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LOS CUENTOS DE HADAS

Muchos cuentos infantiles se crearon a partir del testimonio de la tradición oral en una
época donde ésta era “la única forma de dejar herencia y conocimientos de fábulas,
leyendas y cuentos” (Marquardt, 1999, pág. 7).

El cuento es una narración breve y ficticia. Ocurre en él un conflicto inicial que


hay que resolver, y a una carencia que satisfacer. Puede contener personajes
fantásticos tanto buenos que ayudan al protagonista (hadas, ancianos), como
malos que tratan de entorpecer al héroe (ogros, dragones). Por regla general la
narración incluye encantamientos, descritos como una secuencia inverosímil de
acontecimientos, y un final feliz.
Los personajes son arquetípicos y representan tanto las virtudes como los
defectos del género humano. Conviven personajes fantásticos como duendes, elfos,
troles, magos, gigantes, hadas, príncipes y princesas, animales parlantes, etc., y reales…

mezclados con personajes reales. Son estereotipos definidos con rasgos simples y
polarizados (bueno/malo), evolucionan psicológicamente a lo largo del cuento y tienen
nombres apartados de los cotidianos, tiempo y lugar ambientados en “el país de nunca
jamás”, irreales, remotos y llenos de maravillas (Nabiza, 2000, pág. 6).

No suelen presentan referencias de religiones, culturas, lugares o sucesos reales, puesto


que se crearon para salir de la realidad y conectar con el mundo de la fantasía.

La palabra latina compŭtus, que en español significa cuenta se caracteriza por el


lenguaje sencillo y popular.

Desde su creación la mayoría de los autores de los cuentos se propusieron escribirlos en


un lenguaje sencillo y popular, de fácil entendimiento, especialmente infantil,
impersonal, subjetivo y que esconda el mismo lenguaje de los sueños: el de los
símbolos, dirigido al inconsciente; por ello, la brevedad de la historia.

Los cuentos de hadas tienen un final feliz aunque al principio de su creación los cuentos
clásicos infantiles no poseían un final feliz, sino más bien una moraleja explícita o
implícita.

Así, tenemos que el término cuento de hadas

procede de la expresión francesa Contes de fée, usada por primera vez en la colección de
Madame D'Aulnoy en 1697. Aunque ponga énfasis en el papel de las hadas, la mayoría
de cuentos no incluyen en absoluto. Algunos folcloristas prefieren el término
Märchenpara referirse a los cuentos de hadas y Sage para los mitos (denominación
alemana), ya que en muchas culturas no existe diferenciación y se incluyen en un mismo
vocablo (Nabiza, 2000, pág. 5).

A los cuentos se les han dado diversas denominaciones a lo largo de la historia.


Algunas se aplican a las recopilaciones escritas que se realizaron para los
estamentos cultos, y otras a las versiones más "genuinas" que los folcloristas
trataron de encontrar desde el Romanticismo. Aunque hay que tener en cuenta
que la línea entre adaptación culta e historia campesina es muy fina y por ello
todas las denominaciones se usan como sinónimos.

 Cuento de hadas: término propuesto por la preciosista francesa Madame


D'Aulnoy (contes de fées en el original). Se aplica al terreno de las
recopilaciones cultas, dirigidas a la realeza, la nobleza o la burguesía y
con una lección moralizante. De estas versiones cultas provienen la
mayoría de adaptaciones realizadas para niños.
 Cuento popular, clásico o folclórico: historias realizadas por campesinos
a lo largo de la historia, fruto del imaginario colectivo que hunde sus
raíces en la Biblia y en la mitología clásica. Es aplicado por los folcloristas
que tratan de recuperar las versiones campesinas de las historias.

Según Rodríguez Almodóvar (2008: 294) los cuentos suelen constar de dos
partes aunque la segunda está, en su mayoría, perdida.

LOS CUENTOS DE HADAS


en la pedagogía Waldorf
La Pedagogía Waldorf da un especial lugar a los Cuentos de Hadas en sus aulas por la gran
importancia que para ellos tiene el cuidado de la vida anímica que consideran se ve altamente
reconfortada por las imágenes de los cuentos y porque gracias a ellos se introduce de manera
simple y divertida en el mundo pre-consiente del niño y de la niña y a través personajes
arquetípicos se les brinda herramientas e instrumentos para comprenderse un poco mejor
restando así peso a sus angustias o miedos y animándoles a desarrollar su personalidad con
valentía.

En las actividades que forman parte de la clase diaria y semanal los cuentos de hadas son la base de
la enseñanza a nivel preescolar ya que su importancia radica en fomentar la fantasía con la lectura
o narración de cuentos, cuentos de animales, cuentos de hadas,….Por ello está previsto en el plan
didáctico de las escuelas Waldorf que todos los días al final de la clase los niños/as reciban su
narración.

En la Pedagogía Waldorf se sugieren, entre otros los cuentos de los hermanos Grimm que
contienen los antiguos misterios del mundo.

Se trabaja hasta tres semanas, dando a los niños/as la oportunidad de impregnarse y guardar las
imágenes del cuento. Cuando hago referencia a las imágenes de los cuentos no me refiero a las
ilustraciones que pudieran contener sino a la imagen que se proyecta en nuestro interior cuando
escuchamos o leemos una narración. Mediante las imágenes de los cuentos pueden recibir toda la
sabiduría que transmiten y nutrirse de ella, ya que si se hiciese de una manera más conceptual o
cognitiva no serían capaces de comprender. Los adultos muchas veces también recurrimos al uso
las imágenes para explicarnos mejor y favorecer así la comprensión de aquello que queremos
expresar.
Para la Pedagogía Waldorf y citando al especialista Dan Udo de Haes, quien plantea que a
comienzos de la Edad Media los cuentos de hadas aportaban, a través de su lenguaje imaginativo,
contenidos muy profundos al ser humano adulto que, en aquellos tiempos, aún no estaba tan
desarrollado intelectualmente como en el presente.

Para la Pedagogía Waldorf la importancia de escuchar cuentos de hadas en la infancia radica no


sólo porque forman parte de la moral y del conocimiento humano más profundo, sino porque
también fomentan el crecimiento interior ya que expresan en forma de imágenes verdades
profundas y muy valiosas que se guardan en el interior del niño y de la niña como semillas que
continuaran desarrollándose de manera que cuando crezca pueda tener pensamientos mucho más
maduros para afrontar su vida que los pensamientos que adquiere de una manera más intelectual y
poder desarrollar así su individualidad libremente. Por ello son un valiosísimo legado del pasado
que alimenta y protege la vida interior de la niña y del niño ya que cada cuento de hadas expresa,
de manera simbólica, una verdad que concierne al hombre.

Los cuentos, y creo que todos los cuentos y no solo los cuentos de hadas, son por lo tanto
imágenes que llegan a nosotras/as a través de las palabras cuando son narrados y que para la
pedagogía Waldorf contribuyen más a alcanzar una meta de formación más humana que una meta
didáctica o de entretenimiento.

Para la pedagogía Waldorf gracias a los cuentos de hadas, como los de los Hermanos Grimm, los
personajes principales se enfrentan a retos, a sus miedos… y las niñas y los niños observan que
estas dificultades o retos forman parte de la vida también y que si los afrontas obtienes grandes
recompensas. Los niños y las niñas consideran los personajes de los cuentos como arquetipos de
las vida ya les permite prepararse para la vida al mismo tiempo que lo hace en un espacio seguro
ofreciéndoles un refugio ya que el escenario de los cuentos de hadas es siempre irreal y fantástico,
está en su imaginación y ellas y ellos pueden sentirse seguros y confiados de imaginar y ensayar su
valentía y su coraje en ese mundo de cuento que estará allí siempre cuando lo necesiten.

La pedagogía Waldorf sostiene que los personajes de los cuentos de hadas reflejan de alguna
manera elementos del interior de cada individuo, aspectos de nosotros mismos y de nosotras
mismas, es como si los personajes fueran metáforas de nuestro propio sentir para conectar con
nosotras y nosotros y con nuestro camino.

Me pareció interesante profundizar un poco más en el significado de la palabra arquetipo que se


repite en muchas de las lecturas que he llevado a cabo y en las que observo que tiene un
significado más profundo que el que yo reconozco.

LOS ARQUETIPOS EN LOS CUENTOS DE HADAS


Este concepto fue utilizado por Carl Jung para referirse a los personajes típicos de los cuentos de
hadas, leyendas y mitos aludiendo con ellos a los modelos de la personalidad humana

Los cuentos de hadas están repletos de arquetipos: el lobo, la madrastra perversa, el hada, la
madrina,…

“Tu visión devendrá más clara

solamente cuando mires dentro de tu corazón.


Aquel que mira afuera, sueña.

Quien mira en su interior, despierta.”

Carl Jung

Los arquetipos son figuras o modelos originales universales, patrones que sirven como
ejemplos primarios. Muchos de ellos proceden de la mitología griega y funcionan como
modelos de personajes que explican una determinada manera de ser. Un buen arquetipo no es
nada fácil de crear. Su esencia reside en la habilidad de proyectar en él un carácter absoluto y
único.

Los arquetipos son usados en gran parte de la literatura tradicional para simbolizar
emociones, sensaciones o imágenes como el bien, el mal, la maternidad, la tiranía, la
heroicidad, la maldad, etc. A partir de ese arquetipo, de ese primer molde se van construyendo
nuevos modelos.

Los arquetipos de Carl Jung representan el inconsciente colectivo que compartimos como un
modelo universal todos los seres humanos independientemente de nuestra cultura, de nuestro
sexo biológico o sea cual fuera nuestro lugar de residencia o época.

A través de la narración de los cuentos de hadas los niños y las niñas pueden hacer uso de
los arquetipos representados en la ficción para enfrentarse a conflictos humanos básicos. El
mundo simbólico les puede ayudar a entender el mundo que les rodea, a la vez que les ayuda a
crecer interiormente.

También en la mitología y en la literatura clásica se describen de manera simbólica el camino


del héroe con los obstáculos que debe sortear en la vida, la lucha entre el bien y el mal, el
miedo al cambio y a la muerte, el desafío y la responsabilidad que implica el crecimiento y la
transformación, el descubrimiento de la propia identidad y del sentido de la vida…

Carl Gustav Jung fue el primero que definió por primera vez el término de inconsciente colectivo
como el conjunto de símbolos o imágenes (arquetipos) primordiales en la sociedad humana que
trascienden el tiempo y que moldean nuestra individualidad.

Consideraba que además del inconsciente personal (experiencias particulares o personales


olvidadas) existían una serie de relatos compartidos con un marcado carácter simbólico. Se centró
en buscar cuál era esta simbología que él consideraba universal y que denominó arquetipo.

“Hasta que no hagas consciente lo que llevas en tu inconsciente, este último dirigirá tu
vida y tú lo llamarás destino”

-Carl Gustav Jung-

Haciendo consciente lo inconsciente es posible poder observarnos y así podemos comenzar a


comprender qué nos sucede.
Según Jung un modo de llegar a ellos es mediante los sueños, de ahí que muchas de
sus investigaciones se centraran en el campo de lo onírico.

Para Carl G. Jung los sueños son revelaciones del inconsciente colectivo. El sueño para esta
corriente de pensamiento supone una historia que el soñante se cuenta para comprenderse a
sí mismo, razón por la que en él todos los personajes que aparecen representan partes
interiores suyas. Los hechos y los sujetos que aparecen en nuestros sueños son tomados de la
realidad para contar cuestiones trascendentes que de otro modo el soñante permanecería
ciego a ellas. Los personajes que aparecen dan vida a las diferentes facetas psicológicas del
sujeto y se concretan en los conceptos de la sombra, el ánima, el ánimus y el sí-mismo. Estas
facetas personales suelen ser desconocidas para el que sueña o pueden encontrarse
reprimidas. Al identificar esos arquetipos que habitan en nosotros y en nosotras y entendamos
su mensaje entonces habremos dado un gran paso en lo que en términos junguianos se
denomina el proceso de individualización.

Los personajes que aparecen con el mismo sexo que el protagonista suelen ser un reflejo de su
sombra, es decir, de la parte interior desconocida de la persona. Estos personajes ponen en
evidencia cualidades que el protagonista se niega a ver en sí mismo, razón por lo que con
frecuencia adoptan el aspecto de figuras malvadas; aunque no siempre es así, pues esto depende
del grado de integración consciente que se tenga de esa parte desconocida de uno. Además, los
personajes del mismo sexo pueden representar facetas del sí-mismo, y en este caso serán
personajes benéficos, seres que propician el avance aunque tenga que ser a través del sufrimiento.

Cuando aparece algún personaje principal de diferente sexo que el protagonista, este ser
representa la parte del individuo, masculina o femenina según el caso, que le falta. Es decir, si el
protagonista es masculino, su parte complementaria, aquella que necesita desarrollar e integrar en
su personalidad, es la femenina y se denomina ánima; y si la protagonista es mujer, su parte
complementaria se llama ánimus y representa los valores masculinos que deben ser integrados en
su persona. He aquí, para esta corriente interpretativa, el porqué los cuentos tradicionales suelen
acabar en boda, pues vistos desde esta perspectiva integradora, la boda representa la conjunción
de los opuestos dentro de una misma persona, por lo cual el matrimonio se entiende que se
produce a nivel simbólico en el interior de uno mismo.

En los cuento también todos los personajes que se presentan son partes del mismo individuo,
por lo que a través de la trama lo que se narra es la manera de armonizar todas las diferentes
facetas para conseguir el crecimiento personal.

Algunos de los pasos que se consideran fundamentales para ese crecimiento y que se desarrollan a
través de los episodios de los cuentos son: la separación de los padres, la confrontación con la
sombra (el lado oscuro de la personalidad, en que se encuentran los aspectos
desconocidos y generalmente despreciados por nosotros, como la rabia, la envidia, los
celos, etc.), el encuentro con la pareja o parte psíquica opuesta, el desarrollo del yo consciente y
la adaptación a la realidad.

Para Jung, comprender intelectualmente un sentimiento negativo, o reconocer su


falsedad no es suficiente para eliminarlo. Los sentimientos no pueden abordarse desde
lo razón o la inteligencia.

Los cuentos ayudan a revivir sentimientos escondidos o vivir sentimientos


desconocidos. Los cuentos hablan directamente al alma del ser humano y por ello
causan rabia, dolor, inseguridad, indignación, orgullo, fuerza… Nosotras/os somos el
personaje principal, el héroe o la heroína y por ello son nuestras imágenes internas las
que serán posadas en las imágenes del cuento, con nuestra carga de sentimientos y
emociones.

Los niños y las niñas se identifican con los personajes de los cuentos y así pueden
conectar con los sentimientos de abandono, rechazo, nacimiento de hermanos, celos, el
hecho de ser el (la) hijo(a) preferido(a) o… etc. Y así pasarán por pruebas, con la
ventaja de poder pedir ayuda a seres fantásticos o animales humanizados. Esos
animales representan tendencias humanas arquetípicas. No representan los verdaderos
instintos de los animales, sino nuestros instintos animales, esto es, si el tigre representa
en la historia la agresividad o la codicia no es aquella característica realmente del tigre,
sino es nuestra propia agresividad y codicia. Los animales son portadores de la
proyección de factores psíquicos humanos.

Los especialistas que han estudiado la dinámica de cuento de hadas resaltan los
siguientes:
- La superación de las frustraciones narcisistas.
- La superación de los conflictos edípicos.
- La superación de las rivalidades fraternas.
- La renuncia a las dependencias de la infancia.
- La obtención de un sentimiento de identidad y de autovaloración.
- Un sentido de obligación moral.
- El encontrar apoyo y confianza tejiendo vínculos.

Definición de estereotipo

Los estereotipos son imágenes que hemos aceptado falsamente como correspondientes a
un grupo por compartir determinados aspectos. No debemos confundirlos con los
arquetipos de la literatura tradicional.

Los estereotipos de género hablan de cómo tiene que ser una persona basándose en
el sexo biológico con el que ha nacido. Esto hace que los estereotipos de género
condicionen ya que nos sugieren cómo tenemos que vivir. Las mujeres y también los
hombres y los niños los sufren y podemos comprobarlo en la actualidad ya que son
muchos los hombres que luchan contra los estereotipos de género en relación por
ejemplo a la crianza y piden disfrutar de una paternidad más justa e igualitaria.

COMO ESCOGEN CUENTOS DE HADAS EN LAS ESCUELA WALDORF

En la pedagogía Waldorf cada grado tiene su materia específica:

Primer grado: Cuentos de Hadas.

Segundo grado: Fábulas y leyendas.

Tercer grado: Historia de la Creación y narraciones contenidas en el Antiguo Testamento.

Cuarto grado: Leyendas germanas.


Quinto grado: Leyendas griegas.

Sexto a octavo grado: Historia romana y medieval. Historia de los pueblos, poemas y biografías

https://www.waldorflibrary.org/articulos-en-espanol/1274-escoger-cuentas-de-hadas-para-
distintas-edades

Para decidir qué cuentos de hadas son los apropiados para según qué edad, en las escuelas Waldorf
se toman decisiones que atienden tanto al grupo de niños y niñas en particular así como a los
distintos niveles de complejidad de los cuentos de manera general.

En cada cuento de hadas existe un problema que debe ser resuelto o un enfrentamiento con el
mal. Cuanto más sencillo sea el problema, más adecuado es el cuento para los niños y las niñas
más pequeños y pequeñas, y cuanto mayor sea ese problema, más apropiado es el cuento para los
mayores pues tendrá más tramas, más personajes…etc.

1 Los niños/as de dos años y medio y tres se sienten muy atraídos/as con pequeñas historias
acerca de la naturaleza o con un relato sencillo tal como La olla mágica de los hermanos
Grimm. Los que son un poco más mayores de tres años están preparados para escuchar
cuentos con secuencias como el relato El nabo.

Una propuesta de relatos para este grupo de edades incluye los siguientes:

La olla mágica (Grimm, cuento número 103)

Ricitos de Oro y los tres ositos (Ruso)

El piojito y la pulguita (Spindrift)

El nabo gigante (Ruso)

El mitón

La pequeña dama (Spindrift)

El hombre de jengibre

The Johnny Cake (Inglés)

El gato hambriento (Noruego, Plays for

Puppets)

1. La siguiente categoría de cuentos es algo más compleja, pero el ambiente en general es


normalmente alegre y sin demasiadas dificultades o luchas. Los niños de cuatro y cinco
años suelen sentirse muy cómodo son estos cuentos:
Los tres cabritillos traviesos (Noruego)
Los tres cerditos (Inglés)
El lobo y los siete cabritillos (Grimm, 5)
Pancake mil (Este boletín)
Mashenka y el oso (Ruso, Plays for Puppets)
El zapatero y los duendecillos (Grimm, 39)

2. En esta categoría aparecen muchos de los relatos que normalmente asociamos con el
término de cuento de hadas, dirigidos principalmente a niños entre 5 y 6 años de
edad. Estas historias contienen más retos y más detalles:

Los ducados caídos del cielo (Grimm, 153)


El rey rana (Grimm, 1)
Madre Nieve (Grimm, 24)
Caperucita Roja (Grimm, 26)
Los músicos de Bremen (Grimm, 27)
La oca de oro (Grimm, 64)
La novia verdadera (Grimm, 186)
La casa del bosque (Grimm, 169)
La reina de las abejas (Grimm, 62)
La doncella de nieve (Ruso, Plays for Puppets)
Los siete cuervos (Grimm, 25)
Blancanieve y Rojaflor (Grimm, 161)
La bella durmiente (Grimm, 50)
La princesa en el castillo en llamas (Este boletín)
El borriquillo (Grimm, 144)
Rumpelstiltskin (Grimm, 55)
Blancanieves y los siete enanos (Grimm, 53)
Hansel y Gretel (Grimm, 15)

3. Para los niños de 6 años que están haciendo la transición al primer grado o primer
curso de primaria los cuentos que e proponen desde la pedagogía Waldorf cuentan
con personajes con una experiencia personal de sufrimiento. Estos cuentos no suelen
contarse nunca en preescolar, sino que se reservan para los años de primaria.

Yorinda y Yoringuel (Grimm, 69)


Los dos hermanitos (Grimm, 11)
La cenicienta (Grimm, 21)
Rapunzel (Grimm, 12)

4. Es importante tener en cuenta que a menudo los niños y las niñas de entre 3 y 6 años
comparten el mismo espacio por lo que a la hora de elegir el cuento adecuado para
narrar es importante saber que según Joan Almon, ha sido copresidenta de la
asociación de la primera infancia de Waldorf en América del Norte y asesora en
educación de la primera infancia, si el cuento es adecuado para alguno de los niños y
niñas del grupo será suficiente para mantener el interés y la atención del grupo en su
conjunto.
Otro factor que debe tenerse en cuenta a la hora de elegir un cuento de hadas es si el
relato es bastante conocido en la sociedad…, aunque sea de conocido de manera
incorrecta. Cuando esto es así los niños y las niñas suelen estar más preparados para
escucharlo a edades tempranas que las que les correspondería.

También fundamental y probablemente uno de los factores más importantes a tener en


cuenta es la relación personal del que narra el cuento con la historia que cuenta. Si el
cuentacuentos aprecia un relato este puede llegar a los niños/as mejor. Por eso dentro de
la pedagogía Waldorf se aconseja que antes de narrar una historia, mover dentro de
nosotros/as por algún tiempo los cuentos hasta poder descubrir su belleza, su verdad y
poder crear un vínculo entre el cuento y nosotros/as para apreciar así toda la belleza, la
sabiduría y la moral expresada a través de sus imágines.

Las imágenes que se crean desde los cuentos de los Hermanos Grimm, poseen una
veracidad que es vital para el niño y la niña y que pueden ellos/as llegar a comprender al
crear sus propias imágenes.

En La Sabiduría de los Cuentos de Hadas podemos leer podemos leer en la página 94:

“Los cuentos de hadas deben ser narrados sólo por una persona que tenga la convicción de la
verdad que hay en ellos, y que sepa descubrirla, con amor y reverencia, no mediante la
meditación intelectual, sino por su identificación con las imágenes”.

Tamara Chubarovsky a quien admiro porque creo que es una maravillosa cuentacuentos
con una larga experiencia, es la autora del libro Cuentos para Ver, Oír y Sentir donde recopila
una serie de rimas y cancioncillas y cuentos populares , para ser contados a niñas/os a partir
de los dos años y medio . Estos cuentos provienen de varios países y ella sugiere la narración
de los mismos porque tienen mucho ritmo y repetición (esta lista puede ser ampliada al gusto
de quien narre, pero son un muy buen ejemplo para iniciarse en su uso dentro del aula a
través de las técnicas que ella sugiere).

Estos cuentos que propone Tamara transmiten valores humanos básicos de una manera
amena y sencilla, y ayudan mucho a relajar, serenar, a concentrase favoreciendo al mismo
tiempo el desarrollo del lenguaje.

Te enseña a poner en escena fácilmente las narraciones en un teatrillo de mesa donde los
niños y las niñas pueden ver las secuencias de las historias de la mano de sus personajes.
A los niños/as les llega más profundamente la narración, aprenden a narrarlas después por
sí mismos y se estimula el desarrollo del lenguaje así como su imaginación.

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