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JUEVES, 27 ABRIL 2006

ANA JIMÉNEZ

“La confesión católica


es un invento genial”
Tengo 82 años, pero hace 50 que visto la misma talla de pantalones.
Nací en Suecia: me enternece ver a los papás empujando cochecitos de
bebé en el parque mientras las mamás trabajan. En Suecia yo era un
socialdemócrata esperanzado; en EE.UU. soy un ciudadano enfadado
más. La culpa sólo tiene sentido si nos obliga a intentarlo otra vez

PREMIO NOBEL DE MEDICINA; NEURÓLOGO Y PSIQUIATRA TORSTEN WIESEL

ENTRE TODOS
o me crié en un manicomio. Mi da sobre él. Me propuse abrir la caja negra Wiesel fue presidente de la tu visión del mundo. En ese sentido le habla-

Y padre era psiquiatra y mi her-


mano padecía esquizofrenia y
estaba internado. Toda la fami-
lia vivíamos en aquel hospital.
–¿El ambiente no le afectaba siendo niño?
–Al contrario. Recuerdo horas felices ju-
gando al fútbol con los enfermos mentales y
del ser humano o por lo menos intentarlo.
–¿Cómo?
–Teníamos el maravilloso trabajo pionero
de Ramón y Cajal, el padre de la neurología.
Debíamos profundizar en él. Empezamos a
trabajar en equipo y al poco tiempo recibí
una oferta de la Universidad John Hopkins
Universidad Rockefeller, donde
fundó la primera ‘ciudad de la
ciencia’ e instituyó la
investigación colectiva: los
ba de mi viaje a América. Me obligó a reha-
cer mis esquemas mentales y en el proceso
aprendí muchísimo. Por eso, el sufrimiento
o las conmociones personales también son
una forma de aprendizaje y crecimiento per-
sonal. A veces hay que fracasar para crecer.
–Lo que no logra destruirte te fortalece.
también compartiendo muchos buenos mo- para investigar en EE.UU. investigadores compartían sus –Al menos mentalmente, sí. Tras la John
mentos en juegos de mesa y cantando. Tenía –Buen empujón. Hopkins, nos hicieron una oferta de Har-
allí muchos amigos y me querían. –Pero no sólo por la oportunidad académi- hallazgos explicándolos en vard y allí intensificamos el trabajo de inves-
–Fue lógico que se hiciera psiquiatra. ca. En cierto modo, tuve que volver a reha- detalle tanto al presidente como tigación que premiarían con el Nobel.
–Entonces, la verdad, yo no era un buen cer todas mis conexiones cerebrales. Fue un –¿En qué consiste?
estudiante. Lo único que puedo citar con or- enorme shock cultural y todo mi cerebro se al conserje o los de la limpieza. –Nos lo dieron por nuestros descubrimien-
gullo académico de aquella etapa de mi vida adaptó con esfuerzo a los nuevos valores. tos en el proceso de información en el siste-
fue que conseguí dirigir el equipo de atletis- –¿Y ese shock fue bueno? Paseo con Wiesel por ma visual. Avanzamos en describir la espe-
mo de mi instituto. –Fue necesario. Cuando nacemos, el cere- CosmoCaixa esquivando cialización de las funciones cerebrales.
–Ya es algo, doctor. bro es como una enorme página en blanco en –Enhorabuena.
–Pero a los 17 años empecé a leer libros de la que puedes escribir con tinta indeleble. La bandadas de chavalines que –No me la dé. El cerebro todavía es el jar-
investigación y me interesé por la ciencia. experimentación demuestra que, entre los dín del Edén para los investigadores. Está to-
–¿Por qué? seis meses y el año, nuestra capacidad para trinan por los pasillos su do por hacer: todavía no sabemos ni cómo
–Me interesaba el reto de descubrir. La psi- aprehender fonemas es sorprendente... excitación tras escrutar el aprendemos, ni cómo olvidamos ni cómo re-
quiatría, además de una tradición familiar, –¿Fonemas? cordamos. Desconocemos los mecanismos
se convirtió así en una intensa vocación. Re- –¡¡¡Ba, be, bi, bu, bu, bu!!! interior de sus cerebritos en que desencadenan las enfermedades menta-
cuerde que entonces no teníamos antidepre- –El balbuceo de los bebés. les. Y tampoco sabemos nada sobre los meca-
sivos y que la esquizofrenia de mi hermano –En realidad, los bebés están experimen-
Paisajes Neuronales. Han nismos mentales del odio y del amor.
tampoco tenía medicación. Yo presenciaba tando así con los sonidos. A los dos añitos ya contemplado las neuronas –¿Se imagina poder trasplantar las neuro-
abismos de sufrimiento. pueden empezar a hablar, pero por eso mis- nas del amor al hemisferio del odio?
–¿Ha cambiado mucho el panorama? mo han perdido esa capacidad de aprender dibujadas con primor por Cajal –Todo es imaginable porque todo está por
–Ni la depresión, ni la esquizofrenia ni el inicial. Y es que la página de sus mentes co- hacer en la ciencia del cerebro.
y otras ultramodernas. Me
alzheimer tienen todavía cura, pero sí pue- mienza a estar escrita poco a poco. Van –¿Tiene usted algún consejito de higiene
den ser tratados con paliativos que marcan aprendiendo una lengua, pero ya no son capa- acerco a uno y le digo: “Este mental?
una gran diferencia. Comencé a investigar ces de interpretar todos los fonemas. A medi- –A menudo la gran diferencia en nuestras
mientras me convertía primero en médico y da que aprendan su propia lengua, les será señor es un premio Nobel”. Le vidas la marca el modo en que nos tratamos
después en psiquiatra. Dediqué mi primer más difícil aprender otras. mira un poco asustado. Wiesel, a nosotros mismos.
año a estudiar la esquizofrenia, pero vi que –Aquí nos jubilamos aprendiendo inglés. –¿En qué sentido?
aquello no era suficiente. –Yo creo que con el resto de conocimien- divertido, le hace una mueca –Creo que demasiadas veces somos dema-
–¿Por qué? tos de la vida sucede lo mismo que con el len- siado severos juzgándonos. Cuando fracase
–Toda mi vida había visto a mi padre ro- guaje. A medida que afianzas tus conoci- cómplice. La Rockefeller y su admítalo en seguida, pero dese en seguida
dear las enfermedades mentales y sus causas mientos, te resulta más difícil aprender investigación colectiva han también otra oportunidad. En ese sentido,
sin entrar nunca en la caja negra... otros. El cerebro se va especializando. sin entrar a juzgar su trascendencia espiri-
–¿La caja negra? –Pero se puede aprender toda la vida. atraído ya a 22 premios Nobel. tual, la confesión católica es un invento ge-
–¡El cerebro! Todas las respuestas tenían –¡Por supuesto! Pero entonces se requiere nial: un gran instrumento de higiene mental.
que estar allí y sin embargo no sabíamos na- un cierto shock que te obligue a replantearte LLUÍS AMIGUET
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