Sei sulla pagina 1di 7

Regocijarse en el sufrimiento

Lea: Romanos 5:3-10

Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce
paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no nos defrauda, porque el amor de
Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos 5:3-5
Esto nos deja claro que se espera que los cristianos hayan de experimentar sufrimiento. Aquellos que
piensan que convertirse en cristiano les va a remover de los sufrimientos han sido mal informados, ya
que las Escrituras mismas enseñan que hemos de esperar sufrimientos.
La palabra griega para sufrimiento es traducida como “tribulación, algo que causa aflicción”. Esto puede
ser desde molestias menores que tenemos todos los días hasta graves desastres que aparecen de
ninguna parte y nos dejan afectados y afligidos. Estas son los sufrimientos que quizás pasemos, las
tribulaciones.
De acuerdo a Romanos 5, la respuesta cristiana a este sufrimiento es el regocijo: “Y no solo esto, sino
que también nos gloriamos en las tribulaciones”. Aquí es donde mucha gente se opone. Dice: “¡Yo no
me creo eso! ¿Quieres decirme que Dios me está diciendo que cuando estoy herido y en dolor, se
espera que haya de estar contento y regocijarme en eso? ¡Eso no es humano; no es natural!”.
¿Cómo llegas al sitio donde puedes regocijarte en el sufrimiento? La respuesta del apóstol es: “nos
gloriamos en las tribulaciones, sabiendo…”. Nos gloriamos porque sabemos algo. No es sólo porque
es un sentimiento tan maravilloso el ser herido; es porque sabemos algo sobre ello. Es algo que nuestra
fe nos permite saber, un tipo de información interna que otros no comparten.
¿Qué sabemos? Pablo dice: “Sabiendo que la tribulación produce…”. El sufrimiento hace algo, logra
algo. Es productivo. Sabemos que funciona, y eso es lo que nos hace regocijarnos. Observa a una
mujer que está de parto. Si tienes algo de empatía, no puedes evitar el sentirte profundamente herido
con ella porque está pasando tanto dolor. Y sin embargo, normalmente hay gozo en medio de ello
porque sabe que el parto produce niños. Hay muchas mujeres que gustosamente pasarían por el parto
porque quieren un niño. El sufrimiento produce algo que vale la pena.
Entonces, ¿qué produce el sufrimiento? El apóstol dice que hay tres cosas que produce el sufrimiento:
Primero, el sufrimiento produce perseverancia. En algunas versiones puede que la palabra sea
“paciencia”. La palabra griega literalmente significa “permanecer bajo, quedar bajo presión”. La presión
es algo de lo que queremos salirnos, pero el sufrimiento nos enseña a permanecer bajo, el quedarnos
ahí y permanecer con ello. La mejor traducción de la que puedo pensar es la palabra constancia. El
sufrimiento produce constancia.
Segundo, la constancia produce carácter. La palabra griega para carácter conlleva la idea de ser puesto
a prueba y aprobado. Es la idea de haber demostrado ser responsable. Aprendes finalmente que no
vas a ser destruido, que las cosas funcionarán. La gente comienza a contar contigo. Ven la fuerza en
ti, y te vuelves una persona más responsable.
Tercero, encontramos que la responsabilidad produce algo. La responsabilidad produce esperanza. La
esperanza es que compartiremos la gloria de Dios, que es el carácter de Dios. Tenemos esperanza de
que Dios está produciendo la imagen de Cristo en nosotros. La esperanza es una certeza. Estamos
siendo cambiados. Nos estamos volviendo más como Jesús. Podemos ver que somos más
considerados, más compasivos, más cariñosos. Estamos siendo suavizados. Nos estamos volviendo
como Cristo: más fuertes, sabios, puros, más pacientes. Nos está transformando a la imagen de Su
Hijo.
Gracias que mediante la presión y la prueba nos das un profundo sentido de júbilo. Confío que lanzarás
Tu amor en mi corazón, para mantenerme firme y abrazarme y mantenerme fuerte y regocijándome.

APLICACIÓN A LA VIDA ¿Nos sorprende el sufrimiento? ¿Nos prometió o nos demostró Jesús una
vida libre de problemas? ¿Cuál es “la información interna” sobre la meta del sufrimiento que produce
una expectación jubilosa?

¿regocijarnos En El Sufrimiento?
Cuando nos encontramos en aflicción tendemos a desanimarnos, pensamos que Dios se ha
descuidado de nosotros cando en realidad es todo lo contrario.

¿REGOCIJARNOS EN EL SUFRIMIENTO?

Rom. 5:1-5 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por
quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la
esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo
que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no
avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos
fue dado.

¿Cuál es el resultado de ser justificados por la fe? = paz para con Dios, o sea, ya no necesitamos ir a la
peregrinación, colgarnos toda la vida el escapulario de la virgen del Carmen, ir a bailar a chalma, ni pagar 6 mil
pesos para que el obispo de pare de sufrir vaya a Jerusalén a poner mi petición en el muro de los lamentos.

Luego vienen 2 razones para gloriarnos o regocijarnos:

1 nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios… sí, sí, gloria a Dios!

2 nos gloriamos en las tribulaciones…Oye Pablo…¿cómo que nos regocijemos en nuestras tribulaciones?

PABLO: ¡Claro que sí! ¿Qué pasó cuando me dieron una paliza, me pusieron grilletes y me echaron en la
cárcel? ¿me puse a llorar? ¿me puse a reclamarle a Dios? ¡No! Me regocijé… me puse a alabar al Señor…
porque en Cristo somos más que vencedores.

Regocijaos! Se los dice muchas veces a los filipenses, a los corintios, en Hebreos, Pedro también lo dice… la
biblia está llena de este mandamiento… por qué se nos hace tan difícil de recibir el mensaje del evangelio?.

El verdadero creyente en Jesucristo, el que ha recibido el verdadero evangelio, se regocija en medio de los
sufrimientos.

I SABIENDO QUE DIOS ESTÁ USANDO EL SUFRIMIENTO. “Sabiendo que la tribulación produce paciencia”
v.3

Sabiendo… en otras palabras si en medio de las tribulaciones empiezas a regocijarte es porque has empezado
a comprender los caminos altos del Soberano.

Sabiendo las Escrituras, comprendiéndolas, obteniendo los principios, ilustraciones y aplicándolas en las
circunstancias particulares de tu vida como cristiano.

Por eso en Rom.12:2 “no os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
ENTENDIMIENTO para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios”

Si anhelamos crecer en la gracia, debemos SABER el evangelio y cómo funciona el evangelio y cuáles son los
caminos de Dios, y cómo Dios trabaja en la vida del creyente para capacitarlo a través de las tribulaciones.

El versículo 3 nos dice que debemos SABER que las tribulaciones no son nada más porque sí… sino que son
PRODUCTIVAS, producen dos grandes bendiciones: paciencia y esperanza.

Cuando un cristiano está en medio de sufrimientos nunca piensen que es un castigo de Dios, o que Dios los
abandonó… ¡es todo lo contrario!, En esos momentos difíciles, Dios está trabajando en tu vida, en tu alma, el
Alfarero está trabajando sobre la arcilla con sus propias manos dándole la forma que él quiere… cuál es esa
forma? La forma de Cristo, está produciendo la obra maestra de todas las obras maestras. (ilustración: La obra
maestra de Miguel Angel
A esto se refirió Jesucristo cuando Dijo “Mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo
quitará; y todo aquel que lleva fruto, LO LIMPIARÁ (podará) para que lleve más fruto. Jn. 15:2,3.

Así que el primer principio es: SABIENDO QUE DIOS USA EL SUFRIMIENTO PARA TRANSFORMARNOS A
LA IMAGEN DE JESUCRISTO. Bienvenidas tribulaciones.

II LOS SUFRIMIENTOS PRODUCEN EL CARÁCTER CRISTIANO …Sabiendo que la tribulación produce


paciencia y la paciencia, prueba (carácter).

¿Qué es Carácter? Conjunto de cualidades propias, de una persona o de una colectividad, que las distingue,
por su modo de ser u obrar, de las demás.

Fuerza y elevación de ánimo natural de alguien, firmeza, energía.

El mundo occidental en el que vivimos pretende que no tengamos firmeza de carácter… nos ofrece diversiones
de todo tipo, córrele al cine, hay un puente, vete a Acapulco, mira nada más te estás quemando las pestañas
estudiando mientras que los chavos de tu edad están divirtiéndose usando condones sico, disfruta lo más que
puedas porque ya se va a acabar el mundo este año.

Esto es hedonismo, el fin principal del hombre es el placer. Y todos los días se transmite por la televisión una
religión pseudo-cristiana que promete PARE DE SUFRIR, ¿tiene problemas? Venga con nosotros… y salen
personas dando su testimonio… yo sufría mucho, estaba pobre, ahora soy feliz, ya no tengo problemas…
¡Mentiras de Satanás!

“En el mundo tendréis aflicciones, pero confiad, yo he vencido al mundo” Cuando Pablo se hizo cristiano
empezaron sus problemas:

Trabajo abundante; azotes sin número; cárceles, peligro de muerte muchas veces, de los judíos cinco veces he
recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas, una vez apedreado; tres veces he
padecido naufragio, una noche y un día he estado como náufrago en altamar, en caminos muchas veces, en
peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la
ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos, en trabajo y muchos
desvelos, en hambre y sed, en frio y desnudez…2 Cor 11:23-2

Pablo, deja el cristianismo, vente a pare de sufrir… Aléjate de mi Satanás… Dios me ha forjado un carácter
firme, sólido para el trabajo en su iglesia para su gloria…

III EL SUFRIMIENTO ES TOLERABLE CONOCIENDO NUESTRO DESTINO GLORIOSO

Cuando vemos que Dios está trabajando en nosotros para forjarnos un carácter como el de Cristo, entonces
nos está preparando para la gloria celestial.

Los del mundo dicen… a mi no me importa ni el cielo ni el infierno… a mi me importa el aquí y el ahora y por
eso viven según la corriente de este mundo.

Un creyente tiene la esperanza ir al cielo.

Un país con agua 100% pura y gratis, no hay compañía de luz, porque el Cordero es su lumbrera, no hay
impuesto predial, con clima perfecto, inmunidad a los accidentes, transportación rápida, segura y gratis, el cielo
es un lugar que Cristo ha preparado para que lo disfrutemos para la eternidad.

No hecho por manos humanas, sino que Dios fue su arquitecto y constructor, nunca se deteriora, calles de oro,
paredes de jaspe, no hay hospitales, cementerios, ni cárceles, porque no hay crimen, contaminación,
huracanes ni terremotos.
1 Cor 2:9 “Cosas que ojo no ha visto, ni oído ha escuchado, ni han subido al corazón humano… son las que
Dios ha preparado para los que le aman”

Allá solamente allá Dios nos va a decir “pare de sufrir” no más guerras, enfermedades, lágrimas, ni muerte…
eterna dicha.

¿Quiénes son los habitantes del cielo?

Ángeles, arcángeles, serafines, sirviendo y adorando al Cordero.

Los redimidos por Jesús de todas las épocas, nos mirará y nos dirá: valió la pena la crucifixión, los limpié de
todo pecado para que pudieran estar aquí…

En estos momentos el Espíritu Santo está poniendo el deseo a alguien de ser un habitante del cielo…

Escucha la invitación que en el nombre de Cristo te hago… La Palabra de Dios dice que el hombre puede ir al
cielo sin riqueza, fama, belleza pero nunca podrás ir al cielo sin Jesús… recíbelo hoy.

La mayoría de los mexicanos piensan que el requisito indispensable para ir al cielo es ser una persona buena,
dicen que la gente buena va a ir al cielo con Cristo o sin Cristo… Mexicanos están equivocados:

Jn.14:6 Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mi.

La sangre que Cristo derramó en la cruz abrió la puerta del cielo para ti, no necesitas pasaporte.

1 Confía en él solamente, que su sangre derramada en la cruz fue también por ti.
2 Arrepiéntete de tus pecados
3 Pide perdón a Dios en el nombre de Jesús.
4 Recibe a Cristo.
------------------
Llamados A Regocijarnos En El Sufrimiento, Para la Santidad Y la Esperanza
Romanos 5:1-8

Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; 2 por quien también tenemos
entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. 3 Y no sólo esto,
sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4 y la paciencia, prueba; y la
prueba, esperanza; 5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el
Espíritu Santo que nos fue dado. 6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. 7 Ciertamente,
apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 8 Mas Dios muestra su amor para
con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

Espero, en las próximas 4 semanas, ayudarle a prepararse para sufrir por Cristo. Una de las razones por que creo que debemos
prepararle para sufrir por Cristo es que la Biblia dice que debemos hacerlo; la otra razón es que la situación moderna también
nos lo dice.

David Barrett, el misionero erudito que editó la ‘Oxford World Christian Encyclopedia’ [Enciclopedia Cristiana Mundial de Oxford],
publica cada año un boletín actualizado, sobre la condición del movimiento cristiano alrededor del mundo, con proyecciones de
cómo podrían estar las cosas en el año 2000, en el boletín de este año informó que en 1980 hubo cerca de 270,000 mártires
cristianos. Este año probablemente habrán 308,000 y en el año 2000 el estima unos 500,000.1 Estas son personas que en
mayor o menor medida, mueren porque son cristianos.

Hoy por hoy, en Somalia decenas de miles de cristianos están siendo intencionalmente aislados y privados de alimentos hasta la
muerte por grupos rivales. En Nigeria las tensiones entre la población musulmana y cristiana son peligrosamente explosivas. Hay
millones de cristianos en China y en muchos otros países que viven en constante peligro de acoso y encarcelamiento.

En nuestra propia tierra, la sociedad secular en general, especialmente las élites intelectuales y los líderes de medios de
comunicación, son cada vez más hostiles hacia la iglesia Evangélica y la visión bíblica de la honradez y la bondad por la cual nos
mantenemos. La primera enmienda ha sido tan distorsionada para el servicio de antagonistas seculares que sería factible para
algunos jueces decir que la provisión pública de agua, electricidad y alcantarilla a las edificaciones de las iglesias cristianas
provee un establecimiento inconstitucional de la religión debido a los recursos gubernamentales y sus regulaciones.

Los protestantes ‘pro-vida’ que están simplemente orando pacíficamente en una propiedad pública, pueden ser violentamente
asaltados por los ‘defensores del aborto’, como en Búfalo, Nueva York y no recibir protección de la policía. Y ser, en cambio,
acusados de crimen.

El nombre de Jesús esta siendo despreciado y blasfemado por artistas famosos de una manera que en décadas anteriores los
hubiera hechos recriminables a los ojos del público. Pero hoy es aprobado o pasado por alto.

Todo esto va a terminar en que ser cristiano, va a costar más en los años que vienen, y terminar la Gran Comisión va a costar la
vida de algunos -como ya ha ocurrido, y lo que siempre ha sucedido. Mil ochocientos años atrás Tertuliano dijo “nosotros [los
cristianos] nos multiplicamos cada vez ustedes siegan nuestras vidas; la sangre de los cristianos es semilla” (Apologético 50);
doscientos años más tarde San Jerónimo dijo: “La iglesia de Cristo ha sido fundada por el derramamiento de su propia sangre no
la de otros, por soportar el atropello, no por inflingirlo. Las persecuciones la han hecho crecer; el martirio la ha coronado” (Carta
82).

Hoy hablamos mucho de los países cerrados, hemos perdido casi totalmente la perspectiva de Dios en las misiones -como si
alguna vez él hubiera dicho que sería fácil y seguro. No hay países cerrados, para quienes piensan así, esa persecución,
encarcelamiento y muerte, son los resultados esperados por difundir el evangelio. Jesús dijo claramente que estos eran los
resultados viables. “Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi
nombre” (Mateo 24:9). “Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor” (Juan 15:20).

Hasta que recobremos la perspectiva de Dios sobre el sufrimiento y la difusión el evangelio, no nos regocijaremos en el triunfo
de la gracia que él tiene en mente.

La obediencia en las misiones y en la justicia social, siempre ha sido costosa y siempre lo será. En la aldea de Miango, Nigeria
hay un hotel del SIM y una pequeña iglesia cuyo nombre es Kirk Chapel. Detrás del templo está su pequeño cementerio con 56
tumbas. 33 de ellas guardan los cuerpos de niños misioneros. Las lápidas rezan: “Ethyl Arnold: Septiembre 1, 1928- Septiembre
2, 1928” “Bárbara J. Swanson: 1946-1952” “Eileen Louise Withmoyer: Mayo 6 1952- Julio 3, 1955” para muchas familias este fue
el precio de llevar el evangelio a Nigeria en años recientes. Charles White cuando contaba su historia acerca de la visita a este
pequeño camposanto, concluyó con una oración tremendamente poderosa, dijo: ‘De la única manera que podemos comprender
lo del cementerio en Miango, es al recordar que también Dios enterró a su hijo en el campo de las misiones.’2

Y cuando le levantó de la muerte, mandó a la iglesia que le siguiera al mismo peligroso campo, ese campo es “todo el mundo”.
Pero, ¿estamos dispuestos a seguirlo?

Hace dos años en Ermelo Holanda, el hermano Andrew me contó la historia en la que, sentado en Budapest, Hungría, junto a
una docena de pastores de esa ciudad, enseñándoles de la Biblia; un amigo entró, era un pastor de Rumania, quien había sido
liberado recientemente de prisión. El hermano Andrew nos cuenta que comprendió que era momento de escuchar y dejó de
enseñar.

Después de una gran pausa el pastor rumano dijo:

- ‘Andrew, ¿Hay en Holanda algunos pastores en prisión?’.


- ‘No’ -le replicó
- ‘¿Por qué no?’-preguntó el Pastor.
El hermano Andrew lo pensó por un momento y dijo:
- ‘Pienso que debe ser porque nosotros no nos aprovechamos de todas las oportunidades que Dios nos da’.
Entonces vino la pregunta más difícil:

- ‘Andrew, ¿Y qué usted hace con (2da a Timoteo 3:12)?’

El hermano Andrew abrió su Biblia, se dirigió al texto y leyó en voz alta:

- “Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” -cerró la Biblia lentamente, y dijo –
‘Hermanos, por favor, perdónenme. No hacemos nada con ese verso.’3

Me temo, que hemos domesticado el concepto de devoción y lo hemos convertido en una moralidad inofensiva de clase media
de acuerdo a la ley, y que 2da a Timoteo 3:12, se ha vuelto ininteligible para nosotros. Pienso que muchos de nosotros no
estamos preparados para sufrir por el evangelio. Y por eso es que me siento llamado a tomar 4 semanas para tratar con lo que
la Biblia dice sobre esto y lo que Dios nos está pidiendo hoy. Cada mensaje se corresponde con uno de los 4 propósitos del
sufrimiento. Y podemos hablar de propósito del sufrimiento porque claramente es la intención de Dios que suframos en
ocasiones por el bien de la honradez y el evangelio. Por ejemplo, “De modo que los que padecen según la voluntad de Dios,
encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien” (1ra de Pedro 4:19); cf.3:17; Hebreo 12:4-11).

Los 4 Propósitos Del Sufrimiento, Que Tengo En Mente Son:

1. El propósito moral, porque sufrir refina nuestra santidad y esperanza (Romanos 5:1-8)
2. El propósito de intimidad porque en el sufrimiento nuestra relación con Cristo se torna más profunda y más dulce
(Filipenses 3:7-14)
3. El propósito de las misiones, porque Dios nos llama a completar las aflicciones de Cristo mientras ampliamos su valor a
través de nuestra realidad (Colosenses 1:24).
4. Y el propósito de gloría, porque este desaire y aflicción momentáneos están produciendo en nosotros un eterno peso de
gloria (2 Corintios 4:16-18).

El Propósito Moral (o Espiritual) del Sufrimiento

Hoy nos concentramos en el propósito moral (o espiritual) del sufrimiento. Dios nos ordena sufrir por el evangelio y la honradez,
debido a los efectos morales y espirituales que esto tiene sobre nosotros.

Leamos uno de los grandes textos sobre este punto: Romanos 5:3-4. Después de mostrar que estamos justificados por la fe, que
a través de Jesús tenemos acceso a la gracia y permanecemos en ella, en el verso 2 dice que nosotros los cristianos “nos
gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios”. La causa principal de júbilo en la vida cristiana es la intensa expectativa de que
veremos y compartiremos la gloria de Dios. La esperanza por la gloria de Dios es el meollo de nuestra alegría.

Ahora, si esto es verdad, entonces Pablo es perfectamente coherente al seguir y decir en el versículo 3 y 4 que también nos
glorificamos en las cosas que hacen incrementar nuestra esperanza. Esta es la línea de razonamiento aquí. Comenzamos con la
esperanza de la gloria de Dios al final del versículo 2 y terminamos con la esperanza al final del versículo 4. El punto es: Si nos
gloriamos en la esperanza nos regocijaremos en lo que provoca esperanza.

Así que los versículos 3 y 4 describen lo que esto es. “Y no sólo en esto [no solamente nos glorificamos en la esperanza de la
gloría de Dios], sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; 4 la
perseverancia [provoca], entereza de carácter [una sensación de estar aprobado]; la entereza de carácter [provoca], esperanza”
(NVI).4

Así, la razón por la que nos gozamos en las tribulaciones no es que nos guste el dolor, la miseria, la incomodidad, o el problema
(no somos masoquistas), sino que las tribulaciones producen lo que realmente nos gusta: un sentido de esperanza más y más
fuerte que viene a través de la experiencia de la perseverancia paciente y la sensación de estar aprobados.

Así, la lección principal es que Dios tiene un propósito en el sufrimiento de su gente. Y ese propósito a menudo difiere del
objetivo del ministerio en el que están laborando. El objetivo del ministerio podría ser evangelizar a personas solteras sin
iglesias, o profesionales suburbanos, o musulmanes turcos. Pero el propósito de Dios podría ser poner en prisión a ministros y
misioneros, para así producir más esperanza en ellos. Dios siempre está haciendo más que esto (como podremos ver en las 4
semanas siguientes) pero esto sería suficiente.

En otras palabras, Dios no abordará el ministerio, la productividad, y la eficiencia de la manera en que lo haríamos nosotros. Una
y otra vez Pablo tuvo que encargarse del extraño trabajo de Dios en sus encarcelamientos, palizas, naufragios y planes
desechos. ¿Cómo podría Dios ser tan ineficiente como para dejar que su misión fuese bloqueada así una y otra vez? La
respuesta a este texto (no la única respuesta) sería: Dios está comprometido a incrementar la esperanza y santidad de su gente
en el proceso de alcanzar a los perdidos. Solo Dios sabe como equilibrar estas dos prioridades y que sucedan de la mejor
manera.

Tres Efectos Mencionados

Ahora, miremos específicamente el efecto de las aflicciones. Hay tres efectos mencionados específicamente en los versos 3 y 4.

1. Perseverancia

Primero, las tribulaciones provocan perseverancia, o resistencia paciente Pablo no quiere decir que esto sea una verdad
universal. Para muchos las tribulaciones desencadenan odio, amargura, ira, resentimiento y rumores. Pero este no es el efecto
que produce en aquellos que tienen el Espíritu de Cristo. Para ellos el efecto es la resistencia paciente, porque el fruto del
Espíritu es paciencia.

La cuestión es que hasta que el sufrimiento no llega a nuestra vida (especialmente el sufrimiento para el bien de Cristo y su
honradez), no experimentamos el alcance y la profundidad de nuestra devoción por Cristo. Hasta que los tiempos se ponen
difíciles no probamos, ni sabemos en verdad, si somos cristianos de bonanza solamente; la clase que Jesús describe en la
Parábola del Sembrador, en Marcos 4:16-1.

Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con
gozo; 17 pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa
de la palabra, luego tropiezan.

Pablo está diciendo que una gran consecuencia de la tribulación es que provoca la resistencia y perseverancia paciente en el
pueblo de Dios, de modo que puedan ver la fidelidad de Dios en sus vidas y saber que verdaderamente son de él.

2. Carácter

Esa es la cuestión de la segunda consecuencia que es mencionada (v.4). “La perseverancia [produce], entereza de carácter”
(NVI). Literalmente la palabra dokimen significa ‘experiencia de ser probado y aprobado’, diríamos “aprobado” o “probado”.

Esto no es difícil de comprender. Si cuando vienen las tribulaciones, usted persevera en devoción a Cristo y no se vuelve contra
él, entonces saldrá de esa experiencia con una sensación más fuerte de que realmente está probado, de que no es un hipócrita.
El árbol de la confianza fue torcido y no se rompió. Su fidelidad y lealtad fueron puestas a pruebas y pasaron. Ahora tiene
“entereza de carácter”. El oro de su fe fue puesto en el fuego y salió refinado, no consumido.

Cuando a través de juicios abrasadores tu camino se traza.


Mi gracia todo suficiente siempre basta.
La llama no quema, yo solo lo ordeno
Vuestra escoria consumir y vuestro oro refinar.

Este es el segundo efecto de la aflicción: La prueba y el refinamiento del oro de nuestra lealtad a Jesús. La perseverancia
produce la certeza de ser aprobados.

3. Esperanza

El tercer efecto viene de esa sensación de estar probado, aprobado y refinado. Verso 4b: “la entereza de carácter, esperanza”
(NVI). Esto nos lleva de vuelta al verso 2: “nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios”. La vida cristiana comienza con
esperanza en las promesas de Dios en el evangelio, y a través de la aflicción asciende en espiral produciendo más y más
esperanza.

La aprobación provoca más esperanza, porque nuestra esperanza crece cuando experimentamos la realidad de nuestra propia
autenticidad a través de la prueba. Las personas que mejor conocen a Dios son aquellas que sufren con Cristo. Las personas
que son más inquebrantables en su esperanza son aquellas que han sido más profundamente probadas. Las personas que más
seriamente, rotunda y ansiosamente buscan la esperanza de la gloria, son aquellas a quienes se ha despojado de sus
comodidades a través de las tribulaciones.

Así, lo primero que decimos sobre el sufrimiento y la aflicción, es que Dios tiene un propósito en ello. Y ese propósito es producir
la resistencia paciente de su pueblo por amor de su Nombre; y, a través de esto, examinar, probar, y refinar la realidad de la fe y
la fidelidad a Cristo. Y, con esta sensación de aprobación, afianzar, profundizar e intensificar nuestra esperanza.

En nuestro ministerio tenemos como objetivos, la iglesia (discipulado urbano, pastorear pequeños grupos, establecer contactos
evangelizando, defender a los niños por nacer; la movilización de la iglesia y de los niños).

Tenemos la gran visión misionera de enviar dos mil antes de 2000. Tenemos una construcción que pagar y un presupuesto que
establecer, todo esto para Cristo y su Reino. Cuanto de esto, en su soberanía, Dios permitirá que suceda, no sé. Pero esto sí sé,
que en nuestra obediente persecución de estos objetivos, Dios tiene un propósito para cada obstáculo, para cada frustración,
para cada dolor y cada aflicción; y este propósito es tan importante como los objetivos mismos: su perseverancia, entereza de
carácter y esperanza en la gloria de Dios.

Lo demás que Dios pueda estar haciendo al planear nuestras vidas, lo está haciendo siempre al nivel de corazón. Y así,
gloriémonos con Pablo en la esperanza de la gloria y en las tribulaciones que llegan.

Potrebbero piacerti anche