La Consulta Popular es un mecanismo de participación ciudadana a través del que
los administrados acuden a decidir, directamente, en asuntos que los afecten; decisiones, además, obligatorias para la Administración. Que por su naturaleza se convierte en un instrumento idóneo de democracia participativa, que permite a los individuos influir en las decisiones más allá del sufragio convencional.
El medio ambiente y el territorio son elementos indispensables en la
configuración la sociedad, de allí que, la relación territorio-individuo se vuelva indispensable para su desarrollo, por lo que la Constitución Política desde el artículo 311 instaurara al municipio como entidad fundamental del Estado, facultando a la entidad territorial a ordenar el desarrollo del territorio y a fomentar la participación comunitaria.
La proliferación de la actividad minera que per se afecta, claramente, no solo
al ambiente sino, también, a los grupos poblacionales es, en la actualidad, un tema controversial; pues, ante todo, es evidente la incidencia fundamental que tiene en el desarrollo del territorio y de las comunidades. En esa perspectiva, la consulta popular, como se mencionó, se encuentra consagrada desde las disposiciones constitucionales, pero, además, la legislación llegó a contemplar el mecanismo como la forma de garantizar la participación efectiva de los ciudadanos en la configuración del territorio que habitan.
Así, consagraba el artículo 33 de la Ley 136 de 1994 que cuando el desarrollo
de un proyecto minero amenazara con implicar un cambio significativo el uso del suelo, se debería promover por parte de los municipios una consulta popular que reflejara la voluntad de los ciudadanos. Sin embargo, la sentencia C-053 de 2019 declaró inexequible el artículo citado.
la jurisprudencia constitucional, hasta la sentencia SU-095 de 2018,
sostuvo reiteradamente que las autoridades locales y nacionales tienen competencias concurrentes en asuntos minero-energéticos, por lo que, necesariamente deben armonizar el ejercicio de sus funciones. De igual forma, que si no se logra una concertación entre ambas autoridades administrativas, sería la competencia del municipio la que primaria, atendiendo al principio de subsidiariedad, pues son la entidad más cercana a los administrados.
En esa línea, también se reconocía a la consulta popular como ejercicio de
la participación ciudadana, y que, el municipio, según el Consejo de Estado, no debía llegar, necesariamente, a una concertación con la nación para realizar las consultas en el tema minero-energético. Pues de lo contrario, se estaría violentando no solo el principio de autonomía territorial, sino, además, los mecanismos de participación ciudadana que previó el constituyente para el fortalecimiento de la democracia participativa.
Aunque en principio la jurisprudencia marcó una postura que favorecía la
realización de consultas populares en los procesos mencionados, la sentencia SU- 095, modificó notablemente las perspectivas ya expuestas. De forma que, indica el tribunal que este no es el mecanismo idóneo para aplicar los principios de coordinación y concurrencia entre la nación y el territorio; tampoco, se puede utilizar para definir si en un territorio actividades de explotación o exploración del subsuelo o los recursos naturales, esgrimiendo, fundamentalmente, razones competenciales administrativas.
También destaca la Corporación que la consulta es un instrumento
focalizado y limitado que no permite que se den discusiones «amplias, sistemáticas e integrales» de una metería que, por si misma, es ya compleja. También destaca que las entidades, al otorgar un título minero, han fortalecido espacios de participación y socialización en las etapas contractuales y pre-contractuales, que si bien sirven de insumo no son incidentes para la decisión.
En ese orden de ideas, es menester reflexionar acerca de la incidencia de la
decisión de unificación en la calidad de la democracia participativa que se plantea desde la Constitución. Pues la decisión impide que aquellos a los que la concesión minera afectará directa e incisivamente participen de forma efectiva en las decisiones a tomar.
Si bien la Corporación no excluye directamente la participación como
derecho de los administrados y como columna vertebral de la democracia constitucional, si modifica de forma constatable y fundamental la perspectiva de participación desarrollada por los municipios y los colectivos ciudadanos en razón de los procesos de concesión minera, además, de cambiar diferentes puntos en cuanto a la autonomía territorial, impidiendo al municipio la decisión sobre se territorio.
Pues hasta la fecha, las comunidades fueron ciertamente activas en la toma
de estas decisiones, efectivizando, a través de las consultas populares, el derecho de incidir directamente, no solo como un insumo, sino como un factor que definitivo en las concesiones; pero la decisión judicial parece querer limitar las participaciones ciudadanas a procesos de dialogo y socialización, que si bien se reconocen como esenciales en el proceso de formación de la democracia como genero y de la participación como especie, no se agota allí, sino que el principio democrático hace que la intervención y contribución ciudadana trascienda a estas cuestiones.
En ese sentido, es necesario que analizar si con esto se cercena
definitivamente las herramientas de participación ciudadanas, en un tema de trascendental importancia como es la minería, o si el cierre del mecanismo para hacer consultas previas y prohibir directamente la minería, como se llevó a cabo en Cabrera (Cundinamarca), Piedras (Tolima), Cajamarca (Tolima), Sucre (Santander), entre otras; es la invitación a nuevos mecanismos innovadores que, en todo caso, garanticen la participación de las comunidades.
También, invita reflexionar acerca de la participación exigida para el
otorgamiento de licencias ambientales exigido en la ley, concretizando la dimensión de ella, y evitando que se reduzca a simples procesos de socialización, sino que en virtud del principio democrático, permita a las comunidades decidir y no vulnere, además, derechos de participación, de minorías y ambientales.