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HISTORIA ARGENTINA 2018

• Fernando Rocchi: “El péndulo de la riqueza argentina en el período 1880-1916”


En 1908 en A el éxito E iba modelando los valores de una S.
En la imaginación de Casadilla y de Batolla, los H de 1820 no podían reconocer el mundo de principios del S XX.

Crecimiento económico y exportaciones

1880-1916- No había dudas sobre el porvenir de gloria que le esperaba al país. En los 36 años que siguieron a 1880,
mientras la población se triplicaba, la E se multiplicó 9 veces.
El motor del crecimiento E fueron las exportaciones de productos primarios. Desde mediados del S XIX, las ventas al
exterior de lana habían crecido de manera sostenida y convertido a este producto en el principal bien exportable del
país, desplazando al cuero y a otros derivados del vacuno que habían dominado el C internacional en los años que
siguieron a la independencia. Entre las décadas de 1840 y 1880 la “fiebre lanar” pobló de ovejas refinadas de raza
Merino los campos de la región pampeana y sentó las bases de su crecimiento E. A fines del SXIX, la estructura de las
exportaciones comenzó a diversificarse con la producción de nuevas mercancías para vender en el exterior, como
cereales, lino, carne congelado ovina y animales en pie. A principios del S XX, la carne refrigerada vacuna se transformó
en una nueva estrella mientras los cereales ampliaban su presencia. Cultivos y vacas de raza desplazaron a las ovejas
hacia el sur. Los cambios no solo implicaron un aumento en la diversidad sino en el volumen físico y el valor de las
exportaciones que, entre 1880 y 1916, se incrementó 9 veces, al mismo ritmo que el producto bruto interno.
El auge exportador A fue parte de un proceso de internacionalización del intercambio comercial que se aceleró a fines
del S XIX con el desarrollo del K internacional. La industrialización generaba tanto un exceso en la producción de bienes
manufacturados como un aumento en la demanda de alimentos para su población y de las materias primas necesarias
para sus fábricas.
Una Europa con exceso de población se convirtió en la principal fuente de salida de mano de obra hacia las zonas que la
requerían y que ofrecían salarios más atractivos.
A mediados del S XIX, la inserción de la Argentina en el mercado K mundial era débil. No tenía ni Ks ni población
suficiente como para producir bienes exportables en gran escala. En el necesario proceso de orden político el E en
formación comenzó a garantizar la seguridad jurídica, la PP y el movimiento libre de K, con lo que llegaron las
inversiones extranjeras y los inmigrantes.
L A contaba con un factor de producción abundante sobre el que se basó el crecimiento exportador: la T. La dotación
de T se mostraba como inacabable, mientras que la fertilidad del suelo hacía que la producción agropecuaria resultara
altamente eficiente por los bajos costos que implicaba en términos internacionales.
La ocupación de espacio pampeano por parte de los blancos se fue desplegando sobre el territorio indígena. El salto
final se produjo con la Campaña del Desierto, liderada por el general Julio Roca en 1879. En la década de 1880 la
expulsión de los indígenas no significaba que las T entraran de inmediato en la producción, se dio otro proceso más
lento que, en 1920 fue el límite de su expansión.
A partir de su apropiación y poblamiento, las T se destinaron a la producción y una parte de ellas comenzó a comprarse
y venderse en un mercado cada vez más dinámico.
Las inversiones extranjeras se desplegaron siguiendo 2 elementos: la seguridad y la rentabilidad.
En uno de los momentos de paz durante la presidencia de Bernardino Rivadavia, el G había contraído un préstamo con
inversionistas ingleses. El crédito tenía como fin la inversión productiva pero el clima político inestable, sumado a los
requerimientos de la guerra con el Brasil, había derivado el dinero hacia otros destinos. La disolución del G N llevó a que
la deuda se declarara impagable por lo que los Kes extranjeros se mantuvieron lejos de la posibilidad de realizar un
nuevo préstamo y concentraron sus energías en recobrar el dinero prestado. A mediados del siglo, un arreglo con los
acreedores extranjeros hizo que se estableciera la forma en que finalmente se les pagaría. El arreglo del problema de la
vieja deuda era parte de la construcción de una atmósfera favorable para la llegada de nuevos Kes que requería un
marco jurídico y legal más amplio. La Constitución de 1853 fue la base para lograrlo, al establecer el carácter sagrado de
la PP y prohibir la confiscación. La seguridad que brindaba la ley, sin embargo, no eliminaba los riesgos del mercado. Fue
el naciente E el que, con el objetivo de atraer inversiones, los disminuyó ofreciendo garantías de rentabilidad a los
inversores. Se iba generando “la confianza”
El E impulsó la 1º ola de inversiones a través de la emisión de bonos sobre los que se pagaba un interés.
La gran mayoría de los Kes provenía de Gran Bretaña. Los ingleses también iban a invertir su K en las vías de transporte
que la producción necesitaba para poder comercializarse y exportarse: los ferrocarriles. La rentabilidad de las primeras
inversiones ferroviarias extranjeras estuvo garantizada, como los bonos, por el E que, durante la mayor parte del S XIX,
les aseguró una ganancia sobre el K invertido.
Si bien el grueso de las inversiones ferroviarias fue realizado por los británicos, la 1º vía de tren la construyó el E de Bs
As en 1857, cuando estaba separado del resto del país. Esta compañía, que fue extendiendo sus ramales por la
provincia, continuó siendo de P E hasta 1890, año en que fue vendida después de un largo y controversial debate
público y legislativo. La posición del presidente Miguel Juárez Celman a favor de su venta fue la que ganó terminando
vendiéndoselas a los ingleses. Para entonces, los británicos ya habían realizado importantes inversiones directas en
compañías ferroviarias.
Mientras las antiguas y recientes líneas británicas crecían en cantidad de carga transportada, Kes franceses invirtieron
en 2 ramales. El E N, por otro lado, continuó construyendo ferrocarriles en las zonas donde el K privado no quería
aventurarse. Estos ferrocarriles se construían con la más económica trocha angosta, que hacía los viajes más lentos y
fatigosos. El K privado no se aventuró más, pues el fin de la expansión ferrocarrilera mostraba que se había llegado a los
límites de la frontera productiva rentable.
Los británicos invirtieron, a la vez, en T, C y hasta industria. Pero fueron los bonos del E y los ferrocarriles los que
acapararon su atención. A la vez, los norteamericanos invirtieron en una operación más riesgosa, aunque
potencialmente más prometedora: los frigoríficos.
A fines del S XIX comenzó a exportarse ganado vacuno en pie. Esta línea de exportación se desvaneció ante la invención
del buque frigorífico que, por la acción del frío, permitía transportar la carne conservada hasta los mercados europeos.
El principal comprador de carne argentina era Gran Bretaña. El perfeccionamiento de las técnicas llevó al enfriado, por
el cual la carne se mantenía a un frío menor, pero lo suficiente como para cruzar el Atlántico y mantenerse más cerca
del sabor y las virtudes originales. Las técnicas más modernas fueron empleadas en los frigoríficos A cuando los
norteamericanos desembarcaron con sus K, compraron algunas de las empresas en manos de los ingleses y abrieron
otras nuevas como Swift y Armour.
Los ferrocarriles fueron fundamentales para hacer que A se convirtiera en un exportador de cereales en gran escala.
Las colonias, formadas por inmigrantes y dedicadas preferentemente a la agricultura, se caracterizaban por la alta
presencia de propietarios de la T entre sus pobladores. El cambio que éstas produjeron fue de tal magnitud que
transformó a la A de país importador en exportador de cereales.
En los primeros años del S XX, la A ya había delineado un perfil productivo y exportador que continuaría por muchos
años: cereales y carne con destino a los mercados europeos. El número de productos que formaba el grueso de la
exportación (trigo, maíz, lino, carne vacuna y lana) no era alto. Pero la cantidad exportada era tal que los ingresos
provenientes del exterior diluían los efectos de la falta de diversificación. En 1910, el país se había convertido en el
tercer exportador mundial de trigo del mundo. En otros productos, como la carne y el lino, su posición en el mercado
mundial era todavía más significativa. Fueron las épocas en que la A comenzó a ser llamada “el granero del mundo” y en
que su carne se convirtió en una verdadera marca del país.

La economía pampeana

A principios del S XX, el escenario microeconómico del agro pampeano cambió cuando buena parte de la población
cerealera comenzó a originarse en estancias, establecimientos bien diferentes de las colonias. Los cereales se
produjeron en la “estancia mixta” que combinaba la agricultura con la ganadería. En ella no solo la producción de
cereales aparecía como novedad; la ganadería que se explotaba era también distinta de la de los antiguos
establecimientos.
En las “estancias mixtas” el estanciero se dedicaba al engorde (invernar) de este ganado. El negocio del engorde era
muy lucrativo, siempre que se asegurara que el forraje para los animales tuviera costos bajos. La forma que estos
estancieros encontraron para abaratar esos costos fue la asociación con los “chacareros”. Los chacareros explotaban
una fracción de la T, arrendaban, vendían sus cultivos, pagaban el arriendo al propietario y obtenían la diferencia. Los
chacareros se comprometían a dejar el campo alfalfado al finalizar el contrato.
El negocio del estanciero invernador era doble: cobraba la renta por la T alquilada y obtenía la T alfalfada donde iba a
engordar sus vacas.
Los chacareros no eran el eslabón más bajo de la estructura S del agro pampeano, eran empresarios K en pequeña
escala, así como empleadores de mano de obra que necesitaban para tareas agrícolas estacionales. Esta mano de obra
era provista por peones, que recibían el nombre de “braceros” y trabajaban en las T de un chacarero. Algunos
chacareros era empresarios K en ascenso, otros llevaban un nivel de vida un poco más holgado, que no era tan diferente
del de los braceros.
Una buena parte de los estancieros eran “criadores”, que se ocupaban de la primera etapa de la vida de los terneros, la
previa al engorde. Los campos de cría eran de peor calidad que los de invernada por lo que los criadores eran menos
ricos y prósperos que los invernadores. Más aún, la relación entre invernadores y criadores estuvo, no pocas veces,
teñida por el conflicto.
El agro pampeano se caracterizó por la ausencia de grandes conflictos S durante buena parte del período de auge
exportador. El entramado que unía a estancieros, arrendatarios y braceros, sin embargo, no siempre era tan calmo.
Allí surgió, en la década de 1890, un movimiento de protesta de amplio eco entre los agricultores, que recibió el
nombre de “populismo”; en 1896, su candidato presidencial (Uriburu) señalaba que los agricultores sufrían el martirio
de una “cruz de oro”, que no era otra cosa que el símbolo del comercio y las finanzas que los ahogaban.
El comercio y las finanzas

Los intermediarios en la cadena de comercialización eran otras tantas piezas del entramado E pampeano, así como la
fuente de eventuales conflictos. Los almacenes de ramos generales proveían a los chacareros de mercaderías y créditos,
generalmente prendando la futura cosecha. Para levantarla, los agricultores requerían de maquinas agrícolas que, dada
su escasez de K, alquilaban. Una vez levantada la cosecha, era necesario enviarla rápidamente al puerto. Al carecerse de
un sistema de almacenamiento, los agricultores necesitaban cubrirlo con bolsas de yute provistas por un puñado de
fábricas porteñas que, mantenían un precio artificialmente apto para sus artículos. El productor quería deshacerse de su
cereal tan pronto como fuera posible, ante el riesgo de un temporal, e impedía que guardase lo cosechado hasta que los
precios estuvieran a su favor. El transporte se realizaba a través del ferrocarril, cuyas empresas cobraban altos fletes y
se aprovechaban de la premura del productor.
El sistema de créditos se basaba en la prenda hipotecaria, por lo que aquellos que no poseían T se veían en dificultades.
A principios de la década de 1880, el escenario bancario estaba largamente ocupado por el Banco de la Provincia de Bs
As, de P E, y caracterizado por una liberalidad creciente en la concesión de créditos. Los beneficios eran tanto el sector
ganadero cuanto el comercial, aunque buena parte de su gestión estuvo interferida por conexiones con el mundo
político, especialmente con el Partido Autonomista N, que controlaba los destinos de la provincia y los del banco que la
sostenía financieramente.
En esta década otro banco de la provincia de Bs As, “El Hipotecario”, ocupó un papel destacado en el circuito de
financiamiento agrario al oficiar de intermediario en la cadena de crédito que tenía como inversores finales a los
ahorristas británicos. A cambio del dinero el deudor se comprometía a pagar la amortización de K más los intereses. La
deuda estaba contraída en pesos moneda N, un detalle que los inversores no tuvieron en cuenta y que iban a lamentar;
en efecto, las sucesivas devaluaciones de la moneda hacían que su pago en pesos papel representara cada vez menos
libras esterlinas. Los inversores británicos terminaron perdiendo dinero, pero también se desvaneció la oportunidad de
emitir deuda en moneda local para venderla en el resto del mundo.
En 1887, el presidente Miguel Juárez Celman lanzó el proyecto de creación de los bancos garantidos. De acuerdo con
esta ley, cualquier banco tendría la facultad de emitir moneda siempre que comprara bonos del G N que servirían como
respaldo a esa emisión. La ley de bancos garantidos llevó a la emisión descontrolada de dinero en todo el país. Sentaron
el terreno para que se desarrollara la crisis de 1890, que impactó desfavorablemente sobre la actividad británica.
Muchos bancos privados y estatales, incluidos el de la Provincia de Bs As, fueron al a quiebra. La reorganización de la
red bancaria se llevó a cabo a partir de las entidades privadas más conservadoras y, sobre todo, del Banco de la N A, una
institución estatal creada en 1891. La creación de la nueva entidad implicó un fenómeno de profundas consecuencias
para un E central que ganaba poder al llegar a manejar el sistema a través de la nacionalización de la oferta monetaria;
el control de la moneda.
El Banco de la N, según la idea del presidente Carlos Pellegrino, tendría una política diferente de la del Banco Provincia,
conservadora en cuanto a la concesión de créditos y despolitizadora a partir de luna cláusula que impedía realizar
adelantos al Tesoro.
En la década de 1890, el Banco de la N renuncia a conceder créditos.
El renovado crecimiento E que se produjo a principios del S XX cambió el panorama. Se consolidaron algunos bancos
privados y se abrieron otros nuevos. Una buena parte de esta actividad estaba ligada al fenómeno de la inmigración.
En la década de 1910, la A contaba con una seri de sólidas instituciones estatales y privadas que, sin embargo, no
llegaban a formar un sistema bancario desarrollado.
El grueso de la demanda bancaria estaba en el comercio, aunque los sectores productivos, tanto la industria cuanto el
agro, recibieron una importante proporción de los créditos otorgados.
La ganadería terminó acaparando esta activísimo crediticio y dejó a la agricultura en una situación más precaria. Las
características de la agricultura bonaerense, llevada adelante por arrendatarios y aparceros sin T, y las del sistema
crediticio rural, que buscaba garantía en la P rural, se unieron en el caso de la región pampeana para hacer de los
agricultores un grupo especialmente sufriente frente a los problemas del financiamiento.
En 1899, durante el segundo gobierno de Julio Roca, se adoptó una ley de convertibilidad monetaria. Esta ley fijaba la
conversión entre pesos papel y pesos oro bajo el sistema patrón-oro, en el que la moneda emitida localmente contaba
con el respaldo de reservas en este metal.
El E puso en vigencia la ley cuando en 1901, contó con las reservas suficientes para hacerlo, inaugurando una década
de estabilidad monetaria que duró hasta la Primera Guerra Mundial. La convertibilidad quedó, entonces, como una
aspiración para tiempos mejores; volvió por unos años en la década del 20, pero sólo para caer nuevamente frente a la
crisis de 1929-1930.
A principios del S XX se consolidaron las grandes tiendas. Estas empleaban a varios centenares de empleados y obreros
que confeccionaban sus propios productos, especialmente la vestimenta y el mobiliario.
Mercado interno y mercado nacional

La región pampeana, de donde salía el grueso de la producción exportable, fue la que experimentó las mayores
transformaciones y cosechó los mayores beneficios.
La posibilidad de vender algún producto a la expansiva región pampeana se transformó en la alternativa más
provechosa y en la llave del éxito para un par de E regionales. Los casos más sobresalientes fueron: azúcar en Tucumán
y vino en Mendoza. Las industrias madres eran la agricultura y la ganadería. El mercado A se basaba parcialmente de
importaciones.
Parte de este mercado interno estaba en la zona rural, donde el crecimiento de la agricultura, más que el de la
ganadería, proveyó los grandes números de la demanda; la producción agrícola, en efecto, requería una cantidad mayor
de mano de obra integrada por trabajadores que eran, a la vez, consumidores.
La urbanización fue un fenómeno paralelo al del crecimiento exportador. Las ciudades que crecían como hongos
demandaban cada vez más bienes y servicios. La actividad de la construcción movilizaba K y mano de obra a través de
sus herrerías, yeserías, marmolerías, zinguerías, aserraderos, carpinterías y de las empresas dedicadas a varias de estas
actividades al mismo tiempo.
La demanda de la construcción se convirtió en uno de los mercados más atractivos para la naciente industria.
De una manera u otra, hacia la década de 1910, la mayor parte del país terminó por formar parte de un mercado
interno unificado de productor.

La revolución en el consumo

El aumento producido en la A incluso sobresalía frente a los países de mayor dimensión E del período. En A durante
1880-1916 los habitantes se habían triplicado mientras eran 3 veces más ricos. El grueso del producto se concentraba
en la región pampeana, cuyas ciudades contaban con una demanda potencial significativa.
La alta movilidad S de la A, así como los continuos movimientos físicos de la población, vuelve complicada la definición
de grupos S. Las clases altas desplegaban un consumo sobresaliente que incluía mayormente artículos importados; pero
su número y su incidencia en el mercado eran pequeños por lo que las clases medias y bajas conformaron el grueso de
la demanda N. Si bien consumían bienes importados, también demandaban muchos de origen local, por lo que se
convirtieron en la base sobre la que se sustentaba la producción industrial A.
La clase media aumentó en número y en presencia. Fue creando un espacio de consumo donde lo masivo se tornó no
solo viable sino aceptable. La clase baja entró de manera similar en la esfera del consumo.
Sea cual fuera la evolución salarial, la participación en el consumo de vastos sectores de la población, con la
jerarquización de una determinada distribución del ingreso, fue también una característica de esta etapa.
En los primeros años del S XX se presentó un consumo masivo. A fines de la década de 1880, el país llegó a contar con
una mase de población significativa y el crecimiento E A parecía no alcanzar los límites.
La llegada de inmigrantes trajo el número de gente necesario para que el fenómeno se concretara en un país que
alcanzaba, a principios de la década de 1910, los 6 millones de habitantes.
La masificación del espacio encontró su mejor ejemplo en el papel cada vez más importante que los lugares públicos
ofrecían como sitios de convivencia simétrica, donde asistían no solo individuos de distintas clases, sino que lo hacían de
manera indiferenciada. La masificación del tiempo, por su parte, se desplegó en la concesión de crédito por las
empresas comerciales. A través del crédito, el acceso a los productos se volvió más flexible e incluso logró que ciertos
bienes antes inalcanzables para la mayoría dejaran de serlo.
La similitud visual que se fue generando en el país no implicaba la igualación S ni E, pero sí mostraba que la
participación en el mercado había alcanzado a casi todos.

Los vaivenes de la economía.

La incorporación de A al K mundial, que permitió un acelerado crecimiento, también le dio a su E la vulnerabilidad de


ese universo integrado. La 1º crisis internacional sufrida por la E A ocurrió en 1866 y afectó a las exportaciones de lana.
En 1873, el país se vio nuevamente envuelto en una crisis mundial que inició una etapa depresiva e impactó sobre toda
la E; la forma que tomó la llevó a convertirse en un modelo tan novedoso como casi permanente de “crisis de balanza
de pagos”. Ante los primeros síntomas de desorden E, las inversiones se retrotrajeron, volvieron a sus lugares de origen.
El G de Nicolas Avellaneda decidió enfrentar la crisis sin dejar de pagar la deuda externa, pues el objetivo era mantener
el buen nombre del país en el mercado financiero internacional, para así lograr que el K extranjero volviera cuando la
situación retomara a la normalidad.
A fines de la década de 1870, la crisis había pasado a ser un recuerdo, mientras el crecimiento E de los 80 llevó a la
repetición de algunos elementos que la habían precedido. Una nueva crisis llevó a interrumpir el optimismo en 1884,
fue lo suficientemente grave como para hacer que se abandonara el recientemente aprobado plan de patrón monetario
bimetálico. El país salió de ella sin esfuerzo profundos, y en la segunda mitad de la década volvió el crecimiento E. De
nuevo se incrementaron el consumo y las importaciones. A se convirtió en el principal receptor de las inversiones de
Gran Bretaña, que era a su vez el mayor exportador mundial de K. El veloz crecimiento E generó un espíritu especulativo
de la época que llevó a fuertes condenas de parte de algunos grupos que consideraban que la superficialidad y la locura
se habían hecho carne tanto del G como de muchos de sus ciudadanos. De pronto, todo se derrumbó. El público
encontró en el oro la única inversión segura. El peso moneda N cayó de manera estrepitosa y las subidas en el precio del
oro se transformaron en el tema preferencial. Este malestar E, iniciado en 1889, se acentuó al año siguiente, cuando se
desencadenó la crisis.
La salida de la crisis fue capitaneada por el presidente Carlos Pellegrino a partir de un plan. Las tarifas a la importación
se elevaron, mientras se negoció el pago de la deuda externa. Las importaciones se desplomaron ante las altas tarifas.,
la desvalorización del peso y la caída del consumo, con lo que se logró un balance comercial favorable. El sistema
bancario se reorganizó.
La maduración de las inversiones en ferrocarriles originaron un incremento en las exportaciones, los cereales pudieron
convertirse en un producto de exportación masiva. A mediados de la década de 1890 se comenzaron a ver los síntomas
de la recuperación. Una nueva crisis, sin embargo, volvió a azotar a la E A antes que el siglo terminara. En 1897, varios
factores se unieron para desencadenarla. Por un lado, las altas tarifas habían llevado a la apertura de una cantidad de
fábricas que la demanda A no podía sostener, llevando varias empresas al borde de la quiebra. A esto se le unió el
agravamiento del conflicto fronterizo con Chile. El sector externo se mantuvo saludable, permitiendo que el país
comenzara el pago de su antigua deuda renegociada. La E interna, sólo mostró un crecimiento similar al anterior a la
crisis después de un nuevo sacudón financiero internacional ocurrido en 1901 y de firmarse los Tratados de Mayo (que
pusieron fin al conflicto existente con Chile) en 1902.
El país por entonces, parecía haber encontrado la fórmula mágica para el crecimiento perpetuo: la coexistencia de
saldos externos favorables en el balance comercial y la cuenta K.
El ciclo dorado se vio interrumpido en 1913. Una crisis internacional llevó nuevamente a la A a vivir los problemas de
ciclo K mundial. La caída en las inversiones condujo a un efecto de rebote en la E interna que afectó con especial dureza
a la construcción, así como al sector financiero.

El estado frente a la economía.

La presencia estatal en la E fue tan significativa cuanto compleja. El E promovió las primeras inversiones garantizando
sus bonos y las ganancias de las empresas ferroviarias privadas. La complejidad de la relación entre E y E también se
desplegaba en la política fiscal. El grueso de los ingresos estatales estuvo compuesto por impuestos a las importaciones.
Los gravámenes a las exportaciones terminaron desapareciendo en la década de 1880, pues se consideraba que
obstruían las ventas el exterior, que eran el motor del crecimiento. Una fuente de ingresos adicionales fue la aplicación
de impuestos a las bebidas alcohólicas y el tabaco por el efecto perjudicial sobre la salud de la población. Estos
impuestos, implementados en la década de 1890, terminaron convirtiéndose en un 10% de los ingresos a las arcas
fiscales.
Uno de los resultados de la política fiscal en A fue una inevitable protección a la industria local. Esta protección, sin
embargo, era selectiva y compleja.
La política industrial de protección selectiva fue redondeada por el mismo E a través de quien fue uno de sus
constructores Julio Roca. En 1899 el proteccionismo resultaba igualmente desventajoso.
A principios del S XX el E creció más que el conjunto de la E aunque sin alcanzar los niveles de desborde a los que
llegaría en los años posteriores (entre 1900 y 1910 el presupuesto del E central crecía 2,6 veces mientras el producto no
llegaba a duplicarse).
La E A encontró su difícil equilibrio: entre el dinamismo externo y el interno, entre la pujanza de una región y el
estancamiento de la otra, entre la identificación de políticas y el dogmatismo. Esta característica llevaría a la A a los
límites de una etapa que los argentinos tienden a asociar con el mejor momento de su vida E.

• Julián y Osvaldo Barsky: “La Buenos Ares de Gardel”


Bs As entre 1870 y 1920 se produjo hacia un enorme movimiento migratorio internacional generando una ciudad
cosmopolita en la que convivía gente con lenguas, orígenes nacionales y culturas distintas.
En una sociedad de esta naturaleza se planteó fuertemente el tema de la identidad nacional, ante ausentes tradiciones
comunes que la definieran. En el campo de la música Carlos Gardél logró aunar las dimensiones musicales introducida
por la migración europea con las corrientes locales a través del Tango.
Este artista es inseparable de una ciudad en construcción, en términos edilicios y de infraestructura, sociales y
culturales. Es entonces “la Bs As de Gardel”
Sección I: La ciudad cosmopolita

La ciudad a la que llegó Gardel


Rumbo a Bs As

El 14 de febrero de 1893 Gardel y su madre Berta ascendieron al buque de bandera francesa. El 11 de diciembre de
1890 había nacido el pequeño anotado como hijo de padre desconocido, secreto que madre e hijo guardarían
celosamente, dado que ello exponía a Berta a afrontar su carácter de madre soltera, estigma para la época que la
decidió a emigrar hacia la lejana Argentina. Muchos buscaban en América nuevos rumbos que permitieran afrontar su
supervivencia E, dado que el sur de Francia tenía todavía un escaso desarrollo I y el agro era insuficiente para absorber
las altas tasas de crecimiento de población por los avances de la higiene y de la medicina que aumentaron las
expectativas de vida.
El intento de Berta encontraría condiciones favorables. Desde mediados del S XIX la A había comenzado una fuerte
expansión de las exportaciones vinculadas a la producción ovina y bobina. A ello se sumaron desde la década de 1870
las de cereales. Ello fue posible por la puesta en producción de la inmensa llanura pampeana, atravesada por
ferrocarriles en construcción, demandante de productores y jornaleros que encontraban los espacios rurales de los que
carecían en sus países. Además, el crecimiento de las ciudades reclamaba personal para las industrias, el comercio y los
servicios en expansión.
Esta situación impulsaba la inmigración europea a la que se privilegiaba.
A partir del nacimiento de su hijo Berta atravesaba una complicada relación familiar. Desde Bs As una amiga que había
prosperado con un taller de planchado, la convocaba para la ciudad que garantizaba trabajo mejor remunerado.
Cuando parten en 1893 la gran mayoría de los barcos eran a vapor. Ello significaba reducir a la mitad la duración del
viaje de los antiguos barcos a vela. Seguramente viajaron en 3º clase, con instalaciones sanitarias inadecuadas, mala
alimentación y mareos.

El arribo

La 1º impresión de Bs As no pudo ser muy favorable. Elevada apenas algunos metros sobre el nivel de las aguas, en un
terreno llano, la ciudad no presentaba el encanto y atractivo de las grandes urbes europeas.
Hasta poco años antes había grandes dificultades para desembarcar en Bs As, y tradicionalmente se apelaba a trasladar
los pasajeros y la carga a embarcaciones más pequeñas y luego a carretas de altas ruedas.
Mejorada la boca del Riachuelo, ello permitió en el enero de 1883 que entrara el gran transatlántico Italia con un
calado de 15 pies. El proyecto de este acceso fue derrotado, y el 31 de enero de 1890 el vicepresidente Carlos Pellegrini
habilitaba el dique N.º 1 con el ingreso de los buques Trajano de origen brasileño y La Argentina, de ese país.
Al desembarcar Berta se registró como viuda, una forma de blanquear su situación S.
Al descender del barco los esperaban sus amigos, ellos hicieron que, a diferencia de otros inmigrantes, no tuvieran
necesidad de alojarse en el llamado Hotel de la Rotonda, un edificio espacioso, de forma circular, construido totalmente
de madera y ubicado frente al río, que daba cabida a unas 800 personas. Este fue reemplazado por el moderno Hotel de
Inmigrantes, que amortiguó la sensación de inseguridad que la mayoría de los recién llegados experimentaba después
de un largo viaje.

Los proyectos de ciudad

El crecimiento del país provocó que BS AS abandonara su impronta colonial para transformarse en una de las
principales urbes del mundo. El punto de partida es el de una ciudad donde se crían ovejas, se producía trigo, leche,
hortalizas y frutas, lo que se sumaba a su tradicional papel como centro comercial exportador de cueros y de carne
vacuna e importador de manufacturas.
BS AS conservaba hacia 1870 los rasgos generales de la ciudad colonial. Las viviendas eran bajas con fachadas planas y
sin ornamentos. Solamente algunos edificios se destacaban: el Fuerte, el Cabildo y las iglesias. La vivienda prototípica de
los españoles heredada por los criollos fue la llamada casa de patio. La ciudad era chata y extendida y su símbolo eran
las azoteas.
El gran flujo inmigratorio que multiplicaría en más de cuatro veces la población del país. Predominaban los italianos,
españoles y franceses, en ese orden.
Esta ciudad en transición fue fuertemente impactada por la llegada de italianos, tanto arquitectos y constructores
como mano de obra con oficios especializados. La influencia italiana alcanzó la parte ornamental de las fachadas. El
cabildo fue remodelado y se “italianizó” la fachada. En cuanto a la vivienda surgió la casa chorizo. En la zona sur de la
ciudad, se levantaron viviendas, más precarias impuestas por los inmigrantes genoveses en el actual barrio de La Boca,
que empleo materiales como la chapa y la madera con gran colorido.
Confluyeron aquí 3 vertientes arquitectónicas. A la italiana, se sumó la francesa con una producción de edificios de gran
porte y residencias para los sectores más poderosos, y finalmente la arquitectura del equipamiento y la infraestructura
de servicios dentro de la tradición funcionalista inglesa, es decir la obra de ferrocarriles y puertos, abastecimientos de
agua y otros servicios.
Eran los años de construcción del Central Park que definiría la fisionomía de la ciudad. El lugar elegido para ser el
parque central de la nueva ciudad de Bs AS IMAGINADA POR Sarmiento era Palermo.
A fines de la década de 1870 se incorporó allí el hipódromo destinado a las carreras de caballos y el recinto de
exposiciones de la Sociedad Rural Argentina, donde se iniciaría la exhibición y venta de los mejores ejemplares de la
ganadería pampeana.
Durante 10 años avanzaría la construcción de la Avenid de Mayo, y al terminarse, una multitud acompañada por 500
antorchas celebró alborozada la existencia de un espacio similar a las grandes avenidas europeas.
Las líneas ferroviarias permitieron una rápida vinculación del centro de BS AS con los puntos urbanos aun aislados.
Desde 1870 comenzaron a correr en paralelo 2 líneas de tranvías como medios auxiliares de las principales líneas
ferroviarias, y se expande un amplio sistema tranviario que cubriría toda la ciudad, el que comenzaría a electrificarse en
1897 y reduciría notablemente los tiempos de traslado de la población.
Siendo los precios de los pasajes ferroviarios varias veces mas caros que los de los tranvías, los sectores de menores
ingresos se concentraron en las zonas atendidas por estos, cercanas al centro. Por lo contrario, ciertas zonas ahora
conectadas por ferrocarril facilitaron la instalación de sectores más acomodados.
Se construyeron hospitales, uno para cada sexo y otros 3 de las comunidades extranjeras (italiano, francés e inglés)
En el centro de la ciudad se abrieron lujosas confiterías como la del Águila en la calle Florida, la Confitería del Gas en
Rivadavia. En la calle Florida se levantó el Jockey Club, las grandes tiendas Horrod`s cerca de la Plaza San Martin, y Gath
y Chaves en el extremo opuesto de la calle. Las clases altas hicieron construir notables palacios y hoteles particulares
imitando a los de Paris.
Las transformaciones urbanas no solo fueron edilicias. A medida que se expandía la construcción de nuevas viviendas,
se avanzaba en la pavimentación de la ciudad más allá del centro, por lo que las cloacas al aire libre serían
transformadas en alcantarillas modernas. En 1882 se inició el uso de la electricidad para la iluminación artificial de la
ciudad. El 17 de febrero de 1878 realizaron la primera prueba telefónica.
Por sus edificios, pero sobre todo por el peso decisivo de las distintas colectividades de origen europeo llegadas al país,
la ciudad tomó un definitivo perfil cosmopolita. Es en ese contexto donde Carlos Gardel forjaría su personalidad.

Los conventillos

Al llegar al país Berta y Carlos se trasladaron a la pieza reservada por una amiga. En una zona habitada mayormente por
gente del espectáculo, dada su cercana ubicación a las salas de diversión. La habitación estaba dentro de “conventillos”.
Parte de ellos tenía su origen en el abandono de las familias acomodadas de la zona sur de la ciudad a partir de las
terribles epidemias de fiebre amarilla de 1867 y 1870 que exterminaron a la décima parte de la población de la ciudad.
El mate fue inmediatamente incorporado dado a su bajo precio. Aquí transcurrió la vida de Carlos Gardel. Su madre
cumplía extensas horas diarias de trabajo. Las ventajas de ser planchadora francesa en BS AS eran grandes, dada la
importancia que se asignaba a este proceso de la ropa. Planchadora Francesa era un anuncio de importancia y de
precio, presumiéndose que tal nacionalidad, multiplicaba por dos el costo de la tarea.

El abastecimiento de la población

Los lecheros

Quienes primeros empezaban el día eran los lecheros a caballo que repartían la leche ordeñada pocas horas antes.
Cada madrugada avanzaban por caminos casi intransitables por el barro cuando llovía o cubiertos de polvo que asfixiaba
cuando hacia buen tiempo. Llamaban a las puertas, subían las escaleras, entraban a las tiendas. En los distintos barrios
se asentaron tambos que repartían leche fresca entre los vecinos. Los tamberos salían con un par de vacas y sus
respectivos terneros con bozal. Anunciando la venta del producto sonaba lentamente el cencerro de bronce que uno de
los animales tenía colocado en el collar. El tambero llevaba una medida de hojalata colgada en su faja que llenaba
ordeñando las vacas y que luego volcaba en los recipientes con que los esperaban mujeres o niños en las casas donde
Vivian.
Algunos de estos establecimientos tenían un despacho a la entrada donde se podía solicitar leche ordeñada
previamente y enfriada. La leche caliente, recién ordeñada, era la preferida.
La evolución de la comida

Los porteños desayunaban y merendaban con mate y galletitas, y comían casi todos los días puchero (olla podrida),
sopas o carne asada y mandioca, y de vez en cuando una gallina hervida, más la fruta que provenía del Litoral.
Entre lo dulce se destacaba el de leche. Introducido de Chile y llamado “manjar blanco”.
Los panaderos ofrecían sus hogazas de pan francés blanco elaborado con harina de trigo, mientras que los carniceros
vendían distintos tipos de carne. Los pescadores ofrecían a media mañana lo que capturaban en el Río de la Plata. En la
Plaza Mayor los vendedores exhibían sus productos desde sus propias carretas. El calor intenso del verano porteño
estimuló la llegada de hielo a la ciudad. 1828 comenzaron a traerlo en barco los italianos. 1845 inició la venta de
helados. 1860 se abrió la primera fábrica de hielo del país.
Después vinieron las pastas italianas hacia 1910. Las pastas, la pizza, el fainá, las milanesas, la salsa de tomate y pesto,
las aceitunas, el consumo masivo de vino, etc. fueron expandiéndose en todo el país.
En las clases urbanas más acomodadas la comida francesa: el locro, las humitas y diversas empanadas. La comida
española nunca alcanzó una alta trascendencia, baja presencia de la comida argentina, solo las tortillas, los flanes y los
pucheros. Carlos se convertiría en un fanático de la comida italiana.
Otros productos se compraban en los establecimientos especializados: vinerías, queserías, aceiterías, panaderías.

Otros vendedores ambulantes

Proveedores de telas, artículos de mercería y tienda, zapatilleros acarreaban sus mercaderías en carros, se destacaban
los que ofrecían productos de mimbre y madera y artículos de bazar.
Los vendedores ofrecían loros y pájaros enjaulados, así como tortugas los que gozaban de la preferencia de los niños y
no faltaban en las casas. El manisero, los vendedores de pororó y los de lupines también presenciaban las calles.

El transporte

El caballo pasó a tener un papel central primero con los carruajes y luego con los tranvías.

Carruajes y cocheros

Las familias acomodadas que vivían en casas grandes tenían cochera propia, con pesebres y caballos. Un carruaje
cubierto, un cupé, en invierno y uno descapotado, una victoria, para el verano, estaban a cargo de los cocheros. Otros
cocheros trabajaban por su cuenta como “placeros”, con paradas fijas.

Los tranvías

Cuando Berta y Carlos llegaron a BS AS, todavía los tranvías eran a caballo. Durante la década de 1860, funcionaron
líneas de tranvías por el centro de la ciudad, pero como ramales complementarios de líneas ferroviarias. En 1870 se
construyó una compañía de tranvías para prestar un servicio de transporte autónomo.
Inicialmente cada tranvía debía ir precedido de un hombre montado a caballo con una trompeta para evitar accidentes.
Los pesados tranvías eran arrastrados por 2 caballos que no alcanzaban a tirar con suficiente fuerza en las cuestas que
presentaban algunas esquinas.
1897 comenzó a circular en BS AS el tranvía a tracción eléctrica por iniciativa de ingenieros norteamericanos.
Los tranvías de BS AS no solo trasladaban pasajeros, sino también cargas generales y especializadas. Estos fueron
acompañados por los subterráneos.

La sociabilidad

Los cafés

1610 se había instalado una casa de juegos donde también se bebía. Comenzaba así la construcción de espacios
públicos destinados a funcionar como lugares de encuentro y sociabilidad. Reservados para hombres solos. El teatro era
un espacio que permitía concurrir con la familia. A mediados del S XIX ya existían 4, entre ellos el Colón.
Se mantenían los juegos de carreras de sortijas, de caballos, el juego del pato o las riñas de gallos. A ellos de sumaba la
presencia de las pulperías, que convertirían a BS AS en una sociedad colonial. Completaban el cuadro la celebración
anual del carnaval que incluía a todos los sectores sociales y las danzas.
En A el impulso de la inmigración europea fortalecería su difusión (los cafés)
En el interior y en los sectores populares el mate en bombilla, mucho más barato, sería competidor difícil de
reemplazar. En 1887 ya había más de 200 cafés en BS AS. Estos espacios recibirían diferentes denominaciones, como
café, bar, cantina, bodegón o despacho de bebidas.
Especializados ya en la preparación moderna del café mediante máquinas importadas, algunos locales comenzaron a
separarse de los despachos y cafecitos y pasaron a llamarse “cafés principales”. Algunos propietarios organizaban bailes
y conciertos los días de fiesta.
Gardel frecuentaría diferentes cafés a lo largo de su vida, pero ha quedado fuertemente asociado al Café de los
Angelitos.
A la expansión generalizada del billar se sumó, con la llegada de los inmigrantes, una invasión de nuevos juegos de
cartas. Lo que impulsó el dictado de la Ley de Juegos de Azar de 1902.

Los juegos manuales de pelota

El juego de pelota fue introducido por los vascos, junto con las carreras de caballos, uno de los espectáculos favoritos
del público.
Famosos pelotaris profesionales vasco españoles y vascofranceses disputaron la hegemonía del juego en BS AS. Poco a
poco dejaron de venir los grandes campeones vascos, y los jugadores locales, con paletas de madera creadas en el país,
fueron reemplazando a los consagrados extranjeros.
Otro juego de pelota muy popular era el PALLONE. Se jugaba con 3 jugadores por bando separados por una red, la
pelota era de cuero y de un tamaño mayor a la empleada por los vascos. Los jugadores usaban un guante de madera
llamado PALLA que daba origen al nombre.
Adquirió una rápida difusión el juego de bochas, cuyas características lo hacían adecuado a terrenos reducidos, y donde
los hombres que participaban podían ser de edades muy variadas.

El futbol

El 20 de junio de 1867 miembros de la colectividad inglesa jugaron el primer partido del que se tenga memoria. Desde
1895 vinculado con el personal ferroviario, el futbol se expandió a todo el país.

Las carreras de caballos

Las carreras de caballo comenzaron en BS AS en el S XVIII.


En 1910 las dependencias del Hipódromo de Palermo ya estaban instaladas y con toda clase de comodidades. Un
espacio propicio para que la clase alta porteña y su entorno aprovecharan el glamour de ese ámbito realzando su
estripe patricia, sería pues un ambiente social más que una práctica deportiva.
La gente que concurría al Hipódromo Nacional en Belgrano lo hacía en el tranvía que circulaba hasta la calle Pampa y
las vías del ferrocarril. Preventivamente los boletos eran de ida y de vuelta para quienes quedaran, precisamente en
“Pampa y la vía” después de haber perdido todos sus recursos en las carreras. En el barrio del Abasto existía verdadera
pasión por las carreras a caballo. De allí tomó seguramente Gardel su pasión por el turf.
Cuando Gardel se convirtió en un artista famoso tenia su lugar en la tribuna del Hipódromo Argentino. El turf le dejó a
Gardel dos de sus amigos más grandes Francisco Maschio e Irineo Leguisamo.

Buenos Aires en clave gardeliana

La avenida de mayo

Inaugurada en 1894, se convirtió inmediatamente en uno de los ejes principales de la vida social de la ciudad. Pese al
estilo de origen francés que inspiraba a sus edificios el espacio fue ocupado masivamente por la colectividad española.
La Avenida fue la calle de los cafés. También fue una importante vía comercial con tiendas de gran jerarquía. Un voraz
incendio la destruyó en 1910.

La calle Corrientes

La gran vía donde se plasmó la oferta del espectáculo y se construyó la famosa noche porteña fue sin duda la calle
Corrientes. Se establecerían en pocos años el primitivo estadio deportivo Luna Park, un sinnúmero de “peringundines”
(casas de bailes), teatros, cafés, casas de comida y cabarets. El café de Los Inmortales en Corrientes cobijaba durante la
noche a artistas y escritores de gran renombre.
Funcionaban los teatros más importantes. En 1931 se termino la construcción del subterráneo, por debajo de la calle
Corrientes, lo que incrementó el desplazamiento de la población hacia esta arteria, y la convirtió definitivamente en uno
de los grandes centros mundiales de oferta de espectáculos.
La calle florida

Florida siempre fue el símbolo de la elegancia porteña. Escenario de los principales acontecimientos políticos y el
corazón del orgullo porteño.
Como la calle Florida atraía a los jóvenes elegantemente vestidos que concurrían a admirar a las mujeres, y dado que la
calle era estrecha como todas en su época, con veredas de apenas un metro, los hombres se agrupaban en fila contra la
pared exponiéndose al peligroso roce del tranvía que ocupaba la mitad del empedrado y de los carros que dejaban muy
poco lugar para circular. Formaban así dos filas de cigarros encendidos y de frases y piropos susurrados a oídos de las
bellas damas que lucían sus atavíos a la última moda.
En florida convergieron todas las iniciativas urbanas de tipo social. El 11 de abril de 1875 la Sociedad Rural realizaba su
primera exposición en el jardín Florida. Este jardín era en las noches de verano el punto de encuentro de las primeras
familias de la capital, y estaba adornado con elegantes jardines y vistosas plantas ornamentales, juegos de agua, grutas,
un pequeño teatro y otras instalaciones.
Varias iniciativas modernizadoras se desarrollaron en esta calle. La Galería Güemes, el primer paraje público cerrado de
cien metros de largo, fue la primera edificación monumental que se inauguró en la ciudad. La confitería Del Águila
introdujo la primera puerta de vidrio y se levantó el más grande y lujoso de los hoteles, el Plaza.
La calle se destacaría por la profusión de sus comercios que vendían ropa, telas, libros, perfumes, bronces, joyas,
instrumentos musicales, y todo tipo de bienes provenientes de las más famosas firmas europeas. Siendo ya un artista
famoso, Gardel sería habitué de las elegantes tiendas de ropa masculina. La calle Florida fue manteniendo se desde
entonces como “la vidriera” de BS AS.
Peri si la Florida era la gran oferta de comercios y servicios y la calle Corrientes era decisiva en material del desarrollo
de los espectáculos, el mundo de Gardel sería fuertemente influenciado por otro lugar situado más hacia el oeste: el
Abasto.

El barrio del Abasto

Los emplazamientos fueron llamados “huecos”, extensiones al aire libre que luego se convirtieron en las principales
plazas actuales. El “hueco” de Miserere se transformaría finalmente en el Mercado 11 de septiembre, donde se
comercializaban frutos del país, ganado en sus corrales y todo tipo de productos. Alrededor del mercado numerosos
depósitos, barracas, bares y fondas permitían atender el intenso movimiento de hombres y mercaderías.
El 30 de junio de 1889 construyeron una sociedad llamada Mercado de Abasto Proveedor S.A que decide comprar el
llamado “hueco” de Devoto.
El barrio conocido como el Abasto se había armado alrededor del mercado. Debido a su crecimiento, comenzarían a
instalarse en los alrededores hoteles, salas de espectáculos, comités políticos y comercios.
La masiva presencia de criollos e inmigrantes le iría dando al barrio una configuración muy particular. La música sería la
más clara expresión de dicha fusión, y se escuchaban permanentemente canzonetas, vidalitas y milongas camperas. Se
convertiría crecientemente en uno de los sitios más importantes en el génesis del tango. Además del baile y el teatro,
otras de las actividades de esparcimiento de la zona eran los carnavales, las kermeses y el cine.
Todo este movimiento reflejaba el crecimiento del barrio. Pero las actividades que más llamaban la atención de los
hombres eran las apuestas por dinero y el juego. Nacería así: la quiniela.
A Gardel, el Abasto lo contendría personalmente. El difícil período de la adolescencia terminaría de construir rasgos
básicos de su personalidad, pero, en especial, lo sumergió en las corrientes musicales que dominaban los grandes
escenarios de la cosmopolita ciudad de BS AS.

Gardel y la política

Las vinculaciones con los comités conservadores del Abasto.

Gardel fue marcado por una relación estrecha con los caudillos autonomistas, posteriormente conservadores, que
dominaban el escenario político y social de la ciudad y la provincia de BS AS. La inmensa mayoría de los inmigrantes
extranjeros quedaban afuera de las votaciones, lo que reducía políticamente a los argentinos de origen del sexo
masculino que se inscribieran voluntariamente.
El primer intento de contar con una estructura nacional extendida y organizada en todo el país se concretó en 1874 al
fundarse el Partido Autónomo Nacional. El origen del autonomismo fue el enfrentamiento en 1868 de Alsina con el
presidente Bartolomé Mitre, quien había pretendido nacionalizar la ciudad. A pesar de su denominación de Partido
Autonomista, el miso era más bien una coalición frágil de caudillos y sectores altos de la sociedad argentina, que
mantenía el sistema de cooptación personal.
Gardel, quien intentaba sobrevivir como cantante, comenzó a vincularse con los comités conservadores y los centros
criollos, hegemonizándolos mayoritariamente por los caudillos.
Las articulaciones con los conservadores les permitieron a Gardel visitar una serie de pueblos de la provincia de BS AS e
iniciar así sus primeras actividades artísticas en septiembre de 1912.

La estrecha relación con Alberto Barceló y Ruggierito, caudillos de Avellaneda.

Las vinculaciones de Gardel con los comités conservadores se prolongarían al entrar en relación con el gran caudillo de
Barracas al Sud don Alberto Barceló.
Al construir el dúo, Gardel y Razzano se convirtieron en estrechos colaboradores de don Alberto en una relación que
duraría toda la vida. Ello le permitió a Gardel resolver sus problemas de falta de documentación. Obtendría primero la
cédula argentina con la que se movía dentro del país, tal como lo recordaría su novia Isabel del Valle.
Cuando el 6 de febrero de 1936 se realizó el sepelio de Gardel en las calles de BS AS se incorporó un grupo de jinetes.
Eran los representantes de la agrupación Leales y Pampeanos, el centro tradicionalista de Avellaneda que cobijó
tempranamente a Gardel bajo el control de Barceló.

Apoyo al derrocamiento de Yrigoyen y enfrentamiento con los radicales

El 6 de septiembre de 1930 una multitud se volcó a la plaza pública saludando a los miembros del nuevo gobierno y
saqueando la casa de Yrigoyen. El músico Anselmo Aiete, de estrecha relación conservadora, le solicitó al escritor
Francisco García Jiménez (radical antipersonalista) que escribiera una letra del movimiento militar, así surgió “Viva la
patria”. Esta canción fue grabada el 25 de septiembre por Gardel.

Sección II: El espectáculo y la música de Buenos Aires

El tango

El origen

Hacia principios del S XX, la prostitución estaba muy expandida. No sería aquí donde el tango como danza y música se
expandiera principalmente. Pero lo que sí rescató el género de este ambiente fue la configuración poética de
situaciones ligadas a él. Su origen es difuso. Lo cierto es que el primer tango del que se tenga constancia “El Queco”
(burdel) 1874 habría sido cantado por las tropas del general Arredondo al ingresar a la ciudad de Córdoba.
Los prostíbulos solían contar con un pianista negro que interpretaba las canciones de géneros populares, así
comenzaban a surgir los primeros tangos. Pero, aunque este aporte no fue el único en la génesis del tango, la presencia
de inmigrantes europeos, con su propio acervo cultural, tiene en cambio mucha mayor trascendencia.

El órgano

El primer elemento traído del “viejo continente” que debemos destacar en la propagación de la música es el órgano. Su
uso callejero o público, como actividad comercial, es de antigua data. Por lo general era italiano, recorría las calles de la
ciudad. El organillero colocaba su organillo en un carrito de dos ruedas y un par de varas que le permitían arrastrarlos.
Dandi vueltas a un manubrio emitía música, que acompañaba el accionar de un mono o una cotorra adiestrados para
sacar un papelito con la suerte que esperaba a los ansiosos buscadores de ventura de corto plazo.
El otro espacio donde el órgano tuvo su lugar fue el café para bailes clandestinos.

Las bandas

Simultáneamente funcionaban bandas que ensayaban durante todo el año con profesionalismo, dirigidas por maestros
de origen italiano o descendientes directos. La atracción que Carlos tuvo por las bandas era indudable. En cierta
ocasión, cuando no tenía más de cuatro años, pasó por su barrio un desfile encabezado por una banda. El niño,
fascinado, los siguió por las calles. Cuando quiso darse cuenta, no sabía dónde estaba.

Los bailes populares

Las romerías eran una serie de fiestas a los Santos y las Vírgenes que podían durar hasta 17 días.
Los carnavales eran fiestas que se celebraban tanto en la calle como en los teatros, y eran largamente esperadas por las
muchachas de clase alta y media, pues en ellas se libraban de la represión sexual que las aprisionaba, mediante el roce
permitido en las danzas populares.
Los conjuntos

En los espacios más reducidos funcionaban los conjuntos. El progreso musical del tango estuvo muy ligado a este
fenómeno. Inicialmente en los bajos ambientes actuaba un solo músico, ya fuera guitarrero o acordeonista. Luego se
hicieron frecuentes los tríos (arpa, violín y flauta). La incorporación del piano fue posterior. Ello ocurrió a través de un
prolongado proceso de adaptación que culminaría hacia 1914, cuando el instrumento habría de reemplazar a la guitarra
en su función rítmica y armónica. El otro instrumento decisivo fue el bandoneón creado en Alemania e incorporado en
nuestro país en la Guerra de la Triple Alianza.
El simple trueque de timbres resultaría decisivo en la fisionomía musical del tango, el temperamento apagado, reflexivo
y melancólico.

La música criolla

La otra línea musical importante de principios de siglo fue la nacida en el interior. El joven Gardel, que intentaba
sobrevivir como cantor, comenzó a vincularse con esta corriente a través de los comités y los centros criollos. Impactó al
joven afirmando su identidad el movimiento cultural llamado “criollismo”.

El criollismo

Vino a cumplir un triple papel: para los sectores dirigentes de la sociedad, afirmó su legitimidad frente a la creciente
importancia de los extranjeros; para los sectores populares que se trasladaban a las ciudades, fue tanto una expresión
nostalgiosa como una forma de resistencia frente al nuevo escenario, y finalmente para muchos extranjeros, y
particularmente para sus hijos, constituyó la forma manifiesta de asimilarse al país.

El payador

Creaba sus versos sobre la marcha y se acompañaba con la guitarra, cantando con voz blanca y estentórea; un estilo no
muy melodioso, pero que ayudaba al artista a ser escuchado en los generosos espacios abiertos pampeanos.
El “milonguero” fue la contrapartida urbana del payador de campaña. Abandonó los temas épicos para abocarse a los
sinsabores de la vida del hombre de ciudad. La milonga, como un ritmo más pronunciado y veloz exigía músicos con más
destreza. Ahora no sólo debía improvisar sus versos, sino demostrar dotes como instrumentista.

Los cantores nacionales

Se trataba de artista nacido y/o afincados en BS AS que interpretaban canciones del interior del país aprendidas “de
oídas”, sin respetar ni la entonación ni la ejecución instrumental original. Los criollistas “puros” y los “tangueros” se
enfrentaban para definir quien representaba la forma más auténtica del sentir popular.

El tango “vuelve”

El baile

Una parís ansiosa de novedades recibió con entusiasmo la danza llevada por jóvenes argentinos de clase alta que
viajaban regularmente al “viejo continente”. Poco después el tango ya se bailaba en casi todos los salones europeos de
renombre, y llegaba a Bs As, legitimado tanto por aquellos muchachos de familia acomodada que lo habían instalado allí
como por los cinematógrafos, que daban cuenta a través de sentidas visitas de la adopción del tango en las lejanas
tierras.

El cabaret

El tango no “volvió” solo de Paris. Generó que comenzara a construirse en Bs As los primeros cabarets. Su
denominación presta a la confusión. Es que otros sitios como el Casino, escondían bajo dicha denominación el negocio
de la prostitución. Estos lugares podían incluir también un espacio para cenar y bailar, así como palcos privados. Es que
el cabaret era un espacio social.

El tango canción

Aquellas temáticas eróticas fueron alternándose con “la política”, “el propio tango” o “personajes de la ciudad”. El
imaginario tanguero iría construyendo básicamente tres: “el compadrito”, “el compadre” y “el rufián”.
Los hombres de clase alta imitaban a los compadres por lo que eran llamados “giles” o “compadritos”. El “compadre”
solía trabajar como guardaespaldas de algún personaje de la política o la alta sociedad. El 2rufián”, tomó el modelo de la
clase alta, pero en forma exagerada y personal.
Pero la poesía del género no se nutrió únicamente de personajes masculinos. Dos tipologías fueron incorporadas: “la
milonguita” y “la madama”. La “milonguita” era la muchacha que ejercía la prostitución. La “madama”, de origen
europeo, solía tener su capital propio, se retiraba del oficio cuando percibía su declinación física para regenerar su
propio prostíbulo o, si tenía suerte, un elegante cabaret en el centro.

• Leandro Losada. “La alta sociedad en la Buenos Aires de la Belle Epoque”


El eclipse del estilo de vida aristocrático

Con la primera guerra mundial culminó la belle Epoque. Se desdibujó el universo aristocrático, siguiendo su
desplazamiento político y económico en favor de las burguesías. La aristocratización cedió lugar a el aburguesamiento.
Las conductas y los preceptos morales se aflojaron en la posguerra. El eclipse se condimentó con la creciente influencia
cultura de los EEUU en desmedro de Europa por todo Occidente. El influjo norteamericano se esparció porque la
aristocracia terrateniente británica fue abriendo sus brazos a las fortunas estadounidenses más importantes. También
para esas familias norteamericanas representaba un reconocimiento ser aceptadas en los ambientes aristocráticos
ingleses. Hacia mediados de la década de 1910 y la posguerra los tonos aristocráticos se fueron atenuando en el estilo
de vida de las elites norteamericanas.
La alta sociedad de BS AS no estuvo ajena a estas mutaciones. El progreso tecnológico fue un motor. El paseo de
carruajes por Palermo fue reemplazado por el avance del automóvil. Ahora la silenciosa limusina era quien atesora la
carga.
El teléfono permitiría arregla r reuniones y visitas.
La posguerra generó un repertorio de modas y de pasatiempos para que las libertades personales y la mayor
informalidad en las relaciones sociales se percibieran de manera nítida.
Las conductas masculinas cambiaron porque cambiaron las modas, no porque se hayan propagado comportamientos
que en el cambio de siglo no habían existido. Entre las mujeres lo que las niñas hacían escandalizaba y también
sorprendía. En el vestido, el cigarrillo (mujer segura e independiente) y el gusto por los licores.
Las letras se convirtieron en la elección de algunas niñas notables e inconformistas de la alta sociedad.
El feminismo, fue algo que compartieron otras mujeres de la alta sociedad.
Para el grueso de las chicas la trasgresión se limitó a vestirse de determinada manera, fumar o conducir un automóvil.
La importancia de los cambios socioculturales de la posguerra radicó en que cargaron de sentido a las diferencias
generacionales al romper un universo de referencias compartido entre padres e hijos.
La huella yankee se sintió en el baile y la música. Movimientos más libres, entusiastas y sugestivos.
Los nuevos pasatiempos también representaban un cambio cultural. Aparecen los juegos de contrastes entre el pasado
idealizado y el presente corruptor. Lo nuevo era equivalente a la pérdida de lo distinguido.
Profundas fueron las mutaciones que trajo la posguerra para la gente de la época. Sacudida por la conjunción de la
movilidad social, los cambios culturales y los avances de la tecnología.
Además de ver cambios radicales también fueron irreversibles.
Las generaciones más viejas se mantuvieron apegadas a los ámbitos y a los códigos en que habían desenvuelto gran
parte de su vida. Los más jóvenes, probablemente, se “reconciliaron” con este mundo al entrar en la madurez.

Un grupo de referencia en declinación: La alta sociedad en la Buenos Aires de la posguerra.

La prensa contribuyó a banalizas de tradición a la high society. Estas nuevas secciones le otorgan visibilidad y
singularidad a la alta sociedad cuando, paulatinamente, semejantes cualidades comenzaban a atenuarse.
Las reglas de urbanidad en su momento propias de la etiqueta de high society pueden trascender claramente sus
fronteras. Esto es, que no hay que ser de la alta sociedad para comportarse como ella, tanto porque ésta no es tan
refinada como parece, como por el hecho de que no era complicado imitar sus ademanes o necesario contar con un
descomunal nivel de fortuna para lograrlo.

Bodas y funerales

Los casamientos perderían su pátina de austeridad y ganarían en lujo. Fue en esta época donde aparecieron las
primeras casas comerciales o empresas dedicadas a organizar bodas y entierros.
Estos acontecimientos muestran como la dimensión pública que adquirieron contribuyó a que la alta sociedad se
convirtiera en un polo de atracción social. La tarjeta empezó también a ser la credencial a presentar al momento de
asistir a este tipo de eventos, evitando en lo posible a los curiosos y entrometidos.
Las prácticas funerarias eran grandes funciones en las que se invertían sumas de dinero más altas que en las bodas.
De esta manera perdieron el carácter ínfimo para pasar a reflejar abiertas marcas de posición.
El Bachelor`s Ball era un baile anual que ponía en contacto a las niñas de la alta sociedad con los jóvenes de la
colectividad anglosajona. Los casamientos entre ingleses y porteñas solían ser mal vistos en la primera mitad del S XIX
justamente por pruritos religiosos.
Lo cierto es que en el cambio de siglo el acercamiento entre británicos y porteños era bien estrecho.
La novedad del 900 fue que los casamientos entre ingleses y mujeres argentinas eran frecuentes, aunque no sucedía lo
mismo entre mujeres inglesas y hombres porteños.
Las fiestas cívicas habían ido opacando las celebraciones religiosas en la vida social de la ciudad.
La vida de sociedad fue mucho más mundana en este período que en momentos anteriores. Y las prácticas vinculadas
con la iglesia y la fe también.
Este tipo de prácticas fueron a la vez maneras de reflejas status. Fue una tribuna más desde la cual vivir los placeres y
lujos mundanos abiertos en la belle Epoque.

El carnaval

Era una ocasión propicia para diferenciar las fiestas carnavalescas de la alta sociedad de las de los sectores populares.
La comisión directiva del club comenzó a circunscribir las invitaciones por medio de tarjetas: un mayor grado de
formalidad y de admisión a bailes y fiestas debido a que los cambios que comenzaban a sacudir a la ciudad al compás de
la inmigración y de la movilidad social acentuaron los riesgos de convivencias indeseadas en clubes y salones dado que
el club todavía era el referente de la sociedad distinguida.
Las propias formas de celebrar el carnaval en la alta sociedad fueron mutando. Para los años 80 se representaban
mutuamente las clases sociales. Cada una se contentaba con su suerte y se divertía dentro de su medio.
No obstante, los cambios en la sociedad se plasmaron de manera progresiva en el corso de carnaval. En especial, el
creciente protagonismo de inmigrantes lo volvieron un evento poco atractivo para las familias acomodadas.
En los bailes de carnaval, a los invitados europeos en pleno salón de los hostilizaba, se los vejaba y se los ofendía.
A medida que avanzamos en el período, los festejos de carnaval en la alta sociedad porteña fueron cambiando,
perdiendo gravitación aquellas prácticas que mayor contraste guardan con el deber ser distinguido.
La gente se desenvuelve en instancias de distinta naturaleza, como por la necesidad de descargar los impulsos
contenidos en la vida de relación, para la cual el ocio ofrece una oportunidad propicia.
Los pomos de agua pasaron a ser serpentinas. Estos cambios son sintomáticos de una práctica refinada.
Las fiestas carnavalescas fueron mutando entre los 80 y los años 10. El paso de los bailes de máscaras del Club del
Progreso a los bailes de etiqueta en Mar del Plata, así como el paulatino abandono de los juegos de agua revelan una
transformación en el carnaval como evento social, que lo acercó más apropiadamente a una ceremonia que se
correspondía con comportamientos civilizados y distinguidos, incluso algo empaquetados.

Los clubes

Con antecedentes, no era disparatado pensar en excluir a la política como eje convocante de las reuniones o de los
clubes sociales. Hablar de política estuvo prohibido en el Progreso y también en el Jockey Club.
El hecho de que la política haya dejado de ser el eje convocante de los clubes porteños no solo se relaciona con su
potencial disruptivo, se vincula también con los cambios en los intereses y en las expectativas con que se concurría al
club.
El Progreso fue fundado por hombres vinculado a la política, mientras que el Jockey reconoció sus fundadores a
integrantes de las familias más ricas de BS AS.
La vida de club era en este plano un punto más en el marco más amplio de una vida ociosa en la que se disponía con
libertad de tiempo y de dinero. El cambio que atraviesa entre mediados y fines del XIX muestra el ocaso de los rasgos
de tradición francesa, con su énfasis en afinidades o interés políticos o de ideas y la consolidación de los británicos.
Tanto el Jockey como el Progreso apuntaron a arraigar el refinamiento en la forma de conducirse y de actuar de la
sociedad. Faltar a las mínimas reglas de cortesía, podían ser en verdad motivo de expulsión.
Que el Progreso estuviera desandando el camino de la educación de modales y conductas desde mediados de los años
1860 vuelve a mostrarnos que en el ochenta se profundizaron tendencias que ya venían recorriendo a la sociedad
porteña desde las décadas anteriores.
El propósito esencial de esta dificilísima educación del hombre de mundo de nuestro tiempo que el Jockey debía
impulsar apuntaba en un sentido específico a delinear un repertorio de consumos y aficiones no populares, pero
también, en un sentido más general, a refinar sensibilidades y conductas.
La alta cultura que permitía la derrota del guarango incluía gustos y consumos, pero también comportamientos. Para
ello, la educación del cuerpo fue tan gravitante como la del gusto.
Los deportes

Ser gentleman pasó a ser una aspiración para los hombres de la alta sociedad porteña del 900. Se podía ser gentleman
con independencia de las condiciones de nacimiento; bastaba con llevar adelante un estilo de vida refinado y civilizado.
Los deportes además de pasatiempos, fueron una forma de educación estética del cuerpo y contribuyeron a esa meta.
Se podía ser gentleman haciendo deportes porque su difusión fue el resultado de la influencia británica. Era símbolo de
status.
El turf sin dudas era un deporte de gentleman por el dinero que exigía. El polo fue una actividad más confinada a las
familias inglesas hasta la tercera década del S XX.
Los autos pronto dejaron de ser exclusivamente en medio para practicar un deporte para transformarse en un bien de
consumo.
Los primeros autos en el país fueron lujo de los sporstmen de la alta sociedad. Recién en la posguerra comenzaron a
bajar sensiblemente sus precios.
Los autos, los globos o los yacths fueron también una manera de cortar con el pasado y de ingresar a la modernidad.
Permitían experimentar de manera directa el control del hombre sobre la naturaleza favorecido por el desarrollo
científico y tecnológico, y vivir el vértigo y el frenesí de la velocidad.
Los hombres de la alta sociedad volcados al deporte fueron los primeros ídolos populares de l país cuyas acciones no se
desprendieran de la política o de las armas.
El deporte también fue un medio para inculcar los comportamientos apropiados.
La esgrima refinó las formas y moderó la violencia. Se buscaba forjar una masculinidad moderna, una virilidad civilizada
definida por el cuidado y la presencia del cuerpo.
Con el boxeo anglonorteamericano se aprendía a combatir con estética. Se suprimió el uso de las piernas para la pelea.
El golf es un juego gentleman.

El vestuario. Modas masculinas y femeninas.

El vestuario en calidad y en diversidad fue haciéndose ver. Los modelos parisinos estuvieron al alcance de una manera
inédita hasta entonces en BS AS.
Aparecieron determinados atuendos para determinadas ocasiones.
La fiebre por la moda no solo se debía a las necesidades que el mercado creaba a los consumidores, sino también a que
el vestuario era toda una forma de expresar status frente a los demás.
Todas estas tendencias hicieron que la asociación exclusiva de ciertas prendas con determinados sectores sociales se
fueran borroneando, o al menos, abrieron la puerta para que esa posibilidad no pareciera remota o impensable.
Los círculos encumbrados comenzaron a compara en Europa. Así, junto al qué comprar, adquirieron importancia el
cómo, el dónde o el para qué.
Al margen de estas singularidades y extravagancias, la idea de que el refinamiento descansaba, más que en tener ropas
caras, en saber disponer del vestuario con naturalidad, fue un termómetro crucial desde el que evaluar su grado de
sofisticación. El buen gusto no se reflejaba sólo en el hecho de saber usar, algo que en principio no fue moneda
corriente.
La rigidez se había atenuado dando paso a una mayor naturalidad. Como entre hombres, el vestuario también ayudó a
que se corporizaran las convenciones y las conductas consideradas correctas ente las mujeres.

Los gustos culinarios

El cuarto de baño comenzó a ganar cuerpo recién en esta época o, en otras palabras, el cuidado del aspecto personal.
Algo similar ocurrió con la cocina, lo que demuestra el lugar que ganaron los intereses gastronómicos en la alta
sociedad.
En fin, de siglo proliferaron vajillas, platería y cubiertos especiales para distintos tipos de comida. La exuberancia de la
mesa reflejaba los cambios en las comidas. Como sucedía con el vestuario, qué comer y cómo comer debieron
conjugarse para ser cartas de refinamiento.
Fueron los banquetes, un evento característico del fin de siglo que revela justamente la importancia que adquirieron las
reuniones gastronómicas en la vida social.

• Ana Virginia Persello: “Los gobiernos radicales: debate institucional y práctico político”.
El Golpe de Estado desalojó a Hipólito Yrigoyen del gobierno.
80`Inserción de la Argentina en el mercado mundial como país agroexportador, la unificación del mercado interior, la
nacionalización del Estado y la extensión de los derechos civiles a la democratización de la vida política.
El acceso del radicalismo al poder, en 1916, fue posible en la medida que esa intención se tradujo en ley. En 1912, la
sanción de la Ley Sáenz Peña incorporó la obligatoriedad y el secreto del voto, poniendo en acto una universalidad que
no se correspondía con su práctica concreta: “cada hombre un voto”. Su propósito era evitar el fraude.
Provocar el pasaje de un sistema político que funcionaba de manera excluyente a otro de participación ampliada.
1916 1930 tres gobiernos radicales: cumplimiento estricto de la Constitución.
El radicalismo ocupó por primera vez el gobierno y los tradicionales sectores gobernantes, el rol de la oposición. El
espectro de partidos se amplió. Esto fue acompañado por un proceso de transformaciones entre gobierno y partido
gobernante.
La apertura electoral planteó como tarea la construcción de un sistema político democrático que pusiera en acto los
principios representativo, republicano y federal inscripto en la constitución.
En la medida en que el sufragio universal era un dato dado, discutían el lugar de la soberanía; el principio de legitimidad
del gobierno representativo, la forma que debía adoptar el sistema electoral; la separación o involucramiento de la
política con la administración.

El gobierno representativo: partidos políticos

Crisis moral, intelectual y política. Ausencia de aquellos partidos que eran la condición para democratizar y moralizar la
vida política. En su lugar predomina el personalismo, los círculos de notables y las manipulaciones electorales.
La organización de los partidos americanos, basados en el sistema de convenciones, reemplazaron a los comités que
elegían a los candidatos en reuniones. El sistema de división entre comité y convención fue adoptado por los dirigentes
de UCR y se incorporó a la carta orgánica de 1892.
Se diferenciaban de este modo Partido Autonomista Nacional (PAN), los candidatos a presidente, gobernadores y
senadores, sin responder a normativa alguna para seleccionarlos. Era el grupo en el poder.
La visión optimista del futuro y la visión idealizada del funcionamiento del sistema político en Estados Unidos e
Inglaterra construían un horizonte por alcanzar.
La reforma electoral constituía a los partidos políticos. Los sectores políticos, la prensa y los publicistas que la
propiciaron apelaban a los grupos de notables (PAN. Inorgánicos, locales, transitorios) nucleaos alrededor del PAN para
que se unificaran y se organizaran al Partido Radical, al que se lo reconocía como partido nacional, permanente y
orgánico, para que definiera un programa. La necesidad era la de superar el estilo político de Yrigoyen. Se temía la
dispersión conservadora y la hegemonía del sector radical liderado por Yrigoyen.
El triunfo radical en las elecciones de 1916 oscureció la visión optimista de aquellos sectores liberales y conservadores.
Entre 1916 y 1930 se dio un proceso de dispersión de las fuerzas políticas. Los radicales y los socialistas se dividieron y
el Partido Demócrata Progresista se eclipsó, quedando nuevamente reducido a una agrupación provincial.
A mediados de 1921 se promovió desde el partido conservador de BS AS la unión de las fuerzas contrarias a la política
presidencial.
Finalmente, la Concentración Nacional de 1921 eligió autoridades. La presidencia provisional de Francisco Beazle es
reemplaza por la definitiva de Ernesto Padilla. El intento se limitó a la definición de la fórmula electoral “salvar la
democracia”, la consigna era salvar las instituciones.

El partido gobernante

El radicalismo se enfrentaba a su nuevo rol de partido de gobierno. Lo obligaba a ocupar escenarios que le eran lejanos,
incorporando conflictos nuevos que se relacionaban con la primera guerra mundial.
El radicalismo se había constituido como partido de la oposición para poner en vigencia un régimen político
democrático.
Durante la presidencia de Leandro Alem, el primer conflicto separó a aquellos que estaban dispuestos a pactar con el
gobierno. Muerto Alem, durante la jefatura de Yrigoyen, ciertos referentes cambiaron de sentido, si bien la defensa de
la Constitución y de la libertad de sufragio y la moral administrativa siguieron siendo los referentes simbólicos a partir
de los cuales los radicales se sintieron pertenecientes a un mismo colectivo.
Alem asumía la defensa del individuo frente al Estado y de los municipios y las provincias frente al gobierno central. La
intervención excesiva del Estado dañaba moralmente la libertad individual. No era en el gobierno central donde residía
la soberanía sino en el Parlamento, única institución que no ofrecía peligro para los derechos y libertades públicas y que
evitaba el despotismo. Alem defendía el federalismo. La Nación era un resultado.
A diferencia de Alem la preocupación de Yrigoyen pasaba por la construcción de la Nación. El radicalismo resultaba así
un anhelo colectivo, una causa que tenía que construir la Nación.
El partido iba constituyéndose como organización impersonal, pero también pretendía monopolizar la construcción de
la Nación.
Allí se funda la escisión del partido en 1924 entre personalistas y antipersonalistas. La oposición al liderazgo
yrigoyenista recuperó la carta orgánica de 1892 y el propósito central de Alem era organizar una asociación impersonal.
Cuando el radicalismo paso de ser la oposición a un partido del gobierno, se provocó un enfrentamiento por definir
donde residía el verdadero radicalismo: en la causa sintetizada en su líder o en el partido.
En Santa Fe surgieron dos facciones: nacionalista y disidentes. Los sectores consiguieron en su voto para que Yrigoyen
asumiera la presidencia.
El fenómeno se repitió en todas las provincias. Rojos en el gobiernos y azules en la oposición, o a la inversa. Cada
provincia parece participar de una ecuación política que le es propia.
A fines de 1917 el Comité Nacional envió comisionados a las provincias con el fin de lograr la unidad partidaria. Fracasó.
Las selecciones de 1922 produjeron una primera separación que convoco al radicalismo a reorganizarse de acuerdo con
sus principios originarios que consideraba traicionados por el yrigoyenismo. Su evaluación del primer gobierno radical
asimilándolo a la tiranía; era régimen y no causa. Las selecciones no lograron nuclear a todos los descontentos con el
yrigoyenismo.
A partir de la asunción de Alvear como presidente, las tensiones se agudizaron. Nuevamente conservadores y
antipersonalistas disconformes con la composición de las comisiones.
En una asamblea realizada en el Teatro Coliseo, los antipersonalistas proclamaron la formación de un nuevo partido. La
Figuera de Alem se oponía a la de Yrigoyen.
La decisión de partido gobernante provoco realineamientos en el interior de los partidos de la oposición. El desacuerdo
con el antipersonalismo dividió al socialismo, dio surgimiento al partido socialista independiente y generó divergencias
en el partido conservador.
En los años y los gobiernos radicales los conservadores seguían pensándose como un grupo de notables, reserva
intelectual y moral del país para cuando el radicalismo, bajo el precio de sus propuso errores debiera dejar el gobierno.
La legitimidad para ocupar cargos políticos para ellos estaba en presencia a familias tradicionales, la oposición
económica, el prestigio social que garantizaba capacidad para el gobierno.
Los radicales antipersonalistas reivindicaban la carta orgánica de 1892 para oponerse a las lealtades que respondían no
a principios sino a una jefatura carismática.
Dos proyectos presentados en la cámara de diputados (1925-2927) intentaban dar respuesta al problema de la
organicidad de los partidos. La propuesta fue reemplazarlo por el voto directo de los afiliados para seleccionar
candidatos y cargos.
Por otro lado, la falta de organicidad y disciplina y la ausencia de prácticas democráticas en el interior de los partidos
funcionaban como argumento fuerte para explicar la ineficiencia parlamentaria.

El parlamento

Ya antes de la decisión formal del partido la bancada estaba dividida, aunque fue recién en las elecciones legislativas de
1926 cuando presentaron listas separadas, obteniendo 38 bancas el personalismo y 20 el antipersonalismo.
El recinto parlamentario se constituyo en un lugar privilegiado para los pleitos entre partidos y en el interior de ellos. El
antipersonalismo se transformó en blanco de los ataques del yrigoyenismo y a la inversa.
Todos los partidos desplegaban sus propias rencillas.
Pero lo que estaba en discusión en el interior del parlamento era la definición del gobierno representativo. Implicaba
una pregunta por la presentación. Frente a que la democracia no es posible si el pueblo no se organiza en partidos los
legisladores representan a su agrupación política.
En el caso del partido radical la cuestión se complica. Un sector de los legisladores exigía la separación entre partido y
gobierno. Se podía ser radical y opositor. Para los yriyonistas, el presidente se apartaba de la tradición partidaria y esto
justificaba las obstrucciones y las ausencias al recinto parlamentario.
La ausencia de partidos orgánicos y disciplinados fundamentaba dos tipos de planteos. Detrás de ambos argumentos
estaba en cuestión la ley Sáenz Peña. para los primeros había que modificarla para los segundos derogarla. La
ampliación de la participación era irreversible, aunque sus resultados no fueran los deseados.
Cuando en 1912 se sanciono la ley se estableció la lista completa combinada con el secreto y la obligatoriedad del
sufragio y el mecanismo plurinominal. El triunfo radical era un resultado no previsto y no deseado.
Una vez instalado el radicalismo en el gobierno la oposición busco en la reforma de la ley electoral el modo de moderar
el avance. El argumento era que volvía más representativo al parlamento en tanto reflejaba con mayor fidelidad las
diferencias en el electorado.

El principio republicano: la relación ejecutivo/legislativo

Hay un desequilibrio entre la labor legislativa y el debate político. Los legisladores de todos los sectores coincidían en
que este último insumía la mayor parte de las Cámaras.
Para los radicales la ineficiencia parlamentaria era producto de la oposición que enjuiciaba al gobierno y al partido para
provocar demoras. Para la oposición, la explicación estaba en la división del Partido Radical, que se trasladaba al
Congreso y provocaba un enfrentamiento, por otro, en la sujeción del partido al gobierno y fundamentalmente, al
Ejecutivo.
Según la oposición, era Yrigoyen quien proporcionaba los motivos para que la Cámara se viera obligada a defender sus
fueros frente al avasallamiento previo a la tarea de legislar. El presidente no asistía a las sesiones de apertura del
Parlamento. Yrigoyen no lo hizo nunca. Es una de las diferencias con Alvear que estuvo presente en todos los períodos
legislativos de su mandato. Si bien la ausencia del presidente no impedía el funcionamiento parlamentario, su presencia
era una prescripción constitucional y la no concurrencia adquirió un fuerte valor simbólico, implicaba falta de respeto,
arrogancia y soberbia.
El segundo motivo era el desconocimiento del derecho de interpelación.
En este último período, el radicalismo personalista tenía mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, era la misma
Cámara la que renunciaba a la facultad de interpelar en una actitud de protección al Poder Ejecutivo. Y esto,
nuevamente, lo separa también del período alvearista.
El tercer motivo esgrimido es el abuso de la facultad ejecutiva de intervenir a las provincias en el receso parlamentario.
En este planteo se inscribía la discusión sobre los alcances y límites de las facultades de la Cámara para interpelar al
Ejecutivo y de éste para intervenir a as provincias en los períodos de receso parlamentario.
Interpretando de este modo la facultad legislativa, el Parlamento consideraba que el Ejecutivo la limitaba, Yrigoyen
sostenía que la Cámara abusaba del derecho de interpelación. En cuanto a las intervenciones por decreto, los radicales
sostenían que la Constitución otorgaba al Ejecutivo la facultad de intervenir sin restricciones en los períodos de receso
parlamentario.
La oposición extremaba argumentos para fundamentar que la facultad de intervenir era legislativa.
En todo el período de los gobiernos radicales se reiteró en el Congreso la propuesta de reglamentar los artículos quinto
y sexto de la Constitución referidos a intervenciones federales.
Los ministros de Alvear acudieron al Congreso y disminuyeron las intervenciones por decreto. La crítica a Yrigoyen por
exceso se convierte en una crítica a Alvear por defecto.

La relación nación/provincias: el principio federal

La doctrina que sustentaba Yrigoyen sobre las intervenciones y sus implicancias políticas fue una de las cuestiones mas
retomadas en los análisis del periodo.
En la perspectiva radical las intervenciones iban alas provincias a restaurar las autonomías provinciales, es decir, a
colocar a los pueblos en condiciones de darse sus propios gobernantes, que hasta el advenimiento del gobierno radical
eran elegidos por agentes del poder central; a establecer el pleno ejercicio de la vida institucional; a restaurar su
soberanía mutiladas; a superar el vicio, el desorden y la corrupción de las costumbres publicas y privadas ya restablecer
la justicia.
Mientras el radicalismo las creía necesarias y justas, la oposición las consideraba actos de violencias, de exclusivismo
partidista, jalones en el camino de la unanimidad y en la construcción de un basto imperio personal del presidente.
Las intervenciones a gobiernos conservadores daban respuesta a la ilegitimidad. Las intervenciones a gobiernos
radicales se hacían a requisitoria de los gobiernos provinciales. En general respondían a conflictos entre poderes:
gobernadores o legislaturas.
Al iniciar su gobierno Alvear intento diferenciarse de la política intervencionista. Uno de los intentos por modificar esta
política fue el proyecto de reforma parcial de la constitución en 1923. Se intentaba eliminar uno de los nudos
conflictivos de la relación entre gobierno nacional y gobiernos provinciales y, por ende, uno de los motivos más
frecuentes de intervención federal.
Al finalizar el periodo alvearista los gobernadores de San Juan, Mendoza, Jujuy, Santiago y Santa Fe apoyaban al
antipersonalismo. En las elecciones provinciales previas alas naciones de 1928 en Salta, Tucumán, Santa Fe y Córdoba
triunfaron los yriyonistas.
Durante el segundo gobierno de Yrigoyen los argumentos de los legisladores personalistas se extremaron; el pueblo
tiene cada 6 años la libertad absoluta de elegir y el presidente demandar. El equilibrio entre gobierno y pueblo esta por
encima del principio federal.
Cuando Yrigoyen llego al gobierno en 1916 solo tres provincias tenían gobiernos radicales: santa fe, Córdoba y
Tucumán. Al final de su mandato prácticamente todas las provincias tenían mandatos radicales. Los cambios en el mapa
político tienen que ver con las políticas de intervenciones

Administración y política

Previa a la sanción Sáenz Peña, el mismo movimiento que pugnaba por la democratización del sistema político exigía
moralidad legislativa; moralizar la administración equivalía a sujetarse a reglas claras, eliminar la arbitrariedad y las
clientelas.
Mas tarde, ya instaurado el voto secreto y obligatorio e instalados los radicales en el poder las críticas a la
administración continuaban. Cuando los radicales llegaron al poder había cambios de los elencos administrativos. Los
gobiernos electores fueron dejando paso a los partidos. La presencia al circulo de notables fue dando lugar a la
militancia partidaria a la hora de designar a los funcionarios y las vinculaciones tradicionales, a los lazos de lealtad y a la
afiliación a un comité si se tratara de seleccionar a los empleados estatales.
Empleados nuevos coexistían con viejos funcionarios de administraciones pasadas. La imagen que traduce la prensa, los
partidos opositores y las fracciones radicales despojadas sobre la administración es la de una maquina pesada y lenta,
un lugar donde los partidos del gobierno tenia asegurada una renta sin mayor esfuerzo, donde se alejaba a la población
de las actividades productivas restándoles dinamismo.
Desquicio, anarquía y caos. Una de las cuestiones mas subrayadas es la injerencia de la política en la administración,
política alude al peso de los comités en la función pública. A la partir de lo cual se concluye que es necesaria la
separación de ambas esferas.

La maquina electoral

Las agencias estatales que tenían personal distribuido por todo el país ocupaban el centro de las críticas. La oposición
explicaba los triunfos electorales del partido gobernante por la instauración de la máquina, el radicalismo ganaba por las
presiones oficiales y la utilización de los recursos gubernamentales.

Gobierno y partido

En el interior del radicalismo la relación entre gobierno y partido estaba en debate. Enfrentando a las críticas de la
oposición sostenía que los empleados del “régimen” eran agentes electorales, pero a partir de la vigencia de la Ley
Sáenz Peña, un empleado de la administración radical era un partidario. Pero las crónicas periodísticas registran en las
convenciones del partido, tanto nacionales como provinciales, los planteos de algunos de sus miembros que
demandaban la separación entre partidos y administración estableciendo la incompatibilidad entre empleo público y
cargos en el aparato partidario.
Se les asignaba a los empleados públicos la decisión en torno a candidaturas.
Uno de los argumentos del antipersonalismo para enjuiciar a la administración yrigoyenista es haber llenado todos los
cargos vacantes con sus propios partidos antes de la asunción de Alvear para perpetuar la “maquina”.
Cuando asumió el gobierno Alvear, quien siendo diputado había presentado un proyecto de ley que implicaba
racionalizar la administración, incluyó en su agenda de cuestiones el tema de la burocracia.
El antipersonalismo exigía cambios de personal para desmontar la “máquina” yrigoyenista y cada uno de los ministros
del interior de Alvear esgrimió estrategias diferentes para dar respuesta a las demandas del partido y a los problemas de
la administración.
La solución debía venir del Poder Legislativo, es al Congreso a quien le correspondía producir o no modificaciones.
Yrigoyen, en su segundo mandato, entre noviembre de 1928 y abril de 1929 dejó cesantes a diez mil empleados de la
administración y recurrió nuevamente a las vacancias y acefalías. Los síntomas de la crisis, que ya comenzaba a sentirse,
obligaban a reducir el gasto público.

La intención de legislar.

La solución al electoralismo y a la incompetencia se planteaba en términos de estabilidad y escalafón. Innumerables


proyectos circularon por el Congreso sin recibir sanción. El punto de partida era la experiencia de los países que se
consideraban más avanzados. Tomaban como modelo la ley norteamericana para reemplazar el sistema de los
despojos.
El sistema consideraba a los empleos como pertenecientes al partido en el gobierno y cada cambio de administración
exigía su renovación. Impedía la formación de un cuerpo de funcionarios profesionales que pudieran tener excesiva
injerencia en cuestiones políticas. Su reemplazo respondió a la evaluación de que la administración era ineficaz y
corrupta y los legisladores argentinos invocarán el mismo problema.
Los proyectos presentados. Tres eran los principios que los orientaban: concurso para el ingreso, estabilidad
garantizada por tribunales disciplinarios e instancia obligatoria del sumario y escalafón que contemple capacidad y
antigüedad. Se reglamentaba de este modo la facultad del Ejecutivo para nombrar y remover al personal administrativo.
Algunos de los proyectos limitaban el número de personas de la misma familia en la administración pública y prohibían
la propaganda o los trabajos electorales. La eliminación del rol de agentes electorales de los empleados públicos fue una
de las banderas del Partido Radical en la oposición y uno de los temas de los que se hace cargo la ley electoral.
Los proyectos que circularon en el Parlamento entre 1916 y 1930 se sustentaban en la idea de que la burocracia debía
ser técnicamente natural, es decir, responder a los titulares del poder político sean cuales fueran.
El aparato estatal creció.
Un balance provisorio

Mientras los radicales eran un partido de oposición exigían ajustar la práctica política al texto constitucional. Sus críticas
a los gobiernos conservadores (“el régimen”) se centraban en la transgresión de la norma.
El problema residía en la personalización del poder y se superaría reemplazando el gobierno de “notables” por un
gobierno de las leyes.
Cuando los radicales llegaron al poder esa preocupación se trasladó a la oposición, que se hizo cargo de exigir el
cumplimiento de la Constitución. Desde su perspectiva, el gobierno radical era arbitrario y discrecional. Su propuesta
era evitar la excesiva centralización del poder y producir reformas que garantizaran el lugar de las minorías.
La otra gran tensión que recorría la relación entre gobierno y oposición era la imposibilidad conservadora de aceptar el
principio de la soberanía del número, a pesar de que, en el plano del discurso, se asumían como democráticos. El
sufragio universal como legitimador del gobierno no concedía capacidad para el gobierno, igualdad intelectual y moral;
por el contrario, aceptaba la desigualdad del mérito y de la capacidad. Así, todos podían votar, pero debían gobernar los
capaces. Para los gobiernos electores, manipuladores del sufragio, ellos colocaban a ciudadanos “capaces” en los
puestos gubernativos. Y allí se fundamentaba su crítica a los gobiernos radicales; era el gobierno de los incapaces, nueva
etapa de la lucha entre la civilización y la barbarie.
Para atenuar la tensión, explican el crecimiento del voto radical apelando a la inmadurez del pueblo y confiando en que
la educación produciría cambios en el electorado.
Las posiciones más extremas planteaban que la ley electoral fue dictada prematuramente y era necesario derogarla.
El radicalismo como partido de gobierno, se dividía. Su división adoptaba las características de un movimiento cismático
y los que se separan se transformaban en traidores a la causa. Todos se proponían como los “verdaderos” radicales.
Para los personalistas el radicalismo era una “religión cívica” y sus militantes y adherentes, sus fieles. El dogma, las
creencias, la fe en la causa, estaban por encima de la razón.
El antipersonalismo era una reacción del poder personal de Yrigoyen. Proponían al radicalismo como un partido y
necesitaba un programa que cumpliera las funciones del líder. Sus críticas a los gobiernos de Yrigoyen coincidían con las
de la oposición.
El clientelismo, la persistencia de prácticas facciosas, la confusión entre partido y gobierno, el ejecutivismo y la
irreductibilidad de las posiciones de una oposición que, a pesar de su discurso, no terminaba de aceptar los cambios que
implicaba la ampliación del sufragio, complicaban la tarea de fortalecimiento de las instituciones.
En 1930 la defensa de la Constitución y sus principios unificaba a todo el espectro partidario contra el yrigoyenismo y
justificaba su derrocamiento. En nombre de la democracia se produjo el primer Golpe de Estado.

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