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Universidad Evangélica de El Salvador

Licenciatura en Teología

Nuevo Testamento II

Alumna: Jacqueline Cruz

Docente: Jeannette Benítez

RELEVANCIA ACTUAL DE PABLO Y SU TRADICIÓN

En primer lugar, es necesario hacer hincapié en que el judaísmo de Jesús y el


de Pablo son totalmente distintos. En este sentido, Pablo no tenías los mismos
propósitos religiosos con su predicación como Jesús los tuvo, pues los intereses
teológicos de Pablo son diferentes. Por un lado, Jesús nunca abandonó la región de
Israel, Pablo sí; además, expandió su predicación judía en medio de una ciudad llena
mucho comercio e intercambios comerciales: Tarso, la actual Turquía. Jesús nunca
entró en ciudades griegas o paganas, es decir, el judaísmo de Jesús era de corte
ortodoxo, no le interesaban los gentiles, solamente los judíos. En Pablo,
encontramos un judaísmo salido en el contexto religioso-político de Diáspora y, en
tanto que judío de la diáspora, se dirige a los paganos como sus vecinos, en Jesús
esta actitud es desconocida, pues él veía a los paganos como integrantes de las tropas
de imperio romano y por tanto irrelevante.

Ahora bien, las características más esenciales del judaísmo de Pablo deben
verse a la luz del siguiente hecho: Pablo quedó vinculado desde su nacimiento en las
ciudades paganas (por ejemplo, Tarso) y, sólo en este sentido, se entiende a
cabalidad el deseo de Pablo por alcanzar un público más allá de Israel. Esto significa
que, por un lado, el judaísmo, en la visión paulina, no se circunscribía a un judaísmo
nacional, sino a un judaísmo mesiánico universal. De manera que Pablo se
caracteriza por un pensamiento que considera ideológicamente el ingreso de los
gentiles al judaísmo y el elemento de la superioridad del judío genealógico sobre
aquel judío “adoptado” en cierta medida. En este sentido, resalta una característica
peculiar en Pablo: él creó desde la teología judía todos los puntos de unión posible
entre los gentiles y judíos, para justifica teológicamente, el ingreso de éstos y para
que los judíos genealógicos no se sintiesen desvalorizados por el ingreso de los
gentiles.

Pablo ha sido leído desde una lectura cristiana durante muchos años. Sin
embargo, este mismo hecho terminó por tergiversar el judaísmo de Pablo convertido
ahora en auténtico pensamiento cristiano. Pablo no debe ser leído ni interpretado
desde categorías teológicas cristianas, pues su discurso, lejos de pensar en una nueva
forma de religión, pretende reivindicar, dar vida de nuevo al judaísmo y su concepto
de ley. Por el contrario, es necesario construir categorías teológicas desde el
judaísmo de Pablo, pero jamás alejado de éste. Por ello, aunque existieran diferentes
imágenes o concepciones de Pablo en la Iglesia primitiva, su retrato biográfico
pintado por los antiguos intérpretes en las cartas paulina, fue el que finalmente llegó
a dominar la conciencia colectiva del cristianismo.

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