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¿Qué es el Baño en Cama?

El Baño en Cama es una técnica de Enfermería (ciencia o arte de cuidar), bastante


sencilla, que se realiza en hospitales y centros geriátricos a la hora de practicar el aseo total
a una persona, que por su estado de salud, no puede abandonar la cama.

Aunque la profesión de Enfermería, ya sean Diplomadas o Auxiliares, es la encargada de


cuidar a los enfermos en hospitales y centros geriátricos, a la hora de realizar el baño en
cama, con frecuencia la persona que ha caído enferma, prefiere que sea alguien más
allegado (su mujer, su hijo o hija) quien le ayude a asearse. También es posible que nos
veamos en la necesidad de cuidar en casa con nuestros propios recursos, a un familiar
anciano. Para colaborar de alguna manera en estas difíciles situaciones es para lo que he
diseñado esta página, intentando describir esta técnica para conocimiento de todo aquél
que pueda necesitarla.

A modo de anticipo os diré que la técnica consiste básicamente en ir enjabonando,


enjuagando y secando a la persona encamada por partes para no enfriarla demasiado,
protegiendo simultáneamente la cama para no mojarla y cambiarle finalmente la ropa
usada de la cama por otra limpia, todo esto sin tener que levantarlo y en aproximadamente
15 minutos. ¡ES FACIL, SIGUE LEYENDO!

¿Para qué sirve?


El aseo corporal es una necesidad básica del ser humano. Son evidentes las ventajas
físiscas, psíquicas e incluso sociales que conlleva el estar aseado. Ya sea cuando nos
damos un baño relajante o una ducha estimulante, la hora del aseo es un momento de
intimidad muy gratificante sobre todo para nuestra piel.
En el caso de una persona encamada, privada de la posibilidad de movimiento, a los
beneficios propios de la higiene, se le añade la necesidad de procurarle un poco de
comodidad, de inducirle al sueño, de proporcionarle buen olor , de activar su circulación, de
mantener cuidada su piel y sobre todo para prevenir las úlceras por decúbito. Las úlceras
por decúbito representan uno de los mayores peligros para una persona que debe
permanecer encamada por un largo período de tiempo. Consiste en heridas ulcerosas
difíciles de curar, que aparecen en zonas de presión o roces. Son favorecidas por la
humedad y la mala circulación. La práctica de una baño en cama diario, permite disminuir
el riesgo de padecerlas y supone una oportunidad inmejorable de observar con detenimiento
el estado de la piel de la persona encamada que estamos cuidando.

¿Quién debe aprender a realizar el baño en


cama?
Cualquier persona que se vea en la necesidad de cuidar a un anciano o bien a un enfermo
limitado en sus movimientos podrá apreciar las ventajas de esta sencilla técnica que facilita
en gran medida el aseo corporal. Esta técnica, correctamente aplicada, supone reducción del
esfuerzo por parte del cuidador y garantiza el mantenimiento y buen estado de la piel de la
persona cuidada.

El baño en cama puede realizarlo una sóla persona, tal y como se describe en este
documento, pero resulta mucho más cómodo, rápido y eficaz con dos personas situadas a
ambos lados de la cama que se vayan alternando las tareas.

¿Cuándo realizarlo?
Es conveniente realizar el baño en cama todas las mañanas, antes del desayuno, o bién
todas las noches antes de disponerse a dormir. También será necesario realizarlo cada vez
que la persona cuidada o bien la cama, se manche o se moje. En momentos de nerviosismo
e intranquilidad, esta técnica puede proporcionar cierta relajación y bienestar a la persona
encamada.

¿Con qué materiales debemos contar?


 Una toalla grande.
 Dos toallas medianas.
 Dos manoplas o esponjillas.
 Jabón líquido.
 Dos palanganas con agua caliente.
 Gasas y torundas.
 Peine.
 Cepillo de uñas.
 Ropa limpia de la persona cuidada.
 Ropa límpia de la cama y salvacamas.

¿Cómo hacerlo?
1. Preparar todo lo necesario, poniéndolo a mano y ordenando la ropa de la cama en el
orden en el que se va a usar.
2. Pedir la colaboración de la persona que estamos cuidando.
3. Comprobar que la temperatura de la habitación sea adecuada y haya intimidad.
4. Ofrecer a la persona cuidada la posibilidad de orinar antes del baño,
proporcionándole en su caso la cuña o el orinal.
5. Realizar el aseo de la boca si es necesario.
6. Retirar las ropas de la cama tapando a la persona cuidad con la toalla grande.
7. Retirar la almohada, si la persona soporta estar sin ella, si no dejarla puesta.
8. Situarse a un lado de la persona cuidada.
9. Quitar el camisón o pijama manteniendo la toalla grande sobre el cuerpo para no se
enfrie.
10. Llenar las palanganas de agua caliente. Echar en una de ellas el jabón líquido.
Introducir una esponja en cada palangana. Una será utilizada para enjabonar y la
otra para enjuagar; tendremos cuidado de no intercambiarlas.
11. En el momento en el que el agua de cualquier palangana esté sucia o la de enjuagar
se llene de jabon, la cambiaremos por agua limpia.
12. Poner una toalla pequeña cruzando el pecho y lavar la cara, el cuello y las orejas
con la esponja de enjuagar. es mejor no usar jabón en esta zona.
13. Secar muy bien cara, orejas y cuello con la otra toalla.
14. Levantar el brazo más cercano a nosotros y poner la toalla pequeña que estaba en el
pecho debajo de él. Esta toalla servirá para evitar humedecer la cama a lo largo del
baño en cama.
15. Sosteniendo el brazo por encima de la muñeca, lavar el hombro, la axila y el brazo;
enjabonando, enjuagando y secando.
16. Poner la palangana de jabón sobre la cama e introducir la mano de la persona
cuidada en ella. Enjabonar muy bien, haciendo hincapié en las uñas y entre los
dedos. Enjuagar y secar.
17. Realizar la misma maniobra con el otro brazo.
18. Descubrir la zona del pecho doblando por la mitad la toalla grande que cubría a la
persona cuidada, enjabonar y enjuagar esa zona. Secar muy bien, sobre todo debajo
de las mamas de la mujer.
19. Tapar el pecho y descubrir el abdomen doblando la toalla ahora sobre el pecho.
Enjabonar, enjuagar y secar con movimientos circulares para estimular los
movimientos intestinales, hacer hincapié en el ombligo.
20. Descubrir totalmente la pierna más cercana a nosotros y colocar la toalla protectora
debajo de ella. Enjabonar, enjuagar y secar muslo y pierna.
21. Colocar la palangana con jabón a los pies de la persona cuidada y si la persona
cuidada puede doblar la rodilla, introducirle el pie dentro para enjabonarlo. Hacer
hincapié en las uñas y entre los dedos. Enjabonar y secar muy bien. Si los pies o las
uñas de los pies de la persona están en muy mal estado, se recomienda hacer un
aseo especial de pies.
22. Repetir la operación completa con la otra pierna y con elotro pie.
23. Pedir a la persona cuidada que se vuelva sobre un lado de tal forma que nos muestre
la espalda. Ayudar a la persona si lo necesita en este movimiento y asegurarse de
que está estable y no se puede caer. También puede colocarse boca abajo si lo
desea.
24. Colocar la toalla protectora, sobre la cama, a lo largo de la espalda del paciente.
Enjabonar, enjuagar y secar la espalda y las nalgas utilizando movimientos largos y
circulares.
25. Realizar un masaje de espalda.
26. Volver de nuevo a la persona cuidada sobre su espalda y lavar la región genital. A
veces es necesario realizar un aseo especial de genitales pero la mayoría de las
veces bastará con enjabonar, enjuagar y secar muy bien las ingles y la zona genital
externa.
27. Terminado el aseo, vestir a la persona cuidada y hacer la cama de limpio con la
técnica de la cama ocupada.
28. Peinar el pelo, echar colonia. Si es necesario realizar el aseo del cabello.
29. Colocar la almohada y poner a la persona cuidada en una posición cómoda.

¡Ten cuidado con...!


 Cambiar el agua cada vez que se ensucie, se enfrie o se llene de jabón.
 Secar muy bién las zonas entre los dedos de manos y pies, el ombligo, las axilas, los
pliegues mamarios de la mujer, las ingles y el debajo del escroto de los hombres.
 Si la persona cuidada puede colaborar, potencia en la medida de lo posible que ella
se lave las zonas más personales como son la cara y los genitales.
 Procura que el baño no dure más de quince minutos.
 Oberva cuidadosamentela piel de la persona cuidad en busca de signos de úlceras
por decúbito.
 Aprovecha este momento de intimidad para dialogar con la persona que estás
cuidando, interesándote por sus preocupaciones y por su estado emocional.

Tipos de baño en cama:

Baño en regadera o ducha


 Baño de tina o bañera
 Baño de esponja
 Baño en cama

Cambios posturales y posiciones básicas


Como realizar cambios posturales y conocimiento de posturas funcionales

Introducción

Los cambios posturales en pacientes encamados, generalmente ancianos, son muy


importanes a la hora de proporcionarles confort y de prevenir la aparición de úlceras por
presión. Los cambios posturales los puede ejecutar cualquier persona que haya aprendido a
manejarlos. En el ámbito hospitalario, son los celadores los que los practican, aunque es
una labor compartida por todos los sanitarios. Esto se ve mejor a la hora del aseo de un
paciente encamado o de curar una úlcera por presión o herida, ya que participan enfermería,
auxiliar y celador.

Cuando un paciente encamado llega a la unidad de hospitalización, la enfermera, en la


valoración inicial que hace al paciente, incluirá la necesidad de cambios posturales y la
frecuencia de éstos. Generalmente esta información se coloca en el cabecero de la cama del
paciente, para que el celador, cuando vaya a moverlo, sepa si es conveniente hacerlo o no.
Cambios posturales en cama

Si el paciente fuera colaborador, puede hacerlo una sola persona, pero generalmente se hace
entre dos. Pondremos la cama horizontal (sin ángulo de elevación) y nos ayudaremos de
una entremetida (sábana doblada en su largo a la mitad), que colocaremos debajo del
paciente, cubriendo desde los hombros hasta los muslos.

 Si el paciente está en decúbito supino y queremos dejarlo en decúbito lateral, nos


situaremos a ambos lados de la cama, le doblaremos con suavidad la rodilla más distal del
lado al que vamos a girarlo, con una mano le cogeremos la rodilla elevada y con la otra el
hombro del mismo lado, tiraremos hacia nosotros, mientras el compañero que está al otro
lado tirará de la entremetida hacia él. Para que mantenga la postura podemos ponerle una
almohada de apoyo en la espalda.

 Si el paciente está en decúbito lateral y lo queremos dejar en decúbito supino, cada uno se
situará a un lado de la cama y mientras uno lo aguanta por el hombro y la rodilla, el otro
retira la almohada y suavemente lo dejamos caer hasta dejarlo en la postura deseada.

Para subir un paciente que, por su postura, se ha escurrido hacia abajo, también le
pondremos la cama horizontal. Si estuviese de lado, lo colocaríamos en decúbito supino.
Después, cada uno se situará a un lado de la cama, retiraremos la almohada del cuello y
subiremos al paciente tirando de la entremetida hacia arriba. Finalmente, le volveremos a
colocar la almohada y colocaremos la cama en el ángulo prescrito.

Los cambios posturales suelen realizarse cada 4 o 6 horas.

De la cama al sillón

Cuando, por prescripción médica o de enfermería, se indique que se debe sentar a un


paciente, lo primero que tenemos que saber es si podrá o no colaborar.

 Si el paciente colabora, esta técnica podrá ser realizada por una sola persona. Primero
pondremos el sillón al lado de la cama por donde lo vamos a bajar. Lo ayudaremos a
sentarse en la cama con las piernas por fuera, lo pondremos de pie y cogiéndolo por los
hombros lo giraremos y sentaremos en el sillón. Cuando lo vayamos a acostar, situaremos
el sillón junto a la cama, lo ayudaremos a ponerse de pie y lo giraremos haciendo que se
siente en la cama. Después, lo tumbaremos y le subiremos las piernas.
 Si el paciente no colaborara, esta técnica se hará entre dos personas, salvo que haya una
cualificada para hacerlo sola. En el caso de que sean dos, lo realizarán de la misma
manera: mientras uno lo aguanta de pie y lo gira, el otro empuja el sillón o silla de ruedas
para facilitar el asiento. Cuando lo acostemos, uno lo sentará en la cama mientras el otro
le sube las piernas. A continuación, entre los dos lo subirán a la altura adecuada y pondrán
el ángulo correcto según prescripción.
Posiciones básicas

Se llaman así a las diferente posturas que el paciente puede adoptar en la cama, camilla,
sillón, mesa de exploraciones, mesa de quirófano, etc, que son de interés para el manejo del
paciente, por parte del personal sanitario.

Son las siguientes:

Decúbito supino

Acostado sobre su espalda, con los brazos y las piernas extendidas, las rodillas algo
flexionadas.

Decúbito lateral

Acostado de lado, con la cabeza apoyada sobre la almohada y el brazo inferior flexionado a
la altura del codo y paralelo a la cabeza. El brazo superior está flexionado y apoyado sobre
el cuerpo. La pierna inferior se halla con la rodilla ligeramente doblada y la pierna superior,
flexionada a la altura de la cadera y de la rodilla. Los pies se sitúan en ángulo recto para
evitar la flexión plantar. Esta postura puede ser lateral izquierda o derecha.

Decúbito prono

Acostado sobre su abdomen, con la cabeza girada hacia uno de los lados y los brazos
flexionados a ambos lados de la cabeza.

Fowler o semi-fowler

La cabecera de la cama esta elevada hasta formar un angulo de 45º. El paciente esta
acostado con las rodillas flexionadas y los pies descansando sobre el plano horizontal de la
cama.

Tredelemburg y tredelemburg invertida

Colocado en decúbito supino, los pies están elevados sobre el plano de la cabecera,
formando un ángulo de 45º. En la invertida el paciente se encuentra en decúbito supino,
pero la cabeza y el tronco se encuentran en un plano superior al de las piernas formando un
ángulo de 45º.

Litotomía o ginecológica

En decúbito supino, con las rodillas separadas y flexionadas. Los muslos estarán también
flexionados sobre la pelvis. Las piernas deben colocarse sobre unos estribos que tienen las
camillas ginecológicas.
Genupectoral

Rodillas sobre el plano de la cama o camilla, con la cabeza ladeada y apoyada sobre la
cama o camilla, los antebrazos flexionados y las manos situadas delante de la cabeza, una
encima de la otra.

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