujer fue creada por causa del hombre. Ella fue creada para ser la
ayuda del hombre, y también su gloria (1 Cor. 11:7-9). El nombre asignado por Dios a la
mujer también afirma la dependencia que tiene del hombre como primer ser creado
(Hombre = Ish, Mujer= Ish-sha) Gen. 2:23.

Cuando la mujer reconoce esta diferencia en el orden de la creación es que puede ser de
gran ayuda y bendición para el hombre. Incluso, ella puede ejercer una influencia muy
poderosa y beneficiosa sobre él, en sumisión, para la felicidad de los dos y
especialmente para la Gloria de Dios. Cuando la mujer asume el papel de liderazgo, no
solo está violando el principio de la creación, sino que engendra caos (aunque en un
principio parezca que las cosas andan mejor) y no está glorificando a Dios.

Algunos argumentan que la sumisión de la mujer al hombre se derivó especialmente del


pecado, y que, por la obra de redención efectuada a través de Jesús, el ideal original de
la creación humana fue restaurado de tal manera que tanto los hombres como las
mujeres pueden ser cabeza tanto en el hogar como en la Iglesia. Pero este razonar no es
de acuerdo al tenor de las Escrituras, puesto que el orden de la creación, primero fue
creado el hombre y luego la mujer, por causa del varón, fue antes de la caída. Este
principio es utilizado por el apóstol Pablo como argumento teológico para establecer
diferencias en el papel que los hombres y las mujeres tienen en la vida del hogar y la
Iglesia.

Aunque el orden la creación de la raza humana parezca algo insignificante y trivial


(primero el hombre, luego la mujer), realmente tiene consecuencias en lo que se
relaciona con los roles y funciones. Dios no hace las cosas por capricho ni porque le
salieron así, en todo lo que hace tiene un plan perfecto, y en el orden de la creación tenía
papeles importantes para el hombre y la mujer. Él sería la cabeza, el maestro, el
sacerdote, la guía, ella sería el corazón. Los dos se complementan y no son felices sin el
otro. (1 Cor. 11:11). Pero cada uno cumpliendo sus roles.

El resultado de violar el principio: “Él dirige, ella sigue” fue la entrada del pecado al
mundo. Adán era responsable de tomar las decisiones más importantes, Eva debía
seguirle. Los asuntos espirituales debían ser dirigidos por Dios a través del hombre, al
cual le había dado la función de cabeza. Él era el sacerdote, y como tal los asuntos
espirituales también estaban bajo su responsabilidad. Él debía buscar cada día el
conocimiento de Dios para trasmitírselo a su mujer. Era su responsabilidad enseñarla y
guiarla a conocer la voluntad de Dios.
Pero Eva desechó su rol de esposa y trató de convertirse en sacerdotisa cuando fue
contactada por Satanás. La serpiente le habló de asuntos espirituales, le dijo “Si comes
de este fruto llegarás a ser como Dios”, este era un asunto que debía ser consultado con
la cabeza, Adán conocía mejor los principios espirituales puesto que tenía la
responsabilidad de enseñar a su mujer, debía estar mas preparado en estos asuntos. Pero
ella violó el principio establecido por Dios y tomó una decisión final que era
competencia del hombre.

Decidió ser como Dios. Ella probablemente pensó que así era mejor, ahora no estaría
obligada a obedecer a su marido, sino que tendría el mismo o mayor conocimiento en
asuntos espirituales.

Ella fue engañada primero (1 Tim. 2:14). Satanás no enfrentó directamente al hombre,
porque lo más probable es que este consultaría el asunto con Dios, puesto que la
propuesta tenía gran influencia espiritual, y él como cabeza de la creación debía ser
cuidadoso en estas decisiones. Pero el varón estaba ligado al corazón de la mujer. Él no
podría obedecer la voz extraña de la serpiente, pero si podría ser conquistado por el
corazón amoroso de la esposa.

Si bien el hombre dirige, la mujer tiene gran influencia sobre el varón, porque ella es su
corazón. Pero cuando la mujer aprovecha este poder de influencia sobre el hombre para
llevarlo a tomar decisiones finales, de acuerdo a lo que ella ha planeado de antemano,
está violando su rol de sumisión. Satanás aprovechó esto y convenció primero a Eva,
por naturaleza ella es más emotiva, y es la primera que muestra interés en asuntos
espirituales. Luego de convencerla a ella sería más fácil que Adán escuchara el consejo
destructor en boca de su mujer. El resultado fue el caos, la entrada del pecado al mundo
creado por Dios.

Pablo no está afirmando en 1 Tim. 2:14-15 que solo la mujer fue engañada. Adán
también pecó. Él no asumió su responsabilidad de cabeza, sino que se dejó llevar por la
emotividad espiritual de su esposa, y en vez de cuidarla y protegerla decidió hundirse
con ella en el pecado.

Los varones tienen la función de liderazgo en todas las Escrituras. En la época


patriarcal Dios se comunicaba directamente con los varones jefes. Ellos eran
responsables de transmitir el mensaje divino a su mujer e hijos. Esta fue la primera
figura de la Iglesia. El orden era que el varón dirigiera y enseñara a esta iglesia. Noé
(Gén. 3:13-22; 7:1-5; 9:1-17), Abraham (Gén. 12:1-5; 15:1-9; 17:1-22; 18:1), Isaac
(Gén. 26:2-5), Jacob (Gén. 32:22-30; 35:1, 9-15).

En el pueblo de Israel Dios organiza el sacerdocio y la adoración colectiva en torno al


templo, dando la función sacerdotal y de liderazgo espiritual a los varones. Aarón y sus
hijos varones fueron consagrados como sacerdotes (Ex. 28:1). Las instrucciones para el
ministerio sacerdotal solo pueden aplicarse a los varones: No podrán casarse con mujer
ramera o repudiada (Lev. 21:7), tomarán por esposa a una mujer virgen (Lev. 21:13-14).

Los jueces y los reyes eran varones. Ellos eran responsables de dirigir al pueblo de
Dios. Solamente cuando los hombres se volvieron débiles e irresponsables en sus
funciones, Dios permitió el surgimiento de mujeres con gran liderazgo como una
excepción mas no como regla. Débora es un ejemplo de ello (Jue. 4:4).

Ella surgió como gobernadora debido a la pecaminosidad del pueblo y la debilidad de


los varones (Jue. 4:1). Incluso ella era conciente de su papel para avergonzar a los
varones, quieres eran responsables de dirigir y proteger al pueblo. Su valentía debía
hacer ver a los varones como irresponsables y débiles. (Jueces 4:8-9).

Cuando las mujeres deben abandonar su papel especial en el hogar, para dedicarse a
funciones de liderazgo, es por la debilidad y flaqueza de los hombres, y no porque Dios
así lo haya diseñado.
Siempre que las damas asumieron un papel de liderazgo obedeció a dos factores:
Primero, los varones habían flaqueado y Dios los avergonzó utilizando a las mujeres en
funciones netamente masculinas, o, Segundo, ellas usurparon el rol de los hombres, pero
las consecuencias fueron funestas. (vea el ejemplo de Jezabel quien dirigía a su
pusilánime esposo, rey de Israel. Las consecuencias de esta debilidad fue la entrada de
la idolatría en Israel (1 Rey. 16:29 – 21:29), o mire la influencia directiva de las esposas
sobre Salomón en asuntos espirituales, la consecuencia, nuevamente idolatría (1 Rey.
11), o ver el caso de Atalía (2 Rey. 11:1)).

Volviendo al pasaje de Efesios 5:23 es importante aclarar la forma cómo la cabeza (el
marido) debe guiar a su esposa. Así como cristo es la cabeza de la Iglesia, la cual es su
cuerpo y él es su Salvador. La relación cabeza-cuerpo ofrece muchas verdades a
considerar. Primero, la cabeza guía al resto del cuerpo. El hombre es guía de su esposa y
del hogar. Pero no debe ser cualquier clase de guía, esta no es arbitraria ni tirana. El
mejor ejemplo de cabeza lo ofrece Cristo mismo. Él dirige sabiamente a la Iglesia y la
conduce a vida abundante. El esposo debe esforzarse por cuidar y proteger a su hogar
como si fuera lo más preciado para él. Un marido que descuida la protección y felicidad
de su casa tendrá que rendir cuentas ante el Soberano creador. El esposo no solo guía y
dirige a su esposa e hijos, sino que debe ser como Su Salvador, así como Cristo salvó a
la Iglesia. El esposo no debe escatimar esfuerzo alguno en traer a todos los miembros de
su hogar a Cristo. Él debe esforzarse por estudiar y conocer más de Dios y su revelación
para instruir a su esposa e hijos en la fe. La salvación no es solo la profesión de fe en
Cristo, sino el conocerle y obedecerle en todo, de esa forma seremos salvados de todos
los ataques de Satanás, el mundo y la carne.

Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus
maridos en todo. V. 24. El orden establecido en la Iglesia, es el mismo para el hogar. La
iglesia tiene una cabeza a la cual está sujeta en todas las cosas, es decir, a Cristo. Él la
compró y la lavó para hacerla su esposa. Ella se guía por todas las instrucciones de su
amante salvador. Esta misma verdad debe verse reflejada en la vida de hogar. Las
mujeres, al casarse, se hacen una sola carne con su marido, y, siendo el varón el
escogido por Dios para llevar la batuta, ella debe obedecerle y someterse en todas las
cosas. La mujer creyente que no se sujeta a su marido está desobedeciendo a su Señor.
¿Qué pasa con una mujer creyente que tiene un marido incrédulo y este le pide que haga
algo contrario a la voluntad preceptiva de Dios? ¿Deberá someterse en todo? Antes de
responder esta pregunta quiero que consideremos otro pasaje, el cual nos puede brindar
luz en esta situación: “Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el
varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo”. 1 Cor. 11:3. Aquí hay un
orden jerárquico de autoridad: Primero Dios, él es la cabeza de Cristo, luego Cristo es la
cabeza del varón, y por último el varón es cabeza de la mujer. Cada uno debe obediencia
a los que están en autoridad por encima de él. Cristo obedece al Padre, el varón debe
obedecer al Padre y a Cristo, la mujer debe obedecer al Padre, a Cristo y al varón. Si el
varón reclama su derecho de cabeza para obligar a su esposa a hacer algo contrario a las
leyes divinas, ella tiene el derecho de apelar a la cabeza que está por encima del varón.
Es decir, con toda sumisión a su marido, y sin tomar una actitud de rebeldía, debe
decirle a su esposo que ella reconoce su autoridad como cabeza, pero que él tiene una
autoridad que es Cristo, y Cristo dice que hay principios y leyes santas que no deben ser
violadas por nadie, aunque tengan un papel de liderazgo. Así la mujer, sin volverse
rebelde contra la autoridad establecida, mantendrá su vida piadosa y se apartará de
participar en pecados con su esposo. “Y si una mujer tiene marido que no sea creyente,
y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es
santificado en la mujer. Porque ¿Qué sabes tú, oh mujer, si quizás harás salvo a tu
marido?. 1 Cor. 7:13,16.
Conducta cristiana el divorcio
1.
Antecedentes históricos
2. Adulterio
3. El divorcio
4. Adulterio como causal de divorcio
5. Causas psicológicas
6. Repercusiones de la conducta de adulterio y del recurso del divorcio
7. Conclusión
8. Bibliografía

INTRODUCCION.
El adulterio como causal de divorcio es un tema realmente interesante ya que involucra el
estudio de diversas áreas como son la psicología, la sociología, la religión entre otras, en
esta investigación tratare de hacer visualizar las definiciones de cada una de los elementos
históricos, legales y de comportamiento, el por que y cuales son las posibles causas que llevan
al ser humano a incurrir en esta acción así como las consecuencias para los individuos que
intervienen y la repercusión que esto tiene en la sociedad.
CAPITULO 1
ANTECEDENTES HISTORICOS.
Desde la antigüedad el adulterio se ha considerado una conducta deleznable e inaceptable
para la vida en sociedad e incluso es condenada para la mas alta deidad de nuestra raza
humana, el mismo ser supremo llamado Dios, Jehová o Yahvé según la idiosincrasia y credo de
cada uno de los seres que habitan en este planeta y que tienen por fe el cristianismo, Él ha
condicionado esta conducta estipulándola en uno de los primeros códigos que regularon la
conducta del hombre en sociedad, la Biblia, precisamente en los diez mandamientos dictándolo
por su propia voz a Moisés en el Monte Sinaí.
En este documento Él dejó asentado en el libro del Éxodo capitulo veinte versículo catorce, que
a la letra dice: "No cometerás adulterio", dejando en claro que esta conducta es intolerable para
Él, recalcándolo en el versículo diesiciete que reza: "…no codiciaras la mujer de tu prójimo….",
asentando que tal vez como lo vemos en nuestra época son los congéneres del sexo masculino
quienes cometen esta falta mas frecuentemente, aunque no siempre suele ser de esa manera
ya que también las mujeres caen en esta conducta aunque en menos ocasiones.
La forma en que se castigaba era de una manera tal que pondría a pensar dos veces a alguien
que en estos días deseara realizar una conducta adulterina.
Los castigos y penitencias iba desde la expulsión de las comunidades hasta la pena máxima
que era la de morir apedreado (o apedreada), además del escarnio publico, es en la Biblia
donde podemos encontrar un relato que nos ilustra esta situación, en el cual Jesucristo es
quien absuelve a una mujer de este pecado además de defenderla del la muchedumbre
diciendo "…quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra…"(San Juan Cáp. 8 Ver. 2 –
11) este pasaje nos ilustra como era condenado el adulterio en esa época y la forma de ser
castigado que era además un castigo aplicado por la comunidad y en publico.
Jesucristo mismo trato el adulterio en sus enseñanzas afirmando que este era denigrante y que
el divorcio era aceptable para Él, en muchas ocasiones citó que si un hombre repudiaba a su
mujer por causa de adulterio debería de darle carta de divorcio, además de entregarla a los
jueces y sacerdotes para que ellos determinaran la forma en que debería ser castigada.
Estos antecedentes son los que, debido a la conquista de los españoles y la imposición de sus
creencias englobadas en el catolicismo se conocen como normas de conducta que nosotros
seguimos por costumbre.
CAPITULO 2
ADULTERIO.
Podríamos entender por adulterio como la violación de la fe conyugal, y, como causal una
situación que anuncia relación o causa de efecto .
No siempre se ha dado a la palabra adulterio la misma significación. En el derecho romano, el
estado de la mujer era lo único que determinaba el adulterio, que así existía
independientemente del estado del hombre, al cual para nada se atendía cuando la mujer era
casada; y se tenía por estupro el comercio sexual del hombre casado con mujer que no lo
fuera.
De ahí nació la distinción que hizo que sólo fuera punible, en un principio el adulterio de la
mujer. Posteriormente el cristianismo sobre la base de la monogamia y de haber considerado
el matrimonio como un sacramento extendió el adulterio a los casos en que el hombre fuera
casado, y los canonistas establecieron que existía ese delito, siempre que se violaba la fe
conyugal, ya fuera por la esposa o por el marido; según laiglesia, el adulterio fue accesus ad
alterius torum.
Constantino declaró ser el adulterio causa de divorcio, cualesquiera de los cónyuges que fuese
el culpable, siguiendo las tendencias del cristianismo, aunque posteriormente vinieron
restricciones para la mujer, para formular la acusación de adulterio contra el marido.
El código de las partidas, (partida 7, título 17, I-1a.), expresa la confusión existente sobre el
punto, en aquella época, definiéndola como "yerro que ome faze a sabiendas, yaciendo con
mujer casada o desposada con otro"; tomando en cuenta la etimología de la palabra
compuesta de las latinas alterius et torum, que quieren decir como "ome" que va o fue al lecho
de otro y atendiendo sólo a las consecuencias más graves que podía tener el adulterio de la
mujer principalmente, y así a la mujer le estaba vedado acusar al marido por adulterio.
Justiniano estableció en la novela 117, que el adulterio del marido era una causa de divorcio
para la mujer, aunque no se igualó a ambos consortes en el derecho de acusar y pretender el
divorcio, aun cuando fuera el mismo delito, ya que se exigían para el caso del marido,
condiciones especiales: como las de que el delito se perpetrara en la casa común o fuese
convicto de vivir habitualmente con la concubina.
Tales son los orígenes de los preceptos existentes en la mayor parte de las legislaciones, con
relación al adulterio que, por lo general, se contraen a establecer diferencias en cuanto a la
pena de el, como delito, pero que no lo definen ni precisan su existencia, ni menos se señalan
sus medios de comprobación.
De aquí que como elemento del hecho en sí, deben subsistir las definiciones antiguas, sólo
modificadas en cuanto a que las condiciones del hombre pueden también ser motivo de
adulterio, y como todas esas definiciones requieren esencialmente la demostración de la
existencia del acto carnal entre los autores, es preciso acreditar el mismo por los medios que el
derecho procesal establece.
Ahora bien, el sentenciador puede en este punto hacer uso de la facultad que le otorga
la ley en materia de apreciación de las pruebas, para no estimar acreditado el adulterio, y la
estimación, siendo una facultad subjetiva del sentenciador, no puede dar lugar, con su ejercicio,
a violación de garantías individuales.
Indudablemente constituye una violación al deber de fidelidad y de respeto que naturalmente
debe existir en el matrimonio, y que, asimismo, hace presumir la existencia de relaciones
sexuales con persona distinta de su primer cónyuge, como lo exige la causal de adulterio.
Es importante subrayar que la familia se basa fundamentalmente en el matrimonio, y que a
partir de que se contrae, se adquieren asimismo una serie de deberes y
de derechos recíprocos, como son el mutuo auxilio, vida en común, asistencia y socorro, en
casos de enfermedad, fidelidad y débito carnal. Toda persona tiene libertad para casarse o no,
pero una vez casada, contrae las obligaciones y derechos que el matrimonio conlleva.
Esta conducta que no es posible que sea tutelada por la ley, ya que es completamente
contraria a la esencia misma del matrimonio, que sólo puede subsistir basada en la fidelidad de
los esposos, y al orden público y las buenas costumbres, ya que la poligamia no es permitida
por nuestra legislación, al grado de constituir conducta considerada como delictuosa.
Como la fidelidad implica la observancia constante de una conducta altruista de fe,
cariño, amor y respeto que un cónyuge debe al otro, lo cual es esencia de los deberes
conyugales, es indudable que si uno de ellos falta al otro incurriendo en infidelidad, su conducta
ofensiva y desleal sí constituye una injuria grave, integrándose causal de divorcio, atento a que
la definición de injurias admite toda conducta ofensiva que veje, menosprecie o humille al
cónyuge ofendido, lo que efectivamente sucede con la falta de fidelidad, debiendo distinguirse
esta causal del adulterio, porque este último implica necesariamente la relación sexual.
CAPITULO 3
EL DIVORCIO.
Se entiende como divorcio el acto jurídico que disuelve el matrimonio y deja a los
exconyuges en aptitud de contraer otro.
Si bien es la disolución del matrimonio, también es preciso mencionar que existen tres tipos de
divorcio: el divorcio administrativo, el divorcio voluntario y el divorcio necesario.
El divorcio administrativo es uno de los mas sencillos en la materia de derecho civil donde los
que pretendan llevarlo a cabo deben ser mayores de edad, y no haber procreado ni adoptado
hijos, tener mas de un año de casados además de estar bajo el régimen de separación
de bienes y si es por sociedad conyugal no haber adquirido bienes que sean gananciales y
haber liquidado esa sociedad por convenio. Y cumplir con todas la dispocisiónes que estipula la
ley.
El divorcio voluntario se lleva a cabo de la siguiente manera según lo que establece el Código
Civil del Estado de Puebla, que los cónyuges que teniendo mas de un año de casados que no
reúnan lo estipulado en las fracciones I a IV del articulo 436 del ya mencionado código pueden
divorciarse de mutuo consentimiento acudiendo al Juez del domicilio familiar de acuerdo con
las dispocisiónes que establece el dicho código y de las aplicables del Código
de Procedimientos Civiles.
El adulterio se encuentra ubicado dentro del rubro del divorcio necesario, ya que es una de las
causas que lo llevan a efecto, es preciso reconocer una distinción entre el adulterio como
causal de divorcio y el adulterio como delito sancionado por la ley penal; si bien ambos implican
la existencia de relaciones sexuales entre el cónyuge culpable y persona diversa del otro
cónyuge, el adulterio tipificado como delito requiere, como elemento constitutivo, haber sido en
el domicilio conyugal o con escándalo; más la simple relación sexual entre el cónyuge
demandado y un tercero constituye causal de divorcio, justificativa de la disolución del vínculo
matrimonial, porque éste sólo puede subsistir, para el legislador, mediante una vida en común,
basada en la fidelidad de los esposos.(Párrafo final Pág.7)
En el Código Civil para el Estado de Puebla no se dispone que la acción de divorcio necesario
por adulterio de uno de los cónyuges, sea improcedente cuando exista perdón del ofendido, por
tanto, no existe laguna o vacío legislativo sobre ese particular que deba colmarse, y el hecho
de que en la legislación de otra entidad federativa se contemple esa salvedad, no conduce a
observar, por analogía, preceptos ajenos a lacodificación aplicable, precisamente porque no
hay vacío normativo, además de que para que la ley pueda integrarse o interpretarse por
analogía deben existir, cuando menos, dos preceptos que aun de manera distinta regulen la
misma situación jurídica, lo que sobre el tema tratado no se actualiza.
CAPITULO 4
ADULTERIO COMO CAUSAL DE DIVORCIO.
Si bien es cierto que es criterio reiterado, sustentado por el máximo tribunal de la nación, que
para la comprobación del adulterio como causal de divorcio debe admitirse la prueba indirecta,
habida cuenta de que el medio directo para la comprobación de esa causal es casi imposible,
no menos cierto es que ese medio de convicción indirecto debe encaminarse a demostrar
precisamente la conducta infiel del cónyuge demandado, así como la mecánica del adulterio, y
por tanto el actor tiene la carga de probar en el juicio las circunstancias de tiempo, lugar y modo
en que se produjeron los hechos, de los cuales se pretende deducir que el culpable tuvo
relaciones sexuales con personas distintas de su cónyuge, para así satisfacer las exigencias
legales y el juzgador pueda apreciar la conducta indebida imputada al demandado; y por otra
parte, para estar en posibilidad de determinar si la acción se registró oportunamente, es decir
para estar en legal posibilidad de establecer si operó o no la caducidad en términos del artículo
459 del Código Civil para el Estado de Puebla.
CAPITULO 5
CAUSAS PSICOLOGICAS.
Dentro de este ámbito podríamos enunciar los antecedentes de infancia del sujeto adulterino,
ya que con frecuencia hemos escuchado que "los niños aprenden y repiten lo que observan en
casa", también es conocida la teoría de la predisposición genética que dice que un hijo hereda
genéticamente las actitudes, comportamientos, forma de hablar, caminar y hasta de reaccionar
de alguno de sus progenitores.
Si bien esto es cierto en algunos aspectos por otro lado podríamos atribuir este
comportamiento (adulterio) al medio en que el individuo ha sido criado, la gente que lo rodea ya
sean amistades familia o parientes, esto en realmente influye en la personalidad de él, estudios
realizados en distintas universidades de los Estados Unidos de América han descubierto que
los patrones de comportamiento de los padres son los que mas tienen que ver con el
comportamiento de sus hijos; por ejemplo cuando una madre dice a su hijo que no termina la
comida de su plato que piense que hay en el mundo muchos niños que se quedan sin comer, o
que lo hace comer sin estar este hambriento va produciendo en el una idea de acabar con todo
lo que se encuentre en la mesa o de comer por impulso, por otro lado las adulaciones
constantes de un progenitor hacia su vástago producen en el no un complejo sino un delirio de
superioridad y grandeza, estos dos tipos de comportamiento ya sea de complejo o no los
llevara el infante durante toda su vida, esto se llama retroalimentación que es la inducción de
ideas encaminadas a provocar un tipo de comportamiento y puede ser intencional o
inconscientemente.
CAPITULO 6
REPERCUSIONES DE LA CONDUCTA DE ADULTERIO Y DEL RECURSO DEL DIVORCIO.
Dentro de este punto cabria mencionar en primer lugar cuales son las principales
consecuencias del adulterio; como ya se menciono en el capítulo anterior los efectos
psicológicos repercuten en primer lugar en los hijos ya que, al observar el tipo de problema que
el adulterio representa tienden a hacer a un lado al responsable de esta, manifestándolo con
rechazo, odio e incluso la negación del parentesco.
Este es el tipo de trauma que puede llevar al afectado en un futuro a cometer el mismo
comportamiento ya que se forma en el subconsciente la disposición a realizar dicha conducta.
En el ámbito legal conlleva a la disminución o perdida de derechos sobre los hijos como
pueden ser la patria potestad, la custodia y la tutela por ejemplo.
En el ámbito social hasta hace apenas unos años el divorcio ha ido dejando de ser algo que la
sociedad condene, la cercanía con el vecino país del norte, sus ideas revolucionarias y de
primer mundo calificadas como de "open mind" o de mentalidad abierta en el buen castellano,
han influenciado en este aspecto la forma de ver este fenómeno social cada vez mas común
entre los mexicanos.
En el ámbito económico podríamos mencionar a que si el cónyuge demandado fue el padre y
este es quien solía sostener la casa tendrá que seguir haciéndolo como una obligación que se
le impone conforme a derecho hasta que sus hijos cumplan la mayoría de edad o concluyan
con sus estudios.
En pocas palabras el adulterio y el divorcio por causa de este implican consecuencias en varios
puntos medulares de la sociedad SIENDO EL PRINCIPAL DE ELLOS LA FAMILIA.
CONCLUSION.
Como conclusión me gustaría solo opinar que no importa cuanto se legisle sobre el adulterio
como causal de divorcio, ni cuanto se legisle sobre adulterio como delito o sobre el adulterio o
el divorcio en si, sino que como seres humanos debemos ver nuestras limitaciones y nuestras
virtudes y que debemos pensar que si hay un ser supremo que nos ha concedido el honor de
tener una persona especial para compartir nuestras vidas y que como se establece legalmente,
perpetuar la especie debemos cuidar ese núcleo, esa célula que las leyes tanto divinas como
terrenales protegen: LA FAMILIA, debemos hacer conciencia de lo que somos para nuestros
hijos y de lo que ellos pueden llegar a ser para la humanidad, como seres con capacidad de
raciocinio debemos hacer que nuestros hechos y actos sean los que los forjen como los
hombres y mujeres que llevaran a nuestra nación por el camino al progreso y la
excelencia personal y que harán de ellos buenos mexicanos.

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos29/adulterio/adulterio.shtml#ixzz2aw7YYguT


El Aborto
¿Qué es el Aborto?
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La Medicina entiende por aborto toda expulsión del feto, natural o provocada, en el
período no viable de su vida intrauterino, es decir, cuando no tiene ninguna
posibilidad de sobrevivir. Si esa expulsión del feto se realiza en período viable pero
antes del término del embarazo, se denomina parto prematuro, tanto si el feto
sobrevive como si muere.

En el lenguaje corriente, aborto es la muerte del feto por su expulsión, natural o


provocada, en cualquier momento de su vida intrauterino.
EL ABORTO

PRESENTACIÓN

El Comité Episcopal para la Defensa de la Vida, dependiente de la Conferencia


Episcopal Española, presenta con éste, el primero de una serie de trabajos que se
propone editar, relacionados con el valor y la dignidad de la vida humana, y con la
consideración que debe merecer por parte de las personas, las instituciones, los
poderes públicos y la propia legislación.

Esta colección de trabajos que ahora se inicia, nace con la doble vocación del rigor
técnico y científico, por una parte, y de la accesibilidad y la sencillez de exposición,
por otra. En la ocasión presente se trata de ofrecer al lector una información
básica, unos criterios sólidos y una panorámica lo más amplia posible sobre el
fenómeno del aborto provocado, su realidad biológica, tratamiento legal,
consideración social y sus aspectos ético-morales. No se pretende, desde luego,
agotar la cuestión con las páginas que siguen, pero sí se aspira a que lo que en
ellas se contiene constituya una base mínima y segura sobre la que establecer los
criterios fundamentales en torno a asunto tan controvertido.

Para la elaboración de este texto han intervenido en estrecha colaboración con los
Obispos miembros del Comité Episcopal, por una parte, personas especializadas
en diversos campos de la investigación y el estudio: médicos, biólogos,
biopatólogos y farmacéuticos; y por otra, teólogos, moralistas, juristas, sociólogos,
psicólogos y periodistas. Todos ellos han contribuido, con sus sugerencias, sus
conocimientos, su experiencia y su presencia en las múltiples reuniones de trabajo,
al resultado final, que es el texto que el lector tiene en su mano.

No es, desde luego, este trabajo el primero que el Episcopado español ofrece
sobre esta cuestión a nuestra sociedad; hay que recordar, por ejemplo, la nota de
la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, de 5 de Octubre de 1974, en la
que se abordan los aspectos pastorales del problema, y la documentación sobre
"La vida y el Aborto", de 31 de mayo de 1983, preparada por la misma Comisión
Episcopal para la 51 Reunión del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal
Española, en la que se tratan aspectos jurídicos y morales de la cuestión, y se dan
recomendaciones pastorales a gobernantes y legisladores, a los creyentes, a
médicos y personal sanitario, y a sacerdotes y agentes de Pastoral.

Narciso Jubany Arnau Cardenal,


Presidente del Comité Episcopal para la Defensa de la Vida.

INTRODUCCIÓN

Las sociedades modernas han experimentado en el último siglo cambios


espectaculares, producidos por el desarrollo de la ciencia y de la técnica en todos
los aspectos de la vida. Se ha dicho certeramente que la Humanidad ha vivido
cambios más profundos en los últimos cien años que en todo el resto de la historia
del hombre sobre la Tierra. Así es, en efecto, en todo lo concerniente al progreso
científico y tecnológico, que nos hace vivir una era de mutaciones aceleradas, en
la cual hechos que nos parecían imposible o fruto de una imaginación desatada se
convierten en realidades cotidianas que no asombran ni a un niño.

Lamentablemente, todos estos progresos no siempre han ido unidos al


correspondiente crecimiento moral de la persona, de tal manera que sean puestos
al servicio del hombre, destinatario de los esfuerzos y los trabajos de científicos,
técnicos y políticos, y de todos cuantos tienen alguna responsabilidad en la vida
colectiva. Este hecho refleja lo que constituye tal vez el drama más profundo de
nuestro tiempo: la pérdida del sentido de la persona humana, el olvido de su
dignidad, la esclavitud de los hombres con respecto a sus propias obras y
proyectos. La vida humana resulta así amenazada de múltiples maneras. Esta
situación no puede responder al designio de Dios, Creador y fin del hombre, quien
lo ha puesto todo a su servicio, es decir, al servicio de su vocación trascendente.
Es verdad que nuestra sociedad no piensa mucho en Díos. Pero entre el olvido de
Dios y la pérdida de respeto al hombre hay una vinculación estrechísima, que no
podemos menos que señalar.

Así, por ejemplo, vemos con desolación cómo persisten los hirientes desequilibrios
entre unos pueblos y otros, cómo las guerras y toda suerte de conflictos surgen por
doquier en el planeta, y cómo los derechos de la persona humana son vulnerados
y pisoteados en todas las latitudes, sin excepción, aunque en unos lugares estas
agresiones se produzcan de forma más violenta, y en otros revistan características
aparentemente civilizadas, con lo que añaden la hipocresía a la barbarie.
La sociedad española no es una excepción de este fenómeno universal Mientras el
nivel de vida medio ha mejorado ostensiblemente en los decenios recientes, y en
los últimos años nuestra nación se ha adherido a organizaciones supranacionales
y ha suscrito tratados y convenios internacionales que buscan la mejor defensa y
protección de los derechos humanos fundamentales, la realidad nos muestra que,
por un lado, subsisten irritantes bolsas de pobreza y marginación entre nosotros, y,
por otro, que esos derechos esenciales a la dignidad de la persona humana no se
respetan como debieran, tanto en la práctica diaria como incluso en nuestra propia
legislación.

Junto a lo que no dudamos en calificar como logros e videntes dirigimos a velar por
la dignidad amenazada de la persona (la abolición de la pena de muerte, la
supresión de la tortura y de los trabajos forzados, la preocupación por el deterioro
del entorno o el mandato constitucional de proteger la intimidad individual y familiar
de las intromisiones de la informática, por ejemplo), observamos con alarma y
honda preocupación que, a pesar de estos logros, crecen en nuestra sociedad
otras agresiones a la persona y a sus derechos fundamentales. En particular, no se
defiende el derecho a la vida, y aun es objeto de agresiones inequívocas, tanto por
la actitud de sectores amplios de nuestra sociedad como por la propia legislación
vigente en España. Este hecho sería incomprensible si no tuviéramos en cuenta la
enorme fuerza del hedonismo en la sociedad actual, que cifra en el puro bienestar
material todas sus aspiraciones, con olvido de la realidad trascendente del ser
humano e incluso con dejación de la misma lógica de los principios de convivencia
que decimos profesar.

El Comité Episcopal para la Defensa de la Vida, consciente de que todavía es


tiempo de rectificar los errores y enderezar el peligroso rumbo que han emprendido
algunos sectores, incluidos sectores dirigentes de nuestra sociedad, quiere iniciar
con esta publicación una serie de textos asequibles, didácticos y claros acerca del
valor de la vida humana (aborto, fecundación asistida, eutanasia, ecología, etc.),
que puedan ser de utilidad no sólo a los fieles cristianos y a sus formadores, sino
también al conjunto de los ciudadanos, a los legisladores y a los gobernantes,
sean cuales fueren sus creencias o sus convicciones. Persuadido de que la
legislación en materia de aborto provocado viene a consentir una injustísima
muerte de inocentes cuyas motivaciones principales son la comodidad, la
ignorancia, la soledad y la desinformación, el Comité llama a todos los hombres y
mujeres de buena voluntad a la reflexión, basada en una mejor información sobre
lo que está ocurriendo delante de nuestros ojos. Los católicos estamos en
condiciones inmejorables para poder comprender la naturaleza del problema del
aborto. Nuestra fe nos permite percibir de una manera más plena y nos urge a
proclamar ante todos la grandeza y dignidad del hombre, cuya vida es un don de
Dios, tal y como nos ha mostrado Jesucristo, que es Camino, Verdad y también
Vida.

I. EL ABORTO Y EL ORIGEN DE LA VIDA

1. ¿Qué es el aborto?

La Medicina entiende por aborto toda expulsión del feto, natural o provocada, en el
período no viable de su vida intrauterino, es decir, cuando no tiene ninguna
posibilidad de sobrevivir. Si esa expulsión del feto se realiza en período viable pero
antes del término del embarazo, se denomina parto prematuro, tanto si el feto
sobrevive como si muere.

El Derecho español, al igual que el Derecho Canónico, considera aborto la muerte


del feto mediante su destrucción mientras depende del claustro materno o por su
expulsión prematuramente provocada para que muera, tanto si no es viable como
si lo es.

En el lenguaje corriente, aborto es la muerte del feto por su expulsión, natural o


provocada, en cualquier momento de su vida intrauterino.

2. ¿Cuántas clases hay de aborto?

El aborto puede ser espontáneo o provocado. El espontáneo se produce o bien


porque surge la muerte intrauterinamente, o bien porque causas diversas motivan
la expulsión del nuevo ser al exterior, donde fallece dada su falta de capacidad
para vivir fuera del vientre de su madre. Si el aborto es provocado, se realiza o
bien matando al hijo en el seno materno o bien forzando artificialmente su
expulsión para que muera en el exterior.

En ocasiones se actúa sobre embarazos de hijos viables, matándolos en el interior


de la madre o procurando su muerte después de nacer vivos. Esto no es,
médicamente hablando, un aborto, y de hecho muchas legislaciones que se
consideran permisivas en la tolerancia del aborto lo prohíben expresamente,
porque lo incluyen en la figura del infanticidio. Pero no ocurre así en otros casos,
como por ejemplo en España, donde el Código Penal no tiene en cuenta la
viabilidad del feto para que se dé el delito de aborto, y, en contrapartida, se puede
matar en algunos casos a fetos viables sin recibir ningún castigo penal, al amparo
de la legislación vigente precisamente en materia de aborto. Por eso utilizaremos
en estas páginas la definición de aborto según el lenguaje corriente, de modo que
la muerte provocada de un feto viable también será considerada como aborto.

3. ¿Es un ser humano el fruto de la concepción en sus primeras fases de


desarrollo?

Desde que se produce la fecundación mediante la unión del espermatozoide con el


óvulo, surge un nuevo ser humano distinto de todos los que han existido, existen y
existirán. En ese momento se inicia un proceso vital esencialmente nuevo y
diferente a los del espermatozoide y del óvulo, que tiene ya esperanza de vida en
plenitud. Desde ese primer instante, la vida del nuevo ser merece respeto y
protección, porque el desarrollo humano es un continuo en el que no hay saltos
cualitativos, sino la progresiva realización de ese destino personal. Todo intento de
distinguir entre el no nacido y el nacido en relación con su condición humana
carece de fundamento.

4. ¿Así que no es verdad que al principio existe una cierta realidad biológica,
pero que sólo llegará a ser un ser humano más tarde?

No. Desde que se forma el nuevo patrimonio genético con la fecundación existe un
ser humano al que sólo le hace falta desarrollarse y crecer para convertirse en
adulto. A partir de la fecundación se produce un desarrollo continuo en el nuevo
individuo de la especie humana, pero en este desarrollo nunca se da un cambio
cualitativo que permita afirmar que primero no existía un ser humano y después, sí.
Este cambio cualitativo únicamente ocurre en la fecundación, y a partir de
entonces el nuevo ser, en interacción con la madre, sólo precisa de factores
externos para llegar a adulto: oxígeno, alimentación y paso del tiempo. El resto
está ya en él desde el principio.

5. ¿Cómo puede existir un ser humano mientras es algo tan pequeño que no
tiene el más mínimo aspecto externo de tal?

La realidad no es sólo la que captan nuestros sentidos. Los microscopios


electrónicos y los telescopios más modernos nos ofrecen, sin lugar a dudas,
aspectos de la realidad que jamás habríamos podido captar con nuestros ojos. De
manera semejante, la ciencia demuestra rotundamente que el ser humano recién
concebido es el mismo, y no otro, que el que después se convertirá en bebé, en
niño, en joven, en adulto y en anciano. El aspecto que presenta varía según su
fase de desarrollo. Y así, en la vida intrauterina primero es un embrión pre-
implantado (hasta la llamada anidación, unos 12-14 días después de la
fecundación, en que cabe la posibilidad de que de un mismo óvulo fecundado
surjan gemelos); después es un embrión hasta que se forman todos sus órganos;
luego, mientras éstos van madurando, un feto, hasta formarse el bebé tal como
nace. Y después continúa el mismo proceso de crecimiento y maduración, y más
tarde se produce el inverso de decadencia hasta la muerte.

Por eso no tiene sentido decir que un niño proviene de un feto, sino que él mismo
fue antes un feto, del mismo modo que un adulto no proviene de un niño, sino que
antes fue niño, y siempre es el mismo ser humano, desde el principio. Y tan
absurdo sería defender que el hijo recién concebido no es un ser humano porque
no tiene aspecto de niño, como suponer que el niño no es un ser humano porque
no tiene el aspecto externo del adulto.

6. Admitiendo que existe una nueva vida desde el momento de la


fecundación, ¿no podría ser una vida vegetal o animal, para llegar a ser
humana en una fase posterior?

No. Con los actuales conocimientos genéticos, es indudable que cada ser es lo
que es desde el momento de la fecundación. De la unión de gametos vegetales
sólo sale un vegetal; de gametos animales no racionales, por ejemplo un
chimpancé, sólo sale otro chimpancé, y de la unión de gametos humanos se crea
un nuevo ser de la especie humana, que es tal desde el principio, pues así lo
determina su patrimonio genético específicamente humano.

7. ¿Ha habido épocas en que se haya creído que el fruto de la concepción de


la mujer podía ser un individuo no humano?

Sí. Hubo épocas en que, por ignorancia de los mecanismos genéticos, se creyó
que una mujer fecundada por un hombre podía concebir un ser no humano o
medio-humano. Esta idea es una manifestación de superstición y de ignorancia
científica que hoy debe tenerse por superada. Otra cosa es que, por enfermedades
o alteraciones diversas, puedan producirse trastornos en el momento de la
fecundación que desemboquen en la formación de productos anómalos, como la
llamada "mola vesicular" o los "huevos abortivos", que carecerán de capacidad de
desarrollo. O que, en ocasiones, conduzcan a hijos con malformaciones
congénitas, cuya vida, sin embargo, es merecedora del mismo respeto y la misma
protección que la de los seres normalmente constituidos.

8. ¿Y no puede suceder que, aunque el fruto de la fecundación sea una vida


humana, ésta no llegue a constituir un ser humano individual hasta un
momento posterior?

En la realidad no existen más que seres humanos individuales. El concepto de vida


humana es una abstracción que no existe más que encarnada en seres
individuales de la especie humana. La vida humana, en general, es una idea
abstracta; una vida humana concreta no es, no puede ser en la realidad, otra cosa
que un ser humano.

9. Pero dado que hasta el decimocuarto día posterior a la fecundación existe


la posibilidad de que de un óvulo fecundado salgan no uno, sino dos seres
humanos (gemelos monocigóticos), ¿no habría que afirmar que mientras sea
posible tal división no existe un ser humano individualizado?

El que puedan llegar a existir dos seres humanos a partir de un mismo óvulo
fecundado no significa que antes de la división no haya ninguno, sino más bien
que donde había uno -por un proceso todavía no bien conocido- llega a haber más
de uno.

Hay que tener en cuenta que no es lo mismo individualidad que indivisibilidad. Un


ser vivo puede ser individual, pero divisible; es el caso de las bacterias y otros
microorganismos. El que en una determinada época de su evolución biológica un
ser vivo pueda ser divisible no invalida su carácter de individuo único en los
momentos anteriores. El ser humano, como se ha dicho antes, hasta
aproximadamente el día 12-14 de su evolución es individual, pero divisible, y a
partir de la anidación es ya único e indivisible.

10. Si existe un ser humano desde la fecundación, ¿por qué los científicos se
refieren a él con términos varios según su fase de desarrollo: cigoto, mórula,
blastocisto, embrión, feto?
Porque la vida de un ser humano es un largo proceso que se inicia cuando de dos
gametos, uno masculino y otro femenino, surge una realidad claramente distinta: el
nuevo ser humano, fruto de la fecundación, quien en las distintas etapas de su
desarrollo recibe nombres distintos: el cigoto es la primera célula que resulta de la
fusión de las células masculina y femenina. Tras unas primeras divisiones
celulares, este ser humano recibe el nombre de mórula, en la que pronto
aparecerá una diferenciación entre las células que formarán el embrión (lo que
hemos llamado embrión preimplantado, y que algunos llaman preembrión) y las
destinadas a formar la placenta. En esta nueva fase, el ser humano se llama
blastocisto, y anidará en la pared del útero de su madre. Después se irán
diferenciando sus órganos, unos antes que otros, durante todo el período
embrionario, al tiempo que la placenta se desarrolla por completo. El embrión se
llamará entonces feto, y continuará su crecimiento mientras se produce la
maduración funcional de sus órganos hasta que, en un momento dado, nacerá y
se llamará neonato, recién nacido. Y este proceso único, que se ha desarrollado
suavemente, sin cambios bruscos, continúa después del nacimiento, y el neonato
se hace niño; el niño, adolescente; el adolescente, joven; el joven, adulto y el
adulto, anciano. Todos éstos son los nombres que distinguen las etapas de la vida
de un solo ser que surgió con la fecundación y que será el mismo hasta que
muera, aunque su apariencia externa sea muy diferente en una u otra fase.

11. ¿No podría entenderse que hasta que sea viable, es decir, hasta que sea
capaz de subsistir fuera del vientre materno, el hijo no nacido no es un ser
humano, puesto que depende de su madre para existir?

No. El hecho de que en una determinada fase de su vida el hijo necesite el


ambiente del vientre materno para subsistir no implica que sea una parte de la
madre. Desde la fecundación tiene ya su propio patrimonio genético distinto del de
la madre, y su propio sistema inmunológico diferente también del de la madre, con
quien mantiene una relación similar a la del astronauta con su nave: si saliese de
ella moriría, pero no por estar dentro forma parte de la nave.

Por otra parte, lo que se llama la viabilidad (es decir, la probabilidad de que el hijo
siga viviendo en el exterior tras un embarazo cesado prematuramente) es mayor a
medida que la gravidez está más avanzada, pero es muy difícil determinarla en el
tiempo, pues el que el hijo pueda seguir viviendo depende en gran parte de
factores externos: . tipo de parto, atenciones médicas que reciba el niño,
abundancia o escasez de medios y estado de la técnica en el lugar en que ocurre
el nacimiento, etc. Además, a medida que avanzan los conocimientos de la ciencia
va disminuyendo la edad del embarazo en que se puede considerar viable un feto.
Por eso la adquisición de la viabilidad, como el aprender a andar o a hablar, o el
llegar al uso de razón, son cosas que le pasan a un ser humano, pero en modo
alguno momentos en que éste se convierte en humano. No tiene sentido hacer
depender la condición humana del desarrollo tecnológico.

Por lo demás, la capacidad de subsistir fuera del seno materno ha de ser


forzosamente ajena a la determinación del inicio de la vida humana, porque un
recién nacido es también absolutamente incapaz de subsistir por sí mismo sin
recibir los oportunos cuidados. El nacimiento determina un cambio en el modo de
recibir el oxígeno y un cambio en el modo de alimentarse, pero el resto del
desarrollo continúa el curso que ya se inició en el comienzo de la vida intrauterino.

12. A pesar de todo, si alguien tuviese dudas de en qué momento exacto


surge un nuevo ser humano, ¿qué actitud ha de adoptar?

En el supuesto de que alguien tenga dudas acerca de si en un instante concreto ya


comienza a existir un nuevo ser humano o todavía no existe, debe abstenerse de
interrumpir su normal desarrollo o de darle tratos indignos del hombre, pues ante
esta duda debe prevalecer la posibilidad de que sí estemos ante un ser humano; al
igual que, en caso de duda sobre si un hombre está ya muerto o todavía no, se
exige que se le respete como ser humano vivo hasta que haya certeza de su
muerte. Hasta tal punto la sociedad valora la protección de la vida humana, que
para extirpar un órgano con destino a un trasplante no basta con la probabilidad de
que el donante haya fallecido, sino que se exigen rigurosos criterios científicos
para diagnosticar su muerte.

Que esto es así se puede apreciar muy vivamente en los casos dramáticos de
hundimiento de edificios o de mineros atrapados en un derrumbamiento: los
trabajos de desescombro y de rescate prosiguen mientras no haya completa
certeza de que no queda nadie vivo, y jamás se suspenden sólo porque se
suponga meramente probable que hayan muerto todos.

13. ¿En qué momentos de su vida intrauterina va desarrollando el hijo no


nacido sus distintos órganos y funciones?

 A las dos semanas se inicia el desarrollo del sistema nervioso.


 A las tres semanas de vida empieza a diferenciarse el cerebro, aparecen
esbozos de lo que serán las piernas y los brazos y el corazón inicia sus
latidos.

 A las cuatro semanas ya empiezan a formarse los ojos.

 A las seis semanas la cabeza tiene su forma casi definitiva, el cerebro está
muy desarrollado, comienzan a formarse manos y pies, y muy pronto
aparecerán las huellas dactilares, las que tendrá toda su vida.

 A las ocho semanas el estómago comienza la secreción gástrica; aparecen


las uñas.

 A las nueve semanas se perfecciona el funcionamiento del sistema


nervioso: reacciona a los estímulos y detecta sabores, pues se ha
comprobado que si se endulza el líquido amniótico -en el que vive nadando
dentro del vientre materno- ingiere más, mientras que si se sala o se
acidula, lo rechaza.

 A las once semanas ya se chupa el dedo, lo que puede verse


perfectamente en una ecografía.

La mayor parte de los órganos están completamente formados al final de la


duodécima semana, y casi todos ellos funcionarán ya en la segunda mitad de la
vida intrauterina. Pero hay cambios que no se producirán más que después de
nacer: la primera dentición sólo aparece seis meses después del nacimiento, los
dientes definitivos lo hacen hacia los siete años y algunas veces las últimas
muelas no salen hasta bien avanzada la edad adulta. La pubertad, con todos sus
cambios anatómicos y fisiológicos, acaece en la segunda década de la vida, y la
capacidad reproductora en la mujer se inicia poco después de la pubertad y cesa
en el climaterio. Es decir, la vida es un proceso único, que empieza en la
fecundación y no se detiene hasta la muerte, con sus etapas evolutivas e
involutivas.

14. Entonces, ¿con qué fundamento defienden algunos que el hijo aún no
nacido forma parte del cuerpo de la madre, y que es ella la única que puede
decidir sobre el destino del hijo?
Quienes así argumentan no tienen ningún fundamento en absoluto. La realidad
demuestra categóricamente que el hijo es un ser por completo distinto de su
madre, que se desarrolla y reacciona por su cuenta, aunque la dependencia de su
madre sea muy intensa, dependencia que, por cierto, continúa mucho tiempo
después del nacimiento. Ni siquiera forman parte del cuerpo de la madre la
placenta, el cordón umbilical o el líquido amniótico, sino que estos órganos los ha
generado el hijo desde su etapa de cigoto porque le son necesarios para sus
primeras fases de desarrollo, y los abandona al nacer, de modo semejante a como,
varios años después del nacimiento, abandona los dientes de leche cuando ya no
le son útiles para seguir creciendo. Por tanto, pretender que el hijo forma parte del
cuerpo de la madre no es, en el mejor de los casos, más que una muestra de
absoluta ignorancia.

ll. COMO SE PRACTICA EL ABORTO

15. ¿Cuáles son los métodos habituales en la práctica del aborto?

El aborto provocado tiene por objeto la destrucción del hijo en desarrollo en el seno
materno o su expulsión prematura para que muera. Para conseguir este resultado
se suelen usar diversos métodos que en otras circunstancias se emplean
normalmente también en ginecología y obstetricia, y que se eligen atendiendo a los
medios de que se disponga y a la edad del feto que hay que suprimir. Los métodos
más utilizados son: aspiración, legrado, histerotomía ("mini cesárea"), inducción de
contracciones e inyección intraamniótica.

16. ¿No existen también unas píldoras abortivas?

Aunque se ha intentado muchas veces el uso de medios con apariencia de


medicamentos para producir abortos, hasta ahora sólo lo ha conseguido con
alguna efectividad la llamada "píldora abortiva" (RU-486). Mediante su
administración en época muy temprana del embarazo, antes de la sexta semana
de vida del hijo, es decir, antes de que se produzca la segunda falta de la regia en
la madre, se intenta que este preparado hormonal anule la función de la placenta
en formación, con lo que se produce la muerte del hijo, que es en ese momento un
embrión necesitado absolutamente de la función nutritiva de la placenta, y
entonces ocurre su consiguiente expulsión con todas sus envolturas. Si no se
consiguen completamente los resultados perseguidos hay que recurrir a un legrado
para consumar el aborto.
17. ¿Cómo se practica un aborto por aspiración?

Se dilata primero el cuello uterino con un instrumental adecuado a esta función,


para que por él pueda caber un tubo que va conectado a un potente aspirador. La
fuerza de la succión arrastra al embrión y al resto del contenido uterino, todo
deshecho en pequeños trozos. Una vez terminada la operación de succión se
suele realizar un legrado para obtener la certeza de que el útero ha quedado bien
vacío. Este método se suele usar cuando el embarazo es de menos de diez o doce
semanas.

18. ¿En qué consiste el método de legrado?

El legrado o raspado, también llamado "curetaje", es el método que se usa más


frecuentemente. Se comienza por dilatar convenientemente el cuello del útero, lo
que sólo se puede hacer bajo anestesia. Luego se introduce en el útero una
especie de cucharilla de bordes cortantes llamada legra o "cureta", que trocea bien
a la placenta y al hijo al ser paseada de arriba abajo por toda la cavidad del útero.
Los trozos así obtenidos se extraen con la misma legra.

Este método suele practicarse sobre todo en los tres o cuatro primeros meses de
la vida del hijo. Si el embarazo ha superado las doce semanas, las dificultades
aumentan y hay que triturar muy bien el cuerpo del feto para sacarlo al exterior. A
veces pueden quedar grandes restos en el interior del útero, por ejemplo la
cabeza, y por eso el abortador debe identificar cuidadosamente todos los restos
extraídos para asegurarse de que no ha quedado nada dentro de la madre.

19. ¿Por qué se usan estos métodos sólo en los primeros meses del
embarazo?

Porque el hijo crece y se desarrolla muy rápidamente, y pasado este tiempo su


trituración y su expulsión por vía vaginal se hace muy difícil para quien realiza el
aborto y muy peligrosa para la madre.

20. ¿En qué consiste el método de abortar conocido por "mini cesárea"?

La cesárea es una intervención que se realiza al final del embarazo, y que consiste
en extraer al hijo a través de una incisión en el abdomen de su madre, cuando por
las causas que fuere no es posible su nacimiento por el conducto normal. Esta
operación ha salvado muchas vidas tanto de madres como de hijos. Una cesárea
practicada cuando han transcurrido todavía pocas semanas de embarazo se llama
"mini cesárea", y consiste en practicar una incisión en el útero a través del
abdomen materno para extraer por ella al hijo y a la placenta. Este método se
suele realizar a partir de la decimoquinta o decimosexta semana del embarazo.
Habitualmente se extraen niños vivos, que se mueren poco después por ser
inviables. Pero a veces por este procedimiento se han obtenido niños vivos que
eran viables, y entonces se les ha dejado morir sin prestarles los cuidados que
posiblemente habrían permitido salvarlos, o bien se les ha provocado la muerte,
habitualmente por asfixia.

21. ¿En qué consiste el aborto por inducción de contracciones?

Consiste en la provocación de la expulsión del feto y la placenta mediante la


administración a la madre, por diversas vías, de sustancias (prostaglandinas,
oxitocina) que producen contracciones semejantes a las de un parto, las cuales
provocan a su vez la dilatación del cuello uterino, y la bolsa en que está el hijo se
desprende de las paredes del útero. El niño puede nacer muerto, porque se asfixia
en el interior de su madre, o vivo.

También se emplean en ocasiones, y previamente al uso de oxitócidos, unos tallos


o dilatadores hidrófilos que, colocados en el cuello uterino, se hinchan
progresivamente y lo dilatan.

22. ¿En qué consiste el método de la inyección intraamniótica?

Se inyecta en el líquido amniótico en que vive el hijo, a través del abdomen de la


madre, una solución salina hipertónica o una solución de urea. Estas soluciones
irritantes hiperosmóticas provocan contracciones parecidas a las del parto, y con
un intervalo de uno o dos días tras la inyección, el hijo y la placenta suelen ser
expulsados al exterior. En un cierto número de casos hay que efectuar después un
legrado para asegurarse de la expulsión de la placenta.

Este método se utiliza en ocasiones para evacuar un feto muerto


espontáneamente y retenido en el útero, y sólo puede usarse en un embarazo ya
avanzado. Si se trata de provocar un aborto, es decir, si el hijo está vivo dentro de
su madre y hay que suprimirlo, también el embarazo tiene que ser de cierto
tiempo, de más de cuatro meses.
La solución irritante introducida previamente suele envenenar al feto,
produciéndole además extensas quemaduras. Alguna vez, en lugar de soluciones
cáusticas, se han introducido en el líquido amniótico prostaglandinas; pero los que
provocan abortos prefieren las otras soluciones, porque se obtienen fetos muertos
con más seguridad, y es desagradable que el hijo nazca vivo y haya que matarlo o
dejarlo morir a la vista de todos.

23. ¿Puede decirse que estos métodos sean seguros para la vida o la salud
de la madre?

No. La palabra "seguridad" es completamente inadecuada para estas situaciones.


En los abortos por aspiración existe el riesgo de infecciones e incluso de
perforación del útero, y que a la hemorragia se una la lesión de órganos
abdominales de la madre. Este riesgo se incremento en los abortos por legrado.
En los abortos por inducción de contracciones las complicaciones más graves son
las hemorragias y las embolias, y en las "mini cesáreas" se corre el riesgo de
desgarros de la cicatriz y de infecciones sobreañadidas. En las inyecciones
intraamnióticas puede producirse el paso de las sustancias tóxicas al sistema
circulatorio de la madre.

Es cierto que estas complicaciones no son muy frecuentes y que la mortalidad


materna no es alta (aunque hay complicaciones y hay muertes), pero existen
secuelas importantes derivadas de estas manipulaciones, que pueden influir
seriamente en el desarrollo de embarazos posteriores.

Hay que mencionar también aquí el alto riesgo de alteraciones psíquicas que
pueden aparecer muchas veces de forma tardía. El aborto supone frecuentemente
para la madre, aunque se someta a él voluntariamente, un fuerte trauma psíquico.

En suma, ningún aborto es "seguro" para la mujer que aborta. Se trata tan sólo de
una manera de hablar, por contraposición a otros métodos que implican aún más
riesgo.

24. ¿Existen, pues, otros métodos, más burdos y peligrosos para la madre,
que se usan en el aborto clandestino?
Sí. Desde hace miles de años existen testimonios históricos de abortos
provocados, con gran riesgo para la vida de la madre. Hoy día siguen usándose
métodos caseros en los abortos clandestinos.

25. ¿No sería mejor entonces, legalizar el aborto para evitar los riesgos de
esos abortos clandestinos, o para que las mujeres más pobres no estén en
inferioridad de condiciones respecto de las más ricas, que pueden ir a
abortar al extranjero?

En primer lugar, debe saberse que incluso en los países con legislación muy
permisivo sobre el aborto, el aborto clandestino sigue existiendo, por mil razones
muy fáciles de comprender (adulterios con consecuencias no deseadas, necesidad
de ocultar un embarazo para mantener cierta posición social, o tantas otras). En
cualquier caso, las circunstancias exteriores que rodean al aborto pueden hacerlo
más sórdido e inhumano por poner en peligro la vida de la madre además de la del
hijo. Pero el aborto, sea de mujeres ricas o pobres, se haga clandestinamente o
bajo la protección del Estado, se practique sin medios o con la más sofisticado
tecnología, es siempre el mismo crimen contra la vida de un inocente indefenso, y
esta acción nunca se puede justificar.

III. LAS LEYES SOBRE EL ABORTO

26. ¿Cómo se ha venido regulando el aborto en los ordenamientos jurídicos


de las naciones?

En la Grecia y la Roma antiguas el aborto, así como el infanticidio, estaban


generalmente permitidos y socialmente aceptados. Desde que el Derecho se
humanizó por influencia del cristianismo, el aborto se ha castigado siempre como
un crimen.

En el siglo XX se han producido varias modificaciones en esa situación: la Unión


Soviética permitió el aborto en 1920, y en la década de los 30 se añadieron varios
países escandinavos y posteriormente otros del Este de Europa entonces bajo la
dominación soviética, así como Japón.

A partir de finales de los años 60 se va permitiendo el aborto provocado -con más


o menos restricciones, según los países- en el mundo occidental, aunque en
muchas naciones sigue respetándose y protegiéndose el derecho a la vida del no
nacido.

27. ¿Cuál es la situación en España?

En España el aborto ha sido un delito castigado en el Código Penal sin


excepciones hasta 1985, en que una reforma del Código, conocida popularmente
como "ley del aborto", estableció unos supuestos en que, por concurrir
determinadas circunstancias, el aborto no será punible.

28. ¿Significa esto que el aborto ya no es delito en España?

No. El aborto en España es un delito regulado en el Código Penal, en el Título VlIl


("delitos contra las personas"), Capítulo III, artículos 411 a 417 bis, ambos
inclusive. En esos preceptos se establecen unas penas para quienes aborten,
como se establecen en otros lugares del Código para quienes asesinen, violen o
roben.

29. ¿Cuál es, entonces, la novedad que supuso la "ley del aborto"?

La nueva legislación, si se realiza en las circunstancias y condiciones que prevé


esa legislación, no se castiga a quien lo practique ni a quien consienta que se le
practique.

30. ¿Cuáles son esas circunstancias?

Son de tres clases: unas, relativas a la madre: que preste su consentimiento al


aborto; que del embarazo se derive un grave peligro para su vida o su salud física
o psíquica, o que el embarazo sea el resultado de un delito de violación. Otras,
relativas al hijo: que se presuma que habrá de nacer con graves taras físicas o
psíquicas. Otras, en fin, relativas a la misma práctica del aborto: que cuando se
realice en virtud de uno de los casos anteriores, se haga en un centro autorizado
para ello; que se practique por un médico o bajo su dirección; que, en algunos
casos, haya uno o más dictámenes médicos que aconsejen el aborto, y que éste
se realice no más tarde de determinados plazos en los casos de violación o de
presuntas malformaciones del hijo.
31. ¿Cuál es la justificación que se ha dado para que el aborto no se castigue
en algunos casos?

En algunas legislaciones se parte de la base de que el hijo concebido y no nacido


no merece ninguna protección legal más que a partir de determinado tiempo de
vida intrauterino, que es cuando se le empieza a considerar merecedor de
protección. Según este criterio, el aborto es legal en determinado plazo del
embarazo. Este sistema se conoce como el "sistema de plazos".

En otros ordenamientos, como ocurre en el caso español, se considera que el hijo


merece protección legal desde el inicio de su vida, pero se establecen las
circunstancias en las cuales abortar deliberadamente no debe ser castigado. Este
es el sistema conocido como "sistema de indicaciones", que suele ser mixto, es
decir, que a cada indicación suele corresponder un plazo de embarazo en que el
aborto provocado no es punible.

32. ¿Es más restrictivo el sistema de indicaciones que el sistema de plazos?

Sí, porque en el sistema de indicaciones la Ley considera la vida del no nacido


como un bien digno de protección, aunque se piense que no debe castigarse
penalmente a quien aborta si existe un conflicto de bienes que el Estado no quiere
prejuzgar cómo se resuelve. En cambio, en el sistema de plazos la vida del no
nacido se convierte en una cosa disponible y destruible por la libre voluntad
privada de la madre, pues el Estado se desentiende de ese no nacido y no le
dispensa absolutamente ninguna protección.

33. ¿Explica de alguna manera nuestra legislación las razones por las cuales
se establecen ciertas indicaciones para que el aborto no sea punible?

Normalmente, los promotores y quienes consienten las leyes que facilitan el aborto
provocado intenta justificar la legislación permisiva argumentando que, en casos
límite, no puede exigirse de las madres angustiadas una conducta heroica, ya que
ésa no es función de la norma penal.

34. ¿Y no es, efectivamente, así?

No. Cualquier legislación penal establece con carácter general que los "casos
límite", en los cuales una persona se ve obligada, física o psíquicamente, a
cometer un delito (cualquier delito, no sólo el aborto), implican la exención de
responsabilidad penal del autor. También en España se da esta eximente de
responsabilidad, llamada "estado de necesidad", que, apreciada por el juez,
conlleva la absolución del autor del delito. Esto quiere decir que no era necesaria
una legislación específica para los "casos límite" en materia de aborto provocado,
pues jamás se ha condenado a nadie por este delito, en la historia judicial
española, si concurría la circunstancia de estado de necesidad.

Si lo que se pretendía era resolver los casos límite, la reforma del Código Penal no
sólo no ha venido a llenar una laguna, que no existía, sino que ha transmitido a la
sociedad la errónea impresión de que abortar en determinadas condiciones no es
delito, tanto si se trata de casos límite como si no.

35. ¿Y no es lo mismo, a fin de cuentas, aplicar una eximente que declarar


ciertos abortos no punibles?

No, porque en el primer caso la ley sigue transmitiendo a la sociedad el mensaje


de que abortar es un delito, aunque los jueces apliquen la máxima comprensión
hacia el delincuente en estado de necesidad, y en el segundo se transmite la idea
de que basta con cumplir determinados requisitos formales para que abortar no
sea delito, e incluso pueda llegar a ser una conducta socialmente respetable.

36. Entonces, ¿por qué se hizo esta modificación del Código Penal, si
también antes se absolvía en casos de estado de necesidad?

Algunos de los promotores de la actual legislación sobre el aborto nunca han


ocultado que éste tiene que ser el primer paso para que la sociedad considere el
aborto provocado, en cualesquiera circunstancias, no sólo como algo legítimo, sino
como un derecho de las madres de suprimir a sus hijos. Más adelante veremos
que en la ley española, aparte de verdaderos estados de necesidad, se
contemplan como causas de no punibilidad del aborto circunstancias normales en
la vida, por duras que puedan ser.

Por otra parte, si no se realizaba la reforma como se realizó, no habría sido


posible, entre otras cosas, el establecimiento legal de centros dedicados a la
práctica de abortos, como si fueran una actividad médica o terapéutica en lugar de
una sistemática eliminación de hijos aún no nacidos. Esta ocultación de la realidad
se vive hasta el punto de que a los abortos provocados se les denomina con el
eufemismo de "interrupciones voluntarias del embarazo", o incluso con las iniciales
"I.V.E.", que sugieren algo técnico y científico, y desde luego ajeno a la posibilidad
de que haya una víctima humana en este proceso, como en efecto la hay.

37. ¿Qué opinan los médicos de la realización de abortos provocados?

La gran mayoría de los médicos, en España y en todo él mundo, se niegan


terminantemente a practicar abortos, porque saben que un aborto provocado es
acabar violentamente con la vida de un ser humano, y esto es enteramente
contrario a la práctica de la Medicina.

38. ¿Qué dice el artículo del Código Penal español que declara no punibles
determinados abortos?

Es el artículo 41 7 bis, y su texto es el siguiente:

1. No será punible el aborto practicado por un médico, o bajo su dirección, en


centro o establecimiento sanitario, público o privado, acreditado y con
consentimiento expreso de la mujer embarazada, cuando concurra algunas de las
circunstancias siguientes:

1ª: Que sea necesario para evitar un grave peligro para la vida o la salud física o
psíquica de la embarazada y así conste en un dictamen emitido con anterioridad a
la intervención por un médico de la especialidad correspondiente, distinto de aquél
por quien o bajo su dirección se practique el aborto.

En caso de urgencia por riesgo vital para la gestante, podrá prescindiese del
dictamen y del consentimiento expreso.

2ª: Que el embarazo sea consecuencia de un hecho constitutivo de delito de


violación del artículo 429, siempre que el aborto se practique dentro de las doce
primeras semanas de gestación y que el mencionado hecho hubiese sido
denunciado.

3ª: Que se presuma que el feto habrá de nacer con graves taras físicas o
psíquicas, siempre que el aborto se practique dentro de las veintidós primeras
semanas de gestación y que el dictamen, expresado con anterioridad a la práctica
del aborto, sea emitido por dos especialistas de centro o establecimiento sanitario,
público o privado, acreditado al efecto, y distintos de aquél por quien o bajo cuya
dirección se practique el aborto.

2. En los casos previstos en el número anterior no será punible la conducta de la


embarazada, aun cuando la práctica del aborto no se realice en un centro o
establecimiento público o privado acreditado o no se hayan emitido los dictámenes
médicos exigidos".

Se trata, pues, de una legislación mixta, de indicaciones y de plazos, aunque en el


primero de los tres supuestos se atiene exclusivamente al sistema de indicaciones.

39. ¿Qué quiere decir "no será punible el aborto practicado por un médico, o
bajo su dirección, en centro o establecimiento sanitario, público o privado"?

Con estas expresiones se quieren significar varias cosas: la primera, que la


conducta descrita en este artículo no lleva aparejada la imposición de pena alguna
si se cumplen los supuestos y los requisitos del propio artículo. También se quiere
decir que la ley no obliga a que el aborto lo practique un médico; lo puede realizar
cualquiera, aun sin requisito alguno de cualificación, siempre que un médico
reconozca haberío dirigido. Y se establece que, para que el aborto no sea punible,
debe hacerse en un establecimiento que reúna determinadas condiciones técnicas,
que están reguladas por Decreto y se refieren al personal y las instalaciones de
que ha de disponer el lugar.

40. ¿Qué quiere decir la circunstancia 1ª de este artículo?

Quiere decir que la determinación de si la vida o la salud física o psíquica de la


madre corren grave riesgo como consecuencia del embarazo, se hará solamente
por medio de un único certificado médico. El aborto fundado en esta circunstancia
se conoce como "aborto terapéutico".

41. ¿Por qué se llama "aborto terapéutico"?

Inicialmente se llamó así al aborto que se practicaba cuando entraban en colisión


la vida de la madre y la del hijo. Hoy se extiende esta calificativo a cualquier
dolencia o riesgo de dolencia. En este último sentido, se pretende sugerir que
mediante el aborto se cura alguna enfermedad de la madre, aunque, en términos
estrictos, un aborto provocado no cura nada, no es terapia de nada.
42. ¿De cuántas semanas ha de ser el embarazo para que en esta
circunstancia el aborto no sea punible?

No hay plazo alguno. La madre podrá abortar impunemente en cualquier momento


de su embarazo si el certificado médico se basa en el peligro para su vida o su
salud.

43. ¿Es frecuente que la vida de una mujer corra grave peligro como
consecuencia de su embarazo?

No; es muy raro que eso ocurra. Con los últimos adelantos de la ciencia médica,
es cada día más difícil que se plantee esta colisión entre la vida de la madre y la
del hijo. La realidad más bien inclina a decir lo contrario: hay más ocasiones de
peligro de muerte para una madre como consecuencia de un aborto provocado
que como consecuencia de su embarazo.

44. ¿Y respecto de la salud física de la madre?

Ciertamente, un embarazo que se considere normal es de por sí una sobrecarga


que debe sufrir la mujer embarazada, y puede producir, y de hecho produce,
trastornos de diversa índole; pero parece cosa clara que ninguna de estas
irregularidades entra en las causas previstas para que el aborto no sea punible, ya
que entonces sobraría la ley, porque, como queda dicho, esas disfunciones
corresponden a embarazos que médicamente se consideran perfectamente
normales.

En determinadas ocasiones puede suceder que un embarazo agrave una


enfermedad previa a la madre, pero resulta muy difícil cuantificar el riesgo añadido
que pueda suponer el embarazo y, en cualquier caso, la madre bien atendida
podrá superar sin mayores problemas las dificultades planteadas, porque hoy
existen medios sobrados para que así suceda. Por otro lado, no debe olvidarse
que la práctica de un aborto puede suponer por sí misma un empeoramiento de la
salud de la madre.

Finalmente, hay que tener muy en cuenta la enorme desproporción de los valores
en conflicto en este caso, que son la mejor o peor salud de la madre frente a la
vida o la muerte del hijo. No se puede justificar la eliminación del hijo para evitar un
agravamiento de la salud de la madre.
45. ¿Y en cuanto a la salud psíquica?

Todo embarazo no deseado supone, claro está, una perturbación emocional en la


madre, como ocurre en cualquier disgusto serio. Pero de ahí a suponer que venga
a producirse un grave peligro para su salud psíquica media un abismo. Si
hubiéramos de juzgar por las causas alegadas para la realización de abortos no
punibles en España, tendríamos que concluir que en efecto es muy frecuente que
un embarazo causa "grave peligro" a la salud psíquica de la madre pues, de
hecho, la inmensa mayoría de los abortos realizados en España al amparo de la
ley lo son por esta causa. El portavoz de un establecimiento que realiza abortos en
Madrid ha declarado que "practicamos el aborto libre sin estar fuera de la ley,
porque interpretamos que cada embarazo no deseado supone un grave riesgo
para la salud psíquica de la madre".

46. Parece que son muchos los que, efectivamente, creen que todo embarazo
no deseado ya es de por sí una grave enfermedad psíquica para la mujer.

Esta es una de tantas creencias erróneas, que se mantienen como consecuencia


de la ignorancia, deliberada o no, de una realidad tan evidente como que la vida se
compone necesariamente de momentos felices y momentos tristes, e incluso
amargos. El llevarse un disgusto grave, sufrir un desengaño importante o tener que
soportar consecuencias desagradables de algo que se hizo sin medir el alcance de
sus efectos, son cosas que ocurren continuamente en todos los órdenes de la vida,
sin que por eso nadie pueda decir en serio que todos los que están en una
situación así sufren una grave enfermedad psíquica. Los habrá que sí, pero es
obvio que éste no es el caso corriente, ya que de lo contrario habría que aceptar el
absurdo de que todos los hombres y mujeres sobre la tierra sufren una grave
enfermedad psíquica por el hecho de existir; el absurdo de que la existencia, por
llevar consigo episodios infelices, es en sí misma una grave enfermedad psíquica.

De todos modos, aun suponiendo que una mujer que se encuentra embarazada
sin querer estarlo sufre un trastorno psicológico de importancia, hemos de tener en
cuenta que la experiencia demuestra que muchos, por no decir muchísimos,
embarazos no deseados se transforman, si se deja nacer al hijo, en gozosas
maternidades deseadas, y bien deseadas. La experiencia demuestra que lo más
corriente es que un feto no querido se convierta en niño queridísimo cuando nace.
Y eso no tiene nada de particular, porque la madre puede experimentar, ante un
embarazo que no quería, una perturbación emocional que le dificulte el hacerse
cargo cabalmente de a quién lleva en sus entrañas, pero esa situación desaparece
en cuanto oye al hijo llorar y lo ve agarrándose a su pecho para tomar su alimento.

Existen, sin embargo, casos en los que la madre detesta a su hijo ya nacido de
todos modos, como hay madres, y padres, que aman intensamente a sus hijos
cuando son pequeños y los odian cuando ya son mayores, por las circunstancias
que fuere. En situaciones así, parece que la legislación más prudente será la que
se ocupe de velar por la vida y la seguridad de los eventualmente amenazados,
sobre todo si son desvalidos e inocentes de toda culpa (arbitrando sistemas de
adopción, de acogida, de educación, etc.), y no una legislación que acepte como
legal el infanticidio o el parricidio.

47. ¿Hay algún modo de contrastar si el peligro alegado en el certificado


médico existe y, de existir, si es o no grave?

Resulta muy difícil contrastar eso. El estudio de los trastornos psíquicos tienen
todavía, según opinión unánime de los especialistas, mucho camino que recorrer.
Hablar en general de "salud psíquica" es tan vago e inconcreto que puede no
significar científicamente nada. No se ha demostrado hasta ahora que ningún tipo
de enfermedad mental conocido y preciso se pueda curar solamente mediante un
aborto, porque es prácticamente imposible esta clase de demostraciones, como es
igualmente imposible demostrar que el aborto no sea más perjudicial para la salud
psíquica de la madre que dejar que el hijo nazca.

48. ¿Qué quiere decir la circunstancia de violación?

Quiere decir que para que el aborto no sea punible, hay que haber denunciado
previamente la violación, y que el aborto hay que realizarlo en los tres primeros
meses del embarazo. El aborto por esta razón se conoce como "aborto ético".

49. ¿Por qué se llama "aborto ético"?

Se le ha dado este nombre por los que consideraban que el aborto provocado en
estos casos era éticamente admisible. Hoy, con esta expresión se quiere transmitir
la sensación de que se remedia un acto de salvajismo como es toda violación,
aunque, en realidad, el aborto no remedia nada, ya que la violación no puede dejar
de haber existido, y el hijo fruto de la violación es completamente inocente. El
abortar por causa de violación no tiene nada que ver con la ética, porque no es
una actitud ética el tratar de compensar una injusticia con otra injusticia.

50. ¿Por qué se establece el plazo de tres meses en este caso?

No existe ninguna razón con fundamento biológico o médico para que el aborto
deliberado por causa de violación no sea punible antes de los tres meses de
gestación y sí lo sea después de ese plazo. Únicamente ocurre que la realización
del aborto es más fácil y ofrece menores riesgos para la madre cuanto más
pequeño sea el hijo en el útero materno.

51. ¿Es frecuente la práctica de abortos legales fundados en la causa de


violación?

No; es sumamente rara, porque es muy infrecuente que de una violación se siga
un embarazo. Además, para estos casos tiene que intervenir la Policía como
consecuencia de la obligación de denunciar la violación antes de la práctica del
aborto, lo cual inclina de inmediato a acogerse a la circunstancia del "grave peligro
para la salud psíquica" de la madre, que sólo requiere un certificado médico, no
exige plazo alguno para la práctica del aborto y mantiene alejada a la Policía.

52. ¿Qué quiere decir la circunstancia de riesgo de graves taras del feto?

Quiere decir que para que el aborto por causa de mal-formaciones del feto
(llamado también "aborto eugenésico" o "eugénico") no sea punible, han de
cumplirse estas dos condiciones:

a) que existan dos certificados médicos, emitidos por especialistas diferentes del
que eventualmente practique el aborto, en los que conste la presunción de graves
taras del hijo;

b) que el aborto se realice en las primeras veintidós semanas de gestación, es


decir, hasta los cinco meses y medio de vida del hijo en el vientre de su madre.

53. ¿Por qué se llama "aborto eugenésico"?

La palabra "eugenésico" significa "de buen origen". Desde fines del siglo pasado
se estudia la eugenesia, que es la ciencia que estudia cómo mejorar los factores
hereditarios en las especies vivas, también en la humana, y que tuvo un gran
desarrollo en Estados Unidos; ya entrado este siglo, en la Alemania nazi se
fomentó el nacimiento de niños de padres de raza aria, y se trató de evitar,
mediante la esterilización, la reproducción de personas con reales o supuestas
taras genéticas.

Se ha aplicado este término a este tipo de aborto porque se pretende evitar así el
nacimiento de niños con malformaciones o anomalías. Pero esta denominación no
es idónea, ya que mediante esta forma de aborto no se consiguen mejorar los
factores hereditarios de la especie humana.

54. ¿Por qué se establece el plazo de veintidós semanas de gestación para


esta clase de aborto?

Porque hacia la vigésimo segunda semana es cuando con las técnicas más
habituales se pueden detectar signos de que el hijo padece alguna malformación
congénita.

55. ¿No es mejor evitar que nazca un niño llamado a tener una vida
disminuida, con grandes sufrimientos tanto para él como para su familia?

No. El pensar de esta manera conduce a la aberración de suponer que dar muerte
a un ser humano en determinadas circunstancias es hacerle un favor. La muerte
como remedio va directamente en contra no sólo de los más elementales
planteamientos humanitarios, sino también del sentido común.

Los poderes públicos, ante los casos de minusvalías físicas o mentales, no


solamente no deben predicar la muerte, sino que tienen la grave obligación de
promover una legislación que les preste atención especialísima, pues no hay mejor
expresión de solidaridad que una legislación que ayude positivamente a la más
plena integración social de los deficientes y al logro por su parte de toda la calidad
de vida que les sea asequible. No existe más atroz muestra de insolidaridad que
patrocinar la muerte del ser humano con graves taras cuando ya existe y está vivo,
aunque sea antes de su nacimiento.

Pero además de estas cuestiones de principio, la experiencia nos muestra


continuamente que personas aquejadas de graves taras físicas, que según la ley
española podrían haber sido matadas impunemente antes de nacer, han prestado
y prestan servicios relevantes, y aun espectaculares, a la comunidad humana. Y
por lo que respecta a los minusválidos psíquicos, también la experiencia de
millares de hijos deficientes nos enseña que ellos son a menudo unos felices
miembros de sus familias y unos decisivos factores de cohesión familiar y de amor
mutuo.

Hay que decir, por último, que la legislación española establece una lacerante
desproporción entre lo probable de la malformación y lo seguro de la muerte en
este tipo de aborto no punible.

56. ¿Son frecuentes los abortos realizados acogiéndose a esta


circunstancia?

No; son muy infrecuentes, porque cuando se tiene conocimiento de que el hijo o la
hija son o pueden ser deficientes, resulta más fácil acogerse a la circunstancia
primera ("grave peligro para la salud psíquica" de la madre), que sólo requiere un
certificado médico en lugar de dos, y además no limita la práctica del aborto con
ningún plazo.

57. En este artículo del Código Penal se dice, además, que no se castigará a
la madre que aborte acogiéndose a una de estas "indicaciones", aunque no
haya certificados médicos o el aborto no se haga en un "centro acreditado".
¿Cuál es el significado de esta afirmación?

Con este mandato se quiere eximir de toda culpa penal a la madre que consiente
que se le practique un aborto porque crea erróneamente que se cumplen los
requisitos de la ley, aunque no sea así. En este caso, se castigará solamente a los
demás autores del delito.

58. ¿Y qué ocurre si se demuestra que un certificado médico de los exigidos


no responde a la realidad de un riesgo para la vida o la salud de la madre, o a
una probable malformación grave del hijo?

Si se demostrase esto, el aborto así practicado sería un delito punible, y los


culpables (autores materiales, inductores, cómplices, encubridores) deberían ser
castigados. Pero es sumamente difícil que en la práctica ocurra esto, porque
tendría que abrirse una causa penal, previa denuncia que permitiera al juez
investigar, y tanto la madre como los familiares lo que quieren a todo trance es
olvidar este episodio dramático de sus vidas, lo cual beneficia a los médicos y
demás personas que se lucran económicamente con la práctica del aborto. Todo
esto sin contar con la gran dificultad técnica que entraña la averiguación de la
veracidad de lo que se dice en un certificado médico, sobre todo si en él se
establecen previsiones o pronósticos y no diagnósticos.

59. ¿Pueden ampliarse en la legislación española los supuestos en los que el


aborto no se castigue penalmente?

Desde luego que sí, y, si ocurriese esto, no sería ninguna novedad, puesto que en
las legislaciones de algunos otros países también se considera no punible el
aborto realizado por causas socio-económicas, es decir, si la llegada del nuevo hijo
implicase un sacrificio económico o social que los padres considerasen
insoportable. Es el llamado "cuarto supuesto", que algunos quieren introducir en
nuestra legislación porque les parece que, si figurase en el Código, permitiría que
la motivación legal de muchos abortos provocados se acercase más a la realidad,
ya que ahora tienen que acogerse a la indicación de "grave riesgo para la salud
psíquica" de la madre.

60. ¿Pero no basta ya el supuesto del riesgo para la salud psíquica para que
el aborto provocado sea, de hecho, aborto a petición e impune, según ya
hemos visto?

En teoría podría pensarse que así es, pero no ocurre lo mismo en la práctica,
porque entre las finalidades de esta legislación no está sólo la ausencia de castigo
penal, sino que está también el adoctrinamiento indirecto a la sociedad,
transmitiendo la idea de que abortar puede llegar a considerarse como algo
socialmente respetable.

Por esta razón hay incluso quienes entienden que el sistema de indicaciones, por
amplio que sea, no resuelve del todo esta cuestión, y pretenden transformar la
naturaleza legal del aborto en España, de forma que, de ser un delito, pasase a ser
el derecho que las madres tendrían de matar a sus hijos concebidos y aún no
nacidos; eso, según los patrocinadores de esta idea, podría lograrse si se
implantase una mera ley de plazos, que desprotegiese absolutamente a los seres
humanos menores de tres o cuatro meses de edad en el útero materno. El
Derecho, según esta normativa, se desentendería por completo de esos pequeños,
que quedarían a merced de lo que su madre decidiese hacer con ellos, incluido el
darles muerte sin tener que explicar a nadie por qué.

61. El que a veces el Derecho se desentienda de la protección del hijo no


nacido, ¿significa que ese hijo no es una persona?

El no nacido es una persona, pues no existe ninguna otra forma de ser humano
que el ser personal. Sin embargo, los ordenamientos jurídicos a veces establecen
ficciones sobre quién es persona y quién no, pero estas ficciones no alteran la
realidad de las cosas.

La palabra "persona" tiene, en el Derecho, un significado que no siempre


corresponde a la realidad, como ocurre, por ejemplo, con las empresas, que son
llamadas "personas jurídicas" para significar que son sujeto de derechos y
obligaciones en cuanto tales. Otro ejemplo: en el Derecho español se tiene por
muerto al desaparecido de quien no hay noticias en una serie de años, pero esta
ficción legal no significa que si el desaparecido está vivo, deje por ello de ser una
persona.

En el Derecho español, al no nacido debe considerársele persona, pues el aborto


se regula en el Código Penal como uno de los "delitos contra las personas",
aunque a otros efectos jurídicos no se le tenga por persona (en virtud de una
ficción del Código Civil) hasta 24 horas después de nacer.

62. ¿Por qué esas 24 horas después del nacimiento para que el Derecho
español considere, a efectos civiles, persona a un ser humano?

Este precepto de nuestro Código Civil es un arcaísmo que se arrastra desde los
tiempos del Derecho Romano, en que había una enorme mortalidad de recién
nacidos.

Sin embargo, ante las exigencias de la realidad, el propio Código Civil establece
que al concebido y todavía no nacido se le tiene por nacido a todos los efectos que
le sean beneficiosos (como por ejemplo en caso de herencia) si llega a nacer con
vida.

63. Pese a todo, ¿no debía España equipararse a los países de su entorno,
que en su mayoría tienen legalizado el aborto?
No. A otros países hay que imitarlos en todo aquello que sea favorable a la
defensa de la vida y la dignidad humanas, pero no en lo negativo y ajeno al
progreso humanista.

64. Pero si la mayoría de los países más adelantados de nuestra época tienen
legalizado el aborto en mayor o menor medida, ¿no debe considerarse la
legalización del aborto como una muestra de progreso?

No. Los países, como las personas, pueden ser adelantados y progresistas en
unas cosas, y atrasados y reaccionarios en otras: la Atenas del siglo V antes de
Cristo era el país más avanzado de su época en arte, filosofía, literatura,
organización, pero todas estas conquistas convivían con la esclavitud. Lo mismo
puede decirse de la Europa renacentista y la tortura, de los Estados Unidos del
siglo pasado y la esclavitud de los negros, o de la Europa actual y el aborto
provocado. Aun en nuestros días hemos asistido a auténticos genocidios, como el
cometido contra los judíos durante el nazismo, que llegaron a presentarse como un
avance en la depuración de la raza aria.

Del mismo modo que no sería un signo de progreso el imitar a la Atenas del siglo V
antes de Cristo en cuanto a la esclavitud, tampoco sería bueno imitar hoy a los
países del resto de Europa en cuanto a la legalización del aborto.

IV. EXIGENCIAS ETICAS DEL ESTADO

65. La cuestión del aborto, ¿no es un problema de conciencia de la mujer, al


que debe ser ajeno el Estado?

No. El aborto no es un problema de conciencia individual de la madre, ni del padre,


pues afecta a alguien distinto de ellos: el hijo ya concebido y todavía no nacido.
Otra cosa es que abortar pueda crear problemas de conciencia.

Los poderes públicos deben intervenir positivamente en la defensa de la vida y la


dignidad del hombre, en todos los períodos de su existencia, con independencia de
las circunstancias de cada cual, aunque este principio, patrimonio común de todos
los ordenamientos desde el cristianismo, sea hoy puesto en cuestión por algunos.
El aborto provocado no es sólo un asunto íntimo de los padres, sino que afecta
directamente a la solidaridad natural de la especie humana, y todo ser humano
debe sentirse interpelado ante la comisión de cualquier aborto.
La autonomía de la conciencia individual debe respetarse en función de la persona
humana, pero precisamente por esta convicción los Estados tienen la exigencia
ética de proteger la vida y la integridad de los individuos, y despreciarían
gravemente esta exigencia si se inhibieran en el caso del aborto provocado, como
la despreciarían en el de la tortura. En efecto, carece de sentido una
argumentación según la cual los Estados deberían permitir la tortura cuando
chocasen el interés de los torturadores por obtener una información o una
confesión y el de las víctimas por no facilitarla o no confesar. Los Estados no
pueden inhibirse en la defensa de la vida humana o su integridad física o moral
argumentando que nadie puede oponerse a que alguien, según su conciencia,
crea que debe practicar la tortura. El aborto, como la tortura, nos afecta a todos, y
los Estados no pueden ser ajenos a eso.

66. ¿Cómo es que esto se comprende claramente en el caso de la tortura y,


sin embargo, no ocurre así en el del aborto?

Por varias razones, entre las cuales no es la menor el arcaísmo de creer que sólo
existe lo que tenemos delante de nuestros ojos. Pero el hijo no nacido existe, está
vivo, aunque no se vea ni se oiga. La tortura nos la podemos imaginar fácilmente
en toda su crudeza y en todo su horror, pero hay que hacer un esfuerzo para
imaginar la realidad cruda y horrible de un aborto provocado. De ahí que en
páginas precedentes se haya explicado, aunque sea sucintamente y de la manera
menos dramática posible, una realidad ciertamente dramática, que ni se puede ni
se debe ocultar, porque el valor de la vida humana no depende de nuestros
sentimientos, sino de lo que ella en realidad es.

Por otro lado, los Estados que permiten legalmente el aborto provocado
encuentran para su silencio unos aliados espontáneos en los que tienen la
principal obligación de proteger la vida de los hijos no nacidos: la madre y el
médico que predica el aborto; mientras que, en el caso de la tortura, los familiares
de la víctima son unos acusadores permanentes, y no digamos la propia víctima, si
sale con vida del tormento. Por eso se tiende a comprender mucho más fácilmente
la obligación del Estado de proteger al torturado que a la víctima de un aborto.
Pero eso no exime en absoluto a los Estados de su obligación ética hacia el no
nacido.

67. Entonces, ¿tienen los Estados obligación de penalizar la práctica del


aborto?
Los Estados tienen obligación de poner los medios, también los jurídicos, para que
no se practiquen abortos, del mismo modo que tienen obligación de poner los
medios necesarios para que no se asesine, se viole o se robe; y conforme a las
técnicas jurídicas actuales, la tipificación penal del aborto como delito es la medida
jurídica proporcionada a la gravedad del atentado que supone contra la vida
humana.

También existen otros medios jurídicos para que los Estados desarrollen una
política contraria a la práctica de abortos (sanciones administrativas, premios o
subvenciones a la natalidad, etc.), pero su carácter liviano y colateral no estaría
proporcionado a la gravedad intrínseca del aborto, que, por ser un atentado radical
a un bien básico y fundamental, merece la máxima protección jurídica, que hoy no
es otra que su configuración como delito. Lo mismo se puede decir del homicidio o
la violación: deben ser delito, pues no sería proporcional amenazar al asesino o al
violador solamente con una multa o algo semejante.

68. ¿Significa esto que el Estado debe sancionar en sus leyes todo lo que la
moral prohíbe?

No. El Estado sólo debe sancionar aquellas conductas inmorales que entran en el
ámbito de su competencia por no agotarse en el terreno de la intimidad de las
personas, y siempre que las normas jurídicas sean un instrumento técnicamente
apto para evitar que se haga lo que se prohíbe. Todo ello sin perjuicio de la
prudencia exigible al legislador para saber en cada caso hasta dónde puede y
debe llegar, pues a veces es admisible la tolerancia con el mal por la imposibilidad
de erradicarlo y si su prohibición pudiese causar males todavía mayores.

69. ¿Y no es éste precisamente el caso de los abortos, ya que siempre los


habrá y su clandestinidad puede causar gravísimos peligros a las madres
que abortan?

De ninguna manera. El Estado debe proteger, por todos los medios a su alcance,
los valores sobre los que se cimienta el orden social, como lo es la vida humana, y
nunca, bajo ninguna circunstancia, puede renunciar a reprimir los atentados
básicos y definitivos contra esos valores (homicidio, aborto, violación, tortura...),
aunque se sepa que jamás podrán erradicarse, porque eso sería tanto como
renunciar a la razón de ser de toda sociedad organizada y del mismo poder
público.
70. El que a veces pueda ser aceptable cierta tolerancia con el mal, ¿significa
que hay circunstancias en que pueda no ser tenido por mal, sino ser
considerado como un bien?

No. El mal siempre es mal aunque haya que tolerarlo. El bien no se tolera; se
desea, se busca, se intenta conseguir. Sólo se puede tolerar lo que es negativo
mientras lo negativo no se puede suprimir, pero nunca es legítimo ver como bueno
lo que intrínsecamente es malo, como por ejemplo el aborto.

71. Y si en un momento determinado, una parte de la población de un país no


percibe el aborto como intrínsecamente malo, ¿significa eso que el aborto no
ha de sancionarse o perseguirse por el Estado?

No; si fuese éste el caso, esa parte de la población estaría equivocada, como lo
estaban quienes en otras épocas no veían como malas la esclavitud o la tortura.
Quienes están equivocados tienen derecho a que se les ayude a salir de su error, y
se les impulse a no causar daños irreparables por actuar conforme a su error.

Los valores básicos y esenciales, como la vida del ser humano y su dignidad, son
previos, independientes y superiores a las determinaciones de las mayorías. Por
eso los Estados no deben guiarse por las opiniones de la mayoría en lo que hace
referencia a la naturaleza de las cosas. Las cosas no son verdaderas o falsas,
bellas o feas, buenas o malas, porque así lo pueda disponer una mayoría en un
momento concreto.

72. La actitud del Estado frente al aborto provocado, ¿debe limitarse a


tipificarlo como delito y perseguirlo?

No. El Estado está obligado también a favorecer la vida de las personas y su


dignidad, ayudando a resolver los problemas sociales que están en el fondo de la
decisión o la tentación de abortar (ayudando a la maternidad, favoreciendo la
adopción, creando un marco de costumbres públicas que favorezcan la vida y la
vida digna...), y buscando el ideal de que no sea necesario aplicar las penas del
delito porque las medidas positivas sean más eficaces.

73. Pero, mientras el aborto se dé en la realidad, ¿no es mejor sacarlo de la


clandestinidad para controlarlo?
No. Legalizar los abortos no ayuda a su desaparición, sino a que aumente su
número. Creer lo contrario es un error muy extendido que desmienten las
estadísticas de todo el mundo, sin excepciones. El efecto multiplicador de la
legalización del aborto se debe a que la opinión pública general ve como bueno lo
que se despenaliza, y cada vez se trivializa más en las conciencias la decisión de
abortar.

La ley penal no sólo tiene como fin la persecución del delito, sino también ayudar a
conformar la conciencia social sobre los valores básicos de la convivencia,
estimulando a los ciudadanos a no cometer lo que se penaliza. Por eso, cuando
una determinada conducta se despenaliza, se hace cada vez más frecuente hasta
llegar a ser vista como buena y, por lo tanto, a practicarse con naturalidad, en la
equivocada creencia de que todo lo legal es moral, y todo lo ilegal es inmoral.

74. ¿Quiere decir esto que el Estado ha de poner su poder legislativo y


represivo al servicio de una determinada moral, concretamente de la moral
católica?

No. Pero hay un mínimo que se articula alrededor de la defensa de la dignidad


humana -en la cual se incluye el derecho a la vida, también del concebido y
todavía no nacido- que es absolutamente irrenunciable, pues, de lo contrario, ni la
sociedad ni el Estado tendrían justificación alguna. Este mínimo no es patrimonio
exclusivo de la Iglesia Católica, sino de toda la Humanidad.

Los legisladores no pueden, no tienen derecho a determinar quién es humano o no


a los efectos de su protección jurídica. Este es un dato de la realidad que los
hombres han de respetar, pues no lo pueden cambiar. De ahí que toda norma
jurídica que atente contra este principio sea esencialmente injusta, aunque se
apruebe con todos los formalismos legales; del mismo modo que es radicalmente
ilegítimo basar el derecho a la vida de cualquier ser humano en su salud, su
habilidad física o mental o cualquier otra circunstancia distinta del hecho de ser
humano y estar vivo.

Es ésta una doctrina que la Humanidad ha aprendido (aunque no siempre la


aplique coherentemente) con la experiencia de los totalitarismos del siglo XX: las
normas que ampararon primero la matanza de alemanes considerados "parásitos
inútiles" y más tarde el exterminio de los judíos en la Alemania nazi de los años 30
eran intrínsecamente malas e injustas, aunque fueran acordadas por los órganos
competentes del Estado. Lo mismo pasa con las leyes actuales que pretenden
legitimar la práctica del aborto provocado.

Estas consideraciones, hay que repetirlo, no forman parte sólo de la doctrina y la


moral católicas, sino que se integran en un elemental sentido común humanista.
Oponerse hoy al aborto provocado, como en otras épocas a la esclavitud, no es
fanatismo ni tiene que ver exclusivamente con las convicciones religiosas,
católicas o no, sino que es una obligación indeclinable para todos los que creen en
el derecho a la vida y en la dignidad del ser humano.

75. ¿Hay que rechazar radicalmente a las personas que abortan?

De ninguna manera. Hay que ser firmes con la verdad, pero comprensivos con las
personas; naturalmente, eso no presupone que el comprender, ayudar y convivir
con las personas que han cometido un error signifique negar que han cometido un
error. Un crimen es un crimen, aunque al criminal se le ayude y acoja, e incluso se
le pueda eximir de culpa y de responsabilidad, si hay razones para ello.

V. LOS CATOLICOS ANTE EL ABORTO

76. ¿Qué entiende la Iglesia por aborto?

La Iglesia Católica entiende por aborto la muerte provocada del feto, realizada por
cualquier método y en cualquier momento del embarazo desde el instante mismo
de la concepción. Así ha sido declarado el 23 de mayo de 1 988 por la Comisión
para la Interpretación Auténtica del Código de Derecho Canónico.

77. La cuestión del aborto provocado, ¿es sólo un problema científico,


político o social?

Ciertamente, no. Esta cuestión es, desde luego, un problema científico, político y
social grave. Pero también es, y en gran medida, un serio problema moral para
cualquiera, sea o no creyente.

78. ¿Tenemos los católicos obligaciones adicionales acerca de la cuestión


del aborto, respecto de los no católicos o no creyentes?
Todo hombre y toda mujer, si no quieren negar la realidad de las cosas y defienden
la vida y la dignidad humanas, han de procurar por todos los medios lícitos a su
alcance que las leyes no permitan la muerte violenta de seres inocentes e
indefensos. Pero los cristianos, entre los que nos contamos los católicos, sabemos
que la dignidad de la persona humana tiene su más profundo fundamento en el
hecho de ser hijos de Dios y hermanos de Jesucristo, que quiso ser hombre por
amor a todos y cada uno de nosotros.

Por eso los católicos, si vivimos nuestra fe, valoramos en toda su dimensión el
drama terrible del aborto como un atentado contra esta dignidad sagrada. Más que
de obligaciones adicionales, pues, habría que hablar de una más profunda y plena
comprensión del valor de la persona humana, gracias a nuestra fe, como
fundamento para nuestra actitud en favor de la vida, ya que sabemos que el olvido
de Dios lleva con más facilidad al olvido de la dignidad humana.

79. Como católica, ¿en qué incurre una persona que realiza o consiente que
le realicen un aborto?

Quien consiente y deliberadamente practica un aborto, acepta que se lo practiquen


o presta una colaboración indispensable a su realización, incurre en una culpa
moral y en una pena canónica, es decir, comete un pecado y un delito.

80. ¿En qué consiste la culpa moral?

La culpa moral es un pecado grave contra el valor sagrado de la vida humana. El


quinto Mandamiento ordena no matar. Es un pecado excepcionalmente grave,
porque la víctima es inocente e indefensa y su muerte es causada precisamente
por quienes tienen una especial obligación de velar por su vida.

Además, hay que tener en cuenta que al niño abortado se le priva del Sacramento
del Bautismo.

81. ¿Qué es una pena canónica?

La pena canónica es una sanción que la Iglesia impone a algunas conductas


particularmente relevantes, y que está establecida en el Código de Derecho
Canónico, vigente para todos los católicos.
82. ¿En qué pena canónica incurre quien procura un aborto?

El que procura un aborto, si sabe que la Iglesia lo castiga de este modo riguroso,
queda excomulgado. El Canon 1398 dice: "Quien procura un aborto, si éste se
produce, incurre en excomunión Latae sententiae"

Por otra parte, el Canon 1041 establece que el que procura un aborto, si éste se
consuma, así como los que hayan cooperado positivamente, incurre en
irregularidad, que es el impedimento perpetuo para recibir órdenes sagradas.

83. ¿Qué quiere decir incurrir en excomunión?

Significa que un católico queda privado de recibir los Sacramentos mientras no le


sea levantada la pena: no se puede confesar válidamente, no puede acercarse a
comulgar, no se puede casar por la Iglesia, etc. El excomulgado queda también
privado de desempeñar cargos en la organización de la Iglesia.

84. ¿Qué quiere decir que una excomunión es Latae sententiae?

Con esta expresión se quiere decir que el que incurre en ella queda excomulgado
automáticamente, sin necesidad de que ninguna autoridad de la Iglesia lo declare
para su caso concreto de manera expresa.

85. ¿Significa algo especial la frase "si éste -el aborto- se produce"?

Sí. Quiere decir que, para que se produzca la pena de excomunión, el aborto debe
consumarse, es decir, el hijo ha de morir como consecuencia del aborto. Si, por
cualquier circunstancia, el aborto no llega a consumarse, no se producirá la
excomunión, aunque se dará el pecado.

86. En el caso del aborto, ¿quiénes incurren en la pena de excomunión?

Si se dan las condiciones que configuran la pena de excomunión, en este caso


quedan excomulgados, además de la mujer que aborta voluntariamente, todos los
que han prestado colaboración indispensable a que se cometa el aborto: quienes
lo practican, quienes los ayudan de modo que sin esa ayuda no se hubiera
producido el aborto, etc.
87. ¿Qué razón de ser tiene que el aborto está condenado por una pena
canónica tan grave como es la excomunión?

La razón de ser de esta norma es proteger -también de esta manera, no sólo con
la catequesis y la recta formación de la conciencia- la vida del hijo desde el
instante mismo de la concepción, porque la Iglesia se da cuenta de que la frágil
vida de los hijos en el seno materno depende decisivamente de la actitud de los
más cercanos, que son, además, quienes tienen más directa y especial obligación
de protegerla: padres, médico, etc. Luego, cuando el niño nazca, estará ya
además protegido de alguna manera por la sociedad misma.

La Iglesia ha entendido siempre que el aborto provocado es uno de los peores


crímenes desde el punto de vista moral. El Concilio Vaticano II dice a este
respecto: "Dios, Señor de la vida, ha confiado a los hombres la insigne misión de
proteger la vida, que se ha de llevar a cabo de un modo digno del hombre. Por ello,
la vida ya concebida ha de ser salvaguardada con extremados cuidados; el aborto
y el infanticidio son crímenes abominables" (Const. "Gaudium et Spes").

88. Pero ya que en los últimos años cada vez hay más Estados que permiten
el aborto, ¿no habría sido un gesto de benevolencia de la Iglesia el haber
mitigado las penas para los católicos que aborten?

La Iglesia pudo haber cambiado, en la última y profunda revisión del Código de


Derecho Canónico culminada en 1983, la pena de excomunión que pesa sobre los
que procuran conscientemente un aborto, pero no lo hizo así precisamente porque
en las últimas décadas se ha producido en todo el mundo una acusada relajación
de la sensibilidad de las gentes (y también de muchos creyentes) hacia este
crimen. Y si bien esta mayor laxitud social, que ejerce una presión cierta sobre las
conciencias, puede disminuir la gravedad del delito en algunos casos, una
atenuación de la pena habría suscitado, inevitablemente, la errónea idea de que la
Iglesia considera hoy el aborto provocado como menos grave que antes, cuando,
evidentemente, no es así.

La Iglesia es Madre y Maestra; como Madre, es lenta para la ira y fácil para el
perdón, pero como Maestra no puede desvirtuar el depósito de la doctrina legado
por Dios, y no puede decir que está bien lo que está mal, ni puede dar pie a que
nadie suponga que actúa de esta manera.
89. ¿Puede suceder que alguna persona consienta o colabore en un aborto y
no incurra en excomunión?

Sí. Dado que en Derecho Canónico no existe delito si no hay pecado grave, hay
circunstancias en las que no se incurre en esta pena, que requiere plena
imputabilidad. Por ejemplo, no quedan excomulgados los que procuran un aborto
si ignoran que se castiga con la excomunión; los que no tengan conciencia de que
abortar voluntariamente es pecado mortal; los que han intervenido en un aborto
forzados con violencia irresistible contra su voluntad o por miedo grave; los
menores de edad...; en general, los que han obrado sin plena advertencia y pleno
consentimiento.

90. En el caso de que un médico (o un anestesista o una enfermera), por no


estar dispuesto a realizar este tipo de intervenciones, fuese despedido y
padecieran necesidad él y su familia, ¿podría colaborar?

Nunca se puede colaborar de modo positivo en la comisión de un acto que va


contra la ley de Dios, que hay que obedecer antes que a la ley de los hombres. El
católico que se halla en esta situación tiene la obligación grave de ampararse en el
derecho a la objeción de conciencia, aunque esta actitud pueda acarrearle
represalias.

El profesional sanitario cristiano ha de tener presente, además, que si es conocida


su condición de creyente puede provocar un grave escándalo si colabora a la
práctica de abortos.

Si los familiares de ese profesional son también cristianos, tienen la


responsabilidad humana y moral de ayudarle a sobrellevar las dificultades,
apoyarle en sus decisiones y hacer causa común con él en esos momentos de
tribulación. Y esta responsabilidad alcanza también a sus amigos y colegas, si son
cristianos y quieren vivir auténticamente su fe, así como a los miembros de la
comunidad católica en que el profesional sanitario se desenvuelva.

91. ¿Y qué ha de hacer el resto de las personas que trabajan en un hospital


donde se practican habitualmente abortos?
Esas personas han de poner todos los medios lícitos a su alcance para que se
dejen de practicar abortos. En cualquier caso, han de negar su colaboración
directa a esas acciones.

92. ¿Es posible mantener esta actitud en España?

Sí. Los médicos y el personal de Enfermería, aunque no sean católicos y ni


siquiera creyentes, están protegidos por sus respectivas organizaciones
profesionales para no actuar contra sus convicciones en esta materia. El Tribunal
Constitucional ha dicho expresamente (Sentencia de 11 de abril de 1985) que el
derecho a la objeción de conciencia está amparado por la Constitución y, en
consecuencia, se puede obtener de los jueces y tribunales la pertinente protección
de este derecho.

93. ¿Qué dice al respecto el Código de Ética y Deontología Médica español?

Dice, en su artículo 25, que "no es deontológico admitir la existencia de un período


en que la vida humana carece de valor. En consecuencia, el médico está obligado
a respetarla desde su comienzo". Y en su artículo 27 dice que "es conforme a la
Deontología que el médico, por razón de sus convicciones éticas o científicas, se
abstenga de intervenir en la práctica del aborto o en cuestiones de reproducción
humana o de trasplante de órganos".

94. ¿Y el Código Deontológico de la Enfermería española?

Dice, en su artículo 14: "Todo ser humano tiene derecho a la vida, a la seguridad
de su persona y a la protección de la salud". Añade en el artículo 16: "En su
comportamiento profesional, la Enfermera/o tendrá presente que la vida es un
derecho fundamental del ser humano y por tanto deberá evitar realizar acciones
conducentes a su menoscabo o que conduzcan a su destrucción". Y afirma en el
artículo 22: "la Enfermera/o tiene, en el ejercicio de su profesión, el derecho a la
objeción de conciencia que deberá ser debidamente explicitado ante cada caso
concreto. El Consejo General y los Colegios velarán para que ninguna/o
Enfermera/o pueda sufrir discriminación o perjuicio a causa del uso de este
derecho".

Pero aunque no fuera así, los médicos, enfermeras y enfermeros católicos tienen
la grave obligación moral de no prestarse a la comisión de abortos provocados,
sean cuales fueren las consecuencias perjudiciales que para ellos o sus familias se
puedan derivar de su actitud.

95. ¿No es la doctrina católica sobre el aborto una dura doctrina, que muy
pocos podrán seguir?

Casi con estas mismas palabras replicaron los contemporáneos de Jesús cuando
oyeren su predicación. Y el mismo Jesús nos dijo que hay que seguir el sendero
estrecho para llegar al Reino de los Cielos. Seguir a Cristo en Su Iglesia no es
fácil, pero con la Gracia de Dios se allana el camino y se superan las dificultades,
por grandes que parezcan. También nos dijo Jesús que fuéramos a Él con
confianza, y Él nos aliviaría de nuestras angustias.

La doctrina católica sobre el aborto no proviene de la voluntad de la autoridad


eclesiástica, sino que está fundamentada en lo más profundo de la naturaleza de
las cosas queridas por Dios, que se expresa en la Ley que Él nos ha dado a
conocer, y que la Iglesia tiene la misión de transmitir. Pero la Iglesia cumple
también con su deber siendo el ámbito en que los cristianos pueden fortalecer
mejor su fe y ser ayudados y estimulados a vivir más intensamente su vida
cristiana.

96. ¿Cómo puede levantarse una excomunión, tras haber colaborado en un


aborto consumado?

Si un católico se encuentra en esta situación, debe acudir al obispo o al sacerdote


en quien éste delegue. En la práctica, puede dirigirse a cualquier sacerdote, que le
indicará lo que debe hacer.

97. ¿Tienen los católicos, además de la obligación grave de no colaborar en


ningún aborto provocado, otras obligaciones en esta materia?

Todos los católicos estamos llamados a una vida plena, es decir, a la santidad, y a
contribuir activamente a la extensión del Reino de Dios en la tierra llevando el
Evangelio hasta el último rincón del mundo. Si todo miembro responsable de una
sociedad que se proclama civilizada tiene el deber de defender la vida y la
dignidad humanas, por muchas más razones los católicos hemos de asumir esta
tarea.
98. ¿Cómo se puede hacer esto, en el caso del aborto?

El lograr que en una sociedad se respete el derecho a la vida es responsabilidad


de todos en su actividad cotidiana, pues todos, con el ejemplo de su conducta, sus
palabras, sus escritos, sus opiniones, su voto, la educación de sus hijos, etc.,
influyen en lo que se piensa, en cómo se vive Y en lo que se legisla.

Ciertamente, un papel importante corresponde a políticos, educadores y


responsables de medios de Comunicación social, por la repercusión que sus
palabras o sus acciones tienen en la colectividad; pero ellos, al tiempo que influyen
sobre la sociedad, son influidos a su vez también por ella.

99. ¿Qué puede hacer para influir en esta materia un cristiano corriente, un
ciudadano normal que ni sale en la televisión, ni habla desde una cátedra o
una tribuna pública?

Lo primero que cada uno puede y debe hacer para afirmar la vida es vivir con la
conciencia de su dignidad. Sólo afirmaremos la vida de otros si nosotros
percibimos la nuestra en toda su grandeza y si nuestra conducta es coherente con
nuestra convicción. El ejemplo de Jesús, tomando en serio a cada una de las
personas que se encontraba, debe servirnos para que todos los que se crucen en
nuestra vida se sientan valorados y tenidos en cuenta como seres únicos. Una
afirmación así de la vida personal en nuestras experiencias cotidianas hará posible
que surja, naturalmente, la estima por todos y cada uno de los seres humanos,
también los concebidos y no nacidos. Pero junto a esta actitud general, caben
muchas maneras concretas de trabajar específicamente en favor de la vida:

 Rogando al Señor por los legisladores y los dirigentes sociales en general,


para que sepan comprender que los hijos concebidos y no nacidos son los
más inocentes y los más indefensos miembros de, nuestra sociedad, y que,
como ha dicho repetidamente el Papa Juan Pablo li, nunca se puede
legitimar la muerte de un inocente.

 No despreciando el valor moral del dolor y del sacrificio, cuyo rechazo lleva
a justificar cualquier intento de acabar con lo que se cree que son sus
causas, incluidos los ancianos o enfermos inútiles, los deficientes que son
una carga o los nuevos hijos que pueden complicar la vida o disminuir el
bienestar de la familia.
 Acogiendo y ayudando, también económicamente, a quienes, por razón de
su maternidad, se encuentran en situaciones difíciles.

 Recibiendo con alegría, por duro que pueda ser, al nuevo hijo enfermo o
deficiente que llegue a la familia, como una bendición de Dios. Es ejemplar
el testimonio de numerosísimos padres cristianos en este sentido.

 Reaccionando positivamente ante escritos públicos o programas


audiovisuales que defiendan la vida humana, y críticamente ante los que la
ataquen.

 Orientando el voto hacia las alternativas que merezcan más confianza por
sus actitudes ante la vida en general, y ante la cuestión del aborto
provocado en particular.

 Informando a quienes nos rodean, con caridad, pero con firmeza y claridad,
de la realidad del hijo no nacido y de la importancia de defender su derecho
a vivir.

 Los médicos, en especial los ginecólogos, y otros profesionales sanitarios,


empleando los medios técnicos que permiten que una madre vea en una
ecografía, con sus propios ojos, al hijo en sus entrañas, moviéndose,
nadando, chupándose el dedo. Se ha dicho que si el vientre de las madres
fuera transparente, muchos verían la cuestión del aborto provocado de otra
manera.

Son sólo algunos ejemplos que puedan dar idea del enorme campo que un
cristiano tiene ante sí en relación con este gravísimo problema.

100. ¿Es razonable pensar que un día la vida y la dignidad humanas se


respetarán desde la concepción hasta la muerte?

No es posible contestar rotundamente a esta cuestión, pero hacia este objetivo


deben encaminarse los esfuerzos de todos los que aspiran a un mundo justo. Las
agresiones a la vida humana, especialmente de los inocentes, han tenido siempre
en la historia consecuencias dramáticas. Los cristianos sabemos que cuando las
personas y las colectividades han reconocido a Jesucristo, este reconocimiento ha
supuesto una afirmación de la vida sin parangón con cualquier otra cultura. Por
eso debemos empeñarnos en la extensión de la presencia de Cristo en la
sociedad, porque de este modo los hombres reconocerán su propia grandeza y
podrán vivir con una nueva conciencia propia dignidad. Con el auxilio de Jesús y
de su madre, que lo concibió en su seno, y con el ejemplo nuestra propia vida,
será posible trabajar mejor en defensa de este ideal.
El aborto la política y las
Iglesias.

Situarme ideológicamente en este tema me costó años de querer entenderlo en


profundidad y me costo reflexionar muchos los tópicos y los enormes prejuicios
que le rodean.

Solemos prejuzgar este duro y controvertido asunto desde unas coordenadas


supuestamente morales que nos llevan, en muchos casos, como en tantas otras
cosas, a considerar el árbol y negar la existencia del bosque. El asunto es
mucho más complejo y más profundo que el rechazo inicial que suele producir
en personas que dan los tópicos por buenos, rechazando entrar en el problema
de fondo.

Y el problema de fondo es la vida, la vida humana, no sólo en forma de cigoto,


sino también en forma de seres humanos que viven sin recursos, sin educación,
sin atención, y muchos de ellos en la marginalidad y en la miseria. ¿Se ocupan
de esas vidas los que se echan a la calle a defender a capa y espada a los
cigotos? ¿Se preocupan de ofrecer educación afectiva y sexual a los/as jóvenes
para evitar esas trágicas situaciones? ¿Enseñan a las mujeres a tener
autoestima y dignidad? ¿Ofrecen la posibilidad de una vida digna a esas
criaturas que nacen de embarazos no deseados? La respuesta es no.

Y precisamente porque se trata de la vida, nada más y nada menos que de la


vida, es necesario profundizar en el problema y no dedicarse a repetir como
loros los eslóganes que vierten los que dicen, sólo dicen, preocuparse tanto por
ella. El aborto es un problema sanitario, humano y social. Y es una verdadera
tragedia para muchas mujeres, de toda extracción social y condición. Y es una
tragedia para esas mujeres porque hacen una durísima elección en su vida
personal, elección motivada por diversos factores en su contra, como la
pobreza, la falta de recursos, el rechazo familiar o social, el miedo, la
indefensión o la miseria, la enfermedad, la incapacidad o el abuso sexual…

La moralina católica condena de plano y sin miramientos la interrupción


voluntaria del embarazo desde el momento mismísimo de la fecundación, pero,
a su vez, promueve la desinformación sexual y prohíbe el uso de
los anticonceptivos, dos de los grandes motivos que llevan a las mujeres a
embarazos no deseados y a la decisión de abortar. Defienden a ultranza la vida
de una célula fecundada, e ignoran la vida de la mujer que la porta. Por otra
parte, esa misma retrógrada moral, a través de una visión del mundo rígida,
intolerante e inhumana, ha incentivado per secula seculorum el desprecio a las
madres solteras, inyectando en vena a las mujeres el miedo a la maternidad
fuera de sus cuadriculados preceptos, a saber, la sacrosanta familia cristiana.
Es decir, crean la enfermedad y condenan a los que caen en ella; obteniendo,
además, jugosos créditos de la indefensión que alientan. Y es que, para algunos,
la infancia desvalida es un perfecto escaparate y un suculento negocio.

Las mujeres abortan con o sin regulación legal. Con regulación legal y
asistencia médica mueren menos mujeres, sin ella mueren muchas más,
desatendidas y en la clandestinidad. Efectivamente, la vida humana está en
juego, no sólo la de los cigotos de las primeras catorce semanas de gestación
(que es la única que parece preocupar a los/as políticos/as y al clero).

En Venezuela no tenemos una Ley del Aborto, equiparable a las de algunos


países del mundo de mayor tradición democrática. Mientras algunos y algunas
políticos/as se preocupan por sus propios intereses en general, legislar en
cuanto al Aborto se adecúa a los intereses y a la ideología de la Iglesia católica;
e implica un cambio hacia atrás que inhibirá a la mujer de su derecho de
decisión y la dejará absolutamente indefensa ante un problema tan grave de
salud pública y de salud humana y social.

Actualmente el aborto en Venezuela es ilegal salvo en casos de amenaza a la


vida o salud de la mujer.
La pena para una mujer que tiene un aborto es de 6 meses a dos años de prisión
y la pena por un médico u otra persona que realiza el procedimiento es de uno a
tres años.

Se pueden imponer penas más duras si la mujer embarazada muere como


resultado del procedimiento. ¿Y alguien se imagina peor tortura para una madre
que tener un hijo con discapacidad y que el Estado le niegue cualquier terapia, o
centro asistencial, o recurso técnico o cualquier ayuda específica para que su
hijo pueda sobrevivir con dignidad? Así están las cosas en este país.

Los que nos gobiernan defienden los derechos de los no nacidos, para una vez
nacidos, arrebatarles todos los derechos
DIVERSIDAD
SEXUAL
Religión,
Diversidad
Sexual y
Activismo.
El Conocimiento es importantisimo, la ignorancia da pie a que personas
Lesbianas,Gays,Bisexuales,Trans e Intersex sean Discriminad*s por
desconocer temas inherentes a su realidad. Mi pequeña contribución es
dar un aporte educativo a que nuestra realidad como Sexo Diversos sea
conocida por nuestros iguales y la sociedad en la que nos
desenvolvemos, para romper con la discriminación , el estigma y la
homofobia que existe en torno a estos temas y que sufrimos l*s LGBTI.
viernes, 5 de julio de 2013

Estado Laico o Secular.

Estado laico o Estado secular se denomina al Estado, y por extensión a una


nación o país, independiente de cualquier organización o confesión religiosa o
de toda religión y en el cual las autoridades políticas no se adhieren
públicamente a ninguna religión determinada ni las creencias religiosas influyen
sobre la política nacional.

En un sentido estricto la condición de Estado laico supone la nula injerencia


de cualquier organización o confesión religiosa en el gobierno del mismo, ya
sea, en el poder legislativo, el ejecutivo o el judicial. En un sentido laxo un
Estado laico es aquel que es neutral en materia de religión por lo que no ejerce
apoyo ni oposición explícita o implícita a ninguna organización o confesión
religiosa. Es importante señalar que no todos los Estados que se declaran laicos
lo son en la práctica.

Un Estado laico trata a todos los ciudadanos por igual, tanto a los creyentes
de cualquier religión como a los no creyentes.

En tal sentido evita la discriminación por cuestiones religiosas pero tampoco


favorece a alguna confesión determinada.

Por lo general en el Estado laico no existe una "religión de Estado" o


equivalente y se mantiene la Separación entre la Iglesia y el Estado.

En caso de haber una religión que reciba un trato especial por parte del
gobierno, dicha importancia tendría un significado puramente simbólico, que no
afectaría a la vida ordinaria de sus ciudadanos ni sus derechos, especialmente
en el hecho de no hacer distinciones basadas en la religión de cada individuo.

No todos los Estados laicos oficiales lo son completamente en la práctica.

En Francia y gran parte de Latinoamérica, la mayoría de las festividades


cristianas son festivos para la administración pública, en algunos países como
España los profesores de religión católica son asalariados del Estado , si bien
en Francia las escuelas públicas no poseen cursos de religión.

Muchos Estados que hoy en día son laicos, han tenido vestigios legales de una
religión establecida.

El laicismo tiene varias apariencias que pueden coincidir con diversos grados
de religiosidad oficial.

Así, en la Commonwealth, la cabeza del Estado debe haber sido coronada según
el Juramento de coronación de 1688 (Coronation Oath Act) jurando por tanto la
defensa de la fe anglicana.

El Reino Unido también mantiene 26 clérigos de la Iglesia de Inglaterra


conocidos como Observadores espirituales (Spiritual Peers).

El camino inverso también ocurre: de Estado laico a teocracia, como en el caso


de Irán, donde la secularización del Estado de la dinastía Pahlavi fue
reemplazada por la República Islámica.

Partiendo del hecho de que la gran mayoría de los Estados han tenido religión
oficial en alguna etapa de su historia y que el mapa (Azul:Estado laico o
aconfesional. Rojo: Estado confesional. Gris: Ambiguo o sin datos) del artículo
muestra que la situación se ha ido revirtiendo en los últimos 250 años, puede
concluirse que la tendencia es hacia una secularización del Estado desde la
Edad Moderna.
CLAI. CONSULTA CONTINENTAL: “LAS IGLESIAS Y LOS DERECHOS
SEXUALES Y REPRODUCTIVOS”.

VI ASAMBLEA GENERAL DEL CONSEJO LATINOAMERICANO DE


IGLESIAS
“Afirmando un ecumenismo de gestos concretos”

CONSULTA CONTINENTAL
“LAS IGLESIAS Y LOS DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS”.
22 días del mes de mayo de 2013.

Consenso de La Habana

Nosotros y nosotras, representantes de Iglesias y organismos


ecuménicos, miembros plenos, fraternales y asociados que
componen el Consejo Latinoamericano de Iglesias e invitados
especiales, instituciones cooperantes, Centros de Educación
Teológica, y otros organismos ecuménicos participamos de la
Consulta Continental ¨Las Iglesias y los Derechos Sexuales y
Reproductivos”, en la ciudad de La Habana - Cuba los días 21 y
22 de mayo del año 2013, en ocasión de la VI Asamblea General
del CLAI:

• Representamos la diversidad de nuestro continente que incluye


hombres y mujeres, jóvenes, indígenas y afro-descendientes, y
pertenecientes a diferentes sectores de la ciudadanía, y
formando parte de la sociedad civil organizada en los países de
nuestra región;

• Tenemos desde el marco de una fe comprometida, un rol de agentes


generadores de cambio a nivel comunitario, nacional, regional y
global, salvaguardando la dignidad y los derechos humanos de
todas las personas; procuramos incidir desde nuestro accionar
en el mejoramiento de su calidad de vida.

• Durante el año 2012, propiciamos veinte consultas nacionales y cuatro


consultas subregionales, en las que participaron líderes de
diferentes instancias y organizaciones no eclesiales de la
sociedad civil, de los respectivos Estados y de Naciones Unidas.
En las consultas se facilitó un riquísimo espacio de reflexión y
análisis desde una perspectiva bíblico-teológica, de salud
pública y antropológica, sobre los derechos sexuales y
reproductivos, contenidos en los temas de la Agenda de Cairo;
así como temas de discriminación y racismo, pobreza,
educación, movimientos sociales y protección del medio
ambiente.

• Este proceso implicó intensos análisis y debates que se plasmaron en


una serie de pronunciamientos, desafíos y propuestas concretas
de acción conducentes a promover el ejercicio pleno de los
derechos humanos y una cultura de paz y justicia. Consideramos
que estamos con esto caminando en plena consonancia con la
voluntad divina que busca una vida digna y abundante para
todas sus hijas e hijos. De hecho cada ser humano es creado a
imagen y semejanza de Dios (Gen 1:26) y llamado a una vida
plena, digna y abundante, sobre todo para las poblaciones en
situación de vulnerabilidad y excluidas.

• Consideramos que el tratamiento de las temáticas de Salud Sexual y


Reproductiva debe ser asumido desde el marco de los derechos
humanos y estar garantizados por los Estados-pero bajo el
principio de la laicidad- , en particular la prevención de la
violencia de género y la violencia sexual; la maternidad; la
educación de la sexualidad, la prevención y atención de las
personas con VIH-SIDA, y el respeto del cuerpo; la planificación
de la familia; asuntos que son necesarios y pertinentes para una
verdadera transformación de nuestras sociedades.

• Después de un intenso trabajo investigativo, hoy, contamos con


instrumentos que facilitan este proceso, resumido en la Guía de
Capacitación “Las Iglesias y los Derechos Sexuales y
Reproductivos”, para Comunidades de Fe, Organizaciones
Ecuménicas y Redes de Organizaciones de la Sociedad Civil.
Considerando también que:

• Según datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL,


2012) América Latina y El caribe es la región más desigual del
mundo que cuenta con más de 167 millones de personas
viviendo en pobreza y alrededor de 66 millones viviendo en
extrema pobreza,lo que significa que aproximadamente uno de
cada tres latinoamericanos es pobre y uno de cada ocho se
encuentra en pobreza extrema.

• América Latina y el Caribe con 148 millones de jóvenes entre 15 y 29


años de edad, tiene el mayor número de jóvenes en la historia de
la región. Estopresenta desafíos inmediatos y amerita respuestas
urgentes ya que actualmente uno de cada doce jóvenes entre 15
y 24 años de edad no ha finalizado la enseñanza primaria y
carece de competencias para encontrar trabajo; y cerca de un
tercio de los jóvenes viven en pobreza.

• La mortalidad materna sigue siendo un tema de alta preocupación en la


región, a pesar de que ha experimentado un descenso (la tasa
promedio es de 85 muertes maternas por 100.000 nacidos vivos);
la disparidad entre países es muy importante. Uruguay reporto
en el 2012 una tasa de mortalidad materna de 6,4 muertes
materna por 100.000 nacidos vivos y Guatemala 158,2 muertes
maternas por 100.000 nacidos vivos. En el Caribe inglés, en
Guyana la tase es de 280 muertes materna por cada por 100.000
nacidos vivos. En contraste Haití, representa la tasa más alta de
la región, 350 muertes maternas por 100.000 nacidos vivos.
Alrededor del 95% de la mortalidad materna registrada en
América Latina y el Caribe pueden evitarse.

• La violencia sexual contra las niñas y adolescentes, en su mayoría es


perpetrada por parientes; padres, tíos o amigos cercanos,
hombres que deberían darles, amor y protección. El embarazo
adolescente en la región tiene la segunda tasa más alta del l
mundo -luego de África- y se estima que un 38% de las mujeres
embarazadas son menores de 20 años. - La violencia contra las
mujeres tiene también una gran relevancia en la región. Las
mujeres unidas o casadas han experimentado violencia física y
sexual por parte de sus esposos o compañeros; los femicidios
crecen a un ritmo mayor que el homicidio y la mayoría de estos
ocurren en el ámbito doméstico.

• Existen entre 600 y 800 mil personas, entre población infantil, jóvenes, y
mujeres pertenecientes a los países de la región, que son
víctimas de trata y tráfico, por las fronteras cada año, a través de
las redes de trata y tráfico con fines de explotación sexual y
otros.

• El panorama actual en torno a la respuesta al VIH y al SIDA, esconde


profundas desigualdades al interior y entre los países y persiste
en materia de prevención y que tiende a afectar a la población
joven y femenina mayormente.

• El creciente protagonismo de los pueblos indígenas y las poblaciones


afro-descendientes devela las marcadas inequidades en
términos de acceso a oportunidades, ejercicio de derechos y
reconocimiento político y cultural, así como todo tipo de estigma
y discriminación.

• La migración internacional y los desplazamientos internos se han


incrementado, yvan paralelos a un clima desfavorable y
xenofóbico por lo cual uno de los mayores desafíos incluyen la
necesidad de proteger los derechos de las personas migrantes
en particular de las mujeres, las jóvenes y las niñas.

• Cerca del 10% de la poblaciónde América Latina y el Caribe tiene algún


grado de discapacidad, que afecta aproximadamente a 85
millones de personas. Es frecuente escuchar historias de
esterilización, abortos forzados y otras privativas de la libertad
de opción para estas poblaciones, incluidos los aspectos de la
salud sexual y reproductiva y su sexualidad.

Frente a estas realidades, que como Iglesias e instituciones presentes en


esta Consulta Continental nos duele, lastima e interpela a actuar,
afirmamos que:

• Como cristianos y cristianas, y ciudadanos y ciudadanas, estamos


llamados a comprometernos a en nuestras sociedades de
manera responsable dejándonos interpelar por la realidad
anteriormente descripta y por los relatos de las Sagradas
Escrituras. Creemos en un Dios que no solamente ha creado la
vida, sino que también la quiere en plenitud, dignidad y libre todo
tipo de violencia.

• En todos los ámbitos de de la educación y de la formación de liderazgo


de nuestras iglesias, llevaremos una propuesta concreta de
acción sobre los derechos y la salud sexual y reproductiva desde
una perspectiva de respeto, que asegure que…”Los niños y
niñas no mueran de pocos días y (…) las mujeres no den a luz
para maldición… (Isaías 65:20-23), y que las personas,
especialmente las más excluidas, tengan vida en abundancia.

• Continuaremos trabajando en la promoción y defensa de los derechos


humanos y particularmente de los derechos sexuales y
reproductivos; desde una perspectiva teológica, pastoral y
social, en las iglesias, organizaciones ecuménicas, y
Organizaciones de la Sociedad Civil de América Latina y el
Caribe.

• Seremos comunidades inclusivas que acompañan pastoralmente a


quienes sufren y son lastimadas por la violencia, la intolerancia y
la falta de justicia recibiéndonos unos a otros como Cristo
también nos recibió (Romanos 15:7)
También manifestamos nuestro compromiso de:

• Difundir e implementar en nuestras iglesias y sus comunidades los


temas de los Derechos Sexuales y Reproductivos contenidos en
la Agenda de Cairo, encaminados a educar e informar, así como
hacer incidencia desde nuestra voz profética, para que mediante
políticas públicas se contribuya al acceso universal a la Salud
Sexual y Reproductiva.

• Garantizar la plena participación de las y los jóvenes como líderes en


nuestras comunidades de fe, estando a la vanguardia del
desarrollo, apoyando políticas públicas y promoviendo sus
derechos y necesidades en todas las esferas de la vida, incluida
la Salud Sexual y Reproductiva, la diversidad sexual, la
afectividad y educación de la sexualidad y acceso a servicios
apropiados de salud.

• Fomentar en las Iglesias, familias y la sociedad en general, la


construcción de ambientes y espacios formativos sobre las
nuevas masculinidades y de respeto hacia las mujeres y jóvenes,
para disminuir el impacto que tiene sobre ellas la violencia
generalizada, la violencia basada en género y la violencia sexual.

• Apoyar políticas públicas y programas encaminados a suprimir las


brechas que persisten entre los géneros, especialmente las
situaciones que fomentan una mayor vulnerabilidad de la mujer.

• Trabajar en favor de la promoción de los derechos humanos y de la


erradicación de toda discriminación, en particular hacia las
mujeres, adultos mayores, el medio ambiente, las poblaciones
indígenas y afro descendientes, personas inmigrantes, personas
Lesbianas, Gay, Transexual, Bisexuales e Intersexuales (LGTBI)
personas con discapacidad y el respeto a la diversidad.
“Contribuir a un mundo donde cada embarazo sea deseado… cada parto
sea sin riesgos… y cada persona joven alcance su pleno
desarrollo”
Sometido,acordadoy aprobado en sesión plenaria en la ciudad de La
Habana en el marco de la Consulta Continental “Las Iglesias y
los Derechos Sexuales y Reproductivos”, a los 22 días del mes
de mayo de 2013.
Levítico 18,22: “No te acostarás con varón como con mujer; es
abominación”.

Levítico 20,13: “Si alguien se acuesta con varón como se hace con mujer, ambos
han cometido abominación: morirán sin remedio; su sangre caerá sobre ellos”.
Estos son los versículos más explícitos que se utiliza para condenar la
homosexualidad. ¿Pero realmente habla sobre la homosexualidad? ¿O está
hablando de otra situación muy diferente a una relación homosexual?

Leemos en Lev XVIII,22: “Kai meta arsenos hu koimezese koiten gynaikos…”; y


en XX,13: “Kai hos an koimeze meta arsenos koiten gynaikos…”. Arsenos se
utiliza para denotar al género masculino; y koiten se traduce como cama,
generalmente utilizada para el acto sexual. Estos dos versículos estrictamente
hablan sobre una relación sexual entre hombre, pero eso no quiere decir que
hable sobre una relación homosexual, es decir, una violación puede ser de un
heterosexual a un hombre y no es una relación homosexual. ¿Podrían estos
versículos prohibir una violación?

Para comenzar, vamos a hablar sobre lo que es ser homosexual. Estrictamente


un homosexual no puede ser definido como una persona que tiene relaciones
sexuales con personas de su mismo sexo, es decir, homosexual es aquella
persona que se ve atraída hacia su mismo sexo, procurando una relación de
amor, respeto y comunión. Demás está decir que hay muchas personas que
tienen relaciones sexuales con hombres y que son heterosexuales. Estas citas,
solo hablan de una relación sexual entre hombre estrictamente, aclarado ese
punto, sabemos que no condena a un homosexual como estilo de vida, pero
¿condena una relación homosexual, desde el punto de vista intimo?

Levíticos es llamado el código de santidad, es decir, el libro que contiene las


reglas rituales y de culto a Dios. Habían otras prohibiciones como: no comer
cerdo, porque era abominación; y debías guardar reposo en sábado, sino debía
morir apedreado; no podíamos mezclar telas de dos hilos diferentes, porque era
abominación; no podíamos recortas nuestras barbas o nuestras patillas, era
vergonzoso. Todas estas prohibiciones ¿que tienen de malo? es decir, te lo
puedo asegurar que a muchos nos gusta comer cerdo, muchos de nosotros
ocupamos ropa de algodón y poliéster, ¿qué tal aquellos que recortan sus
barbas y patilla? Ni se diga del sábado porque todos deberíamos morir
apedreados.

El libro de levíticos, fue escrito para Israel, en el momento de entrar a la nación


de Canaán y era la exhortación de Dios de no contaminarse con las prácticas
repugnantes de las naciones que los rodeaban, muchas de las prohibiciones del
levítico, tenía mucho que ver con los ritos cultuales y supersticiones. Y no
olvidemos la palabra abominación, que está estrictamente restringida a aquellas
prohibiciones que tenían carácter cultual y ritual, es decir, Dios habla sobre no
contaminarse con la idolatría de los puebloscircundantes. Más claro decir que la
palabra “abominación” denotaba un error ritual, sagrado e idolátrico; nunca fue
usada para denotaralgo inmoral. Por ejemplo, para los judíos no era inmoral
comer cerdo, pero si era una abominación. Entonces si no esta cita no habla
sobre una relación homosexual ni sobre una prohibición moral, ¿entonces de
que habla?

Citado del teólogo McNeill: “Se trata del ‘Código de Santidad’ de los judíos, que
contiene sus austeras normas rituales del culto a Yahveh. En este contexto, se
explica bien la prohibición de las orgías sagradas de los cananeos, ligadas a los
ritos idolátricos de la fertilidad en honor de Astarté y de Baal. Los cananeos
creían participar en el proceso primaveral de los campos por la comunión vital
con sus dioses de ambos sexos, a través de la unión carnal con prostitutas y
prostitutos consagrados a ellos en sus templos. Por eso los hebreos, ante
cuyos asombrados ojos se desarrollaban estas fiestas rituales de
los pueblos vecinos, asociaban espontáneamente los actos homosexuales a la
más depravada idolatría. Hay que tener en cuenta el marco histórico-cultural de
la religión cananea de la fertilidad.”

Muchos teólogos y hermeneutas, creen que la prohibición de levíticos, no


hablaba sobre relaciones homosexuales, sino a prostitutos sagrados, es decir,
aquellas personas que se sometían a orgias para tratar de alcanzar el agrado de
sus dioses. Es decir las relaciones homosexuales con fin idolátrico, eran
abominaciones delante de Dios, y basta con mirar el pasaje completo, el
versículo anterior y posterior, para darse cuenta que habla sobre la idolatría.
Sobre los prostitutos sagrados hablo en mi otra entrada. Al igual muchas
personas también expresan que se trata sobre violaciones heterosexuales hacia
personas de su mismo sexo. Bajo este análisis, se podría entender la
abominación de perpetrar una violación.

Además hay otra corriente de análisis que vale la pena mencionar, notar como la
cita dice: No te acostarás con varón como con mujer. Como dicen los rabino no
hay palabras de más en la biblia; “como con mujer”, muchos creen que esta
aclaración sobre esta cita se refiere a ciertas personas que se prostituían
vestidas de mujer o prostitutas travestidas.

Por lo tanto no creo que esta cita condene a la homosexualidad, sino a la


prostitución e idolatría; situación que está muy lejana a la homosexualidad.
Religión,
Diversidad
Sexual y
Activismo.
El Conocimiento es importantisimo, la ignorancia da pie a que personas
Lesbianas,Gays,Bisexuales,Trans e Intersex sean Discriminad*s por
desconocer temas inherentes a su realidad. Mi pequeña contribución es
dar un aporte educativo a que nuestra realidad como Sexo Diversos sea
conocida por nuestros iguales y la sociedad en la que nos
desenvolvemos, para romper con la discriminación , el estigma y la
homofobia que existe en torno a estos temas y que sufrimos l*s LGBTI.
sábado, 20 de agosto de 2011

EL AMOR BÍBLICO DE DAVID Y JONATÁN.

“¡Jonatán, hermano mío, por ti tengo herido el corazón, pues te quería


tanto! Tu amor era para mí más dulce que el amor de las mujeres”.

Segundo Libro de Samuel Capítulo 1, versículo 26.


Estas hermosas palabras de amor fueron pronunciadas por el bíblico rey de Israel David,
aquel mismo que con una honda derribo al gigante guerrero filisteo Goliat, cuando
asistió a los funerales de su “amigo” Jonatán que fue asesinado en combate.

En la sociedad ultra-homofóbica israelita del siglo XI antes de Cristo el rey David


rompió con todos los parámetros al declarar de esa forma su amor por otro hombre
además que quedo constancia de ese amor homoerótico en el libro más sagrado de la
cultura occidental.

Algunos estudiosos ortodoxos y fundamentalistas cristianos han tratado de suavizar


estas palabras tratando de borrar de la biblia el carácter homoerótico de esta historia,
pero, aún así la frase continua siendo muy reveladora y por mucho que los traductores la
disfracen su contenido sigue siendo fuertemente gay.

Y es que estas singulares palabras no están aisladas ni en la Biblia ni en la historia de


Israel, sino que es el resultado de una larga, intensa y hermosa fábula. Jonatán era el
hijo mayor del rey Saúl, y por lo tanto tenía el derecho a la sucesión en el trono. Pero su
amor por David fue tan grande que le cedió su derecho al trono.

Los teólogos que defienden el punto de vista homoerótico han propuesto una hipótesis
diferente a los fundamentalistas que dicen que solamente fue una demostración de amor
entre amigos que se querían como hermanos, el teólogo Halleslewen, a favor de la
hipótesis gay, señaló:

“No será fácil que esta interpretación se abra espacio pese a que está bien
razonada. Y no lo será porque, en la medida que se acepte como verdadera, el
tema bíblico de la homosexualidad daría un vuelco total. David es uno de los
personajes que, a lo largo de los siglos, ha cautivado más. Su casi segura
relación homosexual con Jonatán alteraría todos los parámetros para juzgar
dicho fenómeno desde un punto de vista bíblico. David permitiría ver la
homosexualidad inserta en una persona integral, muy amada y muy amante de
Dios, y arrojaría luces para nuevos enfoques teológicos. Pero estoy seguro que
llegará el día en que esta tesis se abrirá paso...”.

La Biblia no niega o acepta nada sobre los amores de David y Jonathan, son los
estudiosos, traductores, exegetas y transcriptores quienes hacen eso, y como la mayoría
de ellos son homofóbicos, han tratado de desaparecer parte de la historia o sino
disimularla. Los siguientes textos bíblicos pueden esclarecer ciertas dudas:

Primer Libro de Samuel, Capítulo 18, versículos 1 – 4:


“Cuando David terminó de hablar, el corazón de Jonatán sintió afecto por
David, y desde ese día, Jonatán amó a David tanto como a sí mismo. Ese día
Saúl alojó a David en su casa y no dejó que volviera donde su padre. Jonatán
por su parte hizo un pacto con David porque lo amaba como a sí mismo. Jonatán
se quitó el manto que llevaba puesto y se lo dio a David junto con su traje, su
espada, su casco y su cinturón.”

Aquí vemos claramente que el despertar amoroso entre David y Jonatán fue a primera
vista, en la misma Biblia se habla de la hermosura de David: “Era rubio, de hermosos
ojos y de buen parecer” (Primer Libro de Samuel 16:12). De Jonatán se dice poco, solo
que era un aguerrido y valiente soldado hijo del Rey Saúl.

Primer Libro de Samuel, Capitulo 20, versículo 31:


“Entonces se encendió la ira de Saúl contra Jonatán, y le dijo: Hijo de la
perversa y rebelde, ¿acaso no sé yo que tú has elegido al hijo de Isaí para
confusión tuya, y para confusión de la vergüenza de tu madre?”

Saúl parece comprender en este momento la relación sentimental entre David y Jonatán
y le amonesta e insulta diciéndole “para vergüenza tuya y vergüenza de tu madre”
sugiriendo que efectivamente hay algo más entre ellos que una simple amistad. Esta
expresión se usa a menudo en el Antiguo Testamento en situaciones sexuales.

Primer Libro de Samuel, Capítulo 20, versículos 41 y 42:

…“se levantó David del lado del sur, y se inclinó tres veces postrándose hasta la
tierra; y besándose el uno al otro, lloraron el uno con el otro; y David lloró más.
Y Jonatán dijo a David: Vete en paz, porque ambos hemos jurado por el nombre
de Jehová, diciendo: Jehová esté entre tú y yo, entre tu descendencia y mi
descendencia, para siempre. Y él se levantó y se fue; y Jonatán entró en la
ciudad.”

Aquí en estos versículos vemos hasta donde llega el amor de David y Jonatán que
después de besarse y llorar por su amor imposible se juran lealtad ante Jehová y sus
descendencias.
Como vemos la relación de David y Jonatán no se trata de una simple y
extraordinaria amistad, como las iglesias o religiones cristianasfundamentalistas lo
quieren hacer ver, la relación de estos hombres bíblicos es de profundo amor, de
lealtad y de atracción sexual. Las religiones organizadas no lo quieren ver así porque
eso significaría aceptar la homosexualidad desde la perspectiva bíblica, y aún más,
desde la vida de Cristo, pues este es descendente de David “el ungido de Dios.” Esta
historia demuestra lo que ya sabíamos, la homosexualidad es tan antigua como la
misma palabra de Dios, la Biblia, además que demuestra que la integridad y la
espiritualidad pueden existir entre todas las personas sin importar su género y su
preferencia sexual.

El Arte ha dejado hermosas obras donde se pueden disfrutar del amor homoerótico de
estos personajes que han sobrevivido a la homofobia reinante durante toda la historia, el
amor sea cual sea su forma ha demostrado ser fuerte y siempre triunfa ante las
adversidades.
LA CONDUCTA HOMOSEXUAL
UNA APROXIMACION CRISTIANA A LA CUESTION

Trabajo desarrollado sobre las notas empleadas por el autor en las clases de Estudio
Bíblico para Adultos desarrolladas en los meses de Septiembre a Noviembre de 2003,
en la Iglesia Cristiana Bautista de Toledo. Notas.- El autor no solo autoriza, sino que estimula la distribución
libre de este trabajo con la única condición de que sea íntegro y gratuito. Haga copias y distribúyalo entre sus amigos.
Empléelas para sus clases de estudio bíblico eclesial.
Han sido multitud de artículos los que el autor ha examinado y de los que ha obtenido información parcial imprescindible para
elaborar este estudio. Es imposible hacer una mención a todos en la breve extensión de un trabajo de este tipo. Pero a todos
ellos, quiero expresar mi profundo agradecimiento.

Prologo

Hace pocas fechas la llamada Iglesia Episcopal, una rama de EEUU, que pertenece
a la comunión anglicana con más 70 millones de seguidores, ha nombrado obispo a un
señor que se declara homosexual activo, que vive con un compañero, que se divorció
de su esposa, con la que tenía dos hijos. Su nombramiento fue ratificado con el voto
de otros 62 obispos (de 106), que pensaron que la homosexualidad activa no está
condenada por Dios. La Iglesia Episcopal ya había reconocido la unión de parejas del
mismo sexo como perfectamente lícito y compatible con la fe cristiana.

La Iglesia Unida de Canadá acaba de pedir al gobierno de su país que legalice los
matrimonios entre personas del mismo sexo. Y el debate está planteado ya en
España también y pronto llegará a nuestras iglesias, por lo que es necesario que de la
misma forma que en el pasado estuvimos estudiando ciertos aspectos doctrinales
nuevos que han aparecido por el mundo en los últimos tiempos, para que estemos
informados convenientemente tras analizarlo a la luz de las Sagradas Escrituras.

Un boletín de una iglesia tradicional de Barcelona decía hace unos meses que se
debía profundizar en las iglesias en la misma normalización que las personas gay lo
están haciendo en la sociedad, y que no se puede condenar al homosexual a una vida
de castidad ó a un matrimonio heterosexual forzado.

Con este panorama a nuestro alrededor, creo que es oportuno dedicar un poco de
tiempo y de estudio a una cuestión que como veremos es bastante importante y que
sobrepasa el marco de la propia homosexualidad hacia otros valores clave de la fe y la
moral cristiana.

Haremos nuestro estudio dividido en las siguientes en secciones:

1. La conducta homosexual.
2. La conducta homosexual y la sociedad.
3. La conducta homosexual y la Biblia
4. La conducta homosexual y las iglesias evangélicas.

El énfasis que he querido subrayar con estos títulos es que la homosexualidad es


una forma de conducta. Conducta, según define el diccionario de la Real Academia
es la manera con que los hombres se comportan en su vida y acciones.

Es importante este punto porque la postura ideológica coordinada por los colectivos de
gays y lesbianas de los que hablaremos cuando tratemos de la conducta homosexual
y la sociedad, y en las iglesias evangélicas, afirman que: "La homosexualidad no es un
pecado, tampoco una enfermedad”. Hay personas que dicen ser cristianas que afirman
cosas como: Creemos que Dios nos creó homosexual, lesbiana, hombre gay, bisexual,
o heterosexual. Es decir, no hay ninguna contradicción en ser gay o lesbiana y
cristiano(a).

Para empezar nuestro estudio poniendo las Escrituras delante, y aunque en un


principio no vamos a tratar la cuestión de la homosexualidad en la Biblia, porque ello
requiere un tratamiento monográfico, pero por la conveniencia de preparar una
conciencia bíblica sobre el fondo de la cuestión, aconsejo leer el texto de Rom. 1:18-
27

Capítulo I

LA CONDUCTA HOMOSEXUAL

¿Qué es la homosexualidad?
La definición más sencilla de la homosexualidad es que se trata de una conducta que
manifiesta una atracción sexual y emocional hacia personas del mismo sexo. Existen
diferentes términos y diferentes categorías de personas relacionadas en ciertos
aspectos con la cuestión de la homosexualidad:

a) Homosexuales: Gay (Alegre), masculino – Lesbiana, femenino – Personas que


sienten atracción sexual hacia individuos de su propio sexo.

b) Hermafrodita – Casos rarísimos. Es una malformación de origen genético en que la


condición de un ser humano que manifiesta los órganos anatómicos y factores
secundarios de ambos sexos. Pero generalmente hay una clara prevalencia de uno de
los sexos y alguna presencia del otro sexo en un resto de órgano claramente atrofiado.
Esta situación puede crear una aparente ambigüedad y duda, que puede superarse
con breve investigación clínica anatómica y hormonal. No se ha confirmado la
existencia de hermafroditas que posean una capacidad sexual ambivalente real.

c) Travesti (Queen) Vestirse con la ropa del otro género para imitar temporal ó
definitivamente su personalidad.

d) Transexual (Persona que ha cambiado de sexo mediante cirugía). Se trata de un


cambio de sexo quirúrgico, pero que no se alcanza realmente sino solo su apariencia
externa, en la mayoría de las ocasiones con el objetivo de facilitar prácticas
homosexuales en las que la persona está ya inmersa. En otros casos para intentar en
lo posible dar una apariencia física a una conducta psicológica desviada.

e) Bisexual.- Es aquella persona que tiene una atracción sexual y emocional


persistente con personas de ambos sexos. En los adolescentes, experimentar este
tipo de atracciones no es raro, sino una etapa normal de confusión en el desarrollo de
la sexualidad.

f) Homófobo.- Es un término que significa aversión ó odio a la persona homosexual.


g) Heterosexual ó Normal.- Persona de conducta natural que siente atracción sexual
y emocional hacia individuos del sexo opuesto.

h) Eunuco (Etíope. Saris en hebreo, gr. Eunouchos), Es una palabra bíblica que tiene
varios significados. Uno de ellos es “célibe”. Eunucos que nacen y que se hacen, Mt.
19:10-12, comparar con 1Cor. 7:26 y 27, sinónimo de persona que tiene la voluntad de
no casarse. En otros casos eran los guardadores de los harenes, varones castrados.
La palabra se extendió a todos los funcionarios del gobierno, aunque fuesen casados
como Putifar, aquel que compró a José, (Gen. 39:1). En 1Sam. 8:15, funcionarios del
Estado).

i) Sodomita.- Palabra común que ha llegado a casi todos los idiomas donde la Biblia
ha tenido influencia. Deriva de Sodoma destruida como consecuencia de su pecado,
uno de los cuales era la homosexualidad. En las versiones castellanas de la Biblia se
traduce por ella la palabra hebrea “qadhêš”, sin embargo cuando se trata del término
femenino análogo “qedhešâh” se traduce por “prostituta. Trataremos extensamente
este asunto en nuestro estudio.

Es natural la homosexualidad?
La segunda cuestión más importante es afrontar la pregunta general. ¿Los
homosexuales fueron creados así y se comportan conforme a su género, ó son
personas que mantienen una conducta contraria a la naturaleza humana? ¿Qué dice
la ciencia al respecto?

Veamos que dicen primero los activistas homosexuales que se definen como
cristianos: Creemos que la sexualidad humana, sea heterosexual u homosexual, es un
don de Dios y algo que se debe celebrar dignamente.

¿Qué dice la ciencia?


Desde el principio la psiquiatría incluyó la inclinación homosexual entre las
enfermedades que podían y debían ser tratadas. Richard von Kraft-Ebing, uno de los
padres de la moderna psiquiatría, la consideró incluso como una enfermedad
degenerativa en su Psychopatia Sexualis. Freud incluyó la homosexualidad entre las
“perversiones” o “aberraciones sexuales”, a semejanza que el fetichismo del cabello y
el pie o las prácticas sádicas o masoquistas. Según este científico conocido como el
padre de psicoanálisis, la homosexualidad es una manifestación de falta de desarrollo
sexual y psicológico que se traducía en fijar a la persona en un comportamiento previo
a la madurez heterosexual.

En un sentido similar, e incluso con matices de mayor dureza, se pronunciaron


también los otros grandes del psicoanálisis, como Adler y Jung. Los psicoanalistas
posteriores no sólo no modificaron estos juicios sino que incluso los acentuaron a la
vez que practicaban tratamientos considerados curativos contra la inclinación
homosexual.

En los años cuarenta, Sandor Rado sostuvo que la homosexualidad era un trastorno
fóbico hacia las personas del sexo contrario, que debía ser tratada como otras fobias.
Bieber y otros psiquiatras, ya en los años sesenta, partiendo del análisis derivado de
trabajar con un considerable número de pacientes homosexuales, afirmaron que la
homosexualidad era un trastorno psicológico derivado de relaciones familiares
patológicas durante el período edípico. Por esta razón el DSM (Diagnostic and
Statistical Manual of Mental Disorders) incluía la homosexualidad en el listado de
desórdenes mentales. (Ya trataremos en otro apartado como fue quitado de ese
manual).
El esfuerzo del colectivo gay en su afán por demostrar que ellos son un tercer sexo, es
antiguo y ya lo sostenía en 1899 un investigador alemán, afirmando que era una
característica congénita, y que “nacían de esta forma”. Intentan asentar la idea de que
no se trata de personas heterosexuales con problemas de comportamiento, sino que el
homosexual se comporta así porque esa es su forma natural de hacerlo, y que intentar
cambiar esa orientación sexual significa ir contra su naturaleza, y ponen como ejemplo
a las personas zurdas. Así su presión sobre la comunidad científica ha sido incesante,
aunque ha decrecido algo en los últimos tiempos, en la medida en que su esperanza
de obtener científicamente la prueba definitiva para sus posturas se ha visto
defraudada una y otra vez, y que sus objetivos se pueden alcanzar social y
políticamente sin necesidad de tal prueba.

Pero el mundo científico ha estudiado en los últimos años intensamente esta cuestión.
Se han hecho análisis, mediciones, estudios estadísticos, etc. Se ha estudiado de un
área del cerebro conocida como INAH-3, el comportamiento de gemelos idénticos, no-
idénticos, otros hermanos biológicos, incluso adoptados. En el campo de la genética
se ha buscado el gen “gay” con el mismo ansia que el “eslabón perdido” de la
evolución. La falta de resultado a favor de sus pretensiones ha hecho que en la
actualidad hasta organizaciones pro gay, y algunos activistas destacados reconozcan
que la homosexualidad no ha encontrado en la biología ningún apoyo para el origen
natural.

Con todo ese trabajo realizado hasta ahora se puede afirmar que las pruebas hasta el
día de hoy han determinado que no existe ningún gen que determine un
comportamiento homosexual. El Dr. Socarides, que es el científico que más ha
estudiado el comportamiento gay en el campo de la psiquiatría, y que los gays
consideran su bestia negra, ha afirmado que se trata de una cuestión patológica (es
decir de una enfermedad psíquica), un desorden, que se origina en la etapa pre-
adolescente de algunas personas. Y por lo tanto dentro de las enfermedades que
pueden y deben ser tratadas.

Pero el hecho de que ser homosexual no sea un accidente natural y genético, no


quiere decir que el homosexual siempre lo sea por vicio, degeneración ó decisión
voluntaria. Es un error considerar que se trata de forma general de personas que en
un momento determinado deciden ser homosexuales, aunque también los haya de
esta clase. Hay un abanico de factores primordiales que influyen en algunas personas
para que tengan esa inclinación. Los estudios señalan a toda una serie de conflictos y
circunstancias que suelen tener lugar durante la infancia y que inclinan a las personas
hacia la homosexualidad en un intento muchas veces inconsciente de encontrar alivio
ó escape a sus heridas emocionales, y que se suelen manifestar en la alta
adolescencia y en la etapa juvenil. Ahora bien, si alguien en un momento de su vida,
siente que tiene una inclinación sexual homosexual, también puede tomar decisiones
personales para variar ó cambiar esa tendencia y comportamiento, (lo cual, como
veremos, ni es tan fácil, rápido y radical como tomar la decisión y alcanzarlo), ó puede
aceptarlo y asumir su vida con la disposición de que ese es el tipo de vida que
realmente desea vivir.

¿Qué factores pueden influir en una persona para tener una inclinación
homosexual?
Realmente se pueden combinar un amplio abanico de circunstancias y la respuesta
que la personalidad individual e irrepetible de cada persona responda a cada una y al
conjunto de ellas. Cada persona, aun viviendo las mismas experiencias, recibiendo los
mismos mensajes, la misma situación familiar, es irrepetible en el desarrollo de su
comportamiento, porque el desarrollo de la personalidad tiene en cuenta todos esos
elementos externos junto a un buen número de reacciones internas (pensamientos,
análisis, posturas y decisiones) que son irrepetibles en su conjunto. En la Biblia
encontramos que hermanos gemelos como Caín y Abel, ó Esaú y Jacob, educados en
una sociedad primaria con menor influencia externa, en el seno del mismo hogar y
bajo las mismas circunstancias, desarrollaron personalidades, comportamientos y
actitudes completamente opuestas. Esto es lo que hace único e irrepetible al ser
humano más allá incluso de los rasgos del ADN. Por eso el ser humano es algo más
que cuerpo. Tiene una parte espiritual de la persona, donde se alojan los sentimientos
y las emociones, y donde se forjan la personalidad, que en la Biblia se llama con el
nombre de corazón. Es el corazón de la personalidad de cada individuo.

Estas condiciones, como hemos dicho, generalmente se inician en la infancia, pero


casi nunca se manifiestan antes de la adolescencia media. El doctor Richard P.
Fitzgibbons, MD en psicología y psiquiatría, experto en el tratamiento específico de la
homosexualidad durante muchos años y miembro de la NARTH, (Asociación Nacional
–de EEUU- para la Investigación y Terapia de la Homosexualidad), en su trabajo “Los
orígenes y curación de atracciones y comportamientos homosexuales” describe las
siguientes causas:

1.-Soledad y tristeza. - En el pasado, cuando los matrimonios tenían una mayor


estabilidad, la causa más frecuente de la tristeza que conducía a la homosexualidad
era el rechazo, durante la infancia y la adolescencia, por parte de sus compañeros,
con motivo de sus limitadas aptitudes atléticas. En las chicas, un físico poco atractivo.
Pero actualmente, el fracaso matrimonial y familiar, ocupa un lugar importante, cuando
los niños y adolescentes viven separados de sus padres y viven a la vez los problemas
de ellos. Cuanto más temprano es el abandono paterno, mayor es la posibilidad de
desarrollar inclinaciones homosexuales.

Cuando no se satisface la necesidad de cariño, aprobación, afecto físico y ánimo de


un padre, se desarrolla un vacío interior comúnmente llamado "hambre de padre". En
un intento por superar este dolor, algunos adolescentes y jóvenes adultos buscan el
confort de ser abrazados por otro hombre. Dentro de estos, son mas vulnerables
aquellos que muestran unas actitudes atléticas limitadas y que fueron rechazados por
sus compañeros. También, en algunos chicos especialmente sensibles, un continuo
maltrato por parte de sus hermanos mayores produce una soledad interior que puede
llevarlos a sentir inclinaciones homosexuales.

La falta de cariño, afecto y ánimo de una madre también puede producir un vacío y
una terrible tristeza. Algunas chicas intentan llenar ese vacío del amor materno por
medio del comportamiento homosexual. Esta "soledad sin madre" no se observa tan a
menudo como la "soledad sin padre", porque las madres generalmente tienen una
relación mucho más próxima a sus hijos que los padres.

El fracaso de cualquier relación adulta, a la hora de llenar el vacío de la soledad infantil


y adolescente, es la mayor causa de la extraordinaria promiscuidad en el estilo de vida
homosexual, y por eso algunos estudios arrojan un promedio de 60 compañeros/as
sexuales al año. Inconscientemente, estas personas no buscan un compromiso
estable. Tal proceder compulsivo, patológico y peligroso para la salud apoya la idea de
que la homosexualidad es un serio desorden emocional, mental y de conducta.

2. Inadaptación y falta de autoestima.- La homosexualidad también puede ser el


resultado de fuertes sentimientos de inseguridad. La desconfianza en sí mismo que
suscita el rechazo de padres, compañeros, hermanos u otras personas importantes en
las cuales se ha depositado la confianza. En un intento inconsciente de deshacer una
historia de rechazos, la persona busca reafirmarse y ser aceptado por miembros del
mismo sexo.
La autoestima se basa principalmente en la aceptación de un modelo de conducta en
la primera infancia, el niño del modelo de su padre y la niña el de su madre. Aunque el
amor de una madre aunque es esencial para los niños varones, no es tan importante
como el amor y la afirmación del padre para la formación de una sana identidad
masculina. Muchos de los que sufren inclinaciones homosexuales crecieron de niños
pensando que nunca podrían ser del agrado de sus padres. Los hermanos mayores
también juegan un papel importante en la formación de una positiva identidad
masculina en la infancia.

Los rechazos y humillaciones en estas relaciones pueden producir un serio


debilitamiento de la autoestima masculina.

Sin embargo, las desilusiones más comunes de la vida infantil que producen
inclinaciones homosexuales son el resultado de los rechazos por parte de amigos a
causa de una deficiente coordinación psicomotriz y atlética. Los niños que no son
buenos atletas son a menudo víctimas del rechazo y del ridículo por los otros niños.
Frecuentemente reciben apelativos femeninos y les llegan a decir que corren o juegan
como una niña. A medida que estos rechazos continúan año tras año, estos chicos se
sienten cada vez más inadecuados, confusos, solos y débiles. El maltrato por parte de
compañeros produce en ellos una imagen muy deficiente de su cuerpo y de su
masculinidad. Y sienten una inclinación interna hacia otros adolescentes fuertes y
atléticos. Entre los 50 y 60, se realizó un estudio en Nueva York con 500 varones que
se consideraban homosexuales. El estudio desveló que más de un 90% de ellos tenía
problemas de coordinación atlética y que de pequeños fueron objeto de humillación
por parte de sus compañeros. Muchos contaron que no sólo se sentían fracasados
como varones porque no eran buenos en el deporte o porque no les gustaba, sino que
también sentían que habían desilusionado a sus padres, quienes - bajo su opinión -
esperaban de ellos que fueran buenos atletas.

Estos conflictos básicos de una baja autoestima se manifiestan de diferentes maneras


en los varones que tienen inclinaciones homosexuales. Entre estos: la atracción
obsesiva hacia hombres atléticos y musculosos; ó la necesidad de actuar
agresivamente; la necesidad compulsiva de aumentar la musculatura corporal; ó un
profundo sentimiento de no ser queridos.

3. Desconfianza y miedo.- Otro factor importante en el desarrollo de la


homosexualidad es el miedo a ser vulnerable en las relaciones heterosexuales. Esta
incapacidad de sentirse seguro amando a alguien del sexo opuesto es normalmente
inconsciente y en la mayoría de ocasiones tiene su origen en experiencias traumáticas
vividas en el hogar. En el caso de los varones, puede ser la consecuencia de haber
tenido una madre demasiado controladora, enojadiza y crítica, poco afectiva y fría,
narcisista e insensible, muy desconfiada, adicta o enferma. En el caso de las chicas, el
miedo de confiar en cualquier varón en una relación amorosa puede surgir de haber
tenido un padre muy enfadadizo, rechazador y distante, insensible hacia su madre,
abusivo, duro, egoísta, adicto o falto de afecto. Actualmente, el abandono recibido de
un padre a causa del divorcio es una de las mayores fuentes de desconfianza que
muchas chicas experimentan hacia los chicos. Estas chicas desarrollan una fobia
inconsciente de ser heridas como vieron que lo fueron sus madres. Como resultado,
durante un tiempo se sienten seguras sólo con el amor consolador de otra mujer, a las
que ven más fieles que los varones.

También la desconfianza y el miedo a un compromiso total, como lo es el matrimonio,


son extremadamente comunes en los que sufren inclinaciones homosexuales. Una
simple relación promiscua sin fidelidad a nadie es hoy en día una de las
manifestaciones más significativas del miedo al compromiso.

4. Narcisismo. - El narcisismo o egoísmo extremo es otro de los causantes


importantes de la homosexualidad. El narcisismo tiene varios aspectos atractivos para
el que lo padece, como el no tener que comprometerse con otra persona en el
matrimonio o no tener que asumir las responsabilidades de padre. El narcisista quiere
permanecer infantilmente con obligaciones mínimas en sus relaciones interpersonales
y con pocas limitaciones en la búsqueda del placer. El hedonismo caracteriza a
muchos de los que practican la homosexualidad.

5. Traumas sexuales durante la infancia.- Un buen número de varones que fueron


violados o maltratados sexualmente en su infancia desarrollan una confusión con
respecto a su identidad masculina. Al igual que otras víctimas de violación, piensan
que de alguna manera ellos provocaron el abuso. Durante la adolescencia, su relación
con las muchachas está limitada por la vergüenza de lo que han vivido y porque creen
de que ninguna chica podría quererles si conociesen sus experiencias sexuales
anteriores.

6. Rebeldía y rechazo propio.- El tipo de enfado que más induce la homosexualidad


es el enfado consigo mismo. Como resultado de un continuo rechazo por parte de sus
compañeros, muchos niños adquieren un intenso disgusto hacia sus propios cuerpos,
pensando que éstos son débiles, poco atractivos y poco masculinos. Se sienten tan
incómodos con su físico que pasan muchísimo tiempo fantaseando sobre cómo
escapar de su cuerpo y entrar en el cuerpo de otro. Esta ilusión enfermiza puede
empezar cuando son jóvenes e inducir hacia una fuerte atracción física por otros del
mismo sexo.

En muchos homosexuales, la conducta autodestructiva, peligrosa, adictiva y


sadomasoquista nace de un intenso disgusto hacia uno mismo. El enfado consigo
mismo es también una de las causas por las que el varón decide vestirse como una
mujer. Finalmente, el colmo de la aversión hacia uno mismo y hacia el propio cuerpo
se puede observar en aquellos que se someten a cirugía para cambiar de sexo,
aunque algunos lo hacen para conseguir un cuerpo operativo que le permita practicar
la homosexualidad.

En un grupo reducido de personas, la homosexualidad se origina en una "necesidad"


de rebelarse fuertemente contra sus padres, su familia, sus compañeros, la cultura
cristiana o Dios. La conducta homosexual que es inducida por la rebeldía se observa
en aquellos cuyos padres del sexo opuesto eran muy controladores, emocionalmente
insensibles, físicamente abusivos o profundamente narcisistas. Al igual que a otra
gente enfadada, esa rebelión les produce cierto placer. A algunos de ellos les encanta
que sus madres sepan que su estilo de vida es el rechazo extremo de un amor
femenino o (en el caso de las lesbianas) como sus padres comprueban que no sienten
necesidad del amor masculino. También sienten placer escandalizando a sus padres
con su conducta. El enfado excesivo también se manifiesta en otros aspectos de la
vida homosexual. El más notable es el enfado agresivo-pasivo, que consiste en un
silencioso desahogo de hostilidad mientras se pretende no estar enfadado y se
manifiesta, por ejemplo, en no informar al compañero sexual de que se es portador del
virus que causa del SIDA. Estas personas a menudo sienten que porque ellos tienen
que sufrir, otros también deben hacerlo. Por último, se observa también un intenso
enojo en los homosexuales dentro de los medios de comunicación social, en la
educación, en la salud o en la política, cuando intentan obligar al resto de la sociedad
a que acepte la homosexualidad.
Podríamos mencionar mas causas de las que los estudios estadísticos arrojan
porcentajes comunes significativos, pero esto es un estudio no una asignatura de
psicología, y son suficientes para que nos hagamos una idea del origen de estos
trastornos de personalidad.

Pero la conducta homosexual se puede superar.-

Bíblicamente tenemos esta seguridad claramente expresada en 1Cor. 6:9-11 (esto


erais algunos, mas ahora…).
a) También está reconocido por líderes del propio movimiento homosexual, aunque
eso sí, añaden enseguida que no lo aconsejan porque se agrava un conflicto interno,
ya que muchos se siguen sintiendo atraídos por las personas de su mismo sexo, y por
esta razón que algunos recaen esporádicamente en relaciones homosexuales.
b) La ciencia dice y demuestra que es posible, con la terapia y ayuda necesaria,
trabajando en las áreas heridas de la personalidad de la persona que provocaron la
aparición del trastorno. Dicen que el porcentaje de éxito es alto, cuando el paciente
pone su voluntad y colaboración decidida en obtener los resultados del tratamiento. Y
que el fracaso en esta área, como en otras que tiene a una modificación de la
conducta como objetivo, se debe a la falta de voluntad ó perseverancia, que en
muchos casos tiene su origen en los mensajes que sus antiguos compañeros ó los
colectivos homosexuales les hacen llegar para que desista.

No es fácil. Nadie dice ni pretende que lo sea. Casi todas las cosas importantes de la
vida son difíciles, pero mucho más cambiar las tendencias y las inclinaciones de las
personas, no solo en el caso de la homosexualidad, sino en muchos otros:
drogadicción, alcoholismo, anorexia, ludopatía, programación de mentalidad sectaria,
inclinaciones a la violación, agresividad, abuso, etc. Pero además, la dificultad se
incrementa en relación directamente proporcional al tiempo en que han arraigado las
causas y se han consolidado hábitos. Es decir, algo que es fácil de tratar a los doce ó
trece años, es mucho más difícil a los 25 y absolutamente complicado a los 40. Los
traumas se asientan, la conducta se rodea de circunstancias no solo emocionales, sino
también sociales, de hábitos, de modo que los hilos que componen la red que hay que
deshacer son más y más complicados.

Se necesita tomar una decisión importante.- Algún/a joven puede sentir


inclinaciones homosexuales, por haber estado expuesto a algunas de las condiciones
que hemos mencionado, pero al sentirlas tiene que tomar una decisión: La decisión a
menudo que se plantea está principalmente situada entre seguir el mensaje de los
colectivos homosexuales ó seguir el mensaje de los que le dicen que esa conducta es
contraria a la voluntad de Dios, y buscar en este caso los remedios que le puedan
ayudar. También hay muchos especialistas que sin ser cristianos tienen una visión
técnica del asunto que se basa en el mismo diagnóstico de la salud mental. De
cualquier modo, como en todas los asuntos importantes de la vida, los individuos
necesitan hacer una reflexión y tomar decisiones que van a comprometer las
cuestiones más importantes de su vida en el futuro.

Para alcanzar el éxito de superar su condición actual es necesaria una fuerte


motivación. Hay buen número de personas homosexuales en todo el mundo que han
logrado restaurar sus problemas de conducta por motivaciones familiares ó sociales.
Pero probablemente la motivación más importante, y por ello la más atacada por los
colectivos gay, sea la decisión de seguir a Cristo. En este caso, no solamente se
necesita conocer que ese trastorno de la conducta es una enfermedad psicológica,
sino también que su resultado práctico atenta contra la voluntad del Creador tanto el
ámbito de su Señorío como en su consideración moral, y por lo tanto deben actuar
resueltamente para restaurar su personalidad y su vida hacia el diseño original de
Dios.
Querer agradar a Dios con nuestra vida sujetándola a los principios naturales y
morales de su voluntad produce una fuerte motivación para conseguir el éxito, y
además cuenta con la presencia de Cristo en la vida, en los momentos más difíciles de
la travesía y con la ayuda del Espíritu Santo fortaleciendo y sanando interiormente las
heridas y los traumas del pecado.

Pero la cosa no es tan simple en muchas ocasiones como decidir aceptar a Cristo y
pedirle que cambie tu vida, porque nuestra voluntad no está siempre tan floja como
para aceptar de entrada que la obra reparadora del Espíritu Santo opere en todas las
esferas de la vida que han ocasionado el trastorno. Decía una mujer lesbiana. Yo le
pido a Dios que me cambie, pero no lo hace. Pero el orientador que la estaba tratando,
en la simple conversación comprobó como aquella mujer seguía odiando a su padre
porque había abusado de ella cuando era niña. Mientras las heridas no se reparen,
con el perdón hacia las causas y hacia uno mismo, las consecuencias más profundas
permanecerán. La necesidad de ser transformado en todo nuestro ser, espíritu, alma y
cuerpo debe ser ejercida y atendida por la voluntad.

El peligro de recaer.- No creo que nadie sensato ignore que cualquier persona
cristiana pueda volver a recaer en antiguas conductas. O que piense que es imposible
que un cristiano que ha sido sanado vuelva a caer en antiguos pecados, sean de la
naturaleza que sean, de pensamiento ó de acción, ó que la tentación le aparezca.
Sabemos que el cristiano se enfrenta a fuertes enemigos, y que el mundo, el Diablo y
la carne tienen su campo de operaciones en torno a él. San Pablo expresaba de forma
clara las limitaciones del creyente en cuanto a la carne en Romanos 7:14-25.

El apóstol Juan en su primera epístola (1:8 - 2:1) afirma: Si dijéremos que no tenemos
pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y no hay verdad en nosotros. Si
confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros
pecados, y nos limpie de toda maldad. Si dijéremos que no hemos pecado, lo
hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros. Hijitos míos, estas cosas
os escribo, para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para
con el Padre, a Jesucristo el justo. No se si os habéis dado cuenta de la universalidad
del sujeto implícito: Todos pecamos, y aquel que no lo reconozca se engaña a si
mismo y hace a Dios mentiroso. Pero todos obtenemos el perdón y la restauración
espiritual cuando arrepentidos confesamos nuestros pecados a nuestro Abogado.

Si antes decíamos que era posible pero que no era fácil liberarse de nuestra
naturaleza, y que la sanidad era más difícil cuanto más arraigada se encuentra la
enfermedad y cuando nos hemos construido a nuestro alrededor un universo ajustado
a ella, tenemos que darnos cuenta que luego nuestras recaídas y nuestras tentaciones
se encuentran en relación con ese universo en el que hemos vivido. El que tenía
problemas con el alcohol, sus tentaciones tendrán que ver con la bebida. El que tenía
problemas con las drogas, con estas. El que tenía problemas con el robo, cuando es
tentado lo será en el área de este conflicto. El adultero, con el adulterio. El mentiroso
con la mentira, y el homosexual, con la homosexualidad. Por lo tanto tenemos que
reconocer todos que nuestras recaídas van a estar en el área más conflictiva de
nuestra anterior vida. Y que cuando recaemos en problemas de la carne que creíamos
superados, se reduce nuestra autoestima, nos sume en un pozo de autodesprecio,
que nos aparta en muchas ocasiones de Dios, porque no nos atrevemos a confesar
nuestras recaídas. Muchas veces ignoramos deliberadamente que Él ya sabe y
conoce todo cuanto hemos hecho, y que tratar de ocultárselo a Él es una ingenuidad
tonta. Lo mismo sucede cuando pensamos que como ya lo conoce no tenemos que
confesárselo y queremos seguir una relación espiritual como si nada hubiese pasado.
La confesión es necesaria, no para informar a Dios de lo que ya sabe, sino porque
forma parte de la terapia espiritual reparadora, a través de la cual Dios nos quiere
enfrentar a nuestra realidad, para reconocer, de una parte nuestra fragilidad, y de otra
parte que le veamos como nuestra única oportunidad de victoria: Sin mi, nada podéis
hacer. Después de este tipo de experiencias alcanzamos una personalidad más
madura y cauta, que hará que nos expongamos menos a los riesgos potenciales que
nos acechan, y huyamos de las circunstancias de peligro. Esta palabra “huir” la
emplea dos veces el apóstol Pablo escribiendo a Timoteo (1Ti.6:11 huye de estas
cosas, en relación con las peligrosas avaricias, y en 2ªTi. 2:22 de los deseos
juveniles).

Esto que hemos comentado se refiere al área personal, pero nuestras caídas tienen en
muchas ocasiones una repercusión que va más allá de la esfera íntima. En ocasiones
llegan al conocimiento público y deben ser tratadas en el ámbito de la iglesia local. En
las Escrituras tenemos instrucciones claras para afrontar estos problemas. La madurez
de una iglesia local es la suma de la madurez individual de sus miembros. Una iglesia
madura es aquella que tiene conocimiento espiritual y doctrinal, y por este desarrolla
los mecanismos de comprensión y tolerancia, no con el pecado, sino para la
recuperación espiritual del trasgresor. Sus miembros saben que, se nos conozcan
públicamente ó queden en el terreno de la intimidad con Dios, TODOS tenemos
problemas con el pecado y con las recaídas. Cuando el pecado se ha público, aparece
el consejo de Pablo de Gal. 6:1:Hermanos, si alguno fuese sorprendido (Esta es la
clave de la cuestión, porque antes ya hemos visto como las Sagradas Escrituras dicen
claramente que todos pecamos, pero es indudable que en ocasiones hay una
repercusión, cuando se hace público, que afecta al testimonio común de toda la iglesia
que eleva la dimensión del problema, y es entonces cuando) vosotros que sois
espirituales(Se espera de vosotros, de los demás, que son espirituales y tienen el
conocimiento sobre estos asuntos, y la madurez correspondiente, para que actúen
como maduros, no como el mundo hace, que se hecha encima del trasgresor público,
para), RESTAURADLE con espíritu de humildad (Con comprensión, no con
superioridad, porque tú también tienes tus propias faltas y pecados aunque no hayan
salido a la luz), considerándote a ti mismo porque tu no seas también tentado.(no sea
que en cualquier momento te pueda ocurrir a ti lo mismo).

La actitud contraria, es la legalista, la de los fariseos, que eran sepulcros blanqueados,


muerte dentro y apariencia fuera, y se mostraban inmisericordes hacia los que eran
sorprendidos en faltas y pecados. Estos eran los que llevaban las piedras con las que
querían apedrear a la mujer adúltera, y la respuesta de Jesús es EL QUE DE
VOSOTROS ESTE SIN PECADO QUE ARROJE LA PRIMERA PIEDRA. La postura
cristiana no es la que practica la intransigencia, acusación y condena, sino la que con
cariño y humildad conduce al trasgresor al arrepentimiento y busca restaurarle con
toda misericordia.

La vida cristiana auténtica es una vida en la que sabemos el final de la historia. Acaba
con triunfo, pero gracias y en virtud a que la victoria está en Jesús, no en nuestras
fuerzas. Pero a lo largo de campaña TODOS tenemos victorias y derrotas. Por eso
nuestro salvador Jesucristo comprende nuestra naturaleza y, por cuanto padeció
siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados (Heb 2:18). Y
aquellos que son más vencedores, que resisten las tentaciones, ó cuyas faltas no
llegan al conocimiento público, que no se jacten de ello, sino den más gloria a Dios,
porque como exclamó Pablo: Por la gracia de Dios soy lo que soy, no por nuestras
fuerzas, ni por nuestra integridad, sino por su gracia y compasión.

Por esas razones dentro de la cita que antes mencioné de Romanos capítulo 7
encontramos este importante versículo: Gracias doy á Dios, por Jesucristo Señor
nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo á la ley de Dios, mas con la carne á la
ley del pecado. La importancia de nuestra mente. La humildad, la comprensión, el
espíritu de restauración hacia los demás, no puede perder de vista la calificación del
pecado, y establecer una coartada para que el pecado parezca que no lo sea. El
pecado tiene que seguir provocando nuestro rechazo e indignación, mientras que el
amor de Dios y nuestra propia naturaleza cristiana nos inclina hacia la misericordia y al
perdón hacia el trasgresor. La mente cristiana necesita calificar y discernir
correctamente lo que es pecado, renovando nuestro entendimiento, reconociendo
aquello que es malo y ofensivo para Dios, malo para nuestras vidas y malo para el
testimonio del que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable. Cuando nuestra
mente califica las cosas rectamente esta en el camino para la restauración propia y la
de los demás. Es entonces cuando podemos, como dice Amos 5:14, buscar lo bueno y
rechazar lo malo: Buscad lobueno, y no lo malo, para que viváis; porque así Jehová
Dios de los ejércitos será con vosotros, como decís. Esa presencia y ayuda vendrá de
lo alto y también de los instrumentos humanos, los hermanos en la fe, de los que Dios
se vale en muchas ocasiones para hacer su obra.

Pero cuando estos valores no están correctamente establecidos, cuando hay una gran
confusión entre lo que es bueno ó malo, muchos enfermos se considerarán sanos, y
como los sanos no tienen necesidad de médico, ni de tratamiento, ni de restauración,
en sus propios pecados resultan confundidos y a la postre perdidos.

En busca del gen gay.-

Hace unos días apareció un artículo en los principales medios de comunicación con
gran bombo y platillo, y en la televisión, afirmando que los científicos habían
descubierto el gen “gay”, y que por lo tanto ya se podía decir que la conducta
homosexual era natural. Como estaba estudiando el tema, busqué la noticia en toda
su extensión, la cual lejos de afirmar lo que decían los titulares, reafirmaba todo lo que
hemos tratado en este estudio. La CNN distribuyó la información el día 23 de Octubre
de 2003, bajo el epígrafe: “La identidad sexual estaría determinada por los genes,
según estudio”. Yo no sé si alguien dudaba antes de este estudio que el hecho de ser
varón ó hembra era una materia que debía pertenecer a la información genética de los
seres humanos. Pero lo que se esperaba de un titular como aquel era que además de
varón, hembra, se hubiese descubierto un gen que determinase el tercer sexo, el
ansiado gen gay. Pues la información no dice nada de tal hallazgo. El presentador del
informe, el doctor Eric Vilain, profesor de genética de la Universidad de California, dijo
a la presentación de su informe: "Nuestros hallazgos podrían ayudar a dar respuesta a
una pregunta importante: ¿por qué nos sentimos hombres o mujeres". Y agregó: "La
identidad sexual está enraizada en la biología de cada persona antes del nacimiento y
brota de una variación en nuestros cromosomas individuales". Pues muy bien, y ¿qué?
Ya sabíamos muchos cristianos, sin necesidad de ser investigadores, que Dios nos ha
creado varones y hembras, y que somos profundamente diferentes. Los experimentos
del equipo del Dr. Vilain afirman que han identificado 54 genes en ratones que podrían
explicar por qué los cerebros de machos y hembras lucen y funcionan en forma
diferente. Bien y ya está. Pero añadió: "Nuestros hallazgos podrían explicar por qué
nos sentimos hombres o mujeres, sin importar nuestra anatomía real". Claro pero para
esto tendrían que haber descubierto algo que no han hecho, y es que los
homosexuales son personas que nacen con cerebros, del “tipo masculino” en cuerpos
femeninos o viceversa. Pero el estudio no descubre tal cosa. Con lo cual para las
pretensiones científicas de los colectivos gay, es otro nuevo bluff.

Aunque esta noticia la comento por reciente, la investigación del supuesto gen gay ya
hace años que está en marcha. En 1991 la Universidad de Illinois declaraba que el
52% de los gemelos univitelinos de hombres homosexuales también eran
homosexuales, mientras que en los bivitelinos (los que tienen menos genes en
común), la cifra se reducía al 22%. Dos años más tarde un investigador del Instituto
Nacional del Cáncer de EEUU, anunció que por fin había localizado uno de ellos, dado
que en las familias donde varios miembros declaraban ser homosexuales había más
casos entre los relacionados por vía materna que paterna. Por tanto centró sus
investigaciones en el cromosoma X, que es el único que los hombres heredan de sus
madres. Después de afirmar que había encontrado en cuarenta parejas de hermanos
homosexuales que tenían más similitudes en la región Xq28 de lo que el azar debiera
coincidir, dedujo que en aquella región residía el gen de la homosexualidad. Dos años
más tarde volvió a ratificar sus resultados, según dijo, después de trabajar con otras
33 parejas de hermanos. Sin embargo fue incapaz de identificar de qué gen se trataba,
ni la proteína que lo producía, ni en que forma actuaba. Poco tiempo después,
científicos de la Universidad del Oeste de Ontario, repitieron la investigación con otras
52 parejas de hermanos y publicaron un la revista científica Science que los hermanos
homosexuales no tienen más similitudes en la región Xq28, que cualquier otro par de
hermanos escogidos al azar.

Como verá el lector, la diferencia entre la propaganda de los titulares sensacionalistas


y la realidad es absoluta. De todas formas, en la mente de muchas personas ha
quedado grabado el titular propagandístico y a partir de ese momento estarán
absolutamente seguras de que el gay es un gen que determina la existencia natural de
homosexuales.

¿Y si en el futuro se descubre algún componente genético, que habría que


decir?

Alguien me ha formulado esta pregunta en estos días, porque es cierto que el campo
de la investigación genética apenas ha abierto las puertas a muchos de los secretos y
misterios que esconde. Pero nosotros sabemos que Dios hizo al hombre y a la mujer
con sus características particulares. Diferentes, complementarios y de igual dignidad a
la imagen de Dios. Sabemos que Dios no hizo un tercer sexo. Sabemos que el pecado
entró en el mundo y pasó a todos los hombres y sabemos también que afectó a la
naturaleza, que ha traído enfermedades, malformaciones, desastres, catástrofes, por
eso la Biblia nos dice que la misma naturaleza clama por ser liberada de las
consecuencias y efectos del pecado (Rom. 8:19-23). Lo que no sabemos es el alcance
de esa corrupción en todas las esferas, aunque tenemos ejemplos cotidianos de
muchos de sus devastadores efectos. Por eso, aun aceptando el hecho de que una
persona nazca en unas determinadas condiciones, no quiere decir que Dios la haya
hecho así, ni que tenga que arrastrar durante toda su vida todas las limitaciones de
origen congénito.

Hay personas que nacen con taras tanto físicas como mentales, a las cuales los
hombres, con toda la ayuda que la ciencia proporciona en cada momento intenta
resolver y paliar. Cuando nacen niños siameses, siempre que es posible se usa la
cirugía para intentar cambiar esas características que son innatas. Y vemos que cada
día con más éxito gracias a los avances tanto del conocimiento médico como del
equipo que emplean. Cuando alguien nace con problemas cardíacos, igualmente se
tratan de atajar y conducir a lo que se entiende como normal. En el plano psíquico
sucede lo mismo. Niños que nacen con el síndrome de Dawn ú otras dolencias
parecidas, no se les deja sin tratamiento, sino que se pone la ayuda psicopedagógica
y psicomotriz que les permita asemejarse en el mayor grado posible a la normalidad.
Hay bebés, cuya madre era drogodependiente, y que nacen con síndrome de
abstinencia y son tratados también. Ya sean de origen genético ó alteraciones
producidas durante la gestación, el hecho de que las personas nazcan con problemas
no implica que Dios no los haya hecho así, y que por ello deban vivir sujetos a las
condiciones de su natalicio.
Muchos casos de inseminación artificial y de manipulación genética han provocado el
nacimiento de niños con severos daños y malformaciones. La contaminación
radioactiva también produce alteraciones fetales algunas irreversibles. Dios no les ha
hecho así, y la ciencia no deja de prestar el apoyo posible para arreglar al máximo
tales trastornos. Problemas de los padres, del entorno, de la alimentación, de
consanguinidad producen efectos en los hijos. Decir que Dios los creó así, es una
forma de quitar la responsabilidad de los hombres y del pecado en el que vive el
mundo para echarla sobre los hombros de Dios, y un engaño diabólico para que los
hombres se rebelen contra El. Por lo tanto este hecho, si se produjese algún día, en
nada invalida la realidad de todas las cuestiones que tratamos a lo largo de este
estudio.

Capítulo 2

LA CONDUCTA HOMOSEXUAL Y LA SOCIEDAD

En el capítulo anterior hemos estado tratando la cuestión en si de la conducta


homosexual y sus principales causas, así como el punto en que se encuentra en el
momento actual esta cuestión. En este vamos a tratar el tema de lo que esta conducta
está representando en la sociedad actual.

Solo a modo de introducción, recomiendo al lector la lectura del capítulo 1 de la


epístola del apóstol San Pablo a los Romanos, en el que la cuestión aparece
relacionada con la rebeldía del hombre hacia los designios de un Dios al que conoce,
pero al que no quiere reconocer, prefiriendo alternativas idolátricas.

Antecedentes históricos de conducta homosexual.- Si nos remontamos en la


historia encontramos que en las antiguas civilizaciones del medio oriente existieron
prácticas homosexuales tanto masculinas como femeninas que estaban relacionadas
con celebraciones religiosas idolátricas. Algunas de ellas, en forma de prostitución
tanto femenina como masculina, se encuentran en la Biblia calificadas como
“abominaciones”, es decir, conductas y practicas repugnantes contrarias a la moral
que Dios quiere establecer para su pueblo, así como del proyecto existencial que tiene
para sus criaturas. Las conductas abominables no eran exclusivamente de orden
sexual, aunque si primordialmente, porque muchas ceremonias paganas
desembocaban en orgías, en las que se practicaban todo tipo de perversiones desde
el incesto (relaciones sexuales en el entorno familiar de primer grado), zoofilia
(relaciones sexuales con animales), pedofilia (relaciones sexuales con niños), pero
también sacrificios rituales humanos, brujería, adivinación, hechicerías,
encantamientos, espiritismo, (Deut. 18:9-12), el travestismo (Deut. 22:5), la
prostitución (Deut. 23:18), etc. Si tomamos la Biblia, de momento como un tratado que
refleja la historia de algunos pueblos, esas conductas eran habituales entre los
cananeos, según Lev. 20:23, y una de las razones por las que fueron destruidos como
naciones y pueblos por el juicio de Dios. De momento dejaremos el caso de Sodoma y
Gomorra para tratarlo más ampliamente en el contexto del capítulo de La Conducta
Homosexual y la Biblia.

Pero uno de los engaños más extendidos, es la afirmación de que la homosexualidad


ha sido aceptada en la historia de la humanidad, desde tiempos ancestrales, como una
conducta normal sana equivalente en la consideración de la relación heterosexual.
Algunos de los que propagan esta idea citan que, por ejemplo, era una práctica
corriente en la Grecia Clásica. Pero los antropólogos declaran que esto solo ha sido
cierto en sociedades muy concretas y cerradas y durante un breve período de tiempo,
bajo condiciones muy determinadas, y que enseguida prevaleció la consideración de
que era una conducta depravada y pervertida.

Es cierto que en la Grecia clásica algunos de los más famosos filósofos fueron
victimas de violaciones homosexuales, como Sócrates y Platón. Pero ni ellos estos
fueron homosexuales, ni tolerantes con esa conducta, la cual describieron como la
experiencia más degradante y denigrante de su vida. Y las leyes griegas prohibían la
homosexualidad. Platón escribió al respecto: ¿Quien en su sano juicio podría
promulgar una ley que protegiese tal conducta? Y definió las relaciones homosexuales
como: “relaciones contra natura” (gr. para phisin). Es cierto que durante un cierto
tiempo de la historia griega, una elite minoritaria intelectual promovió relaciones de
homosexualidad pederasta, en las que con el pretexto de enseñarles sabiduría, se
abusaba sexualmente de niños de 12 a 14 años (ellos no tenían conciencia del abuso,
sino que lo veían como una forma de aprendizaje y transmisión del conocimiento del
maestro a sus alumnos), y aunque hay expertos mencionan que esta práctica consistía
en tocamientos y excluía la penetración de forma general, lo cual no excluye que
algunos se excediesen y practicasen las relaciones sexuales completas, lo que parece
estar documentado.

Sea como fuere, esta costumbre, en mi opinión, degenerada tenía sus reglas, por más
que nos choquen en nuestros días, y así este tipo de relación homosexual no se veía
entonces como tal, siempre que el adulto tuviese más de 25 años y el menor la que
antes hemos indicado. Sin embargo mantener una relación homosexual entre adultos
ó con jóvenes de más edad era contemplada como un vicio contra-natura y una
conducta propia de degenerados. Con todo las orgías y desordenes sexuales ligados a
los cultos idolátricos eran frecuentes, así como las borracheras y orgías
desenfrenadas en las que muchos de ellos acababan durante las celebraciones
festivas de las divinidades. No es extraño que la Biblia diga que el corazón de Pablo,
cuando llegó a Atenas y vio a la ciudad sumida en la idolatría, con todo lo que aquello
llevaba aparejado, nos diga que su corazón se deshacía dentro de él. (Hech. 17:16).

En Roma, también la homosexualidad estaba condenada por las leyes morales de


Augusto, y su práctica se consideraba como una perversión. De hecho, todas las
sociedades históricas con cierto grado de civilización y desarrollo estructurado
condenaron las prácticas homosexuales como contrarias a la naturaleza del ser
humano, y las denunciaron como repugnantes con mayor ó menor contundencia, y en
esa medida los practicantes fueron igualmente juzgados por la sociedad como
inmorales, cuando no condenados a severas penas que en ocasiones llegaban a la
pena de muerte.

Pero además podemos afirmar que en ningún caso la homosexualidad tuvo a lo largo
de la historia un planteamiento de desafío organizado y planificado como al que hoy
estamos asistiendo, y del que vamos a tratar con más profundidad en este capítulo.

Un breve análisis del marco histórico para comprender la situación actual.-


Enfocar esta cuestión nos va a obligar a tratar otras que corren paralelas, e incluso
entrar en términos políticos, porque ¿Qué es la sociedad sino un conjunto de valores
políticos? Es cierto que no vamos a poder entrar con profundidad a todas las
cuestiones que están en juego, y de las que “el hecho homosexual” solo es una de
ellas, pero me gustaría enfocar una idea general antes de entrar en aspectos más
particulares. ¿Por qué suceden ciertas cosas? O como se pregunta el salmista en el
Salmo 2: ¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan vanidad? Los reyes
de la tierra y los príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido
diciendo: Rompamos sus ligaduras, echemos de nosotros sus lazos”.

Los que vivimos hoy en el mundo, aunque no nos damos cuenta, también estamos
escribiendo páginas de la historia. A muchas personas les resulta fácil entender
sucesos y acontecimientos que se produjeron en el pasado cuando los estudian con
una perspectiva histórica, pero a menudo son incapaces de ver la historia que están a
su vez escribiendo cada día y de la que están participando. Es como cuando vemos a
un hijo todos los días, que no nos damos cuenta de su crecimiento, hasta que alguien
que hace tiempo que no lo ve y lo encuentra tan cambiado que nos hace ver los
cambios producidos. Me gustaría que el lector pudiese encontrar, a pesar de toda la
síntesis que permite un estudio como este, algunas claves de lo que está sucediendo,
y de los intereses que están en juego a nuestro alrededor. Para ello voy a hacer un
rapidísimo vuelo histórico y aunque con más extensión muchas cosas serían
matizables y necesitarían explicaciones adicionales, creo que una sencilla síntesis
podría ser suficiente para nuestro propósito. Pero sobre todo quiero destacar el
importante papel e influencia que las Sagradas Escrituras han tenido en el desarrollo
de la cultura occidental a la que pertenecemos, y cuya influencia ha impregnado gran
parte del mundo.

Después de la vida de Jesucristo, y del nacimiento de la Iglesia cristiana, sus


seguidores, aun dentro de la gran diversidad doctrinal de los dos primeros siglos de
nuestra era, produjeron en su tiempo una revolución moral y social en que los valores
morales y familiares fueron vividos y extendidos en medio de las sociedades paganas.
Las consideraciones de virtud ó inmoralidad se ajustaron a modelos que pretendían,
aunque no siempre se correspondían, con contenidos de las Sagradas Escrituras, a
las que los apologistas apelaban para difundir sus planteamientos éticos, sociales y
morales. Los que se consideraban cristianos, independiente de la absoluta
identificación teológica ó dentro de la discrepancia doctrinal más ó menos importante ó
incluso irreconciliable, llegaron unos y otros, digamos ortodoxos y herejes a compartir,
vivir, impulsar y divulgar modelos bastante semejantes. Así, valores como la honradez,
la sinceridad, la solidaridad, la laboriosidad fueron considerados como “buenos”, y sus
antítesis eran calificados socialmente como “malos”, rechazables ó sancionables. En
materia familiar, la familia monógama indisoluble, las relaciones conyugales y paterno-
filiales establecían una serie de obligaciones mutuas inherentes al vínculo. Hubo una
repulsa común hacia las prácticas ligadas a las orgías paganas, como la
homosexualidad, la prostitución, la pederastia, la zoofilia, el incesto, etc. que se
consideraron como conductas execrables y condenables. En otros ámbitos, el respeto
a la vida, puso calificativos negativos a muchas formas de violencia y explotación
(Esclavitud, venganza, el rechazo de los hijos no queridos, principalmente las niñas,
que en la cultura grecolatina podían ser expuestos, etc.). La fuente común apelada
para el rechazo de todas estas conductas eran los contenidos de las Sagradas
Escrituras.

La reacción a esa acción beneficiosa del Evangelio, vino sobre todo a partir del siglo
IV, con el acceso y la infiltración de masas paganas en las estructuras cristianas,
llegando a ocupar importantes papeles dentro de las iglesias cristianas, que
introdujeron no solo gran parte de sus practicas idolátricas, sino también sus actitudes
en materia de represión, violencia, relajación moral, etc. La relajación aumentó en la
misma proporción en la que las Sagradas Escrituras perdían su papel protagonista en
la lectura e instrucción de los fieles, y eran sustituidas por tradiciones, filosofías y
razonamientos. Este estado de cosas produjo un retroceso moral de enormes
consecuencias en los siguientes siglos, que asentado de arriba abajo, donde las
esferas de las constituidas de un poder religioso omnipotente en torno al papado,
sobre todo en la Europa occidental, llegaron a convertir a la Edad Media en uno de los
períodos más oscuros de la historia, bajo el punto de vista de la moralidad.

Movimientos espontáneos como los valdenses (siglo XII), cataros ó albigenses (siglos
XII y XIII) que denunciaban la corrupción y la inmoralidad, y promovían otros valores
cristianos acordes a las Escrituras fueron aplastados por la violencia de las armas y la
persecución. La represión desembocó en la prohibición de leer las Sagradas
Escrituras en la lengua romance bajo la amenaza de ser sometido a un proceso por el
tribunal de la Inquisición y padecer crueles penas. Únicamente se permitía la tenencia
y lectura en latín, una lengua que prácticamente solo entendía el clero y muy pocos
elementos de la nobleza. Unos y otros estaban sujetos por un interés mutuo, que
sujetaba todas las sus posiciones sociales a las determinaciones del Papa. En este
orden de cosas, y en el plano moral hubo ocasiones en que Roma era un auténtico
prostíbulo en el que convivían los papas con las prostitutas y los hijos que tenían
heredaban las dignidades eclesiásticas (por llamarlas de alguna manera), y coexistía
todo tipo de trasgresión sexual y moral.

En siglo XVI, la reforma iniciada por Lutero tuvo la importancia de traer las Sagradas
Escrituras a los idiomas de los ciudadanos contando con la inestimable ayuda de un
invento que acababa de revolucionar el mundo: la imprenta. Gutemberg, en el siglo XV
presenta un invento que permite hacer copias con mucha rapidez y más claras de leer.
El primer libro impreso con este “revolucionario” sistema fue una Biblia en lengua
latina. Pero la imprenta abrió la puerta a que las Escrituras pudieran difundirse con
más rapidez que sus perseguidores en destruirlas. El gran triunfo de la Reforma
consistió en devolver la Biblia a la gente del pueblo rescatándola del secuestro
eclesiástico romano. Un regreso a la lectura, meditación, estudio y práctica de los
valores espirituales, sociales y morales contenidos en ellas. Con este faro se pudieron
romper las fuertes cadenas religiosas que tenían sujetas a las personas a un sistema
religioso no solo falso en la mayoría de sus presupuestos, sino corrupto e inmoral. En
el siglo XVII los contenidos de las Escrituras volvían a alumbrar con fuerza y mucha
gente podía gozarse de encontrar en ellas la guía de Dios, la salvación y el consuelo.
Nuevamente aquella moral cristiana impregnó las sociedades occidentales donde la
Reforma logro subsistir y, aún con las evidentes discrepancias doctrinales algunas
verdaderamente importantes entre los diversos grupos que surgieron de la misma
manera que había sucedido en los siglos II al IV, trajeron a la sociedad unos valores
morales bastante comunes en aquellas cuestiones relativas a la estructura de la
familia, las relaciones sexuales, los valores de relación entre cónyuges, padres e hijos,
etc. Estos conceptos bastante uniformes en el fondo han sido igualmente la base de la
civilización y del desarrollo social al que hemos devenido desde entonces y hasta
nuestros días en lo que llamamos cultura occidental. Pero a la vez tuvo una gran
influencia también en otras sociedades y países, en la medida en que la interrelación
económica y social se producía.

En los siglos XVII, XVIII y la primera mitad del XIX, surgieron diversos movimientos de
carácter pietista que llevaron a conservar y promover estos valores de una forma
singular. Con todo las Escrituras aun estaban bastante restringidas en cuanto a su
distribución masiva. Se necesitaba que la gente pudiese adquirirlas a bajo precio y
además supiese leer y tuviese una cierta instrucción para comprenderlas. Esto produjo
una verdadera revolución cultural contra el analfabetismo y con el nacimiento de las
Sociedades Bíblicas se canalizaban fondos y trabajaban organizadamente para la
distribución de las Escrituras a muchos idiomas y países por todo el mundo. No es de
extrañar que estas entidades fuesen condenadas y demonizadas por el papado, que
había prohibido la lectura de las mismas al pueblo, así como había determinado en el
Concilio de Trento que únicamente la Vulgata en lengua latina era la versión
autorizada en aquellos países donde la represión de la Inquisición seguía operativa, y
ello siempre y cuando contase con notas explicativas de la interpretación infalible
romana, condenando al anatema en lo espiritual y toda suerte de abusos incluido el
martirio a los que leyesen otras versiones ó discutiesen el contenido de las notas.

A través de las Sagradas Escrituras, en los países protestantes fue contundente la


condena del adulterio, de la fornicación, la borrachera, la estafa, el robo, y en sentido
positivo se promovía la fidelidad conyugal, se reforzaba el papel de los padres y el
respeto debido de parte de los hijos, se apreciaban valores como la solidaridad, nacían
organizaciones promovidas por cristianos para acabar con la esclavitud,
suavizar los excesos de la revolución industrial ocupándose de la defensa de los más
desfavorecidos, de controlar las desigualdades que generaba el capitalismo que a la
vez era el fruto de la libertad y de la iniciativa privada, contra el trabajo infantil, etc.
Muchas de estas iniciativas llegaron a las legislaciones de muchos países,
estableciendo lo que hoy conocemos como estados de derecho en los que el respeto a
los valores humanos y sociales obtienen las más altas cotas del mundo y de la
historia.

Pero el enemigo no iba a quedarse mano sobre mano, sin intentar destruir estos
efectos colaterales del evangelio en la sociedad. Para ello, también el siglo XIX fue
fundamental. En la medida en que el mundo progresaba en los valores de las
Escrituras, surgieron precisamente en el corazón de aquellos territorios donde los
efectos liberadores del evangelio habían producido legislaciones incomparables que
en materia social habían permitido el mayor grado de libertad de opinión, expresión y
derecho, y a su amparo surgieron importantes personajes para contrarrestar su
influencia:

En el plano social debemos destacar a Feuerbach (1804-1872) y sus seguidores más


famosos, los filósofos Carlos Marx. (1818 – 1883) y a Federico Engels (1820 – 1895)
como promotores del materialismo dialéctico, quienes propusieron unas bases
ideológicas para derribar la herencia social del cristianismo. Marx, es el autor de
aquella famosa frase: “la religión es el opio del pueblo”, y sus ideas fueron la chispa
para la posterior ruptura revolucionaria que quería romper tales lazos que derivaban
de una forma creyente de entender la vida y de los principios morales que derivaban
de aquella fe. El filósofo NIETZSCHE (1844-1900) también produjo otra frase famosa
para la historia… para la historia que desgraciadamente se vivió en el siglo XX: “Dios
ha muerto”. Los seguidores de estas filosofías produjeron en el siglo XX la mayor
época de represión y crímenes que vivió la humanidad, más de cien millones de
muertos en la consecución fallida de ese paraíso de la clase trabajadora, que se haría
cargo de los medios de producción, y la extensión de sangrientos movimientos
revolucionarios por todo el mundo. Y en también en España, responsable de una
guerra civil que produjo un millón de muertos y el odio aun irreconciliable entre las
llamadas dos Españas.

El otro, Nietzsche, constituyó la base ideológica que dio lugar al nazismo, que iba a
conseguir una sociedad de superhombres, y condujo al mundo a la segunda guerra
mundial con cerca de sesenta millones de muertos entre civiles y militares. Unos y
otros querían romper con Dios y con las ideas de lo que llamaron despectivamente la
herencia de la religión judeo-cristiana.
En el plano de la descalificación bíblica directa, llegó otro fuerte ataque proveniente de
lo que se dio en conocer como “alta crítica”, que también tuvo sus raíces en Alemania
y que fue un esfuerzo organizado más importante en el intento de desacreditar las
Sagradas Escrituras y la confianza de los cristianos en ellas. Por otra parte una crítica
feroz a los textos aceptados por la mayoría, el textus receptus, que promovido por
Wescott y Hort, lograron su propósito de introducir dentro las sociedades bíblicas un
texto que procede de los llamados manuscritos alejandrinos, esencialmente corruptos,
y establecerlo como base para las futuras traducciones, (de las que en España apenas
nos hemos enterado todavía porque las Biblias mas usadas en las comunidades
evangélicas, las distintas revisiones de la Reina Valera RV, continúan teniendo como
base el texto de la mayoría –textus receptus-, y la versión “Dios habla hoy”, que las
Sociedades Bíblicas prepararon, basada en los alejandrinos, para sustituir a las
anteriores no consiguieron a pesar de sus esfuerzos que tuviesen una acogida
favorable).

Otro ataque llegó desde la perspectiva científica, la propagación de las ideas de


Darwin (1809-1882), con su origen de las especies, con el que hacía desaparecer a
Dios de la esfera creadora del universo en general y de la tierra y del hombre en
particular, se convertía en la base de partida que conducía a la comunidad científica
para avanzar por esa senda, descartando el papel de Dios en el universo y en la
historia.

Los desastres más sangrientos de la historia de la humanidad tuvieron lugar en el siglo


XX, y la base ideológica de los mayores crímenes contra la humanidad estuvieron
inspirados en esas filosofías que negaban a Dios y se enfrentaban a su Revelación en
las Sagradas Escrituras. El fin de la segunda guerra mundial dejó una profunda huella
de horror y dolor en millones de personas y familias por todo el mundo que padecieron
en carne propia el resultado de la violencia y destrucción ocasionadas por aquellas
aparentemente liberadoras ideas que habían prometido felicidad, desarrollo y acabar
con la injusticia.
LA CONDUCTA SEXUAL
Existen varios tipos de conductas sexuales que pueden ser admitidas o no por las
diferentes sociedades humanas. La conducta sexual humana se basa en complejos
procesos de orden psicológico y fisiológico que no es muy diferente de impulsos
primarias como el hambre y la sed), pero tiene características peculiares que la
convierten en una actividad que se podría circunscribir entre los impulsos más
primigenios y las emociones más sofisticadas; y también está afectada por las
constantes influencias culturales, tanto arcaicas como actuales.

Las personas interpretan de forma distinta sus gustos sexuales y desarrollan


comportamientos muy distintos. A pesar de todas esas diferencias, la respuesta del
organismo ante la excitación sexual es más o menos la misma, con lo que las críticas
a ciertas actividades sexuales que no impliquen conculcar los derechos de los demás
son totalmente infundadas.

Las características de la conducta sexual se interpretan en torno a cuatro


características: el erotismo, la vinculación afectiva, la reproducción y el sexo
genético y físico de cada persona. Dependiendo de cuáles sean los gustos y
necesidades en cada uno de estas cuatro características se producirán una serie de
conductas sexuales distintas.

La conducta sexual se experimenta también de forma psicológica, con la manera de


vivir la propia situación sexual. Esto provoca diferentes formas de vivir la conducta
sexual de los seres humanos: las más comunes son la heterosexualidad, la
homosexualidad (gay y lesbiana), la transexualidad y la bisexualidad, aunque existen
otros como el poliamor y conductas individuales como la masturbación. El motor del
deseo sexual es el deseo erótico, también denominado como libido.
Conducta sexual humana
Enviado por woody_1230

1.
2. Sexo por amor
3. Evolución humana y vínculo de pareja
4. Monogamia y poligamia
5. Homosexualidad
6. Naturaleza de la educación sexual
7. Secuencia del apareamiento
8. Masturbación
9. Fases sexuales de la vida
10. Transexualismo
11. Exhibicionismo y voyeurismo
12. Pedofilia e incesto
13. Sexualidad y violencia
14. Conclusiones
15. Bibliografía

INTRODUCCIÓN
La conducta sexual podríamos decir que es el estudio de los comportamientos amorosos o
sexuales. Y podemos ver que la conducta sexual humana ha estado presente en toda
la historia del ser humano, por que las mujeres hace miles de años se apareaban con los que
creían que eran los más fuertes y los mas jóvenes y eso en algunas culturas; otras culturas se
apareaban con los viejos por que son los que ya tenían la experiencia; y asi sé hacian muchas
otras reglas para aparearse.
Después ya como en el año 1500 d. C. los hombres elegían a la mujer con la que sé querían
aparear o satisfacer sus necesidades, bueno eso ocurrió aquí en América. Después se dieron
las clases sociales lo que origino que a las mujeres pobres se les usara y solo llegaban a
tener el amor de los de su misma clase, pero a las mujeres con buen nivel social se les casaba
primero y no con cualquiera sino con él más rico que se pudiera.
Para el 1800 d. C. las cosas fueron cambiando, no mucho pero si cambiaron un poco, pero en
donde yo creo que si se dio un cambio fue del 1900 en adelante, como que las mujeres y
hombres se casaban por que se amaban y no por clases sociales y además para esta era
la homosexualidad fue apareciendo mas tanto en hombres como en mujeres, ya para finales
del siglo XX las personas se abrieron mas y dieron a conocer sus preferencias sexuales,
a principios de esto, pocas personas aceptaban sus preferencias sexuales, pero hasta hoy en
día ya es lo suficientemente aceptada por todos.

Podemos decir que ha llegado a ser de lo más normal, llegando al grado de que los hombres y
mujeres se cambien de sexo es decir que se vuelvan transexuales; pero no por que ya sea mas
conocido deja de ser algo inmoral. El exhibicionismo y voyeurismo es otra cosa inmoral por que
las personas permiten que otras personas vean como tienen relaciones sexuales, vean sus
partes intimas; y las personas que ven esto caen dentro del voyeurismo. La pedofilia es la
atracción sexual que siente un adulto por los niños, el incesto es la practica de relaciones
sexuales entre parientes; este tipo de relaciones sexuales, cuando tienen como consecuencia
el embarazo, el producto suele salir con problemas físicos, mentales, etc.
Aquellas personas que se casan a veces se casan por que se aman genuinamente o por que
creen que aman, cuando sucede esto ultimo se suelen dar muchos divorcios lo que da a notar
un poco de inmadurez mental.
Actualmente algunos adolescentes y jóvenes creen que ya saben todo respecto al sexo y que
si tiene sexo no va a pasar nada, pero la realidad es que no saben nada entonces
contraen enfermedades, o las chavas simplemente se embarazan.
La masturbación también es algo común en los adolescentes y jóvenes, que desde un punto de
vista psicológico no tiene nada de malo por que los jóvenes o adolescentes están
experimentando con su cuerpo y eso les permite conocer un poco mas de si mismos; en la
actualidad este tema ya es conocido por varias personas y no provoca de indignación.
El sexo por amor, como bien claro se expresa es el sexo que se tiene con aquella persona que
se ama y que se tiene con responsabilidad; y esto se debe de hacer de una manera correcta de
acuerdo con la ley, es decir, el vinculo de pareja, la unión entre dos personas y esto quedaría
dentro de la monogamia que es la unión entre un hombre y una mujer; a diferencia de esto la
poligamia es la unión de una persona con varias personas mas y se divide en poliandria
(matrimonio con varios hombres) y poliginia (matrimonio con varias mujeres).
Al final la sexualidad es un fenómeno emocional y de conducta relacionado con el sexo que
comprende tanto el impulso sexual, dirigido al goce inmediato y a la reproducción, como a los
diferentes aspectos de la relación psicológica con el propio cuerpo (sentirse hombre, mujer o
ambos a la vez) y de las expectativas de rol social. A veces a causa del sexo hay violencia en la
pareja o en la familia, ya sea por que la mujer no quiera tener relaciones sexuales o por que el
hombre abusa de los hijos sexualmente.
Sexo por amor
La relación sexual; el enamoramiento y el amor.

Para que un nuevo ser humano se origine, es necesario que un hombre y una mujer tengan
una relación sexual, sin embargo, la relación sexual para los seres humanos no solo se lleva
con el fin de la reproducción sino que existen finalidades que van mas haya de esto.
El deseo de establecer contacto de este tipo con otra persona ocurre debido a que durante
dicho contacto se produce placer sexual esto es, se experimenta una sensación intima de
mucho agrado a tal grado que el placer no solo tiene fines reproductivos, sino que es un medio
por el cual podemos expresar nuestro afecto, y establecer así relaciones de pareja más
estables y amorosas.
Además de placer los humanos experimentamos otras emociones tales como el
enamoramiento y el amor; el primero es un estado en el que nos sentimos atraídos física y
emocionalmente por otra persona. Nos gusta su pelo, su cara, su cuerpo, etcétera. ¿Por que
nos enamoramos? Los biólogos y los psicólogos han explicado que es un mecanismo común
que sirve para relacionarnos en pareja, muy parecido a la que ocurre en el resto de
los animales.
En cambio el amor no es parecido al enamoramiento ya que el amor consiste en sentir afecto
por una persona y demostrarlo con hechos es un sentimiento que nace debido
al conocimiento que va teniendo de la forma de ser y de sentir de la persona amada y el cual
crece con el paso de los años, para una persona joven o un adolescentes es fácil confundir el
deseo sexual con el enamoramiento y el amor. Esto es normal ya que se encuentran en una
etapa en la que comienzan a conocerse y a conocer a las personas, así como las relaciones
que establecerán con ellas. Sin embargo, el deseo sexual, el enamoramiento y el amor son
cosas distintas, pero pueden complementarse entre sí. Sin embargo, es muy común que la
mayoría de las personas crean que la relación sexual consiste únicamente en el coito, pero
esto es totalmente falso. Ya que durante una relación sexual lo más importante es establecer
un contacto intimo, calido, respetuoso amable y de confianza entre las personas. Esto se
consigue cuando existe una buena comunicación entre los integrantes de la pareja, y cuando
hay caricias y besos que demuestran afecto esto se conoce como una relación sexual por amor
y cariño.
EVOLUCION HUMANA Y VINCULO DE PAREJA
EVOLUCION HUMANA
1. Vida social

La mayoría de las especies de primates, incluidos los simios africanos, viven


en grupos sociales de diferente tamaño y complejidad. Dentro de los grupos, los individuos a
menudo tienen papeles multifacéticos de acuerdo con su edad, sexo, estatus, habilidades
sociales y personalidad. El descubrimiento en 1975 en Hadar, Etiopía, de un grupo de varios
individuos Australopithecus afarensis que habían fallecido juntos hace 3,2 millones de años
parece confirmar que los homínidos primitivos vivían ya en grupos sociales. Los científicos han
denominado a esta colección de fósiles La primera familia.
Uno de los primeros cambios físicos en la evolución de simios a humanos —la reducción del
tamaño de los caninos en el macho —indica asimismo un cambio en las relaciones sociales.
Los simios machos a veces utilizan sus grandes caninos para amenazar (o a veces luchar con)
otros machos de su especie, normalmente para acercarse a las hembras o luchar por territorios
o alimentos. La evolución de los caninos pequeños en los australopitecinos implica que los
machos o bien habían desarrollado otros métodos de amedrantamiento o se habían hecho más
cooperativos. Además, tanto las hembras como los machos tenían caninos pequeños, lo que
indicaba una reducción del dimorfismo sexual con respecto a los simios. Sin embargo, aunque
en los australopitecinos disminuyó el dimorfismo sexual en cuanto a tamaño de los caninos, los
machos todavía eran mucho más grandes que las hembras. Así, los australopitecinos machos
puede que compitieran de forma agresiva entre sí basándose puramente en su tamaño
o fuerza. Hasta mucho tiempo después puede que la vida social humana no comenzara a
diferenciarse mucho de la de los simios.
Los científicos piensan que algunos de los cambios más significativos que posibilitaron el paso
de la vida social simiesca a la típicamente humana tuvieron lugar en especies
del género Homo, cuyos miembros muestran un dimorfismo sexual todavía menor. Estos
cambios, que debieron tener lugar en diferentes momentos, incluyen un prolongado tiempo de
maduración de los recién nacidos que comprende un periodo posterior durante el cual éstos
requieren un intenso cuidado por parte de los progenitores, vínculos especiales que llevan a un
macho y una hembra a compartir actividades y aparearse, lo que recibe el nombre de
emparejamiento y la focalización de la actividad social en un campamento o
refugio seguro situado en un lugar especial conocido por miembros del grupo o de la familia.
1.1 Cuidados paternales
El ser humano, aunque tiene un cerebro grande, requiere, sin embargo, un periodo prolongado
de desarrollo posterior al nacimiento y durante su primera infancia ya que su cerebro tarda
bastante tiempo en madurar. Dado que el cerebro del australopitecino no era mucho mayor que
el de un chimpancé, algunos científicos piensan que los homínidos primitivos tenían
una velocidad de crecimiento más parecida a la de los simios y mucho más rápida que la del
hombre moderno. Esta hipótesis está apoyada por estudios de fósiles de australopitecino en los
que se ha analizado el desarrollo de la dentición —buen indicador del desarrollo general del
cuerpo.
Además, el cerebro humano va aumentando a medida que el feto se va desarrollando, de
forma que la mujer debe dar a luz en una fase temprana del desarrollo del bebé para que su
cabeza pueda pasar por su conducto pélvico. Así, los bebés humanos requieren un largo
periodo de cuidados hasta alcanzar una fase de desarrollo a partir de la cual ya reducen la
dependencia de sus padres. Al contrario de lo que ocurre con la mujer moderna, la
australopitecina podía dar a luz a un bebé en una fase avanzada de desarrollo porque su
cráneo podía pasar perfectamente por su conducto pélvico. La necesidad de dar a luz en una
fase temprana del desarrollo del feto —lo que requiere un periodo posterior prolongado de
cuidados al recién nacido— puede haberse iniciado hacia la época del Homo medio con la
especie Homo ergaster que tenía un cerebro claramente mayor que el de los australopitecinos
y un conducto pélvico estrecho.
1.2 Emparejamiento
El emparejamiento, normalmente de duración bastante breve, tiene lugar en diferentes
especies de primates. Algunos científicos piensan que en el ser humano se desarrollaron
vínculos más prolongados al comenzar a compartir cada vez más los alimentos. Entre los
primates, los humanos presentan un comportamiento diferente a la hora de compartir
alimentos. El hombre retrasa la ingestión de los mismos hasta no haber vuelto al punto de
reunión de los demás miembros de su grupo social. Esta forma de repartición puede haber
surgido al mismo tiempo que la necesidad de atender durante un tiempo prolongado a los
recién nacidos, probablemente hacia la época del Homo ergaster. El macho, al dedicarse a una
única hembra y compartir alimentos con ella, podía aumentar las posibilidades de supervivencia
de su prole.
VINCULACION DE PAREJA.

Comenzaremos por establecer una fórmula tajante y un tanto dramática, pero no por ello
menos cierta, que nos señale un punto de partida para los desarrollos que aquí intentamos
presentar. Consideramos así que, en materia de relaciones amorosas, no existen parejas
disparejas, por lo menos en el terreno de lo inconsciente (y como se verá enseguida, también
normalmente en el social). Nuestra fórmula es ciertamente conclusiva y general, pero intenta
dar cuenta del hecho clínicamente observable de que la gran mayoría de las parejas que de
común podemos analizar se encuentran determinadas y signadas por una
intrincada red invisible de elementos culturales e intrapsíquicos que condicionan y limitan las
posibilidades de su unión e interacción. Tal vez sean precisamente las parejas que no cumplen
esta fórmula las que eventualmente llegan a una ruptura; pero incluso en estos casos, en los
que la unión aparentemente se ha disuelto, podemos observar a veces una dinámica relacional
que no deja lugar a dudas: permanecen intrapsíquicamente unidos, vincularmente
relacionados, en un equilibrio de fuerzas, ganancias y conflictos que llevan a pensar que el
rompimiento o la distancia es parte necesaria en la continuidad de la unión, que esto es
justamente la precondición de su emparejamiento. Volveremos más adelante sobre este tema.
Estos dos niveles componentes de toda relación -el cultural y el intrapsíquico-, han sido
señalados por Lemaire (1971, 1979) como niveles institucional e instintual de la pareja. El
primero hace referencia a los elementos socioeconómicos, y el segundo, a los de tipo
biopsicológico.
En el nivel institucional aparece la búsqueda de homogamia, un mecanismo social tendiente a
la unión por identidad, semejanza o mantenimiento del statu quo entre los compañeros
amorosos.
"En su nivel más conservador y primario da lugar a la simple alianza de linajes (en casos
extremos aun sin la participación decisoria de los cónyuges) que busca mantener o incrementar
el status social y la fortuna económica. Por ende se suele elegir semejanza en características
tales como origen de clase, raza y credo religioso, status social, nivel económico, nivel escolar
y cultural, belleza física, etc. Los factores ideológicos tienen aquí un ámbito privilegiado
de acción, dada su capacidad encubridora de las motivaciones reales de
ciertas acciones individuales, familiares y sociales"
El nivel instintual hace referencia principalmente a los factores inconscientes que determinan
en forma importante la elección y mantenimiento de una pareja. Estos factores están muy
influidos por la matriz familiar de origen, por la evolución psicosexual de cada cónyuge y,
consecuentemente, por el grado de resolución de los pasajes preedípico y edípico.
Dentro de este nivel es importante mencionar el papel desempeñado en la elección de objeto
por la organización defensiva, especialmente por el conjunto de los mecanismos de defensa
organizados contra las pulsiones peor integradas en el conjunto pulsional. Las características
personales del compañero se eligen en vistas a reforzar los mecanismos de defensa
destinados a cerrarle el paso a las pulsiones parciales, y principalmente a las que son extrañas
al conjunto pulsional. Tal como lo describe Lemaire.
"...en la elección de pareja, el elemento más importante corresponde a la defensa contra la
pulsión aislada, como si inconscientemente el sujeto percibiese un peligro más vivo en este
plano. Él asocia su elección de amor principal con esta defensa contra una eventual
claudicación, al elegir en su pareja aquellas características que no despertarán la pulsión y aun
las que contribuirán a reprimirla mejor. Esta es sin duda la característica más destacable que
en el plano de los procesos inconscientes establece una distinción entre la elección de objeto
en la relación de tipo conyugal y en las otras formas de vida amorosa: la aventura pasajera, el
coqueteo, el inicio de las primeras relaciones o los primeros sueños de amor de
la adolescencia, y en cierta medida algunos tipos de relación poco duradera. (...) En estos
casos, el aspecto hedonista y la búsqueda de satisfacciones pulsionales directas es exclusiva o
ampliamente prioritaria: lo que se le pide entonces al objeto es fundamentalmente que sea el
medio de una satisfacción, y si el objeto no responde a ello, la relación cesa inmediatamente.
(...) En la relación presumiblemente duradera, por el contrario, aunque el aspecto hedonista y la
búsqueda de satisfacción siguen siendo importantes, no son sin embargo los únicos que
motivan la elección de pareja; y su carácterística más notable es que el compañero sigue
siendo el elegido aun cuando, pasajeramente o de modo duradero, no brinde satisfacciones en
estos planos elementales. Por el contrario, el elegido debe poder contribuir a mantener en el
sujeto una cierta seguridad interior, para contribuir así a su organización defensiva".
La existencia de una función defensiva de la pareja significa que durante el periodo de
búsqueda, consolidación o ruptura de la pareja, la relación va a ocurrir alrededor de dos ejes: 1)
la lucha de cada uno de los participantes por conseguir a través de la relación con el otro el
mayor grado de expresión de las necesidades, deseos y fantasías inconscientes propias y, b) el
intento de hacer esto con el mínimo grado posible de confrontación con los propios miedos,
temores y ansiedades.
En resumen, estos niveles intitucionales, instintual establecen, así, varias funciones:
"1) Logro de un lugar, un status y una apoyatura en la red social amplia (nivel institucional)
2) Apoyo e incremento de fuerza al unirse a un compañero, incluyendo lo económico (nivel
institucional)
3) "Colmamiento" narcisista en el enamoramiento y formación de un sistema de confirmación e
identidad externos en la pareja
4) Establecimiento de un sistema defensivo interpersonal (complementario al intrapsíquico y
muy ligado a éste) mediante la elección de la pareja
MONOGAMIA Y POLIGAMIA
Monogamia, regla predominante en la sociedad, es el sistema social que hace del matrimonio
la unión de un solo hombre con una sola mujer. Sólo mediante el divorcio es posible una nueva
unión. Se opone a la poliandria (matrimonio de una mujer con varios hombres) y a la poliginia
(matrimonio de un hombre con varias mujeres), formas de matrimonio poligámicas.
Poligamia, forma de matrimonio en la que una persona tiene más de un compañero. La práctica
de la poligamia incluye la poliandria (matrimonio con varios hombres) y la poliginia (matrimonio
con varias mujeres).
La monogamia entre dos personas no infectadas que se guarden fidelidad absoluta sólo en el
contexto del matrimonio es, junto con la abstinencia sexual, la opción teóricamente más segura.
En otras palabras, la monogamia dentro del contexto del matrimonio sólo confiere una
seguridad absoluta si se cumplen tres condiciones:
a. que en el momento de iniciarse la relación ninguno de los dos miembros de la pareja se
encuentre infectado
b. que la fidelidad, a partir del matrimonio, sea absoluta
c. que ninguno de los dos miembros de la pareja comparta material de inyección con otra
persona.
HOMOSEXUALIDAD

La palabra homosexual proviene del griego HOMO que significa mismo, es decir, una persona
que gusta de personas de su mismo sexo. Se puede decir que la homosexualidad es una fuerte
atracción preferencial hacia personas del mismo sexo, se les llama homosexuales a las
personas que gustan de compartir sus cuerpos en lo sexual y tal vez en lo sentimental con
personas de su mismo sexo.
Los estudios recientes han encontrado un rango entre el 1 y el 4 %, a continuación tenemos
una muestra de esos estudios más recientes:
 En un estudio de 5,514 estudiantes universitarios canadienses de edades de 25 años
para abajo se encontró que el 1% era homosexual y un 1% era bisexual (King et al., 1988).
 En un estudio de 8,337 hombres británicos se encontró que el 6.1% había tenido
"alguna experiencia homosexual" y un 3.6% había tenido "1 ó más parejas homosexuales."
(Johnson et al., 1992).
 En un estudio francés de 20,055 se encontró que el 4.1% de los hombres y el 2.6% de
las mujeres tuvieron al menos un acontecimiento de índole sexual con persona de su mismo
sexo durante su vida. (ANRS, 1992).
 En un estudio aleatorio Danés se encontró que un 2.7% de los 1,373 hombres que
respondieron a sus cuestionarios tuvieron una experiencia homosexual (Melbye, 1992).
 El National Health Interview Survey hace entrevistas en los hogares de
la población civil no institucionalizada. Los resultados de tres investigaciones, hechas durante
1990-1991 y basándose en más de 9,000 respuestas cada vez, encontraron que entre el 2 al
3% de la gente respondiente dijo Sí a un paquete de declaraciones que incluían "Eres un
hombre que ha tenido sexo con otro hombre en algún tiempo desde 1977, aunque sea una vez
" (Dawson, Hardy, 1990-1992).
 En un estudio aleatorio de 6,300 Noruegos, el 3.5% de los hombres y el 3% de las
mujeres reportaron que habían tenido una experiencia homosexual alguna vez en su vida
(Sundet et al., 1988).

Desde luego que aún los mejores estudios diseñados no proveen un porcentaje preciso y
exacto. Los resultados de los estudios arriba mencionados, que consisten en estudios
aleatorios de la población en general, están influidos por varios factores, como son la
aceptación social de decir Sí y la fraseología de las preguntas. ¿Cuántas personas escondieron
el hecho que eran homosexuales? ¿Cuánta gente dijo "Sí" a una pregunta fraseada
ampliamente acerca del contacto homosexual, cuando en su caso sucedió en el contexto
de abuso sexual cuando era un niño o adolescente? ¿Cuántos hombres dijeron Sí a haber
tenido un contacto homosexual, cuando esto ocurrió en la prisión únicamente por la ausencia
del sexo opuesto? ¿Y Cuántos hombres y mujeres que sienten atracción únicamente al mismo
sexo dijeron "No" a la conducta homosexual porque ellos no han estado sexualmente activos, o
porque no usan la etiqueta de "homosexual"?
Entre las causas más comunes para la homosexualidad, hay diferentes ideas acerca de por
qué algunas personas experimentan atracción hacia su mismo sexo:
 Muchas personas que son atraídas hacia su mismo sexo tienen un sentido de ser
diferentes desde muy temprana edad y consecuentemente creen que nacieron homosexuales.
 Otras personas creen que algunas personas son homosexuales porque así lo
escogieron. Para la mayoría de las personas homosexuales esto no es verdad.
 Muchas personas creen que algunas personas son homosexuales por lo que les
sucedió durante su vida. Pueden haber sido lastimados emocionalmente y esto puede afectar
la manera de cómo se siente con ellos mismos. Pueden que hallan sufrido un abuso sexual o
hayan tenido una mala relación con los padres. En este punto cabe destacar los siguientes
aspectos: los factores con los cuales se nació (temperamento, predisposición genética, etc.),
experiencias negativas en la infancia, la situación familiar de la persona (buena o mala), la
cantidad y el tipo de apoyo que estuvo disponible para ayudar al hijo al joven a enfrentar lo que
estaba sucediendo, el tipo de entrenamiento moral que se le dio al niño, las decisiones que se
tomaron en respuesta a los sentimientos y atracciones, cuán claros o confusos son los roles
sexuales en una cultura, etc.

EL PROBLEMA DE LA BISEXUALIDAD.

Bisexualidad es el potencial de estar erótica o románticamente atraído por personas de


cualquier sexo. Así mismo, un bisexual es aquella persona que siente una atracción erótica por
individuos de ambos sexos.
Sin embargo, definir la identidad sexual de cada individuo no es tarea fácil. Definirla es algo
muy personal: muchos individuos que mantienen relaciones sexuales con miembros de ambos
sexos pueden no considerarse o llamarse a sí mismos bisexuales. Quizás se consideren más
como heterosexuales, o más como homosexuales. Para entender esto podemos ejemplificarlo
de la siguiente manera: el hecho de que un hombre tenga contacto sexual con una mujer, no
significa necesariamente que ella en particular le atraiga sexualmente. Puede ser que él
únicamente quiera guardar apariencias o demostrarse a sí mismo algo. Ahora bien, en el caso
de la bisexualidad, se aplica lo mismo: una persona que se sienta ya sea homosexual o
heterosexual y tenga relaciones con ambos sexos no es necesariamente bisexual. Esta
persona tendrá la identidad que internamente mejor le venga, con la que se sienta más a gusto.
Sucede algo similar en el caso contrario. Puede ser que una persona se considere a sí misma
bisexual debido a sus sentimientos por ambos géneros, pero que mantenga relaciones con
persona(s) de un mismo género. Aquí se aplica nuevamente lo de la identidad: esta persona se
siente bisexual, y aunque tiene una predilección o interés por involucrarse con un solo sexo, su
sentir es para con ambos sexos a fin decuentas. Aquí podría entrar el caso de un bisexual
monógamo, lo cual es perfectamente válido, siempre y cuando así lo quiera y decida la
persona.
Ahora bien, un bisexual no se siente forzosamente atraído por hombres y por mujeres de igual
manera. Una persona bisexual (hombre o mujer) puede preferir las relaciones con mujeres por
encima de las relaciones con hombres, o preferir las relaciones con hombres por sobre las
relaciones con mujeres, o bien, tener la misma preferencia por ambos sexos, concibiendo el
amor erótico en este último caso, como un estado donde no importa el sexo de la pareja, sino
su carácter.
LA VIDA SOCIAL DE UN HOMOSEXUAL.
En un principio los lugares homosexuales (baños públicos, saunas, bares, etc.), fueron una
variaciones de los que se conoce como burdel; espacios donde se podía comer, beber,
consumir drogas, mantener encuentros ilícitos, presenciar actos eróticos, obtener material
pornográfico, etc. Al igual que en los burdeles el contacto sexual no implicaba compromisos
morales ni sentimentales, en realidad se trataban de burdeles gratuitos.
Hoy en día se ha comercializado con la homosexualidad al crear lugares de encuentro "gay",
donde no necesariamente se va a tener o buscar un encuentro sexual, más bien se va en
busca de un espacio donde se pueda interactuar con personas del ambiente y poder moverse
abiertamente como si fueran heterosexuales. Independientemente siguen existiendo los
"burdeles gratuitos", donde se va en busca de sexo gratuito y sin compromisos.
NATURALEZA DE LA ORIENTACION SEXUAL
La orientación sexual es un componente de la identidad de la persona, que consiste de muchos
otros componentes como la cultura, la etnicidad, el genero y rasgos de personalidad. La
orientación sexual consiste de una fuerte atracción emocional, romántica, sexual y afectiva que
una persona siente hacia otra. La orientación sexual es un continuo. En otras palabras, una
persona no tiene que ser exclusivamente homosexual o heterosexual, sino que puede sentir
grados variados de atracción hacia ambos géneros. La orientación sexual se desarrolla a lo
largo de toda la vida de la persona - diferentes personas se dan cuenta en diferentes
momentos en sus vidas que son heterosexuales, gays, lesbianas o bisexuales.

La conducta sexual no es igual a la orientación sexual. Muchos adolescentes - como muchas


personas adultas - pueden identificarse a si mismos como homosexuales o bisexuales sin
haber tenido ninguna experiencia sexual. Otra gente joven ha tenido experiencias sexuales con
personas de su mismo genero pero no se consideran gays, lesbianas o bisexuales. Esto es
relevante particularmente durante la adolescencia porque es un periodo de experimentación -
característica de esta etapa del desarrollo.
La adolescencia en personas gays, lesbianas o bisexuales sigue un patrón de desarrollo que es
similar y a la vez diferente de sus contrapartes heterosexuales. Todos los adolescentes
enfrentan algunos retos de desarrollo como pensar sobre su selección de carrera, el desarrollo
de destrezas sociales y ajustarse al grupo de pares. La juventud gay, lesbiana y bisexual debe
además hacer frente al prejuicio, ladiscriminación, y la conducta y mensajes violentos en sus
familias, escuelas, y su comunidad. Estas conductas y mensajes afectan negativamente
la salud física y mental, y la educación de la gente joven gay, lesbiana y bisexual. Estos
estudiantes suelen reportar que faltan a la escuela debido al miedo a ser hostigados por otros
estudiantes y recibir daño a su propiedad en la escuela, con mas frecuencia que los
estudiantes heterosexuales. Los anuncios de la "terapia reparativa" y los "ministerios de
transformación" tienden a exacerbar el riesgo de hostigamiento, daño y temor.
Por estas razones, muchas veces la experiencia de la juventud gay, lesbiana y bisexual es de
soledad, miedo al ostracismo, y falta de apoyo familiar y de los pares. La juventud gay, lesbiana
y bisexual tiene pocas oportunidades para observar modelos adultos positivos debido al
prejuicio cultural general que hace casi invisibles a las personas gay, lesbianas y bisexuales. Es
este aislamiento y falta de apoyo lo que explica en parte la alta tasa de dificultades
emocionales http://www.apa.org/pi/lgbc/publications/ - b
intentos de suicidio, conducta sexual arriesgada y consumo de drogas que reportan estudiantes
gay, lesbianas y bisexuales en comparación con estudiantes heterosexuales.
La juventud gay, lesbiana y bisexual tiende a no pedir ayuda debido a su legitimo miedo de ser
hostigados o heridos. Por eso es importante que su ambiente sea tan abierto y de la mayor
aceptación como sea posible para que sientan comodidad compartiendo sus ideas y
preocupaciones. El personal de las escuelas necesita entender la naturaleza del desarrollo de
la orientación sexual para proveer un ambiente de aceptación y apoyar el desarrollo saludable
para estos jóvenes.
"Salir del armario" se refiere al proceso de reconocer la atracción y la identidad gay, lesbiana o
bisexual de uno mismo y revelarla a otras personas. Este proceso es diferente para cada joven;
sin embargo la mayoría le revela su orientación a otras personas en el orden siguiente: a otra
persona par gay, lesbiana o bisexual, a pares Íntimos heterosexuales, a miembros cercanos de
la familia y finalmente, a padres y madres.
Mucha gente se pregunta por que la juventud y los adultos gay, lesbianas y bisexuales sienten
la necesidad de "salir", o sea, revelar su orientación sexual a otras personas. Esto es la
expresión de una tendencia normal de querer compartir información personal de uno con otras
personas que nos son importantes, y debe ser considerada como tal por las personas alrededor
de jóvenes gay, lesbianas y bisexuales. Es saludable para la juventud el compartir con
amistades y sus familias su más reciente "enamoramiento" o que hicieron durante el fin de
semana. Este proceso sin embargo, es muchas veces difícil para la juventud gay, lesbiana y
bisexual porque hay un fuerte (y muchas veces bien fundado) temor al rechazo.
SECUENCIA DEL APAREAMIENTO
La relación sexual.

Anatómicamente, el hombre con su pene y la mujer con su vagina son complementarios y todo
confluye para favorecer la aproximación sexual.
Esta relación corresponde a dos funciones que, antaño consideradas como una sola, la
reproducción, es decir la continuidad de la especie; por otra parte procura el placer y permite
(algo muy importante) el placer del otro.
Consta de cuatro fases, fase de excitación, más o menos prolongada, fase activa o de meseta,
que empieza con el acoplamiento, fase orgásmica, que puede faltar en la mujer y fase de
relajación o de resolución.
Fase de excitación
Esta dominado por el deseo, mediante caricias, los cuerpos se buscan y aprenden a
reconocerse, se establece así la intimidad amorosa de la pareja.
Las necesidades sexuales difieren mucho de un individuo a otro, el deseo, sus motivos y
objetos varían según el caso.
Bajo la influencia del deseo el hombre reacciona mediante la erección del pene; la mujer,
mediante la lubricación de las vías genitales. La erección se manifiesta a través de un
fenómeno bien visible, se sabe que estado de flacidez la longitud y el diámetro del pene es
variable, de un individuo a otro, o en el mismo, por ejemplo varían por condiciones como
la temperatura, el pene en erección es sensible igual a todos los hombres.
Este dato dejara de intranquilizar a muchos jóvenes por la pequeñez de sus de sus órganos
genitales, ya que la Virilidad no esta ligada al tamaño ni a la longitud del pene. De la misma
manera en la mujer se producen modificaciones en las vías genitales, la vagina elabora un
líquido que al lubricar las paredes facilitara el acto sexual, resultado de una fluencia sanguínea
en las paredes vaginales, que se tornaran más obscuras y congestivas, el mismo mecanismo
produce la erección del pene, la vagina ya esta dispuesta a recibirle.
Fase de meseta

Esta fase empieza con la introducción del pene en la vagina y finaliza con el orgasmo, en el
hombre los testículos aumentan de volumen es un 50% y a causa de un acortamiento del
cordón espermático se eleva el escroto.
Es ambos miembros de la pareja se producen fenómenos generales, respiración rápida,
aceleración del pulso, aumento de la presión arterial. el rubor sexual se acentúa más o menos y
pueden producirse contracciones en los músculos, voluntarios e involuntarios, que confieren
expresiones faciales inesperadas.
En la mujer se advierte una elevación y retracción del clítoris que se encuentra cubierto por su
capuchón, ello explica el hecho de que el clítoris se haga menos evidente, el tercio inferior de la
vagina se estrecha: la abertura del conducto, a ese nivel, se reduce a la mitad, con lo que
abraza literalmente al pene; mientras la parte superior de la misma se infla.
El orgasmo
Se define como el punto álgido del placer sexual, su culminación.
En el hombre se caracteriza por una serie de contracciones rítmicas precediendo la
eyaculación; primero surge el liquido de los testículos, y posteriormente el de las demás
glándulas. El femenino se caracteriza por contracciones rítmicas del tercio inferior de la vagina
no es constante y puede faltar en los primeros coitos; en numerosos casos sólo ocurre después
de cierta iniciación y adaptación progresiva a la vida sexual
La mujer es más sensible que el hombre a la atmósfera del lugar, a determino clima, el hombre
deberá ser cuidadoso en esos pequeños preludios y ser muy delicado ya que tienen
mucho valor para ella, y poder encontrar juntos la satisfacción de sus deseos.
Fase de resolución

Esta fase inicia con la relajación de las tensiones musculares.


En el hombre empieza con la reducción del pene a su tamaño habitual, esto en dos tiempos el
primero rápido y el segundo más lento, aquí existe un periodo refractario, durante el cual el
hombre es insensible a las excitaciones sexuales y su pene no adopta la posición erecta, esto
es variable y tiende a prolongarse con la edad.
En la mujer, se observa el regreso a la normalidad de la respiración del pulso y de la presión
arterial, la desaparición del rubor sexual, los órganos genitales vuelven a su posición inicial,
primero el clítoris y después la vagina y el útero; finalmente el cuello baja y tiende a dilatarse.
MASTURBACIÓN
Cuando un varón llega a la adolescencia empieza a atravesar importantes cambios en sus
emociones. La conciencia sexual se acentúa e intenta liberar la tensión erótica mediante la
masturbación, esto se acentua cuando no tiene pareja. Muchos hombres continúan
masturbándose durante toda su vida, incluso cuando mantienen relaciones con otra persona.
Según diversos estudios, un 94% de hombres se han masturbado alguna vez hasta llegar al
orgasmo. Mediante la experiencia personal se aprenden las técnicas y ritmos que dan mejor
resultado. De esta forma el hombre conoce sus respuestas y se puede anticipar al orgasmo. El
uso de lubricantes reduce la fricción y puede hacer que aumente el placer.
El método clásico
En general, el hombre se masturba sujetando con una mano el cuerpo de la verga e
imprimiendo un movimiento rítmico de vaivén, al mismo tiempo que acaricia el tallo de arriba a
abajo. La mayoría estimula también el glande y el frenillo (bajo el glande, en la parte inferior).
Algunos consiguen llegar al orgasmo frotando el glande cada vez más rápido. Para otros, con
una sensibilidad extrema, esta maniobra puede ser dolorosa. El nivel de presión, la rapidez y la
amplitud del movimiento varian de un individuo a otro.
Lo más importante es el ritmo: la regularidad crea la tensión sexual. También puede acariciar,
masajear o sujetar los testículos al mismo tiempo, o frotar el periné (zona situada entre los
testículos y el ano). Presionar la base del tallo aumenta la sensibilidad y facilita la erección.
Para cambiar, acaricie suavemente con los dedos el pene y los testículos hasta tener una
erección, luego utilice 2 o 3 dedos y el pulgar, en lugar de utilizar toda la mano, para efectuar el
movimiento de vaivén.
Un poco más difícil: intente mantener un dedo en el frenillo, deslizando los otros dedos y el
pulgar por encima del pene, en un movimiento corto. Para estimular zonas diferentes, basta
con efectuar el movimiento girando la muñeca y la palma del otro lado del pene.
El orgasmo.
Se suele tardar entre 2 y 5 minutos en alcanzarlo. Aunque depende del estrés, el cansancio y la
excitación. La mayoría acarician el pene (o frotan el glande) cada vez más rápido cuando
sienten que va a llegar el orgasmo. Otros sujetan sus testículos o la base del tallo mientras
están eyaculando. Si desea retardar la eyaculación, debe ir más despacio o detener el
movimiento, y luego volver a empezar. La sensación de placer durará más y el orgasmo será,
sin duda, más intenso (aunque, al contrario, puede resultar menos fuerte si lo ha retardado
durante demasiado tiempo). Cuando el hombre llega al orgasmo, ralentiza o detiene la
estimulación. En ese momento, el pene y, sobre todo, el glade son extremadamente sensibles.
Para aumentar la excitación y el placer.

Puede masturbarse en la cama, en el sofá, etc., pero también de pie o delante de un espejo:
eso no quiere decir que sea narcisista y, en cambio, puede contribuir a aumentar la excitación.
Los "auxiliares", revistas y películas porno, no son precisamente muy "eróticas". Las fantasías
sexuales son un estimulante mucho más eficaz. Algunos hombres se sientan incluso sobre sus
manos antes de masturbarse. Así, las manos estarán medio dormidas y resulta más fácil
imaginar que es otra persona quien le está acariciando.
Utilización de un gel lubrificante.
Muchos utilizan la saliva para lubrificar el sexo; de esta forma las sensaciones de la
masturbación se parecen más a las de una penetración. Sin embargo, a veces la saliva no es
suficiente. La mejor solución es utilizar una leche hidratante, o mejor, un lubrificante a base
de agua. Además de ser (casi) interminables, proporcionan una sensación diferente, ya que
permiten un frotamiento más intenso con toda la palma de la mano directamente sobre el
glande (parte muy sensible). El lubrificante a base de agua evita que los penes sensibles se
irriten.
Con una almohada para más realismo.
De pie o de rodillas con una almohada doblada delante de usted, de tal forma que simula la
cavidad vaginal y le permite fantasear con el coito. También puede colocar la almohada a la
altura de la ingle, frotando el pene de adelante hacia atrás y hacia arriba. Esta técnica permite
aumentar la excitación. Justo antes del orgasmo, puede pasar, si lo desea, al método clásico o
a una estimulación más directa. Si no, acelere el movimiento como durante el coito. Gracias a
esta técnica podrá dar un toque realista a sus fantasías.
FASES SEXUALES DE LA VIDA
3.1 - EL PERIODO DE LA ADOLESCENCIA
Comprende de los 12 a los 19 años, es una época de rápidos cambios y difíciles empresas. El
desarrollo físico es sólo una parte de este proceso, porque los adolescentes afrontan una
amplia gama de requerimientos psicosociales: independización de los padres, consolidación de
las cualidades necesarias para relacionarse con los compañeros de la misma edad,
incorporación de una serie de principios éticos aplicables a la realidad práctica, fomento de las
capacidades intelectuales y adquisición de una responsabilidad social e individual básica, por
nombrar sólo algunos. Pero a la vez que el adolescente se encara con tan compleja sucesión
de dificultades concernientes a su evolución conjunta como ser humano, debe dirimir su
sexualidad aprendiendo el modo de adaptarse a los cambiantes sentimientos sexuales,
escogiendo cómo participar en las diversas clases de actividad sexual, descubriendo la manera
de identificar el amor y asimilando los necesarios conocimientos para impedir que se produzca
un embarazo no deseado. No es extraño que en ocasiones el adolescente sea víctima de
conflictos, sufrimiento y desconcierto.
Por otro lado, la adolescencia también es una etapa de hallazgo y eclosión; una época en que
la maduración intelectual y emocional corre paralela con el desarrollo físico y genera
una libertad y un creciente apasionamiento vital. La adolescencia no es únicamente un periodo
de turbulencia y agitación, como quieren las concepciones tradicionales, sino que, a la vez,
suele ser una fase de goce y felicidad que marca el tránsito agitado y tumultuoso al estado
adulto (Offer y Offer, 1975). La naturaleza paradójica de la adolescencia se patentiza sobre
todo en la esfera de la sexualidad.
Aspectos psicosexuales de la adolescencia
Fantasías sexuales
Los sueños y las fantasías sexuales se tornan más frecuentes y explícitos en la adolescencia,
muchas veces como elemento auxiliar de la masturbación. Parece ser que la fantasía, en el
marco de la adolescencia, cumple varios cometidos: realza por lo general el placer de la
actividad sexual; puede sustituir a una experiencia real (pero inasequible); origina excitación o
provoca el orgasmo; constituye una especie de plataforma de ensayo mental de cara a
ulteriores situaciones sexuales (aumentando la tranquilidad y anticipándose a posibles
problemas, igual que ocurre con el ensayo de cualquier otra actividad) y, en fin, supone un
medio de experimentación sexual sin riesgos, controlable y nada conmocionante. La
experiencia del adolescente, en cuanto a la exploración del alcance y aplicabilidad de las
fantasías, repercute decididamente en su actividad sexual y en la propia seguridad a la hora de
desempeñarse sexualmente en fases posteriores.
Independencia

A medida que el adolescente pugna por consolidar un sentido de identidad


e independencia personal con respecto a sus padres y a otras figuras autoritarias, adquieren
gran importancia las relaciones recíprocas con los compañeros y compañeras de la misma o
parecida edad. Así, por ejemplo, la necesidad de libertad que experimenta el adolescente se
acompaña normalmente del imperativo de ser como sus amigos, por más que en ocasiones
ambas exigencias sean contrapuestas o antagónicas.
Las presiones del grupo de edad a que pertenece el adolescente varían según las
colectividades sociales.
En su ansia por liberarse de la supervisión de los padres y de los adultos, algunos
adolescentes ven en el sexo un medio de demostrar su aptitud para tomar decisiones propias y
de presentar cara a la escala de valores de la otra generación. Pero la conquista de esa
libertad no es tarea fácil, ya que los adolescentes adquieren de un modo y otro un considerable
legado sexual de sus mayores y de la generación correspondiente en el que se incluyen pautas
discriminatorias hacia el sexo femenino y un intenso sentimiento de culpabilidad sexual. Han
cambiado antes las actitudes que la conducta, puesto que hoy está muy extendida la idea
de igualdad entre ambos sexos No obstante, perdura en ciertos aspectos el criterio de la
superioridad del varón. Aún se espera que sea éste el que tome la iniciativa sexual, y si es la
mujer la que lo hace, lo más probable es que se la tache de "atrevida" o "calentorra". Los
adolescentes no se han desembarazado de todo vestigio de problemas sexuales, mala
información y desconcierto en materia de sexualidad; más bien parece que hayan sustituido
determinados problemas por otro contingente de dificultades.
3.2 - LA PRIMERA ETAPA DE LA EDAD ADULTA (18-30 años)
El primer ciclo de la edad adulta, que comprende aproximadamente desde los 20 a los 40 años,
es un periodo en que los individuos toman importantes decisiones en su vida
(matrimonio, trabajo, modelo de vida) y pasan de las ambiciones relativamente no verificadas
de la adolescencia a una madurez personal decantada por la realidad del mundo en que viven.
Para la mayoría de las personas es un época de creciente responsabilidad sobre las relaciones
interpersonales y la vida de familia.
En los últimos años, se observa en general una clara propensión a contraer matrimonio a una
edad más tardía que en décadas anteriores. Como resultado de este fenómeno muchos
jóvenes, varones y mujeres, mantienen la soltería durante un lapso de tiempo considerable, lo
que sin la menor duda ha alterado las pautas de comportamiento sexual que regían en tiempos
de Kinsey. Hoy, buen número de personas entre los 20 y los 30 años consideran que la
adquisición de experiencia sexual es un paso inicial que facilita la acertada elección de pareja,
en contra de la idea antes vigente de preservar la virginidad. Erikson (1968) observa que el
desarrollo de la capacidad para una convivencia íntima es uno de los principales objetivos del
joven adulto.
Por lo general, el adulto joven no se halla tan sujeto a la "presión de los compañeros de su
edad en materia sexual" como lo está el adolescente, sino que predomina en él la fuerte
necesidad interna de "foguearse " sexualmente. La libertad de movimientos respecto de los
padres y los límites que imponen al adolescente va acompañada de un acceso más fácil a un
entorno más íntimo, a un lugar en el que poder estar solo, sea un apartamento, la habitación de
un motel o un centro de vacaciones, lo que conlleva de paso mayores oportunidades en el
terreno sexual. Dentro de ese estado de soltería se observan varias formas comunes de
comportamiento sexual:
El experimentador parece evaluar los lances sexuales atendiendo a la frecuencia, diversidad
y eficacia en el desempeño amoroso; él o ella dan la impresión de considerar la vida como un
copioso super orgasmo sexual y su actitud es, normalmente, ésta: "Ahora es tiempo de pasarlo
en grande, porque luego voy a sentar la cabeza".
El buscador pugna por hallar la unión ideal (y la compañera perfecta con la que casarse) a
base de continuas experiencias sexuales, confiando en dar así con lo que anda buscando. La
vida en común puede convertirse en un campo de pruebas cuando se entablan relaciones
sobre esta base.
El tradicionalista participa de buena gana y placenteramente en la actividad sexual, pero
conserva el coito para las "relaciones serias". Es posible que antes de contraer matrimonio el
tradicionalista tenga varias parejas sexuales, pero siempre de una en una durante un periodo
de tiempo dado. Es indudable que podrían reseñarse otros modelos o formas de
comportamiento sexual, pero los tres enumerados parecen ser los más corrientes.
Los primeros años del estado adulto son una época de incertidumbre sexual para unos y de
satisfacción plena para otros. A veces la sexualidad se tuerce debido a sentimientos de culpa o
de inmoralidad que el individuo, hombre o mujer, arrastra de antiguo. La preocupación que
tenía el adolescente acerca de su idoneidad sexual no ha desaparecido del todo, y el joven
adulto continúa preocupándose también de su prestancia física, dotes sexuales y destreza
personal en el amor. Es posible que aún no se hayan resuelto los conflictos en torno a la
identidad sexual, e incluso para los que han logrado aceptar y asumir su condición de
homosexuales o bisexuales, las presiones y prejuicios sociales pueden suponer obstáculos y
dificultades.
Pese a la existencia de tales problemas, los jóvenes adultos son hoy más activos en el plano
sexual que sus homólogos de otras épocas. Un factor determinante que contribuye a este
cambio es el relativo abandono de los viejos postulados discriminatorios, según los cuales las
aventuras amorosas prematrimoniales estaban prohibidas a las mujeres, pero no a los
hombres. Por todo ello no sorprende que las diferencias en la banda de actividad sexual entre
varones y mujeres se hayan reducido en gran medida con respecto a las que regían en otros
tiempos.
En la actualidad los adultos jóvenes se enfrentan con algunos conflictos sexuales
suplementarios que vienen a ser una especie de reacción antagónica del lema "cualquier cosa
vale" de las décadas de 1960 y1970. Por ejemplo, si bien en los últimos treinta años se ha
producido un cambio de actitud espectacular en lo que atañe a las relaciones sexuales
prematrimoniales, la promiscuidad sexual sigue siendo objeto de reprobación más o menos
larvada. Además, si bien la mayoría de los solteros, hombres y mujeres, estiman que no es
necesario querer a la pareja de turno para tener relaciones sexuales placenteras, se empieza a
observar un desencanto creciente en lo que concierne al sexo fortuito o accidental y a los
amores de una noche.
Parece que esta tendencia se debe, al menos en parte, a la cada vez más consciente
aprensión al contagio venéreo. Por otra parte, entre los jóvenes adultos homosexuales que,
como grupo, tienen normalmente muchos más contactos sexuales fortuitos o accidentales que
sus homólogos heterosexuales, el miedo al SIDA ha hecho que últimamente redujeran el
número de sus parejas sexuales y se observara un interés más palpable por entablar
relaciones "monógamas".
No obstante, el miedo no es el único factor que interviene en el ámbito del sexo ocasional.
Muchos de los jóvenes adultos que hemos tenido ocasión de entrevistar se muestran
disconformes con otra secuela del sexo accidental, y es su naturaleza relativamente
impersonal. Si bien la disminución de restricciones en la conducta sexual crea un ambiente
propicio para la libertad de expresión sexual y de elección de la pareja, esta libertad no es
siempre inequívocamente positiva. La libertad sexual puede ser motivo de desengaño, opresión
y conflictos de la misma manera que puede producir satisfacción, en el sentido de que "en la
medida que diversifica y amplía la experiencia, también diversifica y multiplica el dolor inherente
a ella, los errores que podemos cometer y el daño que recíprocamente podemos causarnos.
Claro está que muchas veces las situaciones de carácter sexual en la primera etapa de la edad
adulta son cordiales, apasionadas, compensatorias y sin perturbaciones. Incluso el sexo
accidental cumple una serie de funciones, tanto orgánicas como psicológicas, y, desde luego,
no hay razón para poner reparos a las evasiones placenteras. Sin embargo, hoy empieza a
dominar claramente la tendencia a mantener relaciones sexuales en un contexto de afecto
mutuo, como se aprecia muy en especial en la propensión cada vez más evidente de las
parejas jóvenes a "cohabitar", es decir, a la vida en común.
En contraste con la vida de soltero, el matrimonio se rige por otros módulos de expresión
sexual. Para bien o para mal, lo cierto es que la mayoría de los jóvenes adultos terminan
contrayendo matrimonio. Al tiempo que la novedad de la felicidad conyugal de primera hora se
diluye en el proceso de aprender a convivir, respetando los hábitos y peculiaridades mutuos -
de la misma forma que los afanes primerizos por conquistar el mundo dan paso a una
focalización más práctica en los pormenores de la vida cotidiana-, la relación sexual tiende a
ser menos incitante y, a veces, menos gratificante para uno o para los dos miembros de la
pareja.
La paternidad menoscaba la intimidad, añade exigencias nuevas y llega incluso a producir
agotamiento. Es difícil pensar en el sexo cuando se ha pasado la jornada vigilando los pasos
de un niñito de dos años, de la misma manera que la excitación sexual se aminora o
desaparece después de haber estado 14 horas seguidas trabajando.
Aunque no se pierda ni se sacrifique el goce sexual, éste debe soportar el contrapeso de otras
necesidades y responsabilidades, lo cual constituye un hito experimental de primer orden en
esta fase de ciclo vital. Los que no consiguen culminar con éxito este proceso de integración es
probable que se sientan menos satisfechos en el plano sexual, lo que puede inducirles a buscar
aventuras con otras mujeres, o recurrir al divorcio. En la actualidad estas salidas son harto
comunes y bien conocidas de los investigadores.
Hay parejas que dan cima al "sueño" de hallar la dicha conyugal, lo que consiguen mediante
una convivencia armoniosa, educando a sus hijos, guardándose fidelidad mutua y
profesándose un cariño sin fisuras. Otros matrimonios se atienen a una versión corregida de
esta pauta: desaparece el amor, pero subsisten los elementos restantes. Y, en fin, los hay que
experimentan con nuevas varientes del modelo ideal, bien sea renunciando a tener hijos, no
observando la fidelidad mutua o relegando la dicha matrimonial a un segundo plano. La
impresión que externamente causa una pareja casada y la realidad interna que preside su
unión no siempre guarda una coherencia lógica. Un indicio concreto de que muchos
matrimonios no son felices lo tenemos en las tasas de divorcio que se dan en nuestra sociedad.
Es difícil discernir en qué medida la insatisfacción sexual es una causa primaria de divorcio,
pero los consejeros matrimoniales saben bien que los problemas sexuales suelen ser un
elemento común en los matrimonios que se tambalean.
Por otra parte, hay personas que deciden casarse aun a sabiendas de que existe una
disfunción sexual. Quizá confían en que la dificultad desaparecerá con el paso del tiempo-cosa
que normalmente no ocurre- o bien adoptan una actitud de "despreocupación" que resta
importancia, con toda intención, al papel del sexo antes incluso de que se consume el enlace.
A partir de los 40 años, el individuo entra en un periodo de transición de la juventud adulta al
estadio de la madurez.
TRANSEXUALISMO
Sexo, género y sexualidad:

Por sexo entendernos todos aquellos caracteres físicos y biológicos, incluidos nuestras
gónadas y nuestros genitales, y por el que pasamos a ser hombres o mujeres según sean
estos unos u otros (sexo de asignación). Hay varios tipos de sexo, el cromosómico, gonadal,
genital, psíquico y social. Normalmente todos ellos coinciden, y entonces se adopta el rol
sexual esperado. Si el psíquico no concuerda con los restantes, hablamos de una discordancia
con el rol presumiblemente esperado y se adopta una identidad de género distinta
En principio, el sexo y el género no conllevan a un determinado tipo de sexualidad (en su
globalidad) ni a una determinada orientación sexual. Así, la orientación sexual es la atracción
física hacia una persona por razón de su sexo (que puede ser heterosexual o homosexual,
básicamente), mientras que la identidad sexual es el rol que adopta socialmente uno mismo,
sea éste el esperado o no por razón de su sexo asignado. Por tanto, no hay que confundir la
transexualidad con la homosexualidad ni con el travestismo, pues en ellos intervienen
diferentes factores de los que resultan comportamientos diferentes, y en ningún
caso no patológicos en sí mismos.
La homosexualidad implica relaciones afectivas y/o sexuales entre personas del mismo sexo,
es decir, entre dos hombres (gays) o entre dos mujeres (lesbianas). El homosexual se siente a
gusto con su propio sexo (biológico) y con todos sus caracteres primarios y secundarios, es
decir, no experimenta ningún rechazo hacia su morfología sexual (genitales,...). Por tanto, solo
se diferencia del heterosexual por su orientación sexual.
El Travesti es aquella persona que se viste con ropas del otro sexo para satisfacer un deseo
erótico-fetichista, pero de ninguna manera desea un cambio real de sexo, ya que se siente
plenamente identificado con el sexo de nacimiento. Dado que la identidad sexual y
la orientación sexual son dos conceptos distintos, no excluyentes entre sí, los transexuales
pueden ser homosexuales, heterosexuales, bisexuales o asexuales (al igual que el resto de la
población). Así, hay transhomosexuales o transheterosexuales, siendo un transhomosexual
aquél o aquella que tras un cambio de sexo, mantiene una relación con una persona del mismo
sexo social al cual o ella pertenece ya en la actualidad.
Definición:
El término transexualidad fue citado por primera vez por Hary Benjamin en 1953, quién matizó
la definición, ya ofrecida antes por Cauldwell. La transexualidad es el deseo irreversible de
pertenecer al sexo contrario al genéticamente establecido (o sea, al de nacimiento, ratificado
por sus genitales) y asumir el correspondiente rol (el contrario del esperado), y de recurrir si es
necesario a un tratamiento hormonal y quirúrgico encaminado a corregir esta discordancia
entre la mente y el cuerpo.
La transexualidad no es una elección. Por tanto, se nace transexual. Aunque no se conoce el
origen de este trastorno, existen básicamente dos teorías al respecto, aunque es probable que
sea el resultado de múltiples factores. La teoría psicológica sostiene que en algún momento de
la vida del transexual (especialmente en los primeros años de vida), se produce un trauma y,
por tanto, cree que la afloración de este trauma a la superficie debería curar al transexual.
Actualmente y tras intentos fallidos de curaciones de transexuales está siendo relegada por la
teoría biológica, que por el contrario, se basa en la existencia de diferencias biológicas entre los
transexuales respecto de los demás individuos. Últimamente, presta mucha atención a los
baños de hormonas durante el desarrollo prenatal y su posterior influencia en el desarrollo de la
identidad del individuo, y considera que el tratamiento más viable es la terapia hormonal y la
intervención quirúrgica.
EXHIBICIONISMO Y VOYEURISMO
Voyeurismo o escopofilia
El voyeurismo o escopofilia es una perversión que satisface una tendencia parcial infantil y
consiste en presenciar el acto sexual o de la desnudez ajena, en todos los casos, su
practicante concentra la atención sobre el acontecimiento y no sobre la personalidad de los
individuos observados.
El exhibicionismo
(es el reverso de la escopofilia)
La persona efectada por esta perversión siente la necesidad irreprimible de exponer sus
órganos genitales a la mira de desconocidos, especialmente de muchachitos o muchachitas.
Satisface así la tendencia infantil al placer de ser visto, pero también intenta que los
espectadores sean testigos de su virilidad que siente desfallecer.
PEDOFILIA E INCESTO

Pedofilia
Búsqueda del placer sexual, por medio de las relaciones sexuales con niños. Expertos
mundiales indican que para la calificación de pedofilia como trastorno sexual es necesario que
la conducta se prolongue durante un periodo de al menos seis meses, incluyendo fantasías,
impulsos o comportamientos sexuales con niños pre-púberes o un poco más mayores, por lo
general de doce años o menos.
Puede darse de diferentes formas: con relación a la orientación, puede ser de tipo
heterosexual, homosexual o ambas; con relación a objeto, éste puede ser exclusivamente
pedofílicos o no.
Las conductas de la pedofilia van del simple exhibicionismo hasta la penetración. El adulto
suele ganarse la confianza y el cariño del niño y, por lo general, es alguien conocido o familiar
Se distinguen dos variantes en la pedofilia: la sentimental homo erótica y la agresiva
heterosexual. Los sentimentales homo eróticos tienen poco o ningún interés por las mujeres,
toda su capacidad sexual se concentra en los niños, concretándose bajo la forma de caricias
que le provocan el orgasmo. Los agresivos heterosexuales intentan satisfacer sus impulsos con
niñas, con métodos que van desde la seducción a la violencia, terminando (muy pocas veces)
en homicidio sádico-criminal.
¿Como se da el abuso sexual a menores?
La mayoría de los abusos sexuales ocurren en el propio hogar de las/os menores, y el agresor
es generalmente el padre, el padrastro, el hermano o cualquier pariente cercano que tiene fácil
acceso a la víctima. En estas circunstancias el abuso sexual se le llama incesto.
EL MENOR COMO SUJETO
El menor es suficientemente apto desde el nacimiento, para dar un sentido a su vida. El acto de
mamar, jugar, dar los primeros pasos, etc., son maneras del niño de afirmarse como sujeto
autónomo de deseos, frente a los adultos.
La prueba de esta autonomía está en el hecho de que las palabras y gestos de los padres sólo
tienen sentido para el niño cuando son percibidos e interpretados por él, a su manera. El bebé
sólo aprehende lo que puede asumir, personalmente, dándole un significado propio. En la edad
escolar, el menor se distancia más de los adultos al adquirir una cierta manera de saber, de
sentir y de ver las cosas. Su filosofía del mundo y de la vida se convierte en "escuela propia"
diferente de la de los adultos. En la adolescencia la autonomía toma mayor dimensión con la
capacidad de estar solo, de crear un proyecto de vida y de sentir su propio mundo interior.
El hilo conductor de este proceso interior hacia la autonomía es la sexualidad con la crotización
del cuerpo, las nuevas posibilidades de relacionarse, la curiosidad persistente y la fuerza del
deseo.
Cuando la sexualidad se altera, es toda la personalidad la que entra en crisis, con pérdida del
gusto por vivir. Por eso, cualquier interferencia sexual por parte de los adultos, a nivel del
cuerpo o de los deseos del menor, como acontece en la pedofilia, compromete gravemente su
felicidad.
El adulto que respeta la dinámica propia de la autonomía infantil está atento a sus
manifestaciones sexuales y, lejos de interferir, procura vivir con el menor, aprendiendo con él.
EL MENOR COMO OBJETO
El menor es un objeto para el adulto, cuando éste, incapaz de contener sus impulsos, los
proyecta inconscientemente en la persona del menor, volviéndose ésta una ocasión de placer,
una compensación afectiva, una oportunidad para tenderse a sí mismo en el futuro un
subterfugio ante el miedo a la muerte. Esta actitud perversa del adulto puede comprometer
seriamente la relación del menor consigo mismo, con el mundo y con los demás. El hecho de
que el menor no se mueva no significa que no tenga un espacio propio de proporciones
ilimitadas. El hecho de no hablar no significa que no tenga deseos de comunicarse. El hecho de
ser biológicamente inmaduro no significa que no tenga una vida sexual propia que respetar.
¿Cuál es la incidencia?
Los abusos sexuales no son sucesos aislados. Generalmente ocurren a lo largo de mucho
tiempo, meses o años. Además, al contrario de lo que puede suponer, se producen en todas las
clases sociales y son muchas las niñas y niños afectados. Entre el 20 % y el 30% de las
mujeres han sido abusadas sexualmente en su infancia o adolescencia. Alrededor del 15 % de
niños también lo han sufrido. Sin embargo, el silencio y el secreto que rodea a estas
experiencias, y que permite que se sigan repitiendo, nos hace pensar que son casos raros. Por
eso es tan importante que hablemos de la existencia de los abusos sexuales y los
reconozcamos como un problema social que hay que abordar.
¿Cuáles son los comportamientos o formas de presentación?
Los comportamientos abusivos van desde acciones que no suponen un contacto sexual como
las proposiciones verbales o la exhibición de los órganos genitales, hasta la penetración anal o
vaginal.
Algunos de estos comportamientos son:
" Exhibirse desnudo delante de la menor con el fin de excitarse sexualmente.
" Observar a la niña vestirse o desvestirse o cuando está en el baño, orina, etc (con el mismo
fin).
" Tocarle, besarle, agarrarle.
" Forzarle a ver imágenes o películas, escuchar conversaciones sexuales, posar para
fotografías, ver o presenciar actividades sexuales.
" Sexo oral o vaginal.
" Ser sometida a tratamientos médicos innecesarios.
Es importante, sobre todo, considerar que una conducta es abusiva cuando es vivida y sentida
de este modo por la niña, niño o adolescente, cuando es mirada o tocada de un modo que la
hace sentirse intimidada.
¿Cómo saberlo?
La mayoría de las niñas y niños que están siendo víctimas no se lo cuentan a nadie porque
creen que la gente va a pensar que no es verdad. A veces desconocen incluso el vocabulario
necesario para hablar sobre el tema y por lo tanto no pueden adecuadamente. Aunque
generalmente no lo expresan verbalmente, sí lo hacen mediante algunos cambios en su
comportamiento.
INCESTO
"Incesto: Relaciones sexuales entre personas consanguíneas o afines, a quienes la ley prohíbe
contraer entre sí matrimonio valido"
"El termino incesto deriva del latín "vinculum", de "vincere"… atar, significa atar o unión de una
persona o cosa con otra".
Causas de Incesto
"Una de las causas del incesto es la violación, son figuras que van de la mano, las cuales se
inician con toques no sexuales como son friccionar la espalda, forcejeos inapropiados,
terminando en caricias sexuales. Puede terminar o no en penetración".
A menudo las personas que sufren de incesto, se vuelven más tímidas y retraídos, tienen
problemas psicológicos y viven temiendo que algún día su familia los descubra y les vuelva la
espalda aun sin tener culpa alguna. Otra de las causas de incesto es la violencia familiar, la
cual trae como consecuencias daños físicos, morales y psicológicos. Otra de estas causas es
la falta de cariño y atención debida a cada uno de los miembros de la familia; lo que puede
ocasionar la obsesión afectiva por algún otro miembro de la familia. La falta de pareja por parte
de una persona puede ser causa de incesto debido a que algunas veces esta tiene
baja autoestima y se refugia en un pariente con el cual puede involucrarse sentimentalmente.
"El descuido de los padres hacia sus hijos es una causa de incesto, en donde el perpetrador,
generalmente es un adulto que esta al cuidado de la victima, el mártir es especialmente un
infante, un pequeño que no se da cuenta de los progresos sexuales de su protector,
esencialmente si el consumador solo desea mostrarle carió y afecto. La victima del incesto
usualmente guarda el silencio, sin buscar ayuda, por el abuso y las persistentes amenazas".
En caso de que el pequeño haya sido acosado por una persona ajena a el puede acudir a sus
padres o familiares. Se piensa que esencialmente las victimas son mujeres, sin embargo los
varones también son mártires de incesto. El asalto sexual consumado por un extraño ocurre
solo una vez, en caso de incesto la victima sufre de continuo abuso. El sentimiento de
culpabilidad y miedo producido por el abuso sexual de un extraño, puede ser aliviado por los
familiares y cuando una persona es victima de incesto, la familia no interviene a su favor. El
incesto ocurre en todo tipo de familia e inicia antes que el menor entienda el aberrante hecho.
El perpetrador se vale de su autoridad y confianza para convencer a su victima diciendo que es
para su propio desarrollo personal.
Causas de la fobia al incesto:
 Los humanos aprecian una natural antipatía al incesto, una especie de repulsión
instintiva al mismo, por tratarse de enlaces consanguíneos.
 Las ligas incestuosas entre los humanos, producen descendientes degenerados.
 Las relaciones incestuosas causan repudio por la sociedad, ya que este acto aberrante
va en contra de la religión y es un castigo divino.

SEXUALIDAD Y VIOLENCIA
Existen una sexualidad masculina y una femenina. En todas las sociedades se han asignado
ciertos papeles que las personas deben desempeñar según sean mujeres u hombres. Hasta
hoy en amplios sectores de nuestra sociedad, se espera que las mujeres cumplan con el
arquetipo de ser delicadas, románticas, que sepan cocinar y cuiden de sus hijos y de su casa; y
que los hombres sean fuertes física y emocionalmente, trabajen fuera de su casa y mantengan
a su esposa e hijos estas características también son conocidas como roles sexuales, los
cuales en ocasiones llegan a tomarse de una manera equivocada puesto que desde pequeños
se nos inculcan una serie de esteriotipo que depende de la sociedad y el lugar donde nos
encontremos tal vez esta forma de pensar, el entorno donde se relacionan las personas, la
forma de vivir o la diversas vivencias de cada una de las personas son las que marcan en un
futuro sus relaciones ya sean afectivas, laborales o sexuales, puesto que la conducta de
mujeres y hombres esta determinada por sus caracteristicas biológicas, psicológicas y por la
sociedad donde viven en ocasiones pueden causar la violencia en la familia y, por consiguiente
la Violencia en la sexualidad.
Una forma de mostrar esto es en algunas regiones de la republica mexicana aun se sigue
dando el machismo; El machismo puede definirse como el conjunto de ideas y conductas que
asumen las personas que creen en una supuesta superioridad de los hombres sobre las
mujeres. En general un hombre machista siempre quiere imponer su forma de pensar sobre las
mujeres y para ello se vale de la agresión emocional, física y sexual. La realidad es que los
hombres machistas son inseguros por que no han sido capaces de valorarse y desarrollarse de
manera integral. Son incapaces de demostrar sus emociones, puesto que pretenden ser "muy
fuertes".
La violencia sexual se da por desgracia muy seguido; por las violaciones que ocurren en todo el
mundo por parte de las personas que no se sienten lo suficientemente completos para amar a
alguien y demostrar su necesidad de amor y cariño lo que hay que saber es que nunca se debe
tener un acto sexual de manera forzada; es decir nadie debe obligarte o presionarte para
efectuarlo. Obligar a alguien a tener relaciones sexuales es un delito. Tu cuerpo es tuyo; si
alguien trata de tocarlo sin tu consentimiento, la acción a seguir es denunciarlo a las
autoridades.
CONCLUSIONES
La sexualidad en nuestros días ya es algo normal, que no nos es indiferente y que algunos le
damos la importancia suficiente para que no nos pacen cosas indeseables.
Para que nosotros como jóvenes tengamos un poco de responsabilidad sobre nuestra
sexualidad creo que es importante que nuestros padres nos orienten y nos den valores. Otra
cosa que tambien a veces influye es el ambiente en el que nos desarrollamos y la cultura de
nuestra familia.
La sexualidad a llegado a ser de lo más normal, llegando al grado de que los hombres y
mujeres se cambien de sexo es decir que se vuelvan transexuales; pero no por que ya sea mas
conocido deja de ser algo inmoral. El exhibicionismo y voyeurismo es otra cosa inmoral por que
las personas permiten que otras personas vean como tienen relaciones sexuales, vean sus
partes intimas; y las personas que ven esto caen dentro del voyeurismo. La pedofilia es la
atracción sexual que siente un adulto por los niños, el incesto es la practica de relaciones
sexuales entre parientes; este tipo de relaciones sexuales, cuando tienen como consecuencia
el embarazo, el producto suele salir con problemas físicos, mentales, etc.
Aquellas personas que se casan a veces se casan por que se aman genuinamente o por que
creen que aman, cuando sucede esto ultimo se suelen dar muchos divorcios lo que da a notar
un poco de inmadurez mental.
Actualmente algunos adolescentes y jóvenes creen que ya saben todo respecto al sexo y que
si tiene sexo no va a pasar nada, pero la realidad es que no saben nada entonces contraen
enfermedades, o las chavas simplemente se embarazan.
La masturbación también es algo común en los adolescentes y jóvenes, que desde un punto de
vista psicológico no tiene nada de malo por que los jóvenes o adolescentes están
experimentando con su cuerpo y eso les permite conocer un poco mas de si mismos; en la
actualidad este tema ya es conocido por varias personas y no provoca de indignación.
El sexo por amor, como bien claro se expresa es el sexo que se tiene con aquella persona que
se ama y que se tiene con responsabilidad; y esto se debe de hacer de una manera correcta de
acuerdo con la ley, es decir, el vinculo de pareja, la unión entre dos personas y esto quedaría
dentro de la monogamia que es la unión entre un hombre y una mujer; a diferencia de esto la
poligamia es la unión de una persona con varias personas mas y se divide en poliandria
(matrimonio con varios hombres) y poliginia (matrimonio con varias mujeres).
Al final la sexualidad es un fenómeno emocional y de conducta relacionado con el sexo que
comprende tanto el impulso sexual, dirigido al goce inmediato y a la reproducción, como a los
diferentes aspectos de la relación psicológica con el propio cuerpo (sentirse hombre, mujer o
ambos a la vez) y de las expectativas de rol social. A veces a causa del sexo hay violencia en la
pareja o en la familia, ya sea por que la mujer no quiera tener relaciones sexuales o por que el
hombre abusa de los hijos sexualmente.

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos22/conducta-sexual-humana/conducta-sexual-


humana.shtml#transex#ixzz2avqxWVAL
El Cristianismo y la Homosexualidad
Por Matt Slick

Los homosexuales y las lesbianas han ganado considerable espacio en lo


político y lo social no sólo en Estados Unidos sino también en otros
países del mundo. Ellos por decirlo así, han “salido”, abandonado sus
closets y están tocando en sus hogares. A través de la televisión, de la
radio, de los periódicos y revistas, están predicando la doctrina de ellos
acerca de la tolerancia, la igualdad, la justicia y el amor. No quieren que
las personas los perciban como anormales o peligrosos; quieren ser
aceptados y quieren que Usted les de la bienvenida con brazos abiertos,
amorosos, aprobando lo que ellos hacen.

En muchos estados de Estados Unidos gran cantidad de proyectos de ley


han sido introducidos por los políticos en favor de la homosexualidad
asegurando que la práctica de la homosexualidad es un derecho
protegido por la ley. En estos proyectos de ley se han introducido
declaraciones que afectan a los empleadores, a arrendatarios y a
colegios. A las iglesias posiblemente se les pediría que contraten un
número determinado de homosexuales y lleven a cabo cursos de
entrenamiento para “sensibilizar” a las personas los cuales serian
también “requeridos urgentemente” en varios lugares de trabajo. Incluso,
hay una legislación que obligaría al estado a pagar por la defensa de los
asuntos de los homosexuales en demandas mientras que se requiere que
el lado no homosexual de los ciudadanos sea el que pague estas cuentas
de sus bolsillos. ¿Es esto justo? Claro que no. Pero la justicia no es el
tema principal aquí. Se trata de ingeniería social. Piense acerca de esto:
la comunidad homosexual quiere protección legal para tener relaciones
sexuales con personas del mismo sexo. Y si esto no fuera suficiente,
quieren que el punto de vista de ellos sea enseñado en los colegios,
promovido en estaciones de radio e incluido en toda clase de medios
escritos.

Aún así, la Iglesia Cristiana no se ha parado firme ante esta situación.


Cuando se ha denunciado la inmoralidad política, el grito de “separación
de la iglesia y del estado” se levanta entre los llamados “religiosos
intolerantes.” Pero cuando la comunidad homosexual intenta usar el
poder político para tratar de controlar la iglesia y trabajar de acuerdo a
sus agendas enseñando la homosexualidad en los colegios, tal clase de
grito por parte de los intolerantes no es escuchado desde los corredores
sagrados de los medios publicitarios. ¿Por qué? Porque no es correcto, en
cuanto a política se trata, estar al lado de los Cristianos.

¿Qué dice la Biblia?


La Biblia como la Palabra de Dios, revela el carácter moral de Dios y
forma la moral del Cristiano. La Biblia tiene mucho que decir acerca de la
homosexualidad.

 Levítico 18:22: “No te echarás con varón como con mujer, es


abominación.”
 Levítico 20:13: “Si alguno se ayuntare con varón como son mujer,
abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su
sangre.”
 1ª Corintios 6:9-10: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el
reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idolatras, ni los
adúlteros ni los afeminados, ni los que se echan con varones,
("homosexuales" es la palabra que se usa en la NBEA (Nueva Biblia
Estándar Americana) [New American Standard Bible])110 ni los ladrones,
ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores,
heredarán el reino de Dios.”
 Ro 1:26-28: “Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas;
pues aún sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra
27
naturaleza. y de igual modo también los hombres, dejando el uso
natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros,
cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en
28
sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no
aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente
reprobada, para hacer cosas que no conviene;”

Con tan claras declaraciones contra la homosexualidad, es difícil ver


cómo los diferentes grupos pueden decir que la Biblia sostiene la
homosexualidad. Pero ellos tratan de hacerlo al redefinir las palabras
amor, matrimonio, sexo, homosexualidad, etc. Para poder llevar a cabo su
objetivo. Pero la verdad es que Dios creó a un hombre y a una mujer, no a
un hombre y a un hombre, ni tampoco a una mujer y a una mujer. Sin
embargo, la Biblia es un libro poderoso y debido a esto es que los
homosexuales tratan con frecuencia de equiparar sus fantasías
degeneradas con la Biblia y la agenda de ellos. Pero esto nunca les
funcionará. La Biblia no apoya la homosexualidad como ya hemos visto
en las Escrituras anteriores.
A diferencia de otros pecados, este pecado sexual tiene un juicio
administrado directamente por Dios Mismo: Dios los entregó a pasiones
vergonzosas y a una mente reprobada. (Ro 1:26-28). Esto significa que el
corazón de los homosexuales es endurecido por causa de este pecado.
Como resultado, ellos no pueden ver más el error de lo que están
haciendo. Sin estar conscientes de sus pecados, no habrá
arrepentimiento; sin arrepentimiento, no habrá perdón y sin perdón, no
habrá salvación.

¿Se les debería permitir a los homosexuales


casarse?
En este clima políticamente incorrecto donde se renuncia a lo moral tan
normalmente como para satisfacer los caprichos relativos de la
sociedad, declarar que los homosexuales no deberían casarse es
volverse impopular. ¿Se le permitiría a una mujer casarse con otra mujer?
O ¿Se le permitiría a un hombre casarse con otro hombre? ¿Se les
debería dar a los homosexuales protecciones legales y derechos
especiales para practicar su homosexualidad? No. No se les debería
permitir.

La Biblia en forma clara condena la homosexualidad y el problema radica


en que nuestra sociedad no está dependiendo de la Biblia para
establecer sus verdades morales. En vez de esto, la sociedad depende de
la moral humanista y relativista, sobre los que ha edificado su estructura
ética.

El homosexualismo no es natural. Solamente observe los cuerpos


masculino y femenino. Estos, están diseñados en forma inteligente para
que hagan pareja. Se nota el diseño natural. No es natural unir o juntar a
un hombre con otro hombre y a una mujer con otra mujer. Es como
pretender tratar de unir dos tornillos y entonces declarar: “Miren. Es
natural que dos tornillos estén juntos”.

Los homosexuales argumentan que la homosexualidad entre los seres


humanos es natural debido a que esta clase de conducta ocurre en el
mundo animal. También es cierto que vemos a los animales comerse viva
a su presa y aún a sus propios cachorros. En esto, vemos salvajismo,
crueldad y extrema brutalidad y sin embargo no condenamos tal clase de
conducta en nuestra propia sociedad. Los proponentes del argumento del
orden natural no deberían simplemente tomar y escoger las situaciones
que mejor encajen en sus agendas. Estas tienen que ser consistente y no
compararnos con los animales porque no somos animales. Somos hechos
a la imagen de Dios.

¿Dónde terminará esto?


La protección social de una práctica sexual diferente a la establecida por
Dios es ridícula. No creo que sea apropiado pasar leyes declarando que
los homosexuales tienen “derechos” a tener sexo entre personas del
mismo género y después pretender redefinir el matrimonio que incluya
sus puntos de vista. Si ellos pueden hacer esto, ¿dónde terminará esto?
¿Qué acerca de la pedófila o la bestialidad? Estas son también prácticas
sexuales. ¿Deberían ser también protegidas por la ley? Si la
homosexualidad es legalmente protegida, ¿por qué no son protegidas
también estas prácticas aberrantes?

¿Cuál debería ser las Respuesta Cristiana a la


Homosexualidad?
Sólo porque alguien es homosexual no significa que no podamos amar a
esa persona u orar por él/ella. La homosexualidad es un pecado y como
cualquier otro pecado, éste necesita ser tratado con el único camino
posible: necesita ser llevado a la cruz del calvario y arrepentirse de éste.

Los Cristianos deben orar por la salvación de los homosexuales de la


misma forma como lo hacen por cualquier otra persona en pecado. Deben
tratar a los homosexuales con la misma dignidad con la que tratan a otra
persona debido a que, nos guste o no, ellos están hechos a la imagen de
Dios. Sin embargo, esto no significa que los Cristianos tengan que
aprobar el pecado de ellos. Los Cristianos no tienen que comprometer su
testimonio por una opinión políticamente incorrecta la cual está
moldeada por la culpa y el miedo.

De hecho, los siguientes versículos deberían mantenerse en mente


cuando se trata con homosexuales:

 Colosenses 4:5-6: “Andad sabiamente para con los de afuera,


6
redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada
con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.”
 1ª Timoteo 1:5: “Pues el propósito de este mandamiento es el amor
nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida.”

Usted no gana personas al Señor condenándolos y usando palabras


inapropiadas. Esta es la razón por la cual Dios dice que hablemos con
sabiduría, gracia y amor. Permitamos que el amor de Cristo fluya a través
de nosotros para que los homosexuales puedan ver un amor verdadero y
acercarse a Cristo en vez de alejarlos de Él.

Objeciones Respondidas
1. Si Usted quiere decir que la homosexualidad está equivocada basada
en las leyes del A.T., entonces también debe confirmar todas las leyes en
Levítico y Deuteronomio.

Las leyes del Antiguo Testamento están categorizadas en tres grupos: la


civil, la sacerdotal y la moral. Las leyes civiles deben ser entendidas en
el contexto de una teocracia o gobierno de Dios. Aún cuando la nación
Judía en el A.T. era con frecuencia gobernada por un rey, era un sistema
teocrático y las Escrituras eran usadas como guía de la nación. Esas
leyes que cayeron bajo esta categoría no son aplicables al tiempo de hoy
debido a que no estamos gobernados bajo una teocracia.

Las leyes sacerdotales tratan con los sacerdocios Levítico y Aarónico,


los cuales fueron representativos del futuro y verdadero Sumo
Sacerdocio de Jesús el cual se ofreció a Si Mismo como un sacrifico en
la cruz. Debido a que Jesús cumplió todas las leyes sacerdotales, no hay
ya necesidad de seguirlas y por lo tanto no son ahora aplicables.

De otro lado, las leyes morales no están abolidas y esto se debe, a que
están basadas en el carácter de Dios el cual es santo y como Él no
cambia, las leyes morales tampoco cambian. Por lo tanto, las leyes
morales están todavía en efecto.

En el Nuevo Testamento no vemos un cambio en las leyes civiles o


sacerdotales, pero sí un restablecimiento de la ley moral. Esta es la razón
por la cual el Nuevo Testamento condena la homosexualidad como un
pecado no asociado con la pena de muerte.

2. Que la homosexualidad es un pecado si se comete fuera de una


relación establecida en el amor y la entrega. Pero una relación
homosexual comprometida es aceptable a Dios. Este es un argumento
incorrecto.

En la Biblia la homosexualidad nunca es definida como una conducta


aceptable ni aún si ésta fuera practicada por individuos que tuvieran una
relación “amorosa” entre sí. La homosexualidad siempre es condenada.
Los actos homosexuales no son actos naturales y están contra el orden
creado por Dios. Como declaré anteriormente en el artículo, sólo lo
masculino y lo femenino están diseñados para encajar perfectamente.
Esta fue la manera como Dios nos creó a nosotros y lo hizo de esta forma
para que pudiéramos llevar a cabo Su mandamiento de fructificar y
multiplicar la tierra con seres semejantes a ellos: masculino y femenino.
La homosexualidad es una aberración contra el orden creado de Dios y a
través de ésta práctica, sería imposible llevar a cabo el mandamiento
dado por Dios a la humanidad.

Es irrelevante el argumento de que una pareja de homosexuales se


entreguen el uno al otro fielmente, ya que ni el amor ni los sentimientos
que se tengan entre sí podrán jamás cambiar las verdades morales. Si en
una pareja no casada alguno de ellos ya se encuentra casado(a) con
alguien más, cometen adulterio aún cuando el amor entre ellos sea
genuino y estén entregados totalmente entre sí; el pecado de ellos no
tiene excusa.

Ni la homosexualidad, ni el adulterio ni la fornicación pueden ser


simplemente aceptados como moralmente correctas por el sólo hecho de
que una pareja de homosexuales o las personas en el adulterio y la
fornicación se “amen” entre sí y estén “comprometidos” en ese amor. El
problema aquí es que el amor es usado como una excusa para violar las
Escrituras. Segundo, esto significaría que cosas como la pedofilia serian
aceptables y permitidas si la “pareja” tiene una relación de amor y
compromiso entre sí. Tercero, la subjetividad de lo que significa “amar” a
otra persona y el “compromiso” hacia otra persona no pueden ser usados
para justificar toda clase de conducta aberrante.

3. Donde se menciona la homosexualidad en la Biblia no es igual a cómo


la relacionamos en el siglo 21. Esto significa que es algo diferente en las
personas de los tiempos bíblicos y no tiene nada que ver con la
homosexualidad en los tiempos modernos.

Los cuatro versículos de la Biblia mencionados anteriormente refutan


esta clase de idea. Miremos nuevamente lo que estos dicen y veamos si
hay algo que no entienden. El primer versículo de Levítico dice que la
homosexualidad es una abominación para un hombre que se acueste con
otro hombre; de igual manera sería si dos mujeres tuvieran sexo.
Obviamente, esto se está refiriendo a la relación sexual y ésta es
definitivamente condenada. El segundo versículo en Levítico se refiere a
la misma cosa. En 1ª Corintios se condena rotundamente la
homosexualidad y finalmente, Romanos, describe claramente el acto
homosexual contra naturaleza.

No nos engañemos: el punto de vista que tanto el Antiguo Testamento


como el Nuevo Testamento tienen acerca de la homosexualidad es
totalmente negativo y es frecuentemente condenado como pecaminoso.

Si las personas en el siglo 21 piensan o no que la homosexualidad es o no


aceptable no tienen ninguna orientación si éste es o no un acto
pecaminoso delante de Dios. Dios existe y Él es el estándar de justicia. Si
alguien cree esto o no lo cree, se debe a que la moral proviene de un
sistema de desarrollo que ha fluido en forma vaga e inexacta y que no
tiene una orientación basada en la verdad. En la Biblia, Dios ha
condenado la homosexualidad como pecado. Y como pecado necesita
arrepentimiento de la misma manera que cualquier pecado y el único
camino disponible para recibir perdón es a través del sacrificio de Cristo
Jesús en la cruz.

4. Que el pecado cometido por Sodoma fue realmente el pecado de


inhospitalidad.

Este es un error común cometido por aquellos que sostienen la


homosexualidad. El problema es que esta explicación no registra el
ofrecimiento que hizo Lot de sus hijas a los hombres que habían rodeado
su casa para evitar que los dos ángeles que se encontraban en ésta
fueran violados por los habitantes homosexuales. Génesis 19:5 dice: “Y
llamaron a Lot, y le dijeron: ‘¿Dónde están los varones que vinieron a ti
esta noche? Sácalos, para que los conozcamos.’”

Esos hombres querían tener relaciones sexuales con los ángeles que
habían aparecido en forma masculina. ¿Tiene sentido lógico decir que
Dios destruyó las dos ciudades debido a que sus habitantes no fueron
hospitalarios con los visitantes? Si este fuera el caso, ¿no debería Dios
entonces, destruir cada hogar que no es atento con los visitantes?

Génesis 18:20 dice que el pecado en Sodoma y Gomorra “se aumenta


más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo”. No ser
hospitalario a alguien nunca ha sido considerado un pecado grave en
exceso, particularmente en la Biblia. Pero ir en contra del orden creado
por Dios es una violación de Su mandamiento de llenar y fructificar la
tierra por medio de la homosexualidad; éste, es un pecado grave en
exceso. De hecho, sabemos que es grave en exceso debido a que en
Romanos leemos acerca del juicio de Dios sobre los homosexuales los
cuales entregó a una mente reprobada para hacer cosas que no
convienen. Éste es un serio juicio de Dios sobre el pecador ya que sin
arrepentimiento no habrá salvación y sin salvación habrá condenación.
Por lo tanto, el argumento de que Sodoma y Gomorra fueron destruidas
por que sus habitantes no fueron hospitalarios no tiene sentido ni base
bíblica.
¿Que es la Pureza Sexual según Dios?
A lo largo de este blog se analizarán algunos pasajes Bíblicos
relacionados a esta tematica lo que se explicará a que se refiere y que
actitudes que deberiamos tomar en adelante respecto a este asunto
según Dios.

La sociedad hoy en día no le toma mucha importancia respecto a este


tema ya que cada dia que pasa nos vamos alejando de lo que dice Dios.
cada día que pasa se va olvidando la Palabra de Dios y que significa
esto, que cada vez la sociedad piensa lo que quiere en cuanto a la
Pureza sexual.

Actualmente se piensa que Pureza sexual es el no tener relaciones


sexuales, pero tambien la pureza sexual implica la pureza de
pensamiento, o sea qu eel individuo no tiene pensamientos impuros o
pervertidos.

Tambien en la actualidad es Dificil contenerse ya que existe la


provocacion del deseo y y muchos no saben los efectos a que esto
llevaría, o si no tambien el que el hombre tenga relaciones sexuales
antes de casarse para no ser un "inexperto" al momento de la noche de
bodas. Pero tambien lo que incita a esto es la tipica frase de:-"eres poco
hombre". Por la razón de no haber tenido relaciones sexuales o el no
tener "muchas minas".

El ser hombre implica el tener el caracter para decir no, en cuanto


al tener relaciones antes del matrimonio, y tener el valor de
"aguantarse las ganas" de tener relaciones sexuales.

Que es lo que dice la biblia sobre esto .... Por ejemplo en:

1° Tesalonicenses 4:3-7 :-"La voluntad de Dios es que sean santos,


que se abstengan del pecado carnal,que cada uno sepa usar de su
cuerpo con santidad y respeto, sin dejarse llevar de la pasión
desenfrenada, como hacen los paganos que no conocen a Dios. Que
nadie se atreva a perjudicar ni a dañar en esto a su hermano, porque el
Señor hará justicia por todas estas cosas, como ya se lo hemos dicho y
atestiguado. Dios, en efecto, no nos llamó a la impureza, sino a la
santidad".

Que quiere decir esto, quiere decir que antes de no contraer


matrimonio no devemos tener relaciones sexuales.... tenerlas es algo
bueno, pero siempre y cuando sea dentro de la union matrimonial.
Efesios 5:3-4:-"En cuanto al pecado carnal y cualquier clase de
impureza o avaricia, ni siquiera se los mencione entre ustedes, como
conviene a los santos.Lo mismo digo acerca de las obscenidades, de las
malas conversaciones y de las bromas groseras: todo esto está fuera de
lugar. Lo que deben hacer es dar gracias a Dios".

Y esto quiere decir que hay que evitar todo tipo de malos
pensamientos, ya que esto no es parte de Dios y ni siquiera es su plan
para nosotros, todo lo que tenemos que hacer es dar las Gracias a Dios.

En conclusion lo que deveriamos hacer es de vez en cuando leer lo


que dice Dios, para que así no comportemos de forma correcta frente a
Dios. El tratar de evitar las tentaciones es algo que agrada a Dios. Pero
tambien devemos pensar en el bien que nosotros mismos nos
hacemos...
SOCIEDAD
Visión de una sociedad

Todos vivimos en una sociedad, desde un simple obrero, un comerciante o una ama de casa,
hasta el ermitaño más silencioso, todos somos parte de un fiel conjunto del cual nos
desenvolvemos en nuestras actividades cotidianas.

Como nuevo redactor me parece conveniente plantear una introducción acerca de este tema
tan amplio, la sociedad ¿Qué es la sociedad? ¿Hacia dónde se dirige? ¿Que papel cumplimos
nosotros como miembros de la misma? Todo es muy simple, nosotros conformamos la
sociedad que es el conjunto y lo construimos, lo forjamos en sus valores primordiales y día a
día establecemos lo que como al día de hoy conocemos como “normal”.

Así, cada día muchos grupos se enfocan en ser aceptados en el gran conjunto, en esa
sociedad ordinaria de la que todos pertenecemos y quisiésemos encajar para el pleno disfrute
de nuestras libertades, en consecuencia nos convertimos en seres que no somos, o es que
¿De dónde crees que vienen los famosos wannabe? Hay gente que tiene una necesidad
inherente de hombres y mujeres débiles de pertenecer a ese famoso “factor común” solo para
ser aceptado, respetado y hasta incluso reconocido, lo triste es que todo eso lo habrán ganado
sin ser auténticos, plenos autómatas y esclavos de una sociedad que busca hacer un mundo
de seguidores y no se seguidos, ese es el objetivo fundamental de los medios masivos, de los
emporios empresariales, el nuevo “opio del pueblo” como Karl Marx describió a la iglesia
católica hace años.

Así hemos sido siempre, esclavos de la sociedad, seguidores y no seguidos. Muy pocos osan
salirse de ese “factor común”, algunos encuentran abrigo, otros mueren como lunáticos
envueltos en su propia demencia; pero los que si logran salirse y sobreviven terminan siendo
grandes, seguidos, los que ponen y disponen, creativos y originales, esa es la gente que
necesita el mundo para un cambio importante.

Aún así, gente auténtica es poca, hasta el mismo que escribe estas letras puede no ser
auténtico, la autenticidad va desapareciendo con el tiempo, porque su nombre lo dice y como
poco a poco se innova más y menos a la vez, se pierde el don, la gente queda como seguidora
¿Pero sabes? Es mejor seguir a un lider, a un genio, a un soñador, que seguir a los medios, a
los que imponen las reglas del juego, esos que manejan y coordinan a sus masas de adictos e
idiotas, ellos nunca se percatan de los problemas, siempre se ven ellos mismos y su entorno,
nunca más allá, esa puede ser una de las tantas diferencias esenciales entre los paises
desarrollados y países subdesarrollados. Los primeros ablandan, procuran que su gente tenga
las posibilidades de ver más allá para lograr mayor desarrollo, y los segundos restríngen,
impiden que su gente tenga las mismas posibilidades para que los pocos ostenten mayores
riquezas, muchas veces gracias a los países desarrollados.

Así comienzan los vicios y la causa es evidente, está en la publicidad masiva de las calles, en
el imperante deseo de consumir y todo lo que es capaz hasta el más joven de hacer por algún
objeto material, el monopolio y la expansión, hasta la acumulación de riquezas en una sola
persona y ambiciones personales. Todo forma parte de un círculo, la sociedad se corrompe
partiendo del deseo de poder y no es algo nuevo, desde tiempos antiguos ha existido. Nó, no
es una crítica al capitalismo, es una crítica a un deseo estúpido del ser humano que en lugar de
traer bienestar y desarrollo, trae miseria y atraso.

Puede que se esté haciendo un esfuerzo por mejorar, pero todos hemos de poner de nuestra
parte porque somos mayoría, es verídico decir que cada granito de arena que ponga uno hará
una gran diferencia al final, que no lo queramos hacer es otra historia, muy triste de por sí.
Antes de entrar de lleno a definir la palabra sociedad que ahora nos ocupa es
fundamental que investiguemos y descubramos el origen etimológico de la misma.
En concreto, podemos subrayar que aquel se encuentra en el latín y más
exactamente en el término sociĕtas.
Sociedad es un término que describe a un grupo de individuos marcados por
una cultura en común, un cierto folclore y criterios compartidos que condicionan
sus costumbres y estilo de vida y que se relacionan entre sí en el marco de
una comunidad. Aunque las sociedades más desarrolladas son las humanas (de
cuyo estudio se encargan las ciencias sociales como lasociología y
la antropología), también existen las sociedades animales (abordadas desde
la sociobiología o la etología social).
En este último sentido, por tanto, podríamos decir que las sociedades de animales
son aquellas que se van constituyendo de una forma totalmente natural. Así, de esta
manera, un ejemplo de lo que estamos señalando sería el siguiente: “El profesor de
Ciencias Naturales nos subrayó que las abejas son unos de los grupos de seres vivos
que viven en sociedad”.

Las sociedades de carácter humano están constituidas


por poblaciones donde los habitantes y su entorno se interrelacionan en un
contexto común que les otorga una identidad y sentido de pertenencia. El concepto
también implica que el grupo comparte lazos ideológicos, económicos ypolíticos.
Al momento de analizar una sociedad, se tienen en cuenta aspectos como su nivel
de desarrollo, los logros tecnológicos alcanzados y la calidad de vida.
Los expertos en el análisis de las sociedades establecen una serie de señas de identidad o de
características que exponen que son imprescindibles que se cumplan para que las reuniones
o asociaciones de grupos se consideren sociedades como tal.
Así, entre otras cosas, requieren tener una ubicación en una zona geográfica común, estar
constituidos a su vez en diversos grupos cada uno con su propia función social, deben tener
una cultura común, pueden considerarse una población en su totalidad…
De la misma forma establecen que las sociedades tienen una serie de funciones que pueden
clasificarse en dos. Por un lado estarían las generales y por otro lado las específicas.
Respecto a las primeras destacarían el hecho de que son los instrumentos a través de los
cuales se hacen posibles las relaciones humanas o que desarrollan y establecen una serie de
normas de comportamiento que son comunes para todos sus miembros.
La sociedad existe desde que el hombre comenzó a poblar el planeta, aunque su forma de
organización sufrió variaciones a lo largo de la historia. La sociedad del hombre
prehistórico se encontraba organizada de modo jerárquico, donde un jefe (el más fuerte o
sabio del conjunto) concentraba el poder. A partir de la Grecia antigua, la tendencia
absolutista del poder empezó a modificarse, ya que los estamentos inferiores de la sociedad
pudieron llegar a ciertos sectores de importancia en la toma de decisiones a través de
la democracia.
Recién en 1789, con la Revolución Francesa, la organización social cambió en forma
radical: desde entonces, cualquier persona puede subir a un estamento superior de la
sociedad.
Cabe mencionar que el concepto de sociedad también puede entenderse desde una
perspectiva económica y jurídica, para definir a la unión de al menos dos individuos que
se comprometen a realizar aportes y esfuerzos en común para desarrollar una actividad
comercial y repartir entre sí las ganancias obtenidas.

Lee todo en: Definición de sociedad - Qué es, Significado y


Concepto http://definicion.de/sociedad/#ixzz2avtxRCqD
La sociedad pluralista se caracteriza por su diversidad religiosa, cultural y étnica. Este
elemento singular surge de una condicionante básica, cual es la de ser una sociedad "abierta"
o "sociedad libre", de acuerdo con el concepto propuesto por Popper y las premisas jurídicas
que sustentan a la convivencia ciudadana en las democracias occidentales.

Los orígenes de este tipo de sociedad, pluralista o abierta, se remontan a la práctica de la


"tolerancia religiosa" que surgió en la huella de las diversas guerras religiosas del siglo XVII.
Sin embargo, sus características actuales derivan de las circunstancias culturales, sociales y
políticas que plasmaron a las naciones-estado modernas durante los siglos siguientes.

Como ha hecho notar Sartori ("Pluralismo, multiculturalismo e estranei"), los términos


"pluralismo" y "sociedad pluralista" suelen usarse en referencia al pluralismo en cuanto a
creencias religiosas, el pluralismo social y el pluralismo político. Sin embargo, el elemento
definitorio de estas sociedades no consiste en la mera diversidad religiosa, social, cultural y
política que albergan. Tampoco en la actitud de "tolerancia" que predomina en las personas
con respecto a la diversidad, sino en el hecho de que la diversidad se asuma como un valor.
Esto último es una novedad de considerables consecuencias en la historia humana, una de
cuyas características ha sido la profunda desconfianza ante "lo distinto" y hacia todo lo que
se aparta de nuestra forma de concebir al mundo o, peor aún, de nuestros intentos por
ordenarlo conforme a esas concepciones.

Sin embargo, valorar la diversidad implica valorar la falta de consenso con respecto a ciertos
temas o a la solución de determinados conflictos, lo cual, a su vez, nos plantea el problema
de la resolución de los inevitables conflictos que la falta de consenso determina cuando es
necesario escoger entre ciertas opciones. A este respecto, el pluralismo genuino se propone
lograr la paz intercultural, lo que supone, como actitud básica, la apertura a las ideas de otros
y la disposición a transar. Sin embargo, como veremos más adelante, la sociedad pluralista
pone límites a su grado de apertura y disposición a transar. De hecho, ella no asegura
automáticamente legitimidad, es decir, no otorga validez social a todas las posiciones que
puedan surgir en su seno. Aunque su acuerdo social básico es el modus operandi para la
solución de conflictos, el mismo no implica que en una sociedad pluralista "todo vale". Como
postulado de las democracias, los conflictos se resuelven con las reglas del consenso y de las
mayorías. Consenso entendido como compromiso y convergencias a partir de creencias y
visiones divergentes y "regla de la mayoría", en términos de un ejercicio del poder
mayoritario que respeta a los derechos de las minorías. Pero para recibir el beneficio de ese
principio, las minorías deben ser consideradas legítimas.
Los criterios de legitimidad a los que se aludía previamente nos sitúan en el centro mismo del
problema relativo al pluralismo y a los valores. De acuerdo con la definición de Gevaert (El
problema del hombre, p. 189), "valor es todo lo que permite dar un significado a la existencia
humana". Los valores mueven la voluntad de las personas y, por lo tanto, determinan nuestra
capacidad de obrar humanamente, de dar un sentido a la propia actividad y, a través de ella, a
nuestra existencia. Cuando hablamos de "pluralismo", entonces, en realidad nos estamos
refiriendo a un pluralismo de valores y, por lo mismo, las tensiones y conflictos de las
sociedades pluralistas surgen a partir de aspectos relacionados con los distintos valores que
motivan y orientan las acciones personales. En consecuencia, la apertura a las ideas de otros
y la disposición a transar, como actitudes esenciales del pluralismo, significan el respeto y
aceptación de los valores de otros y la disposición a transar con respecto a nuestros propios
valores. Lo anterior nos plantea dos preguntas: ¿cuáles valores y en qué medidas estamos
razonablemente dispuestos a transar para evitar conflictos? ¿Cuáles son los criterios que fijan
el límite de lo transable?

Para responder a esas preguntas, es necesario aclarar previamente diversos conceptos


relativos a los valores. En primer término, es necesario señalar que los valores se inscriben en
una cultura, se "adquieren" en una cultura y definen las características de la misma, porque
los valores se viven con los demás. Así es como adquirimos los valores básicos del amor y de
la convivencia social en el seno de las familias, de las escuelas, de nuestros grupos de
amigos, de las comunidades religiosas a las que pertenecemos, de nuestros ambientes de
trabajo, etc. Con frecuencia, ciertos valores son transmitidos mediante la promoción de
modelos concretos, reales, presentes en la vida diaria y en el contexto sociocultural en el que
esta transcurre: los héroes, los santos, los malvados, los "ídolos" deportivos o artísticos, los
"famosos" y otros personajes suelen ser los modelos que los medios de comunicación utilizan
en una transmisión implícita o explícita de valores. Según Spaemann, recogemos el valor
contenido en los diversos hechos de nuestra circunstancia mediante actos de gozo o de
tristeza, de estima, de desprecio, de odio, de temor o de esperanza. Se puede hablar de un
"sentimiento de los valores", porque el conocimiento de los mismos involucra la afectividad
(Cf. R. Spaemann Conceptos morales fundamentales, en G. Russo, La persona humana, p.
91). Pero el contenido de los valores se nos va revelando en la medida en que podamos
objetivar nuestros intereses. Por ejemplo, nuestro placer al escuchar música clásica va
aumentando cuando logramos comprenderla. Lo mismo sucede con muchos otros valores.

El ejemplo anterior nos recuerda que los valores pertenecen a órdenes de cosas muy distintos.
De acuerdo con la esfera de la existencia humana en la cual se viven, han sido clasificados
por Gevaert(El problema del hombre) en las categorías siguientes: vitales o corpóreos; del
espíritu; éticos y religiosos. Vitales o corpóreos son aquellos valores que responden a las
necesidades corporales primarias, como comer, beber, dormir y otros de este tipo, o a
necesidades secundarias, como una casa, un automóvil, un televisor, etc. Obviamente, estos
valores de tipo secundario están muy vinculados a la cultura y cambian a medida que las
sociedades evolucionan.

Se consideran valores del espíritu aquellos relativos a lo que se ha denominado "cultura


superior". Vale decir, las artes plásticas, las ciencias, la música, la poesía, la filosofía, etc.

Los valores de tipo éticos se refieren explícitamente al conjunto de la persona y se


manifiestan en nuestra interacción con otros. Estos valores incluyen aquellos relativos a la
vida y a la muerte; a la verdad que debe regir las relaciones humanas; y a la promoción de las
personas en el amor y en la benevolencia.

Los valores de tipo religiosos se refieren a las relaciones de las personas con Dios y a las
expresiones culturales y comunitarias de tales relaciones.

¿Qué es lo que determina el contenido de estos valores? ¿Hay una norma objetiva y absoluta
de los mismos? Estas preguntas no están respondidas y constituyen un campo de ideas en el
que han incursionado algunos de los pensadores más destacados del siglo XX. Para Sartre,
por ejemplo, no existen verdades ni valores predeterminados. Todo depende de la libertad
humana. La tarea del hombre es dar sentido a su propia existencia. "Mi libertad es... el único
fundamento de los valores, y nada, absolutamente nada, me justifica para que adopte este
valor o aquel otro, esta escala de valores o aquella otra" (El ser y la nada).

En cambio, Scheler propone que los valores son dados objetivamente. No se miden por la
esencia humana ni se deducen de ella. Tienen una existencia por sí mismos. Valen siempre y
en todas partes, ya que expresan un orden humano que permanece sin variar a través de la
historia. Por lo mismo, las personas deben someterse a la validez trascendente de los valores.

Pero, contra lo que opina Scheler, otros pensadores, entre ellos los pertenecientes a la
corriente "personalista", consideran que los valores no se encuentran en un ámbito abstracto,
sino en el hombre mismo. Es él quien busca, mediante su afán por realizarse, los elementos
que necesita para vivir plenamente su "vocación humana". Esta sería la gran tarea histórica
de la persona humana y en el logro de esa meta va "descubriendo" o elaborando un orden de
valores que se reconocen como aquellos conducentes a una existencia auténticamente
humana, y por lo mismo, orientada hacia su sentido trascendente.

Considerando todo lo antes expuesto sobre el tipo y naturaleza de los valores, resulta
evidente que la respuesta a la pregunta sobre qué valores y en qué medidas estamos
dispuestos a transar con el fin de evitar conflictos, debe ser respondida con base en los
efectos que esa decisión tenga sobre las posibilidades de vivir una vida auténticamente
humana. Y en ese sentido, la primera tensión entre valores no es interpersonal, sino a nivel de
la persona misma. Por ejemplo, nuestro apego o consecución de bienes vitales sobre bienes
del espíritu. Somos nosotros mismos los llamados a resolver esos conflictos mediante un
compromiso con nuestras metas superiores. En último término, es un problema de
"autonomía" o libertad, entendiendo por este término la capacidad o el grado de autonomía
para la plena realización personal.

Pero la libertad no es pura subjetividad, coherencia interior, sino que se vive también en un
espacio de relaciones interpersonales. En realidad, las posibilidades de alcanzar plena
libertad personal dependen en medida considerable del conjunto de condiciones concretas
que una determinada sociedad o cultura le permiten a la persona ejercitar y realizar. Esto
implica un respeto efectivo de los derechos fundamentales, pero también al otorgamiento de
los medios materiales que permiten vivir esta libertad: educación, vivienda, trabajo, etc. Es
este elemento de alteridad respecto a la forma en que mis valores mueven a mi voluntad y la
centralidad que el bien del otro tiene para mí el elemento clave que sustenta un pluralismo
auténtico.

Levinas (Totalité et infini) afirma que no hay libertad humana que no sea capacidad de sentir
la llamada del otro. El signo y la medida de la libertad en el hombre es precisamente la
posibilidad de sentir la llamada del otro y responderle. Por lo tanto, la dimensión ética y
todos los valores que ella involucra es la quintaesencia de la libertad. Desde el momento en
que el otro aparece como otro nace la dimensión ética de mi relación. Toda libertad auténtica,
en cuanto orientada constitutivamente hacia el reconocimiento del otro en el mundo, debe
expresarse en normas éticas.

El conflicto puede surgir, de hecho, cuando el reconocimiento del otro llega a identificarse
con un código concreto de preceptos y de normas que son solo de expresión histórica,
cultural del reconocimiento. En cambio, la vocación auténtica de la libertad está en reconocer
al otro en cualquier cultura y en cualquier nivel de civilización, a través de todos los cambios
y alteraciones que se verifican. Esto suele crear la tensión entre las exigencias concretas de
reconocimiento y las estructuras que tienen que asegurarlo. En este sentido, hay que
reconocer la importancia que tienen los regímenes políticos en la libertad humana y la
necesidad de que estos, junto con garantizar los derechos fundamentales, permitan una
participación amplia y directa y responsable en el bien común, promuevan el ejercicio de la
libertad y garanticen a todos el respeto de sus propias opiniones. Es decir, que la sociedad
viva en un clima de libertad que signifique el respeto a la libertad de los demás.

Habiendo aclarado lo anterior, es posible ahora referirse, concretamente, a los límites de los
compromisos personales para evitar conflictos de valores. En una sociedad pluralista, el
respeto a la libertad auténtica de otros, aun más, el considerar a esta libertad un valor cuando
se manifiesta en formas culturalmente diversas a las propias, debe enmarcarse en los límites
del bien común, y este aspecto, como veíamos, debe tener como elemento central de juicio la
plena y auténtica realización de las personas humanas que constituyen la sociedad. En
consecuencia, la diversidad de estilos de vida y los valores que promueven esos estilos serán
positivos o negativos, aceptables o inaceptables, moralmente legítimos o ilegítimos, cuando
analizados bajo la óptica del bien común, es decir, de la dignidad de la persona humana, se
muestren promotores o atentatorios de esa dignidad.

En este sentido, es iluminador el concepto de bien común que define Maritain (La personne
et le bien commun). Nos dice este pensador que el bien común es aquello que se redistribuye
a las personas, y que promueve en ellos la búsqueda de los bienes eternos de la bondad, de la
justicia y de la belleza. Las personas, en cuanto partes de la comunidad política, se
subordinan a ello y a la obra por realizar. Por otra parte, la persona humana, en el foco mismo
de su vida de persona, está supraordinada a esa obra común y determina su finalidad. Siendo
el bien común temporal un bien común de personas humanas, por ello mismo, cada una,
subordinándose a la obra común, se subordina a la realización de la vida personal de las otras
personas. Pero esta "solución" puede adquirir un valor práctico y existencial solo en una
sociedad donde la verdadera naturaleza de la obra común es reconocida
(Maritain, Humanismo integral p. 154).

De lo anterior podemos deducir que el cultivo de un pluralismo auténtico implica una actitud
proactiva respecto a la preservación del bien común y, por lo tanto, el cultivo de aquellos
valores que contribuyen al bien común. Esta actitud supone asumir el riesgo de conflictos
cuando consideramos que los valores de otros no conducen a ese fin superior. Por lo tanto, en
el verdadero pluralismo no hay cabida para el relativismo que concede "legitimidad" a
cualquier manifestación cultural. Por el contrario, es necesario reiterar que la aceptación de
creencias y principios distintos a los propios solo puede partir del reconocimiento de la
validez de los mismos en cuanto a los efectos que las acciones que ellos motiven tengan
sobre el bien común.

Reconozco que todo lo que he manifestado sobre pluralismo y valores se sustenta en una
visión antropológica cristiana y, por lo mismo, en una metafísica que no es válida para
quienes tienen otras visiones de la persona humana. Particularmente difícil es coincidir en el
concepto de persona y a partir del mismo derivar una idea consensuada de libertad
responsable, con las derivaciones éticas que esto implica. Aun así, las percepciones
coincidentes en el ámbito de los valores continúan siendo muy importantes, incluso en las
sociedades pluralistas más antiguas, como las europeas. Me refiero a valores como el amor a
los padres, a la tierra natal, el respeto a la autoridad, el reconocimiento a la excelencia, la
integridad, la solidaridad y el altruismo, el acatamiento de ciertas normas cívicas y morales,
la sinceridad, la gratitud, etc. Son esos los valores que otorgan a esas sociedades el grado
suficiente de unidad espiritual, y por lo mismo de sentido comunitario, que las mantiene
cohesionadas en torno a ciertos objetivos sociales de indudable mérito, como, por ejemplo, la
preocupación solidaria por sus miembros con una menor autonomía. Es la base de esos
valores compartidos el elemento sobre el cual es posible plantear diálogos interculturales y
confrontar ideas relativas a otras realidades concretas de la sociedad que generan conflictos
no resueltos, como la pena de muerte, el aborto, la eutanasia, el divorcio, las inmigraciones,
las sectas, la pornografía, la educación sexual, la distribución de la riqueza, los derechos
humanos, la censura, y muchos otros temas. Solo una búsqueda auténtica y apasionada de la
verdad, orientada a establecer ciertas premisas relativas a la naturaleza humana y el sentido
de su existencia, puede ayudarnos a discernir los elementos que permitan descubrir la base de
sustentación de nuestros valores, y por lo tanto, su real vigencia. En último término, se trata
de establecer los fundamentos antropológicos sobre los cuales podamos construir en paz un
proyecto de sociedad coherente.
El Hombre Religioso, Hoy
Autor: Daniel Salsamendi

Capítulo 1: ¿Qué hombre existe en nuestra sociedad?

En este final de época y comienzo de otra emerge de la sociedad un


nuevo rostro de hombre y mujer. En nuestra breve descripción de los
rasgos del hombre y mujer actual confluyen los rasgos de la sociedad y
cultura. Nunca el ser humano es un mero producto del ambiente pero
sí llevan la marca de su tiempo.
En una sociedad dividida, el hombre sigue en búsqueda de sí mismo

Los analistas convergen en que la sociedad está rota en dos dinamismos: a) la ciencia y la
técnica que mueven las prácticas sociales; b) los elementos del encuentro interpersonal y
comunitario, lugar donde las personas encuentran el sentido de sus vidas. La vida del hombre
transcurre entre la tecnoeconomía y el sentido, entre vivir funcionalmente la vida y el dar
orientación y significado a las tareas.

Parece ser como si el hombre metido de lleno en lo funcional y eficaz, en lo productivo y


rentable, no llega a ver otras dimensiones de su vida e historia. De ahí que esté siempre en
búsqueda de algo más, el sentido de su vida. Pero todo apunta a que el hombre actual es
funcionalista y objetivista en la percepción de su realidad y la realidad que le rodea.

Vale lo instrumental, lo funcional, lo constatable y lo empírico. El hombre está atrapado en


valores que podríamos llamar materialistas. El consumo desaforado es un síntoma.

Desde lo religioso podríamos encontrar en este hombre actual una escasa sensibilidad para los
símbolos, se le escapa todo el mundo de la evocación y la analogía. Ve los objetos, pero no ve
en profundidad, se queda en la superficialidad. Por eso, la mayoría de las veces se
desencanta de la realidad y la vida, pues, llega un punto en que no ve nada más.

Por otro lado, ante el vacío que provoca el no profundizar, no ir más allá de las cosas, se
escapa en un mundo de idolatrías y supersticiones. Y toda esta otra realidad no da sentido,
sino que tapa baches y engaña el ojo, más que el ojo.

Sigue a pesar de todo su picoteo por diversas experiencias escindido entre lo funcional que se
acomoda a lo que hay en el mundo de las relaciones visibles y la sed de sentido.

El problema del sentido no lo tiene integrado. Pesa más en su vida lo tecnoeconómico con la
sensación de vacío.

Un hombre entre el pluralismo y el localismo

Existe en nuestro mundo pluralidad de culturas y tradiciones que dan al hombre muchas
cosmovisiones y estilos de vida. Esto descoloca y da inseguridad, pues, no sabe de dónde
agarrarse.

Ante esta pluralidad el hombre ya no encuentra la objetividad y la verdad. Muchas cosas y


¿cuál o qué es lo verdadero?.

Los analistas dicen que el hombre actual es más reflexivo, pero a costa de una zozobra
mental ante la verdad. Por eso llega a relativizar todo; justamente aquí la posmodernidad
hunde sus raíces. El camino del pluralismo que lleva a la reflexión consciente de nuestra
condición, desemboca en el relativismo; aquí nuevamente, nos encontramos con el problema
del hombre que es "el sentido".

El hombre de hoy el mundo pluralista está abierto a otras culturas y cosmovisiones de la vida,
pero se abre solamente a un mero conocimiento. Esto hace que el hombre no se implique en
nada.

Igualmente que se siente en un mundo plural el hombre es consciente de su provincianismo,


está en un lugar, ocupa un lugar en el mundo. Dado que el sentirse parte de un mundo global
le lleva a no tener raíces y quedar en el anonimato, buscar donde afincarse, buscar el calor
del hogar tiene de seguridad. Pero esto conlleva un problema, la fiebre comunitarista.

Desde lo religioso el hombre vive un momento fundamentalista; se busca y quiere seguridad.


Necesita orientación y principios firmes, claros y verdaderos. El hombre de hoy está el medio
de grupos y doctrinas fundamentalistas.

Además, esto ha provocado que la seguridad que dan ciertos grupos le lleve fanatizarse. Esto
es un elemento negativo.

Un hombre que ha perdido la memoria

El hombre de la sociedad pluralista y relativista, ¿es consciente de que vive en tradiciones?.


No. También ha llegado a relativizar las tradiciones, sus tradiciones. Éstas, han perdido su
autoridad moral, por tanto, dejan de ser modelos de vida y sentido. Eso era antes.

El hombre actual se ha destradicionalizado. Ha perdido la memoria histórica, se dice que


tiene amnesia cultural, pero no por desconocimiento, sino porque ya no las necesita. A su
vez, si las conoce las tiene como algo del pasado, sin capacidad de orientación actualizadora.

La tradición ya no tiene fuerza orientadora. Y esto tiene consecuencias muy serias, pues, la
socialización se hace más difícil. Perder las raíces de la vida implica volver a explicar y
razonar todo. Los procesos de crecimiento se hacen más lentos; la asimilación de las verdades
cuesta más. Para avanzar, será necesario un mayor acompañamiento y paciencia de parte de
los educadores.

Desde lo religioso decimos que la presentación de la fe a los hombres de hoy, no se deberá


hacer como una tradición del pasado, como algo caduco y sin fuerza, sino como una
interpelación a su vida y respuesta a los grandes interrogantes de la existencia.

Un hombre que vive de sensaciones a flor de piel

La sociedad de hoy es una sociedad de sensaciones. No tanto de vivencias. A esto han


contribuido de manera preferente, los medios de comunicación social.

Parece no haber tiempo para pensar; o peor, parece ser malo pensar. Se ha dejado de lado la
reflexión y ahora, es todo cuestión de sentir, placer, experimentar. Predomina lo estético.
Esto hace que todo se vuelva trivial, banal, superficial.

¿Acaso se ha perdido la razón de vivir?. ¿O la razón de vivir es el goce llano de sensaciones, de


lo fácil, lo inmediato, lo gratificante?.

Un hombre globalizado por los mass-media y consumista

La globalización se ha polarizado desde lo económico y el mercantilismo. Pero también la


globalización es cultural, favorecido por los mass-media.

El hombre, parte de este sistema económico globalizador, ya no es persona, es objeto. Todo


es, tanto en cuanto, se ha parte del mercado. ¿Qué es el hombre, hoy?. ¿Tiene identidad?. Los
medios de comunicación social a través del efecto distancia a uniformado culturas, estilos de
vida, etcétera.

Esto ha hecho que el hombre sea objeto de consumo. No importa la persona. Es un sistema,
que desde el mercado y lo económico, deshumaniza. ¿Cabe la esperanza para el hombre de
hoy?. Es difícil. El hombre, su persona, está resquebrajado.
Un hombre incapaz de trascender y trascenderse

Lo inmediato, lo presente, son garras que incapacitan al hombre en su trascendencia. Por lo


que decíamos en el apartado anterior, el hombre es incapaz de dar el salto hacia "algo más" y
desprenderse de las seguridades inmediatas, materiales.

Carece de todo, no ve el pasado, no reflexiona el presente; el futuro se le complica, no le


interesa.

El aspecto consumista de su vida impide la trascendencia. De esta manera se limita más de lo


que ya es.

Cree en lo que ve y da seguridad y la dimensión de apertura al misterio se trunca. La fe y el


misterio no se ve ni se palpa; se empobrece.

Desde lo religioso habrá que ofrecer una alternativa de pensar y reflexionar; parar para
replantearse la vida.

Un hombre individualista y subjetivista

El hombre luego de haberse sentido atado a la tradición, la autoridad, las costumbres


heredadas, a sentido en la necesidad de replegarse y encerrarse en sí mismo. El hombre de la
modernidad y, más todavía, de la posmodernidad, avanza hoy por los caminos de la libertad
individual; es la exaltación de lo que se denomina “laissez-faire”. Se quiere poner fin a los
tabúes desencadenando este proceso de libertad individual.

La libertad individual, quizá, haya sido promovida por el deseo consciente de dignidad como
persona humana. El nombre de esta dignidad tal vez se haya llegado a una libertad
individualista.

Desde lo religioso descubrimos como la fe -heredada del pasado, tradición- es obstáculo para
libertad. Hoy, el hombre elige creer o no creer, llegando incluso a creer a su modo y manera.
La fe (institución religiosa que determinaba las creencias y el modo de creer), es elegida o no
por el hombre. Hoy se da un proceso de desinstitucionalización de los patrones tradicionales
religiosos. La desvinculación del hombre de la institución es cada vez más notoria.

Junto al individualismo el hombre es cada vez más subjetivista. Se habla desde el “yo”; es un
“yo” que crece y se expande cada vez más. Son "mis ideas", "mis gustos", etcétera. Esto da
lugar a en cerrarse cada vez más, a aislarse de los demás.

La condición verdadera de autonomía del hombre pero siempre en relación con los demás, se
ha confundido con el individualismo subjetivista. La fe tendrá que tocar la subjetividad del
hombre actual y compartir las en experiencia personal haciendo descubrir la dimensión
relacional de la vida y el valor de compartir la vida y la fe
Análisis de la situación actual del
hombre y la sociedad
En nuestros días, el género humano, admirado de sus propios descubrimientos y de su
poder, se formula con frecuencia preguntas angustiosas sobre la evolución presente del
mundo, sobre el puesto y la misión del hombre en el universo, sobre el sentido de sus
esfuerzos individuales y colectivos, sobre el destino último de las cosas y de la
humanidad.
Es necesario por ello conocer y comprender el mundo en que vivimos, sus esperanzas,
sus aspiraciones y el sesgo dramático que con frecuencia le caracteriza. He aquí algunos
rasgos característicos del mundo moderno.
El género humano se haya hoy en un período nuevo de su historia, caracterizado por
cambios profundos y acelerados, que progresivamente se extienden al universo entero.
Los provoca el hombre con su inteligencia y su dinamismo creador; pero recaen luego
sobre el hombre, sobre sus juicios y deseos individuales y colectivos, sobre sus modos
de pensar y sobre su comportamiento para con las realidades y los hombres con quienes
convive. Tal es así esto, que se puede hablar de una verdadera metamorfosis social y
cultural, que redunda también en la vida religiosa.
Como ocurre en toda crisis de crecimiento, esta transformación trae consigo no leves
dificultades. Así, mientras amplia extraordinariamente su poder, no siempre consigue
someterlo a su servicio. Quiere conocer con profundidad creciente su intimidad
espiritual, y con frecuencia se siente más incierto que nunca de sí mismo. Descubre
paulatinamente las leyes de la vida social, y duda sobre la orientación que a ésta se debe
dar.
Jamás el género humano tuvo a su disposición tantas riquezas, tantas posibilidades,
tanto poder económico. Y, sin embargo, una gran parte de la humanidad sufre hambre y
miseria y son muchedumbre los que no saben leer ni escribir. Nunca ha tenido el
hombre un sentido tan agudo de su libertad, y entretanto surgen nuevas formas de
esclavitud social y psicológica. Mientras el mundo siente con viveza su propia unidad
interdependencia en ineludible solidaridad, se ve, sin embargo, gravísimamente dividido
por la presencia de fuerzas contrapuestas. Persisten, en efecto, todavía agudas tensiones
políticas, sociales económicas, raciales e ideológicas, y ni siquiera falta el peligro de
una guerra que amenaza con destruirlo todo. Se aumenta la comunicación de las ideas;
sin embargo, aun las palabras definidoras de los conceptos más fundamentales revisten
sentidos harto diversos en las distintas ideologías. Por último, se busca con insistencia
un orden temporal más perfecto, sin que avance paralelamente el mejoramiento de los
espíritus.
Afectados por la compleja situación, muchos de nuestros contemporáneos difícilmente
llegan a conocer los valores permanentes y a compaginarlos con exactitud al mismo
tiempo con los nuevos descubrimientos. La inquietud los atormenta, y se preguntan,
entre angustias y esperanzas, sobre la actual evolución del mundo. El curso de la
historia presente es un desafío al hombre que le obliga a responder.
La turbación actual de los espíritus y la trasformación de las condiciones de vida están
vinculadas a una revolución global más amplia, que da creciente importancia, en la
formación, en la formación del pensamiento, a las ciencias matemáticas y naturales y a
las que tratan del propio hombre; y, en el orden práctico, a la técnica y a las ciencias de
ella derivadas. El espíritu científico modifica profundamente el ambiente cultural y las
maneras de pensar. La técnica con sus avances está transformando la faz de la tierra e
intenta ya la conquista de los espacios interplanetarios.
El Fracaso de la Iglesia Cristiana
En la tierra, el Cristianismo está supuesto a ser el representante
de Jesús el cual enseñó acerca del amor, del perdón, del sacrificio,
de la unidad y la humildad. Aún cuando esto pueda ser cierto en
muchas cosas, el Cristianismo ha demostrado una habilidad para
pasar por alto muchas de sus virtudes manifestadas y ha permitido
que la fragmentación denominacional la debilite.
Desafortunadamente y debido al “perfeccionamiento” de las
doctrinas no esenciales, un deseo por estar cómoda y un
incremento en la apatía, ha permitido que la iglesia en Estados
Unidos y en otros países del mundo se vuelva débil, pasando
mucho tiempo en sutilezas. Con demasiada frecuencia los
Cristianos se esconden en iglesias diseñadas para hacerlos
sentirse cómodos y seguros. Y mientras que el mundo se va al
infierno nosotros jugamos el “juego de la religión” fragmentando y
abandonando el propio sacrificio por la comodidad.

No quiero decir que la pureza doctrinal no sea importante;


definitivamente si lo es. Sin un adecuado entendimiento de quien
es Dios, de lo que ha hecho y de lo que nosotros debemos hacer
estaríamos condenados. Nuestra salvación depende de quién es
Jesús y lo que Él hizo es la razón por la que necesitamos conocer
la verdad. Por lo tanto, como Cristianos, debemos separarnos de
las doctrinas falsas que hacen impotente la verdad salvadora del
sacrificio de Jesús. Debemos separarnos de los falsos maestros y
las falsas doctrinas; no separarnos de nosotros mismos. En las
doctrinas no esenciales necesitamos permanecer unidos tanto
como sea posible para así poder pelear contra los enemigos del
evangelio; no pelearnos entre nosotros los Cristianos. Reconozco
que las denominaciones, en un grado pequeño, son necesarias y no
dejarán de existir. Pero la comodidad y la “pureza doctrinal” le han
robado a la Iglesia mucho de su poder. Mientras que los Cristianos
al inicio de la Iglesia contaban con Dios para cada una de sus
necesidades, hoy, las iglesias con comodidades materiales y sin
necesidad de bajar del automóvil nos han convertido en personas
satisfechas con nosotros mismos e indolentes al llamado de Dios
para hacer discípulos en cada nación. Estamos cómodos en
Estados Unidos donde tenemos lo mejor de todo y solo tenemos
que colocar en crédito nuestras demandas caprichosas y por lo
tanto evitar la dependencia en Dios para nuestras necesidades;
esto hace la fe en Dios menos necesaria. Hemos sido distraídos y
la iglesia está mostrando signos de apatía. Tenemos nuestras
máquinas de video, aires acondicionados, controles remotos y
comida rápida. Contamos con iglesias con aire acondicionado
central, excelentes sistemas de sonido, predicadores bien
vestidos, asientos lujosos y cómodos y coros bien entonados,
pianos, órganos y lo último en instrumentos musicales. Somos
bendecidos con comités, planes y dinero. De hecho, tenemos
tantas iglesias que se nos garantiza que podemos encontrar una
que convenga a cualquiera de nuestros caprichos o preferencias y
con demasiada frecuencia los mensajes son tan agradables que no
hacen que nuestros corazones se duelan por el perdido o por
nuestro Señor.

La medicina de la pureza doctrinal puede convertirse en una plaga


cuando ésta divide innecesariamente eso que la sangre de Cristo
ha hecho santo. Nosotros debemos tener cuidado en no sacrificar
a las personas en el altar de la pureza doctrinal cuando las
doctrinas son tan simples como el estilo de la música, lo que
debemos o no vestir, si debemos o no usar maquillaje, etc. No
debemos educadamente y amorosamente expulsar a los miembros
creyentes de nuestras iglesias y bendecirlos en su salida porque
bautizamos por inmersión o no, hablan o no en lenguas, o creen o
no en la pre tribulación, etc. Por el dolor y la confusión, muchos
Cristianos heridos deambulan por el paisaje espiritual buscando un
refugio seguro solo para caer presas de falsos maestros o por el
llamado seductor del mundo. Si, necesitamos pureza doctrinal y tal
vez aún debamos morir por ésta algún día, pero vale la pena morir
por la pureza doctrinal en las doctrinas básicas fundamentales, no
en las esenciales. Las confesiones y los credos no son nuestro pan
ni vino. No deberíamos sacrificar la bendición de la unidad por los
pequeños detalles de la pureza. Pero alguien diría: “Estas
doctrinas son importantes y nuestra iglesia tiene la verdad.” Tal
vez, Pero Jesús dijo que el mundo sabría que somos Sus discípulos
por el amor que nos tendríamos entre nosotros, no por la pureza de
nuestra doctrina.

¿Y qué ve el mundo en todo esto? ¿Ve a una iglesia visible llena de


sacrificio, de amor? O ¿llena de personas que se consideran a sí
mismas más importantes que ellos mismos? No. El mundo ve
refinados evangelistas en la televisión perfectamente bien
peinados y sonrisas atrayendo sobre sí los ojos de miles de
personas crédulas mientras que preguntan por dinero y nuevos
“pactos” que también involucran el dinero de los crédulos
Cristianos. También ve la hipocresía de la rectitud moral
proclamada orgullosamente ante el mundo y contradiciéndose por
los hechos. El mundo ve una iglesia fragmentada por las
denominaciones que no pueden siquiera limpiar su propia casa.

Y lo que es más, la iglesia ha detenido su proclamación contra el


pecado empezando a creer la mentira de que es débil e impotente
para detener el momento de decaimiento social. La iglesia no tiene
nada que decir cuando enfrenta la inmoralidad y tropieza en vez de
mantenerse de pie contra el pecado.

¿Cuáles son las consecuencias de esto?

Vemos el surgir de los cultos como el Mormonismo y los Testigos


de Jehová los cuales tienen millones de seguidores fieles y
constantes que van puerta a puerta regando sus doctrinas
condenatorias. ¿Dónde están los Cristianos que se oponen a
éstas? ¿Dónde está la iglesia? ¿Está apoyando los esfuerzos para
detener este reguero de mentiras? ¿Está unida detrás de una
causa común? ¡No! Le deja el trabajo al cansado y al pequeño el
cual tiene una carga que le quema el corazón y que gasta sus
esfuerzos muchas veces en una batalla constante y frustrante por
la verdad. La iglesia como recompensa, le da palmaditas en la
espalda y le dice: “Dios bendice. Vaya en paz.” Pero deja a los
guerreros reducidos para que se valgan por sí mismos.

Vemos las consecuencias en el sistema educacional con el


aumento de la filosofía humanista. Agendas puramente seculares
en lo moral, en lo político y social están siendo enseñadas a nivel
escolar. La homosexualidad, el relativismo, el “saneamiento” de los
valores y la “limpieza ética” están “limpiando” y “aclarando” la
mente de los jóvenes en contra de los valores Cristianos. Los niños
se sientan y escuchan toda esta basura mientras vamos a la
iglesia y discutimos acerca de que himnos cantar en el siguiente
servicio, del órgano y el color de la alfombra. Dios tenga
misericordia de nosotros.

La sociedad no necesita preocuparse con la meditación de nuestra


gente ya que su conciencia no puede tener remordimiento cuando
muchas de las fallas del Cristianismo hablan por sí solas. La
sociedad está siendo muy poco afectada por el evangelio. Lo
secular no necesita estar cauteloso de la iglesia que se sienta
ociosamente con los brazos cruzados y mima a sus miembros sin
animarlos a tomar riesgos por el evangelio.

El mundo secular tiene la libertad para burlarse de la verdad, a


socavar nuestras libertades y clamar más y más convertidos para
sí. Esto es seguro para el Cristianismo, pero, ¿está el Cristianismo
a salvo de esto?

¿Qué debemos hacer?

Primero que todo necesitamos confesar nuestros pecados a


nuestro Señor y arrepentirnos de estos. Necesitamos reconocer
nuestra apatía, orgullo, murmuración y cualquier ídolo de “pureza
doctrinal” los cuales son usados para dividirnos. Necesitamos
renunciar a estos, doblar nuestras rodillas, orar, confesar, perdonar
y así sucesivamente. Necesitamos reconocer que debemos estar
unidos para ser fuertes. Pero debemos hacer esto sin comprometer
el evangelio de la verdad (1 Co 15:1-4; Ro 5:1). El enemigo quiere
vernos fragmentados; Dios quiere vernos unidos.

Segundo, necesitamos reconocer la Gran Comisión como algo más


que una recomendación de Jesús. Ésta no es una opción; es un
mandamiento. Jesús dijo: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas
las naciones…” (Mt 28:19). ¿Estamos siendo pescadores de
hombres o sólo somos guardas del acuario? ¿Estamos siendo
obedientes o estamos cómodos?

Tercero, necesitamos trabajar juntos tanto como sea posible para


llevar el evangelio de la verdad al perdido. Esto requerirá sacrificio,
oración, humildad y riesgo. No podemos fácilmente deshacernos
de la gran fragmentación del cuerpo de Cristo pero si podemos
cruzar los limites denominacionales enfocándonos en lo que nos
une en la fe: Jesús es Dios en carne (La Trinidad), la salvación es
por gracia y sólo a través de la fe, la expiación y el perdón de los
pecados por el derramamiento de la sangre de Jesús. Necesitamos
mirar los fundamentos esenciales de la doctrina y dejar que el
evangelio de Dios cambie el corazón de las personas.

Cuarto, necesitamos usar cualquiera de los dones que el Señor nos


ha dado para aumentar Su reino. Ya sea orando por el perdido y/o
por los obreros en Cristo, ayudando al sostenimiento económico,
enseñando al cuerpo, haciendo trabajos de administración o
cualquier don que Usted tenga úselo para la gloria de Dios.
Ofrézcaselo a Él y pídale que lo bendiga permitiéndole usar sus
dones. Y no tenga temor de fracasar: Él está con Usted.

Conclusión

Dios es un Dios de perdón, amor y poder. Él nos ha perdonado de


nuestros pecados y continúa haciéndolo por Su Gracia maravillosa
(1 Jn 1:9). Él nos ama profundamente y quiere tener comunión con
nosotros y disfrutar nuestra presencia a través de Jesús (1 Co 1:9).
Su evangelio es poderoso, capaz de salvar al perdido de sus
pecados (Ro 1:16) y cambiar este mundo. Ore por la obra de Dios
en su vida y en la vida de otros. Haga un gran esfuerzo para
sostener y esparcir el evangelio. Interceda en oración al Padre por
el bien de la iglesia que predica y por el perdido que necesita
escuchar. Humíllese delante de Dios y de los hombres. No
permanezca cómodo; tome el riesgo: ¡Créale a Dios y hágalo!
PAGANISMO
Tradiciones paganas adoptadas por el
cristianismo
EL DIA DE LOS MUERTOS.

El famoso día de todos los santos recuerda el Samhain Celta. El día en que se abrían las
puertas del mundo subterraneo. Los brujos y espíritus de otros mundos podían pasar a
este en esa fecha, los disfraces de monstruos de los niños simbolizaban la presencia de
estos seres en nuestro plano. Las calabazas cortadas como rostros y adornadas con luces
de velas en su interior es parte del culto a los dioses celtas de la luz, el dios Bran "el
bendito", la personificación en esa tierra del dios Lug, Lucellos, Abraxas. Es la
repetición de tradiciones, como la de colgar un trozo de muérdago, la planta sagrada de
los druidas, en las puertas de las casas para expresar afecto y deseos de buena fortuna,
tal como lo es la tradición de colocar una herradura, la runa Ur, en las puertas de las
casas.

EL HUEVO DE PASCUA.

Esta es una tradición sumeria del dios de la fertilidad aria, el culto al dios Baal, repetida
en forma simbólica a través del conejo ( o liebre en algunos casos) y los huevos, que
representan el renacer, tal como la serpiente que renueva su cuerpo, su cambio de piel.
En la tradición cristiana, estos huevos de chocolate, o simplemente pintados han de ser
buscados por los niños en la mañana del día de resurrección.

EL ARBOL DE NAVIDAD.

El árbol de Navidad, es también una costumbre nórdica que señala el nacimiento o


renacimiento, el despertar de Wotan crucificado 9 días en el fresno Ygdrassil, para
obtener el conocimiento de las runas y ser liberado como un nuevo dios. La tradición
del árbol lleno de dulces también tiene su asidero en tradiciones paganas, el de dar
alimento a los duendes y seres espirituales que visitan la casa, es la comunidad del
hombre pagano con su espiritualidad, con su lado divino.
La adoración a los árboles, que era común entre los Europeos paganos, perduró después
de la conversión de estos al cristianismo en las costumbres escandinavas de adornar la
casa y el granero con plantas de hoja perenne en año nuevo para ahuyentar al demonio,
y de poner un árbol para las aves durante la época de Navidad, al igual que la costumbre
norteña, poco extendida hacia el extremo sur de América, del beso bajo el muérdago,
planta sagrada de los druidas.

25 DE DICIEMBRE.

La mayoría de los eruditos concuerdan en que la Iglesia católica fijó el 25 de diciembre


como la fecha del nacimiento de Cristo, más por razones sociales que por asunto de fe,
pues tal como hemos señalado esa fecha correspondía a la festividad pagana romana que
honraba el nacimiento del sol. La Iglesia católica adoptó el criterio de que era apropiado
perpetuar una festividad cuyo propósito era honrar el nacimiento de Xristo. Por lo tanto,
en el concilio de Tours, celebrado el 567 D.C. "Se proclamó que los 12 días
comprendidos entre Navidad y la Epifanía constituían una época festiva sagrada".
LOS COLORES DEL TRAJE DE SANTA CLAUS

Los colores del traje de Santa Claus son nuevos, anteriormente el color de su traje era el
Verde, color que simbolizaba la esperanza de resurrección de la naturaleza. (Antes eran
como los del anuncio de Amena de esta Navidad pasada).
Santa Claus, Papa Noel, el Espíritu de la Navidad y otros muchos nombres hacen
alusión a una leyenda común importada. La tradición del espíritu de la Navidad es de
origen nórdico, pero muy influyente también en las celebraciones latinas. Niños,
jóvenes y adultos realizan diferentes ritos antes del 21 de diciembre, con el objeto de dar
gracias por las bendiciones que han recibido a lo largo del año y también para pedir
nuevos deseos.

EL HALO DE LOS SANTOS.

La corona luminosa que acompaña los iconos de la cristiandad como los padres de
Xristos, el mismo y los santos es una herencia de la concepción divina de los dioses
dorios del panteón griego, simboliza la perfección, la hermosura y belleza eterna, es por
ello que tradicionalmente Apolo, (nombre simbólico de A-polo. Hiperboreal "de más
allá de los polos" haya tenido en sus esculturas este atributo. El halo de los santos
reemplaza los cuernos de los dioses antiguos, como los cuernos en los cascos del dios
Thor, repiten simbólicamente el símbolo telúrico divino de los antiguos dioses paganos,
al igual que las coronas de los reyes. Es el poder emanado de la divinidad, el legado a
los maestros para la conducción de los hombres en este mundo.
Los frailes utilizan un corte de pelo llamado "tonsurado" que recuerda esta costumbre,
al igual que la corona sobre la cabeza de los reyes, es un símbolo de la divinidad que
procede de Dios.

LOS CULTOS MARIANOS.

Las vírgenes han pasado a representar a las diosas de la antigüedad, la necesidad del
hombre por considerar la existencia de la madre intermediaria y protectora se adaptó
muy bien al concepto cristiano de la madre del Mesías, pura, casta, obediente, laboriosa
y sumisa al momento de enfrentar su destino, la esposa ideal, la madre ideal dentro de la
concepción patriarcal de la sociedad, las madres telúricas de los templarios se
convirtieron en la manifestación de adoración de las milicias, patronas y señoras de
ejércitos y países, como antes lo habían sido las diosas paganas, nuestra señora de Ester,
había sido la diosa germana Easter-Ostara-Astarte, la pascua, la resurrección de la tierra,
la virgen Ana, había sido Diana, la cazadora, o Dannan de Irlanda.

LAS VELAS.

La utilización de velas en las iglesias cristianas, algo tan común en nuestros días, tiene
su nacimiento en la tradición de Wotan. Considerada como una tradición pagana por la
iglesia, por los primeros padres, fue resistida al principio por el emperador Tertuliano
que se opuso a su uso. Lactancio consideró una locura la pagana adoración de las luces.
Pero su permisividad por parte de este emperador posibilitó el uso de las mismas, y su
indisoluble unión hasta la actualidad con la fe cristiana.

LA CONCEPCIÓN DEL FUEGO.


Si leemos la Biblia nos damos cuanta de que en ninguna de sus partes se indica que el
infierno esté compuesto por llamas ardientes. No obstante, a su llegada a Europa, el
cristianismo apreció el valor del fuego como elemento de purificación. Es por ello que
los guerreros europeos quemaban a sus muertos. En el cristianismo ha estado prohibida
la quema de muertos por el tema de la Resurrección al final de los días. El uso del fuego
para purificar almas, en su uso por los cristianos, no es más que una traslación del
hombre de mimbre al que el pueblo inmolaba para anular sus faltas y pecados. Por su
parte, el infierno se configura como un mundo de fuego donde las almas condenadas
purificaran su espíritu.
La noche de San Juan tiene ciertas reminiscencias al uso del fuego en el Ritual del Dios
Loki, en el cual se indica que el sonido de los maderos ardiendo es Loki pegando a sus
hijos. Si en este momento se le pide un deseo a Loki, lo concederá para que no le
molesten en su paliza...

EL RITUAL DEL EXORCISMO.

El tema de la posesión del cuerpo por espíritus malvados no es exclusivo del


cristianismo. Ya en Efeso, ciudad helena, se practicaba este ritual. El sacerdote, decía las
llamadas “Letras Efesias”. Famosas en todo el mundo antíguo, que eran ciertas
combinaciones de letras o palabras, pronunciadas con diversas entonaciones de la voz,
servían para expulsar espíritus malignos.

LA CRUZ.

Nadie pone en duda que Cristo no murió en la Cruz. Tormento usado por los romanos de
forma tardía. Sin embargo la cruz, junto con la svastica son dos de los símbolos más
antiguos de la tradición Indoeuropea. La cruz, en la simbología pagana siempre ha
estado asociada a sentimientos de tormento. Es la señal de la caída de los nefilim en la
tierra, la caída del dios Tyrannus, el tormento del dios Wotan, es signo de la mano del
dios Khrishna, la runa de la vida y la muerte, de la encadenación en este mundo.

LA PERSIGNACIÓN.

Este símbolo ya lo usaban los sacerdotes escandinavos en el ritual del cuerno de la


abundancia. El uso de la cruz sobre la frente de los acólitos hecha por los sacerdotes es
una tradición esenia para despertar el tercer ojo.

LA IMAGEN DEL DIABLO

¿Quién no sabe hoy día que la famosa imagen del diablo corresponde con los sátiros?.
Esos seres con cuernos, patas de cabra y muy lascivos.
Esto nos lleva a comprender que las llamadas brujas del medievo eran meras
sacerdotisas paganas en rituales a estos espíritus del bosque, así como al dios
Cernunnos, Vestus o el Pan Griego. Dioses satanizados por el cristianismo. los Dioses
de las Antiguas religiones pasaron a ser los demonios de la nueva.

EL SEIS DE ENERO.
El 6 de enero era un día consagrado a la Fiesta del solsticio de invierno entre los
egipcios y los árabes. La secta de los "gnósticos", hacia los años 120-140 cristianizó
esta fiesta pagana en honor del sol. En las celebraciones consagradas al sol o dedicadas
a la vegetación se invocaba prosperidad para las personas y los bienes durante el año
entrante. La Iglesia supo asumir gran parte de estos ritos de fertilidad y de expulsión del
invierno y redirigió el culto hacia conmemoraciones cristianas, entre las que destacan
las fechas de San Antón, San Sebastián, Las Candelas y San Blas, momento en el que el
invierno alcanza su punto álgido.

EL LECHON DE NAVIDAD.

En muchos países se sacrificaba un jabalí al dios. Se dice que Adonis, o Tamuz, murió
de la herida causada por el colmillo de un jabalí. Se practicaba entonces el mito popular
de la diosa Diana, la cazadora, gran madre de los dioses, de matar un jabalí y quitarle la
cabeza como símbolo de éxito en la cacería. Esta es la razón por la que aun en muchos
países es tradición comer marrano en Navidad.
Restaurando la
Iglesia Primitiva
viernes, 21 de diciembre de 2012

Tradiciones evangélicas V. El gobierno de la iglesia.

La mayoría de las iglesias evangélicas, están presididas por un sólo pastor, que es ayudado
por un consejo, formado por "diáconos" y "ancianos". Podríamos decir, que poseen una
organización más o menos piramidal, en la base estarían los creyentes "normales", quiero
decir, los que no tienen ningún cargo, por encima de ellos los diáconos, más centrados en los
asuntos materiales de mantenimiento, obra social, etc... A continuación los ancianos
colaborando en la enseñanza y en la dirección espiritual con el pastor, quien tendría la última
palabra y la máxima autoridad en el gobierno de la iglesia.

Dependiendo de lo autoritario o dialogante que sea éste último, o de la "pastor-


dependencia" que tenga el consejo, éste tendrá más o menos poder de decisión, en los
asuntos a tratar.

Hay pastores que, sabiamente, gustan de tomar las decisiones en unanimidad con el
consejo y hay otros a los que podíamos llamar tipo "Juan palomo" (yo me lo guiso y yo me lo
como), que utilizan a los miembros del consejo como meros subordinados que le ayudan en su
"visión" particular de cómo debe funcionar "su" iglesia.

También he oído acerca de pastores que hacen de todo en la iglesia, no por un especial
ánimo de control total, sino por la pasividad de la congregación. En este punto, y antes de
continuar, quiero expresar mi reconocimiento y admiración por tantos pastores que a lo largo de
los siglos han predicado con denuedo el evangelio y han servido a Dios y a los demás con
amor. Hombres de valor que dieron, y dan, lo mejor de sí, por amor al Señor. Sobre todo, creo
que merecen un reconocimiento especial aquellos pastores que ejercen su ministerio en países
donde el evangelio está perseguido, me parecen auténticos "guerreros" de la fe. También
quiero decirle a mis amigos pastores, que este comentario no es una crítica a su buena labor,
sino una reflexión acerca de cómo era la organización de la iglesia primitiva, y cómo pienso,
personalmente, que deberíamos organizarnos, para acercarnos más al modelo bíblico.

Porque, como sabéis, este blog trata de reconocer los tiempos proféticos de restauración
que vivimos, y en este asunto del gobierno de la iglesia, también es preciso echar la vista atrás,
al principio, para ver como fue establecida la organización de las primeras asambleas. De esa
vista, podemos sacar las siguientes conclusiones:

1.-Las palabras anciano, obispo (supervisor) y pastor definen al mismo cargo. Hechos 20: 17 y
28, Tito 1:5-9, 1ª Pedro 5:1-4

2.- Se establecían ancianos en plural en cada congregación, no encontramos ninguna


congregación que estuviera dirigida por un solo pastor. Por lo tanto, el sistema uni-pastoral no
está recogido en las Escrituras. Hechos 11:29-30, 14:23, 15:4,22,23, Santiago 5:14, Filipenses
1:1, 1 Timoteo 4:14

3.- Tan sólo encontramos dos categorías, en cuanto al gobierno de las asambleas en el Nuevo
Testamento; diáconos y ancianos, por lo que bíblicamente no se justifica que cuando se eligen
los consejos en la iglesia, hayamos creado tres (diacono-anciano-pastor).
4.- Se animaba, a todos los miembros de la congregación, a participar activamente en la
enseñanza y edificación de los demás. 1ª Corintios 14:26. Por lo que los cultos eran abiertos y
participativos, aunque también se encuentran textos que muestran que Pablo exhortaba y daba
sermones. Pero mi impresión particular es que hemos cambiado lo normal por lo especial, es
decir, los cultos del Nuevo Testamento serían similares a los pocos cultos de libre compartir que
hoy se dan en las iglesias, y los especiales de un sermón largo entonces, son los que ahora
realizamos habitualmente.

Entonces, ¿de donde viene la costumbre de elegir a un pastor?, pues al igual que en otros
asuntos tenemos que decir, que la reforma no rompió totalmente con la organización de la
iglesia apóstata, sí condenó por supuesto el papado y el falso sacerdocio, pero de alguna forma
sustituyó la figura del sacerdote católico por la de pastor. Y es que las desviaciones en este
asunto comenzaron mucho atrás, tras la desaparición de los apóstoles, y la dispersión de la
iglesia judeocristiana, cuando poco a poco se fue complicando la sencilla organización de la
iglesia primitiva.

¿Qué consecuencias puede tener para una congregación, el estar gobernada por un sólo
pastor? Hay iglesias con un solo pastor que funcionan bastante bien y otras presididas por un
consejo de ancianos que no lo van tanto, y al contrario, porque si no nos sometemos unos a
otros, da igual el modelo que tengamos, la cosa no irá bien, y las Escrituras nos muestran la
importancia de reconocer a los que nos presiden. Pero en mi opinión personal, las iglesias
presididas en última instancia, por un solo responsable, pueden tener los siguientes
problemas:

- Al estar monopolizada la enseñanza en un 80 % o más por una sola persona, los demás
miembros, pueden delegar en ella su propia responsabilidad de escudriñar por sí mismos las
Escrituras, dejando su sustento espiritual en manos de un "profesional". Esto provoca que los
miembros de la congregación mantengan un conocimiento básico y superficial de las Escrituras
durante muchos años.
- Por otro lado, el pastor puede llegar a pensar, fácil e involuntariamente, que su palabra
tiene, si no más valor, más "peso" que la de los demás hermanos.
- El pastor puede cargarse, incluso, con más responsabilidades de las que debiera,con el
desgaste psicológico que esto le conlleva, pues en su afán de ayudar y de ser el líder espiritual,
puede sentirse frustrado cuando "sus ovejas" no le piden consejo, en asuntos que más bien se
encuadran dentro del ámbito privado. Quiero decir que, aunque por supuesto, es buenísimo
pedir consejo a alguien instruido firmemente en las Escrituras, el pastor no es "un confesor" y
los miembros no tienen la obligación de consultárselo todo.
- Personalmente pienso que se abusa del término "mi pastor", al referirse al responsable de
la congregación, expresiones tipo "hoy no está nuestro pastor", cuando éste está de viaje, o
enfermo. Creo, que al igual que no debemos llamar Padre a nadie en la tierra, y de la misma
forma que Uno es Nuestro Maestro, debemos tener cuidado al usar la expresión "Mi
Pastor" (esto es solo una opinión personal).
- Iglesias con muchos años en el Señor, cuyos miembros ya deberían tener la suficiente
madurez, no se plantean ni siquiera el hecho de poder organizarse de forma autónoma y
reclaman la presencia de algún pastor o misionero, un profesional que les guíe. E, incluso, es
común el hecho de llamar a un pastor "ordenado" para repartir la santa cena, lo cual es algo
totalmente inventado.
¿Entonces, cómo deberían organizarse las iglesias, para acercarse un poco más al modelo
bíblico?

En mi opinión particular, las iglesias deberían estar gobernadas por un equipo, compuesto
por dos o tres ancianos como mínimo y varios diáconos (lo cual no quita que alguno de esos
ancianos cobre un sueldo -si la iglesia tiene capacidad para ello- por dedicar más tiempo a la
enseñanza, visitación, etc.. pero siempre en igualdad con los demás ancianos, es decir que el
hecho de cobrar no signifique un reconocimiento superior respecto a los que no lo hagan). Este
grupo debería convocar asambleas periódicamente, bien con el conjunto de los miembros de la
iglesia, bien con los padres o representantes de las familias u otra fórmula, que posibilitara
conocer la opinión del resto de los hermanos, antes de tomar decisiones importantes, que no
se encuadraran en asuntos de índole privado.

Se fomentaría la participación activa de los miembros de la congregación en la investigación


y enseñanza de las Escrituras, y se reduciría el tiempo de los mensajes "formales". Y, en
relación a los temas tratados en entradas anteriores, en cuanto a las ofrendas, aparte de no
imponer el diezmo, se establecería como prioridad en ellas, la ayuda a los necesitados y la
propagación del evangelio, se celebraría la santa cena como lo que es "una cena" de
convivencia en la que se participaría del pan "sin levadura" y del vino.

Se volvería a reconocer al sábado como el auténtico día de reposo, quiero decir, aunque nos
reunamos en domingo, debemos entender que el cuarto mandamiento sigue vigente, al igual
que el resto -aunque la obligación de guardar reposo está establecida sólo para el pueblo
judío-. Y se enseñaría la verdad bíblica acerca de la navidad, la semana santa, a través del
estudio de las fiestas sagradas, recuperando las raíces hebreas de nuestra fe y desechando la
influencia del paganismo, no hablo en absoluto de judaizarnos, pues los gentiles no estamos
obligados a guardar dichas fiestas, pero sí podemos aprender mucho de ellas, y podemos
aprovechar que después de dos mil años, de nuevo hay hermanos que nos pueden instruir en
este tema.

Se haría especial hincapié en el estudio de los tiempos proféticos que vivimos, para
reconocerlos y estar preparados ante lo que tiene que venir. Además, cualquier miembro de la
congregación podría aspirar a ser anciano de la misma, sin que hiciera falta ninguna
"ordenación" especial -como exigen en muchas iglesias-, sino tan sólo un buen testimonio
delante de Dios y de los hombres, cumpliendo los requisitos bíblicos y un buen conocimiento de
las Escrituras.

No sé si hoy día habrá alguna iglesia que se organice del modo antes descrito, y entiendo
que para muchos esto puede ser una revolución. La verdad es que tras un profundo estudio de
las Escrituras, de la historia de la iglesia, y de la doctrina de los nuevos judíos que creen en el
Mesías, mi enfoque a la hora de acercarme a los evangelios, al Nuevo Testamento, ha
cambiado, y me he sentido edificado por ello. Entiendo que a algunos hermanos lo que he
compartido en estas entradas puede causarle cierta inquietud, no es mi propósito, ni tampoco
crear ningún tipo de malestar o división. Si eres responsable de una congregación y te sientes
cómodo en no cambiar nada de lo que te han enseñado, te respeto, pero, si después de
analizar lo que he compartido, piensas como yo, te animo a que seas valiente y reconozcas
que algunas de nuestras tradiciones no son bíblicas, y que, por lo tanto, deberíamos de hacer
algo al respecto. Es por todo lo que he compartido en estas entradas, por lo que creo, que
mientras más se acerque el día del Señor, más voces se levantarán en la iglesia, pidiendo la
restauración de la iglesia primitiva, en todos estos asuntos.http://www.youtube.com/watch?
v=Hhw0QtSm5Rw&feature=share
EL DIA DEL AMOR
Pues sí, creo que me he enterado de la verdadera historia de San Valentín y
la costumbre de mandar mensajes a las personas que amas. Y debo
rectificar porque la historia que conté anteriormente difiere mucho de la
que he hallado, que me parece más completa. Al final es lo mismo, la
Iglesia adopta como propias las tradiciones de las culturas paganas
(romanas, etc...) donde se aceptó como religión. Y la celebración de San
Valentín no es otra que la fiesta de finales del invierno en honor del dios
Lupercus para celebrar la fertilidad de la primavera que está por venir. En
ese día los adolescentes romanos realizaban un sorteo mediante el cual cada
chico elegía el nombre de una compañera que se convertiría en su
compañera de diversión durante un año. Eso incluía todo tipo de
diversión...
La Iglesia sustituyó esa fiesta de desenfreno por la de San Valentín, patrón
de los enamorados. Eso sí, conservó la costumbre del sorteo, aunque
escogían el nombre de un santo, al que debían imitar el resto del año. A
regañadientes los adolescentes aceptaron el cambio impuesto por la Iglesia
pero no renunciaron a la tradición de enviar cartas de amor cada 14 de
febrero a las chicas que querían conquistar, y firmaban con el pseudónimo
de San Valentín.

Con respecto a la existencia de San Valentín y su historia hay varias


versiones:

1. La que os conté. Una boda entre dos personas de distinta religión.

2. El emperador Claudio III en el año 270 dC, ordenó que los jóvenes
no se casaran ya que cuando eran reclutados como soldados para
defender un imperio, que se desmoronaba, los solteros eran mejor
soldados que los casados por no estar ligados emocionalmente a
ninguna familia. Valentín, obispo de Roma, se niega y casa a los
enamorados en secreto. El emperador Claudio se entera y lo manda
detener y finalmente ordena que lo decapiten el día 14 de febrero.

3. Valentín es encerrado y el carcelero le pide que dé clases a su hija


Julia, que era ciega de nacimiento. Tras varias lecciones y horas
juntos, Valentín y Julia se enamoran de tal manera que ella recupera
la vista milagrosamente. La víspera de la ejecución envía una nota de
despedida a su enamorada en la que firma como "de tu enamorado,...
Valentín". Dicen que de ahí viene la tradición de enviar cartas.

Es decir, las fiestas cristianas siguen siendo las fiestas romanas


enmascaradas. Navidad = nacimiento de Cristo es el Solsticio de Invierno,
Asunción= la virgen va al cielo es el solsticio de verano, Halloween-
TodoslosSantos = equinocio de invierno, SanJuan = equinocio de verano, y
así un largo etcétera.

En fin, cuanto más investigamos pasamos de un Valentín mártir a un


Valentín humano y enamorado y por último a un dios romano de la
fertilidad. ¿Qué nos ha quedado? De la tradición de enviar cartas de amor
se ha pasado a la tradición de hacer regalos, que el amor sin regalo es
menos amor....

Sólo deseo que paseis un sábado de amor y en vez de regalar cosas caras,
regalad besos, sonrisas y abrazos (son más baratos y demuestran un amor
más auténtico). Ciao, yo también os quiero.
“HALLOWEEN; NOCHE DE BRUJAS”
Texto: Deuteronomio 18:9-14.
Efesios 5:11.
*Cuando Israel entro en Canaán, Dios les prohibió estrictamente a los
judíos imitar las costumbres paganas de aquellas naciones que llevaban
milenios enraizadas a todo tipo de prácticas ocultistas y satánicas. Estos
versículos contienen una lista de las practicas de magia y ocultismo
comunes en las regiones de Canaán; todas abominables a Dios, y que el
prohibía. Esta lista incluye médium espiritistas o cualquiera que invoque a
los muertos o consulte al mundo de los espíritus (los demonios) a fin de
descubrir secretos, predecir el futuro u obtener poder. La comunicación con
los muertos es en realidad una comunicación con los mismos demonios (1ª
Samuel 28:8-14, 2ª Reyes 21:6, Isaías 8:19). La Biblia es enfática en
señalar que solo se muere una sola vez (Hebreos 9:27) y que no existe
ningún paso para que los muertos vengan hacia este mundo (Lucas 16:19-
31), por tanto al contactarse con los difuntos se está relacionando con los
poderes más bajos y oscuros del infierno.
*Pablo en Efesios 5:11 nos aconseja a no participar (relacionarse, estar de
acuerdo, unirse, afiliarse, etc.) en las obras infructuosas de las tinieblas,
sino mas bien reprenderlas (descubrirlas, encararlas, apartarlas, etc.)
nuestra actitud frente a la famosa, hoy popular y redescubierta “noche de
halloween”, es censurarla, ponerla al descubierto y pronunciarse contra
ella. ¿Qué halloween?, se llama “la noche de halloween”, “fiesta de
halloween”, “festival de la muerte”, “día de los muertos”, “noche de
brujas”, etc. Esta inocente “fiesta” o “dulce travesura” como le llaman sus
defensores y gestores es simplemente una terrible, descarada y sutil trampa
del diablo para engañar, embaucar, atrapar y ligar a él y su poder infernal a
millones de seres humanos, y lo que es peor a cientos de niños que verán
como lo más normal del mundo la muerte y se asociaran con calaveras,
duendes, sangre, magia, brujas, gatos negros, fantasmas, demonios y
demases. Despreciando a Dios, su amor, su justicia y su santa palabra en
honor a “la diversión sana y entretenida”.
*Origen de Halloween= cerca de 300 años A.C. existió una civilización
llamada los celtas quienes habitaban en las islas británicas, Irlandia,
Escandinavia y al oeste de Europa. Esta ciudad celebraba el año nuevo de
Octubre o 1º de Noviembre día que marcaba el final del verano y el inicio
del frio invierno, era una época del año asociada a los muertos. Los celtas
creían que en la noche anterior al año nuevo la frontera entre los vivos y el
mundo de los muertos se rompía, la noche del 31 de Octubre los espíritus
de los muertos volvían a la tierra y se comunicaban con sus familiares
vivos, esta celebración se le llamaba “el festival de la muerte” en honor a
su Dios Shmahin (Dios de la muerte) el “Señor de los muertos”, también
llamado “Beltran Samahin”. ¿Quién es el ser que está relacionado
directamente con la muerte?; pues, Satanás, quien otro (Juan 10:10,
Apocalipsis 6:8).
*Los celtas estaban dominados e influenciados por una poderosa secta de
sacerdotes paganos o sociedad secreta, llamados los druidas, quienes
practicaban la brujería y además ofrecían sacrificios humanos a sus dioses.
Ellos acostumbraban a encender grandes fogatas en halloween con el
objetivo de protegerse de los malos espíritus. Estos sacerdotes iban de casa
en casa exigiendo toda clase de alimentos extraños para su propio consumo
y los animales que la gente les obsequiaba los sacrificaban a sus dioses.
Ellos llevaban consigo un gran nabo hueco (turnip) formando caras
grotescas en estas calabazas y encendían velas dentro de ellas. Estas
calabazas simbolizaban el espíritu del cual ellos dependían para obtener sus
poderes y conocimientos, el nombre de este espíritu era Jock (jack).
*¿Qué tiene que ver “halloween” con la fiesta de todos los santos?= luego
del nacimiento de I.C.A.R. pasado el año 300 D.C. se lucho con todas las
costumbres paganas que la gente del imperio tenia y se produjo una mezcla
o sincretismo religioso donde a las festividades y fechas paganas se les
quiso dar un carácter “cristiano”. La iglesia no tuvo éxito en erradicar estas
fiestas y decidió “santificar” alguna de ellas, especialmente la fiesta de la
muerte. En el siglo VIII el papa Gregorio cambio la fecha de celebración
del día de todos los santos del 13 mayo al 1º de Noviembre. Esta fiesta se
llamaba “all Hallowmass” y que quería decir “día de todos los santos”, “all
hallows day” los celtas invocaban espíritus de sus antepasados muertos que
circulaban en la tierra. Esto se cree y se celebra hasta el día de hoy, esta
tradición se trajo desde Europa Norteamérica en los siglos XVII y XIX y
ahora se ha popularizado fuertemente en el sur de América.
*“Halloween hoy; noche de brujas”= toda esta celebración nos comunica a
los seres humanos con lo diabólico, oscuro, frio, lúgubre, muerte, satánico,
infernal. Se fomenta la adivinación, el espiritismo, la brujería, la magia, la
muerte y todo lo relacionado con lo satánico. Dios le ordeno a su pueblo
diciendo; “… no seréis agoreros, ni adivinos…” Levítico 19:26. Leer
párrafo I y párrafo II. Cuando los niños se encuentran jugando al
Halloween los satanistas aprovechan para raptar a niños, para matarlos y
ofrecerlos como sacrificios a Satanás. Miles de niños desaparecerán cada
año durante estas fiestas, en los periódicos y en los noticieros se informa de
niños que son envenenados, ahogados e incluso muertos con los dulces y
golosinas que personas extrañas les regalan, ¿acaso a usted le gustaría que
su hijo fuera uno de ellos? Leer párrafo III.
*Para terminar diremos que hemos visto el origen pagano de la fiesta de los
muertos. Dios no permite al hombre celebrar la muerte porque él es un
Dios de vida y desea que con el vivíamos eternamente. Cristo es el pan de
vida, es la resurrección y la vida, es la vida, da vida a los que creen en él y
no es Dios de muertos sino de vivos (San Juan 6:51, San Juan 11:25, San
Juan 14:6, Mateo 12:27, San Juan 5:24). La creación suya, el hombre no
puede homenajear ni rendir culto a la muerte, el creyente vivo celebra a un
Dios vivo que le ha dado ¡Aleluya!; “ahora pues, hijos, oídme,
bienaventurados los que guardan mis caminos atended al consejo, y sed
sabios, y no lo menosprecies. Bienaventurado el hombre que teme me
escucha, velando a mis puertas cada día, aguardando a los postes de mis
puertas. Porque el que me habla, hallara la vida, y alcanzara el favor de
Jehová. Mas el que peca contra mí, defrauda su alma; todos los que me
aborrecen aman la muerte” Proverbios 8:32-36. Amén.
TRADICION
¿Qué es Tradición?

La palabra proviene del latín "traditio". Es aquello que se


transmite, lo transmitido.

Pero indudablemente cuando nosotros hablamos de Tradición lo


hacemos en un sentido más específico, técnico, por cuanto lo
tradicional no es cualquier cosa que es transmitida, sino aquello
que contiene una influencia espiritual; la cual se otorga por
miembros cualificados de una forma tradicional viva (Islam,
Cristianismo, Budhismo, Judaísmo, Hinduismo, etc.). De allí que
sea el adherirse a una tradición (con su exoterismo y con su
esoterismo) uno de los requisitos imprescindibles para obtener
la realización espiritual; hecho que pretenden obviar los
defensores de la New Age, el teosofismo, el neo-gnosticismo, la
antroposofía, el neo-chamanismo, el neo-paganismo, el cuarto
camino, por solo mencionar algunas vías erradas).

El pensamiento tradicional ha sido rescatado y manifestado en


Occidente en el siglo XX de la era cristiana, por el metafísico
francés René Guénon, quien viviera su últimos años en el
Egipto, mostrando la consecuencia de su pensamiento y obra al
abrazar la última tradición revelada, es decir el Islam.

Entre los autores del pensar tradicional, se destacan además de


René Guénon, los siguientes: Martin Lings, Ananda
Coomaraswamy, Titus Burckhardt, Frithjof Schuon, Marco Pallis,
Seyyed Hossein Nasr y Vasile Lovinescu. También recibió ciertas
influencias de este pensamiento, el italiano Julius Evola.

Tradición

Para otros usos de este término, véase tradición (desambiguación).

Tradición es cada uno de aquellos acervos que una población considera dignos de constituirse
como una parte integral de sus usos y costumbres. La tradición suele versar genéricamente sobre
el conocimiento y también sobre principios o fundamentos socio-culturales selectos, que por
estimarlos especialmente valiosos o acertados se pretende se extiendan al común, así
unasgeneraciones los transmitirán a las siguientes a fin de que se conserven y perduren, se
consoliden. También se llama tradición a los patrones que pueden formar idiosincrasias, como las
tradiciones: egipcia, griega, romana, etc. El cambio social altera el conjunto de elementos que
forman parte de la tradición.

También se emplea la locución tradición popular para aludir a los valores, creencias, costumbres y
formas de expresión artística característicos de una comunidad, en especial a aquellos que se
transmiten por vía oral. Lo tradicional coincide así, en gran medida, con la cultura y el folclore o la
«sabiduría popular», como en los refraneros.

Del latín traditĭo, la tradición es el conjunto de bienes culturales que se transmite


de generación en generación dentro de una comunidad. Se trata de
aquellos valores, costumbres y manifestaciones que son conservados socialmente al
ser considerados como valiosos y que se pretenden inculcar a las nuevas
generaciones.

La tradición, por lo tanto, es algo que


se hereda y que forma parte de la identidad. El arte característico de un grupo
social, con su música, sus danzas y sus cuentos, forma parte de lo tradicional, al
igual que la gastronomía y otras cuestiones.
El folklore y aquello que se considera como parte de la sabiduría popular también
pertenecen al campo de la tradición. Es importante destacar que, muchas veces, la tradición
está asociada a lo conservador ya que implica mantener en el tiempo ciertos valores. En este
sentido, aquello que no es tradicional puede ser visto como extraño o rupturista.
Los sociólogos advierten, sin embargo, que la tradición debe ser capaz de renovarse y
actualizarse para mantener su valor y utilidad. Esto quiere decir que una tradición puede
adquirir nuevas expresiones sin perder su esencia.
Por ejemplo: comer un huevo de chocolate en Pascuas o turrón en Navidad, almorzar pastas
los domingos o vestir de negro en señal de luto son algunas tradiciones extendidas en varios
países.
En el ámbito del derecho, la tradición es el acto que consiste en la entrega de una
cosa a una persona física o jurídica. En este sentido, la tradición puede

Lee todo en: Definición de tradición - Qué es, Significado y


Concepto http://definicion.de/tradicion/#ixzz2awHwf3zR
SOLIDARIDAD
La propuesta de solidaridad de Jesús de
Nazaret:
El Buen Samaritano
Jesús PELÁEZ

Aunque la palabra moderna solidaridad no aparece


en los evangelios, éstos pueden considerarse, sin lugar
a dudas, una constante invitación a su práctica, como
expresión de amor universal sin barreras de ningún
tipo.

La palabra más próxima a ésta, porque la supone y


la incluye, es agapê que aparece 116 veces en el Nuevo
Testamento (de las que sólo nueve en los evangelios).
Con ésta se indica en el amor que proviene o tiene por
objeto a Dios, o al hombre en cumplimiento del
precepto divino: “Amarás a Dios... y al prójimo como a
tí mismo”(Lc 10, 27)[1].

El principio de solidaridad se formula claramente


en Mt 7,12. texto denominado “regla de oro”, donde
Jesús resume el Antiguo Testamento con esta frase:
“Todo lo que querríais que hicieran los demás por
vosotros, hacedlo vosotros por ellos, porque eso
significan la Ley y los Profetas”. Jesús invita a ser
solidario, o lo que es igual, a ponerse en el lugar del
otro, como si fuera uno mismo, haciendo con él lo que
uno desearía que le hicieran. Para ello hay que
renunciar al egocentrismo; cada uno ha de considerar
que los demás tienen con él un destino común, y, que,
por tanto, merecen su atención e interés.

Este principio de solidaridad en su formulación


extrema se expresa en el evangelio de Lucas (6, 27-31):
“Ahora bien, a vosotros los que me escucháis os digo:
Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os
odian, bendecid a los que os maldicen, rezad por los
que os maltratan. Al que te pegue en una mejilla,
preséntale también la otra; al que te quite la capa,
déjale también la túnica; a todo el que te pide, dale, y
al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. O sea, tratad
a los demás como queréis que ellos os traten”.

Ésta es la utopía a la que hay que tender: un amor


que no excluye a nadie ni siquiera a enemigos y
agresores; un amor tan solidario del otro que no espera
recompensa alguna y llega hasta la renuncia de los
propios derechos.

Hay que notar, no obstante, que “el ámbito del


amor cristiano va más allá de la solidaridad e incluye
toda relación positiva entre personas: la justicia, la
generosidad, el respeto, la comprensión, la tolerancia,
la ayuda, el afecto y la entrega, que forjan la unidad
entre los seres humanos”[2]. La solidaridad es, por
tanto, una de las manifestaciones del amor que lleva al
cristiano a fundirse o identificarse con el prójimo.

La medida del amor o el amor sin medida

Jesús indica en el evangelio de Juan la medida del


amor solidario: “Este es el mandamiento mío: que os
améis unos a otros igual que yo os he amado”(Jn 15,
12). Con este mandamiento Jesús se propone a sí
mismo como medida e invita a amar como él amó,
hasta el punto de entregar o dejarse quitar el don más
preciado: la vida.

Los que no son cristianos y no tienen por modelo a


Jesús heredarán también el reino practicando la
solidaridad con los pobres y oprimidos, pues Jesús se
ha identificado con ellos: “Venid, benditos de mi Padre;
heredad el reino preparado para vosotros desde la
creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis
de comer, tuve sed y me disteis de beber, estuve
desnudo y me vestisteis, estuve en la cárcel y fuisteis a
verme... Os lo aseguro: Cada vez que lo hicisteis con
uno de esos hermanos míos tan insignificantes lo
hicisteis conmigo” (Mt 25, 34-36. 40).
En el juicio a las naciones paganas de Mateo (mal
denominado “juicio final”), los ángeles de Dios situarán
a unos a la derecha y a otros a la izquierda. Los de la
derecha son los que, por un sentido de solidaridad
humana, no han abandonado a otros en su necesidad
inaplazable; los de la izquierda, los que no se
conmueven ante el dolor y desgracia de sus
semejantes. Los que van a la ruina no han cometido
acciones positivamente injustas; su culpa es de
omisión: no haber mostrado la menor solidaridad con
los desvalidos[3].

De este modo, la antigua enseñanza de “ojo por ojo


y diente por diente” (Ex 21, 4; cf. Mt 5, 38) o la de
“amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo” (Mt 5,
43), o la más renovada de “amarás al prójimo como a ti
mismo” (Lc 10, 27) quedan superadas por la enseñanza
de Jesús que representa la utopía del amor solidario
hasta el extremo de dar la vida: “que os améis como yo
os he amado”.

Este amor, como Jesús lo practicó, es el pilar sobre


el que se debe alzar la nueva sociedad, la sociedad
alternativa que él anuncia: “el reinado o reino” de Dios.

El evangelio es, por tanto, una llamada constante a


este estilo de vida basado en el amor solidario.

LA PARABOLA DEL SAMARITANO

Como son tantos los lugares en los que el evangelio


invita a la práctica del amor solidario, en las páginas
que siguen me voy a limitar a comentar una parábola
del evangelio, la del samaritano[4], en la que de modo
gráfico se explica en qué consiste este amor y cuál es
la propuesta de solidaridad de Jesús de Nazaret.
Lectura comentada de Lucas 10, 25-37

La parábola del samaritano se encuentra en la


sección del evangelio de Lucas denominada “el viaje”
(9, 51 - 19, 46), que comienza con el envío de
mensajeros por parte de Jesús a una aldea de Samaría,
por la que han de pasar. Al llegar a la aldea, los
mensajeros son rechazados. Santiago y Juan piden a
Jesús que caiga un rayo y los aniquile. Jesús se niega a
ello y se marchan a otra aldea. Esta escena prepara al
lector del evangelio para mostrar a un Jesús que no se
deja llevar por convencionalismos ni revanchas, al
poner de protagonista de la parábola precisamente a
un miembro del colectivo que rechaza, por ser judíos, a
los enviados de Jesús que se dirigen con él a Jerusalén..

El estilo de la parábola

La parábola tiene un estilo muy cuidado con


diversas estructuras lingüísticas basadas en el
símbolismo de los números tres y siete.

- La acción de los personajes se describe en forma


de escalera descendente:

1. Un hombre bajaba de Jerusalén...lo asaltaron y


se marcharon.

2. un sacerdote bajaba por aquel camino; al verlo


dio un rodeo y pasó de largo.

3. un clérigo que llegó a aquel sitio; al verlo dio un


rodeo y pasó de largo

4. un samaritano que iba de viaje llegó adonde


estaba el hombre al verlo se conmovió, se acercó a él...

- El marco en el que se inserta la parábola está


muy elaborado, como puede verse en el siguiente
cuadro:
Parte 1 (10, 25-28) Parte 2 (10, 29-37)

Pregunta del magistrado vida definitiva mi prójimo


Contra-pregunta de Jesús ¿Qué está escrito? ¿Cuál de estos tres se hizo
prójimo?

Respuesta del magistrado Deut 6, 4/ Lev 19, 18 el que tuvo compasión de él


Mandato de Jesús haz esto y vivirás ve y haz lo mismo

En cada parte del relato (10, 25-28 y 10, 29-37)


hay una pregunta del magistrado, una contrapre-gunta
de Jesús, una respuesta del magistrado y una invitación
de Jesús.

-El número tres.

El número tres indica en la Biblia lo completo y


definitivo. En la parábola aparece tres veces la palabra
“prójimo”; tres son las acciones de los bandidos para
con el hombre (lo asaltan, lo desnudan y muelen a
palos); tres, los personajes que desfilan ante el herido
(sacerdote, levita y samaritano); tres veces aparece la
expresión “y al verlo”; tres son los movimientos que
realizan los personajes: el sacerdote bajaba, dio un
rodeo y pasó de largo; el levita llegó, dio un rodeo y
pasó de largo, y el samaritano: iba de viaje, llegó y se
acercó. En el folklore popular se cumple la regla de
tres (“a la tercera va la vencida”, dice el proverbio). A
la tercera tiene lugar el acontecimiento definitivo: se
acerca el samaritano, tras pasar de largo el sacerdote y
el levita[5].

-El número siete.

El relato está construido también en torno al


número siete, que indica en la Biblia un período pleno y
completo: los siete días de la semana[6].

Siete son las acciones que realiza el samaritano


para con el malherido: 1) se conmovió, 2) se acercó a
él, 3) y le vendó las heridas 4) echándoles aceite y vino,
5) luego lo montó en su propia cabalgadura, 6) lo llevó
a una posada 7) y lo cuidó.

Siete son también los personajes del relato, si


tenemos en cuenta que el posadero sustituye al
samaritano en su ausencia y es prácticamente un
desdoblamiento del personaje que desempeña éste: 1)
un jurista, 2) Jesús, 3) un hombre, 4) los bandidos, 5)
un sacerdote, 6) un levita y 7) un samaritano.

Siete veces aparece el verbo de


movimiento erkhomai “ir” y compuestos (cf. vv. 30-35):

30 ap ----- êlthon: se marcharon (los bandidos)

31 antiparêlthen: pasó de largo (el sacerdote)

32 --------elthôn: llegó (el levita)

32 antiparêlthen: pasó de largo

33 -------êlthen: llegó (el samaritano)

34 pros-êlthon: se acercó

35 epanerkhesthai: cuando vuelva

1. La obertura de la parábola

10,25 En esto se levantó unjurista y le preguntó


para ponerlo a prueba: -Maestro, ¿qué tengo que hacer
para heredar vida definitiva?

El modo de comenzar este relato es similar a otro


que Lucas refiere en su evangelio: “Un magistrado le
preguntó: Maestro insigne, ¿qué tengo que hacer para
heredar vida definitiva? Jesús le contestó: ¿Por qué me
llamas insigne? Insigne como Dios, ninguno. Ya sabes
los mandamientos: No cometas adulterio, no mates, no
robes, no des falso testimonio, sustenta a tu padre y a
tu madre. El replicó: Todo eso lo he cumplido desde
joven. Al oirlo Jesús, le dijo: Aún te falta una cosa:
vende todo lo que tienes y repártelo a los pobres, que
tendrás en Dios tu riqueza; y anda, sígueme a mí. Al oir
aquello se puso muy triste, porque era riquísimo” (18,
18-23).

Mientras el jurista de nuestra parábola pregunta a


Jesús para ponerlo a prueba, el magistrado rico lo hace
para adularlo: “Maestro insigne”, le dice. Pero Jesús no
acepta adulaciones: “¿Por qué me llamas insigne?
Insigne como Dios, ninguno”, le responde.

El magistrado y el jurista andan preocupados por


la vida definitiva; tal vez están cansados de que Jesús
hable sólo de amor al hombre. Quienes no quieren
comprometerse con el prójimo prefieren hablar de la
otra vida, entendida como una droga que aliena de los
deberes con la vida presente. Jesús, sin embargo, invita
a los dos a mirar al suelo donde se encuentra el
prójimo, cuya situación hay que remediar.

El jurista de la parábola llama a Jesús “maestro”,


pero Jesús no le devuelve el título, pues éste no habla
para juzgar la ciencia del otro ni para hacer valer la
propia, como lo hace aquél.

26
El le dijo: -¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo es
eso que recitas?
27
Éste contestó: - Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus
fuerzas y con toda tu mente. Y a tu prójimo como a ti
mismo.
28
El le dijo: -Bien contestado. Haz eso y tendrás
vida.

Las dos preguntas de Jesús al jurista no tienen por


finalidad hacer una investigación erudita, sino llevarlo
a la práctica del amor solidario. Sin reclamar para sí el
título de maestro, Jesús esta obrando como un
“maestro”, que pone su conocimiento al servicio del
amor. Jesús intenta transformar al jurista, que es “un
hombre de saber”, en “un hombre de práctica”. El
jurista se sitúa a nivel de conocimiento y pretende
eludir la práctica; Jesús invita a la práctica, que no
niega el conocimiento[7].

Jesús se extraña de que el jurista pregunte sobre


algo que todos saben, esto es, que el centro de la ley
antigua son los mandamientos, entregados a Dios por
Moisés. Por eso le pregunta: “¿Cómo es eso que
recitas?”. Los judíos rezaban mañana y tarde en el
servicio sinagogal una oración que se
e c[8]
denominaba Sh ma (palabra con la que comienza Dt
6, 4-9: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es
solamente uno. Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas…”. El
prójimo, sin embargo, no aparece en esta oración judía.
Pero el jurista, previendo que, si no lo incluía, Jesús se
lo echaría en cara, añade: “y con toda tu mente. Y a tu
prójimo como a ti mismo”.El jurista sabe de sobra que
para asegurarse la vida eterna basta con cumplir los
mandamientos que miran a Dios y al prójimo.

Si quien cumple la ley antigua, tiene garantizada la


vida eterna, podemos preguntarnos ¿qué ha venido a
hacer Jesús si no es para hablarnos de la otra vida? El
contraste entre el planteamiento del jurista y el de
Jesús es grande. Jesús habla del reinado de Dios en la
tierra, lo que exige un compromiso inmediato y
concreto de amor al prójimo. El jurista quiere
espiritualizar la problemática tratando de la vida
futura[9].
29
Pero el otro, queriendo justificarse, preguntó a
Jesús: - ¿Y quién es mi prójimo?

El jurista hace dos preguntas en la parábola. Con


la primera -sobre la vida eterna- quiere saber lo que
Jesús sabe; con la segunda -sobre el prójimo- pretende
ser reconocido por Jesús como maestro. Jesús aprueba
el saber del jurista, pero quiere conducirlo al terreno
de la práctica: haz eso y vivirás. Dado que el jurista
sabe lo que recita en la oración del Shemac y qué debe
hacer, de él depende hacerlo. Jesús quiere convertir al
jurista de sujeto competente en sujeto amante. Pero el
jurista no quiere amar. Por eso insiste: Y¿quién es mi
prójimo?

La pregunta estaba justificada, pues la respuesta


era discutida. En todo caso, prójimos eran los
compatriotas, incluidos los prosélitos; pero no se
estaba de acuerdo en quiénes no lo eran. Los fariseos
se inclinaban a excluir a los no fariseos (cam
ha-’ares) (Bill, II, 515ss); para los esenios había que
odiar a “todos los hijos de las tinieblas (1QS I,10); una
declaración rabínica enseñaba que a los heréticos,
delatores y renegados “se los arroje (en una fosa) y no
se los saque” (B. A.Z. 26a (Bar); cf. Abbot R. Natan 16,
7); una máxima popular excluía del amor al enemigo
personal: “Se ha dicho: debes amar a tu compatriota;
solamente a tu enemigo no tienes necesidad de amar”.
Lo que se pide a Jesús no es tanto una definición del
concepto de “prójimo”, sino que diga dónde se
encuentran los limites del deber del amor dentro de la
comunidad del pueblo[10].

Primera escena: Situación


29b
Tomando pie de la pregunta, dijo Jesús:
30
Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y lo
asaltaron unos bandidos; lo desnudaron, lo molieron a
palos y se marcharon dejándolo medio muerto.

De Jerusalén a Jericó

La situación inicial de la parábola se describe con


perfiles realistas: el episodio se sitúa en una zona
geográfica conocida: de Jerusalén a Jericó. Se trata de
un caso de bandidaje, habitual en dicha zona. El
camino de Jerusalén a Jericó era extremadamente
peligroso debido a la abundancia de ladrones y
salteadores. La parábola comienza con una adversidad,
que se espera superar a lo largo del relato.
De Jerusalén a Jericó hay unos 30 kms. y la
carretera discurre hoy entre las crestas desérticas del
desierto de Judá. Pero el antiguo camino iba por Wadi
el-Qelt, descendiendo desde el monte de los Olivos a
750ms sobre el nivel del mar hasta llegar a la Jericó
herodiana a 350 ms. bajo el nivel del Mar
Mediterráneo. Flavio Josefo (Guerra 4, 474) describe la
zona como “desierta y árida, conocido escondite
natural para banditos”. El robo a un desconocido
solitario no produce ninguna sorpresa al oyente. La
peligrosidad de ese camino era tal que hacia el siglo I
de nuestra era se organizaban expediciones, con
defensa militar, para los grupos de peregrinos que iban
a Jerusalén a las fiestas.

Un caminante anónimo

“Un hombre bajaba”. El hombre no tiene nombre.


Si el asalto se produce en esa región, hay que suponer
que se trata de un judío. De no serlo, el autor del relato
habría indicado su procedencia. Tampoco se nos dice
quiénes fueron los bandidos que lo dejaron medio
muerto.

Del hombre se dice que “lo desnudaron, lo


molieron a palos y lo dejaron medio muerto”. El
hombre ha quedado, por tanto, sin señas de identidad:
no tiene vestido y apenas tiene vida. En todo caso,
quienes pasan a su lado no pueden saber a qué clase,
ciudad o nación pertenece; es practicamente un
cadáver. Este dato es importante para ver si el
comportamiento del sacerdote y el levita se ajusta o no
a la ley de Dios[11].

Segunda escena: Crisis.


31
Por casualidad bajaba un sacerdote por aquel
camino; al verlo, pasó de largo.
32
Lo mismo hizo un clérigo (levita) que llegó a
aquel sitio; al verlo, pasó de largo.
En la segunda escena se presentan dos personajes,
un sacerdote y un levita que, junto con el jurista que
pregunta, forman el trío de personajes que determina
los comportamientos sociales y religiosos del pueblo de
Israel. El sacerdote y el levita son “funcionarios” del
servicio religioso del templo de Jerusalén y como
empleados del culto, profesionales de la observancia de
la ley judía. El jurista es un entendido en la ley de Dios.
El lector u oyente espera un desenlace feliz.

El sacerdote y el levita pasan por casualidad junto


al malherido. Tal vez volvían de cumplir sus funciones
en el templo de Jerusalén, pues Jericó era bien
conocida como lugar de residencia de sacerdotes y
levitas. La acción de los dos personajes se describe de
modo paralelo: llegan, ven al medio muerto y pasan de
largo, aunque la parábola no dice por qué actúan de
este modo tan inesperado.

La decepción del lector u oyente así como su


perplejidad ante lo sucedido es grande. La exégesis
busca atenuantes para esta situación:

-Puede que tuvieran miedo a los ladrones que


podían estar escondidos para atacar de nuevo. Pero
esta razón no tiene peso alguno, pues el texto presenta
la negación de auxilio como algo inesperado y
escandaloso. De haber alguna razón que los excusara
de pararse, el texto la habría indicado.

-Puede que no quisieran contaminarse tocando un


cadáver (pues ésta es la impresión que da el malherido:
“lo dejaron medio muerto”). El libro del Levítico (21,
11) dice: “el (sumo) sacerdote... no se acercará a
cadáver alguno ni se contaminará con el de su padre o
de su madre”. Aunque esta prohibición es absoluta, la
Misná y el Talmud tienen una larga discusión sobre
estos versos: “El sumo sacerdote o un nazireo -del
hebr. nazir= consagrado o segregado para Dios por un
voto- no pueden contaminarse tocando el cadáver de
un familiar, pero sí, si se trata de un cadáver
abandonado (meth mitzwah)”. Si van de viaje y se
encuentran un cadáver abandonado, R. Eliezer dice: “el
sumo sacerdote puede contaminarse, pero el nazireo
no” (m. Nazir 7.1). Por tratarse de un cadáver
abandonado se entiende que no hay nadie que lo
entierre. Cuidar del cadáver en este caso para darle
sepultura exime al sumo sacerdote del precepto de
pureza religiosa.

En el Talmud, donde se discute esta sección de la


Misná, se plantea quién es responsable de atender al
cadáver abandonado, dados los diferentes niveles de
santidad. Y añade que también el nazireo es
responsable de dar sepultura en ese caso
argumentando que, dado que el Levítico no legisla
sobre el particular, es necesario atenderlo[12].

Estos textos muestras que ni el sacerdote ni el


levita tienen excusas para pasar de largo. Pero si no se
trata de un cadáver, sino de un hombre medio muerto
tienen menos excusa aún[13].

Tercera escena: solución


33
Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a
donde estaba el hombre y al verlo, se conmovió.

A nivel de relato, la tercera intervención es la


definitiva (“a la tercera va la vencida”). Desde el punto
de vista narrativo, el samaritano aparece en primer
plano. No se dice como antes “por casualidad pasó un
sacerdote / igualmente un levita”. Ahora comienza
directamente: “Pero un samaritano que iba de viaje”.

El samaritano es presentado como un viajero en


una zona transitada por judíos. El oyente sabe ahora en
manos de quién está la suerte del malherido. Espera
que el samaritano pase tambien de largo, cuando
menos. Si el relato está pensado para un lector judío, la
presencia del samaritano no puede producir sino
desilusión en el oyente. Su aparición complica más la
escena. El factor sorpresa continúa.

Los oyentes judíos de esta parábola no podían


esperar nada del personaje que se presenta, dada la
enemistad tradicional entre judíos y samaritanos.
“Quien come pan con un samaritano es como quien
come carne de cerdo”, dice la Misná (Shab 8. 10). El
oyente tendería a colocarlo más bien entre los
salteadores. La relación entre judíos y samaritanos
(pueblo mestizo judío-pagano) había experimentado en
los días de Jesús una especial dureza, después de que
éstos, bajo el procurador Coponio (6-9 p.C.), hubiesen
profanado los pórticos del templo y el santuario
esparciendo durante la noche huesos humanos (Flavio
Josefo, Antiguedades, 18, 29s); entre ambos grupos
dominaba un odio irreconciliable desde que se
separaron de la comunidad judía y construyeron su
propio templo sobre el monte Garizín (en el siglo IV
a.C., lo más tarde). Hacia el s. II a.C., el libro del
Eclesiástico (50, 25-26) dice: “Dos naciones aborrezco
y la tercera no es pueblo: los habitantes de Seir y
Filistea y el pueblo necio que habita en Siquén
(Samaría)”. En los evangelios está clara la enemistad
entre samaritanos y judíos. Cuando Jesús atraviesa esta
región, envía mensajeros a una aldea, pero no los
aceptan por ir camino de Jerusalén (Lc 9, 52-53); a
Jesús mismo, una mujer samaritana le niega agua para
beber, pues los judíos no se tratan con los samaritanos
(Jn 4, 9). La palabra “samaritano” constituía una grave
injuria en boca de un judío según Jn 8, 48: Repusieron
los dirigentes: ¿No tenemos razón en decir que eres un
samaritano y que estás loco?. (cf. b.Sota 22); De los
diez leprosos curados, sólo el samaritano vuelve y Jesús
dice: ¿No ha habido quien vuelva para dar gloria,
excepto este extranjero? (Lc 17, 18)[14].

La aparición de este tercer personaje de la


parábola es, además, sorprendente, pues, el trío de
personajes que era de esperar sería: sacerdote, levita e
israelita (sacerdote, clérigo y laico), los tres grupos en
que se dividía el pueblo judío[15].

El oyente espera que el tercero sea un israelita


laico. De este modo la parábola tendría un tinte
anticlerical. Se trata ciertamente de un laico, pero
samaritano, circunstancia que da a la parábola un
fuerte carácter provocativo y subversivo.
Si la actuación del sacerdote y del levita resulta
escandalosa para el oyente, la de un samaritano no lo
es menos. ¿Se puede esperar algo de éste? La
introducción del samaritano como héroe rompe las
expectativas del oyente judío de la parábola. ¿Con
quién se va a identificar a partir de ahora?[16].

33b
Pero el samaritano al verlo 34se acercó a él, y le
vendó las heridas echándoles aceite y vino; luego lo
montó en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada
y lo cuidó. 35Al día siguiente sacó dos denarios de plata
y, dándoselos al posadero, le dijo: “Cuida de él, y lo que
gastes de más te lo pagaré a la vuelta”.

El samaritano carga al malherido sobre su propia


cabalgadura, lo que hace suponer que sería un
comerciante que llevaba sus mercancías consigo sobre
un asno o mulo y que él mismo montaba un segundo
animal[17]. En favor de que era un comerciante que
recorría frecuentemente aquel trayecto, habla su
amistad con el posadero y el anuncio de un pronto
regreso. Como comerciante, es de esperar que fuese
poco escrupuloso y que no se interesase por las
cuestiones de ortodoxia judía o samaritana[18].

Las acciones que lleva a cabo el samaritano con el


malherido son siete: 1. se conmovió, 2. se acercó 3. y le
vendó las heridas 4. echándoles aceite y vino; 5. luego
lo montó en su propia cabalgadura, 6. lo llevó a una
posada y 7. lo cuidó. Como se ha dicho anteriormente,
el número siete indica la serie completa. El samaritano
hace todo lo que se debe hacer y algo más, pues al día
siguiente da dos denarios de plata al posadero para
que cuide del malherido; si gasta algo más, le dice que
se lo pagará a la vuelta[19].

La acción del samaritano se describe prolijamente


y contrasta con la sobriedad de léxico de la parábola.
La mezcla de vino y aceite era medicina común en la
época. La misná dice: “Si el vino y el aceite no se han
mezclado en la víspera del sábado se deben usar por
separado” (Shabb 19. 2). El aceite sirve para aliviar el
dolor (Is 1, 6); el vino -alcohol- desinfecta las heridas.
El pan necesario para un día costaba solamente 1/12
de denario.

La actuación del samaritano es hiperbólica y se


presenta como una formulación extrema de lo que debe
ser la actitud de solidaridad hacia el prójimo. Hay que
hacer todo lo posible, hay que llegar hasta el extremo
de lo imaginable. El samaritano traspasa los límites de
lo razonable. Hubiese sido bastante con atender al
malherido. Pero aquél no sólo se cuida del tiempo
presente, sino también de futuro: “Al día siguiente sacó
dos denarios de plata y, dándoselos al posadero, le dijo:
Cuida de él, y lo que gastes de más te lo pagaré a la
vuelta”.

Lo realmente sorprendente de la parabola no es


que un judío cuide de un samaritano, pues hay
historias en las que aparecen judíos compadeciéndose
de extranjeros, leprosos, e incluso romanos heridos[20].
Lo sorprendente es que la parábola representa el
mundo al revés: un samaritano que cuida y se preocupa
de un judío, medio muerto. Y esto resulta totalmente
inaceptable para un oyente judío que, al oir la
parábola, no tiene más remedio que identificarse con el
malherido y aceptar que sea precisamente un enemigo
suyo tradicional quien lo salva, o rechazar la historia
por irreal. La parábola no solamente no confirma la
jerarquía “sacerdote, levita y laico israelita” y que la
salvación viene de Israel, sino que hace saltar los
esquemas: la salvación viene de fuera de las fronteras
de la ortodoxia; más aún, acaba con las fronteras. En el
reino de Dios no se separan los de dentro y los de fuera
por su categoría religiosa. En la parábola, el
samaritano no es el enemigo, sino el auxiliador y
salvador, y el oyente no se identifica con el héroe, sino
con la víctima. La parábola pone el mundo boca abajo.
El mundo con gente situada dentro y fuera no es ya el
modelo adecuado para anunciar un reino de Dios que
no acepta la existencia de barreras.

El oyente de la parábola, comenta E. Biser[21], se


ve envuelto en un mundo doblemente distorsionado.
Los dos transeúntes de los que era de esperar ayuda,
no la prestan; este hecho es especialmente chocante
tratándose de dos conspicuos representantes de la
comunidad de fe a la que pertenecen tanto el viajero
como los oyentes del relato. Su actitud resulta
escandalosa e inaudita. Pero más aún resulta la del
tercer transeunte, por ser un samaritano el que
practica ese acto de amor. Aquél del que no se espera
nada, del que un judío debe desconfiar a priori, acude
en su ayuda. Ambas reacciones contradicen las
expectativas de una audiencia judía. La escena parece
grotesca. Todo hace pensar, según W. Harnisch, que el
relato pretende, con una exposición de lo inverosímil,
despertar una experiencia que todos tienen, pero que
la vida cotidiana sofoca y escamotea. El relato saca a la
luz de un modo hiperbólico lo que nadie quiere
percibir. En el caso límite de una negación de auxilio,
se pone de manifiesto lo que la experiencia cotidiana
enmascara permanentemente: que no estamos en
realidad a la altura de las exigencias del amor. Para E.
Biser, la conducta del sacerdote y el levita no tiene
nada de extraordinario: su comportamiento inhumano
es en realidad lo que hace todo el mundo. En esta
perspectiva la reacción de los servidores del templo,
escenificada en forma tan incisiva, lleva el sello de lo
real. La incomprensible reacción a la extrema
necesidad de un herido viene a desenmascarar la
traición cotidiana que se hace al amor. La indiferencia
de los dos primeros transeúntes revela lo que el oyente
mismo tendría que reconocer: que su vida está
marcada por un fallo que proviene de la ausencia de un
amor fuerte, o lo que es igual que le falta el norte de su
vida.

En la parábola, lo “milagroso” se hace posible. Lo


que hace el samaritano lo pueden hacer los oyentes.
Los oyentes pueden hacer que el amor solidario triunfe
en la vida cotidiana.

Para M. Bauman[22], la parábola presenta una


doble aspereza: los que debían hacer la acción de
auxiliar al malherido no la hacen y aquél de quien no se
esperaba nada, la hace. El samaritano que no respeta
la ley, cumple lo que está prescrito. El sacerdote y el
levita que la respetan, no la cumplen. En la parábola, la
acción buena del samaritano es solidaria de una
perspectiva religiosa herética. El enfermo es atendido,
aunque por un camino totalmente sorprendente e
inesperado. De los tres personajes, ninguno ha
cumplido con el cometido esperado, pero lo importante
es que el malherido ha recibido auxilio.

Conclusión
36
¿Cuál de estos tres se hizo prójimo del que cayó
en manos de los bandidos?

El jurista había preguntado al principio: “Y ¿quién


es mi prójimo?”. Pero la parábola no da respuesta a
esta pregunta, sino que plantea otra: “¿Cuál de estos
tres se hizo prójimo del hombre que había caido en
manos de los bandidos?”. Para Jesús no se trata de
saber quién es el prójimo, sino de hacerse prójimo. La
pregunta de Jesús pervierte las normas de la lógica
narrativa. La cuestión no es identificar al prójimo, sino
encontrarse uno mismo como prójimo de los demás,
aunque éstos sean enemigos. Mientras el jurista
pregunta por el objeto del amor (“¿quién es mi
prójimo?), Jesús pregunta por el sujeto (¿Cuál de estos
tres se hizo prójimo del que cayó en manos de los
bandidos?)[23].

Mi prójimo puede ser tanto el que está cerca de mí


como aquél cerca del cual yo estoy. El sujeto al que
debo amar es aquel que puede ser amado por mí[24]. El
prójimo no es el que sabe, como el jurista, sino el que
sabe actuar; no es el que sabe que hay que amar, sino
el que sabiéndolo, ama.

37
El jurista respondió: El que tuvo compasión de él.
Jesús le dijo: pues anda y haz tu lo mismo.

El jurista evita poner en su boca la palabra odiosa


“samaritano”.

En la parábola Jesús hace dos invitaciones. Al


principio: “haz eso y vivirás” (v. 28); al final: “pues
anda, haz tú lo mismo” (v. 29). La primera (“haz eso...”)
hace referencia a los términos de la Ley; la segunda
(“pues anda, haz tú lo mismo”), al comportamiento del
samaritano que debe ser imitado por el jurista. A éste
le dice Jesús por dos veces que lo importante es la
práctica y no la teoría; o que la teoría sin la práctica no
conduce a la vida definitiva.

La parábola del buen samaritano encarna de modo


magnífico la propuesta de solidaridad de Jesús de
Nazaret, presentada en su formulación extrema: “El
amor al prójimo como uno mismo debe llegar hasta el
máximo, hasta lo excesivo, no tiene límites: hasta el
enemigo. Si el jurista quería resolver el problema, el
conflicto de a quién se debe amor, la respuesta de
Jesús, que es la parábola, se lo resuelve en la praxis.
No hay límites. Por eso la pregunta por el prójimo
“diligendum” (al que hay que amar), según expresión
clásica, no tiene sentido, sino que todo está en
encontrarse a uno mismo como prójimo “diligens”
(amante)[25].

Si al principio se preguntaba por el mandamiento


principal y se respondía que había dos (Amarás al
Señor tu Dios... y al prójimo como a ti mismo) que se
situaban al mismo nivel, sorprende que la parábola no
trate nada más que del segundo y que no aparezca en
ella para nada el primero. Para Jesús, la religión judía
(sacerdote/levita) disocia el culto a Dios del amor al
prójimo. Mensaje central de la parábola es que el amor
al prójimo -incluso si se trata de un enemigo- es
condición y prueba del amor a Dios. Dios se hace
visible en el prójimo amado. Detrás del samaritano,
hereje y heterodoxo, se revela el comportamiento de un
Dios que ama más allá de lo soñado y que siempre se
comporta como “prójimo” de todos los hombres: es un
Dios de vida que salva de la muerte y asegura el futuro.

***
La propuesta de solidaridad de Jesús en el
evangelio es más rica que la expresada en la parábola
del samaritano y dista mucho de la propuesta de Juan
Bautista (Lc 3, 10-14). Juan Bautista había
recomendado a las multitudes la práctica del
compartir: “el que tenga dos túnicas, que las comparta
con el que no tiene, y el que tenga que comer, que haga
lo mismo”; a los recaudadores no les pide que dejen su
profesión, sino que dejen de explotar al pueblo: “No
exijáis más de lo que tenéis establecido”; a los
soldados, que eviten la injusticia:“no extorsionéis
dinero a nadie con amenazas; conformaos con vuestra
paga”.

Jesús va más allá. La propuesta de Juan, el último


de los profetas del AT, sintetiza y lleva a su culmen la
profecía del Antiguo Testamento: un orden regido por
la justicia; la de Jesús es una formulación extrema que
se sitúa a nivel de utopía hacia la que debemos tender.
La de Juan es reformista: no destruye los cimientos de
la sociedad, sino que trata de reconducirla hacia la
justicia; la de Jesús conmueve los pilares sobre los que
se asienta la sociedad de todos los tiempos: el egoísmo
y el dinero para sustituirlos por un nuevo pilar que
haga nacer no una sociedad reformada, sino una
sociedad nueva, totalmente nueva en la que hasta el
enemigo se convierte en objeto de amor y solidaridad.

La generosidad del discípulo de Jesús va más allá


del compartir propuesto por Juan. Jesús invita a dar y
darse en el caso límite hasta quedarse sin nada.
Compartir es de estricta justicia, dada la igual
condición de todos los hombres, pero los que
pertenecen al reino de Dios han superado aquellos
viejos cánones y han sustituido la justicia, como patrón
del comportamiento humano, por el amor al prójimo
-incluso cuando es enemigo- como único y decisivo
mandamiento.

LA SOLIDARIDAD
Enviado por Francisco García-Pimentel Ruiz
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1.
2. Origen del término.
3. Fundamentos.
4. Solidaridad entre individuos.
5. Solidaridad en sociedad.
6. Solidaridad entre naciones.
7.

…determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común;


es decir, por el bien de todos y cada uno,ya que todos somos verdaderamente responsables de
todos.
La solidaridad es uno de los principios básicos de la concepción cristiana de
la organización social y política, y constituye el fin y el motivo primario del valor de la
organización social. Su importancia es radical para el buen desarrollo de una doctrina social
sana, y es de singular interés para el estudio del hombre en sociedad y de la sociedad misma.
Junto con los de autoridad, personalidad, subsidiaridad y bien común, la solidaridad es uno de
los principios de la filosofía social. Se entiende por regla general que, sin estos cinco principios,
la sociedad no funciona bien ni se encamina hacia su verdadero fin.
Presentamos aquí el principio de solidaridad.
1. La palabra solidaridad proviene del sustantivo latín soliditas, que expresa la realidad
homogénea de algo físicamente entero, unido, compacto, cuyas partes integrantes son de
igual naturaleza.
La teología cristiana adoptó por primera vez el término solidaritas, aplicado a
la comunidad de todos los hombres, iguales todos por ser hijos de Dios, y vinculados
estrechamente en sociedad. Entendemos, por tanto, que el concepto de solidaridad, para
la teología, está estrechamente vinculado con el de fraternidad de todos los hombres; una
fraternidad que les impulsa buscar el bien de todas las personas, por el hecho mismo de
que todos son iguales en dignidad gracias a la realidad de la filiación divina.
En la ciencia del Derecho, se habla de que algo o alguien es solidario, sólo entendiendo a
éste dentro de «un conjunto jurídicamente homogéneo de personas o bienes que integran
un todo unitario, en el que resultan iguales las partes desde el punto de vista de la
consideración civil o penal». Dentro de una persona jurídica, se entiende que sus socios
son solidarios cuando todos son individualmente responsables por la totalidad de
las obligaciones. Para el derecho, la solidaridad implica una relación
de responsabilidad compartida, de obligación conjunta.
La Doctrina Social de la Iglesia entiende por solidaridad «la homogeneidad
e igualdad radicales de todos los hombres y de todos los pueblos, en todos los tiempos y
espacios; hombres y pueblos, que constituyen una unidad total o familiar, que no admite en
su nivel genérico diferencias sobrevenidas antinaturales, y que obliga moral y gravemente
a todos y cada uno a la práctica de una cohesión social, firme, creadora de convivencia.
Cohesión que será servicio mutuo, tanto en sentido activo como en sentido pasivo» .
Podemos entender a la solidaridad como sinónimo de igualdad, fraternidad, ayuda mutua;
y tenerla por muy cercana a los conceptos de «responsabilidad, generosidad,
desprendimiento, cooperación, participación» .
En nuestros días, la palabra solidaridad ha recuperado popularidad y es muy común
escucharla en las más de las esferas sociales. Es una palabra indudablemente positiva,
que revela un interés casi universal por el bien del prójimo.
Podríamos imputar el resurgimiento casi global del sentir solidario, a la conciencia cada
vez más generalizada de una realidad internacional conjunta, de un destino universal, de
una unión más cercana entre todas las personas y todos los países, dentro del fenómeno
mundial de la globalización. Esta realidad ha sido casi tan criticada como aplaudida en
todas sus manifestaciones. Buena o mala, la globalización es una realidad actual,
verdadera y tangible.
Creemos que una de las consecuencias favorables que nos ha ganado la globalización es,
precisamente, una visión más conjunta del mundo entero; un sentido de solidaridad mayor
entre los hombres. De pronto, los niños en Ruanda no se sienten tan lejanos; los cañones
de guerra en el Medio Oriente también aturden nuestros oídos; el terremoto
en Japón sacude nuestra respiración.
Desgraciadamente, esta conciencia de solidaridad universal suele reducirse a una buena
intención, una aberración lejana y sentimental hacia las injusticias sociales, hacia la
pobreza o el hambre. Y este sentimiento que arroja nuestras esperanzas hacia un país
lejano, tal vez arranque de nosotros la capacidad de observar las necesidades de los seres
humanos que lloran a nuestro lado todos los días.
Es por esto que la solidaridad debe ser desarrollada y promovida en todos sus ámbitos y
en cada una de sus escalas. La solidaridad debe mirar tanto por el prójimo más cercano
como por el hermano más distante, puesto que todos formamos parte de la misma realidad
de la naturaleza humana en la tierra.
La solidaridad es una palabra de unión. Es la señal inequívoca de que todos los hombres,
de cualquier condición, se dan cuenta de que no están solos, y de que no pueden vivir
solos, porque el hombre, como es, social por naturaleza, no puede prescindir de sus
iguales; no puede alejarse de las personas e intentar desarrollar sus capacidades de
manera independiente.
La solidaridad, por tanto, se desprende de la naturaleza misma de la persona humana. El
hombre, social por naturaleza, debe de llegar a ser, razonada su sociabilidad, solidario por
esa misma naturaleza. "La palabra solidaridad reúne y expresa nuestras esperanzas
plenas de inquietud, sirve de estímulo a la fortaleza y el pensamiento, es símbolo de unión
para hombres que hasta ayer estaban alejados entre sí". Es la solidaridad el modo natural
en que se refleja la sociabilidad: ¿para qué somos sociales si no es para compartir las
cargas, para ayudarnos, para crecer juntos? Como ya veremos, la solidaridad es algo justo
y natural; no es tarea de santos, de virtuosos, de ascetas, de monjes, de políticos; es tarea
de hombres.
Es también muy claro en el estudio de la solidaridad que este concepto no pertenece
exclusivamente a la doctrina cristiana. La solidaridad, como hemos dicho, es una
necesidad universal, connatural a todos los hombres. Aún antes del cristianismo; aún en
contra de él.
¿Qué significa ser solidarios? Significa compartir la carga de los demás. Ningún hombre es
una isla. Estamos unidos, incluso cuando no somos conscientes de esa unidad. Nos une el
paisaje, nos unen la carne y la sangre, nos unen el trabajo y la lengua que hablamos. Sin
embargo, no siempre nos damos cuenta de esos vínculos. Cuando nace la solidaridad se
despierta la conciencia, y aparecen entonces ellenguaje y la palabra. En ese instante sale
a la luz todo lo que antes estaba escondido. Lo que nos une se hace visible para todos. Y
entonces el hombre carga sus espaldas con el peso del otro. La solidaridad habla, llama,
grita, afronta el sacrificio. Entonces la carga del prójimo se hace a menudo más grande que
la nuestra.
Sólo aquél que no sepa observar la natural sociabilidad del hombre podrá negar,
equivocadamente, la necesidad natural de la solidaridad.
Nosotros consideramos que el concepto de solidaridad perpetuado en la Doctrina Social de
la Iglesia Católica es el más cierto y, también, el más completo y con alcances más
trascendentes que cualquier otro concepto de solidaridad propuesto hasta el día de hoy,
pues contempla tanto la real dignidad de la persona individual como su necesidad natural
de vivir en sociedad y de participar en ella tanto activa como pasivamente, en
el proceso diario y natural de dar y de recibir dentro de la civilización.
2. ORIGEN DEL TÉRMINO.

La verdadera solidaridad, aquella que está llamada a impulsar los verdaderos vientos
de cambio que favorezcan el desarrollo de los individuos y las naciones, está fundada
principalmente en la igualdad radical que une a todos los hombres. Esta igualdad es una
derivación directa e innegable de la verdadera dignidad del ser humano, que pertenece a la
realidad intrínseca de la persona, sin importar su raza, edad, sexo,credo, nacionalidad o
partido.
Juan Pablo II lo expresa claramente. El ejercicio de la solidaridad dentro de cada sociedad
es válido sólo cuando sus miembros se reconocen unos a otros como personas. Aquí el
término persona aparece para llamar nuestra atención hacia un aspecto que es esencial
dentro de un estudio bien encausado de la solidaridad. La solidaridad en el sentido que
nosotros la entendemos existe sólo entre personas.
Se ha querido aplicar algunas veces la palabra solidaridad a la relación que puede existir,
por ejemplo, entre un ser humano y un animal o, aún más ampliamente, entre un ser
humano y su entorno ecológico. Nosotros no podemos concebir una solidaridad verdadera
entre un humano y un animal, sino acaso una relación de mutua necesidad o de
interdependencia; la misma que encontramos en el hombre que cuida la naturaleza; pero
no podemos llamar a eso, de ninguna manera, solidaridad.
La solidaridad, esencialmente, debe ser dirigida al ser humano. La persona humana es
principio y fin de la solidaridad. El acto solidario debe ser hecho en beneficio de una
persona, ya sea directa o indirectamente. De esta manera, puedo verdaderamente ayudar
a otras personas si favorezco el cuidado de un ecosistema, para que otros puedan disfrutar
ordenadamente de sus beneficios. El ser humano puede servirse de todos los bienes
naturales, de manera ordenada, para su beneficio. Desde este punto de vista, la naturaleza
no puede ser para la solidaridad un fin, sino un medio. A fin de cuentas, el ser humano es
quien debe recibir el bien, ya sea de manera directa o indirecta.
La solidaridad nace del ser humano y se dirige hacia el ser humano. Siempre ha sido una
exigencia de convivencia entre los hombres. Pero no hay que confundir tampoco a la
solidaridad con la caridad pura, o con la liberalidad. La solidaridad es, en sentido estricto,
una relación de justicia: ¿por qué solidaridad? (…) solidaridad, porque es lo justo, porque
todos vivimos en una sociedad; porque todos necesitamos de todos, porque estamos
juntos en este barco de la civilización; porque somos seres humanos, iguales en dignidad
y derechos. La solidaridad es justa porque los bienes de la tierra están destinados al bien
común, al bien de todos y cada uno de los hombres, y los que, dada su buena fortuna,
tienen más, están obligados a aportar más en favor de otras persona y de la sociedad en
general.
La solidaridad, pues, es justa y, por lo tanto, moralmente obligatoria en todos los casos,
aparte de aquellos en que la ley la contempla y la hace jurídicamente obligatoria.
Quede sentado, pues, que, en principio, la solidaridad es una relación entre seres
humanos, derivada de la justicia, fundamentada en la igualdad, en la cual uno de ellos
toma por propias las cargas de el otro y se responsabiliza junto con éste de dichas cargas.
Posteriormente el cristianismo vino a completar este concepto. Amarás a tu prójimo como a
ti mismo, dicen los evangelios, para añadir a las relaciones de justicia estricta, un nuevo
elemento: la caridad. Para el cristiano, la solidaridad no se reduce a dar lo justo, lo mínimo
exigible, ni a dar lo que me sobra, sino que el concepto de amar al prójimo va más allá. A la
pregunta ¿por qué solidaridad? El cristiano deberá responder: por que es lo justo, y porque
amo al hombre. Para el cristiano, la justicia no es medida plena de la solidaridad, sino solo
su exigencia mínima. La solidaridad, justa de por sí, se hace plena y se enriquece con las
nociones de amor, caridad y entrega.
Así, el cristianismo hace más completo el concepto de solidaridad, y lo convierte en una
ferviente entrega personal al bien del prójimo, porque el buen cristiano sabe que está en la
tierra para servir y no para ser servido.
Establezcamos, pues, el concepto final de solidaridad, y sobre el cual vamos a tratar en los
siguientes puntos:
La solidaridad es una relación entre seres humanos, derivada de la justicia, fundamentada
en la igualdad, enriquecida por la caridad, en la cual uno de ellos toma por propias las
cargas de el otro y se responsabiliza junto con éste de dichas cargas.
Y dicha relación, entendida únicamente en el entorno del ser humano, puede llevarse a
cabo en tres niveles distintos, según se relacionen, respectivamente, un hombre con otro,
un hombre con su sociedad o una sociedad con otra.
3. FUNDAMENTOS.

Se entiende que la práctica de la solidaridad requiere, necesariamente, de más de


un individuo. Dos seres humanos podrían ser solidarios si vivieran solos en una isla
desierta, tanto como una persona que vive en una comunidad inmensa puede ser solidaria
al colaborar con la buena alimentación de los niños de un país que está a kilómetros de
distancia. Desde luego, la forma más simple, pura y cercana de la solidaridad la
encontramos entre seres humanos próximos, en una relación personal de dos individuos.
Para buscar una solidaridad con alcance social, que tenga repercusión tangible en la
comunidad, no podemos dejar de lado la solidaridad personal entre individuos que se
saben iguales. Sería mentira decir que nos preocupamos por la sociedad, o por los
necesitados en general, si cuando se nos presenta la ocasión de ayudar a una sola
persona necesitada, no adoptamos una verdadera actitud solidaria. El empeño por la
solidaridad social adquiere valor y fuerza en una actitud de solidaridad personal.
La solidaridad, ya lo hemos dicho, se enriquece y alcanza su plenitud cuando se le adhiere
la virtud de la caridad, cuando se realiza por amor, cuando se convierte en entrega. Nadie
ama más que el que da la vida por sus hermanos. El verdadero amor al prójimo, la
verdadera caridad y entrega, se manifiestan en eso: en dar la propia vida. No sólo
bienes materiales, sino la vida entera. Desde este punto de vista, uno de los mayores
ejemplo de solidaridad y entrega en nuestros tiempos tal vez lo encontremos en la Madre
Teresa de Calcuta, quien no conoció límite alguno para esa entrega personal a los
necesitados.
La solidaridad (…) se practica sin distinción de credo, sexo, raza, nacionalidad o afiliación
política. La finalidad sólo puede ser el ser humano necesitado. Comprendemos que para
que haya solidaridad se requieren dos personas: una necesitada y otra solidaria. Pero el
solo dar, o ayudar, no es lo más difícil. La parte difícil comienza cuando se nos presenta el
dilema de ayudar sin recibir nada a cambio; de ayudar aunque nadie se entere, ni aún la
persona a la que ayudamos. Esto es: ser solidarios por una verdadera convicción de
igualdad y de justicia. Es difícil ser caritativos, solidarios, entregados, y ser, al
mismo tiempo, totalmente desinteresados.
Lo que debe empujar a un hombre a ser verdaderamente solidario no es, en ningún
momento, el hecho de que con eso se vaya a conseguir algún beneficio personal, sino la
verdad de que esa otra persona es precisamente eso: persona. La convicción de igualdad
y la virtud de la caridad son las que deben impulsar un acto solidario.
Y, si la solidaridad no es impulsada por la convicción y la virtud, ¿qué sucede? Cuando a
un acto materialmente solidario le falta alguno de estos dos elementos, está viciado y no
puede llamársele formalmente solidaridad. Aquél que da una billete de cincuenta pesos a
un pordiosero, materialmente hace algo bueno: el pordiosero podrá comer o comprarse
unos zapatos; pero si este acto lo hace para que otras personas lo vean, para aparentar
caridad, para ganar unos cuantos votos, entonces ese acto, que es materialmente bueno y
solidario, se convierte no sólo en un acto deplorablemente infructuoso, sino además en un
acto definitivamente egoísta, que lejos de engrandecer a la persona, la empobrece.
Queda claro entonces que, para que un acto pueda ser considerado verdaderamente
solidario, necesita de estos elementos: 1) que sea materialmente solidario; 2) que se funde
en la convicción de igualdad; 3) que sea hecho por caridad, por amor al prójimo y, 4) que
sea realizado con rectitud de conciencia.
La solidaridad debe ser en todas las personas una constante. Ser una realidad diaria. Así
como dentro del matrimonio la solidaridad entre los cónyuges se realiza y perfecciona
todos los días en todos los detalles de la vida cotidiana, así la disposición de solidaridad
con otras personas debe ser parte inamovible de nuestros actos diarios. Debe convertirse
en hábito, en virtud, en modus vivendi. La solidaridad no es una serie de actos aislados
encaminados a ayudar al prójimo. La solidaridad es una actitud personal, una disposición
constante y perpetua de tomar responsabilidad por las necesidades ajenas.
La solidaridad, en este sentido, implica en gran medida el olvido de sí mismo y de las
propias necesidades, para empujar al espíritu humano a realizarse en la entrega a los
demás.
Desafortunadamente, las corrientes ideológicas modernas, aunque han conseguido ya,
en teoría, la igualdad de todos los seres humanos, no han favorecido del todo la
solidaridad. Reina en la mente de las personas la idea casi inamovible de que la solución a
los problemas de la sociedad está en el liberalismo absoluto: en dejar hacer y dejar pasar.
En otras palabras, es mucho más fácil para cualquier persona cerrar los ojos a las
necesidades sociales y trabajar exclusivamente para el bien propio, sin más obligación que
no quebrantar la ley.
Esta es una concepción de la justicia que es casi universal hoy en día. La justicia, para las
personas, es sólo entendida en sentido negativo, esto es: la justicia es una exigencia de no
hacer mal a los demás –no robar, no matar, no explotar, etc.–. Por lo tanto, puede parecer
al que así lo entienda que el hacer algo positivo –dar algo a alguien, ayudar, colaborar,
trabajar para los demás– está más allá de la justicia y que es, en todo caso,
una acción magnánima, generosa y plausible. Esta es una idea decididamente inaceptable.
La justicia exige a todos los hombres el dar a cada quien lo que por derecho le
corresponde. Ese dar a las personas lo que les corresponde según su dignidad de seres
humanos es parte de la justicia, y no es una acción caritativa verdadera sino hasta que
sobrepasa a la exigencia llana de la justicia.
Pero esto no se logra, en definitiva, sino hasta que todos tenemos la plena convicción de
que todos los hombres somos iguales, que los bienes están destinados realmente a todos,
y que todos somos verdaderamente responsables de todos.
La solidaridad entre individuos es la primera y la más importante, puesto que en ella se
fundan los otros dos tipos. Todos los tipos de solidaridad nacen de la misma convicción de
igualdad de todos los hombres.
4. SOLIDARIDAD ENTRE INDIVIDUOS.
La primacía de la solidaridad entre individuos no resta importancia a la real necesidad de
impulsar la solidaridad de escala social. Los problemas socio-económicos sólo pueden ser
resueltos con ayuda de todas las formas de solidaridad: solidaridad de los pobres entre sí,
de los ricos y los pobres, de los trabajadores entre sí, de los empresarios y de los
empleados, solidaridad entre las naciones y entre los pueblos. La solidaridad a gran escala
está íntimamente ligada con aquélla entre individuos, y en ella funda su verdadero valor.
Aún más: la solidaridad entre personas individuales, entre seres humanos iguales, de uno
a uno, debe tender necesariamente a la solidaridad de escala social. La verdadera
solidaridad encuentra su mayor solaz en el crecimiento de su campo de influencia. Con
esto, podemos afirmar que la solidaridad es una virtud que, si no se desarrolla, se pierde.
Para la solidaridad, hay sólo dos opciones: crecer o morir.
Pero este crecimiento en el campo de influencia de la solidaridad entraña un serio peligro,
pues también puede suceder que, al ampliar los alcances de una tendencia solidaria, se
pierda la intensidad de esta disposición; se difumine su fuerza; se borre poco a poco su
verdadera efectividad, para convertirse en un malestar personal por los males de la
sociedad; una verborrea lastimosa por las injusticias; una lágrima estéril; una hipócrita
tristeza que no empuja a la acción, sino a la lástima inútil y soberbia.
Es importante, según hemos señalado, no confundir la solidaridad con «un sentimiento
superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas. Al contrario, es la
determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien
de todos y cada uno, ya que todos somos verdaderamente responsables de todos». El
hombre es un ser social por naturaleza, y su desarrollo está estrechamente vinculado con
el desarrollo de toda la sociedad. En cierta medida, ayudar a la sociedad es ayudarse a
uno mismo, puesto que el bien común es precisamente eso: común. El bien de todos es
también mío.
La solidaridad social consiste en colaborar de manera desinteresada con el bien común.
Hay actos de solidaridad que son específicamente obligatorios. Incluso existen actos en
contra de la solidaridad que pueden ser castigados. Entendemos, por ejemplo, que el
cumplir las leyes es un acto solidario, porque sabemos que cumpliéndolas favorecemos el
orden social, la observancia de dichas leyes y, por lo tanto, el bien común. En este caso, la
falta contra la solidaridad es motivo de castigo, y este castigo se lleva a cabo porque se
considera que el cumplimiento de la ley es de interés general y a todos aprovecha.
Aún en el caso de la ley – de la solidaridad obligatoria–, es importante observar en el acto
solidario la rectitud de la conciencia. La conciencia virtuosa y la genuina buena intención
son quienes deben dirigir nuestros actos solidarios. Obedecer el mandato de detenerse
cuando el semáforo está en rojo es, ciertamente, un acto solidario, cuando lo hacemos por
la convicción plena de que con ello favorecemos el bien de la sociedad. Si lo hacemos por
miedo al castigo, ese mismo acto pierde su realidad solidaria para convertirse en una
obediencia artificial, pueril y temerosa. La ley, así contemplada, se torna frágil y quebradiza
bajo el peso del interés personal y momentáneo de la utilidad.
El cumplir las leyes debe ser una disposición permanente, porque todos somos parte de la
sociedad, y a todos nos interesa que esas leyes se cumplan para favorecer el bien común.
Lo mismo podemos afirmar, por ejemplo, del pago de los impuestos justos, del
cumplimiento las leyes penales, administrativas, etc. Cumpliendo la ley aportamos nuestra
actitud y voluntad para el desarrollo de la sociedad entera, que finalmente ha de
convertirse en bien de todos y cada uno de los que la conformamos. Todos somos
verdaderamente responsables de todos.
La convicción de solidaridad, en este sentido, debe tender a terminar con el
quebrantamiento sistemático de las leyes en nuestro país. Si ignoro el rojo del semáforo, si
arreglo las cosas con dinero, si vendo cigarros a menores, si hago una pequeña trampilla…
¿a quién afecto? … a todos, porque alteras el orden justo de la sociedad, porque rompes la
armonía, porque debilitas las leyes, porque destruyes la legalidad, porque todos somos
parte de esta sociedad; y dentro de ella estás tú mismo. Entonces, el interés egoísta
inmediato se vuelve en contra nuestra para desintegrar la unidad solidaria de nuestro
pueblo y embargarnos en un desesperante círculo vicioso que genera inseguridad jurídica,
miedo, indiferencia… y que no nos empuja a otra cosa que al resquebrajamiento de los
principios jurídico-políticos de seguridad y certeza jurídicas, orden y paz.
Pero, como se infiere de lo ya expuesto, la solidaridad deseable no se limita a lo
legalmente exigible, a lo estrictamente justo, sino que invita a una conciencia más profunda
de entrega al bien común, a un esfuerzo de mejora verdadera de las condiciones que
favorezcan el desarrollo de todos los individuos. La solidaridad resuena como una
necesidad urgente y realmente alcanzable para todos los que, a fin de cuentas, hemos
recibido un sinfín de bienes de la sociedad y, por lo tanto, tenemos obligación moral de
devolver, a lo menos, lo que está dentro de nuestras posibilidades.
Puesto que todos somos, en más de un sentido, sujetos pasivos de la solidaridad (hemos
recibido bienes de forma gratuita, nos aprovechamos del desarrollo, de la tecnología, de
las leyes mismas), la relación correlativa de justicia impulsa nuestra acción hacia una
devolución proporcional por todos los bienes recibidos. ¿Es un hombre capaz de pagar
todo lo que le ha sido dado? –Difícilmente. De lo que sí es capaz es de entregarse con
franca devoción a la búsqueda del bien de su sociedad.
La solidaridad hacia la sociedad ha sido puesta de relieve en repetidas ocasiones por la
Iglesia Católica. Con respecto de la solidaridad, Pío XII señala sus elementos, claros
y objetivos; no se anda por las ramas al señalar actos específicos que implican solidaridad
humana.
«Nos invitamos a construir la sociedad sobre la base de esta solidaridad y no
sobre sistemas vanos e inestables. Dicha solidaridad requiere que desaparezcan las
desproporciones estridentes e irritantes en el tenor de la vida de los diversos grupos de un
mismo pueblo. Para este urgente cometido, a la presión externa se habrá de preferir la
acción eficaz de la conciencia, que sabrá imponer límites al despilfarro y al lujo e inducirá
igualmente a los menos habientes a pensar ante todo en lo necesario y lo útil, ahorrando el
resto si lo hay».
El sentido de el párrafo anterior se dirige a dos elementos principales: el primero, como
una crítica frontal al despilfarro y el lujo, que entorpecen y obstruyen la solidaridad
verdadera. El segundo, como una afirmación medular acerca de los actos solidarios: una
persona realmente solidaria, como ya hemos señalado, debe de actuar conforme a la
conciencia, antes que ser estimulada por leyes externas o presión social.
La realidad de las diferencias en el modo de vida entre unas personas y otras nos obliga a
hacer hincapié en este asunto. Es claro que hay personas que tienen más y hay otras que
tienen menos bienes materiales. ¿Eso les obliga necesariamente a aportar más en bien de
la sociedad? La respuesta es clara, e ineludible: sí. Ellos, los que tienen más riquezas
materiales, están obligados por su propia condición a colaborar más con la sociedad. Es
cierto que los que tienen más dinero deben pagar, en principio, más impuestos, pero ésta
es sólo la medida justa, lo mínimo exigible y, como hemos visto, eso no debe ser el límite
de la solidaridad, sino únicamente el comienzo.
«La verdadera solidaridad requiere que trabajemos por eliminar las raíces de la miseria
humana, tanto propias como ajenas, incluso si esto requiere algún sacrificio por nuestra
parte o haya que dar de nuestras necesidades y no sólo de 'lo que nos sobra'. La
solidaridad también significa compartir los bienes materiales con otros, especialmente con
los pobres de este mundo, hacia los que deberíamos tener un amor preferencial».
Hay aún más formas de manifestar la solidaridad. Por ejemplo: la ecología. Este tema hoy
nos parece obligado porque ha adoptado una radical importancia en los últimos años. ¿La
conciencia ecológica es una conciencia solidaria?
Ya hemos dejado muy claro que no puede existir la solidaridad sino entre personas. Es por
eso que hace falta diferenciar los fines que puede tener una conciencia ecológica. Cuando
una persona de decide a cuidar los recursos naturales porque los considera valiosos en sí
mismos no nos encontramos con una actitud solidaria. Sin embargo, cuando sabemos que
podemos favorecer al ser humano a través del cuidado los ecosistemas,
sembrando árboles, desarrollando agricultura sana, promoviendo la protección de
los animales en peligro de extinción y defendiendo la pureza de los ríos, entre otros
ejemplos, entonces la disposición de cuidar el entorno se transforma y enriquece para
apoyar a la persona humana y, ciertamente, la ecología puede ser una importante actitud
dentro de la solidaridad humana.
Hemos visto ya la diferencia: cuidar a la naturaleza para la naturaleza, o cuidar a la
naturaleza para el hombre. Esto aunque parece obvio, no lo ha sido tanto en la vida
práctica, porque ¿acaso no se gastan millones de dólares en salvar, por ejemplo, ballenas
en el ártico, mientras que centenas de miles de niños padecen desnutrición en los cinco
continentes? Viene de esto a resultar que, para no pocas personas, son más importantes
cien ballenas que cien mil niños y, llevado al extremo, creen que vale la pena poner
en riesgo miles de vidas humanas por cuidar otras tantas vidas animales, cuando la
realidad es que una sola vida humana es de incomparable valor con respecto de todos los
animales de todo el planeta.
Hemos desarrollado el ejemplo de la ecología para poder manifestar la idea siguiente: hay
muchas y muy variadas formas de ser solidario. En todos los casos, el ser humano debe
ser el fin de la acción; de otro modo, no existe la solidaridad y esa acción se disuelve en la
nada, pierde su valor. Y para la solidaridad existen distintos medios. La ecología,
la economía, la educación, la nutrición, la comprensión… dicho de otro modo: hay tantas
formas de actuar solidariamente como problemas humanos existen, porque en cada uno
de esos problemas el espíritu humano puede entregarse a sí mismo para colaborar y tomar
por propias las cargas del otro. De cualquier manera, estas acciones deben de tener
siempre por fin material a la persona humana.
Antes de cerrar este apartado, nos es imperativo hacer notar un punto relevante: en
general, cuando hablamos de solidaridad, nos viene a la mente, de forma casi automática,
la idea de ayuda económica –ayudar a los pobres, dar dinero a los necesitados, etc…– o,
cuando menos ayuda material –dar comida, dar casa, etc…–. Estas ideas, aunque sí
forman parte de la solidaridad, no lo hacen de forma completa.
Decir que la solidaridad es, en esencia, ayuda material, sería el equivalente a afirmar que
todos los problemas se resuelven de esa manera; que el hombre sólo tiene necesidades
materiales; que el ser humano se compone sólo de materia, y eso es totalmente equívoco,
aunque así se nos ha hecho ver en el desarrollo de los ideales del más puro liberalismo
económico. El ser humano tiene realmente necesidades que no son materiales, como
aquellas afectivas, espirituales, morales o sociales.
Para estas necesidades, que pueden plantear problemas para distintas personas, también
debe existir una actitud solidaria que favorezca el desarrollo de los hombres en estos
campos. Por ejemplo: es posible, si yo no puedo dar dinero para la educación, que dé una
parte de mi tiempo para educar a niños de escasos recursos; o que acerque a más gente a
la oración –católica si soy católico, budista, musulmana o protestante, si profeso
otras religiones–; o que favorezca la integración social de una comunidad marginada, y
todo sin desembolsar un solo centavo. La solidaridad, pues, no se reduce a ayuda material,
ni a un romántico sentimiento de tristeza hipócrita por los males de los demás, sino que se
traduce en ayuda verdadera para los problemas de todos los hombres, dignos y, por lo
tanto, iguales.
Como podemos observar, la solidaridad social tiene distintos matices. La realidad es que
todos estamos obligados a ella, ya sea por ley positiva o natural, porque todos formamos
parte de la sociedad y todos nos beneficiamos de ella. Lo menos que debemos hacer es
colaborar en justicia para alcanzar el bien común. ¿Y lo más? El límite de la solidaridad es
la medida de la vida humana, porque estamos llamados a dar todo –incluso la vida–, y
guardar para nosotros no más que lo indispensable. Lo demás es lujo que acrecenta la
distancia de unos hombres con otros y obstaculiza el desarrollo de la sociedad en la
medida que merma la capacidad humana de compartir, de cooperar y de pertenecer
realmente a una sociedad de hombres iguales.
5. SOLIDARIDAD EN SOCIEDAD.

Tenemos que afirmar, antes que cualquier otra cosa, lo siguiente: no es conveniente
observar la solidaridad entre pueblos distintos sin tener clara la dimensión humana que
esto conlleva: las naciones no son entes subsistentes en sí mismos, sino que subsisten en
los seres humanos que los conforman. Por eso, no hay que ignorar lo que realmente
sucede. Cuando una nación es solidaria con otra nación, realmente los individuos que
pertenecen a una nación están siendo solidarios con las personas que viven en otra
nación.
Las naciones no son capaces de la solidaridad, sino a través de los individuos que las
conforman. La solidaridad no es susceptible de perder su dimensión humana, aún cuando
esté siendo llevada a cabo más allá de la propia sociedad.
Entendido esto, podemos proseguir. La solidaridad en el ámbito internacional sólo es
comprensible cuando se tienen por verdaderamente iguales en derechos todas las
naciones, independientemente de su influencia económica o cultural dentro de un mundo
que se inclina a favorecer la tan nombrada globalización.
Podemos decir, con respecto de la realidad internacional, que la obligación de solidaridad
es tan imperativa entre naciones como lo es entre individuos, dado que el campo de
influencia de una solidaridad entre pueblos es mucho mayor, y las diferencias, sobre todo
económicas, impiden la búsqueda libre del bien común en las naciones llamadas del tercer
mundo, que están en vías de desarrollo. «En el ámbito de las relaciones entre los pueblos,
la solidaridad exige (…) que disminuyan las terribles diferencias entre los países en el
tenor de vida». De esta manera la solidaridad, fundamentada en la igualdad radical de las
naciones, ha de inclinarse en una lucha constante por lograr también la igualdad en
condiciones sociales y económicas, para hacer desaparecer la subordinación material de
unos países ante otros: que la igualdad entre naciones no sea sólo substancial, sino
también material.
Para llevar a cabo la solidaridad entre las naciones, hace falta visualizar un hecho que en
algunas ocasiones es difícil de aceptar: el bien de cada sociedad es el bien de todas
las sociedades, así como el bien de una persona en sociedad es el bien de todos sus
habitantes. Podemos observar al planeta entero como una verdadera sociedad de
sociedades, en donde todos, realmente, somos responsables de todos. En una actitud de
solidaridad no sólo se beneficia aquél que recibe la ayuda, sino también aquél que la da,
además de toda la sociedad de sociedades.
Entendido esto, comprendemos que, de ninguna manera, la solidaridad entre naciones se
opone a los sentimientos positivos de patriotismo y de cuidado de la nación propia. Las
naciones también deben de aprender a desprenderse de sus bienes materiales en favor de
otros, y no sólo de lo que les sobra, sino de aquello que les ha costado trabajo, porque sólo
entonces podrán comprender la dimensión universal de la solidaridad, aún entre naciones
que no guardan algún vínculo especial de amistad o compromiso.
«Juzgamos necesaria aquí una advertencia: (…) el amor a la propia patria, que con razón
debe ser fomentado, no debe impedir, no debe ser obstáculo al precepto cristiano de la
caridad universal, precepto que coloca igualmente a todos los demás y su personal
prosperidad en la luz pacificadora del amor»
El tema de la solidaridad universal en la historia próxima tiene lo mismo capítulos gloriosos
que recuerdos deplorables. Podemos citar un buen ejemplo, cercano a todos nosotros. En
1985, ocurrió en la Ciudad de México un fuerte terremoto, con consecuencias materiales
terribles. En aquella ocasión, México recibió ayuda solidaria de diversas naciones en el
mundo entero: dinero, comida, ropa, cobertores y hasta gente que se apuntó para las
arduas tareas de rescate. Podemos observar en ello una muestra de verdadera fraternidad
universal, en donde todas las naciones toman conciencia y responsabilidad por las
necesidades de otros.
Pero no siempre es así. En el año 2000, por razón del Jubileo universal, el Papa Juan
Pablo II solicitó a diversos países del primer mundo la condonación de las deudas a los
países en vías de desarrollo, la mayoría de los cuales se encuentran en África. En esta
ocasión, las naciones desoyeron la llamada a una verdadera solidaridad. La esperanza de
las naciones pobres ante ese llamado se apagó dolorosamente ante la egoísta negativa de
los países desarrollados. Podemos afirmar con esto que todavía, a pesar de la supuesta
globalización y de la supuesta hermandad de todos los pueblos, la solidaridad plena es aún
difícil de alcanzar. Y ésta será, desde luego, prácticamente inalcanzable mientras que en
los individuos no exista esa disposición constante a apoyar el bien común.
No hay que caer en el error de pensar que esto es un problema nuevo. Juan XXII ya lo
había hecho notar anteriormente. Las solidaridad entre las naciones no es una urgencia
reciente, sino una verdad de siempre.
«En una única y sola familia, impone a las naciones que disfrutan de abundantes riquezas
económicas la obligación de no permanecer indiferentes ante los países cuyos miembros,
oprimidos por innumerables dificultades interiores se ven extenuados por la miseria. El
problema tal vez mayor de nuestros días es el que atañe a las relaciones que deben darse
entre las naciones económicamente desarrolladas y los países que están en vías de
desarrollo económico: las primeras, gozan de una vida cómoda los segundos, en cambio,
padecen durísima escasez. La solidaridad social que hoy día agrupa a todos los hombres y
el hambre y no disfrutan, como es debido, de los derechos fundamentales del hombre.
Esta obligación se ve aumentada por el hecho de que, dada la interdependencia progresiva
que actualmente sienten los pueblos, no es ya posible que reine entre ellos una paz
duradera y fecunda, si las diferencias económicas y sociales entre ellos resulta excesiva»
Estas palabras, que fueron escritas hace más de cuarenta años, nos parecen hoy más
necesarias que nunca. La brecha económica que divide a los países desarrollados con
aquéllos en vías de desarrollo es hoy más grande y más infranqueable que nunca, pues
la velocidad de desarrollo que permiten el mercado mundial y la tecnología a los países
con alto grado de bienestar económico, los separa cada vez más de la realidad que viven
los países con dificultades económicas.
Esta situación se agrava actualmente con los problemas que se han suscitado en los años.
Enfrentamientos bélicos, guerras culturales, enconos religiosos. Problemas que no hacen
sino remarcar las diferencias que obstaculizan una actitud solidaria de alcance universal,
porque en vez de favorecer la unión por la igualdad substancial, provocan el
distanciamiento y el odio por diferencias accidentales. «Mientras el mundo siente con tanta
viveza su propia unidad y la mutua interdependencia en ineludible solidaridad se ve, sin
embargo, gravísimamente dividido por la presencia de fuerzas contrapuestas». Estas
fuerzas son de distinta índole. Las hay políticas, religiosas, económicas, culturales e
incluso étnicas.
La solución a estos problemas parece clara: «Hay que apostar por el ideal de la solidaridad
frente al caduco ideal del dominio», por que sabemos que el bien de todos nos favorece a
todos. Hay que apostar por el bien común.
La creciente interacción entre las naciones y la cada vez más abismal separación cultural y
económica entre los países no parecen ser sino los polos opuestos de una realidad global
que se define por sus contradicciones: un mundo cada vez más cercano, pero cada vez
más dividido; que trata de olvidar los conflictos raciales para imbuirse en la indiferencia
entre culturas.
Lejos de lamentarnos, horrorizarnos o indignarnos de forma hipócrita por estas realidades
tan disímiles, nos ocupa la urgente necesidad de hacerles frente. En el ámbito
internacional, sobre todo los gobernantes deben de estar abiertos a una realidad hoy
innegable: el verdadero desarrollo de una nación no puede llevarse a cabo sin el desarrollo
paralelo de todas las demás, porque la interacción y la interdependencia –económica,
comercial, cultural– entre países es cada vez más acusada y hoy, más que siempre, los
países del orbe son definitivamente necesarios entre sí. La sociedad de sociedades es una
realidad, y todos somos verdaderamente responsables de todos.
6. SOLIDARIDAD ENTRE NACIONES.
7. CONCLUSIONES.

Visto todo lo anterior, no nos queda más que reafirmar algunas ideas clave, que nos
demuestran el protagonismo real que debe tener la solidaridad en el ámbito de las relaciones
humanas en todas sus dimensiones.
Hemos observado la importancia de la solidaridad para el buen desarrollo de las personas en
sociedad. Hemos repetido hasta el cansancio los efectos positivos que deben de derivarse de
una correcta disposición para la solidaridad universal. Pero nos hace falta hacer el acotamiento
en este estudio sobre las consecuencias que, a contrario sensu, se desprenden de la falta de
solidaridad entre los hombres.
«La culpa de las estrecheces actuales... deriva de la falta de solidaridad de los hombres y de
los pueblos entre sí». El supuesto bienestar que logran los hombres cuando, a fuerza de
derribar a los otros, de utilizarlos como simples escalones para subir al éxito, de olvidarlos en la
desdicha, de ignorarlos en la pobreza, de sumirlos en la ignorancia, es sólo una desdichada
farsa de poder y comodidad que tiene sumida a la sociedad en un estancamiento fétido de
intereses personales que ha relegado al olvido la confianza entre los hombres. El desarrollo
momentáneo que consiguen los países cuando explotan a otros, o dejan de ayudarles, o
propician su subdesarrollo, o se enfrentan en guerra y vencen, es sólo un espejismo efímero de
bienestar material, pervertido de egoísmo y deshumanización.
¿Acaso no es obvio al ojo observador que la falta de solidaridad no conduce a otra cosa que al
aletargamiento de la civilización y la falta de desarrollo conjunto de todos los hombres? La falta
de solidaridad no sólo afecta a los necesitados, o a los países en desarrollo, o a los ignorantes.
La falta de solidaridad se revierte en contra nuestra, y nos afecta tan directamente como a los
más necesitados. Ser solidarios con los demás, podemos decir, es ser solidarios con nosotros
mismos, pero de una manera genuina, legítima. Preocuparnos por nosotros y por los nuestros
es lícito, pero no a costa de los demás, sino de la mano de los demás, colaborando con el
desarrollo de todos.
Primero en la familia, luego en la comunidad; más tarde en la sociedad o más allá de nuestras
fronteras. El desarrollo de todos es también mi desarrollo; el bien de todos es también mío.
La solidaridad debe ser verdadera, tangible, cierta. Debe ser activa, perseverante, constante.
«No es posible confundirla con un vago sentimiento de malestar ante la desgracia de los
demás. (…) La solidaridad, en el compromiso del hombre y de la mujer, es un servicio a
aquellos cuyas vidas y destinos están ligados estrechamente entre sí». La solidaridad es
entrega y, por tanto, diametralmente opuesta al deseo egoísta, que impide el verdadero
desarrollo.
Por eso hemos dicho: la solidaridad es unión, mientras que el egoísmo es aislamiento. La
solidaridad favorece el desarrollo; el egoísmo, la pobreza. La solidaridad aprovecha los bienes,
los distribuye, los comparte, los multiplica; el egoísmo, los corrompe, los hace estériles, los
pervierte para hacer de los bienes plataformas de podredumbre, de riquezas desbordantes de
inutilidad y vergüenza. Para la solidaridad, homo homini amicus, homo homini frater; para el
egoísmo, homo homini lupus.
Esa solidaridad; esa disposición permanente de colaborar con el bien común; la misma que
une, hermana y desarrolla a los hombres, no es algo extraño a nosotros, ni es un ideal
inalcanzable, no. La solidaridad es parte de nosotros, está en la naturaleza misma del ser
humano y se relaciona directamente con su también naturalísima tendencia social.
Es este sentido, podemos decir que las tendencias humanas que se oponen a la solidaridad
son no sólo negativas, sino también antinaturales; son señales patológicas en una persona que
no reconoce la dignidad de la persona humana ni se ha dado cuenta, ciego de avaricia, de que
todos somos verdaderamente responsables de todos. Así como la solidaridad nos humaniza; la
falta de ella nos pervierte, nos aleja, nos hace negar nuestra propia naturaleza.
Oponerse a la solidaridad es oponerse a la naturaleza social del hombre, y equivale a afirmar
que uno es autosuficiente, que no necesita de otros, que los otros no le merecen, que no le
debe nada a nadie. No escuchar el llamado a la solidaridad es una acción que desvirtúa al ser
humano para convertirlo en un ser solitario, egoísta; fuera de la realidad; lejano de los otros
hombres, duro de corazón: profuso para exigir, pobre para ofrecer. Querer olvidar la solidaridad
y observar con los brazos cruzados las necesidades de los que nos rodean es un síntoma de
un profundo egoísmo, una irreparable ceguera o una asombrosa ingratitud.
El ser humano es un ser social: necesita de otros y los otros necesitan de él. Con esto, ¿quién
puede negar la necesidad inmediata de la solidaridad verdadera en todos los hombres? Ya
sean jurídicos, ya sean filosóficos, ya sean morales los argumentos que se esgriman a favor de
ella, cualquier hombre que acepte a la justicia como la constante y perpetua disposición de dar
a cada quien lo que por derecho le corresponde sabrá, por lo mismo, observar en la solidaridad
una verdadera exigencia de la justicia misma y un llamado urgente de caridad universal.

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