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MINERVA

EL REVISOR GENERAL:

OBRA PERIÓDICA

POR D. PEDRO MARÍA DE OLIVE.

MISCELÁNEA CRÍTICA. TOMO XIL

JULIO DE 1818.

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MADRID
POR IBARRA, IMPRESOR DE CÁMARA DE S. M.
CON FKIVUECIO KlvAU
MINERVA.

TRIMESTRE QUINTO.

J U L I O DE 1818.

MISCELÁNEA CRÍTICA^^WJ

POESÍA.

JE/ Godo/redo ó la Jenisalén Restaurada, poema


épico dül señor Torquato Taso. Traducido del ita-
liano d verso castellano por Don Melchor de Sas:
£arcelona : en la imprenta de Tomas
Gorchs. Dos tomos en 8?

i \ l i t e s de hablar de la traducción de esta obra,


trataremos del mérito del original y diremos algo
del autor.
Dos sugetos no menos excelentes poetas que
profundos críticos; francés el uno é italiano el
otro, nos presentarán en pocas palabras un elogio
tan superior del poema, qual no nos lisongeana-
mos poderlo hacer.
Metastasio , uno de los mas sublimes y ar-
moniosos poetas de Italia, dice así. "Presenta es-
te poema como en un solo quadro el espectáculo
de una acción única y grandiosa, expuesta con
claridad , dirigida con sumo artificio y perfecta-
mente desempeñada en todas sus partes: los di-
versos sucesos que la componen, la enriquecen
l:
4 Pofsi'a.
sin jamás ofuscarla. El embeleso de un estilo siem-
pre claro, sublime, brillante, que engrandece los
obgetos mas sencillos y comunes; el fuerte colo-
rido que el autor dá á sus descripciones y compa-
raciones; el ayre de verdad de sus narraciones; el
enlace de las ideas, la sana doctrina y el recto
modo de juzgar; y sobre todo la poderosa fuerza
del talento del Poeta, que en lugar de debilitarse
como muy á menudo sucede en composiciones de
mucha extensión, se sostiene y aun crece hasta el
fin: todo en este divino poema agrada, domina,
encanta é inspira la mas respetuosa admiración."
Y el autor francés añade. " E l tiempo que de-
bilita y destruye la fama de las obras medianas,
ha consolidado la del Taso. Actualmente se canta
la Jerusalén en Italia como en la Grecia se canta-
ban los poemas de Homero. Si en algunas cosas
parece que la Jerusalén imita á la Iliada , debe-
mos convenir que es una excelente imitación aque-
lla en que el poeta no es inferior á su modelo.
A veces el Taso ha pintado lo que Homero no ha
hecho mas que bosquejar. Ha perfeccionado el ar-
te de mezclar con perfección los colores, y de dis-
tinguir los diferentes géneros de virtudes, de vi-
cios y de pasiones, que en otros poemas parecen
ser siempre los mismos. Por lo tanto Godofredo es
prudente y moderado: el valor generoso de Tan-
credo se contrapone al furor de Argante: el amor
de Armida es á un mismo tiempo arrebatado y ca-
prichoso: y el de Erminia suave y delicado; has-
ta el hermitano Pedio contribuye á la belleza del
quadro, formando muy buen contraste con el má-
gico Ismeno, y ambos son segurameíne superio-
í€S á Calcas y á Taltibio."
El Godofredo. 5
" E n este poema el autor presenta los sucesos
con sumo arte; y con no menos acierto distribuye
el claro y obscuro. Traslada al lector de los peli-
gros é inquietudes de la guerra á los placeres del
amor, y de estos le vuelve á llevar á los comba-
tes; por grados vá excitando la sensibilidad, y de
libro en libro se remonta por decirlo así sobre su
propio ingenio. Su estilo es siempre claro y ele-
gante; y quando el asunto exige elevación, pas-
ma como una lengua tan suave y blanda qual lo
es la Italiana, adquiere en su pluma nuevo carác-
ter, presentándose con grande magestad y fuerza."
+ "Pero al mismo tiempo que manifestamos las
bellezas de este poema, no nos es posible ocultar
sás defectos. Sin hablar de los episodios mal traí-
dos, de los juegos de palabras, retruécanos y con-
ceptillos pueriles, tributo que el autor pagaba al
mal gusto de su siglo en esta parte, no nos es po-
sible disimular las ridiculas fábulas de que está lle-
no su poema. Aquellos hechiceros cristianos y
mahometanos , aquellos diablos que toman mil
extravagantes formas, aquellos príncipes conver-
tidos en peces; aquel maldito papagayo que canta
coplas que él mismo compone ; Reynaldo desti-
nado por la providencia á la sin igual fazaña de
derribar algunos árboles viejos en un bosque; este
bosque en el que consiste el maravilloso princi-
pal de todo el poema ; Tancredo, que se halla
allí con su Clorinda encerrada en un pino, y coa
Armida que se asoma por entre la corteza de un
mirto: el diablo que hace el papel de un necio
embaucador; todas estas invenciones son extra-
vagancias impropias en un poema épico. Por últi-
mo el autor dá sin razón alguna los nombres de
-6 Poesía.
Pluton y Alecto á los espíritus infernales, confun-
.diendo con las ideas cristianas las del paganismo."
D e qualquier modo que sea no podemos me-
nos de añadir que este poema es el mejor que han
producido las naciones modernas y que debe ocu-
par el primer lugar después de los de Homero y
Virgilio, en los que también los críticos notan
bastantes faltas, porque nada sale perfecto de ma-
nos del hombre.
Pero el mérito de tan excelente poema fué
desconocido al principio, y tardó bastante tiempo
en desvanecer las nubes con que le obscurecían la
ignorancia y mas aun la envidia : publicáronse
muchas críticas contra é l , y el Taso fué tenido
por un mal poetal La célebre Academia de la
Crusca le criticó en 1585 : otra Academia en
Francia , en tiempos posteriores , se deshonró
criticando un poema dramático digno del ma-
yor aprecio. Mas volviendo al Taso no pode-
mos menos de admirar que el mejor poema de
los modernos haya sido el parto feliz de un juve-
nil ingenio: el Taso lo empezó en edad de veinte '
y dos años, y tardó ocho en concluirlo; á la edad
de siete ya habia hecho versos, y á la de diez y
ocho publicado el poema de Reinaldo, que indica-
ba el grande ingenio que se manifestaría en la Je-
rusalén: verdaderamente esto es nacer poeta.
f-> La adversidad fué su escuela, dura por cier-
to, y no siempre útil. Apenas nacido ya se vio
proscripto con su padre y familia, y obligado por
salvar su vida á huir á la edad de ocho años de
su patria, que lo era Sorrento, en el reyno de
Ñapóles. También su padre fué poeta, y no ma-
jo i pero obscureció su gloria la sin igual de su hi-
El Godo/redo. 7
fo Toíquato; por lo que si tbdós alaban la Jerw
salé», pocos conocen el Amadis.
Dicen algunos que debemos el poema del Ga-
dofredo al Lüsiada del Camoens, que se publi-
có por aquellos tiempos, y el qual excitó en el,
Taso la noble emulación de aventajarle , y lo lo-
gró en efecto; bien que el. poema portugués tenga
excelentes trozos y un mérito no común , por lo
que el mismo Taso decia que el Camoens era su
¿nico rival; y este rival vivió pobre y desgracia-
do como él, y murió en un hospital. ¡Triste riva-
lidad y bien miserable gloria , que se concedo
quando no puede disfrutarse! En muerte triunfos,
en vida desgracias y persecuciones. Cervantes des-
preciado, desconocido por sus contemporáneos, en-
salzado con un extremo que peca casi en mania en
nuestros tiempos, j Tal es la suerte que los hombres
preparan á los que les ilustran! Su nombre les
agrada, admiran sus obras, les ofende su presencia.
No nos apartemos del Taso. Halló admirado-
res y protectores, sin lograr verdadera protección:
reñidas deben estar las musas con la fortuna, dio-
sa caprichosa al par que injusta , pues al que
aquellas alagan esta persigue.
Bien pronto consumió la pena al padre de
Torquato, quien murió en Roma retirado en el
convento de San Onofre , adonde le condugeron
desengaños del mundo. Halló amparo Torquato
en la casa de un cardenal: favor y desgracia
después en la familia de los duques de Ferrara,
de la ilustre casa de Este, á la que se proclama
protectora ilustrada de las buenas letras. El traduc-
tor del Godofredo, de quien hablaremos Inego,
dice, "que á esta elevación tan desproporcionada-
g Poesía,
i la meíquina suerte, que por lo general persigue
á los poetas, le había remontado una fuerza cen-
irífuga de su destino." Mas por fortuna en aque-
llos tiempos no se conocian aun fuerzas centrífw
gas ni centrípetas.
Quando el Taso hubo publicado su poema»
bien pudo decir como aquel héroe antiguo : "Bas-
tante he vivido para la dicha y para la gloria,"
pues que lo restante de su vida no fué mas que
una no interrumpida cadena de desgracias y humi-
llaciones. Sin patria, sin bienes, sin familia, perse-
guido por los enemigos que su mismo talento le
suscitaba; abandonado por los que él llamaba sus
amigos, siéndolo solo en tenerb inútil compasión»
padeció destierro. prisión, suma pobreza y aun
cruel hambre; y lo que debia acabar de hacer in-
sufribles tales desgracias, le acometió y oprimió
la vil cali\/nnia.
Tuvo que huir de Ferrara , donde le había
puesto preso el mismo duque á quien tanto alaba-
ba como á su favorecedor, y en cuya prisión las
ideas mas melancólicas comenzaron á trastornar su
cabeza. Disfrazado, cubierto de miserables andra-
jos, á pie , con la mayor miseria, pasó á Turín, á
Roma, por último á su patria, que casi no cono-
cía, siempre infeliz, siempre atormentado de pá-
nicos terrores, huyendo del peligro tal vez ima-
ginario y buscando el verdadero, pues que como
ya diximos estaba proscripto en Sorrento. Allí te-
nia una hsrmana , de la que esperaba algún auxi-
lio para poder subsistir; pero su fatal suerte le ar-
rastró de nuevo á Ferrara. Los trabajos del cami-»
í\o siempre á pie, y mas aun sus continuas y tris-
tes cavilaciones le hicieron caer gravemente en-
JEI Goiofre^o. 9
fermo en Roma, y se extendió por Italia la voz,
de que el autor de la Jerusalén habia perdido el
picio. Como uu loco llegó en efecto á Ferrara,
flaco, descarnado, amarillo, casi moribundo , sin
mas vida que en sus grandes y negros ojos; y
por loco le hubieron de tener en efecto el duque
y sus cortesanos, pues que le aprisionaron de
nuevo en un hospital, donde le tuvieron siete
años, y á fuerza de rigores y medicinas, le aca-
baron de trastornar la cabeza; porque á la locura
de los poetas, no se la pueden aplicar comunes cu-
ras, si es caso que admite alguna: libertad, hono-
res y la feliz medianía, que cantaba y disfrutaba
Horacio, son los muy eficaces remedios que pre-
caven ó curan el delirio de los hijos de Apolo;
mas no todos los que se llaman protectores de las
/ •ciencias son verdaderos Mecenas.
A los cuarenta y dos años de su edad, es de-
cir en io mas florido de ella, y quando el ingenio
podia dar aun opimos frutos, fué quando el Taso
pudo escapar de su cruel encierro, sin salud, y
casi sin seso. Pasó á Mantua, luego á Ñapóles,
logrado tardo indulto, y en fin á Florencia á don-
de le llamó con instancias su duque. Entonces los
académicos de la Crusca quisieron enmendar con
sus aplausos y obsequios la injusticia de sus ante-
riores críticas. Vencia su mérito, y enmudecía ra-
biosa la envidia. Presentábansele honores y bie-
nes ; pero quando su alma, cediendo á tantas
desgracias, era ya como insensible al bien y al
mal.
El Papa Clemente V I I I habia resuelto , en.
una congregación de cardenales, concederle la co-
rona de laurel y los honores del triunfo , ceremo-
,io Poesía.
nia que ahora nos pareceria extraña y atin á algtíi>
nos ridicula; pero que entonces era no menos ma*
gestiiosa que honorífica en Roma. El cardenal
Chiiitio Aldobrandino , sobrino del Papa , le es-
cribió dándole tan feliz nueva é instándole á que
viniese á Roma: y el poeta , sintiendo renacer su
noble orgullo, partió inmediatamente para la ca-
pital del Orbe , no obstante lo muy achacoso que
se hallaba. A una milla de la ciudad halló ya á
los dos sobrinos del Papa, sus favorecedores, que
hablan salido á recibirle con numeroso y lucido
acompanamient© de otros prelados y de gentes de
diferentes clases. Lleváronle luego á la audiencia
del Soberano Pontífice, quien le dixo: "Quiero
que honréis la corona de laurel, que hasta ahora
ha honrado á quantos la han obtenido." X»os misr
mos dos sobrinos del Papa tomaron á su cargo tor
dos los preparativos parala fiesta de la coronación,
que debía verificarse en el Capitolio: circunstanr
cía particular que los que ilustran al mundo con
sus obras triunfen en el mismo parage en que en
los antiguos tiempos triunfaban los que le trastor-
naban y destruian con sus conquistas. En tanto
crecía su mal y se desesperaba de su curación: y
como si la fortuna hubiese querido engañarle has-
la sus últimos instantes, murió la víspera del dia
destinado para su triunfo, el 16 de Abril de 1595
á los cincuenta y un años de su edad.
I Pero qual fué la principal causa de esta larga ca-
dena de desgracias, de \ina vida constantemente
amarga, infeliz y cruel ? Aquella misma, á la que
sin duda debemos el inmortal poema, honor de Itn-
lia, y uno de los mas preciosos títulos de gloria»;
que los modernos pueden oponer á los antiguos en.
JEI Godofredo. ri
,ta tan reiíida disputa sobre preferencia de ingenia
Ardiente imaginación, sensibilidad exaltada,
inconsiderado amor. La hermana misma de su fa-
.vorecedor, fué el superior obgeto de sus infunda-
dos y diré atrevidos amores; y si puede ser esto
muy poético, no lo hallo en verdad muy razona-
ble; porque si bien los poetas ciñen laureles en el
Parnaso, y familiarmente reciben los favores de
las divinas Musas, eso es allá en el mundo mito-
lógico, que en este terrenal y verdadero no les es
dado subirse tan á mayores, y sino tienen cien
quarteles en su escudo de armas, y cien buenos
mayorazgos que oponer á otros tales, deben limir
tar su amor á plebeya dama, permitiéndoseles so-
lo que siendo esta mediana, fea, ó bonita, pero
nunca princesa, ni cosa que en cien leguas se le
parezca, la conviertan en Diana, Filis, Amarilis
ú otras por igual estilo, y la doten y engalanen
de sin igual hermosura, de superiores gracias y
de inmensas riquezas como sea en muy buenos
versos que nos recreen y diviertan.
1 ero en fin todos estos males y desgracias pa-
ra ellos son, y para nosotros el placer, que es co-
mo su resultado , én la composición de sus admi-
rables obras. Viva Homero pobre y ciego, con
tal que nos dé la Iliada; gima Ovidio en el Pon-
to, entre feroces gentes, que con esto tendremos
.los Tristes y las Elegías; dé vueltas el esclavo
1 lauto á la piedra de un molino, qual miserable
bestia, y en tanto riamos alegremente con las fes-
tivas gracias de sus comedias. Me atreveré pues
a comparar tan sublimes ingenios con aquellos gu-
sanillos que de sus mismas entrañas sacan la pre-
ciosísima seda, que tanto contribuye á nuestras
12 Poesía.
comodidades y placeres, y con ella fabrican el
capullo que les sirve de sepulcro : y si se quiere,
la brillante mariposa, en que renacen, será la fa-
ma é inmortalidad de que gozan : la alegoría es
por cierto muy acomodada.
Bastante hemos llorado las desgracias del Ta-
so: tomemos un tono mas alegre y hablemos del
traductor. Nos dice este en su discurso preliminar
<jue considerando es lastima esté nuestra nación
en lo general privada de tan preciosa lectura , no
pudo resistir á los terribles impulsos de emprender
su versión al castellano, y también tuvo presente
c[ue á los atrevidos ayuda la fortuna; mas ni esto
es regla general, pues tal vez hay mas atrevidos
que se pierden que no que se ganan , ni tampoco
todos los impulsos, por terribles que ellos sean,
forman lo que se llama una vocación perfecta, que
la corte de Apolo es de las mas engañosas que
darse puede. Sin embargo, aunque así hubiese su-
cedido á nuestro traductor, merecería disculpa,
pues que nos asegura comenzó, y continuó su
trabajo, aconsejado y animado por amigos que
lo entienden.
Pero no podemos menos de decir que pade-
ce equivocación en asegurar que es mengua de
nuestra nación el que en la dilatada serie de 234
años, una obra tan clásica haya permanecido sin
haberse hecho alguna traducción de ella; pues que
tenemos dos, y en el mismo genero de metro
que el original. La primera se publicó en Madrid
seis años después de la primera edición completa
de la Jerusalén, que es la de Ferrara de 1581, y
la traducción española es de 1587: el Traductor
es el célebre militar y literato Don Juan Sedeño,
JE/ Godo/redo. 13
honor de Arevalo su patria, (a) y bien conocido
entre los literatos españoles por su Huma de Varones
Ilustres , la Tragicomedia de Calixto y Melibea,
y otra traducción del poema que eseribio tambiea
en italiano Luis Tansilo titulado las Lagrimas de
San Pedro. La segúndala hizo Don Antonio Sar-
miento de Mendoza, natural de Burgos, caballe-
ro del orden de Calatrava, corregidor de Cuen-
ca y de Córdova, con otros destinos y honores,
y se imprimió en Madrid en el año de 1649. Sin
embargo, y á pesar de la autoridad que citamos
en la nota, es de creer que el mérito de estas tra-
ducciones diste infinito del del original, pues que
no son generalmente conocidas, quando todos leen
y alaban la traducción que hizo del Aminta, del
mismo Taso , el célebre Don Juan de Xáuregui,
y la qual compite con el original, si ya no le
aventaja.
Volvamos á nuestro Traductor, cuya modes-
tia no podremos menos de alabar, pues que añade
en seguida que ha traducido todo el poema para
estimular á que algún grande poeta tome por su
cuenta este largo trabajo, aunque su versión en
tal caso quedase obscurecida. Mas en tanto que se
cumplen sus buenos deseos, siempre ha hecho un
importante servicio á la literatura nacional, gene-
(a) Tal es la opinión de Don Nicolás Antonio , el qual
oice: "Editionem JÍÍWWI* virorwn illusirium in designanda
huic Arévalo patria seiiuuti." Pero en la primera edición de
esta obra , que tengo á mano, solo se intitula, al principio y
fin de ella , vecino de la Villa de Arévalo. También se equi-
voca el célebre biógrafo en asegurar que esta edición, se hizo
«n el mismo Arévalo, pues en su última hoja se lee. >»Fué
impresa en la muy noble villa de Medina del Campo ••_ pcft
Diego Fernandez de Córdova; á costa de Johan Despinos»
r4 Poesía.
ralizando el conocimiento de un tan excelente*
poema, y facilitando á los que aprenden la len-
gua italiana su inteligencia, pues como nos ase-,
gura, ha procurado, ceñirse al original en quanto
íía podido, sin que le obste el que haya quien
quiera llamar la traducción servil y baja por lo
que tiene de literal, pues estos son los que quie-
ren disculpar sus traducciones libres; porque tal
vez no son capaces de hacerlas de otro modo.
El verso que ha adoptado es el suelto, que
no deja de tener sus belle¿as, dice, ( y en efecto
las tiene quando se le saben dar ) y es el mas pro-
pio para el poema heroico, después de las octa-
vas; pero confiesa con ingenuidad que le infundió
respeto lo arduo de esta empresa , ademas de que
temió le faltase el tiempo y la constdncia, tenien-
do que atender á su carrera, que es la noble de
las armas.
Ni á nadie se le puede pedir mas de lo que
promete y dá, ni podremos menos de convenir
en que hecha de este modo la traducción, se ha-
lla mas cerca del original y facilita mejor su inteli-
gencia , que es en lo que hallamos su principal
mérito : siendo de desear que siguiendo otros tan
noble exemplo empleen su tiempo é inteligencia
en darnos á conocer las riquezas literarias de las
demás naciones, y si posible es las trasladen á la
nuestra, contribuyendo de este modo á su mayor
lustre.

á tres días del mes de Henero del año de mil y quinientos y


cincuenta y un ailo.
El Ghillno dice que Sedeño nació en Jadraque , y asegu-i,
ra que á juicio de literatos, en las dos traducciones casi se
igualó con los originales.
15
POESÍA.
Ensayo sobre la versificación mas propia para la
epopeya en las lenguas modernas, hecho en la
traducción del primer libro de los Mártires,
ó el Triunfo de la Religión cristiana , poema
francés escrito en prosa poética por F. A. de
•^Chateaubriand, autor del genio del -Qristia'
ttismo. Madrid , imprenta de Don Mfgoel de
Burgos

El autor nos dice en su discurso preliminar'


gue empezó esta traducción sin otro designio que
el de ocupar honestamente los ratos ociosos de sU'
retirada vida, y en efecto qual mas honesta y"
útil ocupación que la de la poesía y las buenas le- -
tras. Bien instruido se manifiesta en ellas en este
discurso, que ocupa la mayor parte del volumen,
y está lleno de muy sabias ideas sobre la decaden -
cia del buen gusto, y sobre el mecanismo de la'
versificación en las lenguas modernas, y la compa-^
ración de éstas con las antiguas. Su vasca y selec-
ta erudición le distrae, como él mismo advierte,
a varios puntos de literatura, pero siempre dicien-
do cosas útiles, agradables, nuevas para muchos,
y poco conocidas en la común inteligencia , lo
que hace la lectura de este discurso no menos gra-
ta que provechosa, y en comprobación copiaremos
aquí algunos trozos aunque breves.
" A medida que la razón del hombre se
ha ido perfeccionando con el descubrimiento suc-
cesivo de nuevas relaciones entre los objetos de
íu competencia, las lenguas han tomado distinta
16 Poesía.
carácter, y todo el empeño se ha puesto en gene-
ralizar las palabras, y en que cada una compren-
da el número mayor posible de aquellas mismas
relaciones. La abundancia y complicación de los
materiales ha hecho necesario el que en el lengua-
ge se substituya, por decirlo así, el método alge-
braico mas corto é indeterminado , á las opera-
ciones largas y singulares de la aritmética co-
mún (i^, y esta lengua metafísica, que represen-
ta ideas^y'no cosas, lórmulas y no cantidades , ó
que expresa de ordinario la suma de los obgetos,
y no los obgetos mismos , si es favorable para el
adelantamiento de las ciencias, y suele á veces sor-
prender con grandes é imprevistos resultados, no
tiene los mismos buenos efectos respecto á las ar-
tes de imitación, y á la teoria de las sensaciones
que se reciben ó se comunican por medio de la
palabra. La juventud es la edad de la imagina-

(a) Lif moral científica ha querido hacer reynar el dlge-


ira sobre el universo. Así presenta acaso esta misma idea,
traducida á la lengua de la metafísica alemana, hi Baronesa
de Sta'él en su obra sobre esta nación célebre. Y con este
motivo no dexaré de decir aquí, que de algún tiempo á esta
parte se vá introduciendo en nuestra poesia un estilo alambi-
cado , una xerigohza sentimental, unos pensamientos mas bien
hondos ó huecos que profundos, que desfiguran su carácter
primitivo. Después de leer un Soliloquio, un Canto fúne-'
brc, &c. no se alcanza todavia ni la idea . ni el plan , ni el
fondo, á pesar de haber socavado tanto la imaginación. Yo
aconsejarla i los jóvenes que tienen disposición para la poe-
sia, el que abandonasen este género, ó este monstruo; pues
á los que no la tienen les aconseiaria que abandonasen la poe-
sia; advertencia que se me pudiera hacer á mí mismo si los
viejos estuviéramos para tomar consejo. No bastaba á nuestra
poesia el contagio de la filosofia francesa : era menester, para
acabar de corromperla, el inocularla también la metafisics
akm.ina.
Toesia. \j
cibn: la vejez la edad de la razón; y el mundo
viejo, en contraposición al mundo antiguo, abun-
da tanto de razón y de cálculo que aun sus caduque-
ces van por el estilo filosófico. Los antiguos veian
la naturaleza como la vé un joven, esto es, con
tbda su belleza , con todos sus atractivos, con to-
dos sus prestigios: ellos la veian con sus ojos: no-
sotros la vemos siempre con espejuelos , ó por
medio de una lente , ó de un microscopio. En U
gala de sus flores contamos menudamente los pé-
talos, anteras y pistilos, y nuestros jardines son
mas bien un inventario metódico de las plantas
que una obstentacion de la riqueza : la historia
del hombre es una anatomia como también la de
los animales: el reyno mineral no existe para no-
sotros sino en provincias y departamentos, ó en
el fondo de una retorta. Las clases, los géneros,
las especies han prevalecido por todas partes so-
bre los individuos. Nuestra naturaleza es una na-
turaleza filosófica, un ente de razón , un esquele-
to , un ca^ut mortuum: la de los antiguos era una
naturaleza viva , animada, poética y pintoresca.,,
"Es imposible pasar de aquí, dice en otra
parte, sin insistir con este motivo en la refle-
xión de que los hombres, y por consiguiente las
lenguas, han ido perdiendo en imaginación otro
tanto como han adelantado en raciocinio ó ,en
filosofía. ¡Qué de cosas no tenian los antiguos
para cautivar los ánimos con signos y operacio-
nes sensibles! Nosotros siempre discurrimos, ellos
siempre pintaban ó representaban: sus poetas po-
dían decir con propiedad, al empezar un poema,
JO canto: los modernos harán siempre muy bien
en decir, como el autor de los Mártires, ;KO cuento.
TOM. XII. a
iS Versificación de ¡as e_pofe)'as modernas.
Su religión era una pocsia: su poesia una pintUr
ra,; su filosofía una novela; su historia un drama;,
su administración política una oratoria; su lengua
una música. Ellos eran jóvenes; nosotros somos,
viejos: y si algunos filósofos han dicho en otro
sentido, y con un énfasis magistral, que el mundo
es ya muy viejo, en nada se conoce esto mejor
que en lo mucho que ellos caducan."
D e su gusto en la poesia puede hacerse jui-
cio por la siguiente traducción de la célebre Oda
de Safo.

lile mi par esse, ó-f.


Feliz quien ¡unto á tí, por tí supira,
y en él tus ojos logra que reposes.
Quien tu voz oye, y tu sonrisa mira!
Mas que los Dioses.

Una llama sutil de vena en vena


Corre á abrasarme desde que te .veo:
Mi alma en tierno deliquio se enagenaj
No me poseo.

"Pierdo la vista: túrbase el oído:


La voz me falta quando hablarte quiero;
Y sin aliento , pálido, rendido,
Tiemblo, me muero.

Igualmente merecen sumo aprecio los versos


franceses que incluye en una nota, y que dice
compuso muchos años ha: en ellos no menos so-
bresale el amor á la buena moral, que su inteli-
gencia en un idioma extraño, en el que con pocos
progresos mas hubiera podido llegar á ser con-
tado entre los buenos poetas franceses.
1?
POESÍA.
llueva traducción de la Oda XIII. del libro 11.
de Horacio, comparada con una antigua da
Fr. Luis de León.

Señor Redactor: Tenga V. á bien insertar


en su periódico- la siguiente traducción que hace
tiempo hice por exercitarme en la de los au-
tores clásicos, y á la qual acompaña la inédita
de Fr. Luis de León que he leido en el tomp
que se publicó últimamente de la colección dé
lus obras. .r.. , . •-• •

Ex Horatii carniinuvt lib. IL O de XIlL.


Otium divos rogat-in patenfl »
Prensus Aegaso, siráül atra nubes
Condidit lunam, ñeque certa fulgent
Sidera nautis:
Traducción de Fr. Luis de León.
Descanso pide al Cíelo
El marinero en alto jnar metido,
Quando , con negro velo
El ayre escurecido,
La Luna y su fiel norte se ha escondido.
Traducción tnia.
Bonanza al Cielo ayrado
Demanda el oprimido en la honda Egea.
Si un hórrido nublado
Oculta ante sus ojos á Febea,
Y la estrella radiante
Polar su lumbre esconde al navegante.
a :
ao Oda XIIL lih. 11. de Horacio.
Texto.
Otium bello furiosa Thrace
Otium Medí pharetrá decori,
Grosphe, non gemmis, ñeque purpura ve-
nalc ñeque auro.
Traducción de León.
y en la fiera batalla
Descanso pide el capitán armado,
Un bien que no se halla,
Ni fué ¡amas comprado
Por perlas, y por oro muy cendrado.
La mia.

Quietud el Medo ayroso


Con el carcax, quietud en la batalla
Pide el Tracio furioso,
La dulce quietud, que no se halla,
Grosfo , ni con brillantes
Riquezas, ni con púrpura ó diamantes.

Texto.
Non enim gazae, ñeque consularis
Submovet lictor miseros tumulius
Mentís, et curas laqueara circum
Tecta volantes.

Ttaduccion de León.
Porque ni magistrados,
Ni gran riqueza escusan el tormento
De los graves cuidados,
Que en el rico aposento
Tienen su albergue y principal asiento.
Poesía. \ ai
La rnia.
N o bienes engañosos,
Ni el lictor de los Cónsules la pena>
Y afanes congojosos
Del alma aplaca nunca, ni serena
El roedor cuidado,
Que en torno vuela al techo artesonado.

Texto.

Vivitur parvo bene , cui paternum


Splendet in mensi tenui salinum:
Nec leves somnos timor aut cupido
Sordidus aufert.

Traducción de León.

Con poco se sustenta


Quien no busca mas bien del que ha heredado,
Ni teme á la tormenta,
Ni ambicioso cuidado
Le priva de su sueño sosegado.

Léi mia.

Con suerte limitada


La alegría disfruta aquel sencilla,
En cuya moderada
Mesa el salero de su padre brilla:
Ni auyenta su agradable
Sueño el miedo, ó codicia detestable.

Texto.

Quid brevi fortes jaculamur acvo


Multa? Quid térras alio calentes
Solé mutamus? Patriae quis exul
- - Se quoque fugit?
ai Oda XIII. lib. 11. de Horacio.

Traducción de León.
I De qué sirve matarnos
Por largo hacer para tan corta vida?
¿De qué sirve alejarnos
Con ansia desmedida
Por mares de región no conocida?
Que aunque mas pretendamos
Huirnos de nosotros, no podemos.
La tnia.
I Por qué con vida vana
El dardo audaces lejos arrojamos ?
¿Por qué á tierra lejana
Donde otro sol calienta, nos mudamos?
i Quién es el que expelido
De su Patria, de sí también ha huido ?

Te:vto.
Scandit «ratas vitíosa naves
Cura; nec turmas equitum relinquit,
Ocior cervis, et agente nimbos
Ocior euro.

Traducción de León.
Que si á caballo vamos,
y aunque en la mar entremos,
Nuestra pasioii nos sigue á vela y remos.
La mia.

En las herradas popas


Asciende luego la inquietud molesta;
Ni abandona las tropas
De caballeros, mas que .el ciervo presta,
Poesía. aj.
y qual Euro ligera,
Quando disipa la borrasca fíera.

Texto.

Lsetus in pracsens anímus quod ultra est


Oderit curare, et amara lento
Temperet risu. Nihil est ab omni
Parte beatum.

Traducción de León.

N o trate el que está alegre


En cosa que le dé desabrimiento,
Y el afligido alegre
Su triste pensamiento:
Que no hay en cosa ya cabal contento.

Xa mia.

El ánimo contento
Con lo que goza, evite la presura
Del por venir; con lento
Riso modere siempre la amargura
De la suerte infelice.
Ningún hombre del todo fué felice.

Texto.

Abstulit clarum cita mors Achillem;


Longa Tithonum minuit senectus;
Et mihi forsan, tibi quod negárit»
Porriget hora.

Traducción de León.

Aquiles fué temprano


Arrebatado de la muerte dura;
Titon murió ya anciuno;
24 Oda XIII. lib. II. de Horacio.
Y á mí dará ventura
Lo que á tí habrá negado por ventura.

La mia.

Al ilustre Pelida
En flor cortóla muerte domadora;
En fastidiosa vida
A Titon larga senectud minora;
y lo que á tí por caso
Negado hubiese, me dará el acaso.

Texto.

Te greges centum Siculaeque clrcüm


Mugiunt vaccac; tibi tollit hinnitum
Apta quadrigis equa; ts bis Afro
Múrice tincta:
Vestium lana;:

Traducción de León.

Hácente á tí ruido
Mil vacas, y cien atos de ganado,
Y siempre andas vestido
Del paño delicado
Dos veces en la púrpura bañado.

La mia.

En Sicilia gatiados
Sin cuento, y vacas bramadoras llenan
Tus abundosos prados;
De diestras yeguas con la voz resuenan
Tus estancias; la lana
Te viste tinta en púrpura africana.
Poesia» 25

Texit,
Mihi parva rnra et
Spiritum Graiae tenuem Camoen*
Parca non mendax dcdit, et malignum
Spernere vulgus.
Traducción de León.
A mí me ha dado el cielo
Que entone el verso lírico gracioso,
Y en un pequeño suelo
Un huerto deleytoso,
Donde huyo del vil vulgo enojoso.
Traducción mía»
Mas á mí la infalible
Parca, en suerte me ha dado una grangita,
Y el ingenio apacible
Con que en lírico son la Musa imita
Al del canoro griego,
Y á despreciar easeña al vulgo ciego.

J.M.yV.
i6

L I T E R A T U R A ESPAÑOLA.
HISTORIA.

Memorias de la Real Academia de la Historia.


Tomo 5.° Madrid. Imprenta de Sancha.

Grande influxo tienen las Academias ó reunio-


nes de sabios en los progresos de las ciencias y ar-
tes, y en que se sostengan en ks naciones los
rectos principios de la moral y del buen gusto,
que lo bello en las artes muy bien se compara con
lo bueno en la moral. Contribuyen á tan noble
obgeto por la protección que el gobierno las con-
cede , por las discusiones que en ellas se fomen-
tan, en las que debe vencer, y por lo ccmun
vence, la mayor ciencia, y porque consistiendo
$u verdadera gloria en sostener los buenos princi-
pios se vinculan allí y perpetúan, pues las Aca-
demias no mueren, ó bien viven larga serie de
años, ni fácilmente se altera su instituto, ni an-
dan vagas y errantes sus opiniones. Por lo tanto
al mismo tiempo que han servido para extender
las luces, no es de ellas de donde por lo común
viene la corrupción, quando ha llegado la época
de tan fatal desgracia.
Trabajo seria aunque penoso, no poco útil
y grato, el manifestar lo que los conocimientos
humanos deben en España á las academias tanto
antiguas como modernas, pues las hubo en la na-
ción desde que en ella se comenzaron á cultivar
las ciencias; mas no siendo este nuestro obgeto,
Historia. 27
y viniendo á hablar de la Academia de la Hisro-
fia formaremos el análisis de este quinto tomo,
con el que continua enriqueciendo el inmenso y
110 muy cultivado terreno de nuestra historia.
Comienza con la noticia de sus trabajos des-
de 1802 hasta fines de 1804, leida por su secre-
tario Don Joaquín Juan de Florez en la junta
pública de 31 de Julio de 1807, y la qual forma
el quadro de uno de los periodos de la vida lite-
raria de la Academia en que se experimentó mas
actividad y movimiento, pues ademas de haber
enriquecido considerablemente su biblioteca y su
gabinete de antigüedades, y haber preparado muy
importantes materiales propios de su instituto, ha
publicado varias obras, entre ellas: el Ensayo his-
tórico crítico sobre el origen y progresos de las len-
guas , señaladamente del romance castellano , for
el Señor Marina : y del qual formamos el corres-
pondiente análisis en el tomo 6.° pág. 266 del Me-
morial literario ó Biblioteca periódica de ciencias
y arte: la memoria sobre el origen y succesion del
reyno Pirenaico por el Señor Traggia: la del
Señor del Camino sobre la falsedad del.privile-
gio del Rey Don Ramiro, en orden d la conce-
sion d la iglesia de Santiago, en seguida d la ba-
talla del Clavijo: y el discurso del Señor Rios
sobre los autores é inventores de artillería.
Continúa esta noticia en otro discurso, hasta
ínes de \ 807, leido por el mismo Señor Secreta-
rio, en cuyo trienio debió ser menos la activi-
dad de las tareas académicas; pero el zelo creció
al par de las dificultades. En 180$ dio á luz la
Academia el tomo 4? de sus Memorias , y acopió
y preparó muy útiles materiales para la formación
28 Memorias de la academia de la Historia.
de los tomos sucesivos. En 1803 se la concedió
por Real Orden la inspección general de las an-
tigüedades del Reyno. En 1807 concluyó la edic-
cion de las Partidas del Rey Don Alonso el Sabio,
para la que la protección del gobierno la franqueó
todos los auxilios necesarios, con lo que logró
juntar hasta 61 códices antiguos, pertenecientes á
los siglos 13, 14 y 1 5 , y varios de ellos coetá-
neos al mismo Rey Don Alonso: reunió ademas
muchas y muy raras monedas y muy preciosos
manuscritos.
Concluye en fin la noticia con el tercer dis-
curso que abraza hasta la época de 1813 , que fué
por cierto la mas fatal por los disturbios políticos,
y por las grandes pérdidas que tuvo que llorar la
Academia de un gran número de sus mas sabios
individuos, entre ellos el Señor de Jovellanos,
el Señor Secretario Flores, el Señor Capmani y
el P. Fr. Liciniano Saez.
Las Memorias que se contienen en este volu-
men son las siguientes:
Elogio del Excelentísimo Señor Conde de Cam-
fomanes, por Don Vicente González Arnao.=
Dimos el análisis de este elogio en el tomo 5?
pag. 2 50 del Memorial literario, a? Disertación his-
tórica sobre la parte que tuvieron los españoles en
las guerras de ultramar 6 de las Cruzadas, y co-
mo influyeron estas expediciones desde el siglo 11 has-
ta el i I en la extensión del comercio marítimo y en
los progresos del arte de navegar, por Don Mar-
tin Fernandez de Navarrete. En esta disertación
reúne su erudito autor noticias no menos curiosas
que honoríficas á los diferentes reynos que forman
la actual corona de España , en especial el de Na-
Memorias de la academia de la Historia. 29
varra y el condado de Cataluña; y por vía do
oportuna digresión, trata del poder mantimo de
Barcelona y de los reyes de Aragón, y de las re-
laciones que estos tuvieron con las entonces po-
derosas repúblicas de Genova y Pisa: forma un
brevísimo bosquejo de las Cruzadas y de su mfiu-
xo i manifestando imparcialmente los males que
causaron, y también las muy mayores ventajas
que produgeron: hace una hermosa pmtura de
Constantinopla, concediendo á los griegos el me-
recido honor por la ilustración y civilidad, que
aun conservaban en medio de su decadencia al
mismo tiempo que no disimula la rustiquez y bar-
barie en que yacían las naciones occidentales y
septentrionales de Europa. Se advierte en esta d n
sertacion un lenguage puro, y,un estilo natural
fluido y a c o m o d a d o r a materia; y para muestra
de ello copiaremos el siguiente trozo, en el que
pinta los bienes que resultaron a la Europa de las
mismas cruzadas. . „„n^-
«Pero por grandes que apareciesen en aque
Uos siglos los males que ocasionaban as ""za^as.
no tiene duda que fueron mas generales y de ma-
yor consideración y trascendencia las ventajas que
iroduxeron para lo sucesivo Conmovidas repen
dnamente para tales expediciones casi todas las
naciones de Europa abrieron entre si una comum
cacion y trato , unas relaciones e i " f^^^^ ^^^/.
hasta entonces no habían conocido. l''^\'2^^'°
nes se extendieron hasta con f , . » " ^ ^ ^ " ' j ^ / o ,
las habían establecido las repúblicas de Italia por
medio de su contratación, y los cristianos de hs-
paña con los que dominaban en su penmsula. y
5e aquí el cultivar el estudio de la lengua arabí-
3o Histeria.
ga, participando de la doctrina de sus libros y de
todos sus conocimientos científicos. Con los via-
ges á ultramar adquirieron también los latinos no-
ciones mas extensas sobre la geografía y navega-
ción , sobre el comercio y las artes, sobre el go-
bierno y la política. Se mejoraron las instituciones;
sociales, ya consolidando la autoridad de los prín-
cipes , ya conteniendo las demasías de los nobles,
ya equilibrando su poder ¿oh la representación
civáJ del pueblo por medio de una influencia equi-
tativa en los concejos y ayuntamientos municipa-
les. La misma nobleza al paso que declinó de su
influxo y de su poder, se abrió entre las ruinas
de la anarquía y del gobierno feudal, que había
dominado, una carrera mas' ilustre y gloriosa en
las expediciones militares de las cruzadas, en las
órdenes de caballería , en la inclinación á los he-
chos heróycos y extraordinarios. La religión, la
galantería , las aventuras, -k$ batallas campales.
Ja conquista de la ciudad santa de Jerusalén, el
oriente en toda su magia y explendor, el entu-
siasmo universal á las empresas grandes y mara-
villosas, fueron los elementos de la caballería; que
así como sostuvieron los principios de beneficen-
cia entre el estruendo de las armas, despertaron
también la musa de los trobadores, y difundierort
por Europa el mismo gusto y espíritu, producien-
do los caballeros andantes y las portentosas é inau-
ditas historias de sus hazañas. Así la imaginación
y la afectuosa ternura que inspira la poesía, y es
por lo común la precursora de los frutos de la ra-
zón y del entendimiento, facilitó el camino para
que la aurora de las ciencias y de la ilustración co-
menzase á rayar sobre el orizonte de la JEuropa.'*
Memorias de la academia de la Historia. 31
Acompañan á esta disertación varios apéndices,
en los que se contienen documentos no menos cu-
riosos y raros que útiles, pertenecientes á los si-
glos 12, 13 y 14, la mayor parte en latin y al-
gunos en catalán antiguo. Entre ellos debemos
distinguir la Ilustración d la providencia dada por
ti Rey Don Jaytne I. de Afvigon en 11 de Octubre
de i'2,0,j, prohibiendo que las embarcaciones extran-
jeras tomasen cargamentos para los paises de ul-
tramar habiéndolos nacionales propios y dispuestos
para aquel viage: providencia repetida muy pos-
teriormente por los ingleses en 1661, en la famosa
Acta de Navegación, origen de su prosperidad
marítima.
3? Memoria sobre las apariciones y el culto de
nuestra Señora de Guadalupe de México. Por Don
Juan Bautista Muñoz. En esta memoria brillan
los buenos principios de la crítica mas severa y
juiciosa. El aufor niega la aparición , porque no
se funda en las pruebas que para ello conceptúa
necesarias.
4? Memoria sobre la moneda arábiga, y en es-
pecial la acuñada en España por los príncipes
musulmanes, por Don José Antonio Conde, anti-
cuario de la Academia. Es de alabar la profunda
erudición de este sabio orientalista, y muy útil
este trabajo en un campo hasta ahora poco culti-
vado. Aunque la materia es árida por sí, y no pi-
de mas adorno de estilo que la sencillez y la cla-
ridad , sin embargo el siguiente pasage en que
pinta al principio de su memoria el modo de vida
de los árabes, manifiesta que el autor sabe ameni-
zar el discurso quando la materia lo permite.
" E n los tiempos antiguos los moradores de
3a Historia.
Arabia que no conocían moneda propia, eran ven-
turosos y felices, y se les consideraba llenos de
delicias, que no respiraban sino aromas, y se ba-
ñaban en suaves bálsamos: el tiempo de esta bien-
aventuranza era quando divididos en cabilas ó
tribus, por aduares y pozos, vagaban errantes,
mudando sus rústicos pabellones y rancherías pa-
ra procurar á sus rebaños los sitios mas apacibles y
abundantes de yerba y agua; quando todo su trá-
fico consistía en conducir á los confines de Persia,
Siria y Egipto los frutos de sus campos, y sus
riquezas eran ganados de toda especie , dátiles,
incienso y mirra, y su comercio consistía en cam-
biar lo que tenían por lo poco que entonces les
faltaba."
"Fu^ mucho tiempo la gente de Arabía rús-
tica y sin letras, pero siempre altiva, libre y pre-
ciada de su origen y nobleza ismaelítica, no mu-
dó sus costumbres ni la política de su gobierno
patriarcal: divididas sus tribus por valles y mon-
tañas, acaudilladas de sus xekes ó ancianos que
acrecentaban su poder con alianzas y confedera-
ciones de varias tribus, se tenían por soberanos,
y se llamaban Amíres ó Reyes de tayfas, que las
capitaneaban y aseguraban la conducción de sus
ganados y de sus frutos en recuas y caravanas, que
pdsaban en cierto tiempo y á determinados luga-
res en donde hacían sus ferias y mercados, de don-
de procedieron sus principales poblaciones: estos
eran sus reyes, y tales fueron los Noomanes y
Almondares de Hira y Giorham , los antiguos
Homiares y Tóbeos que mencionan sus historias."
"En este tiempo eran los árabes la envidia
y admiración de griegos y romanos, pues como
Memorias de la academia déla Historia. 3 3
viesen traer de aquella apartada y desconocida re-
gión preciosidades de que solo podían gozar los
mas opulentos ciudadanos, creian que los árabes
y sábeos, dueños de la mirra, cinamomo, incien-
so y casia eran felicísimos, ricos, muelles y vo-
luptuosos ; pero es lo cierto que no conocían bien
aquella región, ni la sencillez y frugalidad de sus
moradores, á los quales nunca pudieron sojuzgar,
ni poner baxo el yugo de su soberbia ambición."
"Mucho tiempo antes del embaydor profeta
Mahomad no habia en Arabia mas oro ni plata
que la que entraba de Abisinia ó Etiopia por
Egipto, de Grecia por Siria, y de la India por
las Iracas y la Persia.
"En sus mercados se hacían cambios de came-
llos, bueyes y caballos, por esclavos, armas y
Vestidos, y lotras alhajas de oro y plata: con el
tráfico y comunicación con los forasteros persas,
caldeos, fenicios, griegos y egipcios se introdujo
entre los árabes el amor al tráfico, á los vestidos
y á las alhajas preciosas, y en suma se hicieron co-
diciosos y ladrones, conservando hasta ahora sus
beduinos una mezcla estraúa de buenas y malas
propiedades que los caracterizan: asi es que roban
de día en los caminos á los mismos que después á
la noche hospedan con mucha generosidad en sus
ranchos y rústicas jaymas ó cabanas, pudiendo
muy bien decirse de ellos lo que decía Tácito de
los antiguos germanos: materia illis munificenttíe
^er bella et raptus.
"Las antiguas y extravagantes ideas de su no-
bleza , hacían que mirasen con desprecio á todas
las naciones, siendo su principal ocupación el
exercício de las armas, las violencias y los robos
TOM. XII. 3
54 Historia.
mas ó menos impunes, sus continuas venganzas y
represalias, y por último acalorados con las fanáti-
cas y fatales máximas del Alcorán, elevaron sus
pensamientos á pretender hacerse dueños y ocu-
par las mejores regiones de la tierra como si les
perteneciesen de derecho , y de todo esto ha re-
sultado entre ellos en todos tiempos su amor á la
ociosidad y á la independencia, y ninguna apli-
cación ni estímulo para las artes, y así ncc compo-
nere opes norunt nec parcere partís.
5, Memoria sobre el origen del condado de Ri-
hagorza, y sucesión de sus condes hasta que se in-
cor poro en la corona del Pirineo. Por Don Joaquín
Traggia. Este puntó, uno de los mas obscuros de
nuestra historia, está muy bien ilustrado por el
autor, y funda sus proposiciones en monumentos
de aquel tiempo poco ó nada conocidos, y que
por la mayor parte ha tenido la dicha de descu-
brí!' y examinar originales en los arphivos.
6* Memoria sobre las diversiones públicas, por
Don Gaspar Melchor de Jovellanos. Esta mate-
ria no menos útil en su efecto que grata en su
lectura , está tratada con toda la erudición, inte-
ligencia y amenidad de estilo que caracterizan á
su autor, honor de la toga y de la literatura na-
cionales. Copiaremos dos trozos mas bien por
adornar nuestro periódico, que por demostrar
una verdad universalmente conocida.
Así pinta los torneos de nuestros antiguos ca-
balleros. " ¿ Quien se figurará una anchísima tela
pomposamente adornada y llena de un brillante y
numerosísimo concurso: ciento 6 doscientos caba-
lleros ricamente armados y guarnidos, partidos en
quadrillas y prontos á entrar en lid: el séquito de
Mtmoria de la academia de la historia. 3 5
padrinos y escuderos, pages y palafreneros de ca-
da bando: los jueces y fieles presidiendo en su ca-
tafalco para dirigir la ceremonia y juzgar las suer-
tes: los farautes corriendo acá y allá para intimar
sus órdenes , y los tañedores y menestriles ale-
grando y encendiendo con la voz de sus añafiles
y tambores: tantas plumas y penachos en las cime-
ras, tantos timbres y emblemas en los pendones,
tantas empresas y divisas y letras amorosas en las
adargas: por todas partes giros y carreras, y arran-
cadas y huidas: por todas choques y encuentros, y
golpes y botes de lanza, y peligros y caldas y
vencimientos? ¿Quien, repito, se figurará todo
esto sin que se sienta arrebatado de sorpresa y ad-
miración? ¿ N i quien podrá considerar aquellos
valientes paladines exercitando los únicos talentos
que daban entonces estimación y nómbradia en
una palestra tan augusta , entre los gritos del sus-
to y del aplauso, y sobre todo á vista de sus ri-
vales y sus damas, sin sentir alguna parte del en-
tusiasmo, y la palpitación que herviría en sus pe-
chos aguijados por los mas poderosos incentivos
del corazón humano, el amor y la gloria. ?" •
Así declama contra los abusos del teatro.
"Por lo que á jtní toca estoy tan persuadido á
que no hay prueba tan decisiva de la corrupción
de nuestro gusto, y de la depravación de núes-,
tras ideas, como la fria indiferencia con que dexa-
mos representar unos dramas en que el pudor ».:^'*
caridad, la buena fé, la decencia, y todas las vir-
tudes, y todos los principios de sana moral, y to-
das las máximas de noble y buena educación, son
abiertamente conculcados. ¿Se aee"por VéWtíira
que la inocente puericia, la ardieniítejuventud,¿la
3:
36 Historia.
ociosa y regalada nobleza, el ignorante vulgo
pueden ver sin peligro tantos exemplos deimpu*
dencia y grosería, de ufanía y necio pundonor,
de desacato á la justicia y á las leyes, de infideli-
dad á las obligaciones públicas y domésticas, pues-
tos en acción, pintados con los colores mas vivos,
y animados con el encanto de la ilusión, y con
las gracias de la poesia y de la música? Confesé-
moslo de buena lé: un teatro tal es una peste pú-
blica y el gobierno no tiene mas alternativa que
reformarle , ó proscribirle para siempre."
"¿Pero acaso podrá tomar, sin riesgo este últí*
ipo partido? He gquí otra discusión que no pue-
de evitar la Academia. La nación ha perdido to-
dos sus espectáculos. Ya no hay memoria de los
torneos: la hay apenas de los fuegos de artificio:
han cesado las máscaras: se han prohibido las lu-
chas de toros, y se han cerrado casi todos los tea-
tros. ¿Que espectáculos pues, que fuegos, que di-;
versiones públicas han quedado para el entreteni-
miento de nuestros pueblos? Ningunos."

LITERATURA FRANCESA.
' V t A 6 S S.

Voy age dans la Groeland, érc. Viage á la


Groelandia por los Señores Giesecke y Egede-
• Saabye.

;;,, Quaodo Jps navegantes ingleses se dirigen á


tin^e^pediftioR'^ los mares de Groelandia, dos
v¡ager<^s,-,ptilíli$ft¡¡\,.l3S observaciones-(jue han he-
P^iage d la Groilandia. 57
cho' en aquellos helados países. El uno es M r
Giesecke , natural de Augsburgo, y profesor 4e
Mineralogía én Dublin , el qual ha residido en.
la Groelandía desde el mes de mayo de 1806
hasta el de agosto de 1813 , y ha llegado hasta
los jj'^, donde una inmensidad de yelos maríti-
mos terminan la parte descubierta por los dina-
marqueses. La relación de Mr. Giesecke, que
será importante en lo respectivo á las ciencias
naturales, se publicará pronto en alemán y eii
ingles; pero entretanto se ha leido un extractó
en Copenhague, adonde este viagero ha venido
para hacer algunas investigaciones en los nume-
rosos gabinetes de curiosidades naturales de Groe'
landía, que hay en aquella capital. Mr. Egede-
Saabye es uft tttisionero ditiamai'ques, que ha vi-
vido en diversas partes de la Groelandía; desdé
el año de 1770 hasta el de 1778, y cuya rela-
ción acaba de traducirse al alerhan: esta relación
abunda principalmente en observaciones sobre el
método de vida y grado de inteligencia dé aque-
llas gentes, que habitan los confines de la natu-
raleza animada. '
Una espantosa cordillera de mohtes de yel6
atraviesa la Groelandía del norte al sur; estas
masas de yelo que á veces tienen un grueso de
trescientos pies, llenan los valles y baxan hasta
enmedio del mar, donde sbeabadas por las olas
forman cavernas de cristal de la forma nnas pin-
toresca. Las rocas cubiertas de liqúenes azules y
amarillos, y de un musgo verddso decoran este
quadro glacial ;• alumbrado por los purpurinos y
oblíquos rayos del sol, presenta los mas variados
y brillantes matices. Algunos arroyos que se for-
^8 V^iage á la Groelandia.
man de las derretidas nieves, se despeñan en
cascadas por encima de las rocas. Estos palacios
de aq^uel eterno invierno, tienen una pompa que
solo la pintura podria expresar.
Las orillas de estos arroyos parecen ofrecer
praderas de un verde fresco y l^stroso, y esta
ilusión ha hecho dar al pais el nombre de Tierra^
Verde (a); pero estos terrenos no son sino lagu-
nazos y pantanos Henos de malas yerbas, y don-
de uno se hunde á cada paso. Sin embargo hay
verdaderas praderas, valles y llanuras donde el
tomillo y la angélica exhalan su suave olor. El
groelandés come, las raices y las hojas de la rho-
diola rosea , los ñudos del folygonum vhtparum,
las flores y las hojas de la saxífraga ofpositifolia.
Los colonos dinamarqueses consumen mucha an-
gélica , codearía , acedera y bayas muy agrada-
bles y sanas de las dos especies del vaccinium.
Ningún árbol crece á mas altura que la del hom-
bre, y sí solo algunos abedules y algunos sauces
polares (b), vegetan al abrigo de las rocas.
Las montañas compuestas de granito lami-
noso, carecen de aquella especie de rocas que los
geólogos llaman de transición. La roca caliza con
petrificaciones, es igualmente desconocida ; pero
abundan los mármoles y las pizarras micáceas.
Entre los 70° y los 77° de latitud, Mr. Giesecke
ha hajlado enormes, columnas de basalto prismático.
Este viagero ha observado magníficas auroras
boreales entre los 60° y "los 65"; pero acercan*
dose mas al polo este fenómeno, hasta ahora inex-
plicable , desaparece enteramente.
(a) De land tierra y green verde.
• (b) Saux recticulata 9 rttynhinittf.
Viage ala Grodandia. 39
Dexaremos atjui al naturalista alemán, quien
parece haberse reservado la publicación de sus
observaciones mas interesantes, se pueden con-
sultar las obras geográficas para una descripción
•física mas extensa. Sigamos al misionero dinamar-
qués á las ahumadas chozas de los groelandeses
fabricadas con pizarras, ramas de arbustos, muz-
•go y césped. Muchas veces se ha hablado del
•sofocante calor, y del pestífero olor de aquellas
¿áhurdás; hi necesitamos detenernos á ver la olla
llena de carne de perro, marino , y cociendo ^en-
cima de una lámpara, cuya luz calienta fácil-
mente la atmósfera en un espacio de quince pies
qúadi'ados.
Es también superfluo el repetir que los groe-
landeses traen el mismo origen que los esquima-
les, cuyas tribus se extienden ál norte de la Amé-
rica, en todas las regiones polares, y que son
sin disputa alguna una rama de la gran casta mon-
gola, dueña del Asia central y septentrional. La
tez amarilla, sus cabellos ásperos y tiesos como
crines, los labios gruesos, la nariz aplastada, los
ojos pequeños, negros, vivos y penetrantes, sus
manos y pies pequeños; ¿quién no reconoce to-
das las facciones de la nación esrjuimal ? La única
hermosura de que la naturaleza ha dotado al sexo,
en este espantoso clima, es una cabellera algunas
veces de seis pies de larga, la que por consi-
guiente puede servir de ropage á estas damas
que generalmente no tienen mas que quatro pies
de alto.
Estas gentes tan desgraciadas según nuestras
ideas, aman con el mayor extremo su patria;
cada uno de ellos dice con el orgullo que ha-
40 Viage dlaGroelandia.
blaria un romano; "Soy un KaladiteV que es
el nombre que se dan como nación.. Algunos
groelandeses traídos á Copenhague, y manteni-
dos cuidadosamente como en Europa, suspiran
siempre por su patria. " N o hay en Dinamarca
bastante cielo, dicen , no hace bastante frjoi no
hay hermosos ventisqueros; no hay perros mari-
nos, ni ballenas. Por lo demás, .vuestro pais es
casi tan bueno como el nuestro. Pero, aiíadeii,
hay entre vosotros pobres: "¿por qué los ricos no
los socorren? Tebeis cíiados y esclavos: ¿puede
uno esclavizar á sus semejantes? ¿se. puede gra-
tar á un hombre como á un perro? Teméis á los
ladrones y á los asesinos: Ah! corregid á todos los
que entre vuestros compatriotas no valen tanto
como nosotros, antes de querernos corregir."
Es cierto que los kaladites viven entre sí co-
mo hermanos, si uno de ellos halla en la costa
un pedazo de madera notante, del que cree
necesita, toma*posesion colocando áoi, piedras co-
mo en señal de propiedad; puede dexarlo allí
con toda seguridad, pues jamas otro groelandés
se atreverá á quitárselo. Si dos de ellos tienen dis-
puta, se desafian, no á una lucha de cachetes, si-
no de coplas: se reúnen todos los vecinos, y de-
lante de ellos los dos contrarios vestidos con sus
mejores ropas, y acompañados de sus amigos, se
pican con burlas en las que mutuamente se ridi-
culizan. Las carcajadas de la asamblea deciden de
la victoria. El vencedor gana alguna alhajuela,
que es el premio que se señaló á la lucha. Bueno
seria que en Europa se ventilasen de este modo
las disputas.
El pudor de una groelandesa exige que su
T^iíige d la Greelandia. 41
novio la lleve por fuerza, 'y aun que la arrastre
de los cabellos, llevándola á su choza , de la
que ella debe escaparse' muchas veces, hasta que
él la dé la.prueba de. amor de hacerla algunas
heridas,ó incisiones en la planta de los pies para
pbliga-xla á que se esté queda.
. .Esta costumbre parece haber sido común en-
tre muchos pueblos antiguos; y se hallan rastros
de ella aun en los griegos en la época de su
mayor cultura: al séptimo dia después de la bo-
da , los ¿sposos volvían como a hurtadillas á
dormir á la casa de los padres de la muger; pero
en los tiempos de barbarie, la esposa huía sola
y el marido venia á sacarla á viva fuerza.
Los groelandeses bautizados han suavizado
esta parte de sus costumbres nacionales. E l novio
manifiesta su intención al párroco, y éste llama
á la novia, y la dice: " Y a es tiempo de que te
cases": y aunque ella ya está convenida secreta-
tamente con el novio, responde con resolución:
" N o quiero casarme.—Es lástima, tengo un no-
vio para tí:—Quién ?—El párroco le nombra.—
N o es bueno para nada; no le quiero.^—Por qué
no? Es joven, es un excelente cazador de per-
ros marinos.—No quiero casarme; no quiero.—
Bien está, no quiero obligarte; otra novia tengo
para él." Callan; la joven suspira. Hora y dice
en voz baxa: "Será lo que queráis. — N o por
cierto, lo que te acomode. N o quiero que cedas
á mis razones. La muchacha suspira y pronuncia
un sí que apenas se oye, y con esto queda ya
tratado el casamiento.
M E D I C I NA.

Tratado de las enfermedades de las mugeres des-


de la edad de la pubertad hasta la crítica
inclusive, escrito en francés .por J. Capuron, y
traducido por JD. Higinio Antonio Lorente=.'i
tomos en 8.° Madrid, .imprenta de la Parte.
i 8 i 8 . =ó> halla en la librería de Calleja, ca-
lle de lasjCtírretas.

El autor de esta obra dá por sentado que hay


una multitud, de casos en los que no se puede ser
medico ni cirujano de las mugeres el que no sea
comadrón ,.pues tal es la unión y los indisolubles
lazos que atan entre sí los diferentes ramos del
arte de curai". Dice que no solo trata en esta obra
de todo lo que puede alterar la preñez y las con-
secuencias regulares de los partos, sino también
de las cosas que alteran la mestruacion y la lac-
tancia. Para no omitir nada importante acerca de
Ja patología de las mugeres, las considera desde
Ja edad de la pubertad , que puede llamarse su
primavera hasta la edad en que dexan de ser fe-
cundas, que es donde principia su invierno. Igual-
mente ha venido á reducir á un tratado particu-
lar ó quadro la .descripción de cada una de sus en-
fermedades , y todo lo concerniente á las causas,
síntomas, diagnóstico, pronóstico y curación dd
ellas, método que le ha parecido el mas sencillo,
útil y conveniente para satisfacer á los que tienen
un- juicio sano y un genio verdaderamente
médico.
Copiaremos algún pasage corto que indique
el estilo y método del Autor. Formando con su-
Enfermedadtidelas mugeres. 43
mo acierto la comparación del hombre con la mu-
ger dice así, »En quanto á lo moral, la muger
tiene mas susceptibilidad ó movibilidad que el
hombre. De estos dos individuos parece que el
uno fué criado para sentir, y el otrppara pensar.
La muger percibe con más prontitud-qüeel hom-
bre. Las ideas ó impresiones se suceden' en su al-
ma con tal rapidez, que impide imprimirse mu-
cho en ella, ni dexar Señales permanentes: la mu-
ger aprende con facilidad, y con la misma olvi-
da. Sus afectos son vivos y tiernos, pero pasage-
ros; en esto se asemeja también á los niños, que
se asustan y se quedan en calma, se alarman y se
quedan tranquilos, y lloran y rien casi al mismo
tiempo. La muger piensa y concibe con tina sa-
gacidad que asombra, pero no raciocina ni re-
flexiona cómo el hombre. Se podría decir que la
brillantez del espíritu, la finura del gusto y la
delicadeza del sentir pertenecen á la muger; pe-
ro la energía y profundidad del juicio, la imagi-
nación y talento son atributos del hombre. Cada
inio de estos dos individuos tiene qualidades pro-
pias , y parece que el autor de la naturaleza ha
prodigado á ambos conJgualdad sus dones. No es
fácil creer con algunos filósofos que la muger no
es mas que-un hombre imperfecto, ó bien al con-
trario. Ambos son dos seres completos y perfec-
tos en lo físico y en lo moral. La muger es lin-
fática, nerviosa, sensible, tímida y facÜ á mu-
darse; el hombre, al contrario, es sanguíneo, mus-
culoso, robusto, atrevido, firme é intrépido."
Tratando luego dé los daños que las modas
causan en las mugeres dice. «¡Que de errores no
podíamos hacer presentes á las mugeres en 'quanto
44 Medicina.
i su modo de vestir! Dominadas por las modas,
de nada hacen caso quando se trata de adoptaf las
leyes de este tirano caprichoso. Algunas veces lle-
ga su locura hasta sacrificar su comodidad y salud
por el vano placer de llevar un dañoso y ridículo
vestido.,En: nuestros dias las mugeres casi des-
nudas y sin pudor se las apuestan á la intertiperi*
de las estaciones, y se creen invulnerables baxo
el imperio de la moda. ¡Que ciegas son! pigno-
ran que las mas terribles enfermedades como el
catarro, el reumatismo, el dolor de costado , la
pulmonía y la tisis pulmonar sacrifican todos los
años una porción de víctimas desde que han dado
en la ríioda de vestir con tan poca precaución!
«También debemos convenir en que antes
ks mugeres cometían otros absurdos no menos
»eligrosps que la desnudez de ahora. Deseosas de
f levar un talle gracioso, se elevaban sobre tacones,
y no andaban mas que.en la punta del pie : me-
tían su cuerpo en la prensa de las cotillas con ba-
llenas ó acero para darle gracia: en'fin , había al-
gunas cuya coquetería llegaba hasta el extremo de
apretarse los pechos con lazos por la noche para
que se mantuviesen bien elevados, y que no per-
diesen su dureza y figura redonda.
»»¿Y no saltan á los ojos los inconvenientes
que traen estas máquinas? Primeramente encara-
madas sobre dos talones postizos no podíah andar
con seguridad, porque.el peso del cuerpo en lu-
gar de^escansar sobre la base que jiatuíalmente
presenta la planta del .pie, descansaba • solo y se
apoyaba Sobre la extremidad de los dedos gordos
ó pulgares. Ademas, como los dos pies formaban
entonces dos planos inclinados, los músculos ex-
Enfermedadis de las mugeres. 45
tensores de .la pierna debían necesariamente hallar-
se entonces en un estado continuo de tensión y
rigidez, y losflexorestenel de relajación, lo qual
debia hacer que la progresión fuese en aquel tiem-
po muy dolorosa y trabajosa; finalmente, levan-
tados así los talones inclinaban el exe del cuerpo
hacia adelante , y en el mismo sentido el centro
de gravedad, especialmente en el tiempo de la
preñez: de esto provenia que la muger tenia que
hacer muchos esfuerzos para andar derecha y for-
mar un contrapeso acia atrás; de lo que resulta-
ban frecuentes caldas que las causaban bantantes
daños.
>»No eran menos incómodas y peligrosas las co-
tillas : estas son unos conos inversos: y por con-
siguiente cortados en sentido contrario de la fi-
gura del pecho que se ensancha mas hacia el abdo-
men que hacia las clavículas. Así es que entonces
van comprimidas las costillas, los hipocondrios,
el estómago, el higado, el bazo y aun el ombli-
go. ¡Que desórdenes no resultan de esto en la res-
piración , en la circulación y en la digestión!
¡ que incomodidad tan grande en el tiempo de la
preñez!"

VARIEDADES
I>e la pureza del knguage.

Seguramente que todo el mundo es pais co-


mo vulgarmente se dice, pues al mismo tiempo
que nos quejamos en España de la corrupción y
decadencia de la lengua y del buen gusto litera-
rio , oimos los mismos clamores del otro lado de
46 • Variedades.
los Pirineos, donde para algunos todo es perfecto,
sublime y excelente.
Dando un periódico de París razón de una
obra nueva titulada Gramática de Gramáticas^
cuyo autor ha tenido la apreciable paciencia de
entresacar de los mejores autores y los mas hábiles
gramáticos quanto se ha escrito acerca de las difi-
cultades de la lengua francesa, formando un cuer-
po de doctrina donde se ilustran perfectamente
todos los puntos obscuros, siendo, como lo dice
el mismo autor, el hilo de Ariadna que guia á los
escritores para salir del laberinto, y haciendo con
esto un verdadero servicio á los literatos novicios
que por lo común se descarrian en las sombrías re-
vueltas del neologismo 5 dice así. »»Se apoderaron
de la tribuna, del foro y de la academia la exage-
ración y la obscuridad: nuestros poetas quieren
ser mas profundos que Corneille, y mas enérgi-
cos que Racine; nuestros prosistas mas armoniosos
que Bufón, ó mas expresivos que Bernardino de
San Pedro, y nuestros magistrados mas eloqiientes
que d'Aguesseau. En todo hallamos poesía, y en
nada juicio; y si así sigue pronto nos pondrán el
código criminal en prosa de novelas. Este espíri-
tu de innovación ha producido esa multitud de
ridículos charlatanes que por todas partes hormi-
guean, y que de tal modo vician y trastornan el buen
lenguage que dentro de un siglo ya no se enten-
derán los escritores del de Luis XIV." Mas no-
sotros ya venimos casi á no entendernos á noso-
tros mismos; pues la lengua del siglo presente no
se parece en nada, ni en lai voces, ni en la cons-
trucción á la del X V I I ; y así el que aprendió
aquella, no puede entender esta, ni sabe lo que
De la pureza del lenguage. 47
son comales, aberraciones , tendencias , resortes,
gérmenenés, ineonmovilidades , desarrollamientos y
otras palabrotas, que por cierto no son indígenas
de Castilla, aunque nos las quieran aclimatar.
Enredado en tal laberinto de exóticas frases
muere aterrado por el monstruo ya no de tres len-
guas sino de mil, sjn saber que sucumbe en frase
galo-latina: si le invitan no sabe que está convi-
dado y comete notable falta: cae inocentemente
en el lazo que le arman sus contrarios, porque /
ignora lo que es intriga; aborrece H charla de
una Mari Sabidilla sin saber que tiene un lengua-
ge muy interesante y romancesco, tuerce el ocico
al oír exigencias que no puede percibir, elegancias
que no puede ver , y deberes que no puede cuín •
plir, aunque consagre toda su vida y todo su es-
fíritu, en rutinera práctica , á aprender locucio-
nes tan características f <^aax.o espúreas-, porque
teniendo una gran tendencia á todo lo machucho,
carece de la elasticidad necesaria para tan dispen-
diosas empresas.
Hallándose pues el infeliz á cada paso con
nuevas frases y nuevas palabras, enmudece porque
no es entendido, y ensordece porque no entiende.
Aun por fin la obra de que aquí hablamos ha
tenido aceptación en Francia, pues que se anun-
cia su tercera edición; pero en España otra serne-
jante de temer era que fuese á servir de papillo-
tes a la toaleta de alguna damisela.
48

Sobre las guerras modernas y la Historia de los


tratados de paz.

Dando un periódico francés noticia de la cé-


lebre obra de Mr. Koch titulada: Historia abre'
viada de los tratados de paz entre la^ potencias
europeas desde la paz di Wesfalia, dice así.
»Muchas personas aseguran bien satisfechas
que desde la paz de Wesfalia, se ha perfecciona-
do la civilización, han brillado con mayor ex-
plendor las letras y las artes, se han suavizado las
costumbres, y la Europa no ha venido á formar
mas que una sola familia, cuyos individuos llenos
de bondad, compiten en cortesanía y humanidad.
Pero para hacer ver que en esto hay mas exage-
ración que verdad, basta con que recordemos lo
que ha pasado en Europa desde el año de 1648,
hasta la revolución francesa , es decir en el espa-
cio de 140 años, y ved aquí, el resumen."
Después de una guerra de 30 años, en la qual
todas las naciones Europeas se degollaron á porfía,
descansaron solo dos años; pero habiendo recon-
quistado los españoles la Cataluña, la guerra que no
habia hecho mas que interrumpirse, continuó en-
tre franceses y españoles hasta 1659. Nueva paz de
seis años y nueva guerra entre la Inglaterra , la
Holanda y la Francia por mar y por tierra, hasta
la paz de Breda en 1667. Esta paz no fué gene-
ral , pues los españoles y portugueses estaban en
guerra, desde 1640 y solo hicieron la paz de Lis-
boa en 1668. En 1669 la guerra, que también
traían portugueses y holandeses, terminó por la
paz del Haya. Habiéndose desds 1668 hasta 1675
Sobre Jas guerYas tnodernas. 49
vuelto al sistema de equilibrio contra la Francia,
hubo la guerra llamada de la devolución, la Triple
Alianza, y en fin la paz de Aquisgran, que duró
por cierto el largo espacio de tres años. Se siguie-
ron los negocios políticos de la Lorena, siempre
enredados por Carlos I V , la guerra de Holanda,
las brillantes campañas desde 1674 hasta 1677, y
la paz de Nimega en 1678. Hubo dos años de
descanso, después nuevas dispMtas, mas no guer-
ra formal, y en fin la. Tregua de Ratisbona
en 1684. En 1688 nueva guerra y nueve famo-
sas campañas hasta la paz de Riswick en 1697.
Quatro años solos duró esta, y fué para comenzar
en 1701 la terrible guerra de la sucesión de Es-
aña, sostenida en la grande alianza contra la
Í ''raneta -, terminando todo con la paz de Utrecht
y de.Bade en 1713 y en 1714. Triple alianza
en 1717, quadruple alianza en i7i8,icortaguer-
ra de España, caida del célebre Alberom , y paz
de Madrid en 1721. En los doce añcs siguientes
catorce tratados, no impiden el que se vuelva á
encender la guerra en 1733, que concluyó con
la pajt de Vienade 1738. Y como solo he habla-
do aquí de las naciones cristianase, no incluiré en
la cuenta la desgraciada' guerra del Emperador
Carlos V I contra losl^rcos, y solo diré que la
paz entre los cristianos duró un año entero des-
pués del Tratado de-Viena. En 1739 guerra en-
tre Inglaterra y Espafer^ea 1740 terrible guer-
ra por la sucesión del Austria, que solo duró nue-
ve años menos tres meses, como que terminó en
Octubre de 1748 con la paz de Aquisgran. Mas
apenas concluida vuelven las disputas, que siguen
hasta el año de 1755, en que fastidiados los ingle-
TOM. XII, ' 4
Jo Vartcdadef.
ses de tanto disputar, toman á los franceses algu-
nos buques junto á Terra-Nova , y declaran la
guerra haciéndola. Combatióse pues por mar y
tierra en Alemania y en el Canadá, y la no muy
segura paz de 1763 hizo dexar las armas de la
mano á franceses é ingleses sin que por eso que-
dasen muy amigos. En tanto Federico el Grande
hacia su famosa guerra de siete años , en la que
tomaron parte toda la Alemania , la ' Rusia , el
Austria y la Suecia, y el tratado de Hubertzbur-
go se firmó el mismo año que el de I^rís.-
Dexemios pues esta"triste enumeración, pues
solo mC'quedan por citar ias disputas por la suce-
sión de k-Baviera, el tratado de Téschen, la
guerra de los Estados Unidos, llamada de la In-
dependencia, el tratado de Versalles en 1783, la
insurrección del Brabante y la guerra de Finlan-
dia, para llegar á la revolución francesa; y por la
razón ykidicha, pato en r^lencía las-bTillantes
guerras-de Catalina Hl coiitra-los rTuixós¿ Tan-
tas paces en menos de medio siglo suponen-otras
tantas guerras, las qualesihemos visto han sido tan
largas como cortas las pii^, que mas biert. llama-
remos treguas ó brevesjdescansos, confio que se
confirma lo que veniaíposi diciendo.
Se haa hecho varios.cálculos para.sáber-el nú-
mero de'honibres que han perecido en la revo-
lución francesa ó de sufr resultas; pero estos cál-
culos serán.mayores ó.menores según Ja'opinion
del que los forme: yo nó. haré ninguno j pero
itjna página del libro de que aquí voy tratando,
me presenta el medio 4o 'dar una idea Comparati-
va de estas inmensas pérdidas, comprendiendo en
el cálculo todas las naciones que han tomado pai»
Sobre las guerras modernas. 5r
te en esta catástrofe, ó que han sido víctimas de
ella. Esta página contiene un resumen de la gen-
te que perdieron las potencias beligerantes en la
guerra de siete años, y no puede tenerse por
exagerado, pues que convienen en sus datos las
mismas potencias de cuya pérdida se trata. La Ru-
sia pues perdió 120,000 hombres; el Austria
140,000; la Francia 200,000; la Inglaterra y sus
aliados 160,000; la Suecia 25,000; el Cuerpo
Germánico 28,000; la Prusía 213,000. Luego si
en una guerra de siete anos que no fué acompa-
ñada de otra civil, perecieron 886,000 hombres,
pues tal es el total de las pérdidas, quán grands
no habrá sido el numero de víctimas de una revo-
lución y de una guerra general que han durado,
casi sin interrupción, desde 17S9 hasta 181$, y
durante las qualesel Genio' del ma! ha hallado
tantos auxiliares en los alborotos populares, en las
proscripciones, en los que se arcabuceaban y aho-
gaban en pelotón y á millares, y en los asesina'
tos jurídicos de la guillotina.

BIBLIOGRAFÍA.
l^oticia acerca de los progresos de la literatura
rusa en losados de 1815/ 1816, sacada de la
que leyó M. de Gretseh elide Enero de 1^17,
aniversario de la fundación de la
hiklioteca imperial,

1? Teología.— Trabajos de la sociedad bíbli-


ca rusa: ha hecho imprimir á su costa biblias en
diferentes lenguas principalmente en esclavón, ale-
mán, francés, polaco, armenio, persa, ¿eorgia-
4:
54 " BibJiogrct/ia.'
no, firlandes, &c. en todo 20,000 biblias enteras
y 73,000 exemplares del Nuevo Testamento,—
Sobresalen entre las obras teológicas las del archi-
mandrita Filaret— Se han publicado muchísimas
obras de devoción, la mayor parte traducidas del
alemán y del ingles.
2? Jurisprudencia..'— Tres vol&menes de la
Colección de leyes Rusas que terminan la 1? parte
del Código civil. Son apreciables: El Ensayo so-
bre el derecho criminal por Gorngljad, y el Trata-
do del Doctor Griborvsky sobre el Estado de los
Esclavos en Rusia. Es una obra de mucha impor-
tancia la que el académico Storch ha escrito en
francés titulada Curso de Economía política.
3? Filosojia. — Una lógica por el profesor
Lodi, y un Ensayo de psychología por Lsubowski.
La obra del célebre Michail NikisitschMurawjew
intitulada: Los habitantes del arrabal y Cartas
de Emilia merecen citarse por la novedad de kt
ideas y la hermosura de su estilo.
4? Historia. — Es la parte mas rica después
de la poesia. Ved aquí las principales obras: Ele-
mentos de la historia universal por el profesor
Kaidanow; la voluminosa obra del profesor Or-
low intitulada: Sucesos en la iglesia y en la pa-
tria. Los anales de la sociedad de Moscou para 1«
historia y las antigüedades rusas, contienen muy
útiles materiales para la historia de Rusia.
El académico Lehsberg, que la muerte ha ar-
rebatado prematuramente á las ciencias, ha pu-
blicado una obra Sobre la historia rusa, qué sin
contradicción alguna es la mejor en su género. El
profesor Evers ha dado á luz Noticias críticas so-
bre las antigüedades rusas y un Manual de his*
Progresos de la literatura rusa. 51|
loria rusa: también ha comenzado un Diario his-
tárico. Grejew ha escrito un Ensayo sobre la mi-
tología dé los esclavones rusos. Las Cartas de un
oficial ruso por Fedor Glinca, contienen exce-
lentes noticias principalmente para la historia dé
lósanos 1811, 1813 y 1814. En la parte de via-
ges y descripciones de diversos países, los Anales
del capitán Golownin se distinguen por las ins-
tructivas noticias que dá sobre Ips usos, costum-
bres y leyes del Japón, — También es muy bue-
na obra la del capitán Rikord intitulada: Liber-
tad dtl prisionero Golovmim en fin el Ensayo de
un viage pintoresco d la América septentrional por
Sswinjin, y la Descripción de, Petersburgo por el
mismo. Esta última obra tiene muy buenas es*
lampas. >•
5? Ciencias naturales. — El Diccionario de
química del académico Sseverzin. En 1815 se
concluyó la Historia de la medicina en Rusia por
Kichter.
6? Matemáticas y Estrategia. — La Direc-
ción de Artillería ha publicado un curso comple-
to de este arte; y el teniente coronel Baschenow,
los Elementos de Fortificación, según los princi-
pios de Vernon. -
7? Filologia.-^\Jn Diario redactado por la
sociedad literaria'de Moscou contiene una crítica
de las reglas de lá gramátita rusa. Adelung ha pu-
blicado un Tratado'sob<ré el mérito de Catalina i?
fara el conocimiento ¿omparativo de las lenguas'.
esta obra, las del difunto-Lehrberg y las investi-
gaciones críticas de Ev^^s sé han impreso á costa
del canciller mayor conde de Romanzou, celoso
protector de las ciencias. " • • - . . - • •. '
54 Bihltografia.
8? Poligrafía.— En 1815 se publicaron en
B.usia mas de 40 periódicos; pero este número
(disminuyó un poco en 1816. Merecen distinguir-
se las obras de diferentes sociedades sabias, prin*
cipalmente las Noticias de la Academia rusa.
También citaremos las obras siguientes: Ensayo
sobre los misterios de Eleusis, por M. Uwarow
en lengua francesa: sobre los adornos de una está"
tua antigua de Cupido por M. de Olenin ; y la
carta sobre la traducción y representación de la
Jfigenia por M. Ganditsch.
9? Buenas letras y poesia.— Muchos discur-
sos académicos. SchuKowsky y Katschenowsky
han dado las mejores traducciones de muchas
obras poéticas. Las numerosas producciones de la
poesia lírica han tenido casi todas por objeto la
grandeza y clemencia del emperador Alejandro:
una de las mejores es la Epístola al emperador
Alejandro por Schukowsky, Las Fábulas de Kry*
low y las Fábulas y Cuentos de Alejandro Ismaí-
low son las obras que mas sobresalen en la poe-
sía didáctica La dramática se ha enriquecido con
]as traducciones de la Ifgenia de Racine por Lo-
banow, de la Esther por Katessin, y del Tan-
eredo por Ganditsch. Las mejores composiciones
en el género cómico son: Las Fuentes de Lipeízk
por el príncipe Schakowskoy, y la traducción del
Misántropo por Kokoschkin. Ademas de esto se
han publicado muchas comedias, óperas, bayles y
tonadillas; y durante los años 1815 y 1816 una
tokccion de las principales obras en prosa y verso
originales y traducidas: Caliope 6 las composiciones
de los discípulos de la universidad de Moscou',
obras e» verso y prosa de varios autores eélebresi
Tregresos de la literatura rusa. J5
y en fin las de dos poetas, que hace pocos meses
murieron , llamados Derschawin y Oserow. El
primero ha adquirido suma gloria contribuyendo
sobremanera á la cultura de su nación: se ha pu-
blicado el tom» 5? de sus poesías. Oserow merece
el primer lugar entre los trágicos rusos, pues su
Edifo, su Fingal, Dimitry y Polixena no tienen
cosa que se les iguale en su género.
NOTICIAS LITERARIAS.
Gtiego» modernos. Artículo sdead» dtl ftriédkt in^ki
titulado £í TJMSS,

En un artículo con fecha de Munich, diciembre 1817,


publicado en un periódico alemán, se leen las siguientes no-
ticias sobro los griegos modernos, y los medios que al pre-
sente se emplean para perfeccionar su civilización , descu-
brir y estudiar sus monumentos •ntiguos.
"Sabemos que alguno» jóvenes erudito» del norte da
Alemania piensan emprender un viage á Grecia y parte del
Asia, para explicar ios restos de inscripciones y monumen-
tos artísti^s, con el fin de enriquecer la geografía anticua,
la estadística, historia natural, y en general, todas las cien-
cias que se puedan fomentar por medio de las investigacio-
nes y observaciones que ofrecen estas clásicas regiones. Tra-
duciremos una carta de recomendación escrita en griego an-
tiguo, que ha recibido uno de los viageros de la academia de
Berlin, dirigida á los griegos, y las observaciones con que
un periódico célebre que se publica en Viena en griego mo-
derno ielMercurio erudito^ la acompaña, convencidos de
que estos testimonios de amistosa correspondencia y buena
voluntad máiua, complacerán á nuestros lectores."
"La real academia de ciencias de Berlin saluda á lo»
griegos y á todos los amigos de las ciencias. El ilustrado jo-
ven Guillermo MuUer, bien instruido en la literatura anti-
gua , piensa viajar por la Grecia y parte del^ Asia, y su-
plica que para este efecto se le dispense el auxilio y protec-
ción de la humana y esclarecida nación griega. La academia
convencida de que sus observaciones y descubrimientos,
quando los publique, redundaráa no menos en el adelanta-
0 Noticias literarias.
miento de las ciencias, que en la mayor gloría de los míí-
mos griegos, os pide á todos vosotros griegos que le au-
xíleis en quanto sea posible para buscar las inscripciones an-
tiguas y demás restos y monumentos de la prosperidad de la
antigua Grecia , que todavía yacen escondidos. En cambio de
de esto , prometemos que todo griego que en qualesquier tiem-
po venga á nuestro país, tendrá igual acogida.
Berlín, Agosto. 1817. (firmado) Felipe Buttman.
A esta carta añade el Mercurio la siguiente rtcomendacion.
"Nosotros igualmente pedimos y suplicamos á las auto-
ridades eclesiásticas y civiles en todas las partes de la Gre-
cia , así como á los eruditos, comerciantes y demás, que dis-
pensen amigable y cordial íecibimiento ai dicho alemán,
exerciendo con él la mayor hospitalidad,, que le indiquen
ó enseñen lo que procura saber, y que le proporcionen toda
clase de auxilios. Debemos esta acogida á todas las naciones
ilustradas, pero todavía mas particularmente á los alemanes,
por'los muchos beneficios que nos hacen. Es la nación que
ha cultivado con el mas feliz éxito los antiguos conocimien-
tos griegos, y que ha facilitado su inteligencia con ilustra-
ciones, explicaciones y obras críticas, sobre la poesía, la
geografía V filosofía griegas. En ^ste pais es también donde
se reúne el mayor numero de hijos de la Grecia para su edu-
cación , y mientras viven en él gozan no solo de la amistad
de los alemanes, sino también de su protección y dirección:
ro» consideran como á hermanos y conciudadanos; nos asis-
ten y respetan casi mas que á ninguna otra nación , mientras
que estiS ni aun sabeii que publicamos entre ellos diariamente
nuestras obras y nuestros periódicos, y quanto deseamos, del
modo que nos sea ro.is agradable."
Se sabe con quanta satisfacción y agradecimiento recibie-
ron los griegos en otro tiempo la distinción que les hizo 1»
academia de Munich quai.'^do estableció con ellos relacionet
científicas. Las autoridades de Chios , que casi gozan de Unai
libre independencia, y de un distinguido establecimiento li-
terario , la mandó, según costui-^ibre de los estados antiguos,
UQ Stnado-consulto, por el quaí la academia fué admitida
4 los derechos de la hospitalidad. .En tiempo mas moderno,
el gran Duque de Weimar aseguró á los griegos un asilo y
ventiíji» Importantes en Jena, y los jóvenes griegos quando
han concluido sus estudios elementales en Munich, se reúnen
(B el mismo Jena para continuar tu educación eifntíüca. .
TEATROS.
Resumen de Id que han producido los dos teatros de est» Corte,
y número de dramas que en ellos se han representado desde
que principió el año cómico Í/Í i8i8 <í 1819.
MESDEMARZO.

Teatros. Dias que Productos.


Títulos de los Dramas, Autores.
Princiíe. duraron. Rs. de vn.

Dia 2 2 . . Del Rey abaxo nin--» jjg j , , Francisco de


4.... 34.20¿..
Dar: comedia en 3 actos. J
El Opresor de su fa-> traducida por Don
milia, comedia en 3 ac- ^ Antonio Savifton.. 4. . . . 3I-3Í4-.
tos. J
l a Huerfanita ó lo- 1 Por D. José Carne-
que son los parientes, 2. . • • I3.033. -
comedia en 3 actos.
Total. • 78.592..

Dia 2 2 . . Lo cierto por lo du-.


dudoso. ( La critica de j
esta comedia se hallaenX , , ,. I7-S?8..
3
este periódico, enlafar-)^°V^ ^^ Vega
' te de Miscelánea critica I
tom. S. pág. 89.) '
Darlo todo y no dar"\ „ ^ _ , _ , .
nada, Apeles y C a m - l » « D. Pedro Calde-^
paspe. / r o n de la Barca. . 2. . . . 10.240..

Eduardo y Federico.. De D. Gaspar Zavala. 2. . . • 4-Í40- -


1.0 que son los vec¡-\ , , 9.966, .
2. . • •
nos, en un acto. /^««'"'
31 La Muger de dos Ma-\ X. . . . 2.494. .
ridos.
/
Total. . 44-718.

" 5V vé que se han representado en el teatro del Príncipe 3


funciones , y en el de la Cruz 5. El del Príncipe ha produj
cido'j^.'i^z reales, y el de la Cruz 44-7^8. Ha producido
el del Príncipe mas que el de la Cruz 33.874.
MES DE ABRII.

Teatros. Tituloe de los Dramas. Autores. Días que


friruipe. duraron.

Opera, Alina Reyna^


de Golconda, en 3 ac-
tos. (esia opera es sa- J
cada del gracioso cuen-
to del caballero de Mou- I
ficts, contenido en el I
tom, I. pág. 177.tie la ]
Miscelánea critica').
Rey Valiente y Jus-
ticiero y Rico-hombre De Calderón.
de Alcalá, comedia en
S actos. }
El Tutor Celoso.

El FiWsofo casado ó-\


el marido avergonza- > ,
do de serlo. J

El Anciano y ios J<S-


veaes, comedia en i ac-
tos.
El marido según las-» ^
' « ' r i " " ! ' " ' ' ' " " ' '''jM^'i"=l^arcia. . . .

El Pelayo, tragedia\T)e D. IManuel Quin-


en i actos, i tana
El Hombre agrade-\
ddo. /•
ElPastelero de Ma-
drigal, ( i » critica de I
esta comedia se halla en
el tom. s. pig. 166 de \
la Miscelánea critica ). j

El Celoso confundi-
do. ( La critica de esta (
comedia se halla en el
tom, 2. del Memorial \
literario pág. 65 ).

Total. . 226.717.
MES DE ABRTI.

' • Dias que Productos.


Cruz. Títulos de los Dramas. Autores.
duraron. Rs. de vn.

t>U I . . . DoPa Inés de Castro ^^^,.^^¿,¿3 ¿^ j,g„


d Reyoar después de X^j^, ¿^ guevara. / . 3. . . . I8.95r«
morir. •*
El Hombre conven- ^
fl. . . • 12.524. .
muger prudente. J
g„rí''/fiJ,^oWn''r„\lfp"\0el
r a j fingido Colme-j. „ ^ Maestro
j j ^ _ . .Tirso
. ^ .de
.. 3. . . . zt.380..
Dar la vida por su ^
2. . . . 6.380..
actos. J
ElRectoMinistro,elXWKífíi. Traducida
Duque de Craon. / por D. Antonio Gil. 4. . . . 22.S54..
14. . . . Un Rasgo de Fede-'*
rico el Grande ó el V I 3.883. .
/ Barón de Felchen. J
I. . . . 3.164..
El Pretendiente con \ Del Maestro Tireo de
Z. . . . a.86o. •
rNueva. Traducida
El Hombre Gris. . . J por D. Pedro Ro-
5 39.802..
1 Opera. Ricardo Co-i Traducida por Don
1 razón de Leen. / Antonio Cornelia. 5.... 33-S98--
Quando tocas vendo, •» Del Maestro Tirso de
desengaños toco. / Molina. . . ' ' . . . . . I.... S-íS?. •
Cual miente mas de'^
los dos , Embustero 1
z . . • • • a.9ío..
Mentiroso en la Corte. J
Un Montañés sabe^
bien donde el zapato le > I.... 2.47». •
aprieta. J
El Pintor fingido I.... 9.8SO. .

Total. . 176.261.

JB« este mes en el Teatro del Principe ha habido lo


funciones y ha producido 216.']ij reales ^ y en el de la
X^ruz \4 funciones y ha producido 176.261 reales. Éxce'
de el producto del Teatro del Principe al de la Cruz en
et
50.456 reales.
MES r>E MAYO.

Teatro. Títulos de los Dramas. Días que I


Autores.
Principe, duraron.

Día I. El Celoso Confun-


dido.
La_ presumida
. ._\^
y. la
.lermusa. ((Lo
Hermosa. Critica Lf
La Critica
de esta comedia se ha— \
lia en el tome 6.pág.6'! í"
de cri— I
le la Miscelánea cri~
tica ) .
La Esposa Delin-
cuente. ( La critica de
esta comedia se halla
en el tom. 4. fág, 21
del Memorial literario 6
Biblioteca periódica de
Ciencias, y Artes).
II. Opera. El M a t r i m o - \
n¡o Secreto. •*
13- Los Títeres ó lo que\Traducida por el Ser-
es el Mundo. / fior Ojiraado
opera. El Matrimo->
nio Secreto. /
19. J ¿ . Matrimonio Tra-yComedia-^^^^^^^^^^^

£2. Cuantas veo tantas"» De Moreto, refundi-


quiero. / da por Solis
El Astrólogo fingido. Refundida. . í
A6. El Mayor Monstruo ^
de la Fortuna , ó la
Lavandera de Ñapóles.
( La critica de esta co— ,De tres Ingeiiios.
media se halla en el I
tom. 4. pág, 203 de la ,
Miscelánea critica.
«8. El Garrote mas bie.nl
dado, ó el Alcalde de
Zalamea.
;}.
30, Opera. El Méd^coA".
Turco.
SI El Parecido en >a}.
Corte.

Total.
M Í S DE MAYO.

, Días que I Productos,


Cruz. Títulos de los Dramas. Autores.
duraron. 1 '' :- de vn.

p'n 1. La Moza de Canta-\


ro. (Lu crtka de esto I , . .''
cowetUa se halla en el VDe Lope de Vega,. . 3-993- •
tom. S. pág. 29 iel Me- \
tnorial literario). I •• . ,
3 Los Moros de Grana-^ iVw cva^, historial.
da , ZegHcs y Aben- > Traducida por Fe- 31.906..
cerrages. J- • driany
8 El Delincuente Hon-\ 13.026..
rado. / , ., „.,
AI--- El Emperador Car-\Tr^<lucida por Grl 12.257..
13...
pintero. / menor
El picaro honrado d'^^j.fgrtucida por el
el Hombre de la Selva f jnismo . , í- 29-ÍÍ9-.
ti... Negra..
Eduardo IIT. RCy dfi
Inglaterra. ( La critica
de esta corfiedia se ha- ) De Zav^ila.
lla en el tom. 4. pág. j.670..
206 de !it Miscelánea
critica, -•
*f9. El VergortioSo en Pa-
lacio. ( Lalcritica de es- Del Maestro Tirso de
ta comedia, se halla en Molina.....''...
el tom. 5, pág, I42 de I6.02I..
la Miscelánea critica.
21. { Nueva, traducida en
verso por Don José
de Mora 24.730..
Opera. La Peía n?->
,gra, ó Ramona y Ro- íMúsica de Cristiaui. II.08I.
selio. J
«8. ^^LaEsclava de su Gz-y^^^ j ^ ^ ^ ^ ¿ , ^ g , . ^
39 No puede ser guar- 7-SS5.
dar una muger. ( La
critica de esta comedia
se halla en el tom. 1.
de-lar Efemérides his- i 8.800,
tóricas y literarias pág.
2?9).

T o t a l . . . 174.599.

En este mes eñ el teatro del Príncipe ha habido 13 fun-


ciones y lía. producido 194.641 reales, y en el de la Cruz 11
funciones y Li producida I74,s9() reales: Excede el producto
del teatro del P¡íncij.'e al de la Cruz en 20,042. reales.
MES DE JUNIO.

Teatros. Títulos de los Dramas. Días que


Autores.
Principe. duraron.

Las Juventudes de
Enrique IV. >• )•.*...*...

El Médico á Palos.

Niño II. Tragedia en\^


S actos. Nueva. /*
Las Cárceles de Lam- \
berg. < La criiica de et- I
ta comedia, se halla en
el tom, 2. fáf. 33 de la \
Miscelánea Criiica.
El Solterón y sul
Criada. (La critica de I
esta comedia, se halla >De Garcia.
en el tom. 1. fág. 209
del Memorial literario. I

Mi Tía Aurora. O^íca.

Gonzalo Bustos d e / ^ - » ^ " F«c'sco de


ara.
tara. SI " " l a Altes y Cu-
C rena
Cobrar en vida lo> De Don Félix Eoclso
gastado en su entierro./ Castrillon
Lo que son losCria-'> De Calderón, arre-
dos. / glada por Satis. .
Cobrar en vida l o i De Don Félix Enciso
gastado en su entierro./ Castrillon..... .
El Feniz de los Cria
•ia--\
dos. ó Maria Teresa de^ De Cornelia.
Austria.

Total. . 155.924..
MES DE JUNIO.

Crvx. \ Títulos de los Dramas. Autores. Dias que Productos.


duraron. Rs. de vn.

Dia I No puede ser guardar! I.. 5.071..


una muger. /
Cuando tocas vendoyOel Maestro Tirso de
desengaños toco. / Molina . ( . . . < . . 7.237.-
4...
la t ^ y n ^ E e » i t V « - - T - d u c « d a en
mugeíes infieles. J verso por Fedriany. 5.168. .
S... El célebre Marino\Traducida en verso
Juan de Calés. / por el mismo.. . . I. 2.402. .
6... La Vieja y los d o s \ 2.. 6.381. .
Calaveras. /
8... Celos con Celos se
curan. ( La critica de Del MÍéstro Tirso de
esta comedia se halla en Molina. Refundida. 11.283. '
el tom. 6. y 7. fág- 292
del Memorial Literario).
II.. El Perro de Montar-XTraducida del fran-
gís ó la Selva de Bondi.' cés por Fedriany. 6 3S.972.
17.. De Fuera vendrá \
quien de casa nos echa- I
ri. ( La critica de esta \ De M o r e t o . . . . . . . 2. . . . 7.814.
comedio se halla en el í
tom. 6. fág. 13b de la \
Miscelánea critica ). '
J9. El Mágico de Astracán. De Valladf.res.... 3.. . . U 3.068.
32. C o ' q u e r " ' ™ ^ ° ^ ' ^ > ^ e Moliere 3. . . . 10.385.
as- El Amo Criado. . . . De Roxas. . . < ' . . . I. . . . 1.648.
a6. Opera, Ramona y Ro- •« I.. . . 1.529.
selio. /
«7- opera. U T i a Aurora... M^SJ^J ¿^ ^noná. I. . . . •97 r-
28. Opera. Ramona y Ro- ^
selio. J I.. . . 1.30a
89. El Fruto de un mal.^
consejo contra el mis- I
mo que le dá, d el pri- > • • . . . • ' 2.916.
slonero de guerra. J
80 Para averiguar ver-
dades el tiempo el me-
jor testigo, ó el hijo de 1.535.
quatro padres, de Fi-
gurón,

Total. H5.688..

JEn este mes en el Teatro del Príndpt ha habido i t futt'


eiones que han producido 7 5 5 . 9 * 4 '•'''^'•' > y ^" '" ^''"^ ^ ^ funciones
que han froduñdo i i^.ótíH re¿iles , y se vé que excede el ¿roduit»
del Teatro del Príncipe al di U Cruz en\ ^o.ijó reales.
MINERVA.
TRIMESTRE QUINTO.
A G O S T O D E i8i8.

MISCELÁNEA CRÍTICA.

ECONOMÍA POLÍTICA.
Principios de Economía Política considerados por
las relaciones que tienen con la -voluntad huma-
na. Obra escrita en francés por el conde Des-
tutt de Tracy, par de Francia. Traducida al
castellano por Don Manuel María Gutiérrez.
Madrid: En la imprenta de Cano. Se hallará
en la librería de Sojo, calle de las Carretas.

-l-Jsta obra es una de las mas modernas y de las


mas estimadas en su género, por manera que ¡un-
ta con la de J. B. Say viene á formar un exce-
lente y completo tratado de economia política.
.Quando se publicó traducida la primera edición
de la obra del Say presentamos su arialisis y elo-
giamos su mérito no menos que el de la traduc-
ción (a). Destruido el tiránico poder de Napo-

fa) En el tomo 7, pag. 41 de la parte de Miscelánea


Critica.
TOM. Xir. 5
66 Prmiptoi
león , publicó el autor una segunda edición tatt
variada, corregida y añadida, que ha venido á
formar como una obra nueva, y la qual pronto
fué trasladada al castellano y leida con universal
aplauso, por lo que daremos su nuevo análisis,
contribuyendo de este modo á generalizar unos
conocimientos que consideramos indispensables
para la prosperidad de las naciones.
E\ traductor dice en su prólogo, que había
pensado acompañase á la obra una breve cartilla,
que contuviese los principios sentados y demos-
trados por el autor; pero en su lugar ha formado
un muy metódico análisis de toda ella, que inclui-
remos aquí abreviándole en parte, para que de es-
te modo hallen nuestros lectores en corto volu-
men el resultado de toda la obra y sus mas impor-
tantes verdades.
" Comienza el autor haciendo ver que la fa-
cultad de querer, ó la propiedad de estar dotados
de voluntad, dándonos el conocimiento distinto
de nuestro individuo, nos dá necesariamente la
idea de propiedad , y que asimismo es el manan-
tial de todas nuestras necesidades y miserias, por-
que un ser indiferente seria forzosamente impasi-
ble. También es la causa de todos nuestros medios
y recursos, mediante el prodigioso poder que tie-
ne para poner en acción nuestros órganos é im-
primir movimiento á nuestros miembros, porquQ
todo nuestro poder consiste en el uso de nuestras
fuerzas físicas é intelectuales.
>> Manifiesta que el empleo de nuestras fuerzas,
ó el trabajo, es nuestra única riqueza primitiva,
el origen de todas las demás, la primera causa de
todo su valor, y que aun el mismo trabajo tiene
de Economía Política. 6y
dos valores; el uno natural y necesario ^ que con-
siste en todo lo que es indispensable para la satis-
facción de las necesidades del ser animado que
cxecuta este trabajo mientras que está empleado
en é l ; y eJ otro ewentual y las mas veces conven-
cional, el qual consiste en la mayor ó menor uti-
lidad que resulta de este mismo trabajo.
»Pasa á hablar de los prodigiosos resultados
del uso de nuestras fuerzas, de nuestro trabajo, de
nuestras acciones, en una palabra, de las infinitas
combinaciones que producen nuestros respectivos
intereses, lo que tienen de útil ó de perjudicial
para la felicidad de todos y de cada uno, y final-
mente del mejor modo de dirigir nuestras acciones,
lo qual acaba de completar la.historia de la vo-
luntad y sus efectos.
»> Prescinde de las diferentes especies de seres
que componen el universo, ciñéndose á hablar de
la especie humana; y examinando por una parte
la organización del hombre, la propensión natu-
ral é innata que tiene á simpatizar, y por otra líi
necesidad de la reproducción y la dependencia
del ser reproducido, y de consiguiente las rela-
ciones sociales y morales que de aquí resultan,
hace ver que somos naturalmente conducidos al
estado de sociedad, que es nuestro estado nece-
sario.
»Considerada la sociedad por el lado de las
relaciones económicas es una serie incesante de
cambios, ora se considere en sus principios bárba-
ros, ora en el colmo de la perfección; pero como
estos cambios son voluntarios y libres son siempre
útiles á los dos contratantes; y esta multitud de
ganancias individuales que se repiten cada diá y
5-
68 Principios
cada instante, es la que compone el bien general,
y ]a que poco á poco vá creando las grandes ma-
ravillas de las naciones civilizadas , y poniendo
entre ellas y las tribus bárbaras de los salva'ges las
barreras que las separan. Para hacerlo ver nos pre-
senta el hermosísimo quadro de una nación per-
feccionada de algunos años atrás, donde vemos la
acumulación inmensa de bienes que posee; los re-
sultados prodigiosos de la industria y de la aplica-
ción de aquella parte de los trabajos de nuestros
mayores que nó necesitaron para -vivir, y que por
fortuna no se enterró con ellos. Hace ver que la
sola reciprocidad de servicios y el gran número
de cambios son las únicas causas de estos admira-
bles efectos, estudiando y distinguiendo las ven-
tajas que deben naturalmente producir.
»i.^ La reciprocidad de servicios, ó el traba-
jo de muchos hombres reunidos, es mucho mas
útil que el de estos mismos trabajando separada-
mente.
»> 2.* Este trabajo común facilita la extensión
de los descubrimientos importantes, aumenta las
luces, y sirve para difundirlas: las observaciones
de unos vienen á ser observaciones de todos: se
conservan, acumulan y trasmiten de generación
en generación, aun prescindiendo de los medios
de combinación y de acción que suministra el uso
del lenguage y de sus signos.
» 3.^ La reciprocidad de servicios permite que
cada qual pueda aplicarse á la clase de trabajo que
conoce, f en que está exercitado; pone á cada
uno en el lugar que le corresponde, y de consi-
guiente se executvin las obras con mas perfección,
y establece por último la división de trabajo que
de Economía Política. 69
ha llegado en las naciones civilizadas á ser una de
las causas de su opulencia.
«Los tres grandes beneficios de la sociedad ó
de los cambios, que son imposibles de concebir
en el estado de aislamiento, son pues concurso de
fuerzas, acumulación y conservación de luces y divi-
sión de trabajo.
>j Si la sociedad es la causa de estos prodigio-
sos efectos, lo es asimismo del aumento y perfec-
ción que reciben cada dia de la mano del hom-
bre, á lo menos quando este no se obstina en lu-
char contra el orden regular é inevitable de las
cosas. En efecto, todo su poder no alcanza aerear
ni á aniquilar,una cosa, ni aun á concebir lo que
significan estas palabras. Todo quanto puede hacer
mediante la acción que exerce sobre los seres que
le rodean, ó mediante el exercicio de sus faculta-
des , es mudarlos de forma ó de lugar; y así to-
das las operaciones de la naturaleza y del arte se
reducen á estas trasmutaciones, que dan ó au-
mentan el valor á las cosas, creando ó aumentan-
do en ellas su utilidad con respecto á nosotros.
Esto es todo lo que hace el hombre, y lo que no
podria hacer con tan buen suceso fuera del esta-
do social.
»>Toda operación que contribuye á dar utili-
dad á las cosas, ó hacerlas propias para nuestros
usos, es lo que \\^vc\^mo% producción \ y de consi-
guiente hay dos especies de operaciones ó de tra-
bajos: productivos é improductivos. Este es el ver-
dadero fundamento de la economia política, y por
donde debiera haberse comenzado su estudio para
evitar mil preocupaciones y errores.
» D e este principio general deduce dos conse-
jr* Principios
qtídncias muy importantes, que no siempre han
sido conocidas: l.^ son verdaderos productores los
que estudian las leyes de la naturaleza, y apren-
den el uso que debe hacerse de ellas, para dar
utilidad á las cosas ó para aumentar la que tienen,
acercándolas á los que las necesitan: los que auxi-
lian estas leyes, cooperan con ellas y las dirigen
para nuestro propio bien. Así tan productor es el
labrador que siembra su grano como el pescador
que hecha la red, el minero que extrae el metal de
la mina, y el que le transforma y trabaja; y de
consiguiente no hay mas clase ociosa que la que
vive del producto de trabajos anteriores que alqui-
la: 2.* no interviniendo la naturaleza de un mo-
do particular en la agricultura, ni dándonos esta
todo lo que necesitamos, no es el único manan-
tial de nuestros bienes, ni tampoco es mas produc-
tiva que las demás industrias, como comunmente
se ha creido,
»S¡ todas nuestras operaciones, aun las de la
agricultura, se reducen á trasmutaciones, ó mu-
danzas de forma y lugar, la industria rural es un
ramd de la fabril; y á la verdad una tierra ó un
campo no es sino una grande máquina ó una gran-
de fábrica, ya para producir trigo, ya para blan-
quear lienzos, ó para otras infinitas cosas útiles,
del mismo modo que lo es un hornillo, un marti-
llo, ó un barco.
»j Así pues, sienta el principio deque no hay
mas que dos industrias, y dos clases laboriosas en
Ja sociedad : i.* la de fabricantes, que comprende
Jos labradores, y unos y otros se ocupan en fabri-
car y transformar las primeras materias; a.^ la de
comerciantes que las transportan.
de Economía Política. yi
»>Establecido ya que la utilidad es el fin de to-
da producion, naturalmente ocurre: ¿pero como
se aprecia esta utilidad, ó como constituye ella
sola el valor de lo que llamamos nuestra riqueza?
Es imposible apreciar el valor de una cosa abs-
tracta que depende de los infinitos caprichos del
hombre.
»>En general, el sentimiento del placer es un
bien, y todos los bienes posibles no son sino este
mismo bien modificado; y de consiguiente todo
lo que nos procura un bien es ú t i l , sea lo que
quiera. La medida de la utilidad real ó facticia,
es la intensidad de nuestros deseos, ó la importan-
cia y extensión de los sacrificios que estamos dis-
puestos á hacer para adquirir la cosa que desea-
mos, y no hay otro modo que este de fixar el va-
lor á los productos de nuestra industria. Verdad
es que somos por lo común apreciadores muy in-
justos del mérito de las cosas; pero sin embargo,
consideradas por el lado de la riqueza, siempre
tienen el valor que les dá la opinión general; de
donde infiere el autor estas dos consecuencias:
I.* que el mayor productor es el que executa el
trabajo mas caro: i.^ que la nación mas rica es la
que tiene obreros mas instruidos y laboriosos, ó
que producen mas valores en un mismo tiempo.
"Los dos valores que tienen las cosas, los tie-
ne asinnismo el trabajo, ó el uso de nuestras fuer-
23S físicas é intelectuales, como ya se ha dicho;
pero el valor de que acabamos de hablar, el arti-
ficial ó convencional que es el que dá á las cosas
la opinión general con razón ó sin ella, es el único
de qu« debe hablarse en esta obra, porque es el
'verdadero valor, cousid'erado con respecto á la ri-
72 Principios
queza, ó la verdadera medida de la utilidad de la
producciorl, puesto que fixa el precio de elia.
«jEste valor convencional que se Wvima. t recio
•venal, no siempre puede ser la sola expresión de
la estimación general de una cosa, dependiendo
necesariamente, como el autor demuestra, de mil
circunstancias variables, y del balance de recíproca
resistencia entre los vendedores y compradores.
>j Establecidos los principios generales acerca
de la producción, é indicada la única medida que
tcnermos de la utilidad real ó facticia de las cosas,
pasa el autor á examinar los dos grandes brazos
de la industria en general, ó de la producción,
mudanza de forma ó industria Jabril; mudanza
de lugar ó industria mercantil.
»S¡ la sociedad es una serie de cambios, to-
dos somos comerciantes, y si e! íin de todo traba-
jo es la producción dé utilidad, todos somos pro-
ductores ó fabricantes. La industria que transforma
Jas cosas,.se llama fabril, comprendida en ella la
agricultura; pero tanto esta como todas las demás
serian impracticables sino se conociesen de ante-
mano las propiedades de los seres que podemos
emplear y las leyes á que están sugetos, el uso
atinado de estos conocimientos para producir efec-
tos útiles, y finalmente el modo de executar este
trabajo, ó lo que es lo mismo la teoría, aplicación
y execucion; y de aquí nacen tres clases diferentes
de productores, el sabio que estudia las leyes de
la naturaleza , el empresario que las aplica, y el
obrero que las executa.
"Pero naciendo el hombre falto de todo, y
con necesidades que debe satisfacer , es muy jus-
to que el que trabaja reciba una retribución por
ele JEcenoma Política. 73
SU trabajo; y de consiguiente corresponde á todos
estos productores una recompensa que llamamos
salario, la qual debe salir de las ganancias de la
fabricación á que cooperan. Ademas, ni el sabio,
niel empresario, ni el obrero, serian capaces de
poder ofrecer servicios útiles si antes no hubiesen
anticipado alguna cosa, porque el hombre nace ig-
norante , y necesita aprender para poder servir
de algo,
jjiVÍas ¿de donde han salido todas estas antici-
paciones? Délas economías ó ahorros que hit^e-
ron nuestros padres: son el excendente de su pro-
ducción sobre su consumo, el qual se ha ido acu-
mulando lentamente en una larga serie de siglos,
hasta formar los grandes capitales que han enri-
quecido las naciones, y que los economistas lla-
man comunmente capitales acumulados.
»E1 autor prescinde de las infinitas especies
de capitales que distinguen los economistas, se-
gún su naturaleza y empleo, porque mira esta di-
visión como sumamente arbitraria, ilusoria ó inú-
til, bastando saber en general que los ahorros an-
teriores son necesarios para comenzar toda em-
presa industrial, y de coiísiguiente que deben ser
siempre muy tardos los primeros progresos de la
industria , porque los ahorros son diñciles de ha-
cer en los principios.
«Pero como la formación de capitales depen-
de de mil circunstancias, y algunas desellas inde-
pendientes de la voluntad h umana , no todos los
trabajadores tendrán igual facilidad para acumular,
y de aquí nace la diferencia que se vá establecien-
do entre ellos, arruinándose los unos al paso que
ios otros se enriquecen.
74 Principios
»»La misma diferencia se nota en los salarios,
sujetos á mil variaciones; porque el sabio que di-
rige los trabajos necesarios para la producción se-
rá bien pagado mientras que se le necesite , y á
proporción el obrero; pero uno y otro, aunque es-
pecialmente este último, dependerán siempre de
mil circunstancias variables, porque ello es que el
empresario es el que los asalaria, porque es el que
anticipa los fondos y el que de consiguiente debe
tener la elección: así las mas veces debe depender
la qiiota del salario del ínteres de estos.
»>Pero ¿qual es la recompensa del trabajo de
los empresarios? N o puede ser otra que la canti-
dad de utilidad que produzcfin ó hayan hecho pro-
ducir, la qual depende forzosamente de la necesi-
dad mayor ó menor que haya de sus productos, y
de los medios de los compradores. Esta cantidad
debe cubrir los gastos que hubiere hecho, y de-
xarle una ganancia. El autor no llama salario á
esta ganancia, porque nadie se la promete y con
nadie la estipula, aunque es muy puesta en razón
y sumamente útil para que no desmaye, se dis-
guste de su profesión y la abandone.
»Si seguimos el mecanismo y el juego de los
resortes secretos de esta parte de la producción,
que consiste en la fabricación, veremos que esta
misma diferencia que hay entre los asalariados , es
la que divide los intereses de los unos y de los
otros, y nos explicará la oposición común que no-
tamos entre los de los empresarios respectivamen-
te; entre los de los asalariados y empresarios ,y fi-
nalmente entre los de los consumidores, empresa-
rios y asalariados. N o extrañaremos ni los funes-
tos privilegios exclusivos, ni los reglamentos pro-
de Economía Política. 75
hibitivos que solicitan los empresarios en daño de
los consumidores , ni los clamores de estos. Este
mismo principio hace ver por que los consumido-
res no solicitan por lo común estos privilegios, á
no ser que entiendan mal sus verdaderos intereses,
ó sean tan injustos que rehusen respetar el interés
de todos; porque como todos somos consumido-
res , nuestro interés es el común que no necesita
de salvaguardia teniéndola en la ley general, o mas
bien en la libertad; pero en todos estos casos son
funestísimos los privilegios, sobre todo si son ri-
cos ó temibles los individuos que los solicitan,
porque forman cuerpos, deslumhran ó compran á
los gobiernos, ó se prevalen de su poder , sobre
todo quando se les revela el secreto de su fuerza.
»»E1 autor desciende ahora á hablar de los sa-
larios , para hacer ver la diferencia natural que
hay entre ellos, y asimismo entre las ganancias
délos empresarios, debiendo conducirle este exa-
men á mil observaciones curiosas y á resultados
sumamente importantes.
«Observa que los salarios mas mezquinos son
los que se pagan en recompensa de los trabajos
mas demandados y necesarios: demuestra el por
qué debe ser así; y hace ver que aunque es un
mal inevitable, es sin embargo una dicha para la
clase pobre, que falta de medios, necesita comprar
barato lo que tiene que consumir,
„Observa asimismo que esta circunstancia se
verifica particularmente en la industria rural don-
de son menores las ganancias de sus empresarios
respecto á los fondos que emplean, á los rieSgos
que corren, y á los traLajos que generalmente tie-
nen que hacer: así debe haber siempre pocos ca-
y6 Principios
pítales empleados en este ramo, en comparación
á los que tiene una nación , que es lo que ca-
balmente nos confirman los hechos. Esto explica
también las diferentes formas que toma el cultivo,
el qual no tiene, ó parece que no tiene, analogía
alguna con el trabajo de las demás industrias.
„Si la agricultura es una profesión penosa y
poco lucrativa en todos sus casos, con proporción
á los fondos y trabajos que exige, no es de extra-
ñar que no ocupe en la sociedad el lugar distin-
guido que merece. N o le ocupará nunca por "mas
que declamemos, porque los capitales no acudirán
á fomentarla , á no ser que procuremos que haya
sobrantes en otros distintos ramos de producción.
N o hay otro medio que este de promoverla.
„Concluye el autor este capítulo con una de-
ducción sumamente preciosa para acabar de disi-
par la equivocación común de los economistas. La
agricultura, si se atiende á su necesidad, es la in-
dustria mas preciosa de todas; porque no hay du-
da que para vivir es menester comer; pero no es
la única absolutamente necesaria, pues tenemos
otras muchas necesidades fuera de esta. Tampoco
es la mas preciosa, considerada con respecto á la
riqueza, porque cabalmente los empresarios de ella
son los que menos ganan, y no puede ser cierto
respecto de las naciones lo que no lo es respecto
de los individuos. Descubre la verdadera causa de
este error, y nos preserva de él, distinguiendo
medios de subsistencia y medios de existencia:
aquellos son las materias alimenticias, y estos la
suma de las ganancias de nuestro trabajo : los pri-
meros fixan el límite de la población total, y los se-
gundos el número de nuestras comodidades y goces.
de Economía Política. yy
,,Pasa ahora el autor á hablar de la industria
mercantil ó mudanza de lugar: hace ver que el
riguroso comercio existe antes que haya comer-
ciantes , porque sin la intervención de ellos hay
sociedad, y de consiguiente cambios; pero que el
comerciante interponiéndose entre el fabricante ó
productor y el consumidor, facilita las relaciones,
el comercio y la sociedad; y así qué no es un pa-
rásito importuno y molesto, sino un agente.de la
utilidad común , y tan realmente productor como
el labrador y fabricante, puesto que como ellos dá
valor á las cosas ó aumenta el que tienen.
„Para demostrar esta verdad considera una
nación aislada ó sola en el mundo, y cuyas comar-
cas no estén tampoco en correspondencia recípro-
ca , y hace ver desde luego que todas ellas priva-
das de comercio tendrían que desperdiciar lo^ pro-
ductos sobrantes de la tierra, desprenderse de mu-
cha parte de ella, y carecer de mil cosas necesarias
ó útiles á la vida; que las comarcas mas pobres ó
poseedoras de malas tierras perecerían de miseria,
y que su población seria siempre muy corta; que
aquellas á quienes hubiesen tocado en suerte tier-
ras pantanosas , se harían por necesidad pastoras,
y acabarían por bandidas, como lo han sido todos
los pueblos pastores,
„Pero luego que se abre la comunicación de
unas á otras , este triste quadro muda de color,
porque comienza á obrar el ínteres personal: cada
una se aplica al trabajo que permite su suelo; au-
menta y perfecciona sus productos, sabiendo que
los puede cambiar por otros que necesita : todo es
ya actividad, circulación , riqueza, y por donde
quiera se ven nacer á porfía nuevas industrias, y
78 Principios
aprovecharse hasta las menores ventajas locales así
por efecto de los, cambios como por el de la co-
municación recíproca de las lucesj porque el pais
que no produce no inventa.
,,Exí<te de hecho el comercio antes que haya
comerciantes, porqué las comarcas de esta nación
han cambiado sin ellos sus productos; pero el co-
merciante le facilita y extiende infinito, porque es
el agente que cambia el sobrante de diferentes
paises, compra quando se le quiere vender, ven-
de á todos los consumidores quando y como ellos
apetecen, y de consiguiente es un verdadero pro-
ductor.
„Pero ¿qual es la retribución que corresponde
al comerciante? El aumento de valor que ha da-
do á las cosas, ó el que sus ventas excendan á sus
compras; en lo qual es parecido al director de una
empresa fabril, aunque con la diferencia de que
puede indemnizarse de la pequenez de sus ganan-
cias aumentando indefinidamente sus especula-
ciones.
„Esto hace ver que han sido necesarios todos
los esfuerzos de la preocupación y del charlatanismo
para obscurecer estas verdades tan obvias; que la
agricultura no es el único manantial de las rique-
zas; que el comercio lo es también trayendo una
cosa de un pais donde vale poco á otro donde va-
le mucho; que la verdadera felicidad de una na-
ción está dentro de sí misma; que no hay mas que
constituirla en un estado de sociedad recíproca con
las demás, fomentar la producción interior, dila-
tar la extensión del mercado universal, y aumen-
tar por este medio las ventajas del comercio inte-
rior de cada una, y finalmente que nuestros veci-
de Economía PoJttica. 79
nos pueden ser ricos y nosotros también, y que
son infundados y pueriles los zelos que han pro-
movido el funestísimo sistema mercantil exclusivo.
,,Si el comercio consiste como la sociedad en
una serie continua de cambios, ha podido existir
y ha existido de hecho antes que los comerciantes
qud son sus agentes, y antes que la moneda que
es su instrumento; porque teniendo todas las co-
sas un valor convencional, han podido cambiarse
unas por otras; pero como este modo de cambiar
es embarazoso, y á veces impracticable, era nece-
saria una mercadería que teniendo los mismos dos
valores que las demás, fuese divisible, inalterable,
fácil de conservarse y trasportarse, para que fue-
se la medida común de todas, y tipo universal de
todos los cambios.
„Esta mercadería es el metal precioso, el qual
todavía no es moneda, siendo necesario pesarle y
ensayarle para conocer su verdadero valor: es pu-
ramente un tejo ó una barra de metal.
„Pero el gobierno dividiendo este tejo ó bar-
ra en partes iguales, grandes y pequeñas, y revis-
tiéndolas de su estampa para justificar su calidad
y cantidad, que es lo que se llama su feso y ley,
la hace moneda. En esta parte ha sido necesaria
su intervención; y ¡ojalá que no hubiese abusado
de ella I
„Mas como en todo cálculo no puede haber
mas que una unidad que sirva de base, tampoco
puede haber mas que un solo metal moneda , que
debió ser la plata por ser el mas susceptible de
cómoda división. El oro es demasiado escaso, y
los demás metales demasiado comunes, aunque el
oro acude al servicio de la plata, como lo harian
8o • Principios
también las piedras preciosas si fuesen cómodamen-
te divisibles.
,,E1 gobierno puede acuñar moneda de oro y
fixar su proporción con la de plata; pero asi como
no debe fixar la tasa del interés que exige un pres-
tamista , tampoco debe coartar la libertad de las
estipulaciones en oro ó plata, ni menos autorizar
el pago de sumas considerables en moneda de •ve-
llón, no pudiendo haber mas que un metai que
sirva de término común de comparación;
,,Si la utilidad de la estampa consiste en trans-
formar un pedazo de metal en moneda, dedúcese
que ésta no ha debido tener otra denominación
que la que le corresponde por la cantidad de me-
tal puro que contiea©-; pero una vez admitidas las
denominaciones que se le han dado, es menester
mucha circunspección para aumentar ó disminuir
su valor nominal, si no se quiere dar un exem-
plo de inmoralidad y justificar la violación de la
buena fé. El autor prescinde de los efectos mora-
les que justifican esta violación, y se limita á los
económicos.
» Nota particularmente quatro efectos que son
los mas funestos de todos, que vienen á producir
al cabo la falta de recursos en el gobierno, y la
creación del papel moneda, al qual se ha queri-
do mirar como un signo de valores reales, como
es la plata, sin reparar que no tiene mas valor ne-
cesario que el costo de su fabricación, ni otro va-
lor venal que el precio que tiene como papel en
la tienda, al paso que la plata tiene un valor na-
tural y necesario, independiente de la efigie del
Soberano. Mas para sostener una injusticia es ne-
cesario siempre apoyarla en un error.
de Economía Política. 8i
tilcX papel moneda aumenta necesariamente los
gastos del gobierno: falta la confianza en él: los
asentistas piden mas por menos cosas: se establece
en lo general una proporción entre el papel y di-
nero ventajosísima á este: aumenta los asalariados,
acreedores del estado, censualistas y propietarios
territoriales: sufre hasta el gobierno en sus impues-
tos, como el propietario en sus rentas.
»>En este apuro crea nuevo papel, se aumen-
ta la desproporción de este con el dinero, nadie
fia ni presta, desfallece el comercio, se imposibi-
lita el cambio de aquellas cosas, cuyo valor es me-
nor que el del papel, y no hay mas remedio que
crear cédulas pequeñas.
„ílntonces no se vé un peso en circulación:
toman las cosas un precio igual á todo su descré-
dito; el gobierno acude á las requisiciones, el pue-
blo al piilage, y la sociedad se disuelve, porque
cesan los cambios.
„ N o se hace caso de cédulas grandes ni pe-
queñas, porque no bastan seiscientos pesos para
comprar un par de zapatos , como sucedió en
Francia, ni sirve de nada que el gobierno dé un
gran valor á la hoja de papel, como; hizo el de
esta nación con sus mandatos , porque no valdrá
ni siquiera el precio de su fabricación; de donde
infiere el autor l? que no debe alterarse el orden
natural de las cosas: 2? que es tan imposible dar
valor á la cosa que no lo tiene, como quitárselo
á la que lo tiene.
„Estos son los efectos del papel moneda inse-
parables de su creación y uso , y que producen al
cabo una bancarrota culpable y funesta , que lle-
va consigo la alteración de las monedas metálicas.
TOM. XII. 6
82 Principios.
Ahora pasa el autor á hablar del interés del dinero.
,,Así como se alquilan casas, coches, &c. se
alquila también el dinero; pues este alquiler es
el interés que si le fixa la ley para aquellos casos
en que no se hubiese estipulado entre los contra-
tantes, se llama legal. Para que sea justo es me-
nester que no sea ni demasiado grande, ni dema-
siado pequeño, sino el que presuma que hubieran
estipulado las partes contratantes.
„E1 autor se hace cargo de los motivos que
puede tener el gobierno para fixar las tasas del in-
terés , pero prueba que ni aun por esto le debe ñ-
xar á la fuerza ,- y que seria inútil el intentarlo,
porque no haria mas que convidar al disimulo y
á mil supercherias clandestinas. Propone el medio
de establecer una ley que anulase los contratos en
que se hubiese estipulado un interés sumamente
crecido, aunque en esta materia seria embarazo-
sa , siendo difícil apreciar todas las circunstancias
y sobre todo el riesgo del prestamista.
„Pasa á hablar del cambio y del banco; de los
diferentes servicios del banquero y cambista; quan-
do y como se combinan los servicios del uno con
los del otro; de las letras de cambio, uso del cam-
bio y curso del banco; de donde infiere dos ver-
dades preciosas: i.'^'que el comercio es realmente
productivo , aumentando el valor de las cosas por
el trasporte: 2." que son quiméricas las balanzas
del comercio, no siendo posible que una nación
exporte siempre mas que importa, debiendo salir-
le al encuentro y cortar sus vuelos el curso del
cambio.
„Pero estos servicios de los banqueros y cam-
bistas se convierten en mal quando se reúnen en
de Economía Política. 83
graneles compañias, y obtienen privilegios de los
gobiernos; porque de aquí nacen las cédulas, que
son la tentación del gobierno; se aumentan sus
gastos, se sobrecarga la ciículacion, acuden sus
tenedores á reducirlas, invocan las compañias el
apoyo de la fuerza , les dan un curso forzado, y
queda la sociedad inundada ÁQ -papel moneda ; lo
qual hace ver con los excmplos de la caja de des-
cuentos de Francia y el banco de Inglaterra; ade-
mas de que tales compañias fundadas en el dolo,
son radicalmente viciosas y no prometen sino bie-
nes ilusorios. Aquí concluye el autor su primer
libro, ó la formación de las riquezas, y pasa á ha-
blar de la distribución de ellas.
»La propiedad está en la naturaleza, y no
siendo posible que todos ló^s individuos tengan
un mismo grado de inteligencia y de fuerza, tam-
poco lo es la igualdad; así es inútil quanto se ha-
ga para establecerla, porque el arte no puede des-
truir las obras de la naturaleza: quanto podemos
hacer es proteger al débil contra el poderoso.
«Somos desiguales en medios y estamos en
oposición de intereses; pero la sociedad debe te-
ner por base la libre disposición de las facultades
del individuo y la garantía de lo que pueda ad-
quirir mediante el uso de ellos; porque todos so-
mos propietarios en mas ó menos, y así es qui-
mérica la distinción de los enonomistas de propie-
tarios y no propietarios. Pero ¿cuales son nuestros
intereses? Los asalariados quieren aumentar su sa-
lario y los empresíirios disminuirlo ; pero como
todos somos consumidores se infiere que el ínteres
de los asalariados es el del mayor níiniero, pero
el de los consumidores el de todos; de donde de-
6:
§4 Principios
duce el autor: I? que son injustísimas las maestrías,
gremios, cofradías y demás trabas del sistema re-
glamentario : 2? que son injustísimos los privile-
gios y monopolios: 3.° que el interés común es
que se respete el derecho de propiedad y se per-
feccione la industria,
«Después de esta pequeña digresión, necesa-
ria para comprender el mecanismo y juego de la
sociedad y de sus ventajas, vuelve á tomar el hi-
lo de la historia de la distribución de las riquezas,
haciéndola ver en la nación que supuso antes cer-
cada de desiertos impracticables, y sin comunica-
ción con otra alguna.
„Ocupado todo su territorio, los que no tie-
nen tierras se aplican á otras profesiones, ofrecen
su trabajo, y debiendo ser la oferta mayor que la
demanda, es natural que bajen los salarios; pero
como la industria promete una ganancia segura en
razón de las grandes ventajas que el fabricante tie-
ne estando el consumidor á su lado, y ahorrándose
gastos de trasporte, seguros y otros, deben esta-
blecerse fábricas que surtan al interior y después
al extrangero. Los nuevos productos aumentan la
población , disminuyen la esportacion de materias
alimenticias, y mientras que la industria vá en au-
mento se adquieren riquezas, se distribuyen en-
tre todos y todos gozan de un bien estar.
„Pero este estado de prosperidad es transito-
rio, aunque el autor manifiesta que el hombre no
carece absolutamente de medios á lo menos para
retardar el momento de la miseria, el qual es elec-
to de la fecundidad de la especie humana. Con
este motivo pasa á hablar de la población.
„La naturaleza se ocupa exclusivamente en
de Economía Política. 85
la conservación de las especies, y descuida al pa-
recer la de los individuos, pues una sola familia
que tuviese á la mano medios de subsistencia, se
multiplicarla extraordinariamente, como se vé en
los Estndos-Unidos de la América Septentrional.
„Pero ademas de estos medios ha distinguido
el autor los de existencia, que son los que nos
preservan de las incomodidades y molestias de la
vida, y establece esta proposición general con la
qual explica todos los hechos con todas sus cir-
cunstancias: la población debe ser siempre propor-
cionada á los medios de existencia.
„La población de los salvages ignorante y bár-
bara, debe ser estacionaria y reducida, faltándola
los medios de existencia: debe aumentarse la de
los pueblos civilizados mientras se aumenten estos
medios: es algo progresiva en las naciones civili-
zadas, en quanto las ciencias y artes perfeccionan
estos medios.
„La Rusia aumenta su población porque tiene
todavía tierras por ocupar; la Lombardía y la Bél-
gica florecen porque su suelo es muy feraz, y lo
mismo sucedería á la Polonia sino tuviese señoríos
feudales; de donde se deduce que lo que favore-
ce la producción aumenta la población y al revés,
y que son impotentes y aun perjudiciales los es-
tímulos directos de las ordenanzas de Augusto, y
de Luis X I V , relativas á los matrimonios.
„ Añade con Malthus, que la población es siem-
pre demasiado crecida en los paises civilizados con
respecto á los medios de existencia ; y así que es
una barbarie empeñarse en aumentar esta población,
y que el interés del hombre, mírese eomo quiera,
coasiste en disminuir los efectos de su fecundidad.
86 Principios
„Vuelve á tomar el hilo de la distribución de
las riquezas, y divide la sociedad en dos clases
generales, asalariados y capitalistas, los quales ó
viven de siis rentas ó de ganancias, esto es, ó son
capitalistas ociosos, ó industriosos: los primeros á
no ser que quieran arruinarse no pueden gastar sino
su renta, y de consiguiente la cantidad que dan á
los asalariados es por lo general constante. Los se-
gundos no todos ganan : los que prosperan suelen
retirarse de su profesión, y van á llenar los huecos
que dexaron los ociosos, ademas de que toda in-
dustria tiene limites que no puede traspasar; y así
el consumo de estos es también casi siempre una
cantidad ñxa.
„Este es el fondo que mantiene á los asalaria-
dos, que es casi siempre una cantidad constante,
cuyo principio explica el por que no se aumenta
el número de asalariados desde que dexa de au-
mentarse este fondo, debiendo perecer el exce-
dente sobre el número que puede mantener , por
falta de medios de subsistencia.
„Si los que viven de sus rentas se multiplican
demasiado con respecto á los medios de subsisten-
cia, el excedente refluye á la clase de los empre-
sarios, y el de esta en igual caso á la de los asa-
lariados.
„Por lo tanto la humanidad, la justicia y la
política están de acuerdo en que el interés que de-
be respetarse mas, es e! del pobre y asalariado,
siendo esta clase la que fixa los límites de la po-
blación total, ademas de que es el mas conforme
al ínteres genera!, porque tan interesado está en
que se respete su propiedad personal, como la de
los demás de cuyos fondos vive; pero quando se
de Economía Política. 87
hable del pobre debe entenderse por propiedad
tanto la personal como la mobiliaria. Respétenla
pues los ricos si quieren que él respete las suyas:
déxesele libre el uso de su trabajo, y pagúesele
bien.
„Esto es lo que no se hace, porque hasta el
miserable zapatero de viejo desea que el salario
del que le sirve sea baxo , y véase aquí el origen
de la esclavitud de los negros.
,,Es un mal sin duda que la mano de obra sea
demasiado cara por las razones de que se hace c;ir-
go el autor; pero prueba que quando es demasia-
do miserable la última clase, su misma indigencia
y languidez acaba con la industria, y es la causa
de infinitas calamidades, aun para sus opresores.
Lo confirma con exemplos sacados de la historia,
y sobre todo con el estado que tienen hoy los pai-
ses del Sur de los Estados-Unidos; con los efectos
de la esclavitud de los negros y siervos de la tier-
ra; con la impotencia y debilidad de la Polonia, &c.
„E1 salario del pobre debe ser no solo sufi-
ciente sino constante; porque todo lo que es pa-
sagero no puede aprovechar á un hombre que
no tiene previsión, y que ó lo disipa luego que
ló recibe , ó se multiplica imprudentemente ; de
donde se deduce que el precio de las cosas de pri-
mera necesidad debería ser poco variable, pues lo
que interesa al pobre no es el salario considerado
aisladamente, sino comparado con el valor de las
cosas necesarias á la vida. Propone pues el medio
mas eficaz y justo de impedir las freqüentes varia-
ciones, qual es dexar al comercio una libertad ab-
soluta , y con este motivo examina los funestísi-
mos efectos del aumento de precio de los gene-
88 Principios
ros, y de los de las variaciones súbitas en ciartos ra-
mos de industria, á las quales están mas expuestas
que otras las naciones dominadoras del comercio,
„Se detiene á hacer ver quales son las venta-
jas y desventajas de las naciones mercantiles y
agrícolas; y prueba que si estas no están tan ex-
puestas como aquellas á las freqüentes variaciones
de precio, lo están á otra calamidad qual es el su-
bido precio de granos.
„Despues de haber considerado los intereses
del pobre como propietario, considera sus intereses
como consumidor, que estriban como para los de-
mas en que sea barato el precio de las cosas; en que
sean fáciles las comunicaciones, y económicos los
gastos de fabricación; de consiguiente está como to-
dos interesado en las ventajas que producen la per-
fección de los métodos y la invención de las má-
quinas. Manifiesta quales son estas ventajas; se ha-
> ce cargo de la opinión contraria de los eeonomis-
tas, la desvanece, y prueba que el mal que resul-
ta es momentáneo, debiendo refluir la parte de
gastos que ahorran á otros ramos de producción,
que al mismo tiempo que podrán asalariar á los
obreros desocupados, aumentarán los manantiales
de la riqueza.
„.Todo esto conduce al autor á estas dos ver-
dades, que contribuyen á poner de manifiesto los
efectos de la distribución de las riquezas, y las
ventajas de ella por efecto de la sociedad : i.* que
aunque los intereses personales nos dividan, el inte-
rés común nos reúne: 2.* que somos desiguales en
medios. La desigualdad por consiguiente es un mal
en quanto da armas al poderoso para oprimir al dé-
bil, pero inevitable.
de Economia Política. 89
„Hay desigualdad de poder, y desigualdad de
riqueza; aquella, que es la mas terrible, como que
es la que subyuga la persona misma, es la que
debe combatir la sociedad; pero como ésta estable-
ce y afianza la seguridad, no puede menos de au-
mentar las riquezas, y de crear la desigual distribu-
ción que lleva tras sí la de instrucción, capacidad
ó poder; ' donde se deduce que se debe pro-
curar distiiinuirla aunque siempre por medios
suaves."
Habiendo concluido el autor su segundo libro,
pasa á hablar del uso que hacemos de nuestras ri-
quezas.
" E l hombre destruye la utilidad de las cosas
que aplica á sus usos, y este destruir es consumir.
El consumo pues aspira á la producción; ésta au-
menta nuestras riquezas, y el consumo las desmi-
nuye; pero hay muchas clases de consumo que va-
rían según son los consumidores y la naturaleza
de las cosas que consume. El pobre que «o tiene
mas tesoro que el salario de su trabajo que sale de
los fondos del que le asalaria, consume lo que re-
cibe de este; de consiguiente así lo que gasta co-
mo lo que gana se puede considerar como parte
integrante del consumo del que le asalaria, y por
lo tanto es conveniente examinar el uso que ha-
cen los capitalistas del trabajo que compran.
. „E1 capitalista ocioso que ocupa una población
numerosa en un trabajo absolutamente estéril dis-
minuye las riquezas adquiridas y la reproducción,
al paso que el industrioso la aumenta y puede au-
mentar indefinidamente.
„E1 consumo de estos tiene dos partes, el de
las cosas que destruyen para vivir, y el que ali-
9© Principios
menta la industria; aquella es una destrucción di»
unitiva, y esta aparece en los nuevos productos
con las ganancias de la reproducción, vendiéndo-
los por mas de lo que costó su creación, parte á los
de su misma clase en pago de lo que consumieron
para vivir, parte á los asalariados y parte á los
capitalistas ociosos; de modo que las rentas y los
salarios que pagan, y aun lo que ellos comen
vuelve á sus manos: son el corazón del cuerpo
político y sus capitales la sangre que mantiene la
vida. Pues este movimiento perpetuo de las ri-
quezas que lleva las cosas al punto de donde par-
ten es lo que se llama muy propiamente circu'
lacion.
„E1 consumo varía también según la natura-
leza de las cosas que se consumen , porque aun-
que todas representen un trabajo , el valor de las
imas es mas permanente que el de las otras: todas
están situadas entre dos extremos, ó la duración
mas larga ó la mas corta; de donde se deduce que
el consumo mas rápido es el mas ruinoso, porque
destruye mas cantidad de trabajo en el mismo
tiempo, ó una cantidad igual de trabajo én menos
tiempo, y que el mas lento comparativamente al
mas rápido es como un tesoro que se vá acumu-
lando. Así queda demostrado que el luxo que con-
sume disparatadamente no puede ser causa de ri-
quezas, ni de producción.
„E1 autor hace ver que no puede enriquecer
á un estado grande ni pequeño; que los salarios
que paga por un trabajo estéril salen de la indus-
tria y producción; que no puede animar la circu-
lación , lo que solo hacen los fondos de los indus-
triosos; que ni aun arruinándose los ricos pueden
de Economía Política. 91
aumentar la masa de los salarios; que para nada es
bueno, y finalmente que el gusto de los dispen-
dios superfluos, cuyo origen es la vanidad, se pe-
ga como un contagio, y pasando de la clase supe-
rior á las inferiores absorve los fondos, sustituye
un trabajo inútil á otro útil, y agota el verdadero
manantial de la riqueza.
„E1 autor pasa á refutar la desastrQj3,-opinion
de que el consumo es la causa y medid^,4# ^^ P''°"
duccion , y hace ver que aunque es cierto que
producimos para consumir, y que el único medio
de fomentar la industria es dilatar la extensión
del mercado y aumentar las salidas, no por eso
gastar es enriquecerse, ni el luxo aumenta los gas-
tos, no haciendo mas que substituir unos por otros.
Siempre es indispensable volver á la producción;
y no produciéndose sino con riquezas acumuladas,
quanto mas se gaste en cosas inútiles menos que-
dará para la reproducción y consumo provechoso.
„Hace ver por la experiencia que luego que la
industria ó las luces ó ambas cosas juntas libran á
un pais de este cruel azote, inmediatamente acu-
den á él las riquezas, y adquiere un aumento ma-
ravilloso de fuerzas; de aquí los grandes adelan-
tamientos de la Holanda, los progresos de la agri-
cultura en Inglaterra, y sobre todo los de los Es-
tados-Unidos de la América septentrional.
„E1 autor concluye este capítulo, examinando
los efectos del luxo con respecto á la moral, que
es lo mas importante, quando se trata de los inte-
reses del hombre, y deduce el principio general de
que destruir no es producir, ni gastar enriquecerse.
Pasa ahora á hacer ver los efectos de las ven-
tas y gastos del gobierno en la propiedad pública.
92 Principios.
„Toda sociedad política necesita ^bsolutamea-
te de un gobierno, y este de rentas que no pue-
den dexar de salir ó de bienes raices ó de impues-
tos : si lo primero es como un propietario terri-
torial ocioso que no beneficia por sí mismo sus
fondos; y si lo segundo equivale á un capitalista
negligente, porque aunque no tenga fondos se los
puede procurar, y destruye como él los efectos
del traBiijó--que asalaria.
„Pasa el autor á hablar de los impuestos, y
sienta por principios generales: i? que todo im-
puesto es un sacrificio: 2? que si recae sobre los
capitalistas ociosos no altera la producción, el con-
sumo, ni la circulación general: 3? que si recae
sobre las ganancias del industrioso las disminuye
é impide la extensión de la fabricación , y si so-
bre el capital ataca la industria: 4? que si recae
sobre los asalariados se suprime una parte de su
consumo que es reemplazado por el aumento del
consumo de los particulares, á quienes el gobierno
paga con el dinero de aquellos.
,,Consistiendo toda la dificultad en saber quien
paga definitivamente la pérdida que ocasionan los
impuestos, y siendo estos infinitamente varios, el
autor los clasifica en seis especies particulares:
I.* sobre rentas de tierra: 2.^ sobre alquileres de
casas: 3.* sobre intereses pasivos del estado: 4* so-
bre las personas: 5.^ sobre actos civiles y transac-
ciones sociales: 6.* sobre mercaderías ya por mo-
nopolio ó venta esclusiva y á veces forzada, ó
al momento de su primera producción, ó al tiem-
po de pasar del primer productor al consumidor
definitivo.
„Aunque todos ellos son gravosos en lo ge-
de Economía Política. 93
lieral, el autor examina sus efectos y prueba:
l.° que los impuestos sobre los intereses pasivos
del estado y rentas de tierras los pagan anualmen-
te aquellos sobre quienes recaen sin indemniza-
ción alguna, perdiendo también parte de su capital,
de modo que después de ellos nadie los paga:
a.° que lo mismo sucede con respecto á los de al-
quileres de casas, ademas de otros efectos que tie-
nen : 3.° que el impuesto personal que tiene por
motivo las riquezas ya adquiridas, perjudica alas
personas de quienes se exige, sin eximir de él á
las que les suceden, pues todas le pagan: 4.° que
la pérdida que ocasiona todo impuesto sobre ins-
trumentos de transacciones civiles, la sufren real-
mente aquellos de quienes se percibe quando la
ocasión se presenta , pero que su sola existencia
perjudica á otros muchos ramos de industria:
5.0 que el personal que le motiva un ramo deter-
minado de industria y todos los impuestos sobre
las mercaderias, comienzan gravando á aquellos
de quienes se demanda su importe y acaban reca*
yendo sobre todos los consumidores en mas ó
menos.
„Despues de este curioso eximen presenta el
autor su opinión particular sobre esta materia, re-
ducida á estos pocos principios: 1? que debe mi-
rarse con mucho respeto el capital del industrio-
so, sieüdo su consumo el único productivo: 2° que
el mejor impuesto seria el que cargase sobre los
intereses y deudas del estado , pero no debe pen-
sarse en él por ser una bancarrota: 3? que á falta
de este , los mejores son los que mas se le seme-
jan, como el impuesto sobre rentas de tierras, al-
quileres de casas y aun el personal que tiene por
94 'Principios
motivo las riquezas adquiridas, con tal que sea
juicioso y moderado: 4? el impuesto sobre actos
y transacciones civiles, con tal que no sea muy
oneroso: 5? tampoco le parecen malos los impues-
tos sobre las mercaderías y el personal, con tal
que se eviten sus excesos, que son venta exclusi-
va ó forzada, y quanto tire á coartar la libertad
del trabajo y á hollar la propiedad individual, ó
el libre uso de las facultades: 6,.° ni tampoco los
establecidos sobre mercaderías de luxo, ó los re-
caudados en las fronteras 6 puertas de ciudades.
Pero en todos ellos debe tenerse presente que el
mejor es iniqiio, quando es ó muy crecido ó des-
proporcionado á los demás. D e consiguiente los
mejores impuestos en general son : 1.° los mas
moderados: 2.° los mas variados: 3.° los mas an-
tiguos; porque con el trascurso del tiempo han
ido ajustando los precios de las cosas y establecien-
do un orden universal
Después de haber hablado de las rentas del
gobierno, pasa á hablar de sus gastos, y hace ver
que todos ellos son absolutamente inproductivos,
ya sean los que exige la milicia, marina, tribuna-
les y administraciones públicas; ya los necesarios
ó útiles para la construcción ó reparación de puen-
tes, caminos, calzadas y obras públicas; ya final-
mente para los premios de estímulo y recompen-
sa de las artes y ciencias.
Todos tenemos una estrecha obligación de se-
parar de nuestras riquezas una parte para auxiliar
al gobierno , así como separamos lo que podemos
necesitar para reparar nuestras viviendas quando
amenazan ruina; pero sea que la demos al gobier-
no á título de impuesto ó á título de préstamo,
de Economía Política. 95
como que es un efecto de trabajos producti-
vos anteriores, que no se reproduce con ganancia
en sus manos, debe mirarse como perdida irrevo-
cablemente desde que entra en el tesoro nacional;
de donde se sigue que la opinión de aquellos eco-
nomistas que creen que los gastos del gobierno au-
mentan la riqueza pública, es un verdadero delirio.
„Esto le conduce naturalmente á hablar de los
empréstitos ó de los gastos extraordinarios de los
gobiernos, y sienta estos dos principios: i.° que
los gastos extraordinarios no menos, que los ordi-
narios, lexos de aumentar la masa total de la cir-
culación no hacen mas que torcer violentamente
su curso: iP que tampoco aumentan la suma de
las riquezas anteriormente producidas, porque ca-
balmente salen de ellas.
„Exám¡na con este motivo si en la suposición
de que los gastos del gobierno exijan sumas con-
siderables, será un mal menor el que haga frente
á ellos por medio de impuestos ó por medio de
empréstitos, ó si será útil que los gobiernos ten-
gan crédito, y hace ver que no; porque toda deu-
da pública absorve una parte de la renta pública,
y todo empréstito lleva consigo la necesidad de
pedir otro en seguida para llenar el dejicit, y el
pago de intereses; y así se gasta en cortísimo tiem-
po una porción considerable de las riquezas anual-
mente introducidas, para mantener unos censualis-
tas inútiles que suelen ser no solamente holgaza-
nes y egoístas, sino viciosos y enemigos impla-
cables de los principios de la sana moral.
„Que es casi imposible no abusar del crédito,
lo qual lo prueba con la historia de todos los tiem-
pos. Luego que los gobiernos han tenido la facili-
g6 Principios
dad de tomar prestado se hicieron ambiciosos y
comenzaron los gravísimos males que el mundo ha
llorado por tan largo tiempo. Se aumentaron sus
exércitos y sus intrigas, y nació esa política in-
quieta y quisquillosa, con la qual no se puede evi-
tar la guerra, ni disfrutar de los beneficios de la
paz, aun prescindiendo de otras mil calamidades
funestísimas al pais, cuyo gobierno tiene la facili-
dad de procurarse recursos considerables.
„Se hace cargo de las principales obgeciones
de los que sostienen la opinión contraria: las des-
vanece enteramente, y concluye que lo mejor que
puede hacerse en esta parte es proclamar este prin-
cipio de eterna verdad: que todos los decretos do
nuestros legisladores de hoy se pueden modificar,
variar y abolir mañana por sus sucesores,.. hacien-
do entender que será aplicable á todos los empe-
ños que el gobierno contraiga con sus prestamis-
tas ; y aquí concluye su tercero y último tomo."
Hemos visto pues que la ciencia de la riqueza
de las naciones no es mas que la buena y juiciosa
economía de un particular; que su obgeto es ha-
cer el mayor trabajo útil que se pueda y el mas
demandado, y no consumir sino lo que pueda
procurar este trabajo, que una nación que nada
hace para nada tiene, y la aniquila su misma mi-
seria; que sino hace mas que un trabajo común
mal combinado y poco estimado se sostendrá mi-
serablemente , y su multiplicación no pasará de
los límites que la fixen sus medios de subsistencia;
y por el contrario, si hace mucho trabajo precio-
so y bien dirigido, gozará, prosperará y se pobla-
rá , aunque si consume mucho en superfluidades
volverá á caer en la miseria: que todo el mundo
de Economía Política. 97
es propietario : c[ue no hay mas propiedades pri-
mitivas •qué'las'facultades físitás-é'intelectuales de
cada uno ; y el trabajo ó el uso de ellas, y que sus
resultados soriíá afcifWulacron-d'S' pradnctos, y qttó
auri el hombre IJü» no tien^iriaS-, propiedad que
sus brazos, y^dfecoñSigiiierite'-que no puede ha-
cer anticipación alguna , la aumenta maravillosa-
mente en'''ér%^dd fodáU'por-^fétesíablé que sea,
suministrándole infinitos medios de que carecería
eftiél éífiídií'dtí-áiíarquía y dí!"griévra'cbíh''sus''s¿me-
jarttés.y; aiÚ ~éíi\el de = aisla hlié!iitt>'J HentósrvisPá
^ i s él ¡dinero'<|ué'fee'dá' íléeí'fel'^giie-rrias'píod'u^
cey skúy el•'<l|ate'Stí"pres¥a ; <^i6'ii6-fes'éí-pi-éidrgd'.'d
íjuó manriétífri sirio' el económi¿(j;"'qüé'las iñVfeñ-
ci'Ortgstíe-' iQs* Wácjuinas y rtiét<*doy-perfeóciohiaáblá
TÍó'^d-ishiinujíeH IS-pübláciéii,'-sitio ;^ue lü aüítrcií-
Mtti;-q^e <M*i'{feSiii'sft ew li«e«lo?«í)áb déírtrfe'¿fó 'sii
caáái y eni^úéi»'íse'i-U^"áé hiyeciahifi^li^'VA
ttiiáfnó» t]iie?^í'ííñ'-íabrá(i¿r ^^mp'éííásé.en'q'üe sfis
tierras propias para'una sola glasé de pitíídúOTpiíHB.
ftííiSeíi párá tódbíi'b'eomdafi^^áBridatlté'qtíe cftiisie-
«8'feátterí*í^l Mfimo'hts titrYamife^fifósi'itíáqTÍñiafe''y
Itt^etlas pñmm'pór tíoWtn'^it^ii'yíliáffifeñte,
•quélds regla^entbs no favoredsrtPÍh <Ílr^en1á-^5ií3tisi
*rja, sinoi íjucifía fetitoi'pecéti, lá-sófoca'ii y íalarií^iqüf-
lán. Véase |)ués'aqi3Ílá'ciéfléiá¡Hé la eCottomiaípóiíirci"
»edudda:í-i'ün'eórtÍ!SÍriio nuihtrír» de verdatfe^'á'iíé
jülcidíqiié sé'tifeííVíín" de una sola Verdsfdy'o^ ílé
tin sold jiifkíio'primordial, coiñó dige al príiiijipio.
'-• Ei imfyósiblé nó reconocerán este escrito'fe
precrosa-rñátió'del; autor dé la ideblógia y de la
lógica , tan rtepe'tado aun por loS mismos enemi-
gos de sus'principios, ó por los idólatras de los
misteriosos rfaetafísicos alemanes.
TOM. XII. 7
98

LITERATURA FRANCESA.

Coi^rs analítique brc. — Curso analítico de litera'


. tura general fay N. P. Lemercier del Instituto
.„; de Francia. París-jn%°

ART£ Z>KAMÁTICA S TIIAGEDIA.

_ ,.Estudiando^las obras de los gfafjdsj^ maestros,


consiguieron los; retóricos, iqvtieq^ la admiración
y, el seníiifliew^ enseñaron á distir^gují; las belle-t
jsa?^^y:¡defectos 4e los prinwros, mod^bs,. el deter''
n?¡ináf;la^;!rcgj[as;que deben seguir loi que. «ntran
¡en J^- misma.cabrera» y fundándolas ep exfmplos,
ha^^ .excitado de^p^es con tratados y lecciones úti-
les el talentp de los,.poetas, de los oradores é.hist
tprigdofes, ^ c . , y han formado y,<ljr.igi4o su gusr
Jí);, jqprpp ¡guaim^te*l,delQS,fct¡<íiíi?ps y critico»
gufi,Mn,de.i,uzgaJr.d?.>i;is,(4)rqs..-,,.,, ;./rrui r.iaii
...;,;^í|í5iSo que ^Ia?,iciepcias y las rieleras ^se propaí-
ga^j|':i^íí5n4iéndí»se,,.,y:,que por'rUna :f(pliz aUaJiga
s&,co^¡a(ijinicajñ todo lo que recjp!:Qí;anJientf flViede»
prasff^r^e , ,réspecíO;,á, sus medios j.pggráciones y
iniéfjpflps!: esta especie de comercio deiJá^piepcia <>
¿ella Jiteratura enriquece al arte^ qy^rrecibe , $i4i
^npob,r?(Cer al que^dá; proporciona alfgusio ^.é
Ja crítica mas exactitud y seguridad j y concurrí^
enfií),poderosamenteá perfeccionar los, "métodps
particulares: acaso en esta observación .se hallará
una de las causas de la superioridad 4¿ Aristóte;
les en géneros tan variados y di verseas.,,,
Mr. Lemercier encargado del curso de Htera.-
tura en el mismo Ateneo en que Mr. de la Har-
Reglas de la Tragedia. 99
pe dio aquellas lecciones, cuya reunión es nno de
lea jnixis.bellos títulos de gloria de este ilustre aca-
démico, se propuso un plan enteramente e^íitra'
río;; pues en lugar de examinar sucesivamente las
numerosas producciones- de los distintos géneros
de literaturaj prefirió el método artalítico,; dedicó
su cuidado y: talento á reconocer y separar eri ca-
da género todas las reglas d d arfe-» ¿íasi-fiéándo-
ias^ y> haciéndolas:palpables con exem'plos Saca-
dos .de los mejores autores, y reduxo de este mo-
do á-téoremasu exactos y claros' los numerosos
principios queideben dirigir el talento de losqiíie
componen, ó ilustrar el conocimiento y el gusto
de ;Ios que juagan.; •• - ^
/ , E l autor de-esta importante obra presenta
desde luego idehs'generales sobre la'Utilidad de
uii exacto unalistsceu, todá^ géttstfi' de literatiifé,-
é indica después hista que punto se le pueden
aplicar los: principas-de aquel y de la evidencia
que. difigtí el estudio de las ciencias. Haciendo
ua- breve exáinen do los mas celebres retóricos
desde: Aristótelesíhaáa nuestros escritores, cía-
prende el aplicar el análisis, á lis.'.reglas del aita
drariláüico, y; ícmpófza por la'tragedia, cuyo gé^
ñero.divide ¿n. tres - especies: MitoUgica : tíisté'-
rúa y de Invención. Comprende en Ja primei% la
sagrerdaií diváde.lanaragedia en simplr, compuesta,
patética y worrf/.'Examinando la diferencia dé k»
fiistériáas .trágic¿(s..^ntiguos jfinjodernos, manifiesta
los ,progresos do k ' reforma que introduxo Cor-
neillft, el qualtusrí).,-entre otros, el mérito de es-
tablecer la tragedia histórica. Después de esto^
preliminares pasa á tratar de las calidades princi-
.páles de la tragedia, y finalmente de las coií-
7--
I oo Literatura.
dicion«s que esta exige, y ñxa en a6 el número
de estas condiciones ó circunstancias, de las quales
algunas aun admiten varias subdivisiones.
1?, Condición. =E1 argumento 6 la fábula: 'Ei
de dos lespecies simple ó compuesta.
•La primera condición de una tragedia consis-
te pi>, la Bileccion del suceso que generalmente se
llama fábula. La naturaleza de este suceso consis-
te ,en sfir grave , augusto y funesto, que ocurra
entre grandes personages, ya sean tomados de la
initología , de la historia profana ó sagrada, ó ya
imaginados; que tenga cierta extensión, un:ptinr'
^ipia, un medio , una continuación y un fin pre*
meditado ya. El autor examina si los poetas ti«~
nen facultad para-alterar los asuntos ya conocidos
que eligen, y decide que pueden acomodar el
argumento al obgeto de su arte con tal que no le
^uden en lo esencial si la histocia lo dio ya á
conocer de un modo invariable:, y añade que
pueden inventar las circunstancias y suponer
quanto pueda tener relación con ellas siendo ve»-
rosimil, y pone por exemplo el episodio de Mri-
Jile en la Ifigenia de Racine. ' • - \
... , El Ayax y el Filoctetes presentan,dos fábu-
las de la especie que llamamos simple, y advier-
te el autor que, estas fábulas son mas difíciles de
tratar, porque es necesario sacar:de im;solaasunto
toda la riqueza de los distintos/a¿tos.
, La espccÍQ compuesta, es aquella cuy a. fábula
presenta dos acciones enlazadas con arte, ó pro-
ducidas la una por otra : la.Andrómaea de Racine
es de esta especie. • •. '
. El hecho trágico que se elija debe ser bastan-
te .extenso para admitir la graduación y desarrollo
Reglas de la Tragedia. 'Í&L
de la acción en todas sus proporciones; pues sin
t^stáculos que se opongan al fin premeditado, y
sin variación de fortuna en los personages, cier-
tamente que los espectadores no sentirán sorpre-
sa ni inquetud alguna.
Afirma juiciosamente el autor que no es posi-
ble excitar grande interés eit favor de íoda una
nación : el drama debe ofrecer personages sobre
los quales se fixe particularmente la compasión.
Y por esta causa la suerte de la nación jtidáica
no produce un interés bastante grande eft la tra-
gedia de Ester. Aconseja al poeta que tome su
argumento de la mas remota antigüedad, llama-
da por los griegos tiempos herójcos, porqué el
intervalo de los siglos aumenta lo maravilloso, y
«ste era en mi coucepto el lugar y momento de
examinar las ventajas ó desventajas que puede
ofrecer la elección de asuntos modernos, especial-
mente nacionales, determinando la influencia ori-
ginada de las instituciones y de la verdadera
creencia que la religión cristiana ha establecido y
propagado: hubiera sido muy curioso el demos-
trar , si convenían ó no la misma acciOrt y los
mismos sentimientos á la trageiáia, segütt que el
hecho pertenece á una época antigua ó-^moáerna,
á un pueblo dirigido por el hado ó sugéto á la
moral de la religión cristiana. Indico y'Su¿<ito és-
tas observaciones al juici() del' aütdir, y dáofto su
conclusión de que el heeht> trágico sim^itó^Ó'com-
puesto debe ser extraof^iiidrío, •Tespetable , tris-
t e , extenso, que interese principalmente á la
suerte de personages Uustires, y en segundo lugar
á la de las naílones.' ;. • ' '•á^^í-'
r 2? GoHdision£¿I)4itía^^l^Ja amonr^m
;lo;2 Literatura.'
3? Cendicm^.Las trís unidades (lástcas.
Reúno aquí estas dqs reglas,.en las;quales no
es necesario detenerse: Mr. Letnefcier no ha he*
cho otra cosa que comprobarlas con exemplos fe-
lices de lo que han intentado los autores, que
por la elección de sus asuntos se han visto en la
precisión de hacer grandes esfuerzos para no se-
pararse ás ellas, y en quanto á la unidad de ac-
ción cita al £dipo Rey y al Fikcietes de Sófocles,
al Cinna y al Pqlyeuctes de CorndlU, á la Ata-
lia de Racine t y á la mayor parte de las trage-
dias de Alfieri. La unidad de tieriipo era de ri'
gor.en las tragedias griegas, cuyas escenas forma-
ban un solo acto. £1 límite prescripto por la regla
de unidad de tiempo es necesario , porque mayor
extensión de tiempo traería consigo una sucesión
de acontecimientos sueltos que destruiría la uni-
dad de- acción; ^(i quanto á la de lugar confiesa
Corneille no haber podido sugeíarie: rigorosameni-
te sijio en tres tragedias que son los Horacios,
Polyeuftes y \a. Muerte, de Pompeyo.
4* y S* Condifiones^Lo necesario y lo verosir
mil. Lo necesario es el efecto que resulta inevitable"
jnc^j^^ ¿e una voluntad , de una pasión , de una
acciqn.,. yá se considere este efecto en el progre-
só,y pbgfitq de la fábula, ó ya en los sentimien-
tos». discursa y dialogo.; Lo verosímil suple á lo
jiec-íísaríqí y Qs cqmtm quando las acciones y dis*
cursos..d^ losperSGíi^ges^iestárí en relación con sus
costumbres ó calidad;; y . extraordinario en los
hechos.y pasiones de los pergonages divinos, fa-
buloisos,, ó herqiyc^mente históricos. Lo verosímil
extraordinario requiere muy buen; i gusto y suma
precaUcipn.^H e l p c ^ t ó ^ l a usa: en los dramas
;.--ísr'>'.

\
Reglas de la Tragedia. 103
griegos permitía la aparición de las sombras ó es»-
pectros, y lo mismo han repetido también los mo-
dernos, como en las tragedias de Semíramis y del
Hamlet, &c.
6? Condicion=sLa compasión.
7? — = Principio de terror trágico.
8? — — Union del terror y de la compasión.
No basta para causar la compasión trágica el
presentar una catástrofe sangrienta ó una muerte
producida por el hado, es indispensable también
que el infortunio sea grande y merecido por una
íalta y no por un crimen; ó á lo menos si la des-
gr;jc¡a proviene de este, es necesario que la fata-
lidad ó una pasión violenta disimule la parte cul-
pable. Convengo en que estas máximas dramáti-
cas son ciertas; pero añadiré que puede excitar-
se igualmente la compasión por el infortunio de
un personage virtuoso en grado eminente , quan-
do es perseguido ó inmolado sin haberse hecho
acreedor á tal suerte, ni aun por la mas ligera
falta, y en apoyo de mi observación citaré el
mismo exemplo que Mr. Lemercier indica para
comprobar las máximas que propone, y es la tra-
gedia de EdipcRey—¿Edipo es culpado?—No;
porque donde no hay voluntad no hay delitos Si
hubiese cometido algunas faltas, no serian iestas
las que hiciesen que se tomase interés por él. Es
mas natural apiadarse del desgraciado que no ha
merecido serlo, que del que dio algún motivo
para ello, '
Para explicar con exemploá irtuchos de los ca-
racteres del terror trágico compara Mr. Lemercier
los desenlaces de los Coeforos de Eschylesy- la
Electra de Sófocles, de Eurifides^ y ¿c Creiükn,
104 .-' \ ••Literatura.
el Oresies de T^oltaire y el de Aljíeri: estas seis
catástrofes diferentes: en el mismo asunto, y á las
quales añade las de Semírams y el H^mlet, que
baxo de otros nombres son las mismas, facilitan
los medios de explicar el terror trágico. Las cau-
sas de este terirpr son innumerables: unas veces
es el riesgo inminente de un.héroe que excita un
vivo ínteres: otras es el efecto de una acción cruel,
atroz, que la fatalidad ó las pasiones hacen vere-
simil; ya resulta de fantasmas y.quimeras que hie-
ren la imaginación, ya del espectáculo de obge-
tos tristes, ya de presentimientos, &c. &c.
El terror y.la compasión son muchas veces
efecto uno de otra, y con ñeqiiencia el mismo
espectáculo los produce á un tiempo ; por cuya
razón el autor ha creído conveniente hacer de es-
ta reunión la octava condición, citando en apoyo
el quinto acto Áe Rodoguna, que tan enérgica y
felizmente caasa en los espectadores estos senti-
mientos simultáneos.
.' 9i* Condicionrsi La admiración.
La admiración es el resultado feliz de lo que
constituye lo noble y lo grande j si el estilo es
correspondiente á la nobleza y grandeza de los
caracteres y sentimientos. El autor cita como uno
AQ los mas antiguos exemplos que pueden dar
idea del género admirativo el carácter de Prome'
iéo, que en el drama de Eschiles opone al mismo
Júpiter una resistencia inflexible, y añade á este
exemplo el de la animosa compasión de Antigone,
la. que á pesar de las órdenes del tirano y del hor-
ror de los s"u'plicios, permanece fiel á su obliga-
r o n . Entre las piezas modernas indica la de Po-
}ieuctesy en la qual sobresale el gériero admirativo
Reglas déla Tragedia. 105
en medio de otras muchas bellezas, y advierte
muy juiciosamente que las acertadas y lacónicas
respuestas, los rasgos rápidos y sublimes no ex-
citarian la admiración á no estar sostenidos por el
carácter que manifiestan los personages, cuyos
dichos prontos é inesperados serian solo meras va-
ladronadas, si naturalmente no se conformasen
con el lenguage propio de su firmeza y de su ca-
rácter sublime, El autor examina después deteni-
damente las causas que producen la admiración;
y como en esta parte es evidente la superioridad
de Gorneüle, procura combatir la opinión de
Mr. La Harpey/c\ que uo le hizo en este pun-
to la justicia debida.
Soy de parecer que Mr. Lemercier hubiera
podido dedicar algunas páginas en este lugar de
su obra, á tratar de la belleZfi ideal, que tan
escasamente conocieren los griegos en la tragedia,
al paso que en otras artes dexaron tan .excelentes
modelos; y hubiera sin duda empleado con feliz
éxito su talento é instrucción en descubrirnos las
causas que han producido esta diferencia entre
los antiguos y modernos,
lo.* Condición —Peripecias.
Las peripecias son las mutacionfis de fortuna
de los personages, y se. tienen por tanto mejores
quanto mas rápida é imprevista es e&ta muta-
ción. El autor las reduce á tres especies: Reco-
nocimiento : Acontecimientos: Mutaciones de volun -
tad en los personages; y siguiendo á Aristóteles
distingue quatro clases de reconocimiento, i." el
producido por señales; como cicatrices ó marcas
en el cuerpo de los personages y pone por exem-
plo á Ulises en la Odisea. 2.° el que proviene de
io6 Literatura.
la vista de joyas,, armas, cartas ó lugares com<5 su-
cede en la Zayra y en Semíramis. 3.<» el que re-
sulta de las expresiones de los personages como
en los Coeforos de Eschíles y en la IJígtttiaen
Tauris de Polyides. 4.° La que paulatinamente
traen consigo los esfuerzos de la memoria por la
impresión de una imagen que le renueva antiguos
recuerdos, como en la tragedia de Radamisio y
Zenobia. Aristóteles añade también á estas clases
de reconocimiento el que «curre entre dos per-
sonages á un mismo tiempo, y el recíproco que se
une á la peripecia y la produce ; esta ultima cir-
cunstancia lo hace superior á los otros por el efec-
to repentino y maravilloso que añade, y final-
mente juzga que el reconocimiento mas teatral,
es el que se hace después de haber concluido y
dado el golpe como en Mahoma , en cuya trage-
dia Saida reconoce á su padre después de haberle
asesinado , y en la Zayra en la que Orosman se
convence de la inocencia de ella después de ha-
berla muerto.
Entre las pisripecias producidas por aconteci-
mientos , distingue Mr. Lamercier justamente la
que presenta la tragedia de la Ifigenia, quando
Arcas pronuncia estas palabras
La espera en el altar para inmolarla.
Éntrelas peripecias ocasionadas por la muta-
ción de voluntad indica la doble revolución que
contiene el acto quarto Át Británico.
II.* Condiciona: Fatalidad del destino en la
tragedia mitológica: voluntad de Dios en la sa^
grada.
12.3 — :=.Fatalidad de las pasiones en la tra-
ge-dia histórica, y en la de invención.
Reglas de la Tragedia. 107
Sin el, poder sobrenatural del hado ó de la di-
vinidad no tendrían principia de acción las tra-
gedias de IJigenia en Aulide , y la de' Atalía. El
amor incestuoso de Fedra CAusarin tanto desagra-
do como horror, si esta princesa no fuese arras-
trada por la fuerza de un hado invencible, y la
idea de este hado es la que hace se toleren los
horrores, que constantemente se advierten en las
tragedias en que se presentan los Pelófidas y los
Labdacidas. A la fatalidad se ¡untan las predic-
ciones que hacen los adivinos, y los profetas.
En la tragedia histórica ó de invención se re-
conoce un género de fatalidad de pasiones, ó lo
que es lo mismo una fuerza como irresistible,
Mr. Lemercier cita por excmplos la Hermione de
la Andrómaca, el Ladislao del Venceslao, y Rada-
misto en lá tragedia de este nombre ; concluyen-
do del examen de estos exemplos que las pasio-
nes excesivas son las mas teatrales. Acaso deberla
el autor determinar quales son las pasiones que
por su extraordinaria violencia y por sus mismos
excesos pueden perdonarse, y explico mi idea ad-
virtiendo que se perdona fácilmente un crimen
causado por el furor , exceso y arrebatado de una
pasión como v. g. el amor, y este mismo crimen
no se sufrirla, si lo causase la mas violenta y de-
senfrenada ambición.
13.* Condición := Género de fasiones eonvenú/n»
tes d la Escena.
r 14.?.'— = Caracteres.
l^.\.'—zs Costumbres.
El géiiero de pasiones convenientes á la esce-
na para prodiicir su efecto completo, depende en
gr<^n parte de las costumbres'de l¿s espectadores.
io8 Literatura.
El autor explica con suma inteligencia, por qué
el amor, del que no se valieron los griegos co-
mo pasión trágica, ha ocupado y debido ocupar
un lugar tan importante en la tragedia moderna,
y con este motivo compara á Ariadna con Medea
y k^Fedra con Dido.
Pasando á los caracteres dramáticos dá 'á co-
nocer fácilmente el talento de Corneille que bri-
lla en los Horacios, en Ciña, en Nicomedes , y en
otras muchas tragedias suyas, que sin consevar tan
gran fama como'^/íi/w, tienen sin embargo ca-
racteres mas bien inventados y sostenidos. El au-
tor no aprueba el carácter de Mahoma en la tra-
gedia de Koltaireylo encuentra inverosímil ba-
xo de muchos aspectos, y admira la superioridad
de Racine , en el arte de pintar los que resultan
de las pasiones del corazón , así como la de Sha-
kespeare en la pintura de los de todo género.
Las costumbres, esto es las costumbres locales,
son relativas á las personas, lugares y tiempos;
esta regla no es tan esencial como otras muchas,
principalmente quando el espectador no tiene un
conocimiento exacto de aquellas; los dos exemplos
de Bayazeto y de Zajfra prueban que un asunto
puede tener buen éxito sin la observancia rigoro-
sa de la» costumbres locales , y estas bien presen-
tadas dan el mayor realce á la Atalia que es en
verdad una obra maestra.
16.* Condición —Interés dramático.
Siendo entre los antiguos menos complicado
el arte, no era de consiguiente promovido elun-
teres córi tanta viveza, al paso que en las compo-
siciones modernas la complicación de la :¡ntriga
y de la acción ha proporcionado mas recursos ps^
Reglas de la Tragedia. 109
ía excitarlo y sostenerlo: entre las tragedias de esta
clase se pueden citar el Venceslao, el Cid, Hera-
elio ,: Rodoguna , Mahoma , Semtramis, Alzira,
Zaira, Tañeredo y JR.a¿iíímiíío. Tenemos tragedias
cuya intriga y acción son menos complicadas, y
en las quales el desarrollo de las pasiones, las agi-
taciones continuamente variables de sus víctimas
interesan con viveza á los espectadores; de este
número son la Fedra, Medea, Polyeuctes, Kan-
doma, las JElectras y la. Ingenia en Tauris.Vno
de los mas abundantes manantiales del interés es
ló patético sostenido ,.quando sobresale en las tra-
gedias .simples, en las,quales el poeta tiene mas
espacio para desenvolver los afectos del Persona-
ge; dEíinalraénte hay iunadasí de interés que su>
ministra• la política,,' .coinb ¿n c\. Brüárdeo^ eá
c\ Brnia.'p'snlclMuer/ano dt la GWwarentonces
laS: leyes qüe,estáni en,peügto de; sfic:quebranta*
das, las costumbres públicas que se Ven amenaza*
das y la ruina de un reynó forman.la esetKia éú
aiuntoi y los infortunios particulares son; ¿nica»
jnente las.circuostancías. : '' .
Ij.* Condiciona Exposición-:'. ; ; I J ' - U-.-V >v
l^3::n-^<7s\F.lzaDeda\ó ia intr^ti. • -'so 1
• l'g^^—r<^Ch:den dedos actos.
:;. ¡aa.* ^^ — Ordin dflasescmas'frbic'ipales. '
'• •%}.'^i'~-'s=:.Desenlace^\'- • •..:•;••,A.. •• ••>
i,: H a y muchas, .clases- de- éxpoáidsnsesrk qt}e
manifiesta el asunta daiina i»ccion.8Ímple:4á qu*
anuncia, «na ac&ioni compuesta ,;áibkítt müciías
«t:ciones;ique. proceden', 'juntas, y lá exposición c^
ü n de; la? pasionei y caracteres:: -basta sin^duda
con indicar esta división, y no entraré.eri p©r me-
noresjíni «JEemplos:,; purque está.paft&idel aite es
lio Literatura.
acaso en la que con mas facilidad se satisface al
espectador: las bellezas y el primor de la expo-
sición influyen poco en el buen éxito , lo prepa*
ran sí» y las demás condiciones lo consiguen. Una
lucida y acertada exposición puede llegar á ser pe-
ligrosa para el buen éxito del drama, sino corfes-
ponde todo lo demás que se sigue. En la tragedia
del Edifo Rey, de Sófocles, á una magnífica expo-
sición se siguen hasta el desenlace las escenas del
mayor interés; El autor oBserva con sumo .acier-
to que la exposición de los caracteres no debe
verificarse por el retrato que, de ellos s e hace, si-
no poniéndolos en accion^en' las personas á^íjüier
lies s»áribuyeiL i ' •; '• v: •" : • •' •
La,c}arj(áad de la exposición mdinariamentg
llev,a.coijasigo.]a¡deí¡la intriga, y el enredo de es-
ta es indispensable colocarlo enmediade;Ia acción;
el autOE;cita.con este motivo-la tragedia ¿9' tíe-
roíiis yüla ¿e \Fedra i 6tí^la-qaal esta.dEclara:.Mi
amor »' Mip&lita por el nmiar de la muerte de- sü
esposo up^oísipárece T,heseO'át repente ,.; y desde
entonces el terror y lo patético -dominian^el asunto
y se forma el enredo. . ,< J r •.' j ' . - i
El orden de actos es un¿ xondifcion -«luy !Jie-
cesaria para la perfección del co*njúnto-ry O* lo
es mencis;'^:tde'|as escenas íprincipalésí-Efi la. obra
de Mr. Lemerciex los priucipSoír-d¿l buen-'gesto
tjiTe .KJorcesjpQDdcn á estas reglas se aclaran tanto
con lt>s.eáomplo6.de.los;dra¿ias;íen Jos quescaio-
lan. los ideifáctffis.qoe lesision con-trarios ,;quanto
/por lá indicación de aquellos> á.cuyo;buenr.éxito
jia contribtaidó el-cuidado que se ha puesto en
•observífrlas. •• •-'• >. ^.';.,;,!Í "
. En • qúanto ^ l desenlace se.. considera • de treí
Reglas de la Tragedia. 111
clases que son felices, desgraciados y mixtos. Los
desgraciados son mas propios de la tragedia, cuyo
argumento y discursos s^ dirigen á horrorizar y
enternecer. Aristóteles r^rueba los desenlaces fe-
lices: el de Ifigenia en AuUde y el de .la- Adelay-
da df Quesclin son de este número; pero semejan-
te clase de,desenlace SOIQ en las piezas, cuyo fon-
do eS; muy patético, obtienen la aprobación del
publico;' y los desgraciados, como eti Poliettetes,
la Alzira-y.^ayra y Taner^do contribuyen mucho
pías al buen éxito de las obras. i .j T
Solo en los drattia's^í'Ppl'ís puede, seí.el .desen-
lace feliz ó desgraciado ;.(qiin(0 en ^rPiloct.etes y
en el Ayax, pues en los,intrincados y.enredados
son ppsJo común mixtos.,:,-:;.: . i. :,, : .:
.^ 1%,^- Qtndicion == Eslih ^9pio de4ef,[ Tf^gtdiai
. . ^ ( ? -r^=feJJííí/ofo iacóttmjf.elemttdfí'',;.''. -
£1 autor había tratado ya mas de una y^z «r^
su, obra ,deLÍa,-necesidad, de |ic0modai:„u^l; estilo á
las ideas que ha de expresar, y aquí habla.deJ.es.t
tilo i^„gejtífe[a},; Las_calidades, del,..estÜP! trágico
«e r^^uícii>«.4'js^ claro ,si#;^¥oCípmuOine&><>«&, «Ifer
gante,,e'íi ,loelí) «l;i^%r?ll3;i §xórnadon^íi.i]a.;eK,pQ-,
sicipn,deili'^rgVímen!6o y-eajaá descrip^jisneí K§fen-
sillo yiafectv^OiSo ea l^iaftíioij»; . ,: ,;t;r'j.',; -! i .
- .. Íl::á«Jo^ elevado,,se,t 1,|ía ,«>aSi ^ ¡WA«^í»s
tragedia^;}! pjíjrft el Jacóí>iÍ402^m;nws4cQmuB. .^íré
los griefeQjs :r;p||$ei;va;«l autof'que Qirm^t.%^^o el
mérito 4e,scíbte,saíir;,ep ^st^;.d§?;efipe0Áe8..^ 4m
logo: la brillante escena de U o ^ r ^ y^itifO^df <fn
cljCíí^ Está',desem,pfeñ9da!-6!e«ijin.'^l,fp»«)íi«íí 4l^ tea-
íso >grieigotj;iy-í:c)níig*a , & # í í ^ 6 Mn- rí^emnier
^S' ien,«su parte ddlíait«!,c0% «ps fosU^a^'íiWftt
los efectos.4Uí^iíi4ica.í:,l%i'«visa?. .; , ,,, .
ira Literatura.
1^.^ Condiciona Quadros escénicos.
25.*^—z=. Simetría teatral.
Tiene razón el autor en decir qüfe los qüadro'i
ó grupos que los actorBi forman en el teatro de-
ben ser variados, de modo que no se vean lai
mismas personas reunidas de acto en acto, sin que
concurran algunas otras; y aconseja que no sé
presenten mas: de dos. veces las mismas personas
en numero igual. Por lo que hace á los lances de
teatro-^dmlra- justamente iel del 3.*^ acto" de Ifige'
nia , producido por el stílO'verso ya citado, y las
diverSai siíiiacícwies del J*? ííf la Roáogíltía.
Larsimitria tcat¥ai proviene dtí la'disposición
de caracteres'seméjanttíí,''6 délos que seeoWri^-
ponen: cita por exemplo'dé lo uno los dcrs \í€í-
ítK^noiünhL Rodogüíiai y de lo otro et eritiisia&mo
de Po/yíKí/íí contrapuesto á la virtud política de
Severa. '•"• ' • • ' { '^' • • "•••' '<'• •
• a6:«'J- Ú>ndieimi=-Lak-eünion de iodan las anh^
CtdenÍtf.-<^^'-i' ^ ,' - ^ ' - V - . J : ' . •.'- ;,:i r..;p ?.,.• ;_^!
f--i :E^ atiWf-aplica álk''tragedia ák AuUa'U^x'é''-
glás que/fotman las-'cetfdíéíones del blieft'éjcito, y
pr^á\ft-*'dáffiostíár M^ué tddaiiellás <sé"ha4feií'teü¿
nidás. en' 'é«^ '• obr* itfáefáfrsK itét'téatr^ ¡ francés,' 1 o
que le proporciona un"toedio ingertiéisié'^féüíz de
preisé«ar % i^tíáfpitUilaéibrii'geííeralde'qüanto an-
teríóriHeiít§'liá'^lcho'st3fe«'«'la trffgédfey hatíéndótó
máí''psit«^ibl¿ póí'l* «jcáifitiid dd'la a^lieacioni
estií pa'rté-íle su traisají)' «s ün Üxcel^tlte-hotíiénaí-
gfe-p-fesíaik)á-:K^fifeft ^'i.^''"'- in.i.M'^' i.' • • •
- '5 H e hecho de e** parte del cüíso-''di? i^/r. Le^
inmiiff'ún -ftiero' afifitMfó'deíémbar'ízXda 4e las i^
biíft'é'jlJplícacionefe que <hft silbido dSí-^l ^ü^r de los
principios, y priacipálmente <lé los-porm^ftéíes-y
Realas de la Tragedia. 113
de los numerosos exemplos que forman una demos-
tración tan agradable como evidente. Me atrevo á
creer que la sencilla exposición del plan y execucion
de esta obra bastará para conciliaria todo el favor
que se merece; pues que amplía y allana á un
mismo tiempo el método de la enseñanza litera-
ria, y me parece no podré terminar este extiacro
de mejor modo que copiando la siguiente frase del
autor.="¿Quc debemos concluir del examen de
«tantas condiciones necesarias? que el talento, la
fícloqüencia, el fuego en el estilo y en los pensa-
»>mientes, y en una palabra, el ingenio no pro-
«duciián nada perfecto sin el orden: en efecto
>»el orden que reyna en las obras medianas no
»»bastará para hacerlas hermosas y duraderas; pero
»>las bellezas sublimes y eternas no adquieren to-
»"do su explendor sino por un orden elevado que
») se les asemeja."

HISTORIA.

fíistoire des Croisades, ¿rr. Historia de las CrU'


zadas , por Mr. Michaud, de la Academia
Francesa.

• Esta obra, dicen los periodistas franceses, ha


logrado la mayor aceptación, pues estando el au-
tor escribiendo el tercer volumen, ya se reimpri-
mian los dos primeros. La alaban por la escrupu-
losa exactitud de sus noticias, por la pureza y elo-
qüencia de su cstilb , por sus buenos principios
y la rectitud de sus ideas. Darertios aquí razón
del tomo tercero, que es el que se acaba de pu-
blicar copiando algunos de sus pasages.
TOM. XII. 8
114 Historia de las Cruzadas.
*'£n la época de las Cruzadas la Europa no
estaba en disposición de emprender conquistas.
Todo sugeto poderoso procuraba ser independien-
te y realmente lo era; y quando aquella inmensa
multitud de soberanos se reunía para upa expe-
dición lexana, ni aun reconocía un caudillo que
mandase los exércítos, pues cada uno capitaneaba
el suyo, y como sobre cada empresa y á cada Un-
ce se necesitaba una deliberación, esta producía
casi siempre discordias, disputas y enemistades,
principalmente después que habiéndose recobrado
el Santo Sepulcro, no había ya un motivo bas-
tante fuerte para acallar las pasiones que la guer-
ra excita. Las conquistas hechas en Asia divididas,
según el sistema feudal que formaba el derecho
público de Europa, perdían toda su importancia
convirtiéndose en rey nos, ducados y marquesados
que no dependían de un solo soberano» y como-
cada uno de estos, siendo independientes, podía
hacer paz ó guerra á su .arbitrio,; sucedía quando
la ocasión llegaba que los cruzados luchaban unos
cootra otros, y estas ocasiones son harto freqüen-.
tes entre hombres siempre armados y movidos por
intereses diversos. Fácil era de preve^r que lle-
garía tiempo en que los cruzados que se habían
establecido en la Palestina, procurarían tinirse con
los musulmanes en contra de los mismos cruza-i
dos, cediendo al ínteres político el odio que pro-;
duce la diferencia en las opiniones reHgiosas. Si
un solo caudillo hubiese dirigido estas expe-
diciones , aun quando hubiese sido la misma la
imposibilidad de sujetar á los musulmanes , nece-
saííamente se hubieran formado entre el occiden-
te y el oriente alianzas que hubieran durado mu-
Historia de las Cruzadas. xi$
cho tiempo; siendo así que con la guerra se aca-
bó enteramente el trato y correspondencia de una
parce del mundo con otra, y por lo tanto luego
^üe la Europa perdió la esperanza de conquistar,
sie olvidó de que tenia que defender en Asia gran-
des intereses.
«Pero después de muerto Saladino, no se ha-
llaba el Asia en mejor disposición para defender-
se i que la Europa para hacer lexanas expedicio-
nes. Si entre los inusulmanes las instituciones po-
líticas no hablan dividido el poder concentrándo-
lo en diferentes soberanos, también sucedia que
faltaba la unidad siempre que el gefe no tenia bas-
tante fuerza para intimidar á qualquiera que pre-
tendiese hacerse independiente. Los hijos de Sala-
dino dividieron tíntre sí su herencia, no seguñ
el derecho público , pires que rio lo habia , ííi' se-
gún la manifiesta voluntad de su padre , pues que
no la declaró , sin duda porque el exemplo de lo
pasado le había enseñado, que el poder que pro-
viene del carácter ó talento del hombre no le so-
brevive, como el que deriba de las leyes dicta-
das por el interés general. Ses^izo pues la parti-
ción según la riiaña que se dio cada pretendiente,
y <egun los intereses de los Emires, que querian
trastornarlo todo, para con esto llegar á ser amos,
y principalmente' según las secretas miras de Ma-
lek-Adel, hermano de Saladino, el qual gozaba
de bastante opinión y autoridad para tener suge-
tos á sus sobrinos, y hacerles temer llegase el ca-,
so de que todo el poder se reuniese en sus manos,
quando los sucesos manifestasen la necesidad de
que la soberanía estuviese en sola una mano.
H En las dinastías, dice el autor hablando del
8:
116 Historia de las Cruzadas.
oriente , que solo se sostienen en las victorias y
en la poderosa voluntad de un hombre solo, mien-
tras este jnanda al frente de sus tropas, todos obe-
decen temblando; pero así que muere, todos se
precipitan en el desorden , con el mismo ardor
que se precipitaron en la servidumbre , y las pa-
siones por tan largo tiempo contenidas por la pre-
sencia del conquistador, rompen con la mayor
violencia, quando no queda de él mas que un
nombre vano.
Solo de este modo se puede entender como
los musulmanes avisados tres ó quatro meses antes
de las expediciones que contra ellos se disponian
en Europa , lexos de aprovechar el tiempo para
lanzar de su pais el corto número de cruzados
que en el quedaba, lo empleaban en guerras in-
testinas , y se admiraban tanto quando en fin lle-
gaba la expedición, como si j^más hubiesen oido
hablar de ella; pero la situación en que se, halla-
ban , les era tan favorable que esta debia asegurar-
les el triunfo , suponiendo igual la falta de pru-
dencia y unión por ambas partes; pues que eran
acometidos en su propio pais, y venian á quitar-
les sus propias riquezas, y con la bien clara inten-
ción de exterminarlos, por lo que necesitaban
vencer para vivir. En un grande y extremado pc'
ligro este hacia que todos cediesen en sus preten-
siones y reconociesen un gefe , aunque fuese solo
para el instante de la batalla; pero los guerrero^
de occidente tenían el recuji^o de volverse á su
pais, menos los que morian en camino.
El no tener las Cruzadas un gefe único, no
provenia de que se desconociese la necesidad de
ello, sino porque no lo perniitian las costui;nbres
Historia de las Cruzadas. 117
qne entonces habia en Europa, y mas quando los
mismos soberanos eran también cruzados. Faltan-
do pues un guerrero que los demás reconociesen
por caudillo, los Papas se encargaron de dirigir
los negocios europeos en oriente , cosa difícil ha-
biendo de permanecer en Roma , porque cada
nuevo suceso exigia una decisión tomada en el
mismo parage, y porque las pasiones inseparables
de los hombres, •mudaban mil veces las decisio-
nes tomadas en el parage mismo antes de qiie na-
da supiese la corte Romana; y quando llegaban
sus consejos, sus órdenes y aun el perdón que
concedía por las faltas pasadas, se hablan ya co-
metido tantas nuevas, intentado tan imprevistas
empresas, que ya no servían ni los consejos, ni
las órdenes, y para estas nuevas faltas se necesita-
ba nuevo perdón. Es cosa muy digna de notarse
el profundo respeto que los cruzados tenian al Pa-
pa , y la imposibilidad continua en que se halla-
ban de obedecerle.
El autor entra con este motivo en pormeno-
res importantes, que dan á conocer las costumbres
de aquellos tiempos. El Papa solo atendía al
verdadero obgeto de las Cruzadas, que era la
conquista de Jerusalén , y así de continuo clama-
ba. *Id á Palestina, pues tomasteis las armas no
para hacer una estéril prueba de vuestro valor,
sino para libertar el Santo Sepulcro.'* Pero los ac-
cidentes naturales en todo viage largo detenían á
los cruzados, y como no podían estar ociosos,
siempre se les presentaban ocasiones de exercitar
su valor. Quantas precauciones toman en la quar-
ta Cruzada para no perder inútilmente el tiempo,
les salen tan en contra, que parece habia una
118 Historia de las Cruzadas.
manos oculta que todo lo dirigía contra sus de-
seos. Esta mano era Venecia,
En efecto, los cruzados para poder llegar
mas pronto á su destino, trataron con Venecia,
que era entonces la primera potencia marítima, y
de consiguiente la que por cada servicio exigia
mayor recompensa pecuniaria. Presentáronse los
cruzados al tiempo convenido para embarcarse:
circunstancias imprevistas hicieron que les faltase
el dinero: los venecianos meditaban hacer una
conquista, y mientras llegaba el dinero pensaban
valerse de los cruzados, y aquellos valientes y
honrados caballeros que Veian una ocasión de dis-
tinguirse en nuevos combates, fueron á sitiar á
Zara en provecho de los venecianos, sin siquiera
pensar en poner precio á sus servicios, aunque so-
lo fuese el que se les embarcase al liado, ó á me-
nos costa. De este sitio se originó un motivo de
dísencion entre ellos , porque unos defendían que
no era tiempo perdido el que se empleaba en
combatir fuese por la causa que fueSe, y otros sos-
tenían que solo debia combatirse contra los infie-
les ; esta desavenencia proporcionó á los vene-
cianos una superioridad decisiva, porque ellos
siempre estaban acordes, siempre obedientes á su
idux, que era á U sazón Dándolo, y el qual con
esto fué el arbitro de las resoluciones. Difícil será
hallar en la histofia otro exemplo de nn anciano
tan sagaz, tan activo, de ánimo mas firme, mas
pronto en sus resoluciones, mas avisado en los
intereses de su patria , mas cuidadoso en los su-
yos, mas dispuesto á sacrificar á sus aliados; y
si un poeta quisiese formar un poema de la se-
gunda Cruzada, tendria la ventaja de colocar
Historia de la^ Cruzadas. 119
en él un personage , cuya memoria jamás perece.
Al instante que el Pa^a supo que los cruza-
dos se entretenían en el sitio de Zara, les mani-
festó su desagrado; ¿pero cómo era posible el per-
suadir á aquéllos guerreros, que no fuese una des-
honra para ellos el desistir de una elmpresa ya co-
menzada? Hubiera bastado para derribar la mas
prudente resolución , con que de ella se hubiesen
burlado los sitiados, tachándola de cobardía. Vien-
do el Papa que no le obedecían por escrito, en-
vió un legado que dirigiese la Guerra Santa, y le
dio la orden formal de que no permitiese que la
Cruzada perdiese un solo instante de vista el ob-
geto porque se habia reunido. Con esta autoridad
creció el partido de los que resueltamente querían
que se fuese á Jerusalen, y ya estaba á punto dé
vencer, quando Dándolo Se Cruzó y prometió
acompañar á los deiiías cruzados, al instante que
se verificase la rendición de Zara, y fué tal el en-
tusiasmo que esto produxo que el legado perdió
toda sn autoridad; por manera que el gozo de te-
ner al frente de la expedición de ultramar á tan
gran hombre fué causa de que no se obedeciese al
Papa. Pero aun amenazaba nuevo obstáculo^
Ocupados los cruzados en el sitio de Zara,
llegó á su campamento el joven Alcxo, hijo dg
Isaac, emperador que á la sazón era de Constan-
tinopla, y al quál su hermano habia destronado,
sacado los ojos y encerrado en una prisión , y
aquel príncipe venia á suplicar á los cruzados que
le ayudasen á vengar el honor del trono de su
padre. Era gViego y nada tenia, ni nada le costa-
ba el prometer,.y fué tanto lo que prometió<ií
instante, y tan favorable alas ideas de los cruza-
lao Historia de las Cruzadas^
dos lo que ofreció para lo sucesivo que de nuevo
perdió su ascendiente Inocencio III:, y así las mas
nobles ideas y la mas baja avaricia se reunieron
para hacer se decidiese la empresa de Constanti-
nopla. Los venecianos calcularon que fuese qual
fuese el éxito de semejante expedición sienipre
servirla para que se extendiesen su poder y sus re-
laciones, quando no era posibl'e que los cruzados
adivinasen los obstáculos que en ella hallarían,
pues que no tenián mas noticias acerca de las bue-
nas disposiciones de los griegos á favor de Isaac,
que las que les daba Alexo.
Pero no sigamos á nuestros valerosos é impru-
dentes caballeros en,esta nueva expedición que
siempre fué reprobada por el papa, que resultó en
daño del usurpador, del emperador destronado y
de Alexo, pues los cruzados se vieron obligados
á tomar á Constantinopla para sí,, y esto lo hi-
cieron con tanta violencia , rapacidad , é impre-
visión que vinieron á perecer en medio de la
tempestad que ellos mismos hablan excitado. Nom-
t>raton. un rey que no tenia autoridad alguna so-
bre príncipes, duques, condes y marqueses, que
mas prisa se daban á ir á tomar posesión de las so-
beranías que acababan de adquirir, que á asegu-
rar su conquista geperal permaneciendo unidos,
hasta que asombrada la Europa con tan señalado
triunfo, y los felices resultados que podia tener,
hubiese enviado parte de su población á sostener
á los vencedores; así qué en todas partes se dis-
ponían yá las gentes á ir á participar de tales ven-
tajas, quando se supo que del todo se hablan di-
sipado yai
£s un muy notable suceso el de la toma de
Historia de las Cruzadas. iai
Constantinopla, y el autor fiada ha omitido de
quanro puede aumentar el ínteres- de la narración.
Los griegos, que se hablan hecho inconstantes y
ligeros como todo pueblo que muda á menudo de
dominación, no amaban al usurpador , ni tampo-
co á Isaaé, que no era mas legítimo que él, y
apenas conocían al joven Alexo. Pero viendo que
la causa de este la defendían los bárbaros (pues
aquel pueblo demasiado civilizado yá, así llamaba
á nuestros antepasados), le tomaron odio. Los
guerreros europeos no podían disimular el despre-
cio con que miraban á aquellos romanos envile-
cidos, insufribles por su mal empleado talento,
enredados en sofísticas discusiones que les hacían
olvidar todo sentimiento de honor. Y por su par-
te los griegos no podían mirar como gentes ra-
cionales á aquellas que fundaban su derecho en las
armas, que creiah sin disputar, y que solo se ene-
mistaban por derechos positivos. Los cruzados
despreciaban á los griegos como el fuerte despre-
cia al débil presumido; y los griegos á los cruza-
dos como la charlatanería ó vana ciencia á la sen-
cilla y natural ignorancia.
122

OBRAS NUEVAS PUBLICADAS


£N FKANCIAt

Memoria ttbre los Oráculos de los antiguos, for M. Clavier.

No se ha conocido pueblo alguno bárbaro ó ilustrado,


que careciendo de las luces de la revelación, no haya con-
sultado á los adivinos y respetado los oráculos. En el Egip-
to se cree que tuvo principio la superstición; pero el único
oráculo del que los antiguos nos han dado exactas noticias
es el del buey Apis. Lo venidero se manifestaba con seña-
les que interpretaban los sacerdotes. Plinio y Eliano dicen
que también se tenian por proféticas las palabras que vaga-
mente pronunciaban los niños pequeños. Pero Pausanias re^
fiere que los curiosos que venían á consultar i los dioses,
se tapaban los oidos por un buen rato, y recibían como res-
puestas del oráculo las primeras palabras que oian luego.
También se daban los oráculos por señales en el Templo
de Ammon, cercano al Egipto, y sin duda también en To-
bas de Egipto, pues este último oráculo, según Herodoto,
se semejaba al de Dodona, donde Júpiter profetizaba por
sefiale|.
El Señor Clavier prueba que hubo dos Dodonas, una en
Tesalia y- otra en Epiro ; aquella era la mas antigua , y en
su templo habia sacerdotisas en lugar de sacerdotes, y las lla-
maban Pelladas, que significa viejas. El movimiento de la
encina sagrada , el murmullo del agua de una fuente, y el
ruido de un vaso de bronce eran los tres géneros de señales que
explicaban aquellas sacerdotisas, y por lo tanto su número era
el de tres.. La primera de estas señales dio motivo á la fic-
ción délos árboles que hablaban, que se halla en muchos
poetas antiguos.
Aunque el origen del oráculo de Delfos se acerca mas á
los tiempos históricos todavía es bastante obscuro. El templo
se fundó poco después de la guerra de Troya , quando los
Dorios se establecieron en la Dryopide ; pero el oráculo no
se hizo célebre hasta mucho después, quando Licurgo le vino
á dar una forma regular. Este legislador creyó le era necesa-
rio valerse de su poder que se tenia por sobrenatural; y en-
cargó ademas que se le consultase en todas las ocasiones im-
portantes, con lo que llegó á ser el apoyo del poder de los
Los Oráculos. 123
mafcaties, el garante de la obediencia de los pueblos, y co-
mo el regulador de los movimientos políticos d,e la Grecia.
Quando no convenían las respuestas, se las eludía sin de-
bilitar por eso el respeto que debían inspirar al pueblo; pe-
ro ios cínicos y los epicúreos fueron desacreditando poco á
poco estas imposturas que todo el zelo de los estoicos no pu-
do sQstener ya- En tiempo de Platón fué preciso convenir en
que solo los dioses de segunda clase eran ios que daban los
oráculos; y luego después los emperadores romatios intenta-
ron «n vano restablecer este resorte político. *
El autor demuestra que no necesitaban valerse los sacer-
dotes de ilusiones y prestigios maravillosos para sostener la
impostura de los oráculos, supuesta la nimia credulidad de
los que iban á consultarlos. Demuestra también que se les
atribuyen muchas respuestas que no dieron , tales son las an-
teriores á Licurgo: y otras aunque mas modernas no son por
eso mas auténticas. También asegura que Platón é qualquier
otro filósofo inventó la respuesta tan famosa del oráculo,
ior la que declaraba que Sócrates era el mas sabio entre
f os mortales. Se enmendaban igualmente estjs respuestas pa-
ra que viniesen conforme» con los sucesos posteriores.
Las respuestas dadas realmente por el oráculo de Delfos
consistían por lo común en felicitaciones ó aprobaciones, ó
en meros consejos que no excedían por lo común de los al-
cances de la sabiduría de los sacerdotes, varones de e-xperien-
cia y prudencia , escogidos entre las principales familias de
.Delfos, y losquales por tener íntimas relaciones con los que
gobernaban les pueblos, estaban bien enterados del giro de
los negocios públicos. Por lo tanto fué muy útil su influxo,
y principalmente dirigieron con sumo acierto aquel sistema
de fundar colonias, que fué uno de los caracteres de las na-
ciones griegas mientras conservaron su libertad. Si alguna
vez Se engañaban , decian que la Pítisa áe habia dexado so-
bornar, ó daban á sus respuestas violenta interpretación,
que ciertamente no habían previsto.
La Pítisa debia. escogerse entre las principales fimilias
de Delfos. En las tragedias de Esquilo y de Eurípides se
supone que estas Pitisas son siempre de avanzada ed^td.
Quar.do se trataba de los ni-¡>ocios públicos, his respues-
tas estaban arregladas de antemano; pero en los particula-
res se procuraba stiber su secreto, obligándoles á permane-
cer en Delfos mucho tiempo antes de permitirles la entrada
en el templo. En tiempo de Eitrabon los sacerdotes no per-
124 Obras nuevas.
mitian que saliese del templo ninguna respuesta en prosa;
pues la Pitisa respondía en verso; ó si era en prosa varios
poetas que habia como empleados allí, ponían al instante las
respuestas en verso; pero esto vino á suceder quando la de-
cadencia del oráculo, pues entonces la Pitisa no tenia ya la
esmerada educación que las anteriores, y la qual la ponia en
disposición de poder responder en verso. Pero quando ya
no hubo ni aun siquiera para pagar á los versificadores, el
oráculo hubo de responder en prosa.
El autor habla de todos los oráculos antiguos principal-
mente del de Délos, del de Branchides, del de Claros, y
sobre todo del terrible de la cueva de Trofonio, cuyos efec-
tos eran tales que para designar á un hombre melancólico y
que jamas riyese , se decía que habia estado en la cueva de
Trofonio. Donde habia mas oráculos era en la Beocia, y de-
penJia esto de las muchas cabernas y ríos subterráneos, de
Ja riqueza y fertilidad del país, y principalmente de la estu-
pidez de sus habitantes.
Cronología y Crónicas'completas de Euselto de Cesárea.
Los señores Juan Zohrab, doctor armenio del colegio de
Venecia, y Ángel Mayo, doctor del colegio Ambrosíano,
publicaron en 1816 en lengua latina un fragmento muy ex-
tenso de la célebre Crónica tan importante para la historia,
escrita por Eusebio de Cesárea, el mas instruido entre los
cronologistas; y dieron á entender que los sabios gozarían
prontamente de la ediccion completa de esta obra que lof
griegos perdieron enteramente, y que los latinos solo pose-
yeron en parte y con pasages intercalados. El corto número
de fragmentos que pudo descubrir con sumo cuidado Escali-
gero y sus doctos comentarios , no suplen en modo alguno
por las muchas lagunas que se advierten en la obra. Los
armenios tienen una traducción completa que se hizo en el
siglo quinto; y asi después de una larga serie de siglos se
vá á reparar tan gran pérdida, y vi á derramarse nueva luz
sobre las primeras edades del mundo, el origen de lo» pue-
blos y las revoluciones de los imperios antiguos.
Los dos autores citados acaban de dar una traducción
exacta y completa en latín, con notas y un discurso prelimi-
nar , la qual se halla en el convento de los religiosos arme-
nios de la isla de San Lázaro en Venecia , y en la Biblioteca
Ambrosiana de Milán, y en casa de ios principales libreros
de Europa.
Los Oráculos, ia$
Comfoshhn matemática de Claudio Tolomeo , i Astrono-
mía antigua traducida por primera vez del griego al frait'
ees, según los manuscritos de la Biblioteca Real de Paris
for el abate • Halma , con notas de M. Delambre, secreta-
rio perpetuo de la Academia de las Ciencias : 2 tomos en 4.°
Aunque sea difícil de traducir á este autor por sus largas,
obscuras y equívocas frases, las quales no siempre tienen
la debida exactitud , sin embargo esta traducción es clara
y literal, de^ manera que en ella los astrónomos pueden leer
con utilidad y sin trabajo la obra de Tolomeo. Las notas se
dirigen particularmente á comparir los métodos del autor
con los modernos.

Traite complet, &c. Tratado completo de Mecánica aplica'


do á las artes, dividido en 8 tratados : contiene la e.vjpli'
cacion metódica de las teorías y experiencias mas útiles
fara dirigir la elección, invención, construcción y uso
de todo género de máquinas. Por M. J. A. Borgnis, In-
geniero é individuo de muchas academias.

Esta obra que parece faltaba, y en cuya composición se


ha ocupado el autor por muchos años, sin que le intimidase
ni lo largo, ni lo penoso del trabajo, consta de ocho trata-
dos , cada uno completo, y que puede separarse del todo de
la obra.
El primer tratado se intitula de la Composición di las
Máquinas , y contiene la descripción y el examen de sus
partes elementales, formando un volumen en 4.° con 40 es-
tampas , y reuniendo las invenciones realmente útiles, conte-
nidas en las voluminosas colecciones de.máquinas, la mayor
parte raras y costosas.
El segundo tratado se titula del Movimiento de los pesos,
Y se divide en tres libros; el i.*" trata de las máquinas que
generalmente se usan para dar impulso á todo género de pe-
sos: el 2.° del modo de transportarlos sobre planos horizon-
tales é inclinados -. el j . ° del modo de levantarlos vertical y
obliqüamcnte -. tiene este tratado 2 o láminas.
Ll tercer tratado es el de las Máquinas que se usan en
los diferentes modos de construcciones, sea de la arquitectura
civil, ó de la militar, ó de la naval ó de la hidráulica.
El quarto tratado de las Máquinas para subir el agua.
El quinto de las Máquinas para la agricultura.
120 Obras nuevas.
El sexto de las Máquinas grandes que obran contra una
fuerte resistencia , y no se comprenden en las cláies anteriores.
El séptimo de las que sirven para fabricar todo género
de paños y telas.
El octavo menos útil, pero tal vez mas agradable que los
anteriores , contiene las maquinas pequeñas perteneeientos á
la clase de los autómatas.
Esta obra se halla de venta en esta Corte en la librería
extrangera, calle de la Montera.
ESTADO DE TEATROS EN JULIO.

Dias que Productos.


Frincipe. Títulos de los Dramas. Autores. duraron. Rs. de vn.

Niño II. Tragedia. . { ' " " ^ ''•-5°^'^ J'^^'í"''"


de Mora. 14.204..
El Militar Reconci—)
liador, y la; Opereta el y°'^_r°^ Feliz Cas-
Médico Turco. J trillon. I.. 4.312..
La Hflerfanita ó lol Por Don José Car-
que son los parientes./
ritriiics. nerero. 4.969. .
Las Costumbres del j I. .
dia. (véase su res del-^
en el tom. 2, pág.critico L I. 5.719..
r- 242- r
del--Metfiorial literario.
El Español y la'erario.}}
Fran-
cesa-y-la Opera.a Fran-'\ Por Castrillon.
lifa de Bagdad. (el Ca- Li 16.302..
pág. 15). (tom. 2, f
El Asturiano
riano en Ma-'
Ma--\
drid, y pbservador
iservador ins-1
trüidd. tom,n. 5. Misce- f 8.400..
ígnea critica.
ca.ixíj-. 125.J
El Español y la Francesa, 2. . . . 13-794-
El Vano humillado.•\
itom. Sip*g. 207. del SPor Castrillon. 3. . . • 12.617.
Memorial literario, ) J
La tr,agédia. Eteode-» ,^ •
y Polinice, d los Her- LPw Don AntonioSa-
manos enemigos. J biüon. s— 40.358.
Opera. Alina Reyna^
de GolcoQda.(fom. !,/>.>' I... . 4.165.
177 Miscelánea critica).J •
Todos hacemos Cas-
tillos ?n el ayre. ( tom. I. . . . 6.198.
4, pág. 244. dül Me-
morial literario ).
Aviso á los Casados. I..''. . 5-012.
Del Rey abajo nin-
guno , Garcia del Cas- Por Don Francisco
tañar, 3 actos. •} de Roxas I. . . . 4.^38.
£1 Distraído, (.tom. 5, "t
pég. 131 de la Misc(- >. I.. .. 4.988.
lanea critica). J
El Matrimonio se- 4.266.
creto. Opera. I. .
Orcstes. Tragedia. .. Traducida por Solís. 4- 33 761-
El Sordo en ü. Po-
sada, {tom. 2, pág. 20 !0I S.
del Memorial litcrarrio. i 4'457-
29. Ótelo ó el Moro de-j
Veaec't^.Tragedia. (t. 3, >
p.S^delMemorial, lit.)) 25.922.

Total. . 214.082.
MES DE JULIO.

Cruz. Títulos de los Dramas. Autores. Dias que Productos.


duraron. Rs. de vn.

Día I . . . El Sobrino fingido, •% Traducida del fran-


Opereta, el Criado fin- 1 cés por D. Antonio
gido. f Gil M a tica de
J García 2. . . . 7.S44''
La terrible noche de*
un Proscripto, ó Edu- ^Traducida por F e - I. . . . 2.123. •
ardo en Escocia,
Don Gil de las c a l - \ D e l Maestro Tirso de
zas verdes. / Molina. 2. . . . 2.528. .
El Sabio en su ret¡-•^
ro y VillRno en su rin- >De Matos Fragoso. . 3. . . • 3.0021 .
coa Juan Labrador. J
El Vergonzoso en Pa- \ )
lacio. ( Véase su criti- 1 ^ ^^
ca en el lom. S, pag.) bolina I. . . . 3.041..
1 144 de la Miscelánea j "*">"'«
critica). /
Total. 18.238

En el día 8 se suspendieron las representaciones del


Teatro di la Cruz por indisposición de varios Actores , y con
permiso del Gobierno , hasta nuevo aviso.
En el Teatro del Príncipe ha habido 18 funciones que
han producido 2Í'4.o82 reales, y en el de la Cfuz ha habi-r
do <) funciones que produjeron 18.238 reales : el Teatro del
Príncipe ha producido mas que el de la Cruz 195,844. rs.
"MINERVA. -
. TRIME3:TRE O ü l N T O .
• • • • . . , . U 1 J -.i • • '

'•'•' S É W Í E M B R E DE 1818.

• MISCELÁNEA CRÍTICA.

LITERATURA ESPAÑOLA.

AGRICULTURA.

Curso Je Agricultura^: frdetüaeot^orme d los úU


• tmos' adelarttamientós hechos en esta ciencia y d
• las mejores prácticas agrarias de las demás na^
• Clones de Europa. Por Don Agustín de Quinta.
Madrid, imprenta de Collado 1818. Dos tomos
en 4.° con lamnos. Se hallara en la librería de
Sojo, calle de las Carretas. . :-: >

Vi^ion-sumo placer advenimos que la nacionsé


dadka á'los conocimientos útiles; se «Xtiende in>
sensiblemente el gusto general á las ciencias exác+
tas, á las naturales,' á ia economía política que dá
á conocer en qué consisten «las verdaderas riquezas;
como-se adquieren , se aumentan, se distribuyen
y se conservan; á la agricultura primera tuentá
de estas riquezas, primer paso de las naciones ea
la carrfira de su prosperidad, y la qual forma el es-
TOM. XII. 9
130 Curs» i}f ^grieulturajiráctüa.
tudio mas ¡nocente, sencillo, útil y conveniente
al hombre entr^ losjtjatvual^s.
En poco tiempo se han publicado tres obras
originales, y jio tr^ucidas, fenómeno no muy
cornun en él dia, las tres escritas por sugetos no
menos sabios que zelosos del bien de sus semejan-
tes , al que tan provechosamente contribuyen con
sus tareas ciei^tíficas. Entre estas contamos la pre-
sente que no desmerece de las otras dos, y para
cuya composición, ademas de haber estudiado su
autor la materia con el debido fundamento en los
libros y aun mas en la práctica del campo, ha via-
jado tres ^ños seguidos por las naciones europeas
mas adelantadas en esta parte, recorriendo muchos
establecimientos, rurales en los que se encuentran
practicados los mejores sistemas de agricultura,
conversando con los mas sabios agrónomos, y au-
mentando así el caudal de sus luces, pues este es
el modo, aunque trabajoso , de formar una 'obra
verdaderamente útil y original, y no un libro
íle libros.
•.. En el discurso preliminar que precede á la
obra, comienza el autor por sentar.el sólido pro-
vecho que resulta á las naciones de la agricultu-
ra , y pasa luego á recorrer rápidamente las dife-
líentes épocas de nuestra historia con relación á
el^ j y dexando los antiquísimos y obscuros tiem'-
pos que precedieron ,á la dominación romana, ma-
nifiesta que quando nuestra nación hizo parte ya
del imperio romano, y quando los vencedores y
los vencidos se llegaron á confundir en uno , eur
íonces nuestra agricultura llegó al mas alto grado
de explendor, sucediendo que un español de Cá»
diz venció á todos los agrónomos, presentando á
.O^h'4e Agrkültwra fréftíia. i^i
Sixma el cuerpo mas complejo dé doctrina agraria
que poseyó aquella república en los siglos'de su
«haj^or ilustración; Este f^ié Coltimela, cuyas obras
estando tradtrcidas «a las dema$ lenguas, se due^
le el autor nOilp estén en la nuestra j pero pfbii-
to suplirá esta falta el Excelentísimo señor Don
Juan Pérez. Villamil, el qüal por encargo de la
Sociedad Patriikica Matritense , se ocupa étl esta
traducción que creemos ten^ga ya muy adelantada.
La irrupcipn de las bárbaras gentes se|)téhtrio-
cales solo produjo ruina ^r desolación i decadéá^
da de la agricultura y délas artes. Los.'rftoros,
que sucedieron á los. godos, hicieron ñorecer k
agcicultura-, pues durante^ los tres siglos, diide fel
ftütor, queidomlnarcm lo&califas del occidente, de
la^dinastia.ide los onvmiadg^ el sistema rüfé^dé
las provincias de Andalucía,- Murcia» V's^ncia y
parte del'Portugal, retotírb: y mantií\^-et ex-
plendor que había perdido.
Reunidos en los reyes católicos los diíeréWeS
«¿ynos de España, Gabriel Alonso de H#rréí¿i', ha-
biendo Viajado por Franciaé Italia, de órderí del
célebre Cisneros escribió en agradable y éasfizó'léii-
'.guage , e^ estilo acomodado por su seti;<:il)^2 á la
íComprehensioñ de la gente del campo, s'u'trsrtádo
^agticultura, reuniendo'<tn él los precepto^ i:)ue
nos ddjarpb tos:autores: roinanos y los ái^abes, ilus-
trados colilla .práctica de so tiempo. Tambfeñ'dis-
^frutaremos pronto , gratíasíatzelo de la Sociedad
-Patriótica detesta Corte, dbikia nueva edición de
esta preciosa obra ilustrada con notas de v^rioide
sus sábjos Individuos, en las qtíe se enmendarán
-los yewQS!>en que no pudo menos de caer Herre-
ra p3t defeco, nO'propiamente suyóy sírto del
9-
•t$f Otrsfl eif lé'giíwüku'ra práctüa.
:SÍgío;#ft.que vivió,'y se añitdiián los.nueVoS'de^
cubrimientos.
Continuando ?l,a)Jt,or en formar,;]* breve his*
totia ;<ile. nuestra agripulturü , hace ¡v^ que la ex-
puUion de los m,«ristos, aunque pudo ser nece*
sari? ^n la política , deJQ^un vació considerable ea
Ja pi^blacion, é influyó, podprosameiíte en el atra»
;So dQ, puestra agricultura, por la íalta de cerca dé
tnes,fn.iill0ne$ de alma$"Sgricul(oras4: artistas y co^
mercia^tes ,,y la de kis graades capita)es que con*
jsigOrS^^l)eyar,on. Laabmjdaneia.aé.loí.metales pre*-
(CÍ9,^9$,queveniati de América, attcga^n .poc de>
/drlo (?fí ,'Ja nacioíii, yK-abtuiíiaróá la<«gtí€ultunty
lás-a^ies^en lüga?:iJer.yávificarlás; por .manera que
Ja.'£Sp9^; á la miief^e de.Carlps .li.sólo ofrecía la
iipagen.de un cadáver, ó la de ua enfermo espií
tandí)jde,Consunción., í ; >, •.
; ^ ?/eíe.nta en: s^ujda». como qjio áé- los inas po.-
derosos exemplos, que n<is ofrece,la. bí&tqria de ua
j3uen.|^.bierno sóbrenla lelicidad de mta-nación, el
q^iiad^p.de los progf-é5£)S ,que hizo la España en los
íficftSjSÓ^St^u? ntkoliiffostL desde que .elj Señor Rey-
Don,, Felipe V pudo ¡desplegar.el sisteída de sa
.sábia.iídjninistracioi>, JiasU el fin del-reyngdo del
Seóof;Doo Cario?:IH, ¡cuyo excdera»: j^objerna
alaba.» diciendo que htzaidar á la ^sfiañájjpasos de
giganíe ;en.la carrerad*jWr|>£osperi.(iad.j aboliett«
do.la xa^.d^ granos; quitiuido trabaiiahfomercíD
con jas Am^ricas».«bcie(ido;canales, c^oastituyertdb
camina?;, fomentandoias.tHievaspobbciones, pro-
tegiendo .Jas.ciencia*:, ,y.,.e«ablecifendeí.-ílas: socie-
dades económicas. de-9h)igos ásiipúi^AsA <I¡L\Q nñgi-
de^^.der^aíjprón mas.luces.en el Estfldócpiéhicie-
;rop ^^ddaafar ma$ 1» agricttitura y detnai artes de
bs-que iáépenáe la felicidad pública, <jue quantó stf
había executado étt;los ültiiiios's:iglos; y CQn eséo-
ddmate tan gloffoso'reynadbyVécFbió la pobfabion
ol'«umei«o^de3t<)'f ttifllones ieílmias. - •"'"'?
- Pasando» á^oía'ái' tratar déí plah de esta db(^/
"vteiet^os; quería/"d^ide en %tWpiL'kéi. La prüiierd'-
comprende la mtareíitf dé'coíSfttíCciohés rtífá1«i'
dátrtes' írismwtténtos de' Ubbr -y' M los-anuales
den^^tíos! á-Í6 -^i^dá'del h6mbré én d cüfttvy?
"ha secunda trata tlelcnltivi^éíí^'^eherall ó dbfái
végwracion y vidi'dé'íasr^l&íitíi^V 'dé las" ti5k¥^ f-
sus especies, de las labores, abonos, riegos ¿•¿él:'^'
rabientm; fhdílas Riéiitilizar \6ifefffenosa^qáti-
ceisíj reglaí qafl-'Se'débieil següiir én' l'a" álterriátítrXi
dé laf txssechálldb^i^ el inismí)''terréilo. CófttfáiíC
la-i.wfií^á. 1to3(*fótdatiVí/-al^i¿uUtv8^ •'^Ki¿^^^
las\plánias¿. qiWíSQft' d'principál-tíbgétó de lá nj^t?.'
c\ílt«ra"en grande, y para évííáí'fos'térmirios bo-'
tánicos que füeifatí necesarios para clasificarlas-¿"^^
^ t ! cofifurjdirian^íi'lés labradWé^,' last ha dividídü^
porios! (fifftíSftfesZ'ííb^tos- cori'^qiie geiléralRénte-
se cahivah y ya^í'íiTguiendo tift''óf'deií tan sencillti'-
hafcjk'dfl'lasplá'fltd^'iereáleá;-tlfe las legümi.biísSs.T
ífe-HisTqtté' Sé"tlfftí'VÍ»"por apíóvéchftr sus raices;-^
dólasíííJrtilésf 4irífof5aS. y 61tTmáftiéhte délas q t ó '
foiímiiwlí,¿. pastea ttatoraíés^ aiftíficialeís. Los itbS^ I
Iheñ'-ftñéú'f^éñfaxiüuhitiÓn eí"asunto dé ht'
qttartá,'y Cdmo d''nibrttl,& viña y él-olivo-'son-'
d^'tefá'-ímpíMfáttciá'V' y es necesario tratar con''
r* mayor extettsioh dé'Unas plarttaS'ti'ñ esenciales'
á-waeStra agrícültara,"hs destíña toda lá parte'
jaiftíi*','donde'f amblen habla d'e los gusanos de'
seíía , de la extracción y conservación del aceyté-,-
y del'modo dé fobrtcar y conservar el vino. Lá''
134 (^Hm.4* ^füuítufa fr.tktiem
síxt0 Y últimij paft? la forman lo& ganados jnloj;
animales doníéíticoj, y las abejasv .-,r,;,,., - Í M I
j J^ebemos c<mvenÍÉ en qusi^lráqtor cumpl*.
quanto promete, y que en i«nguage',ca«¡ío.> eáí
SQn{:¡Íllo, natural y ameno estilo <iárrá: fóslabi^do-
rei.Ia necesaria instrucción para; el,!Í>ueno .y.hálr
desempeño de su^eifscicio 6 arte¿.; :; .,' . r r n ' o
,- JEn este mbn)o ¡discurso pr^itnj^r < dá 'i9:otM>
cUde.la escu^lg (Í^:agricolturade Stiiza » la-qual
por )p poco conocida que es entre ¡nosotfOs, y, por?
lo útiles que serian en la nación; otras, copíate-/
níp^raqul, ' , _ „ ,-.,,', ^ ,,Í:„I M.l zi .••.' :••'•"' • »
^^j.^Xa escu^líi <Jí §uiia pí» cttn razón po&rlti
j^^gfa de EQropa:;debo puesdetenprme á dqtla>
á.wnpcer- á mis. lectores^. El señ(Ot.FeUembcjgi:de,
Berna,,.adquij-ió en 1799 la píppiedad de ks tier-í
ri^.de Huíwyl, situadas á dos, leguas de Berjüi^, ál
se^f del monte Juia, y á - ecbo. de. los; AlpeSi \,; \y->
concibió desde luego la- noblei'iídea de: establecer;
é^p.áquella soledad,.lina escyelai?(|omí>l6fa áe agri^^
cajlt«ra> Adí^yirio^np^los de Ips^ mejores.instru^
ipÁí^ps de agrk4lt^r?, coq?ifii^ipí;:muchos;deosui
propia invención', plantificó efsisíemade lairníTjiíi?'.
a'dnwnistjFaciop ruraj, recibiendo IQS.criados,y j¿r-t;
lúíerQS que fueron iiecesarÍQf> y,;haciéndose, cbEd»
ua^iíimero c^nsiá^rable.de gfti?^dlosy de.aflíma-l
]^ doméstico?j buscó': maq&tros dotados por.élí
n^smo para qi^ejfip^eifesen, á; 1(J^ diseíp^lpiA^Bi»
r^ibiese, Ips nwtem^ticas, Ia$ ciencias ifaptprftíes^:,
y, .q^iito tiene, relación con la agrikultufav-'y;:
artistas qua construyesen Jos ii\stfymentos y má-í;
quinas agrarias, y que los enseñt^sen^a construir,;.
Ai>rió su escuela con tan .acertados preparati-?.
yos; y esta,escuela, tan famosaei^ el dia, se.com*/
Curso de Agricultwta práitüd, tj^
pdiíé de tres establecimientos de educación. "
-1 >»Erprimero, llamado ahora la escuela dó"
Verhli, por ser-este el nombré ¿'el encargado dá^
dirigirla, coníta de treinta v dos"fiiñosde la clase"
indigente , dé' los <juales Ibi '^«ihte y ocho Sótl
«íantenidos áíeJí^Bsas del íéáOrFéllémberg. Se
levantan todos los dias al salir el: sol, y van con-
suiathigo y tttSiestro el señor Vérhíi, coh el büe'tó
é itlíatigablfe-Vefhli, á trabajaf al carhpo , 6 a los
laboratorios, ett qué se constró'yeh ItJs iiistrüiíjeh»-'
tos de agricultura. En los iatérX'átótt'^tieí léS'^Ug-'
dan aprenddn (á leer, á escribir y acontar; seíies*
dan nociones eleáiéntales dé |éoíH^tña, áé íes Stí--
seña á medir las tierras, á lévantaV jplanes, y ái ha-1
cer diseños denlos InstrUmeritós ágrariois. Se leis ex-'
plican Ibs principales fenóifteiítíí? de la náluráléza^'
y: de la vegetación, y se leí «íupá'etí el íHvííifhb
en algún arte mecánico, paralé'eviten la ^üai*
sidad, y para que se robust«z¿án sus fuerzas, t a
música y el canto, al mismo tiempo que foríáaií'.
parte de esta-sencilla educación' ,'Mrven para él J ^ '
creo de aqií^líos'rtiños \ y lós-cáníares queltíll se
se les enseñan, respirando la inaspura moral^y-el'
patriotismo idas «Cendrado; fertflSéft^ tfn Süf íiéí¥cí^'
lias almas los sentimientos de la virtud. 'Es ttííiSo»^
sible ver á ek£¿'é+¡atUrá&"al íéáédof-de iu%^es-
trov es imposible Oirías cantar;en coro coWéVífft'
derramar lagrimáis de temara^ y siíi pagar 4. la'fi'i-
lantropia déí'atwor de tan di^no•'establ'ecirfien'tO•
eli justo tributt* dé gratitud ^ufc le debe li^u-"
inanidad. ' ! '
»>El segundo establecimieíita d^t señor Fel-
lemberg, destinado á la educación de los niños,
pertenecientes á familias ricas y.bien acomodadas,
136 Curso de JfgrictíUurii. prágiMfí--
se' cípnipone ,a(HUalmente de: sesenta ,indivi4iips,
desde la edadjd^octip años Mast? jbrdíí-veinteí-en-
vi^d^s allí de diferentes partes i de. Europq; y • dé
veinte y dos ayps-.y profesores güe ;VÁv,en^ con los,
:>,Í4DS, sin dexar d« asistir a-uíi ? $u6íJuegQ$;;y i^i--
versicnes. AHÍ 9é .fepseñan el griega.y: el [aijiij, las
lenguas modemas, ^1 cálfulfcyj^jmateníátícsis
p,Qr,elimétodo^de ]?estalozzi, fLdi^'^joy ls( pcr$-
pgctjiva ,. la. íiisíqvia natural y ilQS.eKercicios gitn-
C^sticps, la n a i l o n y la eqyitgiiíioftj elbqyley la
í^íinja,' La nwíjcáyel caníotháceii,también par-
te, ¡de. la edufjK^'ofj d)?:est9 ^sqi^elaj^ytódojslos do->
iniqgos se reúnen, los nriñosque^ja '^fíomponeo: «oá;
lí)!,;^ la es<;Mfla, dc.Verhli, para cantar en a>fo
la&^dabantzas tdeJ._Ser; ^^terno. X-os i paseos de, los
educandos consisten ..en presenciar, los trabajos
<;^,^.pp^ffier). y'el|<>s mismos cultivan un jardín di-.-
^ a ^ | 9 f.iy :aR'^,epdg* «Igun aríí. inecánica. Se.lesí
ipsftryye á fon4o,en.J^,xeglas.^aí^,fprmar libros
.4?.,fivl?>Jtas , . y . ^ í i lleivar l«!S asie^ijutjestdé Jas entra-•
das, j i MÜdás de;«na;a,dníinistraClDn-; y de los dcsi
I8;é4ic;/ps:.empleadp$ ei>,ql servido, del:institutoycl
qgoT^J^ d^ leccippgs-de botáflica-y^de-químiea eón
r^Si^Ipq.,^ la agjiQjltura, .y el otro les,instruye en
'ela?fífírit?rÍftaíía-%: e l ' . ; - ; .. •-•.•r.-c:- ::•; • :
-í^fc'/í^ísrceresíiibleciraiento, está destinado ex-
<:;jlfltsijjiB5teíitiB4.1jl,v^grJí;ukura,;, .y s0 cpmpone abo--.
raiidefdie,? y nueve jóvenes, de la.ed^d.de di©z.y
q9hq-á;;veinte;año^,-;eBti;e-los quaJes. hay. un grie-
go, ¡y ym.francés, siieñdo los deraa^ alfiitiai>es y sui.-;
zps. El señor Fellemberg les dados veces cada se*•
mana lecciones teóricas; de agrio^tiua, y otros
profesores les explican la historia, natural, la bo--
tánica, la química y veterinaria. Estos jpveues pre-
sefticiáa y toman parte en tooas las-operaciones
campestres,; entran cji_el pearmenorrd» tcdo b que
se l^eeienieJ-campo¿.©0 los establos y- en hs qua-
drasj en .4a lechería y-denias.oficinas de la nidustria
rur^líyreo; los labofatomos en qiie.sé «onstruyen
]{náquinas,é instrumentos.'. í •
í n£l.ifiñoK Feliemberg. c$,el,alma<le efste grande
establecimiento de educación , de rodo sé'.ooípa,.
á todo preside , de todo se le debe dar cuenta; y
d^sde su misma JíabítfecipA il en la qual ha cons-
truido una torre á modo de campanario , observa
lo que.pasa en todas-í^us tierras, 4un^ quando le
detienen-.en-cása otras ocupaciones indispeníables.
Todos los dias á la entrada, de la noche reúne á
sus mayordomos, criados y pastores, y recibiendo
la <;u^ta .ina& exacta de>j<0:<>burr4do 4tña^e''et'dia,
les coinunic» sus órd(erie!fc^3:él.siguientCi.'íy. ha*
ce la oración de la taráe eoitnedio "de eáta'sencilla
comunidad. Por la mañana-las reúne también y y
les envía á sus réspectivasi;«eiípftcioncs.,,^4espaesi
de hacer en conitm. tiflfl:r*«3QÍ0flt a l m ^ í fiterno,'.
agradeciéndole el nuevtí. dia? y pidiendo i*a.ben-
dición, sobrólos- tjíabajps^ufe y«n:B-,<30»ieoz?t3!!.
*»No es posible apreciar: Ja utjlidatl.y .perfec-
t^i^n ,4e;ene:estableciroiealio;solitario,: Je.;estflico-!
loflia-y-destinada á propagar-las luces; agrarias en<
los difei;eni3es:jiey»o5 s e Europas siao jvtv.iendo!
por algtfn,¡tiempo en el.&^np-de-reMa. familia, y
presenciaotlftiSHs estudios.^ $us bcnpacÍoii<»,(y'.has-
ta sus láiyersiflací y juegos,'í<os gobieíoffs.'dj;,Pxu-
siai, de Rujsia , de Polonia.,.,y de diferenÉesr.ésta-1
dos de Aleniania , han enviado alUalgtntos-jóve-
nes en la edad de diez y ocho á veinte a5os.,.-do-
tados de disposiciones favorables, y de costumbres
138 Curso ¿k Agneultma frdetic».'
puras para aprender con. exactitud el método dé
aquella enseñanza^ y para «stablecerl« en sus es->
tados} y el emperador de todas las Rusias ha con-
decorado al señor Felleraberg^ con la cirojs del or-
den de San Valdomiro; Tal es el aprecio que me-
rece á la Europa este hombre respetable, y tal el
concepto :que; se tiene de sus escuelas de educación
agraria."-

• . : Í; BOTÁNIGA.

Genera tt'Spícitsi qu*-autHoVée sunt, autftOHdum


reetf fognoscuntur. Auetore Mariano •
•, rj.;t .'I.-.,Í: .. LaOasca.
T
< • • : : • ' • _ : : , ; • / • • " •

Solo el nombre del autor, que con tanto aplau-


so pütílico enseiía la botánica en el Real Jardin
botánico del Museo de ciencias naturales de Ma-
drid , y que con sus'fescrkbí se ha* gi-attgéááp un
higar distinguido''entre los sabios botánicos de
Europai, basta para recomendar la obra que anun-
ciamosr^l jíübiífccf, pequeña si se atiende 4 su- vo-
lumen^,' per©'grande st'se analiza sh contenido,
que enirigdí-és un ektyactw de una obfs muy vo-
himinosa.i La, descripción sucinta de 411 especies
de plawtas,- la nrayor^ parte':ntievas, y láS restan-
tes pdcti ó mal conocidas ¿entre ellas^ó géneros
enteramenlíe iñHevosy tiíiéf de elltfs de^tkado á
nuestro,aajgiisto Soberano ,• la synoiii«iíi»"tWas se-
lecta, icl gusto linneaho castizo en las- descripcio-
nes, 1* nota del tiempo de la ftoresdetttíS de las
plantas que. ha''visto viras, y de su-sitio natal;
la indicftcion.de los uSos de muchas, de los nom-
bres viilgstesi y de la familia natural á que corres-
pontl'«l loí^'ffltrC'^S género&^nedéScflbéy forman'
el crtnteflidíjyel paaegífkó'ideesta óbrá'dí^ha dfr
apdiid^ée Líntieatla'; á 1)1 (]ué acompañan tSaiü*
bien dos, Jártiina^, una dé ks* quaíes repíBie'ritá las"
partes d<f' lá friifetiÍc*cioií dfc h Fffdfheínfla dU-

CoiftS | s d « las Atentas' (|íte ^ áietttionan en


esta obra, á excépetórt dfe muy pocai, $e crian
en los domiftiosespañciés, la ju¿gámós necesa-
ria á quantos deseeíftttltiviftr coii utflidá*á la bo-
tánica, la agricultura y médfciná , j»Oé* qul^ ade-
mas défestd8ié*ípck>ii^~ CoritiUné lanotitiá áeal-
gunos simples medicinóles j de muchas ptótas'dé"
pasto ^ la descripción de todas las espfcties- de tri;"
%o que se cultivan éh ÍtfiPfetií«s~ulái Sé Viéhdé 'feí^
las libreriaS <Uí¥-##B2^V^rt<^ ^^ ías C*ri<eihí^í'y "Cff
la de^ Paz , caiibrtiafdír«'fteii¿eíáMjBafedSíÍBlás'
á 12 reales en ríistieéu*;^"'"-\. •- ;• ''' '• ^'•'- ''';• .

P O E S I A. f ^ ^ •' •

Ververt, 6 eí^Pafe^^. '>^Póema' hadÜcMo ¿&I


francés. Vakncia. Por Ñétéfdksé'Mbmpié: i8i8."
Se hallará en sv^m^^W 'dtéfuí ^ci6Mi,yM
esta Corte en la de'BUfí^) cdrrerÚ'dé "áW-Óí-'-

- Íftíf^-^QS rhéjorfeS ^éftiWfctóíéSóW del pa:rha-'


sotfmíÍG^^'íébí'e%a4'eíéi "^^ aqd^amimJiartibsy tan'
eMift»a<ío<áéaígün<íi qbe'Uégan á i^úafüríe' éii el
iHétíióade-^fe feífpi'^éW'ébn él téiébfé Facistol'
(^elLutrin') de Boileau, y lo hálláHfíi4'¿"dr aun
cfíWii^ífííésihlé d^'su'tfíürKÍí.Perdsih'adoptar una
opiíMO» <^mtíopodremos meiios- de mirar como'
^ágerada^xoBV^ndFeeao&iCQB Mmeforei cn'tieos>
Tráncese^ ,en que teste poemita, qnft es ^foJecMn jü--
guete ligare .^e las Qracips;, en el masFñ'vaJo y Sen-
cillo asunto,; está ileooíd^ salj de. íbistéyode: jo-
cosidad, y gracejo. ;Vjen^„á ,re4u(;irse á; qjte ?unai
colegialas, pues que colegialas son según ektra-
ductor,,,,fei>iíMi .iuijnuy,|)i;eíiosoípapagay©!or:/
Remilgadoy..gaUn,i.tigefiíi y.Undo,,, . K , , ; -• ?
Amable yifr.<iWO.,(así qualfBr/Solem<iS:';rr^ >
£n la.fíqr^a.fflad, •jt'f(^m>^ ,.;.: . ,(,-;, .1
J^vivo, (tífu^lie iwcentej:: •,- :J.;,•.'!:-,;.%;, n; .r/^i w
al quaJ ípdas ..querían; f^,p9i^>cuidab«8^.«díiciar;
b^n, r,fgaJínt«iR,,oiini3ban,;<>n:-••.>ffl :'s:arn:: ?c;.: Í
. ;,., .>. .^.y¡J}a^Jfe)^tr', oh r,v i^-. ,^ ;! . .. • '
^qr ffl, f^íp olvidó SUí. gWrioHeéi .'-v-í.-^ -:. r.;;-; •
X)¿^-ral¿iyde/uror^n40lfanmueríQt. ....,....'.,;

XJoj ^¿ííQx o/iro tiempo favorítffs,:...i ÍIJ' >•.••? /I Í Í •;


Con lentitud cruel se comumioM.
A este papagaya \?^ Q ^l
Como que se educaba en tal escuela.

Aunque es verdad qm.:^l¡ap^'^trift l»*/^tftw?yt


Voló la fama de sus gracias y llegó á otro co-
legip^atgg di&wjnte,dei,f*kBe?iQ,y al %rtei«lt.pre-
cisa ir pqr^u^pspÍMtafw 'p,u§$ susieoljsgjató'do
hi, primeaaa.que lej'eijr^í^e ^rpr!9f:»%í^o|ÍÓjftrQ^-
y no Jfu^ p<>s¿ble, por,pode¿osas-ra¿ones-,ielpeOri
sarías es^a.gfacia;;,:; ;: v.nrtiiw < :•• ' •;:"'-.-d \'; "i
AÍ^f ,iqpHip¡,Yervertj,.pues.no ha;.p«r4ido! s.it>
nombre .p^fid% á España.».tuviese la desgracia d^ •
ir epibarcado^n-'conjpáñía.ae'dós mbzaílbhias y
tres dragones — ; .; •- . : ..
Una fresca nodriza y dos goíconéi.
Vino á hallarse, qtiál'^ii fierra extraña', oyen-
do solo indecentes y baias eipresioiiés,'juramen-
tos, votó*v'maldiciones, bi«sfémias: y como le
hiciesen hablar, se bürlaix>n"*dé suí devotas frases;
C(Jn lo que avergonzado se decidió á aprender aquel
nuevo y díferiente Isn^ua^', jmrque la juventud,
(r/ mal aprende sobradamente íiett.
Llega así pervertidoalñíiévo colegio, djínde
todas las colegialas se apresuran á salir á verle.
HasfyiDo4a Cecilia, se asegura,
JT se tiene fW (osa yerdadera,\
Que corrió entonces por la'vizpriniera.
Aunque á todas éfasta sír&érhíisura y gallardía,
no dexa de'escandalizarlas a^u>í-«üdésüárado mi-
rar; pfro quando le haceh^ hablar y le oyen sus
inmodestasfexpresiones, yano pueden contenerse,
y mirándole como un antecristcf j como un diablo
«ncarnadoi-díípérien qué sé le vuelva al instante
•á,su antiguo colegio, y así se éxecuta.
-- Viéndole aquí tan pervertido se juntan las an-
cianas á tratar de su sueríb, y se'decide á plura-
^dad devotos. ' "- '' \.
"•--- X^M exemplar castigo en él se haga, '
Condenante ddoí ruedes de abstinencia, •" "*
•jyos de retiró'Iqitatro de silerttio. . -
'Se enmienda al fih-, y ol viHarrdd'sos malas maSas,
'Porelayreyettonoquejin^ia '
M¿is modesto que antes farecia.
Con esto- se' le alzo la periítencia y fué aquel
un-dia de fiesta en el colegio; pero fatal para el
;papíig4yo, pues' • • • • •
I4> ^Mof^ayii,

De una larga dieta rigurosa .. : i


A un abundoso rio de .dulzuras,
^tr^cadp de aziuary abrasado ... ).... .
J^e.ardorosos licores, ay\ cayendo
Verwrt sobre un nifittfon de ricos chochas,
Susrosas cambió en negros cipreces..
Fué general el llanto y luto por su pérdida;
se sacó su retrato en pintura y bordado, se le lar
bró un sepulcro al piei de un mirto, y ^ e le puSQ
su correspondiente epitafio. •
Y aun se dice . .,., ;;
'^ Que la sombr(i,del fOfaro mr^^ita.
Ya en su propio sepuicro' que descansa
En las bellas alumnos para siempre',-
Pues en,'virtud de. la metempsicosis
J>f ^na. en. otra por, íM/m '^d pasando
jt sj^ g^nio y su pm trasladando. ,
Kácilmejite conocerán nuestro» l^toros que sor
^o beingis querido 4ar aquí una idea de este poemir
ía,,y ¡gue el traductor en sus versos no parecer.»*
haber aspirado a mas que á presentar en castellana
vin bosquejo, ó sea mas bien fugaces sombfas de
las gracias y donairi^s del original francés j sino nos
digesé en su prólogo c¡ue le había quitad» quanto t«^
tiia de mordaz y odioso, dejdndok^qh.lo bello y de'
/<7í<jr¿/í. No dudará qualquiera sea así enloprimefd»
mas lo segundo, no lo hallarán fáciliaente algunos
criticqs desconteiitadizos prendadqs del papagayo
francés, que consideran desnudo en castellano deiq
brillante plumage y privado de lo precioso de su char-
la. Pero 5J en su primera viajata sufriátan cruel tras-
torno, ¡qual no era de temer padeciese mudat>d0
de clima, de costumbres, y sobre.0do de idioma!
ElPapagayo. 143
De qualquier modo, bueno es qtíe«sts traduc-
ción^ como varias oirás que se han publicado en es-
tos tiempos de los clásicos franceses é italianos,
ponga en disposición á ks principiantes en el es-
tudio de estas lenguas, de entender los originales
extendiendo ademas el conocimiento, de obras de
tan síjpéíior raérito»^;

LA FIESTA DE ALEXANDRO.
ODA DB SKYDEN PARA CAKTAilSB BK BI.. » I A , DE SANTA
Cecilia j traducida p o r . . . . <

Después de haber ptíUtc^ih^n el iom lo fág. 97


la excelente tradu,ícion de esta Oda, se nos ha
remitido é^ia- qm .jffescntamos:filpúblico para
que los críticos jUfi^i^en del respeftivo mérito de.
ambas, y se animen 4 este género de trabajos
las musas castellanas.

En el.regio festín por la victoria


Con que el imperio Persa poderoso
Subyuga^rá Alexandro belicoso; ^
Lleno de magestad, lleno de; gleria,
A los diosas el hér<oe semejante . . á
Con ademan augusto y triunfante ,
En su trono imperial se mira alzado,
Y de sus bravos gefes rodeado. 1
La frente orlada están de mirto y ros?,
Corona que merg^en, .
Los que por hechos de armas resplandecen.
Cerca del Rey sentada se veía .
Tais gentil, placentera,
Como Qri«ntal esposa
144 Lajksta':di 'AU'iandro.
En soberbia beldad, en loranía ' " 'I
y de «iS años; en la flor printera.
jO mil veces feliz^rI - ...;.:;; .
Solo el grande en'el valor • i;-- :J •
De las bellas el ámcír ' 'i ..:
Es.el'-digno dego^íU'^ ::;;,•;•
Encumbrado, en el medio'de la orquestra
Timoteo se muestra
Que cóñ" dedos'diestrisimós,'veloces, ' -
Tañe su blanda lira:
y eórt- tr^írtulas voces •' • - • . • = :^ ¡
Que eleva al" fifmametífd,'' ' "'
Purísimo contento
Y gozo cfclestfeil ^ alm# inspira.
Canta: y primero enrona, -•
Como el solió eternal Jove abandona '
¡Tal es-del fuerte amor el poderío! • • - •-•
Mintiéndole un dragón de íarina fiera.
Mas de nuevo en sublime-señórb- .<• ' A
Atravesando la radiante esfera
A Olimpia entré sus brazos estrechaba,
Y en su senofestampaba "'i' "••
De sí una imagen, un Señorial inüiwlo;>".-
El cánticQi profundo"! '^ ' ' ;-'•!"
Admirado aplaudió élCtfnenísd-é'^'eflte: '•
y el dios está presente repetiafíi;';'" • -- • *-
Y el dios está |)resente
Los bovedados techos respondían. ... ;•
En estasis lo ha oido '' ' ••' -'
El Rey, que envanecido
Otro-cscclso tonánté peiwó ser.
Y el aytre del dios toma,
Y un ceño al rostro asoma,
Con que al orbe imagina estremecer, •
Lajflesta,4e AUxan4ro^ I4<
En seguidaV de'Baco"loS'tóótái- •
El músico cantará mélodiostí, ' '"-'
De Baco joven sientjpré ysieiíipré héVmoso.
Las trompetas tocadlj batid tarribbres;'- '/
El placentero dibS éli tTiuüfo vf^né.'' '
Ya muestra su semblante candoroso •' ' \
De púrpura gfacibsr«Sónrosaío.
El clarín animado . ' ';' - •• -"'^ •
Por vuestro alféntó,'suene .
Que Baco viene/vierte. •' •
Baco joven , Baco héiTftoso
Con su preciado licor ' ^
Nos alegra, y e ! dolor'
' Con él sabe desterran
¡O don y ó pUcer sabroso
Tesoro Vitó, sin par!
Al soldado valeroso
¡Ó cüafi'grato es elHeberl •
jCiian sabroso es el placer
Que viene en pos del pesar!
La música, cual fuera de.^entido
Puso ú Rey ^ que ¿^ nuevo enfurecido
Batalla sus combates ya pasados:
A todos sus «ípntfafids defrotados' •
Otra vez, y óha'" y otra desbai^tá,'' '
Y otras'tíes veces ¡á ios ít\ueitos"mata.
Vló, él maestro qué Alexaiidro enloquecía.
Que sos o)ós y faz''l>ríáaban fuego:
Y cuando' á ci^ío' y, tierra desáha',' "; y •
Su orgullo reprjthio'^'ftíüdáiiddiiifego-
Aquel tono por'otro dulce y siiave
Con que piedad•áláífftki'nfuhdir'ífáBé'. -
Cantó al grande y bohdósó'Rey Darío,
Que por un had9jmpío •' ' ' '
TOM. XII. •'^"•""' '•"• Ib
146 Lttjitsta áe AUxanéro.
Cayó, cayó, por siempre fu4 arrojado
De su anterior alteza; remolcado
En la sangre, que vierte y que. lo baña;
Y cuando mas en aflicción tamaña
De auxilio necesita,: abandonado '
Aun por aqueHos mismos que álgun dia
Su bondad generosa sostenía.
Espuesto yace en la (desnuda, tierra;
Sus ojos solo , sin amieos cierra.
Con esto ^1 yencedpr triste, abatido
Tiene el mirar al suelo dirigido:
Y en su alterada mente rep^sapdo
La inconstancia eiji <?1, mundo de la suerte,
Algún suspiro di.de cuando en cuando;
Las lágrimas le asoman; ya las vierte.
El poderoso maestro sonreia,
Tan próximo estar ya el amor girando;
Una análoga y propia canturía
Para hacerlo Uegar, basta que empieze,
Pues cerca está de amar quien compadece.
En lidias consonancias dulce y blando,
Pronto su aíma al, placer fu^ eiicaminando,,
Cantó la guerra congojosa, insana, \
Y una pompa el honor frivola, y vana.
Siempre empezando-, nunca concluyendo,
Luchando siempre, siempre destruyendo,...,
Siel mifedo es digno de que. a tí se rinda.
Piensa que es digíio de q^^ tíi lo .goces.
Tais á tu ladp. ¿s^a > la aníáblé y'linda;
Goza el bien, quijos dioseá te deparan.
Aquí el concuaso en estruendosas voces
Que los cielos rasgaran
Sus aplausos"entona, -
Y música triuníante á amor* corona.
La fiesta 4e ^ex^^o. , 3U1J7,
Al Rey <^é"éh' sí nrisMcí se ;enagena . r ' ' '
Imposible le es ya ocu}tar""su pena: " ,'
y en la bella |o? ojos é'fttí^yando ' ~„x
Que iÜ'^Mí^'iirhóroíieki^^^ ,..,,*
Suspira y mira á*ÍfaiVÍ"síftpírá'^ mira;' ' J ,
Suspira y mira, y.otra vez íUS^Traf .^ ' _'^
y de Baco y desamor áláíl/ejdido,;' 7
Cae en su regazo el venóedor'vcncidó'.' '^ ' , -
Ya la cítara^de oro otfá>,e'z~süéna J' • '
y en voz milPfüerte y muy tóa'sfucrtéí atruena:
A todos despertandp \ ,7,, ^' ' ;: -..:,;
A todos vida y'móvilílíejíftó dando. T"'1
Hace que el JÍey al puntó íé feváhte '"^'^-[^
Cual de "un rayo alriijtid.hóncJltroiíante'; '"^ •
Mirad, miíld i,'... al hórrido sonido . ,'J
Alejandró' otra ve¿ sü fife'nRS'h^eríuidp.' "V"
Cual si en aquel momeilFo^'é^'álz'a^^ ' '. ,
De la tümMfIrdfííiíso^'M ' '"'".
Mira atento en contorno. -^ • ," "^^
Vengad, vengad, esclióia Timoteo; ^•.\' , . \
Heis que se^alMii/las;%ias^/^yó''íaS' Véó;' ' ' ' '
Heis las ser^iéiítes sií ápañt^plé hdbfridi: V "" J
Cómo silban, oid; ve;^ jas ceHtellaS' . „; • .
Que ardiefítés sáteñ dé fés ^¿s desellas./.' ,
Ved.... de pálidas sombras trdpá viene, ' í
Y su antor¿ha cada uíiíí'én Warto tiene. '^'^'
Sombras de gri'egos ¿ort''qifé^ j a pasaróll, " ;
Y que en el campo del hortbtfinaron. .. _, .'
Cual yacen sin gloria ] / , J;,
Los bravos guéi-i^fós' . ! ^. • ,
Nuestros compañeMSi ' ' •' , ,
En tierra mirad. " " .,! , ,
La just.'v venganza ' ' ••• •
D e taatos losuitoS
Por loí insepultos , ..i" ;>
Luego, sus, tphiád. , ;• ,¡
Las antorchas^inírad 'cual van bUÁ4fjf^do,
Cual con ellas al cielplevantadas ,, ,. .,
Nos están dirigiettrfo,,'. ., , , ,, , ^
Del enemigo persa'á tó inoradas,
Y á los templos luciff^t^S.. ,.,.,,.
De los dioses que ado^a/^ /^ r
Enemjgo^s también, íle Duestras gentes.,,
AgltadbV'dé furia abrasadora .. ,^ :. ,
Aplaudieron los príncipps, oyentes: , ,^^;,^ , ,
Toma el Rey ima'antprc^ia; em .es>Tnstante
Arde en sed líe deVtm]rV,ae *1 Tais,|^la^^^^^ -
Cual lápFésa'^miwtr^rk elp^^^ ordena,,
Y otra Trova incendió como otra Helena.
Asi en tiempo pasado, ; „ '<
El ayre á dar yozy,^4"^Í^""^° *''^*®°*^^ '.
A los órganos mudos tbd^ía; , ', . ; ,
O con lira sonpra^j^sabja i »•:.-•,• i
O confla}j.ta'aijhelánteTiimoteo^ J:
Hacer quHel ajma ép si óácer sintiese ,
/ Algún blando deseo. , ., \ •, _ . .!
O bien que, en rabia y'en,"furor ardiese. ,.
Cecilia al fin divina jse presenta, ;^^'
Y el conci^Xtp vocaií ^f.i.mero inyéntg.',"'
Con las sacras rique^q^s. que atesora
Esta entusiasta amable, * ,• , . . ; . . . . ; : • , .
Los límites "mejora .;;...:, :, • i
Antiguos de las voc'efi''?Íls?i|ifbarido ^
Su primera estrechura','. . , ' . , , .^/[
Y á la que era duraljle , f
Y ya solemne dando j.^. , . i
Mayor solemnidad, cop,, WJ^f *" .^^''íi \ - i
Niievas trazas para esto^lmágiharidó.
Lajiesta de AJ^xandro. 145
Con ungular, é ingéijítá^^BSlreza . , , ^>
iQué le dio tberal riatUí^lelíá. . ; ;, ,-
"' .TiWbtéó cóiiíiésésp vencido*, ^ \ " /'"''
•<0 séa'éWíé ^ b o s ¿llatí^o Hivídido: ' {^ ' "
Pbrqúe''ÍiWl ü'ii'mortalfclé^'ó-'aVcielo''';•,;; ;
Ella hizo á un Ángel descender al suelo/ i ' '

:•; LlT^kÁ:TX3(RÁ';ÍEX'rRAíí

tr'áh¿era¿\]y anuneíqidi'Wfas 'nuévas^^übltea'


• ' das-ití'álás en el' discurso de este aáoT • ^
J?Z22

1 pormoTs^s ciencias nattarales y exactas » n las /


míe > majh. adelantan en el día , coménaaremps
^pór eíwis é^!^ enumerafiop. Los señores ÉCuih-
\ boldr v'&pnplahd siguteíido^éh su nobie, >pipresa
de comunicar nos iQS íesprps cientincps~que han
' trajáó del; Nuevo Mtiñdo. - acaban dé; publicar la
"segunda ¿la-^saxtá parte dé isú'viage', ¿on tí títu-
lo adü^ia^d'é Go7^f«<>» 4? óbser'aacíóneis''de zopío-
"'igüi^y de' á^aiotriia,' yl ésta de Nova £enet:4]fi spt-
^."^:Mmiarum w pere^rmáttoné ad mavam equt-
nox^aieftt-^bis novt coiictar-Um, 'ado/nadgs ambas
coajreciósas láminas. , \ .,\'f.U,' '
Él c^ébYé Thehárd.ha dtío la Jspgúhda edi-
. cion d^ ^n Tratado dé '0ímca elemefttaí,; teórica
- Xf^í^f^Hd' Y si Servor Palissot dé Beauvois se
ocupa en'la publicación por. quadernos , que ya
,tiepé'muy adelantada, de. dos obras muy curiosas.
titulada la primera J^pf-a^f^hf^p/ffffsde'Qwar/^
de Benin en Afriei, y}f ^seguridá"'/jíj('ctófj' f^f

dos Unidof, adornadas ^mbas con iñiuy biiei^ e^'


lampas» ,. , - , . . , - , . .
, JLoS señores Ijhaussier y Adelon dan una

llér, tmjiada Elementa pnystologtde, que constara


de nueve toncos j|n8?.fonl^ipi|i?s.
I ^ oficina de ¿óhgitudes ya na publicado la
útilísima c^ra del ^pnoeirnúnto ^de.^ ^o* tifmpM. ^c^e

y ba préSeátado al Rey el Anuarto de I»i8.


El señor Cbenu^acab^a dp dar la sexta edición
de su Tratado elemeníál de árismética decimal: el

paííi eí usa de la escuela qlnéral de Tas duaíro Na


Clones: y el manscüal de campo Mr. jNoizet de
~ San PaDio la tercera edicioft revista y aumentada
de su Tratado completo de hrtthcactw, dos ¡tomos
con yf íañiinas. 1 amblen na eorreeiao y. aumen-
' tadp cph'siderab'ém'ente^1 señdr.FrianiCoeur^ü £/"rix-
' no2raña''f^ratado'4lemeníal ¿e dsirbnomá^ ea
la sefeujKW ídjcion que acaba de pu^^^
El ?enW\Biót ley8'en la Junrí pubíica del
^ Instituto cié'í 'Í4 iféAbiif de este año, viña'l^éii-
. «íi fo^í^f ¡aí,aperí^cmfs, émf>reñdidas par^xaeter''
ñim0Íd^^rcfdela%^^ ' - . . r / í ' . ',
• El señuy''jbrnard ,T cii iin tomo e"h folio con
diez f ablíis, Ha dado -únsL^Memoria sobre el sistema
métrico délos antiguos Égi0ios^ qxie contiene ín-
' véstigadoüfes sobre sus cohocimientds geométricos
de la literatura extrangera. 15^1
y sobrólas medidas'"dV los demás .pueblos dé' 1»
^antlgífédad. Esta Méinbria, CcHi ótras-muchas del
mismP,autor» for.™* Jí^'^te de la magnífica Dfi-

; ". Se continua lát'ifttnensa é^-jiíterminable obfii


;,de la Éncíchpee^ meiódica, anuricííndosenos ahoía
"íá^f*"entrega' qOé cíjiopveudé'fel- rórxib quintó y
(iltimp del,suplemento al Dicfionario dt Botánica
p&'^"seáblres di ía'líídi'ck y Foit-ét', y la segu^i-
'tíá^plV-ffe ííé'l segundó' tomó «¿I Dictv>Hettto de. Éí-
jífdt gofios señóre?. Ivl^ngé i Cassini, Bertholoa ,
y Háésenfratz i y se ¿píítjnüa ¿bri ¿¿.tiVídad la pu-
má\:M%Vmiíhiarit> de emeias Naturaifs
q\xe yuncíamos ya. en el tomo anterior (a). 1
" . E n i r a é l Sííblb'prpn dé Ferti^ac ha coor-
"áftila-Q ^^ biíblicá; '¿bn' abrobaciíbh'. dé Ja .Acadi- .

'ficá'dos'i'é'gUh los ¿ámíehs e:seiiciilei'que presen-


" ta^O^tbi anímales V ios «onchas:[Il)febe formar tb-

•''''•'á|ile"bübfittín^d'el^sfeñoT BdÜrgeoir sui Let-


~y0m^X{^rÍmetitm^6ét{¿^, Ó^&dmfri'de las
' í i & r f í ' á J V ' í ' ' ^ ^ ^ ^ ' ' * ladottm^ 'Neutón
1 • í'>*ati-i..''.í'' •lii.r'íimnlrv

' cia dé^u'yida y'e^Oitofiv'0il«mbs^ár;^fe}ibr' Lan-


'"llióísV'doctor'éh'i»eíí0riH.dé Mb'ntpdlief, nna
''^í^e'tía.feh'ta ^ l¿iíTM%y«Ww¿í/v y/al señbr
* Sp\i^i\ftim\láa OHeHMMh sobri U mitra Y el

' •^*)),,.T'?f''fr" P^?- ' " Á , , ,


, 152 Progresos ,'
trastorno de las funciones n}eraks é inkíectuatcs
del hombre. , •
Se nos ha anunciado un l^ttevo Viageal Irk'
,ferio de Flora .6, principios elementales de botánica
.por el señor ^óis^leur de j^ongchamps; del qual
jal vez tendreraos ocasión, de hablar cpn jnas
^detención. „ , , ^,
En Tolos? se ha impreso él Suplemento a la
historia abreviada de las plantas de hs J^irintos,
,.por el señor rjcot de la Perouse.
El señor Marqués de Laptíice ha publica^p su
^Segundo Suplemento d Id^TeMría analítica-(ü'Ja^
probabilidades..'. '..,,, -. • /.,,.,, " 7
El b^arondeXarrey, cirujano mayor *I«| íids-
_pifal de la Guardia Real ,1 ^i^i'impreso sus' Memo-
rias de cirugía militar. I ', '; _,
Merecen ,©1 mayor e],o,g,io. Varias obras destinrt-
, das, á los prpj;r'esbs de la, jaí¡r;icultura;, {:3les/son* ,^1
Diario de' Itfs^^ropijitarios^r.útd^es,. p^rl gjj ,medTo-
_d¡a de la JFrímciu » obrí p.éy^iád]ca que's's'publica
en Tolosa , dándose cada me!; un númefo de jdps
pliegos,-.coa .tft que ya, se. l|an formado'^14 tomos.
Los célebres..Tessier y -BQSC Gontinq^n^.redactain-
do los An^&s^ de lasá^ricultura frdncgsd'f de los
que dan quatVo volúmenes ¿q.SV afano, y la có-
. lección, formaría 70. VQluinflnés, que cuestan en
_ raris 3Qo .pesetas.: Jift^ íjfjru se comenzó en ,179o.
]N'c>4i,iei^s impo,ri3ríteE son los Archii¡di'de los
. descubrimienjtos é i]i'pen<¡ifnes^[nuevas^^hecho's tanto
en Franca como en Jof-paisfs exirañge'ros durante
el ano di j S i j , un tómp eii 8?-'nayQr. Esra obra
coni'inzo a publicarse el áfio de 1808, con la ma-
yor aceptación: consta ya de diez volíijiienes, y
en el que aquí anunciamos ÍQ encuentra surtía'' va-
_ de la lhirai'ura}xtran¿era. 'Í^S
'riéd'ad'de útiles-aíticiílbs sobre la geología, la a$-
'trohtímía, la ecófiontiá rural y doméstiea , &c. y
^jjuevps gxpériití'éntói-'sobre la luz^
'',' 'El seftor '^Atkélih6''Cx>staz,-ha publicado su
'EiiísiycrÍBobfe W^Adirimstmchn de la agriculturtt,
del eomerciq ,,de las manufacturas y de lai' subsii-
•tencicís^, al qije''sí]^ué'laf historia'de-'hs-causas que
'han"'ctohtfrbürd*'á'^ííí#'i'á'pÍdoí-pípogíéSps ,de 'las alf-
;tesyVs'de éVañcf'aw-í'i^^'f hd^fa-et'^fe E8 15.'^-'i''-"
'•'' 'Varios prófeítífHi^-M<<át(!}Ha'V'enlF<í ellbs'^1
^'Sáblé'^Orfiia ,'• ^'és^fi^, 'pWNHcah'&deSde -printíii^és
' dé 'éiit añ&vid"Nüi^'d. Diar-t(y de-medicina-,' « m -
^¿'?^^'l)'^'''"'^*^^'V"'í"^^'*^'^®'^*''^^' ""^^ -tofvíiniiáctón
'1Í:T!élos ieñSftíí:'43(ír>isaít-^E-té);ígk)v,¿.'.y •B'ioyeír,
' 5í¿qtífe'W íníl'lfiíáTíio?'trabajos "dtfntifk^ 'de- 'fenfe-
'Piedad''4tiádifH' d^'^ériUMion i y eél vqual- ha et»*-
;*íffliM'(?-éí\ 'Á 'tííhitt'^b.. a\\Íír<í?ií|iS^[í»ubtkánílkke
'^ciíiíiSs'líl "BMiJtéd-Médü'^ií^^mMm'í^^^^^
^'0'^e'hs'Mifofjf,Bi'és'de '• rh^cUa^y- de ctrügítí,
^'qtí¿ sfe h^lláyír'árlV'árib i $'f'6W'«l.%mot.5«'i.(cJi.

^'-\ '"?Ét abetar ??ífi .^'düfe 'xam^m «ládb-qaa-hti-

'/•h'w y^3se.p.'„t9,To 4. déla Miscelánea, ciitica. pag.


154 Progresas.,
y meJio unas Tablas ^ynój3ticas, analíticttf.ys^-
Jéticas, del diagnóstico de los afectos thordcicos, ep.
las qiiales se hafe _una breve, exposición de,,Ips
: sintqmas de la tisis, de ?uíi,,pr9gresos y de los dl-
, versos piétodps (jurativos indicadas por los,I9£j2-
jreS;autores»v. . .' • .,,,',, ^,',,
'. , En Jylaj^o de este año. }ia dado á luz eii;.Paius
-CÍ señor'Joyand.una,obra Sobróla, distancif^df .Itts
estrellas; \y sohfe,m nuevo, ti^tetf^aastronónúfp ^m
jJajqUe reclama, cpntra: |a.ppwiftu ¡quje atribjfiye al
?,Ciéjlebre ,I:íetscheU •, nu«,vas ob»$r;Vacipnes jo{3rg¿ja
•(distancia de l^s.estrejlas;, y-£Qijy.^,ÁÍ|r. Ai^.q'ua
xise dá por.iny^íitpr.dM fHif^.:0.xíoma de la.a^ctgn
,j<Pí^|í/ífr,vM,r.i, Íiej§,yan4!Sostiei}é que estaiiip^^ifst^s
-,4í^ubrímieni;qs,i^ sus Pri^^i^^.,n-a.tui-atej., i^-
.jíígso? en |[i7^5 ^ yi'gyWiwidQ? en .1787^ ,^'H^^
síljie .antes .gue.^Ojrtj.Jpe > tpv,q,,pji lo pieijQ^'líW-

,t0u«dradp ^.U>4iSA?"^,3 ^^i^&^^i!,^ J?*, .4K?í^^'í6'


-/9q(^,dei,lui ¡i^iftyi^ujdos en.e]^í1el(¡>', ;lí',diitanga
de ^as estráí^ií,<,y^^,;oiü:q?, .gl«bpp^,ftí ^^..S"?,, M'"'
. Jíeí^chejl' I19 gy|b}^^p .íiace'^^^b^ .meses ^i^ólo es
„Uíiíi;part:e:¿9,^;ja/iipnsa tcoria;¿üg,^fes^^^^^ a^-jp^-
J.blicq treíí«a^'ap9s;ba.,^;* ,, ,, ,,;.;; ,,
.,, „^\,i^^^t,J^(^\r^. fla ,da^o -aJuz síj Segm4o
(,Si^fletj^e^i:a,^Ja,j^e^tfiUm^^ y.'elseñ^r
.5jit^ £lQu^d^o-^d{¡ i7«/r,f^jó.i;.Q causas..4g^^
. i^inpientq 3m^fy,¿?.la,íHt3^ÍiÍfí:fí<^
2:g!Wé>-/l^ ,wib i;fatad^^,.j^9bíS(,¡^i.^ofr^acion..de-Ja
tierna.,,.j :. .,^...;, „.,(-.,,. ,::,P V ^ • ^-i' '••" "'xL
,or; El,í5sn(^,Iti?íS ^5:hi}pRp/W9r.de mjaeralb-
gía eñ el Ateneo de París, ha publicado una obra
titulada.: De la Mineralogia, en )a que .forma la
líiitóm del orígch-y progresas .de esta ciencia ,k$-
. , déla literatura éxtrangera. ., X^ 5
'tilica'los sistemas de WerHcr, consuma exIctVtüd
^y claridad é\ de" Haüy, y'la tábfa del sístiemá mi-
" iieíafógiaj, puramente fístctr', del profesor" Ber-
Jzelio, . . ' . ''}
' ' Coil no menos zelo y con muy feliz é«ítcr^6e
';_continuan'loY;jf^^íí d payses remotis-j áesc'éip-
^'eidos, obserVandosé con la mayor inteligencia "y
cuidado las 'éo^í'y'ffiíires de los pueblos c[tíe'lós'-h^-
^'íjirán.PóV.ló tanto son niucÜbs y miiy curiosos Ips
^'Viages que e1i' el discurso dé'esté .año s'é' Hári pn-
^'blicádo, ádeíria's de contin'úíiWe los de Hü'nqífcoldt,
los mas ÍnslfüctiVos y completos dé todófj'y'páta
*"nosotros los dé,mayor interés. '" ' • •-^
Aunqué,'co^rtb veremos luego, la niayb'í pár-
té'de ésítíi'Viages sé de56ii'á''lo¿ ingleses, dé''¿ü-
"^^a'lengua"'séjhán tí-aducido á la francesa', sllfein-
""bafgo tan^Jalift ^ han püblidátto orlh3rbn'j|*frfáíes
'en francésJ tales son ú JAílas W los paseos pMo-
téseos en Com(aMinopla y las orillas delBasfuro,

'la T;rácia', güé.dbmpTeíide él swénia'de las aguas


"'^'é bañan' ^•^óíistantiot)pla, |»ré(:edidc>' lié-cób-
"síffér^cionés' generales sobré "la 'geografía''fíiiéa,
'•¿ón ün.A^lás cóttipuésío dé m)"ttiupa nuevb'j'del
•" Bo^fórií ';^-'dér caíiáV deUtháV'NTjgro, y''dte'ot?os
muchos diseños nuevos poir él'sbnbr cótídií Ah-
""dréossK '-.'••''• ' "''^ .\ ;'"'•'•
\ •/• Parece qiíe' t&mbien'se rbiiíinua eí c'életíre
VJage pintovescv é históH'cÓ.'It,•¡Ejpaiífa; píor' el ¿e-
fiór ATexandrb d¿ Labbrdéj^üés'qíiése hó^^iantín-
cia ahora 1? enrfega 46. . ' '" '^ '•'
' ' ' k la dase'dér Viages podem(* referir-las jtói-
si¿j[6 .•^^,.. progresos - •
m6r4as.;¡iutari(!hyj¿e^^^^^ la Armema,
seguidaf de; los t^xíqst armenios dé la historia 4e
\o%. prínpipes Orpelíanos, de las,geografías atri-
buidas á Moisés de Koren y al doáoV Vartaiij^
,.de^,pírgs muchai piezas relatiyas,.á, la ^historia de
. J^ipnenia con I^ .traduccior^ francesa^ y líotas que
.^la, ajlqfap,, por el^ Sj^fioí de.,San:MártiriV de cuya
. obrOj ;l^fl3b,larel^q? \^^% con algi^na mas «xtensipp.
. I .Armismo tipijipp.que se putóican tantas y'tan
40ip.ortaii;eí, obras^científicas, no se descuidan las
,,pr.9,píamente litcranas,, c;on 'jp'^que 'se sostien^en
5 . / ^ Ju&ÍÍP, y sítiojiaCfLon las buenas letras. \
Sé nos anuncia^, ¿na nvievA^edicion completa
. - ^ p;5^,y,.ye(jg..de.i^; obras dérseifor Ándrieux,
.,g,iífi[,cóntiene^ ¿bjned^fisy, cuantos iñuy chistosos;
^^j,,qtfá de las rocsias ligeras del excelente y /e-
j,2^Hnd^..Í)í'¿/V/í'. Aunqi/e la musa épica no par^'pe
.(^ay^eiií{;se.tv-in bieja con ^los poetas,, oipderrios ¿0150
.t%t^'^a;ri9fí^X^- el'Veaof^ Nepojnuc^ño Lem|r-
.,!(fji^t^íe, ba atr^jVjido a^Solicitaj; -suslavores'^épfiin
,^P¿e;najQiije\ppi;,4'í^¿í'j^sia duda ,a-.l^eroyeo por .1»^-
,j[f.^ís>._iijtiüalaJ^^^frOT(?zVíív-.;Óg ^ej^tjt, sería .qua
.,el nuevo,Hqm«» se parecie^^^^si^j^múl^sJjÓíiro
_^£(^ennj tituíadp.ja '^(ff/f^vmdase Ha,^^bli(;aao^j^-
. t;r?!¿las:PoíJíAf fprtas 4& ^i^.Chsa'iSí , ei^i^e
• I^s,aaejSe''Jh^fj[an, fií^iiiinpiSi iinitácldneg de, Ossia^n,
^, élyypmerq^. Ideívjxqrte ,|.s^, (fph .esí.e;^ díviitio. pof ta

Se ha publicado una nueva traducción franfe-


. ^?a.de l¡as obras,dfl Izante con, up, nuevo comén-
,.jtafio.^^ italiano jjr'qtratradúcyoh en verso 4^1
.j;^oe_ma.'iijgle,^,d.e Iplitler titulado Hudribas. Pero
la mas celebi^e é itnportante GVúx¿ las traduccjo-
..^^jes.de ia l&ngiw.jpjglesa , deb? ser. 1^ que se nos
de la literatura extrangera. . 157
anuncia de las obras de Shakespeare emprendida
por una sociedad de literatos franceses dirigidos
por el Caballero John Byerley , literato ingles.'
Contendrá la vida del autor con nuevas noticias
y documentos: uii discurso sobre las reglas, ob-
geto y progresos del arte dramático, en donde se
expondrán y refutarán los argumentos de los iri-
riovadores á favor del género que ellos llaman ro-
mancesco, ó mas bien diremos novelesco: é irá
ilustrada la obra con comentarios históricos y crí-
ticos. Sé imprimé casa de Didot, estara adornada
del retrato de Shakespeare y de 3 5 estampas, cons-
tará de 10 ó á lo mas de la volúmenes, y se da-'
rá uno cada mes cortienzafido por el de Octubre
de este año; !
Con sumó aplauso se ha completado ál fin la
Historia de las Repúblicas italianas de la edad
media por él seiíor Sismonde dé Sismondi, la quaV
viene á constar de 16 tomos., y de la que tendre-
mos ocasión de hablar mas detenidamente. "
Presenta una idea nó menos original que útil
la obra titulada: lá Antigüedad explicada por me-
dio del Génesis, aumentada en la 4? edición, que
ahora se nos anuncia, con la cronología del G é -
nesis, y la Theogonia de Hesi¿do , explicada por
ihedio del Génesis, por el señor Gosselin.
Merece atención, la Memoria en que se'prue-
ha que toda metajisica es itnj)osible, que no se
pueden descomponer nuestras sensaciones, y que
la quimérica suposición de sus elementos es la
causa única de las indisolubles dificultades que
presentan los sistemas de Epicúreo, Platón, Loc-
ke, Leibnitz, Condillac y Kant.
Ha'merecido mucha aceptación el CursoO^ia-
155, Prograos
líticd4e literatura general por Lemerciér, del qu?l,
ya hemos dado algún extracto, que prociJraremos
continuar; y también se halla mérito en los Ele-
mentos de la historia de la literatura francesa has-
ta mediados del siglo 18 por Charbonnieres.
Se ha publicado un Nuevo Suplemento al cur-
so de litíratura de la Harpe, obra clásica entro
las mejores de estos últimos tiempos, y también
se han reunido varios ¡fragmentos del Curso de li-
teratura que M. J. Chenier leyó en el Ateneo da
París en 1806 y 1807, y se ha dado á luz el
Quadro de la literatura francesa desde 1789, por
el mismo Chenier.
En el mes de Mayo se publicaron en 4 volü-
menes en 8? Las Misceláneas de la literatura y
de filosojia, del siglo iS del señor Mórellet, que
contienen sus obras académicas, sus críticas lite-
rarias y filosóficas, entre otras las de Linguet y de
Chateaubriand , sus escritos políticos soore la re-
volución, y varios discursos de morali
, 51 conde de Segur ha dado á luz su Galería
moral y política; y. el señor J. B. Say en un breve
quadernó algunas observaciones sobre los hombres
y la sociedad.
Es obra de un mérito superior y debe contar-
se entre las clásicas la del caballero Visconti, ti-
tulada.: Iconograjia antigua, de la qual y de su
autor ya dimos alguna noticia {a). Es obra de su-
ma erudición y de mucho coste por contener gran
número de estampas.
El célebre antiquario MilHn publica una obra
con el título de Piedras grabadas inéditas saca-

(fl) Miscelánea crítica. Totn. 11. pag 96 y 117.


úe la literatura extranjera. 159
das áe los mas célebres gabinetes de Europa ; el
señor Remusat ha dado á luz una Memoria sobre
los libros chinos de Id Biblioteca del Rey de Fran-
da, y el señor MíTrchand ha publicado unas Mis-
teldneas de numismática é histeria, ó correspon-
den :ia sobre las medallas y monedas de los empe-
radores de Oriente , de los príncipes cruzados de
Asia, de los barones franceses establecidos en la
Grecia,y de los primeros califas de Damasco, &c.
Las guerras que por tanto tiempo ha sosteni-
do la Francia contra las demás potencias de Euro-
pa , y la historia de su horrorosa revolución ha
dado motivo á varias obras de mas ó menos mé-
rito , tales son : El Manual de los valientes, ó
Victorias de los exércitos franceses en Alemania,
España, Rusia, Francia, Holanda, Bélgica , Ita-
lia y Egypto, dedicadoá los individuos de la Le-
jgioh de Honor, obra que se sigue publicando,
cuyo título me parece algo arrogante, y cuyos au-
tores , que dicen ser muchos militares, entiendo
que con prudente acuerdo dexan á las naciones
por ellos vencidas en su obra, el que formen la
historia de las derrotas con que se interpolaron y
trágicamente concluyeron tules victorias y tan
crueles y porfiadas guerras.
Semejante á esta, aunque con mas modesto é
imparcial título, publica una reunión de militares
y literatos la obra de las Victorias, conquistas,
desgracias , derrotas y guerras civiles de los fran-
ceses desde elatío de 1792 hasta el de iSi^, pues
justo es que el que canta hoy el triunfo llore maña-
na la desgracia, que tal viene á ser al cabo el éxito
de casi todas las guerras: ¡Que nación en esta épo-
•ca-no podrá publicar su Manual de los Valientesl
i6o ,. . Progresos . • ,
Como todo se pone en diccionario en, e,stpj
tiempos, moda muy córnoda para la pereza y no^
dañosa á la charlatanería , también estas guerras
han tenido que sugetarse al orden alfabético , con
lo que se ha comenzado á publicar el Diccionario
histórico de las batallas, sitios y fombates de n¡.ar
y tierra duirante la revolución francesa , que cons-
tará de tres gruesos "Volúmenes en ^.° , •
Pero la obra que. mas> ha llamado la atencioa
del público en esta parte es. la titulada : Conside-
raciones sobre los principales; sucesos de la revoluf
eion francesa desde su origen hasfa 8 de Julio de
1815 , por la célebre M.=» de, Sxael Holstem i, y
de la qual nos proponemos hablar con extensión. ^
Periódicamente se pulilican también algunas
obras que tienen relación con las anteriores como
Los Anales de las ciencias, y de los sucesos mili-
tares que redactan 22 sugetos quando nada me-
nos eníre literatos, militares y políticos. Este es- '
quadron de sabios mas ó menos conocidos ya del
público, y algunos de ellos célebres, dan desde
Enero de este año un quaderno en 8.° cada mes,
compuesto de 96 páginas, con Icxque muy holga-
damente podiíjn desempeñar'las tres partes de su
plan que son. i.° Historia militar. 1.° Ciencia y
legislación militar. 'i^.J Variedades.
N i tampoco carece la marina de este,gé-
nero de obras» pues una reunión de antiguos ofi'^
cíales de mar está publicando por quadernos los
Archivos Navales.
Y pues, que estamos en el artículo,de obras
periódicí^s citaremos entre las infinitas de Francia
el Repertorio de las opiniones sobre la economía po-
'litica, el comercio y la hacienda pública, que sale
de la litei'aiura extran^eríU i6i .
^oi* 'pjie^óS sueltos.y forma dos volúmenes cada
ÍTi&y'é\ Diario'giheral de'-ía literatura extrange-
ra /"y el dé UierMura"francesa , que se comen-
2hrori.a publicaba piíricipios del'siglo,^
"• • Lis mucluls'y bíi'^'nhs íraducciones de las len-
guas sabias 'm'ariifíésran* qué ño se ha perdido la
aplicación á loTíÓliclos 'estudios literarios. De al-
gunas- h'enios habladí/ya', y aun hal?larcmos cort
íría^'ó'r extensión'eh"oí'r.i parte f entre tanto anun-
ehlfemós brevemeHt*e^íaVs¡gtiiéntes: ' '
El iseñol^ Limes'ha traducido del griego las
ÍIíñi:niicas de G'piantí ilustrándolas "¿ón'notas. Él
séñoi- Touflfet,' li'a'dadd unii'Traducción coivflttO'
¿l?-ías Odas de PÍndáft>, con eltéxto griego al ja-
do, y notas al' ñn db'tadá oda.^'Ermíslr.p autor nc«
átfptiífá; '6t>á Se las Úhas' 'del'ééip?r'ador[ juliano
én-'i^^úlímnHtí.'". " '•"'' '''" "'' . " , ' " • ..
'';EI 's'dfiór 'péltéil M dad»; la^pnñie'ra traduc-!
cfoii-íéli '-v'-ei'so j'ra'ncés dte lá« Obras ^^^¡^QTáudíanp.'.
Sy"h3'títibIicrido lá. 3.'* 'edjp!Qn'de''ía''t'r'áUucc¡bn de"
r/íí/'e & ; í>iiteafi;dé Laínalle. -•^'''."i '-
6 á-lúz' una nuévaí tráduc-^
cion de la Ludada ó el Asno de'íiiíio Ée''Pairas'
con el texto eumcndado , según muchos manus-
critos. ... ,»A.i . > , , . .
El señor Peyrard, q^ne ha traducido las Obras
J^!A¥'qnáñedeF;-n¿'S^di. írfiprimif la's', ¿é Eucli- ¡
deí fcn griego, éíivfiít'i'^ry éri francés,' según'un^
matrnscritb'que *tiiístír'4hóia había permanecido'

''•'Eff publicacion":de tanhis'óbfsrs en tan poco


tiempo', algunas def.ejlas muy costosas, y de las
qiiales poquísimos exemípíares se venderiun entre
nosotros,' supone grande afición á'ieéí, y de con-
TOM. X I I . II
l62 Progresos ^ ^
siguiente á instruirse. En efecto, y cómo y3.,in4i-
camos en otro lugar, es asombroso lo nlucho qu¿
en Francia se imprime , se despacha y lee. Ade-
mas de ser en grande número las obras nue,vas
que ahora salen á luz , se repiten á menudo sus
ediciones y se reimprimen de mil diferentes mo-
dos las obras antiguas; en espiécial las clásicas,
prueba de qije comienza á renacer el buen gusto.
Entre ellas merece distinguido lugar por sq
gi'ande importancia El Arte Ide/verificar las da^
tas, cuya quarta edición se nos anuncia por una
¿ociedad de literatos con anotaciones y, continuar
clon hasta el presente año/ Tendrá la tomof erí
8,0 = Se ha abierto una subscripción por el señof
Lemaire, profesor de poesía latina, á una jCole.c;*,
¿ion de auíores clásicos latinos con comentaíios
sacados principalmente de las edicío,nes Hapiadss.
Variorum , tablas, de voces,y d^i mpteíK^j jretra-
tos de los autoresj mapas w esíarnp^s, Se.pfj^ljc»^,
r'án 12 volúmenes 3I año, y,el precio es muy mo-
d^éradó. El impresor Belin .publica una <;Qjépcio;i|-
de autores franceses en prosa,; la qwal 4^b'ew ser
sumamente voluminosa. < ,;.

INGLATE¿KA.

Dixinios ya qua;itos y-; q,uan importante^-.sojí,


los viages'hechos y publicados por los jngifsps á,
p'aises remotos ó. desconosicíqs.,La mayor .parte, se,
han traducido en francés j y nos prop'onemos ^^e*
nizar este periódico con .alguno? extractos de^ los
mas instructivos y curiosos. Citaremos'como.los,
principíiles los s\gü\entes=J^iage d la farte sep-,
ientrio7ial dd Brasil desde 1809 hasta 181.5, que
de la h'Uratnrá'extrangera. . Í63
coniprendé las provincias de Fernambuco , por H.
'Foister, con"dos mapas y S íáminas iluminadas.=
H u g h Mii'rray ha continuado la obra de Layden
Wtuhdú: Relación histórica'de los descubrimientos
y de los Viajes al Afriía desde los tiempos anti-
guos hasta nuestros dias, en dos volúmenes en
'8.0 = James Riley há "publicado la 'Relation del
'¿naufragio del bergantiti americano el Comercio,
que se perdió en la costa occidental Jet África. —
Según lás iioticias dádás pbr'W'. Marinef,"ha es-
crito J. Martin la tiiñoria de los habitantes de
las islas Tonga ó de los Amigos = John Bradbúry
ha dado á lilz el Viage d lo inferior dé la\Ame-
rica hecho en Ips'años de 1809 y 1811 con una
desaipcion de la Luisiána superior y de loa esta-
dos dé! Qhio, Kentucky,' Indiana y T&nesiée,
de los Tlfrieses'y los territorios al Oeste. = J. Mac-
donall-Kihhéir ha publicado un Kiage al Asia
menor, ala Armenia y al Kurdista» en 1813
y I 8 I 4 J con notas sobre la marcha de Alexandro
y la Retirada de los Diez mil.
El Viage de Lady Morgan á Francia ha te-
nido mucha aceptación, aunque los franceses se
?|uejan de que no lea haCe justicia, y la notan de
altas muy esenciales y aun de errores groseros.
Sin eijihargo lo han tbducido y lo leen porque es
chistoso y ;les basta.
Nombraremos algunas otras obras sobre dife-
rentes ramos de literatura, y será en primer lugar
el libro del Génesis y dos epístolas de San Pablo
¡d los Corintios, traducidas al chino é impresas en
Siramprur con caracteres chinos movibles en 1815
y 1816..=El Diccionario de las j) alabras primiti-
vas de la lengua griega y sus derivadas: las Tr añ-
il i
164 . . ... . Pr{)gxesos -.
sacciones Jllosófícas de la Sociedad Real, de Lon^
di-es y de la de Edimburgo de l^ij.^-'f'fata'do de
Id práctica de la 'vacufíi?:., por e\ doctor Moore.==
Explicaciones históricas'de los ejeetos qve froduce»
las causas jísicas y morales en d carácter de lasi
naciones , por Bligaud, = £KÍ¿IJ[O .sobre ,jl estilo.de
la arquitectura inglesa. —Investigaciones sobre-leí
naturaleza y la historia de la poesia griega y la.-
/í«¿, priní;ipalrae.nte gie j ^ .poesia.,diamátlca, diri-
gidas á^fixar las leyes (Ipí rn?tro de la, cqm'edia eñ
ambas lenguas por J. S.^Hawkins. = /;fWíí,^í?a<)-
nef Hisiürteas fobre, la hatutaUza de.h^ haíanzái:
(del poder éñ Europa ,p<fí Leckie. = P¿r<íí escogió
das de Plotino, restaiuador de la filosofía de Pía»
ton,"por "T-nylor,=Elementos de trigonometría^la-j
na y esférica, con su aplicación á las alturas y dis-r
tancias , la proyección de la esfera ^ la astroncf-
mía, &c7' por QUntho Gregory-. = Observaciones
sobre la historia y las ¿fniigiiedades de los. bretones,
de los romanos en la Gran.Bretaña, de los an-
glo-sdxones ', anglo-daneses, anglo - normandos, por
J. Norris Brewer.= Historia de la Iiidist Britá'
nica, por Mili. Se publica periódicamente, dan»
dose un quaderno al mes la obra siguientg. Biblio-
teca Jilosó/ica ó Colección,,de las obras mas raras,
tanto antiguas como modernas, impresas y^.,ó en
manuscrito , que tratan de la metafísica, .de.]a,m,9;
ral, &c. publicada por J. Tela. Los dos:pr.imeros
quadernos tratan de la filosofía de Confucio y d.e
la de Epicúreo.
Pero la obra que mas debe llamar nuestra aten-
ción es la que se nos anuncia , dedicada al. prínci-
pe Regente, y para la qual se admiten subscrip-
ciones casa de Valpi en Londres, y de los prin^^
de la l/tefatuf¿t'extrangera. • i6¡¡
cipales libreros de Europa. En esta colección, que
llamaremos c^ásjcá,.y que Se distinguirá con el mis-
jrio hombre' del Regente"; 'se reproducirán y ha-
rán ann mas correctas las íkfriosas ediciones, que
ya no se'étíc'ó^tí-aban com'pletas, ad usiim Delj)hi-
«í\ con tabíá^ tteylsta's y aumentadas, mayor nú-
lAero de mapas y estampas., notas sacadas de las
mejores ediciones váriorum, noticias literarias to-
madas de las ediciones de I^os Puentes, y conti-
nuadas en la ^arte bibliográfica tiasta nuestros dias.
Constará ejta'íioléfc'cíon de ifo á 130 entregas, y
se darán 12 cada'año , en 8.° de '67a páginas ca-
da una.' ' . • '' /

• .-. j'^'V '".,ALÉ.MAN.i.A'i'",..,-.

• Tal vfeí/es ést^' nación ,doñdé eñ el año pasa-


do y el presente se' ha publicado mayor número
de obras de un, mérito general, .y de mas sólido
trabajo literaria' Las dividiremps. en • cinco cla-
ses: I.» Historia : a.* Traducciones: 3.* Poesia:
4.* Ciencias naturales^ y exactas : 5."Varia Li-
teratura,
I? Clase = Historia y biUtogfdfia del derecho
fñtHc'o 6 de. getiies^.., }anto__ndt}iraí'{oijiio.positivo,
pord'Ómptedá éní'FerIiii,=_i|^'fMofMj'i?íiríí ser-
vir d la te^rtüiy^dtd hifiofid'del derecho romana,
por ¥^rAtmmíi(tr:y= Éistortd\dt^lqrndtica de la
ciudad de Dresde.'¿G}¿Q sii^origen hasta nuestros
dítís.r: fíh'íofid de las-buenas k^tjü^s en Persia,
co~n una AJÍ th'ó logia que conti^nej^jages escogi.
deis" de más de' doscientos poetas, persianos, por
M. J . • de Ham'mer en Yienii.^^ I0storia de la
PbVsid prírf'éñiÍ'ca~t'<¡ifsTck:='IIÍshria'de los
166 Progresos i v,
descubrimientos e-invenciones hecha^ .enejadas las,
j} artes de las ciencias y 4e. las arfeí..-^ ^ ,;;
2? Clase = NuevaTraducciondelosMetamor'-,
fóseos de Ovidio con notas', pox Rode^ ep3erlin. =s.
En i 8 i 6 se publicó en Vieng otrí|.tr,^4uccion dé-
los Metamorfoseos por, una sociedad i^e literatos,
con 140 estampas. = También se han,publ¡cado en,
Gbtiñgaen latin Piarlas. anotaciones i los Meta-
morfoseos con el título de Vindicia Oyídiana.
3? Clase: Se han publicado eniianover las
Poesias de Blumenhagen-.tñl^x^yic^^ Jas Trage-
dias de Sófocles ^n latín.= Y e n c l inisjno pue-
blo también én lafiü Comentarios de las cornediof
de Aristófanes.^ En Dresde se han impreso las
Obras completas de Gustavo Schilling. = Se han
dado á luz los Quadros'dramáticos de la Suiza, y
varias otras composiciones dramáticas., ^entrp ellas
Conrado de Suaviá^ eQiberad6,r, tragedia en cioco
aótos por ZimmeYíjia'fin.rs »
4* Clase: En Francfort se han publicado los .
Elementos de la ciencia de Ja naturales ,. divi- ,
dídos eri dos partes, física é historia riatural.= Y
eñ Aliónalos Princif ios generales de la natura-
leza y del hombre, ppr. J . E. de Bergcr.= En el
mismo Francfort iw¡'Elementosde Química teórica,
por Leopoldo Gtiielin. •=lÁ'Flora ¿¿f la Alema-,
nia ó Catllogá'-•¿Istéhiatíco, dé todas las plantas
dekiibiértás en'J^tóltia'ri'iá',\pW J. C. Rpehling.ss
Eñ k\tQ\uhüi[?^ci''\i^Ií{storia C.,,
Sprengél, == l^n Nuremberga lá'iíw/oríVi natural ,
de los w<í;iímí/í''fyí comenzada por Schreber y co-
municada p^r 'Gdlifó. = En k'mi'smg ciudad. E)i,,,
Tratado del origen y dé la-construcción del cielo es' -
trillado por J. L._Sp^étli..=.Eh Alt<;^a, Memorias
d^ Ja literatura exiratigera. 167
pafá servir día anatomía de los insectos, por Gac-
aé.'=: Én Berlín los Elementos de anatomia qui-.
irtirgica por el doctor Rosenthal. = Merece aten-
¿ion la obra del doctor Foerstemann titulada: Teo-
ría'de las grandezas positivas, y negativas. = Y
ofrece utilidad la que se anuncia en Munich por
M. de Reichembach titulada: Observaciones sobre
Id perfección de las máquinas de vapor y su apli-
cación á los carruages.=
''5.* Clase: ,En ISordlínga se han publicado en
Ihtin Ciertos Monumentos antiquísimos de típogra-
ira,, desconocidos hasta ahora y conservados en la
biblioteca de esta ciudad. = En Fr.ancfort una Me-
ñioria sobre el origen y la afiníd'^d de las lenguas
de Europa, isgixn el T^ocabulario universal publi-
cado, en Rusia, por C. G. de Arndt. = En Berlín
las Analectas ' literarias, ^x'xnc'i^sXtaQntz de lite-
ratura antigua y de arqueología , publicadas por
F. A, Woltf. = En Leipsick el Diccionario bihlio-.
grájico universal de todos los libros publicados
desde iSoo hasta 1815, por J. Heinsio. = En
Heidelberga GíVíííí sobre Homero y Hesiodo,
principalmente sobre la Teogonia poi G. Hermann
y T. Creutzer.= En Berlín el' S/^hah Nahmeh ó
ef Libro de los Reyes, ppr F^í^^si, traducido del
persa por Goenes.= ,

R USI-A.

" E l arzobispo metropolitano de BohilewT el


sé^or 'Siestrencewitz de.Bohusz ha publicada en
francés, é impreso eij PetershurgOj.en quatro to-
mos en ^° Investigaciones históricas jobre el origen¡
de los'sármatas,-esclavones ," slavos , y sobre la
i68 ¡Progresos . .
éfOíTa de la conversión di; estos'pueblosal cris(¿a.'
nismo: El autor iíxaal año ,2x43 .antes dé la eraf
vulgar, la emigtadon dé dos" príncipes escitas,
bactrienses y su llegada á Capadoíiái al año j J14
el paso de los escitiis a Europa y su establecüJii^B-
to en las cercaíilas'del BorístenéS. En 1475 (siem-
pre antes de J C. ) los escitas son acometidos en
ía Tauridá por Sesóstris y lo rechazan. 'Veiníp
años después una colonia de Médos ( Enetes 6
Slavos") se establece en las'ófillasdeTmar ,Ne-
gro. Los Erietes llegan á Trádá el año iOiot)\^fi:
Iralia el de liB^- En 380 los Sármatás pacana'
Europa, y la Escitia t5ma )el ilbftibré'dé Sarrriá(C.\a..
Esta obra contiene' hiychas y muy ef.trditás inves-]
ligaciones y muy; ¿un'osas Comparaciones de unas
naciones con otras.
En quanto se puede deducir de tan breve épo-
ca y de tan ligera noticia , vemos que siguen, ade-
lantando los conocitnieutos hunianos^ que sus pió-,
gresos se manifiestanmas clarameifté en las ciencias
naturales yexáctiis, sin decaer por eso la literatu-
r a : que siempre es eh Francia donde se publica
mayor número de obras curiosas^ aun útiles, ha-
biendo varias qü|S podemos llamar clásicas: que la
parte d^Viiíges.ha. ícHrésalido principalmente en
Inglatémi y qué'ésra iiSidon reaiiirná en, el Orien-
te las luces que en los remotos tiempos parece se
difundieron de él á la Eurc.pa, entonces entera-
mente salvage: que la'^'lriiíinia solida y erudita
en sus estudios ^igue dando particular.preferencia
íVIa cié'ifiiu' iíél dérbchoY de la'dipÍGiháciá.'; y ma-
nifiesta el mayóir' a^r^düfen-lús' ciencias naturales. '
Por úUihrb' del" ^fipjicio que áqüí huceiTios de
una mu}'^ cnídiiía o.bi^i"eii'P.U;iáiy de lo que so.-.
•jr— '
de la literatura- extrangerar 16^9
bre los-^ógresos de ía liteíatura en e?ta nacioa
digimós ya i^a) , se infiere .quanto se.¡van difnn-'
diendo l^s> luces defde.,el mediodía al norte de Eu-
ropa j -suceso sumamente iinportante, p^r.a la feli-,
cidad Futura, de esta.parte del mundo,,y .la segu-
ridad, de. sus, grandes asocracioiies polítips*.,;

. XÍTERATURA' E R AN C E S A : "

-'•, . u ..,,;' V I A G £.8. ..

Isíotída de nuevos •viagés d.tierras desconocidas.

Muchísimos viageros se,^niplean actualmente


en extender los conocin^ierítps que tenemos sobre
Ips paises inas distantes del rnundo, ^,
' B,lc^''P^ Gray del. cuerpo Re^l; anglo-afri-
cano ," e.stá encargado del nianflo de urja expedi-
ción á lo interior del África. Seguirá el camino,
que yq. emprendieron I05 ingleses por. elrjo de
Gambie, ppr el que espera entrar en el Niger,
pues tiene :el encargo de bajar quanto pueda por.
este rio , volviendo luego por la costa de Guinea.
Este oficial sabe la lengiia délos Yolofes, y tiene
toda la instrucción y habilidad necesarias á un via-
gero. Según las últimas noticias, solo aguardaba
muías de las iílas del Cabp Verde para empren-
der su ruta.
El señor Bowdich ] y algunos otros^ ingleses
del establtjcimjgnto del Cabo Coast, en jtjruinca,
lian tenido en,Cormasia, de los Ashanteos, algu-
nas "notlcias'qüé comprueban la muerte de Mun-

K^ Véase Wíoíiío Xldslá Miscelánea crítica pág. 161.


17° Viages d tierrixsdesconocidds.
go-Park, pero con circunstancias muy áíféPéntes
de las que hasta ahora sabiamos.
Varios traficantes moros, que hablan estado
en Haussü, declararon, que un hombre blanco
acompañado de muchos negros, baxó por el Ni-
ger en un-bárco; que el Rey le mandó á decir que
no siguiese,su camino porque naufragaría en las
grandes cataratas; pero'que no habiendo hecho ca-
so el blanco de tan amistoso aviso, el Rey lo
mandó prender y llevar á Haussa, donde vivió
dos años, al cabo de los quales murió de calentu-
ras. Los mercaderes moros digeron que le hablan
visto en Haussa. Creen los ingleses que ejite^hlan-
co solo- podía ser Mungó Parle ó su teniente 5\(íar-
tin; pero debemos tener presente que algunos
europeos ó americanos, que naufragasen en las
costas del Desierto, como sucedió á Adams y
á Riley , (rf) podian haber sido llevados tierra
adentro.
Dos ín¿leises muy íicos, los señores Ritchie y
Marryatt acaban de partir de- París para Trípoli,
desde donde piensan pasar á Murzúch , capital
del Fezzan, y luego á Burnu, Haoussa ó Tom-
buto. El dey de Trípoli Jes ha prometido prote-
ger Sü viage hasta Mufzuch, que sé extiende
su mando.
• No se han tenido áün noticias de la expedi-
ción inglesa al Polo Norte; pero el teniente Kot-'
zebue, que vuelve con el brick el Rurik, de un
viage á las costas de la América rusa, no ha po-
dido pasar mas allá de los 70" de latitud, por ha-

(<») "Véase la noticia de est^ Viage en ?1, tom. XI gág.


FZSí^íí átíert'tfs'deíiómcidas.'\ íft
bcr hallado una muralla.-de hielos unos permanen-
tes y otros.flotantes: no ha podido doblar ni el ca-
bo Tchigatskoi ni el cabo Helado, y el largo
golfo queiha descubiertoiá los 68." de latitud, no
ofrece comunicación con el mar ó lago que vio;
Machenzie. Sin embargo, otra circunstancia pare-
ce mas favorable á la expedición inglesa : varios
mapas «usos traídos á París y á Londres, Aianities-
tan que de r«ultas de un' reconocimiento que se
hizo ya en i 8 l l , la Nueva Siberia no es una
tierra muy extendida hacia el Norte, como se ha->
bia creído; ti no que es un grupo de tres grandes
islas que se terminan hacia los yj." de latitud: no
se ha visto tierra alguna mas al N o r t e , pero el
mar parece continuamente helado. En general, la
costa djeL.Asia se la ha .hecho subir demasiado al
Norte eh¡ l<5s • mapas.
El sabio y celoso secretario del almirantazgo
ingles M. Barrow vá á publicar una Historia de
los: Viaigés hechos al Polo Norte paia descubrir
los pasos ñor este y nor-oeste.

Voyage de découvertes, irc. Viage de descubrí'


jnientqs d las tierras Australes, hecho en las
corbetas el Geógrafo, y el Naturalista,y la gole-
ta la Casuarina, desde el año 1800 d 15I04.
Redactado j}or el señor Perón, y continuado por
el señor Luis Freycinet, capitán de fragata, 2
tornos íM 8?

Esta ^célebre expedición hecha en tiempo del


Directorio en Francia en dos muy buenos buques;
compuesta: de^sabios no menos laboiíosoá que ins-
ij% V^iage diastíelxas Austretlesi
traídos., de hábiles y.aniraosos,marinos, dé exce-'
lentes pintores, de buenoS jardineros, y provista
de excelentes iñstriimeníos, s e v i n o á desgraciar
en parte por ser mandada por el capitán Baudin,
mas hábil, á lo quí:;parece^en.la intriga que en•
las ciencias. '
Sin exiibargo, los sabios que la componían si-
no lograron sacar todq el.provecho que hitbieran
deseado y llenar completamente el obgetó de tan
costoso viage , han formado, no.obstante, una re-
lación de él no menos agradable que instructiva
de la que vamos á daf alguna idea.
Las costumbres de los habitantes de Ti mor y
los establecimientos ingleses de Bahía-botánica for-
man los dos mejores capítulos del tomo segundo» •
Veamos lo que dice acexca de la colonia .inglesa.
"Es un espectáculo muy instructivo'el de es-
t? población' libertada del-crimen y del cadalso,
para acostumbrarla por medio de una.feveía dis-
ciplina y ¡de una buena legislación á un género de
•vida arreglado; de aquellos facinerosos.que con
sus manos manchadas antes de sangre trabajan un
terreno,fértil y adquiriendo una propiedad estable,
se acostumbran á respetar las leyes;.de aquellas'
mugeres abandonadas, que convertidas "ahora en
madres de familia, adoptan primero por necesidad,
y bien pronto por gusto, amor al trabajo, á la
honestidad y á la decencia. También es cosa" dig-
na de admirar' a un estadista la creación dé un
papel moneda que en las mutuas relacióríéí dé los
colonos, hace como supérfluo todo numerario, y
se descuentíi á 6.000 leguas de allíj eri .©1 tesoro
público de Londres. r '
»>Pero aunque estas CQQsideraciones'^flJio me-
Vlagt.á'lastkrv'áf-^itstfáksi 175
n<5s exactas, que profunda* rno, se les han ocurrido
al autor otras,dos.y son : 1?^ Todas estas colonias
fundadas para emplear ütllntónta-á hombres sen-
isnciados á -muerte, pierden ^^pronré su <:árac-
ler de ser:un; parage de^ castigo:-prosperan y en*
tqnces ya nO causan miedo á-ibfr malvados: pier-
de la pena su efecto mortil„-y.el gobierno tiene
que fundar á suma costa un nuevo establecimien-
to ó mudar las leyes penales. En este caso se ha-
ll^ la Inglaterra, pues el vicio y el deliró ño tiem-
blan Con el nombre derBahraibbtánica, y esta"^éi
guridad aumenta los crímenes, y exig^'trtevos
medios deícmon :; . ' •' " '
»»Por otra parte éstas-colíaMas-que deben sii
flíjkgen ;á una'-población cubierta'de infamia-, ilé'^
^ r á n algtia.dJa'á iiacer papclíáft4l''é lias demás na-'
dones del rhundo', qu8:tlas'.despréGlaráii'por sü
infiíme origen, y aun ellas •mismas'se vérártíen-
|a4ds algunas veces á feltaMVvlasieyss dé' la prp-»
bjdad. Así ipuQ& conisemqátttes'besítíblScíiíiiéhtds
lió es el tncpr camino para (qae'«nái-'BaUonéitién>í
da su lehgua,-sus costiimbres-yC'iu^CíArrfrrdió de ex-
portación, único obgeto por ¿1 qual una política
ilustrada puede! en el dia; fundar-colonias. Cree-
mos pues, que la.Inglaterra cuenta con oíros^ció"
loaos qué^csíniúos de Bahi»<betánica, para iísé'ha-
ciendo poco á poco dueña da las-isks del grande
Occeano, si'es caso, que piensa en ello. "EV-Quár-'
íífí;y ilmí-wredactado :porei.sabio y juicioso M.
Barjrow, con la protección del íalmirrfnlSzgo, ha
manifestado las razones que deben obligar á la In-
glaterra á no adquirir nuevas posesiones, sino á fa-
vorecer el establecimiento de colonias independien-^
tes, qué son otras tantas fuentes-de nuevo tomerdo.'
174 J^iage á íasi tiernas i^usímlfA
nLsL Occeania,,flsta-quinta parte del tnirndit^
presenta en verdad puntos muy acomodados' pa-
ra los que quieran ñindaí naciones nuevas é ifli
dependientes, pues aUíino tienen que temer gran-
des fuerzas militares, que las ahoguen e a su natí-
miento, iy por todas partes hallarán deliciosas is^
las fáciles de defender.,'y tierras muy fértiles don-'
de la ci;vj|lizacion , teaiendo. buenos principioj^
puede hacer rápidos piogresos. ^
,,_,»»El establecimiento de los europeos en la in-
inenj§íi-^xíeiis.¡on;del-grande Occeano, será la ter^^
cera época entre laiptincjpdes dfek'civilizacioni.
La suerte de las grandes familias ó^-naciones, casí
j¡^n>pte ha depeiidiHtóde"la dirección qUe tomaron
en" sus emigraciones, de la naturaleza del páit
donde se e^itablecieíon;, y principalmente de íá
p^si<;¡on de los grahdesi mares del globo y del pr©-*
V.ecbo.que los, hombrea ^ supieron sacgr de ellos'.
¿X«ii pQrppti^ niñea de los chinos no proviene
f¡i^\^c,l[isimetit6 de:SUi.ignorancia, en él arte de fi
o.aveg%:jpnlr.;Aii!Con£íaiio, si los. japoneses' y los
malayppjihan tenidoviiDigenio fuerte, osado y di-
ferente del dé;Jes 'demás asiáticos^ fué en fa épo-
ca ^n.que si\$ e^uádras recorrían el grande Occeá-
iy>,oriental lleno aun de sus antiguas colonias, •
., f>La,civilización, que proviene ;SOÍ1O de la agri-
cultjura,: se limita'^olb al terreno que ocupa•!*«
detienéi allí mismo quarido está asegurada la sub-
sistencia de aquella nación: y entonces se han vis-
to algunas veces á las naciones agricultoras com-
ponerse solo de indolentes amos y. de' infelices es-
clavos, y separarse de las otras naciones, aun mas
bien por sus leyes y costumbres que por sus gran-
des murallas. La navegación perturbaesta felicidad
Wiage. á las tierras Australes: í 75
de los,chinos, y termina esta vil ociosidad contra-
ria á los progresos, de la civilización. Un baxel
reúne las partes mas distantes del mundo; ciuda-
des y naciones enteras pasan á vivir á otros climas;
eapiedip de pacíficos salvages aparece,una civilir
zacion activa : se^ conmueven todas las naciones,
y el hombre se vé como forzado á conquistar el
universo, , \ .
í»I>iriamos que ladivina Providencia ha desti-
nado á solo los europi^o?;,para es^tender su impe?
ria sobre todo el globo.i Las naciopes-qiie poblaron
la Europa tuvieron quep penetrar pof ásperos mon-
tes, como el Caúcas© y los Alpes:, ericpritraronea
su, camino numerosos maies.como el PontoiEuxi-,
np, el Báltico, el Aw.hipiélago, el Adriático yrel
Med¡j;efTáneo. La líec^idadndq^jliflch^r. Q9n tai^
grandes obstáculos, sitivisfon pasardAScubfir y for.J
íificar, la: actividad y osadía j rque es. como general
en los pueblos eiuopeosv>para ellos.elrW^r: fué sielnv
p,re un camino,de, gloria, y,idc, po4er>::íA. pesar de
tpaas las revolu<:iones,;.la,iiavegacipn,extiende el
imperio de las cienciaá y las artef,.:^fe!:dad, es que
IQS fenicios precedieron á todos Ips.-eaíopepsj psíQ
fii^n pronto Atenas JÍVAIÍZÓ con Tiy,ro,úna cia-»
qa¿ griega domitjóal Egipto vencida,-Roma des-
t;ruyá á Cartago, :y la Europa conquistó el ce-
tro del Universo. Í)u;:ante esta época,,toda la ci-
vilización se reunió en derredor del Mediterráneo;
pues que era casi el único mar en que se navega-
ba, y el principal camino de las naciones civiliza-
das de entonces.
, >'<2om¡enza una segunda época, y también en
ella la civilización sigue los mismos progresos que
la navegación. La comienzan los escandinavos en
Íy6 F'tíi^iátas'tñtr^as'Australes)
sus atrevidas expediciones qVi'e'sé exriendeii Basta
la América-.'Se descubre 'lá b'rúxüla y nacfc' ¡Có'ldií.
üii nuevo tníindo vé llegar á suá coiíás á'tfuestVós
baxéles: aparece una Europa mieya y cffeCé'en sns
magnificos desiertos. El OdCeSho Atíántico'ha'yé-
riido á ser un nuevo'Mcdirérfáneo, ün 'mcft'y-
ími-vel-sa) camino que reurie'éntre sf á-los píietHos
civilizados, y que unas veces resuena con el'es-
trepito -dé'sii's' combatéS','y'-iotí^k''Ies trae'ma'nsa-
mente los tfíbvrtos délo deín'dS'^l tfniverso: " •-*
•: «Pero está muy léjó's^d^-lfa'berse'to'nckiidolofS
progresos dé lá civilizacitín-."í;Dé'ténd?ráh«;' íai ei!f-'
íOpeos á las órilkis deesté Octéaíio Atláritícó/^éf
qUal aunque pareció inrniárt'áo á los Hercúlea, feni-
cio y gíiegb,'-solo es'iinibhrtA de' rfiar sf4e-¿OTtlí;;
j<»i'am€>S' con el GMn Occeanó dH^globo, (^t'ífe'coir
ItiK'Vi'órtibres-dé'Indico', d^é •Pácífiéo j - Au^tfa! 'Iccjr*
¿e dfe-tí,n<£) á'otri§ ffí\bl 'lLa'qlii"íltd''páríe cfeP-fnímá^
y-ife-máS' heífínósa' 'd^e'fóaas^'-í^tY'sobferb'iá'üíí^raW^
pf€Sent!5irá''taí' •fer antes áé-'hlguT!OS siglos" e! rriá'á
éxrendjd'{jy-'itHa^«$t'íi<íio"ésp'el*tá'Cnló' de 6'iVtFizá7
Cte^ qtie^;6l'hc»^Wfe'puéída"«s'^éráfry gozar.'SupM^
gamoí qne 0í'ít)''<tadmó llé'i'e allí la antortíK?^ 9í;
l-4¿artes'y dé'las cíencitís,'tfiVéén vano'alumbb''í
v-eces á la eínv-é^écida Europa; '^ue algunas 'co'lói'
niíts funden en Otáiri y ¿n'Pelew una nüetá?
Grecia, entonces'aquella^'colillas' que alK)ni"sd}.cr
producen aromas, sé poblarár? con ciudades- y-fht-'
hcios; en aquellas bahias rodeadas de bosqbeS de
palmeras, sé'Verán- navegar otros de velas y más;--
tiles: de aquellos montes aun no tocados se'saca-'
ron metales y piedras preciosas|'y en lo profuni^o
del mar se hallarán el coral y las perlas que ador-,
fiarán nuevos capitolios.
Vutge d las tierras Aüstmjes^- 1^7.
» D e este modo en la histoiia del.généfo hu-
mano, lo pasado, \o f resentí y lo futuro se enh-r
zan con la situación de los grandes mares del glo-
bo, y los progresos de la navegación.
>»La colonia inglesa de Bahia botánica ha en-
señado á las otras naciones el camino de la Occea-
nia ; pero hallándose situada en uno de los para-
ges menos agradables de aquella parte del mundo,
y sufriendo las malas resultas de su vicioso origen,
podria en pocos aiíos ser igualada y aun excedida
por un establecimiento de mas nuevo origen, for-
mado de elementos mas puros, y colocado en una
región mas favorecida de la naturaleza. La misma
!Nueva Holanda debe tener paises mas templados
y fértiles: la vigorosa vegetación de la tierra de
J^uits indica un terreno muy fértil , y las monta-.
ñas algo encumbradas, ofrecen alivio contra el ca-
lor, Pero la naturaleza aun se muestra mas bené-.
lica con el hombre, acercándose mas al oriente,
entre las diversas Polinesias, donde hay hermosí-t
simos grupos de innumerables islas. Estas colonias
pueden ser fundadas por la ambición, el valor y
Vna imaginación activa. En los tiempos antiguos
miando un rey de Escandiiiavia temía el remera-
no arrojo de alguno de sus poderosos vasallos, le
decía. "Ahí tienes tres buenos baxeles, armas y
víveres: vé á conquistar y á reynar en otros.paía^
ges, pues que aquí te es duío el obedecer;" -Pues
en efecto el mundo es mayor de lo que comunnren-
te se cree. ..,.,,
. » Viniendo ahora á tratar de las gentes que pue-
blan la Occeania no podremos menos de manifes-
tar antes que lo que llaman estado natural del
hombre, es uno de los errores de la filosoíia del
TOM. XII. 12
r^ Vt¿rgt alas tierras Australes.
siglo 18. ¿Que es pues este estado de naturaleza?
El hoteníote cubierto de un graso hediondo, y el
parisino de los perfumes de oriente, el kamtcha*
dal que se come los mismos insectos que cria en
su asqueroso cuerpo, y Cleopatra que traga una
perla que vale muchos millones, no son igualmen-
te entes naturales? ¿Que son nuestras artes, nues-
tras leyes y todos los elementos de nuestra civili-
zación , de nuestro luxo y de nuestra corrupción,
sino el sucesivo y como inevitable desarrollo de
nuestras facultades naturales?
: »»Si los filósofos han querido hablar del estado
primitivo del hombre ó que se supone tal, de
aquella edad de oro soñada y celebrada por los
poetas, vendremos á parar en que el que no ad-
mitiese que el género humano, quando fué criado,
recibió de Dios ciertos preceptos é ideas morales
para mantener el buen orden en la sociedad, ha-
llaría que toda la historia de la edad de oro era so-
lo una fábula muy agradable; y que de este mo-
do ..el hombre en su estado natural era un salvage
sjn idea alguna de justicia, capaz de devorar á
sus semejantes quando á ello le incitase el hambrie.'
-; »Para huir de este escollo los filósofos,, de que
yhmoá hablando, han buscado con tesón alguna
tfibu dffl salvages, cuyas virtudes y dicha pudie-
seo citar oponiéndolas con ventaja al estado de las
aacífanésicivilizadas. Pero se han cansado en vano,
y SBS investigaciones han sido inútiles aun en es-»
ta quinta parte del mundo, la qual gracias á su ais-
lada situación, se habia escapado nun mas que la
América á las conquistas de la civilización.
»> Tres grandes estirpes pueblan la Occeania y
son kikmalayos^ los nuevos holandeses y los ne~
J^lage dias tierras-Australes. i'^^
gros occeáuicos, t o s pu;ebl(}s;de la primera lieneil
una especie/.de gobierno feudal, en el que cad,a ge-
fcexerce un despotismo pat;rSarcal, y así no debe4
ipos'tratar dtítllosi.no son .hijos de la pura iiatU'f
í^leza ;:sus griveiosas cabaña^s, ;sus bayles, sus can-f
piones podiian convenir muy, bien á la noveles.»
ca pintura de un mundo primitivo; pero no pode-
rlos separar de tan agradable quadro los defectos
de su estado civil y moral, la esclavitud del pue-
Jjjo, las desenfrenadas costumbres de los podero-
fsps, el infanticidio y los sacrificios humanos. Bus*
jquemos pues,el estado de naturaleza en los otros
dos linages, acerca de los quales el señor Perón ha
hecho muy particulares observaciones.
j . . . ,»>En la tierra de Diemen, dice, hay una es*
pecie de hombres, enteramente diferente de la que
.puebla el. contjnejíte de la ítJueva Holanda. 3e &e.-
.mejan bastante á, los europeos, ea su estatura. Con
una disforme Ciabezá , notable sobre todo .por „k
longitud del diámetro que desde ]A har,billa'se dl-
,r¡ge hacia el sincipucio ó coronilla, con anchas.es.-
;p,aldjaS, bien formados lomos , nalgas muyi volu-
miuosas, casi todos ellos tieien al mismo tiem-po
,his extremidades I muy débiles,, prolongadas,, poco
musculosas, coa una,barriga,:muy gorda y como
^hinchada. Estaá.gentes, á quienes no se les conoi-
fie casi superiot' ó'caudillo alguflo» ni leyes ,•- ui
.forma de arreglado gobierno, ni ningún género
;de artes, ni idea.dé la agricultuxa, del uso de los
iffietales, ni arti'mal doméstico ; sin vestidos, sin
morada fija, sin mas guarida que -un miserable te-
• cho de cortezas, de árboles para defeíiderse de la
:frialdad de los vientos del sur, ni mas armas que
;la roacajjA y la a?agaya; errantes siempje por los
11 :
•1^6 Viage á lat tierras Austrahs.
bosqufes ó por las orillas del mar , no hay duda
que vienen á reunir todos los caracteres del hom-'
bre salvage ó insocial, y de consiguiente que esté
hombre es por excelericia el hijo de la naturaleza.
¡Quatito se diferencia pues, tanto en la parte moral
como en la física, de^ aquellos hermosos quadros
que la imaginación y el entusiasmo inventaron pa-
ra él, y que el extravagante sistema de los tüósofos
modernos quiso oponer después al estado social!
"Toda la Nueva Holanda, desde el promon-
torio dé Wilson al sur hasta el cabo de York al
norte, parece estar habitada por una segunda es^
pecie de hombres esencialmente diferente de las
que hasta ahora hemos conocido. Su estatura es
casi la misma que la de los habitantes de la tierra
de Diemen; pero ademas de otros muchos carací-
teres-, se diferencian principalmente de estos últi-
mos por el color menos atezado de su piel, por sos
cabellos lacios y largos, por la extraña forma dé
su cabeza, la qual aunque no tan gorda se halla
aplastada en cierto modo en la coronilla , siendo
«FÍ quie la de los diemeileses es prolongada. El
tronco del cuerpo de estas nuevas gentes no es
tan bien formado por lo general', ^ero' se nota ía
misma desproporción entre él y las extremidades,
la misma debilidad y delgadez de los miembro^,
y á, veces la misma hinchazón de vientre; En quftri-
•to á su estado social, cierto es que los habitantes
de la Nueva Holanda po cultivan las tierras, ni
usan los metales, ni tienen vestidos, ni artes, h¡
leyes, ni culto conocido, ni medio alguno de ase-
gurar su sustento como los diemeneses, y así es
que tienen que buscar su alimento en los bosques
ó ea las oiillas dsl Occéano, Pero ya se descubren
Viage d las tisrras Australes. i8 r
entre ellos los primeros elementos de la organiza-
ción social: sus tribus particulares se componen de
un mayor número de personas, y tienen sus cau-
dillos : sus habitaciones, aunque aun sumamente
rústicas, están mejor hechas y son mas numerosas:
tienen mayor número de armas, y éstas son mas
temibles : hacen mas largas navegaciones en ca-
noas mas bien trabajadas; manifiestan mas inteli-
gencia en sus cacerías para.las que, sus viages y
guerras se sirven de perros que han domesticado;
y sus guerras son mas generales. Pero son tan fe-
roces como los diemeneses y mas crueles con los
extrangeros; así es que Dampier, Cook, la Pe-
rouse y Flinders tuvieron que valerse de la armas
de fuego para hacerles frente , y nosotros hubimos
de retirarnos por no vernos precisados á hacer lo
mismo.
«Ved pues los dos linages de hombres mas
distantes de todo principio de civilización, pues
los malayos, ó hablando mas exactamente los java-
neses, quando subyugaron y poblaron con sus co-
lonias medio civilizadas todas las pequeñas y me-
dianas islas, no penetraron en las grandes tierras
como la Nueva Holanda, la Nueva Guinea, la
Nueva Caledonia, &c. Así es que las lenguas de
los nuevos holandeses y de los diemeneses no han
presentado hasta ahora ninguna semejanza con los
idiomas del Asia. Los vicios de estas gentes, su
terrible crueldad, su indomable ferocidad, su pro-
fundo disimulo, qualidades todas que les semejan
á las bestias feroces, no pueden en modo alguno
atribuirse á la tiranía , á la feudalidad, á la desi-
gualdad , ó á la propiedad, pues que ninguna de
estas cosas conocen.
j^-a Viagedíífttíífras Australes.
. . >rL» pintura que el autor hace del estado mi»
serable de estos salv¿>ges, está tan lejos de la exá*
g -ración que fácilmente se la podrían añadir cir-
cunstaucias aun mas terribles que hallaríamos en los
autores ingleses que han escrito sobre el mismo
asunto, ;y presentan muchísimos exemplos del ex-
traordinario embrutecimiento de semejantes gen-
ties. Nos basta con citar el siguientej. Los salvages
de la Nueva Holanda, no solo se apoderan por fuer-
za de la muger con la que quieren casarse, en lo
qual se semejan á los demás salvages, sino que se
ponen en acecho , armados de su terrible clava, y
la descargan sobre la cabeza un gran golpe que la
derriba en tierra desmayada y cubierta de sangre:
al instante la cogen de los brazos ó las piernas y
arrastrándola como á una bestia la llevan á las ca-
banas de su familia, donde los parientes del roba-
dor reciben á la víctima á cachetes y á palos.
»> Estos pueblos embrutecidos ni aun tienen
-las ventajas físicas que indebidamente se les atri-
buyen. Aunque son mas ligeros que los europeos
•en la carrera, y tienen una vista tan penetrante que
descubren los peces en las mas profundas aguas,
no l«s igualan en modo alguno en la fuerza. Y so-
bre esto el señor Perón ha hecho las experiencias
anas exactas con un instrumento que ha inventado
y llama dinamómetro.
»»Lo mismo dice el capi-tan Cook hablando de
los habitantes de las islas mas'fértiles del grande
Occéano. Según aseguran todos los navegantes los
naturales de la isla de Otaiti, que con razón pasan
por los hombres mas altos, bien formados y forni-
dos , no tienen una fuerza correspondiente á su
estatura. Los isleños del Archipiélago.de los Ami-
Viage á las tierras Australes. 183
gos no son mas temibles que los de las islas de la
Sociedad, pues fueron vencidos casi siempre en la
lucha por los marineros franceses del almirante
Entrecasteaux. N i se diga que esta debilidad física
es un efecto del clima , pues que tanto se advier-
te en las regiones frias como en las zonas templa-
das. Así es que Mackenzic, que ha recorrido la
América septentrional, pinta lo mismo á las nacio-
nes que viven entre los montes, ó á las orillas del
rio Onngigah, pues dice que aquellos indios son
pequeños y flacos como gentes que no fácilmente
hallan abundante sustento. Tampoco son mas ro-
bustos los habitantes de la costa nor-oeste de la
América que los de la costa oriental, y de lo in-
terior de este continente, pues la Pprouse dice, ha-
blando de los salvages de la Nueva-California, que
por lo general son pequeños y endebles, y que los
naturales de Chile, aunque en un clima templa-
do, no son tan altos, ni tan robustos como los
franceses.
»»Consideremos pues á los salvages como los
lacedemonios consideraban á sus esclavos borrachos
para que sirviesen de lección á la juventud, presen-
tándoles aquel vicio en todo su horroroso aspecto:
del mismo modo el hombre en el estado salvage;
debe recordarnos á cada instante los beneficios de
«na sociedad civilizada por medio de la Religión
y de las Leyes.
i84
NECROLOGÍA.
Muerte del Em.'"'' Señor Obispo de Orense.

El dia 28 de Marzo de este año murió en


Orense el Eminentísimo Señor Don Pedro de
Quevedo y Quintano, Presbítero Cardenal de la
S. I. R . , y Obispo de aquella diócesi, á los 83
años de su edad y 42 de obispado. Nació en Vi-
Jlanueva del Fresno, diócesi de Badajoz, en 12
de Enero de 1736, de padres nobles, ricos en bie-
nes de fortuna y aun mas en piedad, concedién-
dole el cielo alma buena, natural suave, felicísi-
mo ingenio y extraordinaria viveza. Estudió en
su pueblo y en Granada; en Salamanca fue co-
jegial del Colegio Mayor de Cuenca: se graduó
de licenciado en Avila. A la edad de 19 años se
opuso á la canongía magistral de Badajoz, á los 21
]e eligió el cabildo de Zamora por su Lectoral,
en 1757; y á los 24 el de Salamanca, en 1760,
para su canongía magistral, incorporándolo enton-
ces la Universidad en el número de sus doctores,
y en una larga vacante de Maestrescolia le enco-
mendó el delicado quanto honorífico cargo de su
Cancelario.
Por su acendrada virtud , su recato, su arre-
glada vida, su laboriosidad y la dulzura y suavi-
dad de su trato, no menos se hizo amar que res-
petar ; por manera que en una comocion popular
acaecida en dicha ciudad, en un año de grande
carestía , su presencia y sus amonestaciones basta-
ron á calmar el furor popular.
Era tal su caridad con los pobres , que repar-
tía entre ellos quanto producía su prebenda, te-
Muerte del Sr. Ohísf» de Orense. l8$
niendo sus padres que mantenerle como quando
era estudiante.
El Señor Don Carlos I I I , bien informado de
sus talentos y virtudes, quiso elevarle á la digni-
dad episcopal; pero creyéndose él tan incapaz de
este sublime puesto, quanto mas lo merecía, no
solo lo rehusó, sino que instó y solicitó tantas re-
comendaciones para dejar la mitra con tanto ahin-
co , como otro quizá para obtenerla Pero se le
manifestó que era la voluntad decidida de S. M.
que aceptase el obispado de Orense , y ya no pu-
do resistirse: fué pues nombrado para él en 1776.
Desde entonces formó el plan de vida que ha-
bia de observar como obispo , con el Concilio de
Trento en la mano y los cánones mas severos á la
vista; y de éste plan ni un solo día le dispensaron
sus achaques, ni las mas graves ocupaciones, ni
el peso natural de los años.
Era tal la pobreza de su palacio que le falta-
ba aun lo mas preciso para la decencia de una ca-
sa particular; redujo los derechos de la curia, abo-
lió enteramente los de secretaría, sello, piovisora-
to y visita, despachándolo todo graciosamente, y
cargando sobre sí la dotación de los precisos ofi-
ciales, no obstante lo tenue de su mitra : predi-
caba en su catedral todos los dias festivos del año,
en las ferias, en las letanías y rogativas: jamás se
dexó ver á solas con mugeres aunque tuviesen que
tratar asuntos reservados: observó muy rígida abs-
tinencia en los ayunos hasta el úkimo momeftto
de su vida, aun quando estuviese de viage.
Era tan ardiente su caridad que dio á los po-
bres y necesitados quanto tuvo, y aun mucho mas,
pues gastó con ellos la hacienda de sus padres y
i86 Muerte del Sr. Obis/o de Orense.
préstamos que le hicieron y tuvieron que perdo-
narle su madre y su hermano, pues el obispado
Solo venia á valer unos 14.000 ducados. En su
largo pontificado no dio sino una prebenda á un
pariente suyo; pero que lo era menos por la san-
gre que por la instrucción é inocencia de costum-
bres. Fué sumamente mirado y detenido en la
elección de ministros de la iglesia , así en la cate-
dral como en las parroquias, examinando y con-
sultando acerca del mérito de las personas. Amaba
tiernamente á su cabildo, y éste mas que como á
prelado le reverenciaba como á padre, y así lo de-
mostró quando su destierro de Torey, y quando
fué condecorado con la sagrada púrpura, y lo aca-
ba de demostrar en el dolor que ha manifestado á
su muerte y en sus exequias.
Habiéndole nombrado en 1783 el Señor Don
Carlos I I I para el arzobispado de Sevilla, lo re-
nunció; porque la iglesia de Orense era su espo-
sa y no podia ser otra, y lo mismo executó quan-
do nuestro actual soberano hizo en él igual elec-
ción , y también renunció la plaza de inquisidor
general para la que le nombró la Junta. Central
al instalarse en Aranjuez.
Con muy poderosos motivos , sin faltar no
obstante á la urbanidad y decoro, se rehusó á de-
sempeñar el cargo para la teatral asamblea de Ba-
yona , á la que le nombró Murat, y supo defen-
derse con poderosos argumentos de las seductoras
y halagüeñas proposiciones que le dirigió á Portu-
gal el duque de Dalmacia, quando se refugió á es-
te reyno, pues con invicta fortaleza se opuso siem-
pre á la invasión y usurpación enemigas.
Quando la Junta Central se disolvió, le nom-
Muerte del Sr. Ojeisfio de Orense. 187
bró en 181 o por unanimidad Presidente del Pri-
mer Consejo de Regencia, con cuya ocasión tuvo
mucho que sentir por no saberse acomodar á otra
pauta que á la de la verdad y la justicia. Los anar-
quistas de las Cortes se ensangrentaron ¿ontra su
persona hasta extrañarle de estos Reynos. En sus pe-
nas y aflicciones le consultaron varias iglesias y no
pocos obispos. De todas partes le buscaban como un
Ángel de paz siempre dispuesto á inclinar elí áni-
mo de nuestro benéfico soberano, que le daba el
mayor ascendiente en su noble corazón, y el qual
le condecoró también en 181.4, como una de las
pruebas de su afecto, con la Gran Cruz de la Real
y distinguida Orden de Carlos I I I . Por último,
enterado el Santísimo Padre de sus relevantes pren-
das y virtudes, le creó en 1816 presbítero carde-
nal de la Santa Iglesia Romana, siendo ya el de-
cano de los obispos españoles.
Estas noticias, que con el mayor gusto comu-
nicamos á nuestros lectores, son sacadas de la ora-
ción fúnebre que á la buena memoria del Eminen-
tísimo Cardenal obispo, dixo en las exequias que
celebró su familia, el Doctor Don Juan Manuel
Bedoya, canónigo cardenal de la Santa Iglesia de
Orense, y en la qual con la mayor extensión y los
¡mas vivos colores se representan las virtudes que
los estrechos límites de este periódico solo nos
lian permitido bosquejar.
i88
ANUNCIO DE OBRAS NUEVAS.
FICCIONES AGRADABIES.

Anastaiia 6la Rtcomfensa de la hospitalidad, Anécdota


histórica de un casto amor contrariado. Por el doctor Don
Antonio Marqitesy Espejo , presbítero. •:zz Valencia: Por
Ildefonso Mompié, 1818. Se halla en su librería, y en
tst* Corte en la de Barco , carrera de San Gerónimo.

Esta obra se nos anuncia como original: su estilo es sen-


cillo , su moral pura, su invención ó disposición de inte-
rés y agrado: su lenguage no muy correcto.

VARIEDADES.

La oficina de los ingenieros suecos , establecida en Es-


tocolnio , acaba de publicar una historia de la guerra entre
la Suecia y la Rusia en 1788 y 1789, en dos tomos en 8 . "
Parece que en la campaña de 1790 , las tropas de tierra as-
cendieron al número de ii.6%<) hombres, la esquadra de
galeras á 349 buques con 3048 cañones y un cuerpo de tro-
pas de 23 9 ( 3 hombres : Jos demás buques de guerra de to-
do género ascendieron á 54 con 2.424 cañones y 17.356
hombres. Durante toda la guerra la pérdida en muertos , he-
ridos y prisioneros fiíé de 404 oficiales y de 20.955 solda-
dos y marineros. No hay duda en que resulta grande gloría
á la Suecia y á Gustavo 3 . " en haber sostenido , con tan
débiles medios, dos campañas contra el imperio mas exten-
so del mundo; pero esta gloria ha salido muy cara. Según
una nota de oficio , la guerra, sin contar la pérdida de al-
macenes y los destrozos particulares de los pueblos, costó
140 millones de pesetas , con cuya cantidad la Suecia hu-
biera podido adquirir una excelente colonia, ó beneñclar do-
ble número de minas de las que actualmente posee.
Variedades. "189
¡Extravagante opinión sohre otros globos en el centro
del nuestro.

El capitán Symmes que Iiabit;^ en San Luis, en las orillas


del Misüri , en territorio ái los Estados Unidos, siigeto
bien estimado y que no se cree f>Hdezca ninguna especie de
dcmenci» , acaba de publicar en los periódicos americanos el
artículo •siguiente. » Declaro que el globo tencstre está
hueco por dentro y que contiene en su interior muclios otros
globos habitables , que está abierto en los dos polos en el
.espacio de doce á die¿ y seis grados. Apuesto mi vida por
esta verdad , y solo necesito cien valientes compañeros de
viage para descubrir lo interior de la tierra , donde estoy
seguro de que hallaré tierras calientes y abundantes en vege-
tales." Lo que mas admiración causa es que esté buen hom-
bre ya ha hallado veinte personas que quieren acompañarle
al polo norte, por lo que muy formalmente hace los pre-
parativos de este viage.
Al mismo tiempo, un alemán llamado Stelnhauser , ha
iublicado en la gaceta literaria de Halle , una hipótesis de
Í a misma especie. Para explicarla declin.acion de la aguja
magnética, supone que en lo interior de nuestro globo, á
una profundidad de 170 millas, se halla otro cuerpecillo
que al rededor del centro delaiitirra dá una vuelta de occi-
.dente á oriente en el espacio/Je 440 años. Éste globulillo,
dotado de una atracción magnética, seria la causa de la de-
clinación de la aguja de marear. Los cálculos de M. Steinhau»
ser parecen convenir exactamente con la experiencia , pues
en 1805 predixo que la aguja magnética se quedarla primero
estacionaria , y que en la época actual retrogradaría hacia el
oriente, lo que en efecto se ha verificado. Ha dado á su pla-
"neta subíerránea el nombre de Pluton ; y según él los mari-
nos no necesitarán ya para guiarse en sus viagcs marítimos
de observar los cuerpos celestes , pues les bastará con cono-
cer los movimientos de Pluton , observando la declinación
magnética. Aunque estas ¡deas parecen bastante extravagan-
tes , no son del todo nuevas; pues ya hace mas de un siglo
que se habia imaginado la hipótesis de un núcleo metálico ó
iHagnético de nuestro globo.
ESTADO DE TEATROS EN AGOSTO.

Cruz Títulos de los Dramas. ¡ Diasque Traauctcj


Autores. duraron. Rs.de vn.
Día 2 El Triunfo de los ina-^
los es muy pasagero, d / 2... . 9.75Í"
la Selva de Hermana- f .'
tad. /llueva. J
4.. . El Examen de los")
Maridos, ó Antes que L a... . S.200..
te-cases mira lo que [ '
te haces. J
«... t a Reconciliación dex I.. .. 2.165..
los dos liermanos. /
7.. . I.... 2.695. .
buen Gobernador. /
8.. . La Mieantropia y"J
2. . . . S-9S4- •
I , p0g. 29. de! Memo- (
rtV/iterarlo). ^
10. . 'El Desafio y el Bau-V. 4> . . . I16.6S0,,
.. X\lo.,Nmva, * .
14.. Encontrar un impo-T_„, _, . _.
sible, Muger fiel y l " ^ " ^ ? ? " ' : " , " " 2.. . .
amigó firme, d P r u e b a f ^'^^^ bolina. 7-037- •
de amor y amistad. J
16. . 2. . . . 6.876..
desengai'ios toco. J ^ , • ., ,
18. . £a ©pera lOs Preten-X^;^^' <:'^'« ^'« 4..'. 38.482..
ditnu's, /Maestro Mosca,
ae..
tejaiio. ( féase el tom. í ^ ^'^ '"^ ^^- 'jj^\', ,. ZASd-'
rial (iterario ). J . ,.,. ..,
C8-- •Draiar lo cierto porV
lo; pudoso,^ la. ,Muj;?r 1 I . . . '•. - 3V663. -
firme ( Véase ta Mis-y' '• •. • •'• * ' * '
cildnéa Critica íorn. 5, | '
tág. 89 ). /,
«4.. .í.a-Qperalos fret(n~\ Del c é l e b r e .1 . .,1 , j

terí4¡\:},itfií. , /¡Vlai^stro Mosca. '^•.^: \ 36.773;.


28.. El Avariento Burla-^ 6.322..
do'y lá fi'etd'Vna ma- V ' •." ' •';' ' ' " . ?>.•-•,•:
ñaaa .de Enricjue IV. J,
30.. El Duque de Osuna, "J 2. .'. . '6.579!-
íes. ' ' J i
To£al.,. ÍS'-'ÍSS .
MES D E AGOSTO.

Prín- Dias que Producto


cipe. Títulos de los Dramas, j Autores. duraron. Rs.de vn.
Qiaaj. La Comedia casera \
2. . . 6.718..
a?... El Egoísta y el A m i - \
:,2,..-. . 5.969- .
29... Los Viages del Em-"»
I. . . . 3.806. .
el Escultor y el Ciego, J
30... I.. . . 7.693. .
Hermosa. / .
31.. Los Viages del Em-T
perador Segismundo, ci >. , . , . . . . . . I. . . . S-32J. .
el Escultor y el Ciego. J

Total. . . . 49.511.

£n todo este mes ha habido en el Teatro de la Cruz 14


funciones que han producido i^i.ójS reales, y en el del
Príncipe ht* habida £ funeio^nes que hajt producido 2<).¿lX
reales, de suerte que ha producido el Teafrp dt la Cruz mas
q^ue el del Préncipe laa.13'^ reales.
ANUNCIO.
Con este quaderno cónctüye la subscripción al
trimestre qiiii-^to y queda abierta la del sexto, dán-
dose por ahora un quaderno cada mes que consta
de ocho, pliegos. El preció de la subscripción es de
26 reales por trimestre, recibiendo los subscriptores
de Madrid los números en su casa, y los de fuera
por el correo^ siendo de su cuenta el medio porte,
que según Reales Ordénes deben solo pagar los
impresos. Se admiten las subscripciones en Madrid
en la librería de ílscribano, calle de las Carretas:
?n Valladólid enla de la viuda é hijos de Santan-
der: en"SírtimaiTca en la de Barco: en Zamora en
la de Vallecillo: en Zaragoza en la ds.Pardo:, en
Barcelona en la de Brussi: en Cádiz en la de Pi-
cardo, calle de la<Darne: en Sevilla en la de Hidal-
go y-Cdrñpañiíi Y en Badajoz en la de Patrón é hi-
jo, en Jaén en la de Cárrion: en Murcia en la de
Benedito: en Valencia en la de Beneyto: en Vito-
ria en la de Barrio: en Pamplona en la de Longás:
en la Coruña en la de Iglesias: en Málaga en la de
Carreras: en Bilbao en la de García; y en Santan-
der en la de Riesgo.
Como algunos subscriptores deben tener in-
completos los varios tratados de esta obra, por no
haber comenzado su subscripción con ella , se ad-
vierte que hay de venta en Madrid colecciones de
los trimestres que van publicados; y á las provin-
cias se remitirán avisando por medio de los libreros
donde se admiten las subscripciones.
Los tomos y tratados anteriores se venden suel-
tos y por colecciones en los términos que indica el
catálogo que se distribuye ^gr.i'ífí en la librcria-de
lísciibano , calle de Lis Carretas, y se hallan tam-
bién en las provincias en la; indicadas librerías.
n, MINERVA.
TRIMESTRE SEXTO.
OCTUBRE DE i8i8.

MISCELÁNEA CRÍTICA.

SOBRE LA PUREZA. DEL LENGUAGE.

EL AUTOR DK ESTE PKKI0DIC9 A IOS DE LA CROKICA.

Toujours loin du droit sens vont chercher


leur pernee. '

MvLuy señores mios. Mil y mil gracias debo tribu-


tar á Vmds. por el honor demasiado (a), en verdad
que me han hecho en el núm. 152 de su no me-
nos gracioso qué apreciable periódico, dedicando
á un artículo volandero mió, y de no muchos ren-
glones, (y) algunos ^ocoj de su Crónica tan nueva
y sabiamente aplicada á las ciencias y á la litera-
tura. Y un millón y muy cumplido les daré ade-
mas , porque se han dignado sacarme á relucir,
después de cien años de obscuridad , para que se
sepa la existencia de mi trabajo, qualidad que Iwa
tenido Vmds. á bien atribuirle.
(«) No parece necesario advertir que todo lo que vá en
cursiva es tomado exactamente de la Crónica.
(/>) Véase la pág. 45 de este tomo.
TOM. XII, 13
194 Sobre larfUreza del lettguage.
Mas es el caso, señores, que me dispensan
tanto honor sin merecerlo , y como no quiera yo
gloria que no me pertenezca, aunque ésta sea de
las mas lisongcras, me conviene exponer la ver-
dad pura. Sin nombrar, ni aun indicar obra algu-
na, hablando, porque venia al caso, de la pureza
y propiedad del lenguage, cité algunas palabras
que no me parecían castellanas; mas como la ma-
yor parte sean bastante usadas por muchos escrito-
res del dia, claro es que.mi crítica á nadie en par-
ticular se dirigía; porque el que con todos habla
á nadie nombra, á no ser que tomando Vmds. la
defensa, como lo haceu , ambicionen la gloría de
ser los Corifeos de la nueva Secta, título que en.
verdad se merecen.
Parecíame á mí que el substantivo complós era
francés y que no se entendería en Castilla donde
en su lugar tenemos conspiración, pandilla, tra-
ma , maquinación : que la palabra exigencias en el
sentido que Vmds. la dan, no «ra ni francesa ni
castellana, y así de otras varias ó de nuevo inven-
tadas, ó muy mal traídas; y creía también que se-
mejante turbión de palabras espúreas, ininteli-
gibles, no solo á los que nada mas saben que su
castejlano puro, sino á los que están adornados con
el conocimiento de otros idiomas, lejos de ser ne-
cesarias, como Vmds. sientan, eran de todo pun-
to iníitiles, y que lejos de enriquecer empobrecían
la lengua, y lejos de aclarar el discurso solo ser-
vían para ofuscarlo.
, Sagazmente han pasado Vmds. en silencio es-
tas voces de las que no podrán citar exemplos en
los que hasta ahora hemos tenido por autores clá-
sicos , y sulo nombran para ampararlas á las de
Sobre la pureza del lenguage! 195'
gsrmenes, aberraciones , desarrollo y elasticidad,
como las que mas bien pueden resistir á los em-.
bates de la Critica. N o creía yo que fuesen pro-
piamente castellanas, ni que debiesen entrar por
figura alguna en el lenguage común. Son palabras
de varias ciencias, limitadas á ellas, propias de su
lenguage, necesarias en él, y el trasladarlas á las
usuales y comunes frases lo consideraba como una
pedantería impropia y á veces ridicula. Mucho
mas quando se aplican mal como: desarrollo de
conjugaciones'gérmenes de sentimientos: aberracio-
nes del gusto: pues en las voces, no solo hay que
atender á que sean propias de la lengua, las que
llamamos castizas, sino también á que se apliquen'
con propiedad en el discurso.
Pero de estos y otros errores me ha venido á
sacar la urbana contestación de Vmds., y persua-
dido á que todos los fantasmas y duendes del
mundo, no son capaces de detener el torrente del
moderno lenguage , desisto, arrepentido, de tan
temeraria empresa. Solo me hacia cosquillas aque-
llo de hombres mal intencionados; porque no alcan-
zaba que es pecie de mala intención podia caber en
querer que se hable y escriba como hablaron y es-
cribieron nuestros mayores, y no se introduzcan
voces y frases nuevas; mas creo haberla hallado en
lo de asombradizos y fantasmas, que es cosa de
brugeria, y malísima intención debe tener el que
se vale de prohibidas artes para asustar á los niños;
y me doy á entender que estos hombres chapados
á la antigua, intenten quando nada menos resuci-
tar á los muertos y matar á los vivos, esto es res-
tablecer el lenguage, que Vmds. llaman antiguo,
y sumir en el abismo el moderno, qué ellos se
13:
196 Sobre la pureza del lenguagt.
atreven á tener por algarabía ó gerigonza trans-
pirenaica.
Pero me han convencido las razones de Vmds.
tan fuertes quanto lacónicas. El caudal de las len-
guas se aumenta á medida que el entendimiento hu-
mano se ilustra: principio cierto. Luego deseche-
mos toda voz propia de una lengua, y adopte-
mos las extrañas: conseqüencia forzosa. Démoslas
á lo sumo y por el buen parecer, terminación ua
si es no es nacional; digamos bonhomia por no de-
cir sencillez , candor, naturalidad, según los ca-
sos, y mas que nadie nos entienda. Dexemos las
voces castellanas y adoptemos las francesas, y pues
que de la Francia nos vienen fardos de ideas co-
mo de mercancías, vengan también fardos de vo-
ces , que así lo quieren los caprichos de la moda.
¿ Pero para esto no valdría mejor hablar en francés
puro? : no señor, que la dificultad queda en pie,
pues seria necesario estudiar la gramática francesa y
hojear el diccionario de la Academia ó el de F u -
retiere, y el caso es libertar al entendimiento de
toda traba de reglas, que no somos niños de es-
cuela; ademas, y esto es muy filosófico , que no se
deben circunscribir los limites de ningún idioma.
En este siglo regenerador debemos ambicio-
nar , y pronto sin duda lo lograremos, el honor
de regenerar la lengua castellana , cuya pobreza
damos por sentada, y de sus miserables despojos
mezclados con las armoniosas palabras y filosóficas
frases de nuestros vecinos formar una filosófica,
abundante y sonora lengua galo-hispana, ó mas
bien franca , como el romance castellano se
formó de la lengua ya adulterada de los roma-
nos y de la bárbara de los visigodos, según algu-
Sobre la pureza del lenguage. 197
nos sientan , pues todo está en opiniones (a).
No es menos cierto que un pequeño número de
•voces no puede bastar d la locución de un pueblo que
ha adquirido y adquiere diariamente un gran nú-
mero de ideas, y ahí están la Gran Bretaña con
su inmenso comercio, y Lacedemonia con su gruesa
y escasa moneda, que no me dexarán mentir. De
lo que también debe deducirse por forzosa conse-
cuencia, que nuestra lengua tenia poquísimas vo-
ces y ahora se enriquece, pues vamos adquirien-
do un gran número de ideas.
Siguiendo en nuestro propósito, y compro-
bando siempre verdades con verdades, veremos
que quando los descubrimientos científicos, las re-
laciones mercantiles, los caprichos de la moda han
creado y admitido palabras nuevas , es muy natu-
ral que estas palabras se apliquen dios objetos mo-
rales y metajisicos que masrelacion tengan con ellos.
Pero leyendo el articulito un dómine viejo y
regañón dixo, ¿qué tiene que ver lo uno con lo
otro? ¡Quien duda que es necesario dar nombres
nuevos á los obgetos nuevos, que descubren ó la
casualidad ó los estudios científicos 1; pero estos
no son muchos en número comparados con el cau-
dal de voces de un idioma , y á veces ni á él per-
tenecen, sino que se limitan á la ciencia misma
que los descubrió: ademas si la casualidad los ha-
lló, la casualidad los dio nombre, ó el capricho
que vale tanto, ó la analogía si la hay ó se creyó
haber, y si fué la ciencia, esta saca los nombres,
los forma ó compone de las lenguas sabias, y en
(/») Véanse en el tomo i. de la Mtictlanea crítica las
dos Disertaciones tobrc el origen de la lengua castellana^
pág. 3<5 y iii.
. 198 Sobre la pureza del lenguage.
especial de la griega, que á ello se presta maravi-
llosamente ; y entonces estas voces son de todas
las lenguas, sin propiamente pertenecer á ningu-
na , porque á todas se acomodan muy bien; y por
último,ningún inconveniente hay en que siendo
absolutamente preciso , unas lenguas tomen voces
de otras para esos obgctos nuevos, y las acomo-
den lo mejor que las sea posible á su genio; y la
nuestia, decia el dómine, lo tiene sobervio y pun-
donoroso en extremo, porque lejos de creerse po-
bre y necesitada se precia de rica y poderosa, y
jamás se acomoda á recibir de ninguna, como no
sea de su madre que respeta: mas á la francesa
créalo Vmd. que la desprecia y la tiene muy en
menos. Ademas de esto , las voces es bien sabido
que solo suelen representar ideas simples, son no^i-
bres que se dan á los obgetos reales y existentes ó
á los abstractos, y los descubrimientos científicos
son regularmente ideas compuestas, que se ex-
,presan cou'frases formadas de las palabras ya reci-
.bidas y conocidas.
Las relaciones mercantiles de una nación pue-
den extenderse hasta lo infinito, sin que haya ne-
cesidad de adoptar ninguna voz nueva, ni aumen-
.tar el caudal del diccionario , admitiéndose á lo
mas una ú otra que á duras penas escapa del mos-
trador de una tienda, ó de la factura de un comi-
sionista , como sucede con el mahon ó el tafilete,
que quando llegaron al país eran nankin y tnarro'
quin, mas las obligaron á bautizarse en Castilla:
á no ser como cierta relamida Melisendra , que
creyendo degradarse si decia tocador , fastidiaba á
•todo el género humano con su toaleta , única pa-
labra francesa que mal sabia, ó la otra que por no
Sohfe la pureza del lenguage. 199
andarse con esquelitas y billetitos amorosos los es-
cribía dulces á sus queridos, aunque luego amarga-
sen mas que el acibar. '
Así pues, no sufriré el que los necios capri-
chos de la moda vengan también á mangonear
en el lenguage, ni que una modistuela, nacida en
tres tierras, ninguna nuestra, nos engringue la
lengua, que á pesar de tales caprichos procuraré
hablar pura, qual la aprendí de mis mayores, que
ya me entenderán los que quiero me entiendan.
Furioso se me iba poniendo mi dóirtine , y
acalorado en su discurso no habia forma de poder-
lo contener, y así seguía diciendo : sientan los
señores Cronistas que nada es mas natural que
aplicar estas palabras, que no puedo menos de
llamar de nuevo cuño, dios obgetos morales y me-
tajisicos, que mas analogía tengan con los reales y
físicos, representados por ellas originalmente.
Advierto , decia el dómine , que estos señores
Cronistas á la vuelta de una proposición verdade-
ra, aunque no suya, procuran encajarnos cien fal-
sas, y de un principio cierto deducir conseqüen-
cias erróneas. Si las palabras, de que vamos ha-
blando , no son propias en su sentido recto , im-
propias serán en el translaticio ó figurado: si tene-
mos ya analogías universalmente conocidas, san-
cionadas por el uso, ó sean consagradas para que
se santifiquen , á qué es irse tomando ahora las
florecitas de las ciencias para formar otras extrañas,
nuevas, exóticas, desconocidas y lo peor traídas,
ó mas bien arrastradas por los cabellos: si hubie-
sen dicho esos señores extravíos, errores, extra-
vagancias del gusto , todo el mundo les hubiera
entendido; mas las aberraciones no muchos las en-
200 Sobre la pureza del Unguage.
tenderán, y los que las entiendan no aprobarán
tal frase.
A qué casar conjugaciones con desarrollo, que
no pueden contraer decente parentesco: las con-
jugaciones vienen á ser un desarrollo del lengua-
ge , para hablar el predilecto de nuestros Cronis-
tas: no entiendo que quieren decir con desarrollar
las conjugaciones, que no son ni físicamente , ni
por analogía, ningún rollo: el sentido de la pa-
labra sentimientos no está fixado aun en castellano,
y así anda vago é incierto erttre los escritores,
usándolo algunos tan poco escrupulosos como ins-
truidos, en el sentido francés para quitarse de que-
braderos de cabeza. ¿Son penas, pesadumbres, que-
jas? ¿Son pasiones? ¿Son el resultado, el efecto de
las sensaciones? De qualquier modo, ¿qué relación
puede haber entre sentimientos y gérmenes? ¿Qué
quiere decir germen ó semilla de sentimientos} ¿Son
las sensaciones, son las ideas?
¿Que significa inocular las tierras"! (Véase el
Núm. 148). ¿Que es aquella armazón de proba-
bilidades'i ( N ú m . id.). ¿Es algún andamio como
el de la torre de Babel, para alcanzar la verdad,
que dicen hace siglos se subió á los cielos? iQué
torrente de ilustración ( N ú m . 1 2 6 ) es aquel, que
con su légamo viene á ensuciar y sepultar la po-
ca que nos quedaba pura? .
¿ Y aquellas vaporosas irregularidades, (l>í(im.
i a 6 ) no son hermanas carnaler. de las vaforosida-
de's (frcunscriptivas, que eruptaba el estudiantón
del Saínete? Ahora sí que viene bien aquello de;
Si esto es ser cultos mas vale ser payos.
¿ y estos son los seííores mios que se jactati de
hacer esfuerzos para oponerse á las innovaciones de
Sobre la pureza del lenguage. ao i
los anti-clásicos'i ( N ú m . 129). ¿Qué entenderán
por clásicos? ¿Quales serán sus esfuerzos? ¿Qual el
efecto de tan noble y bizarra defensa? ¿Quien se
•treverá á tocar al pelo de la ropa á los clásicos
teniendo tales padrinos? La primera qualidad de
los clásicos es y debe ser la pureza y propiedad
del lenguage, y mal les caerá esta ropa de todas
telas y colores que de graves y respetables varones
los convertirá en arlequines ó botargas.
Queriendo aclarar los señores Cronistas su pro-
posición con comparaciones tan delicadas quanto
bien traídas, añaden : Asi decimos de un escritor
ignorante que no han germinado en él las ideas sa-
nas , é irónicamente se podria decir de una reunión
de escritores pedantes y envidiosos que forman en el
orbe literario una bella constelación. ¡Que se les
vengan ahora con chiquitas! Ved aquí dos com-
paraciones germinando sátiras, por no brotar in-
jurias. Las ideas sanas solo pueden germinar en ca-
bezas sabias. ¡Que ha de producir la ignorancia
sino desatinos 1
Y esos escritores pedantes, que con los señores
Cronistas llamaré yo muy oportunamente masas
informes de erudición mal elaborada, ( N ú m . 96 )
envidiosos, sin duda, de la esveltaelegancia (Núm.
108 ) del modernísimo lenguage de estos ñaman •
tes autores, siguiendo los pasos de las estrellas
( Núm. 103) irán á formar, no en el firmamento,
sino en el orbe literario, una bella constelación. Y
ved aquí que elevados los envidiosos pedantes á
tan culminante punto solo podremos colocar á los
envidiados, para desagraviarlos, en los cuernos de
la luna.
** Aun es mas ridicula lavretension de los que
202 Sobre la pureza del le'nguags.
no admiten voz castellana sino está sancionada jpor
la autoridad del diccionario de la lengua''^ conti-
núan diciendo. Perdónenme los señores Cronistas
les advierta , que esta proposición no es exacta,
A pesar de la laboriosidad é inteligencia de los
que compusieron, aoredactaron solo, el dicciona-
rio de la lengua , quedaron muchas voces por in-
cluir en él, y no por eso dexaron de ser y son
muy castellanas: se han ido añadiendo en las edi-
ciones sucesivas y se añadirán en las posteriores;
porque cierto es que el inmenso caudal de nues-
tra lengua no puede ceñirse á los límites de un
diccionario. Y o , muy al contrario, pienso, y en
esto no entiendo hacer agravio á los señores Aca-
démicos, que4a_autoridad del diccionario no san-
ciona las voces, ^ÍIÍO^"^TÍ€ quando lo están por el
uso constante de los buenos escritores, de los cas-
tellanos viejos, se incluyen en él: están en el dic-
cionario, porque son castellanas, y no son caste-
llanas , porque estén en el diccionario: la autori-
dad de este es solo la de la razón, la de la cien-
cia , la de una reunión de autores instruidos que
corrieron con su composición: se funda en la prue-
ba que dan de sus conocimientos: es de mucho
peso para el sabio, de ninguno para el ignorante:
así pues, este ilustrado cuerpo no tiene que renun-
ciar el absurdo privilegio de circunscribir los limt'
tes de un idioma si hubiera autoridad que pudie-
ra conferírselo , porque ni habría, ni hubiera, ni
hubiese, ni habrá quien tal autoridad le confiera,
por lo que lejos de renunciar á tan absurdo pri-
vilegio, precurará ensanchar, no circunscribir los
limites de su idioma, y no vagamente de un idio-
ma, que su autoridad de razón no puede ser in-
Sobre la pureza del lenguagi. 203
mensa, como su ciencia no puede ser universal.
Así pues lo que connaturaliza á una voz y la
dá derecho de vecindad, digámoslo así, la hace
castiza y aun ennoblece, es la ethnología , esto es
el deribarse de donde las generales de una lengua;
su remota antigüedad, el uso constante no de po-
cos, sino de muchos y muchos años, no de la in-
mensa mayoría de escritores ignorantes, sino de
autores sabios; no del vulgo sino del público ilus-
trado ; no de los que adulteran su lengua con el
traquiteo de otras, sino de los que la estudian en
su origen, beven en sus puras fuentes, conocen
su índole y se acomodan á ella, los que poseen
la ciencia de la gramática, pues así considerada lo
es y filosófica , que el arte de pensar se enlaza con
el de escribir, y uno á otro so auxilian, pues la
riqueza de ideas produce la de voces, y vice-ver-
sa. Por lo tanto no adoptará la mayoría de ima na-
ción ilustrada, las voces introducidas en un pue-
blo, partido y aun provincia, no obstante la gran
mayoría que tiene á su favor; no la mala y adul-
terada pronunciación de una voz por el vulgo,
quef llamamos barbarismo; no los solecismos gra-
maticales de quien no manifiesta saber gramática,
no las voces espúreas de qualquiera clase ó reu-
nión de personas, sino la generalidad de todas.
De lo que se deduce comprobada la regla ge-
neral del lenguage , que la etimología , la analo-
gía, el uso constante de las personas sabias, es la
•norma de su pureza y propiedad.
Repito pues, que se pueden y deben admitir
vocei_imsyas quando es absolutamente necesario,
guando no Tas hay equivalentes , quando no se
pueden suplir con otras, sea verbo por nombre ó
204 ^0^^^ ^^ pureza del letiguage.
nombre por verbp, ó dos que digan lo que una
sola, como muchas veces sucede al francés , que
expresa con dos y aun tres voces lo que otras len-
guas con una, y no por eso admite éstas, pues
si así hiciese , sería una gerigonza no un idioma,
pues cada uno tiene sus ventajas y desventajas, su
riqueza y su pobreza respectivas. ¿A qué decir
aclimatar y si tenemos connaturalizar, que es lo
mismo? ¿á c^é gérmenes si hay semillas? ¿á qué
germinar si hay brotar? ¿á qué rampante si hay
rastrero? ¿á qué carnuda si hay carnosa? y car-
nuda es un verdadero barbarismo ¿á qué longe-
'vidad, si hay ancianidad y vejez? ¿á qué lo-
cal, quando hay sitio, parage, terreno? ¿á qué
paralizar, quando hay entorpecer, trabar , parar,
baldar, según los casos? ¿á qué olivo sahage,
quando este adgetivo solo se aplica á los hombres
ignorantes y bárbaros ó á las bestias, y las plantas
son silvestres, y al olivo sahage lo llamamos ace-
bnche ? ¿ á qué atacar á la francesa, quando po-
demos acometer á la española?
Créame Vmd., y créanme esos señores, que las
voces castellanas son mas linajudas que las mas
rancias familias montañesas, y que si no prueban
una antiquísima y muy pura descendencia, se tie-
nen por espúreas y bastardas,
Hechándola estos señores de tan eruditos co-
mo de gramáticos, concluyen diciendo: ¡ Qual se-
ría la suerte de la lengua castellana si Juan de
Mena no hubiera usado de mas dialecto que el de
Berceo , y si León se hubiera sugetado al círculo
de voces que Juan de Mena pudo manejar\ ¡Qual
será la suerte , digo yo ahora, y con dolor, de
nuestra lengua si la sigue manejando esta nueya
Sohre la fureza del lenguage. 205
sficta de escritores, que proponiéndose regenerar-
lo todo , todo lo corrompen y aun destruyen! N i
Berceo , ni Juan de Mena, ni León , ya desfray -
lado mal su grado, con sus respectivos dialectos,
no podrán entender ni una jota, no ya del nuevo
dialecto t sino del originalísimo lenguage de estos
bilingües y gangosos autores. La rustiquez de Ber-
ceo no alcanzará á la sublimidad de las nuevas vo-
ces y frases, y el/buen monge se quedará lelo al
oir que sus castizas voces son indígenas palabras,
(Núm. 14) acabando por perderse en las tenebro-
sidades del faradojismo moderno ( N ú m . 129).
Armonioso y mas correcto ya en su lenguage Juan
de Mena extrañará le digan que quando él estu-
dia la lengua para darla mayor facilidad , gracia
y riqueza, lo que hace es manejar un círculo de
•voces; y ni el mismo Marqués de Villena sabrá
decirje , según rigurosa analogía, que figuras geo-
métricas corresponden á las voces, y si formando
un círculo para que mas fácilmente sean maneja-
das, podrán también formar quadrado, ángulo,
triángulo &c.; y pues ya los señores Cronistas des-
cubrieron, en la inmensidad de sus conocimientos
científicos, declamaciones angulosas ( N ú m . 1 1 9 ) ,
de creer es hallen voces triangulares, romboidales
y con mas figuras geométricas que inventó Eucli-
des. Sapientísimo, sublime y sobremanera rico Fr.
Luis de León, se apocará y aun santiguará como
de diabólicas fantasmas, al ver á la lengua con-
vertida en una especie de kalidescofio, que yo
también me alampo por nuevos descubrimientos
científicos , formando, en volubles círculos, mil
bonitas decoraciones con la vaga, casual y siem-
pre feliz combinación de sus palabras truncadas
2o6 Sobre la pureza del lenguage.
y mezcladas; y guarte no lo heche de ver él
burlón de Cervantes y resucite con \\a Transji'
gurador de dialectos, como nueva parte de su
amartelado manchego.
Amigo mió, Vmd. es un pobre hombre á
quien como al herrero de Arganda herrando her-
rando se le ha olvidado el oficio: toda su vida es-
tudiando para saber que nada sabe : toda su vida
leyendo los autores clásicos de nuestra lengua y
literatura para abrir los ojos á las puertas de la ve-
jez y conocer , desengañado por los Cronistas en
germen, y no en embrión, que los clásicos no son
clásicos, que nuestra lengua no es lengua, ni nues-
tra gramática gramática; que lo que se ha hablado
en Castilla desde el siglo la hasta mediados del
18, y sobre todo hasta principios del sapientísimo
diez y nueve, no es castellano, sino que lo es el
nuevo dialecto, lenguage ó idioma, pues de to-
do y de nada tiene , de los escritores kalidescópi-
cos, que así me cumple llamarlos por las transfor-
maciones y mudanzas que haCen con nuestra pobre
lengua, que tal la han parado que ya solo vale pa-
ra juguete de niños.
Con mucha razón diré yo ahora con los se-
ñores Cronistas, quan poblada tendrá Vmd. la cei'
beza de conocimientos científicos quando quiere pri-
var de voces absolutamente indispensables á los
que no aciertan con otras mas desacertadas, si es
caso que se pueden inventar. No amigo, es pre-
ciso que Vmd., á exemplo de estos nuevos doc-
tores de la ley gramatical, adjure todo lenguage
pusilánime; ( N ú m . iii") y renunciando al amor
propio nacional (Núm. 85 ) , si lo puso en tan des-
preciado quanto estimable, y aun diré importan-
Sobre la pureza del lenguage^ 207
te asunto, haga vida nueva, aprenda nueva gra-
mática, ó mas bien no aprenda ninguna, pues aun
no se ha publicado la breve y conipendiosa del
moderno dialecta ; salga á caza de voces gálicas,
para enriquecer nuestro idioma; refunda, inven-
te , mude y transmude otras, y en estas rotaciones
( N ú m . l o a ) científicas nos enriquecerá con bro-
tes (l>i\im. id.) de frases, haciéndose acreedora
la estimación de los señores Cronistas, á los que
veo tiene muy enfadados.
Encuentro aquí la mia, y saliendo del moles-
to y largo silencio que guardaba, me aprovecho
de un instante de resuello del domine y le digo
interrumpiéndole. Precisamente eso es lo que yo
pensaba aquí para mi coleto mienttras la pesadísi-
ma descarga de Vmd. con visos de diatriba, que
aunque la hallo muy fundada en razones, siendo las
mismas que hasta ahora me han dirigido , ya mal-
dita la fuerza que me hacen, y sí la autoridad de
los señores Cronistas, que son unos sabios, según
ellos mismos dicen, y en punto tan delicado me-
nester es créelos ¿Cómo es posible que su lengua-
ge no sea el mejor y mas perfecto que darse pue-
de quando nadie los contradice? ¿No hay sabios,
no hay gramáticos, no hay puristas en Castilla?
Y pues lo sufren, prueba es de que están convenci-
dos de su error , como yo del mió. Aseguran de
sí mismos estos señores con singular candor,
( N ú m . 1 2 6 ) que hacen sus esfuerzos para resU'
citar el puro, el sano gusto y restablecerlo en sus
ba^sprimitivas ( N ú m . 129 ) , y nadie los des-
miente, luego así es, y el puro y sano gusto no
puede ser otro que el sabrosísimo de su leyenda:
dicen ( Núm. 127 ) que insertan juiciosas críticas^
2o8 Sobre Ja pureza del lenguagg.
¡y qué mejor prueba que el arficulito!: es así que
en estas críticas se hechan abaxo nuestros mejores
historiadores, es decir los que hasta ahora hemos
tenido por tales, y en ninguna parte de los co-
nocimientos humanos queda titérete con cabeza:
luego, amigo, vida nueva.
Parecería que se contradicen á cada paso, pe-
ro esto pudiera ser á nosotros los literatos, que
navegamos por los canales inferiores de las cien-
cias ( N ü m . 136 ) ; pero no á unos sabios que yen-
do de acuerdo con el movimiento general de las lu-
ces ( N ú m . 129 ) rectifican, como lo vamos vien-
do , las ojjjniones erradas : tan pronto hablan en
gringo de los clásicos, como en culto de las cien-
cias: prejieren en las ortodoxias literarias la anti-
gua dla moderna (Núm. 130), y establecen otra
nueva, si tan respetable nombre puede darse á am-
bas cosas en boca de estos sabios. Mas dsí como han
hallado lo modernísimo en lo moderno, porqué no
podrán hallar lo antiquísiqío en lo antiguo, una
antigüedad desconocida de la antigüedad misma,
pues solo á estos señores es dado vencer imposi-
bles, salvar contradicciones y descubrir cosas ocul-
tas, y jugando jugando saber y enseñar todas las
ciencias regenerándolas de paso.
Por lo tanto^ hace tiempo que estudio , medi-
to y admiro su periódico, y para que no sean es-
tériles mis adelantamientos en esta parte, me pro-
pongo, como discípulo agradecido, consagrarme á
extender este inmenso caudal de luces, propagando
tan refulgentes ideas, con lo que lograré dos co-
sas, hacer este bien á la humanidad y salir, á la
sombra de tales Paladines, de la obscuridad en
que basta ahora he estado envuelto.
Sohre la pureza del lenguage. 209
Gracias pues, á su lacónico articulo, é incita-
do por esta eléctrica chispilla me tienen Vníds. ar-
mado de pesada clava para derrocar quanios gi-
gantes, endriagos y vestiglos se nos aparezcan , y
aun al mismo faradoji'smo alemán, que es empre-
sa de gigantesca arrogancia. Descargaré garrotazo
de ciego coja á quien coja: jurando yo in verba
magistri, á Vmds. les bastará dictar leyes, que á
mi cargo coi re comentarlas y explanarlas: siguien-
do en su noble empresa de ser oráculos de la mo-
derna ilustración den respuestas no menos obscu-
ras que las de los antiguos, y aunque suS propo-
siciones sean mas enigmáticas que las que dicen
de la Esfinge, yo las explicaré: por lo que si á
Vmds. les corresponde el ser concisos yo rae veré
precisado á ser difuso y pesado, qual parecerá á
Vmds. lo he sido en este artículo, que si en pocas
palabras se sienta una proposición , son necesarias
muchas para demostrarla y hacerla palpable.
Y ahora, por posdata, y si Vmds. quieren
Post-Scriptum, quiero pedirles el favor de que
otra vez no me levanten un falso testimonio, di-
ciendo que he formado el nuevo adgetivo caracte-
rística; porque sifcndo discípulo, y aun mal apren-
diz , no tengo facultad para fermar voces nuevas.
Este privilegio, como muchos otros, solo á Vmds.
es concedido.

14
2IO

POESÍA.

TRADUCCIÓN

DE LA ODA 1 1 1 DE ANACREONTK.

Sobre sus hombros zagales,


Y hermosas vírgenes llevan
Canastos de negras uvas,
Que luego en el lagar echan.
Písanlas solo los hombres
Con callosa planta, y sueltan
D e entre las uvas el vino:
Vendimíales cantilenas
Entonando, al padre Baco
Con grande clamor celebran.
Alegres el licor nuevo
En la vasija contemplan
Qual bulle en ferviente mosto;
Para que, quando le beba.
Con pie trémulo el anciano
Dance, y muestre la cabeza
De canas ya coronada.
Tal de entre todos se aleja
Joven rozagante, viendo
Una virgencita bella,
Que del sueño fatigada •
El blando cuerpo recuesta
Sobre las umbrosas hojas:
La alhaga Amor, y aconseja
Que entonces al himeneo
Poesia. 21 r
Con traidor intento venda.
Mas, sorda al ruego importuno
Del zagaJ, solo la fuerza
La rinde ; porque de esta arte
Burlándose de la tierna
Juventud, Baco beodo,
Y desconcertado juega = M .
lia

N O T I C I A S LITERARIAS Y D E OBRAS
nuevas en las naciones extrangeras.

Traducción alemana de los romances antiguos


españoles.

Ya hemos tenido ocasión de hablar del apre-


cio que se hace en Alemania de nuestra literatura,
y principalmente de nuestra poesia y de nuestro
teatro {a). Por lo mismo no debemos pasar en si-
lencio la traducción que se ha heclio en alemán
de nuestros romanceros con el título de Colección
de los mejores romances antiguos esquitóles históri-
cos , de caballería y moriscos , y la qual se ha im-
preso el año pasado de 1817. Copiaremos algu-
nos pasages del análisis que de esta obra hace el
Diario de los sabios, que se imprime en París en
la imprenta real.
" No puede formarse una idea exacta del mé-
rito de la literatura española , si antes no se llegan
á conocer y á apreciar los romances antiguos con
tanta razón celebrados, no solo por perpetuar y
extender las tradicciones históricas, sino también
por el carácter noble, sencillo y amoroso que los
distingue. Entre los españoles antiguos el roman-
ce era una composición poética, corta y popular,
la qual según las circunstancias y el asunto presen-
taba la sublimidad de la oda, el triste lamento de
la elegía , ó la sencillez de la égloga : en esta ver-
sificación de los antiguos tiempos no se echan de
ver los esfuerzos del arte: un estilo fácil y sená-

(íi) Véase el tomo 11, pág. 81.


Noticias literarias y de obras nuevas. 213
lio presenta con toda verdad los sucesos que los
poetas cuentan sin afectación alguna, y comuni-
can los sentimientos que á ellos mismos agitan.
Estos romances tienen la particular ventaja de
prestarse á todos los estilos y á todos los alectos,
y se halla en ellos tan inagotable variedad como
en la naturaleza que los ha dictado. Pero las obras
en que se contienen son poco conocidas: los exem-
plares del Romancero general, que es la colección
mas importante de todas, son muy escasos y por lo
mismo muy caros. Hace mucho tiempo que se de-
seaba que un literato hábil se dedicase á hacer
una elección de los principales romances, clasifi-
cándolos en un orden que reuniese todos los de
un mismo género, é ilustrándolos con notas histó-
ricas , literarias , y sobre todo gramaticales que á
veces necesitan por su antiquado lenguage. Mr.
Depping, que es el traductor de esta obra, ha lle-
nado este objeto , menos en las notas gramaticales
que no entraban en su plan."
»> La colección que se publica actualmente es la
tnas completa que hasta ahora se ha dado fuera de
España i y aunque se ha impreso en Alemania , y
estando ausente el edictor, el texto es general-
mente correcto y la elección ha sido hecha con
buen gusto ; por manera que esta colección mere-
ce sea bien recibida por todos los aficionados á la
buena literatura."
»>E1 edictor la divide en quatro partes; en el
prólogo que la precede trata de los romances es-
pañoles en general, y recorre las quatro partes que
forman su colección. La primera comprende los
romances históricos y contiene 174 romances re-
lativos á la historia desde el siglo de Numancía y
214 Noticias literarias y de obras nuevas.
h caida del imperio de los godos harta la expul'
sion de los moros. La segunda consta de 49 ro-
mances de caballeria. La tercera de 55 romance»
moriscos, y en la quarta se comprende una misce-
lánea de todos aquellos romances que no pertene-
cen especialmente á ninguno de los géneros ante-
riores. Acompaña á esta obra y la ilustra una no-
ticia bibliográfica de las principales colecciones de
romances españoles publicadas hasta el dia."

Semejanza de la lengua rusa y latina.

Merece atención por su originalidad una obra


publicada en Milán con el particular título de:
Observaciones sobre la grande semejanza que se
halla entre la lengua de los rusos y la de los ro-
manos , por un autor anónimo, el qual asegura
que si la lengua rusa, como muchos escritores han
manifestado , tiene grandes y muy notables seme-
janzas con el samscrit ó lengua sagrada de la india
y con el griego, no las tiene menores con la len-
gua latina. Y aun adelanta mas, pues afirma, co-
mo cosa positiva, que el ruso tiene un origen co-
mún con la lengua de los romanos, ó parece á lo
raenos derivado en gran parte de ella. Esta última
opinión, que según él mismo confiesa, han teni-
do otros escritores antes que é l , le parece demos-
trada por el gran nújnero de palabras comunes al
lariii y al rijso, y por cierta semejanza que se ha-
lla cnrre las inflexiones y formas gramaticales de
Jos nombres y yerbos de ambas lenguas.
215

Progresos de la Sociedad bíblica en Londres.

Se ha publicado en Inglaterra la Historia del


origen y de los diez, f rimeros años de la sociedad
establecida para la propagación de la biblia en la
Gran Bretaña y los paises extrangeros. Por
Oiüen uno de los secretarios. Según esta obra el
número de las sociedades auxiliares de la de
Londres, que es la principal, era el i.° de Febre-
ro de l 8 i 6 , d e 435; y el de las de segundo or-
den de 299. Las sociedades bíblicas formadas en
paises extrangeros, á exemplo ó con los auxilios de
la de Londres, eran en la misma época 8a en Eu-
ropa, 5 en Asia, a en África y 129 en América.
Esta sociedad por sí, ó auxiliando con dineros á las
demás de este género , habia hecho imprimir la
biblia , hasta fines de 1815, en 63 idiomas dife-
rentes. El número de biblias completas y de nue-
vos testamentos distribuidos hasta la misma época,
por cuenta de la sociedad, asciende, en las biblias,
á 641.364, y en los segundos á 843.915) á cu-
ya suma debemos añadir 114.00 biblias y 18^.600
testamentos nuevos.
En fin, en 31 de Marzo de 1815, el fondo
total de la sociedad y sus gastos ascendían: los fon-
dos á 399.18» libras, y los gastos á 348.592 li-
bras.
ai6
Descubrimientos útiles soire el slumirado, por medio delgat
hidrógeno carburado.

Hace unos 8o años que se pensó por primera vez en I n -


glaterra que se podria alumbrar qualqiiier paragc'éon el gas hi-
dróaeno carburado , que resulta de la combustión del carbón
de tierra, pero antes de que se hiciese la aplicación de este
descubrimiento se pasaron aun mas de 50 años. Los prime»
ros experimentos de alguna importancia se hicieron en 1791»
y tuvieron los mas prontos y felices resultados , pues en el
dia es muy común en Inglaterra este género de alumbrado.
También se hicieron algunos ensayos en Francia , y en
i 8 o i se concedió una patente de invención al descubrimien-
to de la luz sacada de la madera destilada en vasijas cu-
biertas , y tuvimos los que llamaron^ thermolampas. Des-
pués algunas personas particulares hicieron pruebas para el
alumbrado por medio del gas, sacado del carbón de tierra,
á la manera inglesa. Pero la primera aplicación en grande de
este métado es la que de cierto tiempo í esta parte se hace
en el hospital de San Luis en París, donde para la destila-
ción del carbón y las demás operaciones que se siguen, se h i
establecido un aparato tan bien 6 mejor dispuesto que en In-
glaterra.
El alambique, que se compone de tres retortas , dá dia-
riamente á tan espacioso hospital 300 luces que alumbran mu-
cho mas que las de lámparas comunes. Este alambique y
las demás piezas del aparato, consisten en un recipiente para
el ammoniaco y la brea, una cuba para la purificación del
gas y un gasómetro, los quales puaden dar de continuo dos
mil luces; y así, si este método de alumbrado se estendiese
en París, el hospital podria vender el que le sobra con gran-
de ventaja. El horno del alambique calienta al mismo tiem-
po los murhos baños que hiy en un hospital destinado prin-
cipalmente para la curscion de las enfermedades cutáneas, y
el carL)on de tierra que queda sirve en las cocinas , labora-
torios , &c.
Actuaimepte se usa en Londres este alumbrado, no solo
en las calle'^, tiiilcrcs y licndus , sino también en los teatros
pi'iblicos, sin que resulte incomodidad , ni desagrado en los
concurrentes.
ESTADO DE LOS TEATROS EN SEPTIEMBRE.

Dias que Producto


Cruz Títulos de los Dramas. Autores. duraron. Rs.de vn.

Dial El Desden con el-, jj^ M o r e t o . . . . I... . 2.081..


Desden. /
2.. . El Huérfano y el->
3.. . . 9.711..
Torrente. J
5.. . El Avariento Burla--Í
2. . . . 6.300. .
mafiána de Enrique IV. J
X.a Opéralos Prefen-•» D e l c é l e b r e
7.. . dientes. I ^^eATO Mosca. 4. • - • 29.773-•
_, _ ,. / D e M. Andrieux.
II. . El Tesoro. Nueva....\j.^^^i¿^ 3.. . . 8.707..
14.. De Fuera vendrá-»
quien de casa nos e c h a - 1
r i , la Tia y la Sobri- \
na. ( La critica de esta pDe MoretO. . . . I. . . . 2.466..
comedia se halla en el !
tom. 6. pág. 130 de la i
Miscelánea critica). *
tS'- La Moza de C a n t a - \
ro. ( La critica de esta 1
comedia se halla en el \. c.. .. 6.326..
tomo 5. del Memorial
literario páf. 29 ). /
17.. El Delinqüente Hon-
rado. V I... . 2.507..
18. . 3. . • . 12.629. •
31. . Triunfos de Valor y-j
honor en la Corte de ^ 2. . . . 7-749-.
Rodrigo, J
23-. La Opera los Preten-\
I. . . . 7.041. •
dientes. f
94.. Los Moros de G r a - ^
nada Eegries y Aben- 2. . . . 7.946..
cerrages. /
7.6.. I. . . . 1.791-•
Maridos, /
a?- • Los Moros de G r a -
nada Zegries y A b e n - 1 2. . . . 12.620..
cerrages. J
>
49. • La Opera los Preten- V
2. . . . 16.53»- •
dientes. /
Total. . 134.179..
Prín- Títulos de los Dramas. Días que j Producto
cipe. Autores. duraron. Rs.de vn.
Día I El Calavera e s c a r - \ Traducida por
mentado. y castrillon.. 18.976..
4... i„- j -^ / P o r Don José
Los dos Yernos... .«;. Marchena . . 15.108..
• • } . . .
El Militar Reconci-\ 3-703..
8. . . liador. /
Los Viages del ^m-T Í.069..
perador Segismundo, d ?
el Escultor y el Ciego. J
Haber de casarse sin ^ d y ^ . j ^
tener cOn quien. Nue- > castriUon. . 3- I3>394-'
va, •*
12. • Los Titeres' tí lo queX I. 3-393"
es el Mundo. '
13- El Astrólogo Fingi-\ 6.182. .
do. ^ TI TJ
14. La Indulgencia p a r a \ O e Don JN.
todos. Nueva. f Gorostiza... Í6.005..
El Matrimonio s e - \ 7.976. .
creto. Opera. í ''
23, El Solterón y su cria-\
da. (La critica de esta I
comedía se halla en el) 2.940. .
lomo I. del Memorial I
Literario , pág. 209. '
24.. £1 Tutor Burlado.X 9-283. .
a6.. "^Erbuque de Viseo.X»^ Don M.
Tragedia. ' Quintana. . . 29.144..

Total. 171.173-•

En este mes en el Teatro del Príncipe ha habido 12 fun-


dones que han producido iji.ijj reales , y en el de Itt
Cruz ha habido j¿ funciones que han producido / J ' 4 . 7 7 ^ ,
por lo que se vé que ha sacado mas el del Príncipe que el de
la Cruz j6^p4. reales.
219
I N D I C E

de las materias contenidas en este tomo doce

DE LA MISCELÁNEA CRÍTICA.

LITERATURA.

El Autor de este Periódico d los de la Cróni-


nica, discurro en el que se contienen reflexio-.
nes sobre la pureza de la lengua caste-
llana. 1^^
Curso analítico de literatura general por Le-
mercier , del Instituto de Franda. =• Arte
dramática^=Tragedia. 98

POESÍA.

El Godofredo ó la Jerusalén Restaurada,


foema épico del Taso. Juicio crítico de esta
obra y de su traducción castellana , y noti-
cias de la vida di-1 autor. !'*%• ía
Ensayo sobre la versificación mas propia pa-
ra la epopeya en las lenguas modernas, he-
cho en la traducción del primer libro de los
Mártires ó el triunfo de la Religión cris-
tiana, poema jranees escrito en prosa poé-
tica por Chateaubriand, krc. 15
Nueva traducción de la Oda 13 del libro 2?
de Horacio , comparada con una antigua
de Fr. Luis de León. 19
Ververt ó el Papagayo, Poema traducido
del francés. 139
La fiesta de Alsxandro, nueva traducción de
220 índice,
la Oda de Dryden jjara cantarse en el dia
de Santa Cecilia , por 145
Traducción de la Oda tn de Anacreonte. 210

HISTORIA.

Memorias de la Real Academia de la histo-


ria de Madrid, tomo 5." 26
Historia de las Cruzadas por Mr. Michaud,
de la academia francesa. 113
Memoria sobre los Oráculos de los antiguos,
por Mr. Llavier. xa»
Cronología y Crónica completa de Eusebia de
Cesárea. 124

BIBLIOGRAFÍA.

Noticia acerca de los progresos de la litera-'


tura rusa en los años de 1815 )> 1816, sa-
cada de la que leyó Mr. de Gretsch el 2
de Enero de 1817, aniversario de la fun-
dación de la biblioteca imperial. 5*
Progresos de la literatura en las naciones
extrangeras , y anuncios de obras nuevas
publicadas en ellas, en el discurso d« es-
te año. 149
Francia. . id.
Inglaterra. 16»
Alemania. 16$
Rusia. 167
V I A G E S.

Viage á la Groelandia por los señores Gre-


sache y Egedé Saabye. 3^
Indiee. iii
27oticia de nuevos viages d tierras descono-
cidas. 169
J^ge de descubrimientos d las tierras aus'
trales, hecho en las corbetas el Geógrafo y
el Naturalista y la golet,a la Casuarina
desde el año 1^00 d iSo^. 171

ECONOMÍA POlfTlCA.

•Principios de Economía política, considerados


por las relaciones que tienen con la volun-
tad humana. En francés por el conde Des-
iutt de Tracy , y traducidos al castellano
por Don Manuel Maria Gutiérrez. 6$

AG111CUI.TURA.

Curso de agricultura práctica conforme d los


últimos adelantamientos hechos en esta cien-
cia , y d las mejores prácticas agrarias de
las demás naciones de Europa i por Don
Agustín de Quinto. 130
Escuela de agricultura de Fellemberg , en
Suiza. 134

BOTÁNICA.

Géneros y especies nuevas 6 no bien conocidas,


por Don Mariano Lagasca. 138

MEDICINA.

Tratado de las enfermedades de las mugeres


desde la edad de la pubertad hasta la crí^
2 22 índice,
tica inclusive , en francés por J. Capuron,
y traducido al castellano jjor Don Higinio
Antonio Llórente. ¿^2

NECROLOGÍA.

Muerte del Em.""' Señor Obispo de Orense. 184

NOTICIAS ilTERARIAS Y DE OBRAS NUEVAS.

Griegos modernos. Articulo sacado de un j>e-


riódico ingles llamado el Times. 55
Composición matemática de Claudio Tolomeo,
traducida for primera vez. del griego al
francés. 125
Tratado completo de Mecánica aplicado á las
artes. , .' id.
Anastasia ó la reiompékíaj^e la hospitalidad. 188
Traducción alemana ''^áí, los Romances anti- &
guos espaiioles. |I 12
Semejanza de la lengua rusa y latina. 214
Progresos de la Sociedad Bíblica en Londres. 215

VARIEDADES.
I
De la pureza del lenguage. 45
Sobre las guerras modernas y la historia de
los tratados de paz. 48
Pérdidas en hombres y dinero de la Suecia
en suguerra con la Rusia fw 1 7 8 8 / 1 7 8 9 . 188
Extravagante opinión sobre otros globos en el
centro del nuestro. 189
Descubrimientos útiles sobre el alumbrado por
medio del gas hidrógeno carburado. 216
índice. 223

TEATROS.

Resumen de lo que han producido los dos Tea-


tros de esta Corte y número de dramas que
en ellos se han representado en el año có-
mico desde i 8 i 8 íi 1819.
Mes de Marzo. 57
Mesfde Abril. 58
Mes de Mayo.
Mes di Junio. 59
Mes de Julio 60
Mes de Agosto. 126
Mes de Septiembre. 190
217
.••''<?r.u. ^ v

'•-.•:-i, ^
ERRATAS.
Pág. Lín. Dice. Léase.
73 .... ig, excendente t. excedente.
78 .... 17 excendan excedan.
p6 .... 20 tomo libro.
133 •••• »s /""• p*":
xoo .... ££ fomunicada, «..•. continuada!

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