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Periodismo en España: ¿hay posición en la crisis de Venezuela?

Comunicación política, democracia y opinión pública

Fernando Camilo Garzón Gómez


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La crisis actual que vive Venezuela es innegable. Los problemas económicos, sociales,
democráticos y migratorios que acontecen en el país así lo demuestran. La idea, casi
fatalista, de una profunda crisis está instalada en muchas de las llamadas sociedades
democráticas y está siendo utilizada como arma política en diversas naciones (Bermúdez,
2018). Sin embargo, buena parte de esta visión se debe a las noticias que consumimos de
los grandes medios de comunicación y en España, por ejemplo, en los periódicos más
vendidos, la información tiende a estar parcializada y muy poco contrastada.

Internet y las redes sociales parecen el espacio perfecto para hacer un contra peso a los
datos suministrados por las grandes cadenas de comunicación. No obstante, el momento de
la información en la era digital (las Fake news, la segmentación y polarización de los
públicos, la infoxicación de contenidos y los algoritmos de las plataformas virtuales) nos
hace pensar en la necesidad de un procesamiento de la información mucho más depurado,
el cual, por ahora, está en manos del periodismo. Los ciudadanos necesitan estos
verificadores. Necesitan que el periodismo muestre de nuevo su razón de ser. (Garcia,
2017)

Según en el momento actual de la información, y teniendo en cuenta que el buen


periodismo (ABC, 2018) surge como una plataforma útil para combatir la desinformación y
demás fenómenos que colman esta nueva realidad (Garcia, 2017), es fundamental analizar
el cubrimiento que está haciendo la prensa española de la situación en Venezuela y
reflexionar sobre las consecuencias que tiene la escasa imparcialidad en la percepción de la
crisis venezolana

La crisis en Venezuela

Es imposible negar la difícil situación que vive el país. Hay cifras que demuestran
situaciones económicas, sociales y democráticas preocupantes. Por un lado, en el Índice de

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Desarrollo Humano (IDH), que presenta anualmente la Organización de Naciones Unidas
(ONU), Venezuela ha sido uno de los países que más ha descendido en el ranking en los
últimos años; de tener hace unos años un índice de 0.778 ahora tiene uno de 0.761 (PNUD,
2016). El Fondo Monetario Internacional ha instado al país a tomar medidas para
neutralizar, entre otras cosas, la escalada de la inflación, la caída de la moneda y la crisis
económica en Venezuela (Fondo Monetario Internacional, 2018).

Por otra parte, la crisis social y migratoria en el país está siendo un fenómeno creciente en
los últimos años. La migración de venezolanos, que afecta a la mayoría de países
latinoamericanos, ha incrementado más del 900% (Noticias ONU, 2018). Alrededor de
900.000 personas están saliendo de Venezuela a otros países de América latina, lo cual ha
representado una de las mayores crisis humanitarias de todo el continente.

Por si fuera poco, los índices democráticos tampoco le favorecen mucho; por ejemplo, el
Democracy Index, hecho por la Unidad de inteligencia de The Economist, califica al país
suramericano como uno de los regímenes autoritarios del mundo (The economist, 2017).
La polarización política, los escándalos de corrupción de miembros del gobierno y la
oposición, los presos políticos y los atentados contra el presidente Nicolás Maduro, son
síntomas preocupantes y por supuesto tienen el suficiente peso para concluir que la
situación de la nación venezolana es bastante complicada.

El contexto político y la información

La información es un asunto fundamental en el tema de Venezuela. No es un secreto para


nadie que el país suramericano es enemigo de Estados Unidos1 y está es la principal razón
para tener cuidado con las noticias que se emiten sobre la crisis. Noam Chomsky en su
libro, Hegemonía o supervivencia, la estrategia imperialista de los Estados Unidos, alude a

1
Pueden verse en este sentido las declaraciones de Hugo Chávez contra Estados Unidos
(https://www.youtube.com/watch?v=LEFgrvl33t0); declaraciones de Nicolás Maduro contra
Estados Unidos (https://www.youtube.com/watch?v=XzWqOHeUwN8). Por otro lado, también
puede verse la declaración de George W. Bush contra Hugo Chávez
(https://www.youtube.com/watch?v=nYbzN9I21I4 ) y las declaraciones de Donald Trump contra el
gobierno de Nicolás Maduro
(https://twitter.com/realDonaldTrump/status/909995135009804288 )

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la información como un recurso propagandístico y estratégico de las sociedades liberales.
Es apenas natural que las instituciones modernas de control del pensamiento -llamado con
franqueza propaganda antes de que la palabra cayera en desuso por sus connotaciones
totalitaristas- hayan tenido origen en las sociedades más libres (Chomsky, 1928, pág. 16).

Es muy posible que las noticias que vemos sobre Venezuela persigan un interés y no
precisamente el de informar de forma imparcial. Chomsky explica que los modelos
propagandísticos se replicaron, por ejemplo, en Sudáfrica, en la Alemania Nazi, en la
Unión Soviética y en el Pentágono, y todos bajo un mismo patrón.

Los problemas del control interno adquieren una gravedad particular cuando las autoridades del
gobierno ejecutan políticas a las que se opone el grueso de la población. En tales casos, la dirigencia
política puede verse tentada a seguir la senda de la administración Reagan, que estableció una Oficina
de Diplomacia Pública para fabricar consentimiento sobre sus devastadoras políticas en
Centroamérica. (Chomsky, 1928, pág. 17)

Al escalar este panorama político a un contexto más cercano, es decir a España, es


imposible ignorar los factores políticos y diplomáticos. Las relaciones internacionales entre
la nación norteamericana y la nación española son sólidas (Ruiz, 2017)2 y por lo tanto es
válido concluir que la agenda informativa en España está influida por los intereses de
Estados Unidos. Como explica Chomsky el país norteamericano ha construido estrategias,
a toda escala, con el objetivo de establecer una superioridad a nivel global.

John Ikenberry, describe esta proclamación como una "estrategia global [que] comienza con el
compromiso fundamental de preservar un mundo unipolar donde Estados Unidos no tenga un rival a su
altura"… El objetivo de la gran estrategia imperial es prevenir cualquier desafío al "poder, posición y
prestigio de Estados Unidos" (Chomsky, 1928).

Es a través de este contexto que podemos interpretar la importancia de mirar cómo se


produce la información sobre Venezuela ¿Qué tan imparcial es España, aliado de Estados
Unidos, cuando cubre la información sobre el país latinoamericano?

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A pesar del cambio de presidente no se han dado cambios significativos en la relación entre ambos países

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La prensa española y la crisis

Los cinco periódicos más vendidos de España3 (El país, El mundo, La vanguardia, La voz
de Galicia y El periódico (Statista, 2018). ) son un ejemplo perfecto para demostrar la casi
nula imparcialidad en el trato de las noticias sobre Venezuela. Por ejemplo, el diario El
país. Una simple búsqueda en la página web del periódico puede demostrar la baja
imparcialidad del medio.

Figura 1

De veinte noticias que se encuentran en el diario todas tienen connotaciones negativas. Por
supuesto que al haber crisis se entiende la existencia de este fenómeno, no obstante, no deja
de ser preocupante como se le da especial voz a los opositores y ninguna al gobierno, como
puede verse en la figura 1 y 2.

Figura 2

La parcialidad de un periódico como El país en este tema es bastante notoria. Se resaltan


los datos negativos que dan diversas organizaciones, pero también, hacen énfasis desde las
columnas de opinión en la situación de crisis. Puede verse en las figuras 3 y 4.

3
Se excluye al Diario Marca y al Diario As por ser deportivos

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Figura 3

Figura 4

Es misión imposible encontrar voces contrarias a las que hablan de crisis sobre Venezuela.
En el desarrollo de las noticias el problema es más evidente. Un buen ejemplo se ve en la
figura 5. La noticia es Ocho países latinoamericanos se comprometen a integrar a los migrantes
venezolanos. Venezuela no ha asistido a los encuentros regionales, que se están realizando
entre los países latinoamericanos, para atender la situación humanitaria que ha generado la
migración en el país. Sin embargo, a pesar de ser el país protagonista de la información, el
diario El país no se interesa en poner en conocimiento las razones que tiene el gobierno de
Nicolás Maduro para no asistir al encuentro. Cierran el articulo sin brindar una sola
afirmación oficial. No hay entrevistas a funcionarios del gobierno para entender las razones
de su ausencia; se limitan a anunciar que Venezuela no acudió al evento pero no resuelven

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una de las preguntas fundamentales: el por qué.

Figura 5

Esta situación es la misma en otros diarios. El mundo brinda un abanico de noticias más
variadas. A diferencia del País, que cubre informaciones sobre todo políticas, El mundo es
más amplio en las noticias sobre el país latinoamericano. Sin embargo, la parcialidad en la
información política no deja dudas (Figura 6 y 7)

Figura 6

6
Figura 7

La figura 7, en especial, es muy diciente. Después del título se puede leer, a forma de
resumen, ¡Venezuela libre! ¡Venezuela libre! en un claro intento de dar una línea editorial
desde la información. El desarrollo de noticia no es diferente y con frases como el renacer
de Venezuela y El 90% de los venezolanos piensa que Venezuela no es libre, marcan
claramente una percepción negativa sobre el gobierno venezolano, sin que en el artículo o
en otras noticias se intente dar la versión del otro lado.

Los otros tres periódicos más importantes de España también tienen una marcada tendencia
para informar sobre la crisis, a
pesar de no tener tanta
información sobre el país. En la
figura 8, que corresponde a El
periódico, cabe resaltar la
palabra catastróficos; el
lenguaje es otro elemento para
analizar con detalle en el
Figura 8 (El periodico)
cubrimiento informativo de la
prensa española. Las palabras fatalistas que se ya fueron referenciadas de otros medios, son
una herramienta recurrente al momento de informar sobre la nación latinoamericana. Por
supuesto, también merece atención, además del evidente contraste de lenguaje entre una
noticia y otra, la relación que hace el medio entre la oportunidad histórica que representa
para Estados Unidos la elección de Bolsonaro en Brasil. Es claro que el contexto político es
fundamental para informar sobre los venezolanos. Las figuras 9 y 10 sirven para ilustrar,
nuevamente, la marcada tendencia informativa de la prensa española sobre la crisis

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Figura 9

Figura 10

“Nos vamos a volver Venezuela”, el arma política

Como ya ha sido mencionado es entendible que la situación de crisis sea tratada como tal
por los medios. Pero, es más que notoria la tendencia con la que se cubre la información
sobre Venezuela. El contexto, el lenguaje y el casi inexistente contraste de fuentes dan
como resultado noticias totalmente parcializadas. España, como ya hemos visto, es un claro
ejemplo de ello.

Roger Silverstone, en su libro La moral de los medios de comunicación, describe a través


de la Extrema lejanía y la Extrema cercanía (Silverstone, 2010) realidades tacitas de la
deontología periodística. Encontrar el punto medio entre los dos polos será labor de un
periodismo ético; no hay que ser tan cercano a las fuentes y tampoco lejano al extremo de
no comprender la realidad de quienes se retrata

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El cubrimiento español de la información sobre Venezuela resulta extremadamente lejano
porque la información que se obtiene no es completa; y a la vez, es extremadamente
cercano a un panorama político que se empieza a extender por muchos países del mundo.

Hay un peligro latente en el hecho de que no se contraste la información. La manipulación


de los electores a través de las informaciones falsas de internet y la polarización de las
redes sociales ha dado como resultado el triunfo electoral de movimientos de derecha en
todo el mundo. Los electores que reciben la información a través de las redes sociales no
encuentran en el periodismo una fuente de contraste. Un ejemplo claro de esta situación
ocurrió en el Reino Unido con el Brexit (Ventoso, 2017)

Los casos más recientes han ocurrido con personajes como Jair Bolsonaro en Brasil e Iván
Duque en Colombia (Bermúdez, 2018) que a partir de mentiras y campañas cuestionadas
por difundir informaciones falsas a través de internet (Gosman, 2018) se hicieron con el
poder de los respectivos gobiernos.

La idea de No volverse como Venezuela, se ha convertido en el arma política de la derecha.


Aunque parezca extraño, está idea ya ha sido utilizada, con todo éxito, en países como
Estados Unidos, cuna y país defensor del modelo capitalista en todo el mundo (Europa
press, 2018).

Si la prensa no combate la información falsa de las redes sociales con periodismo de


calidad, es muy fácil que políticos que basan sus campañas en el miedo y las mentiras
escalen al poder. España no está lejos de esta situación. La baja imparcialidad en el tema de
Venezuela es un asunto que puede influir en futuras elecciones. Más allá de la
imposibilidad que reviste convertir, por ejemplo, a España en Venezuela, el problema está
en que cuando el electorado trata de buscar una fuente equilibrada de información en la
prensa, se encuentra noticias politizadas, claramente parcializadas y que traen como
consecuencia la propagación del miedo que políticos como Bolsonaro o Donald Trump han
sabido utilizar, con mucho redito, en otras partes del mundo.

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Contrastando la idea de crisis

Se hace necesario, o casi obligatorio, abogar por un periodismo más contrastado. La era
digital nos está planteando retos e interrogantes que exigen un periodismo de calidad. El
contraste, la polifonía y diversidad de voces son armas que el periodismo necesita tomar
para combatir la desinformación y las mentiras que pululan en las redes.

Venezuela posiblemente no está tan mal como parece ¿Cómo saberlo si la información que
encontramos es totalmente parcializada? Sin ver la otra cara de la moneda ¿Cómo hablar
con propiedad de una crisis venezolana? Sería interesante, por lo menos, escuchar que
tienen para decir los chavistas. Finalmente, por muy antidemocrático que digan que es el
país, el chavismo lleva más de 15 años ganando con amplias diferencias, menos en las
últimas elecciones, todas las contiendas electorales.

El tema no puede ser resumido de manera tan sencilla y creer que la crisis es crisis per se
desconociendo el contexto internacional. El periodismo debería tener una posición más
ética e imparcial y tratar de retratar a todos los actores de la realidad.

Victor de Currea-Lugo, periodista colombiano, plantea un ejercicio interesante. Trata de


comprobar, a través del ejercicio periodístico, que muchas de las cosas que se dicen sobre
Venezuela son una exageración (Currea-lugo, 2018). Colombia un país con un contexto
político parecido al español, aunque mucho más complejo, es el país que más se ha visto
afectado por la migración de venezolanos, a pesar de que muchos de ellos han preferido
volver ante la grave situación que acontece en el territorio colombiano (Noticias Caracol,
2018). El análisis de Currea Lugo es necesario en un contexto en el que pocos tratan de
contrastar la información que hay de Venezuela

¿por qué no las redes sociales?

Consecuencias de la parcialidad

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