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MANUAL DEL NUEVO PROCEDINIENTO PENAL, a1
por el traductor intérprete, si no comprende 0 no habla el idioma del
Jucgado 0 tribunal; b. comunicacion previa y detallada al inculpado de la
acusacién formulada; ¢. concesién al inculpado del tiempo y de los medios
adecuados para la preparacién de su defensa: d. derecho del inculpado de
dejenderse personalmente ode ser asistido por un defensor de su eleccién y
de comunicarse libre yprivadamente con sudefensor: e. derecho irrenuncia~
ble de ser asistido porn defensor proporcionado por el Estado, remunerado
0 no segiin la legislacion interna, si el inculpado no se defendiere por si
mismo ni nombrare defensor dentro del plazo establecido por la ley;
f derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal
ydeobtenerlacomparecencia, como testigos operitos, de otraspersonas que
Puedan arrojar luz sobre los heckos; g. derecho ano ser obligado a declarar
contra si mismo ni a declararse culpable, y h. derecho de recurrir del fallo
‘ante juez o tribunal superior. 3. La confesién del inculpado solamente es
vélida si es hecha sin coaccién de ninguna naturaleza. 4. El inculpado
absuelto per una sentencia firme no podré ser sometido a nuevo juicio por
fos mismos hechos. 5. El proceso penal debe ser piiblico, salvo lo que sea
necesario para preservar los intereses de la justicia”,
Es imprescindible recordar que todas las garantias a las que hemos
aludido, segtin la doctrina en la materia y los propios tratados, son direc~
tamente aplicables al derecho interno de los Estados Partes, aun en el caso
que no haya legislaci6n interna al respecto y, si esta legislacién interna
existicre pero fuere contraria al Pacto, se debe considerar derogada, como
consecuencia de la aplicacién directa ¢ inmediata del derecho internacio-
nal. (Asilo sefiala, como apuntabamos, ladoctrina americana, conclatidad
y precisi6n y, también, la Corte Interamericana de Derechos Humanos).
.2. Principios Basicos del nuevo Cédigo Procesal Penal
Enel Titulo I, del Libro Primero del CPP, articulos 1° al 13, se contie-
nen wia serie de principios bésicos de este Cédigo, que analizaremos
someramente.
A. JUICIO PREVIO Y UNICA PERSECUCION
Se consagra este principio informador del nuevo procedimiento penal
en el articulo 1°, que sefiala que ninguna persona podré ser condenada 0
penada, ni sometida a alguna de las medidas de seguridad que establece el
‘Ciédigo, sino en virtud de una sentencia fundada, dietada por un tribunal
imparcial. Ademds se expresa que toda persona tiene derecho a un juicio
previo, oral y publico, desarrollado en conformidad con las normasdeese
cuerpo legal. Luego se afirmael principio non bis in idem, al expresar que32 Sasas CHaMudn Samrds
lapersona condenada, absueltao sobresefda por sentencia ejecutoriada, no
podré ser sometida a un nuevo procedimiento penal por el mismo hecho.
Como una primera aproximacién, debe advertirse la congruencia de
esta norma del articulo 1°, con la deLart, 8.3 del Pacto de San José (CDH),
con a del art. 14.7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Politicos
y con la garantia del debido proceso, antes analizada, en lo que se refiere
‘ala prohibicidn de reiterarun juzgamiento ya hecho. Asimismo, es impres-
cindible hacer notar que, por el contrario, no estarfa acorde con este prin-
cipio el cual, como vimos, tiene también rango constitucional, el art. 3°
inciso 3° del CaPP (1906).
En seguida, es fundamental la consagracién del derecho al juicio oral.
Fste es un elemento central de la Reforma Procesal Penal. Es decir, y
no obstante la existencia de salidas alternativas al juicio o de procedimien-
tos abreviados o simplificados, como se verd, el perseguido penalmente
tiene un derecho inalienable a ser juzgado oral y péiblicamente. Cualquier
otra via de término 0 suspensién del nuevo procedimiento penal, por su-
puesto siempre que el imputado esté presente, requieren su consentimien-
to. Si éste no se presta, libre ¢ informadamente, habra juicio oral.
Creemos adecuads, por ahora, caracterizar el proceso o juicio oral
diciendo que és aquel donde, el.o los jueces, se basan en lo que ven ¥
perciben directamente através de sus sentidos, para adquirir su conviceiGn
y emitir su fallo.
B. Juez NATURAL
Estatuido en los siguientes términos: “Nadie podré ser juzgado por
comisiones especiales, sino por el tribunal que le sefialare la ley y que se
hallare establecido por ésta con anterioridad a la perpetracién del hecho”
(art. 2° CPP)
Este principio en apariencia es idéntico al consagrado en el art. 19
N°3, inciso 4°, de la CPR. Sin embargo, es importante tener presente que
en esta tiltima norma no se conereta tan precisamente la “anterioridad” de
Jaexistencia del tribunal. Por ello se ha dicho, en relaciGn con el precepto
constitucional, como lorecaledbamos, que es necesario queel tribunal esté
establecido antes del inicio del juicio. En cambio, el CPP Jo sitdéa antes de
Ja ocurrencia del hecho delictual.
C. EXCLUSIVIDAD DE LA INVESTIGACION PENAL
Se preceptiia en el art, 3° del CPP, que sefiala que es el Ministerio
Pablico quien dirige en forma exclusiva la investigacién. Concuerda este
principio con el art. 83 de la CPR y el art. 1° de la ley N° 19.640 y serénriada, no
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‘MANUAL DEL NUEVO PROCEDINUENTO PENAL 33
analizado, junto con otros, en la parte de este Manual relativa al Ministerio
Piiblico.
D. PrEsuNCIGN DE INOCENCIA DEL IMPUTADO
Este principio fundamental del proceso penal se recoge, en nuestra
legislacién, en diversas normas, en forma més omenos adecuada. Detalla-
remos algunas:
i)art, 19 N° 3, inciso 6” de la CPR. Al respecto ya hemos sostenido antes
(supra 1.1.2, etraE, i) que, noobstante la intenciénde losredactores dela Carta
Fundamental, la recepcidn de la presuncién resulta imperfecta y no expresa;
4i)Tratados Internacionales. La presuncién de inocenciase considera.cn cl
acto Intemacional de Derechos Civiles y Politicos (art. 14.2) y enlaConven-
cién Americana de Derechos Humanos (art. 8.2). Ambos textos se encuentran
vigentes en Chile y tienen, segtin lo dijéramos, rango constitucional;
iii) art. 42, inciso 1° CdPP (1906), modificado por la ley N° 18.857 de
1989, que expresa, en lo pertinente: “A nadie se considerard culpable de
delito ni se Ie aplicaré pena alguna sino en virtud de sentencia dictada por
el tribunal establecido por la ley..”.. Para algunos, esta norma sélo tiene
un imperfecto reconocimiento de la presuncién toda vez que, a continua-
ign del texto citado y en el mismo inciso 1°, se sefiala que “el imputado
deberé someterse a las restricciones que con arreglo a Ja ley se impongan
asu libertad oa sus bienes durante el proceso”, palabras que indicarian que
ellegislador se reserva la facultad de introducirle restricciones al estado de
inoceneia presumido, las cuales serfan completamente inconstitucionales.
Otros”’ creen que esta norma recoge en forma fmplicita pero clara la
presuncién de inocencia y que el articulo en andlisis la consagra, al menos
anivel de principio, en forma inequivoca.
Pensamos que, efectivamente, la redaccién de la norma del CdePP
(1906) no es nitida y permite que se introduzean restricciones al principio.
‘Sin embargo, las limitaciones a las que se alude se refieren mas bien a las
propias contempladas en otros articulos del Cédigo las que, no necesaria-
mente, son todas inconstitucionales y no a las que podrfa, a posteriori,
roducir el legislador las que, ahi sf, irfan contra texto constitucional
(Sean las normas del art. 19 CPR, o las de los tratados internacionales del
mismo rango, por aplicaci6n del art. 5°);
% Canccca Pina, Alex. Op. cit.
® Dut Rio F, Carlos y Roms Rutaak, Francisco, “De fa Reforma Procesal Penal, En
especial.” Editorial Juridica ConoSur, 1988,