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TALLER 5

EL CANON DE LA BIBLIA

1. Defina con sus palabras lo que es canonicidad de los libros de la biblia

Canonicidad se entiende, pues, el reconocimiento y la aceptación oficial por


parte de la Iglesia del carácter inspirado de un libro o de una serie de libros.
Pero también se dice cuando se reconoce la vida en santidad de un
personaje, una lista, una norma.

2. ¿usted cree que es necesario el canon de la biblia, por qué?

Es esencial tener un canon de las Escrituras para saber que es palabra de


Dios y que no es, y para librar a la iglesia del peligro de cualquier
manipulación por parte de aquellos que se levantan con la pretensión de
que son portadores de nueva revelación de parte de Dios, de falsos
profetas, para buscar los orígenes, las fuentes, y no quedarnos con solo
opiniones de otros.
El sistema hebreo de sacrificios concluyó con la destrucción de Jerusalén y
del templo en el año 70 d.C. Los hebreos fueron esparcidos y se vieron en
la necesidad de determinar que libros constituían la Palabra de Dios, a
causa de la existencia de muchos escritos extra escriturales y de la
descentralización. Los judíos llegaron a ser un pueblo de un Libro, y fue
este libro el que los mantuvo unidos. Por otro lado el cristianismo comenzó
a florecer y muchos escritos empezaron a aparecer. Así que por esta otra
razón los judíos necesitaban urgentemente poner a estos en evidencia y
excluirlos de entre sus escritos y de su uso de las sinagogas.

3. Transcriba numerales 105 y 120 del catecismo

II Inspiración y verdad de la Sagrada Escritura

105 Dios es el autor de la Sagrada Escritura. «Las verdades reveladas por Dios,
que se contienen y manifiestan en la Sagrada Escritura, se consignaron por
inspiración del Espíritu Santo».

«La santa madre Iglesia, según la fe de los Apóstoles, reconoce que todos los
libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, con todas sus partes, son sagrados y
canónicos, en cuanto que, escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios
como autor, y como tales han sido confiados a la Iglesia« (DV 11).

IV El canon de las Escrituras

120 La Tradición apostólica hizo discernir a la Iglesia qué escritos constituyen la


lista de los Libros Santos (cf. DV 8,3). Esta lista integral es llamada «canon» de las
Escrituras. Comprende para el Antiguo Testamento 46 escritos (45 si se
cuentan Jr y Lm como uno solo), y 27 para el Nuevo (cf. Decretum Damasi: DS
179; Concilio de Florencia, año 1442: ibíd.,1334-1336; Concilio de Trento: ibíd.,
1501-1504):

Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio, Josué, Jueces, Rut, los dos
libros de Samuel, los dos libros de los Reyes, los dos libros de las Crónicas,
Esdras y Nehemías, Tobías, Judit, Ester, los dos libros de los Macabeos, Job, los
Salmos, los Proverbios, el Eclesiastés, el Cantar de los Cantares, la Sabiduría, el
Eclesiástico, Isaías, Jeremías, las Lamentaciones, Baruc, Ezequiel, Daniel, Oseas,
Joel, Amós, Abdías, Jonás Miqueas, Nahúm , Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías,
Malaquías para el Antiguo Testamento;

Los Evangelios de Mateo, de Marcos, de Lucas y de Juan, los Hechos de los


Apóstoles, las cartas de Pablo a los Romanos, la primera y segunda a los
Corintios, a los Gálatas, a los Efesios, a los Filipenses, a los Colosenses, la
primera y la segunda a los Tesalonicenses, la primera y la segunda a Timoteo, a
Tito, a Filemón, la carta a los Hebreos, la carta de Santiago, la primera y la
segunda de Pedro, las tres cartas de Juan, la carta de Judas y el Apocalipsis para
el Nuevo Testamento.

4. Explique los criterios para admitir un libro en el canon de la biblia

El primero era la conformidad del contenido de un pretendido escrito sagrado con


lo que se llamaba la regla de la fe, o canon de la fe, es decir, la congruencia
teológica del contenido de un escrito con pretensiones de «santo» con lo que la
tradición del común de los grupos cristianos consideraba como «normativo» o
comúnmente aceptado por la inmensa mayoría de las iglesias.

El segundo criterio fue el de la apostolicidad, es decir, si el escrito provenía directa


o indirectamente de los apóstoles.
El tercero consistía en la aceptación común y el uso continuo de tal o cual escrito
en las iglesias, sobre todo su uso como lectura sagrada en las asambleas
litúrgicas.

Estos tres criterios se fueron afianzando durante el siglo II y han continuado como
tales hasta hoy, sin ser contestados. La aplicación concreta de ellos dependió de
eventos puramente históricos, por ejemplo, la influencia de los escritos de algún
obispo determinado que recomendaba tales o cuales libros.

5. ¿qué son los libros apócrifos y cuál es su valor?

Se designa con el nombre de libros apócrifos a una colección de escritos


cuya autenticidad o validez doctrinal se encuentra bajo una duda razonable,
por lo que no se les incluye entre el canon de los libros aceptados de la
Biblia. Tienen valor histórico más que doctrinal y se les puede usar en
algunas comparativas o determinaciones, pero sin dejar de tomar en cuenta
las dudas sobre su validez. Todos los libros deuterocanónicos del Antiguo
Testamento se incluyen en esta colección, así como varios libros surgidos
en los primeros siglos de la era cristiana.

La palabra “apócrifo” es una palabra griega que significa “oculto” o


“secreto”. Se ha generado mucha confusión en torno a lo que significa el
término “libros apócrifos”. Un libro “apócrifo” es aquel del que se duda que
haya sido escrito por quien dice haber sido escrito, en el tiempo en que dice
haber sido escrito o hasta en el lugar en que dice haber sido escrito. Si
tienes dudas sobre su veracidad en cuanto al autor, el tiempo y el lugar
puede que tengas dudas también sobre la veracidad de su contenido.
Mientras no se despejan esas dudas se le considera apócrifo y, por tanto,
no se le considera como un libro inspirado ni se le incluye en el cánon de
libros sagrados y aceptados por la Iglesia.
6. ¿Pueden existir otros libros de la biblia que no conozca la Iglesia? Explique

El canon ya está, lógicamente hay otros libros que por los criterios que la
iglesia mantiene no fueron aceptados, reconocidos como inspiración. Son
libros importantes desde la historia pero no como norma teológica.

7. ¿qué son y cuáles son los libros deuterocanónicos?

Contrariamente a lo que sostienen muchos protestantes fundamentalistas, la


Iglesia Católica no agregó ningún libro al Antiguo Testamento. Antes de Cristo
hubo dos versiones del canon del Antiguo Testamento: una corta (la de los judíos
palestinenses) y una larga (la de los judíos alejandrinos y helenistas). La versión
larga incluía siete libros más que la corta: Tobías, Judit, Baruc, Eclesiástico,
Sabiduría, 1 Macabeos y 2 Macabeos. También incluía algunas adiciones a los
libros de Ester y Daniel. Hay indicios de que los judíos palestinenses también
apreciaban y usaban esos libros, aunque no los admitían como canónicos.
Después de Cristo los judíos, al cabo de un cierto proceso, abandonaron el canon
alejandrino y mantuvieron sólo el canon palestinense, el mismo de la Biblia hebrea
actual. Sin embargo, la Iglesia primitiva utilizó sobre todo la “Biblia de los LXX”, la
más antigua versión del Antiguo Testamento en griego (compuesta en Alejandría
en los siglos III, II y I antes de Cristo), que incluía los siete libros enumerados.

Durante siglos hubo algunas discusiones dentro de la Iglesia Católica sobre la


autenticidad de esos siete libros, que a partir de cierto momento fueron llamados
“deuterocanónicos”, para distinguirlos de los demás libros de la Biblia, llamados
“protocanónicos”. Por ejemplo, San Agustín se pronunció a favor de la canonicidad
de los deuterocanónicos, mientras que San Jerónimo mantuvo una actitud
reticente y algo contradictoria hacia ellos. Aunque ya en torno al año 400 varios
documentos papales y sínodos se habían pronunciado a favor de la canonicidad
de los deuterocanónicos, las discusiones prosiguieron (en parte debido a la
opinión de San Jerónimo), a pesar de lo cual a lo largo de los siglos una mayoría
cada vez más grande de los cristianos los consideró como canónicos. Finalmente,
la cuestión fue resuelta de un modo explícito y autorizado, a favor de la
canonicidad, en los Concilios Ecuménicos de Florencia (1442) y de Trento (1546).

Referencias

http://www.infocatolica.com/blog/razones.php/1005201216-los-libros-deuterocanonicos-d

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