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Afectos, emociones,
atribuciones y expectativas:
el sentido del aprendizaje
escolar
Mariana Miras
César Coll,
Jesús Palacios,
Alvaro Marchesi
Desarrollo psicológico y educación: T. II Psicología de la educación
1. Introducción
El papel central que juegan las representaciones que elaboramos las personas
en nuestra conducta constituye uno de los principios indiscutibles de la psico
logía científica contemporánea. En nuestro caso, el concepto de representa
ción pone de relieve la idea de que los afectos y emociones que se actualizan
en los procesos educativos escolares no surgen como respuesta directa a los
estímulos presentes, sino que se encuentran claramente mediatizados por las
representaciones que profesores y alumnos han elaborado de ellos. Entre es
tas representaciones destaca sin duda la representación que la persona tiene de
sí misma, su autoimagen o autoconcepto. Como se mostró en el capítulo 9
del volumen I de esta obra, el autoconcepto postula la idea del yo como obje
to de conocimiento en sí mismo y en la actualidad tiende a concebirse como
una noción pluridimensional, que engloba representaciones sobre distintos
Factores y procesos psicológicos implicados en el aprendizaje escolar
'j f l O I J O l l l i
Del mismo modo que los alumnos y el profesor tienen una representación
de sí mismos, elaboran también una representación de las características de
los otros, construyen una representación de sus capacidades, motivos e in
tenciones. Estas representaciones juegan un papel determinante en las rela
ciones interpersonales que se establecen en los procesos educativos y, en
consecuencia, inciden en los resultados de dichos procesos. Como analizá
bamos en otra ocasión (Coll y Miras, 1990a), las fuentes en las que se ba
san las representaciones mutuas de profesores y alumnos son diversas. In
12. Afectos, emociones, atribuciones y expectativas
su impacto fue notable, ya que, aunque en este caso se había inducido a los
profesores a desarrollar unas expectativas positivas, era fácil extrapolar los re
sultados en el caso en el que se produjeran expectativas negativas respecto
al rendimiento de determinados alumnos. En este contexto, a lo largo de es
tos años numerosas investigaciones han intentado replicar los datos obteni
dos en la investigación inicial de Rosenthal y Jacobson con resultados con
tradictorios. El impacto de la profecía de autocumplimiento en los
resultados de los alumnos se confirma en algunos casos, pero no en otros,
lo que corrobora la dificultad de considerar este fenómeno de una forma
simple o mecánica. A partir de aquí, el interés se ha centrado de manera
prioritaria en tratar de analizar el proceso mediante el cual se produce la
formación de expectativas por parte del profesor y, en especial, en determi
nar las condiciones que llevan a que estas expectativas den lugar a una pro
fecía de autocumplimiento.
En este contexto, posiblemente uno de los modelos más elaborados con
tinua siendo el propuesto por Jussim (1986). El modelo distingue tres fases
o etapas en el proceso de formación de expectativas en el contexto escolar
y en su eventual transformación en profecías de autocumplimiento (véase
figura 12.1). La primera hace referencia a la construcción de las expectati
vas del profesor respecto al rendimiento académico de sus alumnos y desta
ca la cantidad y la variedad de factores que pueden intervenir en su estable
cimiento y en su posterior mantenimiento a lo largo de la interacción. Esta
fase constituye un primer paso necesario en el camino hacia el cumplimien
to de las expectativas. En este sentido, sabemos que el profesor no constru
ye necesariamente expectativas sobre el rendimiento de cada uno de sus
alumnos o también que, aun en el caso de construirlas, no todas las expec
tativas que elabora son igualmente claras o precisas. En el supuesto de que
las haya construido, la segunda fase del modelo supone que el profesor las
comunique de algún modo a los alumnos. Existen evidencias suficientes de
que a menudo los profesores las transmiten, comportándose de manera di
ferente con unos y otros en función del carácter positivo o negativo de sus
expectativas. Este comportamiento diferencial, del que en la mayoría de los
casos los profesores son escasamente conscientes, se concreta en último
término en el mayor o menor grado y calidad de la ayuda que brinda al
alumno en su proceso de aprendizaje. Los patrones atribucionales del pro
fesor, la percepción del grado de control o influencia que tiene sobre el
alumno, o el intento de evitar la disonancia cognitiva que le producen las
informaciones que contradicen sus expectativas son algunos de los factores
psicológicos que mediatizan la relación entre sus expectativas y el trata
miento educativo que finalmente ofrece al alumno (Coll y Miras, 1990b).
En definitiva, la segunda fase de este modelo señala que la transmisión
de las expectativas se materializa en unas prácticas educativas a través de
las cuales el profesor proporciona mejores oportunidades a los alumnos
respecto a los cuales ha elaborado expectativas de éxito académico, y a la
Factores y procesos psicológicos implicados en el aprendizaje escolar
EXPECTATIVAS
DEL PROFESOR
TRATAMIENTO
EDUCATIVO
DIFERENCIAL
REACCIONES DE
LOS ALUMNOS
inversa. Los resultados indican que en los contextos en los que esta diferen
ciación es más perceptible se produce una mayor dependencia e identifica
ción entre las expectativas de los propios alumnos y las expectativas del
profesor (Stipek, 1996). Ahora bien, la existencia de un trato diferencial no
basta para que se desencadene la profecía de autocumplimiento. Cabe su
poner que los alumnos no asisten impasibles a estos tratamientos diferen
12. Afectos, emociones, atribuciones y expectativas
5 Para un análisis más detallado de estas cuestiones véase Solé (1993) y Miras (1996).
Factores y procesos psicológicos implicados en el aprendizaje escolar