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En Diciembre... 2011

EL DESPERTAR
DE LA HUMANIDAD

Dossier de la Sala Juvenil


INTRODUCCIÓN
EL ORIGEN DE LA VIDA
HISTORIA GEÓLÓGICA DE LA TIERRA
Las Eras Geológicas de La Tierra
Las Glaciaciones
LA ERA DE LOS DINOSAURIOS
¿Cómo se forman los fósiles?
La gran extinción
DARWIN Y “EL ORIGEN DE LAS ESPECIES”
EL SER HUMANO: ESE GRAN MISTERIO
El Origen del Hombre
Aparición de los primates
ETAPAS DE LA EVOLUCION DEL SER HUMANO
Los primeros homínidos
El árbol genealógico del ser humano
NUEVOS DESCUBRIMIENTOS DE HOMÍNIDOS: AUMENTA LA CADENA EVOLUTIVA DEL
SER HUMANO
LA PREHISTORIA
ETAPAS DE LA PREHISTORIA
La Edad de Piedra
La Edad de los Metales
¿CÓMO SE ESTUDIA LA PREHISTORIA?
Estudio de los restos materiales
La excavación arqueológica
Métodos para fechar el pasado
YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE LA PENINSULA IBERICA
Yacimientos arqueológicos de la provincia de Albacete
El Museo de Albacete

“Todo aquello que está bajo la tierra el tiempo lo sacará a la luz del sol "

Horacio Flaco
Cuándo y cómo fueron creados los seres vivos?
¿Cuál es la relación entre ellos? ¿De dónde
venimos? O sea: ¿Cuál fue la especie de la que
procede el ser humano? ¿Cuándo y donde
apareció nuestra especie? ¿Somos un mono con
suerte? ¿Cómo ha evolucionado nuestro género
hasta llegar a nosotros? ¿Desaparecerá alguna
vez la humanidad?...
Nosotros, los seres humanos, somos los únicos
entes de toda la naturaleza que se preguntan por
su origen, por su evolución y por su destino, así
como por el sentido de su existencia. La capacidad de formularse preguntas como estas y la capacidad para
elaborar respuestas que sean racionales y que estén debidamente argumentadas es, sin lugar a dudas, una de las
características que nos singulariza frente a todos los animales, y nos convierte en únicos en toda la realidad
física.
La Biblioteca Pública del Estado de Albacete ha elaborado este dossier informativo, que junto a un centro de
interés, formado por material bibliográfico y audiovisual, te guiarán en este breve recorrido por el apasionante y
enigmático “Origen de la Humanidad”.

INTRODUCCIÓN
En el umbral del siglo XXI continúa sin resolverse uno de los temas más sugerentes y fascinantes de la historia de
la humanidad: el “Origen del Hombre”, su expansión por los distintos continentes y su evolución hasta llegar a la
situación actual, caracterizada por una población de gran uniformidad.
A pesar de nuestra piel oscura o blanca, cabellos claros u oscuros, lisos y rizados, ojos achinados... todos
nosotros, europeos, africanos, americanos, etc., somos genéticamente iguales en un 99,8%. Lo que nos diferencia
son los rasgos individuales y de grupo, según los ambientes a los que nuestros antepasados tuvieron que
adaptarse.
En la configuración de la vida en el planeta Tierra, nosotros, como los caballos, dinosaurios, pájaros o los peces,
pertenecemos al Reino animal es decir, somos un animal más, eso si, con un antepasado común y lejano, que
vivió en África, y que fue cambiando dependiendo de las condiciones del medio, el clima, los recursos disponibles
y que, por distintas circunstancias, se hizo bípedo y aumentó el volumen de su encéfalo al igual que el
antepasado de la ballena cambió volviendo al mar y desarrollando aletas.
Nos vamos acercando poco a poco al misterio de nuestra propia existencia y comprendiendo la Naturaleza.
Después de ponernos en pie, comenzar a hablar y pensar, nos distribuimos por todo el globo. Ahora hemos
empezado a encontrar respuestas
más o menos con una base demostra-
da sobre nosotros mismos y el mundo
que nos rodea. Aunque aun son
muchos los interrogantes, los cientí-
ficos han logrado unir distintas
informaciones y reconstruir cómo
vivían, caminaban o se comunicaban
nuestros más remotos antepasados.
EL ORIGEN DE LA VIDA
A lo largo de la historia ha habido varias teorías acerca del origen de la vida en la Tierra, el tipo de vínculos que
unen a los seres vivos, y el fascinante y misterioso origen de la gran “cadena del ser”.
Desde los orígenes de la vida sobre la Tierra hasta la aparición de nuestros antepasados tiene lugar un proceso
de gran complejidad que abarca un inmenso período de tiempo. A partir de las más antiguas formas de vida
microscópica, los procesos evolutivos han dado lugar a la gran diversidad de plantas y animales que pueblan en
la actualidad nuestro planeta.

HISTORIA GEOLÓGICA DE LA TIERRA


La Tierra se formó hace unos 4.500 millones de años, y se calcula que
hace unos 3.500 millones de años, en el período conocido como
Precámbrico, aparecieron los primeros organismos vivos.
La atmósfera terrestre para entonces no contenía oxígeno, sino una
mezcla de hidrógeno, metano y amoniaco, por lo que las primeras
formas de vida fueron microscópicos organismos unicelulares. La
superficie de la Tierra estaba dominada por volcanes, ríos de lava y
océanos inmensos. En estos grandes océanos fue donde comenzó la vida
en forma de estos pequeños organismos unicelulares muy sencillos, tales
como algas o bacterias.
Más tarde, los cambios producidos en las condiciones de la superficie
terrestre permitieron evolucionar a distintas formas de vida animal y
vegetal. Tras la aparición de los invertebrados, le siguieron los primeros
animales vertebrados, los “peces”, que más tarde, darían lugar a los
“anfibios”, que fueron los primeros vertebrados terrestres, de los que a
su vez, surgieron después los “reptiles”. Y fue de estos primeros
reptiles, de los que más tarde evolucionaron los “dinosaurios”, que son
sin duda los animales prehistóricos más conocidos.
Los dinosaurios dominaron la Tierra desde hace más de 200 millones de años hasta que los mamíferos tomaron el
relevo hace tan sólo 65 millones de años.
Entre la gran multitud de especies de mamíferos surgidas, se encontraban los primates, antecesores de los
primeros hombres primitivos.
Todo este inmenso proceso evolutivo de animales y plantas transcurrió durante las denominadas “eras
geológicas”, etapas en las que se dividía el tiempo.

ERAS GEOLÓGICAS DE LA TIERRA


El estudio de la evolución del planeta se divide en espacios de tiempo denominados eras geológicas, cada una de
las cuales tiene características especiales con respecto a las condiciones climáticas, la existencia de vida, etc.
Estas eras geológicas se denominan: Arqueozoica, Paleozoica o Primaria, Mesozoica o Secundaria, Cenozoica o
Terciaria, Antropozoica o Cuaternaria.
ERA ARQUEOZOICA: que comprende el periodo Precámbrico. Es la era más antigua y constituye el periodo
geológico más largo de la historia de la Tierra. Se extiende desde la formación de la corteza terrestre, hace
unos 4.500 millones de años, hasta el comienzo de la vida en los mares hace unos 560 millones de años. En el
transcurso de estos millones de años, la superficie terrestre experimentó multitud de cambios importantes.
Durante el Precámbrico, se consolidó el planeta, ya que se formaron las
rocas más antiguas y se produjeron los fenómenos que dieron lugar, por
evolución bioquímica, al origen de la vida y a la formación de una
atmósfera con oxigeno. El clima fue muy variable, hubo periodos
tropicales y periodos de frío polar, además la actividad volcánica fue
muy intensa.
Por cientos de millones de años La Tierra estuvo desprovista de vida.
Sin embargo, los primitivos océanos de este mundo desierto contenían
ya los constituyentes básicos de la vida.
Así, fue en los mares donde surgió la vida. Comenzaron a desarrollarse
las primeras colonias de organismos unicelulares, semejantes a las bacterias. Se cree que estas formas
tempranas de vida marina fueron las responsables de la generación de oxígeno, vertiendo el gas a la atmósfera
primitiva durante millones de años y preparando así el camino para la evolución de la vida en la Tierra.

ERA PALEOZOICA o Primaria


Esta era da comienzo hace alrededor de 560
millones de años, duró unos 315 millones de
años y se divide en seis períodos. Desde el más
antiguo al más actual se les denomina: Cámbri-
co, Ordovícico, Silúrico, Devónico, Carbonífero
y Pérmico.
Durante la era paleozoica comenzó a formarse
la estructura actual de los océanos y de los
continentes. La geografía del planeta era muy
distinta a la actual. Había solo dos masas de tierra importantes: Laurasia, formada por las actuales América del
Norte, Europa y casi toda Asia, y Gondwana, compuesta por América del Sur, África, Australia, la India y la
Antártica. Hacia el final de la era, fue cuando ambas masas de tierra se unieron para formar un único
supercontinente llamado Pangea, que incluía la mayor parte de la superficie terrestre del planeta.
Al principio toda la vida, vegetal y animal, estaba confinada a los mares. Aparecen los primeros caracoles, así
como los moluscos cefalópodos. En el reino vegetal las plantas predominantes eran las algas en los océanos y los
líquenes en la tierra. También había corales, estrellas de mar, esponjas y trilobites. Su enorme proliferación
contribuyó al aumento de oxígeno en la atmósfera terrestre.
Más tarde comienza una tímida conquista de tierra firme, aparecen en escena los primeros insectos: los
arácnidos, y el primer animal de respiración aérea, un escorpión.
Ya en el Devónico surgen los primeros peces y luego los anfibios, primeros vertebrados terrestres.
Durante el Paleozoico tardío (Carbonífero), prosperaron grandes bosques de plantas primitivas y se desarrolla
una exuberante vegetación (como helechos gigantes) que, al descomponerse, dio origen a los primeros
yacimientos de carbón. También crecen las primeras coníferas (las primeras plantas modernas), dando lugar a
espesas selvas.
La existencia de un clima pantanoso, húmedo y cálido, por otra parte, favoreció la multiplicación de familias y
especies de insectos (tanto terrestres como voladores) y de anfibios.
A finales de la era Primaria, hacia el Pérmico, se desarrollaron los primeros reptiles, de entre los que destacan
los terápsidos, los antepasados de los mamíferos.
ERA MESOZOICA o Secundaria
El Mesozoico empezó hace alrededor de 245
millones de años. Abarca los periodos Triásico,
Jurásico y Cretácico, y se le calcula una
duración aproximada de 160 millones de años.
Se puede caracterizar por ser la Era de los
grandes reptiles y de los dinosaurios.
En su primer periodo, el Triásico, aparecen los
primeros dinosaurios y grandes reptiles marinos.
Más tarde, durante el periodo Jurásico surgen
los grandes dinosaurios, que durante millones
de años dominaron la Tierra. Al final de este
periodo se extinguen de forma brusca los
dinosaurios y muchos otras especies.
Este acontecimientos marca el fin de la Era Mesozoica, que también coincide con la aparición los primeros
mamíferos y las aves primitivas.

LA ERA CENOZOICA o Terciaria


La Era Terciaria o “Cenozoico” se inicia hace 65 millones de años. En esta
etapa, los continentes van adquiriendo, paulatinamente, el aspecto y
situación actuales. Las formas de vida de la tierra y del mar se hicieron más
parecidas a las existentes en la actualidad.
Comienza con el Paleoceno, en el que proliferan los mamíferos. Entre ellos,
los marsupiales, los lémures o los creodontos. Después, en el Eoceno, hace
60 millones de años, aparecen nuevas especies de animales (caballos y
elefantes primitivos) así como gran variedad de plantas. Más tarde, en el
Oligoceno, iniciado hace 35 millones de años aparecen muchos de los
mamíferos actuales, entre ellos los primeros primates, nuestros más
remotos antepasados. En el siguiente periodo, el Mioceno, hace unos 24 millones de años, la tierra se cubrió de
pastos, aparecieron las estaciones y los árboles de hojas caducifolias. Los mamíferos evolucionaron hacia las
formas actuales y surgieron algunas formas superiores de primates. Y es durante el Plioceno, última etapa de
la era terciaria, en la que un primate muy avanzado, el homínido, iba a imponer su dominio: nace el género
“Homo”.

ERA CUATERNARIA o Antropozoica


El Cuaternario es la última Era geológica de la Tierra, que empezó hace aproximadamente 2 millones de años y
comprende hasta nuestros días. Consta de dos periodos:
El Pleistoceno, es la primera y más larga parte de este periodo y se caracterizó por la llegada de las
glaciaciones, fenómeno por el, cual más de una cuarta parte de la superficie terrestre se cubrió con una
inmensa capa de hielo. Muchas especies desaparecieron pero surgieron algunas nuevas. En ésta época fue
cuando evolucionaron los seres humanos: apareció el hombre.
El Holoceno, que comenzó hace unos 12.000 años . Se caracteriza por la retirada de los hielos y el poblamiento y
transformación de la tierra por parte de grupos humanos. Es el período que actualmente vivimos.
El deshielo hizo subir treinta o más metros el nivel del
mar, inundando grandes superficies de tierra y
ensanchando la plataforma continental del oeste de
Europa y el este de Norteamérica. En general, es una
época de clima cálido, en el que se asientan las
actuales distribuciones geográficas de la fauna y la
flora. Los seres humanos empezaron a organizarse en
grupos sociales que se concentraban en "ciudades" (de
ahí proviene la palabra "civilización"). Paulatinamente
empezaron a compaginar la caza y la pesca con la agricultura y la ganadería, lo que provocó el asentamiento en
lugares estables y el abandono de la vida nómada. A pesar de que, como periodo geológico, se extiende hasta
nuestros días, el estudio del Holoceno abarcase hasta la invención de la escritura, hace unos 5.000 años.

LAS GLACIACIONES
La historia de la vida en la Tierra ha estado condicionada siempre por los cambios climáticos.
Hace aproximadamente 2 millones de años, durante el primer periodo de la Era Cuaternaria, denominado
Pleistoceno, la Tierra sufrió grandes cambios climáticos, debidos tal vez, a oscilaciones del eje de la Tierra, y
cuyas manifestaciones más espectaculares fueron las “Glaciaciones” o “Edades de Hielo”.
Las glaciaciones fueron un conjunto de fases frías de larga duración (glaciares) entre las que se intercalaban
otras más cálidas (interglaciares), que se dieron sobre todo en las zonas del norte del planeta, aunque también
afectaron el resto del mundo.
Durante las épocas glaciares, que aproximadamente
se sucedían cada 100.000 años, las temperaturas
bajaban muchísimo, disminuían las lluvias y enormes
masas de hielo, a veces de espesor que superaba los
varios miles de metros, cubrían grandes extensiones
de la Tierra.
En los períodos interglaciares, que duraban unos
10.000 años, al ascender la temperatura, las masas de
hielo se fundían en parte y aumentaban las lluvias,
elevándose el nivel de las aguas marinas.
Durante las glaciaciones, la llegada masiva de los primeros hielos, que se habían ido formando poco a poco,
llegaron a cubrir gran parte del hemisferio norte. Los continentes situados en norte del planeta se movían a la
deriva por el globo. Al subir a latitudes más altas fue cuando las corrientes de agua caliente, que se dirigían
desde el ecuador hacia el Ártico, dejaron de fluir. De este modo se congeló la superficie de este océano que fue
transformándose en lo que hoy conocemos como el helado Polo Norte.
Las Eras Glaciales provocaron en todo el planeta situaciones desafiantes para todos los organismos vivos, entre
ellos los homínidos, que debían refugiarse en cuevas o emigrar siguiendo a los animales que cazaban. Los
ancestros del ser humano lograron adaptarse a los cambios climáticos que trajeron las glaciaciones, tanto en las
praderas africanas, como en los bosques del Asia oriental, en la tundra y bosque de Europa o en las valles
americanos. Son claves para nuestro desarrollo como especie y para entender el mundo natural actual.
Durante la historia de la Tierra ha habido hasta siete, y quizás más, episodios de amplias glaciaciones, en las
Eras Precámbrica y Paleozoica. En Europa se han dado cuatro, acontecidas durante los últimos 2 millones de
años, se denominan: glaciaciones de “Günz”, “Mindel”, “Riss” y “Würm”.
La última Glaciación
La última edad del hielo que conoció la Tierra, la glaciación de Würm, comenzó,
hace aproximadamente, cien mil años y se acabó entre hace 10.000 y 15.000 años.
Los hielos fueron retrocediendo hasta quedar reducidos a su situación actual en el
casquete polar y la temperatura en el resto del planeta ascendió.
Se consideró fundamental para el desarrollo de nuestra especie, ya que fue
empleada por el hombre para cruzar a América. En este periodo la raza humana
estuvo a punto de extinguirse. Un tercio de la superficie emergida de la Tierra
estuvo cubierta por hielo, las temperaturas bajaron 12 grados centígrados y los niveles del mar descendieron
hasta 15 metros. Todos los cauces de ríos y lagunas quedaron cubiertas por el hielo y convertidas en muchos
casos en glaciares. Debido a la gran extensión de los casquetes polares, el Estrecho de Bering quedó congelado,
uniendo firmemente los 75 km que separan Siberia de Alaska. Paso por el que los historiadores señalan que
habrían llegado los primeros pobladores a tierras americanas.
Aunque el último periodo glacial terminó hace más de10.000 años, sus efectos aún son visibles. Como prueba de
ello, los glaciares cubren en la actualidad casi 15 millones de km2, casi un 10% de la superficie terrestre.
Acumulan más del 75% del agua dulce del mundo, y la gran parte de ellos se encuentran en la Antártida,
Groenlandia e Islandia. En las cadenas montañosas como Himalaya, Andes o nuestros próximos Alpes también
existen, pero más pequeños.
En la actualidad, desde hace unos 12 000 años, estamos en un periodo interglacial cálido (dentro de la
glaciación del Cuaternario), llamado Holoceno, que ha coincidido con la expansión y crecimiento de la
humanidad moderna y la implantación de la agricultura como forma de vida, ocasionando importantes cambios
en el medio ambiente.
¿Qué nos depara el futuro?, ¿en qué nos convertiremos?, ¿tendremos que enfrentarnos a una nueva glaciación?
Los estudios actuales sugieren que nos encontramos al final de un periodo interglacial y que la siguiente Era
Glacial a la que la Tierra se verá sometida, podría tener lugar entre los próximos 15.000 y 20.000 años. No
obstante, aunque según todos los indicios, astronómicamente nos aproximemos a una época fría, las prediccio-
nes son muy difíciles. El futuro próximo es muy incierto, pues hay que añadirle el efecto del ser humano sobre
la atmósfera. Los efectos que el Calentamiento Global, la liberación masiva de CO2 a la atmósfera y el efecto
invernadero pudieran tener sobre el Cambio Climático, podrían llegar a acelerar o anular la próxima glaciación;
o bien, todo lo contrario, crear un clima muy cálido… la última palabra la tiene la naturaleza.

LA ERA DE LOS DINOSAURIOS


Los dinosaurios, del griego deinos, “terrorífico”, y sauros, “reptil”, dominaron la Tierra durante más de 160
millones de años. Desde la identificación de los primeros esqueletos han ido apareciendo centenares de especies
nuevas. Aunque circulan infinidad de leyendas, los científicos poseen cada vez más información sobre ellos gra-
cias al estudio de sus restos.
Fue durante el periodo llamado “Jurásico”, en el que los grandes dinosaurios habitaban nuestro planeta. Dentro
de esta gran familia de animales prehistóricos que ponían huevos, se diferenciaban dos grupos diferentes: los
herbívoros, como el “Brachiosaurus” o el “Cetiosaurus” y los carnívoros, que atacaban a los primeros, como el
“Megalosaurus”.
Unos podían incorporarse sobre sus patas traseras, otros tenían alas y volaban torpemente. Sus tamaños eran
muy diferentes: el “Compsognathus” era como un gallo, y el “Ultrasaurus” probablemente superaba los 30
metros y pesaba unas 130 toneladas. Los primeros dinosaurios fueron bautizados en Inglaterra en 1824 (el
Megalosaurus) y en 1825 (el Iguanadon). El fósil más antiguo data de unos 220 millones de años.
Actualmente sabemos muchas cosas sobre
el medio natural en el que vivían los
dinosaurios. Sus fósiles se encuentran
formando parte de rocas, y estas rocas
puede facilitarnos una idea muy exacta
de cómo era el mundo entonces: si hacía
calor, si llovía mucho, cómo eran las
plantas y qué tipo de animales vivían en
la misma época.

¿Cómo se forman los fósiles?


La palabra fósil procede del adjetivo latino antiguo "fossilis", que a su vez proviene del verbo "fodere", que
significa excavar. Se llaman fósiles a todo los restos antiguos de plantas o animales, que se encuentran preserva-
dos generalmente en rocas sedimentarias. Denotan la existencia de organismos en otras épocas geológicas y
están presentes en distintos niveles de las capas terrestres.
El proceso de fosilización, que ocurre a lo largo de varios millones de años, consiste básicamente en el
reemplazo de los componentes de los restos de un organismo por minerales. De esta manera, los fósiles tienen
la misma forma que el organismo o hueso original pero ya no están hechos del mismo material que antes. Son
más pesados y cambian de color y de textura. La mayoría de los fósiles son muy parecidos a las rocas, pero hay
algunos más exóticos, como los ópalos o el ámbar.
A veces, los fósiles no son restos sino evidencias de la actividad de los
seres vivos, como madrigueras, pisadas, rastros o perforaciones.
El estudio geológico de las rocas en las que se hallan los fósiles de
dinosaurios nos proporcionan multitud de datos. Así, si un geólogo
encuentra restos de barro fosilizado junto a un esqueleto de dinosaurio
sabrá que en ese lugar pudo haber charcas de agua estancada, y si
además hay restos de plantas fósiles, de conchas de pequeño tamaño o
de peces, podrá deducir que estas plantas y animales quizá fueran
contemporáneos del animal y vivieran en una charca en la que el dinosaurio murió mientras bebía.
Tras la muerte de un dinosaurio, la carne se pudre o es devorada por otros animales. Sólo quedan los huesos que
se van cubriendo de lodo o tierra. En el transcurso de millones de años, el lodo y la tierra se petrifican mientras
que los huesos sufren, a su vez, un proceso de mineralización. Finalmente, los huesos fosilizados pueden
aparecer enterrados a varios metros de profundidad, o pueden aparecer en la superficie, si los niveles donde se
encontraban han sufrido desplazamientos geológicos.

La gran extinción
Millones de especies de plantas y animales han desaparecido a lo largo de la historia de la vida sobre la Tierra.
La extinción de una especie es un fenómeno normal. Sin embargo, cuando cientos de especies se extinguen al
mismo tiempo, debemos pensar que ha ocurrido algo especial. Una de las extinciones en masa, y quizá la más
drástica y mejor conocida, tuvo lugar cuando desaparecieron los dinosaurios: hecho que aún hoy sigue siendo un
misterio y no existe una respuesta sencilla a este interrogante.
Las primeras teorías sobre la desaparición de los dinosaurios, mantenidas por los investigadores, sostenían que
su extinción se debió a un cambio en las condiciones del aire que lo hizo irrespirable, mientras que otros
afirmaron que los dinosaurios eran demasiado pesados para moverse sin caerse, y en esas condiciones no
lograron sobrevivir. Aunque la teoría más aceptada es la que señala el impacto de un meteorito de gigantescas
dimensiones como detonante de un cambio climático con nefastas consecuencias para la flora y la fauna del
planeta.
Supervivientes
Ocurriese lo que ocurriese hace 65 millones de años, hubo numerosas plantas y animales que sobrevivieron;
como es el caso, entre los reptiles, de los cocodrilos, las tortugas de mar y de tierra, los lagartos y las
serpientes. Hoy los investigadores siguen estudiando las misteriosas causas de esta gran extinción en masa.
Obtener la respuesta sin duda sería de suma importancia, ya que, averiguar cómo y por qué han tenido lugar
estos hechos, podría ayudar a salvar muchas especies que se encuentran hoy en día en peligro de desaparición.
En la actualidad, los seres humanos están provocando la extinción de especies, como consecuencia de la
contaminación y de otros muchos daños causados al medio ambiente. Quizá los dinosaurios puedan
proporcionarnos información para salvar la Tierra.

DARWIN Y “EL ORIGEN DE LAS ESPECIES”


El científico evolucionista más importante del siglo XIX fue Charles Darwin (1809-
1882). Aunque llegó a ser teólogo, su mayor interés fue siempre “el mundo
natural”. En 1831 se integró, como naturalista, a la tripulación del barco de la
marina inglesa "HMS Beagle", que realizaría una expedición de mapeo alrededor
del mundo durante 5 años. Este viaje fue esencial en el pensamiento de Charles
Darwin. En las islas Galápagos, en el Océano Pacífico, quedó muy impresionado
por las especies de animales que vió y, sobre todo, por las sutiles diferencias entre
los pájaros de las islas del archipiélago. A partir de estas observaciones, Darwin se
dio cuenta de que estas diferencias podían estar conectadas con el hecho de que
cada especie vivía en un medio natural distinto, con distinta alimentación. Fue en ese momento, cuando
comenzó a delinear sus ideas acerca de la evolución.
Darwin entendió que toda población consiste de individuos ligeramente distintos unos de otros. Las variaciones
que existen entre los individuos hacen que cada uno tenga distintas capacidades para adaptarse al medio
natural, reproducirse exitosamente y transmitir sus rasgos a su descendencia. Al paso de las generaciones, los
rasgos de los individuos que mejor se adaptaron a las condiciones naturales se vuelven más comunes y la
población evoluciona.
Más de 20 años después de su apasionante viaje, Darwin publicó su teoría en el libro “El origen de las
especies” (1859). Dicha teoría consiste en el hecho de que las especies que han poblado la Tierra a lo largo de
su historia son cambiantes, y los mecanismos por los cuales evolucionan son: la mutación genética y la selección
natural. Aunque provocó grandes controversias dentro del mundo religioso, la teoría que postuló Darwin tuvo un
enorme impacto en el pensamiento europeo de la segunda mitad del siglo XIX, y convenció a los científicos y al
público educado de que los seres vivos cambian con el tiempo.
Desde su aparición, la obra de Darwin, se ha convertido en uno de los pilares básicos de la paleontología actual.
Y aunque actualmente se sabe que las especies han evolucionado a lo largo del tiempo, aún no está muy claro
cómo ha sucedido esto...150 años después de su publicación, los debates siguen tan abiertos como entonces.

EL SER HUMANO: ESE GRAN MISTERIO


Trazar el camino que siguió la humanidad durante este prolongado lapso de tiempo es el reto al que se
enfrentan los paleoantropólogos, los científicos que estudian nuestros orígenes. Su desafío, no obstante, es tan
apasionante como quijotesco, puesto que, de un proceso tan dilatado y complejo como es el de la hominización,
hoy sólo se conservan unos cuantos restos de herramientas y huesos fosilizados que, pese a su innegable valor
documental, resultan insuficientes para completar el árbol de la evolución humana.
Pero lo que hoy sabemos sobre nuestros antepa-
sados es mucho más de lo que hace sólo unas
décadas los prehistoriadores llegaron a imaginar.
El desarrollo de la genética, por ejemplo, ha
permitido que algunas teorías existentes hayan
sido confirmadas o descartadas y, en un futuro
no muy lejano, probablemente, la tecnología
dará respuesta a aquellas preguntas sobre la
evolución humana que permanecen sin contestar. La investigación, mientras tanto, continúa.
El Origen del Hombre
Aunque los orígenes de la humanidad son de difícil precisión, se admite, por lo general, que el antepasado del
hombre empezó a diferenciarse de los primates, hace, entre 5 y 6 millones de años. Nuestros antepasados más
remotos, los primates, evolucionaron en las sabanas africanas, más tarde, los primeros homínidos se
extendieron a Europa y Asia y, luego, al resto del mundo.
Muchos son los pasos recorridos a lo largo de la línea evolutiva que conduce hasta la especie humana actual, el
Homo sapiens sapiens (“hombre sabio”), que completó la colonización del mundo, llegando a Australia y a
América, atravesando el estrecho de Bering.
Aparición de los Primates
Podemos decir que al desaparecer los grandes dinosaurios, hace 65 millones de años, comenzó el desarrollo de
los mamíferos, que ocuparían el lugar predominante en la naturaleza. Entre ellos surgieron diferentes tipos de
monos llamados primates: los ancestros más lejanos del ser humano.
Los primeros de ellos eran unos pequeños seres, de hábitos nocturnos, que empezaron a vivir en los árboles en
lugar de permanecer en el suelo, como la mayoría de los mamíferos. Con el tiempo, algunos de éstos primates
fueron cambiando sus hábitos y características físicas: su cráneo fue mayor, creció su cerebro, podían tomar
objetos con las manos, adaptarse al día y alimentarse de frutas y vegetales. Del tronco común de los primates,
surgieron dos ramas de monos:
1) las de los simios: chimpancé, gorila y orangután
2) los homínidos o protohumanos, dando origen del hombre actual.

ETAPAS DE LA EVOLUCION DEL SER HUMANO


Los primeros homínidos
Durante mucho tiempo, los primeros homínidos aparecidos hace 6 millones de años, y extinguidos hace unos 2,
debieron coexistir junto a otros diferentes tipos, y el final de una especie se entremezcló con las generaciones
de otra en el transcurso de miles de años.
Mientras que en la familia del orangután, del gorila y del chimpancé no hubo cambios, hace 15 millones de años,
en la familia de los homínidos comenzó la evolución hasta el hombre actual. Según los científicos, en ese
transcurso de su evolución, las distintas especies de homínidos, compartían algunas características básicas:
- Podían mantenerse erguidos y caminar en dos pies. Esto les permitía: dejar sus manos libres y así poder
manipular objetos, poder ver y detectar mejor posibles peligros, y moverse con más agilidad.
- Aumento del tamaño del cerebro y del cráneo, lo que desarrolló su inteligencia; y disminución del tamaño de
las mandíbulas y los dientes.
El árbol genealógico del ser humano
Aunque en la actualidad, debido a la multitud de hallazgos descubiertos en los últimos años, el árbol evolutivo
de la especie humana ha aumentado en gran medida, se consideran éstas, las principales especies de homínidos
que representaron la base del origen del ser humano:
Australopithecus: ("monos del sur"). Antigüedad: 3 millones de años.
Fue el primer homínido bípedo. Aunque tenía cierta similitud
con los simios, dado que tenía piernas cortas y brazos relativa-
mente largos, a diferencia de éstos, caminaba erguido, podía
correr y sus brazos acababan en manos propiamente dichas,
con las yemas de los dedos planas, como las de los seres
humanos.
El tamaño de su cerebro era similar al de los grandes simios
actuales. Poseía mandíbulas poderosas, fuertes molares y el
mentón hundido. Su talla no superaría el 1,20 m. de altura y los
30 Kg. de peso. Vivía en las zonas tropicales de África, alimentándose de frutas y hojas.
Todos los restos fósiles de Australopitecos se han encontrado en África, ya sea en Tanzania, Kenia, Etiopía, Chad
y África del Sur. Incluyen hasta siete especies diferentes divididas en dos grupos: los Australopitecos de formas
gráciles (delgadas) y los Australopitecos de formas robustas.
Son de gran importancia los restos fósiles de un cráneo de un Australopithecus, descubierto por el paleontólogo
Raymond Dart, en 1925, en Taung (África). Este hallazgo fue bautizado como: el "Niño de Taung".
Pero sin duda, el más conocido fósil hallado de un Australopithecus fue
parte del esqueleto femenino encontrado durante una expedición
científica en Etiopía, en 1974, por el paleontólogo estadounidense
Donald Johanson. Fue bautizado como Australopithecus afarensis,
(debido a que fue descubierta en los yacimientos del Afar, Etiopía),
aunque se le conoce como “Lucy”, nombre inspirado en una canción de
los Beatles: “Lucy in the Sky with Diamonds” (Lucy en el cielo de
diamantes) y que era escuchada por el equipo de investigación, en el
momento de la excavación.
De unos 20 años de edad, Lucy no era más alta que una niña actual de seis. Tenía el rostro simiesco y su cerebro
tenía una capacidad de 400 c.c. (frente a los 1400 de del cerebro humano actual). Acababan de encontrar el
más antiguo australopiteco. El primero de una larga cadena…
Con sus más de 3 millones de antigüedad, Lucy fue, en su momento, el homínido más antiguo conocido, de ahí
que sus descubridores le llamaran: “la abuela de la humanidad”.
Los australopitecos, extinguidos hace 1 millón de años, jugaron un papel esencial en la evolución humana, ya
que su especie fue la que dio origen al género Homo y a su larga cadena hasta finalmente llegar al humano
moderno: el Homo sapiens sapiens.
Homo habilis: ("hombre hábil"). Antigüedad: 2 millones de años
Homo Habilis es el primer representante del género Homo (el nuestro).
El descubrimiento de esta especie se debe a los restos fósiles encontrados por el matrimonio Leakey, en los
inicios de la década de los 60 , en las gargantas de Olduvai (Tanzania). Los fósiles hallados revelaron que eran
individuos de alrededor de unos 140 cm de altura, con una capacidad craneal más grande que sus antecesores,
de unos 600 cc., y un esqueleto con rasgos anatómicos más modernos que los de los australopitecos y con piezas
dentarias más pequeñas.
Ésta especie de homínidos, debió adoptar una posición más erguida porque las
variaciones climáticas hicieron crecer los pastizales y con ello, obligó a que se parasen
sobre sus pies para divisar posibles peligros. Su característica más importante fue el
cambio en su forma de alimentación: ya no sólo comían frutas y vegetales, sino
también animales. De cuerpo velludo, era robusto, ágil y tenía desarrollada la
capacidad prensil de sus manos.
El Homo habilis todavía no conocía el uso del fuego, ni tampoco estaría en posesión de
un lenguaje articulado. Sin embargo, fue el primer homínido capaz de fabricar utensilios, (de ahí su nombre que
hace referencia a hombre “habiliso”), así lo confirma el hallazgo de instrumentos líticos hallados junto a sus
restos fósiles. Confeccionaba utensilios con piedras afiladas y cantos tallados para despedazar grandes animales
y también para cortar plantas y triturar ciertos productos vegetales duros.
Homo erectus: ("hombre erguido"). Antigüedad: 1.5 millones de años
Son los primeros homínidos que se distribuyeron ampliamente por la superficie
del planeta, llegando hasta el sudeste y este de Asia. La diferencia fundamental
del Homo erectus y los homínidos que lo antecedieron, radica en el tamaño,
sobre todo del cerebro. Su cuerpo es la culminación de la evolución biológica de
los homínidos: era más alto, más delgado (hasta 1,80 m de altura y 70 kg de
peso), capaz de moverse rápidamente en dos pies, tenía el pulgar más separado
de la mano y su capacidad craneana llegó a ser de 1.200 c.c.
Descubrieron el uso del fuego: aprendieron a conservarlo, aunque no podían generarlo. En algún momento, el
Homo erectus consiguió localizar algún objeto ardiendo provocado por un incendio natural (debido, por
ejemplo, a rayos de las tormentas o la erupción de los volcanes), mantener viva la llama, y utilizarlo para
iluminarse, calentarse, o cocinar sus alimentos.
Fueron los primeros homínidos que lograron cazar mamuts y elaboraron útiles de piedra mucho mejores que los
conocidos hasta el momento, fabricando la primera hacha de mano. Entre los restos de homo erectus más
antiguos encontrados están: el "Hombre de Java" (Oceania, 700 mil años) y el "Hombre de Pekín" (400 mil años).
Homo sapiens: ("hombre racional"). Antigüedad: De 150.000 a 200.000 años
Una o más subespecies del Homo erectus evolucionaron hasta llegar al Homo sapiens, un
nuevo tipo físico. Vivió en Europa, en África y en Asia.
Los hallazgos arqueológicos reflejan cambios importantes en el comportamiento de esta
especie: utilización de instrumentos de piedra y hueso más trabajados, cambios en las
formas de cazar, uso y dominio del fuego, empleo del vestido, aumento en el tamaño de
las poblaciones, manifestaciones rituales y artísticas.
Homo sapiens destaca por haber sido el primer homínido que habló, codificando deliberadamente sus mensajes
en palabras y sílabas. El resto de las especies sólo eran capaces de intercambiar información muy concreta sobre
algunos aspectos empleando para ello un sistema limitado de sonidos y gestos.
El representante del Homo sapiens más antiguo es el Homo sapiens neanderthalis: “Hombre de Neanderthal”.
Recibe este nombre por el lugar dónde se encontró el primer cráneo que demostraba la existencia de su
especie, en el valle de Neander, en Alemania.
Los hombres de Neanderthal tenían el cerebro de mayor tamaño y el cráneo distinto que el del Homo erectus.
Su mentón estaba hundido y su constitución era muy gruesa. Estaban más capacitados y eran mentalmente más
avanzados que ningún otro ser que hubiera habitado en la Tierra anteriormente. Esta especie humana vivió la
última glaciación y se adaptó a ella construyendo hogares excavados en el suelo o en cavernas y manteniendo
hogueras encendidas dentro de ellos. Los neanderthales que vivían en las zonas del norte e Europa fueron
cazadores y se especializaron en atrapar a los grandes mamíferos árticos: el mamut y el rinoceronte lanudo,
cuyos restos llevaban arrastrando hasta la entrada de sus cuevas, en donde los cortaban en pedazos.
Los hombres de Neanderthal se cubrían con pieles y disponían de mejores útiles de piedra que sus antepasados.
Además realizaban una actividad novedosa: enterraban a sus muertos con gran esmero (junto a utensilios y
comida). Éste desapareció bruscamente y su lugar fue ocupado por los hombres modernos.
Homo sapiens sapiens: ("hombre moderno"). Antigüedad: De 35.000 a 40.000 años.
Un tipo de ser humano nuevo y superior comenzó a dominar la Tierra. El
Homo sapiens sapiens emigró de África a Europa a través de Oriente
Próximo. Son considerados como: los primeros europeos. Los importan-
tes hallazgos arqueológicos encontrados en la cueva de Cro-Magnon, en
Dordogne (Francia), llevaron a bautizar a los primeros europeos como
“Hombres de Cro-Magnon”. Convivió con el Neandertal durante el fin de
la última glaciación, desde hace unos 35 mil años hasta hace unos 10
mil, estableciéndose en diversas partes de Europa.
Sus características eran muy similares a las del ser humano moderno. Eran altos, erguidos y de anchos hombros,
llegando a medir más de 1,80 m, y capacidad craneana casi igual a la capacidad promedio moderna. Es por eso
que muchos arqueólogos prefieren llamarlo 'Humano Moderno Temprano' en vez de 'Cro-Magnon'.
Nuestros antepasados más directos, vivieron durante la última glaciación, refugiándose en tiendas y cavernas.
Ya sabían cocinar, usaban prendas de ropa y también algunos adornos (como collares de huesos y conchas). Eran
un pueblo nómada de cazadores-recolectores y sus principales fuentes alimenticias fueron el reno, el mamut y
el buey salvaje. Fueron diestros en la fabricación de útiles, entre los más complicados estaban: la aguja de
hueso, el anzuelo, el arpón, cañas de pescar y, al final, el arco y la flecha. Utilizaban materiales como: piedra,
hueso,marfil, dientes de animales y asta de cuerno.
El homo sapiens sapiens, presentó además un gran desarrollo y sofisticación social y cultural: se desarrollaron
las artes. Tallaron figuras redondeadas en piedra o en marfil, modelaron animales en arcilla, decoraron sus
armas con dibujos representativos y formales, o pintaron escenas en los techos de las cuevas (pinturas
rupestres). Estas pinturas, que normalmente eran grabados de animales, no servían de ornato, sino que
representan probablemente el deseo de influir mágicamente en el éxito de la caza.
A partir del año 10.000 a.C., acontecieron cambios muy importantes en la organización económica y social,
como las primeras formas de agricultura y domesticación de animales y la vida en ciudades. A partir de este
momento dará comienzo el Neolítico o edad de la agricultura.

NUEVOS DESCUBRIMIENTOS DE HOMÍNIDOS: AUMENTA LA CADENA EVOLUTIVA DEL SER HUMANO TIERRA
El complejo árbol de la evolución humana se está modificando casi constantemente. Los descubrimientos son
cada vez mayores, sobre todo en la última década del siglo XX. Ramidus, Antecesor, Orrorin, Tumai, Homo
floresiensis... son sólo algunos de las últimas incorporaciones, que han revolucionado la cadena del ser humano,
ocupando, algunos de ellos ahora, los primeros puestos en antigüedad entre los homínidos.
“Ardipithecus Ramidus”
Esta especie fue definida por el prestigioso paleontólogo Tim White y su equipo a partir del descubrimiento en
África Oriental en 1992 de unos maxilares de una antigüedad de 4,4 millones de años. Con los pocos fragmentos
encontrados no se podíar asegurar que esta especie fue bípeda. Más tarde, en 2005, otro hallazgo de restos de
esta especie, con la misma antigüedad, pudieron demostrar que este animal probablemente se desplazaba con
sus miembros inferiores como un homínido.
Más recientemente, en el año 2009 se han encontrado nuevos restos fósiles de Ardhipithecus ramidus, hallados
en el valle de Afar (Etiopía) a pocos km de donde se halló Lucy en 1974, la mayoría de los cuales pertenecen a
una hembra adulta de 5 millones de años de antigüedad, a la que apodaron "Ardi”.
“Homo Antecesor”
En el año 1994, en una prospección en la sima de la Gran Dolina, en la Sierra
de Atapuerca, un grupo de investigadores descubrieron los restos de uno de
los homínidos más antiguos hallados en Europa. Fue bautizado como Homo
antecesor, y su antigüedad se situó en torno a los 800.000 años.
Esta especie, precursora de los neardertales y los humanos modernos y
originaria de tierras africanas, demostró que en Europa ya vivían seres
humanos, mucho antes de lo que se pensaba y su hallzgo revolucionó la cadena evolutiva de nuestra especie.
Este hallazgo es considerado el yacimiento de mayor antigüedad correspondiente al paleolítico inferior
encontrado en la Península.
“El Hombre del Milenio”
En octubre del año 2000 el equipo dirigido por el paleontólogo Martin Pickford, presentó en sociedad una serie
de fósiles hallados en Tugen Hills, Kenia. Los fósiles encontrados eran de al menos cinco individuos, machos y
hembras, que tendrían el tamaño de un chimpancé. Fechados en seis millones de años de antigüedad, acababan
de halllar los restos fósiles del especímen más antiguo que se conocían por el momento.
Como fue descubierto justo antes del cambio del milenio sus descubridores decidieron llamarle: Millenium man
(Hombre del Milenio).Aunque en el año 2001, le cambiaraín el nombre por el de: Orrorin tugenensis: “Hombre
original”.
“Toumaï”: ¿El homínido más antiguo?
En julio del 2002, un cráneo descubierto en el El Chad, ha revolucionado el mundo de la
paleontología. Se encontradon restos fósiles que podían tener una antigüedad cercana a
los 7 millones de años. Éstos fósiles fueron atribuídos a un nuevo género y a una nueva
especie de homínido: “Sahelanthropus tchadensis”, nombre procedente de la región afri-
cana de Sahel( Sahara meridional), en cuyo lugar se encontraron los fósiles. Sus descubri-
dores decidieron bautizar a este cráneo con el nombre de: “Toumaï”, que en la lengua
gorán significa: “esperanza de vida” y hace referencia a los bebés nacidos justo antes de la estación seca. Como
no se han encontrado huesos de ninguna de las partes del cuerpo que pueda dar pistas claras (pies, manos,
brazos, piernas o cadera), resulta imposible poder afirmar la bipedismo de Toumaï.
Si se confirman estos datos (la antigüedad concreta y el estatus de homínido) estaríamos ante los restos fósiles
más antiguos, hasta la actualidad hallados, de la familia homínida; adentrándonos, por fin, en uno de los
momentos más importantes de la historia de la evolución humana: el periodo de la divergencia de los chimpan-
cés y los homínidos de su tronco común.
Es probable que esta especie de homínido junto a Ardipithecus Ramidus y Orrorin tugenensis, fueran
antepasados directos de los Australopithecus.
“El Hombre de Flores” (Homo floresiensis)
A finales del año 2004, Mike Morwood y Peter Brown daban a conocer al mundo la existencia de una nueva y
sorprendente especie humana: Homo floresiensis, cuyos restos fósiles habían sido hallados en la cueva de
Liang Bua (Indonesia).La noticia causó una gran admiración en el campo de la paleontología humana.
Se trataba de los restos de una hembra del género Homo, extraordinaria por el pequeño tamaño de su cuerpo y
su cerebro, y por su reciente supervivencia (pues ha sido contemporánea de los humanos modernos, Homo
sapiens), que habitó en la isla indonesa de Flores, extinguiéndose hace tan sólo unos 18.000 años.
Sus descubridores apodaron a esta diminuta especie como «hobbits»,
recordando a los pequeños seres de la raza ficticia de El Señor de los anillos,
obra de Tolkien; si bien su nombre técnico es: LB1 (es decir: el espécimen 1
de Liang Bua). El Homo floresiensis, tiene unos 74.000 años de antigüedad,
probablemente descendiera de Homo erectus, y se cree que habría
evolucionado hacia su peculiar morfología debido al aislamiento geográfico.
La isla de Flores ha sido descrita como «una especie de mundo perdido»,
donde animales arcaicos, extintos hace tiempo en el resto del mundo, habían evolucionado a formas gigantes y
enanas por especiación alopátrica. La isla tenía elefantes enanos (una especie de Stegodon) y lagartos gigantes
similares al dragón de Komodo, así como el Homo floresiensis, que puede ser considerado una especie de
humano, enano.
Los hombres de Flores eran humanos que no pertenecían a nuestra especie. Ciertamente coexistieron con los
humanos modernos, pero se desconoce cómo pudieron haber interactuado. Y, sin duda, no deja de sorprender a
propios y extraños, que, pese a tener un cerebro sólo ligeramente mayor al un chimpancé, tenían inteligencia.
Eran grandes cazadores, dominaban el fuego y fabricaban herramientas líticas complejas.
El futuro de Homo floresiensis es muy prometedor, ya que, desde finales de marzo del 2005 el equipo de
investigación reiniciaba las excavaciones en Liang Bua, en busca de más detalles y pistas de este gran hallazgo.
¿Hay más hobbits en las islas cercanas a Flores? ¿Únicamente fue ahí donde se produjo este extraño experimento
de la evolución humana? ¿En las islas que rodean Flores evolucionaron los humanos hacia especies nuevas que
aún nos son desconocidas?... Desde luego, Homo floresiensis todavía encierra muchas sorpresas que irán
aflorando en los próximos años y va a dar mucho de qué hablar en un futuro inmediato.

LA PREHISTORIA
Los dos grandes divisiones que engloban el pasado de la vida humana son la Prehistoria y la Historia.
La Prehistoria cubre aproximadamente 3.5 millones de años del pasado de la humanidad, abarcando desde la
aparición de los primeros homínidos hasta la invención y difusión de la escritura , hace unos 5000 años. A su vez,
la Prehistoria se divide en dos grandes edades o periodos: la “Edad de Piedra” y la “Edad de los Metales”, con
un periodo intermedio de transición, llamado “Mesolítico”.
El primer escrito que se conoce, se atribuye a los sumerios de Mesopotamia, hace unos 5.000 años. A partir de
este momento empieza lo que llamamos "historia".La Historia dura mucho menos que la Prehistoria. Se inicia
con el invento de la escritura y llega hasta la actualidad. También tiene divisiones temporales, que son: Edad
Antigua, Edad Media, Edad Moderna y Edad Contemporánea.

ETAPAS DE LA PREHISTORIA
Podemos definir Prehistoria como el periodo de tiempo previo a la
Historia, transcurrido desde el inicio de la evolución humana hasta la
aparición de los primeros testimonios escritos.
La importancia de la escritura como frontera entre la Prehistoria y la
Historia, está en que sólo a través de los testimonios escritos,
podemos conocer con certeza acontecimientos, hechos y creencias
de aquellas personas que vivieron antes que nosotros.
Para su estudio, la Prehistoria se divide en dos grandes periodos que se corresponden con la propia evolución de
la humanidad: la “Edad de Piedra” y la “Edad de los Metales”.
LA EDAD DE PIEDRA
Es la etapa más antigua de la humanidad, en ella aparece la piedra como el principal material trabajado por el
hombre. Se inició cuando los Australopithecus elaboraron los primeros utensilios hasta el momento en que el
homo sapiens comenzó a practicar la agricultura y la ganadería.
Esta edad comprende dos períodos bien definidos, el Paleolítico (periodo de la “piedra antigua" o "piedra talla-
da") y el Neolítico (periodo de la “piedra nueva" o " piedra pulida”). Entre uno y otro período, se encuentra un
período de transición llamado Mesolítico.
El Paleolítico
Es el período que se extiende desde hace aproximadamente 2.000.000 de años,
hasta 10.000 años atrás. Los homínidos evolucionan del 'Homo hábilis' al 'Homo
erectus', que logra el erguimiento definitivo del ser humano. Durante esta etapa
los hombres comienzan a fabricar las primeras herramientas, elaboradas a base
de piedra tallada, en un principio muy simples, y que fueron perfeccionando
cada vez más.
En el Paleolítico el hombre fue cazador, pescador y recolector, por lo que llevaba una vida nómada y solía
colocar sus campamentos en las orillas de los ríos donde se aseguraba el agua y la comida por un tiempo. La
preocupación principal era conseguir alimentos y defenderse de los grandes animales que recorrían la Tierra, o
de cualquier otro peligro que la naturaleza presentara. Los hombres se alimentaban de la carne que obtenían de
animales muertos, y de los frutos, hojas o raíces que pudiesen recolectar.
Para su mejor estudio, el período paleolítico puede separarse en tres etapas: Paleolítico interior, medio y
superior.
Paleolítico inferior:
En esta etapa el hombre vagaba por la Tierra en pequeños grupos, probablemente construyendo chozas para
protegerse cuando el clima era cálido y refugiándose en cuevas o en cavernas si el clima era frío, pues la
naturaleza ha provocado en los últimos 3.000.000 de años importantes cambios climáticos debido a las glaciacio-
nes, en la que grandes masas de hielo cubrieron extensas superficies continentales.
La principal herramienta era el hacha de mano que se usaba para cazar, raspar, y cortar. En esta época el
hombre descubrió, tal vez la de manera accidental, el fuego, que le permitió cocinar sus alimentos, alejar a las
fieras, protegerse del frío e iluminarse en la oscuridad.
Paleolítico Medio:
En esta etapa, los homínidos evolucionan al 'Homo Neanderthal', con una mayor
altura y capacidad craneal. Los grupos humanos se hacen más numerosos y
desarrollan la cultura musteriense, que permitió el perfeccionamiento del utillaje
lítico, con la elaboración de: hachas de mano, raspadores y lanzas. Aparecen también
los primeros vestigios de una cultura espiritual, pues idearon ritos fúnebres. Enterra-
ban a sus muertos en tumbas especiales junto a trozos de carne y otros elementos, lo
que mostraría que los hombres, ya en esta época, habían imaginado alguna forma de continuación de la vida.
Paleolítico superior:
La hominización evoluciona al “Homo sapiens sapiens”, de mayor capacidad craneal y facilidad para el
aprendizaje de nuevos conocimientos (sabiduría). Aquí los hombres están mejor equipados para enfrentar los
peligros y sacar ventajas de la naturaleza. A la piedra se agregan el uso del hueso y del marfil, materiales con
los que se fabrican instrumentos cada vez más específicos, apareciendo entonces punzones o buriles para
agujerear, raspadores, arpones para pescar, lámparas de mano en las que se quemaba grasa, para iluminación, y
primitivas agujas que, enhebradas con crines, permitían coser pieles.
Se cazaban mamuts, renos, bisontes, vacunos salvajes y caballos. Para ello el hombre incorporó el arco y la
flecha y los dardos. La caza se realizaba en grupo, existiendo una cierta división de trabajo entre los sexos.
Había algunos intercambios entre las comunidades, lo que mostraría que los grupos no estaban totalmente aisla-
dos entre sí.
Los enterramientos continúan con ritos más complejos. Se han encontrado pequeñas esculturas que se usaban,
probablemente en ritos relacionados con la fertilidad y pinturas de animales, sobre todo mamuts, bisontes y
renos, en la superficie rocosa de algunas cuevas. A este tipo de pintura sobre roca se la denomina “rupestre” y
constituye una de las primeras manifestaciones artísticas de la humanidad.
El Mesolítico:
Esta etapa de transición entre el Paleolítico y el Neolítico está marcada por el final de la
Era glacial del Pleistoceno. El clima sufrió grandes cambios. Las grandes masas de hielo y
nieve se derritieron gradualmente, subió el nivel de los mares y se inundaron muchas
regiones bajas. La selva avanzó e invadió las grandes estepas. Esto produjo la emigración
y algunas veces la desaparición de los animales que vivían en ella y que servían al hombre
de alimento, como el mamut y el rinoceronte lanudo. Entonces los hombres comenzaron a
modificar sus costumbres; se diseminaron, entonces por la selva y se ubicaron en las orillas de los ríos.
Sobrevivieron cazando otros animales salvajes, aves y peces. En las zonas frías aparecen los trineos, tirados
primero por hombres y luego por perros. Los hombres continuaron siendo nómades, pero en algunas regiones,
con suficiente agua y alimentos, aparecen asentamientos más estables.
En el Mesolítico la familia se había convertido ya en una unidad social firme. Por primera vez hay evidencia de
grandes grupos humanos que comparten sus viviendas.
El Neolítico
Comenzó hace aproximadamente 10.000 años y sus transformaciones son tan
importantes que los historiadores las llaman “la revolución neolítica”. El hombre
comienza a producir sus alimentos a partir de la domesticación de plantas y
animales: el paso decisivo fue plantar deliberadamente semillas en un suelo
adecuado y cultivar la tierra. Las primeras plantas obtenidas fueron el trigo y la
cebada, a las que se incorporó luego el arroz. También aparece la alfarería, como
una necesidad, pues había que fabricar recipientes para contener las semillas y los
granos.
De algunas plantas, como por ejemplo el lino y el algodón, se obtendrán posteriormente fibras, que hiladas en
los husos y tejidas en telares se convertirán en telas, dando inicio a la industria textil.
Con respecto a los animales, probablemente haya sido la observación de los mismos lo que puso de manifiesto
que esas bestias podían ser domesticadas y convertirse en una importante reserva de alimentos y pieles sin
necesidad de matarlos, como es el caso del ovino, que provee lana y leche.
Las viviendas se hacían en barro, cañas, leños o piedras, que construían con herramientas como el “hacha de
piedra pulida’. El dominio de la agricultura y la ganadería hizo a los hombres sedentarios y aparecen, entonces,
las primeras aldeas y con ellas el crecimiento de los grupos familiares, la división del trabajo y la organización
social.
El trueque
Durante el Neolítico, los hombres comenzaron a intercambiarse productos entre ellos de acuerdo con sus
necesidades. Las tribus que poseían animales las cambiaban por metales; los alfareros intercambiaban sus
productos por alimentos.
Surgió así la forma más primitiva de comercio, el trueque. El producto más valioso para ser intercambiado era el
ganado.
Cultura Megalítica
En el norte de Europa se desarrolló la cultura megalítica, caracterizada, por construcciones en piedra de monu-
mentos conmemorativos y funerarios llamados dólmenes, cámaras mortuorias, galerías cubiertas y menhires.

EDAD DE LOS METALES


El último periodo de la Prehistoria es la llamada, genéricamente, Edad de los
Metales, comenzó a finales del neolítico poco antes del 4000 a. de c. en el cercano
oriente. En este momento, los seres humanos descubrirán y utilizarán los metales,
desplazando así el uso de la piedra. A su vez este periodo se divide en tres etapas
que reciben el nombre de los metales que el hombre fue utilizando progresivamente.
La más antigua es la “Edad del Cobre”, primer metal trabajado, posteriormente
vino la “Edad del Bronce” y por último la “Edad del Hierro”.
El cobre fue el primer metal utilizado, seguido del bronce, cuando el hombre aprendió a fundir cobre con
estaño. Con estos metales se confeccionaron nuevas herramientas y utensilios como: cuchillos, espadas, hachas,
puñales, vasijas y adornos.
La metalurgia del bronce coincide con el desarrollo de una sociedad cada vez más estratificada basada
fundamentalmente en poblados agrícolas que inventaron el arado tirado por animales, con lo cual pudieron
ampliar el área de cultivo. Asimismo, se construyeron diques y canales de regadío con el fin de un mayor
aprovechamiento de las aguas. Pero, sin duda, uno de los inventos trascendentales fue: la rueda, que facilitó el
traslado de cargas pesadas con mayor facilidad.
El progreso de estas sociedades en el trabajo de los metales llevó a un mayor desarrollo cultural y el
descubrimiento de un nuevo metal: el hierro; que permitió la producción de utilería y armamento de mayor
solidez. Pero el uso de este metal, que permitió la fabricación de armas, herramientas y otros elementos de
gran dureza, se logró alcanzar recién en los tiempos históricos.
El fin de la Prehistoria fue marcado con el desarrollo de las primeras civilizaciones que acabarían por inventar la
escritura, alrededor del año 3000 a.C., y a partir de este momento da comienzo la Historia.

¿COMO SE ESTUDIA LA PREHISTORIA?


El estudio de la Prehistoria es posible gracias al trabajo realizado por investigadores y
científicos, tales como: paleontólogos, arqueólogos, antropólogos y geólogos.
Los paleontólogos, se ocupan del estudio de los fósiles de los seres vivos (animales y
vegetales) y primeros seres humanos, cuyos restos se encuentran fosilizados, es decir,
enterrados en sedimentos muy antiguos y petrificados, conservando su forma. Los fósiles
humanos tienen mucha importancia porque a los científicos les interesa la relación del
ser humano con otros primates. Hay semejanzas y diferencias entre el cráneo y los
huesos de diversas especies, y cuantos más restos fósiles se encuentran, más se
complican las conexiones entre ellas.
Los primeros seres humanos también dejaron otros indicios de su existencia y de su forma de vida: los objetos
que fabricaron y emplearon, es decir, los útiles, las viviendas y el arte. El estudio de éstos materiales se
denomina “Arqueología”, la ciencia que más explicaciones puede darnos sobre el pasado prehistórico de la
humanidad. Así los arqueólogos estudian y examinan cualquier período del pasado humano del que hayan
quedado restos materiales.
Otra disciplina que sirve para la prehistoria es la “Antropología”. Según algunos antropólogos, se puede
aprender mucho sobre los hombres y mujeres de la antigüedad observando a los pueblos que en nuestros días
siguen viviendo en circunstancias similares a las de las épocas prehistóricas. Sin embargo, no se puede concluir
que la vida actual de estos grupos humanos sea igual al de seres humanos en la prehistoria.
Los geólogos, por su parte, se dedican el estudio de la forma de la Tierra, de las rocas, del suelo, minerales,
etc...; pero también pueden explicar detalles muy importantes sobre el pasado humano, como los cambios
climáticos, la antigüedad de ciertos niveles de roca y, por consiguiente, la edad de los objetos incrustados en
ellos.
Estudio de los restos arqueológicos
Para reconstruir el pasado de los hombres que todavía no habían inventado la escritura sólo es posible apoyarse
en técnicas especiales de investigación. Al no existir el testimonio escrito, la arqueología se convierte en el
único medio para reconstruir los sucesos de la prehistoria, a través del estudio de los restos materiales dejados
por los pueblos del pasado: sus zonas de residencia, sus utensilios, así como sus grandes monumentos y sus obras
de arte.
Su objetivo consiste en reconstruir la vida de los grupos humanos que dejaron restos materiales: debe deducir su
antigüedad, reconstruir las formas de subsistencia, sus costumbres y ritos, su organización social.
La excavación arqueológica
Tras realizar investigaciones bibliográficas y sobre el terreno, el arqueólogo llega
al sitio donde supone que hallará restos materiales de culturas desapareci-
das. Siglos, milenios de vida humana descansan bajo algunos metros de
tierra. "Toda la historia no escrita de la humanidad se encierra en las hojas
superpuestas del libro de la tierra, y la técnica de la excavación tiene como
primer objetivo asegurar su lectura correcta", dijo un arqueólogo contemporáneo.
Por esto, la tarea del arqueólogo consiste en ir abriendo ese libro, hoja por hoja,
cuidando de no dejar que desaparezca una sola palabra, porque se corre el riesgo de hacer quizás incomprensi-
ble el texto. Para lograrlo, se deben registrar con la mayor precisión posible las características de cada hallazgo
(medirlo, dibujarlo, fotografiarlo); y establecer con exactitud el orden de sucesión de las distintas capas de
tierra que contienen los restos.
Métodos para fechar el pasado
El investigador que se dedica a estudiar la prehistoria trata de reconstruir el pasado basándose en los restos
culturales encontrados. Para poder establecer la antigüedad de estos restos, se utilizan métodos especiales. Sin
embargo, las fechas en el período prehistórico son siempre aproximaciones.
Uno de los primeros métodos desarrollados fue la dendrocronología,
que consiste en observar los anillos de crecimiento presentes al cortar
un tronco de árbol. Analizando entonces los troncos, o los elementos
hechos con madera de los mismos, es posible deducir su antigüedad
pues a cada año corresponde un determinado tipo de anillo presente en
todos los árboles.
Otra forma de datación es el análisis de los sedimentos de materiales de origen glacial, que han sido
arrastrados por los ríos y torrentes en los deshielos primaverales, hacia el fondo de los lagos. Estudiándolos, se
pueden conocer fechas relativas a la vida de los hombres que habitaron sobre esos materiales.
Sin embargo, los métodos más exactos son los desarrollados en los últimos años, gracias a los adelantos de la
física nuclear, como el del carbono-14, que mide lo que queda de carbono-14 en los restos encontrados, ya que
todos los organismos vivos incorporan este elemento durante su vida y lo van perdiendo paulatinamente luego
de muertos. Como el ritmo de esta pérdida puede ser medido, conociendo lo que queda en los diferentes
materiales se sabrá su antigüedad.
El radioisótopo del carbono-14 se desintegra a una velocidad predecible (la mitad cada 5.730 años). Con esta
técnica pueden fecharse antigüedades de alrededor de 60.000 años. Para dataciones más antiguas se utilizan
otras técnicas basados también en la física nuclear, como la de los isótopos del uranio, que alcanza una
antigüedad máxima de 350 000 años, o la de los isótopos del argón, que puede dar fechas de varios millones de
años. También existe el método de la termoluminiscencia, que posibilita establecer la fecha de cocción de las
cerámicas.

YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE LA PENINSULA IBÉRICA


Un yacimiento arqueológico es un espacio en el que se da una concentración de restos de actividad humana.
Existen muchos en todo el mundo y su hallazgo suele ser casual al realizar una carretera, un túnel..., otras
veces se trabaja sobre una pista sin saber muy bien lo que se puede encontrar, como en Atapuerca (Burgos), allí
donde nadie espera encontrar algo fuera de lo común puede haber un gran descubrimiento. Quizás la respuesta
a muchas preguntas esté enterrada aún en algún lugar.
Existen multitud de yacimientos arqueológicos pertenecientes a la Prehistoria de la Humanidad, repartidos por
la Península Ibérica, que atestiguan el paso de los primeros seres humanos que la habitaron.
El Paleolítico
Durante el Paleolítico los seres humanos ocuparon la Península Ibérica. Numerosos yacimientos demuestran los
cambios en su modo de vida durante este dilatado periodo de tiempo.
EL YACIMIENTO DE ATAPUERCA: una ventana a la prehistoria
En la Sierra de Atapuerca, muy próxima a la ciudad de Burgos, se han encontrado
numerosos yacimientos arqueológicos y paleontológicos, cuya excavación e investiga-
ción está permitiendo averiguar cómo han evolucionado el paisaje, los animales, las
plantas y los seres humanos desde hace algo más de un millón de años hasta la actuali-
dad. El descubrimiento de algunos de los yacimientos más conocidos en la actualidad,
como los de las cuevas de la Gran Dolina ( donde aparecieron los restos de Homo ante-
cessor ), o la Galería y la Sima del Elefante, fue posible gracias a la excavación a
finales del siglo XIX de una trinchera en la ladera oeste de la sierra de Atapuerca para
el paso de un ferrocarril minero. Además de en Atapuerca, también se han hallado
restos de gran antigüedad, entre otros, en El Aculadero (Cádiz) y en los ríos del interior
de la Meseta, como en Pinedo, cerca del Tajo, en Cúllar (Granada), y en la zona del río
Manzanares en Madrid.
Paleolítico Medio
Los testimonios de la ocupación del Hombre de Nearderthal en la Península Ibérica son muy abundantes. Se han
hallado restos de este tipo humano en Bañolas (Gerona) y en Gibraltar. Entre otros, también se encuentran
yacimientos, tanto en cuevas como al aire libre, en la el valle del Ebro (Peña Miel, sierra de Urbasa), Valencia
(Cova Negra), Andalucía (cueva de la Carigüela), o la Meseta (Cueva Millán, Los Casares).
Esta etapa, también es denominada “Musteriense”, llamada así por la cultura predominante en aquel momento,
en la que destacaban como materias primas el sílex y la cuarcita. Las herramientas más características son rae-
deras, puntas, hendedores, cuchillos de dorso etc. De hecho, se han localizado en España diversos yacimientos
con una cultura Musteriense plenamente desarrollada hace unos 200.000 años (por ejemplo, la Cueva de Las
Grajas, en Archidona, Málaga).
El interés por objetos pintorescos y la práctica de enterramientos (Cueva Morín) nos indica también la existencia
de las primeras creencias a algún culto espiritual.
Paleolítico Superior
Los restos del Paleolítico Superior se concentran en dos grandes zonas en la Península. En la zona de levante hay
asentamientos que presentan unos rasgos muy diferentes a los de otras regiones europeas. Entre los objetos más
originales encontrados están un tipo de puntas de flecha con aletas y un pedúnculo para insertarlas en los man-
gos, y unas extrañas placas pintadas.
En la zona de Cantabria se encuentran los yacimientos más antiguos (unos 35.000 años de antigüedad), aunque
los restos más abundantes son los situados al final del periodo, con el importante arte rupestre de las grandes
cuevas. De este tipo de manifestaciones artísticas destacan, entre muchas otras, las pinturas de las cuevas de
“Altamira”, “El Castillo” y “Tito Bustillo”.
LA CUEVA DE ALTAMIRA
La Cueva de Altamira, descubierta por el aficionado Marcelino Sanz de
Sautuola, en 1879, y está ubicada en el recinto del Museo de Altamira, en la
localidad de Santillana del Mar, en Cantabria.
El descubrimiento lo realizó, en realidad, su hija María Faustina Sanz Rivarola,
de 8 años, que acompañaba a su padre en esta excursión. Le dijo al mirar al
techo de la cueva en la que estaban: "¡Mira, papá! ¡bueyes pintados!". Acababa
de descubrir las pinturas de la Cueva de Altamira, considerada la Capilla Sixtina
del arte rupestre. Sautuola quedó sorprendido al contemplar el grandioso conjunto de pinturas de aquellos ex-
traños animales que cubrían la casi totalidad de la bóveda.
El hallazgo arqueológico marcó un hito en los estudios prehistóricos y suscitó una fuerte polémica entre los
arqueólogos, ya que no creían que los hombres prehistóricos fueran capaces de hacer unas pinturas tan perfec-
tas. Pertenecen al periodo magdaleniense y están datadas entre los 16.000 y los 13000 años a.J.C. En su techo
se representan casi un centenar de animales y signos, destacando los 21 bisontes en distintas actitudes, acompa-
ñados de otros animales como ciervos, caballos, cabras…, además de signos, manos y figuras humanas. En 1985,
La cueva de Altamira fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Cuevas del Monte Castillo
Las cuevas del Monte Castillo, situadas en la localidad cántabra de Puente Viesgo, albergan uno de los yacimien-
tos del Paleolítico más importantes de la región. Se trata de un conjunto de cuevas situadas junto al río Pas en
el monte Castillo, y están formadas por las cavidades de Las Monedas, El Castillo, Las Chimeneas y La Pasiega
Fueron declaradas en 2008, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, y están encuadradas en la intersección
de diferentes valles y cercana a la costa. Debido a ello se trata de un terreno propicio para la agricultura, la
caza y la pesca, lo cual explica la aparición de diferentes asentamientos prehistóricos.

LA CUEVA DE TITO BUSTILLO


Hace 12000 años un accidente mortal preservó para la ciencia un impresionante
santuario rupestre: la Cueva de Tito Bustillo.
Situada en Ribadesella, en el Principado de Asturias, fue descubierta en 1968 por
el grupo de espeleología Torreblanca, entre los que se encontraba Celestino
Bustillo, llamado «Tito Bustillo». Días más tarde "Tito" fallece en un accidente de
montaña y en su honor ponen su nombre a estas cuevas.
Esta cueva albergaba una gruta donde aparecieron importantes muestras de arte rupestre y numerosas placas
grabadas. Esta gruta, de más de 500 m de galerías, fue habitada por un pequeño grupo de cazadores a fines del
paleolítico superior. El techo de la sala donde residían se desplomó, sepultando a uno de sus miembros y
cerrando la entrada original. Ello hizo que parte de la gruta no fuera pisada por el hombre desde el paleolítico,
lo que facilito su conservación. En la cueva, además de representaciones de animales, como caballos, había dos
“santuarios”. La cueva se incluyó en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008.
El Neolítico
Puede decirse que los yacimientos neolíticos más antiguos de la Península Ibérica se
han datado en torno al 5.500 a. c, y corresponden a la vertiente mediterránea
peninsular donde numerosos yacimientos proporcionan evidencias de una cultura con
economía basada fundamentalmente en la agricultura y la ganadería. Éste es el caso,
por ejemplo, de las cuevas de Montserrat, la Cova Gran y la Cova Freda (Collbató,
Barcelona) y La Draga (Gerona) en Cataluña; de la Cova de la Sarsa (Valencia), de la
Cova Fosca(Castellón), de la Cova de l'Or ( Alicante), en el País Valenciano; o de la
cueva de la Carigüela del Piñar, (Granada) y de la cueva de Nerja (Málaga), en Andalucía. También, como
yacimientos más representativos entre la cultura neolítica peninsular, se encuentran sus recipientes cerámicos.
Destacando la cerámica cardial, decorada con impresiones de la concha de un molusco marino denominado
cardium edule, (del que procede su nombre). Sin duda, la cerámica supone uno de los descubrimientos más
importantes que acompañarán a las comunidades humanas neolíticas.
Más tarde, también se desarrolla la cultura de los sepulcros de fosa en Cataluña hasta el sur de Francia, y se
caracteriza por las tumbas individuales con ajuar, cubiertas por enormes losas.
Y más al sur, como por ejemplo en Almería, aparece la cultura megalítica, que se
inicia desde finales del Neolítico y dura hasta la Edad del Bronce, caracterizada por la
realización de diversas construcciones arquitectónicas hechas con grandes bloques de
piedra escasamente desbastados llamados megalitos. Se identifica esencialmente con
la construcción de tumbas colectivas monumentales del tipo dolmen. Además de los
dólmenes, podemos encontrar otra tipología constructiva no funeraria denominada
menhir, monolito hincado en el suelo que puede aparecer aislado, formando alineaciones o círculos.
La pintura levantina es característica del Neolítico peninsular. Está localizada en abrigos rocosos de las sierras
interiores, normalmente al descubierto, y que representa escenas de grupos, con mucho dinamismo y con
figuras humanas estilizadas, reflejo de un mayor grado de esquematización y abstracción que la pintura
cantábrica del Magdaleniense.
La Edad de los Metales
El empleo de los metales supone un gran avance en el marco cultural, en el ocaso de la época neolítica. La
utilización del cobre da nombre a la primera fase de la llamada Edad de los Metales: el Calcolítico o la Edad del
Cobre.
Al Calcolítico se asocian varias culturas en la Península:
- La Cultura de los Millares, que da nombre al principal yacimiento, y surge en la zona murciana y almeriense.
- La Cultura del vaso campaniforme. Con gran presencia de cuencos y vasijas cerámicas con la forma de
campana invertida y una serie de objetos de ajuar de cobre hallado en tumbas. Se han encontrado restos en la
desembocadura del río Tajo, Cataluña, Madrid (Ciempozuelos) y el Guadalquivir.
Vaso campaniforme procedente de Ciempozuelos. Se pueden hallar en sepulturas individuales, con ajuares
funerarios que incluyen objetos de cobre.
- La cultura de los monumentos megalíticos. Son grandes enterramientos colectivos, de origen neolítico, que se
encuentran por todo el territorio peninsular, sobre todo en Andalucía oriental.
- Y la Cultura talayótica en las Islas Baleares. Su nombre deriva de las grandes
torres defensivas construidas con enormes piedras en torno las cuales se
establecían los poblados. Además, había otro tipo de monumentos llamados taulas,
que al parecer eran altares de sacrificio situados al aire libre, de tres o cuatro me-
tros de altura, de las que se conservan una treintena en Menorca. Y la naveta,
edificio rectangular terminado en ábside y construido con grandes bloques de
piedra, que servía como lugar de enterramiento colectivo.

La Edad del Bronce


Destaca el famoso Tesoro de Villena, el mayor y más importante conjunto de
orfebrería prehistórica de la Península. Está formado por 59 objetos de oro, plata,
hierro y ámbar que, en total, alcanzan los 10 kilos de peso.
Lo encontró en 1963 el arqueólogo villenense José María Soler en las cercanías de
Villena (Alicante) y desde entonces ha sido la pieza clave del Museo Arqueológico
de Villena. Representa el tesoro de vajilla áurea más importante de España y el segundo de toda Europa, sólo
superado por el de las Tumbas Reales de Micenas, Grecia
En Almería, Granada y Murcia se desarrolla la cultura de El Argar. Se desarrolla la industria metalúrgica donde
desempeñan un papel fundamental el estaño, el cobre, la plata, el oro y las distintas aleaciones a las que dan
lugar, por ejemplo, el bronce.
La Cultura de El Argar tiene intensos contactos, hacia el Guadiana, con otras vecinas y coetáneas como la
Cultura del Bronce Manchego, en Albacete y Ciudad Real.
También son importantes los asentamientos de Morras (en Albacete) y Motillas (en Ciudad Real), fortalezas
circulares dispuestas en anillos concéntricos en torno a una gran torre central, constituyen lugares de habitación
sin parangón en el resto de la Península.
Son también propios de esta cultura, otros tipos de asentamientos como los castellones, los en cuevas o los
llamados de fondos de cabaña.
Cuencos de Axtroki, de oro repujado Bronce Final hallados en Escoriaza (Guipúzcoa).

La Edad del Hierro


La Edad del Hierro transcurre hasta aproximadamente el comienzo de la conquista romana de Hispania, en el
218 a. C. Esta es la última etapa prehistórica que, en el territorio peninsular, coincide con la colonización de los
pueblos mediterráneos (fenicios, griegos y cartagineses) y de los pueblos del norte de Europa (los celtas).
Generalmente, no existe una gran discontinuidad entre las culturas del Bronce y las del Hierro; los restos
arqueológicos nos hacen pensar en una paulatina evolución, y solamente las aportaciones tecnológicas y
culturales externas provocaron una progresiva diferenciación entre los pueblos mediterráneos, mucho más
avanzados, y las culturas del interior.
De una manera práctica, el hierro no comenzó a trabajarse hasta el año 1.200 a. C., y durante siglos todavía
compartió con el bronce (a veces más estimado) la primacía de material
para la fabricación de armas, útiles y adornos.
La metalurgia del hierro tardó mucho tiempo en descubrirse, pues
aunque la materia abundaba en muchas zonas, la elevada temperatura a
la que se funde (unos 800ºC) determinó que sólo la casualidad hiciera
posible el hallazgo. Solo una verdadera especialización hizo factible la
mejora de la metalurgia del hierro y su predominio sobre los antiguos artículos de bronce.
En la Península es casi imposible precisar la entrada del nuevo metal, principalmente porque durante algunos
siglos coexistió con el bronce. Es posible que lo trajesen los fenicios ,al establecerse en la península, o bien los
griegos, que fundaron su primera colonia en este país, probablemente Rhodes (Rosas, Gerona).

YACIMIENTOS ARQUEOLOGICOS EN LA PROVINCIA DE ALBACETE


Poblada desde hace miles de años, todas las culturas y pueblos que han pasado por la
Península Ibérica han habitado en la provincia de Albacete y han dejado su impronta en
todos sus pueblos. Los restos más antiguos de asentamientos humanos hallados (cerca
de Villarrobledo y de Hellín) están datados en el Achelense Superior (Paleolítico
Inferior). Sin embargo, son más numerosos los de épocas posteriores (Musteriense)
pudiendo conformarse tres grandes grupos de concentración de asentamientos: Alto
Guadiana, Margen Derecha y Margen Izquierda del Segura.
Por su parte, existen catalogados más de 100 yacimientos con interesantes manifesta-
ciones de arte rupestre de todas las épocas, que han sido declaradas por la UNESCO, en
1998, Patrimonio Mundial. Entre ellas se encuentran: Las del Paleolítico, en la cueva del Niño, en Ayna.
Las Mesolíticas (arte levantino, hace 10.000 años) en Alpera, Almansa, Hellín, Ayna, Letur y Nerpio.
Las Neolíticas (Edad del Bronce o también llamado arte esquemático, hace 6.500 años) en Alpera, Hellin,
Yeste,Letur, Socovos y Nerpio.
Especialmente notable es la presencia humana durante la Edad del Bronce con asentamientos adscribibles, al
menos, a tres horizontes culturales diferentes: Cultura del Argar, Bronce Manchego.

EL MUSEO DE ALBACETE
Situado en el interior del parque Abelardo Sánchez, en pleno corazón de la
ciudad, el Museo de Albacete es la Institución que representa el devenir
histórico y cultural de la provincia de Albacete, como parte integrante del
patrimonio histórico-artístico y cultural de Castilla-La Mancha, y se consi-
dera un valioso archivo para la arqueología provincial. Tiene como misión
contribuir al conocimiento de los pueblos a través de la difusión del
patrimonio cultural que conserva.
La exposición de los hallazgos arqueológicos muestran el paso de las distintas culturas que se han sucedido a lo
largo de los siglos en la provincia de Albacete, destacando por su relevancia histórica y artística las piezas del
periodo y cultura ibérica que hacen de este museo un referente cultural y objeto de investigación de primer
orden.

COLECCIONES

Arqueología
Las colecciones arqueológicas comenzaron a formarse en el siglo XIX, luego fueron acrecentadas a lo largo del
siglo XX gracias a una intensa labor de excavaciones y prospecciones. Hoy constituyen la parte más importante
del Museo en número de piezas.
Son numerosos los estudios arqueológicos llevados a cabo en el Museo, entre muchos otros, podríamos
destacar: el conocimiento de los yacimientos de la Edad del Bronce, sin duda influenciado por el descubrimien-
to del Argar y los trabajos de los hermanos Siret; yacimientos ibéricos, la necrópolis de Hoya de Santa Ana, la
del Llano de la Consolación, y como no el santuario del Cerro de los Santos.
Prehistoria
Prehistoria antigua. Su formación es reciente, a partir de la década de los años 70 en que fue excavada la Cueva
del Niño (Ayna) y se realizaron diversas prospecciones por el Valle del Río Mundo. Posteriormente excavaciones
e incluso algunos hallazgos casuales han permitido completar un mapa que crece día a día: las industrias
paleolíticas de La Fuente de Isso y El Pedernaloso (Hellín), la Jaraba (Villarrobledo), y la de Moriscote (Liétor),
así como los importantes yacimientos de Yeste, el Abrigo del Molino del Vadico y el Abrigo del Palomar, que
están permitiendo conocer las secuencias de tránsito entre el paleolítico y el epipaleolítico con un nuevo clima
ya en los comienzos del periodo Holoceno.
Prehistoria reciente. El Museo de Albacete posee un buen conjunto de cerámicas neolíticas procedentes de las
excavaciones del Abrigo del Molino del Vadico, de la Cueva del Niño (Ayna) y de la Cueva Santa (Caudete), así
como de la Fuente de Isso (Hellín).
Destacan igualmente el mango de hoz del Abrigo del Molino del Vadico, el hacha de piedra pulimentada de
Carcelén, y el conjunto eneolítico del Abrigo del Tobar en Letur. Las colecciones de la Edad del Bronce
comenzaron a formarse con la excavación de Las Peñuelas (Pozo Cañada), y más recientemente con las llevadas
a cabo en tres importantes yacimientos: El Acequión (Albacete), la Morra del Quintanar (Munera) y Los Cuchillos
(Almansa), que hoy permiten conocer más allá de la cultura material, como es el medio ecológico y las
actividades artesanales. Algunos de los tesoros arqueológicos, pertenecientes a la Prehistoria de la Humanidad,
que forman parte de la colección del Museo de Albacete y es merecido destacar, son estos:

Botella neolítica. Cueva del Niño, Ayna. (Fines del V- mitad de IV milenio a.C.)

Dimensiones: altura de 27 cm., y diámetro máximo de 20 cm.


De arcilla y fabricada a mano, posee alto cuello y dos asas en forma de cinta. El cuerpo
está decorado mediante incisiones formando motivos de líneas paralelas y oblicuas en V y
W. Hallada tras las excavaciones de niveles paleolíticos en el interior de la cueva,
evidencia la ocupación del espacio en época neolítica, durante el tiempo en que fueron
realizadas las pinturas de arte rupestre de tipo levantino existentes en el exterior de la cueva.

Botón de marfil . El Acequión. Albacete. Edad del Bronce (2200 cal - 1800 cal a.C.)

Dimensiones: altura 3,64 cm.; diámetro: 7,8 cm.


Fruto del comercio que hubo durante la Edad del Bronce esta pieza de marfil,
excepcional por su tamaño, evidencia las relaciones comerciales entre la península
ibérica y el norte de África. Tiene forma cónica con varias perforaciones en su base,
como consecuencia de varias utilizaciones, pues fue un símbolo de prestigio y poder.
Fue hallado en las excavaciones del poblado de El Acequión, donde se halló un taller
para fabricar objetos de hueso.

Vasija con soles. Los Cuchillos, Almansa. Edad del Bronce Antiguo (III-II milenio a.C)
Dimensiones: 13,5 x 6,5 cm
Pequeño recipiente de arcilla decorado mediante incisiones e impresiones formando
trazos horizontales y verticales, guirnaldas y soles separados por ramas. En el borde
cuatro perforaciones en pequeños salientes indican la posibilidad de ser colgada. En el
interior quedan restos de colorante ocre. Procede del poblado de la Edad del Bronce de
Los Cuchillos.
Selección Bibliográfica

La prehistoria del hombre : del origen al neolítico /


Giovanni Carrada
Muestra el proceso evolutivo desde los monos africanos, pa-
sando por los Australopitecos, hasta llegar a la especie Homo.
Se explican las formas de supervivencia; cómo se alimentan y
defienden. A ello se une el complejo mundo de la espirituali-
dad vinculada a las primeras expresiones artísticas. El Neolíti-
co ve nacer la agricultura y la ganadería; surgen las primeras
aldeas donde se desarrollan sociedades complejas y tecnológi-
cas. En la actualidad algunos pueblos siguen viviendo de la
caza y de la recolección permitiendo a los paleontólogos reco-
ger informaciones útiles acerca de nuestros antepasados.

Sig: 001 MAC com

Stonehenge : la astronomía en la prehistoria / Robin


Heath
Stonehenge es el más impresionante monumento que nos ha
legado la prehistoria, "la catedral de la edad de piedra", como
ha sido denominado este espectacular círculo megalítico que se
empezó a construir hace más de cinco mil años y que siguió
evolucionando durante los mil quinientos años siguientes. Pero
Stonehenge es mucho más que un monumento, y sólo reciente-
mente se han descubierto sus secretos, que ponen de manifiesto
los increíbles conocimientos astronómicos de nuestros remotos
antepasados.

Sig: 001 DRG dia

Hijos de un tiempo perdido : la búsqueda de nues-


tros orígenes / José María Bermúdez de Castro
Incluyendo los descubrimientos más recientes y las últimas investigacio-
nes en el campo de la antropología y la arqueología, haremos un recorri-
do apasionante por la historia de los diferente homínidos, hijos de este
tiempo perdido en el que se esconden las claves de los procesos de
humanización. Premio Prisma al mejor libro de divulgación científica
editado en España en 2004.

Sig: 57 BER hij


Mamíferos prehistóricos después de los dino-
saurios / Alan Turner
Los paleontólogos Paul Barret y José Luis Sanz,
autoridades mundiales en la materia, son los autores
de un libro que viaja 200 millones de años en el
tiempo, para abordar un tema que sigue fascinando a
grandes y pequeños: el mundo de los dinosaurios.
Las ilustraciones de Raúl Martín dotan de amenidad
y realismo a una obra plena de rigor científico. Con-
tiene 30 espectaculares y realistas escenas que sitúan
a los dinosaurios en el medio en el que debieron
vivir cuando " gobernaban el mundo". Responde a
las preguntas que surgen de nuestra curiosidad
(morfología, cómo se desplazaban, qué comían, có-
mo cazaban o se protegían de los ataques. Describe
la emocionante historia del descubrimiento de los
dinosaurios por los buscadores de fósiles pioneros.
Incluye un glosario y un índice onomástico que ayu-
dan a localizar toda la información sobre las más de
70 especies de dinosaurios que se describen.

Sig: 56 TUR mam

Mamíferos prehistóricos después de los dino-


saurios / Alan Turner
Conviértete en un auténtico paleontólogo, sigue las
icnitas de tus dinosaurios preferidos y descubre to-
dos sus secretos. Resumen Investiga todo sobre
los animales extraordinarios que dominaron la Tierra
durante casi 150 millones de años. Conoce datos
curiosos como que el stegosaurus tenía unos pinchos
en la espalda para protegerse, que el seismosaurus
hacía temblar la tierra porque era tan grande como
18 elefantes o descubre cuáles fueron los motivos de
su extinción. ¿Sabías que podemos averiguar la for-
ma de vida de los dinosaurios por sus huellas fosili-
zadas, llamadas icnitas? No olvides que los «lagartos
terribles» aún guardan muchos secretos... ¡Atrévete a
averiguarlos!

Sig: 568 MAC gra

Dinosaurios : el bueno, el feo y el


malo / por Dougal Dixon

En este libro se hace un estudio exhaustivo de los


dinosaurios: seres que poblaron la Tierra hace 225
millones de años, durante el Mesozóico, y de los que
aún no se conoce bastante. En él se incluye no solo
información sobre su forma de vida, evolución y
desaparición, sino también los últimos descubri-
mientos que se han realizado sobre ellos. Todo ello
acompañado de ilustraciones e imágenes que facili-
tan la comprensión de los textos.

Sig: 568 WAL din


En tiempo de los dinosaurios / Andrew Charman
¿Cómo sabemos que existieron los dinosaurios? ¿Por qué se extin-
guieron? ¿Qué son los fósiles? ¿Qué otros animales vivían en tiem-
pos de los dinosaurios? ¿Convivieron los humanos con los dinosau-
rios?
¿Cómo sabemos que existieron los dinosaurios? ¿Por qué se extin-
guieron? ¿Qué son los fósiles? ¿Qué otros animales vivían en tiem-
pos de los dinosaurios? ¿Convivieron los humanos con los dinosau-
rios?

Sig: 568 CHA ent

Mitad aves, mitad dragones : los dinosaurios / 165 millones de


años contados por Jean-Baptiste de Panafieu
Desde la noria más primitiva a los circuitos integrados, todos son inven-
tos. El despertador que te levanta de la cama por la mañana y la bombi-
lla que apagas antes de dormirte son, juntos a otras muchas cosas, fruto
del ingenio de personas como tú que, un buen día, presentaron al mundo
algo que hasta entonces nunca había existido. Este libro contiene un
relato, 20 preguntas y respuestas, un montón de curiosidades comple-
mentarias, para los que no tienen ninguna vergüenza de saber mucho,
juegos, notas, test y mucho más.

Sig: 568 PAN mit

Objetivo dinosaurio / escrito por John Malam


Increíble viaje visual tras las huellas del dinosaurio más
temibles de todos: el Tyrannosaurus Rex. Veremos cómo
era el mundo hace millones de años gracias a las fantásticas
imágenes digitales que muestran la era de los dinosaurios
como nunca antes la habíamos visto.

Sig: 568 MAL obj


La historia del arte : desde la prehistoria hasta nuestros
días / texto de Claudio Merlo
Una extraordinaria obra sobre el arte, el arte desde la prehistoria
hasta nuestros días, bellamente ilustrada a todo color. Desde la pre-
historia hasta nuestros días.
Este libro aporta respuestas claras a todas estas preguntas. Nos
muestra con claridad el trabajo diario de los artistas, ya sean maes-
tros famosos o anónimos, y nos desvela sus obras maestras acaba-
das. Nos descubre las técnicas utilizadas por los pintores, escultores
o arquitectos a lo largo de los siglos en los cinco continentes, y ex-
pone el contexto histórico que rodea la realización de una obra o de
un monumento. Un panorama mundial y cronológico del arte para
entender las influencias y la evolución de las diferentes formas artís-
ticas.

Sig: 929 EDI

Vida prehistórica ; Dinosaurios ; Primeros pobladores /


Michael Benton
Este volumen presenta numerosas actividades, divertidas y fáci-
les de realizar, y proporciona los datos científicos básicos necesa-
rios para conocer la Vida Prehistórica, los Dinosaurios y los Pri-
meros Pobladores, a través de una interesante concepción multi-
disciplinar del aprendizaje. Cada tema se enriquece al relacionar-
lo con diversas áreas.

Sig:: 930 BEN vid

Cuentos sobre los orígenes / [ilustraciones, Mabel Piérola]


¿Qué se siente al convertirse en un antepasado de sí mismo? ¿O al
encontrarse perdido en el medio de la sabana? ¿O al tener que cazar
para no ser cazado? ¿Qué se siente al ver la primera chispa que salta
de una piedra? Para descubrirlo es suficiente con formar parte del
Proyecto Cola, la alucinante invención del Profesor Pastrocchi. Una
máquina del tiempo que tiene sólo un destino: la prehistoria. Vamos
atrás, cada vez más atrás en el tiempo, para descubrir el pasado con
nuestros propios ojos.

Sig: 930 NOV enb


Videograbaciones

Jurassic Park [Videograbación]= Parque Jurási-


co / directed by Steven Spielberg; produced by
Kathleen Kennedy and Gerald R. Mollen. -- Ma-
drid : Universal Pictures Iberia, D.L. 2008
1 DVD (ca.121 min.) : son., col.

Sig: AVE-JUR

El planeta de los simios [Videograbación] = Planet of the apes /


Música de Jerry Goldsmith ; guión de Michael Wilson y Rod Ser-
ling ; dirigida por Franklin J. Schaffner. -- Madrid : Twentieth Cen-
tury Fox Home Entertainment España, cop. 2000
1 disco (DVD) (107 min.) : son., col.

Sig: CF
CF--PLA

En busca del fuego [Videograbación]= Guerre de


feu / dirigida por Jean-Jacques Annaud. --
[Madrid] : Crin Ediciones, Promociones y Produccio-
nes, [2005]
1 disco (DVD) (ca. 96 min.) : son., col. ; 12 cm

Sig: AVE-ENB

FUENTES
• Monografías

- FERNÁNDEZ, María Cruz. La prehistoria de la Península Ibérica. Barcelona: Crítica, 1997.


- MENÉNDEZ, Mario. Diccionario de Prehistoria. Madrid: Alianza, 1997.
- BARANDARIÁN, Ignacio. Prehistoria: historia de España. Barcelona: Ariel, 2005.

• Enlaces web
- Portal de promoción de las Culturas de España: http://www.españaescultura.es/es/
- Patrimonio Histórico de Castilla-La Mancha: http://www.patrimoniohistoricoclm.es/planes-
regionales/arte-rupestre/
- Web oficial de turismo de Castilla-La Mancha: http://www.turismocastillalamancha.com/arte-
cultura/patrimonio-humanidad/
- http://www.unav.es/cryf/evolucion2006.html#titulo1
- http://www.portalplanetasedna.com.ar/evolucion.htm
- http://www.astromia.com/

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