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Fecha: 2 de diciembre del 2001.

Título: El prójimo que encontró a un asaltado por ladrones.


Predica:
́ Pastor David Cho.
Versículo: Lucas 10:30 ~ 37

Respondiendo Jesús dijo: Un hombre descendía de Jerusalen a Jericó, y cayó


en manos de ladrones, los cuales lo despojaron; e hiriendole,se
́ fueron
dejándole medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel
camino, y viendole
́ pasó de largo. Asímismo un levita, llegando cerca de
aquel lugar, y viendole
́ pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de
camino, vino cerca de el,́ y viendole,
́ fue movido a misericordia; y acercá
ndose vendó sus heridas echándoles aceite y vino; y poniéndole en su
cabalgura, lo llevó al mesón, y cuidó de el.
́ Otro día al partir, sacó dos
denarios y dio al mesonero, y le dijo: Cuídamelo y todo lo que gastes de
más, yo te lo pagaré cuando regrese. ¿Quien ́ pues de estos
́ tres te parece
que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? El dijo: El que
usó su misericordia con el.́ Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.

Introducción
Un legalista vino a Jesús para probarlo y el dijo; ¿Qué debo hacer para
obtener la vida eterna? Jesús le respondio:́ ¿Qué dicen las escrituras? Este
hombre le respondió: Amaras ́ al Señor tu Dios con todo tu corazón y con
todas tus fuerzas, y al prójimo como a tí mismo. Jesús le dijo: Bien haz
dicho. Ha eso y serás salvo. El hombre le pregunta: ¿Quién es mi prójimo?
Entonces Jesús le respondió: Un hombre que venía de Jerusalebn a Jericó
fue asaltado por unos ladrones y lo hirieron dejándolo medio muerto. Pasó
por ese lugar un sacerdote y viendolo
́ pasó de largo, lo mismo hizo un levita;
y no lo ayudaron, pero pasó un samaritano y bajó de su caballo, lo curó con
vino y aceite, lo alzó en su caballo, lo llevó al mesón, lo curó y al partir le
dijo al mesonero: Cuidamelo bien, y si gastas de más cuando vuelva te lo
pagare.́ Entonces, ¿Quien ́ de los que encontraron al herido fue su prójimo?
Este intérprete de la ley le dijo: El que usó de su misericordia. Y Jesús le
dijo: Ve y haz como el. ́ Estas palabras tienen hoy una enseñanza para
nosotros.

Primero: Pensemos en el sacerdote.


El representa hoy en día a un profeta, un pastor, evangelista, anciano de la
iglesia etc. Ahora los sacerdotes son legalistas que interpretan la ley, la
preservan y la enseñan. Con los ojos de la ley, siempre se ven las omiciones
de ella, y no las cosas buenas. Por eso, este sacerdote al ver al herido por
los ladrones, sangriento y tirado, no vio nada bueno. A los ojos de la ley, ese
hombre habría cometido algo malo y merecía sólo ser regañado. ¿Quien ́ le
dijo que hiciera eso?,
́ ¿Para qué salio de Jerusalen y vino a Jericó?, ¿Por qué
dejó la vida cristiana y se fue al mundo? Sólo merecía regaños. Y le juzgaba
regañandolo; diciendo que era algún malvado, y que no volviera a hacerlo
para que no le sucediera lo mismo. Le gritaban y le dejaban ensangrentado
sin ningún sentido de lástima ni compasión, ni de amor; y pasaban de largo.
Porque la ley no fue dada para darnos simpatía, amor ni compasión. La ley
fue dada para señalar nuestros pecados, y juzgarnos. Y como el sacerdote
era legalista; no le dio ni amor, ni compasión ni simpatizó con el. ́ En
Romanos 12;15-16 dice: Gozaós con los que se gozan, llorad con los que
lloran. Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los
humildes. No seaís sabios en vuestra propia opinión. Como era un legalista,
usaba lentes de la ley, y como con ese lente sólo veía las cosas malas,
juzgaba, interpretaba y acusaba; y no podía consolar, ni dar amor, ni tener
simpatía. Si un esposo es legalista, señala a cada rato sólo los puntos
negativos de su esposa, la regaña, y la critica; por lo que su vida se hace
imposible. Si la esposa es legalista, siempre critica, ataca, lo señala con el
dedo o condena a su esposo; por lo que es imposible vivir con esa clase de
esposa. El niño que está debajo de la autoridad de padres legalistas, nunca
puede ir ante ellos y abrirse, no puede dialogar con ellos, ni hablar, ni
compartir amor, porque siempre son muy rigurosos, lo regañan, lo juzgan,
señalan sus defectos, y lo critican. En la sociedad coreana, los padres se
han convertido en tan legalistas que siempre estan ́ juzgando y comentando
acerca de sus hijos; por lo que ellos no juegan en sus regazos, y tienden a
salir a divertirse afuera. Hermanos! Vemos en la biblia que Job tenía unos
amigos. El había perdido todos sus bienes y a su familia; y quedó enfermo, y
herido de cuerpo y alma en forma miserable. Y sus amigos vinieron a
buscarlo. Ellos eran Elifaz, Bildad y Zofar. Al principio, al ver la condición de
Job se vistieron de silicio por unos 10 días, rompieron sus vestidos y sólo se
sentaron a su lado sin decirle nada. Pasaron bien por unos diez días. Pero
despues ́ empezaron a regañarlo, a ser duros con el, ́ a acusarle y a juzgalo
por por turno. El contenido de sus moralejas o regaños no estaban mal. La
biblia dice que sus moralejas, sus críticas, acusaciones, y juicios eran justas.
Pero cuando se le da mal una medicina a un enfermo, por más que sea
buena, le puede servir de veneno. Ellos no debieron juzgar, criticar, ni acusar
a Job. Lo que eĺ necesitaba era compasión, amor y compañerismo.
Necesitaba algo para tener fuerzas y vencer al sufrimiento. Luego Dios les
regañó a ellos. Les dijo que estuvo muy mal que le dieran lecciones, que lo
demarcaran, y que se arrepintieran por ello. Todo lo que ellos le decían día
tras día estaba bien, pero en esos momentos Job no necesitaba acusación,
juicio, ni críticas, ni regaños, sino amor, consuelo y conmiseación. Hermanos!
Miren la situación del que se encontró con los ladrones; fue golpeado y
sangraba, casi muerto, tanto que en ese momento no le servían las
enseñanzas, ni los sermones. Mateo 9;12-13 dice: Los sanos no tienen
necesidad de médico, sino los enfermos. Id, pues, y aprended lo que
significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a
justos, sino a pecadores. Aún Jesús sabía que acusar, juzgar, y regañar a los
pecadores, no tenía ningun ́ resultado. Necesitaban perdón, amor y gracia; no
juicio. Concretamente necesitaban amor y misericordia. Santiago 1; 27 dice:
La religión pura y sin macula
́ delante de Dios el Padre es: Visitar a los hué
rfanos y a las viudas en sus tribulaciones y guardarse sin mancha del mundo.
Ayudar a las viudas y a los huérfanos en sus tribulaciones, es la verdadera
religión y fe cristiana, y no pensar que somos mejores que otros, o más
grandes que los demás. Hermanos! Los sacerdotes, es decir: los pastores,
quienes les representan hoy en día, encuentran muy facil ́ sentirse mejor
espiritualmente delante de los demás. Les es muy fácil juzgar, criticar y
acusar a su projimo.
́ En Galatas
́ 6;3 dice: Sobrellevad los unos las cargas de
los otros, y cumplid así la ley de Cristo. Los sacerdotes y profetas de hoy en
día, piensan que están en un estatus superior al común de las personas y
creen que son lo que no es en realidad. Por eso, en vez de juzgarse a sí
mismos, prefieren acusar, juzgar a la gente, y no tienen amor ni misericordia.
Oseas 6;6 dice: Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de
Dios, más que holoaustos. Dice que quiere misericordia y no a los sacerdotes
legalistas. Misericordia por los que sufren, amor y compasión, pero los
sacerdot hacen todo lo contrario. Y lo hacen. Hoy en dia los siervos de Dios
o los pastores tienden a acusar, juzgar y criticar a los demás, antes que
darles misericordia y amor. Si miramos a las gallinas, cuando uno de sus
polluelos le sale enfermo, le pone bajo sus alas y lo consuela, y si otro viene
lo aplasta en la parte herida, y ese polluelo muere. Hay que cambiar de lugar
a los polluelos enfermos, porque si estan ́ con los sanos, lo pisan y lo matan.
Hoy en día tenemos muchos cristanos pollos en la iglesia. Si hay un cristiano
enfermo, van y lo acusan y lo juzgan y lo pisan hasta matarlo, en lugar de
consolarlo en sus brazos, estimularlo amarlo y salvarlo. En Santiago 2; 13
dice: Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciese
misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio. Hermanos! por eso, los
sacerdotes, es decir los siervos de hoy día, deben cuidarse de no ser rapídos
́
en sentirse superiores a otros, acusar, juzgar y criticar usando la ley con los
demás. Mas bien deben ser rápidos para consolar, estimular, amar y sanar.
Por eso, los sacerdotes que encontraron al herido por los ladrones, que
estaba ensangrentado, no lo ayudaron, sino lo juzgaron le regañaron y
pasaron de largo.

Segundo: Vemos que ahi había un levita.


Este representa al cristiano común. Era una persona muy particular. Pensaba
que bastaba con cuidar del templo, y que todo lo referente al amor o la
compasión, no tenían relación con el. ́ Al ver al herido por los ladrones, pasó
de largo indiferente. El se dijo: Esto no es mi trabajo, me corresponde el
cuidado y los rituales en el templo y no necesito hacer nada con respecto al
amor o hacer misericordia. Hoy en día, el ogoismo está cada vez más fuerte,
y va progresando fuertemente. Una cosa extraña fue que en EE.UU despues ́
del terorismo del 11 de stiembre fue el bom de los casamientos. Los
estadounidenses que estaban viviendo con terror, se dieron cuenta de la
imporancia de la familia. Tambien ́ se dieron cuenta los jóvenes necios del
riezgo que significa vivir solos una vida de lujos, de que no hay nadie que los
consuele, y que esto ́ lleva a una vida triste y que deben buscar a alguien que
comparta sus inseguridades, alguien con quien intercambiar fuerzas, y ha
aumentado considerablemente los acontecimientos de casamiento. Cuando una
persona es ignorante, piensa que vivir solo e independiente encerrado en sí
msimo es bueno, pero al caer en peligro; entiende que necesita de alguien
que lo consuele, lo ayude y le de fuerzas. A veces decimos que vamos al
culto, diezmamos, y participamos en las actividades de la iglesia. Pero al ver
a personas que se han encontrado en forma espiritual, mental, fisica, o
personal con un ladrón decimos: Eso es cosa del pastor, los ancianos, o los
líderes de la iglesia; y nos desentendemos del asunto. Pero la biblia dice que
amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sólo pensamos en el
trabajo que está a nuestro alrededor, y no lo hacemos en ningún momento en
los de la sociedad, el pais o del mundo. Al escuchar que debemos amar al
prójimo como a nosotros mismos, pensamos que debemos vender todos
nuestros bienes y ayudar a los pobres, o dar grandes sumas de dinero a
algún horfanato, o asilo de ancianos, y nos sentimos cobardes. Amar a mi
prójimo como a mí mismo es: Interesarme por eĺ en lo más mínimo, darle
amor, tenerle compasión, ayuda y sanidad. Hermanos! vean lo que hace
nuestra iglesia: Los cristianos se reunen en iglesias pequeñas y coleccionan
cartones. Ellos al venir a la iglesia traen cartones pequeños o grandes
cantidades de ellos. y por su recolección, y recaudación ya hemos salvado a
3059 niños con problemas cardiacos. Haciendo un pequeño pero importante
trabajo, podemos ayudar al prójimo. Tambień la iglesia Mira del pueblo
agrícola da mensualmente 1000 wones por persona, esto ́ sirve de ayuda a los
sueldos de los pastores y pueden pastorear en ese lugar. Lo recolectado de
los cartones, el movimiento llamado pan de gracia en conjunto, ascienden a
27 billones de wones y podemos ayudar a muchísimas personas que estan ́
pasando por necesidad. Durante 14 años, cada año, los miembros de la
iglesia han donado sangre; y lo han hecho, nada más y nada menos que 56
mil personas. Tambień se ha recolectado el año pasado 1200 gramos de
arroz, trayendo todos un poco; se ha juntado y podemos dar a los que
necesitan. En Galatas 6,10 dice: Así que según tengamos oportunidad;
hagamos bien a todos; y mayormente a los de la familia de la fe. Por eso,
aunque no seamos obreros de la iglesia como los levitas, debemos ser
buenos prójimos. Si lo somos, no necesitamos hacer grandes obras, sino que
lo más grande es dar amor, misericordia, no criticar, acusar ni ser indiferentes
al dolor ageno. Lucas 6;36-38 dice: Sed, pues, misericordioso como tambien
vuestro padre es misericordioso. No juzgueís, y no sereís juzgados; no
condeneís y no sereís condenados, perdonad y sereís perdonados. Dad y se
os dara,́ medida buena, apretada, remecida y rebosando daran ́ en vuestro
regazo; porque con la misma medida que medís os será medido. Miren! dice
que no critiquemos ni al más pequeño de nuestro prójimo, sino que lo
alabemos, que no lo condenemos, sino que lo perdonemos, que no lo
odiemos, sino que lo amemos; estó es amar al prójimo como a uno mismo.
No necesitamos hacer grandes obras para demostrar a alguien que le amamos
como a nuestro cuerpo.

Tercero, Lo que miramos aqui es la actitud del samaritano.


En esa epoca,
́ los samaritanos eran considerados inmundos, tanto por los
sacerdotes como por los levitas, y ni se trataban. Jesús puso de esa forma
este ejemplo impactante y terminante reprendiendo a todo cristiano legalista
sin distinción. EL samaritano no era legalista, tampoco era uno que se creía
superior a los demás, tampoco era individualista, ni indiferente a los demás.
Sólo era una persona común que sintió compasión por un herido. Por ello, no
era igual ni al sacerdote, ni al levita individualista. Era alguien que tenía amor,
y pensaba que debía ayudar a su prójimo y convivir con el. ́ O sea, tenía
sentido de vida en comunidad. Tenía muy arraigado en el corazón que las
personas debían ayudarse mutuamente. No tenía casi rango social, se le
consideraba como a un perro, ni era educado, sino una persona ignorante;
pero tenia sentido de la comunidad humana, y vivía creyendo en el deber d e
ayudarse unos a otros. 1ª de Corintios 13; 13 dice: Y ahora permanecen la
fe, la esperanza, y el amor, estos
́ tres; pero el mayor de ellos es el amor. La
familia es una pequeña entidad comunitaria. El padre, la madre, los hijos, son
una comunidad, por lo que deben compartir tristezas, alegrías, sufrimientos, y
gozo. Nuestra sociedad tambien ́ es una comunidad, y la nación. El mundo de
hoy es una aldea comunitaria. El mundo debe convivir en comunidad y llevar
juntos las cargas, para que haya paz. Santiago 2;14-17 dice: Hermanos
míos,¿de qué os aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene
obras?¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o hermana estan ́ desnudos, y
tienen necesidad de mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros le dice:
Id en paz, calentaos y sacíaos, pero no les daís las cosas que le son
necesarias para el cuerpo, ¿de qué os aprovecha? De esta forma, le fe sin
obras está muerta. Si tenemos una fe viva, tendremos un profundo intereś por
el projimo,
́ el sentido de una vida comunitaria y el de compartir. Por eso,
cuando este samaritano encontró al herido, sangrando, lo alzó a su caballo,
lo llevó al mesón y le brindó su ayuda con lo que tenía. No le ayudó con lo
que no tenía. No es que lo vio muy difícil para el, ́ y prestó de alguien para
hacerlo. El usó su vino, su aceite, atajó el virus, usó sus vendas, lo alzó en
su caballo, y lo llevó al mesón. El ayudó a esta persona con sus cosas
propias. El no fue como el sacerdote legalista que lo criticó, lo atacó,
murmuró contra el, ́ lo acusó, lo condenó y pasó de largo. Tampoco dijo
como el levita individualista; este
́ no es mi trabajo, no es mi problema, y pasó
de largo indiferente. El tenía un sentido comunitario, amor, empatía, usó las
cosas que tenía para curarlo, lo alzó a su caballo y lo llevó a un lugar
seguro, el mesón. 1ª de Juan 3; 18 dice: Hijitos míos, no amemos de
palabra, ni de lenguas, sino de hecho y de verdad. 1° de Pedro 4; 8 dice: Y
ante todo, tened entre vosotros ferviente amor, porque el amor cubrirá
multitud de pecados. Por eso, cuando el samaritano encontró al herido, hizo
el mayor esfuerzo, y le dio su ayuda de amor. Lo llevó al mesón, lo cuidó, le
dio dos denarios al mesonero, y le pidió que lo cuidara; y si gastaba más, le
dijo que lo pagaría a su regreso. ¿No es esto ́ lo que hace nuestra iglesia?
realizando un amor persistente, ha venido haciendo todo lo posible para
ayudar a los heridos que encuentra en su camino. Se ha fundado el Centro
llamado Elim; donde se recibe a los enfermos, un asilo de ancianos, asilo
para jóvenes, y a través de la escuela especializada en profesión, se está
ayudando a muchas personas marginadas por la sociedad. Miren nuestra
Asociación de hombres de negocios. Ayudan con recursos de iglesias unidas,
y con cada federación de misiones para el trabajo social, bienestar para
enfermos graves, trabajo medico,
́ trabajo educativo, trabajo legislativo,
miembros de ayuda para impedidos, para labriegos y en especial para los
jóvenes. Construcción de la casa de amor, y estan ́ dando la mano y haciendo
el mayor esfuerzo para ayudar a los que están en una situación difícil. El
NGO, una de las buenas personas de la iglesia continúa ayudando dentro y
fuera del país, en educación, y trabajo, dando así amor y misericordia.
Tambien ́ hay un movimiento llamado compartir arroz, que con los recursos de
la iglesia a personas que han sido perjudicadas inundaciones etc, y esto ́ es
un movimietnto de realización del amor, y lo que todo creyente en Cristo
debería de hacer. Andar condenando, acusando, juzgando, y haciendo sufrir a
los demás no es cosa de cristianos. Pensar: Yo solo recibiré bendiciones,
gracia, yo sólo viviré bien y no tener ningún interes ́ por los que sufren; esto
́
tampoco es una actitud cristiana. He leido un testimonio de un líder de un
grupo de células exitoso de una iglesia, que dice: El prestó 13 billones de
wones para montar un negocio, pero las cosas se le pusieron negras por la
deuda. Como no podía pagar la deuda, le tomó un vicio por el suicidio. Pero
tambien ́ pensaba que era un pecado ese negocio y que Dios le dio la
espalda, así que iba a las vigilias, y se arrepintió de haber vivido sólo pata eĺ
hasta ese tiempo, lo confesó y clamaba a Dios. El se dijo: Debo amar a mi
prójimo. Siguió con su egocio, pero visitando a las personas, ayudándo a los
pobres, consolando al desnudo y enfermo, estimulandolos, o ayudaba a los
ancianos a repartir el arroz. De esa forma, lo hizo diligentemente; muchos
fueron ayudados por eĺ y se convirtieron al Señor, y Dios lo bendijo tanto que
ahora su negocio está prosperando y ya ha pagado casi toda su deuda.
Tambien ́ se sanó de enfermedades, le fue bien en todo, y prosperó
espiritualmente, experimentando el gozo y la alegría. Dad y se os dará,
medida buena apretada, remecida os daran ́ en vuestro regazo, porque con la
misma medida que medís os será medido. De esta forma, cuando somos
buenos prójimos, Dios tambien ́ es buen prójimo con nosotros y nos cuida. En
Mateo 25;34-40 dice: Entoces el rey dirá a los de su derecha: Venid benditos
de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del
mundo. Porque tuve hambre y me disteís de comer, tuve sed, y me disteís de
beber, fui forastero y me recogisteis; estuve desnudo, y me vestisteis;
enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le
responderán diciendo: Señor, ¿cúando te vimos hambriento, y te sustentamos,
o sediento, y te dimos de beber? ¿y cuando ́ te vimos forastero, y te
recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuando ́ te vimos enfermo, o en la
cárcel, y vinimos a tí? Y respondiendo el Rey les dira:́ De cierto os digo, que
cuando lo hicisteis a uno de estos mis hermanos, más pequeños, a mí me lo
hicisteis. La biblia dice que en cuanto nos interesamos por uno de los más
pequeños hermanos, le damos de comer, lo vestimos, lo consolamos, o lo
curamos; lo hacemos al Señor. No es un trabajo extremado el que debemos
hacer. Jesús dice que en el día del juicio no olvidará el hecho de que
hayamos dado amor, o nos hayamos interesado por nuestro prójimo.
Hermanos! interesarnos por los demas, ́ es interesarnos por nosotros mismos.
Entonces ¿Cómo debemos vivir? Se dice hoy en día que la persona más
difícil con quien vivir, es con los que dicen ser cristianos. Cuanto más alto es
su rango en la iglesia, levantan alta la mirada, condenan, y juzgan, ponen sal
en la herida, pisan cosas materiales y se los tiran. Los debiles
́ en la fe o los
que visitan por primera vez la iglesia critican esto. Pero los inconversos, por
más que se hayan peleado mucho, van a un bar, beben unas copas, se
sacuden, sonrien, se golpean el hombro, y olvidan la ofensa, mas los
cristianos nunca olvidan, ni perdonan, guardan en su interior esa hostilidad
encorbada y viven resentidos. Debemos examinarnos si creemos bien o mal
en Jesús. O si somos legalistas pensando que todos estan ́ mal, menos
nosotros. O si condenamos, criticamos o comentamos acerca del prójimo, le
ponemos sal en la herida, o le pisamos como el sacerdote, o si somos como
el levita que fue indiferente y egoista pensando: Con que yo coma, me vista y
viva bien basta; no es de mi incunvencia si el otro vive o se muere, y le
damos las espladas abandonandolo. Hermanos! Jesús dijo que eĺ admiraba al
miserable samaritano. El no era ni el sacerdote, ni el levita, era alguien
considerado como un perro y un miserable, pero Jesús lo alabó. El que hizo
misericordia, fue sólo el buen samaritano, y eĺ fue el verdero prójimo. ¿Será
que durante nuestras vidas hicimos misericordia con aquel que se encontró
con algún ladrón, está sangrando en el corazón, o está atormentado? No,
mas bien; lo hemos calificado livianamente, juzgado, o condenado; o le
hemos dado las espaldas indiferentes? ¿Le hemos hecho misericordia sin
decirle nada? O como los amigos de Job, que sólo enseñaban, criticaban, y
condenaban al que estaba herido y sangrando, y no lo abrazaron, no sanaron
sus heridas, no lo consolaron ni estimularon?¿ Estoy herrado? Sólo he dicho
lo correcto. Cierto! Pero aunque sea correcto, si no lo reconocen, sólo es un
veneno. ¿Por qué ha se ser un veneno una buena palabra? Cuando la reseta
es mala, si es un veneno. La persona herida no necesita condenación, juicio,
o indiferencia, sino perdón, amor, consuelo, y estímulo. Jesús, fue nuestro
buen prójimo.¿No es el, ́ el buen samaritano? ¿Acaso eĺ no fue hecho
prisionero, tomado por el diablo y el mundo, enfermaron su alma y cuerpo,
recibió maldiciones, lo pisaron, y cuando fue al infierno dijo: Cuando venga a
la tierra, los voy a condenar, juzgar y pisar? ¿O fue indiferente con nosotros?
Claro que no! Jesús subió a la cruz, fue encarnecido, derramó su sangre, y
sangrando nos dijo: Tomad mi sangre y comed mi cuerpo, recibe perdón,
recibe el Espíritu Santo, consuelo y sanidad, recibe bendición, vida eterna y
gozo. Todo fue por nosotros. Y para darnos amor, gracia, y bendición,
desgarró su carne, y fue nuestro buen samaritano. El no vino como un
sacerdote para condenarnos ni juzgarnos. Ni como el levita, diciendo
indiferente: Si cree en mi y en Dios será salvo e irá al cielo. No! eĺ fue una
ofrenda de sacrificio por nosotros. Les pido en el nombre de Jesús que vivan
siendo como el buen samaritano; haciendo misericordia al prójimo.

(Oración)
Amoroso y santo Padre Dios, entre nosotros hay cristianos que no entienden
su posición y son como el sacerdote con los lentes de la ley, con una
corona en la cabeza, juzgando, criticando y condenando al prójimo.
Perdónalos. O son como el levita, que considera sólo las ceremonias y
rituales de la religión pensando: Con que yo crea bien ya esta,́ no tengo nada
que ver con el que está herido, se muera o viva, y llevan una vida indiferente.
Perdónalos. Padre, Dios, Ayudanos
́ a ser como el buen samaritano, que no
era ni sacerdote ni levita; mas bien, alguien considerado como un perro,
miserable, pero tenía sentido de comunidad, amor y misericordia, que usó de
lo suyo para socorrer al herido haciendo el mayor esfuerzo. Padre, no somos
millonarios, ni poderosos; pero ayudanos
́ a ser como el buen samaritano, que
ayudemos al más pequeño de nuestros hermanos de acuerdo a nuestras
fuerzas, que demos amor y misericordia, que seamos cristianos que
manifiestan el amor de Cristo. Ayúdanos a que en el día del juicio, podamos
recibir el elogio del Rey que nos dice: Cuando lo hiciste a uno de los más
pequeños de mis hermanos, a mí me lo hicisteis.
En el nombre de Jesús. Amén.

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