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SERMÓN TEMÁTICO

TEMA: “Cosmovisión cristiana: El propósito del hombre”

JUAN DAVID SÁNCHEZ PORRAS

ANTROPOLOGÍA

MEDELLÍN

22 DE JULIO DEL 2018


INTRODUCCIÓN
En la actualidad, hay muchas cosmovisiones acerca de cual es el propósito del hombre1 en la
tierra. Hay un creciente pensamiento ateísta y agnóstico que se ha infiltrado en la mente común,
más que todo en la juvenil de nuestro tiempo. Según el Oxford Dictionaries “Lo que el ateo y el
agnóstico no encuentran es el fundamento de la deidad.”2 Muchas perspectivas lo único que
hacen es reducir el propósito del hombre a algo físico y material o en el otro extremo, todo desde
un ángulo o plano espiritual.
Hay cuatro cosmovisiones prevalecentes en la actualidad, según un estudio hecho por Juan Luis
Lorda3 para la Universidad de Navarra en España. La primera, llamada analogía, afirma que el
hombre siempre ve al mundo desde su propia experiencia. Así que el propósito del hombre es
poder vivir de manera placentera para que pueda tener una buena perspectiva del mundo en su
totalidad. La segunda, llamada materialismo constructivista, afirma que todo esta creado con los
mismos materiales, así que el propósito no solo del hombre sino de la vida en su totalidad está
limitado al correcto funcionamiento de estos materiales. La tercera, llamada naturalismo o mejor
conocido como evolucionismo, resume el propósito del hombre en la supervivencia y
conservación del patrimonio genético, de ahí parten las ideas de razas superiores, no solo
terrenales sino extraterrenales. La cuarta, llamada el todo como espíritu, afirma que el propósito
del hombre es trascender a planos espirituales, este pensamiento en la región occidental se ha
infiltrado por movimientos de la Nueva Era como auto-ayuda o superación personal.
El propósito de exponer estas perspectivas a manera de introducción es hacer notar cual es el
pensamiento mundano, caracterizado por total independencia de Dios y su Palabra y exponer de
manera desarrollada lo que piensa la Escritura acerca de este punto.
Ahora, ¿qué piensa la Escritura acera del propósito del hombre?, esta pregunta, es la primera del
Catecismo menor de Westminster, cuya respuesta está dividida en dos pero dependiente la una
de la otra. Específicamente la pregunta es ¿Cuál es el fin principal del hombre?, la respuesta
parece algo simple y sencillo. ¿Qué tan difícil puede ser glorificar a Dios y gozar de Él si para

1 Quiero aclarar que con “propósito del hombre” me refiero a su finalidad, objetivo o fin principal como lo plantea el Catecismo Menor de
Westminster.
2 Oxford Living Dictionaries, Definición de agnóstico, Oxford University Press, https://es.oxforddictionaries.com/definicion/agnostico,
(Hora 8:58 am, Viernes, 20 de julio de 2018)
3 Juan Luis Lorda. “Las cuatro cosmovisiones actuales” (tomado de la obra completa “Para una idea cristiana del hombre”, Rialp, Madrid,
2001
eso fuimos creados?, ¿acaso su propósito no es más complicado como tener un título, un buen
empleo, casa y carro e incluso crear una buena reputación para dejar una huella tras su paso por
este mundo?.

DESARROLLO
Para desarrollar este sermón temático lo basé en la primera pregunta del Catecismo menor de
Westminster y su respuesta, pero a manera de generar un tema a tratar acerca de ello le he
puesto:
“La cosmovisión cristiana reformada acerca del propósito del hombre”
El bosquejo que tracé tiene simplemente dos partes:
1. Glorificar a Dios para siempre
2. Disfrutar de Dios para siempre

Así que sin más preámbulo, empecemos con la primera parte.


1. Glorificar a Dios para siempre
A lo largo de la Escritura vemos reflejado que el Señor nuestro Dios es glorioso, queda
evidente esto no solo en el Antiguo sino también en el Nuevo Testamento.
En el Antiguo Testamento encontramos muchas veces mencionadas “…la gloria de
Jehová”, “…y la gloria de Jehová llenó el templo…”, “…y la gloria de Jehová se les
apareció…”. Los Salmos están llenos de adoraciones hacia Dios, dándole a Él la gloria
debida a su nombre por ser el único digno. Es interesante ver que Dios mismo es el que
se encarga de revelar su gloria, aún en medio de una creación caída. Acompáñenme al Sal
8:1.
Este Salmo además de dar una adoración al Señor, revela una verdad magnifica en la cual
leemos que el Señor puso en la creación su gloria, pero, como comenta William
MacDonald “La gloria de Dios es más alta que los cielos”4 Es decir abarca la totalidad
de la creación, y el Sal 19:1 de igual forma dice: “Los cielos cuentan la gloria de
Dios…”.

4 William MacDonald, Comentario Bíblico: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento, 2004, (Barcelona, España: Editorial CLIE, 2004),
P.518
Ahora, el Nuevo Testamento no queda exento de estas grandes verdades a las cuales
estamos expuestos todos los días al contemplar la creación de manera general y en la
Escritura al ver a Cristo. Un pasaje muy conocido por todos es Rom 11:36.
Los autores del Nuevo Testamento como el apóstol Pablo, Pedro y Judas, en sus
epístolas, después de haber expuesto verdades doctrinales y prácticas o en medio de ello,
exaltan al Señor por medio de doxologías. Pablo concluye con este versículo la
doxología, después de haber hablado en este capítulo acerca de la inclusión de los
gentiles a causa de la transgresión de Israel, teniendo su base en la misericordia de Dios,
con el único fin no solo de darse toda la gloria a sí mismo sino también de revelarla.
En el Antiguo Pacto y aún en el Nuevo, las implicaciones de que Dios sea glorioso y que
son vigentes para nosotros son reflejadas en la ley moral. ¿Cómo es esto?, daré un
ejemplo con un mandamiento: específicamente debemos darle la gloria guardando el
primer mandamiento; Ex 20:3.
El primer mandamiento de la ley moral refleja que Dios es celoso, es por esto que ordena
al pueblo de Israel, que tendía a ir en pos de dioses paganos influenciados por las
naciones vecinas a que no fueran en pos de esos dioses. Dios aquí está demandando
fidelidad a su pueblo, pues como leímos; todo es “…de Él (no de otro), y por Él (no por
otro), y para Él (no para otro), son todas las cosas. A Él sea la gloria (y no a los dioses
paganos). Además el pueblo de Israel estaba constantemente expuesto ante la majestuosa
gloria de nuestro Dios, pues Él mismo se manifestó a ellos muchas veces.
Sin embargo, estas repercusiones también llegan a nosotros, pues la ley moral aún está
vigente en el Nuevo Pacto, por lo tanto, lo que se nos ordena queda resumido en la
respuesta 46 del Catecismo menor de Westminster: “El primer mandamiento nos ordena
que conozcamos y confesemos a Dios como nuestro único y verdadero Dios, y que, en
consecuencia, le adoremos y le glorifiquemos.”5 Y posteriormente la ley en general, fue
dada con el único fin de darle la gloria a Dios. Así que el propósito del hombre queda
expuesto en esta frase “glorificar a Dios”, esto conlleva a darle gloria en todas las
situaciones de la vida, en cada momento, es decir con lo que somos, la imagen de Dios; y
lo que hacemos, y no solo darle gloria sino también compartir esta alabanza con las

5 __ Catecismo menor y Confesión de Fe de Westminster, 2016, Iglesia Presbiteriana Ortodoxa, Pregunta. 46


demás personas, es decir, hacer un llamado a la gente que hay a nuestro alrededor a que
den gloria al Hacedor, tal como lo expone el salmista en el Sal 113:1-3.
Sin embargo, esto también debe ser evidenciado en nuestra forma de obrar cada día, el
hecho de glorificar a Dios debe ser vital en nuestras vidas, para que no sólo hagamos un
llamado a los demás con nuestras palabras sino también con nuestro ejemplo y
testimonio. Como consecuencia al hecho de glorificar a Dios está ligado el gozo en Él, y
esto nos lleva a la segunda parte.
2. Disfrutar de Dios para siempre
En nuestro mundo, constantemente estamos influenciados por una tendencia que se llama
“hedonismo”. El hedonismo significa: la búsqueda de la felicidad por medio del placer. Y
esto como tal no es nuevo, siempre ha estado con la humanidad caída, por la sencilla
razón de que el hombre siempre estará en busca de la “felicidad”, esta búsqueda en sí no
es mala, el problema es donde se busca esta felicidad. La idea que plantea el pensamiento
mundano es buscarla donde quiera que se halle, con la condición de que proporcione
deleite y auto satisfacción. Por ejemplo: El sexo, las drogas, el alcohol, la fiesta, la
comida, etc. Sin embargo, el gran obstáculo de este pensamiento pecaminoso es que no es
eterno y por lo tanto no puede dar una satisfacción a plenitud a los hombres que buscan
en ello la felicidad, es por esto que hoy en día tenemos a los adictos, ya sea al sexo o la
pornografía, las sustancias psicoactivas y aún los alimentos que nos fueron dados para
sostenimiento del cuerpo. En cuanto a la búsqueda de la plenitud, el hombre siempre
mantendrá su pensamiento involucrado activamente para resolver este misterio para él
¿Cómo sabemos esto? Acompáñenme a Ec 3:11-12.
Salomón en Eclesiastés llama al hedonismo como vanidad, y resume al final del libro que
todo lo que se hace en esta vida es vanidad; Ec 12:8. En el pasaje que leímos el autor ha
venido hablando del orden para hacer las cosas según el tiempo que fue dado por Dios.
Pero en estos dos versículos se revela que Dios no solo puso su ley en el corazón de los
hombres sino también eternidad, de aquí parten muchos problemas con los que lidia el
hombre. Pero el tema en específico es la búsqueda de la felicidad, y esto es lo que nos
habla el v.12, sin embargo esta alegría esta limitada a lo terreno, por lo tanto no hay
plenitud de gozo.
Ahora, contrastando con el pensamiento hedonista mundano se encuentra la perspectiva
bíblica. Muchos Salmos están impregnados con el principio del gozo en el Señor. Por
ejemplo, el Sal 16:2,11. Es inútil intentar buscar la felicidad apartados de Dios, pues
como vimos, son únicamente intentos fallidos según lo plantea el mundo. El gozo en el
Señor está íntimamente relacionado con el hecho de glorificarle. Ezequiel Lango Umalla
afirma: “Qué vida tan preciosa la del creyente que ha comprendido que glorifica a Dios
en cada uno de sus pensamientos, palabras o acciones…porque a la glorificación de
Dios, va inseparablemente unido el gozo de Dios.”6 La Escritura claramente nos plantea
que en el único lugar en donde encontraremos plenitud de gozo es en la presencia del
Señor, pues ésta es eterna para los creyentes, pero esta presencia no es como un lugar de
los deseos donde podemos pedir lo que queramos como una mujer embarazada que tiene
antojos, ni hacer lo que queramos de la misma manera, no, la felicidad parte del hecho de
glorificar a Dios, en la auto-negación de nuestros deseos pecaminosos.
Como vimos, en el Antiguo Testamento encontramos el principio del gozo, sin embargo
el Nuevo Testamento no queda exento. Pablo en Filipenses (carta cuyo tema es “el gozo
en el Señor”), exhorta a los filipenses a que se regocijen en el Señor, acompáñenme a Fil
4:4. Pablo en este versículo hace una repetición en la exhortación, lo cual significa que
está haciendo un énfasis. Este regocijo sin importar la situación es lo que lleva a Pablo a
decir en Fil 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. De manera que, las
implicaciones de este gozo, es el encuentro de la felicidad eterna y plena en Dios por
medio de Jesucristo.
CONCLUSIÓN
En conclusión, “…la gloria de Dios es el gran objetivo de todas Sus obras y caminos…”7, todo
confluye hacia la gloria de Dios, ésta es el centro y la causa de todas las cosas. Así que, el único
camino hacia el verdadero propósito y fin principal del hombre es glorificar a Dios, esto es a lo
que debe dedicar su vida entera, con la característica esencial de la auto negación, sin embargo,
gozándose en el Señor teniendo en cuenta que es Dios el que provee una felicidad que es eterna y
que en nada se puede comparar con lo que ofrece el mundo.

6 Ezequiel Lango Umalla, Catecismo menor explicado de Westminster, 1940, (México D.F.: Casa Presbiteriana de Publicaciones, 1941),
P.9
7 Iglesia Bautista Reformada “La Gracia de Dios”, Capítulo 9 – La doxología, Foro Bíblico y Teológico,
http://forobiblico.blogspot.com/2015/09/capitulo-9-la-doxologia.html (Hora: 04:26, Martes, 24 de Julio del 2018)
APLICACIONES
Cristológica: Fue Cristo el que nos permitió cumplir con el propósito para el que fuimos
creados. Cristo es nuestro nuevo Representante y máximo ejemplo, en su naturaleza humana
cumplió perfectamente con el propósito para el que los hombres fueron creados, su vida se
caracterizó por la completa auto negación, esto fue lo que lo llevo a la cruz a pagar por los
pecados de su pueblo, gracias a esta satisfacción de la justicia divina, nuestra vida de nuevo toma
sentido, pues antes de que el Espíritu Santo aplicara la obra redentora en nuestras vidas, el único
sentido que tenían nuestras vidas era simplemente vanidad, pero Cristo, ahora nos hace aceptos
ante Dios y podemos glorificarle y gozar de Él. Gracias al sufrimiento de Cristo nuestras almas
hallan gran gozo por la seguridad que nos transmite nuestro Señor. En Cristo está la plenitud de
gozo.
Eclesiológica: Amigo, ¿en verdad has comprendido para que fuiste creado?.
Piensen en esto, la Biblia claramente da testimonio que como incrédulo y enemigo de Dios no
puedes glorificar a Dios, es totalmente imposible, Pablo lo plantea en Rom 1:21, amigo tu vida se
caracteriza claramente por la auto satisfacción, lo único que quieres es ser feliz con lo que te
brinda el mundo, incluso no aceptas que te cambien estos placeres porque no te sentirías bien,
pues tus deseos no serían complacidos. Amigo deja eso, los deseos mundanos simplemente son
pasajeros, acaso ¿no sientes en ti que hay algo más que este mundo pasajero?, déjame decirte que
es así, la eternidad existe y será una realidad para todos, la cuestión es en donde la vas a pasar.
Hermanos, han examinado sus vidas y se han preguntado si en verdad glorifican a Dios con todo
lo que hacen y piensan, o simplemente están satisfaciendo sus deseos como lo hacían antes.
Estamos todos los días enfrentados a los pecados ocultos y uno de ellos es la idolatría; la
idolatría es tan sutil que no la percibimos pero es tan condenable como cualquier otro pecado.
Hermanos la misma fidelidad que Dios demandó al pueblo de Israel también la demanda a
nosotros como Su pueblo. A esto me refiero en que medites en tu vida y hagas un auto examen,
pide a Dios para que te permita ver los pecados en los que estás y que te de arrepentimiento para
desecharlos y darle la gloria a Dios que se merece.
Hermano, ¿En realidad estas glorificando a Dios que esto te mueve a llamar a las personas a que
también le glorifiquen por medio de la predicación del Evangelio, incluso das testimonio a las
personas con la forma en que glorificas a Dios en tu vida, o ni siquiera ninguna de las dos haces,
ni predicas ni das testimonio? Hermanos eso hace parte de nuestra auto negación, estamos
negándonos a nuestra pereza, nuestra cobardía, nuestra envidia.
Escatológica: Sin embargo hermanos, han ustedes descubierto que en realidad es imposible
cumplir con nuestro propósito a cabalidad tal como Cristo lo hizo, déjenme decirles que no son
los únicos. Pero nuestra seguridad y esperanza está en Cristo, confiando en que recibiremos la
herencia en la eternidad que nos fue prometida estando en esta vida, quiero llevarlos a ese
momento y mostrarles un destello de lo que será ese precioso evento futuro, acompáñenme a Ap
19:7. Esos seremos nosotros hermanos, regocíjense, pues nuestro lugar allí es completamente
seguro. Por lo tanto, ahora que conocen tal evento, con mayor razón examinen sus vidas y den
gloria a nuestro Hacedor porque la gloria que vendrá de nada valdrá si hoy no te niegas a ti
mismo.
BIBLIOGRAFÍA
 __Catecismo Menor y Confesión de Fe de Westminster, 2016, Iglesia Presbiteriana
Ortodoxa.
 Dictionaries, Oxford Living, Oxford University Press, “¿Qué es agnóstico?,
https://es.oxforddictionaries.com/definicion/agnostico.
 La Gracia de Dios, Iglesia Bautista Reformada, Foro Bíblico y Teológico, Capítulo 9 –
La doxología, http://forobiblico.blogspot.com/2015/09/capitulo-9-la-doxologia.html.
 Lango Umalla, Ezequiel, Catecismo menor explicado de Westminster, 1941, México
D.F.: Casa Bautista de Publicaciones.
 Lorda, Juan Luis, Las cuatro cosmovisiones actuales, Obra completa: Para una idea
cristiana del hombre, 2001, Rialp, Madrid.
 MacDonald, William, Comentario Bíblico: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento,
2004, Barcelona, España: Editorial CLIE.

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